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SENTENCIA NUMERO:En la ciudad de Córdoba, a los veinte días del mes de Mayo del año dos mil once, siendo las doce horas, en la oportunidad prevista por el Art. 409, 2º párrafo, del C.P.P., se constituyó en la Sala de Audiencias de la Excma. Cámara en lo Criminal de Séptima Nominación, el Señor Juez de Cámara Dr. Carlos Ruíz, en ejercicio Unipersonal de la Jurisdicción, a fin de dar lectura integral de los fundamentos de la sentencia dictada el día 06 de Mayo del cte. año 2011, en estos autos caratulados: “CASTRO MATIAS DANIEL p.s.a de homicidio simple y lesiones graves” (EXPTE. C/11/07), en los que se encuentra imputado Matías Daniel Castro: argentino, soltero, alias “Taty o Barny”, DNI 31.997.352, estudiante, nacido en la ciudad de Córdoba, Capital, el primero de enero de mil novecientos ochenta y seis, domiciliado en calle Bernardo de Irigoyen nº 1525, Planta Alta de Bº San Vicente, hijo de Mario Ricardo castro (f) y de María Elena Menique, Prio. Nº 1.086.483 Secc AG
En el debate intervinieron como Fiscal de Cámara el Dr. Fernando Amoedo; como representantes de la parte Querellante, los Drs. Sergio Enrique Campos, Guillermo Ruiz Carranza, Marcelo Touriño, Eduardo Tarasconi y como codefensores del imputado Daniel Matías Castro, los Drs. Andrea Amigo y Rodríguez Aramburu.
Al acusado se le atribuye el siguiente HECHO, de acuerdo al auto de elevación a juicio de fs. 646/654:
“Que el día tres de marzo de dos mil siete, siendo aproximadamente la 01.00 hs, el imputado Matías Daniel Castro se dirigió al domicilio de Juan Manuel Palacios Sosa sito en calle Tolosa nº 2376, de Bº Maipú de la ciudad de Córdoba, a bordo de un automóvil Ford Ka color blanco, dominio CDK-651 debido a que ambos habían acordado previamente dirigirse esa noche al Boliche La Estación, ubicado en la Comuna San Roque, Departamento Punilla, Provincia de Córdoba y para lo cual Matías Castro ya contaba con las entradas correspondientes las que había adquirido en un local de ropa denominado “Borne” ubicado en calle San Lorenzo y Bv. Chacabuco de Bº Nueva Córdoba; luego se trasladaron al domicilio de Leticia Buffa sito en calle Gil Barros Nº 1826 de Bº Villa Argentina de la ciudad de Córdoba, lugar donde ascendieron ésta última y su amiga Anabel Eliana Picco. Una vez que se encontraban todos los nombrados dentro del automóvil mencionado, se dirigieron hacia la Estación de servicio Esso que se encuentra ubicada en Avda 24 de Septiembre y Pringles, para cargar gas y nafta en el automotor, comprando cigarrillos, chicles, hielo, y seguidamente se dirigieron a un kiosco de expendio de bebidas alcohólicas ubicado en Avda 24 de septiembre esquina general Deheza de Bº General Paz, y ahí adquirieron tres cervezas de un litro cada una cuyos envases habían sido llevados por Matías Castro desde su domicilio, además de tres cajas de vino de un litro cada una en envase tetabrick, una botella de Vodka de un litro y dos jugos Baggio de un litro cada una para posteriormente trasladarse todos en el Ford Ka blanco, dominio CDK-651 conducido por el imputado Castro hacia la Comuna de San Roque, al boliche “La Estación”, haciéndolo por la Autopista Justiniano Posse hasta la variante Costa Azul y luego por Ruta E-55. Durante el recorrido señalado el imputado Castro que conducía el vehículo y sus acompañantes Palacios, Picco y Buffa bebieron
durante el trayecto, dos cervezas de las adquiridas previamente, y al pasar por el control policial que se encuentra ubicado luego del peaje sobre la Autopista, escondieron las botellas de cervezas para no ser detectadas por el personal policial. Que al llegar al boliche alrededor de las 02.00 hs y a pedido de Matías Castro, un amigo de éste Alejandro Naides, estacionó el Ford Ka en razón de que el prevenido no sabía realizar las maniobras correspondientes. Que durante la espera previa al ingreso del boliche en el estacionamiento, aproximadamente desde las 02.00 hs hasta las 04.00, el imputado Matías Daniel Castro junto a Juan Manuel Palacios, Anabel Picco, Leticia Buffa y otras personas que no han podido ser identificados hasta el momento por la instrucción, consumieron el resto del alcohol que habían comprado en la ciudad de Córdoba y otras bebidas alcohólicas que habían llevado las personas que se acercaban al grupo, Que alrededor en las 04,00 hs. Matías Castro ingresó al boliche en el cual continuo ingiriendo bebidas alcohólicas, entre ellas Speed con Vodka. Que alrededor de las siete de la madrugada el imputado Castro salió del boliche y se dirigió a su vehículo en compañía de Juan Manuel Palacios y Florencia Córdoba, quienes se ubicaron en el asiento del acompañante, y de Leticia Andrea Buffa, Manuela Gorriti, Enzo Panizza y Anabell Picco, que se ubicaron en el asiento de atrás del rodado. En esa ocasión, antes de iniciar el regreso Anabell Picco le solicita a Juan Manuel Palacios que ante el estado de embriaguez que presentaba Matías Castro manejara el rodado, ante lo cual Juan Manuel Palacios le solicita a Matias Castro que le deje conducir el vehículo, a lo que este respondió que no, que no prestaba el auto.- En ese momento el imputado Castro se representó, que debido al estado de alcoholización que se encontraba y su limitada capacidad conductiva, podía causar una tragedia, resultado que despreció y continuó con su accionar iniciando el regreso. Para ello Matias Castro condujo el rodado por la Ruta E-55, luego tomó la variante Costa Azul en dirección a la Autopista Justiniano Posse, a la cual accedió desplazándose por la misma a una velocidad superior a los 160 Km/hora, lo que sumado a su estado de embriaguez, su poca experiencia conductiva, y la cantidad de personas que se trasladaban en el rodado (siete) que le dificultaba manejar con comodidad, le impedía conducir el rodado en línea recta y mantenerse dentro de uno de los dos carriles de circulación, haciendo que el vehículo zigzaguera sobre la carpeta asfáltica, cruzándose de un carril a otro. Al llegar al km 22 de la Autopista Justiniano Posse, Provincia de Córdoba, mientras circulaba por el carril izquierdo, en dirección este-oeste, a unos 20 metros en la zona del Bº Privado “Causana”, el rodado concucido por Castro se cruzó al carril derecho, impactando violentamente contra la parte posterior del automóvil marca VW Polo color verde, dominio BTS-033, conducido por Jesús Ramírez, que circulaba por el carril derecho en el mismo sentido de circulación, provocando que ambos vehículos cayeran a la banquina derecha y que el Ford Ka comenzara a dar tumbos, quedando ambos en el fondo de dicha zanja, luego de impactar los dos rodados con el muro de contención en distintos sitios. Como consecuencia del violento impacto se produjo el deceso de Enzo Panizza, Manuela Gorriti y Leticia Andrés Buffa determinándose como causa eficiente de la muerte traumatismo craneoencefálico en el primero y politraumatismo en las dos últimas; en tanto que Juan Manuel Palacios Sosa resultó con fractura de antebrazo derecho, María Florencia Córdoba con politraumatismo
y fractura de radio derecha y Anabel Pico con fractura parietemporal derecha, fractura de sacro, hemoneumotórax derecho, hematoma frontoparietal izquierdo y fractura frontotempoparietal izquierda, lesiones todas de carácter grave, motivo por el cual se le asignaron a cada uno de ellos 60 días de curación e inhabilitación para el trabajo”
Y CONSIDERANDO: Que el Tribunal se planteó las siguientes cuestiones a resolver: PRIMERA: ¿Existió el hecho y es su autor penalmente responsable el imputado?. SEGUNDA: En su caso, ¿Qué calificación legal corresponde aplicar?. TERCERA: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar y procede la imposición de costas?.
A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA EL SR. VOCAL CARLOS RUIZ, DIJO: I. Introducción. Ha sido traído a juicio Matías Daniel Castro, a quien el auto de elevación a juicio de fs. 646/654, le atribuye la autoría responsable de los delitos de Homicidio Simple con dolo eventual (tres resultados) y lesiones graves (tres resultados) todo en concurso real , conforme lo normado en los arts. 45, 79 y 91 del C.P.-.
El hecho que constituye el objeto del proceso ha sido descripto en el encabezamiento de esta sentencia, al que me remito con los alcances del art. 408, inc. 1º, in fine, de la ley ritual.
II. Identificación. En la oportunidad prevista por el Art. 260 del C.P.P., el acusado Matías Daniel Castro brindó sus datos personales ya consignados, agregando que: tiene 25 años de edad, que asiste a la universidad de Odontología, cursando el 3er año, que hace 3 años y 4 meses que se encuentra de novio, que vive con su madre y ha trabajado en una pizzería, que actualmente no tiene empleo y se encuentra bajo tratamiento Psicológico y Psiquiátrico por el accidente, que no tiene antecedentes penales, que su padre falleció cuando tenía dos años y medio de edad, que nunca consumió drogas, ni fumó y no es adicto al alcohol.-
III. Defensa material. En la audiencia de debate el acusado Matías Daniel Castro, previo ser informado detalladamente del hecho que se le atribuye, las pruebas existentes en su contra y la facultad que le acuerda la ley de declarar o de abstenerse de hacerlo, sin que su silencio implique presunción de culpabilidad, previo consultar con su defensora, en forma libre y voluntaria se abstiene de declarar, en virtud de lo cual se incorporo su declaración en sede instructoria en la cual manifestó “ que niega la relación de circunstancia de tiempo, modo y lugar, que se encuentra en la pieza acusatoria y que nunca tuvo la intención de matar, ni tampoco producir ningún tipo de daño, ni lesionar ni matar a nadie”.-
IV. Prueba. Durante el curso del debate se recepcionó el testimonio de: Andrés Federico Aguirre quien expresó que prestaba servicio en la Dirección General de Transito de la Policía de la Provincia en el horario de 07:00 a 14:00 hs, y que ese día fué comisionado por la central para que se constituyera en la autopista Justiniano Posse a la altura del Km. 22, lugar donde constató una colisión entre un vehículo VW Polo, dominio BTS-033, conducido por Jesús Ramírez, quién se trasladaba sin acompañantes, el cual le manifestó que circulaba por el carril derecho, en dirección Carlos Paz-Córdoba, cuando fué embestido de atrás por el vehículo Ford Ka, dominio CKD-651, siendo conducido por Matías Daniel Castro, haciéndolo por el carril izquierdo, el cual perdió
el control del vehículo y habría impactando de atrás al Polo, luego de lo cual el Ford Ka comenzó a dar tumbos, despidiendo de su interior a los pasajeros del asiento trasero, los que quedaron tendidos dentro de una zanja ubicada al lado de la autopista, quedando el Ford Ka a unos trece metros de la autopista sobre sus cuatros ruedas. Relata que inmediatamente, se dirigió hacia el Ford Ka, constatando que en el interior del vehículo se encontraban ubicadas tres personas en las butacas delanteras con los cinturones de seguridad colocados. Permaneciendo en el lugar hasta que llegaron los médicos. Agrega que en el momento en que le tomó los datos al conductor del vehículo Ford Ka, el mismo balbuceaba y movía la cabeza para arriba, a la vez que le requería un teléfono celular para llamar a su madre, percibiendo que el mismo presentaba halitosis alcohólica.-
Rina Elvina Lina Aristei: Nos cuenta, que el día viernes dos de marzo del dos mil siete, se encontraba en su casa junto a su hija Leticia Buffa y una compañera de la facultad de nombre Anabel Eliana Picco, quienes le habían comentado que irían a bailar con unos compañeros de facultad, Barney y Gastón. Y alrededor de las una horas del sábado, escucha que llega un vehículo, observando por la ventana de su dormitorio que da a la calle, que estaciona un automóvil blanco de donde baja un chico, quien rebate el asiento del conductor para que puedan abordar las chicas, ascendiendo estas en el asiento trasero; y cuando el vehículo arranca escucha un ruido enérgico, haciendo un movimiento oscilante, yéndose para un costado, realizando una maniobra tipo “trompo” en la dirección en que iba, haciendo “chillar” las ruedas. En ese momento pensé “dios protégemela”.-
Juan Manuel Palacios Sosa: Compañero de la Facultad de Castro. Nos relata que ese día Castro lo invitó al boliche “La Estación” a través de un llamado telefónico a su celular, siendo Castro quien se encargaría de comprar las entradas en un local de ropa llamado “Borne” ubicado en barrio Nueva Córdoba. Que lo buscó en su domicilio y de ahí se dirigieron hacia el barrio Villa Argentina a buscarla a Leticia Buffa y Anabell Picco, para luego se dirigirse hacia barrio General Paz a un kiosco que se encuentra ubicado en la calle 24 de septiembre esquina General Deheza a comprar alcohol, donde se bajaron los cuatro del auto y compraron dos o tres cervezas, dos vinos en caja, un vodka de litro y dos jugos Baggio. Refiere que los envases de cerveza los llevaba Castro, por que siempre tenía envases en el vehículo. Luego subieron al auto y fueron hasta calle 24 de septiembre y Pringles a la estación de servicio a cargar gas, pero como Matías Castro tenia la oblea vencida, tuvieron que cargar nafta, compraron hielo y las chicas se bajaron y compraron cigarrillos y chicles. Seguidamente se dirigieron al boliche citado por la Autopista Córdoba-Carlos Paz tomando luego del peaje la variante Costa Azul. Explica que durante el viaje de ida tomaron casi dos cervezas, del pico entre todos, incluso el conductor. Llegaron al boliche alrededor de las dos media de la madrugada y dejaron el auto en uno de los costados, siendo estacionado el rodado por Alejandro Naides, porque Castro no sabía estacionar, aunque era una maniobra sencilla. Una vez ahí, se juntaron con otros amigos en el centro del estacionamiento poniendo ellos la bebida que habían llevado y Alejandro puso la heladera para mantenerla fresca. Posteriormente el declarante y Castro ingresaron al boliche alrededor de las cuatro y media de la madrugada luego de haber consumido todo el alcohol que habían llevado y
mientras se dirigían al ingreso iban tomando lo último que les quedaba en el vaso. Una vez en el interior del boliche dió un par de vueltas hasta que se encontró con una amiga María José Bujedo y mientras hablaba con ella llegó Enzo Paniza, vecino suyo, que había ido al boliche con su hermano Facundo Palacio y entre los tres tomaron un trago de vodka con Speed. Luego vió a Florencia Córdoba, también vecina preguntándole si podía volverse con ellos, respondiéndole en forma afirmativa. Luego de un rato se encontró con Manuela Gorriti, con ella fué a comprar otro trago, estuvieron un rato, recordando que Leticia y Ana dijeron que se fueran y su hermano le pidió si podían llevar a Enzo. Una vez en el auto subieron atrás Leticia, Manuela, Enzo y Anabell, y adelante subió Matías al volante, y a su lado Florencia y él en el asiento del acompañante. Recordando que Anabel le solicitó a Castro que manejará el declarante o ella, pero Castro se negó diciendo que no prestaba el auto porque su madre no lo autorizaba. Expresa además que cuando salieron a la ruta un auto se les puso atrás y los encaraba, le hacia señas de luces, que la velocidad era alrededor de ochenta kilómetros por hora, no recordando haber sentido frenada, ni impacto porque se durmió, pero le han comentado muchas personas que en el trayecto de la autopista venía zigzagueando, que otras amigas que venían en otro vehículo le dijeron que el conductor que las traía les había expresado: “...mirá ustedes si iban a volver con esos boludos...” refiriéndose a Castro y su vehículo. Expresando además que Castro no tenía práctica de manejo ya que solo hacía un mes que conducía el vehículo, agregando que muchas veces “salía rayando” en los semáforos por que no sabia sacar el auto en primera. Siendo éste el motivo por el cual Castro había obtenido el carnet de conducir en Villa Allende, por que allí no era necesario rendir examen de manejo.-
Anabell Eliana Picco Compañera de la Facultad del imputado y de viaje el día del hecho, expuso que ese día alrededor de la una de la mañana pasaron Juan Manuel Palacios junto a Matías Castro (conduciendo un Ford Ka) por el domicilio de Leticia Buffa a buscarlas, y que antes de partir hacia el boliche tuvieron que buscar una estación de servicio que accediera a cargales gas porque el auto tenía la oblea vencida, recuerda que interrogó a Castro porque no renovaba la oblea, respondiéndole éste que siempre conseguía donde cargar. Llegaron así a la Estación de servicio YPF, ubicada frente a la Escuela Pías, en B° General Paz donde cargaron nafta, compraron en el kiosco cigarrillos y chicles, luego fueron a un kiosco ubicado en calle 24 de septiembre, como a una o dos cuadras de la Estación de Servicio, donde bajaron todos del auto y juntaron dinero poniendo alrededor de unos cuatro o cinco pesos cada uno, para comprar dos o tres cervezas; con envases provistos por Castro; tres cajas de vino, dos jugos Baggio, y cree que una botella de Vodka. Luego subieron al rodado siendo Castro el conductor, Juan Manuel se sentó en el asiento de adelante, ella detrás del conductor y Leticia al lado suyo, para dirigirse hacia Carlos Paz por la Autopista, mientras bebieron una cerveza entre todos. Una vez que llegaron al estacionamiento del boliche se encontraron con un amigo de la facultad de la exponente Alejandro Naides, estacionando este el vehículo a Castro, debido a que Castro no sabía estacionar, y luego se juntaron con los amigos de Alejandro y se pusieron a beber, ingiriendo vino mezclado con jugo, y vodka con jugo. Recuerda que ella y Leticia ingresaron primero al boliche y transcurrido un tiempo lo
hicieron Juan Manuel y Castro. Agrega que como a las siete de la mañana ambas lo vieron a Juan Manuel y a Matías cerca del DJ, juntándose con ellos, observando a Castro en un estado “...lamentable, tenía los ojos cerrados como si estuviera entre dormido, tambaleándose hacia los costados, típico movimiento de los borrachos...”. Al percatarse de esto, le dijo a Juan Manuel que Matías en ese estado no podía manejar, que manejara él, respondiéndole en forma afirmativa. En ese momento Juan Manuel le dijo a Florencia Córdoba que estaba ahí, que se quedara con ella, se la presenta y ella le dice que se volvía con ellos, mientras ambas se ponen a conversar, después vuelve Juan Manuel le da otro vaso de Vodka con Speed, lo siguen, y se encuentran con Enzo Panizza, quedándose un rato más en el lugar hasta que cerró el boliche. Expresa la testigo que seguidamente se dirigieron al auto, conduciendo Castro, Leticia se sentó en el asiento de atrás del conductor, ella en el otro extremo del asiento trasero, luego llegaron Juan Manuel, Enzo y Florencia, allí Juan Manuel le dijo a Castro que se corriera, que iba a manejar él, respondiéndole “...no, deja manejo yo...”, incluso ella le pidió a Castro que lo dejara conducir a Juan Manuel, diciéndole que estaba bien, empezando a tomar agua para reestablecerse, luego subieron al auto y se ubicaron: Castro al volante, en el asiento del acompañante Juan Manuel y al lado Florencia Córdoba, y en el asiento de atrás Leticia detrás del conductor, al lado Manuela Gorriti, Enzo y la declarante, aclarando que Enzo estaba sentado la mitad de su cuerpo en el asiento y la otra mitad en la pierna izquierda de ella. Que observó que Juan Manuel se puso el cinturón junto a Florencia, mientras que no recuerda si Matías se lo puso. Cuando salieron de ahí, transitaron un camino de tierra, oportunidad en la que Castro se adelantó, pasando un auto que iba adelante, para ingresar a la ruta, no recordando más nada de lo sucedido. Entre otras expresiones la testigo agregó que en otras oportunidades en que fue al boliche, lo hizo la primera vez en el auto de Juan Manuel y en la segunda en el auto de Matías Castro, pero que había manejado Juan Manuel, ya que Matías no sabía manejar muy bien, incluso no sabía estacionar, pero tenía el carnet de conducir de la Municipalidad de Villa Allende, señalando la declarante que le preguntó a Castro porque no lo había sacado en Córdoba donde le toman el examen respondiendo el incoado que no lo hizo para no rendir el examen. Respecto de la modalidad que tienen en ese boliche, la testigo expresa que los autos llegan después de la una de la madrugada para ubicar estacionamiento, esperan hasta la apertura del mismo e ingresan alrededor de las tres y que mientras esperan ingresar, la mayoría de los que asisten llevan bebidas y alcohol, cada uno abre el baúl, donde permanecen bebiendo y escuchando música hasta que abre el boliche. Al ser interrogada por su S.S. la testigo expresó que Castro es infantil, poco maduro e ingenuo para la edad que tenía además señaló que cuando el imputado se compró el Ford Ka comenzó su vida automovilística, agregando que tenía conocimiento de que Castro ya había chocado un portón cuando estaba aprehendiendo a manejar, pero si hubiese tenido certidumbre de un accidente no hubiera dejado que nadie abordara el vehículo.-
María Florencia Córdoba: manifestó que el día del hecho en cuestión concurrió al boliche con unos amigas. Ingresando al boliche como a las tres de la madrugada, que esa noche se encontró con muchos conocidos y que alrededor de las siete de la mañana el grupo de amigas que había ido con ella le manifestaron que se quedaban a dormir en
una casa de Villa Carlos Paz, al encontrarse con Juan Manuel le dijo que se volvía al barrio ofreciéndole a traerla. Explica que cuando se dirigieron hacia el auto, observó que estaba lleno, por lo que ella subió en el asiento delantero y Juan Manuel al medio, junto a ella colocándose el cinturón de seguridad. Que recuerda que cuando subió, miró hacia atrás para ver quiénes venían, y vió a Enzo sentado en medio de varias chicas. Cuando se inició el viaje, se durmió recordando únicamente que el auto zigzagueaba y que escuchó gritos de que parara momentos antes del impacto.
