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Pueblos indios y derecho al territorio, acción colectiva en la Sierra de Zongolica, México: 1980-2010.
Gualberto Díaz González1
Manuel Hernández Pérez2
Introducción.En las montañosa de la sierra de Zongolica se han desarrollado luchas sociales por la
defensa de la tierra y por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. La
región es asentamiento de pueblos nahualtecas que históricamente han luchado contra el
despojo de sus tierras, el clientelismo político y la marginación. “Con sus formas
específicas de asociaciones, reuniones públicas, manifestaciones y demás, los
movimientos sociales aparecieron en las distintas tradiciones como productos históricos
de su época y de su lugar” (Tilly, 2008, p.266).
La investigación se ocupa del movimiento social que surgió en el municipio de
Tehuipango en 1974 y del proceso organizativo que se generó en la región. Aquella
lucha indígena que llegó a ejercer el poder municipal y que fue reprimida por pistoleros
a sueldo que dispararon contra la población un domingo de plaza permanece como un
episodio oscuro en la historia de México. La matanza de Tehuipango es una historia
todavía por contar.
La región de estudio son las Grandes Montañas, que cuenta con un polo de
desarrollo histórico, ahora conocido como “corredor industrial”. La sierra de Zongolica
forma parte de la región con sus altas montañas y sus comunidades indígenas. Desde los
setenta cifras oficiales ubican a Tehuipango como uno de los municipios de “muy alta”
marginación a nivel nacional.
1 Profesor de la Facultad de Sociología, Sistema de enseñanza Abierta, Universidad Veracruzana, México.2 Profesor de la Facultad de Sociología, Sistema de enseñanza Abierta, Universidad Veracruzana, México.
Descripción.Si la historia es un flujo dinámico que atraviesa tiempos y espacios, como los procesos
sociales que dan identidad a los pueblos, mirar en perspectiva reactiva la memoria. Los
sistemas sociales son temporales, poseen un núcleo en disputa donde las periferias
sostienen y empujan. Porque toda historia es local y mundial, encontramos al pueblo-
historia interactuando en el espacio-tiempo, para visibilizar su proceso social y sus
luchas. La tarea es pensar la historia, dice Braudel, del presente, buscar el hilo de larga
duración.
La sierra de Zongolica (México) forma parte de las Grandes Montañas y vincula
a los estados de Veracruz, Puebla y Oaxaca. Está habitada por pueblos de culturas
mesoamericanas. Gonzalo Aguirre Beltrán dice que fue poblada por grupos mixtecos
emparentados con los poblanos-oaxaqueños y que el proceso de nahuatlización se da con
las migraciones nonoalca-chichimecas. La sierra fue conquistada por los aztecas de
manera tardía, en comparación con zonas vecinas, y formó parte de la provincia de
Coataxtla. Tributaba cacao, mantas de algodón, plumas preciosas y collares de jade.
Algunos de los municipios actuales ya eran centros políticos en la última etapa
prehispánica: Texhuacan, Mixtla, Tehuipango, Tlaquilpa, Tequila y Zongolica, estos dos
últimos señoríos competían por la hegemonía regional. En 1520 pobladores de
Zongolica y otros pueblos del valle de Tehuacán, contribuyeron con guerreros a Hernán
Cortés para la destrucción de Tenochtitlan (Aguirre, 1900, p.22).
Durante la colonia el cantón de Zongolica fue una república de indios. La
evangelización católica estuvo a cargo de los franciscanos, quienes instituyen las
mayordomías y las peregrinaciones donde se incorporan elementos de las tradiciones
religiosas mesoamericanas. El calpixque y los tequitlatos, instituciones prehispánicas
que permitían la organización del trabajo comunitario, son utilizados para satisfacer la
demanda de mano de obra. Hasta la actualidad, existen remanentes de estas instituciones
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en las faenas que se llevan a cabo para organizar el trabajo colectivo en fiestas religiosas
y para la realización de obras de beneficio común.
