Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

  • Upload
    ordens

  • View
    256

  • Download
    6

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    1/129

    1

    El Libro de la vidaSanta ngela de Foligno

    Traduccin, Introduccin y Notas deFray Contardo Miglioranza Franciscano Conventual

    Editorial

    MISIONES FRANCISCANAS CONVENTUALESCndor 2150, Tel. 0054-11- 4918-3673

    1437 Buenos Aires (Argentina)mail: [email protected]

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    2/129

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    3/129

    3

    cristianismo es el de muchos, banal y superficial. Hasta haba tomado la costumbre lo confiesa ellamisma de acercarse de manera indigna a los sacramentos.

    A los treinta y siete aos se siente llamada por Dios. Su respuesta es inmediata. Pero tiene laconciencia torturada por el pecado. Ante todo siente la necesidad de liberarse del enredo moral en quese halla. El dulce Francisco de Ass la gua en esos primeros pasos. Su primer confesor es el

    franciscano Fray Arnaldo, pariente, compatriota y futuro redactor de sus confidencias.La conversin de ngela provoca la incomprensin y la hostilidad de la madre y de los demsfamiliares. Lejos de retroceder, ngela se afirma cada vez ms en el camino emprendido. "La eleccintotal de Dios la coloca en la disposicin interior de perderlo todo por Dios: madre, esposo, hijos,bienes. Dios le toma la palabra y al poco tiempo sucede la muerte de todos sus seres queridos,quedando sola en el mundo.

    Pese a las rebeldas y a las resistencias de todo su ser, poco a poco el despojo al que Dios lallama llega a ser total y le facilita la consagracin a Dios a travs de los votos de terciariafranciscana.

    La generosidad de ngela conmueve el corazn de Dios, quien le dirige esta estremecedorapregunta:"Qu quieres?". ngela contesta con la audacia de un alma apasionada:

    "No quiero oro ni plata; y aunque me dieras el mundo entero, yo no quiero nada ms que a ti".Luego Dios la alienta con una pasmosa promesa: "Apresrate, porque, cuando hayas cumplido todo,toda la Trinidad vendr a ti".

    Esa promesa se cumple en la gran peregrinacin a Ass para el novenario de las fiestas de sanFrancisco. Estamos antesde setiembre del ao 1291. Durante la peregrinacin, y ms an dentro de lamisma baslica del Santo, ngela experimenta la presencia, las palabras y la accin de Dios en ella, osea experimenta la plena y extasiante inhabitacin de Dios en su alma. Ante esa invasin de losobrenatural, el cuerpo es incapaz de resistir y cede. Es entonces cuando se manifiestan algunos rarosfenmenos psicosomticos, como crisis de llanto y de nervios, espasmos, desfallecimientos y gritos.

    La indignacin se apodera de los frailes de los peregrinos presentes. Ignorando lo que pasa enel interior de ngela, todos desaprueban el escndalo y juzgan severamente a la sierva de Dios comohistrica y epilptica o, en el peor de los casos, como endemoniada. Ms tarde. Fray Arnaldo, despusde haber obligado a ngela a hablar y a manifestarle sus secretos, al or esas prodigiosasrevelaciones, se siente transido de vergenza, estupor y miedo: vergenza por haber criticado tan duray precipitadamente los fenmenos de ngela, estupor ante esas extraordinarias manifestacionesespirituales y miedo por la sospecha de alguna posible intervencin diablica.

    Fray Arnaldo comienza a hacer unas anotaciones con el deseo de someterlas en consulta aalgn maestro ms experto de las cosas espirituales. Pero, poco a poco, luego de los ms severoscontroles que lo honran a l y nos benefician a nosotros, ese recelo desaparece por completo, parahacer triunfar los puros esplendores de la verdad y los inefables gozos de la experiencia de ngela.

    La composicin delMemorial de Arnaldo, que forma la primera parte del libro, dura cuatroaos (1292-1296). Ms adelante, llegada a las cumbres de la ms insondable contemplacin mstica.ngela no confa ms a sus hijos sus experiencias ntimas. Si alguno la interroga, slo atina acontestarle:

    "Mi secreto para m!". Esos vislumbres de cielo son anticipo y arreboles de la felicidad eterna.Muy pronto esa rica y prodigiosa vida mstica comienza a dar abundantes/rufos en los hijos

    espirituales de ngela. Dios se lo haba prometido: "T tendrs hijos". Innumerables personas,humildes y doctas, laicas o eclesisticas, deseosas de seguir sus huellas, acuden a ngela y forman sufamilia. Y ngela dispensa a todos los dones de la sabidura y de la doctrina de que Dios la habacolmado..

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    4/129

    4

    En medio del llanto inconsolable de sus hijos que la invocan con entraable cario: "Madre!",el 4 de enero de 1309 el alma de ngela fue arrebatada a la tierra y llevada al seno de la adorableTrinidad.

    Las tres partes del libro

    El libro de ngela se compone de tres partes bien distintas., La primera parte est constituidapor la autobiografa mstica dictada por ngela a Fray Arnaldo. Toda su experiencia mstica, que vade su conversin (ao 1285) a la visin de Dios sobre las tinieblas (ao 1296), est condensada encasi una treintena de pasos o etapas interiores. El primer grupo de veinte pasos es ms esquemtico ylagunoso; el segundo grupo de otros siete pasos complementarios es ms meduloso y trascendental.

    Esta es la parte ms importante del libro. Si bien nacida ocasionalmente como una bsquedade seguridad espiritual y recogida como apuntes en unos pocos folletos para una consulta espiritual,poco a poco, tanto ngela como Arnaldo se dieron cuenta de que la transcripcin entraba en unpreciso proyecto divino, para que sirviera de edificacin e iluminacin de muchas almas sedientas yhambrientas de alimento espiritual.

    El trabajo se desarrollaba as. ngela y Arnaldo estaban sentados ante una mesita en un rincnde la iglesia, a la vista de todos, para evitar suspicacias y murmuraciones, si bien no las aventarandel todo. Ella dictaba su mensaje en dialecto umbro, que Arnaldo traduca directamente al latn. Aveces por la prisa reproduca en el texto latino las mismas palabras de ngela, sin duda poco gratasliterariamente hablando, "pero preciosas como documento de fidelidad y de fresca inmediatez".

    Al final, el fraile escritor o secretario lea la traduccin a ngela, para recabar suconformidad. Pero el buen Arnaldo muy pocas veces fue felicitado por su arduo trabajo. A veces, tuvoque soportar los reproches de ngela, porque la transcripcin era seca y fra, descolorida y desabrida.ngela haba experimentado las incandescencias de lo sobrenatural.

    Su espritu estaba an recrendose en la gozosa visin de Dios.Al hablar reviva los encantos y los temblores de los xtasis, pero el molde literario no poda de

    ninguna manera contenerlos. Cuando al final ngela escuchaba las pobres resonancias del escrito,slo atinaba a tacharlo de incompleto e insuficiente, pero nunca de falso o infiel. La impotencia de laexpresin humana era un homenaje a la trascendencia del mensaje.

    El Memorial nos da la medida de la incomparable grandeza mstica de ngela. La siervo deDios comparti con otros msticos la sublimidad de la contemplacin de Dios en medio de lastinieblas, pero, como nadie se elev a la clara luz de la divinidad, muy semejante a la visin intuitivade los bienaventurados en el cielo. Era la visin de Dios sobre las tinieblas, preludio de la de lossantos en el paraso.

    Ms tarde, cuando elMemorial, ya confirmado y sellado por la voluntad de Dios, recibi laaprobacin del Cardenal Colonna (1296) y de una comisin de ocho frailes, maestros en teologa, elnombre de ngela vol por todas partes, y a su alrededor se form un cenculo o centro deespiritualidad.

    La segunda parte comprende cartas, notas y exhortaciones que ngela dirigi a sus hijosespirituales y que fueron redactadas por varios discpulos. En esos documentos de alta espiritualidadngela despliega todo su magisterio. De las riquezas de sus experiencias interiores saca las msprovechosas lecciones asctico-msticas para la formacin espiritual de otras almas.

    "Si la primera parte se presenta como experiencia de la mstica, la segunda, elevndose a laaltura universal de los principios, se revela como ciencia de la mstica. Pero en la base de una y otra.ngela coloca su visin cristocntrica de la vida espiritual, o sea la visin de Cristo, modelo y fuentede vida y camino hacia el Padre".

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    5/129

    5

    ngela condensa y unifica toda la asctica y la mstica en ese grito apasionado: "Oh hijos deDios, transformmonos juntos en el Dios-Hombre crucificado".

    La tercera parte recoge los escritos relacionados con los ltimos aos de la vida de ngela: sutestamento y el relato de su santa muerte.

    "Las tres partes corresponden a una visin orgnica y unitaria de la vida de ngela: la primera

    relata su ascensin interior; la segunda es un reflejo de su magisterio espiritual; la tercera es eleplogo luminoso de su santidad y de su fascinante apostolado " s.

    Experiencia de Dios-Amor

    La experiencia de Dios-Amor es la substancia y la cumbre de toda la mstica de ngela: es suinmersin en lo divino.

    ngela llega a decir: "Mi alma nada en el seno de la Trinidad".Experiencia es una palabra que hay que tomar en el sentido ms denso y fuerte: es visin y

    escucha, toque y abrazo, comunin y vivencia, disfrute y xtasis de lo divino y en lo divino.Experiencia no es bsqueda ni intuicin intelectual ni conocimiento discursivo de Dios; ni es

    experiencia de fe ante el misterio, ni experiencia de liberacin del pecado, ni descubrimiento de Diosen la inmensidad de la creacin. Todos estosvaliosos elementos pueden presuponerse e integrarse.Pero la experiencia de que hablamos es mucho ms que todo esto.

    La experiencia mstica es una percepcin personal, inmediata, vivida y sentida de Dios,substancialmente presente en el alma del justo, como objeto de su conocimiento directo y de su amor.No es, pues, una emocin vaga y sentimental de lo sagrado, sino una relacin ntima, profunda ytotalitaria con una persona divina, con la cual el ser humano puede entretener tratos personales dedilogo, de comunin, de convivencia, de amistad, de colaboracin.

    Esa experiencia nace de la fe, que le designa y descubre el objeto de la intuicin y del amor yala vez supera la doble deficiencia de la fe: la oscuridad y la multiplicidad de ideas y proposiciones. Elalma goza de una luz plena y de una visin unitaria de Dios9.

    Desde luego, puede haber distintas y muy interesantes experiencias religiosas: experienciacosmolgica, o rastreo de las huellas de Dios en la creacin; antropolgica, por la cual la concienciadel hombre se confronta con un Ser absoluto que la puede obligar y pedir cuenta, y a la vez con sudestino de eternidad, de salvacin; histrica, que nos descubre el sentido y la meta de la historia;personal en sus dos vertientes: conocimiento y contacto con Dios de manera mediata, indirecta ydiscursiva, y es la experiencia religiosa; o de manera inmediata, directa y unitaria, y es la experienciamstica.

    En sntesis, la experiencia mstica es una iluminacin rebosante, inmediata y unitaria de Dios yde sus misterios; es un contacto personal, dinmico y gozoso con esa fuente de todo ser y de toda vida;es sentir y vivir la presencia y la accin de Dios; es la absorcin intuitiva y amorosa del espritu enDios por una gracia especial.

