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¡¡Suerte, Jack, Suerte!!

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Novela del Oeste

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RALPH BARBYSUERTE, JACK, SUERTE!!

ColeccinBUFALO SERIE ROJA n. 1.011 Publicacin semanal Aparece los JUEVES

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS - MEXICODepsito Legal: B. 1.288 -1973 ISBN 84-02-02509-9Impreso en Espaa- Printed in Spain1.a edicin: marzo, 1973 RALPH BARBY-1973texto JOSE CURTIELLA-1973cubiertaConcedidos derechos exclusivos a favor de EDITORIAL BRUGUERA, S. A. Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S. Mora la Nueva, 2 - Barcelona 1973

ULTIMAS OBRAS DEL MISMO AUTOR PUBLICADAS POR ESTA EDITORIALEn Coleccin COLORADO:789. Lrgate, Jack!En Coleccin KANSAS:744. El comisario rebelde.En Coleccin CALIFORNIA:820. En el ojo del buitre.En Coleccin BRAVO OESTE:585. Colt a sueldo fijo.En Coleccin SERVICIO SECRETO:1.164. Los espas verdugo.En Coleccin SALVAJE TEXAS:873. Botn para coyotes.En Coleccin PUNTO ROJO:562. Mavors el Murcilago.En Coleccin ASES DEL OESTE:647. Los torturados de Nogan.En Coleccin BISONTE SERIE ROJA: 1.310. Sucedi en Kansas.En Coleccin BUFALO SERIE ROJA:1.004. Faldas en la diligencia.En Coleccin BISONTE SERIE AZUL:102. Una mujer entre dos amigos.En Coleccin BUFALO SERIE AZUL:37. Cava tu tumba. Foxy-Jo.

CAPITULO PRIMERO

Harold V. Lugan cabalgaba al trote sobre su excelente caballo importado de Irlanda. A derecha e izquierda lo hacan, respectivamente, Donald, su capataz y OConnor, el ayudante de Donald.El rancho Green Stone era tan vasto en su extensin como ubrrimo en sus pastos. Se deca de l que hasta en las piedras creca la hierba, de ah su denominacin.A Harold V. Lugan no le agradaba cabalgar en exceso. Los aos pesaban sobre su cuerpo que haba luchado mucho a lo largo de toda la vida. Sus hombros eran anchos y su cuello, corto. Era un hombre emprendedor y as lo demostraba cuanto haba conseguido. Su nombre poda verse en el rancho que le perteneca y tambin en la ciudad de Farson, en el almacn, el silo, la herrera y el Banco, y muchas eran las casas que haban obtenido prstamos de l.Era difcil hallar a quien pudiera hacer sombra a Harold V. Lugan en todo el territorio, mas no pareca tener enemigos.Nadie le discuta que l tuviera la mayor cantidad y calidad de ganado, por ello los mejores precios eran siempre para Lugan.No pona la bota sobre la cabeza del prjimo pero tampoco ceda. Eran muchos los que le apreciaban y quienes pudieran odiarle no lo demostraban, quiz porque pensaban que podan terminar solicitando un prstamo en el Banco de Lugan y la enemistad era muy mala cuando se iba a pedir dinero.Al llegar a la parte del ro donde ste doblaba primero a la derecha y luego a la izquierda, formando una S, Lugan detuvo su alazn. En aquel lugar, el agua se remansaba y el ganado abrevaba en ptimas condiciones.Bajo el ala del Stetson color canela, la frente se haba perlado de sudor. El patrn del rancho estaba cansado.Y bien, Donald, dnde estn esas reses muertas?Qu raro, no se ven ahora. Estaban all abajo.Lugan mir a su capataz de reojo. Sarcstico y molesto a la vez, inquiri:No estaran echando una siesta y t has pensado demasiado en una posible epidemia de ntrax?No, yo las he visto, eran cuatro. Verdad, O'Connor?S, estaban all abajo. Ir a averiguar.Yo tambin dijo Donald . Aguarde aqu, patrn, ahora regresamos.Est bien, descansar un poco. Cada vez me cuesta ms mantenerme sobre la silla.Harold V. Lugan desmont para sentarse sobre la fresca hierba cuando, de pronto, se vio rodeado por cuatro hombres que ocultaban sus rostros bajo los pauelos y le encaonaban con sus respectivas armas.Eh, qu es esto, un asalto?La voz de uno de los hombres orden:Con cuidado, Lugan. Qutese el revlver de la funda y arrjelo lejos.De modo que me conocis...Obedezca si no quiere ir al infierno amenaz apremiante el tipo que le hablara con anterioridad.Est bien, pero si me hacis algo os vais a arrepentir. Soy el hombre ms poderoso en quinientas millas a la redonda.Lugan arroj el revlver lejos de s, con cuidado para que no le dispararan, pues se hallaba totalmente rodeado por los enmascarados.Sus amigos estn lejos ahora, Lugan.Qu queris de m, quines sois? Por supuesto que irnos cobardes, ya que os cubrs la cara.Lugan, es usted un hijo de perra y adems est viejo.Qu quieres decir con eso de que estoy viejo? Porque si soy hijo de perra, tu madre se quedaba con la pulgas que escupa la ma.Maldito sea!Aquel tipo quiso darle una patada en la cara, pero su compaero lo contuvo dicindole:No, no debe tener ninguna seal, es lo acordado.Lugan pareci reconocer la voz y comenz a decir:T, t eres...Escuch un ruido inesperado pero que tambin identific en el acto y que le impidi seguir hablando para volverse con rapidez. El sonido no era otro que el maligno cascabel de un crtalo.El tipo enmascarado que tena a su espalda, a todas luces un mexicano por su sombrero, pantalones y espuelas de larga espiga, sujetaba al reptil por la base de su nuca entre sus dedos pulgar e ndice, de modo que los mortferos colmillos nada podan hacerle a l. La serpiente se hallaba visiblemente furiosa.Es suya, Lugan!El aludido brinc para escapar a la cascabel que le lanzaban encima.No, no!La serpiente se alej rpidamente tras terminar con el papel de verdugo que se le haba asignado er aquella ejecucin a cielo abierto.Harold V. Lugan consigui ponerse en pie rugiendo de dolor.Asesinos! grit escupiendo su rabia ante una muerte que vea llegar al galope.Donald, OConnor! grit en demanda de auxilio.Vamos, el veneno har el resto gru el que hablara primero.Me gustara verlo reventar dijo otro del grupo.Los cuatro enmascarados desaparecieron rpidamente como llegaran.Harold V. Lugan, enrojecido por el dolor, con una hinchazn en su pecho que era donde le haba mordido letferamente la serpiente de cascabel, se arrastr con la vista nublada hasta recuperar el revlver y boca abajo, como pudo, comenz a disparar un cartucho tras otro, alertando as a quien pudiera orle.Los balazos retumbaron a lo largo del ro, entre las colinas, bajo el sol brillante de Wyoming.

* * *Las paladas de tierra cayeron pesadamente sobre el lujoso fretro conteniendo los restos de Harold V. Lugan.Acababa de ser depositado en el fondo de la fosa cavada en el pequeo cementerio particular de los Lugan, ubicado a la sombra de un frondoso roble, mirando al Este y a unos cincuenta pasos de la casa.All estaba enterrada la seora Lugan y un hijo que haba muerto en una cada de caballo a los siete aos de edad.Vernica Lugan presida el duelo. Vesta de negro y una gasa ocultaba su rostro.Era difcil adivinar lo que pensaba en aquellos momentos la joven que quedaba hurfana y heredera de toda la fortuna Lugan.Una lstima, no se pudo hacer nada. Cuando lo recogimos ya agonizaba coment Donald en voz alta.Las serpientes son el smbolo del diablo rezong el juez Evans..Era el nico que vesta frac y chistera. Sin embargo, los dems iban tan pulcros y compungidos como negras eran sus ropas. En una segunda fila estaban los vaqueros del rancho Green Stone que sumaran la treintena.Frente a Vernica, al otro lado, se hallaba casi toda la representacin de Farson City. Mucha de aquella gente dependa de la fortuna y el poder de Lugan.Se levant una ligera brisa que se hizo molesta, alzando velos y azotando faldas. La tierra, como si se negara a cubrir la fosa, se levant irritando los ojos. Aquella deba ser la tierra ms seca a todo lo largo y ancho de Green Stone.Los muchachos harn el resto. Ser mejor que regrese a la casa, seorita Lugan.A travs de la gasa, mir al alcalde Williams, un hombre alto y que sola vestir elegante. Se comentaba que haba sido tahr en Omaha, pero que se haba ganado la confianza de Harold Lugan al descubrir a unos ventajistas que trataban de robarle.Williams no era todava maduro y se consideraba a s mismo atractivo. Alardeaba de lo cuidadas que estaban sus manos y de la velocidad con que poda desenfundar su Colt, y era hombre que en las situaciones difciles saba arreglrselas para que todo saliera segn sus deseos.No replic rotunda . Permanecer aqu hasta que se termine de cubrir la sepultura de mi padre y coloquen la lpida.El juez Evans, el hotelero Higgins, el banquero Master, Brennen, el hombre que controlaba el almacn, el sheriff Poot y Donald, el capataz del rancho, se disponan a desfilar, pero al ver que la muchacha permaneca quieta, hicieron lo propio, aunque de mal humor. El polvo les obligaba a cerrar los ojos.Vamos, daos prisa apremi entre gruidos la voz de Donald a los sepultureros.Al fin, fue terminada la sepultura y todo el pueblo desfil frente a Vernica Lugan que, a sus dieciocho aos, hermosa pese al luto, se ergua espigada, algo altiva y preocupada por el futuro.Todo aquel imperio no era para ser gobernado por una mujer. Aun siendo varn, haba que ser como Harold V. Lugan para gobernar las riendas de todos los que tiraban de aquel tronco de poder y que no se desmandase, pero, Harold Lugan haba muerto. Una serpiente de cascabel le haba inyectado su ponzoa mortfera.Con el sombrero en la mano, los vaqueros del Green Stone desfilaron observando de reojo a Donald, su todava joven, duro e implacable capataz.Harold Lugan confiaba en Donald, pero no tanto como para no controlarle. Sin embargo, teniendo ahora a una muchacha por patrona, ya quedara sin vigilancia haciendo y deshaciendo a su libre albedro.A nadie le caba duda de que Donald sera el hombre fuerte de Green Stone y haba que congraciarse con l.Vernica or durante unos segundos por su padre, azotada su falda negra por el viento que haba dejado de ser brisa mientras el cielo se oscureca encolerizado, pregonando que habra tormenta.Despus, anduvo de regreso a la