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RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO El geco

Sánchez Ferlosio, Rafael - El Geco

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Sánchez Ferlosio, Rafael - El Geco

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RAFAELSNCHEZ FERLOSIOEl gecoEl gecoDe los vicarios del nombre de la cosa maligna..............................................................................................3El peso de la Historia.....................................................................................................................................5Teatro Marcello, en la ciudad de Roma.........................................................................................................8La Gran Muralla...........................................................................................................................................!El pensil sobre el "ang Ts# o la $i%a del emperador.....................................................................................El escudo de &otan........................................................................................................................................'Los lectores del a(er )*ntroducci+n de ,gai el -ie%o ................................................................................./Los pr0ncipes concordes...............................................................................................................................'12lata ( +ni3..................................................................................................................................................345ragmento de una carta de "ndias...............................................................................................................687uatro colegas..............................................................................................................................................64" el cora8+n caliente....................................................................................................................................5Dientes, p+lvora, 9ebrero.............................................................................................................................5/7arta de provincias....................................................................................................................................../El reincidente.............................................................................................................................................../6:,T;ue para preguntar el nombre deuna persona, o sea para recibir por respuesta un nombre propio? @A7+mo se llamaBC2ero llamar a una persona es decir su nombre en vo8 alta para >ue venga, de donde sedir0a >ue, enprincipio, es enesta9unci+ndellamada enlo>ue primordialmentepensamoscuandopreguntamosel nombredeunapersona, (a>ueusamosparaello%ustamente @llamarCD mas $e a>u0, sin embargo, >ue no es sino esa misma palabra la >uerecurre al preguntar por el nombre de una montaEa, ( es sabido >ue al propio Ma$omale9all+el milagrode$acer>ue9ueselamontaEala>ueviniesea#l. 7ontodo, elnombre de una montaEa es todav0a, por lo menos, un nombre propioD peor se ponen lascosasanteel $ec$o, indicadoal principio, de>ueportercerave8volvamosadecir@A7+mo se llamaBC a prop+sito de algo en >ue no cabe esperar mFs respuesta >ue unnombrecom=n. Despac$ar lacuesti+nculpandodel e>u0vocoaunaan9ibolog0ade@llamarC, seg=n se trate de su aparici+n en tal pregunta o se re9iera, en cambio, al actode decir en vo8 alta el nombre de una persona para $acerla venir, es una soluci+n >ue,aparte$acersealtamentesospec$osadepura redundancia,tampocoacabaderesultarsatis9actoria a causa de ese @c+moC >ue recurre, %unto a @llamarC, en la pregunta? un@c+moCen>uenosepuedeamorda8ar laresonancia depor >u# modo, con>u#procedimiento,( con ella la inopinada atribuci+n al nombre >ue deseamos conocer dealguna suerte de capacidad Gcual>uiera >ue ella 9uere, si es >ue no e3actamente la de$acerla venir como viene una persona, $ombre o perro >ue seaG sobre la cosa.De modo, pues, >ue tambi#n el nombre com=n ser0a, seg=n lo dic$o, ( al menosvirtualmente,HlaImador,enel sentidodepoder $acer venirlacosa. :ootroes el9undamento, sobradamente conocido (desacreditado de la magia verbal. La cosamaligna, ( por tanto temida,para evitar >ue venga, me%or serF guardarse de decir sunombre, no sea >ue se sienta llamada. ;$ora bien, parece ser >ue solamente su nombre,suverdaderonombre, tiene virtud para llamarla, como parece, asimismo, >ue,a9ortunadamente, no puede tener nunca mFs >ue uno. )ue por cada nuevo nombre >ue se le anto%etomar tendrF>uetomar tambi#nunnuevocuerpo, >uedesdoblarseoreencarnarse,>uedando entonces en una situaci+n mu( especial GIpor no decir 9rancamentevulnerable en sus aspectos ontol+gicos, aspectos >ue a>u0 me abstengo de considerarGI, en cuanto a ser ( a la ve8 no ser la misma por cada uno de sus diversos nombres (en cada uno de sus distintos cuerposD ( una situaci+n de la >ue unos u otros e3pertos de,riente ( de ,ccidente dan las mFs varias interpretaciones, ( entre ellas, por cierto, la>ue consiste en decir >ue se trata de @advocacionesC di9erentes,o sea, precisamente,di9erentes llamadas Ga las >ue se sobreentiende, por supuesto, >ue $a acudidoD por lo>ue tal ve8 incluso ser0a mFs a%ustado o0r en ese @advocacionesC, antes >ue llamadas,algo as0 comoacudidassiempre >ue no se olvide el correlato del respectivollamamiento.GDeesenopodertenerella, enprincipio, mFs>ueun=niconombreverdadero es %ustamente de lo >ue nos aprovec$amos para notener >uede%ar de $ablar,temiendo no va(a a darle por venir, de la cosa maligna, al permitirnos discurrir ardidespara aludir a ella rodeando con palabras >ue no son su nombre, >ue son simples apodos,( al cabo nombres 9alsos, (a >ue s+lo nosotros se los $emos puesto, sin >ue ella se llamede verdad as0. :o $abrF peligro de >ue venga al murmullo de palabras cu(o son pasa3rodeando el camino del aire >ue ella tiene en$ebrado en eJ o%al de sus o0dos. :ombres9alsosson, pues, losvicariosdel nombredelacosamalignaD (tal ve8estamisma9alsedad, estamentiradelosnombresvicariosvengaaseralgo>ue, porsupropiocarFcter de 9icci+n, de mascarada, contribu(e a incitar casi siempre, sorprendentemente,al%uego,incluso encasos enlos >ue,$abiendoun peligro >ue evitar, no$abr0a>ueandar con bromas.7ontodo,sigue siendo la cosa,( nosu nombre,lomaligno, lotemible, pues, adespec$o del empeEo de la magia verbal, el nombre no $a llegado todav0a, ni muc$omenos, a salir, con entera certidumbre, por 9iador de su venida. La respuesta de la cosamaligna a la llamada de su nombre estF bien le%os de ser inde9ectibleD ( de a$0 >ue elnombre en s0 no $a(a logrado $acerse, pese a todo, propiamente temible ni temido, si es>ue no apenas como pueda decirse de un amago, de una 9inta. 2eor todav0a? nunca $a(nada >ue nos permita averiguar si cuando tras #l viene e9ectivamente la cosa maligna espor>ue acude al sonido de su nombre o por>ue se le $a anto%ado por s0 misma venir? sedir0a >ue la cosa maligna se guarda bien de de%ar adivinar si o(e o no o(e su nombre, siacude o no acude e9ectivamente a el,pues, por la cuenta de las veces >ue viene sin$aber sido nombrada ( las >ue viene tras $aber alguien osado pro9erir su nombre, nadie$a podido a=n apreciar di9erencia en >ue poder de una ve8 establecer si o(e Gpero no>uiere >ue se sepaG o si, por el contrario, es, como la v0bora, per9ectamente sorda. ue nadie $a(a $asta $o( conseguido adivinarlo, se conclu(e >ue (as+lo para poder llevar el cFlculo tendrF por 9uer8a >ue o0rD de donde el $ec$o mismo de>uelacuesti+ndesusorderaonosorderano$a(apodidoserentantoespaciodetiempo averiguada, al entenderse inevitablemente como seEal de un calcular deliberado,se convierte, de manera inmediata, en la mFs cierta prueba de >ue o(e. Mas, puesto >ue,aun o(endo como o(e, $a de venir o no venir, como a$ora vemos, s+lo seg=n la cuentadesuspropioscFlculos(noseg=nselanombreode%edenombrar,mal puede(aimportar, a e9ectos de evitarla, la alternativa de decir o no decir su nombre? serF, pues,%ustamente la aprensi+n >ue da saber >ue lo estF o(endo lo =nico ( lo =ltimo >ue >uedepara inducirnos a callarlo. Decir o callar se sabe >ue va a ser totalmente indi9erente, ( dea$0 >uenoseacuesti+nde>ueel nombredelacosamalignallegueadar miedopropiamente dic$o, sino tan s+lo de >ue, en supiendo >ue lo o(e, parece >ue da comorespetino de nombrarla. El nombre de la cosa maligna es tan absolutamente ino9ensivocomo la carrera del geco o salaman>uesa >ue rampa por el lucido de la pared, pero aseme%an8a de #sta, ( por anFlogas ra8ones, no necesita ser tenido por daEino para sercausadeaprensi+n. Del t0mido, vacilante, verrugoso(cenicientogecoa=nestFporsaber >ue %amFs $iciera mal a $ombre alguno en este inundo, ( vedlo a$0, sin embargo,c+mo una ve8 mFs, acierta Gpe>ueEo pavor rampanteG a dibu%ar o tal ve8 a escribirsobre el blanco del lucido la mFs e3presiva, convincente e irresistible 9inta de endriagomensa%ero de las tinieblas ( el $orror.4El peso de la HistoriaLa Gran Estaci+n 7entral ten0a cinco b+vedas de $ierroD la de en medio, alt0sima,para seis v0as, las ad(acentes, un poco mFs ba%as, con cuatro v0as cada una, ( mFs ba%as>ue #stas, las de los e3tremos, con dos cada una. De manera >ue $asta diecioc$o trenespod0an partir o llegar al mismo tiempo $acia o desde otras tantas capitales europeas,aun>ue dudo de >ue la antigua *mperial 7ompaE0a de 7aminos de Hierro, $o(simplemente 5errocarriles del Estado, se $ubiese decidido a meterse alguna ve8 en tancomplicado alarde de organi8aci+n. 2ero, por mu( a%eno >ue uno 9uese a lamagni9icencia, la magnitud de la estaci+n no de%aba de imponerle en el alma la 9uga8tentaci+n de $aberse visto %e9e por un d0a, digamos en unas v0speras de :avidad de 4!o 4', con el trompet0n de lat+n ( el bander0n encarnado, para poder darse el gusto dearmar una e3$ibici+n de e9iciencia ( de grande8a ostentatoria como la de dar la salida adiecioc$o trenes a la ve8. Las gesticulaciones imperiales, como era el caso de a>uellaestaci+n, meten en la cabe8a de los mFs $umildes s=bditos o visitantes 9antas0as aunma(ores >ue las >ue ser0a realmente posible llevar a cumplimiento, pues la e3presi+n depoder e3cede siempre a la realidad del poder mismo.uitectura de $ierro 9erroviaria,pero enseguida pens# >ue en ese tipo de estructura no $ab0a ra8+n para a>uella sucesi+nde tres alturas sim#tricamente escalonadas de dentro a 9uera, pues un arco o una b+vedade$ierronoesgravitatoriamenteni, portanto, ensentidoar>uitect+nico, unarcoob+veda,al carecerdeunempu%elateral enlosarran>uescapa8de%usti9icar a>uellagradaci+ndecontra9uertes, (nopudepormenosdesonre0rmeentredientes, nosinalguna su9iciencia, al creer adivinar la intenci+n del ar>uitecto? $ab0a >uerido evocar lascinco naves de una gran catedral g+tica. La pintura del $ierro, verde oliva oscuro, noestaba descuidada, ni el aseo de los andenes, pero era imposible evitar >ue la tal ve8 (as+loimaginariapFtina de $oll0n secular prevaleciesecomo una$uellaimpalpableencada cent0metro cuadrado ( suscitase, al c$as>uear la lengua, la sugesti+n de su sabor amon+3ido carb+nico.El $all, en cambio, con una atm+s9era mFs pura ( 9r0a, resplandec0a con sus enormespilastras de mFrmol verde %aspeado, combinadas en los lien8os de pared con cuarterones( metopas biselados de un mFrmol ro%o $errumbre veteado de ramitas blancasescarc$adas. Tuve la impresi+n de >ue los cuatro empleados de uni9orme negroadornado con orlas ( galoncillos de pasamaner0a plateada ( tocados con gorras de viserade copa estrec$a ( blanda >ue recordaban las de los obreros de la revoluci+n sovi#tica, (>ue iban(ven0an, cru8Fndose dos a dos enel centrodel gran$all,empu%andolentamente sus anc$os escobones recubiertos de ba(eta $umedecida, 9ormaban unservicio permanente Gllegu# incluso a dudar si con turnos de relevoG las '6 $oras deld0a ( todos los d0as del aEo, desde la 9inisecular puesta en servicio de la Gran Estaci+n7entral.Ksta, 9iel a su nombre, acced0a directamente al centro. Tuve el capric$o de al>uilarun coc$e de caballos descubierto, para dar una primera o%eada a la ciudad, ( enseguidaempe8+ a crecerme unsentimiento de rara antipat0a ante la sucesi+nde enormespalacios, per9ectamente construidos pero los mFs carentes de e3presi+n >ue (o $ubiesevisto antes en otra ciudad alguna? lo =nico >ue, ciertamente, pod0a decirse de ellos, parael >ue sepa apreciar tal cualidad, era >ue ten0an lo >ue se llama @empa>ueC, ( nuncamFs e3acta la palabra. 