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FICAAR-SCI 2012 Boumort Cacería de jóvenes Tertulia literaria Tony Sánchez-Ariño C A T A LU N Y A C H A P T E R S A F A R I C L U B I N T E R N A T I O N A L SAFARI CLUB INTERNATIONAL Catalunya Chapter Publicació Trimestral • 2º trimestre 2012 • nº 43

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Butlletí safari club internacional de Catalunya

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FICAAR-SCI 2012Boumort Cacería de jóvenesTertulia literariaTony Sánchez-Ariño

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SAFARI CLUB INTERNATIONAL

Catalunya ChapterPublicació Trimestral • 2º trimestre 2012 • nº 43

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Junta Directiva del Safari Club InternationalCatalunya Chapter

President: José María Losa Reverté Vicepresident 1º Alberto Feu Puig Vicepresident 2ºMarisol Ruíz Landínez Secretari Joaquim A. Rossell Carol Tresorer Francisco Javier Puga Villaverde Vocals Francisco Miguel González RibasJuan Manuel Pursals PonsFernando Maria Díaz VélezFrancesc Fusellas EstebaJordi Vaquer Tarragó

Directiu - Redactor Jefe Francisco Miguel González Ribas

Col.laboradors Carlos Sitjar Santaló, Ignasi Sitjar Manresa, Joaquín Rossell Carol, Jordi Muntanyola, Juan Pou i Padrós, Pablo Carol, Africa Dream Safaris.

Comissió de Fires - Directius Francesc M. González

Disseny i Maquetació Ignasi Sitjar Manresa - www.ignasisitjar.com

ImpressióLitogama

Cartes a la redaccióSCI Catalunya a l’atenció de Francisco González Ribas C/Lorena,45 - 47 7º 4ª 08042 Barcelona

El SCI de Catalunya no es fa responsable de les opinions i articles

que apareixen al butlletí.

Propósitos, intenciones y razón de ser del SCI Expandir y promover relaciones entre aquellos que amen la caza y la natu-raleza. Promover la conservación de los recursos naturales renovables, reconociendo la caza como una de las mejores herramientas de gestión de los mismos. Educar a los jóvenes, a los deportistas de la naturaleza y al público en general, en la responsabili-dad de conservar nuestra fauna y flora, las cuales son nuestra herencia de la naturaleza.

Compartir nuestras experiencias cine-géticas con el resto de los miembros del S.C.I. Conducir la organización como una entidad sin ánimo de lucro, que sea consecuente con sus propó-sitos altruistas, a la vez que ayuda al común entretenimiento de sus miem-bros, con el objeto final de participar en la ayuda a la conservación de los animales que nos gusta cazar hoy, para que aquellos que quisieran, en un futuro, puedan participar de esta activi-dad, la caza.

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Actividades del Chapter en 2011

FICAAR-SCI2012

Tertulia literáriacon Tony Ariño

Hurgando enla biblioteca

En busca del Macho Montés

JornadasGastronómicas

El noticiero del Chapter

Mosaico Gráfico

Batuda de senglars a Boumort

De facos en Mauritania

Opinión: Antonio Díaz

La Creu de l’Eixol, en Escart

umariNúmero 43 • 2on trimestre 2012 C

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Actividades realizadas por el capítulo de Catalunya durante el pasado año 2011

Safari Club Internacional de Catalunya

Enero

Publicación del Boletín nº 38

Marzo1 marzo: Reunión Junta - cena de socios

4-6 marzo: Asistencia al Stand de FICAAR

24 marzo: Jornada Gastro-cinegética, dedicada a la BECADA.

Fonda Can Sala de Olost de Lluçanés

26-27 marzo: Cacería para socios jóvenes. Jornadas de

descaste del Boc Balear en Mallorca

AbrilPublicación del Boletín nº 39

5 abril: Reunión Junta - cena de socios

14 abril: XXXIII Tertulia literaria con RAMÓN ESTALELLA.

Mayo3 mayo: Reunión Junta - cena de socios

5 mayo: XV Convención Círculo Ecuestre

Junio7 junio: Reunión Junta - cena de socios

30 junio: XXXIV Tertulia literaria con JORGE BERNAD

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Safari Club Internacional de Catalunya

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JulioPublicación del Boletín nº 40

5 julio: Reunión Junta - cena de socios

25 julio: Reunión Junta Extraordinaria XXX Congreso

IUGB

Septiembre5 septiembre: Reunión Junta - cena de socios

5-9 septiembre: XXX Congreso internacional IUGB bió-

logos cazadores en el Hotel Juan Carlos (Barcelona). Par-

ticipación del Capítulo con Stand propio.

Octubre

Publicación del Boletín nº 41

4 octubre: Reunión Junta -

cena de socios

25-octubre: XXXV Tertulia literaria con MARCIAL GÓMEZ-

SEQUEIRA.

Noviembre 2 noviembre: Reunión Junta - cena de socios

4-6 noviembre: Cacería para socios jóvenes. Jornadas

de caza del jabalí en Fornols -La Vansa y en la Reserva

Nacional de Caça del Cadí.

12-13 noviembre: Montería social en Extremadura

16 noviembre: IX CENA PREMIOS y nombramiento de

SOCIO DISTINGUIDO en El Círculo Ecuestre.

Diciembre

15 diciembre: Reunión Junta, II Tirada al plato en Can

Piqué y Comida de Navidad.

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Batuda de senglars en la reserva nacional de caça de Boumort

E l proppassat dia 25 de febrer va tenir lloc una batuda de senglars, organitzada per la Reserva Nacional de Caça de

Boumort, a la que van ser especialment convidats els socis joves del Capítol de Catalunya del S.C.I.

La cacera va ser tot un èxit, assistint-hi pels voltants de 15 joves caçadors, membres del nostre Club i menors de 25 años, que gaudiren d’una jornada cine-gètica inoblidable.

Acabada la cacera, es celebrà un menjar de germanor dintre la pròpia Reserva, a la que hi van assistir Directius i Personal de la mateixa i tots els caçadors que va-ren participar en la batuda.

Des d’aquestes línies volem agrair la iniciativa que ha tingut el Departament d’ Agricultura, Subdirecció General d’Activitats Cinegètiques i Pesca Conti-nental de la Generalitat de Catalunya, i Direcció de la Reserva, permetent als jo-ves caçadors participar en el control del porc senglar, dins el programa de gestió i manteniment de la mateixa.

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Safari Club Internacional de Catalunya

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El Capítol de Catalunya del Safari Club International ha vingut col.laborant amb la Reserva Nacional de Caça de Boumort, amb la realització de tractaments salví-coles per millorar l’alimentació i l’hàbitat del cérvol; així mateix i amb motiu d’això, també cal recordar que la Reserva Na-cional de Caça de Boumort has estat visitada per diverses personalitats del Safari Club International, mereixent en el seu moment una menció específica a la Revista Safari, i finalment, l’anterior President del S.C.I., John Monson, hi va caçar un trofeu de cérvol, aconseguint

així l’espècie espanyola, precisament, en aquesta Reserva Nacional de Caça de Catalunya.

Esperem i confiem que aquesta relació que sempre ha existit entre el nostre Capítol i l’esmentada Reserva continui en el futur, pel bé de tots, de la caça i els caçadors.

SCI Catalunya

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Safari Club Internacional de Catalunya

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Estuvimos en FICAAR-SCI 2012

Como todos sabéis, desde el pasado año, FICAAR Y EL SAFARI CLUB INTERNATIONAL se han hermanado para presentar en Madrid anual-mente, una gran Feria de caza en el más amplio

sentido de la palabra.

Dentro de dicha Feria, celebrada en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid los día 2, 3 y 4 de marzo, se instalaron distintos Stands correspondientes a cada uno de los Capítulos Ibéricos del Safari Club International.

Como consecuencia de ello, una representación de nues-

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tro Capítulo asistió a la Feria con el fin de dar a conocer la totalidad de acontecimientos organizados por nuestro Club durante el presente año 2012, tanto los ya celebrados como los que tenemos programados.

