Santo Rosario Meditado

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com

"Estaban junto a la cruz de Jess su Madre y la hermana de su Madre, Mara de Cleofs y Mara Magdalena. Jess, viendo a su Madre y al discpulo que amaba, que estaba all, dijo a la Madre: Mujer, he ah a tu hijo. Luego dijo al discpulo: He ah a tu Madre. Y desde aquella hora el discpulo la recibi en su casa" (Jn 19, 2527). Reflexin: Una pregunta Seor, en ese momento donde estaban los otros, donde estaban esos permanentes seguidores, donde estaban lo otro miembros que acompaaba tu caminar, donde estaban todos esos que oyeron, y creyeron en ti, dnde estn ahora?, porque son tan pocos los que acompaaron el dolor de Maria. As es tambin este mundo hoy Seor, somos cmodos, no siempre asistimos al sacrificio de la Eucarista, decimos te acompaamos en las buenas y en las malas, es solo por cumplir y no actuamos. Splica Seor, en cualquier circunstancias quiero acompaarte, en cualquier circunstancia quiero estar con mi Madre, tu Madre, Virgen Mara. Qu grande eres nuevamente Seor, invitarme a tener la dicha para que Mara Santsima sea mi Madre, Seor, gracias por entregarme a Maria como Madre, haz que nada me aparte de ella. Seor, por no haber estado acompandote, por mis ausencias a la Santa Misa, por no estar siempre donde me necesitas, piedad y clemencia Seor. Mara, Madre ma djame dedicarte este pequeo trabajito, para motivar a que todos estemos siempre amndote Dedicado a Mara Primavera de 2004 Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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INDICEPROLOGO INTRODUCCION AL TEXTO EL SANTO ROSARIO MEDITADO PARTE PRIMERA TEXTOS SOBRE LA VIRGEN MARIA PUBLICADO POR AUTORES CATOLICOS LA ELEGIDA DE DIOS Capitulo I Capitulo II Capitulo III Capitulo IV Eplogo Una bella flor germina Un ngel en el jardn La Madre, la mejor y Selecta Flor Mara, una flor que no se marchita 8 10 10 11 11

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ASCENDENCIA, NACIMIENTO E INFANCIA DE MARIA 1. Buscando antecedentes 2. Maria en los Evangelios 3. El Protoevangelio 4. La ascendencia de David, Segn el Evangelista San Lucas 5. Sus padres 6. Joaqun Padre de Maria 7. Ana madre de Maria 8. Las lamentaciones de Ana madre de Maria 9. El nacimiento de Mara, consideraciones 10. Concepcin de Mara 11. La casa de Maria 12. El primer ao 13. La Presentacin de Mara 14. Consagracin de Mara en el templo 15. La Infancia y adolescencia de Maria 16. La presencia de Jos 17. El velo del templo LA ANUNCIACION MARIA, MADRE DEL SEOR JESUS, DESPOSADA CON JOSE Debate sobre el fragmento del Evangelio segn San Mateo 1,18

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1. Desposada y desposorio 2. Comentario de los Santos 2.1 San Cirilo de Alejandra (376-444 2.2 San Jernimo, (342-420) 2.3 San Juan Crisstomo, (350-407) 2.4 San Pedro Crislogo (380-450 2.5 San Remigio (530) 2.6 San Agustn (354-430), 3. Otras aclaraciones de la poca PARTE SEGUNDA HISTORIA DEL SANTO ROSARIO EL SANTO ROSARIO 1) La devocin ms popular 2) La Historia 3) Santo Domingo de Guzmn y el Rosario. 4) Santo Domingo recibe el rosario de la Virgen 5) La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmn 6) La primera capilla a Nuestra Seora del Rosario. 7) Las promesas de la Virgen a los que recen el Santo Rosario 8) Del papa Po VI a Juan Pablo II 9) Misterios Gozosos. (Lunes Y Jueves) 10) Misterios Dolorosos (Martes Viernes) 11) Misterios Gloriosos (Mircoles, Sbados Y Domingos) 12) Los Nuevos Misterios Luminosos 13) El significado de Rosario 14) Como rezar el Rosario 15) Beneficios Del Rosario 16) Bendiciones Del Rosario 17) Rezad el Rosario TODOS LOS DIAS. PARTE TERCERA EL ROSARIO MEDITADO 1) MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO MISTERIOS GOZOSOS MISTERIOS DOLOROSOS MISTERIOS GLORIOSOS MISTERIOS LUMINOSOS 2) ORACIONES INICIALES DEL SANTO ROSARIO

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com SEAL DE LA CRUZ EL CREDO SMBOLO DE LOS APSTOLES ACTO DE CONTRICIN 3) ORACIONES BASICAS PADRENUESTRO AVEMARIA GLORIA 4) 5) 6) 7) 8) JACULATORIAS BASICAS SALVE ORACIN LETANIAS LAURETANAS MODO DE REZAR

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MISTERIOS GOZOSOS 1 LA ANUNCIACIN 2. LA VISITACIN 3. LA NATIVIDAD DEL SEOR 4. LA PRESENTACIN DE JESS EN EL TEMPLO 5. LA PRDIDA DEL NIO JESS Y SU HALLAZGO EN EL TEMPLO MISTERIOS LUMINOSOS 1 EL BAUTISMO DE JESS EN EL JORDN 2. LAS BODAS DE CAN 3. LA PROCLAMACIN DEL REINO DE DIOS 4. LA TRANSFIGURACIN 5. LA INSTITUCIN DE LA EUCARISTA MISTERIOS DOLOROSOS 1 LA AGONA DE JESS EN EL HUERTO 2. LA FLAGELACIN DEL SEOR 3. LA CORONACIN DE ESPINAS 4. LA CRUZ A CUESTAS 5. LA CRUCIFIXIN Y MUERTE DE NUESTRO SEOR MISTERIOS GLORIOSOS 108

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com 1 LA RESURRECCIN DEL SEOR 109 2. LA ASCENSIN DEL SEOR 3. LA VENIDA DEL ESPRITU SANTO 4. LA ASUNCIN DE MARA SANTSIMA 5. LA CORONACIN DE MARA SANTSIMA PARTE CUARTA ORACIONES-JACULATORIAS-POEMAS Y CANCIONES 1) ORACIONES A MARIA ACORDAOS BENDITA SEA TU PUREZA BAJO TU AMPARO OFRECIMIENTO A LA SANTSIMA VIRGEN ANGELUS REGINA COELI MAGNIFICAT DULZURA DE LOS NGELES 2) JACULATORIAS PARA EL SANTO ROSARIO

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3) POESIA A BELEN FUE MARIA JESS NACERIA LA VISITA DE MARA A SU PRIMA ISABEL EL MILAGRO DE CAN EL MES DE MARIA NOS ESPERA HGASE EN M MADRE ADMIRABLE GRAN MEDIADORA MI DA ES A MI MADRE MADRE DEL AUXILIO 4) CANCIONES A MARIA AVE MARA AVE MARA (2) CANCIN A MARIA ES EL MES DE MARA HOY HE VUELTO HOY TE QUIERO CANTAR

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com JUNTO A TI, MARIA 141 LA ELEGIDA MADRE DE LOS JVENES MADRE DEL SILENCIO MARA DE NAZARET MARA ES ESA MUJER MARA, T ERES MI MADRE MILES DE JVENES OH MARIA, MADRE MA QUIERO DECIR QUE S. SANTA MARA DE LA ESPERANZA SANTA MARA DEL CAMINO VENID Y VAMOS TODOS VIRGEN DEL CARMEN BELLA

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PROLOGO El presente texto, tiene por fin motivar el rezo del Santo Rosario y conocer algo de la vida de la Virgen Mara. El Santo Rosario, no solo es una bella oracin, es un canto de amor a la Madre del Amor, el Hijo de Dios. Hay quien sostiene que es una oracin muy uniforme, montona y demasiado repetitiva. Es cierto que es algo de eso, pero tambin es verdad, que le tenemos mucho amor y reconocimiento a la Virgen Mara como nuestra Madre y no nos cansamos de decirle muchas veces que la amamos. Es as como le decimos en cada Misterio de Santo Rosario, 50 veces que la queremos con el Avemara, y la piropeamos con las Letanas. Porque tambin queremos honrarla y mostrar nuestro cario y gozo, como cuando el Angel le dijo: "Algrate, llena de gracia, el Seor est contigo!" Si reflexionamos sobre el sentido del amor, como sentimiento de afecto, cario y solidaridad que una persona siente hacia otra y que se manifiesta generalmente en desear su compaa, alegrarse con lo que considera bueno para ella y sufrir con lo que considera malo, podemos decir que eso es el amor de madre, esto es el ms desinteresado. Es decir ese es el amor ms grande, como el de Mara hacia nosotros, por eso le repetimos muchas veces, Ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte amen Como reconocimiento a Maria como Madre quiero compartir este poema, que muestra lo que ella inspira en mi y que ha sido por mucho tiempo mi oracin personal. Madre eres mi consuelo, Que seramos sin ti?Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Madre, eres mi consuelo, tu la buena y misericordiosa, Madre eres tambin consuelo de todos los cristianos, Madre eres adems el refugio de los pecadores, Madre eres seguro alivio del afligido y angustiados Por eso eres verdadera Madre Por eso confiamos en tu amparo, Por eso sabemos que no nos abandonars Que sera de nosotros sin ti Madre Santa?

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Madre Maravillosa, me alegra decirte Bendita eres Madre tierna, que bendito fruto tuvo tu vientre Madre que gran consuelo tenerte con nosotros Por eso socrrenos y cudanos Por eso ampranos y no nos abandones Por eso danos tu aliento de amor Qu sera de nosotros, sin ti Madre Santa? Madre, tu nombre no cesa en mis labios Madre llamarte es causa de alegra Madre pensar en ti esperanza de salvacin Madre tu consuelo es esperanza de vida Por eso auxlianos en todo momento Por eso haznos seres amorosos con tus hijos Por eso aydanos a vivir en paz Qu sera de nosotros, sin ti Madre Santa? Madre que gran inters por nosotros Madre que inagotables dones nos muestras Madre que gran esperanzas nos das Madre que bien medias por nosotros Por eso te amamos Madre Por eso te veneramos Madre Por eso te defendemos Madre Qu sera de nosotros, sin ti Madre Santa?