    Destacamos en ngela la experiencia de Dios como AMOR.La fe nos hace comprender que la sntesis de todo es sta:"DIOS ES AMOR" (1 Jn. 4, 16). Ser cristiano es reconocerse envuelto en el torrente del amor

    de Dios y dejarse arrastrar por su impulso.Es madurez en la fe, vivir nuestra vida como Amor; y experimentarlo intuitiva y amorosamente

    es un anticipo de eternidad.Nuestra misin no es slo amar, sino provocar el amor. No podemos encontrar plenamente a

    Cristo sin el prjimo; ni podemos encontrar plenamente al prjimo sin Cristo.Comprendemos as que la maternidad espiritual de ngela es la irradiacin de su asombrosa

    experiencia mstica.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    6/129

    6

    La ciencia del amor

    Ya que el libro de ngela nos introduce en los deslumbradores y policromos jardines de la mselevada experiencia mstica, creemos oportuno brindar los elementos principales de la misma, con eldeseo de facilitar una comprensin ms acabada de la espiritualidad de la siervo de Dios. En este

    estudio seguiremos las huellas de los grandes maestros del espritu.La contemplacin infusa es el campo anchuroso y el objeto propio de la vida mstica.

    Normalmente se la define as: "Una visin intuitiva y amorosa de Dios y de las cosas divinas, fruto deuna gracia especial".

    La parte principal la tiene Dios, quien en todo toma la iniciativa: llama al alma alacontemplacin; escoge el momento, el modo y la duracin de la misma; ilumina la mente, arrebata lavoluntad y abraza el corazn de amor.

    El alma se deja tomar y mover por Dios, como un nio se deja llevar en los brazos de su madrecon libre y gozoso consentimiento. El alma, que se porta a la vez de manera pasiva y activa,experimenta como una dulce y embriagadora invasin divina, que produce en ella un amor inefable.

    Con bellas y profundas palabras. San Juan de la Cruz llama a la contemplacin: "La cienciainfusa del Amor" ".

    Uno de los corolarios ms destacados de la contemplacin infusa es la inefabilidad. En el librode ngela a cada paso nos encontramos con estas expresiones: "Lo que experiment no lo puedo decir,es inexpresable, indescriptible, inefable...".

    Tres razones principales explican esa imposibilidad de describir lo que se ha visto oexperimentado. El espritu se halla abismado en las divinas tinieblas: percibe a Dios s, pero demanera oscura, si bien muy impactante. Adems, la desproporcin entre lo que percibe y la impotenciadel lenguaje humano para expresarlo, obligan al alma a proclamar una dichosa inefabilidad, quengela llama: "La beatitud de la incomprensibilidad".En fin, como el fenmeno que ms maravillaes el amor intenso de Dios, el alma lo experimenta s gozosamente, pero no sabe ni puede ni atina adecir algo; y si dice algo, le parece una torpe profanacin que ngela llama "blasfemia".

    En este inmenso ocano de la vida mstica, las experiencias son mltiples y la intensidad y laextencin de las mismas pueden variar de un siervo de Dios a otro. Dios, que se complace en ladiversidad de sus dones y en acomodarlos a los distintos temperamentos y caracteres, no sujeta suaccin a ningn molde12.

    Sin embargo, en la diversidad podemos atisbar cierta unidad. He aqu las principales fases ogrados de la vida mstica en correspondencia a la mayor o menor posesin que Dios toma del alma.

    1. Cuando Dios se apodera de la voluntad, dejando libres a las potencias inferiores y a lossentidos para que se ocupen en sus operaciones naturales, es oracin de quietud, la que puede serrida o suave. La rida est cargada de pruebas, como tentaciones, incomprensiones, enfermedades,tribulaciones, que purifican los sentidos y preparan el alma para los ms suaves encuentros con el

    Seor. 2. Cuando Dios toma las potencias interiores, entendimiento y voluntad, dejando libressolamente los sentidos externos, es unin plena.

    3. Si Dios arrebata de vez en cuando las potencias interiores y exteriores, es unin exttica. Lasuspensin de los sentidos es el resultado de esta absorcin en Dios. Puede ser suave o atormentadora.Esta ltima se llama "noche oscura" que purifica el espritu y lo prepara para encuentros mssublimes.

    4. Cuando Dios se apodera de todas las potencias, no de modo transitorio sino permanente, esla unin transformante o matrimonio espiritual. El intercambio de dones y personas es total. El alma

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    7/129

    7

    se recrea en la visin de Dios y disfruta un preludio de cielo. ngela, la mstica y la teloga de launin transformante, escuch con inefables estremecimientos las divinas palabras: "T eres yo y yosoy t". Y ella haca eco:

    "Mi corazn es el corazn de Dios y el corazn de Dios es mi corazn".

    G

    randes sntesis doctrinalesEl alto magisterio de ngela puede condensarse en un abanico de binomios, ya de contrastes

    ya de relacin. Ofrecemos un somero esquema. Dios y el hombre: Conocimiento de Dios y conocimiento del hombre, de la divina

    sublimidad y de la humana miseria. Son los dos abismos de la altura y de la profundidad de que noshabla a menudo el libro de ngela.

    Cristo y nosotros: Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios. Dios salv alhombre a travs del misterio de la Cruz. La Cruz es instrumento de atroces torturas y es como elsmbolo de toda su vida. Por eso dice ngela que Cristo tom por compaeros "el dolor, el desprecio yla pobreza".

    Amor y dolor; Este binomio es la cumbre de la intuicin y de la experiencia mstica dengela . El Amor se hizo Dolor para darnos Amor. Tambin el cristiano, si quiere llegar al amor y a launin con Dios, ha de abrazar el dolor.

    Pecado y expiacin; El pecado es ofensa de Dios, envilecimiento de las criaturas ydesgarramiento psicosomtico. Es necesario expiarlo, repararlo, compensarlo.

    La persona y la humanidad;No somos islas. Todos formamos un solo Cuerpo Mstico, quees la comunin de los santos. La interaccin es recproca y universal. En esa comunin de los santosse destacan la mediacin y la misin de ngela y su maternidad universal, a semejanza de lamaternidad de la Virgen Mara.

    Oracin individual y comunitaria; Los principales acontecimientos msticos de ngelaestn vinculados con la liturgia. Y no podra ser menos ya que la liturgia es la vida y la oracin de laIglesia, esposa de Cristo y Madre de la humanidad.

    La historia personal y el mundo;El mundo de ngela no es un mundo cerrado, narcisista,sino abierto. La historia que nos describe ngela de su alma y de sus experiencias est inserta en lahistoria de su tiempo. El libro nos hace participar de los problemas, de las luchas y de las tirantecesdel momento; en particular, nos hace compartir las luchas franciscanas por la pobreza y a la vezdesenmascara las extravagancias de los sectarios de la libertad de espritu.

    Francisco y ngela;No podramos comprender la espiritualidad ni la santidad de ngelasin relacionarlas con las de Francisco y de su poderoso movimiento. ngela, despus de santa Clara,ms que ninguna otra discpulo, penetr y vivi el espritu de Francisco. Tanto que ste un da lesusurr dulcemente: "T eres mi nica hija!".

    Admirable director de almas

    Fray Arnaldo descuella en el libro de ngela como director, como secretario y como discpulode la santidad de la siervo, de Dios. "Fray Arnaldo fue un notable director de atmas"11.

    Las relaciones espirituales entre Arnaldo y ngela nacieron de la curiosidad del primero deconocer las razones de las intrigantes y escandalosas escenas acaecidas en Ass, durante la primeraperegrinacin de ngela Cuando, tras muchas insistencias, ngela comenz a relatar a su consejeroespiritual algunos de los fenmenos experimentados, como ya hemos visto. Fray Arnaldo se sintisacudido por el estupor y el miedo, como si una poderosa rfaga ultraterrestre rozara su espritu. No

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    8/129

    8

    constatando la evidencia de la presencia y de la accin de Dios en esos fenmenos, pens contrepidacin' que el agente preternatural que provocara esas escenas podra ser el demonio.

    Comunic su preocupacin e inquietud a ngela y traz su plan de trabajo. Era necesarioconocer todo, poner todo por escrito, examinarlo cuidadosamente y consultar sobre ello a un maestroms experimentado. Exigi que ngela realizara una introspeccin de su espritu, analizara los hechos

    y sus repercusiones en el alma y en el cuerpo, en los sentimientos y en las operaciones; desconfiara delos juegos de la imaginacin y en todo se explayara ampliamente. Hubo un acuerdo de una fluidacomunicacin entre los dos, pero su alcance fue diversamente interpretado. Arnaldo deseaba quengela le manifesta ra todo hecho misterioso, mientras ngela se senta obligada a manifestarle slolos hechos de los que no tuviera plena certeza de su origen divino y en los que poda filtrarse algunaduda.

    El de Arnaldo fue un trabajo de criba. Sus exmenes fueron minuciosos y exigentes. Someti todohecho al doble control de la razn y de la fe; procedi a interrogatorios aclaratorios; se resisti aaceptar sin examen las explicaciones que le daba ngela; protest ante afirmaciones no debidamentecomprobadas; pidi la manifestacin de signos indicativos de la voluntad y de la accin de Dios.

    Gracias a esos controles y comprobaciones, el libro de ngela sali ganando en riqueza y

    pureza de contenido sin desbordes imaginativos, en variedad de detalles psicolgicos y msticos y enprecisiones de trasfondo. Benedicto XIV en su tratado de la Beatificacin y Canonizacin de losSiervos de Dios hizo resaltar muy elogiosamente ese trabajo de discernimiento de los espritus y loseal como un noble y seguro modelo de lo que ha de hacerse en la direccin de las almas.

    Arnaldo lleg a la cumbre de su obra de director espiritual cuando, al solicitarle a ngela laspruebas contundentes de la accin de Dios en su alma, ella le indic los siete signos que lacaracterizan y la distinguen.

    Ante esa asombrosa evidencia, el tormento interior .de Arnaldo se aplac, sus dudas sedisiparon e intensific su accin de secretario para transmitir a las generaciones futuras el mensaje deluz y de amor que Dios haba concedido a su siervo fiel.

    Fray Arnaldo es un admirable director: sabio, prudente, respetuoso del pensamiento de ngela

    y diligente en recogerlo y fijarlo por escrito, y sobre todo humilde. El se esconde detrs del lenguaje dengela y de sus reproches. Su propsito es el de hacer hablar a ngela. El quiere dejar or la voz deella, ora alta y sonora, ora sutil como una queja o suave como un canto; a veces incierta, balbuciente,oscura, hasta tosca y ruda; a veces majestuosa y resplandeciente con vislumbres de eternidad. El no lacolorea, ni la ajusta, ni la mejora, ni la viste con otros ropajes. La deja intacta en su desnuda y frescabelleza.

    Esa renuncia del fraile escritor, a la vez que es un digno homenaje a su excelsa maestra ymadre espiritual, ensalza la nobleza de su espritu y la grandeza de su corazn. Los lectores lequedamos infinitamente agradecidos, ya que esa humildad nos permite leer y saborear el genuino yautntico pensamiento de la siervo de Dios.

