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1 SEMBLANZA DE HAROLDO DE CAMPOS Mario Cámara (UBA-CONICET) buril de quantos mil anos? Haroldo de Campos Publicado en: http://revistachuy.com.ar/numeros/ La gravitación y la intensidad de la presencia de Haroldo de Campos, a diez años de su partida, no han disminuido. Y ello se debe tanto a su producción poética, que atravesó diversas facetas, desde la conformación del grupo de Poesía Concreta, que integró junto a su hermano Augusto de Campos y a Décio Pignatari desde mediados de los años cincuenta 1 , como a sus intervenciones críticas, que además de abordar los más diversos objetos artísticos, produjeron lecturas renovadoras de clásicos brasileños y rescates de autores olvidados, hasta su tarea de traductor/transcreador. Semejante actividad ha dado como resultado una obra y una vida difícilmente abarcables. Lo que sigue, entonces, no tiene pretensión de totalidad, constituye apenas una trayectoria posible para una producción proteiforme. Traducir lo imposible En el ensayo “Da tradução como criação e como crítica”, Haroldo parte de una sentencia de Albrecht Fabri, profesor de la Escuela de la Forma en Ulm, Alemania. La tesis de Fabri respecto a la literatura es que ésta no posee otro contenido que su propia estructura. De allí que una obra literaria no pueda ser traducida, o que toda traducción 1 Para un estudio de la fase concreta de Haroldo de Campos, recomiendo el excelente libro de Gonzalo Aguilar. Poesía Concreta. La vanguardia en la encrucijada modernista. Rosario: Beatriz Viterbo, 2003.

Sobre Haroldo de Campos

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M. Cámara

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    SEMBLANZA DE HAROLDO DE CAMPOS

    Mario Cmara (UBA-CONICET)

    buril de quantos

    mil

    anos?

    Haroldo de Campos

    Publicado en: http://revistachuy.com.ar/numeros/

    La gravitacin y la intensidad de la presencia de Haroldo de Campos, a diez aos de

    su partida, no han disminuido. Y ello se debe tanto a su produccin potica, que atraves

    diversas facetas, desde la conformacin del grupo de Poesa Concreta, que integr junto a

    su hermano Augusto de Campos y a Dcio Pignatari desde mediados de los aos

    cincuenta1, como a sus intervenciones crticas, que adems de abordar los ms diversos

    objetos artsticos, produjeron lecturas renovadoras de clsicos brasileos y rescates de

    autores olvidados, hasta su tarea de traductor/transcreador. Semejante actividad ha dado

    como resultado una obra y una vida difcilmente abarcables. Lo que sigue, entonces, no

    tiene pretensin de totalidad, constituye apenas una trayectoria posible para una produccin

    proteiforme.

    Traducir lo imposible

    En el ensayo Da traduo como criao e como crtica, Haroldo parte de una

    sentencia de Albrecht Fabri, profesor de la Escuela de la Forma en Ulm, Alemania. La tesis

    de Fabri respecto a la literatura es que sta no posee otro contenido que su propia

    estructura. De all que una obra literaria no pueda ser traducida, o que toda traduccin

    1 Para un estudio de la fase concreta de Haroldo de Campos, recomiendo el excelente libro de Gonzalo

    Aguilar. Poesa Concreta. La vanguardia en la encrucijada modernista. Rosario: Beatriz Viterbo, 2003.

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    apunte al aspecto menos esttico de una obra, que es su contenido. El artculo continua con

    Max Bense, a quien en verdad est dedicado, que distingue entre informacin semntica,

    informacin esttica e informacin documental. La informacin esttica es definida

    como frgil por Bense, y por lo tanto la ms difcil de traducir. Y en tercer lugar, Haroldo

    se refiere a Sartre y a la distincin que establece entre el lenguaje de la poesa y el lenguaje

    de la prosa, siendo el primero definido como palabra cosa y, una vez ms, en funcin de

    su coseidad, como el ms difcil de traducir. Creo que aqu tenemos un punto de partida por

    donde comenzar: Haroldo entiende la palabra potica en su materialidad, es decir, en el

    marco de una concepcin que coloca su carcter comunicativo en un plano secundario. De

    modo que cmo traducir un texto potico si su aspecto comunicativo es secundario? La

    fatalidad de la traduccin, si nos atenemos a la perspectiva de Fabri, consiste en recoger el

    aspecto comunicativo de la obra, dejando de lado aquello que la constitua como un objeto

    singular: la suma de sus procedimientos, la resonancia de la tradicin de la que surga y en

    la que se insertaba. En resumen, y tomando prestada una categora del formalismo ruso, se

    puede afirmar que la literaturidad de una obra literaria, en principio, resulta intraducible.

