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SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD UPN 095, CDMX, AZCAPOTZALCO
LA SUPERVISIÓN DE JORNADA AMPLIADA Y DE TIEMPO
COMPLETO DE ESCUELAS PRIMARIAS EN LA CIUDAD DE
MÉXICO
ENSAYO QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN EDUCACIÓN PRIMARIA
PRESENTA:
ARMIDA ELIZABETH CORONA RUGERIO
ASESORA: DRA. CLAUDIA MADRID SERRANO
CIUDAD DE MÉXICO, ABRIL 2018
1
SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD UPN 095, CDMX, AZCAPOTZALCO
LA SUPERVISIÓN DE JORNADA AMPLIADA Y DE TIEMPO COMPLETO DE ESCUELAS PRIMARIAS EN LA CIUDAD DE
MÉXICO
ARMIDA ELIZABETH CORONA RUGERIO
CIUDAD DE MÉXICO, ABRIL 2018
2
3
AGRADECIMIENTOS
A mis queridos hijos: Gerardo y Daniel; que siendo niños me acompañaron
durante este trayecto personal y profesional. Con todo mi cariño para ustedes.
A todos los profesores que contribuyeron en mi formación docente en especial a
mi asesora de tesina Dra. Claudia Madrid Serrano por su paciencia y asesoría.
A todas las generaciones de niños, adolescentes y adultos que me han permitido
trabajar con ellos y para ellos.
A la memoria de mi madre.
Armida Elizabeth
4
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN 6
CAPÍTULO 1. Origen y permanencia de la Supervisión Escolar en la
Educación Pública. 12
1.1. Necesidad de la figura de la Supervisión 12
1.2. Antecedentes 19
1.3. Marco normativo 27
CAPÍTULO 2. Historia de vida profesional 35
2.1. Recuperación y Memoria 35
2.1.1 Función Docente frente a grupo 35
2.1.2 Función Directiva de escuela primaria 37
2.1.3. Función Supervisora de zona 40
2.2. Problemas de la Supervisión 52
CAPÍTULO 3. El discurso Vs. la práctica y la norma 56
3.1. Lo institucional y lo real. 56
3.2. Lo institucional y lo necesario 60
3.3. Lo institucional y lo posible: Asesoramiento 63
CONCLUSIONES 66
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 74
BIBLIOGRAFÍA 76
5
INTRODUCCIÓN
Hablar de la supervisión escolar de las escuelas primarias en la Ciudad de México
en el siglo XXI es hablar de antes y después del 2007, en la que esta función
tiene cambios importantes y escenarios diferentes; nacen por primera vez la
modalidad de escuelas primarias de Jornada Ampliada cuyo horario comprende de
las 8:00 a las 14:30 hrs y el nacimiento de una Supervisión de Jornada Ampliada y
Tiempo Completo1 (enero 2011), sólo referida en la Ciudad de México, lo que
constituye un parteaguas debido a que en la nueva propuesta de supervisión, se
enfoca especialmente al trabajo técnico-pedagógico, encaminada a la mejora de
los aprendizajes del alumnado y al asesoramiento, acompañamiento y
seguimiento a los docentes como tarea fundamental. (SEP, 2011).
Por lo tanto, la Supervisión Escolar cobra gran relevancia para el logro y la
consecución del perfil de egreso de las próximas generaciones, y una herramienta
fundamental para la supervisión es precisamente la asesoría y el acompañamiento
a los docentes, tarea que si bien ha estado enmarcada en diferentes documentos
normativos, ha quedado sometida a la gran demanda administrativa, que
agobiante pero necesaria para el funcionamiento de la estructura.
1 Modelo educativo de Jornada Ampliada para el D.F: Se inicia en el 2007, con escuelas Primarias de turno matutino y maestros de una sola plaza. El horario se prolongó hasta las 14:30 hrs y se incluye en la curricula el inglés, aunque esta aún no forma parte de la evaluación en el Sistema Educativo Nacional.
6
Hasta hace aún siete años, en el 2010, la función supervisora había dedicado
gran tiempo a lo administrativo y al control del personal, y parecía estar olvidada
de la función técnica-pedagógica, debido a las diversas tareas que iban desde lo
social, lo político y lo sindical; por costumbre, la imagen del supervisor era etérea:
sabíamos que existían pero no hacían presencia en las escuelas, a menos de que
hubiera un problema; era entonces cuando el supervisor se hacía presente y la
mayor de las veces era para sancionar, castigar, llamar la atención o bien cuando
se llevaban a cabo las juntas sindicales; actualmente la función supervisora ha ido
desprendiéndose en gran medida de lo administrativo para dedicar mayor tiempo a
las visitas técnico-pedagógicas y estar en constante cercanía con los docentes.
Hoy en día la función supervisora no ha quedado al margen de los cambios
históricos, políticos, económicos y sociales que están transformando las formas de
vida en México y todo el mundo, por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio, el
ingreso de México a la OCD, por mencionar algunos.
En los últimos siete años, el Sistema Educativo Nacional (SEN) ha estado
enfrentando nuevos retos, entre los cuales el más importante (Artículo 3°
Constitucional) se refiere a la mejora de la calidad de la educación como derecho
fundamental de todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes; este
postulado conlleva volver la mirada a todos los actores educativos: docentes,
directores, supervisores, quienes son los responsables de cumplir y hacer cumplir
la impartición de una educación de calidad y para la vida. Quienes en el marco de
la Ley del Servicio Profesional Docente (DOF 11/09/2013) señala que el
7
Supervisor es la autoridad que, en el ámbito de las escuelas bajo su
responsabilidad, vigila el cumplimiento de las disposiciones normativas y técnicas
aplicables; apoya y asesora a las escuelas para facilitar y promover la calidad de
la educación; Personal con Funciones de Dirección es aquél que realiza la
planeación, programación, coordinación, ejecución y evaluación de las tareas para
el funcionamiento de la escuela a su cargo, de conformidad con el marco jurídico y
administrativo aplicable, y tiene la responsabilidad de generar un ambiente escolar
conducente al aprendizaje; organizar, apoyar y motivar a los docentes; realizar las
actividades administrativas de manera efectiva; dirigir los procesos de mejora
continua del plantel; propiciar la comunicación fluida de la Escuela con los padres
de familia, tutores u otros agentes de participación comunitaria y desarrollar las
demás tareas que sean necesarias para que se logren los aprendizajes
esperados; define al Personal Docente como el profesional en Educación Básica y
Media Superior que asume ante el Estado y la sociedad la responsabilidad del
aprendizaje de los alumnos en la Escuela y, en consecuencia, es responsable del
proceso de enseñanza aprendizaje.
Por esta razón, una estrategia del SEN para el cumplimiento de la mejora
educativa y de calidad es volver la vista a los supervisores escolares por ser
quienes están más cerca de los procesos educativos, sin dejar de lado las tareas
administrativas o jurídicas.
8
2007 es el año de los cambios vertiginosos en educación: reforma al plan y
programa de estudios del nivel primaria; articulación de los niveles de preescolar,
primaria y secundaria; cambio de libros de texto en primaria; énfasis en el
desarrollo de las competencias para la vida y la mejora de los resultados en
Enlace 2 ; actualización a Supervisores, Directores y Docentes en la reforma
educativa, mediante diplomados; el nacimiento de las Supervisiones de Jornada
Ampliada y Tiempo Completo, y con ello la transformación del papel del
Supervisor por una supervisión centrada en los procesos de aprendizaje y las
formas de enseñanza retomando la tarea técnico-pedagógica y su principal
herramienta: la asesoría y el acompañamiento, lo que viene a ser un parteaguas
en la historia de la escuela pública.
Sin embargo, las zonas de jornada ampliada y tiempo completo no están ajenas a
la parte administrativa y jurídica; esto nos lleva a reflexionar: ¿hasta dónde es
posible dar cumplimiento a lo que dicta la parte institucional, si consideramos la
realidad cotidiana, lo que es necesario hacer y lo que es posible llevar a cabo en la
función supervisora en las escuelas públicas?
Planteo este ensayo con la intención de dar respuesta a esta interrogante y para
ello me centro en el análisis de la función de asesoramiento y acompañamiento
que tiene un supervisor, haciendo énfasis en el asesoramiento. Parto de las
siguientes preguntas que orientarán la discusión en este ensayo:
2 Enlace, por sus siglas significa Evaluación Nacional del logro académico en Centros Educativos es una prueba del SEN que se aplica a escuelas oficiales y particulares del país, en función de planes y programas de estudios oficiales.
9
1. ¿Cómo se plantea la función de asesoramiento por la supervisión dentro del
marco de la propuesta educativa actual?
2. ¿Qué condiciones posibilita el marco institucional para la asesoría, como
tarea fundamental de la supervisión?
En consecuencia, el objetivo de mi trabajo es:
Identificar si el planteamiento contenido en la reforma educativa respecto de la
figura de la supervisión posibilita la función de asesoramiento y acompañamiento,
a través del análisis del marco normativo y su contrastación con lo que desarrollo
en mi función de supervisora de escuelas primarias en la Ciudad de México.
Este ensayo consta de tres capítulos, un apartado de conclusiones y la
bibliografía. El primer capítulo inicia haciendo un planteamiento de la necesidad de
la figura del Supervisor en el sistema educativo, los antecedentes de esta función
y el marco normativo en el que se sustenta y desenvuelve.
En el segundo capítulo se aborda la recuperación y contrastación de la función
supervisora en los últimos 35 años (1980-2015); la forma en que la supervisión se
ha ido transformando paulatinamente conforme a la política educativa actual; la
coincidencia del parámetro establecido con la forma en que he vivido la tarea de
supervisión escolar, a partir de mi ingreso en el servicio y las vivencias de cómo la
presencié en los cargos de maestra de grupo, directora y supervisora de zona en
10
escuelas primarias de la Ciudad de México, y por último cómo he sido testigo y
protagonista en el nacimiento y la construcción de zonas de jornada ampliada y
tiempo completo, iniciados en el 2010.
Finalmente, en el tercer capítulo confrontaremos hasta dónde la política educativa
permite cumplir lo establecido en la normatividad permitiendo ser real,
identificando que es lo necesario y concluyendo lo que es posible.
11
CAPITULO 1. ORIGEN Y PERMANENCIA DE LA SUPERVISIÓN EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA
1.1. Necesidad de la figura de la supervisión
Para dar inicio a la presentación de este ensayo considero necesario el
planteamiento de las siguientes preguntas:
¿Es necesaria la figura del supervisor escolar para la organización y
funcionamiento de las escuelas primarias dentro del sistema educativo nacional?
¿Cuál es el papel que ha desempeñado desde su origen hasta el momento?
¿Cuáles han sido sus tareas fundamentales en el transcurrir de la historia?
Para dar respuestas a estas interrogantes enunciaré de manera breve algunas de
las funciones y tareas delegadas al supervisor de zona que realiza en la
actualidad y haré un breve recorrido por la historia de la supervisión escolar en
México identificando las tareas encomendadas a esta función en el devenir
histórico, que a más de cien años del nacimiento de esta figura ha habido
modificaciones en la función y en sus tareas principales; así de ser un Inspector
pasa a ser un Supervisor y sus tareas se modifican o transforman de acuerdo con
las necesidades de la política educativa y del momento histórico social en que se
desarrolla y el marco normativo que lo sustenta.
12
Actualmente podemos referir que la supervisión escolar es la instancia oficial con
jerarquía de autoridad, en la que a través de los supervisores escolares recae la
responsabilidad del Sistema Educativo Nacional para que se cumplan las políticas
educativas.
Las tareas de la supervisión podrían agruparse en tres ámbitos: técnico-
pedagógico, administrativo y jurídico. Para involucrarnos en el trabajo de un
supervisor, abordaremos inicialmente el aspecto técnico-pedagógico.
A través del ámbito técnico-pedagógico, el supervisor escolar hace llegar las
políticas educativas, los cambios de los planes y programas de estudio, los
diferentes programas nacionales y proyectos que favorecen la mejora de la calidad
educativa. Asimismo, el supervisor escolar visita las aulas y observa las formas de
enseñanza que utiliza el docente, su grado de dominio de los diferentes enfoques
y metodología de las asignaturas, mediante el método de observación Stalling´s,
(CSEP 2011) cuyo propósito es observar el tiempo empleado en actividades de
enseñanza, el uso de materiales didácticos y la participación del alumno y
docente; al final de la visita, el supervisor hace sugerencias a los docentes acerca
de la mejora educativa; señala diversas formas de atención para los niños que se
encuentran con rezago educativo, en riesgo de reprobación o con alguna
discapacidad. Este último caso, el de alumnos con discapacidad, también está en
el ámbito de su competencia, aunque si bien no es experto o profesional en la
materia, la experiencia, la lectura de textos especializados y su formación continua
le dan elementos que le permiten hacer sugerencias y tomar decisiones.
