SCHUON. MAHASHAKTI

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MAHASHAKTI

FRITHJOF SCHUON

El trmino shakti significa fundamentalmente la energa eficiente del Principio supremo considerado en s mismo o en cierto nivel ontolgico. Pues el Principio, o digamos el Orden metacsmico, comporta niveles y modos en virtud de la Relatividad universal, Maya, en la cual reverbera.

En el plano de la vida espiritual, este trmino de shakti significa la energa celestial que permite al hombre entrar en contacto con la Divinidad, por medio de ritos apropiados y sobre la base de un sistema tradicional. Esencialmente, esta divina Shakti socorre y atrae: socorre como Madre, y atrae como Virgen; su socorro desciende del Cielo sobre nosotros, mientras que su atraccin nos eleva hacia el Cielo. Es decir que la Shakti, como ponlifex, por un lado confiere el segundo nacimiento y por otro lado ofrece las gracias liberadoras.

Dentro de lo Absoluto, la Shakti es el aspecto de la Infinitud, que coincide con la Todo-Posibilidad y engendra a Maya, la Shakti universal y eficiente. La Infinitud es la Beatitud, Ananda, la cual se combina en Atma con Sat, el Ser o el Poder (1), y con Chit, la Conciencia o el Conocimiento. Tambin podramos decir que el polo Ananda es funcin de los polos Sat y Chit, como la unin o la experiencia es funcin de los polos objeto y sujeto; es de esta resultante de donde surge el Desarrollo universal, la Maya creadora con sus innumerables posibilidades hechas efectivas.

Tal vez en este punto debamos prevenir ciertas objeciones: en efecto, se podra argumentar que Maya no tiene causa porque Brahma o Alma no puede ser la causa de nada; pero esta independencia trascendente no impide de ningn modo que, bajo otro aspecto o desde otro punto de vista, Maya sea el efecto de la Infinitud de Alma, sin la cual ella sera un segundo Absoluto. Asimismo se podra objetar que el Principio supremo no tiene partes y que los tres aspectos mencionados no pueden constituirlo, lo cual es verdad, pero tambin es una forma de jugar con las palabras; en realidad, cada uno de los tres aspectos de Atma es lo Absoluto y cada uno contiene de una manera indistinta y en cierto modo potencial a los otros dos; aqu nos encontramos en el lmite de lo expresable.

Hemos dicho que shakti equivale a energa; tal vez no sea avanzar demasiado agregar que la energa comporta esencialmente dos polos o funciones y aqu pensamos a priori en la energa fsica, que son la explosividad y la atractividad, y que todos los otros modos, tales como la rotacin de un cuerpo alrededor de su eje o la revolucin de un cuerpo alrededor de otro, son slo efectos de los dos poderes fundamentales mencionados; por otra parte tanto uno como otro comportan tres modos, que son la potencialidad, la virtualidad y la efectividad, lo cual se relaciona con la explosividad de una manera ms fcil de captar que la atractividad. De una forma anloga mutatis mutandis Maya respira o danza o teje el Universo; no el mundo fsico solamente sino el conjunto de las envolturas de Atma. Todo en el movimiento del macrocosmos, as como de los microcosmos, es a priori proyeccin y atraccin; cada uno de los dos principios puede ser concebido en sentido manifestante o en sentido reintegrante. Dios es un centro desde el punto de vista de su absoluto, y un espacio desde el de su infinitud; de modo similar, el mundo en un centro desde el punto de vista de su gravedad existencial, y un espacio por su indefinidad.

Con respecto al movimiento de los cuerpos celestes se observan dos enigmas a los cuales ya hemos hecho alusin, que son la rotacin de un cuerpo alrededor de su eje y la revolucin de ese mismo cuerpo alrededor de otro cuerpo; simblicamente hablando, la rotacin puede referirse al corazn y por lo tanto al S-mismo inmanente a Atma contenido en jivatma mientras que la revolucin se referir al Ser, por lo tanto al Principio trascendente, a Atma o Ishwara considerado en s mismo. Es decir que el eje del planeta corresponde, en el microscosmos humano, al Corazn-Intelecto, y el sol, en el macroscosmos, al Principio divino; esta analoga no puede dejar de manifestar una causalidad ontolgica, dado que un smbolo directo o intrnseco prolonga a su manera concretamente lo que simboliza. y quien dice movimiento dice energa, y en consecuencia Shakti.

