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SEMANAS DE ESTVDIOS ROMANOS INSTITVTO DE HISTORIA VICE-RECTORIA ACADEMICA Volumen I 1977 EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAISO UNIVERSIDAD CATOLICA DE VALPARAISO

SEMANAS DE ESTVDIOS ROMANOS

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Page 1: SEMANAS DE ESTVDIOS ROMANOS

SEMANAS

DE ESTVDIOS ROMANOS

INSTITVTO DE HISTORIA

VICE-RECTORIA ACADEMICA

Volumen I

1977

EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAISO

UNIVERSIDAD CATOLICA DE VALPARAISO

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RES PRIVA T A - RES P'VBLICA - IMPERIVM

DR. HÉCTOR HERRERA CAJAS

Antes de iniciar esta exposición, debo dar algunas explicaciones. En primerlugar, la Historia -se sabe- recurre habitualmente a las ciencias auxiliares,lo cual no quiere decir que el historiador tenga un dominio particular encada una de ellas. Valga esto para el uso, abuso o desuso que yo pueda hacer,en este caso, de la filología y de las ciencias jurídicas. Por otra parte, si algúnmérito puede haber en lo que presentaré a continuación, se debe, entre otrascosas, a la lectura meditada de algunos grandes autores que, desde hace algunosaños, he usado constantemente en un in.tento por tratar de obtener una visióngeneral y coherente de asuntos que me han preocupado por largo tiempo. En

efecto, el tema que quiero proponer y que queda indicado en los tres conceptosclaves de Res Privata . Res Publica -Imperium, significa recorrer toda la historiade Roma, y pretende dar respuesta a una pregunta que me he fonnulado hacetiempo. Esa pregunta es cómo explicarse los orígenes del mundo medieval.

He partido, pues, no de un asunto que pudiéramos considerar propio delcampo de los estudios romanos. Pero, al querer contestar dicha pregunta, mehe visto en la necesidad de hacer este gran recorrido por la historia romanapara tratar de desentrañar en ella algunos elementos, o mejor dicho, descubrirun espíritu, un tono espiritual que pennita llegar -en los siglos del BajoImperio-- a una consonancia espiritual que, a primera vista, resulta paradójicay que también, estoy convencido, lo era para la mayoría de los hombres de esaépoca por no estar en condiciones de comprenderla. Es ésta, justamente,una de las tareas del historiador: entender lo que los contemporáneos de losacontecimientos a menudo no entienden. Al hablar de una consonancia esPiritual

tengo presente, por cierto, todo lo que representa el mundo primitivo de lospueblos de las grandes migraciones.

El estudio sobre ese mundo primitivo fue un punto de partida que hetratado de relacionar con este otro mundo primitivo que se halla en los orígenesde Roma. La actual erudición de los estudios sobre Roma ha puesto granénfasis en el conocimiento de este mundo arcaico, porque pareciera que allí

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RES PRIVATA - RES PVBLICA - IMPERlVM

est:in cantenidas en germen muchas de las institucianes que posteriarmenteaparecerán durante el períado de la República. Histariadares y filalógas,hay día, insisten en hacernas ver cómo. farmas, instituciones, pensamientas-que nasatras pademas canacer a través de las textas- no. son creacianes acci-dentales ni espantáneas, surgidas de ese harizonte histórica, sino. que, en sumayor parte, pravienen del trasfanda arcaica del mundo. primitiva. Aundentro. del léxico., A. Ernaut sastiene, que gran parte del vacabularia aficial de lalengua latina proviene de un vacabulario familiar (cfr. A. ERNOUTet A. MEI-LLET,Dictionnaire étymologique de la langue latine. Histoire des mots, arto civis.