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INTRODUCCION AL TEXTO Se dice que un texto es un conjunto de palabras que forma un documento escrito, este texto es un conjunto de escritos, artculos y obras literarias que he preparado para diversas publicacin de Internet, especialmente para Autores Catlicos, www.autorescatolicos.org , pero adems incluye una seleccin de oraciones y canciones apropiadas para acompaar el Santo Rosario. EL SANTO ROSARIO MEDITADO Existen varias forma de rezar el Santo Rosario, pero en general estos no modifican la estructura de los 4 Misterios del Rosario. El amor por esta devocin ha hecho que muchas personas, vidas ejemplares, religiosos y laicos, se inspiren en darle una nueva forma, sin embargo la esencia es la misma. Es as, como aparte del tradicional Santo Rosario, se conocen otros como el Rosario Misionero, el Rosario Pro-Vida, El Rosario de la Familia, el Rosario Bblico y Diversos Rosarios Meditados, escritos por el Beato Josemara Escriv, el Rosario Meditado de Juan XXIII, entre muchos otros. El Rosario Meditado, que incluyo en este texto, corresponde a meditaciones bblicas. Este modo de rezar, se inspira en las formas de orar en la edad media, a fines del siglo XIV, tiempo en cual la costumbre era cantar o recitar un pensamiento de la vida de la Virgen Maria y Jess, obtenido de los Santos Evangelio. Esto se haca siempre antes de rezar un avemara. Es as como este Rosario Meditado, tiene 50 reflexiones por cada misterio, pensamientos obtenidos de la Biblia. Lo especial del modo de orar, es que despus de cada meditacin, se reza un avemara, no las 10 continuadas como es en el Rosario Tradicional. Antecedentes sobre este mtodo, de rezar el rosario, se encuentran en Scriptural Meditations for the Rosary, http://www.angelfire.com/electronic/rosary/, en la pgina del Devocionario Catlico, http://www.devocionariocatlico.com, donde adems se pueden bajar trpticos con el Santo Rosario Meditado con la misma versin que aqu se edita. En todo caso, la pgina WEB donde concentra mucha informacin y que adems es mi favorita es http://www.mariologia.org , ya que en ella estn tambin publicadas pequeas cosa que he hecho fruto de la inspiracin que ha dejado en m el Espritu Santo, algunas de cuales tambin estn incluidas en este texto.

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PARTE PRIMERA TEXTOS SOBRE LA VIRGEN MARIA PUBLICADO POR AUTORES CATOLICOS www.autorescatolicos.org

LA ELEGIDA DE DIOS Narracin Ilustrativa de la Historia de la Virgen Mara Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant www.autorescatolicos.org Capitulo I Una bella flor germina

En la soledad de las ridas tierras, junto con el ulular del viento, se oye la splica de dos fieles de Dios, implorando, ah esta Ana y Joaqun tomados de la manos, ojos cerrados Seor, mi nico Dios, no puedo impedir una lgrima, por saber si puedo germinar una semilla en mi, este desierto es mezquino con la vida, pero tu eres lo mas grande, podras hacer florecer cada pedacito de este estril suelo, escucha mi suplica y haz florecer en mi una flor, para que sea alegra en tu jardn. Confiamos en que nos escuchas, OH! Dios, tus fieles hijos esperan confiados en ti. Sin perder la confianza en Dios, Joaqun y Ana, esperan confiados y cuidan de su vida cultivando en sus corazones la buena tierra, donde Dios har germinar la flor mas bella de su Jardn, solo El Sabe porque y para que. As fue, lleg el da, en el cual se aromatiz el aire con perfume celestial, las estrellas brillaron como nunca, el viento silencio su aullido y se present un ngel de Dios donde Ana, dicindole: Ana, Ana, el Seor ha escuchado tu ruego, y ella junto sus manos entrelazando los dedos, sin poder contener un emocionado suspiro cerro sus ojos para disponerse a or al ngel que agrego concebirs y dars a luz y de tu prole se hablar en todo el mundo. Ana, quien ama a Dios intensamente no tarda en responder; Vive el Seor, mi Dios, que, si llego a tener algn fruto de bendicin, sea nio o nia, lo llevar como ofrenda al Seor y estar a su servicio todos los das de su vida. Contemplando al horizonte, impaciente por comunicar a Joaqun, tan admirable, extremadamente buena y extraordinaria y subliminal visita angelical, observa con atencin a dos mensajeros que a toda prisa se acercan a su casa, y emocionados llegan hasta ella dicindole; Ana, Joaqun, tu esposo, est de vuelta con sus rebaos, pues el ngel de Dios ha descendido hasta l y le ha dicho: Joaqun, Joaqun, el Seor ha escuchado tu ruego; baja de aqu, ve a tu casa, tu mujer, va a concebir en su seno.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Entonces Ana, prepar una ambientacin de extraordinaria alegra para recibir a Joaqun, su esposo amado, sin dejar de entonar salmos de agradecimiento a Dios, y acompasados con el latir de su corazn, el cual no disimulaba su animada excitacin del gozo placentero de la noticia. Joaqun, lleg a casa emocionado por tan grato acontecimiento, con los brazos extendidos hacia Ana, ella al verlo venir, no pudo esperar en la puerta, corri hasta l, se abalanz sobre su cuello, diciendo; Joaqun ahora veo que Dios me ha bendecido copiosamente, pues deje de ser estril, voy a concebir en mi seno., juntos bendiciendo Dios, y extendiendo sus manos hacia EL, entraron en casa, las puerta del hogar resplandeca como nunca. Luego de reposar, Joaqun vio como sus pastores celebraban con emocionada alegra la visita del ngel mensajero de Dios, y no dejaban escapar el perfumado aire que se respiraba, presintiendo la presencia de Dios, entonces Joaqun, les mand a que le trajeran diez corderitos hembra, sin mancha, diciendo; Y stas, sern para el Seor Dios, luego mando por doce terneras de leche y les encomend; Y stas, sern para los sacerdotes y el sanedrn; y, finalmente, cien cabritos para todo el pueblo. Pasado ya los meses que haba que esperar, Ana, le manifest a Joaqun que haba que preparar la casa, este poso su cabeza sobre el vientre de Ana, y exclam, Se respira perfume de ngeles, esta por nacer, alabado sea Dios Toda la casa estaba agitada, Joaqun mando por lea, haba que temperar el hogar, las hermanas y cuadas, llegaban a casa, una prepar de comer, otra una suave cama en el piso, otras atendan y animaban la futura madre, alguien se atrevi a decir, Los ngeles de Dios estn cuidando la casa, lo presiento, los pastores acercaron el rebao y se sentaron cerca en las afueras, silenciosos en espera de or el llanto amoroso del recin nacido. En un instante, el silencio rein por todo el lugar, y en los emocionados brazos de la comadrona una recin nacida le abre sus ojos, hace un gesto de sonrisa y estalla en llanto, ella agitada y feliz grita, una nia, es una nia. Ana la recibe en sus brazos y deja a su recin nacida sobre su pecho, exclamando que hermosa flor, OH! Dios, haz que sea la ms hermosa de tu jardn. Tres aos han pasado, la nia juega feliz con sus padres, Joaqun prepara unas candelas, es tiempo de ir al templo, pide la asistencia de unas doncellas sin mancilla, les pide que enciendan las candelas, y les acompaen, hay que llevar la nia, para que su corazn no sea cautivado por alguna cosa fuera del templo de Dios.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Y as lo hicieron, y marcharon al templo, acompaados por cantos de bellos salmos de alabanzas. Mientras iban subiendo al templo de Dios, la recibi el sacerdote, este toma la nia en sus brazos, y la observa cariosamente, se estremece frente a su hermosura, y a la dulzura de sus ojos, la besa, la bendice, y exclama; El Seor ha engrandecido tu nombre por todas las generaciones, pues al fin de los tiempos manifestar en ti su redencin a los hijos de Israel. Luego, le toma de sus manos y camina hasta la tercera grada del altar y la sienta. La nia manifiesta como El Seor derram su gracia, sonre, mira con sublime dulzura, y luego danza, entusiasmando y hacindose querer de toda la casa de Israel. Feliz regresaron Joaqun y Ana, sus padres, embargados por la emocin, llenos de admiracin, alabando al Seor Dios porque la nia no se haba vuelto atrs. Dicen que Mara permaneci en el templo como una paloma, recibiendo alimento de manos de un ngel. Nueve aos despus, al llegar a los doce aos de edad, los sacerdotes se reunieron para deliberar, diciendo: He aqu que Mara ha cumplido sus doce aos en el templo del Seor, qu habremos de hacer con ella para que no llegue a mancillar el santuario? Entonces fueron donde el sumo sacerdote y le dijeron: T, que tienes el altar a tu cargo, entra y ora por ella, y lo que te d a entender el Seor, eso ser lo que hagamos. As fue como el sumo sacerdote, se viste con el manto de las doce campanillas, y entr en el sancta sanctorum y or por ella. Horas mas tarde, segua orando, cuando un ngel del Seor se apareci, dicindole: Zacaras, Zacaras, sal y rene a todos los hombres del pueblo, este asombrado, escucha al ngel que le pide, Diles que venga cada cual con una vara, en uno de ellos, se fijara el Seor Dios, sobre quien el Seor haga una seal portentosa, ser esposo de esta joven. Por toda Judea salieron en su bsqueda, y a cuanto varn dieron la noticia, as fue que al sonar la trompeta de Seor, todos acudieron. Un buen hombre, algo viejo, viudo, labraba madera en casa, y daba forma a nobles muebles, carpintero, y llamado Jos, dejo sus herramientas y presinti que Dios le invitaba a asistir, tomo su vara y camin con su sencillez y humildad habitual, su corazn presenta que no deba faltar, sus manos eran limpias, su corazn, era hbitat de la pureza, su rostro, aunque algo cansado, era reflejo de la bondad de su alma y de la obediencia al Seor.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com As fue, como se uni a los dems al llegar al templo, Jos oro en el, y dedico sus plegarias a Dios, y como siempre ofreci su sometimiento, obediencia, y todo su corazn para que sea colmado de su gracia. Una vez terminada su plegaria, Jos fue por su vara, en ninguna de las que estaba apiladas, apareca seal alguna, pero al coger Jos la suya que era la ltima, sale agitando sus alas una paloma y se puso a volar sobre su cabeza, ante el asombro, el sacerdote corre hasta Jos, y le dice, hombre bueno, tienes una gran misin, a ti te ha cabido la gracia de recibir bajo tu custodia a la Virgen del Seor. Capitulo II Un ngel en el jardn

Era sexto mes, Maria, ya esta desposada con Jos, como todas las madrugadas, el fro se apodera del trmino de la noche, sin embargo ese da el aire era algo distinto, se escuchaba el silencio en todo Nazaret, y el estrellado cielo hacia notar que algo muy importante se anunciaba en la Galilea, Maria, sentada en su lecho, murmuraba un Salmo elegido de sus alabanzas favoritas a Dios. En un instante de ese amanecer, Mara siente la presencia de algo hermoso, el Sol an no ensea sus primeros matices, pero la habitacin resplandece, enviado por Dios el ngel Gabriel se hace presente. Mara, no disimula su emocin, frente a tan bella presencia, junta sus manos, entrelaza sus dedo, apega sus manos en el pecho y se dispone con gran recogimiento a or al ngel quien la mira con dulzura del amor de quien lo ha enviado, este hace una pausa y le dice tiernamente, Maria, Algrate, llena de gracia, el Seor est contigo., Mara, sin dejar de inquietarse, se concentra en si para meditar un segundo sobre estas palabras, es necesario reflexionar acerca de este saludo para llegar a comprenderlo y para encontrar una respuesta, pero la paz del ngel se aduea del ambiente, y para enternecer el encuentro, suavemente le dice, Maria, No temas, si, Mara, porque has hallado gracia delante de Dios. Maria, aprieta sus manitos de joven inocente al pecho, su corazn no disimula la emocin, el ngel Gabriel continua, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, un hijo, murmura suavemente Maria, si Maria un hijo a quien pondrs por nombre Jess, continua el ngel. Mara, no quiere alterar nada, oye atentamente, y sigue al ngel Gabriel, Maria, l ser grande y ser llamado Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de David, su padre; reinar sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr fin. Mara, abre sus ojos, mirando a Gabriel, como diciendo puedo preguntar algo?, unos pequeos pasitos para disimular la inquietud, y enfrenta sonriendo al ngel y pregunta, Cmo ser esto, puesto que no conozco varn? El ngel le mira, le 14