Desde esta época se lleva a cabo el proceso de despojo de la tierra comunal. Los
pueblos nahuas reclaman a la corona española la recuperación de sus tierras, pero es
hasta la Independencia que pueden comprarla a los grandes terratenientes. También
durante la colonia se introducen el tabaco y el alcohol, este último como un mecanismo
de control de las comunidades indígenas, al utilizarlo como pago por trabajo. La región
Orizaba-Zongolica fue el centro de producción de tabaco más importante de la Nueva
España a fines del siglo XVIII. Al ser el tabaco una de las principales mercancías de la
colonia, los acaparadores españoles y mestizos recurren a la explotación de los
campesinos indígenas, a prácticas de usura y al despojo de sus producciones.
La sierra de Zongolica, por su geografía accidentada, ha sido refugio de
rebeliones como la de Yanga en 1597, y durante las guerras de Independencia se da un
levantamiento local encabezado por Mariano de Fuente Alarcón y Juan Moctezuma y
Cortés, quienes eran los párrocos de Maltrata y Zongolica respectivamente, mientras que
José María Morelos y Pavón realiza algunas expediciones militares en la sierra desde
donde ataca la ciudad de Orizaba, afectando a la economía de la Corona a través del
hostigamiento de rutas comerciales y quemando las plantaciones de tabaco (Bavines,
2012).
El desarrollo histórico del corredor industrial Mendoza-Nogales-Río Blanco-
Orizaba-Ixtaczoquitlán-Córdoba no ha impactado favorablemente en la economía
campesina ni en la vida comunitaria de los pueblos de la sierra de Zongolica. Durante el
auge de las fábricas textileras desde mediados del Siglo XIX y principios del XX, la
región ha sido abastecedora de mano de obra barata, así como la migración de población
mixteca, proveniente de Puebla, Oaxaca e Hidalgo.
Desde un análisis de la renta, dice Roger Bartra: “la pequeña economía (ejidal o
no) está perfectamente integrada al sistema capitalista y no pueden comprenderse sus
peculiaridades sin el uso de los instrumentos conceptuales de toda economía capitalista
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(salario, beneficio y renta de la tierra), aunque es necesario adaptarlos a las condiciones
especificas” (Bartra, 1978, p.14).
En la sierra la agricultura comercial es de minifundios (modelo de propiedad
indígena) que se desarrollan gracias a la reforma agraria. El movimiento agrarista
surgido en 1931 movilizó a los campesinos indígenas, pero la Confederación Regional
Obrera Mexicana (CROM) y la Confederación Nacional Campesina (CNC) afiliaron a
muchos campesinos al Partido Revolucionario Institucional (PRI), inhibiendo con ello la
organización autogestiva.
En la década de los setentas se observan en el ámbito rural veracruzano
movimientos campesinos en zonas serranas: Atzalan, Misantla, Zongolica y la Huasteca,
que enarbolaban “una demanda central que fue la lucha por la tierra” (Aguilar, 2012,
p.133). En la década de los setenta se observan en el ámbito rural veracruzano
movimientos campesinos en zonas serranas: Atzalan, Misantla, Zongolica y la Huasteca,
que enarbolaban “una demanda central que fue la lucha por la tierra” (Aguilar, 2012,
p.133).
La sierra de Zongolica ha sido escenario de cacicazgos similares a las otras zonas
indígenas del país. En 1974 se crea la organización Campesinos Pobres Unidos
Independientes de Tehuipango y, ante los abusos del cacique y presidente municipal,
José Cerezo, en 1975 toma el edificio municipal, símbolo de los agravios, abusos e
impunidad hacia los pobladores indígenas. Entonces el pueblo instala un nuevo
autogobierno municipal. En un inicio el gobierno estatal respeta la decisión soberana del
pueblo nahua de Tehuipango, y en las elecciones municipales, sin la intervención de
partidos políticos, mediante asamblea el pueblo elige a sus autoridades municipales. El
nuevo gobierno indígena implementa las siguientes medidas: combatir la exclusión
social en que ha vivido Tehuipango, prohibición de la venta de alcohol, planeación de
los trabajos en asamblea pública, exigencia de recursos al gobierno del estado y
formación de cooperativas (Domínguez, 2015).
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El conflicto con los caciques locales se intensifica y la represión llega el domingo
el 20 de abril de 1980, cuando en la plaza principal son asesinados 25 miembros del
Movimiento:
Pistoleros al servicio de caciques de la región mataron el domingo 20 de abril a 21 campesinos indígenas del municipio de Tehuipango, lesionaron a 10 más y secuestraron a otros 3 en un intento por recuperar el control político y económico de la región (Proceso, núm. 1978, p.22).