Alejandro Damián Naides: expresó conocer a Castro por ser compañeros de la Facultad. Con relación al hecho dijo que ese día llegaron al boliche con un amigo, su hermana y otro muchacho, y que llegaron al estacionamiento del boliche, cerca 11 de la noche. Recuerda que había convenido telefónicamente con Castro que el le guardaría un lugar en la playa del boliche. Explica que en esa época la hermana del dicente salía con un chico, quien ocupó el lugar de Castro, anticipándole el declarante que iba a tener que correr el auto, cuando arribara Matías pero llegado el momento este sujeto se negó a mover el vehículo, por lo que para generar un lugar fue necesario correr, unos metros, varios vehículo a fin de que hubiese espacio para el vehículo de Castro. Cuando llegó Matías, el dicente le manifestó si quería se lo estacionara, accediendo Castro quien había descendido del vehículo y se encontraba saludando a los amigos en el lugar. Aclarando que hizo esto con el fin de estar todo el grupo de amigos juntos, que era lo normal en ese boliche encontrarse, conversar, escuchar música y “hacer la previa” tomando algo, habiendo llevado la bebida entre todos, agrega el dicente que él llevó una heladera en su auto, donde tenía una botella de Vodka, un poco de gancia en otra botella, hielo, gaseosas, una o dos cervezas y jugo Baggio, esta modalidad le permitía manejar el horario de ingreso desde la 01:00hs que abría el boliche, hasta 10 minutos antes que cierre, ya que tenían las entradas. Expresa que esa noche, todos consumieron alcohol, vodka, cerveza y gancia en la zona de la playa, por que dentro del boliche era bastante caro consumir alcohol, y que por eso se usaba esta modalidad de hacer “la previa” afuera del boliche, más precisamente en el estacionamiento. Expresando que en el interior del boliche la mayoría de la gente, según estima, estaba con una concentración de alcohol considerable en sangre, y que el lugar posee todas las características que a los jóvenes, en el verano, les gusta, muchas chicas y pasarla bien, el boliche está al aire libre con una pista central. Manifiesta el dicente que en el transcurso de la noche, ya en el interior del boliche se cruzó un par de veces con Castro y charlaron un rato. Y alrededor de las 06:00 ó 07:00 hs de la mañana, regresó junto a su hermana y este amigo, regresando por el camino de las 100 curvas que va hacia la Calera, recalcando que en la playa y adentro del boliche el control policial era mas bien escaso, y que el no se cruzó con ninguno.-
Jesús Angel Ramírez: Propietario del automovil VW Polo embestido quien relato que ese día salió de su domicilio hacia la ciudad de Córdoba alrededor de las ocho de la mañana, transitando por la Autopista Justiniano Posse, a una velocidad normal, entre 90 a 95 Km. por hora. Que al llegar a la altura del casco de la Estancia Causana sintió “....como una explosión, un impacto tremendo, a tal punto que no le dió la posibilidad de controlar su vehículo, terminando inmediatamente en una zanja, deteniéndose el motor del mismo luego que el auto pegara con su parte trasera contra el
zanjón, en un primer momento, y luego del otro lado. Al reaccionar pudo observar que el auto blanco daba tumbos y despedía cosas de su interior, que luego supo que eran cuerpos de chicos que viajaban en el mismo. Recuerda que sintió un fuerte olor a gas y que no escuchó ninguna frenada previamente...”. Explica, que el Ford Ka quedó a unos veinte metros de su rodado, que la visibilidad del momento era muy buena, el día, pese a estar nublado, estaba lindo.
Pablo Andrés Molla: Relató que ese día se dirigía a hacia la ciudad de Córdoba, con su esposa, siendo alrededor de las 08.30 hs, mientras transitaban en la Autopista pasando el Proracing, (a la entrada de la arbolada) a una velocidad de 120 Km (entre 100 y 110 km) y mientras iban por el carril de la izquierda debido a que iban pasando otros vehículos, observó un Citroen C3 de color azul que se venía acercando y atrás de éste aparecía un auto blanco que se asomaba por ambos lados, intentando pasarlos, recuerda que le comentó a su esposa “...ahí viene un loco imprudente zigzagueando...” y cuando tuvo oportunidad se colocó en el carril derecho dejando pasar primero el C3 azul y atrás de éste el auto blanco. Que ahí pudo observar que se trataba de un Ford Ka, que este auto se le había colocado muy cerca al C3 y no podía tirarse hacia ese lado. Explica que era llamativo ver al Ford Ka intentar pasar al C3 por la derecha, incluso intentando hacer un zig-zag, pasando el C3 por la derecha y el dicente por la izquierda cuando el Citroen C3 lo estaba pasando, que las maniobras que hacia el Ford Ka eran llamativas. Manifiesta el testigo que ese tramo es un sector donde existe una loma grande de alrededor de unos mil metros, después viene el sector de Causana, y que durante todo ese tramo el Ford Ka siguió realizando las mismas maniobras imprudentes que habían observado con anterioridad, incluso recuerda, que cuando el Ford Ka pasó un vehículo por la izquierda casi muerde la banquina, incluso pasaba a los autos poniéndose muy pegado atrás de los vehículos y efectuando el movimiento de lado a lado, típico de los autos de carrera cuando se ponen atrás de un auto y se muestran por un lado y por el otro como haciendo zig-zag. Le pide a su esposa que llame al 101, y luego de dos intentos les informa lo sucedido y cuando llegó a Causana vió polvo en suspension y el K al costado de la ruta, descendiendo rápidamente del vehículo se acercaron hasta el lugar del accidente donde observaron al auto blanco abajo y botellas de cervezas, recuerda que había un señor con una herida en la frente que decía: “...no sé que pasó, me chocaron de atrás...”
Carolina Olmos (esposa de Molla): Recordó que era un sábado, cerca de las 8 de la mañana, y ella junto a su marido Pablo Andrés Molla circulaban por la autopista de Carlos Paz a Córdoba, siendo su marido quién conducía, recuerda que cuando se encontraban a la altura de lo que es ahora La Alborada, su marido observó por el espejo retrovisor, que un vehículo se acercaba, realizando maniobras imprudentes; por lo que su marido se abrió hacia el carril de la derecha, dándole paso, sobrepasándonos un vehículo Citroen C3 y Ford ka blanco. Cuando nos pasa, observé que el último rodado estaba lleno de chicos, y se alejaba realizando maniobras peligrosas. Ante esto su marido le pidió que llame al 101, lo que hizo pero no logró comunicarse, luego su marido insistió y en una subida a la altura del puente de alta Gracia logro comunicarse con una mujer que le expreso “vamos a dar aviso”.- nosotros veníamos aproximadamente a 110km y este auto nos pasó muy rápido, luego los perdimos de vista y dos minutos después,
aproximadamente a la altura de la Estancia Causana, vimos una gran polvareda, como mucha tierra en el aire. Por lo que decidieron parar, observando a un señor que se trasladaba en un VW Polo, saliendo de la banquina, quien les comentó no saber que había pasado, ni como fué, pero que lo habían chocado, observando entonces un vehículo Ford ka tumbado, lleno de chicos y de algunas botellas. Escuchando además como alguien se quejaba, pero estaban todos inconscientes.
José Horacio Hunicken: Alude que en circunstancias en que se dirigía hacia la ciudad de Córdoba, procedente de la ciudad de Carlos Paz, acompañado de su pareja, observaron un accidente, en virtud de lo cual detuvo su vehículo y descendieron con la finalidad de prestar ayuda dado que ambos, el declarante y su pareja son médicos. Explica que observó en el interior de uno de los vehículos siniestrados, un vehículo Ford K, que se encontraba parado sobre sus cuatro ruedas; había tres personas heridas, una de sexo masculino en el asiento del conductor y dos en el asiento del acompañante, una de sexo masculino y otra de sexo femenino. Agrega que en esa oportunidad constató la existencia de una cuarta persona, joven de sexo femenino, a metros del vehículo procediendo a auxiliarla la cual presentaba traumatismo de cráneo. Manifiesta el declarante que cuando asistió al conductor el mismo se encontraba vigil y solicitaba un celular para llamar a su madre.-
Oscar Eduardo Valdez: Expresa que tomó conocimiento del hecho sucedido por la crónica policial, interesándose especialmente en el hecho ya que el boliche “La Estación” funcionaba en jurisdicción de la Comuna San Roque, y supuestamente desde allí habían partido los jóvenes accidentados. Interrogado por el Sr. Fiscal de Cámara para que indique si la comuna realizaba controles sobre la actividad que desarrollaba “La Estación” respecto al consumo alcohol, ingreso de personas, horario de funcionamiento, etc. El testigo explica que la Comuna San Roque no tiene actividad nocturna, siendo que la misma termina entre las 22 y 00hs, y que existen disposiciones que prohíben el expendio de bebidas alcohólicas. Con respecto a la masiva concurrencia de personas al lugar expresa que la comuna controlaba la entrada y la salida, colocándose en el ingreso a la ruta, que era muy peligroso, y que incluso él personalmente los había realizado. Interrogado para que manifieste por que no se practicaban controles de alcoholemia, el declarante dijo que no era tán práctico. Refiere Además que la actividad del boliche “La Estación” atraía gran concurrencia de personas que asistían al lugar, expresando que en el verano, durante el mes de enero -cree que cuando los boliches del “chateau” cierran- este lugar aprovecha para inaugurar la actividad que dura un mes durante el año, sólo los fines de semana, y únicamente los día viernes. Revela que iba mucha gente, y que era llamativo porque no había convocatoria pública. Respecto a los controles que implementó, durante su gestión, dispuso uno en el acceso a la calle Armando Andruet, -ingreso al boliche-, que se encuentra a unos 500 metros aproximadamente de la ruta, explicando que en la mayoría de los casos, iban no mas de cinco inspectores y personal policial contratado, y los mismos al egreso, esto es alrededor de las 5hs de la mañana, no recordando el nombre de la totalidad de inspectores, soló recuerda que siempre se encontraban los inspectores, Gutiérrez a cargo del destacamento policial, Manuel Hernández, ex-policía y otro inspector de la comuna. Que no se estableció ningún
sistema de transporte entre el boliche y ruta, los particulares se desplazaban en automóviles propios. Sobre cual era la relación contractual entre los dueños de “La Estación” y la comuna San Roque, reveló que la firma Anden S.R.L. propietarios del boliche poseían un contrato de concesión, por seis años, que cumplían perfectamente bien, abonando un canon anual de $6.000. por el uso de la barranca donde se habían instalado. Indicando que la playa de estacionamiento, no pertenece al dominio del terreno donde está asentado el boliche, siendo donde normalmente estacionan los autos, son terrenos aledaños que pertenecen a particulares, son sitios baldíos, pero estimo que no hay autorizaciones, son ocupados de hecho. Es allí, donde se concentra la famosa previa de los jóvenes que asisten provistos de sillas y bebidas, agregando que no todos ingresan al boliche porque es imposible en relación con la capacidad del lugar, destacando que hay una pequeña parte de la playa que pertenece al dominio publico. Añade que en diversas oportunidades ha asistido para controlar la armonía del lugar, pero que nunca ingresó a la playa, haciéndolo directamente por calle Armando Andruet hasta la puerta del boliche. Que a la fecha del hecho no existían los controles de alcoholemia, ya que son destacamentos muy pobres. Pero que actualmente en el mismo lugar donde se controlaba el ingreso al boliche, se hace el control de alcoholemia por parte de la Provincia. Agrega que no puede afirmarlo con precisión pero estimaría entre 500 y 1000 la cantidad de automóviles que concurrían al lugar. Refiere que no tenía conocimiento de que se haya labrado actas por consumo de alcohol alguna vez, los inspectores se quejaban de la imprudencia de los jóvenes para manejar y que no respetaban las normas, eso ocurre actualmente. Además el declarante afirma que nunca tuvo conocimiento de que existieran barras para el expendio de alcohol en el estacionamiento, ya que éstas tendrían que haber estado autorizadas por la comuna como actividad comercial.-
Comisario General Ramón Frías: Explica que a principios de marzo del año 2007, había sido designado como jefe departamental de Punilla. Con respecto al hecho en cuestión manifiesta que ese sábado, y en circunstancias en que se dirigía a su lugar de trabajo, haciéndolo por la autopista Córdoba-Carlos Paz, divisó un accidente de tránsito, llamándole la atención la cantidad de gente en la calzada, por lo que decidió bajar a colaborar, observando un Ford ka que se encontraba volcado sobre la margen derecha y en su interior había personas accidentadas, observando además que ya había intervenido una ambulancia, gente del área de Tránsito y de la Departamental. El cuadro era dramático, que impartió instrucciones para evitar nuevos accidentes, ya que no se había cortado el tránsito, y era de un cúmulo importante los vehículos que iban hacia la ciudad de Carlos Paz, lo que sumado a la aglomeración de curiosos que estacionaban tornaba peligroso el sector, que circunscribimos el lugar para evitar se altere la escena del accidente, y que debieron contener a los familiares que llegaban al lugar, permaneciendo allí el tiempo necesario, luego de lo cual continuó hacia su lugar de trabajo. Recordó que era llamativo y me mostraron algunos envases de cerveza dentro del auto si no me equivoco a un costado como caídos, y algunos vasos, lo que daba indicio que los que habían estado en el vehículo habían ingerido alcohol, además, algo motivó el accidente, pero teníamos solo conjetura por rastros, mala maniobra o estado inconveniente de la persona que conducía. Refiere que al día siguiente de asumir en su cargo –pocos días
antes- instaló un control policial sobre la Av. San Martín de la ciudad de Carlos Paz a metros del ingreso a la autopista, que aún al día de hoy existe, siendo éste un control selectivo, con ojo policial, para saber a quién parar y a quíen no. Ese control esa noche estaba funcionado, por que manifiesta que interrogó sobre este punto al conductor del polo siniestrado quién le expresó que el control estaba pero a él no lo habían parado. Agrega que estos controles son de seguridad, tratando de reducir los índices delictivos y no como control de alcoholemia, lo cual era competencia municipal. En aquella época no estaba el control de tránsito, ni la policía caminera.-
Pablo Aristimuño: -Médico Psiquiatra- Expresa que conoce a Castro Matías, como profesional desde mediados del dos mil ocho. Durante ese tiempo han tratado temas de la actualidad y del pasado de la vida de Castro, exponiendo que el mismo presenta un cuadro por trastorno de ansiedad o estrés postraumático, vía doble. Esto es producto del accidente del cual fué victima y por otro lado todo el proceso, que como consecuencia del siniestro devino la exposición pública y mediática, proceso legal, incapacidad de proyectar en el futuro, la propia cárcel. siendo éste uno de los temas mas relevantes, asociado a toda la expectativa que le genera este proceso. Lo que hemos ido trabajando es la vida cotidiana, el día a día, lo cual se vuelve muy difícil continuar con integridad y entereza. Sus relaciones afectivas han sido pocas, siendo ésta una de las características predominantes en los pacientes que presentan cuadros de estrés postraumático. Se encapsulan emocionalmente no exponiéndose a situaciones sociales o afectivas, en el caso particular de Castro son muy contadas, su madre y la novia, no hay más relación afectiva. Era evidente, hasta el año pasado cuando asistía a las consultas lo hacía vestido con buzo con capucha, que buscaba aislarse, temía ser reconocido, su fin era de protegerse. En cuanto a su estructura psicológica es una persona de inteligencia promedio, juicio conservado, normal, no posee trastornos de personalidad, es tímido, respetuoso y temeroso. No posee características que no hagan pensar de una personalidad suicida, porque no hay estructura para ello que forme parte de él, por otro lado uno arriba no sólo desde una estructura sino que tiene que ocurrir algo en los hechos cercanos a su juicio que lo lleve a ese acto, es una persona temerosa, se protege excesivamente, es todo lo contrario, no es temerario; Tampoco tiene personalidad psicópata, los rasgos característicos son desprecio por la ley, desprecio por el otro, éstos no son rasgos que ni siquiera se asoman a la personalidad de Matías, tiene rasgos propios que no compatibilizan de ninguna manera con un trastorno de personalidad. Todo lo contrario, refiere haber observado en Castro signos de arrepentimiento no solo en relación a la vida de los otros, sino también en cuanto al daño hacia el otro, llegando a manifestarme “Si hubiese sabido que iba a pasar eso hubiese prendido fuego al auto”, es un signo claro de arrepentimiento -arrepentirse es volver sobre sus actos-. Además no sólo hacia los otros, sino también hacia él, porque el también fue víctima, su vida también corrió riesgos. Esta sensación de cuidarse de todo aquello que le recuerde el estrés ha hecho que los lazos afectivos sean mínimos, en lo puntual su personalidad tímida y su propio trastorno de ansiedad, como dijimos, uno de los rasgos característicos, lo lleva a tratar por todos los medios posibles, de evitar situaciones que lo pongan en contacto con los eventos traumáticos, por ello es explicable que no haya tenido contacto con nada ni nadie
