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Semanario del Nuevo MAS Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | $30 | Precio Solidario $100 Nuevo Movimiento al Socialismo. Chile 1362, Buenos Aires, Argentina | www.izquierdaweb.com

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Semanario del Nuevo MAS

Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | $30 | Precio Solidario $100 Nuevo Movimiento al Socialismo. Chile 1362, Buenos Aires, Argentina | www.izquierdaweb.com

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2 | Socialismo o Barbarie | Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19

EDITORIAL

“Deberíamos todos estar buscando launidad, hemos propuesto que hayauna PASO de la izquierda”

Política Nacional

Gustavo Sylvestre: ManuelaCastañeira, dirigente delNuevo MAS. Socialmente,¿cómo están viendo ustedestodo esto que describimos perocon la realidad que está mar-cando el gobierno de Macri?

Manuela Castañeira: Yo creo que esuna catástrofe y que en los trabaja-dores hay expectativas de planesque resuelvan sus problemas, susprincipales reivindicaciones. Macripresenta el plan de los 10 puntos,que es un plan de unidad para elFMI, a medida del FMI, con sureforma laboral, un sometimientode la economía para el pago a losacreedores. Luego considero que elplanteo que hace Cristina es uncontrato que pone como iguales apartes que son desiguales: esto es,el empresario con el trabajador. Untrabajador que paga Impuestos alas Ganancias en la cuarta catego-ría, que paga IVA, que está desem-pleado, que no llega a fin de mes,que tiene un salario por debajo dela línea de pobreza un desempleo,la verdad, alarmante. Entonces,creo que es necesario, en estemomento donde hay una discusiónsobre salidas, sobre alternativas,hacer un programa que ponga esasnecesidades en el centro. Por ejem-plo: prohibición por ley de despi-dos y suspensiones, eliminación delImpuesto a las Ganancias en lacuarta categoría, aumento genera-lizado del salario según la canastafamiliar y muchísimas más de esetipo de medidas que, realmente,tienen que afectar sí o sí a lasganancias empresarias mayorita-rias, como es el caso del campo.Nosotros creemos que hay quehacer un planteo de aumento deretenciones para el campo, para labanca, para todos los sectores de la

especulación y sacar de ahí dineropara mejorar la situación socialgeneralizada del país, que es real-mente muy mala. Y eso me pareceque también cae muy bien entreamplios sectores de la sociedad.

Gustavo Sylvestre: Así como elperonismo está buscando unidad,Frente Patriótico, ¿la izquierda estábuscando también unidad paraenfrentar las próximas elecciones?

Manuela Castañeira: Yo creo quedeberíamos todos estar buscandola unidad. Por lo menos, en micaso, desde el Nuevo MAS hemospropuesto que haya una PASO dela izquierda. Nicolás Del Cañoparece que no quiere. Nosotros selo hemos dicho de manera clara.Creo que hay una discusión y quela izquierda puede ser alternativa.Gustavo Sylvestre: Eso es lo quemuchas veces se le achaca a laizquierda: la diversidad y las divi-siones que no logran…

Manuela Castañeira: Sí. Yo creo quela diversidad es buena igual, por-que… fomenta el debate y demás.

Gustavo Sylvestre: …Así como digoyo que el PJ debería ir a una granPASO, ustedes lo podrían dirimiren una gran PASO también.

Manuela Castañeira: Totalmente. Eldebate de la unidad cruza todoslos arcos políticos en estemomento: le pasa a Cambiemos,le pasa al peronismo y le pasa a laizquierda también.

Gustavo Sylvestre: Exacto. M: La izquierda debería superarese debate. Con Luis Zamoratambién, que queremos incluirlo

en el planteo. Pero no un planteoasí de un distrito u otro, sino anivel nacional.

Gustavo Sylvestre: Me parece que elque más se opone es Zamora, justa-mente.

Manuela Castañeira: No. Vos sabésque creo que Zamora pegó el por-tazo, pero me parece que la respon-sabilidad acá la tiene el FIT. Y, por-que están metiendo un clima unpoquito divisionista y sectarioentre la izquierda y es hora dehacer planteos más generales ymás generosos.

***

Manuela Castañeira: Además de los100 mil millones que nos ha endeu-dado el macrismo, están los 100 milmillones que se fugaron y también,para aportar otros números, entrelos ganadores y perdedores,Tenaris firmó su balance, firmó subalance en Luxemburgo, en mayodel 2019. En 2016 había tenido unaganancia de 58 millones, pero en2018 de 850 millones. Con un acti-vo de 12 mil millones de dólares,no de pesos. Entonces sí hay gana-dores para el macrismo, en unaeconomía donde se afecta a los tra-bajadores, a las mayorías popula-res, se le roba el futuro a la juven-tud. Un par de familias, un par decorporaciones se enriquecen.Bueno, yo creo que es hora de plan-tear medidas anticapitalistas, deafectar la propiedad privada, deafectar las ganancias empresarias,de no pagar una deuda externa quees totalmente usurera e ilegítima. Yque el dinero y los recursos y lasriquezas, vayan para los trabajado-res, las mujeres y la juventud.

Manuela Castañeira en C5NRoberto Sáenz

“(…) el modo de producción capitalistaconsiste en que las condicionesmateriales de producción estándistribuidas entre los no trabajadores enforma de propiedad capitalista y depropiedad de la tierra, mientras que lamasa sólo es propietaria de lascondiciones personales de producción, lafuerza de trabajo. Si los elementos de laproducción están distribuidos de estamanera, entonces la actual distribuciónde los medios de consumo es elresultado lógico”. (Marx, Crítica delprograma de Gotha)

La irrupción de Cristina Kirchnerreordenó todo el proceso políti-co en el país. Opera fortalecien-

do la canalización electoral de la crisisademás de polarizando el propio pro-ceso electoral (por lo cual, incluso, lemete presión a la izquierda).

Esta irrupción ocurre mientras lacrisis económico-social sigue desarro-llándose; mientras los mercados tiem-blan porque la guerra comercial -toda-vía de baja intensidad entre EstadosUnidos y China- no escale más, lo queagravaría la crisis nacional (ver ahorala caída del precio de la soja, entreotros factores).

La burocracia sindical cumple,por su parte, su papel de contenciónconvocando a medidas de fuerza ais-ladas y testimoniales; ahí tenemosahora el paro general sin moviliza-ción convocado por la CGT para el29 de mayo, un paro convocado sinprograma claro y ni perspectivaalguna de continuidad.

De esta manera e, incluso, en mediodel desarrollo de una crisis que anun-cia una crisis más grave a medianoplazo, lo que se sustancia es un debatede fondo, no solamente electoral:cómo evitar el estallido liso y llanode una crisis tipo 20011.

Macri y sus “10 puntos” son laexpresión de la alianza de Cambiemoscon Trump y Lagarde para aplicar eldéficit cero y las reformas pendientes,laboral y previsional. Lavagna y Cía.(¿Schiaretti, Pichetto, Massa?) tienenun programa igualmente conservadorsolapado con el planteo de “renegocia-ción de la deuda” y “unidad nacional”.

Aquí es donde se coloca el planteode “contrato social” de Cristina, que esotra manera de plantear la unidadnacional para aplicar un ajuste y pagarla deuda (con alguna renegociación delos pagos) con la variante que se nego-ciaría centralmente con las “corpora-ciones”: CGT, sindicatos e IglesiaCatólica.

En este último sentido estuvo lagira de Kicillof por Estados Unidosdonde, ante la pregunta por su even-tual plan de gobierno, declaró que “elque está en el gobierno es Macri…pregúntenle a él y al FMI qué medidastomarán de acá a diciembre. Nosotrosnos sabemos cómo están realmente lascuentas; veremos qué medidas tomar1 Aquí es importante entender que el paísvive hace un año una crisis global que llegó aamenazar, incluso, con la salida del gobier-no, pero los mecanismos de contención hanfuncionado hasta el momento postergandoel estallido mismo de las cosas, así como laeventualidad de una nueva cesación depagos.

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Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 3Socialismo o Barbarie

si llegamos al gobierno”…una manera evidente de nocomprometerse a nada.

Mientras tanto, laizquierda viene de hacer unaelección muy floja enCórdoba. En sí mismo esono es grave porque los votosvan y vienen. Lo que seapreció en Córdoba fue unreflejo conservador al ratifi-car a Schiaretti. Lo grave esla lógica oportunista bajo lacual ha sido estructurado elFIT desde sus orígenes, queante la primera caída impor-tante de los votos se traduceen una grave crisis.

De esto también hablare-mos en este editorial, insis-tiendo en que lo más demo-crático para lograr la unidadde la izquierda para que seaalternativa es realizar inter-nas igualitarias entre todassus fuerzas.

“Contrato social”

El planteo de Cristina enla Feria del Libro sobre lanecesidad de un nuevo “con-trato social” admite variaslecturas: conceptual, históri-ca y política.

Conceptualmente unpacto social, un contratosocial, el propio derechoburgués como tal, es, comolo ha dicho Marx hace largotiempo, un “acuerdo[supuestamente] igualentre personas desiguales”.

El capitalista llega al “acuer-do” como capitalista, y eltrabajador, como trabajador,lo que supone, desde elvamos, una desigualdad.

Esto que parece muy gene-ral, es muy concreto, porqueestos tipos de acuerdos deconciliación entre clases irre-conciliables, explotadoras yexplotadas, tiene, precisamen-te, ese contenido: sentar enuna mesa como “iguales” apersonas desiguales.

Esto no es nada sorpren-dente porque es la esencia delperonismo histórico: su lógicade conciliación de clases. Ahíestá el famoso discurso dePerón en la Bolsa de Comercioen el año 1947, cuando instabaa los capitalistas a entender quehacía falta “ceder algo para noperderlo todo”…

Aunque en este caso no setrate de ceder gran cosa(Lavagna ha dicho algo que,quizás, Cristina, no quiera nipueda decir: “no hay nada querepartir”), la lógica es esa: alsentar en la mesa al capitalistacomo capitalista y al trabajadorcomo trabajador (representado,para colmo, por los sindicatosburocratizados), desde elvamos, cualquier cosa queacuerden, es sobre estos presu-puestos: ¡una parte seguirásiendo explotadora y la otraparte explotada! ¿Quién paga-rá la crisis? Indefectiblemente,los trabajadores2.

Esto nos lleva al problemahistórico: la experiencia delpacto social. Cristina reivin-dicó la figura de Gelbard, unasuerte de “verdadero dirigen-te empresarial”. Fue elMinistro de Economía en losaños 1973/4 arrancando sugestión en el efímero gobier-no de Cámpora, siguió hastala muerte de Perón (acaecidael 1º julio de 1974) y luegohasta octubre de ese mismoaño con Isabel Perón, cuandofue despedido.

En este caso el objetivocentral del pacto social fir-mado por la patronal y laburocracia sindical en plenoera en primer lugar política:frenar el tremendo ascensode la clase obrera que veníadel Cordobazo (1969) yempezaba a cuestionar elsistema (un verdaderopacto social contrarrevolu-cionario).

Económicamente, la ideaera frenar y/o congelar la“puja distributiva” congelan-do precios y salarios (en unnivel que garantizara deter-minada cuota de ganancias).Pero es imposible poner enel freezer la lucha de clases

(sea reivindicativa o política);el susodicho “congelamiento”terminó estallando por losaires en pocos meses.

Un congelamiento quepretendía, como hemosdicho, estabilizar las relacio-nes de clases alrededor de undeterminado promedio sala-rial y una tasa de empleo quegarantizase un mínimo deplusvalía, ganancias.

Aunque las condicioneshistóricas son completa-mente distintas, con lo cual,un supuesto “pacto social”,sería cien veces más conser-vador que su ejemplo histó-rico, lo que subsiste en elplanteo es la lógica del pero-nismo, que tiene matices conla agenda neoliberal pura ydura, pero es igualmentecapitalista: “ganancias tieneque haber sino el capitalis-mo no funciona”…

Y también subsiste suotra premisa: el factor acti-vo, el sujeto, siempre son losempresarios, la “burguesíanacional”, el Estado (¡que essu representante político!),nunca los trabajadores.

Y esto nos lleva al costa-do político del planteo deCristina: una fórmula deunidad nacional pero porla vía de las “corporacio-nes” (las instituciones de lallamada “sociedad civil”).Lavagna puso el dedo en lallaga al afirmar que, frente asemejante crisis, ningún

gobierno que emerja de laselecciones, por sí mismo,tendría la suficiente basesocial y política para llevaradelante el duro ajuste quequieren llevar adelante.

Lo hizo como planteopolítico, apoyado en un vir-tual acuerdo político conotro partido (institucionesde la sociedad política), perocon la dificultad –cada vezmás evidente- que no parecetener el volumen (masa polí-tica) para imponerlo. Enesto habría que ver cómojuega Schiaretti, pero ya seha visto que, prudentemen-te, parece querer refugiarseen Córdoba: “no soy elmacho alfa del peronismofederal” afirmó…

Cristina, eventualmente, sítendría dicho volumen, peroesto en el terreno donde sesiente más cómoda: el PJ, lossindicatos y la IglesiaCatólica encabezada por elpapa Francisco, además deun grupo variopinto de insti-tuciones empresariales.

¿Qué significado tieneesto en la actual coyuntura?Electoralmente, frente a la“unilateralidad” de Macri, asu visualización como ungobierno “sólo de los empre-sario”, es inevitable que amuchos trabajadores lescaiga bien… La concienciaactual no es una concienciade clase ni mucho menosradicalizada: es una con-ciencia anti-Macri, reivin-dicativa, de repudio a lostres años desastrosos degestión macrista.

En ese sentido aparece,entonces, como planteo más“justo”, “democrático” y“equilibrado” que un gobier-no que “sólo impone”. De ahíque caiga bien, eventual-mente, la idea de pacto, con-trato: “nos sentamos en unamesa, charlamos, discuti-mos, acordamos y todoqueda algo mejor”…

Sin embargo, entre las ilu-siones –¡y las puestas enescena!- y la realidad existeuna distancia sideral. Dichadistancia tiene que ver nosolamente con los límites declase de un kirchnerimo100% capitalista, sino con loslímites materiales (económi-cos) mismos que impone lacrisis.

Cristina ayer en elConsejo Nacional del PJ dejótrascender dos definiciones:que quiere un acuerdo elec-toral y de gobierno “lo másamplio posible”… y que lepreocupa la deuda.

Lo primero es un adelan-to, ya que sería un gobiernomucho más conservadorque los que se vivieron bajolos 12 años anteriores dekirchnerismo: un gobiernotan amplio daría excusaspara no tomar medidassiquiera mínimamente pro-2 Salvo un ascenso de la lucha de

clases la voracidad de la clasecapitalista es infinita: ahí estánahora los lamentos de los capita-listas agrarios por el precio de lasoja que esta todavía en la enor-me cifra de 290 dólares la tonela-da cuando en los años 90 apenassi alcanzaba los 70 dólares latonelada…

EL “PACTO SOCIAL” DE CRISTINA,CÓRDOBA Y LA IZQUIERDA

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Editorial

gresistas porque lo impedi-ría “la coalición”…

En segundo lugar, la preo-cupación por la deuda tieneque ver, uno, con los límitesque el endeudamiento pon-drá a cualquier veleidad(¡salvo, claro está, que serompa con el Fondo y se dejede pagar!); dos, con el com-promiso que dicha coalición“lo más amplia posible” haráen el sentido que de ningunamanera se pretende dejar depagar (a lo sumo se buscaráalgún tipo de renegociación).

Un voto conservador

En el marco de estos des-arrollos esta última semanaocurrieron también las elec-ciones a gobernador enCórdoba. Ya se sabía queSchiaretti se iba a imponer;pero quizás no con semejan-tes guarismos (57% de losvotos efectivos). En el fondola explicación de estos resul-tados es simple, una enseñan-za clásica del marxismo revo-lucionario: no alcanza conque haya crisis para que lostrabajadores giren a laizquierda; hace falta tam-bién un ascenso de la luchade clases.

Todos los esquemas fata-listas, catastrofistas, se hanchocado siempre con estapared: la idea que con la cri-sis alcanza. Y no es así: paraque las ideas de la izquierdaavancen entre amplios secto-res hace falta un ascenso sos-tenido de la lucha de clases(¡hubiera hecho falta queMacri cayera el año pasado!¡No olvidemos que el NuevoMAS fue el único partido queexigió -en medio del hierrode la crisis- que “el pueblodebía decidir”) que dé lugar,simultáneamente, a un proce-so de radicalización política:que franjas reales de los tra-bajadores vean las propues-tas de la izquierda comoalternativas reales3.

Si esto no ocurre, o no ter-mina de ocurrir entre la masade los trabajadores –aunquesí se da entre franjas de lajuventud y el movimiento demujeres e, incluso, entrefranjas de la vanguardia obre-ra- se impone un voto con-servador como en la provin-cia mediterránea.

Claro que mejor que seexprese así, de manera “cen-trista” todavía, como ocurreen la Argentina, y no por lavía de un giro brutal a laderecha o extrema derechacomo en varios países de

Europa o Brasil o el mismoEEUU con Trump, donde laclave es la explotación de losprejuicios populares, del atra-so, el ataque a los inmigrantes,a los de otro color, a las mino-rías sexuales, etcétera (algoque pareció ensayar Pichettopero no le dio la nafta).

Pero, en todo caso, larecepción a estas opciones“centristas”, conservadoras,entre el electorado, son lasque explican cómo caló eldiscurso de Schiaretti: “eltabique para que no llegue lacrisis nacional soy yo”;“Córdoba es de los cordobe-ses”; “Que nadie se venga ameter”; “Córdoba para loscordobeses”; es decir, un dis-curso igual que escuchamosen Neuquén, Río Negro,Santa Fe.

Y no importa si Schiaretticasi no habló, si se la pasóinaugurando obras; esto es loque sugería su candidatura.

Atención que, además, depor sí, las elecciones a gober-nador y municipios separadasde la nacional, siempre sonmás conservadoras, localis-tas, “despolitizadas”.