13
Asimismo, el supervisor durante los Consejos Técnicos de Zona y Escuela, lleva a
su colectivo el resultado de las diferentes pruebas estandarizadas y las analiza
para identificar las acciones exitosas y los factores que impidieron el logro de los
aprendizajes; está presente en los Consejos Técnicos; asesora a su colectivo
docente; gestiona asesorías; propicia el uso de los materiales didácticos;
construye la Ruta de Mejora3 de la zona escolar y da seguimiento a ésta y a la
Ruta de Mejora de las escuelas; promueve el trabajo colaborativo y entre pares;
genera cambios al estimular entre el personal directivo y docente el uso efectivo
del tiempo en actividades de enseñanza; promueve que durante las juntas de
consejo técnico escolar, se presenten los recursos materiales con los que cuentan
las escuelas; la realización de actividades extra clase, visitas a museos, parques
ecológicos, bibliotecas, zoológicos; verifica el uso de los libros de texto, revisa las
planificaciones docentes, etc., lo anterior sin perder de vista avanzar hacia la
mejora de los aprendizajes de los alumnos y los resultados educativos, el logro del
perfil de egreso y en consecuencia elevar la eficiencia terminal.
Administrativamente es necesaria la figura del supervisor porque es el enlace
entre las autoridades y la comunidad escolar; a este ámbito corresponde recibir las
indicaciones y los requerimientos administrativos para el buen funcionamiento de
las escuelas. Asimismo, parte de las actividades del supervisor son las siguientes:
manejar las estadísticas inicial, intermedia y final de alumnos por escuela; recibir y
repartir libros de texto gratuito para alumnos y docentes; solicitar la documentación
3 La Ruta de mejora escolar es un planteamiento dinámico que hace patente la autonomía de gestión de las escuelas, es el sistema de gestión que permite a la escuela ordenar y sistematizar sus procesos de mejora.
14
necesaria de cada alumno de 5° grado para recibir la tableta (ciclo escolar 2015-
2016), informar a los docentes de 5° y 6° grados de los cursos de actualización
para el uso y manejo de la tableta; recibir, avisar y vigilar (Ley del Servicio
Profesional Docente) que los directores tengan toda la información administrativa
para su cumplimiento en tiempo y forma; recibir los distintos materiales para los
docentes como títulos de libros y hacerlos llegar oportunamente; vigilar que se
cumplan los ocho Rasgos de la Normalidad Mínima y la prestación regular del
servicio educativo en las escuelas a cargo de los directivos; recibir y mandar
información de las actividades de las asociaciones de padres de familia, Consejos
Escolares de Participación, becas, cooperativas escolares, desayunos escolares
contenidas en la Carpeta Única de Información; solicitar a los directivos la carta
compromiso para la reincorporación al Programa Escuelas de Tiempo Completo,
Inventarios de bienes muebles y remitir a las autoridades la documentación oficial
de cada uno de ellos; autorizar los libros de firmas de entrada y salida del
personal; recibir documentación relacionada con los asistentes al plantel; Inscribir
y distribuir a los alumnos de nuevo ingreso de segundo a sexto grados; hacer la
captura en el programa oficial –SIIE WEB (Sistema Integral de Información
Escolar)- ; recibir los materiales de las pruebas estandarizadas, vigilar el desarrollo
de su aplicación y realizar el informe correspondiente; informar a los docentes
interinos de su renovación de contrato; gestionar o dar seguimiento a las
solicitudes de faltante de personal docente; evaluar al personal directivo dentro del
marco del Servicio Profesional Docente; hacer visitas a escuelas particulares de
conformidad al Acuerdo 254 por el que se establecen los trámites y
procedimientos relacionados con la autorización para impartir educación primaria;
15
atender las indicaciones recibidas para el cumplimiento de la Ley del Servicio
Profesional Docente; inscribir a docentes tutores, evaluar a directivos y dar
seguimiento a la evaluación de los docentes; controlar y vigilar las actividades de
colectas como el programa de “Ver bien para aprender mejor”, la colecta anual
para la Cruz Roja; hacer el papel de director en ausencia temporal o permanente
del mismo en las diferentes escuelas; gestionar los recursos faltantes, mantener
actualizadas las plantillas de personal de zona, y en general verificar que las
escuelas a su cargo operen de manera regular en apego a la Normalidad Mínima
Escolar. Estas son algunas de las actividades relacionadas con el aspecto
administrativo (Del Castillo Gloria y Alicia Ozuma 2011), que tiene a su cargo la
supervisión, ámbito en los que se invierte gran parte del tiempo.
En el ámbito jurídico, el supervisor de zona tiene entre sus funciones la de cumplir
y hacer cumplir la normatividad en vigor; vigilar el buen funcionamiento de las
escuelas y el uso correcto de los recursos financieros recibidos de los diferentes
programas nacionales; verificar durante las visitas escolares o mediante la revisión
del libro de firmas de la escuela la puntualidad y asistencia de los directivos,
docentes y asistentes del plantel; en caso contrario, llevar seguimiento de los
reportes correspondientes; asesorar al personal directivo en la instrumentación de
actas administrativas, es decir, aplicarlas si son necesarias; instrumentar medidas
disciplinarias a directivos o docentes que incurran en faltas a la normatividad; dar
lectura a la Guía Operativa para la observancia y cumplimiento de todos los
actores educativos de las escuelas oficiales y particulares; vigilar que los alumnos
convivan armónica y sanamente en sus escuelas; detectar casos de acoso o de
16
abuso sexual, maltrato o abuso escolar, discriminación o exclusión en las
escuelas; identificar alumnos maltratados en sus hogares y llevar a cabo los
informes necesarios; atender en tiempo y forma los requerimientos de
investigación solicitados por las diferentes instancias jurídicas (Procuraduría
General de la República y Ministerio Público); asesorar a los Directores en esta
área. En general, en esta parte salvaguardar la integridad física y psicológica de
todos y cada uno de los alumnos; atender a la parte oficial: Administración Federal
de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF), Dirección General de
Operación y Servicios Educativos (DGOSE), Coordinación Sectorial de Educación
Primaria, Dirección de Educación Primaria, Unidad de Atención al Maltrato y
Abuso Sexual Infantil (UAMASI); en casos extremos llegar a abrir escuelas cuando
éstas han sido tomadas por padres de familia o maestros, previo a un diálogo de
negociación entre las partes en conflicto; realizar los informativos
correspondientes con evidencias en tiempo y forma; atender todas y cada una de
las quejas de los padres de familia para la pronta solución. Cabe mencionar que
esto último requiere de muchas horas, días, semanas, hasta meses de estar
dando información y respuesta a los quejosos e instancias oficiales, por lo que es
muy demandante esta actuación y constituye otra de las obligaciones del
supervisor en las que se invierte más tiempo.
Después de esta breve descripción de las tareas de la supervisión podemos
observar que la parte administrativa es a la que más tiempo se le dedica porque la
misma institución, llamase SEP, AFSEDF, Coordinación Sectorial, Dirección
Operativa, la favorece y exige; en esta parte es importante mencionar que no hay
17
una planeación de actividades por parte de las autoridades administrativas y que
sin mayor respeto a las actividades de las escuelas y zonas escolares pueden
implementar actividades en cualquier momento y que el Supervisor está obligado
a cumplir y hacer cumplir; al igual que el ámbito jurídico ya que en la escala de
autoridad de las escuelas el supervisor es el primero en recibir y atender las
inconformidades. De ahí que cualquier queja que reciben las autoridades
administrativas, ya sea por escrito o verbal, las derivan inmediatamente al
Supervisor para su pronta solución.
Por lo tanto la importancia y necesidad de esta figura en el Sistema Educativo
Nacional radica no solamente en privilegiar que en las escuelas a su cargo se
brinde un servicio educativo de calidad, sino que cumple con una serie de tareas
que hacen que las escuelas funcionen correctamente y porque sin lugar a duda es
una figura de control al vigilar el correcto funcionamiento de las escuelas cuya
finalidad es el logro de los aprendizajes, y porque en su rango de autoridad le
corresponde atender inmediatamente hasta el más mínimo problema, a fin de que
no trascienda en otras instancias; en otras palabras, es la barrera de contención
para las demás autoridades.
¿Pero cuáles han sido las tareas de las generaciones anteriores de supervisores,
antes inspectores de escuela primaria?, ¿será que en la actualidad nos hemos
complicado la vida profesional?
18
A partir de lo anteriormente expuesto y determinada la necesidad de la existencia,
participación y colaboración de la figura del supervisor escolar, haré una breve
narrativa del origen de la Supervisión Escolar.
1.2 Antecedentes
Históricamente en México la función supervisora es uno de los cargos en
educación más antiguos que nace junto con la del profesor a finales del siglo XIX y
que una vez terminada la Revolución Mexicana cobra gran importancia la figura
del supervisor para la reconstrucción de un país, en su mayoría analfabeto.
De acuerdo con Arnaut, (Arnaut, 2011), la primera administración educativa que
surgió en México fue la de inspección escolar, cuya función en ese entonces era
política, administrativa y penal, creada en un México en reconstrucción donde la
educación primaria elemental se había declarado obligatoria, por lo que se le
encomienda al inspector la tarea de garantizar se cumpliera el mandato federal “de
que todos los padres llevaran a sus hijos a la escuela”, centrando su actividad en
vigilar el cumplimiento de la política educativa que consistía en alfabetizar a una
gran mayoría del pueblo que no sabía leer y escribir, cumplir y hacer cumplir que
los padres de familia enviaran a sus hijos a las escuelas públicas, especialmente a
aquellos para quien se dirigió la educación pública que eran los grupos
marginados y cuyo castigo era ser encarcelados o pagar multas por no cumplir
19
con el mandato constitucional, con lo que el cargo adopta por primera vez un
ejercicio de autoridad, vigilancia, control y sanción en el cumplimiento exacto de
los reglamentos y las leyes. Por otra parte, tenía la encomienda de dar
cumplimiento a todas las instrucciones emanadas del gobierno federal: vigilar y
controlar todo lo relativo al personal docente; vigilar la aplicación del programa,
formas y métodos pedagógicos oficiales; realizar informe del estado que guardaba
la enseñanza primaria y las orientaciones pedagógicas a los docentes y directores
para la mejora de su desempeño, constituyéndose por vez primera la tarea
pedagógica a desempeñar por el inspector escolar. (SEP, 2008).
Definidas estas primeras tareas en 1920, la situación histórica y laboral
desempeñada por la inspección escolar privilegiaba las tareas de vigilancia,
administrativas y de control.
En 1921 se crea la Secretaría de Educación Pública (SEP) y con ella las bases
jurídicas, administrativas y políticas; su principal objetivo era centralizar la
educación primaria a través de la federación con un solo plan de estudios. José
Vasconcelos, al frente de la SEP, en colaboración con el Mtro. Rafael Ramírez, se
encargan de precisar las tareas y funciones de los Inspectores escolares: planear,
capacitar, gestionar, estimular, nombrar, motivar, controlar, vigilar y coordinar; y
1930 es una fecha importante porque es cuando comienza a establecerse un solo
sistema de inspección escolar (Solana, F., et al, 2005).
20
Sin embargo, apenas transcurridos poco más de 30 años del inicio de la
educación pública en México, el maestro Rafael Ramírez ya expresaba otra visión
diferente de la Inspección.
En el periodo de 1934-1940, durante el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas,
la tarea del inspector era cuidar que la educación fuera laica, que conservara los
ideales socialistas y garantizara el control de las escuelas en este sexenio. En
1938 el maestro Rafael Ramírez dicta una conferencia en la Universidad
Veracruzana a los entonces Inspectores de educación haciendo un llamado a la
transformación de la función con las siguientes palabras:
…“Recuérdese que hablamos de supervisión y no de inspección. Inspeccionar es
cuidar y velar no ya porque avance, sino porque conserve la eficiencia actual,…
supervisarlo es no sólo cuidar de que conserve su eficiencia, sino además,
trabajar por aumentarla, mejorando y perfeccionando constantemente las
normas… Inspeccionar es ejercer un papel fiscalizador estático y pasivo, en tanto
que supervisar es ejercer un papel dinámico y constructor.” (Memorias Universidad
Veracruzana. Zorrilla m. 2002. “Perspectivas de la supervisión escolar como
ámbito de mejoramiento de la calidad y la educación básica”: en Visión Educativa.