(víctimas o familiares de las víctimas) intenta todo el tiempo, por la angustia pesada que genera, de no hablar del tema, para defender la psiquis, Para protegerse, trata de no recordar nada.- En cuanto a sus actividades, son muy pocas; estar con su novia en su casa, el gimnasio, la facultad, que continúa pero con dificultad, la poca proyección de futuro hace que no rinda académicamente, muchas cosas de la facultad le recuerdan el hecho, incluso faltaba por miedo a encontrarse con familiares de las víctimas o amigos. Castro, sin duda, necesita terapia; por cuanto tiempo más, no lo puedo especificar, lo determinará su propia evolución, hoy lo necesita, sí o sí. Agrega el psiquiatra que la terapia de Castro se complementa con ansiolíticos y antidepresivos, medicación justificada por el trastorno de ansiedad, Pregavaina 150mgr por día, es un ansiolítico, Citalopram 20mgr. por día, es un antidepresivo.-
Jorge Manuel Rocha: -Médico Psiquiatra- Explica que atendió a Castro porque el médico que lo asistía terapéuticamente viajaba y no quería quedar expuesto a no tener tratamiento, haciéndolo desde el dos de marzo del corriente año hasta el veintiuno de marzo, observando que Castro sufre un trastorno por estrés postraumático, el tratamiento comienza en forma temprana, una o dos semanas después del accidente, cuando toma conciencia de lo ocurrido. Posee una personalidad introvertida, esquizoide, dependiente, inmadura afectivamente, básicamente es lo que tiene, con proyección social inocente, lo que significa que cree que las demás personas actúan en función de su propios criterios, de acuerdo a su forma de ser, el cree o actúa, pensando que los demás van a responder de la misma manera. Además vive una situación permanente de estrés, tensión nerviosa, trastorno del sueño y de alimento, habiendo engordado 30/40 kgrs. después del accidente. Por lo que es necesario destacar que todo el proceso vivido con posterioridad ha llevado a que Castro desarrolle un trastorno paranoide reactivo, siente que lo miran, que lo conocen, pero tiene conciencia es una cuestión personal, no un delirio. En cuanto a su historia personal Castro no tiene figura paterna, falleciendo su padre a los dos años, siendo cuidado y criado por la madre, posee una vida sencilla, vida social satisfactoria, con muchos amigos, estudia odontología, siendo un estudiante medio hasta el accidente, luego no pudo estudiar mas, por su sensación de ser mirado, observado, creyendo que todo el mundo lo conocía porque figuraba en los medios. Comentó que luego del accidente sufrió politraumatismo, fractura de huesos, traumatismo importante en torax y cráneo con edema cerebral, probablemente con algún derrame, estuvo en terapia intensiva con riesgo de muerte, internado alrededor siete días, luego salió para ingresar nuevamente en terapia intensiva, lentamente se fué recuperando hasta que se entera de lo ocurrido, no tenía ni idea de lo sucedido, menos aún que habían fallecido sus amigos. A partir de ahí y de este proceso del juicio y principalmente la prensa, empieza a tener esta sensación de auto referencia que empieza a restringir su vida social, le cuesta salir, mostrarse, sobre todo en lugares que hay mucha gente, todo un cambio importante socialmente y personal, temor ir a la facultad, angustia, ansiedad, tristeza, depresión, estaba medicado y continúa con la medicación antidepresiva y otro para la ansiedad, entiende que debe continuar con el tratamiento psicológico y psiquiátrico, siendo difícil evaluar el tiempo, mas de 1 o 2 años seguro, depende de las circunstancias de su vida futura.- Refirió que estuvo detenido 40 días, primero con los pesos pesados, lo
golpearon, pidió que lo sacaran y pusieron en otro lugar, donde el maltrato era menor, salió muy golpeado emocional y psiquiátricamente de esa experiencia.-
Oscar Christian José Lassen: -médico y amigo de la familia- Expresa conocer a Matías Castro desde hace muchísimo tiempo por razones familiares, vecindad y también como paciente.- explica que por ser vecinos lo ha estado en contacto con él desde la infancia además de ser compañero de su hijo, desde la niñez, con quién posee una gran amistad. Siendo un chico muy bueno, absolutamente respetuoso, muy buena conducta, excelente.- Exponiendo que cuando tuvo conocimiento del accidente, y que los heridos habían sido trasladados al hospital de Urgencias, se dirigió al hospital para corroborar el estado de salud de él y si podía ayudar en algo al resto de las personas que habían sufrido este accidente, tomando conocimiento allí que dos personas habían fallecido y Matías fue asistido, practicándole algunos estudios como a otros dos chicos, una de ellas, una chica con traumatismo de cráneo encefálico y lesión hemorrágica, en el caso de Castro le hacían primeros auxilios, tomografías computada de cerebro y tórax al igual que a todos con politraumatismo. Siguió la evolución y por la magnitud del accidente se lo traslada a terapia intensiva de la Clínica Reina Fabiola de alta complejidad, cuyo jefe fue un alumno de la facultad, tenia relación directa con él. Allí es evaluado, diagnosticándole politraumatismo, traumatismo craneoencefálico, traumatismo de tórax entre otras lesiones permaneciendo internado en la unidad de cuidados intensivos con un tubo de drenaje que tenia en el tórax derecho. Explica que el neumotórax es la ruptura de la pleura, membrana que cubre el pulmón y lo protege de la cavidad toráxica en sí, cuando la pleura se rompe, se produce atascamiento de aire, dificultad respiratoria, hay que drenar inmediatamente porque puede comprometer la capacidad cardiorrespiratoria. Allí se evalúo, se tomaron tomografías computada de tórax el cual presentaba contusión como traumatismo y respiración dificultosa. Que la tomografía axial computada del cerebro, mostró edema cerebral difuso y hematoma extradural. Esto suele ser de riesgo, ya que la edema puede comprimir las superficies vitales del encéfalo y llevar a depresión de la conciencia y entrar en coma. A su vez si hay hematoma es importante drenar, porque también puede llevar a un coma. Se adoptó una conducta expectante para ver que pasa en 24/48hs. porque en algunos casos se reabsorbe. Además, tenía yeso por luxación de muñeca y fractura de mano izquierda. Su evolución fue buena, estuvo en sala común y luego se lo lleva de nuevo a terapia intensiva, se pudo expandir el pulmón; retornó a sala común y luego de mejorar el estado general, el paciente fue dado de alta. Cuando asistía a la curaciones iba a verlo a la clínica, se lo notaba lúcido, por momentos presentaba bradisiquia, estos es respuestas lentas a las preguntas que se le hacían. Psiquiátricamente se lo observaba muy ansioso, angustiado y preocupado por la situación, muy compungido por lo vivido por él y resto de sus compañeros de viajes. Muy angustiado y ansioso por la situación de las otras personas.-
A pedido del Sr. Fiscal de Cámara y con la conformidad de la defensa técnica del acusado y las partes Querellantes, se incorporó por su lectura el siguiente material probatorio: TESTIMONIALES:
MORENO, Marcelo Fabián -policía- Quién constató el domicilio de Matías Daniel Castro sito en calle Bernardo de Irigoyen Nº 1525 (ex 470) entre calles Corrientes
y Agustín Garzón de Bº San Vicente de la ciudad de Córdoba.- (fs.215/216)- GONZALEZ, Cesar Rufino -policía- quien se constituyó en el domicilio de
Matías Daniel Castro y procedió a la detención del mismo en cumplimiento de la orden emanada por el Juzgado de Control nº 3 (fs.240)
TILLARD BARRIONUEVO, Natalie Christelle -novia de Juan Manuel Palacios- declaró que es amiga de Agostina Anellí, quién la noche del 03 de marzo estuvo en el boliche “La Estación”. Y que la misma vió a Castro en el boliche pero no recuerda en que estado, agregó que ella se volvía con Castro pero como había demasiadas personas dentro del vehículo decidió regresar en el automóvil de otro amigo, quien al pasar por el lugar donde había ocurrido el accidente le manifestó “mira si te hubieses vuelto con el” (fs.259)
BOGGIO DOMÍNGUEZ, Roberto Manuel -secretario de sumarios a cargo de la secretaria científica de la Policía Judicial- Quién explica que al consultar los motivos por los cuales no se le había realizado el dosaje de alcohol correspondiente al imputado Castro, fué informado que al ser un paciente politransfundido no se le practica extracción de sangre ya que los resultados no arrojarían valores reales. (fs. 276/277)
CORNAGLIA, Luís Ricardo –médico de policía judicial- manifestó que el día del hecho se encontraba de turno. Explicó que su desempeño en la causa “Castro Matías Daniel p.s.a. Homicidio Simple, etc” fue limitarse a ir a lugar del hecho y luego a la morgue para realizar los informes correspondientes, y que al regresar a la base nadie le comunicó que debía ir al hospital donde estaba internado el conductor del Ford Ka, que recién se entero al día siguiente por el diario que en ese auto venían siete personas y que el conductor estaba vivo. - (fs. 298/299)
MOLINER, Ramiro Hernando -estaba la noche del hecho en el boliche- Expresó que la noche del accidente concurrió al boliche “La Estación” permaneciendo en la misma hasta las 09:00hs aproximadamente, cuando emprendió el regreso. Que observó en la autopista Córdoba-Carlos Paz el accidente protagonizado por el un ford ka blanco y un polo pero no conoce a ninguna de las personas que intervinieron en el hecho. (fs. 397)
ORLANDO, Maria Eugenia –médica que auxilió luego del accidente- Manifestó que en oportunidad en que transitaba la autopista Córdoba-Carlos Paz junto a su novio José Orlando Hunicken, el día tres de marzo del dos mil siete alrededor de las ocho horas, observó un accidente de tránsito y debido a su condición de médicos decidieron descender y tratar de auxiliar. Que al bajarse pudo observar que se encontraba la policía y un Ford Ka de color blanco que se encontraba en una zanja. Allí constató que en el interior del vehículo, en el asiento del acompañante se encontraban dos personas, uno de sexo masculino y otra femenina con el cinturón de seguridad puesto y junto a ellos el conductor también con el cinturón colocado. Los signos vitales de estos chicos durante el tiempo que permaneció eran estables. Que en ese momento observó como el pastizal se movía y al mirar, observan a una chica que se encontraba junto a un “radiador” siendo la misma asistida por su novio. Recuerda que hablar con los chicos les preguntó su nombre los cuales no recuerda, y que el conductor le solicitaba que llamaran a la madre a lo cual la dicente trató de calmarlo ya que el mismo se encontraba un poco excitado.- (fs. 501/
502) DOCUMENTALES-INSTRUMENTALES: Acta de Inspección Ocular (fs. 2), labrada con fecha 03/03/2007, a las 09:05 horas, por el Oficial Sub-Inspector Andrés Aguirre perteneciente a la Policía Caminera. En la misma se hace constar que se observa en los carriles sentido Carlos Paz-Córdoba, huellas de frenada con inicio en líneas discontinuas blancas que separan los carriles con una distancia aproximadamente de veinticinco (25) metros y continúa sobre banquina derecha. Vehículo Volkswagen, dominio BTS-033, con sentido oeste-este, a ocho (8) metros de la autopista presentando en su parte posterior luneta rota, faros traseros rotos y parte delantera frente chocado. A unos 16,30 metros aproximadamente un cuerpo recostado sobre su lado izquierdo, sexo femenino. A su lado un cuerpo de sexo masculino, de contextura media en posición decúbito ventral. Y a 6 metros aproximadamente un cuerpo de sexo femenino posición decúbito dorsal, de contextura robusta. A 9 metros de éste se observa un Ford Ka, blanco, dominio CKD-655, presentando parte trasera chocado, luneta rota, sus laterales rayados y a tres metros sobre lado derecho se observa el motor de dicho vehículo. Croquis (fs. 3), confeccionado con fecha 03/03/2007 por el Oficial Sub-Inspector Andrés Aguirre. Grafica la vía de circulación -autopista Córdoba-Carlos Paz- y su sentido e indica la posición en la cual quedaron los cuerpos de las víctimas sobre la banquina, entiéndase, en todos los casos, cabeza en dirección al punto cardinal este y piernas hacia el oeste, como así mismo, dicho gráfico señala la distancia de los cuerpos con respecto a la referida vía de circulación. Actas de Secuestro (fs. 4/5), labradas con fecha 03/03/2007 a las 10:00 y 10:12 horas respectivamente, por el Oficial Sub-Inspector Andrés Aguirre. En dichas actas, se deja constancia del secuestro del vehículo marca Ford Ka, dominio Nº CKD-651, motor Nº J4HW617661, chasis Nº 9BFZZZGDAWB617661 y del automotor marca Volkswagen Polo, dominio Nº BTS-033, motor Nº UVB708114, chasis Nº 8AWZZZ6K2VA040587. Cooperación Técnica Nº 214.094 (fs. 26/37 y 73/158). Sección Medicina Legal que dá cuenta de las lesiones que padecieron las víctimas sobrevivientes, como así también su intensidad y ubicación de las lesiones y causa eficientes de las víctimas fatales; Sección Fotografía Legal la cual dá cuenta del lugar del hecho, marca de frenado de los rodados siniestrados como así también el lugar y el estado en que quedaron los mismos, posición final de los cuerpos sin vida; de lo propio dá cuenta el plano scopométrico realizado por la Sección Planimetría Legal del lugar del hecho glosado a fs. 98 a lo que cabe agregar los informes realizados por la Sección Química Legal que dan cuenta de la presencia de alcohol en sangre en las personas de las víctimas. Acta de Detención y Secuestro (fs. 238), labrada con fecha 22/05/2007 a las 16:30 horas, por el Sub-Comisario César Rufino Gonzalez, en el domicilio sito en calle Bernardo de Irigoyen Nº 1525 (ex 470), entre calles Corrientes y Agustín Garzón, Planta Alta, barrio San Vicente de la ciudad de Córdoba, con motivo de la detención de Matías Daniel Castro y el secuestro de la cédula verde Nº 26077557 y el título de automotor Nº
