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Septiembre 2016 • FOJAS CERO Nº 271 • 1 Tirada de esta edición: 6.000 ejemplares ISSN 0327-8824 DNDA Nº 070.636 Año 24 Nº 271 • Septiembre 2016 Directora Dra. Silvia B. Dopazo Producción Gráfica Mariana Farías Dopazo Corrección Hernán Farías Dopazo Editora Silvia B. Dopazo Impreso en: IRAP Servicios Gráficos, Rosales 4288, San Martín. FOJAS CERO es una pu- blicación de Silvia B. Dopazo. Roma 1429 B1650KJG San Martín, Argentina. Tel. 4753- 4698, [email protected], www.fojas0.com EN ESTE NÚMERO: RREO ENTINO Nº 44 (B) FRANQUEO PAGADO Régimen de accidentes y enfermedades del trabajo Rafecas No, Rafecas Sí Dialoguitos en el foro DISTRIBUCIÓN GRATUITA (Continúa en la página 2) En noviembre cumplimos 25 años y para festejarlo nos renovamos totalmente. Podés acceder a nuestra Web: www.fojas0.com desde tu computadora, tu tablet o tu celular. Además podés recibir todas novedades suscribiéndote gratuitamente a nuestro Boletín Electrónico en la sección Contacto de nuestra web o enviando un mail a [email protected] Seguinos también nuestro Facebook: buscanos como Fojas Cero, poné Me Gusta y habilitá la opción Notificaciones - Activadas para recibir todas nuestras Noticias. ¡Inauguración! La Corte falló sobre las tarifas eléctricas en la Provincia de Buenos Aires Si no representa, no sirve El pasado 6 de septiembre, la Corte Suprema rechazó la medida cau- telar que ponía freno al aumento en la tarifa de energía eléctrica en la Provincia de Buenos Aires. Si bien el fallo no avala los aumentos, estos quedan habilitados, pero por “cuestiones procesales”. Qué votó En contraposición a lo determinado por la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, el máximo tribu- nal dictaminó por unanimidad por no avalar el fallo de la Sala II de la Cámara Federal de La Plata que había frenado los aumentos. A diferencia de lo hecho en relación al aumento en las tarifas de Gas, en este caso el máximo tribunal se centró en la legitimidad de los denunciantes para presentarse como representantes de todos los usuarios en una acción colec- tiva. Así, la Corte no se pronunció sobre los aumentos, sino en el procedimiento y la potestad de quienes se presentaron ante la Justicia. Los argumentos Ante la presentación de un grupo de Diputados de la Provincia de Buenos Ai- res, el Secretario General de la Defensoría del Pueblo y el Partido Justicialista de la misma provincia, la Corte afirmó que carecen de legitimación para actuar como representantes de todos los usuarios del servicio de energía eléctrica en la provin- cia. Según esta definición, sólo serían representantes del pueblo en el marco de la Legislatura provincial y no pueden hacerlo extensible a otros ámbitos. Sobre la presentación del Club Social y Deportivo 12 de Octubre, el máximo tribunal reenvió las actuaciones al juez de primera instancia para que verifique si representa alguna categoría determinada de clubes de barrio. Por otro lado, la Corte también re- chazó intervenir en la causa “Fernández, Francisco Manuel y otros”, enviada por la jueza Martina Fons, del Juzgado Federal en lo Civil y Comercial y Conten- cioso Administrativo Nº2 de San Martín. Los Magistrados dispusieron la devo- lución del expediente a la magistrada y le solicitó que “verifique la subsistencia

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Septiembre 2016 • FOJAS CERO Nº 271 • 1

Tirada de esta edición: 6.000 ejemplares

ISSN 0327-8824

DNDA Nº 070.636

Año 24 Nº 271 • Septiembre 2016DirectoraDra. Silvia B. DopazoProducción GráficaMariana Farías DopazoCorrecciónHernán Farías DopazoEditoraSilvia B. DopazoImpreso en: IRAP Servicios Gráficos, Rosales 4288, San Martín.FOJAS CERO es una pu -blica ción de Silvia B. Dopazo. Roma 1429 B1650KJG San Martín, Argentina. Tel. 4753-4698, [email protected], www.fojas0.com

En EstE númEro:CORREOARGENTINO

Suc. Nº 44 (B)

FRAN

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ADO

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TA Nº 7172

Régimen de accidentes y

enfermedades del trabajo

•Rafecas No,Rafecas Sí

•Dialoguitos en el foro

DISTRIBUCIÓN GRATUITA

(Continúa en la página 2)

En noviembre cumplimos 25 años y para festejarlo nos renovamos totalmente.Podés acceder a nuestra Web:

www.fojas0.comdesde tu computadora, tu tablet o tu celular.Además podés recibir todas novedades suscribiéndote gratuitamente a nuestro Boletín Electrónico en la sección Contacto de nuestra web o enviando un mail a

[email protected] también nuestro Facebook: buscanos como Fojas Cero, poné Me Gusta y habilitá la opción Notificaciones - Activadas para recibir todas nuestras Noticias.

¡Inauguración!

La Corte falló sobre las tarifas eléctricas en la Provincia de Buenos Aires

Si no representa, no sirveEl pasado 6 de septiembre, la Corte Suprema rechazó la medida cau-telar que ponía freno al aumento en la tarifa de energía eléctrica en la Provincia de Buenos Aires. Si bien el fallo no avala los aumentos, estos quedan habilitados, pero por “cuestiones procesales”.

Qué votóEn contraposición a lo determinado

por la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, el máximo tribu-nal dictaminó por unanimidad por no avalar el fallo de la Sala II de la Cámara Federal de La Plata que había frenado los aumentos.

A diferencia de lo hecho en relación al aumento en las tarifas de Gas, en este caso el máximo tribunal se centró en la legitimidad de los denunciantes para presentarse como representantes de todos los usuarios en una acción colec-tiva. Así, la Corte no se pronunció sobre los aumentos, sino en el procedimiento

y la potestad de quienes se presentaron ante la Justicia.

Los argumentosAnte la presentación de un grupo de

Diputados de la Provincia de Buenos Ai-res, el Secretario General de la Defensoría del Pueblo y el Partido Justicialista de la misma provincia, la Corte afirmó que carecen de legitimación para actuar como representantes de todos los usuarios del servicio de energía eléctrica en la provin-cia. Según esta definición, sólo serían representantes del pueblo en el marco de la Legislatura provincial y no pueden hacerlo extensible a otros ámbitos.

Sobre la presentación del Club Social y Deportivo 12 de Octubre, el máximo tribunal reenvió las actuaciones al juez de primera instancia para que verifique si representa alguna categoría determinada de clubes de barrio.

Por otro lado, la Corte también re-chazó intervenir en la causa “Fernández, Francisco Manuel y otros”, enviada por la jueza Martina Fons, del Juzgado Federal en lo Civil y Comercial y Conten-cioso Administrativo Nº2 de San Martín. Los Magistrados dispusieron la devo-lución del expediente a la magistrada y le solicitó que “verifique la subsistencia

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Cambios en…(Viene de página 1)

de los presupuestos que habilitan su intervención en el proceso y, en su caso, adopte las decisiones que correspondan con arreglo al estado de la causa”.

OpinionesSegún retoma el portal infonews.

com, el especialista en Derecho Público, Gustavo Arballo, analizó a través de las redes sociales: “Hay un concepto de ‘legitimación’, que implica que no puede demandar ‘cualquiera’, sino un afectado. La Corte revisa eso cuidadosamente. Lo cual está bien, porque el Poder Judicial está para resolver conflictos entre partes, no para emitir fallos a pedido de cualquiera”. Sin embargo, el especialista remarca que un Defensor del Pueblo sí puede invocar un interés colectivo, tal

como sucedió con tal organismo de la Provincia. “El problema es que la De-fensoría PBA está ‘acéfala’, sin titular, desde febrero de 2015, de modo que se presentó su Secretario General”, remar-có, para agregar que “la Corte dice que sólo el Defensor regularmente designado puede actuar en nombre del Pueblo, y por eso hace caer su legitimación.”