Los autores materiales fueron pistoleros contratados por José Cerezo. Después de
la matanza entró el ejército a Tehuipango para desarticular el movimiento (Aguilar,
2009). La represión ataja drásticamente la organización que se estaba dando. La sierra de
Zongolica es considerada desde entonces foco subversivo y monitoreada por inteligencia
militar. “Cuando los gobernantes forman una elite reducida que gobierna a partir de la
influencia, la venta de recursos controlados por el estado o la fuerza bruta, la democracia
apenas tiene visos de florecer” (Tilly, 2008, p.256).
Problematización.¿Qué circunstancias provocaron la gestación de un movimiento autómico en una de las
regiones más marginadas del estado y del país? El movimiento de Tehuipango se
inscribe en una época de depojo de tierras, luchas campesinas y represión, donde
cacicazgos regionales y el corporativismo estatal controlan el campo veracruzano. “A
través del control político de las masas rurales, el Estado mexicano logra asegurar la
reproducción de las relaciones de producción en el campo: asegura el estado continuo de
violencia, lucha y despojo, típico del proceso de acumulación primitiva permanente”
(Bartra, 1978, p.26).
De 1980 a 1984 “en Veracruz mandan las armas”: matanzas, secuestros, asesinatos,
desapariciones, donde el 70 % de los homicidos se cometen en el campo: “en Veracruz
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se ha creado un Estado de violencia dentro del Estado de derecho” (Velázquez, 1985,
p.11).
A nivel nacional, desde el sexenio de Luis Echeverría, la disputa por el campo se
libra en tres frentes: el gobierno, que impulsa una concentración y organización
monopólica estatal; la burguesía, que exige una política capitalista para la agricultura; y
las fuerzas de izquierda, que intentan organizar a las masas rurales pauperizadas. Pero el
agro mexicano vive una intensa crisis que desborda lo rural y sacude a la sociedad
entera. La estructura agraria mexicana está enredada en una contradicción permanente
(Bartra, 1982).
La región de las Grandes Montañas cuenta desde el siglo XIX con un “polo de
desarrollo” conocido ahora como “corredor industrial”, que no ha generado un
impactado positivo en el bienestrar de la vida campesina de la sierra de Zongolica.
Las Grandes Montañas se ubican en la parte central del estado de Veracruz, colindan
con los estados de Puebla y Oaxaca y está integrada por 57 municipios, de los cuales 50
son considerados rurales y siete urbanos. La región comprende un vasto territorio que se
extiende desde el Pico de Orizaba, las cumbres de Maltrata, el Valle de Orizaba,
Córdoba y las montañas de la Sierra de Zongolica.
Las Grandes Montañas es un territorio irregular con alturas desde cero hasta tres mil
metros sobre el nivel del mar. La región es rica en diversidad natural y coexisten zona
cálida, templada y fría. Se localiza en la subcuenca del río Blanco, que nace en las faldas
del Pico de Orizaba, lo cual permite la abundancia de recursos hídricos. Esta
característica ha favorecido las actividad agrícola, comercial y sobre todo industrial.
Casi el 70 por ciento del territorio de la región se destina a actividades
agropecuarias y en 22 municipios el total de la población se concentra en localidades
rurales. Los municipios con mayor porcentaje de población en localidades urbanas son
Río Blanco y Orizaba (99.9 %). Las zonas conurbadas de Orizaba y Córdoba
comprenden once y cuatro municipios respectivamente, donde viven mayoritariamente
mestizos (INEGI, 2010).
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La vocación ocupacional de la región ha cambiado, de agropecuaria e industrial a
servicios. 52.1 % de la población ocupada trabaja en el sector de los servicios, 26.8 % en
actividades agropecuarias y 20.4 % en la industria. Destaca la producción de caña de
azúcar, café cereza, maíz grano, chayote, papa, limón, frijol, gladiola y hule hevea. El
aprovechamiento y la producción forestal maderable son otra actividad económica
relevante. Con un impacto económico reducido, existe también la producción de ganado
bovino, avícola (gallinas), porcino y caprino.