14978428, ambos correspondiente al vehículo marca Ford Ka, dominio CKD-651. Planilla Prontuarial de Matías Daniel Castro (fs. 279), de la que surge que el imputado no registra antecedentes penales ni contravencionales. Las actas de Defunción dan cuenta de la causa eficiente del fallecimiento de las víctimas, en la glosada a fs. 169 perteneciente a Leticia Andrea Buffa, se consigna que ésta fué “Politraumatismo”, en la obrante a fs. 617 perteneciente a Enzo Panizza, se establece que fué “traumatismo de cráneo encefálico” y la incorporada a fs. 618 correspondiente a Manuela Gorriti se consigna, que consistió también en “Politraumatismo”.- INFORMATIVAS: Informe Técnico-Médico Nº 576084 (fs. 09), de Jesús Raúl Ramírez confeccionado con fecha 03/03/2007 a las 13:10 horas por el Dr. Omar Francisco Hiruela, perteneciente a la Sección de Medicina Legal, dependiente de la Dirección de Policía Judicial. El referido exámen, practicado en la persona de Ramirez, da cuenta de: “...vendaje oclusivo en región frontal derecha, excoriación lineal en placa superficial en región frontal izquierda, idem lineal en placa en región axilar anterior derecha, ídem cara anterior de brazo derecho que compromete toda la extensión del mismo, ídem cara anterior tercio inferior muslo derecho, ídem rodilla derecha de aproximadamente 3 cm de diámetro, refiere dolor e impotencia funcional en esa área, se sugiere asistencia médica…Naturaleza: Traumática…Elemento Productor: Contundente…Tiempo de Evolución: Reciente…Gravedad: Leve….Días de curación e inhabilitación para el trabajo: 15 S/C...”. Informes Técnicos de Identificación de Matrículas Nº SC-236 -Automotor Volkswagen- y Nº SC-237 -Vehículo Ford Ka- (fs. 14 y 16) de fecha 07/03/2007 por el técnico, Miguel Antonio Medrano, perteneciente a la Oficina de Identificación de Matrículas Seriales, dependiente de la Dirección de Policía Judicial, en relación al automotor marca Volwagen Polo, dominio Nº BTS-033, motor Nº UVB708114, chasis Nº 8AWZZZ6K2VA040587, con respecto a dicho automóvil, la conclusión del informe, una vez realizada la inspección, determina que: “…La unidad no presente adulteración en sus matrículas identificatorias…”. En cuanto al vehículo marca Ford Ka, dominio Nº CKD-651, motor Nº J4HW617661, chasis Nº 9BFZZZGDAWB617661, la conclusión del informe, comprueba que: “…La unidad no presenta adulteración en sus matrículas identificatorias…”. Informes Técnicos Mecánicos Nº SC-206 -Automotor Volkswagen Polo- y Nº SC-207 -Vehículo Ford Ka- (fs. 15 y 17) de fecha 07/03/2007 por el Oficial Auxiliar, Ingeniero Alejandro G. Oliva, perteneciente a la Oficina de Informes Mecánicos, dependiente de la Dirección de Policía Judicial, con respecto al vehículo Volswagen Polo, en donde se observan los siguientes “…Daños: 1) Guardabarro trasero izquierdo, panel trasero costado izquierdo, parante trasero izquierdo, techo, abollado, paragolpe trasero, falta, faro trasero izquierdo, ventilete trasero izquierdo, roto. 2) Paragolpe delantero, guardabarro delantero izquierdo, panel frontal, abollado y raspado, ambas ópticas delanteras, faltan, giro delantero derecho, radiador, roto, tren delantero costado izquierdo, torcido, fuera de línea y roto. 3) Capot costado derecho,
guardabarro trasero derecho, abollado y raspado, con resto de tierra y pasto, luneta trasera, faro trasero derecho, roto. Observaciones: Sistema Eléctrico: No se probó por presentar los cables de la batería cortados. Cubiertas: En mal estado en general por presentar excesivo desgaste y en forma despareja y la cubierta delantera izquierda se le ven las telas…”. Con respecto al automotor Ford Ka, el informe realizado por el Oficial Auxiliar, Ingeniero Alejandro G. Oliva con fecha 07/03/2007, determina los siguientes “…Daños: 1) Capot costado derecho, guardabarro delantero derecho, panel frontal costado derecho, abollado y raspado con resto de material color verde, tren delantero costado derecho, torcido, fuera de línea y roto. 2) Capot, guardabarro delantero derecho, techos ambos laterales, ambos guardabarros traseros, tapa de baúl, llanta trasera derecha, abollado y raspado, llanta delantera izquierda, parabrisa, vidrios (todos), cubierta delantera derecha, cubierta trasera derecha e izquierda, óptica delantera izquierda, limpiaparabrisas, roto, tren delantero costado derecho, tren trasero ambos costados, torcido, fuera de línea y roto, faros traseros, óptica delantera derecha, motor y caja de cambio, palanca cambio de marcha, relojes no originales en tablero, faltan. Observaciones: Sistema Eléctrico: No se probó por daños y no poseer la batería. Freno: Pedal sin presión, presentando la unidad los flexibles de ambas ruedas delanteras rotos como consecuencia del siniestro. Cubiertas: Delantera izquierda, ambas traseras se encuentran destalonadas como consecuencia del siniestro, cubierta delantera derecha destalonada y rota en su banda externa, la llanta trasera derecha presenta abolladura en su labio externo, llanta delantera izquierda, presenta rotura en ambos labios de la misma, todos como consecuencia del siniestro…”. Informe de la Municipalidad de Villa Allende (fs. 301). Elaborado con fecha 11/06/2007 por la Municipalidad de la ciudad de Villa Allende. A través de dicho informe, se pone en conocimiento que la Municipalidad de Villa Allende expidió licencia de conducir, categoría B1 que habilita a conducir automóviles, camionetas, casas rodantes peso máximo 3500 kg, al Sr. Matías Daniel Castro, D.N.I. Nº 31.997.352, nacionalidad argentina, carnet expedido con fecha de vigencia a partir del 01/02/2007, con vencimiento el 01/02/2009. PERICIALES: Pericia Psiquiátrica Nº 2118/07 -Matías Daniel Castro- (fs. 345/345 vta.) de fecha 12/06/2007, practicada por la Dra. Marta Cortés Olmedo, Médica Psiquiátra Forense, en la persona del prevenido, concluye que: "....1) En el exámen psiquiátrico actual, Matías Daniel Castro, no padece de trastornos mentales manifiestos. 2) El exámen actual y sus relatos. No ofrecen elementos psicopatolígicos compatibles con estado de inconciencia, alteración morbosa o insuficiencia de sus facultades, que permitan suponer que a la fecha de comisión de los hechos, le impidieron comprender la criminalidad del acto y dirigir sus acciones. 3) No revela, al momento del exámen, índice de peligrosidad para sí ni para terceros…”. Pericia Psicológica Nº 65/07 -Matías Daniel Castro- (fs. 362/3363). Nivel Manifiesto: Se advierte que tras una actitud de aparente tranquilidad y alegría, subyace gran monto de ansiedad, angustia y depresión. Nivel Intelectual: El índice de realidad se advierte conservado, así como la
función crítica y correctora yoica. Nivel Visomotriz: De las pruebas especificas de este nivel no se observan indicadores de relevancia de un posible compromiso orgánico. Estructura de Personalidad: Su super yo ha introyectado normas y pautas valorativas aun escasamente definidas, reconociendo lo bueno y lo malo. Su afectividad reviste características inmaduras estableciendo vínculos superficiales y de escaso compromiso. Lo que se traduce en la actualidad en escaso sentido de responsabilidad y pobreza en su capacidad de dimensionar las consecuencias de los hechos en general, tomando quizás las cosas con cierta superficialidad, ubicándose todavía en el rol de hijo dependiente de su madre.
Pericia Accidentológica Nº 756132 (fs. 574/581) de la cual se desprende: Que habiendo sido relevados dos grupos de marcas de neumáticos, uno que se inicia en la banquina norte y cruzan en diagonal la ruta formando un arco de circunferencia y separándose entre ellas a medida que avanzan lo que indica que el vehículo que las dejo fue adoptando una posición prácticamente transversal a medida que avanzaba, que por sus características (estriado diagonal) y forma curva corresponde a la de frenada en curva, es decir el vehículo que las dejó, iba doblando y frenando (ver foto de fs.74). este vehículo sufrió un destalonamiento de las cuatros cubiertas, efecto tropiezo seguido de un vuelo que experimento el vehículo, esto es evidenciado por la finalización brusca de las marcas de neumáticos, para luego caer el automóvil nuevamente en el suelo donde se indica marcas de pinturas blanca en banquina, donde experimenta nuevamente otro vuelo y vuelve a impactar nuevamente en el suelo a 7,30metros aproximadamente hacia el este de esta última marca mencionada. Continuado su recorrido a una distancia de 54,70 posiblemente experimentando vuelcos hasta finalmente detenerse en la posición documentada. El otro grupo de neumático que se origina en carril sur de la vía y se dirigen describiendo un arco de circunferencia hacia la banquina sur (17,25 metros) que por su características prácticamente desdibujada son compatibles con neumáticos gastados y teniendo en cuenta que el informe técnico de fs. 15 dice que las cubiertas del VW polo presentan excesivo desgaste, es posible inferir que las mismas pertenecen a éste vehículo. Y que el mismo al momento de dejar estas marcas iba circulando sin frenar es decir una típica marca de derrape con rodadura. En cuanto a los efectos de determinar la velocidad a la que habría circulado el ford ka, se tuvo en cuenta la energía mínima que poseía el ford ka, el peso del vehículo, coeficiente de fricción, longitud de derrape, coeficiente de fricción transversal, longitud de derrape, desaceleración experimentada en el vuelco, longitud desde que comenzó a experimentar vuelcos, masa del ford ka arroja como resultado que la velocidad mínima a la que habría circulado el Ford ka previo al inicio de marcas de neumáticos es de 129,85 km/h teniendo en cuenta la influencia de la pendiente en bajada, existente en la zona donde se produjo el hecho.
Asimismo, también durante el transcurso del debate, se procedió a incorporar la pertinente ampliación de la pericia mecánica confeccionada por el Ing. Ramiro Ojeda -perito oficial- glosada a fs. 833/837 la cual entre otros aspectos concluye que el vehiculo marca Ford Ka se conducía como mínimo a una velocidad de 129,85km/h, dicho elementos probatorio fué explicado por su autor en la misma oportunidad, en la cual
expreso, que el croquis de fs. 98 junto a la fotografía n° 3 son muy ricas en información. A través de las mismas, y complementado con el resto de las fotografías, explica Ojeda, es posible visualizar el recorrido que plasmó el vehículo Ford Ka en la carpeta asfáltica, siendo éstos los datos objetivos que tomó para explicar la mecánica del accidente. Siendo esto así, podemos advertir que el vehículo reingresó a la autopista, habiéndose retirado de la misma por causas que se desconocen, cuando retomó el asfalto lo hace de forma cruzada ya que realizó una maniobra de giro hacia su derecha y frenado enérgico, siendo posible advertir que las marcas de neumáticos indican que las ruedas estaban bloqueadas, es decir frenadas, y en curva. Ya en el interior de la huella se observa que los bastones de los neumáticos están dispuestos de forma oblicua a la línea de frenada, a diferencias de las marcas que dejó el VW Polo el cual no tuvo tiempo de frenar, donde los bastones se encuentran de forma perpendicular a la marca de frenada. Esta marca indica que el vehículo realizó una maniobra de giro e inmediato frenado, observando además marcas de arrastre metálico, lo que indica el destalonamiento de las llantas del Ford Ka, lo que muestra la posición que fue adoptando el Ford Ka. Es así que encontramos que las huellas al inicio están juntas y a medida que avanza en forma progresiva, vemos por las marcas que el vehículo adopta una posición transversal, lo que aumenta la fricción del vehículo sobre el pavimento. Si a eso agregamos el exceso de peso, producto de la gran cantidad de personas transportadas, y el impacto en el lateral delantero izquierdo del VW Polo, produce el destalonamiento de la rueda delantera izquierda, provocando el vuelco del vehículo. Que sumado a las marcas de impacto en banquina y la de impacto en la tierra, nos indica la distancia del vuelo del automóvil Ford Ka. Ya que el Ka, luego del destalonamiento comienza a dar “vueltas de tonel” hasta quedar en su posición final. Es decir que el automóvil desde el inicio del primer vuelo hasta su posición final recorrió una longitud de 70 metros. Por otro lado las huellas que dejó el VW Polo indican que, el mismo circulaba por el carril derecho de la autopista, cuando fué embestido repentinamente por el vehículo Ka en el lateral delantero izquierdo, toda vez que el estriado neumático es perpendicular al borde de las marcas de neumáticos, lo que indicaría que al momento de dejar estas marcas iba circulando sin frenar, dejando una típica marca de derrape con rodadura, provocando la pérdida de control del vehículo y enviando al mismo al interior de la fosa existente entre la autopista y la colectora donde experimenta vuelcos recorriendo una longitud de aproximadamente 34.30 metros quedando finalmente en la posición documentada. Esto es evidente en virtud de los restos de pintura del vehículo colisionador existentes en lateral delantero izquierdo impactado del VW polo, por lo que no es factible deducir que el vehículo Ka embistió desde atrás, a aquél rodado, ya que allí no se conservan marcas ni rastros de pintura blanca, mas aún, cuando surge de la fotografía glosada a fs 89 que la línea delantera del vehículo Ford se encuentra prácticamente intacta. En cuanto a los efectos de determinar la velocidad a la que habría circulado el Ford Ka, se tendrá en cuenta el peso del vehículo, coeficiente de fricción asfalto-banquina-neumático, longitud de derrape sobre banquina y asfalto, Coeficiente de fricción transversal neumático asfalto seco con pendiente en bajada (bajante despreciable del 2,93%), longitud de derrape sobre asfalto, desaceleraciones experimentadas en el vuelco y longitud desde que comenzó a experimentar vuelcos.
Seguidamente –también durante el debate- se incorporó el dictamen –sobre dicha ampliación- del perito de control Ing. Miguel Ángel Arias glosado a fs. 856/862 en la cual en nombrado concluye: que la velocidad mínima, previo a la primera perdida de control del rodado era 153,61 Km/h, explicando los conceptos vertidos en la misma al deponer en debate de la siguiente manera: que se adhiere a las conclusiones arribadas por el perito oficial, salvo en los puntos que hace referencia. Atento a esto, el perito sostiene que el relevamiento de la inclinación angular practicado en el escenario de los hechos, y como ya ha expresado, arriba a las mismas conclusiones en cuanto al porcentajes de la inclinación descendente. Solo acota, que el perito oficial no se ha percatado de la longitud de dicha inclinación angular descendente, cota éste que desde la cima (la parte mas alta de donde comienza la bajada) hasta la columna Nº 153 existe una longitud de 2.300 metros y a la columna Nº 147 una distancia de 2.600 metros, dando una diferencia de altura de 76,18 metros con dos curvas de radios muy amplios. Por lo que teniendo en cuenta este aspecto, lo que no nos dice el perito oficial es que el vector (dirección) es la fuerza que ejerce el rodado para vencer las resistencias y ello permite que el rodado al mismo numero de vueltas del motor y en la misma velocidad en cuanto cambios de marchas entregue mas velocidad, atento a que la resistencias se compensan con la inclinación angular descendente. Y que ello ha permitido que la unidad (vehículo) donde tiene influencia la carga transportada desarrolle mas velocidades superlativas. Por otro lado sostiene que es menester no sólo analizar lo actuado, sino también observar la incidencia que posee la trayectoria del rodado, donde se observa con claridad que el relevamiento realizado por lo planimetras nacen sobre la vera norte (cantero central divisorio) ello nos habla a claras de una trayectoria anterior por la banquina que en este caso es de ripio consolidado, incluso testigos oculares han depuesto respecto de que el ford ka mordía la banquina, si nos retrotraemos hacia la circulación de dicho rodado se obtiene que (así lo ratifica el perito oficial) la trayectoria es radial o circular, ello induce a determinar que el ingreso a la carpeta asfáltica se produce desde la banquina hacia la misma. Observándose, además de una conducta peligrosa en todas las maniobras conductivas, que ha existido un despiste con salida radial y otra maniobra menos afortunada que denotando peligrosidad conductiva siendo este el volantazo de ingreso a la carpeta asfáltica lo que provoca el terrible accidente, en función directa del exceso de velocidad e impericia conductiva. Sosteniendo que si en lugar de tratar de ingresar a la carpeta asfáltica deja la unidad circular por la banquina hasta estabilizarla posiblemente hubiera podido evitar el siniestro o atenuar sus consecuencias.
Pericia Médica (Autopsias de fs. 50/58 y 71/72), confeccionadas por los Dres. Orencio Guillermo Fontaine y Luis Carlos Mercado. En dichas autopsias se dictaminó que la causa eficiente de la muerte de Enzo Paniza se debió a un “Traumatismo Craneoencefálico”, en tanto que, los profesionales médicos concluyen que la causa eficiente de la muerte de Manuela Gorriti y Leticia Buffa se debió a “Politraumatismo”.
