1
P ara que nuestro país pueda retomar la senda de crecimiento y desarrollo, con- sidero que lo que se requiere es hacer un buen diagnóstico de la situación y, a partir de ese buen diagnóstico, se deben elaborar políticas que modifiquen totalmente los plan- teos que está llevando a cabo el Gobierno. La Argentina atraviesa una situación de recesión económica, acompañada de una fuerte inflación. Esto en la jerga económica se llama estanflación, y refleja un cambio importante respecto de lo que venía pasan- do en los últimos años. Hace unos meses al- gunos economistas señalaban que se podía modificar la situación, pero las cifras del nivel de actividad del mes de septiembre desalen- taron esas expectativas. Probablemente, este año termine sin creci- miento y no me sorprendería que, si se hicie- ra un análisis serio, el PBI mostrara resultados negativos respecto del año anterior. Detrás de esto hay varios factores: el sector agrope- cuario ha tenido una caída importante debi- do a las condiciones climáticas negativas; el área de los hidrocarburos viene desde hace algunos años con una tendencia negativa que no se ha revertido; a esto se suman una fuerte caída en la construcción, en buena me- dida debido al enfriamiento del sector inmo- biliario, como consecuencia de las medidas cambiarias, la caída de la obra pública y de las expectativas, y la falta de inversión extranjera y nacional por la pérdida de confianza. Sectores que hasta ahora eran muy diná- micos como el turismo y la hotelería hoy ya no lo son. La pérdida de la competitividad, a raíz del uso del tipo de cambio como ancla in- flacionaria, se ha puesto de manifiesto, y esto desalienta el crecimiento en varias áreas que fueron fuertemente impulsadas luego de la devaluación de 2002, pero que ahora enfren- tan una relación de cambio inconveniente. La solución no pasa por más intervencio- nismo estatal, más controles, más gasto pú- blico, más déficit fiscal, que es lo que se está haciendo, sino todo lo contrario. Pasa por ge- nerar condiciones de seguridad jurídica, de confianza, por recuperar la relación del país con el sistema financiero internacional y po- der retornar a los mercados de crédito y de capital. La Argentina sigue teniendo un gran po- tencial de crecimiento y de captación de in- versiones. Somos un país medianamente de- sarrollado y seguimos ofreciéndole al mundo la posibilidad de explotar riquezas hidro- carburíferas, mineras y muchas otras. Estos sectores, en condiciones normales, deberían atraer grandes inversiones, pero el Gobierno decidió, por ejemplo, intervenir el mercado petrolero e implementó mecanismos de con- trol abusivo. Esto desalienta cualquier tipo de inversión, en un sector que debería atraer una gran cantidad de nuevos proyectos. Además, en el mundo estamos entre los primeros en lo que se refiere a índices de in- flación. Con este nivel de inflación, que hace imposible plantear y proyectar cualquier ne- gocio, con un Estado cada vez más interven- cionista y con reglas cambiantes no se genera un buen clima para invertir. Acá hay mucha ideología. La presidente Cristina Fernández de Kirchner está rodeada de personas que creen todavía en un socialis- mo del siglo XXI y que lo practican en forma heterodoxa respecto del mismo socialismo. Hay intervenciones absolutamente innece- sarias que responden a intereses políticos y limitaciones a la libertad de expresión. Todo esto tiene efecto en la economía, sobre todo cuando se trata de planificación de inversio- nes a largo plazo. Hoy el Gobierno tiene un déficit fiscal que está entre 3 y 4 puntos del PBI, y lo está finan- ciando con emisión del Banco Central y con el agotamiento de otras cajas del sector pú- blico. Hay un horizonte limitado para seguir en este sentido. El Gobierno debe darse cuenta que no hay que continuar por este camino y que tiene que haber un cambio en la visión de las po- líticas públicas. Las políticas aplicadas no nos llevan a buen puerto. Manuel Solanet, presidente de INFUPA Un cambio en la visión de las políticas públicas

Solanet

Embed Size (px)

DESCRIPTION

 

Citation preview

Page 1: Solanet

Para que nuestro país pueda retomar la senda de crecimiento y desarrollo, con-sidero que lo que se requiere es hacer

un buen diagnóstico de la situación y, a partir de ese buen diagnóstico, se deben elaborar políticas que modifiquen totalmente los plan-teos que está llevando a cabo el Gobierno.