La Procuradora Gils Carbó había elaborado un dictamen (no vinculante) que aseguraba la legitimidad para “peti-cionar de forma provisoria” del diputado del Frente para la Victoria Walter Abarca, denunciante en la causa. Además, la Pro-curadora recordó el énfasis que al Corte hizo sobre la necesidad de Audiencas Públicas en su fallo sobre el aumento de la tarifa del Gas.

En este contexto, a mediados de agosto, la Jueza Federal de San Martín que había fallado contra el aumento de la

energía eléctrica en la Provincia, recibió reiteradas amenazas, una de ellas, una granada en la puerta de su casa.

Lo que para unos es un sinceramien-to, para otros es una fuerte transferencia de recursos. Veremos en los próximos meses si las cámaras empresarias de los sectores más perjudicados hacen nuevas presentaciones contra los au-mentos. Veremos, en ese caso, cómo falla nuestro Poder Judicial.

Fuego cruzado por un Juez Federal

Rafecas No, Rafecas Sí“Destacadas personalidades” o “militantes”, según quien lo cuente y a quie-

nes se refiera, distintos grupos de referentes de la política, la Justicia, además de empresarios y periodistas se pronunciaron en contra primero unos, y favor luego los otros, del Juez Federal Daniel Rafecas.

Primero fue el turno de la solicitada publicada en los diarios Clarín y La Nación que solicitaban la “destitución” por la “manifiesta inconducta” que tuvo respecto a la denuncia presentada por el fiscal Alberto Nisman contra la entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en enero de 2015. Para los firmantes de la carta, la desestimación que el magistrado hizo de esa denuncia lo vincula con el “encubrimiento de los responsables” del atentado a la AMIA en julio de 1994. Para los impulsores de esta declaración, el encubrimiento constituye “otro delito de lesa humanidad”.

Entre los firmantes se destacan los juristas Gustavo Bossert, Alberto García

Lema, Beltrán Gamber, y Daniel Sabsay, entre otros; los empresarios Eduardo Elsztain (IRSA), Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural), Julio Saguier (La Nación), Elisa Carrió, Horacio Jaunarena, Marcelo Stubrin entre los políticos, y Marcelo Longobardi y Alfredo Leuco entre los periodistas.

Luego llegó la respuesta del denomi-nado Manifiesto Argentino, un “colectivo de ciudadanos/as que propone una alter-nativa al desastre nacional que se agrava día a día”, quienes afirman que la solicitada contra Rafecas es “una embestida contra todos los jueces y fiscales independientes que aún quedan en el degradado sistema judicial argentino”.

Mempo Giardinelli, uno de los impul-sores de la declaración, agregó que el magistrado acusado es “víctima de una maniobra impulsada por los medios domi-nantes y las corporaciones económicas”.

Además del escritor, firmaron el mani-fiesto Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora), Eugenio Zaffa-roni, Horacio Verbitsky, Dora Barrancos (Directora del Conicet), y los diputados Héctor Recalde (Frente para la Victoria), Felipe Solá y Alberto Fernández (Frente Renovador).

Por su parte, el mismo Dr. Rafecas se refirió a las acusaciones en diálogo radial con Reynaldo Sietecase (Guetap, Vorterix FM): “Es inaudito que se pretenda perseguir y pedir la remoción de un juez por el contenido de una sentencia que, además, estuvo sostenida en la ley y en la Constitución, y confirmada por la Cámara Federal; y ratificada en una tercera instan-cia, en Casación”. Sobre la acusación de inconducta en la acusación presentada por el fiscal Nisman, el magistrado resaltó que “hay un enorme desconocimiento del proceso judicial en la solicitada. Yo tengo que seguir reglas. Tenías tres días hábiles para decidir y me tomé siete por la com-plejidad del caso. No lo hice apurado.”

Fuentes: Infobae.com, Agencia Telam, Periodismo.com

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4 • FOJAS CERO Nº 271 • Septiembre 2016

Acerca de nuevas declaraciones sobre la reformas

Por el Dr. Horacio Schick

En nuestro número anterior marcábamos que el Derecho Laboral está en riesgo, producto de las reformas que el Gobierno Nacional proyecta para ese fuero, y algunos acuerdos ya alcanzados con empresas (Mc Donalds, por ejemplo). A continuación compartimos el Informe La-boral Nro. 52, producido por el Dr. Schick, quien analiza afirmaciones de altos funcionarios y aporta datos muy valiosos sobre las reformas previstas para el régimen de accidentes de trabajo.

En declaraciones al Diario Clarín de la fecha 10.09.2016 (página 38), el Vicejefe de Gabinete Nacional, Mario Quintana, ratifica la intención del PEN de reformar la LRT afirmando que el costo que están pagando las empleadoras asciende hasta el 20% de “su presupuesto en salarios para pagar los costos en seguros que les afrontar los accidentes laborales de sus empleados”. Afirmando que las ART tienen 370.000 juicios pendientes por un monto total de 5.000 millones de pesos. Afirma también el alto fun-cionario que: “Si no hacemos nada, esa esas compañías irán a la quiebra y el Gobierno tendrá que hacerse cargo de lidiar con esas pérdidas. Las aseguradoras están recargando esos costos a las empresas, y hoy, depende del rubro, hay algunas compañías que están pagando en ese ítem entre el 18 y el 20% de sus costos laborales”. A su vez dice la información periodísti-ca fuentes de las Aseguradoras que confiaron que la reforma “llegarían por decreto y no por ley”.

Sobre esta última afirmación ya señalamos en el Informe Laboral 51 (http://www.estudioschick.com.ar/in_51.pdf) que las razones y materias legisladas en el anteproyecto de DNU en sí no son de urgencia y no se encuen-tra en receso el Congreso Nacional. De modo que claramente se estaría violan-do el art. 99.3 al pretender modificarse por decreto del Poder Ejecutivo leyes nacionales como las nros 24557, 18345 y 20744. La modificación de leyes de orden nacional es competencia exclu-yente del Congreso Nacional.

Uno de los principales argumentos esgrimidos por el alto funcionario es la existencia de una elevada litigiosidad que produciría pérdidas en la actividad de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo y en la queja de los empleadores

que alegan un incremento excesivo de las alícuotas.

Se afirma la acumulación de un stock 370.000 juicios acumulados -que afirma existe en la justicia, pero no se sabe desde cuántos años se vienen acumulando porque es sabido que los trámites duran años, tampoco se aclara sobre qué estadísticas se sustentan. Pero lo más preocupante, y otra vez debemos reiterarlo, no se menciona el nivel de siniestralidad existente, que es el principal factor que determina la existencia de las causas judiciales, ya que detrás de cada juicio hay un siniestro.

Nada se dice de que en el sector formal, la SRT verifica alrededor de 660.000 accidentes y enfermedades laborales al año. De los referidos siniestros, un porcentaje incierto, no determinado finaliza el período de incapacidad temporaria y alcanza el carácter de incapacidad permanente definitiva, situación que admite una reparación dineraria (reconocida por el sistema: ART y CCMM) y en otros casos se desestima, o las indemnizaciones otorgadas se consideran insuficientes. Esta circunstancias originan conflictos y litigios que se dilucidan como en todo estado de derecho en sede judicial.

A los componentes de sinies-tralidad del sector formal hay que adicionarle los ocurridos en el 35% del sector informal de la economía, no contemplado en las estadísticas. Ello podría implicar en definitiva un total aproximado de 900.000 infortunios laborales reales al año, que indudable-mente se vuelcan a la Justicia por las condiciones de no registración.

Además, hay que contemplar que una porción de los juicios que computa el stock denunciado por los obligados del sistema se refiere a enfermedades laborales no reconocidas por las ART

ni por las Comisiones Médicas, para quienes la mayoría son preexistentes, inculpables: casi nunca laborales. Las propias estadísticas de la SRT, sólo confirman un promedio anual del 2% de enfermedades reconocidas, cuando para la OIT existen muchas más en-fermedades laborales que accidentes traumáticos.