V. Conclusiones de las partes. En la oportunidad prevista por el Art. 402 del C.P.P., al emitir sus conclusiones, el Sr. Fiscal de Cámara, Dr. Fernando Amoedo: referenció el hecho base de la acusación y analizó detenidamente las declaraciones
testimoniales y elementos de prueba incorporados al Debate, afirmó que la existencia del hecho se encontraba debidamente acreditado al igual que el resultado; analizó entre otras, las circunstancias del viaje de ida hacia la Comuna de San Roque, destacando la compra y consumo de alcohol durante su trayecto, la continuidad de su ingesta durante la permanencia en la playa de estacionamiento previo al ingreso al boliche, como así también la negativa del incoado a ceder la conducción del rodado ante el pedido de sus acompañantes y el viaje de regreso hacia la Ciudad de Córdoba, transportando siete personas en un vehículo Ford K, a velocidad excesiva, realizando en su trayectoria maniobras riesgosas, las que fueron advertidas por testigos independientes, omitiendo la disminución de la marcha ante el reclamo de sus ocupantes, lo que determinó el impacto del vehículo de Ramírez con las consecuencia letales y lesivas para sus ocupantes; refirió que la complejidad de la causa se reflejaba en determinar la configuración jurídica de la conducta de Castro, como un hecho culposo, según su posición defensiva, o con dolo eventual, según las resoluciones de los distintos órganos jurisdiccionales.- Hizo referencia a doctrina de distintos autores sobre la culpa y el dolo eventual, destacando que en un punto el dolo eventual se acerca a la culpa y ese plus que posee el dolo es la imprudencia. Destaca en la conducta de Castro al momento de conducir el rodado, inobservancia de los reglamentos a su cargo, conforme lo establecido por Ley Prov. de Tránsito 8560 s/Ley 9169, todo conforme entre otros, con los arts. 13,37, 38,39,40,41,41 bis, 43, 48,50, 80 inc.1º, 83, 84 incs.18,21 y 23 de la citada normativa, lo que sumado a la carencia de experiencia y pericia para manejar, que la habilitación para conducir vehículos, fué extendida por autoridad municipal sin mayores exigencias (art. 13), y la prueba incorporada al Debate, determinaron que junto con la sobrecarga de pasajeros, el transitar por el carril a elevada velocidad realizando zigzag, la pérdida del control del rodado y mecánica del hecho, todo lo cual va mas allá de una conducta imprudente, ya que asume conciente su estado y el medio resultaba idóneo para concretar el peligro representado, despreciando sus consecuencias, causando de este modo el hecho con resultado letales y lesivos, analizó la pericia psicológica del incoado destacando distintos aspectos de su personalidad, entre otros, pobreza para dimensionar las consecuencias de los hechos, no quiso suicidarse, pero despreció resultado de su conducta; expresó que mantenía los términos de la acusación considerando que se habían acreditado con certeza ambos extremos de la imputación delictiva, por lo que manteniendo la calificación legal contenida en el auto de elevación a Juicio, formuló acusación en contra del imputado Matías Daniel Castro, solicitando se lo declare autor de Homicidio Simple con dolo eventual (tres resultados) y Lesiones Graves (tres resultados), todo en concurso real en los términos previstos por los arts. 79 , 90, 91 y 55 del C.P., a los fines de la mensuración de la pena, expresó en favor del imputado, su edad, su estrato social, educación universitaria, que tiene futuro en el cual puede reacomodarse con los sostenes adecuados, conducta procesal y carencia de antecedentes penales, y en contra, la naturaleza del hecho, pena conminada en abstracto, el múltiple daño causado y la imposibilidad de mensurar el mismo ya que el efecto que provoca no puede materializarse en razón que penetra lo mas profundo del ser, por lo que solicitó se le imponga para su tratamiento penitenciario la pena de nueve años de prisión, con accesorias de ley y costas en los
términos de los arts. 9, 12, 29 inc. 3, 40 y 41 C.P. - 550, 551 C.P.P.-Por su parte el Dr. Marcelo Touriño: en representacion de los querellantes
Silvia Manca de Gorriti y Esteban Gorriti, expresó tras analizar detenidamente el cuadro probatorio, las declaraciones testimoniales, las pericias mecánicas, la determinación de que el auto por la excesiva velocidad se encontraba fuera de control, sumado a ello, la ausencia de seguridad y controles en las rutas, como así también la carencia de transporte desde el boliche, hizo referencia al convenio de concesión otorgado por la Comuna San Roque a la firma Anden SRL, como así también a las distintas oportunidades en que Castro se debió representar las consecuencias de su accionar, concluyó adhiriendo a la calificación legal solicitada por el Ministerio Público y en cuanto a la pena, solicitó se le impusiera la de ocho años de prisión, con accesorias de ley y costas, haciendo reserva de casación, en caso negativo.-
Seguidamente el Dr. Sergio Enrique Campos: por los querellantes Gerardo Alfredo Panizza y Sonia Beatriz Visintini a los fines de emitir sus conclusiones, expresó tras adherir y dar por reproducidos el detallado análisis de los elementos probatorios efectuados por el Ministerio Público y querellante Touriño, sostuvo entre otros aspectos respecto de la culpa del art. 84 del C.P., que no escapa al art. 512 del Código Civil, por el principio de congruencia del derecho, la culpa es omisiva, no excesiva de una conducta y esa conducta deviene en daños, para que haya culpa no debe haber malicia o falta de buena fe, haciendo un análisis de distintos comportamientos de Castro referentes a ello, que se asimilan a la mala fé, tales como obtener el carne de habilitación para conducir sin rendir examen, cuando conduce en el trayecto de ida bebiendo y escondiendo la botella al pasar por la cabina de peaje, preordenando su embriaguez, cuando continúa bebiendo en el estacionamiento y dentro del boliche, posteriormente monopolizando el control del vehículo, la conducción peligrosa en el trayecto de retorno desde la salida misma, cuando imprime velocidad excesiva en la autopista zigzagueando, presionando vehículos y conducción temeraria, la omisión de disminúir la marcha ante el grito que pare, actuando allí con dolo criminal, expresa que el incoado ante la indiferencia en la representación de un resultado, prefirió correr el riesgo, no se puede equiparar el suicidio con una conducta de dolo eventual porque escapa al orden jurídico, al carecer de pena todo lo cual, lo motivaba a adherir a la calificación legal peticionada por el Ministerio Público y querellante preopinante para la conducta de Matías Castro, solicitando se le impusiera la pena de nueve años de prisión, haciendo reserva de casación e inconstitucionalidad y de Recurso Extraordinario.- En este estado, siendo las 13.00 hs., el Sr. Presidente dispone un cuarto intermedio de treinta minutos.-
Dr. Eduardo Alberto Tarasconi como apoderado de la querellante particular Rina Elvira Lina Aristei expresó que adhería a las conclusiones del Ministerio Público y querellantes preopinantes, que se encontraban acreditadas las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrió el evento y no fueron cuestionadas, todo lo cual encontraba apoyo probatorio en la prueba incorporada y analizada; agregó que la estrategia defensiva de Castro solicitando testimonios de los terapeutas que lo asistieron, está dirigida a los fines de disminuir su responsabilidad, los dichos de los profesionales que lo asistieron -destacando alguno de ellos, que la personalidad de Castro no es
psicótica -, coinciden con las conclusiones de la pericia psicológica ordenada en autos, toda vez que hacen referencia a personalidad inmadura, temeraria, con escaso sentido de responsabilidad; hizo referencia así también, al desmedido consumo de alcohol de todos los ocupantes del vehículo y que previo a ascender al rodado para regresar a Córdoba, Castro había consumido agua, porque era conciente de su estado y de su limitada idoneidad para conducir, a ello se debe sumar, la distribución de los pasajeros dentro del vehículo y la sobrecarga por encima de los niveles de seguridad dispuestos por cada fabrica, la carencia de cinturones de seguridad para todos sus ocupantes, la incidencia de la velocidad excesiva y la estabilidad del rodado en esas condiciones, todo lo cual, menosprecio ante el eventual resultado de su conducción, concluyó por los resultados letales del accionar de Castro, que no era viable el mínimo del tope punitivo, por lo que solicitaba, adhiriendo a la calificación legal propiciada por el Ministerio Público, se le impusiera una pena de doce años de prisión, con adicionales de ley y costas y entendiendo que existe peligro procesal en cuanto al accionar del imputado, que se acrecienta en razón que las penas solicitadas por las partes, son de cumplimiento efectivo, es que solicitó al Tribunal, disponga las medidas pertinentes, ordenando su detención.
En su oportunidad el Dr. Guillermo Ruiz Carranza como apoderado del querellante particular Omar Hugo Bufa, quien adhirió a lo expresado por el Ministerio Público y colegas preopinantes en el uso de la palabra, sostuvo además que Castro debe responder por Homicidio Simple con dolo eventual, toda vez que las instancias judiciales anteriores determinaron dicha calificación legal, entiende que el imputado se representó el resultado y lo ejecutó llevándolo a cabo, por lo que solicitaba adhiriendo a la calificación legal peticionada por el Sr. Fiscal de Cámara, se le impusiera la pena de doce años de prisión, accesorias de ley y costas.-
Finalmente Dres. Andrea Amigo y Rodríguez Aramburu: co-defensores del imputado Castro, expresando la letrada que adhería parcialmente a las conclusiones del Sr. Fiscal de Cámara en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, al analizar la prueba incorporada puso en crisis los testimonios recibidos e incorporados durante el Debate, agregó que se desconoce la graduación alcohólica de Castro al momento del hecho y esto lo perjudica, porque si suponemos que Castro estaba borracho, se podría tomar como un elemento exculpatorio al entender que por esa razón su capacidad de comprensión se encontraba disminuída y esto beneficiaria a su defendido por cuanto no podría comprender la criminalidad del hecho ni dirigir sus acciones; el grito de pare que refieren algunos testigos, no es valorable por cuanto puede haber sido durante el despiste del vehículo producto del accidente por lo que solicitó el cambio de calificación legal por un delito culposo, toda vez que sido imprudente, imperito, negligente y violó la reglamentación vigente de la normativa de tránsito, no hay elementos que permitan sostener con certeza un dolo eventual, por lo que peticionó se encuadrara la conducta de Castro como configurativa del delito de Homicidio Culposo y Lesiones Culposas, al hacer referencia a la pena expresó que su defendido debe asumir la responsabilidad por sus hechos, pero en este caso, como lo es, por culpa, en un estado democrático la sanción jamás puede ser ejemplificadora, a esto nos exhorta el Juez de Control, Castro no debe
ser resocializado, Castro ya es sociable, no es el encierro el modo como se va superar el problema, se debe valorar positivamente, su actitud posterior al delito por lo que solicita se le imponga una pena de tres años de prisión de ejecución condicional, poniendo a su asistido, a disposición del Tribunal, haciendo reserva de los recursos de casación, queja, caso federal art. 48 e inconstitucionalidad.-
VI. Fundamentos. Como cuestión liminar, debo adelantar que un análisis prolijo y exhaustivo del plexo probatorio reseñado, permiten tener por acreditados, con el grado de certeza exigido en esta etapa del proceso, ambos extremos de la imputación jurídico delictiva respecto al hecho por el que ha sido traído a proceso Daniel Matías Castro, pero con algunas variaciones puntuales respecto a la mecánica del evento y a la conducta endilgada al imputado de lo cual daré detalles en el presente análisis.
En efecto, en relación a la ocurrencia histórica del hecho en las circunstancias narradas en el "factum" y sobre la cual tanto los órganos acusadores, como la defensora de Castro coincidieron en aceptar como cierto, y el Suscripto en general adhiere, en aras de una mejor comprensión, corresponde realizar diversas consideraciones.- Así contamos –en primer lugar- con el testimonio del empleado policial Andrés Federico Aguirre quien manifestó haber llegado a los pocos minutos de acontecido el evento al lugar citado, tras haber sido comisionado por la central de radio para que se constituyera, a la altura del Km. 22 de la Autopista Justiniano Posse (frente al casco Estancia Vieja de Causana), constatando una colisión entre un vehículo VW Polo, dominio BTS-033, conducido por Jesús Ramírez, sin acompañantes, cuando circulaba por el carril derecho, en dirección Carlos Paz-Córdoba, refiriendo haber sido impactado “de atrás” por el vehículo Ford Ka, dominio CKD-651, guiado por Matías Daniel Castro, quien lo hacía por el carril izquierdo, y presumiblemente debido a que perdió el control del vehículo, lo impactó en su parte trasera al Polo y comenzó a dar tumbos, despidiendo a los pasajeros del asiento trasero, los que quedaron tendidos dentro de una zanja ubicada al lado de la autopista mencionada y la colectora Sur, encontrándose el Ford Ka a unos trece metros de la 1º calzada (fs. 1/vta). En la audiencia de debate agregó que al asistir a los heridos y en oportunidad de inclinarse sobre el cuerpo del conductor (a unos 30 centímetros de su rostro) percibió halitosis alcohólica.-
Por su parte Pablo Andrés Molla y su esposa Carolina Olmos, ocupantes de otro rodado que circulaba por la Autopista desde la Ciudad de Carlos Paz y con destino a Córdoba, relataron –tanto en la Instrucción, como en audiencia debate- que mientras transitaban la mencionada arteria fueron superados a alta velocidad y de manera totalmente imprudente y riesgoza por varios vehículos, y el conducido en forma mas temeraria era un Ford ka con varias personas en su interior, lo que motivó que llamara en dos oportunidades al 101 policial advirtiendo sobre el riesgo, y que al descender la bajada de Causana, observaron primero una gran polvareda y al descender, constataron la existencia del siniestro, visualizando la hubicación de los vehículos y que el Ford K estaba recostado sobre la puerta izquierda, perpendicular a la autopista.-
José Horacio Hunicken, aludió: que en circunstancias en que se dirigía hacia la ciudad de Córdoba, procedente de la ciudad de Carlos Paz, acompañado de su pareja, María Eugenia Orlando, observa un accidente, en virtud de lo cual detiene su vehículo
y desciende con la finalidad de prestar ayuda, dado que el declarante y su pareja son médicos, observando que en el interior de uno de los vehículos accidentados –el Ford K- había tres personas heridas, una en el asiento del conductor y dos en el asiento del acompañante, agregando haber auxiliado a una persona joven de sexo femenino que se encontraba fuera del vehículo y que presentaba traumatismo de cráneo.-
Jesús Angel Ramírez, conductor del rodado embestido refiere: que ese día salió de su domicilio hacia la ciudad de Córdoba alrededor de las ocho de la mañana, transitando por la Autopista Justiniano Allende Posse, a una velocidad normal, entre 90 a 95 Km. por hora. Que al llegar a la altura del casco de la Estancia Causana sintió “....como una explosión, un impacto tremendo, a tal punto que no le dió la posibilidad de controlar su vehículo terminando inmediatamente en una zanja, deteniéndose el motor del mismo luego que el auto pegara con la cola en un primer momento y luego del otro lado. Al reaccionar pudo observar que el auto blanco daba tumbos y despedía cosas de su interior, que luego supo que eran cuerpos de chicos que viajaban en el mismo. Luego sintió un fuerte olor a gas...que no escuchó ninguna frenada previamente...” Que el Ford Ka quedó a unos veinte metros de su rodado, que la visibilidad del momento era muy buena, el día pese a estar nublado estaba lindo. (fs. 193/194). En oportunidad de prestar declaración en el debate, se expresó en similares términos, reconociendo su vehículo al serle exhibida la fotográfia obrante a fs. 80 de autos, y el muro en el cual impactó al serle exhibida la fotográfia inferior glosada a fs. 83, señalando el lugar del impacto al observar la fotogáfia glosada en la parte superior de la misma foja.
Complementan este extremo objetivo de la imputación: el acta de inspección ocular y croquis del lugar del hecho donde se constata la forma en que quedaron ubicados los vehículos luego del impacto, se observan huellas de frenada, la posición en que quedaron los cuerpos, el acta de secuestro de las distintas partes del vehículo Ford Ka (fs. 6), detalles que además, se verifican claramente en la cooperación confeccionada por lo técnicos de Policía Judicial (fotografías y plano escopométrico) obrantes a fs. 26/37 y 73/158 de autos, corroborando todo ello con la inspección judicial realizada en el debate, en presencia de las partes.-
De los testimonios del policía Andrés Federico Aguirre y los ocupantes sobrevivientes, Anabell Picco, Juan Manuel Palacios y Florencia Córdoba surge con total certeza que quién conducía el vehículo marca Ford Ka, en circunstancias que aconteciera el accidente en cuestión, era el encartado Matías Castro.
El fallecimiento de Enzo Paniza, Manuela Gorriti y Leticia Buffa ha quedado debidamente acreditada con la correspondiente “partida” de defunción de los mismos (fs. 617/619), asimismo, mediante la autopsia glosada a fs. 50 se ha establecido que la causa eficiente de la muerte del nombrado en primer término fue “Traumatismo Craneoencefálico”, en tanto que la de los nombrados en segundo y tercer orden fue “Politraumatismos” (fs. 57 y 71).-
Las lesiones sufridas por Anabel Picco, consisten en: fractura de sacro, hemoneumotórax derecho hematoma frontoparietotemporal izquierdo y fractura frontotemporoparietal izquierda (ver informe médico de fs. 101). En tanto que el informe médico glosado a fs. 102 dictamina que Florencia Córdoba sufrió politraumatismo y
fractura de radio derecho. En tanto que el obrante a fs. 103, dá cuenta que Juan Manuel Palacios sufrió fractura ósea de antebrazo derecho, mediodiapisaria.- como se puede deducir fácilmente al existir fracturas, los tiempos de curación superan los treinta días de curación.