La Shakti, como poder liberador inmanente y latente o como potencialidad de liberacin se denomina Kundalini, serpentina, a causa de que se la compara con una serpiente dormida; el despertar se produce, en el microscosmos humano, gracias a las prcticas yguicas del tantrismo. Ello significa, desde el punto de vista de la naturaleza de las cosas o de la espiritualidad universal, que la energa csmica que nos libera forma parte de nuestro mismo ser, pese a las gracias que la Shakti nos confiere, por misericordia, desde fuera, y sin las cuales no hay Sendero. Por lo dems, as como Mahashakti o Parashakti la Energa productora suprema equivale al aspecto femenino de Brahma o de Atma, de igual modo la Kundalini da lugar a una divinizacin que la hace equivalente a la Maya creadora.

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La tradicin hind nos ensea que en la cima de la Manifestacin csmica, y por lo tanto en su sector an divino (2), la Femineidad-Principio es la trinidad SaraswatiLakshmiParvati, frente a la trinidad masculina BrahmaVisnSiva. Saraswati es el genio de la Sabidura; Lakshmi el de la Bondad, de la Belleza y de la Felicidad; y Parvati, al menos bajo su aspecto terrible y entonces es Durga o Kali, el genio del Rigor, por lo tanto del castigo divino (3). Para captar bien el sentido de este misterio es importante no perder de vista la estructuracin ontolgica cuyo esquema es ste:

La Todo-Posibilidad implica no slo la Beatitud, la Plenitud y la Riqueza inagotable, sino tambin el Desbordamiento o la Proyeccin y, en funcin de sta, el Alejamiento y el Empobrecimiento. A medida que el Desbordamiento manifiesto o cosmognico se aleja de su Fuente divina, sufre la suerte de toda irradiacin, en el sentido de que los rayos, al alejarse, se debilitan, y entonces interviene el misterio del mal: el rayo cosmognico tiende a pervertirse a fin de cuentas, es decir que se hace lucifrico y tiende a hacerse Dios; ello provoca esa reaccin divina que es la Shakti terrible y vengadora, Kali la Negra (4): Es necesario recordar la doctrina de las tres gunas, las tres tendencias csmicas que resultan de la Sustancia universal, Prakriti (5). Ellas son, en primer lugar sattva, la tendencia que es luminosa y ascendente; en segundo trmino rajas, la que es gnea, horizontal y expansiva; y en tercer lugar lamas, la que es oscura y descendente. Ahora bien, la Shakti terrible, Durga o Kali, corresponde a tamas, no porque sea mala en s misma la santa clera es en s misma un bien, sino porque es la reaccin divina a lo que es malo, es decir al luciferismo del mundo; tal como Siva, su esposo, ella es el genio de la transformacin y de la destruccin, Q ms bien participa en esta funcin de una manera eficiente. Tambin se podra decir que Durga preside con Siva la condicin temporal y la evanescencia de las cosas, mientras que VisnLakshmi preside la condicin espacial y la conservacin.

Resumamos: el Principio, al proyectarse en Maya, se manifiesta, pero al mismo tiempo, en virtud del alejamiento cosmognico, tiende a convertirse en otro distinto de s mismo, de donde surge el mal en el mundo y en consecuencia la intervencin de la Shakti terrible. Todo ello es as porque la Todo-Posibilidad no puede excluir la aparente negacin del Ser necesario; dicho de otra manera, no puede excluir la posibilidad a la fuerza ilusoria pero ilusoriamente realizable de su propia imposibilidad, si se nos permite expresarnos de esta manera. En pocas palabras, la perversin del rayo manifestado resulta de la Todo-Posibilidad en tanto que, por definicin, ella implica necesariamente la posibilidad de lo inexistente hacindose existente, o de la nada hacindose ser; Eva no poda dejar de llevar a Adan al fondo de la aventura cosmognica a la espera de Mara, energa ascendente y puerta del paraso celeste, ya que vincit omnia Veritas.

El luciferismo que llama a la clera de Kl no est solamente en las almas de los hombres, est en la naturaleza entera por el hecho de que esta, desde la perdida del Paraso terrestre simblicamente hablando se encuentra en un estado a la vez de endurecimiento y de dispersin que parece querer imitar, al revs, la Absoluteidad y la Infinitud del Principio divino.

Especifiquemos incluso que la Shakti bienhechora puede ejercer el rigor, y ella lo hace rechazando su gracia al ingrato, como una mujer puede rechazar a un hombre sin hacerle violencia; es en ese sentido que Prvat, que en si misma es acogedora (6), asume un rigor activo en tanto que Drga. De igual modo en el universo cristiano: la Santa Virgen es Nuestra Seora del Perptuo Socorro, pero no es ella incapaz de rigor, como lo prueba el Magnficat, tan prximo al cntico marcial de la profetisa Dborah.