El Stand fue visitado por numeroso público interesado en conocer las actividades del S.C.I. y dependiendo de la Au-tonomía de residencia, se afiliaban también a los distintos Capítulos allí presentes.

Varios fueron los socios y amigos que nos visitaron en el Stand y con los que departimos tertulia cinegética, comentan-do las novedades que se presentaban en la Feria y alternati-vas para futuros programas de caza, sin olvidar recuerdos de experiencias pasadas.

Este año, FICAAR-SCI ha tenido un éxito mayor que el del año pasado y tanto el número de expositores como de vi-sitantes ha crecido, lo cual nos hace suponer que en años venideros, el panorama será todavía más halagüeño.

¡¡¡Larga vida a FICAAR-SCI para mayor honra de la caza!!!

Safari Club Internacional de Catalunya

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De facos en Mauritania

De todos es conocida la atrac-ción que la generalidad de los españoles sentimos hacia la caza de cualquier suido,

sean jabalíes, pecarís, facocheros o cual-quier otra variedad. Yo, españolito de a pie, no podía ser menos y el año pasado, en compañía de Ramón Gimeno, Jaume Serra y Javier Puga, tuve la oportunidad, tras haberme hablado del destino Luis Ruiz, de conocer un destino inmejorable para poder cazar Facocheros de todas las formas posibles, a la espera, en batida o a rececho, ese destino, sin lugar a dudas es Mauritania.

Tras el éxito de la primera salida, estuve hablando con la organización solicitán-dole colaborara con nuestro capítulo y

sin que tuviera que insistir mucho, Rafael Centenera, representante de la compa-ñía Sahel Safaris me remitió la donación que se sacó a subasta en nuestra anterior Convención.

En nuestra subasta, Manel Carretero, se adjudicó la donación y como no, Ramón Gimeno y yo decidimos acompañar a Ma-nel para “mostrarle el camino”. También se apuntó un cuarto que me ha pedido no publique su nombre y que llamaremos Pe-pito.

Allí estábamos nuevamente, en el aero-puerto del Prat, preparados para embarcar en la compañía Royal Air Maroc, destino Nuakchott con transbordo en Casablanca. Debo advertir, que al contrario de lo que

ocurre en otros países del norte de Africa, en Mauritania te permiten llevar rifle con lo que los cuatros llevamos nuestros respec-tivos rifles y munición suficiente (recomen-dado por mí tras la experiencia anterior), es decir de 60 a 80 cartuchos para cazar tres días y medio, sin que los trámites para la importación de los rifles fuese ardúa.

Llegamos a Casablanca y poco después embarcar de nuevo rumbo Nuakchott don-de, a diferencia de año anterior, las fechas no coincidían con la peregrinación a la Meca y el avión no estaba a reventar y el desorden fue mucho menor. Aún así nos hicieron desembarcar y volver a embarcar sin motivo aparente. El avión estaba me-dianamente ocupado y pudimos de forma cómoda llegar a nuestro destino.

Relatos de caza

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Nuakchott es la capital de Mauritania, país tristemente famoso por los secuestros de dos españoles hace tres años, pero se ha de afirmar que la zona del secuestro era remota y al Norte, junto a la frontera de Mali, y nosotros íbamos a desplazarnos hacia el Sur, (en el mapa adjunto, relati-vamente cerca de Rosso en la costa) lin-dando con el río Senegal por ende con la frontera del país que lleva su mismo nom-

bre. El país se encuentra situado al Sur del Sahara Occidental y Argelia y al oeste de Malí, cerrando su frontera por el Sur con Senegal.

En la República Islámica de Mauritania coexiste la gran mayoría musulmana (99,8%) con una pequeña comunidad cristiana (0,20%), tiene una población fluctuante, de aproximadamente 3,2 millo-nes de habitantes, debido al nomadismo de sus gentes aunque en la actualidad la población nómada ha disminuido de un 80% a un 25% sin que ello haya su-puesto la desaparición de su estructura tribal. La temperatura varía desde los 7ºC a los 46ºC y su único río es el ya men-cionado Senegal. A día de hoy, todavía el 20% de la población vive con menos de 1,25 €/día. La capital es segura y la gente amable y social. En ningún momento en nuestro viaje tuvimos sensación de peli-gro. Miento, si hubo sensación de peligro con el tráfico y los diversos burros, vacas y cabras que continuamente cruzan las carreteras o bien deciden hacer una para-da en medio de ellas.

Durante los trayectos se pueden obser-var continuamente las “jaimas” o vivien-das precarias que los nómadas utilizan y montan y desmontan en un santiamén., sin embargo, y esto apoya la tendencia al gregarismo, las casas de culto y las es-cuelas son de obra y van apareciendo en sus estribaciones edificaciones sencillas.

El idioma no resulta un problema y se ha-bla fundamentalmente árabe y francés, si bien en zonas rurales encontramos otras tres lenguas, el fula, el Soninke y el wo-lof. La moneda es la Ouguiya y tampoco supone un problema, salvo su pronun-

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ciación, ya que el euro es admitido en la ciudad en cualquier lado, estableciéndose un cambio fluctuante pero que durante nuestra estancia era de 1 Ouguiyas = a 0,00265 euros.

Pero sigamos con nuestra aventura ci-negética con la llegada a Nuakchott a las 12 de la noche. En cuanto llegamos a la terminal del aeropuerto encontramos inmediatamente a Taleb, que tan amable-mente nos había recibido el año pasado y, que presto se ocupó de maletas y rifles sufriendo el primer y único percance del viaje, la maleta de Manel no había llega-do. Con un auténtico orden desordenado, Taleb efectuó la reclamación y sin perder más de 10 minutos nos dirigimos a los 4x4 que nos llevarían al campamento por la única autopista que se dirige al Sur, la de-nominada autopista de Rosso. Durante el trayecto pasamos cinco controles de poli-cía que se iban avisando de nuestro paso, llegando al campamento a las 3 de la ma-ñana. Comimos algo y se nos hicieron las cinco con lo que decidimos ir a cazar sin descansar, hecho que hizo que se produ-jeran no pocos disparos no tan certeros como hubiésemos deseado.

Durante el desayuno tuvimos la sorpre-sa de encontrar a nuestro compatriota Eduardo Romero que volvía a España al día siguiente. Aún así, pudimos compartir la comida y la cena de los dos primeros días con sus correspondientes sobreme-sas. Por supuesto cambiamos opiniones

sobre la caza que estábamos realizando y tantas otras y nos mostró los trofeos aba-tidos haciéndonos despertar a la espera de encontrar, al menos, alguno que fuese tan grande como los que nos había en-señado. Yo ya conocía perfectamente el tamaño de los facocheros de Mauritania, abatiendo, el año pasado, un magnífico ejemplar Jaume Serra que fue la envidia del grupo, no quedándose atrás el resto de los abatidos por todo el grupo del año anterior, un total de 76.

Antes de entrar en la cacería en sí, de-bemos establecer la diferenciación entre las diversas variedades de Facocheros. Si bien éstos se dividen en dos especies, el denominado Phacochoerus Africanus (ocupa la gran parte de Africa) y el Phaco-choerus Aethiopicus (Eritrea, Etiopía, So-malia y Kenia) no existen apenas diferen-cias entre uno y otro. Sin embargo, si se ven diferencias importantes entre al me-nos tres de las siete variedades existentes del P. Africanus. Ciñéndonos a estas tres variedades con un dimorfismo más pro-

nunciado, se distinguen entre la que ocu-pa desde Tanzania a Sudáfrica, otra que es la que ocupa los países que bordean el Golfo de Guinea, incluyendo RCA y el Chad y finalmente, la que nos ha llevado a viajar, que es la que encontramos en Senegal y Mauritania. La diferencia fun-damental la vemos en el cuerpo y en los colmillos, mientras los dos primeros sue-len ser animales entre 50 y 70 kilos con colmillos largos pero poco gruesos, los últimos suelen pesar entre 80 y 100 kilos, los colmillos surgen más verticales y con curvaturas pronunciadas, destacando su grosor lo que hace que muchas hembras tengan bocas considerables.