Revista Sonorense de Educación. Año 1 N° 2. México pp 3-8 (SEP. Diplomado
Supervisión efectiva para la mejora de los aprendizajes de nuestros alumnos
2013-2014. pp 85-86)
Algo muy importante del contenido de esta conferencia es la clara diferencia que
se establece entre el papel del inspector y el de supervisor; el Mtro. Rafael
21
Ramírez visualizaba el papel de la supervisión como una actividad dinámica; esto
es, en movimiento, en una constante transformación y renovación de las prácticas
docentes y de supervisión; de invertir el tiempo en asesorar a los docentes, y de
algo muy importante: elevar la calidad en el trabajo docente y la profesionalización
del mismo en beneficio del bienestar de la comunidad, que era lo que se
necesitaba para el progreso de una sociedad en construcción.
En esa misma conferencia, el maestro Rafael Ramírez hizo hincapié en tres
funciones asignadas al supervisor:
1. Mejorar día tras día las escuelas que tengan a su cuidado elevando la
calidad de su trabajo docente y la labor social que realizan.
2. Mejorar también constantemente la preparación cultural y profesional de
los maestros que prestan sus servicios en las escuelas de su zona.
3. Promover y conducir el bienestar y progreso de todas las comunidades
de la comarca que supervise.
Pero entonces que sucedió en el camino; ¿Por qué esta declaración no encuentra
eco entre las autoridades?
En 1943 y 1946, el Secretario de Educación Jaime Torres Bodet planteó como
objetivo principal de la inspección escolar, vigilar que los docentes y los planteles
cumplieran las disposiciones legales y la supervisión cobró un énfasis mayor en el
control administrativo.
22
Durante los sexenios de Adolfo López Mateos (1958-1964) y Gustavo Díaz Ordaz
(1964-1970) el propósito de las escuelas era que los alumnos concluyeran un año
escolar para que pudieran continuar con el siguiente; por lo que su prioridad era la
permanencia, la aprobación y la eficiencia terminal haciendo en estos sexenios
que los roles y funciones de la Inspección escolar fuera controlar y regular a los
docentes en la obligatoriedad de hacer uso de los programas y el cumplimiento de
acciones dictadas por de la Federación.
Haciendo un alto en esta breve narrativa podemos observar que las prioridades de
cobertura y alfabetización rebasaban las relativas a las técnico-pedagógicas y
desde la propia autoridad educativa se priorizaba la atención a las formas
administrativas. Por otro lado, aún no se transitaba hacia el concepto de
supervisión, visualizándola hacia la calidad y la profesionalización del docente, por
lo que no es coincidencia que la supervisión actual dé preferencia a las
actividades administrativas porque de alguna forma es la herencia recibida de
generaciones anteriores de supervisores, ya que estas características obedecían a
las formas y política educativa del momento: vigilar y controlar.
Es durante la década de 1980, que se sustituye el nombre de inspección escolar
por la de supervisión escolar con un sentido más amplio de funciones, tales como
la planeación, la orientación técnico-pedagógica, el apoyo a la comunidad
educativa, el control escolar, la extensión educativa, la organización de personal,
la administración de recursos y la evaluación. A partir de esta época comienzan
los grandes cambios en la reforma educativa, sin embargo, continúan quedándose
23
en el papel las acciones destinadas a una nueva supervisión, especialmente las
pedagógicas.
Los años noventa están marcados con reformas y legislaciones importantes en
educación –Ley General de Educación 1992, Acuerdo Nacional para la
Modernización Educativa, Programa Nacional de Carrera Magisterial-- y la función
se comienza a complicar con nuevas tareas administrativas, ya que numerosas
dependencias federales y estatales delegan en la supervisión la responsabilidad
de operar las múltiples demandas (programas, proyectos, convocatorias,
concursos, etcétera) y las escuelas se saturan de concursos en los que se obliga
la participación de docentes y alumnos, lo que aumenta las cargas de trabajo
administrativo.
De este modo, “supervisores y directores son agentes de cambio claves para la
transformación escolar […]; pueden ayudar significativamente a corregir los
factores que limitan el desarrollo escolar y reforzar los que lo alientan. Por la
importancia de las funciones directivas y de supervisión, en la formación de
personal de este tipo, se promoverán destrezas y habilidades para que puedan dar
respuesta a la responsabilidad que su trabajo exige”. (PND 1995-2000, pág. 75).
Esta propuesta ya la había manifestado el Maestro Rafael Ramírez en 1930, con
respecto al trabajo de la Supervisión Escolar y haciendo hincapié en las
habilidades y recursos, así como la superación profesional y el trabajo entre
colegas con los supervisores.
24
El año dos mil trae consigo grandes retos en la transformación de la vida de la
sociedad en todos sus ámbitos y México entra en una acelerada carrera por
cumplir con los acuerdos comerciales internacionales TLC con América del Norte,
América del Sur, con la Unión Europea, en lo concerniente a la educación pública
se comienza a marcar desde los programas nacionales y sectoriales de
educación, a la función supervisora, mencionan la importancia y necesidad de la
función y la tarea que de la ella se espera, como lo refiere el Programa Nacional
de Educación 2001-2006 y lo concerniente a la educación pública, y lo
concerniente a la educación pública que puso énfasis en la profesionalización y
transformación de la Supervisión como estructura intermedia fundamental. Para
fortalecer la función se impartieron diplomados y se trabajó mucho lo relativo a
gestión escolar como forma de mejorar las escuelas.
En el año 2005, a través de la Dirección General de Desarrollo de la Gestión e
Innovación Educativa (DGDGIE), perteneciente a la Secretaría de Educación
Pública, se emitió un documento en el cual se establecieron las competencias con
las que debe contar el supervisor escolar que incluyen temas de gestión escolar;
conocimientos y experiencia docentes y directiva en el nivel educativo o
modalidad; visión para solucionar problemas y necesidades identificadas por la
comunidad escolar; liderazgo que favorezca la construcción y realización de un
proyecto educativo compartido; habilidad para proporcionar relaciones
interpersonales y grupales respetuosas y cordiales, e iniciativa para impulsar
propuestas de mejoramiento institucional.
25
El Plan Sectorial de Educación 2007-2012, presentó como objetivo brindar una
educación de calidad en sus tres niveles —educación básica, media superior y
superior—, y se avanza hacia la Reforma Integral para la Educación Básica
(RIEB) en el nivel de primarias, que era el que faltaba, desarrollando distintos
planes y programas que permitirían favorecer el desempeño docente, directivo y
de supervisión, señalado en el Objetivo 6: “Fomentar una gestión escolar e
institucional que fortalezca la participación de los centros escolares en la toma de
decisiones, corresponsabilice a los diferentes actores sociales y educativos, y
promueva la seguridad de alumnos y profesores, la transparencia y la rendición de
cuentas” y su línea de acción, y en el numeral 6.4 “Apoyar a los supervisores de
los diferentes niveles y modalidades de educación básica, para que cuenten con
las herramientas conceptuales, metodológicas, de equipamiento y mantenimiento
que les permitan contribuir con las escuelas públicas que desarrollan procesos de
transformación a partir de un nuevo modelo de gestión escolar orientado a la
mejora continua de la calidad educativa y al fortalecimiento de la transparencia y la
rendición de cuentas”. (Pag.28)
¿Entonces qué ha sucedido? Eso era uno de mis planteamientos, ¿Por qué a
más de un siglo de la función supervisora, ésta no ha consolidado su función
sustancial para la que fue creada? Considero importante destacar que desde un
principio fue prioritario el cumplimiento de las condiciones de funcionamiento de la
estructura dejando para un segundo plano la tarea técnico-pedagógica y la mejora
de los aprendizajes. Como hemos visto, cada época marca líneas importantes de
trabajo, pero todos estos intentos no pasaron de quedar escritos en diversos
26
documentos que si bien regulaba y mencionaba el actuar del supervisor no se le
dio seguimiento y tampoco se sistematizó. La prioridad en el servicio sigue siendo
en su mayor parte administrativa y normativa.
1.3 Marco normativo
En el apartado 1.1 del primer capítulo hemos hablado de la supervisión escolar
desde el punto de vista de la necesidad de la figura dentro del Sistema Educativo
Nacional y sus antecedentes en el tiempo y con relación a sus funciones
diseñadas por las diferentes políticas educativas. En este apartado
enmarcaremos la función de supervisor de zona desde la parte normativa,
entendida la norma como toda aquella regla de comportamiento que para este
caso son de tipo obligatorias, pues señala la observancia, los deberes, las
facultades y el cabal cumplimiento a las leyes.
Partiremos de estas preguntas: ¿Qué dicen los documentos normativos respecto
de la supervisión y del supervisor escolar?, ¿qué normas jurídicas regulan a esta
figura y sus funciones, especialmente la de asesorar al personal docente a su
cargo?
El marco normativo de la educación en México está sustentado en el Artículo 3º
de nuestra Carta Magna, que originalmente establecía entre algunos principios los
de libertad, laicidad y gratuidad, pero en su modificación de fecha febrero 2013,
señala: “El estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera
27
que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la
infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen
el máximo logro de aprendizaje de los educandos” Por primera vez en el artículo
3°, se enmarca la idoneidad de los docentes y los directivos como elemento
obligatorio para una educación pública de calidad.
Otro documento importante es la Ley General de Educación que señala en su
Artículo 22: “En las actividades de supervisión las autoridades educativas darán
preferencia, respecto de los aspectos administrativos, a los apoyos técnicos,
didácticos y demás para el adecuado desempeño de la función docente”.
Por tanto, el Artículo 3° Constitucional y la Ley General de Educación son los
documentos rectores que regulan al Sistema Educativo Nacional en materia
pedagógica, administrativo, financiero, de participación social y jurídica; sin
embargo la redacción deja a la interpretación de la autoridad la tarea de la
supervisión en relación con la asesoría y el acompañamiento docente; la calidad
de la educación, la idoneidad de los docentes, así como favorecer los diferentes
apoyos adecuados a la función docente.
Otro documento normativo es el Acuerdo Secretarial Número 96, que establece la
Organización y Funcionamiento de las Escuelas Primarias, que en el capítulo XII
relativo a la supervisión, menciona:
28
• Artículo 50. La labor de supervisión dentro de los planteles de educación
primaria se realizará de conformidad con lo que establezcan las
disposiciones dictadas para tal efecto por la Secretaría de Educación
Pública.
• Artículo 51. Las autoridades de cada plantel prestarán la colaboración y
apoyo necesarios para que se lleven a cabo las funciones de supervisión.
Una de las tareas de la supervisión es la asesoría y esta actividad la tenemos
referida en el Acuerdo Secretarial 592, que establece la articulación de la
educación básica en el principio pedagógico “La tutoría y la asesoría académica a
la escuela”. En este Acuerdo se señala:
La tutoría se concibe como el conjunto de alternativas de atención individualizada
que parte de un diagnóstico. Sus destinatarios son estudiantes o docentes… si es
para los maestros, se implementa para solventar situaciones de dominio
específico de los programas de estudio. En ambos casos se requiere del diseño
de trayectos individualizados. La asesoría es un acompañamiento que se da a los
docentes para la comprensión e implementación de las nuevas propuestas
curriculares. Su reto está en la re significación de conceptos y prácticas. Tanto la
tutoría como la asesoría suponen un acompañamiento cercano; esto es, concebir
a la escuela como un espacio de aprendizaje y reconocer que el tutor y el asesor
también aprenden.
29
De lo más reciente en materia de educación está el Acuerdo Secretarial 717 por el
que se emiten los Lineamientos para Formular los Programas de Gestión Escolar,
que señala en el capítulo II Del Fortalecimiento de la Autonomía de Gestión
Escolar de las Escuelas de Educación Básica, fracción 6°: “Fortalecimiento de la
Supervisión Escolar. Alejar a la supervisión escolar de
responsabilidades fundamentalmente de control administrativo y orientarla
decididamente al aseguramiento de la calidad del servicio educativo. Esto
significa, en primer lugar, que la supervisión centra su actividad en el logro
de aprendizajes de todos y cada uno de los estudiantes de las escuelas de su
zona”.
Por otra parte, podemos considerar que dentro de lo normativo se encuentra el
Manual del Supervisor, de 1987, que aunque no cuenta con valor jurídico, es un
documento que regula el “deber ser” de los supervisores; en concreto, menciona
que el propósito del puesto es administrar, gestionar y evaluar el servicio
educativo en las escuelas de la zona escolar a su cargo, privilegiando el proceso
pedagógico, así como asesorar y asistir permanentemente al personal directivo y
de asesoría adscrito a la supervisión de la zona escolar a su cargo, en materia
técnico pedagógica, de acuerdo con las disposiciones técnicas, administrativas y
legales aplicables vigentes.
Creada recientemente, la Ley General del Servicio profesional docente (2013), en
su Artículo 4°, fracción XXIV, reconoce como personal con funciones de
Supervisión “a la autoridad que, en el ámbito de las escuelas bajo
30
su responsabilidad, vigila el cumplimiento de las disposiciones normativas y
técnicas aplicables; apoya y asesora a las escuelas para facilitar y promover la
calidad de la educación; favorece la comunicación entre escuelas, padres de
familia y comunidades, y realiza las demás funciones que sean necesarias para la
debida operación de las escuelas, el buen desempeño y el cumplimiento de los
fines de la educación.
