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Soliloquios de Homo sapiens William Guillén Padilla

SOLILOQUIOS DE HOMO SAPIENS – WILLIAM GUILLÉN PADILLA

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Soliloquios deHomo sapiens

William Guillén Padilla

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SOLILOQUIOS DE HOMO SAPIENS (1983-1993)

Edición al cuidado del autor, 2011

1ra. Edición física, Ediciones Petroglifo, 20041ra. Edición digital, Kokín e-book, 2011

2da. Edición digital, Petroglifo, [email protected]

Fotografía carátula: Jorge Tejada Salazar Copyright © William Guillén Padilla

Ilustración carátula, diseño y diagramación: Kokín e-bookDepósito Legal Biblioteca Nacional del Perú 2004-2483ISBN 9972-9680-6-5Partida Registral INDECOPI 00835-2009

Editado en el Perú

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Parlamento del autor

Este es mi primer libro de poesía. Llegó como llegan las aves o los hombres libres: de todos lados. Lo acogí como a un pájaro herido bajo una lluvia de metales, se elevó luego hermoso como un avión y no paró sino hasta llevarme a pieles de cristal y ciudades que siempre soñé.

Nació tarde como un fruto que nadie esperaba. Se cobijó bajo mi techo de estrellas y no pidió pan, sino un poco de paz para situarse exactamente en el centro de tu corazón. Allí aún está: lo sé cuando tu aliento le da vida y cuando su cuerpo de letras vivas brilla victorioso en las batallas que dejé por nada.

No sabe de casa, de estancias ni de patios de rosas muertas. Es un largo monólogo que no acaba en sus pá-ginas, sino que despliega sus alas de palabras y se eleva a lo hondo de tu espíritu de luz; es mi sombra y mi inicio, mi muerte y mi nacimiento.

No solo es un libro. Es un monumento a la inteligen-cia de todos. Nadie podría reprocharle el haber venido a tocar tu puerta de azúcar y sal. Nadie. Porque nació un día sin horas, un día sin espacio, un momento que aún es eterno bajo tu puente de esperanzas. Se abraza a tu almohada contagiado de sueños y verdades que, como la hoja de coca, saben amargas o dulces.

Este es mi primer grito, el que no hubo sino cuando lo esperabas. Esta es mi palabra que acurruqué húmeda como lengua saciada. No hay uno que podría decir que no es un viento indomable, que no se perfuma de fl ores de los pantanos; ninguno negaría que no ha bebido de la

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espada y la fl echa, que no ha transitado violetas playas donde aún mueren de dicha las palabras y las horas.

Soliloquios de Homo sapiens: mi canto, mi palma, mi sonrisa, mi corazón detenido para oirte cantarlo. Un homenaje al hombre que va solitario asumiendo su suerte de ave, su tristeza de monte seco, su pesadez de mar intenso. Un aplauso también que ausentó a las palomas de su pecho suave y enderezó los trigos aplastados por huracanes ciegos. O quizás, sólo un suspiro hondo como un volcán, capaz de encontrar al hombre y su memoria, al agua y su casa, al caballo y su galope, al ser intenso que escribe buscando entre sus prendas su cerebro para iluminar el camino y su corazón, con el fi n supremo de darle alto sentido a la productiva nostalgia.

William Guillén Padilla

En Nueva York, a propósito de la

segunda edición. Noviembre 1, 2010

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A la memoria deZoila Zúñiga Alarcón,

con el recuerdo de un pañolón repletode cobre y jardín.

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Casi siempreentre viajescorrecciones

y villas.

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Y entre mí, digoésta es mi inmensidad en bruto, a cántaros,éste es mi grato peso, que me buscara abajo para pájaro;éste es mi brazoque por su cuenta rehusó ser ala,éstas son mis sagradas escrituras.

CÉSAR VALLEJO

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VIGENCIALES DE OTRORA

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CONCIERTOS DE LA FORMA

Si atento escucho al viento oigo tu vozsi miro a la muerte oigo tu canto.

JURE KASTELAN

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TOPETEOS DE SAUCE LLORÓN

Pentagrama etílico

Cantos y miradas dispersosy nombres de felinos encantados.

En fi la india cual hormigas lágrimas en igual papeldanzábamos al compás de lluvias y semillasofreciendo un milagro al aleteo del ritmo.

De tu vientre las frutas huíany frente a tus senos avergonzábanse los cocoteros;así tu cuerpo se convirtióen reposado valle copado de chirimoyas.

Tumbó higos la abundanciay fue su dulce borrachera y apacible río.Mimó amor la pacienciay de amor se vistieron tus calamares.

Tumbada en el pasto reíasy tu risa atrajo para siemprela frescura,el colory la forma de tus quinuales.

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Grafos de luz

En playas,amor y hojas de la manoarmándose como rompecabezas.

Con alegría de manzanas sueltasdesvanecía el agua miel de algarrobo en sonrisa de niñatu cuerpo entre las rocas.

Bastaba entonces paso caracolpara retornar y entonar sin mayores preámbuloscantos de cuculí en sol menor sostenido.

Sabíamos que la felicidadlibre langosta manos sueltas al bienquererera cientos de mariposas en amical congreso.

Venus lejana gaviota de alas ardiendoempezaba inicial concierto en antaray nosotros avergonzados cangrejoscuerpos fatigados en el tuyo acurrucábamossimulando arena revoloteandodesde dentropara tu deleite.

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Emigración del ser

En el norte de tu tallealas y corazón de cóndor se tejían.

En vuelo de garzas eras montaña o garúa gigantesca mora disuelta en toda glándula gustativa.

Y cóndor y garza buscando tu forma de frágil costureracaravana rumbo al sur emprendían.

Y así fue,y así tenía que ser.No de otro modo.

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PERCEPCIONES

Rasgos del marinero mayor

Nariz tupida.Cabellos de viruta.En alta mar monstruos suenan sonajas de locuray marineros orinan en su estado cuerdo.Yo espantado fantasmaotra historia absorbo.

Nariz tupida dijepelos de viruta mencioné.

El almirante remira su constelación eterna,yo abro mi canto y oigo novedades.

Aquí en los confi nes de lo desconocidotodo tiene otro sentido.Todos esperamos la gran serpiente.

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Viernes doce: fallido presagio

Dos de la mañana.Cielo abierto.Quiero decir que el rumbo no es el rumboy ya la alegría viene suelta.

Las primeras fogatas del Gran Khanalumbran su desventura.

El fi nal está empezando,o por empezar,lo que es igual.

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Semáforo

Carabelas en altamar cascaritas de nuez en bamboleo.Colón el teórico del viejo mundosumergido en su ardorrema ideas y planospólvora y playas,nada le importa más que el oroel oro y el oro.

Encienda luz roja fraternal caciqueque la vida viene muertay el sol el gran solse apaga ante lo inminente.