Ahora sí, volvamos nuevamente a la primera mañana. A las 6 en punto, se presentaron los guías, conductores y ayudantes. Cada uno de nosotros tenía un coche con tres ayudantes aunque por problemas mecánicos tuve que compar-tir coche Manel, hasta la llegada de una pieza que finalmente se ensambló ese mismo día. Mi gente local estaba forma-

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da por Alioú (rastreador y gran conoce-dor de las carencias de los facocheros y del terreno donde cazamos que tenía una extensión nada más ni nada me-nos de 81.500 Has), Matú (ayudante) e Ibrahim (conductor del vehículo). Los dos primeros ya habían estado conmigo el año anterior y lo cierto es que, al me-nos aparentemente, se alegraron mucho de verme nuevamente. Llegamos a la zona de caza y Manel se quedó antes empezando su cacería a peón y siguien-do yo un rato más hasta la que me había tocado, quedando para recogerles al fi-nal de la mañana. En cada salida turná-bamos las zonas para tener las mismas oportunidades.

Las jornadas de caza consistían en salir sobre las 6 de la mañana, volver al cam-pamento a las 12 para comer y tras una

siesta reparadora, volver a salir a las 4 de la tarde hasta aproximadamente las 19’30h o 20h aunque dejábamos de ca-zar sobre las 18´30h-19h, momento en que la luz empezaba a escasear. Todos los integrantes de nuestros equipos son marcadamente musulmanes creyentes con lo que estuviésemos donde estuvié-semos a la salida y puesta del sol se pa-raba absolutamente todo y se ponían a rezar las reglamentarias plegarias, termi-naban y si como la interrupción no hubie-ra existido, volvían a sus quehaceres.

La organización del campamento la llevó como el año pasado Luis Ruiz, buen amigo y mejor profesional, de forma inmejorable. Todo estaba en orden y además, Luis, nos acompañó a cada uno en una salida cuan-do el buen hacer se lo permitía. Cuando no estaba en el campamento, su mano dere-

cha Nuru hacia las funciones y lo cierto es que seguía todo perfectamente organiza-do, Vedem, asistente de comedor, estaba siempre pendiente de nosotros y la comida preparada por Moussa, estaba realmente buena, destacando el facochero que co-cinaba de distintas maneras y todas ellas de forma magistral.

El alojamiento, sobrio pero suficiente, consistía en una jaima para cada uno de los cazadores compuesta de dos camas y en una pequeña obra interior divide el

servicio, la ducha y el lavabo.

Los sistemas de caza que se utilizan son fundamentalmente el rececho y la batida y en este caso se llevan a cabo en los arroza-les abandonados o ya segados donde los jabalíes verrugosos se encuentran durante el día comiendo y desenterrando los gra-nos que se han quedado en el campo. Con este sistema Manel consiguió un magnífico ejemplar que rondaba los cuarenta centí-metros y que tenía un grosor espectacular tal como se puede apreciar en la foto.

En uno de estos recechos, guiado por Alioú, nos metimos encima de tres machos que estaban comiendo tranquilamente ante la seguridad de no ser vistos ya que el herbazal donde se encontraban era más alto que ellos mismos. Nos acercamos y tras una entrada de unos setecientos me-tros pudimos observarlos a una distancia de unos 40 metros, observando que tres de los del grupo se podían tirar. Apunte al más grande que se quedó en el sitio y sa-

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lieron hacia mí dos machos más que pude disparar al que se fue hacia la derecha primero y al rezagado, por la izquierda, al final, quedándome con los tres machos.

Cuando llegaron a nuestra posición el res-to de los integrantes del vehículo desbor-daban alegría y celebramos el triplete con la preparación de un té típico de la zona y que Ibrahim preparó sacando de no sé donde un hornillo, una tetera y unos vasi-tos para llevar a cabo todos los pasos ne-cesarios de la ceremonia del té, incluida, por supuesto, la bandeja donde colocan la infusión para ofrecerla.

Es importante puntualizar, para poder en-tender la batida de estos suidos, funda-mentalmente para los que los han cazado en otros países, es que en Mauritania los Facos no se meten, salvo rara ocasión en agujeros, sino que viven entre las matas de los arbustos que allí crecen. De ahí que las batidas que realizaban Alioú y Matu metiéndose en zonas arbustivas y querenciosas para los cochinos, hacían que éstos salieran como alma que lleva el diablo a escasos cinco o seis metros de donde me apostaban para esperarlos.

Me impresionó la fortaleza de estos anima-les, que saliendo a la carrera y recibiendo un impacto de un 338 WM bien colocado, seguían aún veinte o treinta metros hasta caer redondos.

Finalmente las esperas se hacen en zo-nas de paso y en algún punto de agua, sin embargo, y dado que había agua su-ficiente, ésta modalidad fue la que menos utilizamos, si bien Ramón probó con bue-nos resultados el sistema. Manel y Pepito preferían el rececho y finalmente yo dis-frutaba de las dos primeras modalidades al 50%.

En algunas de las batidas nos teníamos que meter encima del agua ya que los Fa-cos, para no dar la cara, pasan por dentro de los humedales anunciando su llegada con los chapoteos que en ocasiones eran ensordecedores cuando en la misma bati-da encontraban 15 o 20 facocheros juntos y a todos les daba por pasar corriendo por el agua.

Así fuimos cazando los cuatro y los resul-tados fueron inmejorables. El primer día abatimos un total de 28 facocheros desta-cando ya algunos de ellos por sus bonitas defensas. Yo ese día cacé una hembra magnífica.

Por la noche, después de cenar, y eviden-temente sin televisión, nos entreteníamos al raso viendo como intentaban cazar las Salamanquesas que se apostaban a la luz de la construcción que hacía las veces de comedor, por cierto el tamaño de éstos rep-tiles era considerable.

Siguieron los días de caza y cayendo los facocheros, el segundo día fueron 36 y todo organizado perfectamente, únicamente la maleta de Manel seguía sin llegar y la falta de cervezas o vino, prohibida su venta por Ley, enturbió, si así se puede llamar el día. Todo lo que no era alcohol no fallaba y las provisiones llegaban puntualmente cuando algo se terminaba. Este día despedimos a Eduardo que partía para España. Por co-municación telefónica, hay conexión en casi todo el territorio por el que viajamos, nos enterábamos de algunas noticias.

El tercer día, y ante el riesgo de quedarnos sin munición, nos volvimos todos mucho más exigentes y solo se abatieron 11 faco-cheros. Por la noche llegó, por fin, la maleta extraviada. Ese día pude ver como los arro-ceros tenían a personas encargadas de es-pantar a nubes de pájaros que se lanzaban como una plaga sobre el arroz. Estos “vigi-lantes” hacen sonar un látigo que se oye a lo lejos y que levanta de los arrozales nubes de pájaros, alguna de ellas conformadas por cientos de éstas pequeñas aves.

Llegó la última mañana de caza, y ya sin el temor de la escasez de munición, le di-mos nuevamente al gatillo, abatiendo 14 facocheros y algún chacal que también

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cayó. Volvimos al campamento y, tras una opípara comida, nos dispusimos a preparar las maletas para pasar la última noche en Nuakchott. Nos hospedamos en un Hotel al que denominan “el español” y donde me sorprendió que ninguno de los escalones tuviese la misma medida de altura con di-ferencia entre uno y otro de hasta 6 o 7 cm. Que nos hacia tropezar continuamente. Sin

embargo, la posibilidad de tomarnos una cerveza fría (si se permite en los estableci-mientos autorizados y éste era uno de ellos) y posteriormente a hurtadillas alguna que otra bebida más nos hizo olvidar los sustos subiendo y bajando escaleras. Como colo-fón cenamos en una terraza en la ciudad donde destacó no solamente el magnífico servicio sino la calidad de los manjares que

nos sirvieron todos ellos provenientes de los cercanos caladeros de pesca mauritanos.