"En latin, au le vocabulaire familier a pris en pal'tie un caractere afficiel, civis.a

servi á désigner le "membre de la cité"...). Se trata, pues, de asignar un signocanvencianal al mundo. de la Res Priuata. Con esto, no. indica que este período.inmenso, que carrespande en gran parte al mundo. de las indoeurapeas, seapasitiva a negativa; sólo. le asigna canvencionalmente un signo.. En el mundo.de la Res Publica, par situaciones fáciles de camprender y que reseñaré rápida-mente, ésta cambia de signo. y, posteriarmente, en el mundo. del Imperium,

cama "etapa histórica", vuelve a recuperarse el signo. de aquel mundo primitiva-evidentemente con madulacianes distintas-, caincidienda can la épaca enque, históricamente, se dan las grandes migracianes de pueblas, invasionesde pueblos primitivas, que, por la tanta, paseen, aím en expresiones culturalesdiferentes, este misma espíritu del mundo. arcaica, del mundo. privada. Se da,pues, entances, la que ya llamo consonancia esPiritual en la época en que seva a iniciar la Edad Media. Esa es la versión general del asunto.. Sobre estopretenda aportar algunas ideas.

RES PRIvATA

Los historiadores del derecha romana recanocen que las amplias atribucianesque pasee el pater familias en el mundo. arcaica -la que prapiamente es el ius

privatum ariginal- van paulatinamente disminuyendo. y transfiriéndase alcampo. de campetencia del ius publicum, al mundo. de la. res publica, hastallegar 'un mamenta en que de todo este conjunto..que correspondía a la potestas

(el pader del padre), sólo quedan reservadas las llamadas cuatro delitas pri-vados, que son el furtum, la mPina, la iniuria y el damnum iniuria datum, yéstos sujetos tadavía a compensación legal (cf. PIETRODE FRANClSCI,Storia .del

Diritto Romano, 1, p. 341; cfr. ARIAs-RAMas,Dereoho Romano, n, pp. 663 Y"s.;dande se explica el alcance de cada una de estas delitos). Toda. el gran campode la potestas del pate?' ha ida siendo. restringida en beneficia del Es~da hastaquedarle entregados esos apenas cuatro delito.s. Se da. pues, indudablemente,un proceso que lleva hacia el establecimiento. y cansolidación de la Res Publica.

Vale. la pena detenerse un mamenta en estas' dos palabra$ claves: Priuatus yPublicus.

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HECTOR HFRRERA CAJAS

A. Emout, hace notar que el adjetivo publicus podría relacionarse con pubi-

cus. Publicus es, de hecho, el adjetivo de populus; populus no tiene adjetivopropio; nosotros decimos el "pueblo", lo "público", las "acciones públicas",aunque no hay relación directa entre populus y publicus. La creación del adjeti-vo publicus se sugiere a partir de un pubicus que, a su vez, viene de pubes, estoes, los signos corporales que marcan el paso de la niñez a la pubertad. En elmundo arcaico se concede gran importancia a esta etapa, y su significado haqued.ado recogido en los rituales de iniciación. En ese momento, los niñosdejan de 'pertenecer exclusivamente al ámbito familiar (la res p¡-iuata) paracomen~..ara participar, cada vez más intensamente, en un mundo más amplioque al que ya pertenccen, porque en ellos está la posibilidad de la procreación y,a la vez, el compromiso de defender al conjunto y de dar su opinión en las reunio-nes. Es decir, n9S encontraríamos ya en una etapa en que las familias --que sonestrictamente el mundo de lo privado-- comienza.nl a estructurarse en sucesivasrelaciones, una de las cuales, posiblemente, es la gens. La gens seTÍa un aglutin:.l~miento de familias, en la que los varones -cuando llegan a la edad de poderempuñar las armas, o sea, que SOI1púberes-, van conformando el nuevohorizonte que preludia lo que va a ser el mundo de lo público. Quede estoseñalado para que nos formemos -aunque de manera muy sucinta- una ideade lo que significa, en el mundo romano de los orígenes, lo público. Valga lapena decir también como advertencia -por cierto igualmente innecesaria paramuchos de ustedes-- que es.tá comprobado que los romanos, a lo largo de lossiglos de su historia, fueron perdiendo muchas veces el sentido primigenio desus instituciones, de sus rituales, de sus magistratupl.s; y que, en un momento pos-terior, movidos por la erudición, hicieron, a veces, intentos muy profundos,pero a veces también un poco vanos por tratar de desentrañar el significadooriginal de dichas instituciones o del vocabulario con el cual ellos funcionabancotidianamente. En este momento -gracias a los estudios de la filologíacomparada en el vasto campo de los Indoeuropeos y gracias a los estudios de lahistoria comparada de las religiones-- estamos, en cier.tos casos, en mejorescondiciones para conocer el origen de algunos de estos términos claves, paraentender la organización del mundo primitivo o, también, para ver cómo sevan produciendo las mencionadas traslaciones desde el mundo priv.ado al mundopúblico.