Este personal comprende, en la Educación Básica, a supervisores, inspectores,
jefes de zona o de sector de inspección, jefes de enseñanza o cualquier otro cargo
análogo, y a quienes con distintas denominaciones ejercen funciones equivalentes
en la Educación Media Superior”
Esta ley enuncia parámetros, perfiles e Indicadores para el personal con funciones
de supervisión dejando en claro que deberá entenderse como parámetro: “Al valor
de referencia que permite medir avances y resultados alcanzados en
el cumplimiento de objetivos, metas y demás características del ejercicio de una
función o actividad; de los Perfiles: Al conjunto de características, requisitos,
cualidades o aptitudes que deberá tener el aspirante a desempeñar un puesto o
función descrito específicamente; y los indicadores: Al instrumento utilizado para
determinar, por medio de unidades de medida, el grado de cumplimiento de una
característica, cualidad, conocimiento, capacidad, objetivo o meta, empleado
para valorar factores que se desean medir”.
Con este documento quedan más claras las funciones a seguir y cumplir en la
función, y sustenta a la Asesoría y Acompañamiento en la Dimensión 2: “Un
31
supervisor que impulsa el desarrollo profesional del personal docente y la
autonomía de gestión de las escuelas, coordina, apoya y da seguimiento al trabajo
del personal docente.
En el 2011 la Administración de Servicios Educativos en el Distrito Federal, emitió
el documento Supervisión XXI, Orientaciones para su actuar, “cuyo propósito es
clarificar las funciones recobradas […] constituye un marco general de actuación
[…]”. Este documento enlista dieciocho funciones del supervisor que incluyen
tareas administrativas, organizativas y pedagógicas dentro de las que destaca la
asesoría dirigida a los colectivos docentes en asuntos técnico- profesionales y a la
atención diferenciada de los alumnos de acuerdo con sus necesidades educativas.
No es un documento con valor jurídico, pero si un documento que precisa cuáles
deben ser las tareas del supervisor y que de alguna forma caen en cualquiera de
las leyes enunciadas.
Por último, tenemos la Guía Operativa para la Organización y Funcionamiento de
los Servicios de Educación Inicial, Básica, Especial y para Adultos de Escuelas
Públicas en el Distrito Federal (2016). En esta guía el numeral 1 dice: “La presente
Guía es un compendio de normas constituido por un documento de trabajo de
carácter operativo normativo de observancia general, ordenado de acuerdo a las
necesidades de operación de los planteles educativos adscritos a la
Administración Federal de Servicios Educativos (AFSEDF). La normatividad
contenida en la presente es de carácter obligatorio para los actores que
intervienen en el proceso educativo, integrantes de la comunidad educativa de los
32
planteles y de aplicación para las autoridades educativas, personal de supervisión,
dirección, docente, administrativo, de apoyo y asistencia a la educación de las
escuelas de Educación Inicial, Básica […]”.
En numeral 2 indica que: “Las autoridades educativas y escolares responsables de
los servicios, difundirán y vigilarán el cumplimiento de la presente Guía. Su
incumplimiento dará lugar a las sanciones correspondientes según sea el caso,
conforme a la normatividad vigente […]”
El numeral 320 menciona que: “El personal de Supervisión de Educación Básica
promoverá la organización y funcionamiento eficaz de las escuelas bajo su
responsabilidad para asegurar que la comunidad educativa, asuma colectivamente
el compromiso por los resultados del aprendizaje de los alumnos, particularmente
de aquellos en situación de vulnerabilidad, teniendo como base la mejora continua
del proceso enseñanza-aprendizaje y del desarrollo profesional de los docentes.
[…]”
El numeral 321 señala que: “Realizará visitas técnico-pedagógicas a las escuelas
para apoyar el trabajo del personal docente con el objeto de proponer estrategias
a partir de la observación de clases, revisar la planeación didáctica, apoyar en los
registros de evaluación continua y en la obtención de las evidencias de
aprendizaje”.
Hasta aquí se ha presentado un panorama general de la supervisión escolar de
primarias en la Ciudad de México para conocer y dar sentido a la función en la
que me he desempeñado durante ocho años y la necesidad de la misma dentro
33
del SEN; por lo que puedo afirmar, sin lugar a dudas, que el Manual de
Procedimientos de la Supervisión está olvidado y además descontextualizado; que
la autoridad trata de tener todo y a todos bajo control, de tal forma que tiene que
estar creando documentos alternos, como la Guía Operativa, anteriormente
mencionada, que carece de valor jurídico, pero que precisa las funciones de cada
uno de los actores educativos. Podemos observar que los documentos normativos
son muy generales en varios de sus artículos o fracciones, y quedan a la
interpretación de la autoridad que aplica la norma. Sin embargo, y a pesar de los
esfuerzos de controlar cada acción, aún encontramos prácticas docentes, de
dirección y supervisión que se rigen bajos los usos y costumbres, como puede ser;
que el director no observe a sus docentes para mejorar las prácticas de
enseñanza y que el supervisor no visite sus escuelas para asesorar a su colectivo
y que se ocupe la mayor parte del tiempo a actividades administrativas, lo que
constituye una contradicción entre éstos y la práctica o la realidad.
Como podemos advertir, el marco jurídico que norma el actuar de la función
supervisora y del supervisor, como figura importante entre las autoridades y las
escuelas, hace hincapié en lo relativo al acompañamiento, la mejora de los
aprendizajes, la calidad en el servicio educativo, pero no niega la parte
administrativa y la aplicación de la normatividad al personal que, de no dar cabal
cumplimiento a sus obligaciones, deberá ser sancionado con la normatividad en
vigor.
34
CAPITULO 2. HISTORIA DE VIDA PROFESIONAL
2.1 Recuperación y Memoria. Periodo 1980-2015, lapso en que se documenta la
experiencia docente-directora-supervisora.
El 1° de septiembre de 1980 me incorporo al servicio federal en la Secretaría de
Educación Pública y mi plaza inicial es asignada a una escuela de nueva creación;
el primer contacto en ese momento fue la Profra. Andrade, supervisora de zona,
quien me recibió y me dio la bienvenida en forma muy atenta, para después
aclararme que ésa no era mi escuela de adscripción y que me llevaría al lugar
donde se ubicaría la escuela. Al llegar al centro de trabajo, lo único que observé
fue una cancha de basquetbol y a mi directora sentada en un macetero
inscribiendo niños; desde ahí entendí por qué la leyenda en mis órdenes de
presentación decían “de nueva creación”, una escuela de la cual me tocó ser
fundadora en todos los sentidos; estaba ubicada en el Campamento Dos de
Octubre, en la Delegación Iztacalco, de la Dirección N°4 de Educación Primaria;
una vez presentada con la directora, la supervisora sostuvo una charla con la
directora y se retiró.
2.1.1. Función: Docente frente a grupo
Mi primera tarea consistió en ir en busca de niños a las casas de la colonia de
paracaidistas, que se ubicaba en lo que llamaban Las Torres porque justo ahí
estaban sus casas hechas de cartón o madera, situadas en el camellón de las
35
torres de luz, en donde actualmente se encuentra la Av. Juan Álvarez. Del otro
lado estaban las avenidas Apatlaco y Francisco del Paso y Troncoso, y la Calzada
de la Viga; en ese cuadrante había que caminar para encontrar niños e
inscribirlos; no importaba la edad, siempre y cuando no supieran leer y escribir. La
escuela no tenía nombre e iniciaba con diez grupos de primer grado, que se
integrarían con un mínimo de cuarenta niños por grupo. Así, mi primer grupo, el 1°
“G”, se conformó con cuarenta y cinco niños de diferentes edades, en un rango de
cinco a catorce años; mis otros compañeros formaron del mismo modo sus
grupos.
Ahora que recuerdo esta breve historia de mis inicios, me doy cuenta de que la
política del momento y su prioridad era dar cobertura educativa y disminuir el
porcentaje de analfabetismo; mientras tanto, la figura de la inspectora, desde mi
óptica, transcurrió en actividades administrativas. Sabía el nombre de la
supervisora porque firmaba mis fichas escalonarías; la conocí porque en los juntas
sindicales ella presidía la reunión y era la figura de control; durante este tiempo
tuve otros dos supervisores que siguieron la misma línea de trabajo, sin embargo,
no recuerdo alguna visita técnico-pedagógica a mi salón de ninguno de ellos.
Al cambiar de dirección operativa y zona escolar (1996 a Dirección Núm. 1), llego
al Centro Escolar México, en la Colonia Pensil; recuerdo haber conocido de vista a
la inspectora y no más. En cualquiera de los casos, de los cuatro supervisores que
tuve, mientras fui maestra de grupo, ninguno atendió la parte pedagógica, porque
el estilo de supervisión era dar prioridad a las actividades administrativas.
36
2.1.2. Función: Directora de Escuela Primaria
Para esta década dejo la función de docente frente a grupo y paso a ocupar la
dirección de la escuela “Fray Pedro de Gante”, ubicada en la calle de Regina Núm.
86, Col. Centro (1997) con aproximadamente 900 alumnos, 28 grupos y un
horario de 8:00 a 12:30 hrs. Recuerdo que la prioridad era la entrega oportuna en
tiempo y forma de todo lo administrativo, por lo que la mayor parte de mi tiempo
era destinado a verificar que se cumplieran las entregas o asistir a las reuniones
de trabajo en la zona escolar de carácter administrativo. Entre 1998 y 2007,
periodo en el que permanezco en el puesto de directora de escuela, tengo la
oportunidad de trabajar con tres supervisores, cuyo estilo de supervisión era
eminentemente controlador y administrativo.
Siendo Directora y a partir del Programa Nacional de Educación del 2001-2006,
en el que se generó la estrategia basada en el diseño e implementación de
proyectos escolares, se solicita a los supervisores, apoyar a los directores y
docentes en la elaboración del proyecto de la escuela, por lo que recibí una breve
capacitación por parte de la Oficina de Proyectos Académicos de la Dirección N° 1
para la elaboración del naciente proyecto escolar, que se estructuraba en tres
ámbitos: los aprendizajes en el aula, la organización de la escuela y la
participación social; recuerdo que repartía entre los maestros —28 en total— cada
ámbito; ellos lo organizaban y después me reunía con el equipo para una primera
revisión, y posteriormente se presentaba a todos los maestros para su
conocimiento y aceptación; el tiempo para realizar el Proyecto Escolar lo tenía
que buscar tratando de cubrir grupos con los adjuntos (maestros de grupo con
37
funciones en la dirección), cambiando horarios de educación física, etcétera. Una
vez entregado a la zona escolar en original y tres copias, se quedaba guardado
hasta el mes de enero, fecha en que se hacía el ajuste del proyecto, y después se
volvía a trabajar hasta junio, momento en el que se llevaba a cabo la evaluación y
autoevaluación.
El proyecto escolar era un documento al que la autoridad educativa no le dio
seguimiento, por lo que se convirtió en un documento administrativo que se debía
entregar al supervisor y éste a las instancias educativas correspondientes, sólo
con el propósito de verificar que se cumplieran las indicaciones; ésas eran las
formas de trabajo establecidas desde años atrás, no es de extrañarse que así
fuera porque lo menciona el Manual de Organización de la Escuela Primaria 1980:
“Presentar a la Dirección Federal de Educación Primaria, por conducto del
supervisor de zona, los informes sobre los resultados del funcionamiento de la
escuela y de sus servicios colaterales”; por lo que no es raro que la función
pedagógica del supervisor, enunciada en la Ley general de Educación (1993) en el
artículo 22 confirmemos que continuaba siendo administrativa a pesar de
enunciar: “En las actividades de supervisión las autoridades educativas darán
preferencia, respecto de los aspectos administrativos, a los apoyos técnicos,
didácticos y demás para el adecuado desempeño de la función docente”.
Entre directores sabíamos que las zonas escolares tenían un programa llamado
PROYESCO, con el que le daba seguimiento y continuidad a los proyectos
38
escolares de las escuelas de la zona, pero nunca tuve la oportunidad de conocer
el programa y tampoco los supervisores socializaban los documentos; por otro
lado, las juntas de consejo siempre estaban relacionadas con el ámbito
administrativo y los concursos; estos últimos eran obligatorios durante todo el ciclo
escolar; iniciaban con “La Canción Popular Mexicana” y continuaban con los
siguientes: “Certamen Benito Juárez”, en sus modalidades de oratoria, poesía
coral y declamación; “Himno Nacional”, “Símbolos Patrios”, “Día de la Marina”, “El
Centro Histórico”, “El niño y la Mar” y “Parlamento Infantil, entre otros. Se invertía
demasiado tiempo en los diferentes concursos y todo dentro de un horario de 8:00
a 12:30 hrs. Estas actividades eran prioritarias para la supervisión, ya que estaba
en juego hacer un buen papel a nivel sector.