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com sonre, y entiende lo que le ocurre a Maria, entonces le responde: Maria El Espritu Santo vendr sobre ti y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra, Maria, silenciosa demuestra en su actitud que comprende el plan de Dios, adems es hora de cumplir una vez ms con la ofrenda de Ana, y Joaqun sus padres, Mara, es un ser humano libre, capaz de decisin y destinado a la responsabilidad. Maria deba consentir en el plan eterno de Dios. El saludo del ngel fue para Mara la revelacin de un decreto celestial y a la vez la invitacin al consentimiento. El ngel, vuelve sus ojos a Maria y le asegura, el que ha de nacer ser santo y ser llamado Hijo de Dios. Mira, tambin Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Mara, busca las palabras en su corazn, palabras de respuesta a Dios, suspira un instante, sonre, y dice amorosamente, He aqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra. El ngel, se llena de gozo y satisfaccin, por tan bello encuentro, la mira dulcemente, y se va. Pasan algunas horas, y Maria ha estado orando sin levantar la cabeza, su disposicin a Dios es total, esta an asombrada por todo, algo menos inquieta, recuerda al ngel cuando le hablo de su prima Isabel, entonces se apresura para visitarla, y se dirige a la casa de esta, llena de alegra, todo el Espritu la desborda. Apenas se asoma a la puerta de la casa de Isabel, cuando se produce el encuentro, pareca que se estaban esperando, ambas primas sonrieron, parecan saber todo lo que a las dos le alegraba, se abrazaron y se miraron en silencio, Maria toco suavemente el vientre de Isabel y se emociono al sentir esa tierna patadita de bebe que impacientemente espera su da sealado. Isabel, la invito a sentarse bajo un limonero, a disfrutar del da a la sombra del aromtico frutal, hablaron de Raquel, de Rebeca, de Ana la madre de Samuel, de Sara, de la oraciones de Isabel y de las infinitas noches que desahogo su corazn ante Dios, y de la incrdula sonrisa entregada a Zacaras cuando volvi mudo del santuario y trat de hacer entender que las oraciones de ellos, haban sido escuchada, y de cmo no fue capaz de creerlo hasta que tuvo la certeza de que en su seno se haba alumbrado la vida. Dios se haba acordado de Isabel lo mismo que de ambas madres de ellas y les haba visitado con el don de la fecundidad. As es prima Maria, le dice Isabel, por eso necesit esconderme muchos meses: tena que dar tiempo a mi corazn para agradecer en el silencio y la soledad que el Seor me haba desatado el sayal de luto para revestirme de fiesta. Isabel observa deslumbrada a Mara, que esta resplandeciente, llena de gracia y reconoce en ella a la elegida de Dios, convocada a la alegra, ella es la flor elegida para ser el orgullo del jardn de su pueblo. Isabel respira profundamente, y le brota una alabanza, que le nace del corazn: 15

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com "Bendita seas entre todas las mujeres, bendito el fruto de tu vientre! Mara le oye enternecida, y su prima le agrega Dichosa t que te has fiado de Dios como nuestro padre Abraham, Mara, recibe las palabras de Isabel con su habitual actitud de joven servidora de Dios, y responde a su prima "Es a l a quien tenemos que dirigir la bendicin, que se ha inclinado a mirar a la ms pequea de sus hijas, es que en m ha visto a todos los que como yo, que no poseen ni pueden nada y se apoyan solamente en El. Que bien entienden ambas, el porque cuando alguien confa en el amor de Dios, El hace maravillas, cosas grandes y lo sienta a su mesa, y como lamentan a los que son orgullosos y se creen algo, porque Dios los aleja de su presencia. Isabel, agrega Maria, yo slo era un jardn vaco y pobre pero l se ha pronunciado sobre m, su palabra, y el ngel Gabriel ha llegado a mi jardn como en la primera maana del primer da de la creacin, entonces hizo brillar la luz de un nombre nuevo, el del hijo que ya est creciendo dentro de m. Que feliz me encuentro prima, Dios se ha acercado tanto, le pertenezco, como esa semillita a la tierra, especialmente por lo que ha hecho germinar, no poda hacer otra cosa, es as como de mi corazn broto una respuesta breve, pero de entrega total "Aqu estoy, hgase" y deje atrs cualquier inquietud. Maria contina. Ahora, Isabel, yo no s cmo va a suceder todo esto, y entonces miro al que habita en los cielos, levanto mis ojos, como los de los siervos que miran la mano de sus amos, y como los ojos de la sierva miran la mano de su ama, as miro a nuestro Dios, hasta que tenga Compasin de mi (Salmo 123,1-2), Mara se encuentra adherida plenamente al plan de Dios, ella es mujer de fe pura, su prima aprecia la grandeza de la fe de Mara, que no pidi ningn signo especial al contrario, acepto la voluntad divina, motivada slo por su amor a Dios, fue invitada a creer en una maternidad virginal. Se esta ya cumpliendo la profeca de Isaas, que culminara con el nacimiento de Jess, He aqu que una doncella est encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondr por nombre Emmanuel (Is 7,14 Tiempo despus, Maria sentada junto al ventanal buscaba con su mirada a Jos, y se preguntaba que habr soado su esposo carpintero, que an no se acercaba a comentrselo, a el encantaba hablar de sus sueos, admiraba los sueos de Jacob 16

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com y los comentaba, y siempre le deca, Maria: Me gusta lo que hace Dios, me entrego a EL, cada vez que el descanso me obliga a cerrar mis ojos, y espero confiado que Dios me hable en sueos Jos, no se sale de su humildad, su sencillez, es un hombre que habla con un corazn alimentado de la sabidura que le entrego el Padre Bueno, en el cual reconoce su mejor consejero, y tiene la conviccin plena, que es slo con la sabidura del corazn como se conoce bien a Dios. Mara esperaba el saludo matinal de su esposo Jos, que al venir a visitarla por la maana, le deca: Dios nuestro Padre, nos ayude y nos Bendiga, que bella haz amanecido hoy ella se llenaba de alegra de su respetuoso esposo, se senta cuidada por l. Pero ah estaba ya Jos, con su delantal de carpintero, haba comenzado a trabajar temprano, estaba algo confundido, pero saba que Dios le estaba encomendado algo muy importante, Maria lo llama sonriente, ven Jos, recemos juntos al Seor Jos, recordaba como sinti el llamado del Seor, cuando tomo su vara y fue al templo, como la paloma que salio de ella se poso sobre l, sin embargo, su corazn humano haba sentido la desolacin y la angustia cuando supo del embarazo de Mara, pero ya haba abandonado esa ansiedad, se acerc a su esposa, y luego de un instante de silencio la mir con los ojos de siempre, amoroso, y emocionado y tratando de disimular que haba estado inquieto. Mara, me lleg la Voz en medio del sueo dijo Jos, Mara lo mira y pidiendo sin decir una palabra que no tardara en contarle, Jos continua, Mara la Voz me dijo: Jos, hijo de David, no temas recibir a Mara en tu casa pues lo que ha concebido es obra del Espritu Santo. Dar a luz un hijo a quien llamars Jess (Mt 1,2021). Entonces me despert, rece, le ped al Seor su fuerza y al mismo tiempo le agradec tan bello honor, y luego me apresure hasta aqu, pero an el sol no sala y tu dormas, y para no distraer tus sueos me fui a trabajar un rato, pero ya estoy aqu, ahora que la luz me permite ver tan bella flor, que abre su vida como la mas hermosa del jardn. El anuncio del ngel, en el sueo de Jos, le hizo comprender precisamente, que deba asumir la paternidad legal sobre el Nio que Mara lleva en su seno, cuyo carcter mesinico viene de esta manera asegurado. Estas palabras del ngel son la ocasin y el momento para que Jos ratifique responsablemente su voluntad de seguir unido en matrimonio a Mara, pero, con una particularidad, que Mara va a ser Madre.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com As, Jos, hombre justo que en el espritu de las ms nobles tradiciones del pueblo elegido amaba a la Virgen de Nazaret y se haba unido a ella con amor esponsal, es llamado nuevamente por Dios a este amor, l la tom con todo el misterio de su maternidad; la tom junto con el Hijo que llegara al mundo por obra del Espritu Santo, demostrando de este modo una disponibilidad de voluntad semejante a la de Mara en orden a lo que Dios le peda por medio de su mensajero. Mara vuelve a sonrer, y le dice a Jos, ven Jos, recemos juntos al Seor Jos extiende su mano e invita: adems, cantmosle salmos de alabanzas Capitulo III La Madre, la mejor y Selecta Flor

Mara haba respondi libremente a los designios de Dios, y Jos con gran respeto hacia ella, en quien el Espritu Santo ha obrado grandes cosas, deja todo en las manos de Dios. As fue que en el momento decisivo, se le apareci en sueos un ngel del Seor y le dijo: No temas recibir en tu casa a Mara, tu esposa" (Mt 1,20). Jos, no es el padre carnal del hijo de Mara, l recibe la misin de hacer de padre a Jess. Jos, acogiendo la voluntad de Dios, acta como esposo de Mara y como padre legal de Jess. En Jos, encontramos un hombre sencillo, de gran respeto, humilde, que supo acoger en secreto este misterio de la accin de Dios en Mara y as fue que el hizo lo que el ngel del Seor le haba mandado, recibir a su esposa, respetarla, cuidarla, acompaarla siempre y participar del nacimiento del Hijo. Pero Maria de Nazaret, tambin es una mujer sencilla, campesina, y digo llena de sabidura, no por mucho leer o aprender, porque sabidura es sabor, y quien ha probado el sabor de la presencia de Dios, se llena de sabidura, ahora la amada, favorecida, y en cinta en espera del Hijo de Dios. Mara se mira as misma, ella fue mujer conciente, de forma libre asumi esta responsabilidad ante Dios, respondiendo ante El, con todo su yo humano, femenino, en la misin ms importante encomendada por Dios a una persona y cuenta con un esposo que la respeta, cree y confa en ella. Solo Dios sabe porque y para que y como de que manera enteramente libre acta para escoger a la madre de su Hijo, de entre tantas mujeres, bendita es entre todas la mujeres. Que gran orgullo para la Joven Mara, mujer del pueblo Judo, de un pueblo pequeo como Nazaret, de la regin de Galilea, sin riquezas, y viviendo bajo la ocupacin romana. Esta mujer campesina que expresa "Proclama mi alma la 18