En cuanto a priva tus (privado), esta palabra tiene que ver con priuus

(lo singular), "lo perteneciente exclusivamente a uno", y con proPius (lo propio) .Priuus, según Emout, vendría de "el que está adelante", "el que está aisladode otro" (prei-u.os). Proprius habría sido -supone Emout- formado a partirde la locución pro-priuo, es decir, "a titulo particular". Entonces, se ve que existeuna relación directa entre lo "p-<)pio" y lo "privado", de tal manera que elalcance de lo privado es aquello qUt: es lo propio de alguien y, en este caso, debelo propio Ser -m.o tanto de la familia, que es un concepto que también mc:receexplicarse- sino del pater.

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í RES PRIVATA - RES PVBLlCA - IMPERlVM

El concepto de familia, que analiz.1remos ahora, posee -al menos yolo he sentido así- \In doble horizonte: uno, que es el temporal y que quedaconsignado en el término pater y en todo lo que en él está encerrado, y otro, quees un horizonte espacial y que queda consignado en el térmi'no tlomus (casa). Po-siblemente su primera acepción es la de "cabaña", tal como esas. que nos entregala arqueología, desenterrada en las excavaciones del Capitolio. La familia fue, en-tonces, ese amplísimo conjunto en el cual se encontraban los bienes muebles y lossiervos -al fin "1011cabo "familia" viene de famlllus-famllla- y en el cual han decontarse los descendientes directos, sus hijos, etc., y --esto es muy importante- losantepasados, frente a los cuales el pate1. oficiaba de sacerdote. Vale, pues, tenerpresente cómo el pater resume una serie de dimensiones que, posteriormente, vana aparecer cada vez más especializadas: el pate1. es sacerdote, es administrador debienes, es el que da justicia a su familia y es el que la defiende, En una palabra,tiene él, en su mano, la totalidad de la potestas (el poder) . Es interesante, tam-bién, aludir al inmenso mundo de significados que comparece cuando decimos queel pater tiene en su mano este conjunto de potestates, que señalan esa dimensiónsacral que, en el mundo arcaico, se encuentra en. la "mano". Por eso va originarseuna importantísima familia de conceptos a partir del término manus. De ahíprodenen "mando" )' también "co-mando"; igualmente cuanto tiene que vercon la acción de la mano, con capio; así el mancipi1lm, etc. Se da, pues, canti-dad de acciones jurídicas que se instauran a par.tir del ejercicio de la mano. Apartir de esta visión plástica, podríamos decir, que el romano posee lo quepuede la mano: la mano bendice, la mano castiga, la mano da señales, la manoorienta... En el mundo arcaico, todo esto aparece, incorporado, a una de lasatribuciones fundamentales del pater.