Nos levantamos de madrugada y tras el cheking, embarcamos rumbo a España. Esta vez nos acompañaba Luis Ruiz hasta Casablanca ya que fuimos el último grupo de ese campamento y tuvimos tiempo, du-rante el vuelo y la espera del siguiente, de organizar nuevos destinos que espero po-der relatar en un futuro cercano.

Solo me queda agradecer a toda la orga-nización de Sahel Safaris y en especial a Rafael Centenera, Taleb, Luis Ruiz, sin olvi-dar a todos los locales que ya he nombrado en el relato la amabilidad y profesionalidad mostrada durante la estancia en este país del Sahel, deseando que se acerquen nue-vamente las fechas propicias para volver a este destino.

José María Losa

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XXXVI Tertulia literaria con Tony Sanchez-Ariño

E l pasado 19 de enero el Capítu-lo de Catalunya, dentro de las jornadas cinegético-literarias que celebra trimestralmente,

y en lo que era su tertulia número 36, tuvo el placer de recibir nuevamente a Tony Sanchez-Ariño, con quien les une una especial relación, con el fin de que presentara su último libro publicado.

Nos referimos a la obra “Grandes Cali-bres Africanos”, Madrid 4 de diciembre de 2010, editado por Editorial Solitario.

Dicho libro consta de una dedicatoria de Tony a su esposa Isabel y de un prólogo de Russell Wilkin de Holland & Holland Ltd. Consta de 206 páginas más una

hoja, 58 fotos en color y 24 en blanco y negro, encuadernado en waflex con sobrecubierta, en donde figura una fo-tografía del autor, junto a un elefante.

En el libro se describen los diversos ca-libres a partir del 375 hasta llegar al 700 Holland & Holland, cuyo calibre, el au-tor considera un arma más de colección que de caza propiamente dicha, debido fundamentalmente al peso con que el fabricante ha tenido que dotar al arma

con el fin de disminuir los efectos del retroceso.

Como todos los aficionados saben, el autor ha dedicado más de 59 años a la caza africana, la mayoría de ellos en for-ma profesional, bien cazando para dis-tintos gobiernos africanos con el fin de controlar elefantes y felinos peligrosos, bien para clientes dirigiendo safaris, lo cual le ha pertimido durante esta friolera de tiempo probar distintas armas y ca-libres y comparar los diferentes efectos que los calibres y las municiones tienen, tanto en el momento del disparo como una vez alcanzada la pieza.

Tertúlias literárias

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Tertúlias literáriasEl acto se inició con unas palabras del Presidente del Capítulo de Catalunya, José María Losa, dando la bienvenida a todos los asistentes y procediendo, se-guidamente, a la presentación de Tony Sanchez-Ariño, si bien, como expuso, era una presentación innecesaria, ya que la totalidad de contertulios cono-cían sobradamente a Tony, unos por haber cazado con él en repetidas oca-siones y otros por haber coincidido, en-tre otros actos, en nuestra XXXI tertulia, en la cual nos presentó su libro “Garras y colmillos”.

Acto seguido, Tony tomó la palabra para explicar los motivos que le llevaron a escribir la obra que en esta ocasión pre-sentaba, relatando asimismo diversas incidencias que tuvieron lugar desde el inicio del libro hasta su culminación.

Tampoco faltaron distintas cuestiones planteadas por los tertulianos asisten-

tes, tanto acerca de este libro como de otros que Tony tiene publicados, sien-do contestadas con amenidad y gran sentido del humor, prolongándose la tertulia ante la complacencia de todos los asistentes, sin que nadie quisiera levantarse ante las anécdotas, a cual más interesante y divertida, que Tony iba contando sin cesar, demostrando además una memoria prodigiosa en los detalles con que ilustraba su amena di-sertación.

Ya entrada la madrugada, el Presidente del Capítulo de Catalunya se vió obli-gado a dar por finalizado el acto, muy

a pesar de los presentes, agradeciendo nuevamente a todos los tertulianos su asistencia y emplazando a Tony en una

próxima tertulia cuando salga a la luz el nuevo libro que nos explicó estaba pre-parando y que, a buen seguro, será del máximo interés, como todas aquellas obras que ha escrito.

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Opinión

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Antonio Díaz de los Reyes responde en un soberbio texto a los ecologistas que critican Venatoria

Antonio Díaz de los Reyes es cazador, escritor y editor y ha escrito un tex-to genial en el que pone

los puntos sobre las íes a los ecolo-gistas. El texto, que reproducimos a continuación, se titula “Paja Mojada”. Pasen, lean y disfruten.

“Paja Mojada por Antonio Díaz de los Reyes. Cazador, escritor y editor.

Estoy verdaderamente cansado de tener que pedir perdón sin motivo y sin sentir remordimiento alguno. Es-toy harto de justificar una postura, mi postura, cuando tengo la conciencia tranquila y nada que acreditar. Estoy aburrido de oír siempre la misma canti-nela. ¡Basta ya, se acabó! ahora os va a tocar a vosotros oírme.

Hasta hoy he tratado de contempori-zar, razonar y dialogar con vosotros…. ¿Y he conseguido algo? No, rotunda-mente no ¿Sabéis por qué? Pues sen-cillamente por que mis razonamientos, explicaciones, alegatos y toda mi bue-na disposición no se ha interpretado como señal de respeto y compasiva práctica para marchar unidos, se ha interpretado como debilidad, como co-bardía. Habéis pensado o creído es tonto en lugar de decir es prudente.

Pues bien, tonto o prudente ahora me da igual, ahora voy a deciros lo que pienso de vuestro colectivo aunque a algunos os chirríen los oídos. Aho-ra voy a exponeros, indocumentados ecologistas de salón, la realidad de cómo están las cosas. Voy a expli-caros quien conserva la naturaleza, protege a las especies, paga los gas-tos y gestiona con solvencia el medio ambiente. Os mostraré quien se afana en que nuestros nietos, y los suyos también señor ecologista, encuentren casi intacta esa naturaleza, que pare-ce no poder vivir sin vuestra defensa, pero que si fuera por vosotros, moriría desangrada. Esos que se preocupan son los cazadores, y hasta tal punto lo hacen que si no existieran, habría que inventarlos.

No quiero convenceros de nada ya que vuestra mediocridad intelectual y fana-tismo moral os impide cualquier acer-camiento a ningún pensamiento o con-cepto que no sea el que con ofuscado delirio defendéis. Lo que quiero deciros ahora es lo que por educación he silen-ciado antes. Lo que deseo aclararos es que no siempre el que calla otorga. Lo que pretendo explicaros es que he sido prudente y no tonto. Lo que ambiciono expresaros es que sois unos mamarra-chos que hasta hace pocos años creíais que el campo era para los lobos y ahora os erigís en sus salvadores.

Hace años, el hijo de uno de los visi-tantes al Coto de Doñana, cuyo grupo tuve que acompañar durante un día, le preguntó a su padre en mi presencia si era verdad que los venados cambiaban la cuerna cada año y dejaban la antigua tirada en el campo, como le había expli-cado uno de los guardas. El padre, hoy reconocido ecologista o sea ilustre ca-marada de usted, le contestó algo así: Hijo, te han engañado, ¿no te das cuen-ta que si eso fuera verdad no se podría salir al campo de cómo estaría esto de “cuernos”? ¿Lo recuerdas Javier? Espe-ro por tu bien que tu hijo lo haya olvi-dado.

Existen muchas diferencias entre uste-des y yo y lo que representamos cada uno, pero la principal de todas estriba en que su grupo defiende la naturaleza y el mío siente amor por ella. Como dice Juan Luis Oliva de Suelves, los amantes estuvimos ahí desde siempre y los de-fensores habéis aparecido en los últimos años. Vosotros no le tenéis afecto sino temor a que se deteriore y ante vuestra manifiesta incapacidad de solventar ese problema, primordial en vuestra vacía existencia, arremetéis contra el cazador con vuestra radical y audaz ignorancia. Tampoco confío en veros arrepentidos pues como dijo Marco Aurelio, el arre-pentimiento es una especie de reproche a si mismo y vosotros no tenéis agallas para reconocerlo.