    De secretario, Arnaldo se hizo seguidor de la eminente santidad de ngela, tanto que el

    martirologio franciscano realza sus virtudes y mritos y lo nombra entre los Beatos.La misma ngela prepar a su consejero y secretario para el trnsito supremo. La escena es de

    una conmovedora dramaticidad. Durante la Misa, ngela oy la voz divina que, al hablarle deArnaldo, le dijo: "De. este hijo tuyo vas a alegrarte mucho... Yo confirmo la eterna bendicin que ledi... Yo he quitado de l la culpa y la pena...". Ella, no comprendiendo bien el alcance de estaspalabras, se las refiri a Arnaldo. "Y l, despus de haber odo esas palabras, se sac la capucha, bajla cabeza y llor". Pese a un anuncio tan auspicioso y feliz, con angustia sinti sobre su dbilhumanidad los roces y los coletazos del ngel de la muerte.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    9/129

    9

    Criterios prcticos

    Nuestro permanente contacto con el texto original nos ha hecho conocer no slo las joyasfulgurantes, sino tambin las dificultades gramaticales y lingsticas. Pero en la traduccin nos hemosdejado guiar por estas pautas: fidelidad al texto, claridad de conceptos y soltura de lenguaje. Que lo

    hayamos alcanzado o no, lo sometemos a la comprensin del benvolo lector del que esperamos lasms amplias sugerencias en vista de futuras ediciones.Como el libro de ngela no ha nacido de una madura elaboracin personal, sino que es

    traduccin al latn del lenguaje oral con todas sus exageraciones, repeticiones, pleonasmos,anacolutos y discordancias, movidos por el respeto que merece el lector, no hemos cedido a latentacin de modificar el texto o simplificarlo, sino en contados casos.

    Esa fidelidad quizs resta brillo a la agilidad de la lectura, pero el lector queda ampliamentecompensado porque puede saborear ms de cerca el pensamiento de ngela:

    Ac y all, si bien pocas veces, se observan oscuridades. A qu se deben? Sin duda, haydificultades en el texto, pero la mayor parte de las veces esas oscuridades se deben a la misma riquezadel contenido. Una avalancha arrolladora de experiencias y conceptos se precipita en la mente dengela y no halla cabida suficiente en la transcripcin del lenguaje humano. La impetuosidad de untorrente de montaa no puede ser canalizada a travs de un grifo domstico. Que se nos perdone lahumilde comparacin, pero es la misma ngela la que nos dice cientos de veces que lo que ve, siente,vive, oye, experimenta... "es totalmente inefable, indecible, indescriptible".

    Por otra parte, la composicin del libro evidencia el modo ocasional con que lleg a formarse:al comienzo en base a confidencias tmidas y ms adelante, cada vez ms seguras y detalladas.

    Este no es un libro para apresurados ni para principiantes, que se sentiran problematizadospor una vasta gama de interrogantes que slo la viva voz de un maestro o un buen entrenamientopodran esclarecer. Este es un libro para los que, ya poseedores de buenos principios deespiritualidad, quieren avanzar an ms en pos de ngela por los caminos del Seor.

    Para ayudar al lector a comprender mejor el texto y a superar las posibles dificultades, hemoshecho unas anotaciones progresivas al pie de la pgina.

    El libro de ngela toca de cerca los mximos problemas de toda espiritualidad. Por eso es unlibro exigente y complejo qu hay que leer morosa y amorosamente. Para saborear un texto tan densoy rico, hay que leerlo lentamente y con el deseo siquiera de alcanzar el mismo fuego interior con queha sido dictado.

    Pero nos queda una ltima pregunta: ngela de Foligno es santa o slo beata.3 Oficialmentecompete a ngela el ttulo de Beata; pero muchos escritores, traductores y sumos pontfices, "por elevidente papel de primer orden que juega ngela en la mstica"\*, le han dado el ttulo de Santa. Conmucho gusto aadimos nuestro nombre a ese ejrcito de admiradores.

    En fin se desea destacar que para comodidad del lector, las partes del libro dictadas porngela han sido referidas en caracteres redondos, mientras estn en cursivo todas las parteselaboradas por el redactor principal, Arnaldo, y sus continuadores.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    10/129

    10

    BIBLIOGRAFA

    Faloci Pulignani: L'AUTOBIOGRAFIA E GLI SCRITTI DELLA BEATA NGELA DAFOLIGNO, II Soleo, Citt di Castello,

    1932. El texto bilinge latino-kaliano reproduce el cdice de Subiaco, que es el ms completo.

    Sobre ese cdice hemos hecho nuestra traduccin.Aliqu Salvatore: L'ESPERIENZA DI DIO AMORE, il Libro di ngela da Foligno, Citt

    Nuova, Roma, 1973.

    Blasucci Antonio: Introduzione e Note su IL LIBRO DELLA BEATA NGELA DA FOLIGNO,A. Signorelli, Roma, 1950.

    Helio Ernest: ANGELE DEFOLIGNO, A. Tralin, Pars, 1921.

    Leclve Louis: SAINTE ANGELE DE FOLIGNO, Librairie Pin, Pars, 1936.

    Tanquerey Ad: COMPENDIO DE TEOLOGA ASCTICA Y MSTICA, Descle, Pars, 1930.

    Garrigou-Lagrange R.: LAS TRES EDADES DE LA VIDA INTERIOR, Descle, Buenos Aires1957.

    Dictionnaire de Spiritualit.

    Colosio Innocenzo: LA BEATA NGELA DA FOLIGNO, MSTICA PER ANTONOMASIA,Librera Editrice Fiorentina, 1965.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    11/129

    11

    PARTE PRIMERA

    LIBRODE LA EXPERIENCIA

    DE LOS VERDADEROS CREYENTESPrlogo

    En verdad, la experiencia1de los creyentes comprueba, penetra y toca con la mano al Verbo devida que se hizo carne.

    El mismo lo promete en el Evangelio: "Si uno me ama, guardar mi Palabra; y mi Padre leamar; y vendremos a l y habitaremos en l" (Jn. 14, 23), y tambin: "Al que me ama, a l memanifestar" (Jn. 14, 21).

    Esa experiencia y la doctrina de la misma experiencia, Dios las concede con la mximaabundancia a los creyentes. As lo hizo recientemente con una de las creyentes, concedindole, para el

    bien espiritual de los suyos, esa experiencia y esa doctrina, las que, si bien en forma insuficiente,reducida y mutilada, se describen con toda verdad en las pginas que siguen.Ms adelante, cuando relate cmo comenc a conocer estos. hechos y a ponerlos por escrito,

    dir cmo y por qu yo secretario, si bien indigno, fui forzado por Dios mismo, como lo creo, aescribir, y cmo la siervo de Cristo fue del todo obligada a hablar.

    Los pasos2

    Esta siera de Cristo, hablando de Dios con una compaera3, dijo que haba contado, porhaberlos experimentado, treinta pasos o mutaciones, que el alma realiza cuando se pone en marchapor el camino de la penitencia. El primer paso es el conocimiento del pecado, por el cual el alma teme

    mucho la condenacin al infierno, y llora lgrimas amargas.El segundo es la confesin. En ella el alma prueba vergenza y amargura, y todava no sienteamor, sino dolor. A este respecto me confi que a menudo haba comulgado estando en pecado, porquepor vergenza no haba hecho una confesin completa. Y por esto, da y noche era torturada por laconciencia. Y habiendo rogado al bienaventurado Francisco que le hallara un confesor experto en eldiscernimiento de los pecados, con el cual pudiese confesarse bien, esa misma noche se le apareci unfraile anciano, que le hablo as:

    "Hermana, si me lo hubieras pedido antes, antes te hubiera complacido. Sin embargo, lo quepides te es concedido.

    1 Esa "experiencia ", palabra-clave en todo el libro de ngela, es percepcin intuitiva, inmediata y gozosa de Diosy de sus misterios, a diferencia del normal conocimiento de Dios, mediato y discursivo. Para ngela, "Dios no puede serexplicado" a travs de libros o estudios. A Dios se lo experimenta, desde luego por la gracia de Dios.

    2 Hay que destacar que cuando Fray Arnaldo comenz a recoger las confidencias de ngela sobre susexperiencias, la santa ya haba recorrido varios de esos pasos. He ah la razn por la cual los primeros pasos estncompendiados de manera sinttica.

    3Esta compaera de ngela, que el libro nombra de vez en cuando sin darnos otros rasgos, se llama Pascualina,terciaria franciscana, una mujer simple, iletrada y fiel a la santa hasta la muerte.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    12/129

    12

    Al romper el alba, corr en seguida a la iglesia de San Francisco4 , y prontamente volv. Pero alregresar, hall a un fraile que predicaba en la iglesia de San Feliciano, y era capelln del obispo.

    Al instante decid, con la gracia de Dios, hacerle una confesin general, con tal que tuviera laautorizacin del obispo, o que l mismo me llevara al obispo. Y le hice una confesin total. Despus dehaberme escuchado, el fraile dijo que, si yo no estaba contenta de l, relatara todos mis pecados al

    obispo, y aadi:

    "Te dar la penitencia que l te imponga, si bien tengo el poder de absolverte sinacudir al obispo5.Pues bien, en este .paso el alma experimenta todava vergenza, y no siente amor, sino dolor.El tercer paso es la penitencia que el alma hace para satisfacer a Dios por los pecados : ella se

    halla todava en el dolor.El cuarto paso es el conocimiento de la divina misericordia. Cristo le otorg esa misericordia y

    la arranc del infierno.Ahora el alma comienza a ser iluminada, y llora y se duele ms que en el pasado, y se entrega a

    penitencias ms speras.

    Yo, fraile amanuense, declaro que en todos estos pasos no relat la admirable penitencia que seimpona la siervo de Cristo, porque la conoc despus de haber escrito los pasos antedichos. En esapoca ella no me refera sino lo que era necesario para distinguir un paso de otro. Y yo no queraescribir ni una palabra de ms de cuanto me estaba dictando; ms bien, omit muchas cosas que nopoda escribir.

    El quinto paso es el conocimiento de s. El alma, ya un tanto iluminada, no ve en s misma msque defectos, se acusa delante de Dios y se cree con certeza merecedora del infierno. Aqu halla todavaamargo llanto.

    Se entiende que entre uno y otro de estos pasos hay pausas. El alma sufre gran pena y grantormento, porque se mueve hacia Dios con mucha lentitud, con torpeza y angustia, y slo es capaz depequeos progresos. S por experiencia que en cada

    paso me detena y lloraba. No se me conceda realizar ms pasos simultneamente, si bienhallaba algn consuelo en el hecho de llorar en cada paso, pero era un consuelo amargo.

    El sexto paso es una cierta iluminacin de la gracia, por la cual se me conceda un profundoconocimiento de todos mis pecados. En esa luz vea que haba ofendido a todas las criaturas que habansido creadas para m. Interiormente me volvan a la mente los pecados, como en la confesin que hacade ellos delante de Dios. Suplicaba a todas las criaturas, que vea haber ofendido, que no me acusaran.Entonces se me daba la gracia de orar con gran fuego de amor. Invocaba a todos los Santos y a labienaventurada Virgen Mara que intercedieran por m, y suplicaran al Amor, que tantos bienes mehaba dado, para que, sabindome yo muerta, me devolvieran a la vida.

    Y me pareca que todas las criaturas y los Santos experimentaban compasin de m.Con el sptimo paso me era concedido contemplar la cruz, en la cual vea a Cristo muerto por

    nosotros. Sin embargo, era todava una visin inspida, si bien experimentaba en ella gran dolor.Octavo paso. Al contemplar la cruz, me ha sido dada una mayor comprensin sobre la muerte

    del Hijo de Dios por nuestros pecados. Entonces reconoc todos mis pecados con el mximo dolor, y

    4La iglesia de San Francisco de Foligno estaba cerca de la casa de. ngela. All se desarrollaron los encuentrosde ngela y Arnaldo: la primera dictaba sus confidencias, el segundo transcriba. All tambin se veneran los restossagrados de ngela. Pero ese da el fraile predicaba en San Feliciano, la catedral de Foligno

    5La fecha de la conversin de ngela ha sido fijada en el ao 1285, cuando la santa tena treinta y siete aos.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    13/129

    13

    sent cmo yo misma lo haba crucificado. Pero todava no conoca cul beneficio fuese mayor: si elhaberme arrancado del pecado y del infierno y convertido a la penitencia, o el verlo clavado en la cruzpor m.