A priori, Lakshmi es la diosa de la belleza y de la felicidad; en tanto que Mahalakshmi, la Lakshmi Suprema, es la fuente de todas las bendiciones; ella obliga a Visn a perdonar a los hombres sus debilidades y sus pecados, tal como atestigua esta frmula: Como Padre, Visn es el Justiciero; como Madre (Lakshmi) El es Aquel que perdona (7). Segn los advaitistas es solamente por la gracia de Mahashakti la Shakti Suprema que el hombre puede superar la Maya csmica y lograr as que se haga realidad el Uno sin segundo (el no-dualismo), precisamente el Advaita (8).

De acuerdo con todas las evidencias, el shaktismo tiene un alcance universal; lo que es la Shakti mediadora para los hindes lo fue Isis para los egipcios. Apuleyo recuerda esta oracin egipcia: En verdad, T eres la salvadora santa y eterna del gnero humano, siempre dispuesta a ayudar a los mortales; y T aportas el dulce amor de una madre a las pruebas de los infortunados. y un santuario de Isis en Roma lleva esta inscripcin: T, Isis, T eres la salvacin de tus adoradores.

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Por razones evidentes, existe cierta relacin entre la idea de Shakti y el tantrismo; con respecto a este ltimo es importante destacar que, lejos de ser un hedonismo gratuito, tiene por el contrario exigencias sin las cuales no podra constituir un mtodo espiritual. En primer lugar, el tantrismo presupone la intuicin de la transparencia metafsica de los fenmenos y en consecuencia el sentido de las realidades arquetpicas; sobre esta base, puede producir la integracin de los placeres naturales y normales, y por lo tanto legtimos, en el camino hacia los arquetipos y el Bien Soberano. Acta esencialmente con la belleza, que es objetiva, y el goce, que es subjetivo: belleza visual, auditiva o mental, es decir formas, sonidos y palabras; y goce del olor, del gusto y del tacto, pues incluso la experiencia de un trago de agua fresca puede evocar una anaoga csmica y celestial, lo que equivale a decir que no slo la privacin puede tener un valor espiritual, aunque ello disguste a los partidarios del ascetismo exclusivo. Una vez mas, la integracin de lo agradable en la espiritualidad no es gratuita y no puede serlo: por un lado, la experiencia interiorizadora de la belleza presupone la nobleza del alma, lo cual no es poco decir, y por otro lado la experiencia anloga al placer sensorial exige la temperancia, y por lo tanto un carcter sobrio que no admite ningn exceso. En el caso de la belleza, la condicin moral complementaria es anloga al contenido, pues slo un alma bella tiene derecho a una experiencia bella; mientras que en el caso del placer, la condicin moral es opuesta al contenido, pues slo puede gozar legtimamente aquel que sabe sacrificarse. No hay camino fuera de la verdad y de la virtud, independientemente de cules puedan ser las apariencias desde el punto de vista de un moralismo formalista y convencional; lo que hay que destacar aqu es que la perspectiva tntrica o shktica se basa no sobre reglas dictadas por tal oportunidad social, sino sobre la naturaleza de las cosas. Esta naturaleza es de sustancia divina y slo se revela a aquel que sabe ver las cosas en su aspecto divino, con la mirada del hombre primordial (9).

En este punto se imponen algunas aclaraciones con respecto al amoralismo tntrico o shktico. La idea fundamental, que no es responsable de tales desviaciones subsecuentes, es que solamente la accin interior o interiorizadora es perfecta, y no la accin incluso buena que se sita en el exterior sin poder salir de l; por ello se produce la sustitucin aparentemente inmoral de la alternativa interioridad o exterioridad a la alternativa moral bien o ma1. Pero no es suficiente que el acto sea interior, adems es necesario que est objetivamente dirigido hacia lo Absoluto y subjetivamente libre de toda motivacin egosta; debe combinar la trascendencia y la inmanencia, pues dentro de la perfecta interioridad, en el fondo del corazn que es el reino de Dios, tanto el sujeto como el objeto superan el orden creado, y por lo tanto el mundo y el yo respectivamente. Todo ello permite comprender ciertas sentencias sufis como las siguientes: Todo est maldito en el mundo, excepto el recuerdo de Dios; y Las buenas acciones de los profanos (awwam) son las malas acciones de los sabios (arifun). Es por ello que los sufis aprecian, no a priori la accin religiosa realizada con miras a la salvacin personal, sino la accin que coincide con una toma de conciencia desinteresada, pero liberadora, de la Realidad suprema; dentro de este conntexto las acciones religiosas solo desempean la funcin de adyuvantes, en realidad indispensables en la mayora de los casos (10). Sea como sea, se comprender en qu sentido la doctrina islmica puede ensear que los profetas y se pensar ante todo en David, en Salomn y en Mahoma estn exentos de pecados; pero no de errores intrnsecos y accidentales y por lo tanto puramente exteriores.