Obsérvese que en el año 2014 se reconocieron 660.954 eventos daño-sos y tan sólo 24.576 enfermedades laborales. Esto significa que todos estos reclamos resarcitorios son for-zosamente dilucidados en la Justicia, porque fueron rechazados por los órganos del sistema.

En síntesis, la relación entre la siniestralidad reconocida y la oculta, además del derecho constitucional de acceder libremente a la justicia para reclamar lo que por derecho le corres-ponde a las víctimas de accidentes y enfermedades, explica la existencia de estos juicios.

Muchos de estos conflictos antes se tramitabann sólo ante las CCMM y el laberíntico procedimiento diseñado por la Ley 24557. Es decir el Vicejefe de Gabinete no menciona que la exis-tencia de estos juicios laborales está relacionada con que la Corte declaró inconstitucional el procedimiento especial de la LRT, estableciendo el derecho de las víctimas de no tener que atravesar la vía de las CCMM y disponiendo el libre acceso ante el Juez natural del trabajo. (Cfr. fallos “Castillo”, “Venialgo”, “Marchetti” y “Obregón”). A pesar de ello ahora se quiere imponer nuevamente esa vía obligatoria de las CCMM, determinando que sean los médicos designados por la SRT los que resuelvan los conflictos jurídicos laborales derivados de los infortunios laborales en vez de los jueces especia-lizados, un claro retroceso a 1995. Con un agravante y es que el eje ejes centra de la reforma diseñada por el PEN es que la apelación de las decisiones de las resoluciones de las C M debe ser forzosamente incoada ante la Justicia Laboral donde el trabajador preste

Régimen de accidentes y enfermedades del trabajo

(Continúa en la página 6)

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servicios, modificando el art. 24 de la ley 18345 que establece que “en las causas entre trabajadores y emplea-dores será competente, a elección del demandante, el juez del lugar del trabajo, el del lugar de celebración del contrato, o el del domicilio del deman-dado”. Como la mayoría de las ART tienen domicilio legal en la CABA hasta ahora es posible demandarlas aquí ante la Justicia Nacional del Trabajo. Es esto lo que se quiere desactivar. Por eso por primera vez en más de 50 años que existe la Justicia Nacional del Trabajo se altera esta triple opción que con carácter amplio en beneficio del trabajador autoriza el artículo 24 de la procesal vigente para poder formular el reclamo ante la Justicia Nacional del Trabajo, sin las limitaciones per-judiciales para las víctimas que se proponen ahora. Recordemos que esta regla de la ley 18345 se inspira en el principio protectorio al otorgar al trabajador el derecho de poder elegir entre las diferentes opciones legales las más convenientes a sus intereses. Este beneficio de larga data consa-grado por la ley procesal es mutilado en claro disfavor de las víctimas, sin ningún fundamento racional más que el de cercenar un derecho más de los damnificados de los que ya se los viene privando, en una sucesión de retrocesos continuos: Ley 26773, Decreto 472/14, Fallos CSJN “Urquiza” y “Esposito” (Ver Informe Laboral Nro. 51 (http://www.estudioschick.com.ar/in_51.pdf)

El Sr. Mario Quintana habla de altos costos del seguro para empleadores y riesgos de liquidación de las ART, e invoca cifras de un 20% de alícuota en algunos casos sin precisar esos casos, siendo la primera vez que se escuchan valores semejantes. Los datos oficiales de la SRT brindan información muy diferente.

La SRT informa a enero de 2016 que el valor promedio de la alícuota por trabajador representa el exiguo monto del 3,4% de la masa salarial, valor deseado en 1996 a los inicios del sistema. Existiendo obviamente actividades que por su elevada si-niestralidad como en Agricultura y Pesca, alcanza un 9,7% de la masa salarial del sector, o la Construcción un 7,6%. En cambio Servicios Sociales (54,3% de los empleadores asegura-dos), Servicios financieros (9,7% del mercado), Comercio (14,4% de los empleadores asegurados), Electricidad

(873 empleadores), Gas y Agua (1161 empleadores), todos estos son sec-tores que prácticamente representan en conjunto más del 80% del mercado asegurativo, registran la cuota más baja con un valor medio que oscila entre 1,9% y el 3,7% de la masa salarial.

Estos valores de las alícuotas no parecen exagerados, más teniendo en cuenta que las ART deben asumir, mejor o peor, las prestaciones médicas y dinerarias, y las de prevención que les impone la Ley 24557, a pesar de la deficiencia de la actividad preventiva ya que tan solo 23 ART deben controlar a más de 10.000.000 de trabajadores asegurados distribuidos por todo el país.

En ningún lugar figura el valor de 20% del costo del seguro que men-ciona el funcionario, que en caso de existir, que en el remoto supuesto de existir podrá ser de alguna empresa aislada con una elevada siniestralidad, pero la generalidad está en un costo muy por debajo de la suma esgrimida en la nota.

Por otro lado los empleadores con la sanción de la 26773 en octubre de 2012 fueron netos ganadores, porque la “opción civil con renuncia” ha frenado la vía civil para el reclamo de accidentes laborales y casi no tienen demandas en su contra. Se los ha beneficiado a título absolutamente gratuito, perjudicando abiertamente a los trabajadores que se ven privados de percibir el resarci-miento integral del daño injustamente sufrido por causa del trabajo, derecho que conservan el resto de los dañados del ordenamiento jurídico.

Las ART lejos están de estar en situación de riesgo de liquidación, o colapso, como lo hemos señalado en el Informe Laboral nro. 47 (http://www.estudioschick.com.ar/in_47.pdf) si-guen teniendo importantes ganancias.

De acuerdo al informe de la Super-intendencia de Seguros de la Nación (SSN) (En: <http://www.ssn.gov.ar/Storage/files/circulares/9311.pdf>), surge que los ingresos por primas durante en el año 2015 de las 14 prin-cipales ART fueron de $ 39.007 millones de pesos y los gastos operativos por todo concepto fueron de $ 42.576 mi-llones (compuestos por la suma de los Siniestros Netos Devengados $ 35.182 millones; los Gastos Totales $ 6.663 millones; los Gastos de Prevención ART $ 806 millones; los Otros Egresos $ 37 millones; y Otras Indemnizaciones y Beneficios $ 3 millones; restados los Otros ingresos de $ 117 millones), lo que da una pérdida operativa de $ 3.568.344.320 (página 7). Pero a su

vez, estas aseguradoras tuvieron una ganancia financiera de $ 6.615.774.136 la que absorbe la pérdida operativa, arrojando un resultado positivo de $ 3.047.429.816 que serían unos U$S 335.250.804 al tipo de cambio Banco Nación del 30 de junio 2015. Todo esto surge de la página 8 de la circular SSN EST 1000 del 16 de septiembre 2015 elaborado con la información al 30 de junio de 2015, cierre del último balance anual).

Es decir lejos de vivir un riesgo de liquidación siguen teniendo significati-vas ganancias que permite el régimen de seguro, el cual el de riesgos es uno de los más rentables porque se va ajus-tando sus primas en forma permanente al ritmo del aumento de los salarios. La única ART que se ha liquidado recientemente ha sido “Interacción” y fue sido por manejos espurios de sus directivos, nada ha tenido que ver con las razones esgrimidas en la nota periodística., y el fondo de reserva de la LRT determinó que la SSN se haya hecho cargo y licitado la cartera de juicios y damnificados en otra ART.

Lamentablemente los funcionarios han “comprado” el falaz escenario ca-tástrofe construido por los obligados del sistema que han desarrollado una propaganda sistemática contra los de-rechos de los damnificados y dirigida también contra sus abogados porque hemos sido los únicos que llevamos los casos a la justicia y logramos revertir con nuestro accionar ante la justicia la ignominia de ley 24557, lo que fuera reconocido por la Corte por los fallos dictados a partir de la primavera de 2004. Se logró construir un escenario protectorio para las víctimas, que desde Octubre de 2012 se viene des-activando con el dictado de la ley 26773, el decreto 472/14, los fallos “Urquiza” y “Esposito” de la CSJN.