2ero el aburrimiento ( la aversi+n >ue (a me iban calando lasentraEas se distra%eron de pronto cuando a los die8 minutos de paseo me di cuenta de5>ue $ab0amosvenido cru8Fndonoscon un desusadon=merodeestatuasecuestres debronce. 5uertementepicadopor lacuriosidad, notuvemFs remedio>uepedirlealcoc$ero >ue volvi#semos $asta la primera ( >ue me llevase a ver, una por una, todas las>ue $ubiese en la ciudad,( (a no pude prestar atenci+n a ninguna otra cosa en estemundo mFs >ue a los caballos de bronce. Tan imperiosos se mostraban, >ue no parec0an$aber sido erigidos en el medio de edi9icaciones pree3istentes, sino >ue #stas $ubiesensido levantadas despu#s en derredor. Eran 6'D tardamos mFs de cuatro $oras enrecorrerlos todos, ( 9ue como un delirio, como un #3tasis, como una borrac$era? a vecesmesent0acomo$ipnoti8ado, avecesestallabaencasineur+ticascarca%adas? @H,tro,otroJC ( en algunos momentos me sent0 e3traEamente turbado, como con una pun8adade congo%a. Generales con el sable desenvainado ( apuntando al cielo, coroneles con elcaballo de manos ( enarbolando la bandera, coroneles con el caballo lan8ado, el sabletendido $acia delante ( la cara semivuelta $acia los su(os, con la boca abierta? @H; porellosJC, mariscalesconel caballoal paso, e3$austotrasunalarga(cruenta%ornadavictoriosa,ancianosmariscalescon el bigoteunidoa las patillas,el caballo >uieto(9irme sobre sus cuatro patas, el sable envainado ( las manos una sobre otra reposandoen el ar8+n, erguidos en todo lo alto de su gloria ( dignidad... A7uFntos no $abr0an sido(auna ve8 caballosgriegoso $elen0sticos,despu#s caEones otomanos (, 9inalmente,9undidos por tercera ve8 o re9undidos por segunda, caballos imperialesB El =ltimo detodosestabaenuna pla8oleta de gravillarodeadadegrandesplFtanos, en un par>ueapartado ( solitario todo #l cercado por una interminable ver%a de $ierro 9undido pintadade negro con ribetes de oro ( rematada en lo alto con per9iles de cabe8a de Fguila. Era elmenossolemne(demFsba%opedestal Gunpromontorioovaladodecali8acFrsticatallada en bruto, como imitando roca, >ue emerg0a del centro de una estrec$a cinta deagua, en la >ue 9lotaban los nen=9aresG, pero >ui8F el mFs capa8 de suscitar el 9ervorpatri+tico de los muc$ac$os? un o9icial de lanceros, un %oven $#roe arrebatado sobre uncaballo loco con la crin despeinada ( suelta al viento, al revolver temerariamente, desdeel9ondodelacarga, denuevocontrael enemigo(,deesonocab0aduda, $acialamuerte.;l salir del par>ue ( cuando dos elegantes guardianes de uni9orme ( con guantes degamu8a >ue se dispon0an a cerrar la gran cancela Gen la >ue los per9iles de cabe8a deFguila >ue remataban el larguero interno de cada una de las dos $o%as vendr0anevidentemente a %untarse, nuca contra nuca, cuando el c$irriante giro se plegase del todosobre la posici+n cerradaG nos saludaron con una leve inclinaci+n de la cabe8a,mesent0 des=bitototalmenteagotadoba%olaimponentecargadee3perienciadel a(eracumulada (concentrada enunas pocas $oras, (, aun>ue a la ve8 absolutamenteinsomne, ped0 ser llevado directamente al Hotel T#rminus, >ue estaba, tal como es derigor, ane%o a la estaci+n, (, sin poder tan si>uiera a9lo%arme la corbata, me tend0 en lacama ( apagu# la lu8, ( me >ued# inm+vil, con las manos deba%o de la nuca ( los o%osabiertos $asta la e3o9talmia, clavada la mirada, cre(endo acaso ver en el grasiento tec$o,ra(ado por lalu8 decebra dela persiana mal cerrada(a los r0tmicos golpesdeunsemF9oro9i%adoenamarillointermitente>uesub0adesdelaacera, unatrasotralassombras instantFneas de todos los caballos >ue $ab0a visto o incluso $ibridaciones delos unos con los otros en una combinatoria interminable ( sin >ue m0nimamente mesobresaltase el repentino estruendo de los trenes >ue a intervalos cru8aban la estaci+n,$asta las cinco ( media de la madrugada, en >ue sal0a el primer e3preso, >ue tom# sinvacilar, con esa controlada rigide8 mecFnica del borrac$o a=n consciente de >ue puedemedir mal sus movimientos (perder encual>uier momento el e>uilibrio, de tanconmocionado ( sobrecogido como estaba por el estupor de $aber visto en el solo giro6de una tarde muc$o mFs de cuanto $abr0a cre0do posible o soportable llegar a ver en estemundo.7Teatro Marcello, en la ciudad de RomaEl peregrino conglomerado constructivo en >ue al cabo de casi dos milenios $ab0allegado a convertirse lo >ue, en vivo contraste con los enormes cambios padecidos en su9unci+n ( en su 9isonom0a, segu0a conservando, sin embargo, su nombre primitivo GsinmFs >ue $aberlo de%ado traducir del lat0n al romanescoG me produc0a (a desde niEo lamFspro9undasugesti+n? sobresaliendoapenas, a9lordesuper9icie, enlaenlucida(repintada 9ac$ada de un palacio )tal ve8 barroco, por lo poco >ue puede (a apreciarse enlos borrosos clic$#s de mi memoria. o asomando en las discontinuidades >ue mFs aba%oo9rec0aladislocadairregularidaddeun$emiciclodecasasadosadas, mFsomenosantiguas o modernas,aparec0an a>u0 ( allF,gastados, desconc$ados, renegridos, peroa=nensuasiento(disposici+noriginarios, los romanos sillares del teatro. uellas obras sucesivas apenas parec0an $aber >ueridocuidarse de avenirlas las unas con las otras, tanto menos parece >ue debieron de pararseatratar deconcebir tansi>uierael pensamientodeintentar concordarlas, ni enlaestructura ni en los materiales, con la (a e3angLe 9Fbrica de la vetusta ruina. Es cierto>ueel palacio)cu(a 9ac$ada, ocupandolas plantas superiores del teatro, segu0aelpropio tambor de la ar>uer0a, a $aces con la cara e3terior de los sillares, en tanto >ue lascasas, pordeba%ode#l, seadelantabanenma(oromenorpro9undidad, desdea>uelmismo9rente$acialacalle. suger0aalamiradapor lomenosunciertomoderadoempeEo en concertar su planta con la de la osamenta >ue lo sustentaba. 2ero $a( >ueinterpretar debidamente el valor de esta impresi+n, advirtiendo c+mo esa por lo demFstan somera concordancia con la estructura propia de la ruina $ab0a respondido=nicamente a una intenci+n pragmFtica )( a%ena ( e3terior, por consiguiente, al 9ueropropio de la ar>uitectura.? la de a%ustarse a una simple previsi+n presupuestaria,e3plotando el potencial ar>uitect+nico (a dado en la arma8+n romana pree3istente $astael altonivel derendimientocapa8 de satis9acer lareducci+ndegastos en>ueelpro(ectomismo$ab0a9undadosindudalaelecci+ndeseme%anteasentamiento. Lascuentas, no los planos Gel cFlculo econ+mico, ( no ninguna estimaci+n genuinamentear>uitect+nica de las diversas opciones ediliciasIG, $ab0an sido el origen ( el criterio dea>uel parcial aun>ueostensiblea%ustet#cnico, dea>uellatransacci+nocompromisoentre la oscura 9Fbrica imperial ( los dorados muros ponti9icios.Mas tampoco $ac0a 9alta, en modo alguno, ver reducida Gcon arreglo a laprecedente observaci+nG a unos 9actores tan contingentes ( tan circunstanciales inclusoa>uella limitada concordancia >ue el palacio, en contraste con las casas ( tal ve8 por susmFs ambiciosas dimensiones, se $ab0a visto obligado a respetar, para >ue (a saltase a lavista por s0 sola, ( en muc$o ma(or grado, la e3tremada e in>uietante divergencia >uee3ist0a entre las piedras del teatro ( el rostro de las parasitarias construccionesposteriores. Estas se limitaban, en e9ecto, en ma(or o menor grado, a adosar ( ad$erir decual>uier modo sus cuerpos a la ruina, no con arreglo a nada >ue la disposici+n de lossillares les $ubiese podido sugerir, sino seg=n las conveniencias de planes constructivosdel todo independientes ( $eter+nomos,e3traEos a cual>uier otra pretensi+n respectodel teatro >ue la de aprovec$arse de su 9ortale8a ( e>uivalentes, por tanto, en este punto,a los de >uien cimienta su casa sobre peEa o la respalda en un cantil de roca verdadera." corno roca viva, ciertamente, aparec0an las reli>uias de ennegrecida siller0a contra elcobri8o almagre de casas ( palacioD naturale8a pretend0an 9ingirse ante los o%os >ue lascontemplaban, no de modo distinto a lo >ue ocurre con >uien, escandallando lapro9undidad del alma, tras $aber traspasado ( apartado cuanto pueda anto%Frsele8sobreedi90caci+n de la cultura, cree estar tocando 9inalmente la roca viva de lanaturale8a Gpues tampoco esa mFs pro9unda ( acendrada resistencia >ue la sonda nologra per9orar suele ser otra cosa mFs >ue ruina 9+sil de otra cultura mFs, e3teriormentee3tinta, pero erguida en la sombra todav0a.9La Gran MurallaEs esta Gran Muralla de la 7$ina la construcci+n mFs enigmFtica ( mFs singular delmundo. Laver#is ale%arsepor leguas incontables, ascendiendo, ba%ando, rodeando,bi9urcFndose,>uebrFndose, con la lenta paciencia,pero tambi#n la siempre renovadaincertidumbre de una serran0a. Tan pronto, convencida de s0 misma, se erguirF ante loso%os, coronando las lomas en n0tida ( bien tallada crester0a, como al momento, indecisa( con9undida, re$uirF cual>uier mirada, >ui#n sabe si disgregFndose en arena odesvaneci#ndoseencal0gine, >ui#nsabesie3traviFndoseenramales>ueseapartan,dispersa, interminablemente, por sinuosos e inciertos perdederos. AHa( en ella lugar enel >ue pueda decirse @a>u0 comien8aCB AHa( cabo en el >ue alguien se atreva a aseverarconaplomo(convicci+n@a>u0 terminaCB ",comoenel espacio, as0 enel tiempo,Ac+mo $allar 9undamento de sentido en decir @9ue terminadaC o @>ued+ por terminarCBDe las diversas obras por las >ue 9ue en distintos tiempos levantada no parece >ue puedapredicarse sino >ue cesaron.Mas con las obras de los $ombres cuadra siempre, a9irmado, negado, o preguntado,el terminarD a%enos aconteceres $abrFn de ser a>uellos