Los aparatos burgueses,sean del signo que sean domi-nantes en las provincias, losaben. Y por eso jugaron eljuego de separar las eleccio-nes en el interior, lo que fueun acierto.

Quizás, por otra parte, lacrisis esté todavía algomediada en el interior res-pecto de lo que ocurre a nivelnacional. Es que inclusocomo enseñanza de la crisisdel 2001, en ninguna otraparte del país existe una con-centración de las dimensio-nes del GBA, el centro ver-dadero del país (una concen-tración inmensa de 12 millo-nes de habitantes que agi-ganta todas las contradiccio-nes sociales4).

Argentina es un país cuyaestructura económica, socialy política es centralizada. Y,desde el punto de vista estra-tégico, eso es progresivo.Pero no lo es desde el puntode vista del desarrollo inte-gral del país, claro está (ver aeste respecto los agudos aná-lisis de Milcíades Peña de

décadas atrás cuando habla-ba del “país abanico”).

Este “federalismo” azuzadocontra la “opresión centralista”es una buena arma burguesaque pega sobre el atraso en laconciencia popular. Sobre ele-mentos reales en el sentidoque se deben respetar todas lasidiosincrasias, pero explotadossiempre por los políticos bur-gueses del interior del paíscomo si fueran el problemacentral y no el capitalismo…(¡esto más allá de la hipocresíay el cinismo de hacer este tipode campañas luego de habersido cómplices de Macri estostres años!).

Le facilitaron su éxitoelectoral no solamente elbochorno de Cambiemos,que fue dividido con el radi-calismo perdiendo la inten-dencia de Córdoba, sinotambién el rol siniestro de ladirección kirchnerista quebajó la candidatura de Carropara apoyar a Schiaretti, unafigura ligada históricamen-te a Cavallo, Menem y laFundación Mediterránea…

La aparición de Cristinael jueves fortaleció el voto enbloque de los votantes K aSchiaretti, sumado a cómooperaron los dirigentes ycuadros medios para queesto ocurriera sobre la pre-misa de un discurso posibi-lista y de rechazo explícito ala izquierda: “el único ene-migo es Macri”; “la izquierdadivide”; “es el voto en blan-co” y mil barrabasadas y pre-juicios macartistas más porel estilo.

Un resultado electoral adverso

Las elecciones enCórdoba, por ser las másimportantes antes de lasnacionales, se convirtieronen una suerte de “banco depruebas” de lo que puedevenir. Sin embargo, la mues-tra está distorsionada por elcarácter localista de la elec-ción, lo que obliga a no tras-ladar mecánicamente sustendencias y resultados.

Eso no quita que tengaenseñanzas no tanto enmateria de pronósticos futu-ros (aunque una eventualpolarización entre el macris-mo y los K será seguramenteun fuerte obstáculo a sorte-ar) sino, fundamentalmente,respecto del balance de laizquierda.

Nuestro partido salióúltimo de la izquierda cose-chando una magra votación.Sabíamos que competíamosen desventaja con las otraslistas: desventaja en materiade recursos, aparato e insta-lación.

Sin embargo, avanzamosen la instalación de nuestrasfiguras, en aprendizaje para

hacer campaña, en aperturade locales, en trabajo de base.Nuestro resultado electoralfue malísimo; nuestro apren-dizaje y desarrollo construc-tivo muy positivo.

El caso del FIT es distin-to: logró en su momentotransformarse en un fenó-meno electoral entre franjasde masas en CórdobaCapital: de ahí que esta flojaelección deba dar lugar adebate y reflexión5.

El principal problema esque sus integrantes han sali-do a barrer los problemasbajo la alfombra. El PTS hadicho que el resultado hasido “histórico” (la izquierdaen su conjunto no superó el3.5%...) porque ingresó unconcejal en el consejo muni-cipal. El FIT, además, man-tuvo sólo un diputado pro-vincial de los tres que poseía.

El verdadero problema noes haber pasado de tres dipu-tados a uno. El criterio delbalance no debe estar atado,como tal, a los cargos que seobtuvieron (aunque obtenerlegisladores es progresivo ymarca una de las medidas dela cosa).

El punto central es si selogró que una franja de lostrabajadores, las mujeres y lajuventud votaran a laizquierda. Y la realidad esque las tres listas de laizquierda perdimos votos enrelación al 2015 (¡claro queel FIT muchos más debido ala instalación a la que habíallegado!).

¿Esto es malo en símismo? No: simplemente esun dato de la realidad. Lomalísimo y oportunista, loque expresa una lógica deadaptación, lo realmentevergonzoso, es no decir laverdad de frente, no recono-cerla: negar que la izquierdahizo una mala elección.

Pero a esto se le suma unsegundo problema: como elFIT es una mera cooperativaelectoral, una alianza paraobtener votos y cargos,cuando éstos no llegan,sobreviene una crisis, talcual se aprecia hoy en dichofrente (los resultados electo-rales mediocres se han veni-do acumulando a lo largo detodo el año).

Los trabajadores son con-cretos pero también empíri-cos y crasamente reivindica-tivos; su conciencia prome-dio es burguesa: cuando venque se obtienen cargos …esperan soluciones mági-cas… de ahí que se hayareflejado en Córdoba la crí-tica a Olivero, el cansancio

con ella que muchas vecesfue diputada y “no solucionónada” (un fenómeno similaral que sufrió el PO en Salta).

Esto no quiere decir dis-pararnos un tiro a los piesafirmando “no nos voten, nova a servir para nada”… esosería un estupidez. El voto alas candidaturas socialistases fundamental: de enormeimportancia para conquis-tar la independencia políti-ca de los trabajadores.

Pero, a la vez, es siempretáctico en función de decir laverdad: que las soluciones defondo no las puede lograrningún diputado de laizquierda en el Congreso,que los cargos son puntos deapoyo auxiliares para loprincipal: el desarrollo de laconciencia y la organiza-ción de las masas.

No es esta la educaciónque viene trasmitiendo elFIT en sus 8 años de exis-tencia. Y de ahí que unbajón electoral impacte consemejante fuerza en susintegrantes.

Y esto remite a una terce-ra cuestión que también seha barrido bajo la alfombra:por demasiado tiempo el FITha permanecido como unamera cooperativa electoral.

Y lo que no avanza, retro-cede. Se ha naturalizado quees sólo un campo de disputaspara construir cada secta. Uncampo de batalla puramenteelectoral. Jamás se presentócomo un proyecto más gene-roso, que vaya más allá: queintentara avanzar en crite-rios de frente único en lasluchas, que le dé un canal deexpresión a sectores másamplios de la base.

De esta manera, al quedarsólo en el terreno electoral,aun cuando sigue caracteri-zado por un criterio progre-sivo de independencia declase, sobreviene la crisis:porque no responde a lasexpectativas de avanzar; dedar una respuesta no sóloelectoral sino más orgánica.

Estas son algunas de lascuestiones que nuestro par-tido viene planteando desdeel 2011; no algo que se nosocurra ahora.

Mientras seguimos bata-llando por la unidad de laizquierda para que sea alter-nativa, mientras insistimosen que el mecanismo másdemocrático para lograrlo esir a una gran interna de laizquierda sobre la base de unprograma anticapitalista,creemos que el balance de laactual crisis del PO y el FITdebe servir para avanzar enla formación política de lamilitancia y para salir deloportunismo y la autopro-clamación oportunista.

3 Esto desmiente, un poco, eloportunismo de ciertas corrien-tes que creen que todo es marke-ting, redes sociales, llamados tele-fónicos a Zamora y demás, apara-to en fin, por oposición al des-arrollo de una militancia debase, orgánica.

4 Sólo en materia de serviciospúblicos una megalópolis como elÁrea Metropolitana de BuenosAires, sobre todo en los partidosdel Gran Buenos Aires, son unestallido cotidiano. Para los queno lo saben, la definición mismade megalópolis es esa: una canti-dad desproporcionada de habi-tantes que no pueden ser cubier-tas por servicios públicos acor-des. Un ejemplo de esto es el delos trenes en India, donde lospasajeros viajan colgados de laslocomotoras, en los techos, etcé-tera, algo no muy lejano de lo queocurre en los trenes urbanos quevan al norte, al oeste y al sur delGran Buenos Aires.

5 El “banco de pruebas” del FITen Córdoba es mucho más realque en Santa Fe o Río Negro,donde nunca obtuvo importantesvotaciones.

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Socialismo o BarbarieAño XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 5

Política Nacional

Eduardo Mulhall

El primer dato insoslayable de lasrecientes elecciones a goberna-dor es el rotundo triunfo de

Schiaretti en 25 de los 26 departamen-tos de la provincia y también en la ca-pital, bastión de la UCR.

Este triunfo era un final anunciado,sólo faltaba esperar que terminado elescrutinio tuviera datos: 54% de losvotos. Schiaretti se ha impuesto en lareelección confirmando así la tendenciaque venimos observando en otras elec-ciones provinciales como Neuquén yRío Negro, donde se impusieron losejecutivos provinciales.

Ninguna crisis se manifiesta mecanicamentepor la izquierda

Esto se explica porque, en medio deuna crisis nacional del gobierno de Macri,que se profundiza con un deterioro eco-nómico y social cada vez más grave, losgobernadores han logrado aparecer como“despegados” del gobierno nacional deCambiemos, desligarse de sus responsa-bilidades y de la crisis que ocurre a nivelnacional como si sus provincias pudieranser santuarios donde ésta no impactarade la misma manera.

Luego de las elecciones Schiarettiquiso reafirmar esa imagen: “solo soy ungobernador más, soy cordobés hasta elcaracú, los de afuera son de palo”. Noquiso nacionalizar su elección (“no soy elmacho alfa del peronismo federal”, agregóen el mismo sentido).

Córdoba se encuentra ampliamenteendeudada y la crisis se vive con sus-pensiones, despidos, cierre de líneas enlas plantas; muy parecido a lo que ocu-rre a nivel nacional. Pero Schiaretti, apesar de haber apoyado a Macri a lolargo de toda su gestión, logró despe-garse de esto y aparecer como una es-pecie de “dique de contención” de lacrisis nacional frente a amplias porcio-nes del electorado cordobés, a partirde obras que se llevaron adelante conun fuerte endeudamiento.

Es evidente que esto es una ilusión.Porque la crisis que se vive a nivel na-cional es muy fuerte y ninguna provin-cia puede escaparse de ella. Pero de al-guna manera el adelantamientoelectoral le han permitido al PJ y aSchiaretti manejar los tiempos políticospara postergar el desencadenamientode la crisis en Córdoba en la magnitudque está teniendo a nivel nacional.

El segundo dato de importancia, querefuerza el triunfo de Schiaretti, y hablade la crisis de Cambiemos en general ydel radicalismo en particular, es que al irdivididas estas en dos fuerzas (Negri porun lado, Mestre por el otro), el PJ se alzópor primera vez desde 1973 con la inten-dencia de la Córdoba Capital, donde salederrotado específicamente Mestre.

Esto también le pone cifras al retro-ceso de Cambiemos y el radicalismo en

la provincia que, al ir dividido, en ningúnmomento pudo desafiar el triunfo can-tado de Schiaretti.

Este retroceso le supuso ahora lapérdida al radicalismo y a Cambiemosde la ciudad capital, una de las más im-portantes del país y es un duro golpe algobierno de Macri cuyas perspectivaselectorales nacionales se ven cada vezmás ensombrecidas.

Un capítulo aparte merecen los es-fuerzos que hizo Macri mandando a susprincipales delfines (Larreta, Vidal, in-clusive Carrió) para vigorizar las figurasde Negri, Baldassi y Juez, e intentar for-talecer lo más posible a Cambiemos anteuna derrota segura; pero también paraterminar de debilitar a Mestre de cara ala Convención Nacional del radicalismo.

Lo que hay que destacar es que laelección en Córdoba fue profundamenteconservadora ya que entre las cuatroprincipales fuerzas (Schiaretti-54,04%-,Negri -17,78%-, Mestre -10,94- y Elorrio-3,72-) se llevaron casi el 86% de losvotos sin sumarle el 5% del voto enblanco...

El kirchnerismo apostó por el mejor socio de Macri

El rol del kirchnerismo fue clave a lahora de este triunfo contundente deSchiaretti. Durante todo el período elec-toral demostró que no solo no quería con-frontar con Schiaretti, sino apoyarlo de-cididamente y por eso llamó a votarlo.

Pero no les fue fácil ya que luego desu acto de lanzamiento y por orden de ladirección nacional del kirchnerismo, Ca-rro levantó su candidatura, dejando enestado de parálisis, de desconsuelo a sumilitancia, a sus simpatizantes, a todoslos kirchneristas de a pie, a todo este sec-tor progresista que le querían hacer pagara Schiaretti el apoyo que le dio a Macri.

Dentro de este sector comenzó unproceso de debate en el cual había sec-tores que empezaban a plantear su votoa la izquierda.

Frente a esta situación, los dirigen-tes k lanzaron una sistemática campañapara que los votos de Carro vayan aSchiaretti, aun a pesar del rechazo quecausaba en muchos votantes kirchne-ristas. La orden era que nada se podíair para la izquierda y la independenciade clase; y empezaron actuar Fresnedas,Carro, la diputada Estevez, MáximoKirchner, Aníbal Fernández y comen-zaron a bajar línea en forma muy sen-cilla: “peronista vote a otro peronista”…

Luego, más tarde, con la irrupción deCristina Kirchner que aparece comocandidata y que despierta la ilusión eneste sector del electorado de que puedaimponerse a nivel nacional, se terminade cerrar así las posibilidades de que unsector progresista votara a la izquierda.

El triunfo abrumador de Schiarettino hubiese sido posible sin los votos delkirchnerismo; solo basta recordar las ci-fras de las elecciones del 2015 dondeUnión Por Córdoba (Schiaretti) saca el

39,99% de los votos y Córdoba Podemos(K) el 17,17%.

Un gran retroceso electoral de la izquierda

Por último está el resultado de la iz-quierda, cuyo retroceso electoral -más alláde haber consagrado algún legislador-tiene dos motivos: las causas objetivas delvoto conservador y que ningún sector kvino hacia la izquierda.

Cuando nos referimos a la primercausa objetiva es que en medio de las crisiseconómicas, sociales y políticas, cuandolos trabajadores no están en ascenso, noestán a la vanguardia con sus luchas, pri-man las tendencias al “me aferro a lo quehay, conservo lo que tengo” y entoncesno siempre las crisis devienen en salidaspor izquierda.

Las elecciones reflejaron esa concien-cia de los trabajadores y de las más ampliascapas de la sociedad. Y, por otro lado, esasituación permitió también actuar alkirchnerismo para que sus votos no sefueran a la izquierda.

La izquierda sufrió un revés electoralde magnitud con respecto a las eleccionesa gobernador en el 2015 perdiendo un40% de los votos: pasó de 144.246 a ob-tener 86.602 a nivel de gobernador; y de159.884 a obtener 103.623 a nivel de le-gisladores, retrocediendo en ambas cate-gorías alrededor de un 40% en la primeray un 35% en la otra.

No sólo en votos sino también enbancas legislativas, donde el FIT perdió2 de las 3 que tenía. Una muestra: en el2015 sólo el FIT había obtenido paralegislador 101.785 votos, hoy en totalen toda la provincia para legisladoresobtuvo 59.375.

Hoy las tres fuerzas que componenel FIT parecen autistas en sus análisis.Algunas como el PTS, si bien planteanque las condiciones en las que se realizóla elección conservadora fue la que pro-dujo la reducción de los votos y la per-dida de dos legisladores; concluyen di-ciendo que llevaron adelante una granelección en la capital que les permitiómeter un concejal en la Municipalidad.Rara forma de ver la elección, solo porlos cargos obtenidos...

Por el lado de Izquierda Socialista,su principal figura y candidata a go-bernadora Liliana Olivero, obtuvo un2,59% -contra un 4,9% de cuatro añosatrás- (demostrando que el desplomeelectoral no perdonó ni a las figuras).Sin embargo, IS mira para adelanteen forma objetivista como si nada hu-biese ocurrido y señala que “a pesardel retroceso, la buena elección enCapital nos permitió mantener unalegisladora que rotará en su cargo”.Nos preguntamos ¿de que buena elec-ción en la Capital hablan, si se pasóde un 11% del 2015 a un 4,55% ahorapara legisladores?

Paradójicamente, o no tanto, dada sucrisis, el PO oficial es el que plantea unbalance con más profundidad y en forma

autocrítica. Señala que el que más retro-cedió es el FIT, ya que era el que máshabía avanzado en votos y cargos; y queentiende que la crisis económica y políticadel país no se va a resolver en forma au-tomática si no surge una dirección alter-nativa por izquierda, que esté presentetanto en las luchas como en el terrenoelectoral. También se pregunta, atinada-mente, cómo la izquierda va a enfrentarel proceso electoral nacional de acuerdoa los resultados que se vienen obteniendo.Pero, sorprendentemente, su propuestaes… ir a un Congreso del FIT…

Por su parte, Altamira caracteriza quelas elecciones dieron lugar a una suertede “desplome del FIT” y denuncia laadaptación al parlamentarismo y al elec-toralismo de este frente, pero lo hace sinver que hay elementos objetivos que in-cidieron en el resultado, y sin ver que losprocesos no son lineales.

Pero lo terrible de todos estos balanceses que no sacan ninguna conclusión pro-funda, son autistas, no escuchan lo quelos trabajadores dicen por lo bajo: “¿porqué fueron divididos?”. Se puede aceptarque las condiciones son adversas, perotambién hay que reconocer los errorespolíticos. Porque para plantear una salidaen medio de una crisis económica y polí-tica como la que estamos atravesando, laizquierda tiene la necesidad de unirse paratransformarse en alternativa política.

El FIT no se cuestiona ni por un se-gundo su política autoproclamatoria yelectoralista. Parecen haberse creído quelos votos estaban comprados, que una vezque se los obtiene siempre se los tendrá…No se cuestionan que la división de la iz-quierda afectó a la votación de conjunto,y, en primer lugar por ser la fuerza másimportante, al propio FIT.