casa. Cuatro o cinco pasos tras ella mova sus pequeas pierna la gorda Sara, que haba cuidado de la joven desde el momento en que naciera y mucho ms cuando su madre muri.El grupo de hombres importantes en la ciudad caminaron tambin hacia la casa. Ninguno de ellos deca nada, pero en cada mente bullan proyectos.Al llegar a la casa, Donald se encarg de cerrar la puerta. El cielo estaba negro y la lluvia no tardara en caer.Disclpenme, caballeros, voy a cambiarme.Seorita Lugan comenz a decir el juez Evans con su chistera en la mano y tocndose con movimientos nerviosos la pequea y bien cuidada barba entrecana le agradeceremos que baje en cuanto pueda. Vamos a reunimos aqu, bajo este techo que tanto respetamos, para tratar de ayudarla a enfrentarse al futuro. Usted es la heredera de todo, pero menor de edad y muy joven todava.Hablen, hablen cuanto quieran, luego bajar a verles dijo Vernica mirndoles intensamente. Su rostro era grave y plido, palidez que destacaba ms debido al intenso negro de sus ropas.Nadie dijo nada hasta verla desaparecer. Luego, se miraron unos a otros y Donald, con aire de suficiencia, indic:En la biblioteca estaremos mejor. All hay una larga mesa y sillas para todos.Ya en la biblioteca, el juez Evans ocup la cabecera de la mesa y comenz a hablar.Lugan ha muerto, su hija es la heredera y por tanto, la duea de casi todo Farson City, lo que equivale a decir que casi todos dependemos de lo que ella tiene.En tono de protesta, el hotelero Higgins objet:La seorita Lugan, bueno, para qu tantos rodeos?, Vernica no va a poder controlarlo todo. Debemos formar una junta de tutela y control de sus bienes para que todo vaya bien. Tenemos ese deber y ese derecho, ya que nuestro dinero depende de ella y no vamos a perderlo, verdad?Williams, el cuidado y elegante Williams, pregunt:Juez, usted que sabe de leyes ms que nadie, qu dice a eso?La seorita Lugan es menor de edad y como la ciudad depende de ella econmicamente, precisa una tutela que yo, como juez, puedo otorgar legalmente.Donald, que era el nico que se haba quedado en pie junto a una ventana, cuando comenzaban a caer las primeras y gruesas gotas contra los cristales, tratando de perforarlos y profanar la casa mientras los truenos hacan temblar sus paredes, dijo:Usted no nombrar a nadie en particular como tutor salvo que sea yo ese hombre.T, Donald, por qu t? pregunt Brennen, el del almacn. Yo soy ms viejo en el lugar, podra ser yo.O yo se apresur a objetar el banquero Master. Soy ms viejo en edad y podra aconsejarla bien. Siempre he aconsejado a su padre adecuadamente.Calma, caballeros pidi el juez . Creo que todos los que estamos aqu desearamos ejercer la tutela deVernica y la verdad es que todos tenemos derecho, pero los dems se molestaran y como no deseo recibir un balazo si nombro a alguien en particular, pues los dems iban a odiarme, sugiero que compongamos entre todos una junta tutelar hasta que Vernica Lugan alcance la mayora de edad o se case por propia voluntad, siendo nosotros testigos de la boda.Williams ech su silla hacia atrs a modo de balancn y con una sonrisa irnica, dijo:S, es lo mejor. De este modo, podremos vigilarnos mutuamente. No hay que olvidar que Vernica, adems de joven, es muy hermosa y la chica ms rica en miles de millas a la redonda. Cualquiera hara un buen negocio casndose con ella.El juez Evans carraspe.Creo que hay ciertas cosas que sera mejor callarlas en este momento. Son de mal gusto aunque nadie pueda olvidarlas.A partir de aquel momento, naci una rivalidad entre el grupo de hombres. Los ms jvenes tenan la posibilidad de quedarse con todo si conseguan casarse con Vernica, y los viejos no.Los dos jvenes eran Donald, el capataz, y Williams, el alcalde refinado y elegante. Puesto que todos los que estaban all haban credo llegada la hora de sacudirse el yugo Lugan, vean con malos ojos que sus posibilidades de quedarse con lo que crean iba a pertenecerles pasara a manos de un Donald o un Williams, ambos muy capaces de mantener el yugo y estrecharles la soga alrededor del cuello si haca falta.En medio de uno de los truenos y cuando la luz era escasa en la biblioteca debido al oscurecimiento del cielo, se abri la puerta apareciendo Vernica Lugan.Surgi ante ellos como un mundo de luz; se haba vestido completamente de blanco.Seorita Lugan dijo el juez Evans parpadeando mirarla ciega los ojos.Pues tendrn que acostumbrarse. El blanco me gusta ms que el negro, pero el negro lo llevo dentro, oprimiendo mi corazn.Lo comprendemos. Todos queramos a su padre, el hombre ms respetado del territorio.Mi padre era respetado porque se haca respetar. Ahora, por favor, dganme qu les sucede; les veo muy sombros.El juez Evans habl por todos.Ver, seorita Lugan, hemos decidido formar una junta de tutela entre los que estamos aqu, ya que todos defendamos los principales intereses de su padre en paz descanse. Creo que a todos nos conoce y para que no tenga problemas en el porvenir, hasta su mayora de edad o hasta que se despose con quien desee, llevaremos adelante la tutela de sus intereses. Usted vivir tranquila, sin preocupaciones, y esta junta le rendir cuentas en todas las ocasiones que lo desee. De este modo, tal como su padre hubiera deseado, todo continuar como hasta ahora. No hay que olvidar que fue su propio padre quien eligi a cada uno de los que estn aqu para el trabajo que lleva a cabo y la prosperidad siempre le acompa. Es nuestro deseo que siga acompandole.Un bonito discurso, juez Evans. Yo les respeto a todos ustedes y s que debido a mi edad no iban a tolerar que yo cargara con todo el peso del poder que representa el nombre Lugan. S que, legalmente, pueden nombrarme un tutor cuando no exista pariente alguno. Yo seguir confiando en todos y en cada uno de ustedes como lo hizo mi padre en vida. Todos sonrieron satisfechos al ver que iban bien las cosas, mas lleg el peroLamento que su inters haya sido estril, pues ya he escrito una carta a mi primo Jack para que venga a ayudarme a llevarlo todo y l, por supuesto, es mayor de edad.Una carta, cundo? pregunt el banquero Master.Esta madrugada, cuando la diligencia ha partido, se ha llevado mi carta.Si no se ha movido de casa objet Donald.Creo que, como patrona del rancho, tengo derecho a que los hombres que trabajan en l sean de mi confianza. Siendo as, uno de ellos ha llevado la carta a la diligencia. Vernica comenz a caminar alrededor de los hombres sentado frente a la mesa. Siento haberles causado una decepcin, parecen ustedes molestos.Seorita Lugan, ignoraba que usted tuviera un primo llamado Jack gru ms que observ el propietario del almacn, que saba muy bien lo que podra ganar sin ser controlado el establecimiento que terminara siendo totalmente suyo.Pues lo tengo. Se llama Jack Dylan y es hijo de ta Patricia, hermana de mi padre en paz descanse, y de to Therence Dylan, fallecido tambin. Espero que acuda a mi llamada. Es eso legal, juez Evans? pregunt ligeramente irnica.S, claro que es legal, pero para hacerlo oficial deber llegar aqu su primo. Creo que todos estamos deseando conocerle.Nadie dijo nada. Todos haban quedado en suspenso, como si acabaran de recibir la mayor sorpresa de su vida.Estoy segura de que todos se hallan ansiosos por conocerle y slo espero que llegue cuanto antes para que satisfagan su curiosidad. Ahora, caballeros, aunque mis ropas sean blancas, el dolor me embarga y creo que sabrn comprender mis deseos de soledad.Como si se produjera un doble entierro, en silencio y con las caras tan largas como si ahora sepultasen a la mujer propia o a un hijo, todos desfilaran hacia la puerta. Afuera llova torrencialmente.Algunos, entre ellos el banquero Master, hicieron instinto de retroceder, pero Vernica no se ofreci a mantenerlos bajo su techo por ms tiempo.Los vio desaparecer corriendo bajo la lluvia, salpicndose de barro las perneras de los pantalones, ajustndose los sombreros. De haber tenido un odo de lobo, los hubiese odo maldecir.Donald se haba quedado junto a la puerta, vindolos alejarse con cierta sonrisa de triunfo sobre los dems. Vernica se encar con l.Donald, s que mi padre te apreciaba y yo espero hacer lo mismo. Eres un capataz excelente.Eso espero ser, Vernica.La joven movi la cabeza negativamente para puntualizar:Soy la seorita Lugan para todos. Algunos podran molestarse si vieran en m preferencia hacia alguien en particular.Est bien, seorita Lugan, como quiera respondi algo molesto pero manteniendo su sonrisa suficiente.Donald, mi padre te haba asignado una habitacin en esta casa, pero comprenders que faltando l y quedando aqu dos mujeres solas, debers ir a tu dormitorio en el barracn de los vaqueros. Podran hablar mal de una situacin aparentemente equvoca.Vernica, digo, seorita Lugan, si alguien habla mal, yo...S lo que hars t, Donald, pero ms vale prevenir que terminar a tiros con alguien con la lengua tan venenosa como la serpiente que mat a mi padre, de modo que te irs a tu dormitorio del barracn.Es definitivo? pregunt ensombreciendo su mirada.S.Como ordene, maana recoger mis cosas.Donald, que no quera precipitar las cosas en el rancho, pues los dems que trataran de componer la junta de tutela se le echaran encima, abandon la casa bajo la lluvia mientras Vernica cerraba la puerta y corra el cerrojo.Apoy su espalda contra la madera y respirando hondo, desdobl una vez ms aquella nota annima que alguien arrojara al interior de su alcoba, a travs de la ventana, lastrndola con una piedra.A SU PADRE NO LE SALTO UNA SERPIENTE, SE LA PUSIERON ENCIMA PARA ASESINARLO.UN AMIGO.Padre, padre, yo te vengar! gimi.Un trueno, que estall al unsono que el relmpago que debi caer en alguna parte de la casa, la hizo temblar mientras la iluminaba con su cegadora luz.CAPITULO IILlamaron a la