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com grandeza del Seor, se alegra mi espritu en Dios mi Salvador, porque se ha fijado en su humilde esclava" (Lc. 1,46-48-49), nos enorgullece que sea nuestra amada madre, y nos contenta que sea una mujer de pueblo, y humilde, es por todo esto por lo que Mara da tanta confianza a los pobres para expresar sus penas y sus alegras, ella nos conoce. Ah esta Maria, preparando su ropa, la de su hijo que pronto va nacer y la de su esposo, hay que ir a Beln para asistir al censo, el viaje ser agotador, por caminos desrticos, pero la confianza en Dios Padre, y el deseo de someterse a la voluntad de El, le permite hacer su preparativos con alegra, buena ocasin para catarle a Dios, Salmos de Alabanzas. Mientras Jos, su leal y tierno esposo, prepara el asno, noble animal que a paso suave llevar sobre si a la Joven Virgen Madre, por cerros y quebradas, prepara la montura lo mas suave posible, ata algunos botijos con agua, carga algunos dtiles y otro frutos para el camino. Vamos Mara!, exclamo Jos, al entrar a buscarla, y agreg, estas dispuesta a este duro viaje?, Mara, siguiendo esa inspiracin divina tan especial, asienta con su cabeza la aprobacin de partir. Jos, lamentndose un poco por el sacrificio que tendr que hacer su esposa embarazada, comenta, Maria, tenemos que obedecer el decreto de Csar Augusto que ordena un empadronamiento general, all vamos. El empadronamiento, haba atrado a multitud de extranjeros a Beln, Mara y Jos sufran las consecuencias de tanto visitante y no encuentran alojamiento, pero hay que encontrar un lugar para descasar, y proteger a Mara por avanzado embarazo, as, fue como llegan a alojarse en una gruta que serva de refugio para los animales. En una de esas noches, "Estando all, se cumplieron los das de su parto" (Lucas 2:6); alrededor varios pastores estaban velando las vigilias de la noche sobre su rebao" (Lucas 2:8). Jos fue por una comadrona y elementos de ayuda, y luego regreso junto a su amada, tomo un pao, y sec el sudor de su esposa y le entreg su confianza como esposo, y rezo para pedir a Dios proteccin. Algo especial se notaba de nuevo en esa noche, las estrellas entregaban todo su resplandor, entre ellas haba una que se destacaba mas que las otras, de pronto el viento dejo de ulular, se oa el silencio, Maria record el da en cual se le presento el ngel, por su parte Jos, se apoyaba en su vara y recordaba como salio la paloma de entre otras que no era la suya, y presintiendo la presencia de Dios, elevo su mirada al Cielo, como buscado hablar con el Padre, para ratificar su lealtad y fidelidad. 19

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Las manos de Jos terminaban de preparar con la paja de los animales un humilde pesebre, cuando escuch el llanto del nio recin nacido, entrelazo los dedos junto a su pecho como tratando de calmar los latidos del corazn, y se acerco a Maria, su joven y Virgen esposa, quien cansada como toda mujer que ha tenido un parto, pero sin ninguna muestra de dolor y debilidad, ella con ese don de su condicin femenina y de Madre, le sonre, y le ensea al Hijo. Despus de dar a luz a su Hijo, Mara "le envolvi en paales y le acost en un pesebre" (Lucas 2:7). Mientras Jos y Maria, contemplaban al nio, se oyeron unas voces que se acercaban, y unos pequeos borregos que balan, eran los pastores que haca vigila en los alrededores cuidando su rebao. Mira, mira es un nio exclamo al llegar un pastorcillo cerca, las candelas de la gruta alumbraban intensamente, y el resplandor que haba casi los encandilaban. Es una noche de Jubilo exclamo alguien casi cegado por la luz, me invade una alegra desmesurada dijo otro. Pasados ocho das, Maria y su esposo, llevaron al Recin nacido a la Sinagoga para proceder a la circuncisin, y le dieron el nombre de Jess. Mara haba comenzado a cumplir ahora su rol de Madre, entregando toda la natural ternura de mujer madre a su Hijo, preocupndose de la alimentacin, de la muda y de cario al recin nacido. Como te siente, pregunto Jos, muy bien, le responde Mara, y agrega, he observado que esa estrella que esta al oriente, brilla y brilla mas que todas las otras, as es le responde Jos, pero nada brilla tanto como el Nio, y tu estas bellsima, eres la mas hermosa flor del jardn del Seor, ella sonre, mira al nio, luego a su esposo diciendo gracias Jos, adoremos al Hijo de Dios. Arrodillado junto al Nio se encontraban Jos y Mara, cuando se escucho la llegada de visitantes, alguien dijo son reyes de oriente!, vienen a adorar al recin nacido! , Son tres y le traen regalos! Maria y Jos, saban que toda madre juda de un varn hebreo tena que presentarse cuarenta das despus de su nacimiento para su purificacin legal, costumbre juda, el primognito tena que ser presentado en esa misma ocasin, ellos acataron la ley, y como pobres en vez de ofrecer un cordero, presentaron el sacrificio de los pobres, este consista en un par de trtolas o de pichones.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Terminaban los ritos de la ceremonia, cuando sorprendido Simen toma al Nio en sus brazos y da gracias a Dios por el cumplimiento de sus promesas, hace una llamada de atencin sobre la universalidad de la salvacin que iba a venir a travs de la redencin mesinica "la que has preparado ante la faz de todos los pueblos; luz para iluminacin de las gentes y gloria de tu pueblo, Israel" (Lucas 2:31 sq.). Mara y Jos comenzaron ahora a conocer ms plenamente a su divino Hijo; ellos "estaban maravillados de las cosas que se decan de El" (Lucas 2:33). Sin embargo, como si quisiera preparar a su Bienaventurada Madre para el misterio de la cruz, el santo Simen le dijo: "Puesto est para cada y levantamiento de muchos en Israel y para blanco de contradiccin; y una espada atravesar tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Lucas 2:34-35). Al or estas palabras, Mara entristeci, experimento un gran dolor en el corazn, y se retiro triste junto a Jos, estaba asombrada, que habr querido decir Simen? Algo estaba ocurriendo en el reino de Herodes, oscuros propsitos se vislumbraban, as fue que mientras dorma Maria, se acerco hasta ella Jos, dicindole, Maria tenemos que partir lejos!, Sucedi que Poco despus de la partida de los magos, Jos recibi el mensaje del ngel del Seor, haba que huir: "Levantndose de noche, tom al nio y a la madre y parti para Egipto" (Mateo 2:14). As fue, rpidamente, Jos obedeciendo al ngel, hizo los preparativos para la huida, Maria tomo a Jess en Brazos, en actitud de proteccin, y comento que los judos perseguidos siempre haban buscado refugio en Egipto (cf. III Reyes 11:40; IV Reyes 25:26); Vamos Jos, son numerosos los Judos que habitan en el Nilo! Vamos, Maria, contesto Jos, el Seor esta con nosotros, confiemos en El, hasta que llegue el da del retorno, el ya debe saber para cuando y nos dar la seal para regresar. Mara vuelve a subir a su asno y con su Hijo en Brazo, como toda buena Madre, le dar calor y proteccin, Jos sonre, la mira y le dice Maria, buena Madre, Selecta Flor, porque para el es considerada la mejor en relacin con todo, es la Elegida de Dios. Capitulo IV Mara, una flor que no se marchita

Maria, necesito hablarte, y se acerco junto a ella Jos inmediatamente llegada la maana, . 21

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Despus de la muerte de Herodes, el ngel del Seor se apareci en sueos a Jos en Egipto y le dijo: 20Levntate, toma contigo al nio y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que queran matar al nio. 21Jos se levant, tom al nio y a su madre, y volvieron a la tierra de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir all. Conforme a un aviso que recibi en sueos, se dirigi a la provincia de Galilea 23 y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret. As haba de cumplirse lo que dijeron los profetas: Lo llamarn ''Nazareno''. As fue como la Sagrada Familia, hizo sus preparativos para el feliz regreso a casa, talvez no era fcil regresar inmediatamente, especialmente cuando se es refugiado y la solidaridad crea amistades profundas, haba transcurrido un buen tiempo, haba una huerta que produca frutos de la tierra, una carpintera, herramientas, el horno de barro para hacer el pan, un molinillo para el trigo, el jardn, la casa en si y los amigos y esa atmsfera tan especial que cubra el hogar, cuidando del hogar los ngeles dejaban una sensacin de gratificante paz, pero la obediencia de Jos, y el deseo de cumplir siempre la voluntad de Dios de Mara, le hacia preparar entusiastamente su cosas y compartir con los amigos lo que no es necesario llevar. , le dijo a su nio, y le prepar para el viaje por el desierto, hubo que preparar alimentos agua y abrigo, , pregunto el hijo, mientras los nios vecinos, los amigos y amigas de la familia se acercaba a despedirse. Es as, como de pronto al lento paso del animal, caminaba ya Jos, haba que unirse a las caravanas de los viajeros que viajaban a Jerusaln y otros lugares de Judea, Mara abrazaba a su Hijo, ya montada sobre el asno y pensaba con ilusin el volver a ver su familia, a la familia de Jos su esposo, as como Jose dabas gracias a Dios, por el retorno. Animando el viaje, se oye cantar dulcemente a Maria, El Seor es mi pastor; nada me Faltar, en prados de tiernos pastos me hace descansar. Junto a aguas tranquilas me conduce. Confortar mi alma y me Guiar por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temer mal alguno, porque T Estars conmigo. Tu vara y tu cayado me Infundirn aliento. Preparas mesa delante de M en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite; mi copa Est rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me Seguirn todos los Das de mi vida, y en la casa del Seor, morar por Das sin fin. La vida en Galilea es tranquila y las fiestas importantes se realizan en Jerusaln, y en las Fiestas de Pascua, y otras importantes actividades, el pas se moviliza por largas distancias, los hombres se preparan para sus caminatas junto al noble asno, que transporta a su esposa o madres, los nios caminan junto a su padre. 22

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Es as, como Mara ya ha hecho todos lo preparativos para partir, Jess ya ha cumplido los 12 aos, y esta deseoso, ir a la ciudad siempre es muy interesante, recorrer las calles con sus mercados, ver gente nueva, ver personas que llegan de tantos lugares, y las alegres situaciones que van sucediendo en el camino, especialmente los momentos de descanso y comida dentro de la ruta, generalmente compartidos con otros peregrinos. Falta poco por llegar, las ltimas estrellas estn por desaparecer y se ven a lo lejos las altas techumbres de la ciudad, Mara le cuenta a su Hijo como se vive all con tanto gento, especialmente los das de fiesta, y le agrega las ltimas recomendaciones, Jose escucha atentamente y asienta con la cabeza, mira, sonre y aporta con sus sencillos consejos. Mara, presiente al igual que toda madre, que es importante advertir las situaciones que generalmente ocurren hasta hoy da con los hijos cuando se esta de visita en la gran ciudad, que llevados por su inters, y por la natural distraccin de los padres, a los que tambin les llama la atencin las cosas novedosas, de repente no estn juntos. Adems, Jess ya tiene personalidad y conciencia de su misin, es as como el se va slo a la casa del Padre, significado de una entrega completa a Dios, que ya haba caracterizado su presentacin en el templo. Maria, ser preparada como madre para el misterio de la Redencin. Mara esta angustiada, donde esta mi hijo se pregunta, al igual que Jos, sufre los primeros tres minutos de dramatismo, luego las tres primeras horas. Segn el relato de Lucas, en el viaje de regreso a Nazaret, Mara y Jos, despus de unas horas de viaje, preocupados y angustiados por el nio Jess, lo buscan intilmente entre sus parientes y conocidos. OH!, Dios Padre, donde estar mi Hijo, se angustia Mara, mientras la consuela su esposo Jos, y as pasan tres das dramticos. Jess, al dejar partir a su madre y a Jos hacia Galilea, sin avisarles de su intencin de permanecer en Jerusaln, Jess los introduce en el misterio del sufrimiento que lleva a la alegra, anticipando lo que realizara ms tarde con los discpulos mediante el anuncio de su Pascua (JP II). De regreso en Jerusaln y despus de buscarlo por todas partes, Mara y Jos ingresan al templo, y quedan asombrados, ah esta su Hijo, sentado en medio de los doctores, escuchndoles y preguntndoles (Lc 2, 46). Mara esta algo extraada por su conducta, Jos lo observa y se sienta, esta algo cansado, han transcurridos tres das intensos, pero esta feliz, porque tiene frente a sus ojos a Jess, Todos los que lo oan estaban estupefactos por su inteligencia y sus 23