Con relación a la industria, la región cuenta con un polo de desarrollo histórico
que tiene sus inicios a mediados del siglo XIX y principios del XX con las textileras en
Nogales-Río Blanco-Mendoza, y que a partir de la segunda mitad del XX se ha movido
hacia el corredor Orizaba-Ixtaczoquitlán-Córdoba con el desarrollo de la industria del
café, cerveza, construcción, alimentos, cosméticos, que en conjunto representa el 80.5 %
de la producción manufacturera de la región. Sin embargo, en más de un siglo el
desarrollo económico no ha traído bienestar social a las comunidades campesinas de la
sierra. Mano de obra barata, migración, clientelismo político, es el insumo de Zongolica
al polo de desarrollo.
Actualmente las comunidades indígenas y campesinas de la sierra viven una
situación conflictiva provocada por el interés de empresas transnacionales en la
explotación de sus recursos naturales mediante proyectos de inversión que cuentan con
el respaldo del estado mexicano. Las comunidades nahuas enfrentan presión sobre sus
tierras y recursos, lo que amenaza no solo su territorio, sino la existencia y reproducción
de su cultura. Muestra de ello son los proyectos hidroeléctricos que existen en la región,
de los cuales uno ya fue construido en la sierra Zongolica y funciona desde 2013.
La sierra de Zongolica está habitada por pueblos indígenas hablantes de la lengua
náhuatl. Los municipios con mayor porcentaje de población hablante de lengua indígena
son: Tehuipango (99.6 %), Mixtla (98.4 %) y Atlahuilco (96.9 %) (INEGI, 2010).
Tehuipango se encuentra en la sierra de Zongolica. Se ubica a 2360 metros sobre
el nivel del mar y tiene una superficie territorial de 111.04 Km2, el 0.0015 % de todo el
estado. Limita al norte con los municipios de Astacinga y Mixtla de Altamirano; al sur y
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al oesre con el estado de Puebla y al este con el municipio de Zongolica. El río
Moyoteampa, tributario del río Tonto, es afluente del río Papaloapan. Su clima es
templado-extemoso, temperatura media anual de 14.1º C, presipitación pluvial media
anual es de 1,800 mm. El ecosistema es el bosque tropical perennifolio, como el
guarumbo y jonotes.
En 1977 la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y
Grupos Marginados (Coplamar), lleva a cabo un programa para conocer la geografía de
los grupos marginados y ubicar las zonas deprimidas en el país, definiendo la
marginación como “aquellos grupos que han quedado al margen del desarrollo nacional
y de los beneficios de la riqueza generada, pero no necesariamente al margen de la
generación de esa riqueza ni mucho menos de las condiciones que la hacen posible”,
porque “la insastisfacción de las necesidades esenciales en México es menos un
resultado del bajo nivel de productividad que de la concentración de la riqueza social
prevaleciente” (Coplamar, 1982, p.22). La regionalización de Coplamar ubica a
Veracruz en la región Golfo-centro, cuyas zonas marginadas son la Huasteca, Papantla,
Altotonga y Zongolica, y su población indígena es de 360 309 habitantes. Los
municipios que integran la zona Zongolica son: Acutzingo, Apatlahua, Aquila,
Astacinga, Atlahuilco, Atzacan, Calcahualco, Coscomatepec, Chocaman, Ixhuatlancillo,
Maltrata, Mariano Escobedo, Mixtla de Altamirano, La Perla, Reyes, Soledad Atzompa,
Tehuipango, Tequila, Texhuacán, Tezonapa, Tlaquilpa, Tomatlán, Xoxocotla,
Zongolica. De los 1848 municipios considerados en el estudio de Coplamar para fijar los
índices de marginación en México, a Tehuipango lo ubican en el lugar 1841 con una
marginación “muy alta” (Coplamar, 1982). Y la ubicación de Tehuipango con “muy
alta” marginación continúa en el 2000 y 2010 (INEGI).
Marco teórico conceptual.La identidad se nutre de la memoria y pertenece a lo que Geertz llama la “fase
simbólica” de los significados culturales interiorizados, compartidos y relativamente
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duraderos, situados en contextos sociales específicos, y que ofrecen estabilidad,
persistencia y movilidad (Giménez, 1978). Las identidades colectivas no son discretas ni
homogéneas pero están bien delimitadas, son grupos que se diferencian de su entorno,
definen su orientación y medios, pero así como se hacen, se deshacen (Giménez, 1987).