puerta de la casa del Green Stone.Desde la muerte de su padre, Vernica, que viva sola en compaa de su doncella Sara, mantena la puerta cerrada. Tericamente, los vaqueros de su rancho, al frente de los cuales estaba Donald, deban proteger la casa, en especial a ella, pero desconfiaba.Su fuerza era escasa para defenderse del ataque de un hombre y, por supuesto, disparando armas no era ni siquiera regular, pese a que su padre haba tratado de ensearla a manejarlas.Sara fue a abrir la puerta y en ella apareci el juez Evans, el sheriff Poot, el alcalde Williams, que tena muy poco trabajo que hacer adems de lucirse entre las damas de Farson City, y Donald, el capataz.Hola, Sara. Queremos ver a la seorita Lugan.Seorita, seorita, ha venido el juez y...!No es necesario que grites, Sara, ya te oigo dijo la propia Vernica apareciendo por la puerta del despacho que quedaba a la derecha de la entrada.Seorita Lugan, tenemos algo importante que comunicarle dijo el juez Evans, que llevaba la voz parlante del grupo.Bien, les escucho.Es penoso lo que voy a decirle, pero as es la vida, seorita Lugan.Parece que retrasando la noticia no va a ganarse nada, juez Evans.La joven demostraba un gran aplomo, una inesperada seguridad en s misma que los sorprendi a todos.Ver, a unas veinte millas de Farson City, y cuando se diriga hacia nuestra ciudad, ha sido asaltada la diligencia del Este.Un hecho reprobable y lamentable, juez. Han habido heridos?Muertos todos, seorita Lugan. Los bandidos han sido implacables. De no ser por un vaquero que pasaba por all y que ha comunicado la noticia, hubiramos tardado algunos das en enteramos. Por fortuna, slo iban tres pasajeros.Adems del mayoral y su ayudante agreg Williams.Pero todos han muerto corrobor el banquero Master.Hay demasiados bandidos por estas montaas gru Donald. Sheriff, tendra que hacer una batida contra ellos.Seguro que escaparan de mi jurisdiccin. Son muy listos.Caballeros, todo lo que ustedes dicen es muy lamentable. No favorece a Farson City el que haya sido asaltada su diligencia y asesinados sus ocupantes, pero no veo el porqu la noticia tenga que afectarme especialmente a m.Con el sombrero en la mano, el juez Evans dio ms gravedad a su voz y comunic:Es que uno de los pasajeros asesinados era Jack Dylan, su primo. Todos lo sentimos.No me digan. Que mi primo Jack Dylan ha sido asesinado por unos bandidos desconocidos?La noticia no parece afectarle demasiado gru Donald, malhumorado por haber sido sacado de la casa. Aquello mermaba sus posibilidades de convertirse en el amo de todo el imperio Lugan.La noticia no me afecta pero s me sorprende.Puede creerlo, seorita. Hemos trado los cadveres para sepultarlos aqu.Bien hecho, juez, pero no pongan una lpida a nombre de Jack Dylan.Por qu no? Acaso tiene algn inconveniente, seorita Lugan?inquiri esta vez el banquero Master.El inconveniente es que Jack Dylan no ha muerto, est vivo.Creo, seorita Lugan, que la noticia la ha confundido comenz a decir el juez Evans.Vernica no le dej terminar, llamando:Jack, ven, te presentar a los hombres ms importantes de la ciudad! Todos dependern de ti ahora.Ante los ojos expectantes e incrdulos de los presentes, apareci un hombre alto, de difcil edad, pero que no llegara a los treinta aos.Su cabello era cobrizo, lacio y abundante y sus ojos, del color del acero recin bruido. Vesta una camisa azul oscura de seda, y pantalones ajustados negros. Canana con gran hebilla de plata con la figura estilizada de un puma labrada y la posicin de su revlver algo bajo pero no demasiado, con la culata muy hacia fuera, limpia y sin estorbos para empuarla, delataban que era un hombre acostumbrado a usarla.Su mandbula grande, sus poderosos dientes y su sonrisa irnica daban a entender que no era fcil burlarse de l.Hablaban ustedes muy alto y he odo el desagradable suceso de la diligencia.El sheriff Poot interrog dubitativo:Usted es Jack Dylan?Tenamos noticia de que Jack Dylan viajaba en la diligenciapuntualiz el alcalde Williams, que no mir con buenos ojos a aquel hombre que poda agradar a las mujeres tanto o ms que l.Ambos eran arrogantes. Williams cuidaba mejor sus ropas, pero Jack Dylan era ms varonil. Era la mezcla de Donald y Williams con algo ms que no tenan ninguno de los dos y que resultaba difcil de definir.Vern, todo tiene una explicacin. Yo, al recibir me dije que deba venir en seguida, pero soy algo bromista, no puedo remediarlo, y le di cincuenta dlares a un tipo llamado Gregory Sanders que conoc en Sundance City para que viajara en la diligencia con mi nombre. El, falto de dinero, acept. Yo imaginaba que Vernica se llevara una sorpresa al verle pero, por lo visto, mi broma ha terminado mal. Siento pena por Gregory Sanders; ha muerto por la suma de cincuenta dlares. Quin iba a decirle que la diligencia sera asaltada y moriran sus ocupantes?Una broma un poco macabra, seor Dylan, o quien quiera que sea gru el banquero Master.Parece que veo algo de escepticismo en sus miradas, caballeros. Aadir que yo prefer venir montado en mi caballo y tomando atajos mientras otro viajaba con mi nombre en la diligencia. La suerte ha querido que yo llegara y l no. Nadie poda esperarlo, mi ruta era ms peligrosa.Y es seguro que ese hombre se llama Gregory Sanders? pregunt el juez Evans, tan molesto como los dems.Si dicen que han trado su cadver a Farson City, slo tienen que hacerle un retrato y enviarlo al sheriff de Sundance. El les confirmar lo que digo. De este modo, no tendrn ninguna duda al poner el nombre de Gregory Sanders en la lpida sobre su tumba.Naturalmente que lo comprobaremos, Dylan. El asalto a la diligencia est rodeado de misterio, no hay huellas de caballos.No me diga que slo han asesinado y no robado.Eso es lo extrao. Han disparado contra todos los que viajaban en el carruaje, pero no han robado. La verdad es que nada importante haba que robar en esa diligencia salvo el escaso dinero que cada pasajero pudiera llevar consigo.Jack Dylan coment con sarcasmo:Sera una pena que hubieran muerto cinco hombres inocentes porque alguien deseara asesinar a Jack Dylan y, desgraciadamente para ese alguien, Jack Dylan no viajaba en la diligencia.Qu est insinuando, Dylan, que todos esos asesinatos han sido cometidos con la nica intencin de matarle a usted? pregunt incrdulo el juez Evans.Es una posibilidad.Y por qu alguien habra de hacer tal cosa, Dylan? Acaso tiene usted tantos enemigos?Todos tenemos enemigos, pero posiblemente los mos se multiplicaron por cien en el momento en que mi prima Vernica decidi pedirme que viniera a Farson City para ayudarla a hacerme cargo de todo.Yo tambin creo lo que dice Jack corrobor la joven. Precisamente ahora que estn aqu y que ha llegado Jack, voy a aclarar un punto.Usted dir, seorita Lugan respondi el juez por todos.La noche en que mi padre era velado aqu, hall una nota en una habitacin en la que me decan que no haba muerto casualmente, que haba sido asesinado.Eso es absurdo, y disculpe que lo diga as, seorita Lugan. El doc comprob que su muerte fue causada por la mordedura de una serpiente de cascabel.S, pero a un hombre tambin se le puede asesinar con una serpiente de cascabel. No es cierto, Donald?S, si se le pone la cascabel encima. Si desconfa de m le dir que estaba con OConnor cuando su padre comenz a disparar. Al regresar haba perdido ya el conocimiento.Quiz los balazos que dispar no fueron para llamar la atencin sino para atacar a su asesino. Sea lo que fuere, sheriff, tiene que comenzar a investigar. El asesino de mi padre debe pagar.El juez Evans objet:Tambin poda haber mentido el hombre que le envi la nota. Por cierto, nos gustara verla.Yo la tengo dijo Jack Dylan sacndola del bolsillo de su camisa; tena seales de haber estado muy arrugada.El juez la ley y despus coment:Quien la ha redactado no es un literato precisamente. Tiene faltas de ortografa y apenas sabe escribir.Eso no es obstculo para que diga la verdad puntualiz Vernica.Investigaremos, pero me parece una acusacin absurda dijo por su parte el sheriff Poot.El alcalde Williams agreg:Adems, a estas alturas sera muy difcil buscar rastros de lo sucedido. El otro da hubo tormenta, no habr huellas en ninguna parte.El asesino o asesinos de mi padre sern descubiertos. Mi primo Jack Dylan tambin tiene mucho inters en ello. No es cierto, Jack?Naturalmente, Vernica, y as deben de creerlo los que han atacado la diligencia pensando que yo iba en ella, pero esta vez han fallado.Todo esto me parece absurdo, seorita Lugan insisti el sheriff.Quiz sea demasiada pretensin por su parte creer que el supuesto o imaginario asesino tratara de atacarle a usted dijo Williams con forzado desdn.No suelo equivocarme y pueden tacharme de engredo. Ya vern como la muerte de mi to Harold V. Lugan queda aclarada y mi prima podr vivir tranquila, sin temor de que traten de asesinarla a ella tambin. Usted, sheriff, investigar y yo tambin lo har por mi cuenta mientras llevo los asuntos de Vernica tal como ella me ha pedido. No es as, querida prima?S, Jack. Ustedes pasarn las cuentas de todo a Jack Dylan como si fuera a m misma. Creer ciegamente lo que l me diga y sentira tener que indisponerme con alguien que no acate mi decisin. Hay otros hombres con vala en Farson City que podran ocupar buenos puestos, desde la direccin de un hotel a la de un Banco.Seorita Lugan, insina que yo...? Bueno... comenz a protestar Master.No quiero decir nada a nadie en particular, slo que quien no haga las cosas como yo deseo, perder su cargo. Usted, juez Evans, vaya preparndolo todo. Yo me acojo a la proteccin de mi primo Jack Dylan hasta mi mayora de edad.De acuerdo, seorita Lugan, pero nos pone en una situacin muy delicada. Es como si desconfiara de nosotros, como si pensara que alguno quiso matar