Otro tipo de actividad que se llevaba a cabo junto con la supervisión fue la revisión
de los resultados del examen Enlace. Y digo revisión porque eso era lo que se
hacía, comparar resultados entre las diferentes escuelas, ver lo bajo que
estábamos y la recomendación de mejorarlos, no había un análisis y un proyecto
de mejora, por lo que se quedaba muy corta la intervención de la supervisión; en
cuanto a las visitas al aula con el supervisor o por el supervisor, éstas nunca se
dieron; tampoco hacían presencia en los consejos técnicos.
Mi gestión como directora de escuela incluye los años 1998 al 2007, y a pesar del
exceso de trabajo administrativo, de cumplir un horario de 8:00 a 12:30 hrs, de
tener 28 grupos y 900 alumnos en la escuela, pude contar con el apoyo de los
maestros adjuntos y tuve la oportunidad de delegar ciertos trabajos administrativos
39
para realizar tareas o actividades pedagógicas con los docentes, en las cuales
tuvimos bastantes aciertos en relación con la planeación, el trabajo con los libros
de texto, revisión de cuadernos, seguimiento y acompañamiento a las docentes de
primero para la adquisición de la lectura y escritura de los alumnos de primer
grado, concursos matemáticos, cumplimiento de acuerdos y compromisos,
actividades dirigidas a padres de familia, etcétera. A pesar de realizar diferentes
actividades éstas no se contemplaban en su totalidad en el proyecto escolar, pues
se le daba prioridad a todas aquellas actividades de tipo organizativo y
administrativo. Sin embargo, durante el ciclo escolar 2005-2006, cuando se lleva a
cabo la aplicación del examen Enlace y con ello los primeros resultados, como
escuela comenzamos a diseñar nuestro proyecto escolar dirigido a la comprensión
lectora y, años después al Sistema Decimal en Matemáticas, con lo que
alcanzamos a llegar a un decil 9.
2.1.3. Función: Supervisora de Zona Escolar
A partir de agosto de 2007, inicio como supervisora en la zona escolar 418 en
Venustiano Carranza, Sector 25, Dirección Núm. 4, y comienza un trabajo de
enorme responsabilidad, sin que esto signifique que los anteriores cargos no la
tuvieran, sino porque en los siguientes años la organización educativa se
transformaría. Esta zona —la 418— estaba conformada por seis escuelas
ubicadas en las colonias Valle Gómez y Morelos, algunas que pertenecían a esta
última colonia se encontraban en el barrio de Tepito; cuatro de estas escuelas
40
eran matutinas, una de turno vespertino y otra privada, con una matrícula de 870
alumnos, menos de lo que yo tenía como directora.
Los directores de las escuelas eran profesores con más de 30 años de servicios y
edades entre los 45 y 60 años. Cuando llego a la supervisión ya se había iniciado
la reforma educativa en los niveles de preescolar y secundaria, y se comenzaba a
hablar de la reforma del nivel de primaria y de la articulación de la educación
básica. Recuerdo que lo primero que hice en la zona escolar fue revisar los
resultados del examen Enlace de cada una de las escuelas; el puntaje más alto
estaba en un decil 44; por lo que debía iniciar con una planeación estratégica que
asegurara la mejora de los aprendizajes.
Mi jefa de sector era la Profra. Vargas León, cuya principal prioridad de trabajo era
el aspecto técnico normativo pues diariamente, a las ocho de la mañana, llamaba
a las zonas escolares para constatar que los secretarios y los supervisaron ya
estuvieran trabajando; de no encontrar a estos últimos, dejaba recado de que los
supervisores se comunicaran con ella en cuanto llegaran; llevaba el registro de las
veces en que no nos encontraba en la oficina, para después llamarnos y
preguntarnos dónde andábamos, pero si le informaban que estábamos visitando
alguna escuela, preguntaba en cuál y llamaba por teléfono a esa escuela. A las
seis y media de la tarde era lo mismo: teníamos que hablar por teléfono de la zona
4 Los deciles son los nueve valores que dividen la serie de datos en diez partes iguales dan los valores correspondientes al 10%, al 20%... y al 90% de los datos.
41
escolar hacia el sector para avisarle que todo marchaba bien y que ya era hora de
retirarnos.
El Sector 25 se conformaba por ocho supervisiones de zona; abarcaban toda la
parte nororiente de la Ciudad de México; las edades de los supervisores estaban
entre los 42 y los 58 años, incluida la Jefa de Sector. Recuerdo que en la primera
junta que asistí en el sector, la agenda de trabajo contenía sólo asuntos
administrativos. De este modo me fui integrando e involucrando en la función que
propiamente era de control y administrativa; excepcionalmente, en algunas
ocasiones las juntas de consejo técnico de sector trataban sobre temas
pedagógicos, especialmente cuando llegaban los resultados del examen Enlace.
Un gran acierto que tuvimos como equipo de supervisión fue hacer visitas a las
escuelas, las cuales organizábamos de la siguiente manera: éramos ocho
supervisores de zona y la jefa de sector, en total nueve, que llegábamos en visita
de supervisión, nunca sabíamos con anticipación a qué escuela iríamos, sino
hasta que llegábamos a la oficina del sector nos enterábamos; podía ser cualquier
escuela de cualquiera de nosotros. Nos repartían las visitas de tal forma que en
equipo de dos revisábamos todos los aspectos: cooperativa, Asociación de Padres
de Familia, recursos financieros, como Programa Escuelas de Calidad, Escuela
Segura, visitas de observación al aula, revisión de cuadernos y libros de texto,
infraestructura y ambientes seguros, libreta de firmas de entrada y salida del
personal, incidencias como retardos, faltas injustificadas, licencias médicas,
entrada y salida de los alumnos, recreo, venta de la cooperativa, etcétera.
42
Generalmente llegábamos a las escuelas donde la jefa de sector sabía que
existían problemas, ya fuera con el director o con el supervisor; sin embargo, nos
llegó a servir para hacer una observación general de la escuela; al término de la
visita se le entregaba al supervisor la retroalimentación para la mejora, y después,
en el sector, hacíamos observaciones generales para ser aplicadas a las escuelas
de cada uno de nosotros.
Como lo mencioné en la introducción de este trabajo, el ciclo escolar 2007-2008
representa para la supervisión un parteaguas en la función de todos aquellos
supervisores de educación básica; primero porque en este ciclo se inicia la
Reforma Integral para la Educación Básica (RIEB), en los grados de primero y
sexto de primaria, y segundo porque se daba inicio a una nueva administración en
los servicios educativos.
Como hace muchos años no sucedía, en septiembre de 2007 algunos inspectores
de todos los niveles fuimos convocados a una reunión de trabajo en donde se
pusieron en la mesa todas las actividades que realizaba el supervisor y se
subrayaron cuáles y cuántas de éstas eran eminentemente pedagógicas,
confirmando que superaban por mucho las actividades administrativas y jurídicas
que debía atender la supervisión; las actividades sindicales en ese momento
dejaban de ser lo menos importante en la función de supervisor.
43
El resultado de esa reunión de trabajo se puede concretar en dos propuestas:
1) liberar las funciones del supervisor, del director y de los docentes, de la carga
administrativa y jurídica, 2) actualización emergente al supervisor para que pueda
dedicar tiempo a la mejora de los aprendizajes. De estas propuestas derivó la
creación de un Primer Diplomado para Supervisores titulado Fortalecimiento de la
supervisión escolar. Reflexión sobre la práctica; y dos años más tarde, la segunda
parte. Al mismo tiempo se estaba llevando a cabo la Reforma Integral de la
Educación Básica (RIEB) en segundo y quinto grados (2008-2009), y finalmente
en tercer y cuarto grados (2010-2011); asimismo, se reformaban los planes y
programas de estudio de primaria, y para los docentes se implementaban los
diplomados para el Programa 2009, y en especial para los supervisores. En este
momento la estructura (direcciones operativas, sectores) continuaban privilegiando
actividades administrativas y de control; y tal vez con menor énfasis, las oficinas
de proyectos académicos trataban de actualizar a los supervisores en cuanto al
cambio de planes y programas de estudio.
Entre tanto, en el Sector 25, al cual pertenecía, los supervisores solicitábamos a la
jefa de sector reuniones pedagógicas para estudiar los cambios en los planes y
programas. De este modo comenzamos círculos de estudio entre pares y luego
llevamos a cabo asesorías con nuestros directores y con el personal docente
durante las juntas de consejo técnico, sin imaginarnos lo que sucedería durante el
44
ciclo escolar 2008-2009, en que se echa a andar un nuevo modelo de escuelas,
las llamadas escuelas de jornada ampliada. 5
Al recibir la noticia y las indicaciones de la jefa de sector respecto de este cambio,
y después de conocer la lista de escuelas que ingresaban en este nuevo modelo,
los supervisores de zona fuimos quienes enfrentamos los problemas para echar
andar este modelo —el cual se inició imponiendo autoridad y a costa de
enemistades con el personal, resolviendo los conflictos de cierre de escuelas y de
avenidas principales, arriesgando incluso nuestra integridad física y la pérdida de
objetos personales-; inicialmente los problemas se presentaron en las escuelas de
un solo turno y con docentes de una plaza, razón por la que los docentes con
doble plaza (plaza vespertina) tuvieron que cambiarse de escuela. Por
consecuencia, las zonas escolares cambiaron: teníamos escuelas regulares (turno
matutino-vespertino), de jornada ampliada, de tiempo completo y privadas. Así
terminamos ese ciclo escolar.
El ciclo escolar 2008-2009 es el que ve nacer a las escuelas de jornada ampliada,
pero el ciclo escolar 2009-2010 ve nacer un nuevo modelo de supervisión: la
Supervisión del Siglo XXI, cuya consecuencia fue que por primera vez separan a
5 Escuelas de Jornada Ampliada es un programa diseñado en la AFSEDF cuyo objetivo consiste en mejorar y reforzar los aprendizajes de los alumnos de educación preescolar, primaria y secundaria en la CDMX, a través de la ampliación de la jornada escolar (8:00 a 14:30 hrs) en planteles educativos sin turno vespertino. El Programa busca fortalecer la enseñanza de los niños y niñas a través de la enseñanza de un segundo idioma (inglés); el conocimiento de las tecnologías de la información y las comunicaciones, el desarrollo de competencias para una vida saludable, y el aprendizaje en materias clave. Asegura el cumplimiento de los planes y programas de estudio; propicia la formación de lectores competentes y la búsqueda permanente del alto rendimiento académico. Su diseño y arranque data del Ciclo Escolar 2009-2010
45
las direcciones 1 y 4 de educación primaria, para integrarse con zonas de jornada
ampliada y de tiempo completo.
El Modelo que incluye escuelas de jornada ampliada, con un horario de 8:00 a
14:30 hrs; de tiempo completo, cuyo horario es de 8:00 a 16:00 hrs., y escuelas de
participación social e internados, con horario de 7:00 a 17:00 hrs., mientras que
las direcciones 2, 3 y 5 se quedaron con las escuelas de doble turno y privadas.
ORGANIGRAMA DE AUTORIDADES PARA ESCUELAS PRIMARIAS EN LA
CIUDAD DE MÉXICO DEL MODELO JORNADA AMPLIADA Y TIEMPO
COMPLETO
Fuente: Elaboración propia.
ORGANIGRAMA DE AUTORIDADES PARA ESCUELAS PRIMARIAS EN LA
CIUDAD DE MÉXICO DEL MODELO MATUTINAS, VESPERTINAS Y PRIVADAS
Fuente: Elaboración propia.
Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal.
AFSEDF
Dirección Genera de Operación de Servicios Educativos en Distrito
Federal. DGOSE
Coordinación Sectorial de Educación Primaria.
CSEP
Dirección de Educaciön Primaria N°.1 y 4 en el
Distrito Federal
Supervisor de Zona Escolar de jornada ampliada y Tiempo
completo
Director de escuela de jornada ampliada y tiempo completo
Docentes frente a grupo
Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal.
AFSEDF
Dirección Genera de Operación de Servicios EducativosOperativos en el Distrito Federal.
DGOSE
Coordinación Sectorial de Educación Primaria.
CSEP
Dirección de Educaciön Primaria N°. 2,3,5 y particulares en el Distrito Federal
Supervisor General de Sector
Supervisor de Zona Escolar, escuelas
matutunas, vespertinas y particulares
Director de Escuela Docentes frente a grupo
46
Conformar direcciones operativas con zonas de jornada ampliada y tiempo
completo implicaba tener supervisores para este modelo, y esta tarea se la
dejaron a los jefes de sector; el criterio de elección fue escoger a aquellos
supervisores con mayores competencias pedagógicas que administrativas.