Esta regresividad se acentuaría con esta nueva iniciativa reformista que pretende encorsetar el conflicto obligatoriamente ante en las CCMM lo que hoy es meramente voluntario y apartando al trabajador accidentado de la Justicia Nacional del Trabajo que históricamente ha constituido la vanguardia jurisprudencial del país, y promoviendo la intervención de las feudal izadas justicias provinciales al eliminar la opción vigente del artículo 24 de la LO que permite al trabajador elegir la competencia en función del domicilio legal de los obligados del sistema, o el lugar de concertación del contrato”.

Régimen de…(Viene de página 4)

Buenos Aires, 10 de Setiembre de 2016

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8 • FOJAS CERO Nº 271 • Septiembre 2016

De la biblioteca de Fojas CeroAmbiental

(Continúa en página 10)

DERECHO AMBIENTAL. Dimensión Social. Néstor A. Cafferatta (Director), Silvana Terzi (Coordinadora). Prólogo de Aída Kemelmajer de Carlucci. 904 páginas. ISBN 978-987-30-0592-3. Rubinzal-Culzoni Editores.

“Néstor Cafferatta es uno de los mentores del Derecho Ambiental en la Argentina. Uso la palabra “mentor” con plena conciencia de su significado. Se-gún el Diccionario de la Real Academia Española, esta voz viene de Mentor, ami-go de Ulises, y, por extensión, significa consejero o guía de otro. En Internet se lee que un mentor es la persona que, con mayor experiencia o conocimiento, ayuda a una persona de menos experien-cia o conocimiento. Pues bien, Néstor Cafferatta, que tanto nos ha ayudado a comprender el Derecho Ambiental, y Silvana Terzi, que organiza con eficacia la carrera de Especialización en Derecho Ambiental en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, me han pedido que prologue esta obra ti-tulada La dimensión social del Derecho Ambiental.

Mucho se ha hablado sobre qué es un prólogo, cuáles son las funciones de un prologuista, etcétera. No es mi intención volver sobre esta cuestión inacabada. Sólo recuerdo que alguien dijo que ‘Pro-logar un libro es como apadrinar a un hijo del autor’. Pues bien, este libro es una obra colectiva. No puedo apadrinar a su director, pues, como he dicho, es él quien nos guía en los laberintos del Derecho Ambiental, ayudándonos a encontrar la salida justa. ¿Estoy en condiciones de apadrinar a los autores de la treintena de trabajos que lo conforman?

Dije ‘autores’, pero debo decir ‘au-toras’, porque esta obra es una rara avis. No es un libro sobre género, ni sobre feminismo; sin embargo, todos los artículos han sido escritos por mujeres.

¿Quiénes son estas mujeres? Aunque la mayoría pertenece al ámbito jurídico, no faltan licenciadas en nutri-ción, en sociología, en ciencias natura-les; por eso tienen autoridad científica para alertar sobre la pérdida de bosques nativos, reservorios de aguas, etcétera.

Dentro del campo del Derecho, hay investigadoras jóvenes, dirigentes expe-rimentadas de asociaciones defensoras del ambiente, abogadas, juezas de todas las instancias (desde Suprema Corte de provincia a tribunales ordinarios); algu-

nas viven en el interior del país, otras en la Ciudad de Buenos Aires, o fuera de la Argentina. Hay, pues, como en la naturaleza, una maravillosa diversidad.

Por eso, no debe extrañar que varios artículos se refieran a las mujeres y el ambiente, lo que no significa participar de algunas de las diversas variantes del ‘ecofeminismo’. No es casualidad que el leading case del siglo XXI en la Argentina, el caso ‘Mendoza’, que tanto trabajo está dando para que la sentencia finalmente se cumpla, como 1o señala

el trabajo de Elisa Pérez de los Cobos Hernández, fue liderado por una mujer (Beatriz Mendoza). Tampoco lo es que las ‘Madres del barrio Ituzaingó’ de la Provincia de Córdoba hayan sido quie-nes llevaron a juicio a los que fumigaron sus hogares con glifosato y otros pro-ductos cancerígenos; ni que haya sido la Asociación de Mujeres Mapuches Kilapi, una comunidad patagónica, en la Provincia de Neuquén, la que llevara adelante el Programa de Acción Nacio-nal de Lucha contra la Desertificación y Mitigación de la Sequía en la Argentina. La participación femenina es analizada por María C. Garros Martínez de modo amplio, pues pasa revista a la presencia de las mujeres en luchas más genera-les. El estudio apegado al ambiente es realizado por Ruth Nidia María Vargas (Participación equitativa de las mujeres para el desarrollo sustentable) y por la brasileña Sflvia Cappelli (Igualdad, mujer y ambiente: ¿Una relación p0sible?).

Claro está, el libro no se detiene en la mirada de género. Hay conciencia de que, para el ambiente, la mejor visión es la holística, aquella según la cual ‘todo tiene que ver con todo’; Platón decía que ‘la parte nunca puede estar bien a menos que el todo esté bien’, palabras implícitas en una frase varias veces repetida por el juez Fayt desde la Corte federal: ‘No hace falta una inteligencia

muy elaborada para darse cuenta de que ninguna cadena es más fucrlc que su eslabón más débil’.

Con esa visión de conjunto, el libro contiene trabajos más largos y más cortos, que abordan temas universales y locales, con enseñanzas históricas para entender la realidad o limitados a la situación actual; cada uno, con su propio valor intrínseco.

Están los que priorizan la pers-pectiva constitucional, como el de la jueza Claudia B. Sbdar (Constitución Nacional, Derecho Ambiental y socie-dad), quien alerta con razón que todos tenemos derecho a un ambiente sano, pero también el deber de preservarlo. Algunos se de- tienen en aspectos constitucionales concretos, como: (a) el acceso a la justicia, dados los frecuentes incumplimientos de la administración (Justicia, ambiente y sociedad, de Magali Mazzuca) o el concepto mismo de justicia (Justicia social y ambiente, de María Inés Gagliardi y Diana Beatriz Moralejo); (b) el derecho a la información, hoy convertido en un verdadero ‘dere-cho a saber’ (El ‘derecho a saber’ en la construcción de la ciudadanía ambiental, de Florencia Sayago); (c) el derecho a participar, como nueva forma recreativa de la democracia (Participación ciuda-dana en la gestión ambiental. El caso de la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos [LBN], de Sandra Sharry; Me-canismos de participación ciudadana y desarrollo urbano ambiental: El caso de la asamblea del Parque Lezama, de Carolina Altieri y Paula C. Lico); (d) la incorporación de nuevos conceptos al Derecho Constitucional, como el de ‘patrimonio cultural’ (Defensa del pa-trimonio cultural, histórico y social, de Natalia Paola Martínez Preciado), o el de bienes colectivos (Bienes colectivos. Áreas naturales protegidas. El caso de la Reserva Yasuní-ITT de Ecuador, de Ana Salerno).

Otros artículos se detienen en la res-ponsabilidad ambiental, analizada desde distintas perspectivas, y su impacto en la clásica responsabilidad civil (Los sitios contaminados, necesidad de una regula-ción, de Natalia Waitzman). No faltan los que acentúan la cuestión ética, que hoy preside diversos principios de Derecho

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Septiembre 2016 • FOJAS CERO Nº 271 • 9

RESPONSABILIDADCIVIL�CORPORATIVAILIMITADA�ENLATINOAMÉRICA

Dante�Figueroa

INTERPRETACIÓNDE�LA�LEY,�LA

NULIDADES�EN�ELPROCESO�CIVIL,�LASConcepto�y�funciónde�las�formasprocesales

TEORÍA�GENERALDEL�DERECHO

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TEORÍA�GENERALDEL�CONTRATO

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Sebastián�Soler

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Francesco�Carnelutti

Pier�Giuseppe�Monateri

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Robert�Walter

Bartolomé�Clavero

Nicola�Coviello

Cristiano�Carvalho

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Alessandro�Somma

Antoni�Vaquer�Aloy

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Destacamos�2016

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CONCEPTOS�JURÍDICOSFUNDAMENTALES

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(Viene de página 8)De la biblioteca…

Civil y Comercial

Ambiental, como es el de precaución. Por eso, el trabajo de Mariana Galli Basualdo se refiere a una responsabilidad basada en la triada ética, jurídica y dogmática. Dentro de esta postura aparece la lla-mada ‘responsabilidad social’ de las empresas (sobre la que tanto se habla, incluso, en un sector tradicionalmente conservador, como es el de los que se dedican al Derecho Societario) que man-da a la empresa rendir cuentas no sólo a sus accionistas y al Estado, sino tam-bién al conjunto social. Camina en este sentido el trabajo de Nancy Tognola y Gabriela Camblong (La responsabilidad social empresaria en el sector forestal. El avance de la autorregulación y del control de la sociedad).