    Este conocimiento de la cruz me daba tanto fuego, que, estando a los pies de ella, me despoj detoda mi ropa y me ofrec toda al Seor. Y si bien con temblor, con todo le promet guardar una castidad

    perpetua y no ofenderlo con ninguno de mis miembros. Acus delante de El cada uno de mismiembros. Y le suplicaba que me ayudara a guardar esa promesa, es decir la castidad de todos losmiembros y de los sentidos. Por una parte tema prometer, y por otra ese fuego me constrea a hacerlo.

    Con el noveno paso, Dios me concedi la gracia de buscar el camino de la cruz, para poder estara sus. pies, donde hallan refugio todos los pecadores. Y fui instruida e iluminada, y me fue mostrado elcamino de la cruz de esta manera. Recib la inspiracin de que, si quera ir a la cruz, deba despojarmepara estar ms expedita e ir desnuda hacia ella. En otras palabras, deba perdonar a todos los que mehaban ofendido; deba renunciar a todo bien material y a todo hombre y mujer, a todo amigo ypariente, y a cualquier otro; deba renunciar a mi fortuna y a m misma; deba dar mi corazn a Cristo,que me haba concedido estos beneficios; y deba ponerme en marcha por el espinoso camino de latribulacin. Desde ese momento comenc a apartar los vestidos ms lindos y a simplificar las comidasy los peinados Pese a eso, todo me era muy amargo y penoso, porque todava no senta nada del amor.Viva entonces con mi marido, y sufra mucha amargura, cuando se me agraviaba o se me injuriaba. Sinembargo, lo soportaba pacientemente, como mejor poda. En ese tiempo sucedi que, por voluntad deDios, muri mi madre, que me era de gran obstculo. Ms tarde, en poco tiempo, murieron mi marido ytodos mis hijos. Y como ya haba entrado en el camino de la cruz y haba rogado a Dios que murieran,a su muerte experiment una gran consolacin6. Pensaba que para el porvenir, habindome Diosconcedido semejantes gracias, mi corazn estara siempre en el corazn de Dios, y el corazn de Diosestara siempre en el mo.

    Paso dcimo. Peda a Dios poder hacer lo que ms le agradaba, y l mismo en su bondad, variasveces, tanto durante el sueo como estando despierta, se me apareci clavado en la cruz. Me invitaba acontemplar sus llagas y de manera maravillosa me mostraba cmo El lo haba padecido todo por m.

    Esto sucedi varias veces, y mientras me mostraba uno a uno y de manera destacada todos losdolores que haba sostenido por m, me deca: "Qu puedes hacer por m que te parezca bastante?".

    As, muchas veces se me apareci estando despierta, y de manera ms agradable que estandodormida, si bien su semblante era siempre de un hombre cargado de dolores. Y me repeta las palabrasque ya me haba dicho estando dormida, mostrndome desde la cabeza a los pies sus penas. Me hacaver los pelos arrancados de la barba, de las cejas y de la cabeza. Y enumeraba los latigazos,subrayndolos uno tras otro, y me deca: "Todo esto padec por ti!".

    Me venan a la mente de manera asombrosa todos mis pecados, y constataba que tambin en losltimos tiempos yo lo haba herido con mis pecados; por eso deba tener un dolor ms intenso. Yexperimentaba por mis pecados un dolor que jams haba tenido.

    Igualmente, mientras contemplaba su pasin, El me deca: "Qu puedes hacer por m que teparezca bastante?". Entonces lloraba mucho, y las lgrimas brotaban tan abrasadas, que quemaban micarne. Por eso deba despus echarme agua encima para hallar un poco de refrigerio.

    Paso undcimo. Por todo lo dicho, me propuse hacer ms speras penitencias.

    6 Nos parece chocante e incomprensible este deseo de ngela, pero hay que ubicarse en una perspectiva mstica,paradoja!: en una eleccin totalitaria "que impuls a ngela a poner a Dios en primer lugar, dispuesta a perder todo otrobien que pudiera ser obstculo al nico amor de su alma" (Aliqu, p. 37). Ms adelante, confesar su gran dolor por lamuerte de los seres queridos: 'El vivir me era tormento, ms que el dolor por la muerte de la madre y de los hijos, an msque cualquier otro dolor".

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    14/129

    14

    Este paso, largo para ser descrito, est lleno de cosas admirables, que van ms all de lasfuerzas humanas. Lo confirmo yo, fraile amanuense, por haber conocido ms tarde sus penitencias.

    Nuevas ascensiones

    Paso duodcimo. Porque comprenda que, estando engolfada en las cosas del mundo, no podahacer una penitencia suficiente, turn la decisin de abandonar absolutamente todas las cosas, parahacer penitencia y llegar a la cruz, como me haba sido inspirado por Dios. Esta inspiracin me fueconcedida, por la gracia de Dios, en forma maravillosa y del siguiente modo.

    Con todas mis ansias deseaba llegar a ser pobre, y con preocupacin pensaba a menudo quepoda sobrevenirme la muerte antes de serlo. Contemporneamente me vea asediada por muchastentaciones. Me vea joven y pensaba que el mendigar me podra ser de gran peligro y vergenza, y quepodra morirme de hambre, fro y desnudez. Todos me disuadan. Y he ah que por la misericordia deDios, en una oportunidad, mi alma fue grandemente iluminada, y con esa iluminacin logr una talfirmeza que cre, y sigo creyendo, no poder perder jams En esa luz me predispuse y tom la decisinde que si era menester morir de hambre, fro, desnudez y vergenza por que era o poda ser lavoluntad de Dios, de ninguna manera desistira de mi propsito a causa de estos males, aun en laplena certeza de que caeran sobre m. En fin, si me hubieran sucedido, habra muerto gozosamente enel Seor. Desde ese momento tom una seria decisin.

    Decimotercero. Entr en el dolor de la Madre de Cristo y de San Juan y les ped que mealcanzaran un signo seguro de que siempre y continuamente tendra presente en la memoria la Pasinde Cristo. Nuevamente se me apareci la misma visin y en el sueo me fue mostrado el corazn deCristo y me fue dicho: "En este corazn no hay mentira, en l todo es verdad". Y me pareca que estaspalabras me fueran dichas, porque yo me haba burlado de un cierto predicador7.

    Decimocuarto. Estando en oracin durante la noche, Cristo se me apareci en la cruz msluminoso que de costumbre, es decir, me comunic un ms claro conocimiento de s. Me llam y meinvit a poner mi boca sobre la llaga de su costado. Me pareca ver y beber su sangre que brotaba vivade la herida, y me haca comprender que de esta manera me haca pura.

    Entonces comenc a experimentar una gran alegra, si bien la meditacin de la pasin meprodujera tristeza, y supliqu a Dios que me hiciera derramar toda mi sangre por su amor, como l lohaba hecho por m. Y me ofrec toda a su amor. Deseaba que todos mis miembros padecieran lamuerte, si bien distinta de la suya, y mucho ms humillante. Imploraba y suplicaba que, si pudierahallar a alguien que me matara con tal que me fuera concedido morir por la fe, por el amor deCristo le pedira que me concediera esta gracia: a diferencia de Cristo crucificado en un madero, quea m me crucificaran en una roca o en un lugar srdido, y con un instrumento vil. Yo no me sentadigna de morir de la misma muerte de los santos, por esto le peda me hiciera morir ms mseramente ycon una muerte ms larga. Pero no poda imaginar una muerte tan abyecta como la que deseaba, ysufra mucho por no hallar una muerte tan infame, que en nada se asemejara a la de los santos, de laque me senta del todo indigna.

    Decimoquinto. Penetraba en el alma de San Juan y de la Madre de Dios, meditando sus dolores,y les peda que me alcanzaran la gracia de experimentar siempre el dolor de la Pasin de Cristo o almenos el dolor de ellos. Y ellos me lo alcanzaron, como todava me lo alcanzan. Una vez San Juan mehizo sentir un dolor tan grande, que fue de entre los mayores que yo jams haya probado. Comprendque San Juan, por la pasin y la muerte de Cristo y por el dolor de la Madre de Cristo, soport una pena

    7 El espritu naturalmente escptico y burln de ngela, que todo lo tomaba a broma hasta rerse de los sermones,recibe en la visin del Seor un saludable correctivo. El corazn de Cristo, smbolo de todo su amor y dolor, ha amado ysufrido hasta el extremo de todo amor y de todo dolor.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    15/129

    15

    tan grande, que juzgu y sigo juzgando, superior al mismo martirio. Desde entonces se me dio el deseode despojarme de todo bien con tal voluntad, que, si bien fuera acometida y a menudo tentada por eldemonio, para no hacerlo, y si bien me fuese prohibido por los frailes y por ti mismo y por todosaquellos a los que peda consejo, de ninguna manera hubiera podido resistir, cualquier fuese el bien o elmal que me pudiera acaecer.

    Y si no hubiera podido drselo todo a los pobres, lo hubiera igualmente abandonado todo,porque me pareca imposible retener algo sin cometer una falta grave. Pese a todo, mi alma viva en laamargura por los pecados. Todava no saba si lo que haca, era grato a Dios; y gema y llorabaamargamente, gritando: "Seor, aunque fuere condenada, seguir al menos haciendo penitencia; medespojar de todo y te servir". En ese tiempo todava viva en la amargura por los pecados y noexperimentaba la dulzura divina.

    Decimosexto. Fui liberada de este estado de la siguiente manera. Una vez fui a la iglesia y rogua Dios que me hiciera alguna gracia. Mientras rezaba, puso en mi corazn el "Padrenuestro "con unacomprensin tan ntida de la bondad divina y de mi indignidad, que cada una de las palabras hallabarealce en mi corazn. Y rezaba ese Padrenuestro con mucha lentitud y con pleno conocimiento de m.Y si por un lado gema por mi indignidad y por mis pecados que se me manifestaban, por otroexperiment un gran consuelo. Comenzaba a gustar algo de la dulzura divina, porque en esa oracin,ms que en cualquier otra, se me manifestaba la bondad divina, y tambin hoy en da sigo hallndola.

    Pero cuando en ese Padrenuestro me fueron indicados mis pecados y mi indignidad, me senttan avergonzada, que ni me atreva a levantar los ojos. Me dirig a la Virgen Mara, para que mealcanzara el perdn de los pecados. Todava quedaba en la afliccin a causa de los pecados. En cadauno de los pasos me detena largo tiempo, antes de pasar al sucesivo: en algunos ms, en otros menos.

    Por esto esta siervo de Cristo exclamaba con asombro: "Oh! A travs de cuntas dificultadesprogresa el alma! Aunque no se escriba nada aqu, cuntos impedimentos y apretadas correas atan lospies! Qu perversa ayuda recibe del mundo y del demonio! Decimosptimo. Despus del pasoprecedente tuve la demostracin de que la Virgen Mara me haba alcanzado la gracia: me fue dada unafe muy distinta de la que tena. En comparacin, la fe anterior me pareca una cosa muerta y las

    lgrimas del pasado casi fruto de la violencia. Desde entonces padec con mayor eficacia lapasin de Cristo y el dolor de su Madre. Entonces, cualquier cosa que hiciera, aunque fuere grande, mepareca poca cosa y aspiraba a una mayor penitencia. Entonces me encerr en la pasin de Cristo, y seme dio la esperanza de que en ella poda alcanzar la libertad.