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com respuestas (Lc 2, 47). Jess, manifestando una sabidura que asombra a todos los oyentes, comienza a dar a conocer ese dilogo, que ser una caracterstica de su misin salvfica. Sin embargo para Mara, como su madre, es necesario preguntarle, Hijo, por qu nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andbamos buscando (Lc 2, 48). Ella reacciona como la verdadera madre que es, muestra el sufrimiento que le causa no saber de su Hijo. Y por qu me buscabais? No sabais que yo deba ocuparme de las cosas de mi Padre? (Lc 2, 49)., Mi Padre, refirindose al Padre celestial, ambos miran con cario a Jos, quien entiende, a su hijo, y le hace saber su preocupacin, en efecto, el esposo de Mara, reconoce la ascendencia divina de su hijo, pero no deja de lado su responsabilidad como padre que ha criado al nio, que le ha enseado el arte de la carpintera, que ha jugado con l tantas veces, han cantado junto, ha vigilado su sueo, se ha preocupado de la calidez de hogar. Pero, Jess, les pide a sus padres, le permitan cumplir su misin donde lo lleve la voluntad del Padre celestial. Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio (Lc 2, 50). Mara vivi profundamente este episodio, conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazn (Lc 2, 51), as ella vincula los acontecimientos al misterio de su Hijo, tal como se le revel en la Anunciacin, y ahonda en ellos en el silencio de la contemplacin, ofreciendo su colaboracin con el espritu de un renovado hgase As comienza una nueva etapa en el caminar de Maria, una madre que se pone al servicio de la Misin de su Hijo divino. , mostrando nuevamente lo justo que es, el no encuentra obstculo en las cosa y obras de Dios, as han de estar dispuestos los hombres de Dios, colaborar, trabajar, vivir, convivir, por Dios y para Dios, de manera generosa. As los esposos, solo piensan lo importante es el plan de Dios, entonces siguen viviendo en Nazaret, con el da a da natural, el de madre que cuida de su Hijo segn va creciendo, y atiende a su esposo hasta el da que la antecede y es llamado por el Padre. Maria, hace sol sus labores rutinarias, esta la oracin, la conversacin con su Hijo, conserva en su corazn las cosas anunciadas, y con mucho amor sabe que esta haciendo el trabajo para Dios, por Dios y por la obra de Dios. El seor plant en este bello jardn terrenal, una bella flor, fue la mas bella que se ha conocido, El sabia para que y porque, hoy nuestros ojos se rinden ante su 24

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com pureza, su corazn, su ternura, sencillez y nobleza, as eres, flor de belleza, brindas felicidad al verte, produces paz el mirarte, eres ptalos de ternura, eres poema de hermosura, el aire se congratula de tenerte, el agua, se emociona al rociarte, la luz se emotiva al alumbrarte, eres flor que no se marchita, ptalos que no se caen, races que jams se secan, en el jardn te veneran. Eplogo Ciertamente, Maria, no solo fue la Elegida de Dios para que diera a luz a su Hijo, ella deba desempear la misin de ser madre, la misin de educar, es as como Dios la colm de dones especiales, as como tambin fue buena esposa, buena mujer, buena hermana con todos, buena prima y hoy nuestra buena madre. Maria educa y ensea las tradiciones de su pueblo a Jess, le ensea a cantar Salmos, le habla de Moiss, le prepara de comer, le da calidez al hogar, cuida de su sueo y luego de ser madre y educadora, se hace la mas humilde de las discpulas de su Hijo, he ah la grandeza de la tarea encomendada a la Virgen Madre, ayudar a su Hijo Jess a crecer, desde la infancia hasta la edad adulta, en sabidura, en estatura y en gracia (Lc 2, 52) y a formarse para su misin. Mara nunca deja de ser Madre, Madre de Cristo, Madre de los cristianos, Madre Nuestra, as lo dispuso Dios, el Espritu Santo ha querido que quedase escrito, para que constase por todas las generaciones. En efecto, Nuestra Madre Mara, acompaa a su Hijo paso a paso, da a da, solidaria y apasionada por su misin redentora, alegre y luego sufrida, amando intensamente a su hijo, ocupndose de El. Acordmonos del relato de las bodas de Can, imaginemos esa casa de campesinos, con mucho invitados, la msica y el canto alegre de una boda, el baile, la alegra del evento, la amena charla y participacin de los invitados que han caminado horas y algunos das para llegar a tan hermosa ceremonia que une a los amigos y familias, ah entre ellos esta Mara y su Hijo, Ella como buena ama de casa, amable y dedicada para atender a los invitados, se da cuenta sola, y en seguida, falta vino, dice, algo muy propio de una buena mujer preocupada del hogar, pronta a advertir los pequeos detalles, que hace tan agradable la vida familiar, as es Maria. Es as, como Maria, presente siempre en la vida de Jess, especialmente en el comienzo de la vida pblica de su Hijo, porque no, preparando la cena de Jess y sus amigos, o con el dolor en el camino al calvario. Hasta el ltimo da, Jess confi plenamente en su madre, as lo demuestra cuando a Juan, discpulo que la haba amado, y que haba aprendido a querer a Mara 25

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com como a su propia madre y era capaz de entenderla, antes de expirar, all al pie de la cruz, le dice a su madre: Despus, dice al discpulo: . Jess nos invito de esta manera a que pongamos a Santa Maria, su Madre Virgen en nuestras vidas, y nosotros nos acercamos a Ella con confianza, como nuestra Madre, y Ella tan dulce y tierna, tan amorosa no se hace de rogar y nos atiende, incluso se adelanta a nuestras splicas, su gran maternidad le hace conocer nuestras necesidades y no tarda en acudir en nuestra ayuda. Ella Elegida por Dios, como Madre de Jess, y entregada por Jesucristo a nosotros como nuestra Madre. Tenemos miles y miles de motivos para sentirnos de una manera especial, que somos hijos de Mara. Nos acogemos bajo tu proteccin, Santa Madre de Dios: no desprecies las splicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien slvanos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita

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ASCENDENCIA, NACIMIENTO E INFANCIA DE MARIA Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant www.autorescatolicos.org 1. Buscando antecedentes Hoy da y como siempre, no ha dejado ser interesante buscar antecedentes de la ascendencia, del nacimiento y de la infancia de Mara, la Madre de Dios, ella es nuestra reconocida Madre, es nuestra gran intercesora, es as, como esta en todas nuestras oraciones, y reconocemos que es la mas tierna consoladora de los afligidos, y de ella recibimos los milagros mas inimaginable y no se ha odo nunca decir a alguien que no haya odos sus suplicas y ruegos. Conocemos ms a Mara, porque sentimos su amorosa presencia que por antecedentes escritos sobre su vida, quizs alguien podra decir que con eso basta, y no deja de tener razn, pues he odo testimonios de personas muy desprovistos de recursos de lectura y casi sin una gran preparacin en los conocimientos de la cultura y las letras, hablar con tanta propiedad de nuestra Virgen Mara, que pareciera que han realizado un profundo estudio sobre ella. Pero para que ir ms lejos, uno de sus hijos, all en Mjico, un da sbado de 1531 a principios de diciembre, nativo de ese lugar, llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que resida a la ciudad de Mxico a clase de catecismo y a la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amaneca y escuch que le llamaban de arriba del cerro diciendo: "Juanito, Juan Dieguito.", l subi a la cumbre y vio a una Seora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito: el ms pequeo de mis hijos, yo soy la siempre Virgen Mara, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Como Juan Diego, tenemos a Bernardita en Lourdes, a Melanie y Mximo en la Salette, los pastorcitos en Ftima, y as tantas personas sencillas e humildes, que nos han entregado su testimonio. 2. Maria en los Evangelios Al leer los Evangelios, nos sorprende al encontrar tan poco sobre Mara, Santos, beatos, telogos, religiosos y hombres interesado han tratado de alumbrar esta oscuridad de Mara, algunos dicen que se habla muy poco de ella y otros que es suficiente por que encuentran que esta mencionada ocho veces, entonces toda la gran historia sobre nuestra Seora Madre de Dios, esta inspirada en muchas ocasiones, por el amor de los hombre y por tener el espritu de sentir su maternal presencia en nosotros, y hemos hecho a travs de los aos una hermosa narracin literaria.

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3. El Protoevangelio Proto, es un elemento compositivo prefijo que significa primero o anterior, por ejemplo protohistoria, su etimologa es del griego, prtos. Entonces Protoevangelio, lo entendemos como anterior a los Evangelios, pero en cuanto a las historia que se narra, debido a que la fecha que se le conoce a este, es que data de finales del siglo II. Por otra parte, se le conoce tambin a esta narracin, como apcrifa, palabra que literalmente se entiende como algo falso, supuesto o fingido, as se habla en algunos trminos de un autor apcrifo. Sin embargo, para este Protoevangelio apcrifo, lo hacemos para referirnos a un libro de materia sagrada, que se atribuye a un autor sagrado, pero que no est incluido en la lista de los libros reconocidos por la Iglesia como inspirados. 4. La ascendencia de David, Segn el Evangelista San Lucas San Lucas, nos entrega informacin sobre la ascendencia de Mara de la Forma Siguiente, (Lc 1,32) Ser grande y justamente ser llamado Hijo del Altsimo. El Seor Dios le dar el trono de su antepasado David; mas adelante nos dice; (Lc 1,69) Ahora sale triunfante nuestra salvacin en la casa de David, su siervo, y segn San Pablo, (Rom 1,3) acerca de su Hijo--quien, Segn la carne, era de la descendencia de David; luego S. Lucas tambin nos seala (Lc 1), una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado Jos, de la familia de David. La virgen se llamaba Mara, para todos, esta ltima frase "de la familia de David" no se refiere a Jos, sino a Mara, porque la narracin que se hace en el prrafo, el personaje a quien se refiere es a ella. En el texto (Lc 3,23) puede explicarse de forma que Heli sea el padre de Mara: Jess ya haba pasado los treinta aos de edad cuando comenz. Para todos era el hijo de Jos, hijo de Hel. En estas explicaciones el nombre de Mara no se menciona explcitamente, pero va implcito; ya que Jess es el hijo de Heli a travs de Mara. 5. Sus padres El nombre del padre de Mara, Heli, coincide con el nombre del padre de Nuestra Seora segn una tradicin basada en la narracin del Protoevangelio de Santiago, un Evangelio apcrifo que data de finales del siglo II. Segn este documento, los padres de Mara eran Joaqun y Ana.