Vuestra milicia es como la paja mojada. No arde bien pero produce mucho humo

negro. El tiempo os pondrá en vuestro ridículo lugar -y lo sabéis- pues vuestros argumentos se caen por su propio peso. Pero mientras eso ocurra, lamentable-mente la humareda seguirá provocando mucha confusión.

Siempre os he tomado por imposibles, pero últimamente veo maldad en mu-chas de vuestras actuaciones. Bien es verdad, ya lo advirtió Pérez-Reverte, que un prepotente a base de dedicación y ejercicio, puede convertirse en el peor de los malvados precisamente por eso, por prepotente o por imbécil. Emulando al coro de brujas de Dido y Eneas, po-déis gritar bien alto El daño es nuestro deleite y el mal nuestra habilidad.

Soy cazador, sin excusas, sin justifi-caciones, sin pedir perdón por serlo. Lo hago por que me gusta, por que lo considero necesario y además pago por ello. ¿Paga usted señor ecologista algo más que el recibo mensual de la absurda organización defensora de la naturaleza a la que pertenece? Mientras lo piensa, le voy a contar algo: Hace 40 años en un viaje de 10 días a la Mese-ta del Pamir, como mucho y con mucha fortuna, se veían dos o tres argalis de Marco Polo. La suerte parecía echada y las cartas le venían mal dadas a esos pobres ungulados. Pero empezó el enor-me interés cinegético por esos grandes carneros y empezaron a llegar cazado-res y con ellos sus dólares. Comenzó a gestionarse la caza y…… ¡milagro! Hoy ver grupos de 10 ó 20 ejemplares desde el primer día de caza es asunto bastante normal.

Señor ecologista, no creo que sea muy difícil, incluso para usted, averiguar quien y por qué se han salvado los Mar-co Polo. ¿Sabe usted por qué? ¿Por el dinero que usted aporta? Pues ¡No! ¿Por su verborrea incontenida? Pues ¡Tam-poco! ¿Por su decidida y valiente pos-tura seudo-progresista? ¡Frío, frío…..! Le voy a ayudar. Se ve esa cantidad de carneros -le refresco la memoria, hace apenas 40 años casi extinguidos- por el dinero y la gestión de los cazadores. Por el abultado montón de dólares que el

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Opinión

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cazador paga por abatir un ejemplar de los escasos permisos que se conceden al año. Moléstese un poco, haga algo y entérese del número de permisos anua-les, luego multiplique, -si es que aún lo recuerda - por el número de dólares que vale la licencia y rectifique con la calculadora cuando se sorprenda con el resultado.

Con ese dinero se protege, se guarda, se cuida y se conserva garantizando el futuro de la especie y su ecosistema para que nuestros nietos -le repito que los de usted también- puedan conocer ese entorno por el que su camarilla, desde sus casas, están tan preocupa-dos. La realidad es así y lo demás son gaitas.

¿Quiere cambiar de continente? Vámo-nos a África que a lo mejor le interesa saber algo sobre la salud del leopardo africano. Pues mire, enfático defensor de las pieles manchadas, el leopardo goza de buena salud, espléndida, diría yo. Dudo que le agrade la noticia, pues esta situación, por verdadera y compro-bable, seguro que destroza su discurso. De verdad que lamento su disgusto, pero no tenía más remedio que instruir-lo. Y créame, estoy capacitado para ello, pues mientras usted, señor protec-tor a ultranza, ve por vigésima vez su colección de cintas de video de National Geographic, yo in situ, puedo dar fe de lo que estoy diciendo -a pesar de sus orquestadas y ruidosas campañas en amparo de estos felinos y de sus gritos de ejército de salvación- y los he visto criando hasta en los alrededores de los basureros de los poblados indígenas, y a plena luz del día. Incluso estando per-mitida su caza.

Compruebe lo que le digo y si después de evidenciarlo sigue con su subjetiva y desinformada perorata como si de un dogma religioso se tratara, sería muy recomendable su pronta visita a un psi-quiatra.

Hace más de cuarenta años Álvaro Sil-va, Antonio Camoyán, Javier Torres y yo hacíamos fotografías, miles de fo-tografías en el Coto de Doñana y que según Tono Valverde sirvieron para dar a conocer al mundo las desconocidas imágenes del futuro Parque. Dos años después publicamos el primer libro de Doñana enteramente español con des-tino a siete países y traducido a cuatro idiomas para que en el extranjero se pu-dieran conocer estas maravillas y contar

con el importante apoyo económico del exterior.

Le cuento esto, indigno urbanita y anó-nimo ecologista, para que se entere que yo aporté mi grano de arena, más bien un gran pedrusco y que también soy na-turalista -lo prefiero a ecologista, es más juicioso- del bando que usted considera exclusivamente suyo. Por lo tanto tengo un motivo más para tener derecho a ha-blar con fundamento pues como puede ver, antes que ladrón fui fraile. ¿O se dice al revés?

Y usted, ¿se ha gastado algún euro en mostrar algo sobre el Pirineo, Picos de Europa, Montes de Toledo o Serranía de Ronda para acercar esos maravillo-sos lugares a las gentes que les coge a trasmano? ¿Les ha proyectado foto-grafías o películas de estos parajes a quien lo desconoce? Debería hacerlo. En serio, debería hacerlo y de paso de-cirles también y sin sonrojo ni sofoco, que un tanto por ciento muy importante del mantenimiento de esas zonas privi-legiadas se consigue con la aportación del mundo de la caza.

¿Que participación habéis tenido en repoblar de cervuno enormes y malas dehesas andaluzas y extremeñas, con-virtiéndolas en verdaderos paraísos a

pesar de vuestras odiadas mallas ci-negéticas? ¿Quien si no los cazadores fueron los que consiguieron que Doña-na llegara intacta hasta nuestros días para disfrute de todos incluso de voso-tros utópicos e incoherentes individuos? ¿Quien invierte en conservar la fauna, cinegética o no, más dinero que el Safa-ri Club International salvaguardando es-pacios naturales y haciendo una política de protección efectiva sin manifestacio-nes y alharacas?

Me temo que no me entiende y creo que no merece la pena perder el tiempo en discutir con usted ni siquiera para sa-carle de su error. Es como hablar de las vidrieras de una iglesia. Para quien está dentro, los vitrales parecen arder con el sol. Pero quien se encuentra fuera, solo ve un gris monótono y polvoriento. Aun-que los dos nos describiéramos lo que estamos viendo, incluso a gritos, nunca llegaríamos a entendernos.

Mi padre me enseñó a no pronunciarme sobre los asuntos que desconocía. Si en España solo se pudiera hablar de lo que se sabe, -ya lo dijo Azaña- el silencio se-ría clamoroso.

¡Hasta nunca, majaderos!”

Antonio Díaz de los Reyes

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En esta ocasión les voy a co-mentar, no un libro sino un opúsculo, del que casualmente descubro su existencia en vir-

tud de su aparición en la pantalla de mi ordenador.

Me llama la atención la portada del libro y compruebo que se halla catalogado den-tro de la bibliografía cinegética de Rafael Castellano, Conde de Trastamara con el ordinal de referencia 854, conociendo entonces que se trata de un opúsculo.

Me sorprende la puja que en una subasta ha alcanzado un ejemplar del mismo.

Su título es “Del Marruecos de otros días… El Chej Er – Remá”. A dicho título figura a continuación el siguiente subtítu-lo: “Costumbres viejas, de intenso sabor marroquí, en trance de desaparecer.- El adiestramiento del tiro al blanco y la montería”.

El opúsculo en cuestión se edita en Tán-ger el día XX de enero del año 1941, impreso por los Talleres Artes Gráficas Boscá de Larache, y “lo presenta el Insti-tuto General Franco para la investigación hispano – árabe”.