    Comenc a tener consuelo durante el sueo, y disfrut de hermosos sueos, de los que me venagran consuelo. Y al pensar en Dios, comenc a sentir una constante dulzura en lo ntimo del corazn,tanto en vigilia como en el sueo. Pero como todava no posea la certeza, con el consuelo se mezclabala amargura, y yo ansiaba recibir otros dones de Dios.

    De las muchas visiones durante el sueo me relat una, diciendo:Una vez, estando en la crcel8, en la cual me haba encerrado para una cuaresma ms dura,

    mientras meditaba y saboreaba una palabra del Evangelio, palabra de grandsima piedad y de excesivoamor, tena junto a m el misal. Ansiaba ardientemente ver al menos esa palabra escrita, pero hacaesfuerzos por frenarme y dominarme por temor a la soberbia, ya que me haba obligado a no abrir ellibro con mis manos, a causa del demasiado deseo y amor. Adormecida por una especie de sueo, medorm con ese deseo.

    8"Crcel" tiene aqu el mismo sentido que las famosas Crceles de Ass, donde san Francisco sola retirarse consus compaeros para orar y hacer penitencia. Significa no un lugar penal por delitos cometidos, sino un lugar cerrado yangosto donde uno se retira voluntariamente por mortificacin durante un perodo de tiempo. Las mujeres que se sometan aesa penitencia se llamaban encarceladas (Blasucci, p. 263).

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    16/129

    16

    Al instante fui arrebatada en una visn y se me dijo que la comprensin de la epstola era unacosa tan sublime que si uno la comprendiera bien, olvidara todas las cosas mundanas. El que meguiaba, me dijo: "Quieres probarlo?" Yo asent, movida por el vehemente deseo de probarlo. Enseguida me condujo y me lo hizo probar. Y penetr con tanto deleite en los bienes divinos, que alinstante me olvid de todas las cosas mundanas.

    Despus, el que me guiaba aadi que la comprensin del Evangelio era una cosa tansuperdelicios que si uno lo comprendiera, se olvidara no slo de todas las cosas mundanas, sinotambin y en forma total de s mismo. Y otra vez me gui y me lo hizo probar. En seguida penetr contal deleite en los bienes divinos que me olvid no slo de todas las cosas mundanas, sino totalmentetambin de m misma. Experiment una embriaguez tan divina que ped a mi gua, que no me dejarasalir ms de ese estado. Me contest que tal peticin, no poda ser satisfecha; y en seguida me hizovolver en m y abr los ojos.

    Sent un gozo incontenible por ,1o que haba visto, pero sufr mucho por haberlo perdido.Tambin hoy, al recordarlo, me lleno de felicidad. Desde entonces se fijaron en m tal certidumbre, talluz y tal ardor de amor de Dios que repeta con pleno convencimiento que nada se predica del gozo deDios.

    Los que lo predican, no lo pueden predicar; y si lo predican, no lo comprenden. As me habl elque me gui en la visin.

    El sentimiento de Dios

    Decimoctavo. Ms tarde tuve el sentimiento de Dios y experiment un deleite tan grande en laoracin que me olvidaba de comer y hubiera deseado no tener necesidad de comer para poderquedarme en oracin. Se insinuaba aqu una especie de tentacin de no comer, o, si coma, de comerpoqusimo.

    Por suerte reconoc que era un engao9. Era tan grande el fuego del amor de Dios en micorazn, que no me cansaba ni de estar de rodillas ni de otras penitencias.

    A continuacin llegu a un fuego tan ardoroso que, con slo or hablar de Dios, gritaba 10. Y siuno me hubiera amenazado con un hacha para matarme, no hubiera podido sustraerme. Esto mesucedi la primera vez cuando vend mi finca, que era mi ms linda propiedad, para distribuir elimporte entre los pobres.

    Antes me burlaba de Pedrito11, pero despus de ningn modo poda hacerlo. Ms bien, cuandola gente me deca que yo estaba endemoniada, porque no poda retener los gritos, senta muchavergenza y convena con ellos en que quizs estaba enferma y endemoniada; y no poda dejarsatisfechos a cuantos hablaban mal de m. Y cuando vea algn cuadro de la pasin del Seor, apenaspoda soportarlo: me asaltaba la fiebre y caa enferma. Por eso mi compaera esconda los cuadros de laPasin para que no los viera.

    9 Hay que admirar el equilibrio asctico de ngela. Ese sentido de discrecin, que gua sus actos, la aleja de todoextremismo. La mortificacin no est hecha para matar l cuerpo, sino para dar mayor libertad al espritu.

    10 Esos gritos incontrolables, como ms tarde los de Ass, eran fenmenos msticos que obligaban a ngela aproclamar su amor, ya por el gozo en s ya por la violencia que experimentaba.

    11 Este Pedrito es el Beato Pedro Crisci de Foligno, terciario franciscano. Inspirado por Dios, renunci a todas susriquezas para llevar vida pobre y humilde. Por su simplicidad, la gente se burlaba de l. Muri en el ao 1325 y su cuerpo sevenera en la catedral de Foligno.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    17/129

    17

    Decimonoveno. Durante el tiempo de la trascripcin, despus de la admirable visin y consueloque experiment en el Padrenuestro, tuve mi primer gran consuelo de la dulzura de Dios. As sucedi.Una vez fui inspirada y arrebatada a considerar el deleite que se experimenta en la contemplacin de ladivinidad y de la humanidad de Cristo, y fue tan grande el consuelo que prob, que durante gran partede ese da me qued de pie, recogida y sola en la celda en la que estaba orando, y mi corazn estaba en

    ese gozo. Despus me desvanec y perd la palabra. La compaera corri a m y pensaba que yo iba amorir y que ya me estaba muriendo; pero su presencia me importunaba, ya que me impeda el disfrutede ese grandsimo consuelo.

    Una tarde, antes de llevar a cabo la distribucin de todos sus bienes, si bien le quedaba muypoco para dar, mientras estaba en oracin, se quejaba de que le pareca no sentir a Dios, y losuplicaba, y gema de esta manera: "Seor, lo que estoy haciendo, no lo hago sino para hallarte. Tehallar, pues, despus de haberlo llevado a cabo?". Y muchas otras cosas deca en esa oracin. Y sehizo or una voz que la interrog: "Qu deseas?". Y ella contest: "No deseo ni oro ni plata; y aunqueme dieras todo el mundo, no te deseo ms que a ti". Y la voz sigui habindole: "Apresrate, porqueapenas hayas llevado a cabo la obra, toda la Trinidad vendr a ti".

    En ese momento me prometi muchas otras cosas, me sac de toda tribulacin y me dejcolmada de dulzura. Desde ese momento esper que se cumpliera lo que se me haba prometido. Relattodo a mi compaera, que se hallaba muy perpleja por las cosas extraordinarias que se me haba dichoy prometido. Pese a todo, Dios me dej colmada de divina dulzura.

    Vigsimo. Despus de estos hechos fui a San Francisco de Ass, y en esa ocasin, a lo largo delcamino, se realiz y se cumpli la promesa, como ya te lo relat. No me parece que haba terminado ladistribucin de todo lo mo a los pobres; ciertamente no lo haba llevado totalmente a cabo, si bien quedaba muy poca cosa. Un hombre que iba de prisa al reino de las Pullas, para dividir su patrimonio conel hermano que viva en ese reino, me haba dicho que lo esperara. Efectivamente me haba dicho quevolvera pronto para dar toda la cuota de sus bienes a los pobres, y que junto conmigo hara la donacintotal. Porque esa persona se haba convertido y haba sido fortalecida por la gracia de Dios a travs demis exhortaciones y deseaba hacer junto conmigo la donacin total de sus bienes, por eso yo laesperaba. Ms tarde, lamentablemente ese hombre muri durante el viaje, y me fue relatado que susepulcro era muy venerado y que Dios haba obrado milagros por su intercesin 12.

    Los siete pasos suplementarios

    Este paso, que aqu sealo como vigsimo, fue la primera cosa que yo, indigno fraile, escrib,despus de haberla escuchado y aprendido directamente de los labios de la misma siervo de Cristo.Pero no voy a transcribir ni a completar aqu la descripcin de este paso, porque se trata de un pasocuajado de cosas maravillosas, lleno de grandes revelaciones celestiales, muy largo y de mucho deleitey familiaridad con Dios, aunque el paso vigsimo primero sea an ms maravilloso. Suspendo, pues, locomenzado y lo dejo para ms adelante. Ahora relatar brevemente cmo yo, por la intervencinadmirable de Cristo, llegu a conocimiento de estos hechos y cmo fui enteramente forzado aescribirlos.

    Quiero subrayar que yo, fraile, con la ayuda de Dios, puse todo mi empeo en relatar loshechos desde el primer paso hasta este punto marcado con el paso vigsimo, o sea hasta el fin de lasegunda revelacin, donde se dice que Dios de manera admirable le manifest que habamos escrito

    12 Se desconoce el nombre de este hombre piadoso y caritativo, muerto en concepto de santidad.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    18/129

    18

    todas las cosas segn la verdad, sin ningn engao, si bien fuesen mucho ms ricas que lo que refer ysi bien mi transcripcin las haya disminuido y empobrecido.

    Desde ese punto no supe continuar la transcripcin, porque despus raramente y en ocasionesdistanciadas pude hablar con ngela para narrar algo. Y porque desde el decimonoveno paso enadelante me fue difcil distinguir y numerar con claridad otros pasos, tome buen recaudo de recoger la

    materia que quedaba en siete pasos o revelaciones; as como conoc a la siervo de Cristo en laposesin de los dones de la divina gracia; y as como la vi progresar en dones y carismas; y en fin ascomo juzgu ms conveniente y lgico hacer.

    El primer paso, que sigue despus de lo anterior, es la admirable revelacin de la divinafamiliaridad, de los dilogos y de las enseanzas de Dios. Hacia el fin del paso se contiene larespuesta que le fue dada por la Trinidad y cmo ella vio a Cristo en el sacramento del altar.

    El segundo paso contiene la revelacin de la divina uncin, y de la entrega y visin de Dioshasta el paraso. Se destaca en este paso cmo Dios pide al alma que lo ame sin malicia, y cmo lemuestra con una larga exposicin que l es el amor del alma, si bien el relato se. haga en forma brevey truncada. Dios quiere que el alma tenga o desee tener algo del verdadero amor, con el cual El nosam.

    Igualmente se prueba con testimonios que toda alma que quiere buscar y poseer la divinamisericordia, la puede alcanzar, como Mara Magdalena. Igualmente se demuestra que esto procededel amor y de la bondad del Padre y de la confesin que el pecador hace de sus pecados. Por estos dosmotivos, cuanto ms grande es el pecador, tanta mayor misericordia y gracia puede alcanzar. Adems,le fue revelado que ella agradaba a Dios, y que El se hallaba presente en las cosas que escribamos, yque todo lo que habamos escrito, era inmune de engao. Y tambin cmo Dios, y luego la mismabienaventurada Virgen Mara, la bendijeron a ella y sus limosnas. Y tambin se relata el xtasis que laarrebataba a la vista del cuerpo de Cristo.