La familia también requiere una extensión territorial, ya que exige unaefectiva posesión. Ahora bien, es a partir de la conjugación de estas dos dimen-siones de la familia -generacional )' dominial-, que lentamente van elaborán-dose conceptos que ofrecerán su sentido al mundo de lo público. Lo decíamos apropósito de puber; lo podríamos igualmente señalar a propósito del conjuntode varones, que, posiblemente, quedaba consignado en el término .couiria -tér-mino reconstituido por cierto- el cual originó curia. En la topografía romanaqueda constancia de varias de estas curias, es decir, de lugares donde se reunían loshombres provenientes de distintas familias en momentos en que la .necesidadexigía reuniones más amplias que la de los miembros propios de una familia.Así, la curia hostilia, la curia saliorum, son ejemplos que cita F. De Francisci en suPrimordia Ciuitatis. Es interesante recordar, finalmente, que el término curia vaa ser sinónimo de "Senado".

RES PVBLlCA

Estos patres, ya vimos, que velan por su familia, han tenido que ir cediendo cier-tos atributos en beneficio de un jefe. Es así como se han presentado diferentes

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hipótesis'para .ver cómo se da esta agrupación mayor: desde el punto de vista dela familia hasta llegar a la gens o, desde el punto de vista de las casas hasta llegaral 'ViCfiSo:al pagus} la aldea o el campo común de pastoreo. De todas maneras,ampliaciones a partir de estos conceptos unitarios y estrictamente privados, quesuponen acciones en un nuevo horizonte, son tan importantes como para estable-cer tOda una ,relación entre varias familias, la cual queda precisada permanente-mente en el nomen gentile (nombre de la gens) . Así, a ]0 largo de la historia deRoma, varias familias se van a sentir de algún modo unidas en un antepasadocomún', lejano, 'arcaico, porque tienen el mismo nombre. Existe, pues, una orga-nizaciónmayor que la familia, la gens} pero en el momento en que ésa se da, sehace indispensable que aparezca alguien que mande el conjunto, es decir, quecomande esta gente. Ese podría ser el primero, el princeps gentis} o podría ser elductus o ductor} el que la conduce en el sentido que, en una operación militar,indica hacia dónde y en qué momento; puede ser también quien preside las cele-braciones, comodedamos, el pritrlceps;o puede serlo alguien por edad, por autori-dad. Ya 'posiblEmente, en este momento, hay elementos que permiten reconocer"más poder a una persona que a otra". "Más" poder puede ser, justamente, laedad u otros elementos que, después, van a ser recogidos por toda -la elaboraciónClásicaque se haga del concepto de auctoritas. Esta persona, que tiene más potestas

que otras, comienza a presentarse, a actuar y a 'StTdesignada con un término que,en su raíz, encierra justamente este "más": magis-ter; y será este magister} que pa-sara a ser magistratus} el que instaura las "magistraturas", y con las magistraturasya estamos totalmente dentro del horizonte del mundo público. Hemos abando-nado el mundo de la familia, donde no hay magistraturas, donde nadie compitecon el poder del padre, donde él está solo. En cambio, aquí, este "más" nos señala,diríamos, toda una organización en la cual una persona se adelanta como dux} SEdestaca y él-su alrededor tiene esta organización mayor que es ya propia del mun-do de 10 público.

Podríamos igualmente señalar la rElación que se da entre pater y "patri-cio", y la relación que existe entre senex (a'uciano) y senatus} para ver cómo, efec-tivamente,el vocabulario básico y fundamental -diríamos- del mundo públicoprovierie del mundo privado. Pero cada una de estas traslaciones, que desde mun-do privado sirven para instaurar el mundo público, cada una de estas ampliacio-nes en la competencia dei último va significando -como lo señalábamos al co-mienzo- una reducción paulatina de la competencia del mundo privado, hastaIlegar 'un momento en que se constituyen, por así decir, dos derechos. En unprim:er momehto, 'existía sólo derecho en el mundo privado y, ahora, vamos atener dos derechos, de los cuales el del mundo público supedita, casi totalmente;al derecho del mundo privado. Este sería, entonces, el primer momento de unatraslación y ampliación, que producirá un c~bio de signo.