Consta de 21 páginas y 5 hojas. En la

portada hay un dibujo de M. Bertuchi que representa a “El chej Er-Remá” y en el texto otro dibujo del propio artista. Fuera texto hay cuatro fotografías y la justifica-ción de la impresión.

Debajo de cada fotografía existe la expli-cación de la misma.

El Chej Er-Remá cuyo nombre era El Hassain Ben Momamed Ben Asían, vivía en su kabila de Beni Arós y falleció al pu-blicarse este opúsculo que comentamos contando más de setenta años de edad.

Quienes lo conocieron explican que era hombre fuerte, de agradable aspecto y carácter jovial, que había tomado parte en distintas acciones de guerra, tanto en las antiguas luchas intestinas del país como durante la acción militar al implantarse el protectorado español, demostrando un alto valor personal que le inspiraba sin duda la seguridad de su buena puntería.

Tenía una escuela de tiro, con el fin de adiestrar en el uso de la espingarda a sus convecinos ya que el hecho de ser hábil en el tiro era cuestión muy nece-saria en aquellos tiempos, tanto para la caza como para otros menesteres fáciles de imaginar.

El opúsculo se compone de dos capítu-los, el I dedicado al “Tiro” y el II a la “Mon-tería”; se inician con letras capitulares y finalizan con un cul-de-lampe.

En el capítulo destinado a “El Tiro” se expone lo necesario que era hasta prin-cipios del siglo XX conocer el manejo de la espingarda y acertar en su uso, pues representaba un seguro de vida.

A raíz de ello surgieron las escuelas de tiro entre las que había la de El Hassain Ben Mohamed Ben Hasain que era un “Chej er-Remá”, es decir, un experto que difundía su arte por las tribus y en su pro-pia escuela.

Al principio solo existía la espingarda, apareciendo después al fusil de cinco tiros.

Los alumnos podía ser internos que ha-cían el curso viviendo en la propia escue-la, o bien externos que iban a la escuela a tomar determinadas lecciones.

El Chej er-Remá acostumbraba, en unión de sus discípulos, a recorrer las kabi-las con el fin de hacer ejercicios de tiro

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Hurgando en la biblioteca

El Chej Er-Remá

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con la doble finalidad de, por un lado, ofrecer un espectáculo y efectuar colectas tanto en efectivo como en especie, y por otro, como propaganda para captar alumnos a los que adiestrar en el arte del tiro.

En el capítulo destinado a “La Montería”, relata las cacerías que se celebraban en Marruecos, en dos épocas diferenciadas del año, diciembre y enero, y junio y julio.

La organización de las monterías corrían a cargo del Chej que se ocupaba de colocar los puestos para la caza de jabalíes y chacales, para después hacer un ojeo a los conejos, patos y perdices.

Generalmente la montería duraba dos días como mínimo.

La primera vez que un cazador daba muerte a un jabalí o a un chacal, se cortaban las orejas del animal y se las ponían al afortunado cazador de forma bien vivible entre los pliegues de su turbante.

Al llegar al campamento el novio invitaba a los demás cazado-res sacrificando un chivo o un carnero.

Se explica en el opúsculo que todo ello fue despareciendo con motivo de la intervención extranjera en el país que prohibió las

armas de fuego en poder de particulares, motivo por el cual en 1941, al escribirse esta obra, prácticamente ya no se celebra-ban cacerías al haber desaparecido la “afición”.

Quien escribe todo esto, es el Teniente Coronel Gonzalo Gre-gori Peyro que según cuenta, tuvo ocasión de conocer perso-nalmente al protagonista y de ahí este relato.

Pues bien, volviendo al principio de este artículo, resulta que el opúsculo en cuestión se presentó a subasta y se tasó con un precio de salida de 28 euros, rematándose en 100 euros, lo que no dice internet es cuantas personas pujaron para intentar hacerse con el mismo, pero sin duda su cazador debió ser un coleccionista de libros de caza o bien de libros sobre África o bien sobre el protectorado español; no lo sé, pero lo cierto es que ello me ha permitido conocer la existencia del mismo , que por creer es obra poco conocida por los amantes de la literatura cinegética, he tenido a bien comentarla aquí.

Quimet Brocard

Hurgando en la biblioteca

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El presente relato se remonta a mediados del mes de Oc-tubre de 1968, por cuyo motivo pido al lector que en di-cha fecha fuera ya mayor de edad, traslade su mente a la época citada, y aquél que todavía no hubiere nacido,

que utilice su imaginación.

Dicho esto, voy a recuperar las notas que tengo correspondientes a la cacería de mi tercer Isard, cobrado en el Pirineo catalán.

La cacería tuvo lugar en la zona libre del término municipal de Escart ya que, en aquella época, el terreno libre era lo que abun-daba y en donde los cazadores solíamos acudir para poder cazar, ya que de lo contrario, las alternativas eran poseer un acotado, lo cual estaba reservado a escaso número de cazadores, o bien es-perar que la diosa Fortuna te concediera un permiso en el sorteo que ICONA realizaba anualmente.

Eran mis principios como cazador de Isards y por entonces, me enseñaba a cazar Isards, urogallos y jabalíes, una persona a la que tuve la suerte de conocer y conectar con él en Barcelona. Vivía cerca de mi casa, en el barrio de Les Corts, si bien era hijo de Escart (Alt Pallars), en donde había vivido gran parte de su juventud hasta que se fue a vivir a Esterri d’Aneu para residir más tarde en Barcelona por motivos laborales.

Mi citado amigo, por aquel entonces trabajaba durante la semana en un taller y sábados y domingos en un parking, motivo por el cual no disponía prácticamente de tiempo libre.

Como yo había comentado muchas veces con él mis ansias por cazar Isards, y haberme él contado que había cobrado varios y conocía muy bien, como es lógico, las montañas en donde nació, además de gran parte del Norte de España, no paré hasta lograr que me acompañara a cazar, a lo cual no accedió, a pesar de mi insistencia, hasta que le doblé el sueldo que percibía los fines de semana y le hice un contrato por tres años, renovable, con lo cual me permitió cazar todo el año en los periodos autorizados, tanto el Isard como el urogallo, avutardas, corzos, zorros e incluso inten-tamos el lobo, sin éxito.

Pero vamos a lo que nos concierne en este artículo; se trata de recordar la caza de mi tercer Isard.

Como ya he dicho, era a mediados de octubre cuando me tras-ladé con mi amigo un sábado a Escaló y nos quedamos a dormir en casa de un hermano de Pepe Navarri, a quien llamaban “el Roi de Escart” y tanto Pepe como su hermano Jaime, eran grandes cazadores y pescadores de truchas.

Al día siguiente, domingo, al amanecer nos dirigimos a Escart, donde recogimos a un sobrino de Pepe en Casa Cabale, luego empezamos la ascensión hasta alcanzar la Creu de l’Eixol.

Al llegar allí, colocados estratégicamente y en distintos puntos, nos pusimos a gemelear y en vista de que no se veía nada, deci-dimos Pepe y yo adentrarnos hacia el paraje conocido como los “Estanyets de Espot”.

Jaime y su sobrino se fueron por la parte opuesta y quedamos en encontrarnos al mediodía en un paraje conocido de todos, desde donde se dominaban los lagos de la Mainera, en el término de Llessui.

No había transcurrido media hora cuando vimos venir a toda prisa al sobrino de Jaime, quien nos indicó que habían localizado un grupo de once Isards, entre los cuales había un macho precioso.

La notícia me produjo un nerviosismo inusitado ya que, hasta aquella fecha, los dos Isards que yo había cazado no eran nada del otro mundo, por lo cual, la idea de poder tirar a un gran Boc me producía aquella sensación que todo cazador ha tenido cuando sabe que se enfrenta a un gran trofeo.

Jaime se había quedado como observador, con el fin de no perder de vista a los Isards y el plan era regresar todos a donde él esta-ba, con la esperanza de que, con un poco de suerte, pudiéramos cazar al macho avistado.