La Argentina atraviesa una situación de recesión económica, acompañada de una fuerte inflación. Esto en la jerga económica se llama estanflación, y refleja un cambio importante respecto de lo que venía pasan-do en los últimos años. Hace unos meses al-gunos economistas señalaban que se podía modificar la situación, pero las cifras del nivel de actividad del mes de septiembre desalen-taron esas expectativas.

Probablemente, este año termine sin creci-miento y no me sorprendería que, si se hicie-ra un análisis serio, el PBI mostrara resultados negativos respecto del año anterior. Detrás de esto hay varios factores: el sector agrope-cuario ha tenido una caída importante debi-do a las condiciones climáticas negativas; el área de los hidrocarburos viene desde hace algunos años con una tendencia negativa que no se ha revertido; a esto se suman una fuerte caída en la construcción, en buena me-dida debido al enfriamiento del sector inmo-biliario, como consecuencia de las medidas cambiarias, la caída de la obra pública y de las

expectativas, y la falta de inversión extranjera y nacional por la pérdida de confianza.

Sectores que hasta ahora eran muy diná-micos como el turismo y la hotelería hoy ya no lo son. La pérdida de la competitividad, a raíz del uso del tipo de cambio como ancla in-flacionaria, se ha puesto de manifiesto, y esto desalienta el crecimiento en varias áreas que fueron fuertemente impulsadas luego de la devaluación de 2002, pero que ahora enfren-tan una relación de cambio inconveniente.

La solución no pasa por más intervencio-nismo estatal, más controles, más gasto pú-blico, más déficit fiscal, que es lo que se está haciendo, sino todo lo contrario. Pasa por ge-nerar condiciones de seguridad jurídica, de confianza, por recuperar la relación del país con el sistema financiero internacional y po-der retornar a los mercados de crédito y de capital.

La Argentina sigue teniendo un gran po-tencial de crecimiento y de captación de in-versiones. Somos un país medianamente de-sarrollado y seguimos ofreciéndole al mundo la posibilidad de explotar riquezas hidro-carburíferas, mineras y muchas otras. Estos sectores, en condiciones normales, deberían atraer grandes inversiones, pero el Gobierno decidió, por ejemplo, intervenir el mercado petrolero e implementó mecanismos de con-trol abusivo. Esto desalienta cualquier tipo

de inversión, en un sector que debería atraer una gran cantidad de nuevos proyectos.

Además, en el mundo estamos entre los primeros en lo que se refiere a índices de in-flación. Con este nivel de inflación, que hace imposible plantear y proyectar cualquier ne-gocio, con un Estado cada vez más interven-cionista y con reglas cambiantes no se genera un buen clima para invertir.

Acá hay mucha ideología. La presidente Cristina Fernández de Kirchner está rodeada de personas que creen todavía en un socialis-mo del siglo XXI y que lo practican en forma heterodoxa respecto del mismo socialismo. Hay intervenciones absolutamente innece-sarias que responden a intereses políticos y limitaciones a la libertad de expresión. Todo esto tiene efecto en la economía, sobre todo cuando se trata de planificación de inversio-nes a largo plazo.

Hoy el Gobierno tiene un déficit fiscal que está entre 3 y 4 puntos del PBI, y lo está finan-ciando con emisión del Banco Central y con el agotamiento de otras cajas del sector pú-blico. Hay un horizonte limitado para seguir en este sentido.

El Gobierno debe darse cuenta que no hay que continuar por este camino y que tiene que haber un cambio en la visión de las po-líticas públicas. Las políticas aplicadas no nos llevan a buen puerto.

Manuel Solanet, presidente de INFUPA

Un cambio en la visión de las políticas públicas