    Frente a esta imposibilidad, Haroldo responde construyendo una teora de la traduccin,

    que se revelar extremadamente productiva, la recreacin o transcreacin:

    Admitida a tese da impossibilidade em principio da traduo de textos criativos, parece-nos que esta engendra o corolrio da possibilidade, tambm em principio,

    da recriao desses textos. Teremos, como quer Bense, em outra lngua, uma outra

    informao esttica, autnoma, mas ambas estaro ligadas entre si por uma

    relao de isomorfia: sero diferentes enquanto linguagem, mas, como os corpos

    isomorfos, cristalizar-se-ao dentro de um mesmo sistema2

    En 1957 Haroldo comienza a estudiar chino, probablemente inspirado por la lectura

    de Pound, y publica sus primeras traducciones, fragmentos de los Cantares, de Pound, en

    1960. En su extensa trayectoria como traductor, que incluy la traduccin de Maiakovski,

    Joyce, Mallarm, Gongora, Lezama Lima, entre muchos otros, su tarea ha tenido al menos

    dos objetivos que no quiero dejar de especificar. En primer lugar, verter en la lengua

    portuguesa un conjunto de escritores considerados centrales, algunos de los cuales

    conformaron el paideuma original propuesto por los concretos en 1956 Ezra Pound,

    2 Metalinguagem & Outra Metas. So Paulo: Editra Perspectiva, 1992, p. 34.

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    Mallarm, E.E. Cummings, Joyce-, mientras que otros se fueron adicionando en la medida

    en que el modo de entender la produccin potica dej de estar encorsetada por una crtica

    al verso como unidad mnima de sentido. Este primer objetivo piensa la traduccin en

    trminos pedaggicos, tal como Haroldo afirma en su ensayo A palavra vermelha de

    Hlderlin, en el que sostiene: aqueles cujo conhecimento do grego no seja suficiente

    para una total fruio do original, elas so a nica via de acesso palavra e imagem

    gregas3. En segundo lugar, y esto se puede observar en las traducciones del Gnesis y del

    Eclesiasts4 que Haroldo comienza en 1984, y en las de Hegel de 1996, la traduccin es una

    operacin crtica destinada a poner de manifiesto la dimensin potica del lenguaje. En el

    caso de Hegel, cuyas traducciones se encuentran en el ensayo Hegel poeta, Haroldo

    destaca la dimensin icnico-diagramtica de su alemn, y el carcter musical de su

    escritura, que la aproximaba a la poesa de Hlderlin. Los textos filosficos de Hegel portan

    un alto voltaje sintctico que podra encuadrarse,

    encuadrarse en la nocin poundiana de logopedia (danza del intelecto entre las palabras), equivalente, segn lo he propuesto, la poesa de la gramtica de Jakobson; textos que trabajan a nivel de la estructura lingstica que Hjemslev

    denomina forma del contenido. En ellos, el torneo dialctico parece anticipar los juegos de lenguaje de Gertrude Stein o los esquelticos sintagmas de Beckett;

    o tambin, y para mencionar a un alemn contemporneo, los ejercicios del

    recientemente fallecido Helmuth Heissenbuttel.5

    En este segundo objetivo, ya no se trata de hacer posible el disfrute de un original en otra

    lengua, sino de desmontar una retrica religiosa, filosfica- para aproximarla al lenguaje

    de la poesa. El resultado es doble, se tornan poticos otros discursos, mientras que la

    poesa se vuelve pensante.

    Si observamos la biblioteca de Haroldo a lo largo de los aos, se puede apreciar

    transformaciones importantes que permiten esbozar una hiptesis acerca de este segundo

    modo de pensar la traduccin. Durante los aos cincuenta y parte de los sesenta ocupan un

    lugar destacado la produccin de lingistas como Roman Jakobson o Jan Mukarovsky, o de

    3 A arte no horizonte do provvel. So Paulo: Editra Perspectiva, 1969, p. 94. Otros ensayos dedicados a la

    traduccin en el mismo libro son Pndaro, Hoje y A Quadratura do Crculo. 4 Publicadas en los siguientes libros: Qublet / O-que-sabe / Eclesiastes. So Paulo: Perspectiva, 1990;

    Berrshith / A cena da origen. So Paulo: Perspectiva, 1993. 5 En Del arco iris blanco. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2006, p. 37-8.

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    historiadores de la literatura como Hans Robert Jauss.6 Recordemos que su tesis de

    doctorado propuso un anlisis estructural de la novela de Mrio de Andrade, Macunama7,

    a partir de las categoras que el lingista ruso Vladimir Propp haba utilizado para analizar

    relatos fantsticos.8 Sin embargo, desde los aos setenta la biblioteca de Haroldo se hace

    cada vez ms francesa, sobre todo con la incorporacin de categoras que provienen de

    Roland Barthes9, de Gilles Deleuze y de Jacques Derrida. Dichas lecturas, no lo harn

    variar de rumbo, sino que, por el contrario, lo afirmarn en algunos de sus postulados

    iniciales, aquellos que ponan en cuestin la funcin comunicativa de la poesa y

    destacaban la materialidad del signo lingstico. En una entrevista en 1980, Haroldo lo

    grafica de este modo:

    Parece-me que, nos anos 60, por todo esse labor terico-crtico que entre ns se desenrolava, e que procedia j, em boa parte, da dcada anterior, a obra de Barthes

    encontrou campo frtil para a sua divulgao e discusso em nosso ambiente,

    tanto mais que, sendo uma obra eminentemente voltada para a produo do novo

    em literatura (no prefcio ao Grau Zero j est demarcada a linha Flaubert-

    Mallarm como aquela em que a escritura se separa de sua funo instrumental para adquirir espessura enquanto objeto sgnico, enquanto linguagem voltada

    sobre si mesma, num duplo movimento de construo e destruio), deparava, em

    nosso meio, com a problemtica suscitada, desde os primeiros anos da dcada de

    50, pela teoria e pela pratica da poesia concreta. De fato, como um fenmeno dramtico de concreo que Barthes, no mencionado prefacio, descreve o processo de emancipao da linguagem na literatura da Modernidade, ao longo de

    sculo XIX at aos nossos dias.10

    6 Haroldo lee a Jan Mukarovsky antes que a Roland Barthes. Y el lee al formalismo ruso antes de su difusin

    francesa va Todorov. En su ensayo A nova esttica de Max Bense, publicado originalmente en el suplemento literario del diario O Estado de So Paulo el 21 de marzo y el 4 de abril de 1959, refiere al libro

    de Vctor Erlich Russian Formalism History Doctrine, y sostiene que se trat de un movimiento que est na base da renovao da crtica contempornea. Probablemente ello se deba a su relacin con Alemania a travs de Max Bense. 7 Morfologia de Macunama. So Paulo: Editra Perspectiva, 1973 8 Sealemos que Haroldo como buen sudamericano nunca fue un lector puro. Desde el comienzo, en esa

    biblioteca detectamos interferencias, como las menciones a Heidegger en algunos de los textos ms ortodoxos

    de la fase concreta. El propio paideuma concreto Pound, Mallarm, Cummings, Joyce- es una feliz monstruosidad borgeana. 9 En el prlogo a primera edicin de Metalinguagem hay una cita a Barthes, pero se trata de un Barthes

    estructuralista, pues la referencia proviene de un ensayo de Barthes titulado Introduction lanalyse structurale des rcits, publicado en la revista Communications n 8, en 1966. En este sentido, resulta interesante el prlogo a la segunda edicin del libro, de 1992, que incorpora una serie de ensayos ms

    recientes. Ver cuerpo del texto. 10 Metalinguagem & outras metas. Op. Cit, p. 121.

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    A diferencia de Barthes, pero con Barthes como referencia y Derrida como

    paradigma, Haroldo produce una lectura dislocada y microscpica, una suerte de

    derridianismo potico, que encuentra geografas poticas en textos que no haban sido

    producidos con ese propsito11, y consigue con ello abandonar una ideologa evolutiva

    basada en la novedad, ms propia de su momento vanguardista.

    En ambos casos, traduccin pedaggica y redimensionamiento del nivel potico de

    un texto no potico, el objetivo es disruptivo, pues aquello que se escoge y se traduce,

    interviene e ilumina la sincrona y es a la vez iluminado por esta. Ms que en trminos

    lineales, Haroldo piensa la poesa y la tradicin potica, de modo constelar, como una

    galaxia en la que habitan diferentes temporalidades que se cruzan y se conectan

    anacrnicamente.12

    Activismos

    A pesar de que la modificacin de su biblioteca no haya alterado sustancialmente su

    concepcin del signo potico como un signo materialmente resistente a la comunicacin, s

    es posible percibir modificaciones en el lugar que le concede a la poesa en la sociedad. La

    dimensin industrialista en la que la poesa era un objeto til, y que Haroldo supo defender

    en la segunda mitad de los aos cincuenta durante su fase concreta, va cediendo lugar a la

    poesa como transgresin y como margen, como produccin que se coloca en un lugar

    antagnico a lo social. Podemos percibir eso con mucha claridad en la serie de poemas

    dedicados a una serie de jvenes poetas y artistas. Menciono dos ejemplos, el poema

    dedicado a Torquato Neto, NosTorquato/Nosferatu, que produce una comunidad de

    malditos en ese nos, y reproduzco un fragmento del extenso poema, Requiem dedicado

    a Nstor Perlongher:

    Nstor perlongher par

    11 Gonzalo Aguilar va denominar esta operacin como transpotica: Por transpotica entendo a aplicao de formas prprias do discurso potico em um momento dado a outros terrenos (crtica literaria, pensamento

    filosfico, escritura religiosa), nos quais age com um carter transversal, disruptivo e revelador, in Poesia Concreta: as vanguardas na encruzilhada modernista. So Paulo: EDUSP, 2005, p. 310. 12 Son numerosos los ensayos en los que Haroldo piensa la temporalidad y la evolucin en poesa, la sincrona

    y la diacrona, cito uno de los ms conocidos: Potica Sincrnica, in A Arte no Horizonte do Provvel. Op. Cit.