Así pues, traspusimos nuestros pasos y entrando en la zona de Escart, nos fuimos aproximando donde se encontraba Jaime, a quien desde lejos ya divisamos, inmóvil detrás de una gran peña, lo cual nos dio a entender que los Isards estaban todavía en el mismo sitio.

Cuando llegamos a su altura, nos aconsejó aproximarnos más a

La Creu de l’Eixol, en Escart

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Relatos de caza

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los Isards, pero al contemplar yo entre el rebaño al Boc que destacaba por su envergadura de cuerna, consideré que con la aproximación corríamos el riesgo de ahuyentar al rebaño, pues había al-guna hembra vigilante capaz de poner en riesgo la cacería, al menor fallo por nuestra parte.

Así las cosas, expliqué a Jaime que me veía capaz de disparar desde unas gran-des piedras que se hallaban a unos diez metros delante nuestro, ya que, aunque el tiro era un poco largo, si lograba tran-quilizarme, tenía muchas posibilidades de hacer blanco, por tener gran confian-za en mi rifle, reiteradamente probado en el Tiro Nacional de Barcelona.

Una vez hube recuperado el pulso y mentalizado de la situación, repté cui-dadosamente hasta las grandes piedras a que me he referido, apoyé la mochila entre dos de ellas y deposité cuidadosa-mente el rifle sobre la misma.

Lo que sigue es fácil de imaginar, me re-incorporo justo para colocar mi ojo a con-tinuación del visor y centrado el Isard en la cruz del mismo, presioné lentamente el gatillo hasta oírse el estruendo del dis-paro y ver a través del propio visor, que la bala había impactado en el objetivo.

A continuación y como acto reflejo, la pieza alcanzada corrió ladera abajo has-ta que, a los quince metros, se desplomó rodando hasta el fondo del prado.

Llenos de emoción, Pepe, Jaime y yo, bajamos a grandes zancadas hasta el fondo del prado donde se hallaba el Isard. A continuación, nos abrazamos ante el asombro de Pepe y Jaime por haber abatido aquel Isard a unos 200 metros de distancia, teniendo en cuenta que ellos cazaban con escopeta del 16 por entender que, con dicho calibre, po-dían efectuar disparos más largos que con la escopeta del 12. Hoy, todavía no creo que aquella convicción que tenían mis amigos fuera real.

Después de las correspondientes foto-grafías, lo aviamos y sacamos la piel, bajando hasta Escaló para celebrar nuestra exitosa cacería y mi primer ma-cho importante.

¡Qué tiempos aquéllos en los que cazar un Isard que fuera trofeo era un aconte-cimiento de primer orden!

Salvador Chías

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En busca del Macho Montés en febrero

Nos encontramos en Valderrobles, una localidad de la provincia de Teruel en la comarca de Ma-tarraña. Localidad de cerca de 2300 habitantes y cuyo término comparte lindes con Beceite, bien

conocido por sus excelentes trofeos, y bañada por el rio que da nombre a la comarca.

La orografía del municipio, hace que sea una zona ideal para el hábitat del macho montés. Destacan cuatro elevaciones montañosas, La Picossa, El Tossal, Els tres Reis y la mayor de ellas La Caixa de 1014 m de altitud, denominada así por su similitud con una antigua caja de caudales.

En esta comarca las precipitaciones son escasas, sin embar-go, son muchos los recursos hídricos de los que dispone, el ya mencionado afluente del rio Ebro o el Pantano de Pena. Es por esto que el paraje está dotado de una extensa y varia-da vegetación. Sus bosques están compuestos por Sauces, Álamos, Chopos, Fresnos, y Pinos, especies propias del bos-que mediterráneo.

Estoy aquí gracias a mis dos buenos amigos, Miguel Núñez padre (Miguel) e hijo (Miki), juntos nos disponemos a rece-char un macho selectivo de mas de 6 años. La tarea no será fácil, solo contamos con Sábado y Domingo, y si bien en épo-ca de celo, entre Noviembre y Enero, es tiempo suficiente

Relatos de caza

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para abatir uno de estos íbices, nos en-contramos en época de post celo, los animales se muestran esquivos y pasan la gran parte de tiempo emboscados haciéndose su avistamiento muy com-plicado.

Es curiosa la manera que tienen de agruparse por edades, lo que hace que cuando finalmente descubres un grupo, los integrantes tengan un tamaño de cuerna similar dando un aspecto homo-géneo al rebaño. Este dato lo conocía-mos por Miguel, pero fue interesante comprobarlo in situ.

Por fin ha llegado el sábado por la ma-ñana, comienza a salir el sol, son cerca de las 7 de la mañana, Miguel nos co-menta entre cafés el plan que tenemos, como no puede ser de otra manera nos parece fenomenal.

Nos ponemos a ello y cuando nos di-rigimos al cazadero, nos percatamos de que “los del pueblo” van a batir una zona cercana a nuestro cazadero en busca de cochinos, por lo que cambia-mos de estrategia y ponemos rumbo a la zona de La Picossa.

Esta montaña, así denominada por su forma de pico, se convierte en nuestro cazadero por lo acontecido. Nos dirigi-mos a la parte alta donde divisamos el primer grupo compuesto por machos jó-venes y hembras, parece que nos han visto, pero se alejan tranquilos. Descendemos por La Picossa, hasta una piedra vertical desde la que pode-mos ver un gran valle, muy querencioso para los machos según Miguel. Desde ahí avistamos distintos grupos, uno de machos jóvenes, unas hembras y unos machos que se ajustan a lo que busca-mos. No obstante se encuentran en la parte baja de la montaña a unos 700 m, no hay posibilidad de tiro, menos aún cuando soy yo el que debe abatir el Íbi-ce.

A causa de la gran densidad de anima-les que se encuentra en el valle, entre los machos y nosotros, decidimos que un acercamiento frontal no es la mejor opción ya que es fácil que provoquemos una huida general, causada probable-mente por el silbido de alguna de las cabras. Por ello decidimos rodear todo el valle y entrarles por abajo.

Una hora más tarde conseguimos rodear el valle y aparecer a unos 200 metros de donde los machos yacían y a escasos metros de una posición desde la que poder tirar. Es entonces cuando un sil-bido nos sorprende, es un joven macho que nos ha visto a unos 30 metros y que provoca una estampida general. Esta mañana hemos terminado.

Es hora de comer por lo que nos reti-ramos a coger fuerzas y ánimos. Por la tarde volvemos a la carga, decidimos echar una ojeada por la parte alta de La Picossa pero no hay suerte, Miguel nos comenta que unos meses atrás era prácticamente imposible no avistar nada ahí y menos por la tarde con el sol bajo. Mañana será otro día.

Durante la cena Miguel nos relata histo-rias sobre cacerías en países como Irán, Kazajstán, o Kamchatka, no nos can-samos de escucharle, menudas aven-turas… Miki y yo comentamos, no sin cierta envidia, de cómo cazaba la gene-ración anterior, con sus grandes Safaris y sus cacerías tan salvajes, llegamos a la conclusión de que es una sensación que todas las generaciones tenemos.

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Es Domingo por la mañana y el día se presenta bien distinto al anterior, esta-mos a unos 3 grados, 7 mas que el día anterior a esa misma hora y el tiempo anticiclónico ha dejado paso a una gran borrasca y un fuerte viento.

Insistimos en la parte baja de La Picos-sa donde vimos al grupo de machos lle-gando, después de un rato caminando, al mismo punto donde el joven macho dio al traste con nuestra jornada ante-rior. Esta vez le hemos visto nosotros antes y esperamos hasta que se mar-cha tranquilo.

Avanzamos hasta una piedra desde la que se ve el valle, esta vez la panorámica es desde abajo, sigue siendo espectacu-lar. No lejos de donde ayer descansaban los machos están hoy ramoneando. Apo-yo el rifle en la mochila y los encaro con el visor, hay uno de ellos que se ajusta a lo que buscamos, parece un macho vie-jo con crecimientos no muy largos. Los machos se encuentran tranquilos por lo que intento relajarme en la medida de lo posible y disfrutar del momento. Doy un vistazo a mi alrededor, espectacular estampa, unos 50 buitres sobrevuelan en circulo nuestras cabezas que presagian un buen final, pienso yo.