El balance de nuestro partido

Estas condiciones afectaron por su-puesto también al Nuevo MAS, que hizola elección más modesta de la izquierda,lo cual era previsible teniendo en cuentarazones de recursos y aparato volcados ala campaña electoral, aunque quizás noen la magnitud del retroceso electoral quetuvimos.

Sin embargo, también es un hecho quenuestro partido, como tal, se constituyóen un fenomeno electoral; nunca hemostenido –hasta ahora- representacioneselectorales y competimos con otras fue-razas y figuras que incluso han obtenidofiguración de la mano de políticos bur-gueses como Luis Juez,

Si todavía nos falta madurez paratransformarnos en una opción que seavista electoralmente como alternativa poramplios sectores, consideramos que hi-cimos una enorme campaña, una cam-paña militante de independencia de clasede la cual estamos orgullosos, que nosayudó a una mayor instalación políticaen la provincia así como también en lamaduracion de toda nuestra militancia.

Elecciones en Córdoba

Amplio triunfo de Schiaretti en una elección conservadora

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6 | Socialismo o Barbarie | Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19

Roberto Sáenz

Una enorme crisis terminódesencadenándose en elPartido Obrero a propó-

sito de los magros resultados dela izquierda y el FIT en las re-cientes elecciones en Córdoba.

En realidad, un resultado elec-toral no debería dar lugar a seme-jante crisis: son votos, elecciones,algo táctico, no estratégico.

Sin embargo, la cuestión estáoperando como catalizador dealgo mayor: inercias teóricas,programáticas, políticas y de ré-gimen partidario que se vienenacumulando hace años en el PO,y que en el choque con la realidadhan dado lugar a la crisis profun-dísima de este partido.

Que se entienda, por lo de-más, que no estamos festejandodicha crisis. No nos considera-mos los “únicos revoluciona-rios” y a las demás corrientes,invariablemente, “obstáculos”en el camino revolucionario.Ese es un criterio de secta queno compartimos.

Se trata, simplemente, deeducar a la militancia y sacarlas lecciones de esta experien-cia para la construcción revo-lucionaria.

De ahí que realizaremos acontinuación tres someras pun-tualizaciones que concentran, entérminos generales, las que pue-den ser las causas generales deesta crisis; que la ordenan en elmaremágnum de interpretacionesy acusaciones cruzadas.

Marginalidad del trotskismoy balance del siglo XX

El primer elemento tieneque ver con los aspectos másestratégicos. Con la burocrati-zación de la Revolución Rusael marxismo revolucionario, eltrotskismo, que fue su conti-nuación, quedó marginado.Esto dio lugar a todo tipo dedesviaciones: sectarias, opor-tunistas, de aparatos, veleida-des ridículas, mesianismos,todo subproducto, en defini-tiva, de la marginalidad.

Enormes esfuerzos se hi-cieron: el trotskismo es unade las corrientes más honestas

y militantes de todo el arco dela izquierda; su única fracciónrevolucionaria.

Por lo demás, existe enormecantidad de experiencias y des-arrollos de la lucha de clases enlas cuales si el marxismo revo-lucionario, el trotskismo, nohubiera estado, dichas expe-riencias no hubieran ocurrido.

La tradición acumulada delconjunto de las corrientes deltrotskismo es riquísima e in-mensa: un capital enorme parael futuro que debe ser abordadocríticamente.

Sin embargo, la caída delMuro de Berlín obligaba a sacarconclusiones programáticas yde concepción. No hacerlo erauna multiplicación del doctri-narismo y la marginalidad (¡nohay obrero/a de vanguardia queno te pregunte, cuando seacerca a la izquierda, qué pasóen la ex URSS!); así como ha-cerlo mal, derrotistamente, unarecaída en el oportunismo, enel posibilismo.

La variante del PO, su co-rriente, se encaminó a cuestionarpor “democratizante” cualquierbalance que planteara el pro-blema de la falta de democraciasocialista, obrera, en las revolu-ciones burocratizadas: el pro-blema de que sin la clase obreraen el poder no había manera deque estos Estados no capitalis-tas fueran Estados Obreros.

Pero por alguna razón que senos escapa o, quizás, en funciónde apreciar una deriva aparatista-oportunista en su partido, Alta-mira salió un par de años atráscon un debate sobre Cuba que ensu momento saludamos, dondeinsistía en los problemas creadospor el sustituismo de la claseobrera en la revolución.

Aunque inmediatamente ca-joneó esta discusión (no sabemosporqué, quizás por erratismo) se-ñaló, al igual que lo hacemos nos-otros, la importancia no sola-mente de qué tareas asume larevolución, sino también elquién, qué sujeto social las llevaadelante, y cómo, es decir, losmétodos de la misma.

En síntesis: una crítica al ob-jetivismo en la revolución; el co-rrecto señalamiento de que la re-volución se hace socialista

cuando la clase obrera toma elpoder.

Altamira encabezó un debatecon una minuta del compañeroKane, legislador provincial y di-rigente del PO. Dicho dirigenteplanteaba la versión más crudade la apología a una revoluciónque, como la cubana, se habíadesarrollado sin la centralidad dela clase obrera; Altamira le se-ñaló, correctamente, que la claseobrera había participado de lamisma en calidad de individuo,no como clase dirigente.

La conexión de esto con el de-bate general de su partido: unacrítica a la lógica sustituista, apa-ratista, porotera, que subordinala política a las ganancias inme-diatas; esto, al menos, hastadonde lo podemos interpretarnosotros.

¿Cuál sería la manera de evi-tar y/o corregir las desviaciones?(inevitables quizás hasta ciertopunto): tener la capacidad deentender que la realidad siem-pre es más rica, que el doctri-narismo, la fosilización delmarxismo, esconde siempre uncurso de adaptación, oportu-nista o sectario, que la políticarevolucionaria siempre está, yno puede dejar de estar, en diá-logo fructífero con la lucha declases.

¿Cómo no romperse la nuca en elsalto hacia las masas?

Veamos ahora el segundo ele-mento. Cuando se acumula unacantidad suficiente de militantese interrelaciones se llega al esta-dio de organización de vanguar-dia. Sin embargo, como nada esestático, el alcanzar este estadioplantea el próximo paso: el saltohacia una mayor influencia entresectores de masas.

Pero el problema es que mu-chas organizaciones se hundie-ron o entraron en crisis cuandoensayaron esa transición. Desdeya que toda transición entrañacrisis y este salto también.

Desde ya que tampoco sirveel atajo o la receta sectaria de nodar el paso; de atrincherarse enuna lógica chiquita: de esa ma-nera jamás se construirá unpartido revolucionario con in-fluencia de masas.

Pero lo que corresponde aquíplantearse es cómo dar este pasoen las condiciones reales de hoy(cosa que no parecen haber pro-blematizado lo suficiente ni elPO, ni tampoco el PTS).

Las prédicas objetivistasacerca de la “ruptura del pero-nismo”, “Salta la troska” y cosaspor el estilo, que una franja delas masas se “radicalizaba” y co-sas así, sólo sirvieron para con-fundir.

Y atención, que no se nos es-capa que Altamira fue el autor dela mayoría de estas definiciones,lo mismo que de la “estrategia pi-

queterista” (que mezclaron irre-mediablemente partido y movi-miento y perdieron la estrategiade la clase obrera asalariada), yque sus análisis siguen pasadosde rosca.

Pero, en todo caso, aquí lacuestión clave es la siguiente:quién arrastra a quién; cómodar ese paso hacia la influenciade masas en las condicionesdonde no hay todavía radicaliza-ción política de amplios sectoresde masas.

Entonces, cuando el partidoamplía su accionar (¡cosa muycorrecta y obligatoria en símisma!), se vuelve pasible node influenciar él a amplios sec-tores, sino que estos ampliossectores lo influencien a él consu atraso y expectativas inme-diatistas…

Insistimos. Altamira no pa-rece haber tenido recaudos eneste sentido cuando dirigía el POy el propio FIT años atrás; sinembargo, ahora parece poner lavoz de alerta en ese sentido.

Son demasiadas las cuestio-nes para desarrollar aquí. Algu-nas las hemos abordado en textoscomo “Lenin en el siglo XXI”,Cuestiones de estrategia, así comoen nuestros balances del trots-kismo y las revoluciones de pos-guerra: “Crítica a las revolucionessocialistas objetivas”.

Sin embargo, podemos agre-gar una o dos cosas generales. Laclave es que al partido siemprehay que dirigirlo en el sentidocontrario de su “tendencia na-tural”. Si el partido es muy chicoy juvenil, hay que educar perma-nentemente contra el sectarismo.Pero si el partido está creciendoy sacando votos, la educacióntiene que ir en el sentido contra-rio: férreamente contra la adap-tación oportunista.

Nada de esto se ha hecho enel PO y tampoco el PTS. Su lógicaha sido de una autoproclama-ción brutal: alentar sistemática-mente la idea que “con 20 dipu-tados” se resolverían las cosas;que el FIT viene, por sí mismo, a“resolver todos los problemas” (la“teoría” sustituista del “chapulíncolorado” tan presente en una desus campañas) y cuestiones asíque han educado en el oportu-nismo, en el sustituismo, en la ló-gica de secta que pierde de vistaque el partido es una herramientaal servicio de las necesidades delas masas.

Un problema de régimen

El PO parece haber quedadoal borde de la ruptura. Insistimosque no nos interesa aquí meter-nos en su interna, ni nos alegra-mos por ella. Tampoco conoce-mos las responsabilidadeshistóricas: el hecho que el POhaya tenido siempre rasgos bu-rocráticos y personalistas1.

Sí creemos que hay un ele-mento que es claro por lo me-nos en este momento de su cri-sis: haber dejado a Altamira,Ramal y compañía fuera del CC,por más equivocados que estén,es una aberración completa.

Muchos militantes del POhan fundamentado que esto fueasí porque su “documento quedóen minoría”… Pero un dirigentehistórico no sólo del PO sino deltrotskismo argentino, con un ba-lance de actividades con un mon-tón de delirios y locuras, asícomo mesianismo y sectarismohacia las demás corrientes, perosin capitulación, no puede serevaluado por una u otra posicióntáctica.

Jamás corresponde integraral CC por posición política; almenos no sólo por posiciónpolítica. Al CC se lo integra,en lo esencial, por balance deactividades. Y el balance de ac-tividades de un dirigente his-tórico que no dejó nunca demilitar –más allá de cuales-quiera sean sus deformacio-nes- habla hasta cierto puntopor sí mismo.

Cuando a un dirigente ogrupo de dirigente se los dejafuera del CC… se abren laspuertas a la ruptura. Dirigir esdifícil y muchas veces una tareaingrata y desagradable. La res-ponsabilidad es llevar con fir-meza el partido alrededor de lasresoluciones tomadas.

Y las resoluciones se tomanen eventos partidarios y hay queser implacables a la hora de queel debate se resuelva, se vote, ylo votado se ejecute: si no fueraasí, dejaría de ser un partido y setransformaría el partido en unclub de amigos (o, lo que es peor,una charca).

Pero otra cosa es que una di-rección dirige a todo el partido.Salvo problemas de principios,jamás se deja afuera del CC a nin-guna “sensibilidad” del partido.

Un error semejante cometiónada menos que un enojado Le-nin, que en el X Congreso delPartido Bolchevique tuvo un cri-terio de integración al CC porposición política, por fracciones,criterio que terminó benefi-ciando a Stalin en detrimento deTrotsky…

Las lecciones de la historia es-tán ahí para ser estudiadas críti-camente, que es la única maneraque el marxismo y la clase obrerapueden avanzar.

Esta crisis del PO (¡que tam-bién es del FIT y de todos sus in-tegrantes!), ojalá dé lugar a ense-ñanzas semejantes que nospermitan construir organizacio-nes revolucionarias más fuertes.

1 En este sentido, honestidad obli-ga, la educación del morenismoparece haber sido muy distinta, almenos en lo que al personalismo serefiere.

Debate en la izquierda

A propósito de la crisis en el Partido Obrero

Política Nacional

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Socialismo o BarbarieAño XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 7

Movimiento Obrero

Rodolfo Torres

En pleno verano y con la planta de vaca-ciones la patronal de Pilkington envió13 telegramas de despido. No fue un he-

cho casual o arbitrario: obedece a cierta lógicade los acontecimientos.

Un gobierno fracasado pero agresivo

El gobierno de Macri vive en crisis desdelas jornadas de diciembre del 2017, dondeobtuvo un triunfo pírrico –impuso una reformajubilatoria– y una derrota estratégica: los mer-cados empezaron a desconfiar en su capaci-dad de derrotar al movimiento de masas yeste mostró sus reservas de lucha.

Las corridas contra el peso que se iniciaronen abril del 2018 (17$ por dólar) y que llevaronal dólar a $46 en menos de un año son la ma-nifestación de esa desconfianza.

Los acuerdos con el FMI impusieron unalógica de ajuste sin fin y sin anestesia.

El gobierno es un fracaso total, pero estono lo hace menos agresivo: “vamos a pulveri-zar el salario, a un ajuste brutal, vamos a im-pulsar una recesión brutal, vamos a descargarla crisis sobre los trabajadores” ese es más omenos el mensaje que transmitió el gobierno alos empresarios.1

Despidos y persecución

La ola de cierres de empresa, de despidos,suspensiones y de cambio de las condicionesde trabajo no tiene pausa desde finales delaño pasado.

La reforma laboral de hecho, gremio porgremio, fábrica por fábrica, es la forma en quedescargan las empresas la crisis sobre los tra-bajadores con el aval explícito del gobierno.

En la Pilki esta política tenía un obstáculo,una mediación: el activismo y la Lista Marróncomo expresión de lo mejor de la lucha del2009. Por eso, para ir al ajuste, al cambio deconvenio y de condiciones de trabajo, la em-presa debía sacar al activismo de la fábrica.

La mejor demostración que su premura eramás política y no económica es que hasta elmomento no avanzó con las condiciones detrabajo de forma cualitativa2. Recordemos queel convenio de Pilkington es en lo económicoel doble que el nacional por ejemplo.

Los despidos responden a razones políticas,es decir, son persecutorios y discriminatoriosdel activismo, obvio, la excusa perfecta es larecesión y la crisis de la industria.

Pero en Pilkington más que una crisis es-tructural, lo que hay es una baja de ventas. Lapatronal quiere ir a un aumento de la produc-tividad vía el aumento de la explotación lisa yllana, y sacar conquistas de los trabajadores.

La coyuntura en el movimiento obrero

En los lugares que dirige la burocracia, po-demos ver que los cierres, los despidos y lassuspensiones pasan casi sin resistencia; es ellala garante de que pasen. Esta es casi una normageneral. En cambio donde hay activismo inde-pendiente, delegados, internas o gremios inde-pendientes, hay lucha y resistencia. Se gana ose pierde pero hay lucha.

Esto remite a tres cuestiones distintas.Por un lado, el rol de las direcciones: dondehay direcciones independientes, hay resis-tencia; donde está la burocracia, se entregatodo sin pelear.

Pero por otro lado, remite a la coyunturaparticular que vive el movimiento obrero.Los despidos son un mecanismo disciplina-dor social terrible. El quedarse sin trabajoes como estar muerto: una muerte social.Esto hace que los compañeros se ponganmucho más conservadores: se aferran a lamáquina, al puesto de trabajo. Cosas queayer les parecían intolerables, ahora les pa-recen aceptable3. El despido de un activistaque hasta ayer era irritante, ahora se justificaporque “si te pagan todo, es legal”…

Además también hay un factor político: sevienen las elecciones y el voto se ve como elmejor instrumento y el menos costoso paracambiar las cosas. “Para que vamos a pelear,con todo lo que esto significa, si faltan pocosmeses para las elecciones y estos ya se van…”,esto lo que piensan muchos compañeros y unfactor más para no resistir que lleva a ciertaparálisis del movimiento obrero.

Esto no quiere decir que no haya unabronca terrible contra Macri e, inclusive, contralas direcciones burocráticas.

Pero termina pesando el factor conserva-dor, agarrar la indemnización: mejor “agarre-mos ahora y después veremos…”.

Unir a los despedidos y la asamblea como método

Los telegramas llegaron cuando los com-pañeros estaban en sus justas vacaciones. In-tentar unir a todos los despedidos y empren-der una lucha colectiva fue la primer pelea yuna constante durante los más de 100 díasde acampe.

Obvio que entre los compañeros hay dis-tintos pareceres y la única manera de resolver-los es actuar colectivamente y desarrollar la de-mocracia de los trabajadores; no cambia lacuestión que los despidos sean 100 o 10: laasamblea y democracia obrera son el único mé-todo para zanjar las diferencias y hacer la ex-periencia con las resoluciones votadas. Es ele-mental respetar las resoluciones votadas.

Junto con esto hay que destacar la actitud,el aguante de los compañeros, la voluntad in-quebrantable de luchar hasta las últimas con-secuencias, cosa que sigue hasta el día de hoy.

Sin esa determinación, sin esa decisión po-lítica consciente tampoco se hubiese mantenidoel acampe 100 días y no se seguiría luchandohasta el día de hoy.

Asamblea y paro

El 14 de enero los trabajadores despedidosacompañados por la Corriente Sindical 18 dediciembre y la juventud del Nuevo MAS, fuerona las puertas de la empresa a hablar con loscompañeros e intentar hacer una asambleaafuera de fábrica, lo cual se logró, pese a laspresiones de la patronal, los delegados carnerosy la policía.

La asamblea resolvió parar en rechazo alos despidos y en solidaridad con los com-pañeros. A la tarde la asamblea estuvo máspeleada pero también se votó el paro y lasolidaridad. Ya en el turno noche la empresapuso combis y un operativo policial enormey no se pudo parar.

La relación de fuerza dio hasta ahí, nose podía forzar más, el riesgo era dividir lafábrica por la base. Estas asambleas conjun-tas fueron exigidas a los delegados. Se exigiópero también se peleó hombre a hombrepara que se hagan, obvio los delegados pa-tronales no participaron y llamaban a no ir.Luego se pudo parar ADC una vez.