    El tercer paso contiene la revelacin de la enseanza divina a travs de testimoniosperceptibles por los odos y a travs de testimonios que pueden ser captados por el solo gusto delespritu. Ah se ensea cmo son verdaderos hijos de Dios los que buscan conocer quin sea ese Diossu Padre, que les haba dado el don de la filiacin; y lo hacen porque quieren agradecrselo yagradarle.

    Tambin, este paso contiene lo que Dios les dice y cmo ellos reciben la gracia divina, alacercrsele. Ah se ensea tambin el modo de acercarse a Dios y la doctrina por la cual el hombrepuede hacerse hijo legtimo de Dios. Se habla tambin de que hay hijos de Dios que son por Elreprobados. En fin se habla de cmo ngela vio la divina sabidura, que le dio la capacidad de juzgarcon recto juicio.

    El cuarto paso contiene la revelacin de la propia bajeza, de la transformacin y de laconfirmacin divina . En l se relata cmo ngela vio al mundo y a todas las cosas como algominsculo, y a Dios que todo lo llenaba y sobrepasaba. Y por ltimo cmo, arrebatada en xtasis, viola potencia y la voluntad de Dios, y cmo en esta visin hall respuesta a todas sus cuestiones: sobrelos hombres que se salvaran y que se haban salvado, sobre los condenados, sobre los demonios ysobre todas las cosas. Qued contenta y se le dio plena satisfaccin sobre cada misterio, pero no sabesi en ese entonces se hallase en el cuerpo o fuera de l.

    El quinto paso contiene la revelacin de la unin con Dios y del amor. Ante todo viene laadmirable revelacin de la pasin del Seor y sigue el xtasis de amor. Despus, cmo vio a labienaventurada Virgen rogar por el gnero humano, y cmo la gracia de Dios se le manifestaba en elsacramento del altar.

    Sigue una amplia explicacin de cmo y de cuntas maneras el alma logra la certeza de queDios viene a ella.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    19/129

    19

    Igualmente, cmo conoce el alma cuando ella es habitada por Dios, en lo cual hay grandiversidad. Adems, el coloquio y la lamentacin que el alma dirige al cuerpo o a los sentidos a causade la contemplacin. Por ltimo se habla de cmo y en qu modo puede haber engao en las personasespirituales, y cules son las cosas que pueden ser comunes a fieles e infieles.

    El sexto paso ilustra el martirio de mltiples e intolerables padecimientos y angustias, tanto por

    las enfermedades del cuerpo como por las del alma, y los innumerables tormentos del cuerpohorrendamente provocados por muchos demonios.Este paso va junto al prximo, que es el sptimo, que es de entre todos el ms maravilloso.El sptimo contiene una revelacin de la cual slo se puede decir que est por encima de

    cualquier cosa que se pueda imaginar. Ni el paso de la familiaridad con Dios, ni el paso de la divinauncin o de la enseanza, ni los de la unin y del amor, ni todos los precedentes son comparables aste.

    Cuando yo, fraile, pregunt a esa siervo de Cristo si las cosas descritas en el sptimo pasotienen para el alma mayores atractivos que las precedentes, ella contest que sin comparacin algunatienen mayores atractivos que las precedentes. Y dijo: "Es tanto mayor que, lo que digo, me parece nodiga nada o lo diga mal". Y aadi: "Todo lo que digo, me parece una blasfemia. Por-eso me sent deltodo enferma cuando me preguntaste si tiene ms atractivos que lo descrito hasta aqu, y contest deesa manera". Este altsimo paso corre junto al sexto por algn tiempo. Poco a poco el sextodesaparece y queda el sptimo.

    Aclaracin de Fray Arnaldo

    Despus de estas premisas, el relato que sigue inmediatamente, si bien por el orden convendrainsertarlo en el paso que indiqu como vigsimo, sin embargo, es el principio y lo primero que yo,fraile, escrib sobre este libro de las palabras divinas. Y comenc a escribir en una pequea hoja depapel, de manera incompleta y descuidada, como si fueran unos apuntes personales, porque crea queera poco lo que iba a escribir.

    Poco tiempo despus que yo la obligu a hablar, a la sierva de Cristo le fue revelado yordenado que, para escribir, yo me procurara no una hoja minscula sino un cuaderno grueso.

    Pero como yo no le crea , escrib con diligencia en dos o tres hojas que pude hallar libres enmi libreta. Ms tarde, por obligacin, me procur un cuaderno de papel. Por esta razn, antes deseguir adelante, me parece oportuno referir cmo yo llegu a conocimiento de estas cosas y por qucausa me sent absolutamente forzado a escribirlas, ya que era Dios quien me empujaba de su parte.

    La razn o el motivo personal que me indujeron a escribir fueron los siguientes. La sierva deCristo haba venido una vez a San Francisco de Ass, donde yo viva como fraile conventual, y sentadaen el umbral de la puerta de la iglesia, haba lanzado fuertes gritos. De ese hecho yo, que era supariente y do que soy muy lento para escribir y temiendo el juicio de los frailes, que murmuraban porel hecho de sentarme junto a ella en la iglesia para escribir, me daba mucha prisa para hacerlo.

    Hasta juzgo un milagro de Dios el escribir de manera ordenada lo que escrib. Esto sermanifiesto por lo que le fue revelado en el paso vigsimoprimero o en la segunda revelacin de ladivina uncin. Y le fue revelado y dicho que haba escrito cosas verdaderas e inmunes a toda falsedad,pero que mi transcripcin era muy defectuosa.

    Y si de vez en cuando me pona a escribir con la conciencia en desorden, tanto a m como a ellanada nos sala bien; tampoco poda escribir nada en orden o correctamente. Por eso, en cuanto poda,me esforzaba por ir a hablarle y a escribir con la conciencia en paz. Algunas veces procur hacer unaprevia confesin de mis pecados. Reconozco que por obra de la divina gracia, sobre cualquierpregunta que le hiciera bajo la inspira don de Dios, la respuesta flua ordenada. Era la gracia divina

    que obraba maravillosamente, ms all de cuanto pudiera esperar.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    20/129

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    21/129

    21

    si El era el Espritu Santo. Y comenc a mirar los viedos para escaparme de ese discurso. Ydondequiera mirara, El me repeta: "Esta es una criatura ma". Y experimentaba una dulzura divina,inefable.

    En ese momento afloraban a mi memoria todos mis pecados y vicios, y no vea en m ms quepecados y defectos. Y senta en mi interior tanta humillacin como jams haba probado. Y todava se

    me deca que el Hijo de Dios y de la bienaventurada Virgen Mara se haba inclinado delante de m ydeca:"Si todo el mundo viniera ahora a ti, t no podras de ningn modo hablarle, porque a ti ha

    venido todo el mundo". Y para asegurarme acerca de mi duda, deca : "Yo soy el que ha sidocrucificado por ti, y tuve hambre y sed por ti, y derram mi sangre por ti, porque te amaba mucho". Yrecordaba toda la pasin y deca: "Pdeme cualquier gracia que deseas para ti y tus compaeros y paraquienquiera t desees, y preprate a recibirla". Yo dije, o ms bien mi alma grit : "No quiero pedir, porque no soy digna". Y me volvan a la memoria todos mis pecados. Y el alma dijo: "Si t fueras elEspritu Santo, no me diras cosas tan grandes. Y si lo dijeras, la alegra debera ser tan grande, que elalma no podra sostenerla". Me contest:

    "Porque nada puede ser o hacerse sino lo que yo quiero, por esto no te doy alegra mayor questa. Cosas menores que stas yo dije a otros; y aquel al que las dije se desmay, sin poder sentir niver14. T caminas con tus compaeros, que no saben nada, y por eso no te doy un sentimiento mayor.Te doy esta seal: esfurzate por hablar con tus compaeros, piensa en otras cosas, buenas o malas, yno podrs pensar en ninguna otra cosa fuera de Dios. Hago todo esto, pero no por tus mritos".Entonces afloraban a mi memoria mis pecados y mis defectos, y reconoca ser digna del infierno msque nunca. El me repeta: "Lo hago a causa de mi bondad. Si hubieras venido con otros compaeros, nohubiera hecho estas cosas por ti"15.

    Porque ellos de algn modo advertan mi languidez ya que en toda palabra alcanzaba un granconsuelo, por un lado hubiera deseado llegar a la meta, por otro deseaba que este camino no acabaranunca por toda la eternidad. Y cuan grande fuesen la alegra y la dulzura que Dios me haca sentir, nopuedo apreciarlo, sobre todo cuando dijo: "Yo soy el Espritu Santo que entra en ti". Igualmente,cuando me deca las otras cosas, experimentaba una inmensa felicidad. Yo deca en mi ardor: "Aqu sever si eres el Espritu Santo, porque vendrs a m, como has dicho".

    Y El me dijo: "Yo te quitar esta consolacin, cuando entres por segunda vez a San Francisco;pero no me alejar de ti jams, si t me quieres". Y vino conmigo hasta San Francisco, como me habaprometido, y no se alej de m cuando entr a San Francisco y me detuve en la iglesia, y continu aestar conmigo hasta despus de la comida, o sea, hasta cuando volv a entrar al templo.

    En esta segunda oportunidad, apenas me arrodill en el umbral de la iglesia y vi a San Franciscopintado en el seno de Cristo16, El me dijo: "As te tendr apretada, y mucho ms de lo que t puedas vercon los ojos del cuerpo. Ahora ha llegado el momento, hija dulce, templo mo, delicia ma, en que debe

    14Tal vez aqu se hace alusin a la conversin de san Pablo en el camino de Damasco (Hech. 9, 4...).

    15El Seor a veces condiciona la concesin de ciertas gracias, segn los mritos de las personas con las que seconvive. Es uno de los aspectos de la solidaridad y comunin entre los miembros del Mstico Cuerpo de Cristo.

    16 En la baslica superior de San Francisco, en un vitral cerca de la puerta, se admira an hoy en da una gran figurade Cristo que aprieta entre sus brazos a San Francisco, de tamao menor. Delante de este cuadro sucedieron los hechos y laspalabras que nos relata ngela y que terminaron en una crisis clamorosa, en el momento en que el Espritu Santo se alejabade ella.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    22/129

    22

    cumplirse lo que te dije. Te quito esta consolacin, pero no te dejar jams, si t me amas '. Sibien estas palabras fueron amargas, todava experiment en ellas una tal dulzura, que fue ms quedulce, dulcsima. Y mir para ver tambin con los ojos del cuerpo y de la mente.

    Y como yo, fraile, insista en preguntarle: "Qu es lo que has visto?", ella respondi:He visto una plenitud, una majestad inmensa, que no s describir. Me pareca fuese el "Todo

    Bien". Al alejarse, me dijo muchas palabras de dulzura, y se alej con indecible suavidad, lentamente,poco a poco.Fue entonces, al ausentarse, cuando comenc a lanzar voces y gritos, y sin ningn pudor

    vociferaba y clamaba, repitiendo esta frase: "Amor no conocido, por qu me abandonas?". o eracapaz de decir otra cosa, ni aadir palabra. Solo saba gritar sin pudor la frase anterior: "Amor noconocido, por qu? por qu? por qu?". Pero la frase estaba tan cubierta por el grito que no seentenda. Entonces me dej con la certeza y sin ninguna duda de que l era a todas luces Dios. Y yogritaba por el deseo de morir. Estaba aplastada por un gran dolor porque no mora y me quedaba.Entonces todas mis junturas se desencajaban.