a su padre.Yo cambiara el quiso por el asesin, juez. Por supuesto, no puedo culpar a nadie, nada ms doloroso que acusar a un inocente por error, pero tengo fe en que todo se aclarar gracias a la llegada de mi primo. Ahora, olvdense de su junta de tutela. Se la agradezco, pero no es necesario que ustedes me controlen porque la situacin, no s si se dieron cuenta, es a la inversa. No debo controlarles a ustedes porque ustedes, a su vez, controlan mis negocios.Yo no formo parte de ningn negocio gru el sheriff Foot.Es verdad, pero cierta vez o a mi padre que fue l quien le puso la estrella de sheriff cuando precisamente tena dificultades para mantener a su familia. Yo no voy a quitarle la estrella, no tengo facultades para ello, pero si no adelanta en sus investigaciones no ser yo quien le vote en las prximas elecciones y si yo no le voto, puede imaginarse cunta gente se abstendr de hacerlo, sheriff. Que quede bien claro que no pienso utilizar mi influencia ni mi poder para conseguir nada ilcito, pero s para esclarecer la verdad acerca de la muerte de mi padre, pues creo que l o los asesinos estn entre quienes aparentaban apreciarle. Ahora que ya me han dado la desagradable noticia del asalto a la diligencia, les mego que regresen a su puesto y que no olviden que todos, de una forma u otra, dependen del nombre Lugan. Jack les ir visitando para averiguar cmo estn las cuentas en cada uno de los asuntos de pap.Estoy seguro, querida prima, que al final de las visitas no tendrs que despedir a nadie porque todos parecen muy honorables dijo Jack Dylan con cierta sorna.Sin siquiera un adis y pensando cada cual en sus problemas, todos salieron de la casa dejndolos solos.Qu te ha parecido, Jack?Una manada de buitres decepcionados y temerosos.Puede ser alguno de ellos el asesino?An me falta conocer a alguno de los nombres que me has dado antes en el despacho, pero el asesino puede ser cualquiera de ellos o todos juntos. No sera la primera ocasin que los perros se renen para asesinar al amo y quedarse as dueos de las gallinas.Vas a sospechar de todos?S, de todos. Por cierto, hay dos de ellos que te miran con ojos muy especiales.Qu quieres decir?Pues, que el tipo elegante, el alcalde y el capataz Donald, deduzco sus nombres por lo que me has descrito de ellos con anterioridad, te miran de forma muy especial, es decir, les gustas mucho como mujer y como heredera, por supuesto.Jack, eso son tonteras.No son tonteras, Vernica. T eres la chica ms bonita que haya pisado el territorio de Wyoming.Jack, a ver si tendr que desconfiar de ti tambin.El hombre sonri ligeramente. Ya dispuesto a regresar al despacho para continuar repasando los libros de Harold V. Lugan, respondi:No temas, a veces s comportarme como un caballero.Slo a veces?Eso he dicho. Ahora, disculpa, voy a devorar todos los libros de cuentas de tu padre, no quiero que se me pase nada por alto.Vernica le vio desaparecer en el despacho mientras ella se quedaba quieta.Al entrar Jack Dylan en la casa se haba sentido de pronto segura y amparada. De l irradiaba algo muy especial que le infunda proteccin y al mismo tiempo la atraa.Con movimiento instintivo, se retoc los cabellos y acercndose a un espejo comenz a escrutar su rostro, preguntndose si de veras era muy bonita.CAPITULO IIIAl entrar en el saloon de Farson City, adems de las chicas que lo alegraban, Dylan descubri al capataz Donald con la espalda pegada al mostrador.Con un vaso de whisky en la mano, contemplaba a la cantante, una chica hermosa, pero algo delgada para el gusto de Dylan.Hola, Donald. Disfrutando de las horas de ocio?Todos tenemos derecho al descanso, no? Se volvi hacia el mozo pidiendo: Srvele lo que quiera a mi cuenta.Gracias, Donald, eres muy generoso.Slo amistoso. He de paliar la mala impresin que debo causarle.Mala impresin, por qu?Esa absurda historia que algunos comentan ya de que el patrn fue asesinado, me pone en una situacin difcil. OConnor y yo le acompabamos, es decir, nosotros lo trajimos y no quisiera que pensara tonteras.Quiz el annimo slo haya sido un embuste para crear discordia en la ciudad, aunque tambin puede decir la verdad. Pudieron hacerlo mientras buscaban las reses, no?S, claro, pero me extraa mucho que teniendo el patrn la pistola en la mano se dejara poner una cascabel encima. Se encontr con el crtalo, eso es corriente, le mordi y lo mat, no hay ms. Todo lo que se haga a partir de aqu es perder el tiempo.Dylan tom el vaso de whisky que acababan de servirle y bebi la mitad de un solo trago, preguntando despus:Qu ha sido del sheriff Poot? No le he visto en su oficina.Ha ido al lugar donde la diligencia fue asaltada. Usted le hizo creer que exista una posible relacin entre el asalto y el hipottico asesinato del patrn. Poot, aunque grua, es un buen tipo.Si no ha habido crimen, la ciudad estar pronto tranquila, no habrn recelos, claro que es difcil olvidar el asalto a la diligencia. Fueron cinco muertos y no ha sido a consecuencia de la mordedura de un crtalo.Bah, se les da demasiada importancia. Desde que tiraba de la falda de mi madre que oigo hablar de asaltos a las diligencias y asesinatos en las montaas.La chica que estuviera cantando, una pelirroja de carcter vivaz, abandon el pequeo escenario para acercarse a los dos hombres.Se pintaba el rostro en exceso, y su escote era demasiado grande para el escaso busto con que la madre Naturaleza la dotara.Donald, no me lo presentas? No es el famoso Jack Dylan del que habla todo Farson City?Lrgate, Irene.Ests muy grosero, Donald. Desde que la heredera Lugan se qued huerfanita, sin padre que la proteja, piensas que puedes casarte con ella y hacerte el amo de todo?La mirada de Donald fue un dursimo latigazo. Haba tal crueldad en ella que la pelirroja tuvo miedo. Sinti un escalofro y retrocedi disponindose a alejarse.Est bien, est bien, no molesto.Irene se alej y Dylan, tomando el resto de whisky, coment:Bonita chica, aunque algo flaca. Si comiera un poco ms, bueno, ya me entiende.S, claro. Buenas noches, debo regresar al rancho, hay mucho quehacer all y yo soy quien lo controla todo.Aguarde, Donald.Qu sucede? Se volvi, pues ya se haba apartado un par de pasos.Dnde podra encontrar a OConnor?O'Connor? Piensa que l tuvo algo que ver con un crimen que jams existi?Slo deseo hablar con l.Hoy tena su da libre. Habr bajado a la ciudad.Debo ir preguntando a todos quin es OConnor para poder hablar con l?Donald sonri mordaz.No, bsquelo junto al reverendo, posiblemente lo encontrar all. El no es de los que se pasan la noche de fiesta en la cama con una de las chicas que pueden encontrarse en este local.Jack Dylan no sali tras de Donald. Irene volvi a acercrsele.Dylan...S?No se fe de Donald, es cruel. Golpea con facilidad y disfruta con el dao del prjimo. Yo creo que odiaba a Harold Lugan porque l era el patrn; Donald siempre ha querido mandar, trata a muchos a puntapis.Le odia porque se ha fijado en Vernica?Irene forz una sonrisa en sus labios cargados de rouge.No me cree, eh? Pues s, tengo celos de Vernica porque yo s que Donald terminar siendo poderoso. Es cruel, pero a veces se fija en m, aunque me haya producido ms moretones que satisfacciones. Yo s que jams se casar conmigo, usted tampoco se casara conmigo.Entonces, qu pretende, Irene, que me aleje de l por miedo, que me coja odio y trate de matarme o que yo lo mate a l? Acaso teme que la dje sin un porvenir que pueda sacarla de aqu?Est bien, haga lo que quiera. Por cierto, en qu grado es primo de Vernica?Es importante que responda a eso?Bueno, yo soy mujer y s cundo un hombre atrae. Usted es de la clase de hombres que gusta a las mujeres, y Vernica, por ricachona que sea, no deja de ser mujer y ms ahora, sin padre que la proteja. En fin, es paloma fcil de cazar.Cuando habla, destila veneno en cada palabra, Irene. Lo que usted quiere es que le deje el campo libre con respecto a Donald. Si Vernica se fija en m, el capataz volver con usted.Adems de guapo es condenadamente listo. Sera una pena que viviera poco tiempo.Irene se alej. Se haba percatado de que ella no consegua atraerlo de forma que pudiera acapararlo, y por tanto deba seguir interesndose por Donald.Jack Dylan sali a la calle. Recordaba haber visto la iglesia al final de la calle, donde sta se bifurcaba en dos. Caminando despacio, sin prisa, se dirigi a ella.Por la ventana encristalada que se alzaba como a unos diez pies por encima de la puerta y debajo del techo piramidal de la torre frontal de la pequea iglesia, descubri luz.Se acerc a la puerta y slo tuvo que empujarla para abrirla.Hasta l lleg claramente la msica de un rgano y con ella una voz que cantaba a medio tono.Camin por el centro de la nave acercndose al lugar donde se hallaban dos hombres. Uno de ellos, el que cantaba los salmos a medio tono, era el reverendo.Buenas noches.El rgano dej de funcionar y ambos le observaron.El reverendo Murphy, que rebasara la cincuentena, no ocult su mal humor.Bienvenido a la casa de Dios, hijo mo, pero ni Dios ni nadie ha de tolerar bien que entres en esta casa de paz con un arma.Dylan, como dndose cuenta entonces de que llevaba el revlver, algo que en l era ya como una parte ms de' su cuerpo, dijo palmendolo:Es que no he encontrado donde colgarlo afuera, reverendo, pero vengo en son de paz. Slo busco a un hombre llamado OConnor.Y para qu lo busca? pregunt el organista.Para hablar, y quiz O'Connor sea usted mismo.Pues s, yo soy OConnor. Lo siento, pero ahora estoy ocupado ensayando con el reverendo Murphy los salmos que deben cantarse el domingo.El clrigo dulcific un tanto su expresin y dijo:Si es importante lo que quiere decirle a OConnor, les dejo solos. Despus continuaremos.Por m no se vaya, reverendo, es bueno conocer a toda la gente de Farson City. Yo