La exigencia no puede ser convertida enestrategia, hacerlo es capitular. La exigencia

es una táctica más, es una herramienta perono la única. También hay que usar la denun-cia, el escrache, la imposición por abajo, etc.

Unir la fabrica para luchar

Durante los 100 días que duró el acampese hicieron varios volantes, se dialogó con loscompañeros de adentro, se hicieron colectas,la solidaridad se mantuvo todo el tiempo; losescraches en los baños y los papelitos que cir-cularon todo el tiempo son la muestra de lasimpatía y la solidaridad. Pero la relación defuerzas no daba para volver a intentar pararplanta Munro.

La campañas de la patronal y los delegadosvendidos contra los compañeros de adentroque apoyaban a los despedidos se hizo intensa.Hubo escraches, wasapp y volantes denun-ciando con nombre y apellido a los compañe-ros solidarios y acusándolos de querer provo-car el cierre de la fábrica. La campaña deterror llegó a su clímax.

Las provocaciones de los delegados inclui-das las amenazas de muerte fue toda una polí-tica divisionista que llevaron los delegados pororden y cuenta de la empresa.

A pesar de todo esto un sector mayoritariomantiene el apoyo a los compañeros, pero porel momento pasivo.

Una cautelar favorable hubiese signi-ficado sacarle el único argumento que lequeda a la patronal y sus lacayos: los des-pidos son “legales”...

El aspecto judicial se pensó como una he-rramienta más para intentar dar vuelta la rela-ción de fuerza adentro, no como una soluciónen sí misma. Lamentablemente, también porel clima político general del país, las cautelaresfueron denegadas por el momento. (Ver Abajo)

Acampe y solidaridad de clase

Ese mismo día 14 de enero se decidió mon-tar el acampe. No solo era el símbolo cotidianode la lucha que veían todos los compañeros.No solo era un puñal clavado a la empresa, sinoque el acampe fue el centro organizador detoda la lucha, todas las iniciativas salían de ahíy se organizaron allí.

El acampe además permitió poner en ac-ción otra pata fundamental de la lucha: la soli-daridad de clase.

Todos los días distintos trabajadores dela zona se quedaban charlando, aportabancon lo que podían, con plata , con comida,con pan o facturas, los vecinos colaboraronincondicionalmente. La infinidad de recor-ridas con el fondo de lucha a los distintoslugares de trabajo (Astilleros, FATE, Ford,Garrahan, etc.). La solidaridad del movi-miento estudiantil, etc. El acampe puso enacción el apoyo político de los trabajado-res con la lucha contra los despidos quese manifestó en el fondo de lucha pero tam-

bién en la simpatía generalizada con la lu-cha.

Apoyarse en ese factor dinámico fue fun-damental en todo sentido, también es lo queexplica que no pudieron desalojar el acampe,que tampoco pudieron reprimir en las accionesque se llevaron acabo en el centro y la repercu-sión política y mediática que tuvieron.

Otro aspecto muy importante y destacablefue la conformación de la comisión de mujeres;las compañeras de los compañeros despedidosque se pusieron la lucha al hombro y conquis-taron un inmenso fondo de huelga.

100 dias de aguante

Esta primera etapa duró 100 días: 100 díasde una experiencia extraordinaria de unacamada de jóvenes obreros, con la juventudde nuestro partido. Una generación muy jo-ven, muy inexperta, pero que se mostró a la al-tura de los acontecimientos no solo por lo quesignifica compartir la lucha y la vida cotidianacon los trabajadores las 24 horas del día durante100 días, sino por el compromiso militante conla infinidad de actividades que se desarrollaron.Un acampe que fue ejemplo de coherencia yabnegación militantes.

Pero hay otra aspecto a destacar: un grupopequeño de despedidos, de una fábrica tambiénrelativamente pequeña, apoyados por un par-tido muy juvenil, con una política correcta,pudo instalar un conflicto en la agenda de lavanguardia y mas allá: se logró instalar en losgrandes medios.

Se logró molestar al gobierno, se logró lasolidaridad de un gran arco político, sindical ysocial. Y, sobre todo, se pudo empalmar conun gran sentimiento contra los despidos.

Es decir: una cantidad pequeña de lucha-dores obreros con una política correcta, con elapoyo de un partido juvenil, con una políticarevolucionaria, es una gran palanca que puedehacer grandes cosas.

Tenemos el orgullo de haber pasado mo-destamente esta pequeña pero real prueba quenos puso la lucha de clases.

Como muestra basta un botón

Esta lucha muestra algo muy importante yque en este momento es muy importante des-tacar: la recomposición obrera sigue pre-sente. Para decirlo de otra manera: desde elArgentinazo a esta parte surgió una vanguardiaque tuvo muchos avatares y momentos, peroque claramente, como lo muestra la lucha dePilkington, hay una acumulación de expe-rienciasque se traducen en organización, con-ciencia, y es claramente un haber para el con-junto del movimiento obrero.

Esta vanguardia prefigura, de alguna ma-nera, lo que puede dar la clase obrera si se ter-mina de configurar un ascenso obrero en lospróximos años.

1 Las formas en que se descarga el ataque sondistintas desde el cierre y el despido directo,hasta el más “sofisticado” de los PPC (Procedimiento preventivos de crisis).2 Aumento la producción solo en un horno un15 % y esto solo después de haberse levantado elacampe.

3 Como ejemplo digamos que en VW las sus-pensiones mensuales se pagan actualmente a unvalor del 53% del salario, cuando lo habitual eraque es se paguen entre un 70 y 80 % del salario.

Pilkington: 100 días de aguante de una lucha que continúa

Algunas conclusiones de la experiencia

31/05 9:30 hs. en el Obelisco

Todos a la Cámara por la reincorporación ya

Parte de la pelea es el aspecto judicial. El reclamo de la nulidad de los despidosy la inmediata reincorporación se basa en que estos fueron claramente discri-minatorios y persecutorios. Sobre esta base y la irreversibilidad de los derechos

conculcados, entre ellos el evidente perjuicio de no poder presentarse a las eleccionesa delegados que se deberían estar convocando a la brevedad, es que se presentaronlas medidas cautelares. Lamentablemente, al momento de escribir esta nota, las me-didas fueron denegadas por los distintos juzgados.

Es por esto que llamamos a todos las organizaciones sindicales, sociales y políticasa marchar a la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo para dar vuelta estassentencias y lograr que los compañeros vuelvan a sus lugares de trabajo

R.T.

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8 | Socialismo o Barbarie | Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19

¿Adónde va la guerra comercial EEUU-China?

Marcelo Yunes

Una vez más, Donald Trump des-encadenó una semana de temo-res a nivel global. Todos los in-

formes de las negociaciones en marchaentre representantes de los gobiernosde EEUU y China para llegar a unacuerdo comercial eran optimistas, si-guiendo la línea pacífica de la treguaacordada entre ambas potencias en lareunión del G-20 de Buenos Aires.Hace tan poquito como el 28 de abril,el secretario del Tesoro (equivalente alministro de Economía) de EEUU, Ste-ven Mnuchin, sostuvo que las conver-saciones estaban “en las rondas finales”.En cuestión de días, el presidente yan-qui descerrajó una serie de tuits y todoquedó en el aire. Y a los tuits siguieronlas medidas. ¿Es una jugada audaz delautor de “El arte de la negociación”, fa-moso por apostar fuerte, o es el co-mienzo de una guerra comercial en re-gla con todas sus gravosasconsecuencias?

Repasemos primero los hechos:Trump anunció que en rechazo a loscambios de último momento que los fun-cionarios chinos quisieron incluir en eldocumento del acuerdo, impondría unarancel del 25% a exportaciones chinasa EEUU por 200.000 millones de dólares(sobre un total de 560.000 millones). Pesea las advertencias de Trump, Xi Jinpingrespondió casi de inmediato con aran-celes a 60.000 de los 180.000 millonesde las exportaciones yanquis a China.

El acuerdo se iba a centrar en pocospuntos: exigir a China el respeto a la pro-piedad intelectual y el fin de las transfe-rencias forzadas de tecnología (esto es,aceptar inversiones extranjeras bajo lacondición de compartir con los socioslocales el know-how), mayor apertura ainversiones de EEUU y el compromisode eliminar o reducir subsidios estatalesa empresas chinas que compiten con lasextranjeras. Algunas de estas exigenciasllegan un poco tarde: la transferencia tec-nológica, que fue decisiva en los prime-ros años de apertura en los 90, ocupa unrol decreciente a partir justamente de lamayor capacidad china para autosusten-tarse en el terreno de investigación y des-arrollo, aunque todavía le falta bastantepara declararse tecnológicamente autó-noma. Pero aparentemente el punto de

discordia que motivó la caída, por ahora,del acuerdo fue, según la versión china,que EEUU reclamó que los cambios enla relación comercial fueran más allá deun mero convenio y se estipularan porley, algo que el PCCh considera unanueva versión de humillaciones impe-rialistas muy presentes en la historia po-lítica de ese país.

Mucho más que comercio

Desde el punto de vista estrictamentecomercial, el balance del intercambio en-tre ambas naciones es abrumador: el dé-ficit comercial para EEUU (o superávitpara China) se acerca a los 400.000 mi-llones de dólares anuales. Esto es algoque Trump, en su mirada proteccio-nista, casi mercantilista (1), viene cues-tionando desde la campaña electoral pre-sidencial y es uno de los pocos temas enlos que tenía una postura clara y perma-nente. Las amenazas de guerra comercialvienen desde entonces, pero hasta ahoraparecía uno de los tantos puntos en losque la retórica de Trump no se ve acom-pañada de medidas o resultados, desdeel muro con México a la relación conCorea del Norte, pasando por la aún noconcretada liquidación del plan de saludpública implementado por BarackObama.

La formulación más clara de esta vi-sión la dio el propio Trump en marzo delaño pasado cuando soltó, con su habitualliviandad, “las guerras comerciales sonbuenas y fáciles de ganar”. Afirmacionesambas que la mayoría de los líderes de lasdemás potencias del mundo no suscribi-ría, y que teme más bien que resulten serexactamente lo contrario: malas, largas yperjudiciales para el conjunto de la eco-nomía mundial.

Sin embargo, nadie ignora que el as-pecto comercial o incluso económico deeste conflicto no comienza ni se agota allí,sino que es, más bien, sólo un costado deuna pulseada geopolítica más generalentre la potencia mundial dominantehasta ahora indiscutida desde el fin de laSegunda Guerra Mundial y la amenaza aese sitial que representa el ascenso deChina en todos los órdenes, desde su ca-pacidad de desarrollo económico hastasus aspiraciones en el plano tecnológicoy militar.

Las dos grandes iniciativas lanzadaspor China, que dan sustento y estrategia

a ese ascenso, son, en el plano de las rela-ciones internacionales, la llamada NuevaRuta de la Seda (Belt and Road Initiative),un muy ambicioso proyecto de financia-ción y ejecución de obras de infraestruc-tura que abarca más de 60 países, en sumayoría no desarrollados, y el plan Madein China 2025, que en el orden interno sepropone instalar a China en el máximonivel, incluso superando a Occidente, enla investigación, desarrollo y producciónde varias de las industrias y tecnologíasmás modernas e innovadoras, como ro-bótica, inteligencia artificial, biotecnolo-gía, energías renovables y muchas otras.(2)

En este punto, Trump no actúa sólopor sí, o por su base electoral chauvi-nista y nativista, sino que expresa unnuevo y claro consenso de todas lasvertientes políticas del imperialismoyanqui, incluido por supuesto el Par-tido Demócrata, que identifican aChina como, indiscutiblemente, la ma-yor amenaza estratégica global a lahegemonía de EEUU. Como dice unanalista de la Universidad de Pekín,Zhang Jian, “lo más importante no essi hay o no hay acuerdo; es el consensoen el seno de la clase política nortea-mericana sobre China como una ame-naza” (C. Buckley y S. L. Meyers, en LaNación, 11-5-19).

Dicho esto, es casi seguro que la jugadade Trump también incluye un ojo puestoen las presidenciales de 2020. No es nin-gún disparate afirmar que “demostrar du-reza con los chinos y retirarse del acuerdopodría ponerlo en mejor posición políticaque firmarlo” (M. Landler y A. Swanson,The New York Times, 10-5-19). Nada caerámejor a la base electoral de Trump queun mensaje de ese tipo, en vez de mos-trarse como un líder contemporizadorpero sospechoso de haber cedido a loschinos. Como dijo el ex asesor político yestrella mediática de derecha StephenBannon, “ahora la política conduce a laeconomía”. Irónicamente, la frase remitea la célebre divisa de Mao “la política alpuesto de mando”. Pero en lo que tengade verdad, revela una estrechez y cortedadde miras alarmante en quien conduce laprincipal potencia capitalista.

Posibles consecuencias, perdedores y ¿ganadores?

Los vaivenes de la situación se sucedendía tras día. Tras el anuncio de Trump,Wall Street y las demás bolsas tuvieronun fuerte bajón. Después corrieron ru-mores de que todo era un bluff más deTrump y se recompusieron. Después vol-vió el temor, y así sigue todo. Por lopronto, los dirigentes chinos mostraronen general más coherencia que Trump (loque, concedamos, no es el mayor de losméritos) y exhibieron una postura que re-sumió el lunes 13 un comunicador me-diático chino cercano al PCCh, en un vi-deo que se viralizó rápidamente enOccidente: “Si quieren hablar, la puertaestá bien abierta. Si quieren pelear, va-mos a pelear hasta el final” (The Econo-mist, 15-5-19). Por su parte, en otro girodesconcertante, Trump tuiteó en mediode la histeria que “habrá un acuerdo, essólo una rencilla”; algo que se leyó como

un guiño a Wall Street. Además, las me-didas aún no están vigentes: las tarifas seaplicarían a los bienes que salieron depuerto después del anuncio, lo que da unastres semanas de tiempo para negociar.

Analistas bursátiles, economistas yburócratas de organismos financierosinternacionales tienden a pensar que fi-nalmente habrá fumata blanca y la san-gre no llegará al río, pero eso tiene algode moción de anhelo: las consecuenciaspueden ser muy graves. Y puede haberacuerdo o no, pero lo que hoy predo-mina es la incertidumbre y a la vez laconstatación del agravamiento de lasituación: “El conflicto ha entrado auna nueva y peligrosa fase. Sin discu-sión, el mundo está ahora más cercade una guerra comercial en regla delo que lo ha estado desde los años 30”(L. Elliott, The Guardian, 10-5-19).

El economista keynesiano Paul Krug-man, por ejemplo, se preocupa muchomenos por las consecuencias económicasa corto plazo, que son a su juicio “el as-pecto menos importante de lo que estáocurriendo”, que por el efecto disruptivoque puede tener una guerra comercialnada menos que sobre la paz y la estabi-lidad globales, y denuncia que Trump pa-rece estar trabajando para “hacer delmundo un lugar más peligroso, menosdemocrático, de lo cual la guerra comer-cial sería sólo una manifestación más”(“Killing the Pax Americana”, The NewYork Times, 10-5-19). Como dijo nuestraconocida Christine Lagarde, “es un mo-mento delicado para el mundo”.

No es tampoco que los efectos a cortoplazo de un conflicto comercial abiertosean despreciables. El comercio globalcaería un 2%, el crecimiento global, un0,8% (y ya venía en descenso), la inflaciónen EEUU subiría al menos un 0,5%, lomismo que caería el PBI de China (“TheGuardian view on US-China trade wars:don’t let them get started”, The Guardian,10-5-19, y The Economist, cit.). Pero esoscálculos quizá no toman en considera-ción que el cimbronazo comercial, bur-sátil y económico crecería como una bolade nieve. Las propias autoridades chinasespeculan con que Trump no resistiríauna caída demasiado pronunciada enWall Street, a la vez que los “halcones”del gobierno de Trump se frotan las ma-nos pensando en los desequilibrios queel impacto de los aranceles traería en laeconomía china.

Este peligroso “chicken game” (dos au-tos que aceleran para chocar hasta queuno de los conductores se asusta y se des-vía) puede terminar muy mal. La realidades que ambas economías son muchomás interdependientes que nunca (unreciente mote de los economistas paraesta situación es “Chimerica”, China yEEUU, en inglés). Es posible que uno delos dos tenga más para perder que el otro,pero el “ganador” se puede encontrarcon una victoria a lo Pirro, es decir, casimás gravosa que una derrota. Sin dudaque China puede perder, en todo o enparte, su importantísimo superávit co-mercial con EEUU, pero las represaliasno serán leves: se habla de boicot a pro-ductos yanquis (3) y de castigar la cadenade suministros de empresas líderes glo-

Un conflicto económico y geopolítico global

En el Mundo

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Socialismo o BarbarieAño XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 9

Trump “patea el tablero” Claudio Testa

La semana pasada, DonaldTrump, en uno de sus gestostípicos, pateó el tablero de las

negociaciones con China, que se su-ponía estaban a punto de culminarcon un acuerdo que pusiese fin a la“guerra comercial” declarada por Es-tados Unidos.

Aunque de alguna manera las ne-gociaciones China-EEUU prosi-guen, este giro aparece no como unincidente menor sino como un cam-bio de rumbo más estratégico. Ensíntesis: el de que Trump no deseahacer las paces en su “guerra fría”comercial contra China. Inclusotrata de “calentarla” poniendo en piede guerra a la “otra China”, la de laisla de Taiwán.

Ya varias veces se anunció que sehabía llegado al borde de un acuerdopara que, finalmente, la cosa estalle ytodo vuelva a recomenzar desde másatrás, por decisión de EEUU.

Parte de la prensa occidental echalas culpas al gobierno de Pekín, quesupuestamente en las negociacionesembrolla todo. Sin embargo, al pare-cer sería China la más perjudicadahasta ahora en esa disputa, y la quemás necesitaría hacer las pacescuanto antes. La economía y el cre-cimiento de China dependen más desus ventas en el mercado mundial quelos Estados Unidos.