respecto de los cuales no cabeotra palabra >ue @cesarC. De a>u0 >ue no resulte incre0ble la sospec$a >ue e3iste acercade la Gran Muralla, sospec$a tFcita pero (a desde antiguo di9undida, aun>ue no sin >ue$ubiesen de vencer grandes temores los pocos >ue se atrevieron a e3presarla? el terror>uein9und0ael $ec$omismo, noel >ueemanabadel Emperador.)El miedoal o%osiempre abierto, al o0do siempre alerta, al impasible, omnipresente celo del prestigio deltrono, de la dignidad imperial, era algo (a tan sabido, constante ( 9amiliar, para los $i%osdel 7eleste *mperio, como los riesgos eternos e inmutables de la vida, como lapermanente amena8a ( asec$an8a del destino, algo (a tan supuesto, aceptado einde9ectible, encada unode los actos mFs nimios ( $abituales de su e3istenciacotidiana., comoel aire>uerespiraban(el aguamisma>uebeb0an.. Tal sospec$aconsiste en >ue la Gran Muralla, no (a por voluntad de mandarines ni de emperadores,sino a despec$o de ellos ( por su propio acierto ( albedr0o, supo encontrar el ademFngeol+gico, cierto gesto preciso >ue se re>uer0a para $acerse entender por la naturale8a,seEas para decirle? @T+mame contigoC, ( >ue la naturale8a la escuc$+ (, arrebatFndola$acia s0, la recogi+ en su seno para siempre. AEs verdaderamente una obra $umanaB ;lmenos los cart+gra9os no parecen sentirla como tal, (a >ue no de%an de representarla niaun en los mapas privativamente 90sicos, ( con un signo convencional caracter0stico >uesolamente sirve para ella )una l0nea dentada >ue remeda el per9il >ue en el al8ado dibu%ala sucesi+ndelas almenas oel >ueenla planta tra8a el alternar de retrancadosparamentos (adelantados torreones., e>uiparFndola a las costas, a los r0os, a lasmontaEas, a todo a>uello >ue el ge+gra9o acostumbra inscribir ba%o el ep0gra9e;ccidentes :aturalesDcon lo >ue el propio sentir de la cartogra90a vendr0a a coincidir,aun>ueno9uesemFs>ueenmodotFcito(acasosin>uererloni advertirlo, conlaantigua sospec$a de >ue e9ectivamente la naturale8a Gpor muc$o >ue para ello $a(atenido>ueservirse, conel mFs grave(dilatadoabuso, del es9uer8o$umanoGseapoder+delaMuralla7$ina(laretuvotans+loparas0, sine3cluir>ueinclusolapudiese tener pre9igurada desde siempre ( destinada a su propio patrimonio.10El pensil sobre el Yang Ts o la hija del emperador:o, ella >uerrF seguir guardando intacta su dignidad. Tampoco $o( saldrF a de%arsever por un instante, ni si>uiera velada por el atardecer, entre los te%os ( los aligustres dela alta, inaccesible balaustrada, sinimportarle cuFntopueda llegar a an$elarse unc#ntimo de cual>uier cosa en este mundo, incluso un c#ntimo de su propia dignidad, endonde lo concedido ( recibido no ser0a (a si>uiera ese c#ntimo en s0 mismo )A>ui#npodr0a $acerse nada de la dignidad a%enaB., sino tan s+lo el acto >ue lo dieseD en dondela limosna no estar0a (a en la cosa, sino en la limosna misma.Tampoco $o(, ni aun 9ingiendo Gcomo de%Fndose robarG no saber >ue $ace milesde tardes >ue la esp0o, consentirF en perder, con el s+lo de%ar adivinar su sombra, unc#ntimo de su dignidad, para verlo caer $asta la orilla pisada ( repisada por los piesdescal8os de los bateleros %unto a los caEaverales despuntados ( ro0dos por las maromasde la sirga. AEs >ue conoce $asta >u# punto los Fvidos ( $ambrientos $i%os del abusosabr0amos abusarB A;divina tal ve8 c+mo repartir0a (o su limosna con vosotros,dici#ndoos @HMiradJC, ( c+mo $ar0amos correr ( resonar, multiplicFndola, de mano enmano, de barca8a en barca8a, su moneda, aguas arriba $acia las montaEas, aguas aba%o$ac0a la mar, $asta trocarla en una 9iesta inmensaB Aue de ese soloc#ntimo vendr0a la ruma del *mperio enteroBHo( tambi#n, s+lo el viento, una ve8 mFs, mueve los te%os ( los aligustres de la alta(desiertabalaustradaD s+loel viento, a>uiennadie%amFs sabrFimitar. "si a=n,suponiendoloimposible, 9ueseella lo>ue realmente semece entrelas ramas, laimitaci+n ser0a tan prodigiosa >ue no podr0a (a redundar en mengua, sino en un nuevoaumento de su dignidad.11El escudo de otanDemasiado conocedor de los $umores ( las seEales del *mperio, de las >uietudes (las agitaciones de los pueblos de la Ruta de la ue tra0a rail alarmantesnuevas como para arriesgarse a no $acer caso a sus palabras cuando daba por seguro>ue a>uella ve8 los alardes ( los preparativos del emperador con sus e%#rcitos iban deverdad. 2or la e3periencia de los tiempos se sab0a >ue los emperadores respetaban a lospueblos ( ciudades >ue ten0an re(es o Nanes o gobiernos completos capaces de rendirlescumplido vasalla%e, >ue no es la simple entrega de los cuerpos, sino el o9recimiento delos nombres, pero >ue destru0an a las despreciables gentes >ue se de%aban vivir=nicamente seg=nlas tradiciones, sint0tulos de 9undaci+n(conpoca oningunagerencia establecida. " la ciudad de &otFn se dec0a? @Es nuestra perdici+n, >ue apenas sitenemos una cFmara de comercio, una administraci+n de a8otes ( mutilaciones ( unainspecci+n de sanidad de caravanasC. 2ero un 9abricante de mFscaras $all+ la soluci+n?@uinientos%+venescomodein9anter0a, (contal arte>ue=nicamentelabatalla>uenunca $abrFn de combatir podr0a llegar a comprobar si sus armas son de $ierro o demadera ( sus (elmos ( bro>ueles de bronce o de cart+nC.Dic$o ($ec$o. Toda&otFnse puso enmovimiento." paralaesperan8a de saliradelanteconsuempeEonos+locontabanconlalentitud>ueesconnatural atodoimperio, sino tambi#n con la consideraci+n de >ue cual>uier campaEa de granenvergadura en el corredor de Mans= ( en la Masgaria >ueno >uisiese abocarse a lacatFstro9e ten0a >ue saber medir mu( bien sus tiempos ( calcular cuFntos $ombres omillares de $ombres, en >u# estaci+n ( deba%o de >u# cielos iba a tener a cada uno delos pasos del plan preestablecido. ;s0 pudo &otFn disponer de tantos meses para armarsu engaEo >ue cuando al cabo empe8+ la primavera ( las noticias de las vanguardias dele%#rcitoimperial comen8arona$acersecadave8menos remotas, los %otanenses se$ab0an embebido $asta tal punto en los preparativos, ( a tal e3tremo se $ab0ancompenetradoconlaideadel espectFculo, >ue, temerariamente, parec0antener casiolvidadala0ndoleominosa(nadavoluntariani nadaplacentera delamotivaci+noriginal. En lugar de sentirse cada ve8 mFs temerosos, como >uien ve venir el d0a de unaterrible prueba, se mostraban cada d0a mFs e3citados ( llenos de impaciencia, como el>ue cuenta las $oras >ue le 9altan para la gran 9iesta ( no >uerr0a otra cosa >ue apresurarel paso de la espera. Ona ( otra ve8, los mFs sensatos ten0an >ue recordar a los demFs>ue a>uellas rigurosas paradas militares,a>uellas aparatosas ( 9antFsticas ceremoniasciudadanas, a>uellas enguirnaldadas, $ierFticas ( reverenciales procesiones dedoncellas, cien veces ensa(adas ante un emperador de trapos vie%os embutidos de $enoo de borra de camello, no eran cosa de burlas ni de broma. 2ero las risas de nFcar de lasmu%eres de &otFn restallaban cada ve8 mFs incontenibles contra el cielo de seda a8ul (blanca del Muen Lun.La selecci+n del >ue $ab0a de $acer de Nan se $i8o bastante traba%osa, pues nada $a(mFs vanidoso en este mundo >ue un turco cincuent+n, ( 9ue ardua tarea conseguir larenuncia a papel tan prestigioso de una veintena larga de ricos prestamistas ( tenderos,todos los cuales pretend0an tener @una noble cabe8a de mongolC. 2or el contrario, no$ubo vacilaci+n alguna para dar el papel de a%usticiado Gpues me 9alta indicar >ue a 9inde persuadir al emperador de la solide8 de las instituciones de %usticia de &otFn se $ab0a12consideradoindispensable incluir enel programa delas ceremonias una e%ecuci+ncapitalG, ( como $ombre de apariencia mFs ab(ecta 9ue al punto seEalado un corasmioa9incado en el oasis de &otFn ( >ue ten0a los dientes separados (, seg=n %uicio unFnime,una sonrisa repugnante.2ero como era servicial ( bondadoso, algunos >ue ten0an unsevero sentido de la dignidad le dec0an? @T=,noC, reproc$Fndole >ue aceptase a>uelpapel tan 9eo por %u8gar >ue el corasmio era merecedor de otro mFs $onrosoD a lo >ue #lsere0a, consus$orriblesdientes, (dec0a? @:oimporta, >uetendr#unacabe8adereserva para el emperador ( salvar# la m0a al tiempo >ue las vuestrasC. " es >ue el trucoarbitrado para la e%ecuci+n era una cabe8a 9alsa, copiando sus 9acciones, a llevar ba%o el$olgado sa(o de los a%usticiados, para soltarla al tiempo de caer el $ac$a, escondiendo lapropia como una tortuga, ( con una ve%iga de sangre de ternero, >ue reventar0a en a>uelinstante salpicando el tablado ( un poco en derredor.Lleg+ el emperador, con su corte militar, su guardia ( un e%#rcito. ue $ab0a sobre losbarrios altos, a la parte contraria del oasis, 9ue plantada la inmensa tienda de campaEa,de seda amarilla, del emperador, ( en derredor las tiendas ro%as de los eunucos ( lasa8ules ( negras de los mandarines, ( luego el campamento de la guardia en sucesivascircun9erenciasconc#ntricas, $astacubrirunFreacuatrovecesma(or >uelaciudad.uedaba entrada a la tienda del emperador, se 9orm+ una avenida de mil doscientos pasos,al9ombrada en toda su longitud ( permanentemente 9lan>ueada por dos 9ilas de lancerosinm+viles. ; un lado de esta avenida, cerca de la ciudad, los carpinteros de &otFn ten0an(a armado, desde semanas atrFs, el cadalso para la e%ecuci+n, as0 como una gran tribunacon un palco cubierto para el emperador ( un amplio grader0o para los demFsespectadores. Del centro de la tarima del cadalso arrancaba un mFstil alt0simo con unsistema de cuerdas para i8ar rFpidamente $asta la misma punta la cabe8a del decapitado,antes >ue nadie pudiese verla desde cerca ( descubriese la 9icci+n.2ero la e%ecuci+n,al alba del d0a siguiente,sali+ per9ecta en todo. El emperadorsonri+benignamente al ver rodar a>uella v0nica cabe8a (agradeci+laceremonia,e3presFndole al Nan, por intermedio de un eunuco, >ue la 9unci+n no $ab0a desmerecidode las e%ecuciones del *mperio sino en la cantidad, pues all0 las cabe8as se cortaban s+lode mil en mil. " todo sigui+ per9ecto de a$0 en adelante, salvo >ue con9orme el d0a 9ueavan8andoatrav#sdelaininterrumpidasucesi+ndeagasa%os(deceremonias, los%otanenses $ubieron deversecadave8mFssometidosalasalto del mFsreiterativo(pertina8 de los e%#rcitos? el de la risa. ,leadas >ue iban(ven0anenacometidascontagiosas, >ue recorr0an la e3tensi+n de la apretada ( vasta multitud como las ondasdel viento por las mieses, conatos >ue sub0an ( ba%aban en recurrencias cada ve8 mFsagudas e insistentes ( mFs di9icultosamente reprimidas, risas, en 9in, unFnimes,constantes, >ue si al principio pod0an ser interpretadas como e3presi+n de una alegr0asincera, aun>ueuntantobobalicona(pega%osa, delos %otanenses por darsecomovasallos al emperador, a la tarde empe8aban a $acerse (a un poco desusadas, suscitandomiradas de e3traEe8a, despertando cada ve8 mFs la suspicacia de los soldados ( o9icialesdel *mperio destinados a compartir durante todo el d0a la presencia del pueblo de &otFn.;s0 >ue, cuando a la tarde, (a cerca de ponerse el sol, casi toda &otFn se despla8+ $astael campamento, ( una gran parte de ella 9ue a engrosar $asta un punto escandaloso el (anutrido n=mero