Todas estas consideraciones no significan en absoluto que el ascetismo no constituya un mtodo plenamente valedero; el caso es que hay que comprender que, desde el punto de vista de la verdad total, el ascetismo exclusivo no es el nico camino posible y tambin que el camino de la abstraccin o de la eliminacin puede combinarse con el de la analoga o de la sublimacin. Desde el punto de vista de esta segunda perspectiva, nos agradara destacar la siguiente dimensin: en la espiritualidad hind hay una topografia simbolista de los cuerpos divinos; as es como Shankaracharya, que sin embargo fue un asceta pero sin estrechez de espritu, se expresa en estos trminos: Oh Madre! Que podamos ser aliviados de todos nuestros pesares por tus senos, de los cuales siempre brota leche y que succionan a la vez Skanda y Ganesha, tus hijos!. Ahora bien, el primero de stos es el dios de la guerra y el segundo el de la ciencia, lo cual significa que Mahashakti ofrece alimento espiritual tanto a los kshatriyas como a los brahmanes (11).

Tal vez deberamos mencionar aqu en relacin con el misterio de interioridad del que hemos hablado antes el poder del mantra, de la palabra en su esencia increada, por lo tanto interior o cardaca a priori, e interiorizadora desde el punto de vista del ego exterior. El mantra es un sustituto revelado del sonido primordial; purificador y salvador es una manifestacin de la Shakti en su carcter de poder de unin.

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En el budismo del Norte, el principio shktico se manifiesta por la diosa Kwan-Yin (12) as como por la Tara. Kwan-Yin la Kannon del budismo japons ha derivado del bodhisattwa Avalokiteshwara, genio supremo de la Misericordia; esta cualidad o esta funcin explica la feminizacin de la hipstasis. En cuanto a la Tara, surgi de Prajnaparamita, la Sabidura trascendente; es la Madre de todos los Budas y la Salvadora, por lo tanto, la Shakti. Del mismo modo a Mara se la calific de Madre de todos los Profetas y de Corredentora; sin olvidar el epteto a decir verdad muy elptico de Madre de Dios.

Este ltimo ejemplo nos muestra que la Shakti puede ser un ser humano, una mujer terrenal, y a posteriori, celestial; otros ejemplos, que surgen del mundo hind, son Sita y Radha, a las que se invoca a veces junto a Rama ya Krishna, de donde surgen los nombres Sitaram y Radhakrishna. En el budismo hay que mencionar, aparte de los bodhisattwas, a la gran figura de Maya, la madre de Buda, a la cual el Buda-Karita de Ashvagosha describi de la siguiente manera: El (el rey Sakya) tena una reina llamada Maya, como para decir que fue liberada de toda ilusin (maya), un esplendor procedente de su esplendor, como la magnificencia del sol liberado de toda influencia oscurecedora; una reina suprema en la reunin de todas las reinas. Ella fue como una madre para sus sbditos (...) y fue la ms eminente de las diosas para el mundo entero. Pero habiendo contemplado la gran gloria de su recin nacido (Buda) (...) la reina Maya no pudo soportar la alegra que l le dio; y para no morir por ella, subi al Cielo. De este modo la Madre de Buda, tal como la Madre de Cristo, tiene un doble mensaje: su propia naturaleza y su hijo, y los dos prodigios son poderes de ascensin y de liberacin. El primero de estos mensajes es mltiple y perpetuo, es una lluvia inagotable de gracias; el segundo es nico e histrico: se trata de la maternidad divina (13).

Podramos preguntarnos si existen personificaciones humanas de la Shakti en todas las religiones; ello se puede afirmar con respecto a manifestaciones ms o menos secundarias, pero no con respecto a manifestaciones supremas como las que acabamos de mencionar. En el mundo cristiano, un ejemplo de los ms relevantes correspondiente al nivel secundario es el de santa Mara Magdalena, que combina los principios de Eva y Mara, lo cual implica para su personalidad cierta dimensin de misterio csmico; tambin son espiritualmente caractersticas la soledad, la desnudez y la levitacin por los ngeles.