Recuerdo que, de broma, nos hacíamos llamar los “rudos y los técnicos”.
Los inicios de las zonas de jornada ampliada y tiempo completo fue en enero de
2010 y las zonas quedaron conformadas por 6 o 7 escuelas, el modelo se
completó con docentes de inglés y educación física se amplió a 4 y 5 sesiones por
semana, las escuelas fueron beneficiadas con recursos financieros como nunca
vistos y la llegada de otras profesiones afines a la docencia para ser maestros de
grupo.
A partir de este momento se vuelve la vista al supervisor de zona como el líder
pedagógico, administrativo y jurídico, toda vez que se elimina de este modelo la
figura del jefe de sector. De este modo se empieza a construir el modelo de
jornada ampliada y de tiempo completo, con lineamientos precisos y documento
guía titulado Supervisión XXI. Orientaciones para su actuación; en ellos se
reconoce la optimización de tiempos, el tiempo efectivo de clase como medio para
el logro de los aprendizajes de los alumnos y especialmente la transformación de
las prácticas de la supervisión. Estos documentos clarifican las funciones
recobradas.
La misión de esta supervisión es “Asegurar la calidad del servicio educativo que se
presta en los planteles a su cargo”, que significa centrar la atención en cada uno
47
de nuestros niños para el logro de los aprendizajes; asegurarnos que los docentes
planeen sus actividades de acuerdo con la carga horaria por asignatura; verificar
que el tiempo escolar se emplee en actividades de aprendizaje y no para otros
fines, así como verificar que las prácticas de enseñanza sean relevantes.
Otra característica importante en este tipo de supervisión, quizá la más sustancial,
es la visita a los grupos, en lao que se observan las formas de enseñanza y el uso
de recursos didácticos, como los libros de texto, la biblioteca de aula y la
implementación de la planeación didáctica de conformidad con el Plan y Programa
2011.
Con la visita al aula y la observación de la clase, los supervisores mediante la
herramienta de observación Stallings6 podemos observar, entre otros aspectos: el
uso efectivo del tiempo en actividades de aprendizaje, el uso del material
didáctico, y las formas de enseñanza. Estas visitas tienen muchos beneficios y
repercuten en diversos actores: a) con los docentes, ya que permite un
acercamiento profesional porque después de la observación se lleva a cabo una
plática profesional en relación con sus formas de enseñanza haciéndole
observaciones necesarias, así como los compromisos establecidos con el
maestro para la mejora de su práctica; b) en el aula, porque los alumnos
6 Método Stallings: Es una técnica que utiliza "instantáneas" para medir el tiempo efectivo dedicado al aprendizaje por parte de los estudiantes y los docentes en un aula. El método consiste en observar y registrar las actividades y los materiales que utilizan los participantes de la clase en 10 momentos distintos con intervalo de 6 minutos en cada una y durante una hora de clase. Cada "instantánea" de observación tiene una duración de 15 segundos. Observaciones en el salón de clase a partir del sistema de observación Stallings. SEP2011
48
identifican al supervisor como un maestro más que visita su grupo y trabaja con
ellos, con lo cual se establece una relación de confianza; c) con los padres de
familia, porque proyecta la imagen del maestro-supervisor que está al tanto del
trabajo de la escuela, visita el grupo de sus hijos, observa el trabajo del maestro y
atiende a padres de familia durante su visita; d) con el director, porque juntos
observan y fortalecen las habilidades de observación, registro y dominio de la
metodología de las diferentes asignaturas, y establecen acuerdos de seguimiento
para el docente.
Las visitas a la escuela y a los grupos constituyen un diagnóstico permanente y
una evaluación constante, y es donde nacen los diseños de las diferentes
asesorías y los destinatarios: directivos y/o docentes. La asesoría es una
estrategia de la supervisión que impacta en las formas y estilos de enseñanza, ya
que éstas van dirigidas al uso y manejo del plan y programa de estudios específico
del grado que el docente atiende, la planificación y el uso de diversos materiales y,
en consecuencia, en la mejora de los aprendizajes de nuestros alumnos, los
cuales se favorecen con el trabajo entre pares, estrategia en donde los docentes
de primaria, con necesidades y objetivos similares, comparten experiencias
exitosas y no exitosas, formas de trabajo y saberes, entre otras aportaciones, cuya
finalidad es cambiar las formas de enseñanza de los docentes para favorecer los
aprendizajes de los estudiantes con que trabajan.
La asesoría como cualquier otra actividad requiere de una planeación en la que se
tienen que determinar tiempos, recursos y materiales necesarios, mismos que en
49
el discurso del deber ser de la función supervisora no es congruente con la
realidad que vivimos lo anterior debido a que los tiempos para brindar la asesoría
tenemos que buscarlos porque no hay dentro del horario oficial un espacio
destinado a tal actividad; por ejemplo en las escuelas de jornada ampliada y
tiempo completo las horas de inglés y educación física son las que podemos
ocupar para la asesoría o retroalimentación al docente otro espacio que tenemos
son los consejos técnicos escolares del cual podemos destinar un tiempo para la
actualización mediante el dialogo profesional entre los docentes
Se ha presentado el modelo de supervisión escolar y la figura del supervisor de
jornada ampliada a través de mi experiencia; considero que el éxito de este tipo de
supervisión radica en la presencia constante en las escuelas y la visita a grupos
con el objetivo de observar las prácticas y formas de enseñanza a partir de la
premisa de mejorar los aprendizajes de los alumnos y en especial en la
transformación o mejora de las prácticas educativas, actualizar al docente,
compartir experiencias —que los supervisores por nuestra trayectoria hemos
acumulado— con los docentes, buscar soluciones, proponer recursos didácticos o
simplemente entablar una comunicación informal durante las horas de descargo;
del mismo modo, al supervisor de jornada se le permitió delegar los aspectos
administrativos a los apoyos de zona, de tal manera que el mayor tiempo se
destinara a la visita de escuelas; por lo tanto, este modelo de supervisión cobra
una especial relevancia; se resignifican las tareas del supervisor y se retoma como
bandera las palabras del Maestro Rafael Ramírez.
“Por buenos e inmejorables que puedan ser lo edificios escolares, por excelentes
que sean sus planes de estudios y sus programas… en suma por bien organizado
50
y bien conducido que esté el servicio escolar, las instituciones educativas
detendrán su marcha y comenzarán a retroceder si carecen de la inspiración y
estímulo de la supervisión…” SEP. Diplomado “Para un mejor gestión de la
Supervisión Escolar, México 2009
La supervisión de jornada ampliada y de tiempo completo tuvo muchos beneficios
en el aspecto pedagógico y financiero hasta el 2015; pedagógicamente, porque se
impartieron diplomados propios para la función, certificaciones en el Método
Stallings y desafíos matemáticos, conferencias, jornadas de trabajo entre pares,
etcétera. Financieramente, porque pudimos ingresar en el programa de zonas de
calidad, gracias a lo cual se recibieron recursos importantes para la mejora de los
espacios educativos, como equipos de cómputo, destinados a la mejora de los
aprendizajes, que permitieron efectuar la elaboración de diversos documentos,
entre ellos asesorías, instrumentos e informes de seguimiento, análisis de los
resultados de pruebas externas, plan de acción, actualización y acompañamiento
al supervisor por parte de las unidades de desarrollo educativo de la dirección
operativa, etcétera; sin embargo, la supervisión de jornada ampliada y de tiempo
completo no queda ajena a los problemas del resto de las supervisiones.
En comienzo del ciclo escolar 2015-2016, nuevamente la supervisión escolar de
primarias sufre otro cambio —a placer o por necesidad, y menciono lo anterior
porque sin mayor explicación se regresó al viejo esquema de supervisión, sin
haber hecho un balance o informe de su eficiencia o ineficacia para el logro de la
mejora educativa— e inicia el ciclo escolar con nueva rezonificación y
organización de la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito
51
Federal (AFSEDF). Después de cinco años (2010-2015) de una supervisión de
jornada ampliada y tiempo completo, damos por terminada esta época y
regresamos al modelo tradicional, de zonas por escuelas: matutinas, vespertinas,
jornada ampliada, tiempo completo, escuelas de participación social e internados y
escuelas privadas; las zonas escolares se reorganizan con un mínimo de ocho y
hasta de doce escuelas de diferente modalidad, observando una marcada brecha
entre las escuelas regulares (matutinas-vespertinas) y las de jornada ampliada y
tiempo completo.
De alguna manera he dejado escrita mi experiencia como supervisora en ambos
estilos de supervisión y puedo asegurar que la supervisión de jornada ampliada es
la ideal para avanzar verdaderamente hacia el logro de los propósitos de la
educación básica y el compromiso constitucional de ofrecer una educación de
calidad; pero así como se han tenido aciertos, la supervisión de jornada no está
exenta de situaciones problemáticas, de las cuales hablaremos en la siguiente
parte de este ensayo.
2.2. Problemas de la Supervisión
Uno de los primeros problemas que tiene la supervisión de jornada ampliada es la
distribución de escuelas y, por consiguiente, de alumnos que tiene a su cargo ya
que están distribuidas por cantidad de escuelas; esto se traduce en que una zona
escolar de jornada ampliada puede tener de cuatro a siete escuelas; y que hay
zonas escolares con seis escuelas, pero con mil 600 alumnos y 65 docentes,
52
mientras que otras con siete escuelas tiene tres mil 600 alumnos y 150 maestros
en total; Como podemos advertir, sin ningún contratiempo la supervisión podría
realizar de una a dos visitas por grupo en todo el año escolar.
En las supervisiones de jornada, una de sus tareas fundamentales es la mejora de
la calidad de los aprendizajes y la prioridad en la parte técnico-pedagógica, pero,
no obstante, aunque están determinadas las tareas de la supervisión y los
esfuerzos que se hacen para que el supervisor y el director destinen mayor tiempo
a los actividades pedagógicas, la parte administrativa y jurídica en especial
ocupan una gran cantidad de tiempo, convirtiéndose esto en una gran dificultad.
Un contratiempo frecuente es el que se refiere a la planeación que tengo
establecida, la cual se contrapone a la órdenes que recibo de improviso de las
autoridades; esta situación provoca que no se lleve a cabo las actividades
previstas y tenga que atender otras dictadas por las autoridades, y por lo tanto la
proyección no se cumple en su totalidad porque hay que realizar ajustes para dar
cumplimiento a los diversos acontecimientos y tareas adicionales.
Regresando a la función del supervisor de zona en primarias y a la tarea de la
asesoría, es importante contar con los elementos suficientes para poder realizar
esta actividad; el supervisor bien puede asesorar a su colectivo docente a partir de
su experiencia, de sus saberes propios; sin embargo, un conflicto de la supervisión
es que no hay un seguimiento a la actualización del mismo. Regresamos aquí a
esas decisiones institucionales de querer centralizar la parte pedagógica y la
53
problemática del desconocimiento de la estructura, borrando de un plumazo las
actividades de los centros de maestros o las oficinas de proyectos académicos,
que no benefician a los interesados y sí perjudica la vida en las escuelas.
Si bien una de las cuatro condiciones de esta nueva política educativa es el
fortalecimiento a la supervisión escolar, misma que se ha descuidado los últimos
cuatro años. Como ya lo mencioné anteriormente, las asesorías requieren de
espacios, tiempos, recursos y materiales, pero el factor tiempo es uno de los
primeros problemas que tenemos seguido de los recursos humanos y materiales
La política, según la cual “hacer más con menos recursos” es otro factor
problemático porque las zonas escolares hemos sufrido el recorte de personal al
dejarnos con un solo apoyo o a veces sin ninguno, y esto genera que el supervisor
tenga que destinar tiempo al aspecto administrativo y jurídico para dar
cumplimiento a las exigencias de la autoridad en materia administrativa. El
problema es originado por la mala organización y las decisiones incongruentes de
las autoridades; los asuntos jurídicos en que se invierten muchas horas, días e
incluso meses; la exagerada cantidad de asuntos administrativos que atender, por
lo que podemos afirmar que la carga administrativa la generan las propias
autoridades.
Además de las situaciones problemáticas enunciadas, podemos agregar otro
conjunto de problemas, como los conflictos con los padres de familia, la falta de
docentes frente a grupo, el cambio continuo de docentes en un mismo grupo, los
54
usos y costumbres de cada escuela, la falta de actitud proactiva de algunos
docentes, la gran cantidad de proyectos y concursos que llegan a las escuelas y
que quieren que todos funcionen, las mil y un evidencias que hay que enviar para
que las autoridades educativas verifiquen que se está dando cumplimiento a sus
requerimientos.