de los notables >ue acud0an a la propia tienda del emperador para larecepci+n>ue#steleso9rec0acomonuevoseEorasusnuevosvasallos, (aeracasiimposible%usti9icarlasrisas, mFsimposiblea=ndisimularlas, (nodigamossi>uieracontenerlas.13,trog#neromu(distintodee3traEe8a9ueel >ue, entretanto, acometi+aunoslanceros de la guardia al observar el inusitado comportamiento de los cuervos con lacabe8a del decapitado i8ada todav0a en lo mFs alto de su mFstilD uno tras otro, en e9ecto,acud0an a ella los cuervos volando desde le%os, pero no bien llegaban a pocos palmos deella >uebraban de pronto el vuelo, con un gra8nido entre de rabia ( burla, ( se volv0anen el aire, ale%Fndose aprisa, como eno%ados del insolente cimbel. ;nsioso de averiguara>uel misterio, un o9icial mand+ al 9in >ue se arriase la cabe8a ( al punto 9ue desveladoel simulacro. -arias escuadras de soldados 9ueron lan8adas a la busca ( captura del reoprevaricador, >ue, estando desprevenido de cual>uier persecuci+n, 9ue $abido9Fcilmente ( apresado por el cuello en un pesado cepo de madera, >ue lo 9or8aba a ir enpos delos soldados comounperrollevadodel collar paraser conducidoantelosmandarines otal ve8anteel propioemperador. Tal muc$edumbre$ab0allegadoaconcentrarse, enestemediotiempo, comomFs>ueabusivoacompaEamientodelosnotables de &otFn, ba%o la dilatada $ospitalidad de los tec$os de seda del emperador, >uelarisanoprecis+(adelas v0as delavista(el o0doparacorrerse, e3tenderse(agigantarse, cabalgandolaoladelcontagio, puesto>uea$ora, aunantesdeversenio0rse unos a otros, aun sin reconocerlo como e9ecto de risa u otra cosa, (a elestremecimiento mFs leve ( contenido recorr0a la multitud, directamente transmitido deuno en otro por el simple contacto de los cuerpos, casi en la 9orma pasiva e inevitable en>ue las cosas inertes ( sin vida se comunican la pura vibraci+n. Puedando as09inalmente burlado por los ciegos resortes corporales todo 9reno capa8 de su%etarla, larisa de los %otanenses se $i8o abierta, total e incontenible. La risa se al8aba, pues, porvencedora, ( el simulacro no pod0a (a desmentirse, aun a 9alta de toda precisi+n sobresu alcance, ni el entredic$o pod0a (a ser sosla(ado. Eunucos, mandarines ( o9iciales,>ue, comodignatarios del *mperio, estaban$aciendolos$onoresdelacorteenlamultitudinaria recepci+nimperial, vi#ndosea$oracadave8mFs embara8ados (ensuspenso, 9ueron >uedando en silencio uno tras otro ( volviendo, e3pectantes, la mirada$acia el emperador, >ue, inm+vil en su trono, inm+viles la mirada ( la e3presi+n, a lave8 parec0a no ver nada ( estarlo viendo todo.7omo el abrirse de una 9lor, as0 de lento ( suave 9ue el ir 9loreciendo la sonrisa entrelos labios del emperador, >ue rompi+ luego en risa, vuelto $acia el 9also Nan ( los 9alsosnotables %otanenses, >ue se encontraban cerca de su trono, como invitFndolos a volver are0r a$ora con #l. " 9ue en el instante en >ue la risa estaba (a estallando en carca%ada,cuando se vio abrirse paso entre la muc$edumbre al o9icial de guardia >ue, acompaEadode una escuadra, tra0a al a%usticiado ( su cabe8a a la presencia del emperador. ueasomabaporencimadel cepodemaderaasugemelamuerta, >ueel o9icial lepresentaba sosteni#ndola en alto por la cabelleraD ( el emperador volvi+ a re0r (, siemprepor intermedio de un eunuco, mand+ soltar al reo. Kste, no bien se vio libre del cepo, seabri+ un pe>ueEo c0rculo ante el trono (, rescatando de manos del o9icial su cabe8a,simulada, improvis+, mane%ando a>uella cabe8a en mil posturas, con mil muecas, milburlas, mil desplantes ( mil reverencias, la dan8a o pantomima del bic#9alo, >ue llev+ alpunto mFs alto la $ilaridad ( el %=bilo de la multitudinaria concurrencia. En esto empe8+a o0rse de pronto un c$irriar de poleas ( los enormes lien8os de la carpa corrieron porsus cuerdas, como un velamen >ue se arr0a,al tiempo >ue los telones >ue $ac0an deparedes ( tabi>ues 9ueron ca(endo al suelo uno tras otroD ( arriba s+lo se vieron (a palos( cuerdas contra el cielo estrellado ( la le%ana sombra blanca del Muen Lun, mientrasaba%o, enmedio, entrelien8os arriados oabatidos, losintensos 9aroles dela9iestasegu0an alumbrando 9uertemente a la apretada multitud de los %otanenses, (a mudos (demudados de estupor. " por primera ve8 se o(+ la vo8 del propio emperador, >ue di%o?14@H;r>uerosJC, ( una rueda cerrada de ar>ueros apareci+ en la sombra todo en derredor,>ue dispararon sus arcos una ( otra ve8 ( vaciaron sus al%abas $asta >ue de%+ de versetodo movimiento de vida entre los de %otFn. "a levantFndose ( separFndose del trono,mir+ el emperador por un momento la e3planada cubierta de cadFveres, ( di%o? @HPu#lFstimaJ Eran, sin duda, unos magn09icos actores. 2ero (o so( me%orC.Los demFs %otanenses 9ueron muertos donde 9ueron $allados, en el campamento, enla ciudad, en el oasis, $u(endo $acia el desierto, $acia el camino de 2amir, a lan8a, asable, a daga, sin >ue importase el c+mo. ue losacasen del asaetamiento, para >ue le 9uese dada a>uella misma muerte >ue $ab0a $ec$osimulaci+n de recibir. "por esoel escudo>ue el emperador les concedi+ a losgobernadores c$inos de &otFn representa una vara vertical de cu(a punta cuelgan doscabe8as de id#nticas 9acciones, anudadas por la cabellera, ( con un cuervo posado enuna de ellas comi#ndole los o%os a la otra.El escudo de Jotn (ilustracin de Antonio Cobos)15Los lectores del a!er"#ntroducci$n de %gai el &iejo '(Q . ;cerca de si estas guerras 9ueron oc$o, como pretenden unos, o no 9ueron, encambio, mFs >ue siete, con9orme otros pre9ieren suponer, no puede conseguirse ningunara8onable certidumbre. ; 9alta de ella, pues, no cabe mFs >ue consignar el 9undamentode tal disparidad ( con9iarlo al arbitrio estimativo de cada entendimiento. La primera deambas opiniones es, delas dos, lamFs tradicional, ome%or dic$o, simplementelatradicional, $abiendodis9rutadoel privilegiode ser =nica, (por ende indiscutida,durante largo tiempo.ue ello sea decidir nipre%u8gar, se mienta a>u0 cada una de las guerras seg=n la designaci+n de >uienes llevanla cuenta sobre oc$oD lo >ue, por lo demFs, no es sino a%ustarse al uso mFs com=n, >uede paso resulta, 9rente al otro, no s+lo indi9erente, sino tambi#n mFs racional.*ndi9erente, por ser siempre el >ue adopta >uien suspende el %uicio en torno al n=merode guerras, mientras >ue a>uel >ue, en cambio, las designa sobre la cuenta de un total desiete sabe >ue (a con s+lo eso estF indicando >ue >uiere ser o0do ( entendido como>uien de manera positiva G( acaso desa9ianteG se pronuncia por esta =ltima opini+n.MFs racional, por>ueinclusoparanegar unadeesas guerras, nomenos >ueparaa9irmarlas todas, $ace 9alta mentarla (, por lo tanto, disponer de un aparato a prop+sitoparapoder nombrarlaentrelasotrasdemododistintivo(sinlugar acon9usi+n? aa>uello >ue no $a sido, a lo >ue no lleg+ a nacer o acontecer, le es dado permitirsecarecer de nombre tan s+lo $asta >ue llega el momento en >ue de ello $a( >ue decir @no$a sidoCD desde ese mismo instante (a lo tiene, ( el nombre es algo >ue se ad>uiere deuna ve8 por todas ( sin >ue en nada a9ecte $aber nacido o de%ado de nacer. -ano, carentede sentido, irracional, es (a, pues, a este respecto, el empeEo de >uerer reducir a sietelas guerras barcialeas ( el arbitrio de rea%ustar la 9orma de mentarlaJ. con arreglo a lacuenta corregida. A:o re>uieren, acaso, seguir siendo oc$o tambi#n para poder ser una9alsa ( siete verdaderas, del mismo modo en >ue siete nueces llenas ( una vana siempreoc$o nueces sonB Lo contado no puede (a de%ar de $aber sido contadoD =nicamentecabe(arestar.2erolo>ueseresta, si#ndoleobligadoestartambi#n, mFsarriba, enestado de sumando, >ueda, ni un punto menos >ue lo >ue en este estado se mantiene,asentado en la cuenta para siempre. La opini+n >ue negaba la e3istencia de una de lasoc$o guerras vino, pues, a caer, de modo intempestivo, sobre la >ue (a era desde tiempoimperturbada vo8 de tradici+n. uinta pa8, esto es, la >ue sucedi+a la >uinta guerra, puesto >ue no se contaba como pa8 la concordia primitiva, anterior atoda guerra, repugnando la idea de >ue el propio nombre @pa8C pudiese pree3istir a laguerra ( a su nombre ni, por lo tanto, convenir retrospectivamente a a>uel estado mudotodav0a de seme%ante vo8 )al modo en >ue la caricia,seg=n lo >ue ella es, no $abr0anecesitadoniaunpodidoconcebirsesiprimerolamano(lame%illanose$ubiesenreunido en la opuesta 9igura de la o9ensa corporal.. El llegar a engendrarse de a>uella enunprimer prontoaudac0sima opini+nde los >uesosten0anno$aber $abido$astaentonces mFs >ue cuatro guerras 9ue a partir de las circunstancias >ue en adelante sedirFn.1*Ogai el ViejoesunodeloscuatrohistoriadoresdelaHistoriadelasGuerrasBarcialeas.16Q'. "adesdeel principadodelosgemelos7aserres(,bnelobiolaciudaddeEstevernase$ab0adistinguidoentrelosgrFgidospor el grann=mero(laardienteactividad de sus letrados. &ustamente con ocasi+n del descontento >ue en relaci+n conesos pr0ncipes invadi+ el Fnimo de todas las ciudades, ( de las cuales Esteverna se erigi+en estandarte ( portavo8, se inici+ entre sus letrados la tendencia ( el criterio de su%etar( 9undar los procedimientos, los planes, las >uerellas, de la pol0tica presente en la mFsrigurosa interpretaci+n de las 9iguras institucionales a la lu8 de los datos del a(er. :o enotra cosa lograron cimentar )( con co$erencia irreproc$able, por sorprendente ( $astapueril >ue, pese a compartir sus mismas miras respecto al principado, pudiese parecerleala9ogosa(e3tremadacolectividaddeloseremitasel arti9iciode$acermanarlasnovedades %ustamente del manantial de lo pret#rito. a>uella grande ( arro%adaaspiraci+n,tan in9austamente malograda, de e3tinguir o, mFs e3actamente, resolver, aligual >ue se dice de un contrato, la instituci+n del principadoD aspiraci+n por la >ue sindes9allecersedebatierondurantetodaunaclara(memorabled#cada. El motivodea>uella actividad indagatoria, cu(os e3pertos recibieron pronto el nombre de @lectoresdel a(erC, 9ue, por lo tanto, inmediatamente prFctico, pol0ticoD se trataba de impugnar lapertinenciadedeterminadosactos(capacidadesdelasinstituciones)delas>uede$ec$o, en a>uella d#cada, 9ueron tocadas e3clusivamente las del principado ( ningunadelas delosgobiernosdelas onceciudades., mostrando>uese9undabanenunainterpretaci+n e>uivocada de la correspondiente 9igura institucional. Las pes>uisasdocumentales no llevaban, as0 pues, otro designio >ue el de con9utar la interpretaci+nvigente ( presuntamente abusiva contrastFndola con la >ue resultase de las respuestasdel a(er, a partir de las cuales se pretend0a restituir el contorno leg0timo de las 9iguras,reintegrFndolas ensus originariosl0mitesdecapacidad. El uso, consus constantescambios Gtales como la variaci+n de medida ( de materiaG, dilataba en unos puntos, (enotroscomprim0a, la9iguradelasinstituciones. Elgranosetransportaengrandesarconesde madera,re9or8ados con cantoneras de $ierro por el muc$o trasiego >uetienen >ue su9rirD las sartas de metal raro o pedrer0a, los menudos caudales en plumas deaves nobles de las damas, se guardan en ca%itas de