También ha quedado plenamente acreditada en autos, con el grado convictivo antes aludido, que Castro se encontraba en estado de ebriedad en el momento del hecho, y si bien no fué viable extraerle sangre al encartado que nos pudiera precisar la graduación alcohólica en su cuerpo, porque se trataba de un “paciente politransfundido y en estado crítico (fs. 105), dicha circunstancia se encuentra acreditada fehacientemente por los testimonios, recabados a lo largo de la investigación y vertidos en el debate, concretamente los dichos de quienes acompañaban a Castro, en el interior del vehículo Ford Ka, Juan Manuel Palacios, Florencia Córdoba y Anabell Picco contestes todos en afirmar lo concluido a lo que se suma la constatación directa de tal circunstancia referida por el policía Aguirre al asistirlo e interrogarlo por sus datos personales.-
Realiza su aporte también en el mismo sentido el testigo Alejandro Damián Naides compañero de facultad del encartado y que lo esperaba en la playa anexa al boliche referido, cuando aludiera entre otros aspectos que esa noche, todos estaban tomados.-
Resulta también evidente que Castro tenía escasa experiencia conductiva la cual se desprende de los dichos de Anabel Picco quién en la audiencia lo aludió expresamente, en cuanto manifestó: que sabían que se encontraba aprendiendo a manejar, que no tenía mucha experiencia, agregando en respaldo a sus manifestaciones, que cuando llegaron al local bailable, denominado “La Estación” y tuvieron que estacionar “a Matías se le complico” por lo que su compañero Naides, le tuvo que estacionar el vehículo. Por su parte Juan Manuel Palacios refirió: Que llegaron a las dos horas, y ya había muchos autos, en virtud de lo que Matías Castro le pidió a un amigo que le estacionara su vehículo, dado que “mucho no sabía manejar” consecuentemente a esta circunstancia acreditada, el imputado obtuvo su licencia de conducir en un Registro fuera de su jurisdicción con la única finalidad de evitar rendir el examen correspondiente, circunstancia que fué puesta en conocimiento a viva voz por el nombrado a las personas que lo acompañaron esa noche cuyos testimonios son plenamente coincidentes en ese sentido. Por otra parte, también los testigos aludidos, expresaron conocer que Castro había impactado en una oportunidad el portón del garage de su casa cuando intentaba ingresar el rodado.- Debemos añadir a lo señalado las expresiones de la mamá de unas de las víctimas fatales, Leticia Buffa, cuando refiere que al retirarse de su domicilio aquella fatídica noche, el conductor del vehículo en la que pasaron a retirar a su hija y Anabel Picco, realizó una maniobra de arranque en forma zizageante y ruidosa, lo que la alarmó seriamente. Documenta tal extremo el informe de la Municipalidad de Villa Allende (ver fs. 301) el cual da cuenta que Castro fue habilitado para conducir el 01 de febrero del 2007.-
También concluímos, que en oportunidad del accidente Castro conducía el vehículo a una velocidad superior a 130 Km/h (conforme lo determinado por las pericias obrantes a fs. 574/581), a esta primera conclusión, que con certeza establece
un piso o mínimo, descartando plenamente la posibilidad de que se haya conducido a menor velocidad, le puedo aditar una segunda afirmación, esta vez como producto de la valoración de la testimonial recabada, consistente en que la velocidad en que se desplazaba dicho vehículo superaba holgadamente el mínimo aludido. Respaldan esta conclusión los dichos de (Molla y su Sra Carolina Olmos) quienes lo hacían a 120 km/h y fueron superados en velocidad en segundos por los vehículos Citroen C-3 y Ford Ka, los cuales desaparecieron de su visión, pocos minutos después.-
Los elementos probatorios aludidos permiten afirmar que la velocidad a la que se conducía Castro, no era la adecuada, en el claro sentido de que debió ser sensiblemente inferior, dado que además de superar el máximo permitido por la normativa pertinente -Ley Provincial de Tránsito nro. 8560 (s/Ley 9169) art. 48 y 50- si consideramos las específicas condiciones –ya valoradas y acreditadas- en las cuales transitaba el encartado (con escasa experiencia conductiva, alcoholizado, en horas de la madrugada, sin haberse entregado al descanso y con su vehículo excesivamente cargado), conforme a las reglas de la Sana Critica Racional, especialmente las de la experiencia común, se advertirá que el prevenido Castro no actuó con la prudencia debida, dado que se ha verificado la existencia de despiste, derrape previo al impacto y numerosos vuelcos luego del mismo, lo cual resulta compatible con velocidad inadecuada.
En lo referente a la dinámica del accidente, estimo que la misma no se compadece, con la descripción brindada en la acusación, concretamente cuando en ella se asevera “… y mantenerse dentro de uno de los dos carriles de circulación, haciendo que el vehículo zigzaguera sobre la carpeta asfáltica, cruzándose de un carril a otro. Al llegar al km 22 de la Autopista Justiniano Posse, Provincia de Córdoba, mientras circulaba por el carril izquierdo, en dirección este-oeste, a unos 20 metros en la zona del Bº Privado “Causana”, el rodado conducido por Castro se cruzó al carril derecho, impactando violentamente contra la parte posterior del automóvil marca VW Polo color verde, dominio BTS-033, conducido por Jesús Ramírez, que circulaba por el carril derecho en el mismo sentido de circulación, provocando que ambos vehículos cayeran a la banquina derecha”.
Ello es así, toda vez que según se desprende de la Pericia Accidentologíca obrante a fs. 574/581 El vehículo Ford Ka accede primero al cantero central de la autopista Justiniano Allende Posse, tras lo cual, el encartado Castro al querer retomar la carpeta de rozamiento y disminuir la velocidad de su rodado, es que realiza una maniobra extrema de giro hacia su derecha y frenado enérgico/simultáneo, lo que provocó que el vehículo bloque sus neumáticos y adopte una posición prácticamente transversal a su sentido de avance en forma progresiva, dirigiéndose hacia el carril sur de la vía impactando con su frente angular derecho al sector delantero del lateral izquierdo del VW Polo y lo arrastra hacia la hondonada ubicada entre la Autopista citada y la colectora Sur, mientras que en oportunidad de comparecer al debate, el perito oficial -Ingeniero Ramiro Ojeda- mantuvo sus conclusiones, ilustrándonos aún mas al respecto, agregando en su deposición y reconstrucción virtual, que el vehículo Ford Ka antes del impacto, reingresa a la autopista, habiéndose retirado de la misma por causas que se desconocen (¿se quedo dormido, se encandiló por la ubicación del sol en ese tramo?) y que cuando retoma el
asfalto lo hace de forma cruzada ya que realiza una maniobra de giro hacia su derecha y frenado enérgico, lo cual deduce de las marcas de neumáticos dejadas en la carpeta de hormigón, que indican que las ruedas estaban bloqueadas, es decir frenadas, y en curva, circunstancia esta que no se verificó en el VW Polo el cual no tuvo tiempo de frenar, cuando circulaba por el carril derecho de la autopista, siendo embestido repentinamente por el vehículo Ka en su parte lateral delantera izquierdo, ya que el estriado neumático es perpendicular al borde de las marcas de los mismos, lo que indicaría que al momento de dejar estas marcas iba circulando sin frenar, dejando una típica marca de derrape con rodadura.-
En relación al vehículo Volswagen Polo la circunstancia antes aludida en la pericia y en el informe mecánico glosada a fs. 574/581 consistente en “guardabarro delantero izquierdo, panel frontal, abollado y raspado con resto de pintura blanca” se refleja claramente en la fotografía de dicho vehículo, glosada a fs. 84. En lo referente al rodado marca Ford Ka dicha pericia e informe dan cuenta que este vehículo presentaba “guardabarro delantero derecho, panel frontal costado derecho abollado y raspado con resto de material color verde” lo que se encuentra verificado por las fotografías glosadas a fs. 89 –parte superior-.
También corrobora lo concluído por el perito oficial, el Informe planimétrico glosado a fs. 98 en el cual se observa que las marcas de los neumáticos del carril izquierdo –por donde derrapa el Ford Ka- parten del cantero central y luego de adjuntarse con las marcas de los neumáticos que presenta el carril derecho –por donde se conducía el VW Polo- ingresan a la banquina derecha, circunstancia ésta –egreso del vehículo marca Ford K de la banquina derecha, previo al impacto- se ve reflejado en la fotografía inferior de fs. 75. Completa su conclusión sosteniendo que de manera alguna los daños en el baúl que presenta el vehículo VW Polo son compatibles con el impacto de un vehículo Ford Ka, como el que conducía Castro, lo que se afirma después de observar la línea frontal de este rodado, que se exhibe incólume en su parte estructural (ver fs. 91) después de la colisión. Agrega finalmente que de haberse producido la mecánica descripta en la Acusación, las trayectorias hubieran sido totalmente distintas y por ende con resultados no tan dramáticos como los aquí analizados.
Gran relevancia adquieren los testimonios de Pablo Andrés Molla y su esposa Carolina Olmos quienes además de llegar al lugar del hecho poco después de que aconteciera el mismo, previamente –en circunstancias que se conducían en su automóvil- fueron superados por el vehículo marca Ford Ka, lo que los convierte en testigos presenciales de la modalidad conductiva del imputado Castro, minutos antes de impactar con el VW Polo, y verifican la dinámica del accidente propiciada en la pericia mecánica (impacto lateral, previo ingreso a la banquina, en lugar de frontal), en cuanto estos manifiestan haber observado un Citroen C3 de color azul que se venía acercando y atrás de éste aparecía un auto blanco que se asomaba por ambos lados, intentando pasarlos, comentádole a su esposa “...ahí viene un loco imprudente zigzagueando...”, incluso cuando el Ford Ka pasaba un vehículo por la izquierda casi muerde la banquina.-
Por otra parte, el informe del perito de parte Miguel Angel Arias y su testimonio en la sala de audiencia, no controvierten lo afirmado por el perito oficial, en cuanto a la
dinámica descripta (despiste e impacto lateral) generadores del accidente, concluyendo además que ello devela impericia y velocidad inadecuada, discrepando únicamente en lo atinente al cálculo de la velocidad previa a la colisión.-
Todos estos elementos objetivos, enumerados y valorados precedentemente, permiten desvirtuar –en este sentido- los dichos de Jesús Angel Ramírez -conductor del vehículo VW Polo color verde, dominio BTS-033- quien concretamente refirió: “y de repente sentí el golpe de atrás y una explosión tremenda...me engancha de atrás”, adviértase que las manifestaciones del testigo son apreciaciones que encuentran su fundamento, en lo que el mismo escuchó o sintió, en un marco caótico, propio de un siniestro de estas características, en donde éste solamente pudo observar al vehículo Ford K, luego del impacto, cuando el mismo iba dando tumbos. Obsérvese en este sentido que también Ramírez habría referido en una nota periodística, poco después del evento “El K salió de la banquina y se cruzó y me impacto de atrás” (ver recorte del matutino local “La Voz del Interior”, bajo el título “El auto venía muy fuerte y me levantaron”, glosado a fs. 888, aportado por los Querellantes
Así, habiéndose acreditado que el imputado Castro pese a su escasa experiencia y habilidad conductiva y en estado de ebriedad, circulaba a una excesiva velocidad, siendo estas faltas determinantes en el caso que nos ocupa, ya que le impidió dominar su conducido cuando las circunstancias del caso se lo exigieron, y evitar en un primer momento salirse de la carpeta asfáltica, y, seguidamente, tras la maniobra extrema de giro y frenado simultaneo, embestir contra el vehículo Polo, que circulaba por el carril derecho, para lo cual debió prever las alternativas ordinarias de circulación –entre las cuales y sumamente importantes resultan, la velocidad adecuada- priorizando su seguridad y la de sus acompañantes.-
En lo referente a la culpabilidad del acusado Castro, estimo que conforme surge de la pericia Psiquiátrica glosada a fs 345/345 vta., el mismo, no padece de trastornos mentales manifiestos, que no ofrece elemento psicopatolígicos compatibles con estado de inconciencia, alteración morbosa o insuficiencia de sus facultades, que permitan suponer que a la fecha de comisión del hecho, le impidieron comprender la criminalidad del acto y dirigir sus acciones, por lo que podemos concluir que el mismo comprendía lo que hacía.
Además, y como cuestión exógena, es necesario realizar algunas consideraciones en relación a los cuestionamientos de la actuación estatal que tangencialmente fué instalado en las sucesivas audiencias. A poco de transitar la prueba se advierte, como primera lectura, la alta probabilidad que esta tragedia se hubiera evitado, simplemente, con un correcto ejercicio del poder de policía en cualquiera de su competencia -comunal; municipal o provincial-. La secuencia de transgresiones y la facilidad para cometerlas previa al accidente nos indica una parálisis total en el cumplimiento de esas obligaciones. Mas grave aún, es otorgar licencias de conducir a personas que no reúnen las condiciones técnicas para ello, o habilitar negocios de esparcimiento para jóvenes -cuyos emprendedores solo promueven la ingesta desmesurada de alcohol-, sin mas interés que el recaudatorio, es no percatarse de los profundos cambios de comportamiento producidos en especial en esta franja de la comunidad, que han creado una cultura
del individualismo y el consecuente fenómeno de aceleración de vida, que si no es armonizado por el Estado se cae en la desidia, madre de todas las miserias.-
En consecuencia, estimo acreditado en grado de certeza tanto la existencia material como la participación atribuida al acusado Matías Daniel Castro en el presente suceso, por lo que, con las precisiones señaladas, dejo fijado el factum de la siguiente forma: “Que el día tres de marzo de dos mil siete, siendo aproximadamente la 01.00 hs, el imputado Matías Daniel Castro se dirigió al domicilio de Juan Manuel Palacios Sosa sito en calle Tolosa nº 2376, de Bº Maipú de la ciudad de Córdoba, a bordo de un automóvil Ford Ka color blanco, dominio CDK-651 debido a que ambos habían acordado previamente dirigirse esa noche al Boliche La Estación, ubicado en la Comuna San Roque, Departamento Punilla, Provincia de Córdoba y para lo cual Matías Castro ya contaba con las entradas correspondientes las que había adquirido en un local de ropa denominado “Borne” ubicado en calle San Lorenzo y Bv. Chacabuco de Bº Nueva Córdoba de esta Ciudad; luego se trasladaron al domicilio de Leticia Buffa sito en calle Gil Barros Nº 1826 de Bº Villa Argentina de la ciudad de Córdoba, lugar donde ascendieron ésta última y su amiga Anabel Eliana Picco. Una vez que se encontraban todos los nombrados dentro del automóvil mencionado, se dirigieron hacia la Estación de servicio que se encuentra ubicada en Avda 24 de Septiembre y Pringles, para cargar gas y nafta en el automotor, comprando cigarrillos, chicles, hielo, y seguidamente se dirigieron a un kiosco de expendio de bebidas alcohólicas ubicado en Avda 24 de septiembre esquina general Deheza de Bº General Paz, y ahí adquirieron tres cervezas de un litro cada una cuyos envases habían sido llevados por Matías Castro desde su domicilio, además de tres cajas de vino de un litro cada una en envase tetabrick, una botella de Vodka de un litro y dos jugos Baggio de un litro cada una para posteriormente trasladarse todos en el Ford Ka blanco, dominio CDK-651 conducido por el imputado Castro hacia la Comuna de San Roque, al boliche “La Estación”, haciéndolo por la Autopista Justiniano Allende Posse hasta la variante Costa Azul y luego por Ruta E-55. Durante el recorrido señalado el imputado Castro que conducía el vehículo y sus acompañantes Palacios, Picco y Buffa bebieron durante el trayecto, dos cervezas de las adquiridas previamente, y al pasar por el control policial que se encuentra ubicado luego del peaje sobre la Autopista, habrían escondido las botellas de cervezas para no ser detectadas por el personal policial. Que al llegar al boliche alrededor de las 02.00 hs, un amigo de éste Alejandro Naides, estacionó el Ford Ka en razón de que el prevenido no sabía realizar las maniobras correspondientes. Que durante la espera previa al ingreso del boliche en el estacionamiento vehícular sito en un lote colindante, aproximadamente desde las 02.00 hs hasta las 04.00, el imputado Matías Daniel Castro junto a Juan Manuel Palacios, Anabel Picco, Leticia Buffa y Alejandro Naides, consumieron el resto del alcohol que habían comprado en la ciudad de Córdoba y otras bebidas alcohólicas que habían llevado las personas que se acercaban al grupo, Que alrededor en las 04,00 hs. Matías Castro ingresó al boliche en el cual continuó ingiriendo bebidas alcohólicas, entre ellas Speed con Vodka. Que alrededor de las siete de la madrugada el imputado Castro salió del boliche y se dirigió a su vehículo en compañía de Juan Manuel Palacios y Florencia Córdoba, quienes se ubicaron en el
asiento del acompañante, y de Leticia Andrea Buffa, Manuela Gorriti, Enzo Panizza y Anabell Picco, que se ubicaron en el asiento de atrás del rodado. En esa ocasión, antes de iniciar el regreso Anabell Picco le solicita a Juan Manuel Palacios que ante el estado de embriaguez que presentaba Matías Castro manejara el rodado, ante lo cual Juan Manuel Palacios le solicita a Matias Castro que le deje conducir el vehículo, a lo que este respondió que nó, que no prestaba el auto, tras lo cual Matias Castro condujo el rodado por la Ruta E-55, luego tomó la variante Costa Azul en dirección a la Autopista Justiniano Allende Posse, a la cual accedió desplazándose por la misma imprudentemente, a una velocidad superior a los 130 Km/hora, lo que sumado a que negligentemente lo hacía en estado de embriaguez y con su vehículo ecxesivamente cargado dado la cantidad de personas que se trasladaban en el rodado (siete) que le dificultaba manejar con comodidad, a lo que cabe agregar su impericia, dado su escasa experiencia conductiva. Que a unos cuatrocientos métros antes de llegar al km 22 de la Autopista Justiniano Allende Posse, Provincia de Córdoba, la cual une Carlos Paz con esta ciudad, mientras circulaba por el carril izquierdo, en dirección este-oeste, a unos 20 metros en la zona del casco de la Estancia“Causana”, el rodado concucido por Castro por razones no establecidas, pero que se puede presumir, se debió a un encadilamiento solar por la zona transitada en sentido Oeste/Este y horario del evento, o por haberse quedado dormido, accede primero al cantero central de la autopista Justiniano Allende Posse, tras lo cual, el encartado Castro al querer retomar la carpeta de rozamiento y disminuir la velocidad de su rodado, es que realiza una maniobra extrema de giro hacia su derecha y frenado enérgico/simultáneo, lo que provocó que el vehículo bloque sus neumáticos y adopte una posición prácticamente transversal a su sentido de avance en forma progresiva, dirigiéndose hacia el carril sur de la vía impactando con su frente angular derecho al sector delantero del lateral izquierdo del VW Polo y lo arrastra, por la banquina derecha, hacia la hondonada ubicada entre la Autopista y la colectora sur. Que dicha circunstancias y por los motivos antes indicados, se destalonan las cubiertas del Ford Ka conducido por Castro, razón por la cual comienza a dar tumbos sobre sí mismo –vuelta de tonel-, despidiendo a quienes se trasladaba en el asiento trasero, sin cinturón de seguridad, al abrirse el portòn posterior, quedando finalmente el vehículo Ford Ka, a unos 7,30 metros del lugar de la colisiòn y el Polo a unos 34,30 metros. Ambos en la hondonada citada. Como consecuencia de dicha maniobra se produjo el deceso de Enzo Panizza, Manuela Gorriti y Leticia Andrés Buffa determinándose como causa eficiente de la muerte traumatismo craneoencefálico en el primero y politraumatismo en las dos últimas; en tanto que Juan Manuel Palacios Sosa resultó con fractura de antebrazo derecho, María Florencia Córdoba con politraumatismo y fractura de radio derecha y Anabel Pico con fractura parietemporal derecha, fractura de sacro, hemoneumotórax derecho, hematoma frontoparietal izquierdo y fractura frontotempoparietal izquierda, lesiones todas de carácter grave, motivo por el cual se le asignaron a cada uno de ellos 60 días de curación e inhabilitación para el trabajo”; todo ello, con los alcances del requisito estructural de la sentencia, previsto por el Art. 408 inc. 3º del C.P.P.