En el Corn, el Islam reconoce una preponderancia suprema a Mara; el Chismo tambin parece atribursela a Ftima hija del Profeta y madre de todos los jerifes o incluso a ella sola por razones que surgen de una soteriologa muy particular. Sea como sea, no hay nada sorprendente en que el Islam, dada su perspectiva monotesta muy rigurosa, se encuentre poco inclinado a creer en una divinidad humana, si bien lo hace de una manera indirecta o implcita.

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Segn el Corn, los nombres Allah y Rahman son casi equivalentes: Llamadlo Allah o llamadlo Rahman, para l son los nombres ms hermosos; lo cual indica el carcter por as decirlo shktico del nombre Rahman. El nombre Rahim, Misericordioso, prolonga en cierto modo el nombre Rahman, Clemente; lo prolonga con respecto a las criaturas, y es en ese sentido que se ensea que Allah, que es Rahman en su sustancia, es Rahim en funcin de la creacin, o a partir de sta. La gran Shakti, en el Islam, es la Rahmah: es la Bondad, la Belleza y la Beatitud de Dios (14).

Asimismo, existen formas ms particulares de la Shakti, tales como la Sakinah, el apaciguamiento o la dulzura, y la Barakah, la: bendicin o la irradiacin de santidad, o tambin la energa protectora; numerosas imgenes de la Femineidad celestial, de la Shakti bienhechora y salvadora.

Desde otro punto de vista, se puede decir que la perspectiva shktica se manifiesta en el Islam por la promocin sacramental de la sexualidad (15); esta caracterstica pone al Islam en oposicin consciente y abrupta con la perspectiva exclusivamente sacrificial y asctica del cristianismo, pero lo acerca al shaktismo y al tantrismo, por lo menos desde el punto de vista que estamos considerando (16). Segn un hadilh, el casamiento es la mitad de la religin; es decir por analoga que la Shakti es la prolongacin del Principio divino; Maya prolonga a Atma. Conocer a la mujer Ibn Arabi insiste en ello es conocerse a s mismo; y quien conoce su alma conoce a su Seor. Por supuesto, el alma humana es una, pero la polaridad sexual la escinde en cierto grado; ahora bien, el conocimiento de lo Absoluto exige la totalidad primordial del alma, aquello de lo cual la unin sexual es en principio la base natural e inmediata, si bien evidentemente esta totalidad puede lograrse fuera de la perspectiva ertica, pues cada uno de los sexos comporta la potencialidad del otro; pues el alma humana es precisamente una.

Segn Ibn Arabi, Hiya, Ella, es un Nombre divino como Hua, El; pero ello no quiere decir que la palabra Hua sea limitada, pues Dios es indivisible, y quien dice El tambin dice Ella. Sin embargo es cierto que Dhal, la divina Esencia, es una palabra femenina, lo cual puede referirse tal como la palabra Haqiqah al aspecto superior de la femineidad: de acuerdo con este punto de vista, que es precisamente el del shaktismo hind, la femineidad es lo que supera lo formal, lo finito, lo exterior; es sinnimo de indeterminacin, de ilimitacin, de misterio, y tambin evoca al Espritu que vivifica en relacin con la letra que mata. Ello equivale a decir que la femineidad en el sentido superior comporta un poder disolvente, interiorizador y liberador: libera de los endurecimientos estriles, de la exterioridad dispersante y de las formas limitativas y comprimidoras. Por un lado, se puede oponer el sentimentalismo femenino al racionalismo masculino en promedio y sin olvidar la relatividad de las cosas, pero por otro lado tambin se opone al razonamiento de los hombres la intuicin de las mujeres; no obstante es ese don de la intuicin, sobre todo entre las mujeres superiores, el que explica y justifica en gran parte la promocin mstica del elemento femenino; en consecuencia tambin es en este sentido que la Haqiqah, el Conocimiento esotrico, puede aparecer como femenino (17).