6. Joaqun Padre de Maria 28

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Ahora bien, el nombre de Joaqun es slo una variante de Heli o Eliachim, sustituyendo un nombre divino (Yahv) por otro (Eli, Elohim). Segn el protoevangelio, sabemos que consta en las historias de las doce tribus de Israel que haba un hombre llamado Joaqun, este era rico y aportaba ofrendas dobles, diciendo: El excedente de mi ofrenda ser para todo el pueblo, y lo que ofrezca en expiacin de mis faltas ser para el Seor, a fin de que se me muestre propicio. Habiendo llegado el gran da del Seor, los hijos de Israel aportaban sus ofrendas. As es, como Rubn se puso ante Joaqun, y le dijo: No te es lcito aportar tus ofrendas el primero, porque no has engendrado, en Israel, vstago de posteridad, entonces Joaqun se contrist en gran medida, y se dirigi a los archivos de las doce tribus de Israel, dicindose: Ver en los archivos de las doce tribus si soy el nico que no ha engendrado vstago en Israel. Entonces buscando minuciosamente hall que todos los justos haban procreado descendencia en Israel. Luego se acord del patriarca Abraham, y de que Dios, en sus das postrimeros, le haba dado por hijo a Isaac. Joaqun haba quedado muy afligido, y no se present a su mujer, entonces se retir al desierto, all monto su tienda, y ayun cuarenta das y cuarenta noches, diciendo entre s: No comer, ni beber, hasta que el Seor, mi Dios, me visite, la oracin ser mi comida y mi bebida. Muchos han escrito, basado en este protoevangelio el nacimiento de Mara se consigui gracias a las fervientes oraciones de Joaqun y Ana cuando ya tenan una edad avanzada. 7. Ana madre de Maria As como Joaqun perteneca a la familia real de David, tambin se supone que Ana era descendiente de la familia sacerdotal de Aarn; por ello decimos que Jesucristo, el Eterno Rey y Sacerdote, descenda de una familia real y sacerdotal. Ana, la mujer de Joaqun, se deshaca en lgrimas, y lamentaba su doble afliccin, diciendo: Llorar mi viudez, y llorar tambin mi esterilidad. Sin embargo habiendo llegado el gran da del Seor, se le acerco Judith, su sierva, y le dijo: Hasta cundo este abatimiento de tu corazn? He aqu llegado el gran da del Seor, en que no te es lcito llorar, pero toma este velo, que me ha dado el ama del servicio, y que yo no puedo ceirme, porque soy una sierva, y l tiene el signo real, sin embargo Ana le respondi Aprtate de mi lado, que no me pondr eso, porque el Seor me ha humillado en gran manera. En su tristeza Ana le dijo luego Acaso algn perverso te ha dado ese velo, y t vienes a hacerme cmplice de tu falta. 29

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Pero Judith no quera nada malo de Ana, por eso luego le respondi: Qu mal podra desearte, puesto que el Seor te ha herido de esterilidad, para que no des fruto en Israel? Pero Ana, se encontraba apenada, triste, sumamente afligida, entonces se despoj de sus vestidos de duelo, y se lav la cabeza, se visti con su traje nupcial, y a cierta hora propicia se fue a su jardn, para pasear, en eso se fijo en laurel y se coloc bajo su sombra, all medito y rog al Seor, diciendo: Dios de mis padres, bendceme, y acoge mi plegaria, como bendijiste las entraas de Sara, y le diste a su hijo Isaac 8. Las lamentaciones de Ana madre de Maria . Ana se lamentaba al ver su realidad, pero no por ello, no dejaba de tener esperanza, pues su fe en Dios, no la abandona, y confiada en que es oda, ella expresaba su dolor en palabras, as un da levantando los ojos al cielo, vio un nido de gorriones, y lanz un gemido, dicindose: Desventurada de m! Quin me ha engendrado, y qu vientre me ha dado a luz? Porque me he convertido en objeto de maldicin para los hijos de Israel, que me han ultrajado y expulsado con risa y burla del templo del Seor. Desventurada de m! A quin soy semejante? No a los pjaros del cielo, porque aun los pjaros del cielo son fecundos ante ti, Seor. Desventurada de m! A quin soy semejante? No a las bestias de la tierra, porque aun las bestias de la tierra son fecundas ante ti, Seor. Desventurada de m! A quin soy semejante? No a estas aguas, porque aun estas aguas son fecundas ante ti, Seor. Desventurada de m! A quin soy semejante? No a esta tierra, porque aun esta tierra produce fruto a su tiempo, y te bendice, Seor 9. La promesa divina Dios no ha dejado nunca de escuchar los ruegos de sus hijos, es as como una un ngel del Seor apareci, se le apareci a Ana y le dijo: Ana, Ana, el Seor ha escuchado y atendido tu splica. Concebirs, y parirs, y se hablar de tu progenitura en toda la tierra., Ana, se senta maravillada con la noticia, como no iba a estarlos, despus de tantos aos, de haber sido humillada en burla por su condicin, reciba de buena fuente la mejor y la esperada de sus noticias buena, por eso Ana respondi a ngel: Tan cierto como el Seor, mi Dios, vive, si yo doy a luz

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com un hijo, sea varn, sea hembra, lo llevar como ofrenda al Seor, mi Dios, y permanecer a su servicio todos los das de su vida Se encontraba Ana esperando por su esposo, cuando dos mensajeros llegaron a ella, dicindole: Joaqun tu marido viene a ti con sus rebaos. Noticia muy buena y alegre para Ana, que estaba ansiosa de compartir con su esposo las buenas novedades, y ms feliz an cuando los mensajeros le dijeron; Un ngel del Seor ha descendido hasta l, dicindole: Joaqun, Joaqun, el Seor ha odo y aceptado tu ruego. Sal de aqu, porque tu mujer Ana concebir en su seno. Inmediatamente Joaqun sali, y llam a sus pastores, diciendo: Traedme diez corderos sin mcula, estos es sin mancha, y sern para el Seor mi Dios; y doce terneros, y sern para los sacerdotes y para el Consejo de los Ancianos; y cien cabritos, y sern para los pobres del pueblo As fue como Joaqun lleg con sus rebaos, y Ana, que lo esperaba en la puerta de su casa, lo vio venir, y, corriendo hacia l, le ech los brazos al cuello, diciendo: Ahora conozco que el Seor, mi Dios, me ha colmado de bendiciones; porque era viuda, y ya no lo soy; estaba sin hijo, y voy a concebir uno en mis entraas., entonces Joaqun entr a su hogar y guard reposo en aquel primer da. 10. El nacimiento de Mara, consideraciones En lo referente al lugar de nacimiento de Nuestra Seora Madre, existen tres tradiciones diferentes que hay que considerar. Primero, se ha situado el acontecimiento en Beln. Esta opinin se basa en la autoridad de los siguientes testigos: ha sido expresada en un documento titulado "De nativ. S. Mariae" incluido a continuacin de las obras de San Jernimo; es una suposicin ms o menos vaga del Peregrino de Piacenza, llamado errneamente Antonino Mrtir, que escribi alrededor del 580 d. de J.C. finalmente, los Papas Pablo II (1471), Julio II (1507), Len X (1519), Pablo III (1535), Po IV (1565), Sixto V (1586) e Inocencio XII (1698) en sus Bulas referentes a la Santa Casa del Loreto afirman que la Bienaventurada Virgen naci, fue educada y recibi la visita del ngel en la Santa Casa. Sin embargo, estos pontfices no deseaban en realidad decidir sobre una cuestin histrica; ellos simplemente expresan la opinin de sus pocas respectivas. Una segunda tradicin situaba el nacimiento de Nuestra Seora en Seforis, unas tres millas al norte de Beln, la Diocaesarea romana, y la residencia de Herodes Antipas hasta bien entrada la vida de Nuestro Seor. La antigedad de esta opinin puede deducirse por el hecho de que bajo el reinado de Constantino se erigi en Seforis una iglesia para conmemorar la residencia de Joaqun y Ana en dicho lugar. San Epifanio habla de este santuario. Pero esto slo demuestra que Nuestra 31

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Seora debi vivir durante algn tiempo en Seforis con sus padres, sin que por ello tengamos que creer que naci all. La tercera tradicin, dice que Mara naci en Jerusaln, es la ms probable de las tres. Hemos visto que se basa en el testimonio de San Sofronio, de San Juan Damasceno. La Festividad de la Natividad de Nuestra Seora no se celebr en Roma hasta finales del siglo VII; sin embargo, dos sermones encontrados entre los escritos de San Andrs de Creta (m. 680) implican la existencia de esta fiesta y nos hacen suponer que fue introducida en una fecha ms temprana en otras iglesias. En 1799, el dcimo canon del Snodo de Salzburgo seala cuatro fiestas en honor de la Madre de Dios: la Purificacin, el 2 de febrero; la Anunciacin, el 25 de marzo; la Asuncin, el 15 de agosto y la Natividad, el 8 de septiembre. 11. Concepcin de Mara Segn el Protoevangelio de Santiago, sabemos que Joaqun al da siguiente, present sus ofrendas, diciendo entre s de esta manera: Si el Seor Dios me es propicio, me conceder ver el disco de oro del Gran Sacerdote. Entonces sucedi que una vez presentada sus ofrendas, fij su mirada en el disco del Gran Sacerdote, cuando ste suba al altar, y no not mancha alguna en s mismo, en ese instante Joaqun dijo: Ahora s que el Seor me es propicio, y que me ha perdonado todos mis pecados, y sali justificado del templo del Seor, y volvi muy conforme a su casa. Los meses de Ana se fueron cumpliendo, hasta llegar al noveno mes y dio a luz. Podemos imaginar cual fue la alegra de Ana, cunado sinti el primer llanto, y sin preocuparse del normal instante de dolor fsico del parto pregunt a la partera: Qu he parido? La partera contest: Una nia, suponemos que la tomo en sus brazo, la acarici tiernamente, es lo que toda madre hace naturalmente al nacimiento de su hijo, entonces Ana expres: Mi alma se ha glorificado en este da. Imaginemos ahora entonces, que Ana acost a la nia en su cama y cuando fue prudente le dio el pecho a la nia, y entre eso la llam Mara. 12. La casa de Maria Segn San Lucas [Lc 1,26] Al sexto mes el ngel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, [Lc 1,27] a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado Jos, de la familia de David. La virgen se llamaba Mara. Entonces, por este evangelista sabemos que Mara viva en Nazaret, ciudad de Galilea, todo esto en el momento de la Anunciacin. Una determinada tradicin sostiene que fue concebida y naci en la misma casa en la que el Verbo se hizo carne. Otra tradicin, basada en el Evangelio de Santiago, considera Seforis como la primera casa de Joaqun y Ana, aunque se dice que 32