Entonces, con todo lo expuesto anteriormente, ¿qué es posible hacer desde la
supervisión?, ¿por qué es necesario que el supervisor sea el líder académico que
oriente el trabajo de directivos y docentes, y hasta donde la realidad se lo permite?
Así continuo con otra parte importante del presente ensayo, después de haber
vivido dos modelos de supervisión; el tradicional, y el de jornada ampliada y
tiempo completo en el que los supervisores pudimos delegar gran parte del trabajo
administrativo —aunque no el jurídico— y dedicarnos al ámbito técnico-
pedagógico para el cumplimiento de la mejora de los aprendizajes y la calidad
educativa.
55
CAPITULO 3. EL DISCURSO VS. LA PRÁCTICA Y LA NORMA
3.1. Lo institucional y la realidad.
A partir del modelo educativo de jornada ampliada (AFSEDF, 2005) hay un
movimiento masivo de personal y directivos de las escuelas con doble plaza
debido a que el modelo en lo laboral sólo admite docentes con una plaza, lo que
en muchos de sus casos vino a mejorar y sanear escuelas; sin embargo, esto
conlleva a una gran necesidad de profesores y la contratación por primera vez de
profesionistas con carreras afines a la docencia, como pedagogos y psicólogos
infantiles, lo que enfrenta desafíos ya que, al no ser docentes de carrera,
requieren de elementos didácticos, de las formas de manejo y control de grupo;
desconocen los diferentes materiales educativos; no cuentan con herramientas
suficientes para resolver problemas y tampoco conocen la normatividad;
observamos resistencia a integrarse al equipo de docentes pero, con el
transcurso de los años, la convivencia diaria y la experiencia adquirida, poco a
poco han ido desarrollando su sentido de pertenencia.
Esta realidad nos lleva a diseñar estrategias de asesorías con temas urgentes,
como: Plan y Programas 2011; Marco para la Convivencia Escolar en las
escuelas de Educación Primaria en el Distrito Federal; Acuerdos 96, 592, 696 y
717; Reglamento de los Trabajadores de la SEP; y observación de clase, entre
otros. Estos temas se convierten en una acción constante para mi función como
supervisora porque además coincide, con las reformas educativas de educación
básica explícitamente a la que refiere la articulación de los niveles de preescolar,
56
primaria y secundaria y próximamente al nuevo modelo educativo 2018; por lo
tanto, el personal directivo y docente en general requieren de un permanente
asesoramiento y acompañamiento. Actualmente existe un gran porcentaje de
docentes que comienzan a jubilarse y, como consecuencia, se hace evidente la
falta de maestros en las escuelas.
La supervisión de jornada ampliada da prioridad al acompañamiento y seguimiento
en las visitas al grupo y brinda asesorías; ésta como cualquier otra actividad
requiere de una planeación en la que se tienen que determinar tiempos, recursos,
espacios y materiales necesarios; de igual forma es importante que se cuente con
personal que pueda atender la parte administrativa, que es un ámbito que ocupa
bastante tiempo, igual que el jurídico, por lo que otro factor importante que genera
un problema a la supervisión es la falta de recursos materiales y de personal en
las zonas escolares.
En tanto duró el diseño y funcionamiento de supervisiones de jornada ampliada y
tiempo completo, los supervisores estuvimos actualizados; tuvimos recursos
financieros para las diferentes líneas de acción: asesorías, mantenimiento del local
de supervisión, fortalecimiento a las Tecnologías de Información y Comunicación
(TIC); acciones verdaderamente importantes porque las zonas escolares carecen
de recursos que les permitan obtener los materiales requeridos para el
funcionamiento de la misma.
57
Durante los primeros años de la supervisión de jornada ampliada y de tiempo
completo se diseñaron diplomados para la supervisión, los cuales impactaron en la
transformación de las prácticas supervisoras, ya que fueron de muy buena calidad;
sin embargo, también se diseñaron cursos breves impartidos por personal con
poco dominio del tema. Si consideramos que una de las funciones prioritarias del
supervisor es asesorar, esta figura debe ser actualizada permanentemente.
Organizativamente es una tradición que no haya una planeación anual por parte
de las autoridades, llámese dirección operativa, coordinación sectorial, DGOSE,
AFSEDF, de las diversas actividades y éstas se pueden empalmar tantas veces
como sea necesario, y finalmente la zona escolar tiene que dar cumplimiento a
todas ellas en tiempo y forma, a cambio de suspender las visitas a las escuelas.
Como podemos darnos cuenta, hay una falta de respeto a los tiempos de las
escuelas y zonas escolares, debido a que podemos ser requeridos por la
autoridad en forma intempestiva a juntas imprevistas, asesorías o talleres de
último momento, que rompen con la planeación de las escuelas y las
supervisiones.
Administrativamente en estas actividades se destina gran parte del tiempo al igual
o más que en lo jurídico, considerando que el supervisor es la primera figura de
autoridad quien tiene que atender la queja, investigar, documentar, informar y
sancionar en su caso. Cuando la queja de un padre o madre de familia es
reportada por el buzón escolar, la coordinación de asuntos jurídicos de la AFSEDF
la hace llegar casi al momento para su investigación y solución marcando tiempos,
58
que pueden ir desde un plazo no mayor de dos horas, a partir de la recepción, o
hasta 48 horas, según haya sido el caso.
En consecuencia, ¿qué pasa con la planeación de las visitas a los grupos?
Definitivamente se tienen que interrumpir y la visita del supervisor para observar,
asesorar y brindar retroalimentación a los docentes se convierte en una visita de
inquisidor.
Aunque el supervisor no quiera adjudicarse este papel, es la misma organización
del sistema quien impide el cumplimiento de la tarea pedagógica; se queda en el
discurso la reducción de la carga administrativa y es quien fomenta y propicia que
los supervisores dediquemos más tiempo a ámbito administrativo.
La reforma educativa del 2011 inicio con mucho ímpetu, ya que se actualizó en
gran parte al personal docente, directivo y de supervisión, pero al cabo de tres
años se dejó de hacer; y ¿qué sucede? Otra vez no hay continuidad. Los
programas escolares no corresponden a los libros de texto o viceversa,
específicamente los de primero y segundo grados; tampoco tenemos asesorías
para la adquisición de la lectura y la escritura, de acuerdo con el programa de
primer grado.
Otra realidad es que por la parte institucional no hay un seguimiento a las
diferentes propuestas de trabajo, aunque han habido buenos intentos de mejora,
pero al no haber seguimiento de las acciones, queda inconcluso y no se notan
59
claramente los avances; durante el programa “Vamos por los 600” (programa de
mejora en la lectura, escritura y las matemáticas para el logro de 600 puntos en el
examen Enlace), hubo estrategias claras, precisas y seguimiento de las mismas,
pero cambian los escenarios, cambian los responsables, y se olvida lo anterior,
convirtiéndose en esfuerzos de moda.
Por otra parte, hay falta de docentes en las escuelas y la autoridad educativa no
tiene la capacidad de contratar al personal suficiente para cubrir los faltantes, por
lo que, en muchos de los casos, somos los supervisores quienes andamos
buscando entre los colegios particulares docentes para nuestras escuelas.
Esta es parte de la realidad que se vive en la supervisión, entonces ¿qué es
necesario?
3.2 Lo institucional y lo necesario
El Artículo 3º constitucional refiere que “todo individuo tiene derecho a recibir
educación; que el estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de
manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la
infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen
el máximo logro de aprendizaje de los educandos; que será de calidad, con base
en el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos”.
(Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos). Dice que para dar
cumplimiento se “determinarán los planes y programas de estudio de la educación
60
preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la República”. Por otra parte,
la Ley General de Educación, en su Artículo 2, ratifica el derecho constitucional de
todos los habitantes del país a recibir educación, con las mismas oportunidades de
acceso al Sistema Educativo Nacional (SEN), a partir de dos puntos importantes:
idoneidad de los docentes y planes y programas, referidos en el Artículo 3°
constitucional y Ley General del Servicio Profesional Docente.
La responsabilidad del cumplimiento recae en la supervisión escolar como
estrategia del SEN, para la mejora de los aprendizajes, pero también es vista
como la autoridad directa que articula, canaliza, cumple y hace cumplir las
políticas educativas; sin embargo, para cumplir con lo anterior es necesario
actualizar permanentemente al personal; continuar trabajando en el nuevo papel
del supervisor; asignar personal a las zonas escolares para delegar el trabajo
administrativo, del cual no es posible desprenderse, porque siempre habrá algo a
lo que hay que dar continuidad: informar, recibir; atender demandas de los padres
de familia, vigilar que las escuelas estén libres de violencia.
Necesitamos docentes, directores y supervisores actualizados; directores que
puedan delegar el trabajo administrativo para dedicar más tiempo a las visitas a
los grupos, a fin de verificar los procesos de aprendizaje; necesitamos modificar o
transformar las formas de enseñanza en los docentes y hacer uso de las nuevas
herramientas de la tecnología para el aprendizaje; necesitamos mostrar un cambio
de actitud; necesitamos conocer y manejar el plan y programa de estudios;
necesitamos saber cómo aprenden nuestros alumnos; necesitamos convencernos
61
de aprovechar el tiempo efectivo de clase y dejar a un lado actividades que
solamente ocupan tiempo. Es importante continuar fortaleciendo los
consejos técnicos escolares y de zona, para que se consoliden como los espacios
donde de manera colegiada se autoevalúan, analizan, identifican, priorizan,
planean, desarrollan, da seguimiento y evalúan las acciones que garanticen el
mayor aprendizaje de todos los estudiantes.
Pero también necesitamos tiempos y espacios para asistir a los cursos de
actualización, que desde la institución educativa es difícil tenerlos, de no ser
durante las juntas de consejo técnico de zona y de escuela; otro problema además
del anterior, lo constituye la diversidad de horarios que se manejan en las
escuelas primarias en la ciudad de México. Así, una zona escolar puede tener
escuelas con horarios de 8:00 a 12:30 hrs., de 8:00 a 14:30 hrs. o de 8:00 a 16:00
hrs.
A partir del ciclo escolar 2013-2014, la Subsecretaría de Educación Básica
estableció para todos los esquemas de educación básica cuatro prioridades
educativas: a) mejora del aprendizaje: lectura, escritura y matemáticas; b)
normalidad mínima; c) alto al abandono escolar y d) convivencia sana y pacífica; al
igual que cuatro condiciones para su cumplimiento: a) fortalecimiento de la
supervisión, b) consejos técnicos escolares y de zona, c) descarga administrativa
y d) consejos escolares de participación social.
62
En esta parte es importante resaltar que si una tarea fundamental de la
supervisión es la asesoría, la pregunta obligada es: ¿Y quién asesora al asesor?
Por tal motivo es necesario fortalecer el desempeño del supervisor mediante
asesorías constantes por universidades de prestigio.
Actualizar permanentemente al supervisor, estar al tanto de una constante
resignificación de los diferentes contenidos del plan y programas; dar seguimiento
a las funciones del supervisor; proporcionar recursos humanos y financieros a las
zonas escolares es fundamental y parte de las necesidades básicas de
funcionamiento de la misma.
Personalmente estoy convencida de que es posible cambiar las prácticas de la
supervisión. Uno de mis planteamientos ha sido el siguiente: ¿por qué la función
supervisora no ha terminado de arribar a la tarea pedagógica? Considero que este
problema no lo disminuiremos en tanto las autoridades educativas continúen
dando prioridad al trabajo administrativo y no favorezca la actualización, los
recursos materiales, los recursos didácticos y los tiempos para la asesoría.
3.3 Lo Institucional y lo posible: Asesoramiento
Entonces ¿qué es posible dentro de la función del supervisor? Definitivamente una
de las tareas sustantivas es la asesoría, el seguimiento y el acompañamiento, y
enuncio las tres porque una va seguida de la otra.
63
El supervisor de zona puede dedicar el mayor tiempo al ámbito técnico-
pedagógico mediante una organización mensual que le permita llevar el
seguimiento de las visitas a las escuelas definiendo en cada una de ellas el
propósito de la misma: la principal, la mejora de los aprendizajes de cada uno de
los alumnos, que puede lograrse a través de la observación de la práctica docente
y del uso del tiempo efectivo en actividades de aprendizaje.
Derivado de estas visitas, el supervisor puede hacer la puesta en común con los
docentes y hacer la devolución de la información con propuestas concretas de
mejora en cuanto a las prácticas de enseñanza que correspondan a los enfoques
de las asignaturas del Plan 2011.
Otra actividad que poco se realiza es el asesoramiento, acompañamiento y
seguimiento a los docentes de primer grado, para llevar a cabo el proceso de
lectura y escritura, así como iniciar con el desarrollo de la comprensión lectora. Si
realmente se efectúa esta actividad, se obtienen muy buenos resultados evitando
con esto el rezago educativo en los primeros años escolares y fortaleciendo los
subsecuentes.