Me pongo en posición de tiro, el animal se encuentra a unos 200 metros, pongo 9 aumentos y espero que me ofrezca el lomo. Cuando se cruza apretó el gatillo, el animal corre hacia abajo lo vuelvo a

encarar, por el visor veo que lleva clara-mente un tiro, es un poco trasero, la ha perforado el pulmón, repito el tiro esta vez ha sido más certero y cae redondo.

Me doy un fuerte abrazo con “Los Mi-gueles”, y surge toda la emoción conte-nida, que maravilla!

Después de las felicitaciones vamos a buscarlo, efectivamente un macho se-lectivo de 9 años de edad, que responde a una efectiva caza de gestión ya que los crecimientos del animal nos llevan a afirmar que este animal no hubiese lle-gado nunca a ser un buen trofeo.

No quería terminar este artículo sin an-tes agradecer a Miguel Núñez, que me brindase la oportunidad de abatir tan co-diciado animal. Muchas gracias Miguel por tan inolvidable jornada de caza!!

Quimet Brocard

Relatos de caza

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Visita nuestra webwww.safariclubcat.es

Rogamos a los socios que aún no nos hayan facilitado su dirección de correo

electrónico, nos lo comuniquen a la mayor brevedad, al correo de nuestro Se-

cretario [email protected] con el fin de agilizar la comunicación de aque-

llos actos y eventos que realiza nuestro Capítulo y aquéllos que no dispongan de

e-mail, ruego faciliten un número de fax. La redacción

Recuerda que lucir o regalar una corbata de seda natural con el anagrama SCI

que es la primera asociación del mundo en caza y conservación siempre es un

distintivo de cultura y buen gusto. Para pedidos dirigirse a: [email protected]

El precio de la corbata es de 30 euros con cuyo importe contribuyes a la conservación

del medio ambiente y a la defensa de la caza.

A partir de ahora, tenéis también

a vuestra disposición el Capítulo

de Catalunya del Safari Club Inter-

national en Facebook que, gracias a

nuestros socios jóvenes, os podemos

ofrecer un servicio más, siendo su

responsable Pablo Carol. Los inte-

rresados en enviarnos fotos póngan-

se en contacto con el responsable

en la siguiente dirección de e-mail:

[email protected]

Aviso a nuestros socios

Corbatas del SCI

Aviso a socios, amigos y simpatizantes

CA

TA

LUNYA CHAPTE

R

SAFA

RI CLUB INTERNATIO

NAL

El Noticiero del Chapter

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Un año más acudimos a la cita obligada.

La temporada de la caza de la becada ha concluído y tal como se merece un ave tan singular, nos hemos dirigido en peregrinación hasta Olost de Lluçanés, Restaurante Can Sala, para que su Chef y propietario la prepare, como cada año, convirtiéndola en un sublime yantar.

De camino a Olost nos vienen a la me-moria, como flashes, algunos de los diferentes lances que a lo largo de la temporada se han producido tras la scolopa rusticola; aquella parada del “pregunta-li” a la que, de inmediato se unió el “ per què” y el patrón que hizo desde lejos, “xut”.

Los tres canes permanecían en tensión con el temblor a flor de piel y radiados por la emoción de haber olfateado a la ansiada becada.

Todavía, como quien dice, no habíamos tenido tiempo de cargar las escopetas, que ya se había consumado la aparición de la primera emoción del día.

Lo que sucedió a continuación es lo que debía suceder para que se consumara la caza; el aleteo del ave apareciendo por entre el bojedal para después remontar hacia la cúpula de los pinos, el sonido del disparo y su caída hasta el suelo de musgo y hoja seca que la acoge.

De los tres canes, el más avispado es quien primero la encuentra, la trae al cazador que agachándose y acarician-do al perro la recibe de su boca para después de reponerle las plumas en su primitivo estado. Acto seguido, ex-trae la pluma del pintor que posee en el borde de cada ala y las guarda cui-dadosamente dentro de la cartera de la documentación para después, en su domicilio, depositar el trofeo de la beca-da en el frasco de cristal donde desde hace ya varias temporadas conserva estos recuerdos.

Hemos alcanzado el cruce que, situado en el Eix Transversal, va a Olost atrave-sando la finca de Perariera.

Jornadas Gastronómicas

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Jornada gastronómica dedicada a la becada

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Dentro de 10 o 12 minutos estaremos en Can Sala y como son ya casi las 2h. de la tarde, qué mejor que aprovechar la oportunidad para quedarse a comer.

En esta ocasión descansaremos de caza y lo escogido será un tartare de buey con ralladura de trufa negra, que ahora es el tiempo.

Ya hemos hecho la entrega y sólo queda esperar y la espera termina el día 23 de febrero de 2012, en que nos reunimos los socios y amigos del Capítulo para

que, una vez más, en buena compañía, disfrutemos degustando el manjar de los manjares en que se convierte un ave de pluma que, por más señas, la llaman “La dama del bosque” y que para noso-tros lo es también de nuestro corazón.

Por cierto, llegado el día de la comi-da, fue un éxito en todos los sentidos y después, aquéllos que quisieron, acu-dieron a la Masía de Perariera, donde su propietario, nuestro socio Josep Mª Onyós de Plandolit, Baró de Gramanet i Senaller, les obsequió con la ratafia que artesanal y personalmente elabora cada año.

Hasta el año que viene!!SCI Catalunya

Jornadas Gastronómicas

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¡Se acerca un acontecimiento importante!XVI Convención de nuestro capítulo

El Noticiero del Chapter

El próximo día 17 de mayo 2012, tendrá lugar la ce-

lebración de nuestra XVI Convención en el “Círculo

Ecuestre”, calle Balmes nº 169, de Barcelona.

Como cada año, se celebrará la tradicional subasta, que

sirve para poder atender los objetivos sociales de protec-

ción de la Naturaleza y defensa de la caza.

Al mismo tiempo, celebraremos la Asamblea General Ordi-

naria para la aprobación de las cuentas del pasado año.

Antes de la subasta, se servirá un aperitivo, seguido de

la tradicional cena.

Os recordamos que nuestra Convención es la posibilidad

anual para adjudicaros cacerías y artículos relativos a la

caza a unos precios insuperables.

Se ruega hacer la pertinente reserva con la máxima ante-

lación, a los efectos de conseguir una mejor organización

del acto.

¡No faltéis! Y si es posible, invitad a un amigo para que

conozca nuestro Club y actividades!

¡Os esperamos a todos!

APERITIVOMini Chapatas con Jamón Ibérico

Mini PizzetasMini Croquetas de Ave

Cava Anna de Codorniu Brut NatureRefrescos

MENUEnsalada de Judías Verdes con Virutas de Foie

* * *Suprema de Merluza con Alcachofas y Aceite de Jamón

* * *Crema de Yogur con Frutos rojos y Bizcocho de Violeta

* * *“Camino La Fara” (D.O. Rueda)

Castillo de Perelada 5 Fincas (D.O. Empordà)Aguas y Cafés

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Mosaico gráfico

Cazador: Hannes ReiLugar: Sud ÁfricaEspecie: Leopardo

Cazador: Juan Manuel OlabarríaLugar: CamerúnEspecie: Bongo

Cazador: Pablo CarolLugar: PrioratEspecie: Venado con arco

Cazador: Miguel NúñezLugar: VallderouresEspecie: Macho Montés

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Mosaico gráfico

Cazador: Jordi MuntanyolaLugar: CatalunyaEspecie: Jabalí

Cazador: John Rybinski (SCI NY)Lugar: México

Especie: Venado Bura con S. Chías y Coues Hunts.

Cazador: Sebastián PauLugar: Sud ÁfricaEspecie: Caracal

Cazador: Luis UtsetLugar: Ciudad RealEspecie: Venado