El Profeta dijo de s mismo: La Ley (Shari'ah) es lo que yo digo; el Sendero (Tariqah) es lo que yo hago; y el Conocimiento (Haqiqah) es lo que yo soy. Ahora bien, este tercer elemento, este ser, evoca un misterio de femineidad en el sentido de que el ser supera al pensamiento, representado aqul por la masculinidad mientras que ste se puede concebir como lunar; la mujer ofrece una felicidad, no por su filosofa sino por su ser. La luna creciente esta por as decirlo sedienta de plenitud, si bien a sta se la concibe como solar; asimismo la feminizacin de la plenitud espiritual se explica en parte por el hecho de que la metafsica est naturalmente en manos de hombres (18). Pero hay ms: el carcter femenino que se puede discernir en la Sabidura resulta igualmente del hecho de que el conocimiento concreto de Dios coincide con el amor de Dios; este amor, que en la medida de su sinceridad implica las virtudes, es como el criterio del conocimiento real. Y en este sentido la Shakti salvadora se identifica a la vez con el Amor y con la Gnosis, con la Mahabbah y con la Haqiqah.

En sus Fusus el-Hikam en el captulo sobre Mahoma Ibn Arabi desarrolla una doctrina al fin y al cabo shktica y tntrica, tomando como punto de partida al famoso hadith sobre las mujeres, los perfumes y la oracin: las tres cosas que se han hecho amables para el Profeta por Dios. Este simbolismo significa en primer lugar que entre los objetos del amor, para el hombre, la mujer ocupa el centro (19), mientras que todas las otras cosas naturalmente dignas de amor como un jardn, una pieza musical, una copa de vino se sitan en la periferia, que est indicada por los perfumes; la oracin representa el elemento quintaesencial la relacin con el Bien Soberano que da sentido a todo el resto. Ahora bien, segn Ibn Arabi, el hombre, el varn, ama a la mujer como Dios ama al hombre, al ser humano; pues el todo ama a su parte, y el prototipo ama a su imagen; ello implica metafsica y msticamente el movimiento inverso, que va de la criatura al Creador y de la mujer al hombre. Quien dice amor dice deseo de unin, y la unin es una relacin de reciprocidad, ya sea entre los sexos o entre el hombre y Dios.

Al amar a la mujer, el hombre tiende inconscientemente hacia lo Infinito, e ipso facto debe aprender a tender hacia l conscientemente, interiorizando y sublimando el objeto inmediato de su amor; asimismo la mujer, al amar al hombre, tiende en realidad hacia lo Absoluto, con las mismas virtualidades transpersonales.

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En el mundo espiritualmente lejano de los Indios de Amrica aunque ste es al fin y al cabo el del chamanismo mongol, una personificacin caracterstica de la Shakti es la Mujer-Bisonte-Blanco que llev la Pipa a la tribu de los Indios Lakota (20). En su substancia celestial, ella es la diosa Wohp, que es equivalente a Lakshmi; en su aparicin terrenal se llama Pt-San-Win, la Bisonte-Blanca precisamente. Hace tal vez varios siglos nadie conoce la poca ni el lugar ella apareci en la Tierra vestida de blanco o de rojo, o totalmente desnuda segn otra tradicin; el color blanco, como la desnudez, se refiere a la primordialidad, y el color rojo corresponde a la vida, al xito ya la felicidad. Y es la diosa Wohp la que lleva al Cielo el humo de la Pipa, esa nube que contiene las ofrendas y las oraciones de los hombres; las ofrendas porque el tabaco sagrado est hecho de diversos ingredientes que simbolizan a los elementos del Universo, pues la oracin del individuo debe ser implcitamente la de la colectividad e incluso la del mundo entero.

El rito de la Pipa evoca el simbolismo del humo sacrificial, el que sube de los altares: todo humo ritual es un Soporte de la gracia ascendente ofrecida por la Shakti misericordiosa; lo mismo sucede Con el incienso que lleva nuestras alabanzas hacia el Cielo. Entre los Pieles Rojas el incienso en realidad la hierba aromtica de la pradera tiene una funcin purificadora: se purifica con humo todo objeto sacramental antes de su empleo, incluyendo al cuerpo humano antes de un rito como la Danza del Sol. El humo es la materia sacramental que utiliza la Mediadora celestial; el incienso es como un velo que a la vez envuelve y manifiesta al cuerpo invisible de la diosa.

El humo es una imagen del soplo vital; si el humo ritual es sagrado, nuestro soplo tambin lo es a fortiori desde el momento que transporta el Recuerdo de Dios. Y asimismo existe una relacin entre el humo y el perfume; en el incienso incluido el de los Indios los dos simbolismos se combinan. El perfume expresa lo que en rabe se denomina la barakah la cual no otra cosa que el perfume celeste o espiritual; este emana no solamente de los santos y de las cosas sagradas, sino tambin de todo lo que resulta agradable a Dios, como las buenas acciones o las actitudes virtuosas.