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    Droit de conqute cidado

    Honorrio desta (por

    Tanta gente) desamada mal-

    -amada enxovalhada grafituada ne-

    -crosada cida (malamarssima) de

    Se so paulo de pira-

    -tininga alis paulicia des- -vairada de mrio (sorridente-de-

    -culos-e-dentes mas homo-

    Recluso em seu ambguo sexo re-

    -calcado seqestrado-&-ci- -liciante) de Andrade (cantor

    Humor dor latrinas Subrricas do anhan-

    -gaba) ou ainda paraso endiablado do

    Abast caraba taumaturgo (o ps-

    -velozes) Anchieta canrio te-

    Nerifenho de severa roupeta entre cem

    Mil virgens bronzi-(louvado a virgo em latim)

    -nuas alis o

    Fundador13

    Esa recolocacin se torna ms intensa a partir de los ltimos aos de la dcada del

    sesenta, con una dictadura cada vez ms represiva, el surgimiento del movimiento musical

    tropicalista y la creciente escena artstica marginal. All se potencia una faceta que Haroldo

    haba ejercido con esmero durante toda su etapa vanguardista: la de promotor y agitador

    cultural. La diferencia ahora consiste en que su trabajo se concentra en el padrinazgo

    artstico y la lectura crtica de la produccin de muchos de esos jvenes que integran los

    movimientos citados. De este modo, veremos un Haroldo que acompaa y lee las

    experiencias del artista plstico Hlio Oiticica, que observa y resea las producciones

    cinematogrficas de Rogrio Sganzerla y Jlio Bressane, que acompaa la publicacin

    Navilouca, llevada adelante por Torquato Neto y Waly Salomo. La reflexin de Haroldo

    detecta procedimientos, construye tradiciones y observa la dimensin material de esa

    produccin esttica. Un ejemplo de ello se puede observar en su texto Uma leminskada

    barrocodlica, dedicado a la novela Catatau del joven Paulo Leminski:

    13 Cuadernos de recievenido. So Paulo: Universidade de So Paulo, 2002, p. 5-6.

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    "Catatau", segundo o Caldas Aulete e o Aurlio, significa: "Discurso enfadonho e

    prolongado; discurseira, bstia." sinnimo de "pancada" ou de "calhamao".

    Reconcilia as noes contraditrias de "sujeito de pequena estatura" e "coisa

    grande e volumosa". Tambm quer dizer "catana" (espada curva), uma palavra

    que os portugueses importaram do Oriente (do japons "Katan").' "Ir num

    catatau" o mesmo que "falar sozinho", como "meter a catana" equivale a "dizer

    mal de outrem". Dessa polissemia est bem cnscio Leminski, que arrola vrias

    dessas acepes em sua introduo. De todas elas parece ter tirado partido, literal

    ou metafrico, no que chama uma "ego-trip": sua delirante "lengalengagem". Pois

    tanto o narrador, Cartesius, o pensador puro excedido pelo absurdo tropical, como

    seu "alter ego", parceiro ambguo e depositrio da explicao do texto, o

    artimanhoso Artyschewsky (figura inspirada na de um hertico fidalgo polons,

    general a servio de Nassau), ambos tem muito a ver com o prprio Leminski. so

    registros complementares de sua voz escritural. "O 'Catatau' -argumenta

    Leminski- " a histria de uma espera. O personagem (Cartsio) espera um

    explicador (Artyschewsky). Espera redundncia. O leitor espera uma explicao.

    Espera redundncia, tal como o personagem (isomorfismo leitor/personagem).

    Mas s recebe informaes novas. Tal como Cartssio."14

    Su faceta crtica es, sin dudas, parte constitutiva de su activismo cultural, sobre todo

    aquella que interviene sobre los presupuestos de una historiografa literaria nacional

    formativista, que tiene por objetivo proponer lo que Eduardo Costa llamar una logo-

    descentralizacin.15 El modo ms visible y ms prolfico de este modo del activismo lo

    lleva adelante mediante el ejercicio de la crtica, que apunta a sealar aspectos especficos

    de autores conocidos, como por ejemplo Mrio Faustino o Jos de Alencar16, aunque

    siempre procurando desarrollar una perspectiva que ponga en valor aspectos olvidados, que

    al ser activados comienzan a funcionar en nuevas constelaciones. En el caso concreto de

    Jos de Alencar, Haroldo produjo un texto llamado Iracema: uma arqueografia de

    vanguarda, en el que comienza definiendo a Alencar como leitor promiscuo para

    proponer una lectura alternativa a su inscripcin romntica-nativista. Destaca su trabajo

    plurilingue, y sostiene que en Iracema Alencar se comporta como un tradutor que

    aspirasse radicalidade, estranhando` o portugus cannico e verocntrico lngua da

    dominao da ex-metrpole17, y luego agrega:

    14 Publicado originalmente no jornal Folha de S. Paulo, Caderno Letras, p. 4, 2 de septiembre de 1989. 15 Revisin: dinmica de Haroldo de Campos en la cultura brasilea, in Lisa Block de Behar (coordinadora). Haroldo de Campos, don de poesa. Montevideo: Librera Linardi y Riso, 2009. 16 La lista es extensa, sin nimo de agotarla adiciono los siguientes nombres: Paulo Leminski, Mrio de

    Andrade, Oswald de Andrade, Joo Cabral de Melo Neto, Manuel Bandeira, Drummond de Andrade,

    Guimaraes Rosa, y Murilo Mendes. 17 In Metalinguagem & outras metas. Op. Cit., 132.

  • 8

    Nessa linha de concepo, a operao tradutora acaba sendo, irresistivelmente, uma razzia barbarizante, que arruina a pureza do idioma dominante,

    civilizado18.

    Desde esa perspectiva, Iracema gana una lectura insospechada, que la coloca en relacin

    con el proyecto vanguardista brasileo, tanto con el modernismo de los aos veinte como

    con el propio trabajo de Haroldo de Campos, y de sus compaeros Augusto de Campos y

    Dcio Pignatari.

    La segunda modalidad la constituye lo que se conoci como revisiones, que

    consista en el estudio y, en algunos casos, la reedicin de una obra de un autor en

    particular. En esta modalidad no se trataba de autores consagrados, como s lo eran Joo

    Cabral de Melo Neto o Drummond de Andrade, objeto de sus ensayos crticos, sino de

    autores cuya produccin no haba encontrado un lugar estable en las historiografas

    formativistas, especialmente en la propuesta por Antonio Candido19. El objetivo, sin

    embargo, no consista en rastrear autores poco conocidos, puesto que el poeta bahiano y

    barroco Gregrio de Mattos y el simbolista Joaquim Pedro de Sousndrade, dos de los

    autores revisados tenan su lugar (inestable o marginal, por supuesto) en la historia de la

    literatura brasilea.20 Las revisiones pretendan producir una dislocacin de tales

    ubicaciones. En la revisin de Gregrio de Mattos por ejemplo, Haroldo discute con Joo

    Adolfo Hansen y con Antonio Candido, desde una perspectiva propiamente potica y desde

    una perspectiva histrica21, y defiende al barroco como clave anmala y punto ciego que

    18 Ibid, p. 133. Adems del uso de la imagen del traductor, observemos el lugar de resistencia que ocupa la

    experimentacin potica. 19 La obra de referencia es su Formao da literatura brasileira, publicada originalmente en 1957. 20 Haroldo intervino en dos revisiones, la de Gregrio de Mattos y la de Sousndrade. Hubo una tercera, una

    revisin de Pedro Kilkerry, a cargo de Augusto de Campos. 21 El texto de intervencin de Haroldo se llama O sequestro do Barroco na Formao da Literatura

    Brasileira: o caso Gregorio de Mattos. Resumo brevemente la contienda: Joo Adolfo Hansen en A Stira e

    o Engenho intentaba reconstruir el rgimen discursivo del Seiscientos y de este modo subsuma toda la

    iconoclasta del poeta bahiano en un sistema en el que la stira no era leda como transgresin, sino como el

    discurso que confirma la norma. Aquel argumento conllevaba otro ms poderoso, Hansen reclamaba que toda

    lectura desde el presente hacia el pasado deba reconocer su condicin de tal. Antonio Candido, sin participar

    de la polmica, de algn modo lo haca a partir de un texto muy anterior, su Formao de la literatura

    brasileira. Candido exclua a Gregorio de Matos de aquel texto en virtud de que considerada que durante el

    siglo XVII no se poda hablar ni de literatura brasilea, ni de un sistema literario, dado que se careca de

    instituciones culturales y de lectores de literatura. Haroldo apunt que con ese criterio el barroco brasileo

    quedaba fuera y seal que esa exclusin obturaba el aprovechamiento potico que podra hacerse de la figura

    de Gregorio de Mattos. Su recriminacin era an ms abarcativa y propositiva, al mismo tiempo que

  • 9

    deconstruye la ilusin de linealidad cultural y literaria en Brasil, y por extensin en

    Latinoamrica.