No podemos detenemos aquí en lo que acontece a la res publica en su ex-pansióI1 por el mundo mediterráneo hasta -como varios historiadores han soste~

nido- llegar un momento~n que una org~nización, que. había sido pensada a

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propósito de' la ciudad, se hace ya incapaz de soportar el mundo' y dando eo~mienzo, entonces, a la crisis.

IMPERIVM

La crisis llegará a Roma cuando, como Horacio dice:

"jpiérdela nuestra sangre, votada a célicas iras,

y nuevamente será imperio de fierasl".

Parece que no hay nada, en ese momento, que pueda salvar a Roma y poreso Horacio piensa, en un instante previo a su conversión, que no queda otraescapatoria sino abandonar Roma -y que a todos los hombres, los que realm'entetienen aliento y sentido del futuro- deben dejar esta Roma para ir donde elHado los quiera llevar; arribar a las Islas de Bienaventurados, para allá iniciarun nuevo ciclo, fundando otra Roma. Pero nosotros sabemos que esta crisis sesalvó en Roma y que Roma va a ser re-inaugurada por Augusto. Se inicia con élla nueva etapa del Imperium, término que debemos tomar con mucho cuida-do, porque el imperium, como "magistratura", estaba ya 'presente ampliamenteen el mundo de la República. Pero la obra misma de Augusto y la tarea prosegui-da por los mejores de los Césares, va llevando, cada vez más, a reunir, otra vez, elpoder en la mano de un hombre. No me quiero detener en las etapas de lo quelos historiadores acostumbran a llamar Alto y Bajo Imperio, sino señalar el mo-mento que, posiblemente, se abre con Diocleciano -por lo tanto, a finales delsiglo Ill- respecto al cual se discute si sus características se deben más a influenciasforáneas procedentes del mundo de los Sasánidas -por lo tanto, influenciatotalmente ajena' al espíritu romano- o si este momento es algo que estaba con-tenido, latente, en el espíritu mismo de los romanos. Me inclino a. pensar queestas transformaciones, que se están operando en la Roma imperial, proceden deuna situación germinal, que ya se dio en el mundo arcaico romano.

Vemos que, efectivamente, el Imperio comienza a revestir formas privadas;eso es lo fundamental, por ejemplo, el término domus, del que deriva dominus,

y que, como apelativo para los magistrados de la época republicana, careCe de

sentido. Sería interesante, en una revisión de la literatura d~ la época republi-cana, ver, aun cuando fuese de manera coloquial, si alguno de los ~agistrados,pretores, cónsules, etc., pudiera ser designado con este término.

Dominlls, deberíamos traducirlo usando dos términos distintos: el "señor"

de la "casa"; en cambio dominus va a servir, en el Imperio, para designar alEmperador. El término pater, que había tenido tal importanci<lJy que, en algu-nos momentos del mundo público, al tratarse de pater patriae, cobra el sentidodel que hace posible que de 'nuevo la patria exista, todo eso va a ser cada vezm;ís recogido y usado aquí. Pero cualquiera persona podría decir, que la historia

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no puede. Sin embargo depender de un mero juego de nomenclaturas, esos térmi-nos expresan realidades profundas, que corresponden, realmente, a lo que veni-mos sosteniendo, o sea, que existe un cambio de signos alrededor de aquellossiglos que corren desde Augusto hasta Diocleciano.