Las flores agradan por su perfume tanto como por su belleza; ahora bien, estas dos cualidades corresponden a la femineidad y en consecuencia a la Shakti; la belleza regocija el corazn y lo apacigua, y el perfume hace respirar, evoca la ilimitacin y la pureza del aire; la dilatacin del pecho, como se dira en mstica sufi.

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Para los hindes, toda mujer virtuosa o hermosa es a su manera una manifestacin de la Shakti; y si se puede decir que la virtud es una belleza moral, tambin se puede decir que la belleza es una virtud fsica. El mrito de esa virtud remite al Creador, y por participacin tambin a la criatura si sta est moral y espiritualmente a la altura de ese don; es decir que la belleza y la virtud por un lado pertenecen a priori a Dios y por otro lado, y por ello mismo, exigen una valorizacin espiritual de parte de la criatura.

La cualidad de Shakti en la mujer presupone la cualidad de Deva en el hombre; ste es por su naturaleza creador y amo, a menos que est pervertido, pero incluso entonces conserva las sombras de sus cualidades naturales. Por otra parte no es necesario agregar que cada sexo participa o puede participar del sexo opuesto (21); la cualidad humana es una y prevalece sobre el sexo, sin suprimir en absoluto sus capacidades, sus funciones, sus deberes y sus derechos.

Las caractersticas de Deva y de Shakti indican que el ser humano, por definicin, es una teofana y no tiene la posibilidad de elegir no serlo, as como no tiene la posibilidad de elegir no ser homo sapiens. La vocacin humana es hacer realidad lo que constituye la razn de ser, del hombre: una proyeccin de Dios y, por ello mismo, un puente entre la Tierra y el Cielo; o un punto de vista que permite a Dios verse a partir de otro diferente de l, si bien este otro, en ltima instancia, no es ms que l mismo, pues no se conoce a Dios si no es por Dios.

NOTAS -

1.- El Ser y por lo mismo la Existencia, es Potencia por definicin: en el orden squico, la masa implica la energa; toda materia comporta una fuerza potencial.

2.- Divino porque es celestial y no terrenal; o podemos decir: ms all del samsara, de la transmigracin, aunque comprendido dentro de la creacin.

3.- Parvati comporta dos aspectos opuestos, como Siva que personifica a la vez el ascetismo y el erotismo; una paradoja cuya clase podra ser la antigua mitologa dravidiana.

4.- Al cual algunos shaktas dedicaban antiguamente un culto sanguinario con el fin de aplacarlo, o de agotar las posibilidades reparadoras que exige.

5.- La Shakti de Purusha, el intelecto divino creador; Purusha y Prakriti son los dos polos de Ishwara, del Ser creador, revelador, remunerador y justiciero; por lo tanto del Dios personal.

6.- Es acogedora sobre todo bajo la forma de Um, la diosa dorada de la luz, de los perfumes y del sonido primordial; tambin de la iluminacin sapiencial.

7.- Shankaracharya: Yo te imploro (oh Lakshmi) que me mires con tus ojos de gracia, como al pasar, y ello me bastar para obtener tu ola de favores, oh m Madre. Agregemos que el culto de la Shakti fue instituido por Shankara en sus monasterios, lo cual es tanto ms notable cuanto que el Advaita-Vedanta procede por eliminacin, y el mtodo shktico, en cambio, por sublimacin.

8.- Mencionemos a la Shakti como dakini: las diversas dakinis representan todos los aspectos posibles de Maya, desde los celestiales hasta los infernales; siempre desnudas y danzantes pueden ser furias malficas y sanguinarias as como ngeles protectores. La Dakini suprema coincide con la Bodhi, la Iluminacin, a la cual el adepto debe unirse casi sexualmente es decir existencialmente, con el corazn para salvarse de la ronda de las existencias.

9.- La alternativa cristiana entre la carne y el espritu nos permite recordar aqu que la corporeidad no es algo malo en s misma, a pesar de una caracterstica negativa que se adhiri a ella a causa de la cada. Segn una enseanza de la cbala obtenida por el tesofo Oetinger y retomada por Schelling el estado corporal es el objetivo de la autorrevelacin progresiva de Dios; de este modo es una perfeccin y no una imperfeccin. Cabe observar que la dcima y ltima Sephirah, en este proceso, es una hipstasis femenina, la Hija; por lo tanto es un aspecto de Mahashakti, tal com es tambin en el judaismo la Schekhina, la Presencia divina.