Otro principio de la ley, vinculado a los derechos económicos, sociales y culturales, es desarrollado por Lorena Bianchi en el artículo El principio de no regresión ambiental en la Argenti-na. Algunas aproximaciones sobre su fimcionamiento. El trabajo se integra con otros que abordan la cuestión ambiental desde la perspectiva social y económica, tan importante para la mejor comprensión de la problemática. En efecto, Néstor Cafferatta dice que ‘Mientras que en los países desarrolla-dos o industrializados, los problemas ambientales están ligados a situaciones de exceso de tecnología, en los países de transición o en vías de desarrollo las cuestiones ambientales son derivadas en su mayoría de excesos de pobreza’?

De allí que este libro incorpore reflexiones sobre la vulnerabilidad, concepto que ha entrado en los campos más diversos, desde el de la bioética (como surge del trabajo de Teodora Zamudio) al del Derecho Procesal. Es que en cualquier lugar aparece la per-sona en situación de vulnerabilidad, esa persona que está en desventaja, en estado de fragilidad o en riesgo, como lo enseña Gladys de los Santos Gómez. Es la vulnerabilidad que ha generado nuevos tipos de débiles, como los ‘re-fugiados ambientales’, recordados por Leila Devia.

Tal situación puede provenir de la alimentación, que tanta influencia tiene en la salud. ¿Hay un derecho a una vida larga y saludable, como lo afirma Silvia Nonna? Sabido es que la salud de la po-blación depende de factores múltiples, no sólo tiene que ver con los servicios médicos, sino también con el acceso al agua potable, a las condiciones de saneamiento, a la estructura edilicia de la vivienda y del lugar donde se trabaja,

etcétera. En este contexto aparecen los trabajos de Agostina Galizzi (Los efectos de la contaminación en los niños que viven en la ribera del Riachuelo); Lucena Spano Tardivo (Ambiente, salud humana y alimentos: Articulación de los con-ceptos a partir del modelo productivo de la agricultura alternativa); Adriana Bestani (La seguridad alimentaria y los derechos a la salud y al ambiente sano); Raquel de Andrade Esquivel (El derecho humano a la seguridad alimentaria); Sil-vana Terzi (Pobreza y ambiente); María Eugenia Di Paola (Inclusión, sociedad y sustentabilidad: ¿Cuánto tiempo más llevará ?); Diana C. Vega (Calidad de vida y Derecho Ambiental); Mariana Vello y Cecilia Allen (La gestión de los residuos sólidos urbanos en la Ciudad de Buenos Aires: su dimensión social).

Una obra de este tipo no podía ignorar a los pueblos originarios, cuya lucha llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, talcomo se descri-be con toda precisión en la sentencia del 27 de junio de 2012, ‘Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador’. Por

primera vez en la historia de la práctica judicial de la Corte Interameri-cana, una delegación de jueces realizó diligencias procesales en el lugar de los hechos. Pues bien, los trabajos incorporados a este libro destacan la necesaria participación de estos grupos, tal como lo dispone el Convenio N° 169 de la OIT. Así lo enseñan los trabajos de Vera Lucia R. S. J ucovsky (Comunidades indigenas e meio ambiente sob a ótica do património cultural no Brasil), y de Adriana B. Tripelli (‘El grito de La Greta’. Una lectura del caso ‘Pintihueque’ sobre participación de los pueblos indígenas frente a un proyecto de fractura hidráu-lica en Argentina).

Tampoco podían faltar los animales no humanos. Un trabajo de Valeria Be-rros recrea los grandes dilemas éticos y jurídicos de la vida animal no humana y el desfasaje que se produce entre los nuevos criterios y las viejas regula-ciones de los códigos decimonónicos, preocupados sólo por la adquisición del dominio.

En fin, mucha agua ha pasado bajo el puente. Desde 1796, cuando el ca-bildo de Buenos Aires negó a Santiago de Liniers y su hermano autorización para instalar una planta de caldos de carne por temor a la contaminación del n’o3, hasta la defensa del ambiente en los tribunales regionales de derechos humanos. Esa evolución se muestra en esta obra, escrita por mujeres, para todo tipo de lector.

Una hermosa canción de la vene-zolana Gloria Martín, interpretada por

la extraordinaria cantante mexicana Amparo Ochoa, titulada Mujer, dice en algunos de sus versos:

Mujer, si te han crecido las ideas, de ti van a decir cosas muy feas: que no eres buena, que si tal cosa; que cuando callas te ves mucho más hermosa... di lo que vales,la vida empieza donde todos son iguales.Mujer, semilla, fruto, flor, camino,pensar es altamente femenino.

Doy las gracias a Néstor Cafferatta por dar este espacio a las mujeres en un libro dedicado a la defensa del ambiente. Ellas han mostrado que les han crecido las ideas, han dicho lo que valen y han mostrado que pensar es altamente feme-nino. Seguramente, de ellas no se dirán cosas feas; por el contrario, el libro que ellas hicieron será altamente valorado.”

(Prólogo de Aída Kemelmajer de Carlucci)

LA APLICACIÓN DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL A LAS RELACIONES Y SITUACIONES JURÍDICAS EXIS-TENTES. Segunda Parte. Análisis de doctrina y jurisprudencia. Aída Kemel-majer de Carlucci. 336 páginas. ISBN 978-987-30-0670-8. Rubinzal-Culzoni Editores.

“(…) Cuando en enero de 2015 escribí el libro, debí imaginarme los posibles conflictos que podían presentarse. Hoy, muchos de estos conflictos aparecieron. Por eso, los objetivos de esta segunda parte son más reales:

–Mostrar la jurisprudencia forjada y la doctrina elaborada a lo largo del año transcurrido. Aclaro que, en general, la analizo sólo desde la perspectiva del Derecho transitorio; no me pronuncio sobre el tema de fondo, o sea, si el Código Civil y Comercial, cuando es aplicado, está bien o mal interpretado.

–Completar argumentaciones que, al parecer, en algún caso, expuse de modo insuficiente.

–Seguir facilitando la mejor compren-sión del sistema de Derecho transitorio.

Para cumplir con esos fines, además de este Prólogo, he dividido estas nuevas reflexiones en tres partes y un epílogo:

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(Continúa en página 12)

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–En la primera me refiero a la cuestión que ha motivado el debate, o sea, si hay que distinguir o no según que la situación o relación pendiente esté o no en juicio.

–En la segunda afronto brevemente los temas generales; agrego doctrina que no está referida en el libro, o que lo está de manera incompleta o que resulta posterior a abril de 2015.

–En la tercera incorporo la juris-prudencia y doctrina sobre los casos específicos. Para facilitar su comple-mentación, en lo posible, sigo el mismo orden utilizado en el libro y, cuando corresponde, individualizo en nota el número del parágrafo con la aclaración ‘parágrafo originario’.

–Cierro con un breve epflogo.Agradezco a mis amigos de todo el

país el envío del valioso material juris-prudencial que me ha permitido hacer este nuevo aporte. Numerosas senten-cias (que he conocido sólo gracias a su generosidad) no han sido publicadas, razón por la cual las cito individualizando solamente tribunal, fecha de emisión y a veces número de expediente.

Espero que estas páginas, igual que las escritas hace un año, sean un aporte para la mejor aplicación de un Código que, más allá de los errores propios de toda obra humana, sirve para dar solu-ciones más justas a los conflictos coti-dianos de la gente, tal como lo acredita su implementación hasta el momento.”