    De vuelta de Ass, iba por el camino hacia casa, colmada de esa suprema dulzura. Hablaba deDios, y el callar me era gran pena; pero me esforzaba por abstenerme a causa de los compaeros. A lavuelta por el camino de San Francisco, El me dijo entre otras estas palabras: "Te doy esta seal de quesoy yo el que te habla y te ha hablado. Te doy la cruz y el amor de Dios dentro de t. Y esta seal estarcontigo eternamente". En seguida comenc a sentir esa cruz y ese amor, profundamente, en el alma; yesa cruz la experimentaba corporalmente, y sintindola, mi alma se derreta en el amor de Dios.Durante el camino, yendo a Ass, me haba dicho: "Toda tu vida, tu manera de comer, beber y dormir, ytu vivir, todo me gusta".

    Vuelta a casa, senta en ella una dulzura y una paz tan grandes que no s cmo expresarlas.Deseaba morir, y me pesaba tanto el vivir, a causa de esa dulzura y de esa paz, serenas, amables, einefables, que, para llegar a ellas que por otra parte senta ya en m y para no perderlas, deseabamorir a este mundo. El vivir me era un tormento, mucho mayor que el dolor por la muerte de la madrey de los hijos y ms que todo dolor que yo pudiera imaginar. Y yac en casa postrada por ocho das enesta languidez y en este inmenso consuelo.

    El alma gritaba al Seor: "Ten piedad de m y no permitas que yo quede ms en este mundo".Este delicioso e inefable consuelo ya me lo haba predicho por el camino yendo a Ass : "Cuando hayasvuelto a tu casa, sentirs una dulzura distinta, que jams has gustado. No te hablar, como hasta ahora,sino que experimentars". Y comenc a experimentar esta dulzura, este inefable consuelo, una tal paz yuna tal quietud que no s cmo describir. Y qued postrada por ocho das, tanto que apenas podahablar, ni rezar el Padrenuestro, ni casi levantarme.

    Y me haba dicho durante el camino yendo a Ass: "Yo estuve muchas veces con los Apstoles.Me vean con los ojos del cuerpo, pero no sentan lo que ahora t sientes. T no me ves y sin embargome sientes". Y cuando advert que estaban por terminar estos coloquios, El mismo se alej de unamanera muy amable y dijo 'estas palabras: "Hija ma, querida a m, ms que yo a ti". Y repiti las frasesya mencionadas: "Templo mo, delicia ma". Y no quiso que en la despedida me hallara postrada, sinoque en estas palabras estuviera de pie, y me dijo: "T tienes el anillo de mi amor, y ests prendada dem, y jams te alejars de m. Y que t y tu compaera tengis la bendicin de Dios Padre, y del Hijo, ydel Espritu Santo".

    Dijo esto en la despedida. Porque yo le haba pedido una gracia para mi compaera, aadi: "Atu compaera voy a dar otra gracia".

    Cuando me dijo: "Jams te alejars de m!", el alma exclam: "Y cuando cometa algn pecadomortal?". Y me contest: "Yo no quera decirte eso". Y desde entonces, y a menudo, sent inefablesaromas.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    23/129

    23

    Estas y otras cosas fueron tan grandes que me siento incapaz de relatarlas. Apenas puedobalbucir algunas palabras.

    Menos todava puedo describir la dulzura y el gozo. Esta conversacin se realiz muyfrecuentemente, pero jams con tanta paz, con tanta profundidad y con tanta dulzura.

    Testimonio del

    Espritu Santo

    Despus que volvi de Ass y estaba postrada, como ya se dijo, su compaera, que era deadmirable sencillez, candor y virginidad, oy por tres veces una voz que le deca: "El Espritu Santoesta en ti". Por eso corri a ella y comenz a preguntarle: "Dme lo que tienes, porque tambin a mcomo a ti ha sido dicha la misma cosa ". Y la siervo de Cristo respondi: "Si a ti tambin ha sidodicha, me alegro", y lo aprob. Desde entonces la siervo de Cristo revel a su compaera muchascosas de los divinos secretos.

    La Estrella

    Adems, su compaera me refiri a m, fraile, que mientras una vez esa siervo de Cristo estabarecostada cerca de ella arrebatada en xtasis, vio una especie de estrella perfectamente circular, demuchas y admirables variaciones, luminosa de mil colores. Y de ella salan rayos de candida belleza,algunos, ms densos, otros ms sutiles. Los rayos partan del pecho de ella que yaca sobre su costadoy se multiplicaban subiendo y elevndose hacia el cielo. Esto lo vio con los ojos del cuerpo estandodespierta, y era casi la hora tercera. La estrella no era muy grande.

    La Trinidad

    Una vez, yo, fraile, que indignamente transcribo estos mensajes divinos, le dirig esta pregunta:"Por qu te fue dicho en la precedente revelacin: "Yo soy el Espritu Santo "; y poco despus: "Yosoy el que ha sido crucificado por ti"? Despus de esta pregunta, ella volvi a su casa. Ms tarderetorn a m y me contest:

    "Apenas volv a casa, comenc a pensar, ya que me vino una duda acerca de lo que mepreguntaste. Cuando se me insina alguna duda, yo tambin dudo, porque me considero totalmenteindigna. Mientras yo estaba en la duda, me fue dada la respuesta en estos trminos : "Pregntale al fraileArnaldo, pregntale lo que te fue dicho: Ya vino a ti la Trinidad. Le dirs: Ya vino, ya vino a ti.Pregntale cmo pudo venir".

    Y comprend que, aunque hubiese venido a m, sin embargo estaba en el cielo y no se alejabadel cielo. Y como todava no comprenda plenamente y no me pareca que me hubiera contestado demanera comprensible y clara, entonces aadi:

    "Le dirs: que cuando te fueron dichas estas palabras: Yo soy el Espritu Santo; y despus:Yo soy el que ha sido crucificado por ti, entonces estaba en ti el Padre, el Hijo y el Espritu Santo".Y como yo justamente de esto dudaba, o sea de cmo el Padre con el Hijo y el Espritu Santo viniera am que soy tan indigna, y pensaba que se me dijo esto para engaarme, entonces muchas veces me fuedicho y repetido: "La Trinidad ha venido a t". Y por esto me deca: "Pregntale cmo pudo venir"17.

    Y se me explicaba cmo en se coloquio estaban presentes el Padre, el Hijo y el Espritu Santo.Y me parece que por tres veces se me dijo que la Trinidad era una sola cosa reunida en uno. Y se me

    17 La venida est aqu pormanifestacin experimentalde la Trinidad, ya presente en el alma por la creacin y por elbautismo; como apartida indica suspensin de esa manifestacin (Blasucci, p. 265).

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    24/129

    24

    ofreca el ejemplo del sol y tambin otro ejemplo, pero yo lo rechazaba, porque cuando se me dicencosas tan grandes, yo las rechazo, temiendo no ser digna. Quisiera que Dios me diera la sensacin deque no puedo engaarme en estas cosas.

    La frase: "Toda la Trinidad vendr a ti", transcripta hacia el fin del paso decimonoveno, secumpli en el vigsimo.

    La Visin de Cristo

    Una vez meditaba sobre el gran dolor que Cristo sufri en la cruz, y pensaba en los clavos de lasmanos y de los pies, los que, como haba escuchado, haban introducido trozos de carne hasta dentro dela madera. Deseaba ver al menos un poco de esa carne de Cristo que los clavos haban introducido en la

    madera. En ese momento experiment un dolor tan grande por ese sufrimiento de Cristo que nopude tenerme de pie, sino que me dobl y me sent, e inclin mi cabeza sobre los brazos que extendhacia el suelo.

    Fue entonces que Cristo me mostr su garganta y sus brazos. Entonces la tristeza de antes setransform en una alegra tan grande que no me es posible decir cosa alguna. Era una alegra distinta delas otras, y no vea ni oa, ni senta ms que esa alegra. Y se encendi una tal luz en lo hondo de mialma, que sobre esto no tengo dudas, ni podr haberlas en el futuro.

    Y me dej una seal tan cierta de alegra en el alma, que creo que no la perder jams.Haba en ese cuello y en esa garganta una belleza tal que comprend que esa belleza tena origen

    en la divinidad. A travs de esa belleza me pareca ver su misma divinidad y me pareca estar delantede Dios. Es todo lo que pude ver. Y ese esplendor no sabra compararlo a ninguna cosa o color delmundo. Slo lo comparara al esplendor del cuerpo de Cristo que de vez en cuando veo durante laelevacin.

    Al salir de esa visin, comenc a pensar un poco en m, y ese pensamiento no me daba casiningn temor. Pero estoy segura de que al tener ese pensamiento ya me haba alejado de esa visin.

    "En la Eucarista veo a Dios"

    Cuando yo, fraile, o las palabras por ella pronunciadas, acerca del cuerpo de Cristo, enseguida tom nota en mi corazn, y le pregunt y la obligu a decirme todo lo que hubiera visto en elcuerpo de Cristo. Y ella, tras mis insistencias, as me contest:

    A veces veo la hostia, como vi la garganta y el cuello, con un esplendor y una belleza tangrandes, ms que si fuese el esplendor del sol, que me parece provengan de la divinidad. Por esabelleza comprendo con certeza que estoy viendo a Dios sin ninguna duda, si bien, estando en casa,viera en esa garganta y en ese cuello una belleza an mayor, tan grande que por el resto de mi vida creoque no podr perder jams la alegra de esa visin. Y no sabra manifestarla sino mediante lacomparacin de la hostia con el cuerpo de Cristo, porque en la hostia aparece una belleza ms hermosay ms grande que la del sol.

    Luego mi alma sufre gran pena, porque no puedo expresarme.

    Adems me dijo que a. veces ve la hostia con distintos aspectos, es decir ve en la hostia dosojos luminossimos y tan grandes que de la hostia slo parecen quedar los bordes.

    Una vez no en la hostia, sino en la celda de la custodia me fueron mostrados los ojos, y disfrutde tanta belleza y de tanto deleite que, como la garganta, jams podr olvidarlo por el resto de mi vida.No s si fue mientras dorma o velaba, sino que me volva a hallar con una alegra inmensa e inefable,tan grande que no creo poder perderla jams

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    25/129

    25

    Otra vez me dijo que vio en la hostia a Cristo nio, pero pareca grande y majestuoso, comoquien tiene autoridad, y pareca tener en las manos algn signo de poder, y estaba sentado en untrono.

    No sabra decir lo que tena en la mano. Y esto lo he visto con los ojos del cuerpo, comosiempre me suceda ver la hostia con los ojos del cuerpo. Entonces no me arrodill cuando los dems se

    arrodillaron. No recuerdo bien si corr para acercarme al altar o si me qued clavada por el deleite y lacontemplacin. Sufr un gran disgusto cuando el sacerdote demasiado pronto Volvi a poner la hostiasobre el altar. Jess resplandeca de belleza y de gracia, y pareca un nio de doce aos. Me sent tancolmada de alegra que, creo, no me olvidar de ella por toda la eternidad. Y me comunic tal certezaque no puedo dudar de nada y de ninguna manera. Por eso no es necesario que t escribas esto. Y fuetanta la alegra que no le ped que me protegiera, ms an, no le dije nada ni bueno ni malo. Todo migozo consisti en la contemplacin de esa belleza inestimable.