soy Jack Dylan.El primo de la seorita Lugan?As es.En ese caso, pregunte lo que quiera dijo OConnor. Despus de todo, yo trabajo en el Green Stone, aunque en estos momentos est disfrutando de mi noche libre.OConnor, slo deseo hablarle acerca de la muerte de su patrn.Fue una serpiente dijo el reverendo.S, s lo que dijo el mdico.Esa absurda historia que circula por la ciudad respecto a que el patrn fue asesinado con una serpiente nos perjudica a todos.El asesinato con una serpiente es factible, aunque algunos lo pongan en duda. Usted cabalgaba con Donald, verdad?S.El reverendo Murphy intervino:OConnor es uno de mis mejores feligreses. Gracias a l este armatoste que hered del viejo Joshua, que en paz descanse, funciona. El sabe cmo arrancar msica a este pequeo rgano.No siga, reverendo. Seguro que el seor Dylan piensa que, adems de un rgano, tambin s manejar un revlver o una serpiente.Veo que no lleva armas, OConnor.El no suele llevarlas salvo que est trabajando en el ranchopuntualiz el clrigo.OConnor, por qu fueron con el patrn hacia aquel lugar del ro?Haba unas vacas muertas, sin seal alguna, parecan haber muerto de enfermedad. Donald las vio conmigo y se lo dijo al patrn para que l las viera a su vez. Era importante, una epidemia en un rancho donde hay miles de cabezas es una catstrofe.Prosiga, OConnor. Cabalgaron hasta la colina, cerca del ro y all dejaron solo al patrn, verdad?S, las vacas no aparecan y l estaba agotado. Donald decidi que furamos a buscarlas. Cuando dimos con ellas, en un remanso del ro, pues al parecer la corriente se las haba llevado, omos disparos y regresamos al galope. Cuando llegamos, el patrn ya estaba inconsciente. En un principio creimos que le haban disparado, pero no tardamos en descubrir las marcas de los colmillos de la cascabel.Donald se separ de usted en algn momento mientras buscaban?En absoluto, en ningn instante lo perd de vista.El reverendo Murphy inquiri:Sospecha del capataz?No sospecho de nadie, reverendo, slo averiguo cosas. A mi prima le interesa saber cmo ocurri la muerte de su padre. Si hay algo malo en ella, ser el sheriff quien deba investigar y el juez Evans sentenciar.Yo no creo que existiera ningn crimen y si lo hubo, no pudo ser Donald; estaba conmigo.Lo jurara sobre esta Biblia? pregunt Dylan gravemente, cogindola de encima del rgano.Si quiere que lo jure ahora mismo... Estamos en la casa de Dios.No es preciso, OConnor, le creo. Yo pondra las manos en el fuego por OConnor y cuantos le conocen tambin dijo el reverendo.El reverendo Murphy me aprecia mucho y me reprocha que me hiciera vaquero cuando hace aos tuve la oportunidad de convertirme en predicador. La verdad es que me faltaba elocuencia, nadie me oa cuando yo hablaba. Pens que yo poda ser un buen creyente pero no un buen gua de creyentes y soy un simple vaquero.Temeroso de Dios complet el clrigo. O'Connor es un gran hombre. Si todos fueran como l, este mundo sera otra cosa.No lo dudo, reverendo, y tampoco pongo en duda las palabras de OConnor. Precisamente, l es un buen testigo de lo que sucedi. Por cierto, estaban las vacas en el ro cuando las vieron por primera vez?No, y eso es lo raro, aunque a veces, el ro crece rpidamente, claro que tambin poda ser que no estuvieran totalmente muertas. La verdad es que no comentamos lo ocurrido, era ms importante atender al patrn.Y al fin, qu tenan las vacas?Ha sido mejor olvidarlas, pues ninguna res ms ha cado enferma. No hay epidemia.Siguen pensando que estaban enfermas?Si no, cmo habran muerto? No haba sangre por parte alguna.Pudieron envenenarlas. Incluso, una vez conoc a un indio que segua a las manadas de reses. Por la noche, saltaba sobre una de ellas y con una manta le cubra la boca y la nariz. La vaca se resista, pero el indio era muy hbil sujetndola e impidindole mugir. La res, sin aire, perda fuerza hasta que mora asfixiada. Al da siguiente, cuando se levantaba, los vaqueros teman que hubiera muerto de enfermedad al no verle heridas y se alejaban dejndola a merced de los coyotes. Regresaba entonces el indio y se la llevaba para su familia sin que nadie pudiera acusarle de abigeo. Slo se apoderaba de una vaca muerta y abandonada.Una forma astuta y tambin peligrosa de buscarse la comida. En el caso de descubrirlo, lo habran ahorcado.Es que as sucedi, OConnor. Un amanecer apareci colgado de un rbol. Gracias por todo, OConnor, y disculpe la interrupcin, reverendo.Todo lo contrario, y me gustara que volviera por esta casa sin revlver, claro.Es posible que algn da lo haga, reverendo, pero por ahora ser mejor que lleve el revlver encima. Tengo la impresin de que alguien quiere que venga a la iglesia con los pies por delante y en horizontal, y esa posicin no me gusta para visitar la casa de Dios. Me perdera la msica de nuestro amigo O'Connor.Al salir a la calle, inesperadamente para Jack Dylan, un lazo corredizo cruz el aire y de una forma perfecta rode su cabeza.Un brusco tirn hizo que se le ciera asesinamente alrededor del cuello, tirando de l para causarle la muerte.

CAPITULO IVAl sentir el lazo en derredor de su cuello, Jack Dylan tuvo el tiempo justo para colocar su mano entre la traidora y mortfera soga y su nuez, impidiendo que sta fuera rota por el brusco tirn que lo lanz al suelo.La cuerda era larga, y al otro extremo haba un jinete que sujet la soga a la perilla de la silla. Espoleando al caballo, tir de ella para llevarse a Dylan arrastrando por las calles de Farson City, ahorcndolo de forma humillante y canallesca.No pudo impedir verse arrastrado de un lado a otro. No poda gritar. Senta sus propios nudillos atenazando su garganta, evitando que la soga lo asesinara pero sin lograr quitrsela de encima, ya que el nudo corredizo estaba fuertemente ceido a su nuca.Not que le faltaba el aire y que la asfixia estaba llegando. De un instante a otro perdera el sentido, su diestra dejara de hacer fuerza y al llegar ese momento quedara estrangulado por la soga, ya que su mano inerte no conseguira impedirlo.Mientras era arrastrado de un lado a otro de la calle y el caballo del asesino relinchaba en la noche, JackDylan busc su revlver, mas no poda utilizar la diestra sujeta por la cuerda. Era como si el dorso de su mano se hubiera pegado a su cuello, por el que cada vez se haca ms difcil la respiracin.Utilizando la zurda y en una de las sacudidas, consigui empuar el revlver. Colocndolo por encima de su cabeza, dispar al bulto, ya que en su situacin era imposible fijar la puntera.La detonacin tron en la noche, despertando a los habitantes de Farson City.El caballo volvi a relinchar y se desmoron herido de muerte.El jinete, cogido por sorpresa, cay de la montura y en su cada rompi la baranda del largo porche frente al almacn Lugan, regentado por Brennen.Era obvio que aquel tipo que haba estado a punto de estrangularlo con la soga al tiempo que lo arrastraba por la ciudad quera asesinarlo, e iba a conseguirlo.Todava con la soga al cuello, Jack Dylan, tendido en el suelo, gir su cuerpo ponindose boca abajo. Efectu dos disparos con la zurda contra el sujeto que acababa de empuar un revlver y que lleg a disparar.Los plomos se cruzaron.El asesino bail en el porche, alcanzado por las balas para caer sobre su caballo tambin herido de muerte. Luego se produjo el silencio.Jack Dylan se puso en pie. La gente comenzaba a salir de sus casas con luces en la mano.Se quit el lazo del cuello y respir muy hondo. Tena que llenar sus pulmones de aire y alimentar su cerebro con el oxgeno.Luego, pesadamente, magullado por los golpes recibidos en el arrastre, anduvo hacia el cadver del asesino. Junto a l haba ya varios hombres. Uno de ellos lo iluminaba con un farol.Alguien le conoce? pregunt observndolo.No. Al parecer, este hombre no es vecino de Farson City.Jack Dylan se qued mirando al que haba hablado.Usted es Williams, verdad?S, tengo el honor de ser el alcalde de esta ciudad.Por obra y gracia de Lugan, no es cierto?Lugan ha muerto y yo sigo siendo el alcalde, eso es lo que importa. No cree, Dylan?S, es posible que sea as. Y dice que nadie conoce a ese tipo?Por lo menos, yo no le conozco. Si alguien lo conoce, que lo diga.Hubo un silencio total, y, sonriendo cnicamente, el alcalde Williams se volvi de nuevo hacia Jack Dylan. Ya ve, nadie le conoce. Por cierto, ha tenido usted suerte. Cuando a uno lo arrastran cogido por el cuello le quedan muy pocas posibilidades de quedar con vida.Por ahora, quien o quienes estn empeados en asesinarme no parecen tener mucha suerte. Este sicario ha fallado y ha pagado con su vida.Cree que es un sicario o alguien que tena alguna cuenta pendiente con usted, Dylan?Williams, yo no conoca a ese tipo. Quiz usted sepa mejor que yo quin puede haberle pagado para que intentara asesinarme.Por qu habra de conocerle yo? Vamos, Dylan, no vea fantasmas por todas partes.S gru Brennen apareciendo con un rifle en la mano. Ha creado un ambiente de confusin en la ciudad.Ese tipo que est muerto no es un fantasma, es alguien que quera asesinarme.No creo que quisiera asesinar al reverendo Murphy, acababa de salir de su iglesia. Por cierto, Williams, usted llevaba los asuntos legales de Lugan, verdad?S, soy abogado, por eso Lugan crey que sera un buen alcalde.Sera interesante saber si de veras es usted abogado o slo finge serlo.Jack Dylan no esper respuesta y Williams le lanz una mirada homicida que rebot contra su amplia espalda. Fue en busca de su caballo y, al trote, abandon la ciudad dejando all trabajo para el sepulturero. El sheriff Poot no poda hacer ninguna investigacin, pues se encontraba lejos de la ciudad.Cuando lleg a Green Stone, dej a su caballo en el establo y regres a pie a la puerta principal de la casa. Al empujarla con la mano, sta cedi, lo que le hizo fruncir el ceo.