(Del Prólogo del autor)

Constitucional

INTERPRETACIÓN (ARGUMENTA-CIÓN) JURÍDICA EN EL ESTADO DE DERECHO CONSTITUCIONAL. Rodolfo Luis Vigo. 328 páginas. ISBN 978-987-30-0561-9. Rubinzal-Culzoni Editores.

“Hemos dicho reiteradamente que, en general, predomina en nuestras Facultades de Derecho una inercia de reproducción de una cultura al servicio de la matriz del Estado de Derecho Le-

gal, ello no obstante todos los cambios que resultan visibles en la realidad, los que hablan de un nuevo modelo de Estado, de Derecho y de jurista, al que precisamente denominamos ‘Estado de Derecho Constitucional y Democrático’. Para cubrir esa distancia entre teoría y realidad, se necesita que al menos desde otros espacios institucionales, como los poderes judiciales, se reaccione apropia-damente y se procure proporcionales a los juristas un aparato conceptual idóneo que les permita comprender y operar en aquel nuevo contexto. Claramente, hoy se requiere del jurista que sepa de qué hablamos cuando se habla de: princi-pios, derechos humanos, ponderación, argumentación, verdad fáctica, sistema jurídico ‘débil’, crisis de la soberanía, discrecionalidad judicial, judicialización, equidad, dogmática jurídica, etcétera; sin embargo, es muy probable que los juristas más bien prefieran hablar de: normas, interpretación, dos verdades, casos fáciles, pirámide jurídica, fuentes del derecho según el Código Civil, segu-ridad jurídica, filosofía jurídica, etcétera.

El mundo mucho ha cambiado en las últimas décadas, y especialmente el derecho ha sufrido enormes transforma-ciones. Basta pensar en las condenas judiciales por cumplir la ‘ley’ y violar el ‘derecho’ que consagró Nuremberg, o en el delito de prevaricato previsto en el Código Penal español tipificado por dictar una sentencia injusta a sabiendas, o en el papel detemiinador final de los derechos nacionales que ha asumido la Corte Interamericana de Derechos Humanos como para despertar del sueño legalista, juridicista, nacionalista y dogmático al que nos había sumido el Estado de Derecho Legal. No se trata de adoptar posturas cronolátricas o acomodaticias, pues ése no es el papel del doctrinario que debe en todo momento promover lecturas valorativas de la realidad, en orden a discernir en el derecho lo mejor de lo peor y lo posible

de lo inviable. Tampoco se trata de dar la espalda a la realidad e ignorarla, porque ella finalmente será irresistible y se impondrá, con el inconveniente de no poder controlarla y guiarla.

En la presente obra agrupamos distintos artículos que llaman la aten-ción sobre algunos de esos nuevos problemas o exigencias que cualquier jurista interesado en estar a la altura de los tiempos no puede ignorar. Central-mente —como lo destaca el título— se trata de reconocer que el servicio del jurista ya no se presta a través de la ‘interpretación’, o sea desentrañando el sentido de una norma y proyectándolo silogísticamente a una instancia indivi-dual desde el caso genérico previsto en aquélla, sino razonando de manera lógica y persuasiva mediante el empleo de premisas o enunciados que resultan justificados por medio de razones o ar-gumentos jurídicamente válidos. Lo que el ciudadano reclama es que el derecho dicho por los juristas resulte racional y, por ende, susceptible de ser aceptado

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(Viene de página 11)De la biblioteca…

Penal

racionalmente, y en esa tarea ‘jurisdic-ciona’ la ley tiene un papel inexcusable que cumplir pero no excluyente ni ex-clusivo. Claro que hay más derecho que el contenido en la ley, y si bien éste es ‘razón prima facie o presuntiva’, no exime al jurista del juicio definitivo de validez jurídica ni del esfuerzo por encontrar la mejor respuesta jurídica disponible en el derecho vigente.”

(Prólogo del autor)

¿QUÉ HACER CON LA JUSTICIA JU-VENIL? Mary Beloff. 114 págs. ISBN 978-987-745-054-5. Ad-Hoc.

VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA ERA DI-GITAL. Modalidades mediante el uso de la tecnología. Acoso sexual. Mobbing. Bullying y ciberbullying. Pornografía in-fantil e Internet. Blockbusting. Stalking. Grooming. Sexting. Mutilación genital femenina. Jorge Eduardo Buompadre. Prólogo de Gonzalo D. Fernández. 280 págs. ISBN 978-987-706-134-5. Astrea.

somos capaces de partir un pelo por la mitad. Empero, ya fue.

Existe hoy un extendido y, a la vez, curioso consenso: la respuesta que el Es-tado da a los niños a quienes se les impu-tan delitos es inadecuada; sin embargo, cuando se indaga por qué es inadecuada y en qué sentido debería transformarse la justicia juvenil, ese llamativo consen-so desaparece y es reemplazado por posiciones irreconciliables tanto en las causas y fines que explican y motivan la necesidad del cambio, como en los medios para concretarlo. ¿Qué es lo in-adecuado): ¿Las leyes o las instituciones? ¿El problema está en las leyes penales de fondo o en las normas procesales; en la respuesta estatal al delito, en la falta de acción estatal en otros órdenes de la vida social o en ambas? ¿El defecto se encuentra en el diseño de las instituciones judiciales, administrativas, en algunas o en todas ellas? ¿Es justo castigar a un niño cuando comete un delito? ¿Qué forma debería adoptar, en estos casos, el castigo? ¿Cuál sería la justificación? ¿Qué significa “hacer justicia” con un niño que comete un crimen? ¿Todos los delitos deberían administrarse dentro del mismo marco cuando los imputados son adolescentes? En definitiva, ¿cómo debería una sociedad justa tratar a sus jóvenes que vulneran la ley penal?

“I. El autor de este libro me ha honrado, solicitándome unas líneas prologales para su nueva publicación. Tamaña petición -dejémoslo en claro ab initio-solo puede obedecer a razones de afecto personal, pues el profesor Jorge Buompadre es un jurista harto reconocido dentro del mundo académico. No necesita ser presentado al lector, ni requiere tampoco de prologuista alguno. De todas maneras, ante ese cálido gesto de amistad que implica su deferente solicitud, he accedido de inmediato al planteo del colega, luego de leer con ver-dadera fruición este volumen.

II. Es bien cierto, como lo argumenta el profesor Buompadre, que la sociedad posmoderna se ha convertido en un mundo tecnológico, al cual ya no puede seguirse contemplando por medio de un espejo retrovisor. Dicha característica también ha dejado su huella dentro del derecho penal. Nuestra generación -la de los sesentones largos-creció, estudió y se formó en un ámbito jurídico muy distinto del actual. Era otra la ley y era diferente el Zeigeist de la época. La dogmática que heredamos, pensada básicamente en la primera mitad del siglo xx, desde luego que no lo que sobrevendría. No me refiero solo a la era digital, con el ciberacoso y otras tantas inconductas penales de índole informática.

Tampoco sospechó que habrían de proliferar los delitos de peligro abstracto, los bienes jurídicos colectivos, los delitos cumulativos, ni la tremenda expansión y administrativización del ius pœnale. Si vale un ejemplo, nosotros aprendimos la anatomía básica de la estafa a partir del llamado “cuento del tío”, tan habitual en las márgenes del Plata. No teníamos idea de que algún día los hackers le impondrían otra fisonomía al asunto, logrando vaciar cuentas bancarias ajenas, mientras el titular de ellas dormía plácidamente la siesta en su hogar.

Es que en el pasado siglo quedaba tiempo sobrado para debatir incansable-mente a propósito de la acción, o bien sobre la teoría del injusto personal, el dominio del hecho o la explicación más atinada para la tentativa acabada. El mundo transitaba por entonces a paso de hombre y, por otra parte -bien lo ha dicho el querido Enrique Gimbernat-, con la dogmática en la mano los penalistas

III. En las actuales condiciones de vida, como consecuencia del vértigo de una sociedad voraz, acelerada y no menos desnorteada, el legislador penal sigue los dictados que le impone la premura de la hora. Convengamos que legisla bajo el signo de la alarma, a veces acorralado por el griterío de la tribuna e inter-pelado siempre a través de demandas perma-nentes de mayor seguridad ciudadana. Por ende, si ése es el hábitat, la reflexión dogmática, la ponderada valoración político-criminal -aquello de los odres viejos para los vinos nuevos- se vuelven cada día más imprescindibles en la tarea de aplicación de la ley. Esto lo demuestra con sapiencia y pulso de magíster el pro-fesor Jorge Buompadre, catedrático de la Universidad Nacional del Nordeste, todo a lo largo del presente libro.