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com despus vivieron en Jerusaln, en una casa llamada Probtica por San Sofronio de Jerusaln. Probtica, un nombre que probablemente proceda de un estanque llamado Probtica o Betzata en San Juan (5:2), cercano al santuario. Aqu fue donde naci Mara. Alrededor de un siglo despus, sobre el 750 d. de J.C., San Juan Damasceno afirma de nuevo que Mara naci en Probtica. Se dice que, ya en el siglo V, la emperatriz Eudoxia construy una iglesia en el lugar en que naci Mara, y donde sus padres vivieron en su ancianidad. La actual iglesia de Santa Ana se encuentra a una distancia de menos de 30 metros de la piscina Probtica. El 18 de marzo de 1889 se descubri una cripta que encierra el sitio en que se supone que Santa Ana fue enterrada. Probablemente ese lugar fue en su origen un jardn en el que Joaqun y Ana recibieron sepultura. En su poca todava estaba situado fuera de los muros de la ciudad, unos 1.200 metros al norte del Templo. Otra cripta cercana a la tumba de Santa. Ana se cree que es el lugar donde naci la Bienaventurada Virgen; por ello, en los primeros tiempos se le llam a esa iglesia Santa Mara de la Natividad. En el valle Cedrn, cerca de la carretera que lleva a la iglesia de la Asuncin, hay un pequeo santuario que contiene dos altares, que se cree que estn edificados sobre las tumbas de San Joaqun y Santa Ana; sin embargo, estos sepulcros pertenecen a la poca de las Cruzadas. Tambin en Sforis los cruzados reemplazaron un antiguo santuario situado sobre la legendaria casa de San Joaqun y Santa Ana por una gran iglesia. Despus de 1788 parte de esta iglesia fue restaurada por los Padres Franciscanos. 13. El primer ao Conocemos por el protoevangelio, que la nia se fortificaba de da en da y cuando tuvo seis meses, su madre la puso en el suelo, para ver si se mantena en pie, y se dice que la nia dio siete pasos, y luego avanz hacia el regazo de su madre, que la levant, diciendo: Por la vida del Seor, que no marchars sobre el suelo hasta el da que te lleve al templo del Altsimo. Luego de esto estableci un santuario en su dormitorio, y no le dejaba tocar nada que estuviese manchado, o que fuese impuro, y como ayuda, llam a las hijas de los hebreos que se conservaban sin mancilla, esto es sin deshonra o desprestigio y ellas se dedicaban a atender y a entretener a la nia con sus juegos. Cuando la pequea Mara, lleg a la edad de un ao, Joaqun celebr un gran banquete, e invit a l a los sacerdotes y a los escribas y al Consejo de los Ancianos y a todo el pueblo israelita, en ese encuentro present la nia a los sacerdotes, y ellos la bendijeron, diciendo: Dios de nuestros padres, bendice a esta nia, y dale un nombre que se repita siglos y siglos, a travs de las generaciones. Y todo los asistente, todo el pueblo dijo: As sea, as sea. As fue, como Joaqun la present a los prncipes de los sacerdotes, y ellos la bendijeron, diciendo: Dios de las alturas, dirige tu mirada a esta nia, y dale una bendicin suprema.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Poticamente se dice que su madre la llev al santuario de su dormitorio, y le dio el pecho y luego enton un cntico al Seor Dios, diciendo: Elevar un himno al Seor mi Dios, porque me ha visitado, y ha alejado de m los ultrajes de mis enemigos, y me ha dado un fruto de su justicia a la vez uno y mltiple ante l. Quin anunciar a los hijos de Rubn que Ana amamanta a una hija? Sabed, sabed, vosotras las doce tribus de Israel, que Ana amamanta a una hija, despus, dej reposando a la pequea Mara en el santuario del dormitorio, y sali, y sirvi a los invitados, terminado el convite, todos salieron llenos de jbilo, y glorificando al Dios de Israel. 14. La Presentacin de Mara Segn xodo 13:2 y 13:12, todo primognito hebreo deba ser presentado en el Templo. Dicha ley llevara a los padres judos piadosos a observar el mismo rito religioso con otros hijos favoritos. Ello hace suponer que Joaqun y Ana presentaron a su hija, obtenida tras largas y fervientes oraciones, en el Templo. En cuanto a Mara, S. Lucas (1:34) nos dice que respondi al ngel que le anunciaba el nacimiento de Jesucristo: "cmo podr ser esto, pues yo no conozco varn". Estas palabras difcilmente pueden ser entendidas, a menos que supongamos que Mara haba hecho voto de virginidad, ya que cuando las pronunci estaba desposada (prometida en matrimonio) con San Jos. La ocasin ms adecuada para tal voto fue su presentacin en el Templo. Del mismo modo que algunos Padres admiten que las facultades de San Juan Bautista fueron desarrolladas prematuramente por una intervencin especial del poder divino, se puede admitir la existencia de una gracia similar para con la hija de Joaqun y Ana. Sin embargo, todo lo referido anteriormente no supera la certeza de la probabilidad de unas conjeturas piadosas. La consideracin de que Nuestro Seor no poda rehusarle a su bendita Madre cualquier favor que dependiera exclusivamente de su magnificencia, no tiene un valor mayor que el de un argumento a priori. La certeza sobre esta cuestin debe depender de testimonios externos y de las enseanzas de la Iglesia. Ahora bien, el Protoevangelio de Santiago (7-8) y el documento titulado "De nativit. Mariae" (7-8), afirman que Joaqun y Ana, cumpliendo un voto que haban hecho, presentaron a la pequea Mara en el Templo cuando tena tres aos de edad; que la criatura subi sola los escalones del Templo, y que hizo su voto de virginidad en dicha ocasin. San Gregorio de Nyssa y S. Germn de Constantinopla aceptaron este testimonio, que tambin fue seguido por pseudo-Gregorio de Naz. En su "Christus patiens". Adems, la Iglesia celebra la Festividad de la Presentacin, aunque no especifica a qu edad fue presentada la pequea Mara en el Templo, cundo hizo su voto de virginidad y cules fueron los dones especiales naturales y 34

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com sobrenaturales que Dios le concedi. La festividad es mencionada por primera vez en un documento de Manuel Commenus, en 1166; desde Constantinopla, la festividad debi ser introducida en la Iglesia occidental, donde la podemos hallar en la corte papal de Avin en 1371; alrededor de un siglo ms tarde, el Papa Sixto IV introdujo el Oficio de la Presentacin, y en 1585 el Papa Sixto V extendi la Festividad de la Presentacin a toda la Iglesia. 15. Consagracin de Mara en el templo Los meses se sucedan para la pequea Mara, y cuando lleg a la edad de dos aos, Joaqun su padre, dijo: Llevmosla al templo del Seor, para cumplir la promesa que le hemos hecho, no sea que nos la reclame, y rechace nuestra ofrenda. Sin embargo Ana, su madre estimo que an era pronto y respondi: Esperemos al tercer ao, a fin de que la nia no nos eche de menos. Joaqun, comprensivo y buen esposo, siempre daba respuesta que mostraban la unidad y el acuerdo matrimonial, acepto y cariosamente le respondi Esperemos. Entonces, un ao mas tarde, cuando la nia Mara lleg a la edad de tres aos, se dispusieron a cumplir con lo prometido, as fue que Joaqun dijo: Llamad a las hijas de los hebreos que estn sin mancilla, y que tome cada cual una lmpara, y que estas lmparas se enciendan, para que la nia no vuelva atrs, y para que su corazn no se fije en nada que est fuera del templo del Seor. La hijas de los hebreos, hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que subieron al templo del Seor. All esperaba y fue recibido por el Gran Sacerdote, quien recibi a la nia, la tomo en sus brazos, la bendijo, y exclam: El Seor ha glorificado tu nombre en todas las generaciones. Y en ti, hasta el ltimo da, el Seor har ver la redencin por l concedida a los hijos de Israel. Luego del recibimiento, hizo sentarse a la nia en la tercera grada del altar, y el Seor envi su gracia sobre ella, y ella danz sobre sus pies y toda la casa de Israel la am. 16. La Infancia y adolescencia de Maria Las escrituras apcrifas a las que nos hemos referido en el los prrafos anterior afirman que Mara permaneci en el Templo despus de su presentacin para ser educada con otros nios judos. All ella disfrut de hermosas visiones y visitas diarias de los santos ngeles. Cuando ella contaba doce aos, el sumo sacerdote quiso enviarla a casa para que contrajera matrimonio. Mara le record su voto de virginidad, y confundido, el sumo sacerdote consult al Seor. Entonces llam a todos los hombres jvenes de la estirpe de David y prometi a Mara en matrimonio a aquel cuya vara retoara y se