Para Manuel Castells el poder de la identidad se traduce en luchas sociales,
movimientos proactivos y reactivos: de género, religión, nación, etnia, territorio. Es la
lucha cotidiana que busca un sentido a la historia que se vive y padece todos los días.
Los movimientos sociales como acciones colectivas conscientes que transforman
valores, instituciones, discursos, y que cuestionan o sostienen el proceso de
globalización, la democracia representativa o nacionalismos, a través de identidades
legitimadoras, de resistencia o de proyecto (Castells, 2003).
Desde los estudios de Gramsci la sociedad civil se mira como el dominio de la
actividad libre, como el espacio donde se desarrolla el conflicto y la lucha entre
dominantes y subalternos. Quien domina, dirige intelectual y moralmente a través de la
cohesión, el consenso y la resistencia. La sociedad civil vendría a ser la parte dinámica
de esa estructura ideológica por medio de editoriales, periódicos, mass media;
instituciones, escuelas, asociaciones, resistencias (Benedetto, 2004).
Tiempo y espacio en la sierra de Zongolica.La matanza de Tehuipango marcó un antes y un después en la región, porque: 1) es el
primer movimiento social que se gesta en la sierra de Zongolica de forma autogestiva y
que implanta un autogobierno municipal; 2) la represión del movimiento por parte de
cacicazgos locales y fuerzas del estado marca el incio de la militarización de la sierra,
que desde entonces es considerada por intelegencia mitilar como potencial foco
subversivo; y 3) el movimiento de Tehuipango inicia una etapa de luchas indígenas y
campesinas en la región que se extiende hasta el presente, por lo que el corte temporal
será 2010, que enmarca la llegada de los megaproyectos a la región.
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El TINAM (Timocepanoke Noche Altepame Macehualme: la Unión de todos los
Pueblos Pobres) es una de las primeras organizaciones que surgió después de la matanza
de Tehuipango y ha tenido una presencia importante en la sierra de Zongolica desde la
década de los ochenta. El TINAM es el resultado de una coyuntura política en la que
convergen ideologías de corte revolucionario, que en aquel entonces comenzaban a
influir en algunos grupos de las sociedades rurales, organizarse de forma independiente
de los centros de poder hegemónico tradicional. El TINAM reivindica una identidad
étnica y política, e implementa estrategias de luchas como el llamado a no votar por
ningún partido político, estrategia que años después retoma el zapatismo chiapaneco: no
a los partidos políticos ni a la izquierda institucional.
Otra de las organizaciones que ha tenido presencia importante en la región es la
Organización Campesina Indígena de la Sierra de Zongolica (OCISZ), que surge de un
rompimiento al interior del TINAM en el año de 1984. Los motivos principales de la
ruptura se debieron a que los hermanos Xocua no estaban de acuerdo con algunos
dirigentes del TINAM que se inclinaban por posturas radicales, como el llamado de “no
al voto”, incluso proponiendo la vía armada como forma de lucha. Los hermanos Xocua
planteaban que se debería seguir por la vía legal que reivindicara sus derechos, además
apoyaban a un candidato del PRI llamado Ricardo Zepahua.
La OCISZ tiene presencia en 14 municipios de la sierra de Zongolica y sus ejes
de lucha se centran en la defensa de los derechos humanos, la gestión de obra pública y
la implementación de proyectos productivos. La organización se ha centrado en negociar
con las autoridades y la lucha reivindicativa, pero permanece la confrontación con los
caciques locales y con las autoridades políticas institucionales.
La Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de
Zongolica (CROISZ), fundada en 1986, ha sido una de las organizaciones más activas en
los últimos años en la región. Al igual que el TINAM y la OCISZ, la CROISZ reivindica
su carácter étnico y su principal dirigente, Julio Atenco, ha capitalizado ese discurso
sobre todo en momentos importantes como en el contexto del surgimiento del EZLN en
1994. Los municipios donde tiene presencia son Soledad Atzompa, que es su centro de
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operaciones, y otros como Ciudad Mendoza, Acultzingo, Nogales, Maltrata, Atlahuilco,
Tlaquilpa y Xoxoxcotla; también tiene presencia en algunos municipios no indígenas
como Nogales, Maltrata y Orizaba. Al igual que muchas organizaciones indígenas en el
país, la OCISZ ha logrado construir una red de grupos y apoyos en muchos municipios
de la sierra de Zongolica y luchado por los derechos de los indígenas, lo que les ha
permitido conseguir recursos y mejoras de los medios de comunicación en la Sierra, así
como la lucha por explotar los recursos naturales que en muchas ocasiones son
concesionados a explotadores de bosques que sólo depredan los bienes ancestrales de la
región. En este proceso de lucha ha habido desencuentros con las autoridades y otras
organizaciones y acusaciones de traiciones y deslealtades; como todo proceso social está
lleno de conflictos.