* * *Bien, Donald, qu es eso tan importante que tenas que decirme?Vernica Lugan haba recibido con sequedad al capataz de su rancho. Se hallaban en la biblioteca y era evidente que la joven estaba a disgusto.Bueno, creo que ya es hora de que alguien le hable.Sobre? pregunt Vernica a la defensiva.Dylan, Jack Dylan.Si tienes algo que hablar sobre l, dselo al propio Jack.Cunto tiempo hace que no vea a Jack Dylan?Te importa eso, Donald? pregunt cortante.Por lo visto, tiene ms confianza en un extrao que en los hombres que haba elegido su propio padre para dirigir sus negocios.No es un extrao, es mi primo.S, ya, pero hasta un hermano puede ser un extrao si vive a mucha distancia.Has venido a quejarte de Jack?He venido a decirle que hay un malestar general en la ciudad, y que en el propio rancho no ha gustado a nadie la llegada de ese intruso.Insisto por ltima vez que no es un intruso.La gente no le quiere en Farson City. Anda por ah dndoselas de matn. Como tiene la confianza que usted le ha dado tan alegremente, se las da de amo y a nadie le gusta. Incluso, he odo comentar que algunos quieren darle una leccin.Es posible que el que intente algo semejante luego se arrepienta de ello. Podra ser que me cansara de todo y lo vendiera. Posiblemente me marchara de Farson City, y la gente de aqu no tiene dinero para comprarlo todo, vendran personas de otros lugares. Les molesta Jack Dylan porque l es un hombre que sabe imponerse. Yo era una vctima propicia. Estoy segura de que todos, incluso t, querais quedaros cada cual con lo que estabais controlando. Muerto mi padre, era la oportunidad de los buitres. Qu tal te veras t apoderndote de Green Stone, Donald?Sus palabras son muy duras y a m, particularmente, no me interesa el rancho ni Jack Dylan. Si lo ahorcan, all l y si deciden lincharlo, no ser yo quien lo impida.Entonces, qu es lo que a ti te interesa?Donald se le acerc ms. Instintivamente, ella retrocedi hasta que su espalda top contra la pared.Necesita que se lo diga?Vamos, Donald, no digas tonteras y regresa a tu cuarto. Te advert que de noche no quera a nadie en mi casa.A nadie salvo Jack Dylan, verdad?En esta casa mando yo, Donald, mtete eso en la cabeza. No soy tan ingenua como todos habis credo. Quiz la carta fue lo que me abri los ojos a la verdad. Quien asesin a mi padre lo pagar y los dems no engordaris a costa de lo que fue suyo.Vernica, me casar contigo, sers ma.Donald haba abandonado ya el tratamiento respetuoso y tena a la joven acorralada contra la pared y entre sus dos brazos.Donald, has bebido demasiado. Maana te arrepentirs.Te casars conmigo, Vernica.Eso, ni lo suees. Mrchate o lamentars lo que ests haciendo. Puedo admitir el cortejo de un hombre, pero jams en la forma que t lo ests haciendo.T eres una mujer, con una gran fortuna, pero una mujer igual que las dems y yo s cmo trataros a todas.Sultame!Los brazos de Donald se aferraron sobre los femeninos para estrecharla contra su cuerpo.Es intil que grites, nadie va a orte. Yo conozco este rancho mejor que nadie.Sara!Donald se ri.Ella sabe que no debe venir. Esa gorda me teme, no ignora que terminar siendo el amo de todo.Jams, sultame!Vamos, vamos, Vernica, hay una forma para que te avengas a casarte conmigo. Primero viene la ceremonia de la boda y luego la consumacin del matrimonio. Qu te parece si invertimos las situaciones? Seguro que luego accedes a casarte conmigo.Canalla!Vernica se debati impotente. Su fuerza nada poda contra el fornido y poderoso Donald que estaba decidido a lograr sus propsitos.Ya est bien, Donald, sultala! orden la voz viril y tajante de Jack Dylan, que acababa de aparecer en la biblioteca.CAPITULO VDonald, sorprendido en aquella situacin tan poco airosa para l, quiso terminar por la va rpida con Jack Dylan. Estaba seguro de que toda la ciudad le protegera, pues, desaparecido Dylan, tendra que constituirse la junta de tutela de los bienes Lugan.Dylan empu con una rapidez que dej al capataz con la mano montada sobre su Colt, sin atreverse a desenfundarlo.Estaba seguro de que eres un cerdo, Donald. Ahora, con la izquierda, qutate la canana.Qu vas a hacer, asesinarme? Es tu plan para quedarte con todo?No, yo no asesino a nadie, pero veo que en esta ciudad hay muchos que tienen deseos de matarme a m.Jack, qu te ha ocurrido? pregunt Vernica, ya libre de las manos de Donald al descubrir las magulladuras de Dylan y sus ropas algo rotas.Djame primero darle a Donald la paliza que merece.Si es una paliza, con mucho gusto, Dylan dijoDonald satisfecho. Se quit la canana y la dej caer al suelo. Seguirs con el revlver en la mano, es tu sistema de pelear?No, yo lucho de igual a igual, no abuso de mi fuerza como hombre para conseguir lo que no se me da de buen grado.Enfund el revlver y comenz a soltarse la canana cuando Donald, sin darle tiempo, salt sobre l propinndole un rodillazo en la cara que lo lanz hacia atrs.Vernica temi por la integridad de Jack Dylan. Este haba llegado en inferiores condiciones fsicas, pues era obvio que le haba ocurrido algn percance a juzgar por su aspecto.Donald salt por segunda vez hacia delante, esta vez con el nimo de hundir los tacones de su botas en el rostro de Dylan y destrozndoselo para siempre, si es que no lo mataba.Los tacones golpearon sonoramente contra el piso de madera.Jack Dylan haba rodado sobre s mismo. Hizo un rpido movimiento con su pierna derecha y enganchando con su espuela la de Donald, tir con fuerza, hacindole perder el equilibrio. Donald se golpe de costado contra la larga mesa.Toma, Vernica, gurdamelo.Dylan acababa de entregar a la joven su revlver para luchar ms libremente y en paridad de condiciones contra Donald.Se intercambiaron golpes, y uno de los fortsimos puetazos de Dylan envi a Donald contra la ventana. Los cristales se rompieron, pero la reja que haba impidi que el capataz saliera despedido hacia el exterior.Donald tuvo suerte de no cortarse la cara con los cristales, pero tomando uno de ellos de considerables dimensiones, lo movi como si segara con una hoz. Alcanz el pecho de Dylan cuya camisa qued cortada y un hilillo de sangre aflor a ella.Le dio una patada en la mano que el capataz acus dolorosamente y ante el terror de Vernica, qued desarmado. Donald no tard en comprobar que Dylan pegaba y lo haca muy fuerte.Donald qued convertido en un pingajo. Dylan contuvo su ltimo puetazo en el aire; ya no haca falta. El capataz tena l rostro tumefacto.Qu vas a hacer, Jack? pregunt Vernica.Sacarlo afuera. Creo que este tipo ya no te conviene ms en el rancho.Lo cogi por el cuello de la camisa y lo arrastr hasta el exterior. All, lo meti dentro del abrevadero para caballos.Donald, semiinconsciente, chapote como si hubiera cado en mitad de Ro Grande,Dylan se apart de l y lo dej salir del abrevadero por sus propios medios, lo que consigui dndose una costalada.Bien, Donald, tu trabajo en Green Stone ha terminado. Maana psate por el Banco donde te ser abonado lo que te corresponde de sueldo. Olvdate del nombre Lugan, que es lo mismo que decir que sera preferible que abandonaras Farson City.Encorvado, caminando a duras penas, mascull:Me las pagars, Dylan!Si t has tenido que ver con el asesinato de Harold V. Lugan, es mejor que no te marches, as podremos ahorcarte en Farson City. Ahora, largo. Ya har saber a los muchachos del rancho que no eres persona grata en Green Stone.Vernica estaba en pie en el umbral de la puerta.Donald le lanz una mirada de odio y resentimiento, pero ni l ni ella dijeron nada. El hombre se fue a buscar su caballo y parti al galope de donde haba salido vapuleado y a puntapis.No estoy seguro de que ese tipo no vuelva a causar problemas. Deb meterle un balazo en la cabeza. No, Jack, ms muertes no.Es peligroso y quiz tenga algo que ver con la muerte de tu padre y la masacre de la diligencia en que deba venir yo.Es horrible pensar eso. No quiero que se derrame ms sangre, a veces pienso si no ser mejor abandonarlo todo.Eso nunca, Vernica. Sera dar la razn a los asesinos.Qu razn?La obtencin del lucro, la satisfaccin de su codicia a travs del crimen. Han de encontrarse con la horca, que es lo que merecen. Por cierto, antes de que te lo cuente alguien...Qu, Jack? pregunt mirndolo detenidamente, observando las magulladuras que traa en su rostro y las que deba esconder bajo las ropas.He tenido que matar a un hombre en Farson City.A quin?Dicen que era un forastero.Pero, por qu?Ha tratado de asesinarme. Me he defendido, pero a fe ma que por poco lo consigue.Jack, creo que no tengo derecho a pedirte tanto. No puedo consentir que sigas exponindote por mi culpa.Slo estn deseando que yo desaparezca, as podrn expoliarte sin trabas. Ya has visto cmo es Donald, seguro que cuando viva tu padre tu comportamiento no era el mismo.Es cierto, pero si t murieras me lo reprochara toda la vida.No sufras por ello, no dejar que me maten y menos ahora que estoy totalmente seguro de que la muerte de tu padre fue un asesinato. Lo que me gustara es encontrar a quien te dio el mensaje. El sabr mucho ms que nosotros y podra ayudarnos.Tendr miedo.S, y ms ahora que l o los asesinos andarn buscndolo.Jack, ser mejor que pienses en ti ahora. Te veo mal, debes lavarte las magulladuras. Tienes sangre en el pecho y rozaduras en el cuello.Me vendra bien un bao de agua caliente, pero ser mejor que vaya hasta el ro.No, ni pensarlo. En mi habitacin hay una baera que te servir, y tambin tengo buen jabn, trado de Filadelfia.En tu habitacin?Vamos, Jack, t eres un caballero y confo en ti. Ve a tu alcoba y coge ropa limpia. Yo ir a ayudar a Sara a preparar el bao.Como quieras, pero me siento como un beb en tus manos.Tonto.Vernica encontr a Sara en la cama, con la sbana casi cubrindole el rostro y con evidente temor en las pupilas.Vamos, sal de la cama. Hay que preparar agua caliente para la baera.Va a darse un bao ahora?Saba que eras miedosa, pero no hasta el punto de no ayudarme en caso de necesidad. Deber ir pensando en traer a otra mujer al rancho.Pero, seorita protest saltando del lecho y moviendo su obesa anatoma de un lado a otro no olvidar que yo la vi nacer, que su madre confiaba en m...S, mi madre confiaba en todo el mundo y mi padre tambin, pero