Efectivamente, según el “Examen Es-tadístico del Comercio Mundial 2018”,de la Organización Mundial de Comer-cio (pags. 12 y ss) China es el primer ex-portadormundial, seguido de lejos porEEUU y luego por Alemania.

Pero, si pasamos a las importa-ciones, allí EEUU se pone a la cabeza,seguido muy de atrás por China yAlemania. Y la gran distancia tieneque ver no con las “conspiracionescomunistas” alentadas desde Pekín(como predican sectores de la dere-cha “Trumpist”), sino con el giro con-sumado hace décadas por buena partedel gran capital estadounidense, quetomo dos rumbos paralelos y com-plementarios: 1) dedicarse a la usurainternacional vía los préstamos y lasjugadas en las bolsas 2) la mudanzade buena parte de su industria a paí-ses de mano de obra barata, como erainicialmente China…

Con eso –sin saberlo ni quererlo–le hicieron un inmenso favor a la bu-rocracia del gobernante Partido Co-munista Chino, de la cual naceríaprincipalmente su actual burguesía.Es que, como dijo Deng Xiaoping –el dirigente “comunista” que enca-bezó el giro al capitalismo–: “hacerserico es maravilloso”.

Pero lo de China no fue sólo unamera restauración capitalista –comola que se dio por ejemplo en el Esteeuropeo– que no generó un gran saltoproductivo ni económico-social.

La gran diferencia es que Chinaya no es –como hace 20 o 30 años

atrás–� la productora y exportadorade baratísimos paraguas, juguetes,ropa, y ollas y sartenes, sino de tec-nología muy avanzada, en primerlugar en materia de informática yrobótica. También últimamente seha volcado a otros rubros no menosavanzados, como aeronáutica, viajesespaciales, etc.

Y, en informática, ya ha sobrepa-sado o igualado a Estados Unidos y enmenor medida a Europa. En la médulade la actual “guerra comercial” China-EEUU está esa disputa, que es decisivaen relación a la hegemonía mundial.

Estados Unidos, en cambio, vamuy atrasado en la nueva tecnologíainformática denominada 5G, des-arrollado por la empresa china Hua-wei. Apple, la empresa principal deEEUU en esa rama estratégica, haquedado muy atrás del 5G de Chinae incluso de los desarrolladores eu-ropeos. Por eso EEUU –con la com-plicidad del gobierno canadiense–inició las hostilidades en la guerra“comercial” secuestrando y encarce-lando a Meng Wanzhou, vicepresi-denta e hija del fundador y propieta-rio de Huawei. Trump utiliza estocomo un chantaje mafioso.

China tiene acompañamiento

En principio, en una guerra comer-cial, suele perjudicarse más el paísexportador, o sea, China. Pero en estecaso las cosas son más complejas.

En primer lugar, esas guerras co-merciales dan lugar a represalias. Eneste conflicto, las medidas de EEUUcontra las importaciones chinas fue-ron contestadas por otras de Pekínque golpearon a sectores sensiblesestadounidenses. Por ejemplo, losproductores de soja, lo que afectaseriamente a varios Estados del me-dio oeste.

Asimismo, en este enfrentamiento,EEUU no ha logrado un amplio y de-cidido respaldo internacional. Es elcaso de Europa, que se encuentra comomínimo dividida al respecto.

La misma Unión Europea no estácomo para jugarse por EEUU, aunquefue antaño su más importante aliadoy, en cierta forma, su “protector”.

Esto se debe no solo a la crisis dela Unión Europea como tal, que in-cluye la debilidad política de los go-biernos de sus dos principales Esta-dos, Alemania y Francia, que dehecho la vienen conduciendo. Tam-bién influye en esto la conducta nadaamigable del gobierno de Trump ha-cia la UE. Asimismo, la Unión Euro-pea debe cuidarse mucho en cómomaneja las relaciones con China, por-que puede provocar serias grietas in-ternas. Es que, con lo del “Camino yRuta de la Seda”, Pekín ha ganado agran parte de los países de Europaoriental y los Balcanes.

Asimismo, China ha volcado a sulado a Italia, país fundador de la UEy tercero en importancia económica,

después de Alemania y Francia.Hoy China está ya impulsando (y

financiando) obras monumentalespara el “Camino y Ruta de la Seda”,como los nuevos puertos de El Pireoen Grecia y de Trieste en Italia. Y apartir de ellos se extenderían super-carreteras y nuevos ferrocarriles.

En el resto de la Unión Europea –donde impera, en el mejor de los casos,cierto estancamiento– las promesas decrecimiento y desarrollo enganchán-dose a la locomotora China, no puedenmenos que impactar en los países quehan quedado atrás… Y esto, con másrazón, es también válido para granparte Asia y África,

Una muestra de esto fue la reu-nión del Segundo Foro del Camino yRuta de la Seda para la CooperaciónInternacional, realizado en abril pa-sado. Según los organizadores, hubodelegaciones de más de 100 países yorganizaciones gubernamentales. DeEuropa, se destacó la presencia deItalia, Suiza, Portugal, Luxemburgoy de casi todos los gobiernos de Eu-ropa oriental.

El motor de esta notable concu-rrencia a un foro organizado por“China Comunista” de gobiernos in-sospechables en su fidelidad al capi-talismo como Suiza, son las esperan-zas de engancharse al tren económicochino. Este no va a la velocidad deotras épocas. Pero el 6,5% de creci-miento chino previsto para este año,supera de lejos el miserable 0,5% quese pronostica para Alemania.

No comprar buzones

En este panorama mundial,China capitaliza los atropellos pasa-dos y presentes perpetrados porEEUU, Se muestra ante el mundocomo una gran potencia pero bené-vola, a diferencia del matón prepo-tente de Trump que vive rugiendoamenazas y que pretende atropellara medio planeta.

Pero no nos engañemos, ni por losbuenos modales de Xi Jinping, ni porla bandera roja que utiliza como he-rencia de una revolución que noabrió un verdadero curso transicionalal socialismo.

Claro que el capitalismo chino sediferencia del de EEUU, con quienmantiene la “guerra comercial”. Se lopuede tomar como un ejemplo de“capitalismo de Estado”, por el pesoque juega en su funcionamiento elaparato burocrático-estatal del par-tido único… con todas sus ventajas ydesventajas…

En algún próximo artículo, anali-zaremos este aspecto primordial de lallamada “República Popular China”,que se combina con los rasgos de unimperialismo en formación… un im-perialismo que intenta nada menos queestar a cabeza de la formación de unbloque euroasíático… que dejaría aEEUU como un pigmeo.

Recrudece la guerra “comercial” EEUU-Chinabales como Apple. Para no hablar de losriesgos políticos: sin duda subirán los pre-cios de productos de consumo masivo enEEUU, y además los aranceles chinos son“quirúrgicos”: apuntan a los productos ex-portados por los estados de EEU que sonclaves electoralmente y podrían compro-meter la reelección de Trump.(4)

Esa interdependencia y el carácter deChina, que es capitalista pero no occidental,ni liberal, ni aliada de EEUU, hacen queeste entuerto comercial y geopolítico notenga precedentes claros y ofrezca, porende, un final abierto. El temor del esta-blishment mundial es que todo esto con-duzca a un mundo con menos apego a re-glas e instituciones como la OrganizaciónMundial del Comercio, más proteccionista,más inestable: “Aunque la rivalidad geo-política haya sido moderada hasta ahorapor la interdependencia económica, las re-laciones entre EEUU y China están cons-truidas sobre la sospecha mutua. (…)EEUU ya ha estado en disputas comercia-les antes, como con Japón en los 80. Peroeran países democráticos agradecidos porla protección de EEUU durante la GuerraFría… y los presidentes de EEUU eran per-sonajes muy diferentes. Una analogía máscercana podría ser el comienzo del sigloXX, cuando la interdependencia econó-mica demostró no compensar el crecientenacionalismo y líderes malos. El temor esque los aranceles que imponga Trump seanmenos un camino para corregir injusticiascomerciales legítimas que un paso haciaun mundo mucho más oscuro” (“Tradingpeace for war”, The Economist, 23-6-18).

Como se ve, en varios de los análisismás pesimistas de la situación, el espectroque se agita no es el de la guerra comercial,sino el de la guerra a secas, o al menos “unmundo mucho más oscuro”. Pero sin llegara esos extremos, e incluso suponiendo quefinalmente haya arreglo, la incógnita es,mientras tanto, cuál será la magnitud deldaño que se habrá infligido tanto a laeconomía como a la estabilidad políticadel orden capitalista global. Veremos si laspróximas semanas, o incluso días, puedenaportar una tendencia.

Notas1. El mercantilismo es una doctrina económicanacida en el siglo XVII, en el período de expan-sión de los imperios coloniales europeos, que secaracteriza por sostener la necesidad de conse-guir superávits comerciales (esto es, que las ex-portaciones superen a las importaciones) de ma-nera permanente. Si ocurre lo contrario, segúnla teoría, se corre el riesgo de salida continua demetales preciosos (fuente y sostén de las mone-das nacionales por entonces), con el consiguienteempobrecimiento del país en cuestión.2. Tratamos esta estrategia de desarrollo chinocon más detalle en nuestro texto sobre econo-mía mundial publicado en la revista Socialismoo Barbarie 32/33.3. Los boicots suelen ser ineficaces en paísescapitalistas desarrollados. Pero en China, conel peso inmenso de las directivas y regulacionesestatales, tienen un impacto mucho más tangi-ble. Así ocurrió hace poco cuando, tras un en-contronazo político con Corea del Sur, las au-toridades chinas lanzaron un boicot contraempresas coreanas en China que las dejó alborde del colapso.4. Es el caso de los llamados estados “violetas”(los demócratas son azules; los republicanos,rojos) o “swing states”, que son los estados endisputa y donde verdaderamente se dirime laelección presidencial, gracias al absurdo y an-tidemocrático sistema indirecto yanqui. Astu-tamente, China concentra las sanciones y aran-celes en esos estados buscando generardescontento en una franja de la base de Trumpque, por pequeña que sea, puede definir la elec-ción. Recordemos que en 2016 Trump hubieraperdido si se daban vuelta no más de 150.000votos en los estados clave.

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En el Mundo10 | Socialismo o Barbarie | Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19

Ale Kur

Es muy común en estos días encon-trar referencias en los medios decomunicación al llamado “modelo

portugués”, citado como ejemplo quepodría seguir Argentina para salir de suprofunda crisis económica. Se señala quePortugal logró volver a la senda del cre-cimiento económico luego de una durarecesión, reducir su déficit fiscal, hacerbajar el desempleo y hasta revertir algu-nas de las medidas de austeridad quehabía tomado previamente. De estamanera, se intenta demostrar que habríauna “luz al final del túnel” sin necesidadde tomar medidas anticapitalistas, derepudiar la deuda externa y avanzarsobre los intereses económicos de losgrupos concentrados.

La economía portuguesa (ya de por síla más débil de Europa occidental) habíasufrido un duro golpe a partir de la crisismundial de 2008, que la llevó al borde dela cesación de pagos en 2011. En dichoaño, su gobierno solicitó un programade “salvataje” a la famosa “Troika” for-mada por el FMI, el Banco CentralEuropeo y la Comisión Europea.Concretamente, se le pidieron prestados78.000 millones de euros para poderseguir pagando la deuda y evitar la quie-bra del sistema bancario.

Como siempre y en todo lugar, estecrédito fue concedido con duras condi-ciones: se exigió al gobierno portuguésreducir fuertemente el déficit fiscal, loque implicaba realizar un durísimo

recorte al gasto público, despedirempleados estatales, bajar salarios, subirel IVA (es decir, el impuesto al consumode subsistencia de los trabajadores), rea-lizar una reforma laboral precarizadoray aumentar la edad jubilatoria.

El gobierno portugués aceptó estascondiciones y las aplicó al pie de letra,durante los cuatro años que abarcaba elprograma. Es decir: entre 2011 y 2014 serealizó un durísimo ajuste sobre la clasetrabajadora, bajando su nivel adquisitivo,aumentando fuertemente el desempleo ydestruyendo gran cantidad de derechosconquistados. Esto permitió pagar reli-giosamente la deuda externa en ese perí-odo y salir del “salvataje” por haber ter-minado su período de vigencia.

En el largo plazo, el ajuste brutal pro-dujo eventualmente un repunte de laeconomía capitalista: la baja de los cos-tos laborales permitió un crecimiento delas exportaciones, una paulatina reduc-ción de desempleo y el fin de la recesión,todo sobre las espaldas del pueblo traba-jador. Sin embargo, el (supuesto) “boom”de Portugal comenzaría recién al añosiguiente, a partir de la formación de ungobierno “progresista”.

En 2015, el pueblo portuguésrechazó en las urnas a los partidosque habían aplicado la mayor partede los planes de austeridad. Dedichas elecciones surgió un gobier-no relativamente “anormal”, enca-bezado por el Partido Socialista yapoyado parlamentariamente porel Partido Comunista y el “Blocode Esquerda”.

Dicho gobierno evitó realizar nuevosrecortes e inclusive volvió atrás conalgunas pocas medidas de las tomadasen el período anterior. La economía enestos últimos años logró un repuntemodesto pero real, cayendo fuertementela desocupación. Las tendencias políti-cas de centroizquierda en todo elmundo (como el kirchnerismo enArgentina) intentan mostrar a este“modelo portugués” como un “caso exi-toso” de cómo salir de una crisis en elmarco del capitalismo. Sin embargo, haymuchas cosas que hacen falta señalar.

En primer lugar, el gobierno “pro-gresista” evitó tomar nuevas medidas deausteridad, solamente… porque las quese habían tomado previamente ya habí-an alcanzado para cumplir las metasimpuestas por la “troika”. No existiónada parecido a una “ruptura” con losorganismos acreedores, ni una “renego-ciación”: simplemente se les pagó hastael último centavo y se les dio todo lo queexigían. Más aún, el gobierno “progre-sista” en 2018 terminó de pagar la deudade 26.000 millones al FMI por adelan-tado, mostrando ser el “mejor alumno”de los organismos de crédito. Luego decuatro años de duros padecimientos dela clase trabajadora, no se necesitó por elmomento “nuevos” ataques, e inclusivese revirtieron algunos pocos de ellos.Pero de ninguna manera se volvió a lasituación previa al comienzo de la crisis,ni se compensó a los trabajadores portodo lo perdido. Lo que se festeja comouna “mejora”, en realidad fue simple-mente que se dejó de seguir cayendo.

En segundo lugar, el crecimientoeconómico obtenido fue en sectoresaltamente improductivos: el turismo ylos negocios inmobiliarios, que se vie-ron beneficiados por las reformas. Estasáreas tuvieron un muy importante“boom” que arrastró hacia arriba el con-junto de la economía. Pero no se trata deuna recuperación que le permita aPortugal un desarrollo real, una mayorproductividad, una mayor capacidad deproducir lo que necesita y menos aún decompetir en el mercado mundial. Labase económica del “milagro portugués”tiene patas muy cortas.

En tercer lugar, el desempleo bajógracias a la generación de puestos deempleos extremadamente precarios,muchos de ellos en los sectores recién

mencionados. No se trata de empleosestables, con salarios altos, etc., sinotodo lo contrario. Una gran mayoría deellos son empleos temporales, terceriza-dos, mal pagos, etc. Aunque el gobiernohaya aumentado formalmente el “salariomínimo”, el hecho de que cada vez máspersonas lo cobren significa que el sala-rio promedio tiende a caer, por lomenos en los nuevos puestos de empleoque se vienen generando desde la “sali-da” de la crisis. Por otra parte, la reformalaboral precarizadora y el ataque al sis-tema jubilatorio no fueron revertidospor el gobierno “progresista”, por lo cualamplios sectores siguen estando en peo-res condiciones que antes del “salvataje”.

Por último, inclusive esta recupera-ción “moderada” e insípida que es elgran modelo de la centroizquierda, fueposible gracias a condiciones específi-cas de tiempo y lugar, que tampocopueden ser imitadas fácilmente. Porejemplo, la crisis de deuda fue conteni-da en parte por una serie de programasdel Banco Central Europeo que facili-taron bajas tasas de interés y présta-mos a largo plazo -medida a lo quesólo pueden aspirar los miembros de laEurozona- y tampoco se sabe porcuánto tiempo. Por otra parte, la perte-nencia al mercado común europeopermitió un mercado tanto de expor-taciones como de inversiones y deturismo para la economía portuguesa,al que los países fuera de Europa notienen acceso. Para culminar, todosestos elementos ni siquiera soluciona-ron los problemas estructurales de laeconomía portuguesa, que sigue conuna tasa de endeudamiento altísima.Cualquier posible cambio en las condi-ciones internacionales podría tirar porla borda todo lo conseguido en untiempo récord.

En conclusión, el “modelo” portuguéssignifica que los trabajadores paguendurante varios años el costo de la crisiscon un duro ajuste, para confiar en queen el largo plazo, con condiciones exter-nas favorables, se pueda lograr una muymódica mejoría, de características super-ficiales y que ni siquiera implica recupe-rar todo lo que se perdió en el camino.Está claro por qué la “salida portuguesa”no es realmente una salida, y menos aúnpara un país periférico y atrasado como laArgentina.

La crisis la pagaron los trabajadoresPortugal

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Ana Vázquez

Esas fueron las palabras, entreotras de elogio, que dedicó laex presidenta al referirse a su

empresario-emblema: Gelbard. Se lo puede nombrar porque fa-

lleció hace más de 40 años. Entonces,calificarlo de “empresario ejemplar”,“patriota”, abnegado y defensor de laNación, suena lindo, sobre todocuando las nuevas generaciones ni levieron la cara.

Para los que le vimos la cara, ade-más de sufrir sus políticas económi-cas, la visión no es tan idílica. Claro,Cristina no va a hablar de AlfredoGómez Morales, Celestino Rodrigoni de Emilio Mondelli (sus sucesoresantes del golpe militar) como empre-sarios patrióticos. Porque ellos fueronlos que iniciaron el giro liberal anteel inicio de la crisis económica y ter-minaron catapultados por la movili-zación popular después del chalecode fuerza del Pacto Social y el falle-cimiento del general.