A partir del diagnóstico, la observación y la evaluación, se pueden diseñar talleres
o asesorías para el personal directivo y docente, que fortalezcan las formas de
enseñanza de los maestros, el manejo del plan y programas, el uso de las
tecnologías y acompañar estas actividades con momentos de evaluación que
64
incluyan instrumentos definidos que le permitan obtener información de los
avances o necesidades de los docentes y/o alumnos.
En lo relativo a las asesorías es posible diseñarlas e implementarlas durante las
juntas de consejo técnico por parte del supervisor, en colaboración con su
colegiado, o bien gestionar talleres, conferencias y asesorías en centros de
maestros, centros de actualización del magisterio o alguna otra institución. El
espacio del consejo técnico es el ideal para propiciar el trabajo entre pares y
colaborativo, con lo que se estaría favoreciendo la construcción o reconstrucción
del aprendizaje de los docentes al igual que la reflexión como parte de la mejora.
Para lograr la mejora de los aprendizajes de los alumnos es muy importante saber
cómo aprenden estos últimos, pero también es importante el uso de los materiales
didácticos, por lo cual el supervisor puede favorecer el trabajo con ellos.
Establecer relaciones horizontales es otra posibilidad dentro de la función
supervisora, ya que promueven la confianza entre docentes, directivos y
supervisor; se establecen diálogos profesionales en relación con las prácticas
docentes y el manejo de los diferentes materiales escritos, que en algunos casos
pueden favorecer la mejora o la transformación de las prácticas docentes e ir
dejando poco a poco la enseñanza tradicional por aquellas formas que permitan
desarrollar en nuestros alumnos las competencias para la vida actual.
65
Desde la función supervisora es posible propiciar que las formas de trabajo sean
incluyentes, en el entendido de que ser incluyente implica formar parte del todo.
Saber escuchar, dialogar, preguntar, compartir, aceptar, respetar y participar son
acciones que permiten llevar a cabo el aprendizaje colaborativo y el
reconocimiento por cada uno de los participantes en la elaboración y construcción
del conocimiento, ya sea entre los alumnos o con los docentes y directivos.
Conclusiones
Nos enfrentamos a nuevos retos
Se ha dicho que la función del supervisor no está ajena a los cambios y que su
tarea principal es mejorar la calidad de la educación. Para dar cumplimiento a lo
anterior, se establece la Ley General del Servicio Profesional Docente, emitida el
pasado 13 de septiembre de 2014, en la que se regula la función de la supervisión
mediante el artículo 4, fracción XXIV, que a la letra dice:
“Personal con Funciones de Supervisión: A la autoridad que, en el ámbito de las
escuelas bajo su responsabilidad, vigila el cumplimiento de las disposiciones
normativas y técnicas aplicables; apoya y asesora a las escuelas para facilitar y
promover la calidad de la educación; favorece la comunicación entre
escuelas, padres de familia y comunidades, y realiza las demás funciones que
sean necesarias para la debida operación de las escuelas, el buen desempeño y
el cumplimiento de los fines de la educación”
66
Al respecto, podemos inferir que el discurso de la autoridad sigue llevando a la
supervisión a un primer plano de figura de control y vigilancia para que todo el
personal a su cargo cumpla con lo normativo; deja para un segundo momento la
asesoría y el acompañamiento con la finalidad de promover la calidad de la
educación, respecto de lo cual considero que hace falta mayor precisión al utilizar
la expresión “promover la calidad de la educación”. Un supervisor puede promover
en su contexto literal pero se queda corto al no utilizar en su descripción términos
como transformar o innovar, igual que al referirse a la calidad, sin precisar cómo
se debe entender este término que resulta subjetivo; otra tarea que delega al
supervisor es la de favorecer la comunicación con la escuela, padres de familia y
comunidad, y la autoridad vuelve a reiterar la tarea principal de la supervisión:
realizar funciones necesarias para el funcionamiento de las escuelas. Por otra
parte, la Ley General de Educación, en su Artículo 22 establece:
“Las autoridades educativas, en sus respectivas competencias, revisarán
permanentemente las disposiciones, los trámites y procedimientos, con objeto de
simplificarlos, de reducir las cargas administrativas de los maestros, de alcanzar
más horas efectivas de clase y, en general, de lograr la prestación del servicio
educativo con mayor pertinencia y de manera más eficiente.
“En las actividades de supervisión las autoridades educativas darán preferencia,
respecto de los aspectos administrativos, a los apoyos técnicos, didácticos y
demás para el adecuado desempeño de la función docente.”
67
A más de veinte años de haber sido decretada la Ley General de Educación
podemos darnos cuenta que el discurso de la autoridad no es congruente con la
cotidianeidad de la supervisión; la descarga administrativa no ha sido posible
evitarla; la misma autoridad genera esta carga administrativa al tener tantas
instancias dentro de la organización e involucra a la supervisión para su
cumplimiento; la falta de personal en las escuelas, de los recursos materiales y de
personal en las zonas escolares, hacen que el servicio sea ineficaz en muchos
aspectos, debido a que al no tener los recursos necesarios la zona escolar destina
la mayor parte del horario a realizar asuntos administrativos, con lo que deja de
cumplirse lo enunciado en la Ley General de Educación.
Estas dos leyes nos remiten, entre muchas otras funciones, a la de la asesoría y el
uso efectivo del tiempo en actividades de aprendizaje; sin embargo, ha sido un
problema de siempre la carga administrativa y más aún la de asuntos jurídicos, sin
embargo, mientras funcionó la supervisión de jornada ampliada y tiempo completo,
contamos por lo menos con dos recursos humanos, se pudo delegar muchos
asuntos administrativos y dedicar mayor tiempo a la observación de clase y a la
asesoría y el acompañamiento. Se empezaba a transformar la función
supervisora.
En los 36 años de servicio que tengo, me ha tocado vivir varias reformas a los
planes y programas de estudios en primaria y secundaria, que muestran estilos y
formas diferentes en los procesos de enseñanza. Pero considero que esta última
reforma educativa, llamada la del 2011, es de las más importantes, no sólo porque
68
ha concretado la articulación de los tres niveles de educación básica (preescolar-
primaria-secundaria), sino también porque se le dio gran importancia a la
actualización de todos los actores educativos, generando por tres años
consecutivos (2007-2010) diplomados para actualizarse en los cambios que
planteó la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB); la reforma de los
libros de texto; la actualización de materiales, como el libro de “Desafíos” para la
asignatura de Matemáticas, por lo que me siento muy afortunada en poder
participar en este nuevo modelo educativo y ser protagonista, y de alguna manera
contribuir a la transformación de la práctica docente; construir con mi colectivo
formas diferentes de trabajo y una nueva generación de docentes y de
supervisión, lo que ha implicado ser creativa e innovadora todos los días, dejando
atrás la cotidianeidad.
La demanda social, cultural, política y económica requiere de ciudadanos aptos
para enfrentar las diversas situaciones, y para cumplir con tal necesidad, la
escuela pública requiere de docentes, directores y supervisores actualizados,
conocedores de su actuar y líderes pedagógicos que orienten las prácticas
docentes, que utilicen racionalmente el tiempo efectivo de clase y que planeen sus
actividades de clase en busca de la mejora educativa y del perfil de egreso.
Anteriormente, antes del 2012, se accedía al cargo de supervisor mediante
concurso escalafonario. Actualmente se obtiene el puesto a través de un examen
de oposición. No obstante este filtro, se llega al cargo sin que haya una
preparación para el mismo; es decir, nadie nos enseña a ser supervisores;
69
llegamos con la experiencia vivida a través de otros supervisores, teniendo a esa
figura como modelo cuando estábamos en funciones de docentes frente a grupo o
de directores y de ahí reproducimos formas, prácticas, actitudes e, incluso, el
discurso de aquellos.
La imagen del supervisor ha ido cambiando, especialmente en esta última década,
y cobra gran relevancia a partir del 2008, fecha en la que se inicia el proceso hacia
una supervisión de escuelas de jornada ampliada y de tiempo completo. La
prioridad actual de la supervisión: la mejora de los aprendizajes; el éxito de la
supervisión escolar de jornada ampliada y de tiempo completo es la presencia
constante del supervisor en las escuelas, la visita a las aulas para observar el uso
efectivo del tiempo en actividades de enseñanza; establecer el diálogo entre los
docentes y compartir experiencias entre pares, y la actualización constante al
supervisor, así como el diálogo directo con las autoridades. La asesoría a los
colectivos es definitivamente importante en este modelo.
Considero que la clave del éxito ante cualquier reforma educativa es, sin duda, el
maestro de grupo; por eso es importante actualizarlo permanentemente; practicar
los diálogos profesionales que permitan el intercambio de experiencias y saberes,
así como el estudio de los materiales escritos que contienen la metodología y
fundamentan el quehacer docente; motivar continuamente a la transformación en
las prácticas docentes, a partir de sus saberes y experiencias; orientarlos a
innovar, esto es, atreverse a cambiar; es ahí donde entra el supervisor con toda su
experiencia y conocimientos.
70
Por otra parte, y no menos importante, es dejar de estar en una lucha constante
con lo administrativo, más bien tendría que estarse reorganizando la estructura y
evitar tantas instancias que son las que generan la carga administrativa que las
zonas escolares y las escuelas padecen; el aspecto administrativo ha sido desde
siempre un gran lastre y motivo de tiempo mal invertido.
Finalmente, desde mi experiencia puedo concluir que la figura del supervisor es
importante en el Sistema Educativo Nacional, pero es más importante para los
colectivos escolares; el supervisor entiende lo que sucede en las escuelas porque
ha tenido experiencia en todos y cada uno de los ámbitos de gestión; fue docente
frente a grupo y conoce los materiales educativos y las diferentes formas de uso,
tiene experiencia en las formas de enseñanza; para llegar a la función tuvo que
actualizarse; fue director de escuela y tuvo la oportunidad de enfrentarse a
diferentes retos, aprendió a tomar decisiones, manejó la normatividad a fuerza de
aprender en el camino; desarrolló habilidades comunicativas para el diálogo; ha
estado en proceso continuo de actualización, lo cual le permite tener elementos
para brindar asesoría a su colectivo; los supervisores escolares seguimos siendo
una figura de control, pero con otra visión importante, desde mi punto de vista: el
cambio de actitud a líder pedagógico, y a líder moral y de acompañamiento a las
escuelas.
Para este momento en el que estoy terminando este ensayo, la supervisión de
primarias ha dejado atrás la supervisión de jornada ampliada y tiempo completo,
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regresando al viejo esquema en que las zonas escolares se conformaban de
escuelas oficiales y particulares, rompiendo con esta decisión un esquema de
trabajo académico y de mejora educativa, lo que me lleva a experimentar un
sentimiento de abandono e incertidumbre en la organización, sin rumbo fijo, como
si volviéramos a empezar.
Sin embargo, siendo optimistas frente a los cambios puedo proponer lo siguiente:
En lo administrativo
• Reorganizar la estructura quitando en el organigrama la coordinación
sectorial y las direcciones operativas, con lo que se evitaría la carga
administrativa generada por estas dos instancias y la supervisión
mantendría la comunicación cercana con la autoridad educativa local.
• Descentralizar los servicios educativos para la CDMX.
• Que la AFSEDF, al inicio de cada ciclo escolar proporcione su calendario
de actividades.
En lo Jurídico
• Como supervisor escolar, únicamente investigar y documentar todas las
denuncias haciéndolas llegar a la Coordinación de Asuntos Jurídicos de la
AFSEDF, para su atención, seguimiento y solución.
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En lo pedagógico
• Que la autoridad educativa local actualice durante dos periodos en cada
ciclo escolar a docentes, directores y supervisores en cursos que duren por
lo menos 80 horas.
• Diseñar e implementar diplomados y congresos educativos nacionales e
internacionales.
En lo financiero
• Asignar anualmente a las zonas escolares un recurso no menor de
cuarenta mil pesos para funcionamiento, mantenimiento menor, mobiliarios
y actualización de equipos de cómputo, entre otros.
• Incremento salarial a docentes, directores y supervisores.
En Recursos Humanos
• Asignar a las zonas escolares dos recursos que se dediquen
exclusivamente a la parte administrativa.
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REFERENCIAS
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Públicas en el Distrito Federal, México, SEP.
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la supervisión y la formación continua”, en: La asesoría a las escuelas.
Reflexiones para la mejora educativa y la formación continua de los maestros,
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Ley General del Servicio Profesional Docente, México, SEP, 2013
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Manual de Organización de la Escuela Primaria, México, SEP, 1980
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Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, numeral 3.1.4.3, “Impulso a las funciones
directivas y de supervisión”, Diario Oficial de la Federación, 19 de febrero de 1996,
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nuestros alumnos”.
SEP, página oficial, México
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