ahora me doy cuenta de que estbamos rodeados de canallas y gandules como t, Sara. Date prisa en calentar agua o ser la ltima noche que pases en Green Stone. Eso sera muy malo para ti, tendras que ir por ah pidiendo que te dejen fregar suelos para conseguir un miserable pedazo de pan.Sara sali corriendo para calentar el agua y su sorpresa fue grande cuando en la alcoba de su patrona hall a Jack Dylan.Qu hace aqu?Baarme. Vamos, llene la baera mientras me desnudo.Por todos los santos, espere un poco.Cerr los ojos mientras verta el agua caliente y humeante, cuyo vapor inund la estancia.CAPITULO VIJack Dylan s senta como nuevo al bajar la escalera tras el bao. Se abrochaba la camisa cuando descubri la mesa bien preparada en el comedor.Vernica se haba compuesto y apareca reluciente y muy hermosa, con el cabello rubio suelto sobre los hombros.Eres muy bonita, Vernica, muy bonita expres el hombre.Gracias, te he preparado cena.Una cena de madrugada pero que me apetece.He supuesto que tendras hambre. Aunque tuviera malos humores, pap no perda el apetito. Las mujeres somos algo distintas.Los hombres hemos de comer un poco ms para podernos soportar a nosotros mismos brome Jack dejndose conducir a la mesa.Ambos se sentaron, el uno frente al otro.Vernica alarg su mano y tomando una varilla, golpe el interior de un pequeo tringulo de plata, una pieza artstica y coquetona que produjo un ruido agudo pero agradable.Sara no tard en aparecer portando la cena y quejndose al mismo tiempo.Vaya cena a estas horas... Si se esperan un poco, sirve de desayuno.No gruas ms, Sara, y deja la comida en la mesa. Si quieres irte a dormir, ya puedes hacerlo. Por la maana, duerme hasta que te despiertes por ti misma.Est bien, est bien.Lo que no vio ninguno de los tres es que detrs de la ventana haba una sombra, una sombra que empuaba un revlver y en sus ojos haba un brillo homicida.En aquel instante, por un error de la fatigada Sara, cay al suelo una flor que haba preparado Vernica sobre el mantel.Jack Dylan desapareci tras la mesa, inclinndose para recogerla en el preciso instante en que sonaban dos detonaciones.Las balas pasaron por encima del cuerpo de Jack Dylan que se haba salvado fortuitamente, pero una de las balas alcanz a Sara que se hallaba al otro lado de la mesa.Desde el suelo, Jack dispar contra la ventana ya hecha pedazos mientras Vernica gritaba asustada.El asesino huy. Jack Dylan se inclin sobre la cada Sara para observarla un instante.Vive, puede que el balazo no sea mortal le dijo a Vernica que se haba agachado tras la mesa.Dylan corri con el revlver en la mano hacia la puerta de salida.Cuidado, Jack, puede matarte! grit la joven.Al salir al exterior, slo escuch el galope de un caballo que, en la noche, era materialmente imposible de perseguir. El asesino hua antes de que le dieran su merecido.Tom un farol y sali de la casa acercndose a la ventana desde la que haban disparado. Observ las huellas del suelo con atencin. Despus se alej de la casa con el farol hasta que, a unas cien yardas, junto a un rbol, descubri huellas de un caballo con la misma precisin y seguridad que lo hubiera hecho un rastreador indio.Estuvo observando las huellas del animal y, por ltimo, regres al interior de la casa.Est muy mal dijo Vernica compungida.Deja, la llevar a su cama y no temas, que la herida es fea pero no mortal. He visto a muchos morir de balazos y creo que Sara no morir de ste. Tiene suerte de estar gorda.Tom el pesado cuerpo entre su brazos y no sin ciertas dificultades, la llev a su dormitorio. Luego, dijo a Vernica:Ve preparando agua hervida y ropa limpia. Yo ir a la ciudad a buscar al doc, dime dnde vive.Nos dejars solas?S. En realidad, a ti no quieren hacerte nada, es a m a quien desean eliminar.Jack, no puedo consentirlo, no puedo!solloz angustiada a los pies de la cama en que yaca inconsciente la buena Sara.El hombre la sujet por los hombros pidindole calma.Nadie quiere sangre, pero hay tipos empeados en que se derrame. Te comprendo, aunque habr que variar algunas cosas.Qu cosas?Esto ya no es como cuando viva tu padre. La gente, en cierto modo, est sometida al imperio Lugan. Cuando la gente est sojuzgada, odia, y cuando odia, mata, sa es la situacin. La gente quiere ser propietaria y no depender de los dems. Hay muchos que, segn su forma de pensar, tenan motivos para detestar a tu padre y ahora para odiarte a ti. T eres una vctima propicia, a ti podran robarte. A m me temen y piensan que si yo muero, t quedars de nuevo a su merced.Son unos canallas!Pueden odiar, pero no creo que todos sean asesinos. Hay que averiguar quines son y darles su merecido.Es que confas averiguarlo? Ya ves como atacan, traidoramente.Afuera he descubierto huellas. Quien ha disparado no usa espuelas ni botas, calza zapatos y de calidad, zapatos nuevos y tambin los cascos de su caballo estaban pulcramente herrados. Son herraduras nuevas y hechas a la medida por el herrero de Farson City.Crees que eso puede delatar a alguien?S. Por la maana har un barro fino y sacar la huella que ha quedado impresa en la tierra claramente. Despus, la dejar secar al sol y posteriormente sacar la contrahuella. Con ella buscar el caballo del asesino, sabr a qu pata pertenece y cuando el molde le encaje, no podr negar que ha usado tal caballo.Crees que ser posible todo eso, Jack?Por lo menos, lo intentar. Alguien o varios tipos que odiaban a tu padre han contratado a sicarios, pero opino que quien ha venido esta noche a visitamos no era un sicario sino uno de los asesinos en persona. Un sicario actuara de forma distinta, sabe hacer su trabajo. No se pone nervioso con facilidad y trata de no levantar el vuelo sin haber consumado su trabajo, pues en caso contrario no cobra.Bien, Jack, confo en ti, pero no te arriesgues ms. No podra soportar que por mi culpa, por haberte llamado, te asesinaran.No tengas miedo, no dejar que me maten. Te dar unos consejos acerca de cmo hay que llevar esta situacin para aplacar algunos odios y que queden solos frente a nosotros l o los asesinos, pero ahora tengo prisa, debo avisar al doc.La casa del mdico es la que est...Poco despus, Jack Dylan galopaba en direccin a Farson City tratando de salvar la vida de Sara.

CAPITULO VIISara forz una sonrisa y doc Talbot dijo:No hay cuidado. Con un mes de reposo estar como nueva. Puede vivir muchos ms aos de los que ha vivido ya.No te preocupes, Sara. Ahora me toca cuidarte a m, porque t lo has hecho muchos aos conmigo.Gracias, seorita, pero me da apuro.No debe drtelo, Sara. Estate tranquila en la cama.La verdad es que la bala estaba profunda, a m me hubiera enviado al infierno, pero para perforar toda esa carne que Dios te ha dado, Sara coment el galeno hace falta un rifle de cazar bfalos y no un revlver Derringer de grueso calibre pero que a treinta pasos es casi inefectivo.De modo que han disparado con una Derringer trat de puntualizar Jack Dylan que se hallaba en el umbral de la puerta.Pues s, la bala est sobre esa bandeja. He visto proyectiles de todos los tipos, no es que Farson City sea una ciudad de muchos tiroteos, pero algunos s hay y tambin estuve varios aos en la frontera del Sur y he curado a hombres en las montaas. S, creo que podra ser un experto en balas.Jack Dylan tom el plomo entre sus dedos. Lo hizo saltar en la palma de su mano y dijo:Lo guardar, y le rogara que no dijera nada a nadie, doc.A nadie, ni al sheriff Poot?Tampoco. Debe estar buscando al asesino pero preguntndose a s mismo dnde encontrarlo.No confa en el sheriff, verdad?Me parece un buen hombre pero poco efectivo, y prefiero que no interfiera en mi investigacin, por eso le ruego que no diga nada de la bala. Que el sheriff Poot siga indagando y preguntando, yo lo har por mi cuenta. Por cierto, sabe de alguien que use una Derringer en Farson City?Pues no. Una vez apareci un tahr muerto de un balazo por la espalda y yo le saqu el plomo. Era de una Derringer, podra jurarlo.Y no encontraron al asesino, verdad?No, no lo encontraron y el tahr haba sido robado. Aquella noche gan un buen montn de billetes jugando pquer. Alguien coment que haba visto a unos comanches merodeando por la ciudad.Comancheros en Wyoming?S, a veces suben desde Nuevo Mxico y Texas. La verdad es que no se encontr nada.Quiz pronto lo hallemos y pague todos sus crmenes. Tambin sera interesante averiguar si alguno de los muertos de la diligencia asaltada tena un balazo de Derringer de grueso calibre.Los viajeros de la diligencia han sido enterrados ya. Como estaban muertos, no tuve que intervenir.Qu le parece si la prxima noche los desenterramos y averiguamos ese detalle de la Derringer? Trabajar sobre muertos es mucho ms rpido, no hay que tomar tantas precauciones ni coser luego.Hara falta una orden del juez Evans.La tendr, pero tampoco diga nada a nadie.Es usted muy misterioso, Dylan.Lo necesario, doc. No olvide que el asesino es muy astuto y no se deja ver.De acuerdo, le esperar en el cementerio al salir la luna, pero si no trae la orden del juez no exhumar ningn cadver.Jack, de veras hace falta todo eso? pregunt Vernica preocupada . Es muy macabro.Creo que s es necesario. Sera la forma de ver un lazo de unin entre el asalto a la diligencia y el ataque de la pasada noche. Tambin descubriramos al asesino del tahr, seguro que el sheriff se alegrara.Todos desearamos descubrirlo, a nadie le gusta tener a un asesino cerca de s dijo el doctor Talbot.Nos veremos en el cementerio, doc. Si no tiene la orden, tendr al juez Evans en persona.De acuerdo. Maana por la tarde pasar por aqu a ver a Sara. Si no se le levanta mucha fiebre, no hay que preocuparse, la herida slo ha interesado msculo y ningn rgano.Al despedir al galeno en la puerta, vieron a un mexicano que caminaba hacia ellos sombramente.Jack, l es Valderrama, pero todos le llaman Chopito.Chopito?S, es el apodo que tiene. Debe ser algo de su tierra, de su idioma.Bien, parece que Chopito desea hablar con noso tros.Buenos das, seorita Lugan, buenos das, doc salud muy cordial pero grave.El mdico salud y subiendo a su calesn, emprendi el regreso a la ciudad.Chopito, yo soy Dylan, Jack Dylan.Lo s, todos le conocemos y tambin se ha sabido que corri al capataz Donald