Examinemos cómo, efectivamente, esa realidad más profunda está presente.Tendríamos, por ejemplo, que ver cómo el término que designa a los que es-capan totalmente a la potestad del pater, ciudadano (civis), también trae suprocedencia de uno correspondiente al mundo privado, pues ciuis, según Ernout.se encuentra en el viejo-alto-alemán, hiwo, que significa "marido", y que, en pluralhiwiski, sirve para designar la "familia". En Roma, el término se traslada total-mente al mundo público, y los "ciudadanos", a su vez, serán -los que constituyenla ciudad (ciuitas). Nuevamente encontramos traslaciones que se dan desde elmundo de lo privado hacia el mundo de lo público. Pero -lo que, en este momen-to, quiero destacar es que hablar de "ciudadano" en el "Imperio", sobre todocuando se abren los siglos del Bajo Imperio, es, gran parte, una ficción. Si bienlos ciudadanos tienen como garantía personal todo un derecho, que se ha ido ela-borando a lo largo de los siglos, -en último término, sin embargo, el Emperadordispone de sus bienes a través de imposiciones que él, personalmente y sin recu-rrir a organismos públicos, impone sobre dichos ciudadanos; es decir, el ciudadanoestá disminuyendo en lo que podríamos llamar su capacidad jurídica frente alEmperador. El Emperador, cada vez, actúa más sobre súbditos que sobre ciuda-danos. El concepto de "súbdito" corresponde al que está sometido, y describehistóricamente, mucho mejor la relación que se da entre el Emperador y los ro-manos en los siglos III Y IV, que los términos "Emperador" y "ciudadanos", queel derecho sigue manteniendo usualmente. Es decir, es este un proceso que lenta-mente va impon.iéndose hasta llegar a una situación en la cual la relación que seda entre el Emperador y los súbditos es, en parte significativa, similar a la relaciónvigente entre el pater y los distintos miembros que componen su familia.

Pero, hay algo más. En el mundo privado, donde la guerra privada ha tenidosu existencia -guerra en la que cada uno de los padres tenía que ordenar ladefensa armada de su familia y de su casa- ha sido, con posterioridad, totalmenteproscrita en el mundo público, ya que no podía aceptarse que un particularreuniera un grupo armado. La presencia de un grupo armado ajeno al Estado,a la res publica, es una conjuraci<.'>ny, como tal, penada por el derecho; es ina-ceptable, en un Estado de derecho público, la presencia de lo que podríamos lla-mar un "ejército priv.ado". En cambio, este concepto de "ejército privado" co-mienza a introducirse, diríamos mejor, a rebrotar en el mundo del Bajo Imperio:se trata de los bucellarii. Los bucelwrios, en el fondo, segíl'n los describe unaglosa, que se encuentra en el Código de Eurico, no son otra cosa sino clientesarmados ("Buccellarius est cliens, qui patrono armis quasi miles priva tus servit"Legum Codicis Euriciani fragmenta en M.G.H.,Leges, 1, p. 18). Es decir, partimosde un concepto propio del mundo privado, que es el "cliente", ya que en el mun-do público no existen clientes armados, que sirven a su señor casi como ejército

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propio. Podría objetarse qUt el Código de Eurico corresponde a un corpus paralos bárball"os,pero, por esos mismos años y todavía un poco antes, el año 468,igualmente los emperadores León y Artemio indicaban al prefecto del pretorio,tratando de poner atajo a una práctica que se generalizaba, 1'0 siguiente: "Que-remos que sea rehusada a todos la licencia de tener en lCl'sciudades o en los cam-pos soldados domésticos (buccellarios), isaurios o esclavos armados. Que si alguien,sin hacer caso de estas disposiciones ordenadas benéficamente por nuestra Man-sedumbre, intenta tener en sus posesiones? junto a sí esclavos armados, soldadosdomé~ticos (buccellarios) o isaurios, decidimos qtie, después de hacerle pagar cien

libras de oro, le sea aplicado el castigo más severo", y sigue la ordenanza. ,(q.JUST. IX, 12, 10) . ' ,