madera, igualmente re9or8adas, >ueno parecen, por su seme%an8a, sino la imagen de las arcas de grano re9le%ada en pe>ueEoen la pupilaD si a$ora alguien metiese en una de estas ar>uetas no cosas de valor, sinopatente e incon9undible grano, cual>uiera >ue lo encontrase all0 metido no podr0a de%arde resistirse a la evidencia de los o%os e intentar0a, a trav#s de mil e3Fmenes ( por todaslas con%eturas concebibles, descubrir el secretovalor dea>uellos pocos granos deinocente cereal? as0 es como la alteraci+n de la medida o la sustituci+n de la materiaprovocan una e3igencia de reinterpretaci+n. ;l cabo de muc$os aEos la relaci+n entre elestado de $ec$o de tal o cual instituci+n ( su 9orma nominal se volv0a tan retorcida o tanevanescente, >uelacorrespondenciaentreambos t#rminos se$urtabaala9antas0a,resisti#ndose a cual>uier clase de representaci+n. De esta suerte los cambios de materia( de medida, al imponer la reinterpretaci+n )pues el $ombre repele la descon9ian8a ( la8o8obra de tener >ue moverse ( mane%arse en lo >ue por re$uir la representaci+n no leresulta abarcable deungolpe devista (lee3ige andar atientas, decorredor encorredor., seresolv0anal caboenmutaciones dela 9orma. ",9inalmente, deestareinterpretaci+n o mutaci+n de 9orma nominal se derivaba (a inmediatamente una tFcitaremoci+n de las capacidades ( las atribuciones, pues en el momento mismo en >ue losactos leg0timos ( consuetudinarios de tal o cual instituci+n ven0an a ser concebidos (sentidos a la lu8 de una imagen di9erente de a>uella por la >ue el 9uero los legitimaba,>uedaba impl0citamente promovida una dislocaci+n correspondiente en los l0mitesvirtuales de legitimidad para cual>uier acto posibleD o con otras palabras, en el momentoen >ue el p=blico sentir sustitu(ese el contenido nominal de cual>uier acto leg0timo (17consuetudinario, desalo%ando el >ue, seg=n el 9uero, le correspond0a, en el acto >uedabatransmutada la propia 9acultad a la >ue tal acto pudiese obedecer (, con ella ( en ella, elespectro o repertorio de los actos posibles >ue abra8aba.Q 3.Los %uristasde Esteverna inventaron la lectura dela(ercomo ele3pedientepol0tico natural ( decisivo para ata%ar los abusos inmediatos ( la oculta transmigraci+nde las instituciones >ue acec$aba tras de cual>uier reinterpretaci+n del contenidonominal delosactos(relaciones>uecompon0anelmovimientodelavidap=blica,reinterpretaci+n a su ve8 a menudo acrisolada por la gratuita autoridad del tiempo. Lasinstituciones IGestimaban los letradosG eran el aparato visible de a>uello >ue la vidap=blica $ab0a >uerido tener de %uramento,de compromiso vinculante,de dep+sito degarant0a, (todocompromiso, todade%aci+n(9i%aci+ndevoluntadesse$ac0a, seg=nellos, por una especie de surrogaci+n de uno mismo en cuanto su%eto de determinacionesvenideras en uno mismo en cuanto depositario de ese albedr0o renunciado por el 9uturoen 9avor del presenteD el convenio era el acto autoIconstrictivo en >ue el compromisariosal0a por 9iador de sus propias determinaciones veniderasD ( el documento, en 9in, era lapie8a material de ese convenio, >ue, manteni#ndose id#ntica a s0 misma, representaba ($asta encarnaba los atributos de constancia ( de constricci+n desde el pasado, >ue eranlos atributos esenciales de toda instituci+n. @La 7onstancia Gre8aba literalmente una9ormulaci+n con%unta de la escuelaG es com=n a la *nstituci+n ( a la 7ostumbreD pero#sta no la contiene mFs >ue como $ec$o ( a la ve8 no consiste mFs >ue en el $ec$o de la7onstancia mismaD a>uella, en cambio, la conlleva (a como acto, (a como producto?como producto, porcuantopro(ectalavoluntadde 7onstancia sobre su e3terior, (comoacto,porcuanto sobre s0misma la re9le%aDla*nstituci+nes uningeniomentalgaranti8ador de la 7onstancia, por>ue es el compromiso de re9le%arla ( pro(ectarla? es,pues, productora activa de 7onstancia, lo >ue no >uiere decir sino >ue la generamediante 7onstricci+n.C ;s0, pues, si toda la consistencia de las instituciones depend0adedarporbuenoel $ec$o)estoes, deatribuirleoconcederleunavigencia(unsentido. de >uealguiena(er $ubiese dic$oatengopoderes para 9irmar a>u0C, lasinstituciones no pod0an pretenderse cosas entre las otras cosas de este mundo mFs >uereconoci#ndose id#nticas al documentoD ( no s+lo a su contenido, no s+lo a su letra, sinotambi#n a su 9ec$a, a su mateIr0a, a su color, a su peso, a su medida. De esta 9orma eracomolos letradosde Esteverna ve0an en la opci+n de remitirse alainstanciadelosdocumentos no el arbitra%e mFs seguro, sino el =nico posible, si es >ue las instituciones>uer0an mantenerse a la parte de acF de los umbrales por los >ue se traspone $acia losFmbitos del espe%ismo(la alucinaci+n. 2eroesta e3trema opci+nde los %uristas,d#bilmente ilustrada )como si el propio velo 9uese (a tan 9rFgil >ue ni si>uiera pudieseunoarriesgarseaprenderdemasiadobienlosal9ileres.conHasuper9icial, benigna(conciliatoria imagen de >ue en el acto del convenio el 9uturo Go sea el $o(G $ab0a$ec$o de%aci+n de su albedr0o para depositarlo en 9ideicomiso en el presente Go sea enel a(erIG, de modo >ue #ste pudiese suscribir el documento con9orme al cual sal0a por9iadordelaconstancia, a=nten0a>uepasarporlatribulaci+ndeversesometidaaldesgarrado asalto de los eremitas, >ue, en su repulsa ante el criterio ( proceder de los%uristas de Esteverna, de cu(a maniobra por la e3tinci+n del principado eran, noobstante, los mFs radicales ( activos valedores, $ablaban por el contrario )demostrandodepaso, al replicar sobreel mismomodelode9igura, lavulnerabilidaddea>uellailustraci+n., de @suplantaci+n ( usurpaci+n del 9uturo por parte del presenteC, alrespectodetodocompromiso, detodo%uramento, detododocumento9undador delegalidades (legitimidades, a la par >ue, por suparte, enconsonancia con estesentimiento, se guardaban con e3tremoso escr=pulo de incurrir incluso en la mFs nimia18( cotidiana promesa verbal? @ATan vana $abr0a de serme la %ornada >ue va de $o( amaEanaGgustabandedecirG, >ueno$ubiesead>uirido(omaEanaund0amFsdepiedad, un d0a mFs de sentido, un d0a mFs de clarividencia, para poder resolver acercade esto, si>uiera sea tan s+lo en la medida de un pe>ueEo d0a, me%or de lo >ue pueda$acerlo $o(BC, o bien? @APui#n so( (o $o( para ponerle riendas, como a caballo propio,al >ue $e de ser maEanaBCQ 6. uesobrevino de pronto(para largos aEos. *mposibilidad >ue nopodr0a, por cierto,ac$acarse a la amena8a ni a la persecuci+n, ni si>uiera a la popularidad del sentimientoopuesto, sino a algo muc$o mFs e9ica8 >ue todo eso? a >ue alguien $ab0a 8an%ado la>uerella mediante una victoria rotunda ( 9ulminante, >ue no 9ue, sin embargo, mFs >ueun auda8 golpe de mano totalmente incruento. 2ues conviene notar >ue la victoria noestF necesariamente en proporci+n con el es9uer8o ni con la magnitud de la laceraci+n (el escarmientoD la victoria anonada no tanto por lo >ue alcan8a a tener de destructoracuantopor lo>ueacierta atener dedeslumbrante. 7ierto>ueaunestee9ectodeapariencia resulta por lo com=n mFs esperable de grandes, cruentos ( e3terminadores$ec$os de armas sobre las carnes de los enemigos, pero tampoco 9altan, en lae3periencia de lo acontecido, e%emplos de >uien con el castigo ( el 9uego mFsdevastador Gsi bien moroso, opaco ( polvorientoG no acert+ a $acer resplandecer a lavictoIr0a de 9orma sugestiva ( conclu(ente, as0 como de >uien, por el contrario, con s+loun pe>ueEo impulso a9ortunado, con un gesto oportuno, con un 9eli8 destello, certero,raudo ( Fgil, pro(ectado de lleno sobre las pupilas Gcomo el taimado espe%uelo >uedeslumbra ( abate sobre el suelo las aves del amanecerG, logr+ llevar mFs decisiva (anonadadoramente al enemigo a la convicci+n de la derrota, pues al 9in la victoria noconsiste mFs >ue en su propio resplandor. Tal 9ue el 9amoso -uelco de *risesia, por el>ueuel gran golpe deperspicacia ( osad0a de ir #l o9icialmente, con los su(os, a devolver, uno por uno, en unaininterrumpida galopada de diecioc$o d0as, a los once regentes, cada uno a su ciudad.:o se meti+ en disputar si>uiera la victoria, sino >ue de antemano se dio por vencedorDsin contender, se apoder+ directamente de ella ( del poder >ue le otorgaba, tomFndolaen sus manos ( al8Fndola en el aire, como un tro9eo de cucaEa. Hab0a logrado $acerresplandecer de manera tan vivida ( tan pr+3ima la simple imagen de la victoria en s0,>ue imponiendo con ello al adversario la mFs s=bita ( apremiante sugesti+n deacabamiento,no le de%+ otra opci+n mFs >ue la de >uedar, como precipitando en un$ec$i8o, de9initivamente convicto de derrota. 2ero si a>uel tal ve8 demasiado ta3ativosentimientodeimposibilidaden>ueara08del -uelcode*risesiasede%aroncaer,acertada oe>uivocadamente, los derrotados %uristas de Esteverna ven0a tambi#n adespo%arlos del motivo por el >ue entre ellos $ab0a llegado a dibu%arse la ocupaci+n de@lectores del a(erC, ( >ue era, seg=n se $a dic$o, el de perseguir a trav#s de #sta undesignio pol0tico inmediato, no por eso deca(eron, en s0 mismas, por sorprendente >uepueda parecer, la a9ici+n ( la actividad indagatorias, sino >ue, emancipadas a$ora de suestrec$a motivaci+n originaria, ociosas (a de todo apremio prFctico, dilataron el $a8 desu miradasobreunpanoramamFsmediato ( mFsdistante, (,porlo tanto,sobre uncampo de cosas ( sucesos mFs lato, mFs disperso, mFs vario ( mFs pro9undo.Q 5. On siglo antes de estos $ec$os $ab0a $abido en Tetrecia, durante algunos aEos,ungrupode$ombres dedicadoalamismaindagaci+n>ueloslectores del a(er (19tambi#ndirigidoe3presamente, al igual >ue#stosensuprimer impulso, $aciauna9inalidad prFctica concreta. MFs concreta ( mFs prFctica, si cabe, salvo >ue di9erente, (a>ue no se trataba sino de rea%ustar, por una parte, el $asta entonces ambiguo calendario,( establecer, por otra, una Era propia para el pueblo grFgido. 2ara ello, a causa de lanecesidad de compulsar los inciertos testimonios de las edades mFs remotas, se $ab0a%u8gado imprescindible traba%ar en com=n con los ataEidas, de 9orma >ue la Era termin+porserlamismaparauno(otropueblo, conviniendoen9i%arporaEoceroel delcomien8o de la primera guerra >ue $ab0an tenido ambos pueblos entre si Gesto es, de la2rimera Guerra Rarcialea ( %ustamente a>uella de la >ue mFs adelante se discutir0a si$ab0a sido cierta o legendariaG, e3presi+n, esto =ltimo, de su concordia en reputar pore%e de sus vidas el %al+n de la mutua enemistad. 