Como se advertirá, el suceso fijado en el párrafo precedente, presenta algunas
modificaciones, con respecto al relato contenido en la acusación, específicamente en lo atinente al lugar del siniestro y el sentido de circulación de ambos vehículos, dado que en la acusación se consigna en sentido “este-oeste, a unos 20 metros en la zona del Bº Privado “Causana”, cuando estos circulaban en dirección este-oeste, a unos 20 metros en la zona del casco de la Estancia“Causana”, a lo que cabe agregar que también se ha variado la dinámica del accidente (con la argumentación “ut supra” brindada a la que me remito en honor a la brevedad). En efecto, en lo atinente a la divergencia apuntada con respecto al sentido de circulación de los rodados, no consituye una diferencia sustancial, la cual por otra parte ha sido corregida por el Sr. Fiscal Cámara al emitir sus conclusiones; en lo concerniente al sitio donde se produjo la colisión, considero que habiéndose efectuado la inspección judicial en el lugar del hecho, con la presencia de todas las partes –incluído el imputado Castro- las mismas han tomado conocimiento efectivo del lugar del suceso. Finalmente, estimo que la variación de la dinámica del accidente, ha sido fundamental para descartar el dolo eventual, lo cual ha operado a favor del imputado Castro y por otra costado, ha sido adoptado y consentido por las partes Querellantes, dado que han estimado acreditado el suceso como se relata en el párrafo precedente, ya sea por adhesión al alegato del Sr. Fiscal de Cámara, o con argumentación propia, por lo que estimo que con dicha variación tampoco se ha vulnerado garantía constitucional alguna.-
Doy de esta forma respuesta a este primer interrogante propuesto. Así voto.A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA EL SR. VOCAL CARLOS
RUIZ DIJO: Tal como ha quedado fijado el hecho, corresponde subsumir la conducta desplegada por el encartado Matías Daniel Castro como configurativa de los delitos de Homicidio Culposo Agravado -tres resultados- y Lesiones Culposas -tres resultados-, todo en concurso Ideal, a tenor de lo normado por los arts. 45 y 84, 1º y 2º párrafo, 94 párr 2do y 54 del C. Penal, en perjuicio de Enzo Paniza, Manuela Gorriti, Leticia Buffa, Anabel Picco, Florencia Córdoba y Juan Manuel Palacios. Ello así habida cuenta que el nombrado se condujo por la Autopista Justiniano Allende Posse en dirección hacia la ciudad de Córdoba, de manera imprudentemente, a una velocidad superior a los 130 Km/hora, lo que sumado a que negligentemente lo hacía en estado de embriaguez y con su vehículo ecxesivamente cargado dado la cantidad de personas que se trasladaban en el rodado (siete) que le dificultaba manejar con comodidad, a lo que cabe agregar su impericia, dado su escasa experiencia conductiva e inobservancia de los arts. 13,37, 38,39,40,41,41 bis, 43, 48,50, 80 inc.1º, 83, 84 incs.18,21 y 23 de la Ley Prov. de Tránsito 8560 s/Ley 9169, toda vez que el mismo se conducía con su vehículo excesivamente cargado, a una velocidad superior a los 130 Km/h, lo que provocó, que a unos cuatrocientos métros antes de llegar al km 22 de la Autopista aludida, realiza una maniobra extrema de giro hacia su derecha y frenado enérgico/simultáneo, lo que provocó que el vehículo bloqueó sus neumáticos y adopte una posición prácticamente transversal a su sentido de avance en forma progresiva, dirigiéndose hacia el carril sur de la vía impactando con su frente angular derecho al sector delantero del lateral izquierdo del VW Polo y lo arrastra, por la banquina derecha, hacia la hondonada ubicada entre la Autopista y la colectora sur, lo que produjo el deceso de Enzo Panizza,
Manuela Gorriti y Leticia Andrés Buffa y las lesiones graves a Juan Manuel Palacios Sosa, María Florencia Córdoba y Anabel Picco, motivo por el cual se les asignaron a cada uno de ellos 60 días de curación e inhabilitación para el trabajo”
Consecuentemente, corresponde desestimar el engarce legal propugnado por los Acusadores, quienes consideraron que la conducta desarrollada por el traído a proceso debía encuadrarse en las figuras típicas de Homicidio Simple con dolo eventual (tres resultados) y lesiones graves (tres resultados) todo en concurso real, conforme lo normado en los arts. 45, 79, 91 y 55 del C.P, toda vez que a criterio del Suscripto, no se encuentra acreditado con el grado de certeza requerido, que el encartado Castro haya adoptando una actitud de indiferencia y de menosprecio hacia los resultados del presente suceso.-
En efecto, dicha circunstancia subjetiva debe ser acreditada a partir de la conducta desarrollada por el agente que forma parte de la imputación. El exámen, entonces, se reconduce hacia el valor que tienen las acciones en el plano objetivo, el cúal debe ser merituado conforme al principio de Libertad probatoria (conf. T.S.J., Sala Penal, S. n° 330, 16/12/2009, “RAMÍREZ, Felipe Francisco p.s.a. Homicidio -Recurso de Revisión-”) y a las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia común.-
Realizado un minucioso análisis del “inter criminis” y de los elementos probatorios vinculados al mismo, estimo que no se advierte en el comportamiento de Castro la presencia de dolo eventual, tal como lo trae el documento acusatorio.-
Previamente, a los fines de confrontar la afirmación antes transcripta, con las conclusiones del Ministerio Público y las partes Querellantes, considero indispensable, resaltar lo expresado por las mismas en lo atinente al momento en que se ha manifestado objetivamente el dolo eventual, resulta evidente que dicha temática reviste complejidad, lo que se encuentra reflejado en las diversos, divergentes y contradictorios argumentos brindados por las partes en relación a esta cuestión.-
En efecto, el Sr. Fiscal de Cámara al formular su alegato ha sostenido: luego de afirmar que no es necesario que ese tipo de dolo se manifieste en todo el transcurso de la acción, que el punto de inflexión (manifestación de desprecio por el resultado) se ha producido en el local nocturno denominado “La Estación” en donde Castro luego de ingerir bebidas alcohólicas se niega en dos oportunidades a ceder la conducción del vehículo, considerando que el accionar previo constituyen violaciones antirreglamentarias.-
Los Querellantes, parecen adoptar una postura mas amplia que la asumida por el Acusador Público, al sostener que existen por lo menos tres oportunidades en donde el encartado Castro se debió representar la realización del tipo, inicialmente cuando se conducía hacia el local nocturno ingiriendo bebidas alcohólicas; posteriormente cuando le manifiestan que no se encontraba en condiciones de manejar y finalmente, al regresar conduciendo alcoholizado a exceso de velocidad, por su parte. También aluden, en una tesitura, mas amplia que la anterior, que “a partir de esa circunstancia, al obtener un carnet como lo hizo, sin saber conducir, comienza a denotar su desprecio”, el cual se intensifica cuando no accede a que su amigo conduzca y alcanza su máximo nivel cuando le gritan “para, para” y no lo hace.
Finalmente, encontramos una tercera posición, que trasciende el ámbito de lo penal, dado que invocando el art. 512 del Código Civil, enmarca el dolo eventual en la premisa de que: “para que haya culpa no debe haber malicia o falta de buena de fe” sosteniendo que la “mala fe”, se manifiesta en Castro: al obtener el carnet de habilitación para conducir sin rendir examen, también, cuando conduce en el trayecto de ida ingiriendo bebidas alcohólicas y escondiendo las pertinentes botellas al pasar por la cabina de peaje, preordenando su embriaguez, cuando continúa bebiendo en el estacionamiento y dentro del boliche, posteriormente monopolizando el control del vehículo, la conducción peligrosa en el trayecto de retorno desde la salida misma, cuando imprime velocidad excesiva en la autopista zigzagueando, presionando vehículos y conducción temeraria, la omisión de disminuir la marcha ante el grito que pare, actuando allí con dolo criminal.-
Continuando con el desarrollo de esta temática (manifestación o no de dolo eventual y oportunidad en que éste debe estar presente), cabe señalar que “existe unidad de criterio acerca de que el dolo tiene que estar dado al tiempo del hecho y de que ni el dolus antecedens ni el dolus subsequens fundamentan un delito doloso” (PUPPE, Ingeborg, “La distinción entre dolo e imprudencia “, traducción de Marcelo A. Sancinetti, 1° edición, Hammurabi, Buenos Aires, 2010, P. 132).
En igual sentido Ricardo Nuñez, en su “Tratado de derecho penal” tomo II, pag. 66 expresa: “No hay dolo antecedens ni dolo subsequens. El dolo debe existir al momento del hecho...ese momento es el de la conducta del causante. Por consiguiente, si se trata de un delito de resultado producido con solución de continuidad temporal, el dolo debe existir en el momento de la conducta...No se puede imputar a título de dolo: a) las materialidades anteriores al momento de surgir el dolo...b) las materialidades ulteriores al dolo...”.-
Los autores que ubican el dolo en la culpabilidad son contestes al decir que “es necesario que el dolo subsista al momento del hecho y perdure durante todo el tiempo en que la conducta se encuentra bajo el poder de señorío del agente, de manera que, para que exista configuración del dolo, la voluntad debe abarcar la conducta típica hasta el último acto” (conf. Fiandaca, Giovanni /Musco, Enzo, Derecho Penal –Parte General-, traducción de la 4ta. Edición Italiana por Luis Fernando Niño, Editoria Temis S.A., Bogotá Colombia, 2006, p. 357).
De lo señalado, se advierte con meridiana claridad, que cualquiera sea la teoría del dolo de la que se participe, todas coinciden en que la actitud de indiferencia, de menosprecio por el resultado, debe indefectiblemente encontrarse presente en el momento del hecho, y en el caso que nos ocupa, en el trayecto de regreso de los ocupantes del Ford ka a nuestra Ciudad, comprendido desde el paredón del dique San Roque hasta que recobran su conocimiento en el Hospital de Urgencia, los testigos sobrevivientes que se trasladaban en el vehículo que conducía Castro, por diversos motivos –estado de ebriedad o estrés postraumático- refirieron enfáticamente “no recordar nada” –salvo Florencia Córdoba, quien recuerda algunos gritos y la expresión “para”-, por lo que el Tribunal y las partes nos vimos imposibilitados de analizar las circunstancias vividas dentro del habitáculo vehicular, razón por la cual cobra
gran preponderancia probatoria la pericia mecánica –ya valorada- en la que no hubo discordancias sustanciales (salvo la velocidad, en ambos casos superiores a los 130 km/hora permitidos por la norma) entre los peritos oficiales y de control que se practicara en base a elementos objetivos obrantes en la investigación (esto es huellas de frenadas, rastros de trayectorias, marcas de impacto, tanto en la calzada cuanto en la banquina, rastros de pintura en ambos vehículos, destalonamieto de cubiertas, posición final de los rodados, etc) y que fueran expuestas visualmente tanto en la reconstrucción virtual al momento de la deposición de los especialistas, cuanto en el alegato del Sr. Fiscal de Cámara han dilucidando una dinámica distinta a la considerada por el Fiscal Instructor y la Excma. Cámara de Acusación, toda vez que la misma da cuenta a) despiste hacia el cantero central de la autopista Justiniano Allende Posse, b) maniobra extrema para retomar la carpeta asfáltica y c) frenado y bloqueo de cubiertas previo al impacto –en la parte lateral izquierda- con el vehículo que se conducía por el carril derecho (en contraposición con impacto directo sin frenado previo), denotando una conducta activa por parte de Castro, en procura de evitar la colisión con el automóvil marca VW Polo color verde, dominio BTS-033, conducido por Jesús Ramírez.-
En relación a esta cuestión “procurar evitar el impacto mediante frenado previo” la Cámara Nacional de Casación Penal, sala III en autos “Cabello, Sebastián /recurso de casación” -02/09/2005- sostuvo “...no resulta per se determinante de la existencia del dolo eventual, pues debe demostrarse que el autor fue consciente del riesgo, lo asumió y no tuvo una verdadera renuncia en la evitación del resultado...No parece sencillo descartar esa confianza en la evitación del resultado cuando no está del todo claro que el imputado haya visto el auto de la víctima y además está probado que intentó frenar antes de la embestida. (cfr. Donna, Edgardo Alberto y De la Fuente, Javier Esteban "Prevención, culpabilidad la idea objetiva del dolo. El dolo eventual y su diferencia con la imprudencia consciente”)
Finalmente, corresponde valorar lo que a mi criterio resulta de mayor preponderancia para descartar el dolo eventual, y esto es, que “el encartado Matías Castro se encontraba a bordo de unos de los vehículos siniestrados”, numerosa y calificada resulta la jurisprudencia que ha valorado esta cuestión en abono a mi posición, entre las cuales destaco también, lo expresado por la Cámara Nacional de Casación Penal, sala III en los ya aludidos autos “Cabello, Sebastián /recurso de casación” -02/09/2005- en el que manifiesta: “En nuestro parecer, el imputado actuó en el episodio que nos ocupa, con un alto grado de imprudencia, con extrema inobservancia de las normas que debía cumplir al mando de un rodado, pero descartamos que haya habido de su parte intención de dañarse a si mismo o a terceros. Es que no se advierte en qué elemento acreditativo han fincado los jueces su convencimiento acerca de que Cabello al conducir su automóvil de la manera en que lo hiciera había previamente conocido y aceptado que iba a embestir a otro rodado, provocando la muerte de seres humanos y lograr salir él indemne del episodio. Es que estos extremos deben ser probados para poder afirmar con certeza la existencia del dolo”.-
A la misma conclusión arriba el Tribunal citado en la causa “Chabán, Omar
Emir y Otros s/recurso de casación N° 11684”, mas conocida como “República de Cromañon” la cual reza: “El caso se ajusta perfectamente al ejemplo traído por Roxin ...al decir que “La diferencia radica sin embargo en que...en tal situación y pese a su conciencia del riesgo, confía en poder evitar el resultado mediante su habilidad..., pues de lo contrario desistiría de su actuación, porque él mismo será la primera víctima de su conducta””Con sólo recordar que Chabán, Argañaraz y Villarreal y los demás integrantes del grupo “Callejeros” estaban presentes en el lugar, queda descartado de plano un quehacer doloso. De lo contrario ellos mismos hubieran sido las primeras víctimas”.-
En igual sentido, se ha expedido la Excma. Cámara Segunda del Crimen –con competencia como Cámara de Acusación- en los autos “Cáceres, Carlos Raúl Iván –Kochmann, Cristián Tomás p.ss.aa de Homicidio Simple Reiterado y Lesiones Leves reiteradas” en los cuales se expresa: “Lo que en cambio no es dable afirmar a esta altura del proceso, en función del espectro probatorio colectado, es que no obstante esa representación los encartados hayan decidido seguir adelante, continuar en su accionar, adoptando una actitud de indiferencia, de menosprecio por dicho resultado. Ello porque se habría tratado, de haber sido así, de una actitud prácticamente suicida o de una temeridad rayana en la autoeliminación, a poco que se repare en que los imputados iban a bordo de la embarcación, de donde mal podría pensarse que podían ser indiferentes ante la representación de un resultado letal que comprometiera sus propias vidas. Es evidente que las más elementales reglas de la lógica, la psicología y la experiencia indican lo contrario. Podrán ser considerados sumamente negligentes, imprudentes y faltos de pericia, pero aun así no caben dudas de que, de haberse representado tan graves consecuencias, tuvieron la convicción de que dichos resultados no se producirían, no acaecerían, que saldrían airosos de cualquier contingencia que pudiera presentarse. De no haber sido así, no hubieran ingresado esa fatídica tarde a las aguas del lago, salvo que padecieran alguna suerte de alteración o desequilibrio mental, de lo que no hay evidencia alguna en la causa. El mero instinto de conservación, de preservación de la propia vida, se opondría a esa suerte de temeridad o arrojo demencial. Debe en consecuencia modificarse la calificación legal dada a la conducta de los imputados, por la de co-autores de homicidio culposo”.-
La solución propugnada por la jurisprudencia antes transcripta, tiene absoluta aplicación en el presente suceso, si le agregamos que del análisis de la mecánica del accidente precedentemente efectuada, se descarta plenamente que Castro en el caso concreto, con su accionar, haya pretendido quitarse la vida, toda vez que el mismo al darse cuenta de su despiste en el cantero central, realiza una maniobra extrema para reencausar su vehículo, girando bruscamente hacia su derecha, a la vez que acciona el mecanismo de frenado, lo que motivo el bloqueo de sus cubiertas y la trayectoria hacia el carril sur de la arteria en que circulaba, perdiendo de tal modo el dominio del rodado para impactar primero involuntariamente con el Polo de Ramírez, e inmediatamente después por el destalonamiento de sus ruedas comenzar a dar vueltas sobre sí mismo con los resultados conocidos, a lo que se le debe agregar que el nombrado, antes de emprender el regreso, comenzó a ingerir agua, a los fines de recomponerse de su estado
de ebriedad, y luego, al iniciar la marcha, se colocó el pertinente cinturón de seguridad, todo lo cual es claramente indicativo de que quería preservar su integridad física.