La Organización Indígena Nahua de la Sierra de Zongolica (OINSZ) cuya
característica principal es la movilización social como medio para conseguir beneficios
para sus integrantes, surge en 1996 y tiene como principal dirigente a Isidro Tehuintle y
cuyo centro de acción es el municipio de Zongolica. Dice su dirigente que tiene
presencia en la mayoría de los municipios de la Sierra de Zongolica y aglutina a cerca de
20, 000 mil campesinos.
La UCANSZ (Unión de Campesinos de la Sierra de Zongolica y Tezonapa), es
otra organización que busca luchar por los derechos de los indígenas de la Sierra de
Zongolica y que en buena medida recupera los principios de las viejas organizaciones
históricas como el TINAM y la OCISZ. Tiene presencia en los municipios de Astacinga
y Tlaquilpa. Su principal dirigente es Margarito Romero Tzompaxtle.
En el año 2010 comenzó la construcción de la primera hidroeléctrica de un
proyecto de 112 presas para Veracruz aprobadas en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán.
El Proyecto Hidroeléctrico Veracruz impacta en tres Municipios de la Sierra
(Texhuacan, Mixtla de Altamirano y Zongolica) provocando la supresión del anterior
patrón territorial a través de una modificación del contexto socio-ambiental: despojo de
tierras y retención del agua para la generación de energía con fines privados. El caso
constituye un paradigma de cómo en el capitalismo neoliberal, el territorio adquiere una
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importancia primordial por representar el escenario en el que se manifiesta la
complejidad de las relaciones sociales y sus disputas. Hoy en día los procesos de
reproducción ampliada y la acomulación por despojo han llegado a lo que Aguirre
Beltrán definió como “zonas de refugio” (Aguirre, 1991).
Las comunidades están desmovilizadas y la propiedad legal individual no les
ayuda a defender su territorio, pues la mayoría de la tierra es propiedad privada. Su
unidad moral se ha debilitado en los últimos años a manos del negocio forestal y de los
múltiples programas federales y estatales de desarrollo que han introducido nuevas
relaciones económicas y políticas (Rodríguez y Álvarez, 1992). El cultivo de la milpa ha
venido perdiendo importancia social, económica y ambiental. Junto a esto se ha asistido
a un debilitamiento de la organización comunitaria basada en los ciclos festivos y
rituales.
En este contexto quienes han venido ocupando el vacío de la protesta y las
movilizaciones locales han sido las organizaciones históricas, como la OCISZ y la
CROIZ, y las asociaciones civiles de derechos humanos y algunos grupos regionales
organizados que se oponen a otros proyectos hidroeléctricos en el Estado de Veracruz,
como “Defensa Verde Naturaleza para Siempre” y “Salvemos al Río Cuenca La
Antigua”, colectivos que se oponen respectivamente a la construcción de las presas de El
Naranjal (Cuenca Alta del Río Blanco) y Jalcomulco (Cuenca del Río La Antigua); El
Centro de Derechos Humanos Toaltepeyolo, asociación local que opera en la región
veracruzana de las Grandes Montañas; La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y
Defensa Ambiental (LAVIDA), grupo estatal volcado a la defensa de los derechos
ambientales.
Las investigaciones sobre la región de Zongolica han girado en torno al estudio
de grupos étnicos, migración, pobreza, medio ambiente, género, pero poco se estudia
sobre las formas de organización social y el proceso democratizador que impulsan y los
mecanismo de control social. Pondremos atención en las características de la
organización comunitaria a partir del movimiento de Tehuipango. Si el mundo
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transcurre en un devenir aquí y ahora, la dado dándose, nos interesa enfocar el grado de
cohesión y desintegración social, mirar las formas de luchar en perspectiva histórica.
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