IV. De una parte, recategoriza a la violencia sexual como violencia de género y se protege tras la armadura del bien jurídico. Debido a su formación clásica -dicho sea ello en el sentido más calificado del término-, el autor se une a la lista de feligreses que aún reivindicamos la idea axiológica del bien jurídico, apostando a que solo tutela valores esenciales del hombre y de la vida comunitaria y no puede disolverse en la mera abstracción de la vigencia de la norma. Desde esa pers-pectiva garantista, partiendo de la recta comprensión de que las ofensas sexuales lesionan directamente la libertad individual (o sea, desembarazándose del discurso de la moralina y las buenas costumbres), el profesor Buompadre encara el análisis de las nuevas formas de acoso.

V. El autor de la 1ra. no solo hace la de-bida traducción al lenguaje de Cervantes de una serie de nuevas figuras delictivas

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(Continúa en página 14)

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que han florecido en el ordenamiento penal del nuevo siglo (v.gr., el mobbing, el klockbusting). Al mismo tiempo las explica y delimita. con la conocida pulcritud dog-mática y metodológica que ha exhibido en todos sus trabajos científicos anteriores, generalmente elaborados sobre la Parte Especial.

En efecto, desde la aparición en es-cena del pionero monev laundry (sobre el cual he dicho, repetidamente, que no es más que una modalidad de encubrimiento real), una larga galería de noveles figuras vas le reclaman su espacio a la ley. En cuanto al acoso, todas subsisten a través del fluido de la violencia privada, la cual aparece como elemento conminatorio. Provienen de allende fronteras. Las pen-saron en Norte y nos las han enviado por mensaje de texto. verdad, hace ya muchos años que Manuel López-denunciaba que la legislación penal latinoamericana se escribía por correspondencia.

La cuestión idiomática, fin de cuentas, sería lo menos. El problema principal se subordina a la idiosincrasia que las inspira y redunda en el dilema de interpretación. Porque los penalistas procedentes c la tradición continental tenemos como regla áurea mandato de determinación y la lex stricta que lo efectiviza, tal cual lo inauguró Feuerbach a comienzos de 1800. Nuestro peor enemigo es la ambigüedad semántica, los tipos abiertos, las cláusulas indeterminadas Por otra parte, el tropel de las figuras delictiva de las cuales se ocupa el profesor Buompadre emerge sistemas bien distintos de los nuestros, que ni siquiera han desarrollado una satisfactoria teoría del tipo como forma de pensamiento. Antes bien, esos de la tan modernos fueron acuñados con la argamasa del common law, construidos mediante la técnica del precedente y del stare decisis. Ergo, hace falta ponerle coto, delimitar rígidamente su radio extensivo y ello incumbe por entero a la teoría de la interpretación.

VI. Por tal razón, me atrevo a afirmar que el 1ibro que sigue resulta indispensa-ble. Nos enseña a conocer cosas nuevas, opinables -por cierto-, pero no tan sencillas de comprender. Por otro lado, su autor no le cede terreno a la tentación, ni a la extravagancia. Hinca el bisturí con trazo seguro de la teoría del delito, sin extraviarse t novelerías conceptuales, ni perder la ten-sión dogmática como inalterable camino metodológico. En su virtud, esta obra no

es solo interesante. Resulta impecable. Bajo el examen técnico, exuda perfume inconfundible del mejor derecho penal, que -desde la Ilustración en adelante- sabe que el bien primero al cual está llamado a preservar es el principio general de libertad de acción.

VII. Siempre he sostenido que un prologuista del culminar su limitada faena sin inmiscuirse en la oh ajena. En conse-cuencia. va he dicho demasiado. Solo me resta agregar la congratulación a mi amigo y colega por esta nueva contribución científica. Claro, Jorge Buompadre es un docente, un universitario de alma. Esa dimensión especial lo ha convertido en un trabajador infatigable. Su vocación central es la de enseñar y enseñarnos. Entonces, a las pruebas me remito. Una vez más lo ha logrado, cum laudœ.”

(Prólogo de Gonzalo D. Fernández)

DE LA CERTIDUMBRE EN LOS JUICIOS CRIMINALES O TRATADO DE LA PRUE-BA EN MATERIA CRIMINAL. Pietro Ellero. 332 págs. Colección Clásicos del Derecho ISBN 978-958-749-564-5. Gru-po Editorial Ibañez. Ediciones Olejnik.

“(…) Se afirma, verbigracia, común-mente, que el testimonio no jurado, o bien el de los correos, no vale. Ahora bien: en mi concepto, confúndese aquí una cuestión de esencia con una cuestión de forma; la verdadera naturaleza con la economía de la prueba; un principio lógico, en suma, con una conveniencia moral y política. El testimonio conviene que vaya acompañado de juramento, porque este confirma la tendencia impulsiva hacia la verdad; conviene también que no siempre se acoja la manifestación de personas perdidas, o interesadas de cualquier manera, en un éxito injusto del proceso. Pero no por esto es menos cierto que las deposiciones, aunque sea no juradas o de correos, que se encuentren revestidas de todos aquellos requisitos esenciales (no de los formales) que las hacen verídicas, y que en su virtud atraen la adhesión del ánimo, son propias para procurar prueba plena (VIII, XXII, XXV, XXVIII).

No hay, pues, tratados relativos a las pruebas penales que no se entretengan en cuestiones accesorias que se refieren. no a ellas, sino al procedimiento. Puede este ser objeto, sin duda, de hermoso estudio, pero siempre en tales condiciones oca-sionado a errores; así como, por ejemplo, ocurre o se discute acerca de los medios probatorios según el sistema inquisitorial o acusatorio del procedimiento penal, y se deduce que deben ser distintos. Ahora bien: en mi concepto, la forma procesal es completamente indiferente en relación con los medios de prueba y de certeza.

Procédase por síntesis o mediante análisis, por acusación o bien por inquisición, un hecho no es cierto sino cuando los medios lo ponen de manifiesto (decretados o no por la ley) y ofrecen o provocan la certe-za esencial del mismo. Una obra crítica criminal debe prescindir de toda traba proveniente de las instituciones y de los preceptos legales para mirar tan solo a la mera certeza. Donde quiera que (y esto es lo del procedimiento inquisitorial) el legislador señale cánones para el juicio, la crítica debe aceptarlos en cuanto se conformen con sus propios cánones; esto es, con la verdad; de otro modo, debe rechazarlos. Pero me he adelantado o tra-tando de cosas que aún están por discutir y (IV, XLI); fuerza es que volvamos sobre nuestros para comenzar ordenadamente el estudio de nuestro.

(Del Capítulo I)

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(Viene de página 13)De la biblioteca…

Teoría del Derecho

Procesal

LA TEORÍA DE LAS EXCEPCIONES PROCESALES Y LOS PRESUPUESTOS PROCESALES. Oskar Von Büllow. 296 págs. Colección Clásicos del Derecho. ISBN 978-9972-238-27-7. ARA Editores. Ediciones Olejnik.

“En esta obra, he realizado el intento de poner en claro alguno de estos conceptos fundamentales. La tarea principal consis-tía en desechar una teoría equivocada y falseadora de todo el sistema procesal civil, por culpa de la cual estuvieron aquéllos totalmente ocultos hasta hoy. A tal fin, eran necesarias investigaciones especiales que penetraran en lo más in-timo y profundo de la historia de nuestro derecho. En el desenvolvimiento de esas mismas nociones me he limitado a los rasgos fundamentales y estoy convencido que tiene algo de incompleto. Pero creo que la falta ha de residir más bien en que me encuentro todavía muy apegado a las ideas tradicionales que en haberme apartado excesivamente de ellas. Las conclusiones que como consecuencia de los resultados obtenidos, deben ser adoptadas por la legislación procesal, son expuestas al final de la obra.