    El Segundo Paso

    Despus del ao de mi peregrinacin a Ass en el cual me fueron dirigidos mensajes divinos,mientras me hallaba en oracin y estaba por decir el Padrenuestro, de improviso vino a mi alma unavoz que me dijo: "T ests llena de Dios". Entonces sent que todos los miembros de mi cuerpo estabanimpregna dos de la delicia de Dios. Y deseaba morir, como me haba su cedido antes yendo a Ass ycuando, ya de vuelta', yac postrada en mi celda. De manera similar otra vez yac postrada. Micompaera me refera que me brotaban lgrimas de los ojos abiertos.

    Entonces la voz me deca y yo lo experimentaba que Dios abraza mi alma, y senta quetodo era verdadero. Cuanto estamos diciendo, me parece ser casi una mentira, porque todo suceda demanera distinta de cmo se puede referir.

    Adems, yo me avergenzo de decirlo con ms fuerza. En esa oportunidad, caminando haciaSan Francisco, El me haba dicho: "Obrar en ti maravillas delante de los pueblos; y en ti serconocido; y en ti mi Nombre ser glorificado por muchos pueblos".

    "Estars abrasada en el amor de Dios"

    En otra oportunidad, un ao despus, mientras estaba en oracin, de improviso me fuerondirigidas palabras muy deliciosas: "Hija ma, mucho ms querida a m que yo a ti, templo, delicia ma:el corazn de Dios omnipotente est ahora sobre tu corazn". Y junto a estas palabras me lleg unsentimiento de Dios tan fuerte, ms que cuanto hubiera antes experimentado; .mucho ms! Y tambintodos los miembros de mi cuerpo experimentaron ese deleite, y yo me postr con ellos.

    La voz me dijo: "Dios omnipotente puso en ti un amor ms grande que en cualquier mujer deesta ciudad, y El se alegra en ti. Dios est lleno de ti y de tu compaera 18: poned todo empeo para quevuestra vida sea luz para todos los que quieren mirar a ella. Para los que miran y no obran, habr unjuicio duro y severo".

    Mi alma comprendi que este implacable juicio tena relacin con los clrigos ms que con loslaicos, porque, si bien conocen las palabras de Dios a travs de las Escrituras, las desprecian.

    "El amor que Dios omnipotente ha puesto en vosotras, es tal que continuamente reside envosotras, si bien no con estos sentimientos. Ahora sus ojos estn posados sobre vosotras". Y me

    18"Dios est lleno de ("Asombroso intercambio o trasvasamiento divino I Dios llena el alma y a su vez el almallena a Dios. Es una paradoja que slo el amor explica. El amor de Dios llena el alma; y el amor del alma llena, o sea, alegrael corazn de Dios. No en vano Dios es Padre y el hombre es hijo!

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    26/129

    26

    pareca, con los ojos del alma, ver sus ojos y experimentaba una delectacin indecible. Sufro ahoraporque parece que decimos estas cosas en broma. Entonces, si bien fuese grande mi alegra, me volvana la mente mis pecados, y no vea en m nada que fuese bueno, y pensaba que en mi vida no habahecho nada que agradara a Dios. Recordaba todas mis culpas, y en la mente me surga la duda de quejustamente a m se me dijeran cosas tan grandes.

    Y comenc a preguntar:

    "Si t eres el Hijo de Dios omnipotente, por qu mi alma no percibeuna alegra an ms grande que la que podra sostener, sintiendo que t ests en m, aunque yo seatotalmente indigna?". Me respondi: "No quiero que t experimentes en ti una alegra mayor, sino una

    moderada" y aadi: "S, en verdad, todo el mundo est lleno de m". Y en seguida vea quetoda criatura estaba llena de El.

    Y me susurraba: "Yo puedo hacerlo todo: que t me veas, como cuando conversaba con losapstoles, sin sentir mi divinidad; como puedo hacer que t me sientas, como me ests sintiendo, sinverme". Y aunque no me dijera con palabras estas cosas, sin embargo mi alma comprenda que decaestas cosas, y mucho ms grandes an. Y senta que era as.

    Y preguntndole yo, fraile escritor, cmo fuese posible, la siervo de Cristo me respondi:

    Yo haba experimentado que mi alma senta as. Y mi alma contest y grit : "Puesto que t eresDios omnipotente y tus palabras son la verdad y tan grandes como t dices, dame una seal para quetenga la certeza de que eres t. Scame de esta duda. Y me asombraba de que hubiera en m algunaduda.

    Insista para que me diese una seal corporal que yo pudiese ver: por ejemplo, que pusiera enmi mano una vela, o una piedra preciosa, o cualquier otra cosa que El quisiera. Y aada : "Yo nomostrar a nadie esta seal, si t no quieres".

    Y me contestaba: "Lo que t buscas es una seal que te dara gozo al verla o al palparla; pero note sacara de la duda y por medio de esa seal podras ser engaada". Al hablarme, comprenda lo queestamos diciendo ms plenamente de lo que pueda referir, y comprenda con plenitud muchas mscosas que las que estamos diciendo, y con mayor claridad, con un gozo grande y amoroso, del que niintento hablar. Y Dios quiera que no se me impute pecado, por referir los hechos tan mal y tanimperfectamente.

    Despus me dijo: "Te doy una seal mucho mejor que lo que me pides. Esta seal estarconstantemente contigo dentro de tu alma: SIEMPRE SENTIRS A DIOS Y ESTARAS ABRASADAEN EL AMOR DE DIOS. Y comprenders ntimamente que nadie ms que yo puede hacerte esto. Yesta seal que pongo en tu alma, es mucho mejor que lo que me pediste. Te doy un amor de m quecontinuamente abrasar tu alma. Ser un amor tan ferviente que si alguno habla mal de ti, t lo tomarscomo una gracia y te reconocers indigna de tal gracia. Esto lo tuve yo tambin. Y el amor que tuve porvosotros fue tan grande que todo lo soport pacientemente.

    Entonces reconocers que yo estoy en ti. Y si nadie te hace alguna ofensa, todava t sentirasun gran deseo de ello. Y sa es una seal veraz de la gracia de Dios, porque yo de esa manera todo losoport con gran humildad y paciencia. Y ahora mira: yo te unjo con un ungento siricoso, con elcual fue ungido un santo llamado Srico, y muchos otros santos"19. '

    En seguida sent esa uncin y experiment una dulzura tan grande que deseaba morir, pero conuna muerte cargada de todo suplicio corporal. Pero tambin pensaba que eso sera nada en comparacin

    19 Srico es un santo desconocido. Los comentaristas piensan que ngela quiso referirse a uno de los dos santospatronos de Spoleto, Sereni dico y Serenedo, que vivieron en el siglo VII, de los que se deca que el aceite de la lmpara quearda en sus tumbas tena propiedades milagrosas.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    27/129

    27

    con todos los tormentos y martirios que padecieron los santos. Entonces deseaba y quera que todos loshombres me echaran ultrajes, y que mi muerte llegara con todas las torturas. Y me gozaba en rogar aDios por todos los que me causaran estos males. Y me asombraba de esos santos que rogaron a Diospor sus perseguidores y verdugos, porque no slo deban rogar sino que deban pedir a Dios por ellosuna gracia especial. Por eso hubiera querido yo rogar a Dios por esos hombres que me hubieran

    ultrajado y los hubiera amado con un gran amor.Por esa uncin experiment entonces, dentro y fuera del alma, una felicidad tal que nuncaexperiment tan grande en ningn da de mi vida. De ella no puedo decir ni poco ni mucho. Era unconsuelo distinto de los dems. En los otros consuelos, mi deseo era morir en seguida, mientras en steansiaba que la muerte fuese larga y cargada con todo tormento y que todos los suplicios del mundoafligieran cada uno de los miembros. Sin embargo, todo esto me pareca absolutamente nada. Mi almacomprenda que este consuelo era apenas una pequea chispa en comparacin con todos los bienes quese me prometan. Mi alma senta que todo era absolutamente verdadero. Si en ese momento todos lossabios del mundo hubieran dicho lo contrario, no les hubiera credo. Y si jurara que todos los que vanpor este camino, se salvan, siento que no dira ninguna mentira.

    Y me dej tan firmemente esta seal en el alma, una seal tan clara y luminosa que, pienso,sera capaz de enfrentar el martirio antes que tener alguna duda. Me dej esta seal que sientocontinuamente y que es camino cierto de salvacin: AMAR y QUERER SUFRIR POR SU AMOR.

    La visin del Verbo de Dios

    Yo, secretario, le pregunt: "Quisieras que te dijeran injurias?" Y ngela me respondi:Lo quisiera un poco, pero tuve vanagloria, cuando alguna vez se me injuri. El que hablaba en

    m me dijo: "Si tienes alguna duda sobre esta seal, sobre esta uncin, pregntale al fraile fulano20, alcual he comunicado esa uncin y que lleg a comprenderla un poco. Y las palabras que escuchaste dem son tan sublimes que no me desagrada que tengas dudas. De otra manera tu alegra sera demasiadogrande. Me agrada que tengas deseos de estas palabras, que son muy sublimes. Si yo no quisiera que ttuvieras esas ansias, no las tendras". Y en ese momento he visto a Dios. Yo, secretario, le preguntcmo o de qu manera lo viera, y si lo vea en forma corporal. Ella me contest:

    Vea una plenitud, un esplendor, del que me senta tan colmada que no s explicar. Tampoco sdar alguna semejanza. No s decirte si he visto algo corporal. El era como es en el cielo. Lo nico ques decirte es que era la Belleza y el Todo Bien. Todos los santos estaban en presencia de esa majestad yla glorificaban. Pero me parece que en esta visin me detuve poco tiempo. Precedentemente, la primeravez, me haba dicho: "Hija ma, querida por m mucho ms que yo por ti". A menudo me repeta: "Hijaamada, dulzura ma; todos los santos tienen por ti un amor especial. Tambin mi Madre lo tiene. Yo tevoy a asociar a ellos". Y todo lo que me deca de los santos y de su Madre me pareca muy poca cosa,dado que yo estaba disfrutando plenamente de esa dulzura, que El me daba a gustar. Y El me deca:"Del mucho amor que yo siento por ti, te escondo algo a causa de tu debilidad, porque no podrassobrellevarlo".

    A las preguntas que yo, secretario, le haca, contest:En esto puedes comprender que era el Todo Bien. Yo era invitada a mirar a los santos que

    estaban delante de esa majestad y tambin se me deca que mirase a los otros que estaban por encimade los santos. Pero como yo vea que toda la felicidad de los santos y de los ngeles vena de El y en Else fundaba y que El era el Sumo Bien, me deleitaba slo en El y no atenda, ni poda atender, ni a los

    20 Segn el Padre Ferr en Le livre de 1'exprience des vrais fideles, Pars 1927, este fraile fulano sera FranciscoDamiani, hermano de Santa Clara de Montefalco, quien en el ao 1309 fue guardin de San Francisco de Foligno.

  • 8/7/2019 Santa Angela de Foligno OFS - Libro de La Vida

    28/129

    28

    santos ni a los ngeles. El me repeta: "Del mucho amor que yo siento por ti te escondo algo". Y mialma comprenda que era muy poco lo que me mostraba del amor que tena por m, casi nada encomparacin.

    Y cuando mi alma deca: "Por qu tienes un amor tan grande por m que soy pecadora? Porqu te complaces tanto en m, que soy tan enormemente indigna? Por m que en toda mi vida no hice

    ms que ofenderte?". Entonces vea que nunca haba hecho algn bien sin cometer muchos defectos. YEl me consolaba: "Es tan grande el amor que he puesto en ti que no me acuerdo de tus faltas. Mis ojosno las miran. En ti he escondido