Lo sostenido, encuentra correlato en los testimonios de sus terapeutas, los Drs. Pablo Aristimuño y Jorge Manuel Rocha (quienes brindaron asistencia psiquiátrica al encartado Castro) y que descartan de pleno que Castro presente una personalidad suicida.
Además, la pericia psiquiátrica glosada a fs. 345, expresa que el nombrado no revela al momento del exámen, índice de peligrosidad para sí, y si bien dicho dictámen no refleja la personalidad del encartado Castro al momento del hecho –sino poco después del mismo-, si lo analizamos conforme a la lógica, la psicología y la experiencia común, podemos inferir que si éste en la actualidad, luego de haber protagonizado un suceso tan traumático como el presente, no revela tendencia al suicidio, tampoco la presentaba antes o durante la comisión del hecho traído a estudio.-
Por otra parte, no advierto que la pericia psicológica efectuada a Castro (ver fs. 362/364) dé cuenta de que el mismo presente una tendencia suicida en la estructura de su personalidad, no pudiendo inferirse de la misma, del solo hecho de que Castro presente características inmaduras y establezca vínculos superficiales y de escaso compromiso, muestre además un escaso sentido de responsabilidad, tomando quizás las cosas con cierta superficialidad.
Cabe advertir que en la nueva calificación legal otorgada al presente suceso, el mismo presenta una unidad fáctica, un hecho naturalmente único -incompatible con el concurso real de delitos-, que constituye “formal o idealmente más de un delito porque cae bajo más de una sanción penal, es decir, bajo más de una sanción represiva...”. (confrontar “T.S.J., Sala Penal, Sent. n° 342, 20/12/07, “ARIAS Diego Ariel p.s.a. Homicidio -Recurso de Casación-”).
En efecto, la conducta atribuída a Matías Daniel Castro, denota un hecho único que vulnera mas de una norma penal, en virtud de lo cual los tipos comprendidos en los arts. 84 y 94 del C.P deberán concursarse Idealmente conforme a lo establecido por el art. 54 ibid. En relación a esta cuestión la Sala III de la Cámara Nacional y Correccional, en autos Franco E. (13/08/1985) sostuvo: “en el caso de que el homicidio culposo y las lesiones culposas constituyan un hecho único ambas figuras delictivas no concurren en forma real. La circunstancia de que el resultado acaecido signifique daño físico, en distintas intensidades, a más de una persona, no implica la existencia de pluralidad de hechos, sino una unidad de hecho que debe ser encuadrada en distintos tipos legales, lo que constituye concurso ideal, previsto en el art. 54 del C. Penal”.-
Por esta razón, estimo que no es de aplicación lo normado por los arts. 79 y 55 del C.P., como postulara la Representante del Ministerio Público Fiscal. Dejo contestado este segundo interrogante propuesto. Así voto.
A LA TERCERA CUESTION PLANTEADA, EL SR. VOCAL, DR. CARLOS ARTURO RUIZ, DIJO: Como lo tiene dicho este Tribunal -en autos “Barraza, Oscar Antonio y Otros p.ss.aa Robo Calificado”. – Sentencia nro. 5 del 29/03/2011.- En esta cuestión se toca la relación entre delito y su consecuencia jurídica, la pena, lo cual ha sido desde siempre una preocupación para la comunidad, pues el concepto social imperante es el de la pena como castigo, para reintegrar el orden
jurídico afectado. Sin embargo, en virtud de la Constitución Nacional y de los Tratados internacionales que la integran, la finalidad (de prevención especial) de la pena, en nuestro sistema, es la reforma y readaptación social de los condenados (arts. 75 inc.22 C.N. y 5 inc.. 6 de la C. A. D. H.), debiendo tener lugar su cumplimiento en cárceles sanas y limpias para seguridad y "no para castigo" (art. 18 C.N..). La Pena, que aparece como un mal consistente en la pérdida de bienes para el penado, por haber violado su deber de no cometer un delito, debe ser individualizada en el caso concreto. Esta tarea de la individualización de la pena es quizás la más ardua y la que más dificultades y dudas plantea a los jueces, porque en realidad no se trata de cuantificar la cantidad de bienes jurídicos de los que hay que privar al penado, sino de establecer cuál será el tratamiento resocializador al que debe sometérselo, a la vez que la medida de la privación que deberá soportar. Zaffaroni en su obra “Tratado de derecho Penal”, T. V, p. 270, señala que este es el campo más arbitrario en el ámbito de la práctica tribunalicia y por consiguiente, fuente tremenda de inseguridad jurídica y así como hay periodos “duros” y “blandos”, también hay Tribunales y jueces “duros” y “blandos”. Este fenómeno suele ser general, y para evitar arbitrariedades y resguardar no solo el interés social, sino también los derechos humanos del individuo, las leyes se han ocupado de establecer ciertas pautas objetivas y subjetivas a las que debe adecuarse el juzgador. El Código Penal Argentino ha optado por un sistema de penas elásticas, o relativamente indeterminadas, fijando un mínimo y un máximo, permitiendo al Tribunal optar entre distintas penas. Sin perder de vista que nuestro sistema de enjuiciamiento responde a un Derecho Penal de acto (Maier, D.P.P., p. 377), esto es de culpabilidad por lo que se hizo, conforme a los parámetros objetivos y subjetivos que ha establecido el legislador en los arts. 40 y 41 del C. Penal, “no puede haber culpabilidad sin reproche personal e individualizado”. Habrá que tener en cuenta especialmente, para graduar la sanción del acusado, la escala penal con que se encuentra conminado en abstracto los delitos cometidos. Es en el marco de estas consideraciones donde se deberán adecuar las pautas mensurativas de la pena. En tal sentido, y teniendo en cuenta la naturaleza de la acción y el particular modo de ejecución del delito en concreto, develadora de la personalidad del imputado, dificulta encontrar lo favorable en las calidades del autor; solamente rescato, su juventud y su condición de primario. Sin embargo, se debe aditar también como favorable la especial circunstancia de ingesta de alcohol, que si bien no existe certeza el grado de la misma -por imposibilidad de realizar la tarea técnica pertinente al ser un paciente politransfundido-, se probó en debate no sólo tal extremo sino, también, que esa embriaguez no le creó un estado que importe una exclusión de su imputabilidad. Su existencia, atenúa la autodeterminación y debe operar como disminuyente del reproche punitivo -T.Casación Penal Penal, Bs.As., sala 1º- 09/12/2004, Sandoval, Claudio H.-.
Como pautas desfavorables, pondero su educación y el medio socio-cultural en que se desarrolló. Integrante de una familia con cultura laboral -madre docente- que le brindó contención y le permitió superar con creces el estándar básico de sus necesidades, incluso, con acceso a estudios Universitarios -cursaba el 3er año de la carrera de odontología-. Ante ello, llama negativamente la atención el disvalioso uso que hizo de tan calificada instrucción, como lo demuestra las secuenciales transgresiones que
realizó desde que su madre le adquiriera el Ford Ka -un mes antes del hecho-. Sabía que su deficiencia técnica-conductiva en el manejo de automotores, le impediría aprobar el exámen previo al otorgamiento de la licencia para conducir; por ello, no trepidó en dirigirse a un municipio ajeno al de su domicilio -Cba.-, conociendo que, sin más que un trámite administrativo se lo otorgarían. Su desapego a lo legal es una constante en su actuar, lo demuestran las conductas previas al viaje hacia el lugar de esparcimiento elegido; ronda por estaciones de servicio conocidas que le permitiera cargar GNC, pese a tener la oblea de seguridad vencida; compra de abundante bebidas alcohólicas en lugares no habilitados por el horario; transporta las bebidas en su rodado; bebe parte de ellas mientras conducía. Después del hecho, su indiferencia a las víctimas sobrevivientes del accidente fue llamativa, nunca se interesó por sus estados ni ofreció compensar de alguna manera el daño causado -sabiendo que su rodado no estaba asegurado-; por el contrario una de ellas -Picco- hasta fué agredida verbalmente por un grupo de jóvenes entre los que se encontraba el acusado, por haber declarado de la manera que lo hizo. Todo ello, nos habla de las características sicopáticas de su personalidad, que le impiden ser abordado por culpa, y lo justifica en sus conductas transgresoras. Que determina, a su vez, otra pauta disvaliosa, pues no es alejado expresar que el hecho es una consecuencia de estas riesgosa desocialización que internalizó como cultura para su vida. Bastas remarcar las circunstancias de su actuación previas al hecho, para sacar a luz el peligro social causado con su conducta que, además del daño causado a los bienes jurídicos señalados, también colocó en real situación de riesgo a todo automovilista que se cruzara en su trayecto, como lo describiera el matrimonio integrado por Carolina Olmos y Pablo Andrés Molla, que el accionar era de tan alto riesgo que motivo su comunicación al 101, por que el accidente era inminente; y así sucedió. Se evidencia un empecinamiento en superar obstáculos para la realización de transgresiones, indicativo de una peligrosidad delictiva que debe ser cercenada con un tratamiento que le permita adquirir plena capacidad de comprender y respetar la ley, procurando su reinserción social -art. 1 ley 24660; art. 10 PIDDCCyPP, art. 75 inc. 22 C. Nac.-
Considero también que debe evaluarse negativamente la extensión del daño causado que, en el caso, es de tal envergadura, que destruyó definitivamente tres proyectos de vida y las colaterales consecuencias permanentes para cada una de las familias a la que pertenecían. De igual modo afectó a los que sufrieron severas lesiones, pues la proyección de sus vidas personales, familiares y sociales después del hecho, indudablemente no será lo mismo. Por ello, entiendo, que la afectación de los bienes jurídicos protegidos vulnerados y el perjuicio causado por el actuar ilícito del acusado es notoriamente grave y deben ser valorados de esta manera. Por lo que estimo justo imponerle para su tratamiento penitenciario la pena de cuatro años y diez meses de prisión, adicionales de ley y costas (Arts. 9, 12, 40, 41 del Cód. Penal y 550/551 del C.P.P.).-
Respecto a la pena de inhabilitación y en relación a que la causante del daño fue precisamente la conducción de vehículo automotor, resulta lógico que la misma debe recaer en esa actividad; mas, teniendo en cuenta la ausencia de calidades técnicas del acusado en la conducción de rodados y la predisposición a la infracciones de todo tipo,
y específicamente las normas de tránsito, estimo justo imponerle la pena de ocho años de inhabilitación especial para conducir todo tipo de vehículos automotores; debiendo retirársele la licencia para conducir, y oficiar a los organismos pertinentes, a sus efectos -arts 510 CPP-. Atento a la pena efectiva impuesta, y en relación al encierro cautelar en tanto la sentencia no esté firme; al respecto La Sala Penal del T.S.J., en numerosos pronunciamientos ha configurado una doctrina judicial sin variante y consolidada al respecto; remarcando, no sólo que en la sentencia de condena existe un mérito convictivo superior al de prisión preventiva, sino también ha destacado, desde la perspectiva del peligro procesal, que el encierro cautelar es necesario por la importancia que adquiere luego de la sentencia la preponderancia del interés social en el riesgo, respecto del cumplimiento de las misma, si quedase firme -Esteban, AI 301, 27/10/1998; Boasso, AI 423, 09/12/2004; Caro, AI 210, 26/12/2006; Bustamante, AI 344; 21/12/2007; Fahotto, S 365; 28/12/2007; Buffa, S.37; 14/03/2008; Santillán, S 196, 07/08/2008; Rosales, S 165, 29/06/2009-.
En el caso, si bien el imputado compareció las veces que el Tribunal le requirió, no es lo mismo en su siquis conocer que existen méritos suficientes para sostener como probable su participación punible en el hecho que se le atribuye, ni aún que el Fiscal de la Cámara le haya pedido condena después del juicio, a que un Tribunal de Juicio haya arribado a la certeza sobre su responsabilidad y le imponga una pena que inexorablemente deberá cumplir en un establecimiento carcelario. Ello, constituye un peligro que debe ser neutralizado de manera eficaz, por lo que a título de cautelar se justifica la privación de la libertad luego que se arribara a la condena, ya que la sentencia que lo dispone supera holgadamente los requisitos normativos exigidos para la medida de coerción por la ley de rito. En consecuencia, corresponde aplicar lo dispuesto por el art. 281 inc. 1º del CPP., en la que el legislador ha presumido iuris tantum la peligrosidad procesal. Señala el Alto Cuerpo, que por tener esa condición, la presunción admite prueba en contrario. Ello supone que puedan concurrir circunstancias específicas que enerven la sospecha del caso concreto, como ocurre cuando se presentan condiciones distintas del común denominador de las personas imputadas por un delito, que por sí resulten suficientes para desactivar la presunción legal -TSJ, Sala Penal, Santucho, S 54, 14/06/2004; Montero, S 01, 14/02/2004; Navarrete, S 114, 18/10/2005; Spizzo, S 66, 07/07/2006, Alvarez, S 140, 28/06/2007; Nievas, S 194, 04/08/2008-. Si se acepta, conforme calificada doctrina, que peligro procesal es el riesgo que la libertad del imputado pueda entrañar par los fines del proceso seguido en su contra, como es su posible afectación de los objetivos, que en lo aquí atañe, de la actuación de ley penal sustantiva impidiendo el cumplimiento de la pena impuesta al sustraerse de la autoridad -Cfr. Caferatta Nores, José I. Y Tarditti, Aída, Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba comentado, T.1. p 649-, podemos concluir que la excepcionalidad requerida no se verifica, y en consecuencia no existe razón legal para apartarse del esquema normativo fijado. Por ello, corresponde ordenar el encierro cautelar de Castro -art. 281 inc.1 del CPP-, y cancelar la caución real por la suma de treinta mil pesos ($ 30.000) impuesta en ocasión de recuperar su libertad durante la investigación penal preparatoria. Así voto.
Por todo lo expuesto y disposiciones legales citadas, el Tribunal RESUELVE:
I. Declarar a Matías Daniel Castro, de condiciones personales ya relacionadas, autor responsable del delito de Homicidio Culposo Agravado (tres resultados) y Lesiones Culposas Agravadas (tres resultados), todo en Concurso Ideal, en los términos de los arts. 45 y 84 - primero y segundo párrafo, 94 y 54 del Código Penal e imponerle para su tratamiento penitenciario la pena de cuatro años y diez meses de prisión, y la de ocho años de inhabilitación especial para conducir todo tipo de vehículos automotores, adicionales de ley y costas y en consecuencia, ordenar su inmediata detención (art. 281 inc.1º C.P.P.) en el Establecimiento Carcelario nº Uno del Servicio Penitenciario, haciéndolo efectivo desde la sede del Tribunal, a la orden y disposición de este Tribunal, oficiando a sus efectos. (arts. 9, 12, 20, 29 inc.3º, 40, 41 del C. Penal; 550 y 551 del C.P.P.). PROTOCOLICESE. HAGASE SABER