Gelbard nos “engrupió” lindoporque venía con la ola de triunfo dela vuelta del general Perón al país.Este hecho político era el fundamen-tal, el que teñía la realidad argentina.En este caso, la situación se venía delo político a lo económico. Porque lavuelta del líder al país (triunfo indis-cutible del movimiento obrero pe-ronista después de ardua pelea) midiótodas las encuestas. No había paridadentre Perón… y el abismo. Era Pe-

rón-Perón. No era casual la consignade la Juventud Peronista para con-vencer a sus votantes de que apoya-ran la fórmula Cámpora-SolanoLima: “Cámpora al gobierno, Perónal poder”. Si Gelbard era su ministroera un detalle (aunque su currículumlo merecía), podía haber sido otro yla historia lo hubiera ubicado en elmismo lugar. Porque el lugar ganadono era el de él, sino el del general quevolvía de su exilio.

Partiendo de este hecho políticoinmenso, vayamos a su plan. Éstefue el de la burguesía para maniataral movimiento obrero y congelarsus salarios, parar un ascenso queno se detenía con nada, hacer ganarmucha plata a los empresarios sintener que entregar constantementeconcesiones a esos molestos obrerosperonistas.

Un empresario ejemplar en serio

De joven se afilió al Partido Co-munista, que fue parte de la UniónDemocrática, una coalición que tam-bién integraron la Unión Cívica Ra-dical, el Partido Socialista y el PartidoDemócrata Progresista para compe-tir con Perón en las elecciones de fe-brero de 1946. No obstante, con elcorrer de los años se acercó a Peróncuando durante su presidencia in-tentó que los empresarios nacionalesse organicen. Por esos tiempos, Gel-bard fundó la Confederación GeneralEconómica (CGE) en 1958, que pre-gonaba la defensa del nacionalismo

económico, un Estado moderada-mente intervencionista en la econo-mía y el concepto de función socialde la empresa.

Pero lo que nunca abandonó fuesu vocación empresaria. Su aparicióncomo ministro de Economía del ter-cer gobierno peronista, en manos deCámpora, en primer lugar, luego deRaúl Lastiri y finalmente del generalPerón (mayo de 1973 a octubre de1974), no fue ni casual ni improvi-sada. Ya tenía su impronta en elmundo de los grandes negocios.

Después de la creación de la CGE,su lustre en el mundo de los negociosfue in crescendo, a medida que seaceleraba la crisis política en el país yla dictadura de Lanusse ya estaba enpicada total.

“Otro gobierno de facto, el delgeneral Alejandro Lanusse, concedióen 1971 a Aluar la construcción dela planta patagónica. Los adjudica-tarios fueron los empresarios Ma-nuel Madanes y José Ber Gelbard,con el objetivo de que éstos apoya-ran el llamado Gran Acuerdo Na-cional, una estrategia de la JuntaMilitar para perpetuarse en el po-der con el respaldo de políticos, sin-dicales y empresarios. Pero el in-tento fracasó tras la fuerte oposiciónque logró forjar desde el exilio enMadrid el ex presidente Juan Do-mingo Perón. (…) En ese ínterindonde se dieron las negociacionespolíticas entre Gelbard y Lanusse porel proceso electoral, Fate obtuvo enabril de 1971 el Decreto 206 por el

cual se contrató en forma directa aAluar, y en septiembre de 1971, elDecreto Nº 4384 que otorgó promo-ciones a la División Electrónica deFate.” (Mundo empresarial, 13/1/19,negritas nuestras)

Su ascenso a ministro de Economía

Durante su gestión económicase concretó el Pacto Social, firmadoentre la CGT, la CGE y el Ministeriode Economía el 8 de junio de 1973.Acuerdo largamente esperado por laburguesía y el imperialismo para en-chalecar al movimiento obrero. Suspuntos centrales eran: congela-miento de los precios, alza generalde sueldos (200 pesos de la monedade esa época por única vez), suspen-sión de la negociación colectiva so-bre el salario durante dos años. Enuna coyuntura favorable a la expor-tación de insumos básicos, la infla-ción se frenó (había llegado al 80%durante Lanusse) y hubo cierta bo-nanza. Pero cuando “las papas que-maron”, la coyuntura económicaagroexportadora se frenó con la cri-sis del petróleo a nivel mundial, elcierre de Inglaterra al mercado decarnes argentinas y no estar más ellíder contenedor de los trabajadores,el ícono empresario de la ex presi-denta Cristina también se vino abajo.

Con el arribo al gobierno de Ma-ría Estela de Perón, el Pacto Social sederrumbó rápidamente. Los comer-ciantes argentinos empezaron con supolítica de desabastecimiento de pro-

ductos esenciales para especular conun aumento de precios, ocultandoproductos básicos como el aceite y elazúcar y desarrollaron el mercadonegro de éstos. O sea, los empresariosrompieron el Pacto y no sufrieron niun reto.

Dejen de mentirnos: ¡La conciliación de clases no nos saca la soga del cuello!

Esa fue la hazaña Gelbard, de laque nos habla la ex presidenta. Polí-ticas que, sucesivamente aplicadasbajo otras formas más mediadas enunos casos y con discursos más pro-gres en otras, por todos los gobiernosperonistas que le sucedieron, siem-pre fueron la aplicación de la idea deconciliación de clases. Para someter-nos más, para explotarnos más, aun-que engañarnos con el discurso dela unidad del capital y el trabajo. Dela unidad de explotadores y explo-tados que nos lleva, hasta el día dehoy, a la bancarrota nuestra y al en-riquecimiento de ellos.

La ex presidenta intenta conven-cernos que no hay nada mejor paralos trabajadores que seguir confiandoen la ideología peronista de la conci-liación de clases. A estas ideas retró-gradas y antiobreras nos oponemospara luchar por la independencia declase de los trabajadores, en unidadcon sus verdaderos aliados: las mu-jeres y la juventud.

Socialismo o BarbarieAño XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 11

“El último gran dirigente empresario que tuvo el país”José Ber Gelbard

Opinión

Sofi Awqay 

El 14 de mayo se conmemoró el ani-versario del nacimiento del artistaAntonio Berni: pintor, grabador,

dibujante y muralista argentino.Nació en la ciudad de Rosario el 14 de

mayo de 1905, de padres italianos que huye-ron de la Primera Guerra Mundial. A los 10años de edad, Antonio inició sus clases en untaller de vitrales. Luego asistió a clases dedibujo y pintura hasta que, a los 14 años,realizó tres exposiciones consecutivas en laGalería Witcomb de Rosario. Inició así unalarga carrera artística combinando la inno-vación con el compromiso social, lo que loconvirtió en uno de los artistas más impor-tantes de la Argentina y de América latina enel siglo XX.

Dos años después expuso por primeravez en Buenos Aires y en 1924 comenzó susenvíos de obras al Salón Nacional de BellasArtes. En 1925 obtuvo una beca para estu-diar pintura en Europa. Gracias a otra becarealizó en 1928 un nuevo viaje al viejo con-tinente en el cual descubrió las vanguardiasplásticas contemporáneas y se encontró porprimera vez con el surrealismo y los artistasadheridos a esta corriente.

En los años 30’ realizó una de sus obrasmás importantes y simbólicas,“Manifestación”, que retrata la realidadsocial de la Argentina luego del golpe militarde Uriburu y la recesión económica deriva-da de la crisis del 29 en Wall Street. Unaobra del Nuevo Realismo (del cual Berni fueimpulsor) que, junto a “Desocupados”, esuna de sus obras más conocidas por ser la

versión Argentina del muralismo mexicano.Pudo así trabajar obras en conjunto conDavid Alfaro Siqueiros, muralista mexicano,con el que mantenía discusiones sobre lautilidad y necesidad del arte mural comoherramienta de denuncia de la situaciónpolítico-social que sufría la clase obrera enAmérica Latina y en el mundo.

“Manifestación” es el inicio en que lostemas políticos y sociales son abordados ensus obras, que alcanza su máximo esplendoren las series de Juanito Laguna y RamonaMontiel.

En 1958, Antonio Berni creó al persona-je Juanito Laguna y poco tiempo despuésRamona Montiel, que constituyen dos per-sonajes paradigmáticos de su obra.Escenificaban la vida cotidiana de los jóve-nes en los barrios populares, la situación deexclusión social y pobreza que existían en laciudad de Buenos Aires en los años 30 y queincluso habían crecido en los últimos años.

Juanito es un niño del barrio de Flores,hijo de un trabajador obrero de la industriametalúrgica, que pasa el tiempo jugandolibremente en la calle, aprendiendo a leer,remontando su barrilete y visitando la fábri-ca donde trabaja su padre. Juanito es retra-tado por Berni con una mirada de denunciasocial y con un gran compromiso artístico,político y social con este personaje.

Por su parte, el personaje de RamonaMontiel es una niña convertida y obligada aser prostituida. Ella aparece rodeada de loshombres que la explotan, en el cabaret, y enel taller de costura. A través de Ramona,Berni toca diferentes aspectos de las presio-nes sociales, culturales e históricas que caensobre la mujer. La representa acompañada,

no inocentemente, con un general, un mari-nero y un obispo, denunciándolos comorepresentantes de esas instituciones, la igle-sia y las fuerzas policiales, como responsa-bles y cómplices de la violencia patriarcalque sufre Ramona y así todas las mujeres dela sociedad que representa este personaje.

Para estas obras Berni utilizó el collage.Este estilo consiste en agregar a la pinturaobjetos reales pegados sobre el cuadro.Utilizaba latas, plásticos, hierros, maderas,telas, zapatos, juguetes, papeles, carteles, etc.

Todos elementos y objetos que recolectabade las calles de Buenos Aires, donde vivíancientos de niños como Juanito y Ramona.

Para Antonio Berni, el arte y la políticadeben ir unidos. El artista se une de estamanera a su tiempo y a la lucha por la justi-cia social, que aspira a transformar la socie-dad junto con el viejo arte. Es por esto que selo considera el iniciador del arte político enla Argentina, dando así el pie a todas las van-guardias que surgieron posteriormente enlos años 70’ hasta en nuestros días.

A 114 años del nacimiento de Antonio BerniCultura

Desocupados, 1934

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Movimiento Obrero

Movimiento estudiantil

12 | Socialismo o Barbarie | Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19

Movimiento de Mujeres

Condena al milico abusador de Campo de MayoAnte el ataque a nuestra compañera Laura

Escándalo: el PO y el PTS levantan la asambleaFilosofía y Letras UBA

Inés Zeta

Después de dos años delucha en este caso, conse-guimos condena para el

milico abusador de Campo deMayo. Nuestra compañera Lauray todas las estudiantes de laUNGS van a poder caminar unpoco más tranquilas por los alre-dedores de la Universidad.

El acompañamiento de ladocencia, materializada en la pre-sencia de la secretaría deDerechos Humanos del SUTEBATigre, de las autoridades de laUNGS a través de las abogadas dela Universidad, como así tambiénde los estudiantes y del CEUNGS,fue importantísimo tanto paraLaura como para el conjunto de lacampaña que llevamos adelantedesde Las Rojas y el Nuevo MAS.En mayo de 2017 Laura salía decursar en la universidad, cuandode camino hacia la parada delcolectivo fue atacada por un sub-oficial del ejército de Campo deMayo, quien pasaba por ahí junto

a tres de sus colegas. No era unanoche cualquiera, fue la del anun-cio por parte del gobierno del 2×1a los genocidas de la última dicta-dura, que luego fue derribado porla movilización popular.

Sintiéndose impunes, aunquenada los identificaba como milita-res pero por su carácter de tales,amparados por la oscuridad y porel hecho de que Laura caminabasola, los soldados creían que podí-an hacer de las suyas sin conse-cuencias. El hecho de que Laurafuera militante de una organiza-ción que se la juega desde haceaños por los derechos de las muje-res, como somos Las Rojas y elNuevo MAS, le dieron fuerza parano soportar en silencio. Fue suvalentía para responder y denun-ciar las que permitieron llegarhasta aquí. El solo hecho de haberdenunciado colaboró para que losestudiantes de la universidad seorganizaran y consiguieran la ins-talación de luminarias en el reco-rrido entre la universidad y laRuta 8, así como que se repusiera

el servicio de colectivos gratuitoshasta la estación Lemos.

En la inmensa mayoría de loscasos, las denuncias de niñas,jóvenes y mujeres son desestima-das por el poder judicial, comoparte del poder del Estado paraacallar a las víctimas.

El movimiento feminista de estepaís, ejemplo en el mundo por sucapacidad de movilización, ha dadomuestras impresionantes con el#NiUnaMenos, el#MiráCómoNosPonemos y laextraordinaria marea verde por el#AbortoLegal.

La condena al soldado abusadores histórica, son siete meses condi-cionales, y dos años de presentarsefrente al Patronato de Liberados dela provincia de Buenos Aires.

Eso ya ha es una verdadera edu-cación para los que creían que esnatural y está justificado que un tipose sienta con la impunidad de tocara una chica, y que entre cuatro quie-ran amedrentarla.

Que Laura haya podido respon-der en el momento seguramente la

protegió que continuaran con algopeor. Que se animara a denunciar ya sostener esa denuncia fue posiblepor la espalda que significa estemovimiento feminista y por laespalda que significa pertenecer auna organización consecuente en lalucha como somos Las Rojas y elNuevo MAS.

Estamos seguras de que laalegría que en este momentosentimos por la condena al sol-dado abusador, es compartidapor todas las estudiantes de laUNGS, que hoy van a podercaminar un poco más tranquilaspor esas calles. Y es un gran edu-cador para todos los milicos deCampo de Mayo que andan porahí y para un sistema judicial queestaba acostumbrado a ampararabusadores. En este país ¡No haylugar para la impunidad!Una vez más, este caso demues-tra la importancia de la educa-ción sexual en todos los niveleseducativos, y mientras la ley deeducación sexual siga siendoletra muerta (solo garantizada

por les docentes comprometi-dos y por estudiantes que exi-gen), este tipo de condenas sonimportantísimas para educar enel derecho a la libertad de todaslas niñas, jóvenes, mujeres, tra-vestis y trans a caminar a la horaque sea, por donde quieran, yvestidas como quieran, sin sermolestadas.

La lucha continúa, en la exi-gencia de justicia para todos loscasos, en la exigencia de educa-ción sexual laica, científica yfeminista en todos los niveleseducativos y en la exigencia deaborto legal ya. Porque decidirsobre el propio cuerpo es la pri-mera libertad que nos niegan losgobiernos, el Congreso, la Iglesiay las que nos mandan a bajar lospañuelos.

Con esta alegría, de todasmaneras no bajamos la guardia, yseguiremos insistiendo para queel Ejército le dé la baja definitivaal soldado abusador.¡Qué viva la lucha feminista! ¡No hay lugar para la impunidad!

¿Un CEFyL democrático y participativo oacuerdos de aparato por arriba?

En casi 3 meses de clases, elCEFyL sólo ha realizado unaasamblea (por el 24 de Marzo) y

una comisión directiva ampliada hace2 semanas. En esta última reunión sehabía puesto fecha para una asambleadel CEFyL que iba a realizarse el día dehoy, miércoles 15 de mayo.

Sin embargo, en una actitud ver-gonzosa, el Partido Obrero (luegosecundado por el PTS) decidió levantarla asamblea cinco horas antes con unmail a la comisión directiva.

Este accionar irresponsable del FITnos preocupa, ya que en la facultad deFilosofía y Letras los estudiantes tene-mos una enorme batalla política pordelante. Tanto la segunda lista de lasúltimas elecciones (El Colectivo) comola tercera (Aquelarre) apoyan la candi-datura de Cristina Kirchner y se apo-yan en este punto para lanzar una ofen-siva sobre las posiciones de indepen-dencia política del Centro, presentan-do mociones comunes en asambleas ycomisiones directivas. El debate funda-mental es qué camino va a tomar elmovimiento estudiantil de la facultad,si va a mantenerse independiente detodo sector patronal o va a defender el“contrato social” que plantea Cristina.

¿Por qué el FIT levantó la asamblea del CEFyL?

El argumento del PO fue que laasamblea se “pisaba” con las activida-

des del Congreso de la FUBA. La rea-lidad es bien distinta: por un lado, fueel PO el que propuso que la asamblease convocara el miércoles 15 en elmarco de este Congreso; por el otro,no hubo ninguna actividad de laFUBA planificada para ese día ennuestra facultad.

Pero este planteo tiene un proble-ma de fondo: la concepción del centrode estudiantes de ambas organizacio-nes que hoy integran la presidencia.Estas corrientes ponen en primerlugar sus propios intereses de aparatoen lugar de las necesidades del movi-miento estudiantil. De esta manera, elPO privilegia los acuerdos por arribade la FUBA (que el PO integra junto alkirchnerismo) en lugar de la democra-cia desde las bases en la facultad. Noexiste ningún argumento por el cualun centro de estudiantes no puedadebatir ni sentar posición frente a lasituación nacional y actividades comola marcha universitaria del día demañana, mientras se desarrolla unCongreso de una federación que no esmás que una cáscara vacía ajena a laparticipación estudiantil.

Se trata de una política burocráticade disolver el centro por detrás de unafederación en la que, para colmo, elkirchnerismo tiene la mayoría, a dife-rencia del CEFyL que viene soste-niendo una posición independiente.