Aunque el punto central de las investi-gaciones que nos ocupan se encuentra en el derecho procesal civil, éstas se extien-den también, muchas veces, al derecho común, es decir, implican una regulación definitiva del límite entre derecho privado y derecho procesal civil. En caso de que las elementales nociones aquí desenvueltas probaren su eficacia podrían tener impor-tancia, también, para la teoría del derecho procesal criminal.”

(Del Prólogo del autor)

LAS NULIDADES EN EL PROCESO CIVIL. Concepto y función de las for-mas procesales. Hugo Alsina. 96 págs. Colección Clásicos del Derecho. ISBN

las posiciones en su rebeldía. c) Por último, el concepto de forma

puede también relacionarse con la colo-cación del acto en el curso del proceso y, en este caso, la forma se refiere a la ordenación del procedimiento mismo. Así, la oportunidad y el lugar en que el acto debe realizarse constituyen igualmente requisitos de forma: un recurso interpuesto fuera de término no puede ser admitido por el juez; si éste pronuncia su sentencia fuera de la circunscripción donde ejerce sus funciones o en una fecha declarada inhábil, la sentencia sería nula.

(De “Concepto y función de las formas procesales”)

EL DERECHO ANTIGUO. (Ancient Law). Henry Summer Maine. 152 págs. Colec-ción Clásicos del Derecho. ISBN978-987-749-601-7. Grupo Editorial Ibañez. Ediciones Olejnik.

“El objeto principal de las siguientes pági-nas es indicar algunas de las ideas primitivas del género humano, tales como las refleja el antiguo derecho, y mostrar la relación que las une con el pensamiento moderno.

Una gran parte de las investigaciones a que yo me he dedicado no hubieran podido ser seguidas con la menor esperanza de éxito, si no hubiera un cuerpo de derecho, como el de los romanos, que lleva en sus partes primitivas señales de la más alta antigüedad, y que muestra en sus últimas partes el fondo de las instituciones civiles que, en nuestros mismos días, rigen la sociedad. (…) El espacio que ocupan en los capítulos III y IV ciertas teorías filosóficas de los jurisconsultos ro-manos, lo ocupan por dos motivos: primero, porque estimo que estas teorías han tenido sobre las ideas y los actos del hombre una influencia mucho más amplia y duradera de lo que vulgarmente se cree; segundo, por-que pienso que estas teorías son la fuente de muchas ideas que han dominado hasta nuestros tiempos la opinión, aspecto de las materias tratadas en este libro.”

(Prefacio del autor)

978-9972-626-90-6. ARA Editores. Edi-ciones Olejnik.

a) La nulidad es la sanción por la cual la ley priva a un acto jurídico de sus efectos normales cuando en su ejecución no se han guardado las formas prescritas para la mis-ma. Por consiguiente, una de las nulidades debe ser precedida de la determinación del concepto y la función de las formas en el proceso, los que si bien coinciden en líneas generales con los del Derecho civil, difieren en no pocos aspectos.

La forma del acto es el modo de ex-presión de la voluntad, o sea lo que se ha llamado el elemento objetivo del acto. La voluntad, dice Ortolan, como todo lo que no tiene cuerpo, es impalpable, penetra en el pensamiento, desaparece o se modifica en un instante; para encadenarla es preciso revestirla de un cuerpo físico y ésa es la misión de la forma. Por eso, el art. 913 del Código Civil dice que ningún hecho tendrá el carácter de voluntario sin un hecho ex-terior por el cual la voluntad se manifieste. Desde este punto de vista todos los actos tienen una forma determinada, unas veces impuesta por la ley como condición de su existencia (ad solemnitatem), otras veces para su constatación (ad probationem), y otras queda librada al arbitrio de quien los ejecuta admitiéndose toda clase de prueba. La escritura, la presencia de algunas perso-nas, la intervención de ciertos funcionarios, de determinadas circunstancias, etc., son todos elementos comprendidos en el con-cepto de forma. En este sentido habla, por ejemplo, de formas de la demanda.

b) Pero las formas pueden también refe-rirse al conjunto de actos que se requieren para la validez de otro acto procesal. La confesión obtenida mediante la absolución de posiciones supone una de parte, en la forma prescrita por la ley, una providencia del juez que la ordene, su notificación por cédula en el domicilio del absolvente, la comparecencia o incomparecencia de éste, etc. La notificación al citado para la absolución de las posiciones o la nulidad de esa diligencia impide que en caso de incomparecencia se tenga por absueltas

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Septiembre 2016 • FOJAS CERO Nº 271 • 15

Dialoguitos en el foro

por el Dr. Juancho No

Audiencias a pesar de todo

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El invierno transcurre pesado con las inclemencias propias de la época. La Ciudad está conmocionada por un evento que junta a 1600 empre-sarios citados por el Gobierno para invertir. En esas cavilaciones estaba cuando me encontré con un amigo que integra una ONG y se anotó para participar de la Audiencia Pública a la que convocó la Corte Suprema por el aumento en las tarifas energéticas.

–Che, me dijeron que hay mucha gente anotada para participar- inda-gué cuando lo vi.

–Sí, se anotaron muchos inte-resados en participar– respondió.

-¿Vos crees que sirva para algo esta audiencia?– pregunté con cierto excepticismo.

–Mirá, hay que pelearla en el frente de batalla que se dé. Cuando ajustaron las tarifas sin pasar por la Audiencia Pública, el Gobierno creyó que nos podía llevar por adelante y a pesar de todas las presiones que le metieron a la Corte Suprema las audiencias se tienen que hacer– contestó muy convencido de sus razones.

–Sí, pero al no ser vinculantes yo pongo en duda que sirvan efec-tivamente para algo– le dije con mi habitual escepticismo.

–No creas Juancho, en esta ba-talla estamos juntos los usuarios y consumidores y aunque el gobierno se haya empacado, al menos se va a ver en la obligación de dar expli-caciones– afirmó con optimismo.

–Pero ¡qué explicaciones va a dar si no quiere develar los costos de la extracción del gas en boca de pozo!– afirmé indignado, como si tuviera a Aranguren frente a mí.

–Ese es el tema. Tarde o temprano va a tener que largar la información, porque los usuarios y consumidores tienen derecho y la Corte Suprema se lo va a exigir– me contrapuso muy seguro.

–¿Cuánta gente va a intervenir en la audiencia de ahora?– pregunté

para conocer más detalles.–Hay cerca de 300 entidades

registradas para hacer uso de la palabra durante el fin de semana que dure la audiencia. Se va a realizar en la Usina del Arte, en Barracas y se prevé que dure tres días– respondió mi amigo.

–¿Y cómo es el tema del costo de explotación del gas en boca de pozo?–pregunté para desasnarme.

–Mirá, el otro día leí en Página 12 que uno de los motivos por los cuales el gobierno se niega a reve-lar los costos de la explotación es porque nos enteraríamos todos de las trapisondas hechas para ocultar millonarios desvíos de divisas al exterior– explicó suscintamente.

–¿Y vos crees que van a tener que dar su brazo a torcer?– pregunté con cierta inocencia.

–Yo creo que si la audiencia se lleva con la serie-dad y la altura que se requiere, van a tener que l a r g a r prenda, al fin y al cabo ya se dieron cuenta que no pueden hacer lo que quieren. Fijate cuánto se aferró el ministro a no tener que vender sus activos en Shell y final-mente no le quedó más remedio que hacerlo, después de resistirse.

–Esperemos que las audien-cias públicas arrojen algo de luz en nuestra alicaída economía, reflexioné. Ahí mismo me despedí de mi amigo, y seguí mi rumbo de media mañana.

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16 • FOJAS CERO Nº 271 • Septiembre 2016

CORREOARGENTINO

Suc. Nº 44 (B)

FRAN

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EO PAG

ADO

CUEN

TA Nº 7172