Puede argumentarse que la situación histórica de caos y de incertidumbreque vivía el Imperio, como producto de las grandes migraciones, exigió solucionesinsospechadas; pero esta solución, sólo al que no mira la historia en su conjunto lepuede parecer txtraordinaria; para mí sólo es el retorno a una clientela que tuvosu expresión en el mundo arcaico. De Francisci en PrimordiaCivitatis (pág. 185)escribe algo que, si no supiese que se trata de una recreación del mundo arcaico,podría perfectamente imaginársele una descripción de un aspecto del mundo me-dieval: "El carácter señorial y caballeresco de la gens está dtmostrado por laexistencia junto a los gentiles, a los señores, de una categoría de sujetos o vasallos,esta es, dt clientes. La relación de clientela se concreta por parte del cliens endeberes de obediencia, de prestación de trabajo, de obsequium,. t~to es, en su ori-gen, de acompañamiento armado, hacia el patrono que podía ser, según los casos,el prirtceps de la gens o el jefe de uno de los grupos familiares constituyentes 'dela gens; de parte del patrono, de un deber de protección y defensa del cliens".

Es extraordinariamente intertsante que en el Código de Eurico se diga delbuccellario que está in obsequio cuando se describe la relación que se estableceentre el buccellario y su señor. bi obsequio significa "que está siguiendo"; por lotanto, que hay un señor, el ductus, que es el que lo conduce, pero, además, estarelación obsecuente significa, en el mundo arcaico y en los siglos del Bajo Impe~rio, "acompañar en armas" al patrón.

Esta relación de sometimiento, por una parte, y de patronato, por otra,deriva del concepto de lides. Sabemos la importancia que en el mundo primitivotiene la lides, la cual se traslada igualmente a la República. Este concepto, vatam bién a StTangular en la organización del mundo medieval.

Dicho de otra manera, pareciera que estamos ante un momento en que elproceso histórico de Roma -que en algunos aspectos se ha ido empinando cadavez más hasta cimas iluminadas por los grandes valores de la cultura clásica-internamente padece la tensión y que proviene del mundo de lo "privado" y quereverdece con nuevos bríos, y el mundo de lo "público" que agota sus reservas;momento en el cual lo público ya no resultaría la estructura adecuada para tn-carar situaciones producidas por una crisis interna y, juntamente, hacer frente ala emergencia y prestncia de fuerzas primitivas que, más allá o dentro del limes,

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representan, por ejemplo, celtas o germanos. En ese momento parece reinstaurarseun signo que conesponde al mundo arcaico y que es signo similar al que traenlos bárbaros consigo. Del encuentro bajo este signo común -predominio delespíritu propio del mundo privado y no de una oposición- nace el mundomedieval.

RES PRIVA T A - RES PVBLICA - IMPERIVM

The three words of the titde signifie so any important realities, that if you leave outone of them, the whole Roman history becomes unintelligible. The author has researchedduring Iongtime the realities concealed under the words Res priuata, Res publica andlmperium, because he has ben inquiring where lO find the deepest explication of theMedieval World.

. For him the words Res publica, Res priuata and lmperium involve interrelatedsigns. We find the first in the earliest times. He insists that these words are only "signs",that is why he never qualify them as positive or negative. If during the period Respublica these signs were changed up to some degree by reason of historical facts, never-theles with dle lmperium -we must understand this word not as a "public magistrature",but as a historical period- the signs were to return to dleir primitive meaning.

How this happened? The return of these signs takes place just when primitivepeoples began to stablish into the Roman Empire. Due to what we call the "great inva-sioos", the mentality of arcaic world, kept by those people living now into the RomanEmpire, took a new life; the sings of the earliest Rome became alive. On other words,the Res priuata acquired values that were fostered during the Res publica, but notforgotten. The most inner substance of the signs remained; what changed in the periodRes 'publica was only accidental.

That is why the author speaks of "spiritual consonnance" between the arcaic Romanepoch and the generation of Medieval.World. There can be found the most deepestreasons of Medieval characteristics.

NOTA: Transcripción ligeramente modificada del registro magnetofónico de la confe.renda que clausuró, el sábado 23 de noviembre de 1974, la 11 semana de Estudios Romanos.