Por su parte, el PTS directamentellegó a decir que las asambleas “ya nosirven como método porque el movi-miento estudiantil no está activo”.Esto dicho por una corriente que hace

meses no hace actividad pública en lafacultad. Este planteo reaccionariorecuerda a la burocracia cuando diceque “la gente no se interesa” y por lotanto no hay que hacer asamblea. Estaorientación significa negar el espaciomás democrático del movimientoestudiantil: la asamblea, en la que elconjunto de los estudiantes tienen laposibilidad de discutir política, cono-cer las distintas posiciones y resolverde forma común sus acciones. En estalínea de bastardear la asamblea, el PTSplanteó también en una cursada que laasamblea “no es democrática” y que ensu lugar habría que remplazarla por“grupos de whatsapp”…

Además, es completamente falsoque no existan discusiones en la facul-tad. El conjunto de los estudiantesestán procesando el debate sobre lacrisis que atraviesa el país y las distin-tas alternativas frente al macrismo.Una discusión nacional que se expresaen la campaña electoral de diversossectores políticos y se manifiesta enque en sólo 3 días hemos juntadocientos de firmas de estudiantes deFilo por unas PASO de la izquierda anivel nacional.

Con esta postura que ataca lademocracia de base, el PTS parecehaber dejado de lado toda perspectivade transformación de la realidad delmovimiento estudiantil. Su única pre-ocupación está puesta en juntar unvoto más para Del Caño, mientrassostiene la división de la izquierda anivel nacional.

En el marco de la batalla política

por defender un centro de estudiantesindependiente, negarle al CEFyL,como plantea el FIT, las instancias dediscusión democrática de fondo esuna política que lleva a hundir el cen-tro de estudiantes de la izquierda.  

¡Llenemos el CEFyL de estudiantes!

Desde ¡Ya Basta! (Las Rojas -Nuevo MAS), VicepresidenciaPrimera del CEFyL, tenemos unaorientación diferente. Entendemosque el rol de una conducción deizquierda en un Centro de Estudiantesdebe ser llenarlo de participación ymultiplicar las instancias de discusióny organización. Por eso, es indispen-sable convocar cuanto antes unaasamblea del CEFyL para poder posi-cionarnos frente a la crisis que atra-viesa el país y desarrollar accionesindependientes del movimiento estu-diantil. Entendemos que el métodopara hacerlo es fortaleciendo los espa-cios de base, no encerrándose enacuerdos de aparato ni atacando lasasambleas.

Desde ¡Ya Basta! de Filosofía yLetras daremos una gran batalla porllenar el CEFyL de estudiantes y todoel activismo para reforzar las posicio-nes de lucha y la tradición indepen-diente de nuestro centro. Llamamos atodxs lxs estudiantes de la facultad asumarse a defender esta perspectiva.

¡Ya Basta!Nuevo MAS - Las Rojas

Vicepresidencia Primera del CEFyL

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Correo de lectores

Política NacionalSocialismo o BarbarieAño XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 13

Pedido al Papa de los dirigentes de la CGTBeatificación de Evita

“Sinceramente, los mismos de siempre”Carta de una ex militante kirchnerista que se sumó a las filas del Nuevo MAS

Ana Vázquez

“Una de las formas de la oligar-quía que nunca abandonó deltodo la lucha fue precisamentela oligarquía clerical. Durantedoce años el gobierno trató, portodos los medios posibles, deobtener la armonía total en susrelaciones con la jerarquía ecle-siástica”. (Perón, discurso junio1955, cit. El peronismo, selec-ción de documentos para lahistoria, Milcíades Peña)

Tras cartón de la convo-catoria al paro generaldel 29 de mayo, la CGT

convocó a un acto en el edifi-cio de Azopardo para lanzaruna campaña por la beatifica-ción de Evita.

Respetuosos, desde ya, detodas las creencias religiosasde los trabajadores, este pedi-do no es sólo de ese carácter.En primer lugar, porque elmáximo organismo sindicaldebería representar a todos lostrabajadores, sin encolumnar-se en un pedido explícito haciala Iglesia católica, en represen-tación de éstos, cuando notodos profesan esta religión ono lo hacen con ninguna.

La burocracia y la cúpula de la Iglesia: un solo corazón a favor de los explotadores

Desde la asunción delpapa Francisco, todas lascorrientes de la CGT y lasCTA han concurrido a Roma

a distintos eventos, congre-sos y reuniones privadas pararendirle pleitesía al SantoPadre. Más allá de algunosdesplantes, no hubo ningúncortocircuito. En este pedi-do, hasta ahora, desde laSanta Sede han sido cautosen su respuesta: “las caracte-rísticas (del/a propuesto/a)las debe comprobar el postu-lador”. Quien, de acuerdo alas reglas, debe pertenecer alas filas sacerdotales.

La relación de los dirigen-tes de los sindicatos con lasautoridades eclesiásticas delpaís también es, como sabe-mos, muy fluida. Atrás que-daron las jornadas del golpegorila del 55, apañado por laIglesia católica.

La Iglesia local, a travésdel arzobispado castrense, hahecho pública su oposición ala beatificación del obispoAngelelli, junto a tres de suscolaboradores, asesinadospor la dictadura del 76. Eneste caso, la razón vaticanaera ser víctimas de la repre-sión ilegal.

Las centrales nos manda-ron a rezar a Luján en octu-bre del año pasado, cuandoera necesario un paro generalcon movilización. Ahora,después de convocar, tomán-

dose su tiempo, una medidade fuerza, reclaman por labeatificación de Evita.

Insistimos, más allá decualquier consideraciónreligiosa, este pedido, ade-más de fuera de su “circuito”específico, es el intento devanagloriar una figura polí-tica de inmenso poder que“santificó” la colaboraciónde clases, la explotación delpobre por el rico, la subordi-nación al poder supremo delEstado sobre la vida de lostrabajadores y los sectorespopulares.

Evita, “la abanderada delos humildes”, era parte deun gobierno bonapartistaque daba comida a lospobres con una mano mien-tras encorsetaba su inde-pendencia sindical y políti-ca con la otra. Si te salías decarril, te mandaba la policíao la patota sin ningúnescrúpulo.

Más que un gesto debuena fe a favor de los tra-bajadores, parece esta pro-puesta de los triunviros unaestocada más para darnosen la cabeza y corregir esasideas de independencia declase que se empiezan aesbozar en el país y en elmundo.

El movimiento de muje-res independiente, losjóvenes que cuestionantodo, los trabajadores queaún no entraron en acción,pero sus cabezas sí está“rebobinando” todo lo quesucedió y lo que sucede asu alrededor.

Como siempre, como lohan hecho a través de déca-das, la burocracia sindicalperonista quiere imponer-nos de por vida a nosotros,y a las futuras generaciones,la conciliación de clases.Hay empresarios buenos,Evita es una santa.

No se animan a propo-ner la canonización de JoséBer Gelbard, el empresarioejemplar de CristinaKirchner. Pero utilizan elrespeto y admiración haciaEvita que se ha ido trans-mitiendo a través de gene-raciones de trabajadorespara imponernos las ideasde unidad con nuestrosopresores.

No sólo no es a la CGT aquien corresponde propo-ner la canonización de unafigura querida por el pue-blo, sino que es una figuraque representa una políticade clase: la de nuestrosopresores.

Amis 17 años, un pocoenojada y un poco enconflicto, huí de las filas

del peronismo para no volverjamás: la burocracia y los retosde mi conducción por dudar yencontrarle profundos bachesdiscursivos a la palabra sacro-santa de “La jefa”.

Aún escuchaba lo quedecía Cristina, me creíainterperlada por un discursoque ya no me pertenecía, dis-cutía conmigo misma, justifi-caba, me peleaba, me volvía areconciliar (o eso creía).

Me espantaba con los per-sonajes que la rodeaban, measqueaban los abrazos con ase-sinos, ajustadores, con cómpli-ces de las épocas más oscurasde la Argentina.

En el último discurso en lapresentación de su libro“Sinceramente” pensaba enesas bases, que como yo, lesqueda un sabor agrio, más que

a poco, de lo que creemos quedice pero no llega a ser, espe-rando de nuevo que la princi-pal dirigente le dé palabras a labronca pero se las terminedando a la burguesía al estilode una palmadita en la espaldaa los que siempre se la llevan acosta de nuestro hambre.

Le hablo, también, a esaspibas que llevan con muchaconvicción el pañuelo verde,que en 2018 levantaron unamarea que promete arrasarcon todo, que igual se enojancon la iglesia y que jamás unirí-an sus pañuelos con los celes-tes, que no les cierra un JuanGrabois papista y anti dere-chos y que menos le cierra unManzur haciendo parir a niñasde 11 años.

En plena crisis, despidos yajuste se dedican a hablar de unpacto social con empresarios,se sientan a negociar en cálidasreuniones con el FMI, dirigen

centrales sindicales que hacenparos domingueros y mandana la gente a esperar a octubredonde llegará una soluciónmágica a la gestión que tam-bién sostuvieron: votándolemás de 120 leyes  y desmovili-zando a la gente para seguirsosteniéndole la gobernabili-dad al macrismo.

Frente a todo esto, frente alas contradicciones, a la inmun-dicia, a palabras bonitas perovacías de todo tipo de praxis, acampañas en torno a “Ella legana” o “hay 2019”, frente afiguritas repetidas como FelipeSolá (responsable político delasesinato de Kosteki ySantillán) y apretones de manoscon lo más rancio de la buro-cracia sindical, la misma buro-cracia que quiso vaciar y boico-tear en tono amenazador ypatoteril nuestro acto del 8 deMarzo, con un discurso de “loposible y lo inmediato” le pre-

tenden poner una curita a unacabeza degollada.

Entonces te digo, compañe-ro y compañera, hay otra salidadonde lo que plantean comoposible e inmediato se vuelve elmismo final de siempre: somoslos trabajadores y las trabajado-ras los que le pagamos la fiesta ala burguesía y la patronal.

Transito hoy la construc-ción de un espacio de carácterrevolucionario, donde cabe eldisenso y es punto de partidapara la mejora, donde no exis-ten dirigentes semi diosesincuestionables y donde vamosa la cabeza los trabajadores, lasmujeres y la juventud.

Rompé con el sabor agrio de“comerte un par de sapos”, deque quieran guardar de nuevoen un cajón las reivindicacionesdel movimiento feminista, deeste lado de la historia, la queescribimos los de abajo no haylugar para los traidores, para los

conservadores ni oscurantistas.Te invito, porque estuve ahí,

con esa voz interna que medecía que nos merecemos más,que el ruido que te hace todoesto también lo sentí y te juro,compañero y compañera, quees posible otra salida, que esposible cambiarlo todo, que esposible forjar un mundo sincadenas, sin injusticias, sin due-ños de la tierra, sin patrones yque cuando borremos de la fazde la tierra hasta el último atis-bo de este sistema se volverá unmal recuerdo de lo que nosvendieron como inevitable,como necesario.

Pues, lo inevitable será, quetiremos a la trituradora al capi-talismo patriarcal.

Te invito entonces, a cons-truir la voz y el poder de losde abajo en el Nuevo MAS yLas Rojas.

Caro Tzanikian

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14 | Socialismo o Barbarie | Año XVIII | Nº 514 | 16/05/19

Teoría

Cuestiones de estrategia

Problemas estratégicos en materia de construcción partidaria*Roberto Sáenz“En la experiencia histórica queconocemos más de cerca, la del viejoMAS –que había ‘resuelto’ las rela-ciones de fuerzas en el seno de laizquierda–, éste logró en pocos añossu espacio de actuación más allá dela vanguardia. Pero la tremenda con-tradicción estuvo cuando empezó arozar al peronismo: entró en unaespiral de crisis que lo llevó a ladisolución. Tuvo un proyecto erradopara dar el salto hacia la influenciaentre amplios sectores de masas: unproyecto básicamente barrial-geo-gráfico-electoral en vez de uno orgá-nico-laboral-estructural. Este desvíooportunista en materia de organiza-ción –junto a un conjunto de otrasrazones– lo iquidó” (Roberto Sáenz,“Lenin en el siglo XXI”).

Acontinuación abordaremosalgunos de los problemasestratégicos de la construc-

ción de nuestros partidos: su cons-trucción orgánica por oposición auna mera construcción “electora-lista”, su “engorde” y no su creci-miento estructural. También alcarácter políticamente de vanguar-dia que siempre debe mantener,incluso cuando se lanza hacia unamás amplia influencia entre lasmasas, cuidando de no diluirse enel atraso político que inevitable-mente arrastran los más ampliossectores de las masas. Por último,el carácter del partido revolucio-nario como partido de combate, enel sentido de ser siempre, en últimainstancia, un instrumento al servi-cio de la lucha de clases.

La construcción orgánica de nuestros partidos

Nos preocupa plantear prime-ro el problema de la traducción delos votos y cargos obtenidos eninfluencia orgánica. Aquí nos vienea la memoria una reflexión deTrotsky a propósito de las relacio-nes entre el Partido Socialista y elPartido Comunista a comienzosde los años 20 en Francia. El pesomilitante del PS era relativamentepequeño; sin embargo, electoral-mente, conservaba una gran fuer-za y, además, expresaba determi-nadas correlaciones políticas,reflejando un núcleo de la claseobrera que no estaba radicalizado.La burocracia estalinista, al frentede la Tercera Internacional, tendíaa afirmar que los socialistas noeran “nada” y que como el PC teníamuchos más militantes, alcanzar lamayoría de la clase obrera era algoque ocurriría inevitablemente.Trotsky opinaba lo contrario,poniendo sobre la mesa la comple-jidad de los problemas de la hegemo-nía política: “Si tenemos en cuentaque el Partido Comunista tiene130.000 miembros mientras quelos socialistas son 30.000, enton-ces es evidente el enorme éxito delcomunismo en Francia. Pero siponemos en relación estas cifrascon la fuerza numérica de la claseobrera en sí, la existencia de sindi-catos reformistas y tendenciasanticomunistas en los sindicatosrevolucionarios, entonces la cues-

tión de la hegemonía del PartidoComunista en el movimientoobrero se nos representa comouna cuestión  compleja que estálejos de ser resuelta por nuestrapreponderancia numérica sobrelos disidentes (socialistas)” (LeónTrotsky, “Introducción a  Cincoaños de la Internacional Comunista”).

Junto con la cuestión de lahegemonía se plantea el problemade la construcción de nuestrospartidos. Los problemas de suconstrucción orgánica, estructu-ral, y de lo territorial están plante-ados aquí. Es decir: a qué presionespolítico-sociales se somete princi-palmente, si a las orgánicas-labo-rales o a las territoriales-popula-res, que son de naturaleza muydistinta.

Desde ya que cualquier partidoque pretende alcanzar unainfluencia entre más amplios sec-tores es inevitable que tenga unadesarrollo e inserción territorialcreciente. Pero esto debe tener undeterminado balance: el centro debeser la construcción orgánica en loslugares de trabajo, para arrastrardesde allí el elemento barrial. Esto noes un dogma doctrinario: es unanálisis  materialista de a qué pre-siones pretendemos someter alpartido.

Hay una correlación: el pesoterritorial excesivo se sigue de unaorientación puramente electoral.Las elecciones desarrollan, comohemos dicho, sus propias necesi-dades. La participación electoraltiene sus propias leyes; no sepuede participar en las eleccionessin hacer campaña electoral, sopena de infantilismo pequeñobur-gués. Pero otra cosa es ordenartoda la actividad del partido  eincluso su estructura interna alrede-dor de aquello que más rinde enmateria electoral, el territorio.Este atajo es un camino al desastreque ya fue recorrido por otras for-maciones del trotskismo; un cán-cer que vive en estos momentos,por ejemplo, el NPA francés.

Luego está la cuestión dela proletarización de compañeros enel movimiento obrero. El PO deArgentina alardea que “no necesitahacerlo” porque por el peso elec-toral logrado “resuelve el proble-ma de su relación con la vanguar-dia obrera” desde arriba y desdeafuera, “políticamente”. Desde yaque el peso político más objetivoque logra un partido facilita susrelaciones, impacto y capacidad detracción entre sectores másamplios; entre ellos la vanguardiaobrera. Pero creer que en lasactuales condiciones históricas,donde el movimiento obrero no essocialista, se podría resolver lacuestión de manera tan epidérmi-ca es engañarse a sí mismo y enga-ñar a la militancia. No se puedeentender por qué hoy el partidomás grande del trotskismo argen-tino no puede estructurar compa-ñeros jóvenes en los lugares detrabajo, al tiempo que se aprove-cha el peso político mayor paraganar sectores independientes dela vanguardia obrera.

Aquí subsiste un problemavinculado al bajo grado de politiza-

ción de las nuevas generaciones. Estono se va a resolver de un día parael otro ni es algo que dependa deuno o dos factores, sino de un con-junto de condiciones objetivas. Deahí que los cuadros formados polí-ticamente que entran en fábricapueden ser  cualitativos para ganaruna amplia fracción de trabajado-res en cada lugar de trabajo, algoque no se logrará sin esta orienta-ción. La teorización de la cons-trucción epidérmica del partidopuede tener patas muy cortas.

Cómo no romperse la nuca en el salto hacia las masas

En nuestro texto “Lenin en elsiglo XXI” nos hemos referido alos complejos problemas del saltodel partido de vanguardia a lainfluencia de masas. Señalábamosque la perspectiva debía ser la delpasaje no a ser “un partido demasas”, sino que en Lenin la con-cepción era que el partido de van-guardia debía adquirir influenciaentre los más amplios sectores demasas, pero sin perder este carác-ter de organización que siempredebe representar, políticamente, alos sectores más avanzados de laclase obrera; esto es, de organiza-ción de vanguardia.

En la idea del “partido demasas” podría perderse de vistaque en el seno de la clase obrera,inevitablemente, conviven secto-res avanzados y retrasados en loque hace a su conciencia, razónpor la cual, si el partido se trans-formara, lisa y llanamente, en un“partido de masas”, se plantearía elpeligro de dejar de ser revolucionario.Incluso en la transición al socialis-mo, bajo la dictadura proletaria, elpartido debe evitar diluir política-mente los sectores más avanzadosde la clase obrera en los más atra-sados, conservando su carácter deorganización de vanguardia(Lenin se planteaba el problema dela organización de los “obreros sinpartido” pero como problemaamplio, no en el seno del partidobolchevique).