2ara la 9undaci+n de ue era el $ec$o mFs remoto de cuantos sellegaron a datarG, se $ab0a estimado el '6' antes de la 2rimera Guerra RarcialeaD parala de Tetrecia, la ciudad mFs antigua de los grFgidos, la 9ec$a de veinti=n aEos despu#s.En cambio los calendarios respectivos, aun siendo id#nticos en la e3tensi+n del aEo,>uedaron 9inalmente, por un postrer desacuerdo irreductible, encabalgados en sucolocaci+n, si bien por di9erencia tan s+lo de seis d0as? los mismos >ue, por ser algo mFscFlida (, por ende, mFs temprana la tierra de los grFgidos, mediaban entre las dos 9ec$asrituales de apertura de la recolecci+n. ;>uellos cronologistas, cu(o colegio 9ue disueltonobien$ubocumplidolatarea>uele$ab0asidoencomendada, $ab0ande%adoelcon%unto de sus tablas ( sus apuntaciones Gescritas a buril en 9inas lFminas de n0>uel (en la%as de pi8arraG en los arc$ivos vie%os de TetreciaD ( all0 9ue, pues, donde tan s+loel trans9ormado esp0ritu de los nuevos lectores de Esteverna acudi+ 9inalmente arescatarlasdelolvido, nosin>ue9ueseprimeronecesarioapalancar(des>uiciarlaspuertas, tanto era el tiempo >ue nadie las abr0a. Los tetrecios, s=bitamente celosos de untesoro >ue solamente el inter#s a%eno tan a des$ora les $ac0a apreciar, no de%aban sacardesusarc$ivosa>uellosdocumentos )como, porlodemFs, losrespetuososlectoresestevernios no $abr0an osado pedir ni consentir., lo >ue a partir de entonces, ( aun pormuc$os aEos, 9ue ocasi+n para un trF9ico continuo entre las dos ciudades Gdistantesentre s0 unos '!.!!!cuerpos de caballoG, $abi#ndose convertidoel 7+mputodeTetrecia,como (a en adelante se llam+ el legado de los cronologistas,en la primeraplata9orma de >ue dispuso la escuela trans9ormada para un reconocimiento del pasadode 9orma comple3iva, al igual >ue una urdimbre (a tendida >ue lo solicitase para te%er latrama, los celadores, apresurada e innecesariamente puestos al cuidado de las preciosastablas por el propio gobierno de Tetrecia Gcon el acostumbrado turno rotativo entre unsector de ciudadanos >ue era norma com=n de los servicios p=blicosG, empe8aron enocasiones a su ve8, como a remol>ue de la curiosidad de los lectores de Esteverna, aa9icionarse con la antigLedad? ( de ellos $abr0an de salir mFs adelante algunos de losmFs apasionados ( capaces lectores del a(er.Q /. Mas todo a>uel >ue se encuentra en los albores de la lectura del a(er pareceinde9ectible >ue tropiece, ( del modo mFs natural e inadvertido, en el error de tomar porun orFculo la silenciosa vo8 del testimonio, (a sea por la espontFnea sugesti+n de >uea>uello >ue como el documento se presenta impasible e inalterable no es sentido comoalgo >ue pueda desdecirseD (a sea por>ue el primer semblante con >ue el pasado se nosrepresenta es el de desvelador ( desenmascarador del $o( >ue se mani9iesta a nuestroso%os, (doblementeaa>uellos>uecomoloslectoresdeEstevernatra0an(aporsu9iliaci+n de los letrados, la positiva inclinaci+n de empuEar ( blandir entre sus manos ela(er del documento como s0 9uese la in9alible cuc$illa con la >ue se dispon0an a cortar, (de una ve8 por todas, a>uel bramante imaginario >ue, seg=n ellos, manten0a en$ebrada20lasartadementiras >ue, al igual >ueuncollar demuc$as vueltas, colgaba, comoescondi#ndolo ( adornFndolo a la par, sobre el doloso pec$o del presente. ; lo cual a=n$abr0a >ue aEadir, ( de manera especial por lo >ue al 7+mputo de Tetrecia se re9iere,>ue el propio $ec$o de tener >ue desci9rar tan traba%osamente una escritura desde lasclaves de la >ue en cien aEos corridos no pod0a $aber de%ado de su9rir respecto de ellalas mFs notables modi9icaciones )por no $ablar de las 9ormas contractas o abreviadas,tan recurrentes en los n0>ueles de las tablas propiamente dic$as o de la natural corrosi+n( e39oliaci+n de la pi8arra, por lo >ue ataEe a las apuntaciones., ten0a por 9uer8a >ue darpFbulo a una segunda sugesti+n, tan inocente como la primera, ( consistente en el nomenosgratuitosentimientode>uelo>ueatrav#sdel agrestecaminodetanlargosdevanamientos ( 9atigas 9inalmente se alcan8aba no pod0a ser (a mFs >ue la verdad. Deldocumento s0 >ue $abr0a de serlo, ciertamente, en el caso mFs deseable ( esperadoD peroel es9uer8o mismo >ue $ab0a permitido dar alcance a a>uella cima Gcomo el del primerpastor >ue en la migraci+n de est0o de los rebaEos de ;scabona alcan8aba el inmaculadonevero del Gran DalmG no pod0a (a de%ar lugar al pensamiento de >ue tal ve8 mFs allFde la verdad del te3to >uedaba todav0a otra verdad. 2ues no $ab0an sido los grillos ni lospF%aros, sino Hos propios $ombres, >uienes $ab0an librado el testimonio (, por tanto, noen el impulso reversivo de la vo8 de a>uellos G>ue tan s+lo a si mismos, con su canto,seanuncian(sedanaconocerG, sinosiempreenlavoluntadoenlailusi+ndepro(ectarla sobre un lugar distinto ( separado de a>uel en >ue toma 9orma ( direcci+n,como es lo propio de la vo8 $umanaD la cual por eso mismo estF su%eta, al igual >ue laa8aga(a, (a a $incarse en otra tabla de la >ue por blanco le $a sido 9i%ada, (a a rebasarlaatravesando el aire a su costado para agotar su impulso en el vac0o, si es >ue estos casosse admiten por 9igura de los sesgos adversos de la vo8 $umana? de la mentira, el >ueme%or le venga,(el>ueno peorle cuadre,del error. Elcaso es>ue porlascausasantedic$as s+lo el semblante del presente era escrutado en a>uel primer momento conmirada dispuesta a concebirlo susceptible de engaEo ( de doble8, mientras >ue en lo >ueataEe al testimonio del a(er no s+lo, de modo inerte, no se $ab0a ca0do Gseg=n (a se $adic$oG tan si>uiera en la idea de pensar respecto de #l en t#rminos de mentira ( deverdad, sino >ue, mFs a=n, si bien se piensa, al concederle el carFcter de revelaci+n (con #l, llegado el caso, la 9acultad de desengaEar ( la 9unci+n de desmentir, se le veniaimpl0citamente a con9erir de modo positivo el sumo privilegio de go8ar 9rente a la dudaun estatuto total de inmunidad. ,, por decirlo de 9orma mFs sensible, al ser introducidoen a>uel uso activo >ue lo contrapon0a al presente como el re9utador 9rente a lo re9utado,(a no era el caso de algo >ue meramente se sustrae, de modo neutro, a la servidumbrede tener >ue ser 9also o verdadero, sino el de algo a lo >ue se atribu(e, inadvertidamentesi se >uiere, pero no menos positivamente, el cansina de la veracidad. ; tenor de esto9ue, pues, c+mo desde el d0a mismo de su inopinada e3$umaci+n ( en adelante paramuc$os aEos, la autoridad del 7+mputo deTetrecia lleg+ a alcan8ar entre los lectores deEsteverna la desmesura de una severa tiran0a. Mas tal ve8 %ustamente la propiaprepotenciadea>uellaautoridad, mFs(mFsminuciosa(e3igenteconel pasardeltiempo ( el aumento de las constataciones, ( >ue tan arduo de anudar ( combinar $ab0aido $aciendo el siempre creciente mano%o de las $ebras, tan eno%osa de te%er la trama delpasado, a cada vuelta mFs arti9iciosamente enrevesada sobre la obligatoria ( rectil0neaurdimbre de los inamovibles testimonios, $i8o >ue el d0a en >ue los lectores Momorrade Tetrecia(,rbeidesdeEsteverna)>uenoerains+lita, (a, tan$onrosaamistad(asociaci+nentrelectoresdelasdosciudadan0as. llegaron9inalmente, mFs comoenc$ispadelu8>ueba%orF9agadesombra, aconcebir(e3presarporve8primeralasospec$a de >uetambi#n en elun0voco e indemudable rostro del a(er pod0a $allarsecelada la mentira, le%os de ser rec$a8ado seme%ante aviso con un clamor de escFndalo (21reprobaci+n oaceptadocon una repentina sensaci+n dev#rtigo,conun intempestivoescalo9r0o de desamparo, pareci+ en cambio venir a re9rescar ( despe%ar las 9rentes comoel ben#9ico soplo de una brisa pluvial ( recorrer los nervios de la escuela entera comoun estremecimiento de alivio ( de recuperaci+n, H>ue tan insospec$adamente ingrata (rigurosa puede llegarnos a ser, en ocasiones, la estrec$e8 de lo 9iadero, la inapelabilidadde lo seguro, la rigide8 de la misma certidumbreJBibienzo, la ciudad santa de los Atabates (ilustracin del autor)Q1. 2erono9uetans+loenesta9ormanegativademeraliberaci+n9rentealaas9i3ia prFctica ( sensible de a>uella tirana urdimbre como =nicamente 9ue sentida (celebradaentre loslectores la gran denunciade Momorra de Terrec0a (,rbeidesdeEsteverna.:o, la satis9acci+n no 9ue tan s+llo la de verse de pronto emancipados delimplacable (ugodea>uel concretocaudal detestimonios imposible dearticular (concertar, como ec$ando de menos o envidiando la imaginable 9ortuna de otra situaci+nde $ec$o, en la >ue una mFs 9iel memoria de la piedra, el metal o la pi8arra les $ubiesebrindado un semblante del a(er mFs 9ranco ( menos espinoso de atender ( contentar? laconmoci+n vali+ muc$o mFs >ue todo esoD lleg+ a tocar otra orilla mFs remota >ue la delas meras alternativas de $ec$os singulares, %usti9icando del modo mFs egregio el >ue alnombre de Escuela Trans9ormada, con el >ue el cuerpo de lectores se veniadesignandodesdeel cambioderumbo>uetomaraara08del -uelcode*resesia)di9erenciando retrospectivamente con el de Escuela -ie%a a sus antecesores., sucediesede a$ora en adelante el de Escuela :ueva. 2ues $ab0a dos cosas bien distintasD una de$ec$o? el cambiode disposici+n9rente a a>uel determinado(singular caudal detestimonios,( otra de derec$o? el cambio de actitud 9rente a cual>uier testimonio engeneral ( al concepto de su veracidad, lo >ue no era otra cosa >ue una transmutaci+n de9acciones en el velado rostro de @La de no tembloroso cora8+nC, como de antiguo entreGrFgidos ( ;taEidas era llamada la verdad. Ksta, precisamente, concebida desderemotos tiempos, como revela el ant+nimo antedic$o, tan s+lo en relaci+n con el valorde decirla ( sostenerla )(a >ue ese paladino cora8+n $a de entenderse obviamente comolo >ue se sobrepone al temor de >uien $abla 9rente a >uien escuc$a. ( opuesta, por lo22tanto, tan s+lo a la mentira Gno tambi#n al errorG, esto es, sentida solamente comopie8a de true>ue en la lealtad entre $ombres ( no tambi#n como llave de e9icacia en eltrato con las cosas, de%ando, por consiguiente, reducido el alcance de su idea al territoriodel comercio p=blico ( %ur0dico ( de la convivencia 9amiliar, era tambi#n representadaen la imaginaci+n tradicional de uno ( otro pueblo como montando en un carro ligerocon un tiro de cuatro (eguas blancas. " e3ist0a, por cierto, en las altas praderas de losLlFbridesGpueblodelamismaprogenie>uelosGrFgidos(los ;taEidas, aun>uemenosseme%antedeambos>ue#stosentres0Guna9amosa(preciad0simara8adecaballos blancos, casi e3tinguida por a>uel entonces, en la >ue se $ab0a logrado >ue (ael potro saliese blanco como la nieve del vientre de su madre, sin tener >ue pasar por elpela%e tordo, como los caballos blancos mFs comunes, para tornarse blancos solamentemFs allF de los seis u oc$o aEosD animales de delicada ( 9in0sima 9igura, con el pelo mu(largo en los nevados inviernos del pa0s, 9ronteri8o de los grFgidos, a la trascumbre del"arvendes, del 2e>ueEo Dalm ( del Gran Dalm,cort0simo en veranoD los o%os de unceleste tan pFlido, >ue a ellos solos deb0an, a despec$o de las e3cepcionales cualidadespara la marc$a ( la carrera, el $aberse librado siempre de la guerra, por el inconvenientedecisivodedeslumbrarseconlalu8del sol Glo>uenosevolv0asinounaventa%ainestimable para andar de noc$e por el para%e mFs negro ( mFs abruptoG, ( 9inalmentelospFrpados(el bel9odeuncolorrosaclaroanacarado, comosiloscoloresdesucuerpo no $ubiesen sido robados, sino a la misma nieve? el blanco, de su mati8 ( el rosa,el celeste, el iris, de sus re9le%os ( sus tornasoles. De a>u0 >ue en el p=blico sentir lascuatro (eguas blancas de la representaci+n de la verdad se remitiesen a a>uella ra8a decaballos ( $ubiese un voto mu( com=n en las conversaciones populares, >ue consist0aen %urar por las (eguas de los LlFbrides, identi9icando con #stas a las de la verdad. 