    La perspectiva haba ido ganando un peso considerable en la constelacin terica de

    Haroldo, y ya apareca tematizada en otros ensayos, tal como podemos leer en su ya clsico

    Da razo antropofgica: dilogo e diferena na cultura brasileira:

    Toda questo logocntrica da origem, na literatura brasileira (e isso poder ser vlido para outras literaturas latino-americanas, parte o problema, a ser

    considerado sob luz especial, das grandes culturas pr-colombinas) esbarra num

    obstculo historiogrfico: o Barroco. Direi que o Barroco, para ns, a no-

    origem, porque a no-infncia. Nossas literaturas, emergindo com o Barroco,

    no tiveram infncia (infans: o que no fala). Nunca formas afsicas. J nasceram

    adultas (como certos heris mitolgicos) e falando um cdigo universal

    extremamente elaborado.22

    Comienzo - recomienzo

    En 1976, Haroldo publica Xadrez de Estrelas, percurso textual 1949-1974. El ttulo

    es una cita del religioso Antnio Veira, notable por la calidad literaria de sus sermones, y

    representante del barroco brasileo junto con el ya mencionado Gregrio de Mattos.23

    Como cita resulta significativa teniendo en cuenta que no se trata del ttulo de ninguno de

    los poemas recopilados, ni de ninguno de sus libros publicados hasta ese momento. Por otra

    impugnaba una historiografa dominaba por el fatalismo lineal-evolutivo propona una historiografa abierta a los momentos de ruptura, en continuo estado de revisin. 22 In Metalinguagem & Outra Metas. Op. Cit., p. 239. El recorrido barroco/neobarroco en Haroldo comienza

    con la lectura del postestructuralismo francs en los ltimos aos de la dcada del sesenta, pero se afianza a

    partir de su contacto con Emir Rodrguez Monegal, y por intermedio de este, con Octavio Paz. Uno de los

    resultados de esa relacin es Transblanco, un libro que adems de ser una traduccin del poema Blanco de

    Octavio Paz, recoge la correspondencia entre Haroldo y Paz en torno al poema y a la traduccin del poema.

    Por otra parte, y como muestra de su trayectoria barroca, en una compilacin pstuma de ensayos titulada O

    Segundo Arco-ris Branco, se recopilan ensayos sobre Sor Juana, Lezama Lima, Severo Sarduy (quien a su

    vez escribi sobre las Galxias), y Nstor Perlongher. 23 La cita refiere al Sermn de la Sexagsima, que dice as: O pregar h de ser como quem semeia e no como quem ladrilha ou azuleja. Ordenado, mas como as estrelas. No fez Deus o cu em xadrez de estrelas

    como os pregadores fazem o sermo em xadrez de estrelas. Se de uma parte est branco, da outra h de estar

    negro; se de uma parte est dia, da outra h de estar noite; se de uma parte dizem luz, da outra ho de dizer

    sombra; de uma parte dizem desceu, da outra ho de dizer subiu. Basta que no havemos de ver num sermo

    duas palavras em paz? Todas ho de estar sempre em fronteira com o seu contrrio. Aprendamos do cu o

    estilo da disposio e tambm o das palavras. Como ho de ser as palavras? Como as estrelas. As estrelas so

    muito distintas e claras. Assim h de ser o estilo do pregador, muito distinto e muito claro. In Sermes, Lisboa: Diviso de Publicaoes e Biblioteca, Agncia Geral das Colnias, 1940, p. 243. (subrayado mo)

  • 10

    parte, la compilacin, aunque cronolgica, presenta dos excepciones. Una probablemente

    obligada, constituida por la serie Galxias, que Haroldo comienza a escribir en 196324, y

    aparece como bloque nico despus del poema exit, fechado en 1974. La otra, que

    podemos suponer funciona como dedicatoria a su mujer Carmen, pues all aparece

    nombrada, es el poema envoi, de 1956, que inicia el poemario, y pertenece a su fase

    constelar. Como se puede apreciar, constelaciones, galaxias y estrellas constituyen los

    rebordes de este libro.

    A partir de estos pocos elementos, quiero ensayar una lectura que coloque a Xadrez

    de Estrelas en un lugar diferente al de una mera compilacin. Considero que la sutil

    modificacin inicial, pero que como gesto basta para alterar la cronologa, y la eleccin del

    ttulo del libro, una cita al barroco, permiten imaginar que Haroldo produce una revisin

    de su obra que busca romper, precisamente, con el mote de poeta concreto y recuperar

    sus primeras producciones, en su momento reprimidas por los propios preceptos concretos.