Por esta misma razón, el parti-do no se debe confundir con elEstado proletario como tal; debemantener su independencia políti-ca y organizativa como organiza-ción, incluso si se trata del partidoen el poder. El objetivo es no con-fundirse con el conjunto de laclase, y menos que menos diluirseentre las otras clases explotadas yoprimidas, que hasta cierto puntoel estado proletario tambiénrepresenta.1

Dicho esto, pasemos a nuestropunto: los complejos problemasdel pasaje del partido de vanguar-dia a uno con influencia entre lasmasas y las leyes internas específi-cas de este último.

Aquí hay varias cuestiones. Loprimero que debe señalarse es queen la operación de las leyes delpartido de vanguardia propiamen-te dicho y el que se lanza a una másamplia influencia entre las masas,ocurre una transformación, tantoen materia de las leyes de crecimien-to del partido como en lo que haceal régimen interno del partido.

Porque si la organización de van-guardia es hasta cierto punto unasuerte de “brigada de combate”, unpartido que se está lanzando a lainfluencia entre sectores de lasmasas, evidentemente debe teneruna serie de criterios propios enmateria de organización que con-figuran en muchos casos una suer-te de “inversión dialéctica” de lasleyes que rigen el estadio propia-mente de vanguardia.

Esto no quita que, al mismotiempo, en todos los estadiosrijan  leyes de desarrollo desigual ycombinado. Si es malo confundirlos estadios constructivos delpartido, esto no quiere decir queno haya circunstancias dondenúcleos muy pequeños cumplanun rol de gran importancia, conuna proyección en el campopolítico muy por encima de susfuerzas organizativas; algo quevemos y vivimos todos los días(algo similar había señaladoMoreno en un texto a propósitode la situación en Bolivia decomienzo de los años 80).

Pero digamos algo respecto delas leyes de crecimiento de un par-tido con mayor peso entre lasmasas. Los  multiplicadores en loque hace a cantidad de militantes,inserción y envergadura política yorganizativa del partido en épocarevolucionaria varían sustancial-mente respecto del período en quela organización es un partido devanguardia. Se trata de otras leyeslas que rigen el salto hacia lasmasas: operan leyes de multiplicacióngeométrica y no aritmética, que es lo

que caracteriza al partido en esta-dio de vanguardia.

Es decir, el partido de vanguar-dia recluta de a individuos o, a losumo, de a decenas. El partido quese vuelca a tener influencia entresectores de las masas recluta de aconjuntos de compañeros:  captanúcleos, agrupaciones, organizacionesy/o sectores enteros de trabajadores oestudiantes. A este respecto sonilustrativos los criterios plantea-dos por Lenin para los bolchevi-ques en oportunidad de la revolu-ción de 1905: planteaba la necesi-dad de poner en pie cientos de nue-vas organizaciones del partido, einsistía en que esto no lo decía ensentido figurado sino literal, sopena de quedar por detrás de losacontecimientos no sólo política,sino constructivamente.

El tema de los multiplicadoreses toda una discusión que hacea las leyes dialécticas del salto de can-tidad en calidad en materia de cons-trucción partidaria. Porque ese saltoprecisa de una acumulación cuan-titativa previa para producirse.

En segundo lugar, el tema delos multiplicadores es difícil pen-sarlo en abstracto: habitualmenteestá ligado a la búsqueda de algúnvehículo para producir este saltoen calidad. Lo decisivo aquí es sivan o no en el sentido estratégicode la construcción de la organiza-ción como partido revolucionario.Para que no sea un salto al vacío,por más vehículo que haya, hacefalta una acumulación previa enmateria de construcción partida-ria. Hay infinidad de momentos en

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Socialismo o BarbarieAño XVIII | Nº 514 | 16/05/19 | | 15

que se le plantea al partido esaposibilidad. Pero si no hay partidoorganizado previamente, es comoquerer tomar sopa con tenedor: nose puede aprovechar el momentoconstructivamente y los cientos omiles de simpatizantes potencialesse escurren como agua entre losdedos. En suma:  el salto hacia lasmasas requiere de una acumulaciónanterior so pena de que, incluso siexiste un vehículo para darlo, no sepueda concretar.

Aquí talla, en tercer lugar, lavariación de las leyes de construc-ción en el caso del partido que selanza a tener influencia de masas,que muchas veces lleva a estrellar-se contra la pared. Se puede dar elcaso de tener tanto el vehículo laacumulación partidaria necesaria.Pero es muy distinto el grado depolitización de la militancia delpartido de vanguardia, y muy dis-tintos también los métodos dedirección, más “personalizados”,que caracterizan a la organizaciónde vanguardia. Cuando el partidocrece se hace “impersonal”;  tododescansa en los cuadros, en el gradode educación que han recibido yen su capacidad de actuación autó-noma, dentro de los parámetros dela política general de la organiza-ción. Esta  acumulación decuadros previa se transforma,entonces, en un elemento clave.

Además, el partido transfor-mado ya, hasta cierto punto, en unhecho objetivo, tiene la tendenciaa desarrollar  intereses propios deuna manera muy fuerte, lo queplantea el problema de que nuncase debe pensar el partido indepen-dientemente de la lucha de clases.Es el típico peligro del partido“grande”: considerarlo “un fin en símismo”, tener miedo a arriesgar,desentenderse de los problemas dela sociedad y de la clase como si elpartido pudiera construirse inde-pendientemente de la lucha de cla-ses (el caso extremo fue el de lasocialdemocracia alemana, carac-terizada como un “Estado dentrodel Estado”). Es decir, se debe esta-blecer un correcto balance entre lavida interna del partido y su vidahabitual, que está volcada, y nopuede dejar de estarlo, al serviciode la lucha de clases.  Volveremossobre esto más abajo.

Veamos un cuarto problema: elde las “anclas” del partido, los con-trapesos que debe adquirir para quelas presiones sociales que comien-za a ejercer una franja de las masassobre la organización, con todossus elementos de atraso político,no lo hagan desbarrancar.

Estas anclas son: el grado depolitización de su núcleo partida-rio, su composición social, la auto-ridad de su dirección, las tareas alas que habitualmente se dedica(no es lo mismo que lo cotidianosea la intervención en las luchasobreras a que su actividad básicasea la electoral), el armazón teóri-co-estratégico de la organización ysu carácter internacionalista.Porque característicamente, y liga-do dialécticamente a lo anterior,hay otro problema que es absolu-tamente clave: el grado de flexibili-dad  del partido en materia denutrirse de lo mejor de la jovengeneración que entra a la lucha. Esdecir: el partido debe dejar atrástoda inercia conservadora y lanzarsede lleno a intervenir política yconstructivamente en la lucha de

clases incrementada. Es aquídonde entra la capacidad de adap-tación del partido, su flexibilidadrevolucionaria, su capacidad desacarse de encima toda inerciaconservadora, toda estructura queno sea capaz de nutrirse de losimpulsos revolucionarios de larealidad.

Y aquí hay otra exigencia más.En situaciones de ascenso de lalucha de clases, el partido corre elriesgo de  quedar por detrás de lasituación, tanto política como orga-nizativamente, en vez de ser lavanguardia. Como decía Lenin en1905:“‘Necesitamos aprender aajustarnos a este completamentenuevo alcance del movimiento’.Esta adaptación a los eventos sig-nifica [dice Liebman, autor de estacita. RS] que la distinción entre laorganización y el movimiento,entre la ‘red horizontal’ y la ‘redvertical’, y, finalmente, entre lavanguardia y la clase trabajadora,comenzaba a hacerse más tenue”(Marcel Liebman,  Leninismo bajoLenin: 46).

Esto ocurre cuando hay unascenso revolucionario: el partidodebe sacarse de encima toda lainercia; revolucionarse junto conla clase. Hay, hasta cierto punto, ycomo ya hemos señalando, unainversión de los principios enun-ciados más arriba. Pero para queeste salto no sea al vacío, el estadiode partido de vanguardia debehaber sido resuelto de una manerasatisfactoria. El partido manten-drá su carácter revolucionariosólo si cuando se “fusiona” con lasmasas (como señala Lenin en  Elizquierdismo…) tiene firmes suscolumnas vertebrales en tanto queorganización revolucionaria.  Ahíya se estaría cerrando todo un cír-culo dialéctico que hasta ahorasólo el bolchevismo ha sido capazde transitar satisfactoriamente,pero que seguramente tendrá nue-vos capítulos en este siglo XXI.

La degeneración de la socialdemocracia alemana

“Detrás de todas las consideracio-nes [se refiere a la lucha de RosaLuxemburgo. RS] se descubre siem-pre su necesidad de romper laestructura de autoabsorción delpartido. Un problema de este tiposólo podía plantearse dentro de unpartido como el SPD, una organiza-ción de masas tan importante, dis-ciplinada y legal como para crearun Estado dentro delEstado” (J.P.Nettl, “Sobre el imperia-lismo”, en El desafío de RosaLuxemburgo).

La experiencia de la socialde-mocracia alemana a comienzosdel siglo XX es de enorme valoreducativo para entender algunosde los problemas que se planteana partir de la obtención de parla-mentarios por parte de laizquierda. Desde ya que las dife-rencias entre ayer y hoy sonsiderales; sin embargo, un estu-dio crítico de los problemas deesta organización ofrece ense-ñanzas universales que se debenincluir en el debate estratégico.

La evolución del SPD (PartidoSocialdemócrata de Alemania) diolugar a varios análisis al respecto,los más importantes llevados ade-lante por Rosa Luxemburgo,Lenin y Trotsky. Sin embargo,

tomado con los debidos recaudos,queremos retomar aquí aspectosdel clásico trabajo de RobertMichels (1876-1936),  Los partidospolíticos, obra inspirada en el par-tido socialdemócrata alemán delcual fue miembro, aunque sussimpatías fueron luego hacia elfascismo encarnado porMussolini.2

Su tesis refería a una supuesta“ley de hierro” que por razones“inevitables” llevaría a la burocra-tización de las organizacionesobreras. Veía en la división deltrabajo dentro de la organización,y en la participación de los estra-tos dirigentes en las institucionesde la democracia burguesa, unatendencia “oligárquica” irrefrena-ble que no podía hacer otra cosaque burocratizar el partido.

Su enfoque se basaba en que la“masa explotada” nunca podríaelevarse a la autoemancipación:siempre debería ser “dirigida” (ysustituida en el gobierno de losasuntos); era irremediablemente“incompetente”. Su visión no sola-mente era equivocada, sino  reac-cionaria hasta la médula: transfor-maba en “imposibilidad técnica”(es decir, naturalizada) lo que sóloera subproducto de determinadosprocesos históricos. Además, esta-blecía una tesis  esencialista contralas potencialidades de autoeman-cipación de los explotados y opri-midos que pocos años despuéstuvo el más rotundo mentís con lagesta inmensa de la RevoluciónRusa (su obra data de 1911). EnMichels la burocratización de lasorganizaciones obreras es un pro-ducto forzoso que se desprende de“invariantes” de base “técnica”.Como parte de las tradiciones dela sociología burguesa reacciona-ria de la época (Mosca, Pareto,Weber 3) y de los no menos reac-cionarios referentes de la escuelade la “psicología de masas” (LeBon), transforma en un a priori unresultado de determinadas cir-cunstancias históricas: la burocra-tización de las organizacionespolíticas de la clase obrera.4

Con Marx sabemos que en lassociedades de clase ladivisión  técnica del trabajo supo-ne una división social del mismo,pero no tiene porque ser así entoda la historia. No hay nada queesté en la “naturaleza humana”que impida que la humanidad sepueda elevar a los más altos gra-dos de desarrollo superando ladivisión del trabajo, incluso en elterreno técnico mismo. O, por lomenos, que una nueva divisiónfuncional se ubique en paráme-tros que serían hoy impensables.Pierre Naville tiene señalamien-tos sugerentes en esta materia.

Por otra parte, es verdad que ladialéctica entre la base, los cua-dros y los dirigentes, y los proble-mas de representación de la“voluntad popular” es compleja ycubre todo el período de la luchapor la revolución socialista y latransición, y es lo que da sustanciaa la concepción de partido deLenin, a la creación de organis-mos de poder, etcétera. Entreellos, la problemática de la dicta-dura del proletariado.

Pero todos estos procesosson históricamente determina-dos y no remiten a ningunaesencialidad a priori; nada queno pueda ser superado en la

experiencia de la lucha de clases;ningún fatalismo, ninguna clau-sura de las perspectivas históri-cas que reza que “la libertad decada uno será la condición parala libertad de todos” (como que-ría Marx bajo el comunismo).

Sin embargo, si los presupues-tos teóricos de Michels eran com-pletamente erróneos, era muyagudo en la descripción de los pro-cesos en obra. Queremos destacardos aspectos. Uno, Michels acer-taba cuando señalaba cómo el par-tido socialdemócrata, a medidaque iba creciendo, sumaba ele-mentos de  conservadurismo: “Lavida del partido (…) no puede serpuesta en peligro (…). El partidocede, vende precipitadamente sualma internacionalista y, movidopor el instinto de autoconserva-ción, se transforma en un partidopatriota” (citado por Lipset en laintroducción a  Los partidos políti-cos, tomo I: 18). No es que todopartido, por el solo hecho de cre-cer, deba sumar elementos deconservadurismo, supuesta “leyde hierro” que nos condenaría aser una secta. Ocurre simplemen-te que toda organización desarro-lla hasta cierto punto interesespropios que hacen a la lógicamisma de su construcción, y quehay que vigilar para que no setransformen en un fin en símismo, desligado de las razonesúltimas de su existencia: la luchapor la transformación socialistade la sociedad.

Veamos más de cerca esteproblema. El partido revolucio-nario es imprescindible para larevolución social, algo que atesti-gua toda la experiencia histórica.También es un hecho que si losrevolucionarios no construimosel partido, no lo construye nadie;es lo menos “objetivo” que hay.Esto incluye, inevitablemente,que el partido deba tener su pro-pia agenda y desarrolle inevita-blemente los intereses de su pro-pia construcción.

Pero hay que estar en guardiacontra una derivación no deseadade esto: que el partido setermine  separando de la realidad,se desentienda de sus fines, las nece-sidades y las luchas de la clase obre-ra: ser una herramienta al serviciode la lucha emancipatoria de lostrabajadores.

Esa pérdida de sus fines, o unacomprensión mecánica de su pro-pia construcción como si sepudiera realizar entre cuatroparedes, de manera separada de laexperiencia en el seno de la propiaclase obrera, es lo que puedesumar  inercias conservadoras si sepierde de vista que el partido es,en definitiva,  una organización decombate por la transformación social.

Lenin, en su lucha contra los“hombres de comités” en la revolu-ción de 1905, no decía otra cosa.Tampoco Trotsky cuando reitera-das veces insistía en el peligro deque el partido quedara por detrásde los desarrollos de la lucha de cla-ses y, en vez de cumplir un rol devanguardia, fuera un contrapesoconservador. Esto se hacía particu-larmente agudo en el momento dela insurrección cuando, como ley,era inevitable que surgieran en elpartido elementos retardatarios,como ya hemos señalado.

En Michels (y otros autorescomo Nettl, biógrafo de Rosa

Luxemburgo) hay otra observa-ción sugerente acerca de la social-democracia alemana, cuandoseñala que se consideraba comoun “Estado dentro del Estado”.Sobre la base de las presionesobjetivas del crecimiento econó-mico, y de una vida políticapuramente parlamentaria, estaconcepción trasmitía la idea deuna autosuficiencia que llevabaal conservadurismo y lo alejabadel carácter de partido de comba-te en las luchas de la clase obreraque la organización revolucio-naria debe ser.

La idea del partido como un“Estado” trasmite una compren-sión de totalidad, de un conjuntode relaciones políticas de la claseobrera ya resueltas en el partidocomo tal. Si el partido es un“Estado”, una organización “tota-lizada”, ¿para qué se va a molestaren transformar la realidad?Cualquier intervención en la rea-lidad, en la medida en que supo-ne riesgos, es vista como “peligro-sa”, problemática, dañina. ¿Paraqué arriesgarlo todo si el partidoya es una “sociedad dentro de lasociedad”, se “autoabastece”? Deahí a la adaptación conservadoraal parlamentarismo había solo unpaso, y el SPD lo dio.

En definitiva, las cuestiones deestrategia de los revolucionariosse plantean tanto en el terrenopolítico como en el constructivo,como acabamos de ver.Cuestiones que se van a ir ponien-do cada vez más al rojo vivo amedida que la izquierda revolu-cionaria vaya ganando posicionesentre la vanguardia obrera y másallá. Un proceso que parece estarocurriendo en varios países; sinduda alguna, en la Argentinaactual, entre otros, y al servicio delcual ponemos este ensayo, en pri-mer lugar, para la construcción denuestra corriente Socialismo oBarbarie y de cada uno de suscomponentes.

Notas*El presente es el capítulo quito delfolleto “Custiones de estrategia” demimo autor. N. del E1. A comienzos de 1920, a propósi-to del llamado “debate sobre lossindicatos” se dio una interesantediscusión entre Lenin y Bujarincuando el primero definió el carác-ter del estado proletario como“estado obrero y campesino”, yluego se corrigió definiendo que elestado obrero en la URSS era unocon deformaciones burocráticas. Encualquier caso, expresaba todos losproblemas de “representación”planteados en el estado posrevolu-cionario y cómo el partido debíaevitar “fusionarse” con él.2. Su evaluación era que la democra-cia de masas era “imposible” y queuna “ley de hierro de las oligarquíaspolíticas” se imponía siempre,ineluctablemente. Michels fue delreformismo a la adoración de figu-ras carismáticas como Mussolini,llamadas a resolver desde arriba losproblemas “irresolubles” de lademocracia política.3. Recordemos que Weber habíahablado de la “jaula de hierro” a laque estaban sometidas las masas bajoel capitalismo, y que les imposibilita-ba “orgánicamente” tomar en sus pro-pias manos su destino.4. En Los orígenes de la violencia nazi,Enzo Traverso plantea lo mismo queseñalamos aquí: que en la base de subrillante análisis de la socialdemocra-cia alemana, Michels planteaba lasupuesta “imposibilidad” de la claseobrera a emanciparse por sí misma.

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