2eronada $ab0a de averiguado sobre si a>uella 9igura de la verdad ven0a e9ectivamente deunainvenci+ndeLlFbridesD nidadoelalcance>ueten0aporentonceslaideadelaverdad parece ra8onable lo >ue algunos supon0an? esto es, >ue el motivo de larepresentaci+n resid0a en la nictalop0a de a>uellos animalesD (a >ue si la capacidad dever en las tinieblas parece, indudablemente, un atributo mu( propicio ( adecuado pararepresentar $onrosamente a la verdad, se a%usta mal, en cambio, a su concepto antiguo,>ue la opon0a tan s+lo a la mentira, no tambi#n al error, ( por ende no $ab0a llegado acomprenderla como propia del ver, sino =nicamente del decir. Descartada esta con%eturatan $ermosa ( tan propia de invenci+n como, desgraciadamente, inveros0mil, nada ciertoni dudoso podr0a aventurarse sobre el motivo originario de a>uella representaci+n ni,por tanto, %u8gar de lo certero o lo torpe de la imagen. *magen >ue, al parecer, por lodemFs, nada dec0a (a en a>uella #poca, nada mostraba o descubr0a sobre la comple3i+npeculiar de la verdad, permaneciendo reducida a muda estampa pedag+gica con la >uelos $ombres aleccionaban a los niEos, en largas, minuciosas ( encomiFsticasdescripciones )a%enas, sin embargo, a cual>uier 9undamento cualitativo para el parang+n( dirigidas, por ende, tan s+lo a los sentidos ( no al entendimiento., con9iando en >uepor admiraci+n ( $asta por amor de a>uellas cuatro (eguas blancas 9lorecer0a en el niEoun cora8+n vera8. ue 9uere, el caso es >ue $ubo de ser precisamente deesta muda imagen de la >ue supo valerse del modo mFs 9eli8 un eremita G9ogoso (c#lebreantipalatinoenel DeceniodeEsteverna, pero(a anciano(casi ciegoporentoncesG para ilustrar si>uiera ante los o%os lo >ue no por vago o por incierto, sinoprecisamente por no tener un punto de aparente o de banal no se o9rece con 9Fcil asideroparaunae3plicaci+nsatis9actoria, estoes, a>uel cambiosutil, peropro9undo, enlapropia idea de la verdad por el >ue, in9initamente mFs >ue por la concreta impugnaci+ndel c+mputo de los cronologistas, mereci+ ser apartado el nombre, no por elloindecoroso, de la Escuela Trans9ormada, para dar paso a los anales de la >ue en el acto23$abr0a de llamarse Escuela :ueva. Tal 9igura parece venir mu( a prop+sito, con su buentino ( su e3presividad, para poder re$uir a>u0, cediendo ante lo arduo del ob%eto, perosinla resignaci+n de pasarlo por alto en un total silencio, la alternativa de unae3plicaci+n cu(o intento tendr0a >ue retenerse sin mFs por arrogancia. 2reviniendo as0,pues, el eremita lodesdeEable decual>uier 8o8obra>ueantelap#rdida dea>uelpresuntoorienteinamoviblepudiesedesatarseconrespectoal alentar delaverdad,adelantFndosealasuper9icialidad deun precipitadodiagn+stico de muerteparaella,vino a decir con e3presiva rapide8 de anciano no bien le 9ue enunciada la denuncia de,rbeides ( Momorra, >ue se sent0a dic$oso de no morir sin $aber visto c+mo al 9in lasriendas de las cuatro (eguas blancas con las >ue se pintaba el es9uer8o ( el empeEoimpulsor de la verdad ven0an a ser desatadas de las 9#rreas argollas >ue colgaban delciego e inerte muro de los testimonios, para ser empuEadas de una ve8 por las videntes,activas ( deliberadas manos del discernimiento.Q8. 7ona>uel comentario, >ue, apreciadosindudapor >uienlorecogiera, sedi9undi+ por todas partes con rapide8 inusitada, el sentimiento de la multitud lleg+ aponer la 9igura del anciano G>ue vivi+ (a tan s+lo pocos mesesG al lado mismo de lasde ,rbeides ( Momorra? #stos aparec0an en la imaginaci+n desnudando las riendas de laverdad de las argollas del muro de los testimonios, ( a>u#l, poni#ndolas en las manos delosvivos, Htal llegaaseravecesla9ortunadeunasimpleimagen, si aciertaaserrotunda ( sugestivaJ ;s0 a>u#lla lleg+ a ser como la enseEa, constantementecontemplada(seEalada(reiteradamentevueltaainterpretar, delos lectores delaEscuela:ueva? noinm+viles, inertesasideros, sinotans+lolaencendidamente, lamente de los vivos, deber0a ser la instancia destinada a entender de la suprema apelaci+nde la verdad, determinandoa pulso(comoenvilo, al modoen>ue el coc$erogobernaba las riendas de su tiro, el arbitra%e >ue $abr0a de decidir de todo testimonio.;nticipadamenteseve0aob%etadoel sabi$ondo>ueconesc#ptica(9Fcil amargura$abr0a de ponerse al d0a siguiente a comentar la novedad, viendo (a, en la ca0da de supresuntaciudadela, 9ugitiva, sinresidencia(sinre9ugio, de9initivamenteperdidalaverdad. 2ero buenas ra8ones $ab0a tenido siempre no s+lo el sabi$ondo de la pla8a, sinocual>uier mortal para decir una ve8 mFs la 9rase, nunca tac$ada de convencionalismo niretirada del comercio 24Teteria (ilustracin del autor)p=blico gracias tan s+lo a ese resistente tornasolado de amargura, d#bil peroinnegable como el del cuello de un pic$+n, >ue misteriosamente la acompaEa, a>uella9rase >ue re8a? @Todo miente.C ue tal constataci+n no atentaba en modo algunocontra la verdad, sino tan s+lo contra algo con lo cual 9Fcilmente $asta entonces pod0aser con9undida, algo >ue caminaba siempre a su costado ( acaso acarreFndole algunave8 mFs daEo >ue provec$o, es, a saber? la garant0a. 2ero contados eran los lectores dela(er, >ue, aun admitiendo ( aprobando con todos la denuncia de ,rbeides ( Momorra,lamentaban no $aberles cabido la 9ortuna de empare%ar, con9orme demandaba el esp0ritude la garanda, >ue no el de la verdad, con un caudal de testimonios realmenteinconmovible, ( ninguno de ellos, ciertamente, era de los >ue 9iguraban en la nutrida (animosa n+mina de los @%inetes del a(erC, mu( pronto (a 9amosa, sea en su con%unto,comotal novedosa(de9inidaespeciedevia%eros, seaensum=ltipledeterminaci+nindividual, (a todos caras conocidas en los d0as o voces 9amiliares en las noc$es de las9ondas ( postas del camino maestro de Tetrecia,>ue, remontando por largo trec$o elDuld ( sin de%ar mFs >ue en alguna abrupta torrentera la media cota del 9ald+n en >ue lameseta de .Esteverna se romp0a bruscamente en erosivo talud sobre el valle de este r0o,continuaba despu#s $asta el puente ( las puertas de Tetrecia, tomando la corriente delpe>ueEo Grages )r0o >ue $ab0a dado su nombre al propio pueblo de los grFgidos, >ue9undaraaTetreciaensusorillas., (aapartir delamismacon9luenciaen>ue#stecumpl0a conel Duld sueternadeuda tributaria,%+venessin9atiga(sin>uebrantoovie%os testarudos en>uienes el empeEo(lapasi+nsomet0andespiadados, connoespaciada periodicidad,los (a d#biles cuerpos a la maceraci+n de '!.!!! cuerpos decaballodecamino, ni unos ni otros permit0an>ueel alballegaseasus ventanas,conoci#ndola s+lo como un pr+vido au3ilio de la lu8 para >uien, (a a .!!! cuerpos decaballo de Esteverna, se dispusiese a ba%ar el inestable ( empinado talud de su meseta,endondelaviolentacscorrent0adel aguaceroarrancaba(borrabaenocasiones elcaminomismo, arrastrandosuspiedras$astadepositarlasenel lec$odel caudaloso25Duld. Ontrotenuevo, en9in, unanuevapolvareda, pareci+reavivar(aunredoblarinesperadamente el trF9ico, por entonces (a un tanto amortiguado, del camino maestrode Tetrecia, el d0a en >ue los %inetes de Esteverna llevaron entre el vuelo de sus mantos(a no la sometida ( reverente lFmpara de la Escuela Trans9ormada, sino la escrutadora,maligna, desa9iante linterna de la Escuela :ueva, pues el 7+mputo mismo se trocaba asu lu8 en otro te3to enteramente nuevo ( di9erente.26Los pr)ncipes concordes*Q . Las guerras barcialeas se llamaron as0 por el r0o Rardal, >ue mFs como l0neaespontFnea de encuentro ( de 9ricci+n >ue como 9rontera concordemente convenida (acatadaseparabadesdelostiemposmFsantiguoslosterritoriosde$ec$odelosdospueblos contendientes? los GrFgidos ( los ;taEidas. Era un r0o caudaloso, peligroso, deimpr+vidos des$ielos ( largos estia%es, ( e3tremamente enrevesado en el tercio 9inal deltra(ecto >ue separaba a los dos pueblos, mFs allF de los cuales, ( despu#s de romperseen la sucesi+n de cataratas >ue llamaban La Escalera del Escombro, aun corr0a muc$astierras $asta la desembocadura, sirviendo casi siempre, al igual >ue aguas arriba de losGrFgidos ( los ;taEidas $asta el mFs alto manantial, de l0mite mFs o menos aceptado odiscutido entre pueblos di9erentes. Dotado en muc$os puntos de un servicio de balsaspermanente, conuntrF9icopersonal (mercantil >ueni entiempos deguerraodecrecida se llegaba a interrumpir del todo, dispon0a, sin embargo, entre los GrFgidos ( los;taEidas, de un =nico puente de treinta ( dos o%os ( de9orme construcci+n. 5ue tra8ado( construido en la Tercera 2a8, es decir, la >ue sucedi+ a la Tercera Guerra Rarcialea)puesnollamabanpa8alaconcordiaprimitiva>ueprecedi+alaprimeradeestasguerras, considerando>ueel propionombre@pa8Cnopree3ist0aalaguerra(asunombre., ( gracias a las gestiones de los pr0ncipes ;rriasco de los grFgidos ( Espel delos ataEidas. Estos dos pr0ncipes empe8aron a reinar el mismo d0a del mismo aEo, lo >ueen a>uellos primitivos tiempos, todav0a respetuosos de los signos o acaso simplementeastutos para aprovec$arse de cual>uier prete3tosimb+lico capa8 de dar unrostro9idedigno a sus vergon8antes deseos de pa8 ( de amistad, pudo contribuir bastante a laconcordia, ( murieron con >uince d0as de di9erencia, ;rriasco por su propia ancianidad( Espel atravesado por el $ierro en la batalla >ue a la vuelta de apenas esos d0as $ubo decombatir con los diarcas 7aserres ( ,bnelobio, $ermanos gemelos, $i%os ( sucesores desu amigoD batalla con la >ue empe8+ ( termin+ la 7uarta Guerra Rarcialea ( en >ue sevieron por primera ve8 manc$adas de sangre, ( de la sangre de uno de sus promotores,las losas del puente >ue la amistad entre ambos pr0ncipes $ab0a logrado tender entre lasdos orillas del Rarcial.Q '. :inguno de los dos pueblos, sin embargo, $ab0a llegado a mirar con entusiasmoesta amistad ni en vida de los pr0ncipes ni en tiempos posteriores.;s0 pod0aobservarsetodav0aenlos te3tos mismos, donde(a desdelasimplenarraci+ndelaentrevistaen>ue, alasemanaescasadesubir al trono, llegaronaconocerse los dos pr0ncipes, todos los testigos se complac0an en ma(or o menor gradoen prodigarse en insigni9icantes pormenores descriptivos, en cu(a simple minuciosidadse percib0a (a un tono displicente cual si a trav#s de la ociosa nimiedad de la propiadescripci+n se pretendiese $acer aparecer 9alta de seso, pueril, inconsistente, la actitudmisma de los protagonistas. Hab0a un lugar en el Rarcial, conocido por el -ado de laRola, a causa de un canto rodado per9ectamente es9#rico encontrado en el lec$o muc$otiempo atrFs ( >ue a=n se enseEaba por entonces en la casa de un bar>uero ataEida )de la>ue mFs tarde $abr0a de ser robado, nadie sabe c+mo, para %amFs volver a aparecer.,lugar por el >ue en aEos de estia%e acentuado pod0a cru8arse a pie en%uto de una orilla aotra si se ten0a agilidad para saltar de piedra en piedra en alg=n trec$o del centro, pordonde nunca de%aban de correr someras vetas de agua lFnguida ( calienteD all0 9ue, pues,2 'Este texto era el primer libro de la Historia de las Guerras27dondeseconocieronlosdospr0ncipes, ;rriascoenedaddecuarentaaEos(Espeldiecioc$oaEosmFs%oven)oseapocoma(or >uelosprimog#nitosdel grFgido, losgemelos, >ue $abr0an de matarlo cuarenta aEos despu#s ( el d0a cu >ue, con el amigo,muriese la amistad, ( todos los testimonios del encuentro coincid0an en contar de >u#manera, despu#s de $aber consumido cordialmente la comida ba%o los eucaliptus de laorilla grFgida, decidieron de pronto atravesar a pie el mal andadero ( anc$o pedregal delFlveo en estia%e, en todo el ardiente sol del mediod0a, $asta la orilla ataEida,deteni#ndose todos los testigos, de unouotro modo, en detallar c+mo se adelantaronlos dos %untos, ligeros ( animosos sobre el candente ( cegador reverbero de los cantosDc+mo avan8aban recogi#ndose con la mano i8>uierda las t=nicas por cima del tobillo,mientrasalternativamenteseo9rec0an la derec$a el uno al otro en los pasos insegurosDc+mo de ve8 en ve8 espantaban con el pico del manto las raudas ( vibrantes bandas demoscardas>ueasupasoseibanlevantando, ens=bito(unFnime8umbido, delosmec$ones de algas muertas ( semiputre9actas pegadas al reseco pedregalD c+mo, (a enlaotraorilla, solicitaronver(e3aminarel 9amosocantoes9#rico, del >uetomabannombre el vado, la balsa ( el camino ( >ue era de piedra negra, poco menor >ue unacabe8a$umanaDc+mo seadmiraron de #l (loestuvieronpalpando (sopesando,sinllegar a soltarlo $asta >ue $ubo pasado die8 o doce veces de las manos del uno a las delotro, paraec$arlo, por =ltimo, arodar sobreunasuper9icie lisa(plana, a9indeconstatar la per9ecci+n de su es9ericidad, ( c+mo, 9inalmente, se entretuvierondiscurriendo sobre cuFl pa0s de aguas arriba podr0a criar la roca negra, desconocida ensus pa0ses, de la >ue seme%ante piedra pudiese $aberse desprendido ( sobre si podr0a talve8 no ser obra 9ortuita de la naturale8a, sino deliberada producci+n de $ombres, pese a>ue no e3ist0an, >ue se supiese, por entonces, ni aun en sus propios pueblos G( tantomenos, por ende, en los de aguas arriba del RarcialG, t#cnicas ni medios para llevar acabountraba%otane3acto(primoroso. Lareticencianarrativadepararsecontanimprocedente minuciosidad en la reseEa de estas simples insigni9icancias anecd+ticas GporlodemFs, indiscutiblementeciertas, dadalacoincidenciaentrelosconmemorestestigos grFgidos ( ataEidasG de%aba traslucir la desdeEosa mirada por la espalda >uelos estuvo siguiendo en cada uno de sus pasos, ( >ue revest0a la imagen de los pr0ncipes( la de su intempestiva ( rFpida amistad de cierto aire in9antil, suscitando o >ueriendosuscitar sobre ellos el descr#dito ( el menosprecio de las gentesD pero precisamente enesosdatos, (adespec$odel Fnimocon>ue$ab0ansidoregistrados, seconservaba,saltando por encima de la intenci+n de los testigos ( aun triun9ando sobre ella, el 9iel (viva8 retrato de las 9iguras gentiles, activas, sonrientes, de los >ue mFs adelante $abr0ande ser llamados los pr0ncipes concordes.Q 3. ;>uel mismo d0a >ued+ prospectada entre los dos la idea de un puente >ueuniese ambas orillas del Rarcial. "a por a>uel entonces el trF9ico entre los dos pueblos$ab0a llegado a $acerse demasiado grande para seguir con9iFndolo a las balsas, (a lentasporsi mismasperoademFse3puestasenlosmesesdecrecidaainterrupcionesdelservicio, conlaconsiguienteacumulaci+ndemercanc0as>uecostabadespu#sd0as(d0asdeincesantetrasiegodelosabnegadosperti>ueros$astapoderserevacuada(despe%ada, o bien daba lugar a >ue los mercaderes mFs audaces ( ambiciosos recurriesena los bar>ueros de 9ortuna,independientes del servicio regular, >ue no estando su%etoscomo #ste a tari9as ni a normas de prudencia se aventuraban a pasar con grandes riesgos,impulsando la balsa sobre las amena8adoras ondas del Rardal, a cu(a corriente ten0an>ueabandonarlaincluso, despu#sdeunvigorosoimpulso, duranteel trec$omFsomenosbreveen>uelasp#rtigasnotocaban9ondoDelpeligro, pues, noeracantoladoblada violencia del r0o en las crecidas cuanto >ue la subida del nivel imped0a gobernar28la balsa desde a bordo en todo el anc$o de la traves0a, pues ni $abr0a $abido bra8o capa8de mane%ar (dominarla p#rtiga >ue para ello se $abr0a re>uerido ni se $abr0aencontrado Frbol >ue o9reciese ramas de tanta longitud. 7omo>uiera >ue en el servicioregularlaseventualesp#rdidasdelosmercaderessesol0anresarcirenciertaparteae3pensas de un 9ondo establecido por el bar>uero ma(or >ue se $ubiese $ec$o cargo dela mercader0a, era evidente >ue cuando #ste dec0a @$o( no se pasaC, a>uel d0a el Rarcialno se pasaba, por insistente >ue 9uese la por90a del arriesgado mercaderD por el contrario,en las balsas de libre contrataci+n cada mortal se las $ab0a con sus propios riesgos? elmercader con el de su cargamento, los perti>ueros con el de sus vidas. El servicio deestos perti>ueros de 9ortuna era, naturalmente, supletorio ( solamente sol0an botar susbalsascuando se suspend0ael servicioregular,situFndose,claro estF, en los mismospasos >ue #ste, puesto >ue la e3periencia los $ab0a 9i%ado como los de menor peligro ( aellos ven0an a incidir los caminos de una ( otra orillaD =nicamente prolongaban sus d0asde traba%o si tras alguna crecida demasiado larga la acumulaci+n de mercanc0as $ab0allegado al punto de >ue o bien los re>uer0an, por impaciencia, los propios mercaderes,pagando un sobreprecio muc$o menor, por supuesto, >ue en d0as de crecida Gen >uellegaba a triplicarse ( $asta cuadruplicarse la tari9a del servicio regularG o bien era elpropiobar>ueroma(or el >uelos contratabaatanto9i%o, encalidaddeau3iliareseventuales, para despe%ar lo mFs e3peditamente posible los repletos almacenes. MFs >uede almacenes se trataba en realidad, por regla general, de simples coberti8os, aun>ue degrandesdimensiones, (sucesivamenteampliados, dispuestosal e9ectoenlospasosprincipales, a 9in de proteger de la intemperie, en seme%antes eventualidades, lasmercanc0as detenidas en su via%e por las alternativas del Rarcial. ;s0 en los puntos de lasbalsas principales, >ueenel tramodivisorioentrelos GrFgidos (los ;taEidas noba%ar0andela>uincena, venia a9ormarse a una(otra orilla, entre esta serie dealmacenes, la casa ( o9icinas del bar>uero ma(or ( las casetas de los perti>ueros ( losbar>uerosde9ortuna, conlacarpinter0a(otraspe>ueEasdependencias,unpe>ueEocon%untodeedi9icaciones, >uenotardaba, pora>uellaatracci+n>uee%ercesiemprecual>uierprincipiode$abitaci+n$umana, enconvertirseenunaverdaderaaldea, alalbergar tambi#n a otros $abitantes no adscritos directa ni indirectamente al servicio delr0o.L+gicamente, cada uno de estos pasos principales era considerado como unaestaci+n =nicaen sus dos riberas,(estaba porlotantoacargode unsolo bar>ueroma(orD pero la instalaci+n de almacena%e ten0a >ue estar, naturalmente, repetida a uno (otro lado,as0 como la anc$ura del r0o re>uer0a,para comodidad de los via%eros, >ue$ubiese siempre alguna balsa en los dos atracaderos G( no tener >ue llamarla a to>uedecaracola )caracolas demetal berme%operosacadas por el modelodecaracolasnaturales de agua salada, ocasionalmente tra0das por via%eros de un mar tan remoto >uepocos grFgidos o ataEidas $ab0an conocido. de una orilla a otra ( aguardar suparsimonioso advenimiento, como ocurr0a en los pasos secundarios, puramente localesG? de modo pues, >ue del cuerpo de perti>ueros se designaba siempre a uno, veteranoen el o9icio, >ue estuviese a cargo del embarcadero de la orilla contraria a a>uella en la>ue viv0a el bar>uero ma(or, ( >ue viviese, naturalmente, en ella. El bar>uero ma(orgo8abasiempredel privilegiodevivir enlaorilladel puebloal >uepertenec0a? sigrFgido, enlaorilladerec$adelRarciaJ,siataEida, enlai8>uierda. :ingunodelospasos estaba, en realidad, e3presamente asignado a la %urisdicci+n de uno u otro pueblo,peroera(acomounanormatFcitael >ueencadapasodeterminadosesucediesensiemprebar>uerosma(ores deunamismanaci+n, (estoera lo=nico >ue pod0arelativamente caracteri8ar como grFgido o ataEida a un paso de balsas, pues en el cuerpode perti>ueros >ue lo serv0an se me8claban siempre individuos de uno ( otro puebloD29esta $eterogeneidad obligaba a prevenir lassusceptibilidadescon una segunda normaigualmente tFcita )tFcito era, por lo demFs, todo o casi todo lo >ue se pudiese llamarderec$o en cual>uier cosa >ue concerniese a este trF9ico trans9luvial., consistente en >ueel perti>uero puesto al 9rente del embarcadero subalterno, o sea, el >ue estaba, como $edic$o, en la orilla contraria a a>uella en la >ue resid0a el bar>uero ma(or ( >ue ven0a ala postre a ser como la segunda autoridad del paso, se eligiese siempre de entre los delpueblo contrario al del bar>uero ma(or, con lo >ue solamente por el $ec$o de >ue supropiocomet0doloobligasearesidirenlaorillaopuestaalade#ste, leredundabatambi#n siempre, de rec$a8o, $abitar en la orilla de su propia patria, lo >ue no era (a ens0 mismo privilegio ni norma, sino pura ( simple consecuencia de las otrascircunstancias. El cargo de perti>uero principal, como se designaba a este encargado,eraunnombramientodelbar>ueroma(or(pod0aserrevocadopor#lporcual>uierde9iciencia o convenienciaD el de bar>uero ma(or ven0a de 9uera ( era %urisdicci+n de lamFs pr+3ima ciudad interesada en el camino >ue iba a dar al paso en cuesti+n,perosiempre a la muerte del titularD la incapacitaci+n, por total >ue 9uese, no se ten0a %amFsen cuenta, $asta el punto de >ue era muc$as veces el =ltimo perti>uero ma(or designado>uien regentaba de $ec$o durante muc$os aEos el paso de balsas, no $abiendo autoridad>uepudieserevocarlo$astalamuerte(sucesi+ndel incapacitado. Estasucesi+nse$ac0a por decisi+n de la ciudad mFs pr+3ima, pero a propuesta de toda la comunidad debar>ueros ma(ores, bar>ueros menores Gcomo eran designados los de los pasossecundarios, es decir, con un solo atracaderoG ( perti>ueros regularesD los bar>ueros de9ortuna no entraban, en cambio, como proponentes, supuesto >ue el elegido no $abr0a demandarsobreningunodoellos, peros0, enocasionesven0anaserpropuestoscomocandidatos, dada su gran audacia ( su a menudo prodigiosa destre8a ( e3periencia en eldominio del r0o. ue aceptarlo ( adscribirlo a su destino, si, en cambio,se le propon0an dos o mFs, eleg0a o ec$aba a suertes entre ellos. Todo lo cual mostraba(a, porsupropiodesarrollo, cuFl eralaimportanciaad>uiridaporel movimientoatrav#s del r0o Rarcial (a en tiempos de los pr0ncipes >ue prospectaron la construcci+ndel puente.Q 6. 2ronto, a partir de rumores incipientes, se percataron ;rriasco ( Espel de c+mola adopci+n de un pro(ecto unitario podr0a 9Fcilmente desencadenar en las mentes decadaunodelospueblosGsiempredispuestosaremover apartir del prete3tomFsgratuito sus rec0procas susceptibilidadesG el recelo de >ue la obra se aten0a realmente alos modos constructivos del contrario, cosa a>u0 tanto mFs descabellada ( 9uera de lugarcuanto >ue ni unos ni otros ten0an precedentes de tradici+n alguna en construcci+n depuentesdea>uellamagnitud. uecada pueblo$iciese supro(ectoindependientemente, al arbitrio(al gustodelosmaestros constructores de cada naci+n, esperando >ue esta primera satis9acci+nablandase las v0as de la avenencia para ulteriores apro3imaciones entre los dospro(ectos. Las dos comisiones de maestros constructores tuvieron >ue valerse cada unapo