    Convoco las palabras de Haroldo para pensar la revisin en el contexto de Xadrez de

    Estrelas,

    Al seleccionar un texto, el crtico exhibe un determinado repertorio, prctica un corte sobre el acervo literario, le impone un punto de vista ordenador. Cuando se

    detiene sobre un autor del pasado, la nueva lectura que hace es una nueva

    ordenacin de las posibilidades combinatorias del sistema literario, un aumento de

    informacin a travs de la manipulacin original de los elementos del repertorio

    dado25

    Adems de un retorno de lo reprimido, qu otros efectos puede producir la

    revisin de Haroldo sobre su poesa? Un primer punto a destacar es el efecto serial del libro

    bajo la advocacin de una cita que proviene del legado barroco brasileo, y el comienzo

    con un poema de su fase constelar-concreta. Dicho efecto pone de manifiesto ms que la

    heterogeneidad de su poesa de la constelacin y la retcula concreta a la diseminacin

    textual de las galaxias-, su constante bsqueda de una poesa de ruptura, pero liberada de

    las urgencias de la novedad. Por otra parte, la serialidad posee un efecto contaminante que

    nos invita a establecer conexiones que hasta ese momento parecan impensables. Voy a dar

    24 El libro Galxias se publicar en 1984. Haroldo lo escribe entre 1963 y 1973. 25 Apud Tania Franco Carvalhal. Haroldo de Campos y la tradicin literaria, in Lisa Block de Behar (coordinadora). Haroldo de Campos, don de poesa. Montevideo: Librera Linardi y Riso, 2009, p. 50.

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    tres ejemplos. El primero referido a dos poemas escritos en diferentes perodos, teoria e

    prtica del poema, de su libro As disciplinas de 1952, y el poema o poema de

    Excrituras, compuesto entre en 1971 y 1972. Transcribo los primeros versos de ambos:

    Teoria e prtica do poema

    I

    Pssaros de prata, o Poema

    Ilustra a teoria de seu vo

    Filomena gemetras

    o Poema se medita

    como um crculo medita-se em seu centro

    como os raios do crculo o meditam

    fulcro de cristal do movimento

    O poema

    o poema

    nada

    faz-

    ou quase

    se

    pouco26

    Ambos poemas, conviviendo en el interior del libro se adensan en autorreflexin y

    opacidad lrica: el lugar del poema y del poeta, y el poema como mquina que piensa sin

    saber. En segundo lugar el epgrafe de Joyce en Ciropdia ou a educao do prncipe, de

    1952, you find my words dark. Is in our souls, do you no think?, que revela un Joyce casi

    simbolista, pre-paideuma; y, en tercer lugar, el trabajo con la palabra que realiza en ese

    mismo poemario, principalmente mediante la adicin, como por ejemplo

    AUREAMUSARONDINAALVIA o nbilbervcrevoz.27

    26 So Paulo: Editra Perspectiva, 1976, pp. 55 y 191. 27 Haroldo seala lo siguiente respecto a Galxias, parte de las cuales estn incluidas en Xadrez de Estrelas:

    um texto onde as fronteiras entre poesia e prosa so abolidas e que recupera sincrnicamente, por assim dizer, a pr-histria barroca de mina poesa concreta (em certo sentido, as Galxias dialogam com Ciropdia ou a educao do prncipe, outro texto meu, de 52, no qual trabalho, pela primeira vez, com a palavra-

    montagem joyceana, vinculada a um controle minucioso do ritmo ou pulsao material das frases, melhor ainda dos blocos sincopados de frases no marco da pgina). Nesta segunda linha, a expanso semntica, a exfoliao dos vocbulos, a conglutinao fnica so os dispositivos ativados, apud Joo Alexandre

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    La autorevisin pone en acto las transformaciones que Haroldo fue produciendo en

    su propia concepcin de la poesa, pasando de una crtica del verso como unidad mnima

    del sentido, a una defensa del carcter concreto de la palabra potica. Es decir, la

    transformacin de una postura que estableca lmites entre lo literario y lo no literario, en

    una postura que defina lo literario como una serie de procedimientos y una perspectiva de

    lectura. Su autorevisin abre, en formato de libro, su perodo posutpico28, momento en

    que, como l mismo afirmar, da por cerrado el ciclo de las vanguardias29, y comienza a

    habitar una sincrona que ilumina y se ilumina por diversos pasados y tradiciones.

    Posutpicos sern los poemarios que vendrn, y aunque articulados de forma tradica, tal

    como afirma Gonzalo Aguilar, basada en el esquema dantesco medieval de cielo, infierno y

    purgatorio30, cada uno de ellos construir sus propios pasados, sus propias redes

    intertextuales y sus propias constelaciones de sentido. La fragmentacin potica que

    establece lazos con Dante y Novalis en Signantia: Quasi Coelhum. Signncia: Quasi Cu

    (1979), la diseminacin neobarroca de Galxias (1984), el retorno al verso en A Educao

    dos Cinco Sentidos (1985), el desencanto de Odiseo en Finismundo, a ultima viagem

    (1990), el cosmopolitismo goetheano de Crisantempo: no espao curvo nasce um (1998), el

    dilogo con Camoes, Dante y Drummond en los tercetos decaslabos compuestos a la

    manera dantesca en A mquina do mundo repensada (2000).