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com convirtiera en el lugar de descanso del Espritu Santo en forma de paloma, San Jos fue el agraciado en este proceso extraordinario. Esto habra sucedido as: Joaqun y Ana, sus padres, salieron del templo, llenos de admiracin, y glorificando al Omnipotente, porque la nia no se haba vuelto atrs. Y Mara permaneci en el templo del Seor, nutrindose como una paloma, y reciba su alimento de manos de un ngel. San Gregorio de Nyssa, San Germn de Constantinopla y pseudo-Gregorio Nacianceno parecen admitir estas leyendas. Adems, el emperador Justiniano permiti que se construyera una baslica en la plataforma del antiguo Templo, en memoria de la estancia de Nuestra Seora en el santuario; la iglesia fue llamada la Nueva Santa Mara, para distinguirla de la iglesia de la Natividad. Se cree que es la moderna mezquita de Al-Aqsa. Por otra parte, la Iglesia no se pronuncia en lo que respecta a la estancia de Mara en el Templo. San Ambrosio, cuando describe la vida de Mara antes de la Anunciacin, supone expresamente que viva en la casa de sus padres. Todas las descripciones del Templo judo que pueden poseer algn valor cientfico nos dejan a oscuras en cuanto a la existencia de lugares en los que pudieran haber recibido su educacin las muchachas jvenes. La estancia de Joas en el Templo hasta la edad de siete aos no apoya el supuesto de que las chicas jvenes fueran educadas dentro del recinto sagrado, ya que Joas era el rey, y fue obligado por las circunstancias a permanecer en el Templo (cf. IV Reyes 11:3). La alusin de II Macabeos 3:19, cuando dice "las doncellas, recogidas" no demuestra que ninguna de ellas fuera retenida en los edificios del Templo. Si se dice de la profetisa Ana (Lucas 2:37) que "no se apartaba del templo, sirviendo con ayunos y oraciones noche y da", nosotros no suponemos que ella viviera de hecho en una de las habitaciones del templo. Como la casa de Joaqun y Ana no se encontraba muy alejada del Templo, podemos suponer que a la santa nia Mara se le permita a menudo visitar los sagrados edificios para que pudiera satisfacer su devocin. Cuando lleg a la edad de doce aos, los sacerdotes se congregaron, y dijeron: He aqu que Mara ha llegado a la edad de doce aos en el templo del Seor. Qu medida tomaremos con ella, para que no mancille el santuario? Y dijeron al Gran Sacerdote: T, que ests encargado del altar, entra y ruega por Mara, y hagamos lo que te revele el Seor. El Gran Sacerdote, ponindose su traje de doce campanillas, entr en el Santo de los Santos, y rog por Mara. Y he aqu que un ngel del Seor se le apareci, dicindole: Zacaras, Zacaras, sal y rene a todos los viudos del pueblo, y que stos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el Seor enve un prodigio, de aquel ser Mara la esposa. Y los heraldos salieron, y recorrieron todo el pas de Judea, y la trompeta del Seor reson, y todos los viudos acudieron a su llamada.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Se consideraba que las doncellas judas haban alcanzado la edad del matrimonio cuando cumplan doce aos y seis meses, aunque la edad de la novia variaba segn las circunstancias. El matrimonio era precedido por los esponsales, despus de los cuales la novia perteneca legalmente al novio, aunque no viva con l hasta un ao despus, que era cuando el matrimonio sola celebrarse. Todo esto coincide con el lenguaje de los evangelistas. San Lucas (1:27) llama a Mara " una virgen desposada con un varn de nombre Jos"; S. Mateo (1:18) dice "Estando desposada Mara, su madre, con Jos, antes de que conviviesen, se hall haber concebido Mara del Espritu Santo". Como no tenemos noticia de ningn hermano de Mara, debemos suponer que era una heredera, y estaba obligada por la ley de Nmeros 36:3 a casarse con un miembro de su tribu. La ley misma prohiba el matrimonio entre determinados grados de parentesco, de modo que incluso el matrimonio de una heredera se dejaba ms o menos a su eleccin. Segn la costumbre juda, la unin de Jos y Mara tena que ser concertada por los padres de Jos. Uno se puede preguntar por qu Mara accedi a sus esponsales, cuando estaba ligada por su voto de virginidad. De la misma manera que ella haba obedecido la inspiracin divina al hacer su voto, tambin la obedeci al convertirse en la novia prometida de Jos. Adems, hubiera sido un caso singular entre los judos el rehusar los esponsales o el matrimonio, ya que todas las doncellas judas aspiraban al matrimonio como la realizacin de un deber natural. Mara confi implcitamente en la gua de Dios, y por ello estaba segura de que su voto sera respetado incluso en su estado de casada. 17. La presencia de Jos Cuan Jos recibi la noticia, abandonando sus herramientas, sali para juntarse a los dems viudos, y, todos congregados, fueron a encontrar al Gran Sacerdote. Este tom las varas de cada cual, penetr en el templo, y or. Cuando hubo terminado su plegaria, volvi a tomar las varas, sali, se las devolvi a sus dueos respectivos, y no not en ellas prodigio alguno. Luego Jos tom la ltima, y he aqu que una paloma sali de ella, y vol sobre la cabeza del viudo. Asombrado el Gran Sacerdote dijo a Jos: T eres el designado por la suerte, para tomar bajo tu guarda a la Virgen del Seor. Sin embargo, Jos no se lo poda creer, y no sals de su asombre, an mas, se negaba a ello, diciendo: Soy viejo, y tengo hijos, al paso que ella es una nia. No quisiera servir de irrisin (objeto de risas y burlas) a los hijos de Israel. Y el Gran Sacerdote respondi a Jos: Teme al Seor tu Dios, y recuerda lo que hizo con Dathan, Abiron y Cor, y cmo, entreabierta la tierra, los sumi en sus entraas, a causa de su desobediencia. Teme, Jos, que no ocurra lo mismo en tu casa. Entonces Jos, lleno de temor, recibi a Mara bajo su guarda, dicindole: He aqu que te he recibido del templo del Seor, y que te dejo en mi hogar. Ahora voy a 37

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com trabajar en mis construcciones, y despus volver cerca de ti. Entretanto, el Seor te proteger. 18. El velo del templo He aqu que los sacerdotes se reunieron en consejo, y dijeron: Hagamos un velo para el templo del Seor. Y el Gran Sacerdote dijo: Traedme jvenes sin mancilla de la casa de David. Y los servidores fueron a buscarlas, y encontraron siete jvenes. Y el Gran Sacerdote se acord de Mara, y de que era de la tribu de David, y de que permaneca sin mancilla ante Dios. Luego, los servidores partieron, y la trajeron. Introdujeron a las jvenes en el templo del Seor, y el Gran Sacerdote dijo: Echad a suertes sobre cul hilar el oro, el jacinto, el amianto, la seda, el lino fino, la verdadera escarlata y la verdadera prpura. Entonces la verdadera escarlata y la verdadera prpura tocaron a Mara, que, habindolas recibido, volvi a su casa. As fue, como en este momento, Zacaras qued mudo, y Samuel lo reemplaz en sus funciones, hasta que recobr la palabra. Y Mara tom la escarlata, y empez a hilarla.

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LA ANUNCIACION Reflexin sobre el Evangelio de San Lucas 1, 26-38 Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant www.autorescatolicos.org "He aqu la esclava del Seor, hgase en m segn tu palabra" Lucas 1, 26-27 Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varn que se llamaba Jos, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era Mara. Y al sexto mes. El ngel fue enviado a Mara en el sexto mes de la concepcin de Juan Bautista, este corresponde segn la cristiandad antigua al mes de Marzo, y se ha fijado como fecha el 25 de ese mes. Nueve meses ms tarde, el 25 de Diciembre es la fecha de nacimiento de Jess. El porque de esa fecha, es algo de la divina sabidura. El Angel Gabriel fue enviado por Dios Digno principio de la restauracin humana ha sido lo que hizo Dios al enviar a un Angel a la Virgen, que sera consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la perdicin humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espritu de la soberbia y la maldad. A Mara Virgen no se enva un ngel cualquiera, sino el arcngel San Gabriel, Lucas lo designa por su propio nombre. Gabriel, viene por una parte de Gabri, que es mi hombre, el que se entiende como hombre fuerte o protector, y El, que es Dios, entonces se considera que Gabriel es mi protector es Dios, tambin se le traduce como fortaleza de Dios. Por la fortaleza de Dios haba de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes, venia a salvar a los hombres. Enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, Ciudad de Galilea (Mt. 2:23) donde moraban Jos y Mara (Lc. 2:39). Nazareo, significa coronado, de la corona de la flor, y se entiende tambin como consagrado, as se denominaban a los hombres o mujeres que era puesto aparte para Dios. A una virgen desposada San Agustn dice: Slo la virginidad pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convena, pues, que nuestro Redentor naciese, segn la carne, de una Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros deban nacer de la Iglesia virgen, segn el espritu. 39

SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com San Jernimo dice: Con razn se enva un ngel a la Virgen, porque la virginidad es afn de los ngeles. Y ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial. San Juan Crisstomo dice: No anuncia el Angel a la Virgen despus del parto, para que entonces no se turbe en demasa, sino que le habla antes de la concepcin. No en sueos, sino presentndose de una manera visible. Porque como haba de recibir una gran revelacin, necesitaba de una visin solemne antes del cumplimiento. Lucas, dice dos palabras muy exactas en su definicin, Virgen y Desposada. La primera denominacin, Virgen, para que conste y no quepa la menor duda, que ella no conoca ninguna unin con un varn, esto es pura y sin mancha, y la segunda, Desposada, para que conste que desconoca la unin marital y para que quedase ilesa de la infamia de una virginidad manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de corrupcin. Quiso Dios, la posibilidad que algunos dudasen de su nacimiento, pero no de la pureza de su Madre. Saba que el honor de una Virgen es delicado y la reputacin del pudor es frgil. Entonces no estim conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias de su Madre. Es entonces como tenemos la ms amplia conviccin, de que la Santsima Virgen fue ntegra por su pudor, as su virginidad es inviolable en toda opinin. San Ambrosio no comenta: No convena dejar a las vrgenes que viven en mala reputacin esa apariencia de excusa, es decir, que la Madre misma del Seor pareciese difamada. Qu se hubiera podido reprochar a los judos y a Herodes si hubiese parecido que perseguan el fruto de un adulterio? Cmo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir la ley, sino a cumplirla" (Mt 5,17), si hubiese parecido comenzar por una violacin de la ley, que condena el parto de la que no est casada? Qu, por otra parte, da ms fe a las palabras de la Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada, hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no tena motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la gracia de las bodas. Tampoco es pequea causa que la virginidad de Mara engaase al prncipe del mundo, el cual, vindola desposada con un hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto. Con un varn que se llamaba Jos Esta claro, que si Mara, no hubiera tenido esposo, la habladura sera mayscula. Conocemos la debilidad de lo hombres, el comentario malicioso, la mala fe, la incredulidad, entonces Dios, se sirve del marido, como un seguro testigo del pudor de su desposada, he ah, un hombre justo.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com De la casa de David y el nombre de la Virgen era Mara". Se refiere directamente a los dos como miembros de la misma familia o tribu, as era como estaba mandado por le ley Juda. Mara en Sirio, significa Seora, sin embargo la definicin del significado de la palabra Mara en hebreo que ms me agrada, es la que quiere decir estrella del mar, referido a la luz del astro, y con razn, porque mereci llevar en sus entraas al Seor del mundo y a la luz constante por los siglos. Lucas 1, 28-29 Y habiendo entrado el Angel donde estaba Mara, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Seor es contigo; bendita t entre las mujeres": Y cuando ella esto oy, se turb con las palabras de l, y pensaba qu salutacin sera sta. Y habiendo entrado el Angel donde estaba Mara. All estaba Mara, no estaba en el bosque, ni el campo, ni en la montaa, estaba en su habitacin, sola y solo un ngel saba donde encontrarla, donde estn las mujeres como ella, donde ningn hombre llega. Aqu no se produce una conversacin animada y distendida, entre dos o ms persona, es algo muy digno, es un ngel que viene a anunciar. "Dios te salve, llena de gracia. No vino como en el caso de Eva a sealar un castigo como los dolores del parto a causa del pecado, viene a desterrar la tristeza, viene a anunciar la alegra, vine con gozo, sus palabra son una composicin potica que alaba a la Virgen Mara. As el ngel anuncia con razn la alegra a la Virgen, diciendo: "Dios te salve" y para ratificar que es digna de ser desposada, dice: "Llena de gracia". San Jernimo, nos comenta: Y en verdad que es llena de gracia, porque a los dems se distribuye con medida, pero en Mara se derram al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia abundante del Espritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba su ngel y el Seor se anticip a su enviado. No pudo ser contenido en un lugar, Aquel que est en todas partes; de donde sigue: "El Seor es contigo". El Seor es contigo, San Agustn, dice: Ms que contigo, El est en tu corazn, se forma en tu seno, llena tu espritu, llena tu vientre. Este es el complemento de todo el mensaje: El Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a la razn, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adapt a s mismo toda la naturaleza humana.

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SANTO ROSARIO MEDITADOPedro Sergio Antonio Donoso Brant www.buzoncatolico.com Bendita t entre las mujeres". A saber, una sola entre todas las mujeres, pero tambin para sean bendecidas en ella todas las mujeres que imitaran por siempre su santidad y su ejemplo de madre, como los hombres sern bendecidos en su Hijo, que seguirn sus enseazas y lo imitaran. Todo un cambio nos trae Dios, porque as como por medio de una mujer y un hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, as ahora por una mujer y por un hombre vuelven la bendicin y la alegra, y se derraman sobre todos. Y