10.- Nada es ms absurdo que pretender que la bsqueda de la salvacin es "egosmo; a priori, incluso es un deber para el hombre, pero desde el punto de vista de la conciencia metafsica de nuestra naturaleza, tampoco es una limitacin, por lo menos en la medida en que es exclusiva. Vivekananda pretenda que las personas slo se interesaran en la salvacin de los dems, lo cual no tiene sentido pues slo puede salvar a los dems quien se salva a s mismo; y salvar a los dems es mostrarles cmo salvarse a s mismo, Deo Juvante.

11.- Otros ejemplos tomados del mismo himno titulado Inundacin del Esplendor divino (Saundarya Lahari) son los siguientes: "Oh Bandera y Victoria del Rey de la Montaa (Siva) ! No tenemos ni la sombra de una duda de que tus dos senos son cntaros hechos de rub y llenos de amrita, de la bebida de la inmortalidad...! Oh Hija de la Montaa! indescriptible y nica es la gloria de tu ombligo, el cual en verdad es un remolino en la superficie del ro Ganges... y el cual es la cavidad donde arde el fuego invencible de Kama Deva, el dios del amor que arroja flechas hechas de flores! -El Srimad-Bhagavatam contiene simbolismos anlogos que describen el cuerpo de Visn.

12.- Empleamos aqu el trmino diosa de un modo simblico y aproximativo, prctico si se quiere, dado que el budismo excluye la idea de una divinidad personal. En cuanto a los bodhisattwas, stos corresponden por un lado a los arcngeles y por otro ms comnmente y a priori a los grandes santos que salvan las almas y que luego entran en la iconostasia celestial.

13.- En el budismo mahaynico hallamos adems la Tara blanca y la Tara verde, ambas princesas casadas con el rey tibetano que introdujo el budismo en su pas; ellas encarnan dos modos muy diferentes y complementarios de favores celestiales.

14.- Cabe destacar que en rabe y lo mismo sucede en hebreo la palabra rahmah deriva de la raz rahim, palabra que significa matriz, lo cual corrobora la interpretacin de la Rahmah como Femineidad divina, y por lo tanto como Mahashakti.

15.- Lo cual indica adems, y paradjicamente, el velamiento de la mujer, el cual sugiere un misterio y una sacralizacin.

16.- Ello no quiere decir que el cristianismo no comportara adems una dimensin casi tntrica, como era la caballera, que se caracterizaba por el culto de la dama y asimismo por una devocin particular a la Virgen.

17.- Es posible hallar ecos de esta perspectiva en la Biblia, en especial en el Libro de la Sabidura y en el Eclesistico; por lo tanto bajo la insignia de Salomn, lo cual no est desprovisto de significado, por lo menos desde el punto de vista de los cabalistas.

18.- En alemn la palabra sol die Sonne es femenina, y la palabra luna der Mond es masculina; ello evoca la perspectiva del matriarcado, del sacerdocio femenino, de las mujeres-profetas, y evidentemente del shaktismo. Tcito manifiesta el gran respeto que los alemanes tenan por las mujeres. y recordemos aqu la funcin beatfica de las walkirias, as como esta sentencia casi tntrica de Goethe:

El Eterno Femenino nos atrae hacia lo alto (Das Ewig-Veibliche zieht uns hinan).

19.- Cabe observar que en la mstica sufi la Presencia divina, o el mismo Dios como objeto de amor o de nostalgia, se presenta a menudo como una mujer. Citemos el Diwan del Shaykh El-Allawi: Yo me acercaba a la morada de Layla, oyendo su llamado. Oh que esta voz tan dulce no pueda callar jams! Ella (Layla) me otorg su favor, me atrajo hacia ella y me introdujo dentro de su cerco; luego me dirigi palabras llenas de intimidad. Me hizo sentar del arte cristiano, y asimismo, en cierto sentido, en el encuentro nocturno entre Cristo y Nicodemo.

20.- Sin duda entre los autores indios es posible hallar relatos anlogos, cuando no se trata del mismo relato. En todo caso el simbolismo general prevalece sobre el mito particular.

21.- Ello es lo que muestra grficamente ese smbolo fundamental que es el Yin-Yang chino, que en todas sus aplicaciones expresa el principio de la reciprocidad compensatoria.

(Extrado de: RAICES DE LA CONDICION HUMANA, Frithjof Schuon, Grupo Libro, Coleccin Parasos Perdidos)