    La tarea de Haroldo de Campos ha sido mltiple, ciclpea y bombstica, para

    utilizar una categora que le atribuye Ral Antelo31. Podramos pensar en su trayectoria

    como la de un navegante, un Dante moderno que en lugar de arribar al cielo, parece

    Barbosa. Um cosmonauta do significante: navegar preciso, in Haroldo de Campos. Signantia Quasi Coelum Signncia Quasi Cu. Sao Paulo: Editora Perspectiva, 1979, p. 21. 28 Digo que se abre en formato de libro, porque el perodo postutpico en Haroldo comienza ya en los

    primeros aos de la dcada del sesenta, cuando abandona la fase reticular concreta. 29 En el ensayo Poesia e modernidade: da morte da arte constelao. O Poema Ps-utpico, Haroldo afirma lo siguiente: Sem perspectiva utpica, o movimento de vanguarda perde o seu sentido. Nessa acepo, a poesia vivel do presente uma poesia de ps-vanguarda, no porque seja ps-moderna ou

    antimoderna, mas porque ps-utpica. Ao projeto totalizador da vanguarda, que, no limite, s a utopia

    redentora pode sustentar, sucede a pluralizao das poticas possveis. Ao princpio-esperana voltado para o

    futuro, sucede o princpio-realidade, fundamento ancorado no presente. [...] Esta poesia da presentidade, no

    meu modo de ver, no deve todavia ensejar uma potica da abdicao, no deve servir de libi ao ecletismo

    regressivo ou facilidade. Ao invs, a admisso de uma histria plural nos incita apropriao crtica de uma pluralidade de passados, sem uma prvia determinao exclusivista do futuro. O arco-ris branco: ensaios de literatura e cultura. Rio de Janeiro: Imago, 1997. p.268. 30 In Poesa Concreta. La vanguardia en la encrucijada modernista, op. Cit. P. 324. 31 A aristocracia do bombstico, in Motta, Leda Tenrio da (ed.) Cu acima. Para um tombeau de Haroldo de Campos. So Paulo, Perspectiva, 2005.

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    siempre dispuesto a hurgar en tradiciones cristalizadas, para encontrar all todo aquello que

    alguna vez tuvo vida, y ofrecrnoslo como algo rico y extrao.

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    Bibliografa

    -Aguilar, Gonzalo. Poesa Concreta. La vanguardia en la encrucijada modernista. Rosario:

    Beatriz Viterbo, 2003.

    -Antelo, Ral. A aristocracia do bombstico, in Motta Leda Tenrio da (ed.) Cu acima. Para um tombeau de Haroldo de Campos. So Paulo, Perspectiva, 2005.

    -Campos, Haroldo de. A Educao dos Cinco Sentidos. So Paulo: Editora Brasiliense,

    1985.

    -_________________. A arte no Horizonte do Provvel. So Paulo: Editra Perspectiva,

    1969.

    -__________________. Crisantempo: no espao curvo nasce um. So Paulo: Editra

    Perspectiva, 1998.

    -___________________. Finismundo, a ltima Viagem. Ouro Preto: Tipografia de Fundo

    de Ouro Preto, 1990.

    -__________________. Galxias. So Paulo: Editra 34, 2004.

    -__________________. Metalinguagem & Outra Metas. So Paulo: Editra Perspectiva,

    1992.

    -___________________. Morfologia de Macunama. So Paulo: Editra Perspectiva, 1973.

    -__________________. O arco-ris branco: ensaios de literatura e cultura. Rio de Janeiro:

    Imago, 1997.

    -__________________. O Segundo Arco-ris Branco. So Paulo: Iluminuras, 2010.

    -__________________. O Sequestro do Barroco na Formao da Literatura Brasileira. O

    Caso Gregrio de Mattos. Salvador: Fundao Casa de Jorge Amado, 1989.

    -__________________. Requiem, in Cuadernos de recievenido. So Paulo: Universidade de So Paulo, 2002.

    -___________________. Signantia: Quasi Coelhum. Signncia Quasi Cu. So Paulo:

    Editra Perspectiva, 1979.

    -___________________. Xadrez de Estrelas. Percurso textual 1949-1974. So Paulo:

    Editra Perspectiva, 1976.

    -Candido, Antonio. Formao da literatura brasileira. So Paulo: Editra Itataia, 2000.

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    -Carvalhal, Tania Franco. Haroldo de Campos y la tradicin literaria, in Lisa Block de Behar (coordinadora). Haroldo de Campos, don de poesa. Montevideo: Librera Linardi y

    Riso, 2009

    -Costa, Horacio. Revisin: dinmica de Haroldo de Campos en la cultura brasilea, in Lisa Block de Behar (coordinadora). Haroldo de Campos, don de poesa. Montevideo:

    Librera Linardi y Riso, 2009

    -Paz, Octavio; Campos, Haroldo de. Transblanco (em torno a Blanco de Octavio Paz). So

    Paulo: Editra Siciliano, 1986.

    -Vieira, Jos Antnio. Sermes. Lisboa: Diviso de Publicaoes e Biblioteca, Agncia Geral das Colnias, 1940, p. 243.