sacndolo del rancho, no ms.Tambin sabrs que ayer noche dispararon contra Dylan y que hirieron a Sara, verdad?Lamento lo de Sara, pero no me extraa que le dispararan a usted, seor Dylan dijo con su marcado acento mexicano.Chopito!Seorita Lugan, lo digo muy en serio, nadie aqu quiere a Dylan. Ha cado mal a todo el mundo. Como dicen en mi tierra, sequa y mucho sol encima, total a reventarse.Chopito, por qu crees que me odian?Yo no lo s, seor Dylan, slo digo lo que oigo, y lo que oigo lo dicen en la ciudad. Yo soy un servidor en Green Stone como eran muchos.Eran, qu tratas de decir, Chopito? apremi Vernica inquisitiva.Seorita, en el rancho todos teman pero estaban con Donald, el capataz, y por lo visto no ha cado bien que fuera correteado a puntapis. Donald dice que le har pagar caro esto al seor Dylan.Cundo lo ha dicho?Ayer noche, en la ciudad.Pudo ser l quien dispar, Jack?No, seorita. Donald no pudo ser porque estuvo en el saloon toda la noche. Yo tambin estuve por all y muchos ms. El cont algunas cosas del seor Dylan y de usted.Qu cosas? pregunt Jack furioso.Pues, no me quiera mal a m, seor Dylan, yo slo digo lo que oigo y oigo lo que dicen, y lo que dicen es lo que se comenta por la ciudad.Ya s la cantinela, Chopito. Es eso todo lo que queras decirnos?Pues no. Lo grave es que se han marchado todos los peones y vaqueros del rancho a la ciudad.Qu ests diciendo, Chopito, que no queda ningn trabajador en el rancho? pregunt Vernica incrdula.Pues as es, no ms, seorita. Dicen que con usted siempre, pero estando el seor Dylan aqu, que se van. Eso es todo, seorita. Yo, bueno, yo le soy fiel. Su padre siempre fue bueno conmigo.La muchacha mir preocupada a Jack Dylan y musit:Todo se ha perdido.Chopito los mir a ambos sin decir nada. Pese a ser su rostro sombro, haba algo muy especial en sus pupilas que a Jack Dylan no le pas desapercibido.Vernica, preprate. Iremos a la ciudad ahora mismo.CAPITULO VIIIEn Farson City, el ambiente estaba enrarecido. Haba quien deca que se respiraba peor all que en mitad de un incendio en el bosque.Cuando el cabriol de Vernica, conducido por Jack Dylan, se detuvo frente al largo porche entre el hotel y el saloon, aparecieron los vaqueros del rancho Green Stone que sumaban varias docenas. Llenaron la calle con actitudes sombras y amenazadoras.Cuidado, Jack. Esos hombres son muy duros cuando se molestan.Los conozco bien. Djame hacer a m, Vernica. Despus seguiremos todo el plan que te he contado por el camino.Jack Dylan se puso en pie en el cabriol. Mir a los vaqueros del rancho cara a cara, hablndoles a continuacin.Escuchadme bien! Acaso vais a abandonar a la hija del que fue vuestro patrn, precisamente ahora que hacis ms falta que nunca en Green Stone? Nadie le respondi. Sus rostros seguan siendo hostiles. Jack Dylan prosigui: Sois libres de hacer lo que os venga en gana. La seorita Lugan, mi prima, os prefiere a vosotros, pero no hay nadie imprescindible en este infierno llamado tierra, y si no regresis al rancho para ocupar vuestros puestos, har venir a otros hombres. Conozco a muchos e incluso cobraran ms barato que vosotros. Sin embargo, todo seguir como hasta ahora porque vosotros y la propia seorita Lugan lo queris. Nadie os ha pedido ms esfuerzo ni os ha regateado el sueldo, por lo tanto no tenis por qu protestar.Donald es nuestro capataz gru uno de los hombres ms veteranos del rancho, en voz lo suficientemente alta como para ser odo por todos. Tena un acento muy particular, originario de Kentucky.Donald es un cerdo y adems un gallina. Si quiere vrselas conmigo sabe que le espero. El trat de abusar de la seorita Lugan. Hubo suerte de que yo llegara a tiempo, por eso le di la paliza que mereca. No tenis por qu ser fieles a un cerdo y a una gallina.Es su palabra contra la suya dijo de nuevo el vaquero, cuando los dems ya parecan dubitativos. Seguro que cuando se entere de lo que le ha llamado sin estar l presente le pedir cuentas.No es su palabra contra la de Dylan! espet Vernica furiosa. Es mi palabra tambin, mi presencia, y yo soy la patrona. Donald no volver a poner sus pies en el rancho Green Stone. Es ms, si alguien le ve en mis tierras, que le pegue un tiro. Yo sabr recompensarle por haber matado a un chacal.Ya lo habis odo y ahora, buena cara a todos. Id al saloon y bebed lo que queris por cuenta de GreenStone. Si alguien revienta bebiendo, la patrona le paga el entierro. Ah, y esta noche, libre para todos. Al ganado no le pasar nada por una noche que no le canten una nana. Todos a beber y noche libre! Hubo unos murmullos y las caras dejaron de ser graves. Todos estaban ya convencidos, pero Jack Dylan pidi: Atencin, primero escuchen. La seorita Logan est preocupada y necesita vuestra confianza, la confianza y el apoyo de quienes la aprecian y trabajan en su rancho, por eso os pido tres hurras para ella. Hip, hip, hurraaa!El primero apenas fue coreado por unos cuantos. Al segundo se unieron otros, y el tercero result estruendoso.Los gritos de los vaqueros se escucharon en todo Farson City. Algunos dispararon al aire y al final todos corrieron hacia el saloon para beber por cuenta de la fortuna Lugan.Con los ojos preados de admiracin, Vernica Lugan dijo a Jack Dylan:Te estoy muy agradecida. Has logrado lo que yo crea imposible. Esos hombres me sern fieles ahora, pues estaban equivocados con respecto a Donald.S, ahora ya han abierto los ojos, y lo que pueda decir o hacer Donald slo le traer problemas a l mismo.Jack, cudate. Ese Donald tratar de matarte despus de lo que has dicho de l. Se sentir humillado.Lo supongo, pero hay tipos que prefieren largarse con el rabo entre piernas cuando lo ven todo perdido.Donald es rencoroso, no es de los que huyen.Peor para l. Ahora, regresa al rancho. Quieres que le pida a uno de los vaqueros que te acompae?No, no es necesario. S ir sola y Sara estar impaciente.Bien, yo tratar de arreglar las cosas aqu en la ciudad siguiendo el plan que te he contado.S, Jack. Creo que slo t sabrs sacar los problemas adelante.Jack salt a tierra y palme la yegua del cabriol que se puso en marcha guiada con habilidad por Vernica Lugan.Sabe usted llevar a la gente, Dylan.Jack se volvi para encararse con el atildado y cuidadoso Williams.S, creo que no se me da mal. Ahora, los vaqueros beben en la cantina y se olvidan de problemas que, en realidad, nunca han existido para ellos. Alguien les meti en la cabeza que deban abandonar el rancho y se han dejado llevar. No son malos muchachos, yo dira que todo lo contrario.Parece como si pretendiera erigirse en el nuevo patrn del poder Lugan, el nuevo amo del rancho Green Stone.Ya usted le molestara?Bueno, Vernica es una muchacha muy hermosa y agradable. Creo que todos tenemos derecho a pensar en ella como posible esposa y ms yo. Soy el alcalde, todava joven y adems abogado. Ella es muy fina y bien educada, por eso es mejor que se case con alguien que sepa comprenderla y no con un zafo que slo entienda de vacas.S, ya veo que usted es muy cuidado y elegante. Le repito que dudo que sea abogado, pero s se advierte a simple vista que gasta dinero en su atuendo. Usa zapatos en vez de botas y no lleva espuelas.Es eso algo malo? inquiri con una mueca de desafo.Por supuesto que no, solo indica que no monta mucho a caballo.Prefiero la ciudad a las montaas.Eso imagino. Por cierto, tampoco lleva armas.A un abogado no le van las pistolas.Estos das, la ciudad parece algo revuelta. Han habido tiroteos, ayer mismo hirieron a Sara, la criada del rancho Green Stone. No cree que puede haber peligro?No para m. Yo vivo en paz con todo el mundo. Quiz sea usted quien deba protegerse, Dylan.Quiere que le diga algo?Dispare.Los tipos como usted, aparentemente no llevan armas, pero al final siempre se descubre que estn armados.Es que quiere buscarme pleitos a m tambin como a Donald?Williams, esta noche hay una reunin en el rancho Green Stone y usted es uno de los invitados.Una reunin o una fiesta?Una reunin de negocios. Es hora de poner en claro los asuntos de Vernica Lugan.Y quin da las rdenes, ella o usted, que no deja que nadie se le acerque?Piense lo que quiera, Williams, pero le conviene acudir esta noche a Green Stone. Ahora, disculpe, tengo que hablar con el banquero Master y luego con el sheriff Poot.Est usted muy ocupado.S, hay mucho que hacer y, por lo visto, quienes quieren matarme no desean que lo haga. Hasta la noche, Williams.El alcalde le sigui con la mirada. Dylan se alej hacia el Banco local, un Banco que, como casi todo en Farson City, llevaba el nombre de Lugan.

CAPITULO IXAl despertar, Donald se senta dolorido y tena la boca reseca. Era como si dentro de las encas tuviera alambres que le estiraran malignamente y al abrir los ojos, record a Jack Dylan.Maldito hijo de perra, me las pagar mascull.Ya despierto?Donald se percat de que no estaba solo en la habitacin. No muy lejos se hallaba Irene, la cantante del saloon.Dnde estoy?Dnde vas a estar? En mi habitacin le replic aligo arisca. Siempre que has buscado refugio, aqu lo has encontrado. No lo habrs olvidado, verdad?S, ya recuerdo. Me duele todo.Ese Dylan pega fuerte.Lo matar como a un perro rabioso...Ser mejor que lo olvides. Irene tom una botella de whisky, la descorch y la tendi a Donald. Bebe, te har bien.El ex capataz del Green Stone se llev el gollete a la boca, sujetndolo entre los labios. Al beber un trago, apart rpidamente la botella, resoplando ruidosamente.Como escuece esto, maldita sea.Es que tienes la boca aplastada. El licor servir para currtela.Est bien, beber un poco ms. Frunci el ceo al observar lo que estaba haciendo Irene, y tras un nuevo trago que bebi con muchas muecas a causa del escozor que el alcohol le produca en la boca herida, pregunt: Ests haciendo tu bolsa de viaje?S.Te vas de Farson City?Nos vamos.T y quin ms?T y yo, Donald, t y yo recalc. Podemos comenzar en cualquier parte. Yo puedo cantar en cualquier local y t, ya vers lo que haces. Mientras ests cerca de m, da lo mismo.Ests loca? Yo no me voy a ninguna parte.El que estar loco sers t si no te vas.No digas estupideces, yo me quedo.Para qu te mate Dylan?Dylan? Bah exclam despectivo . Me cogi por sorpresa, eso fue todo. La prxima vez ser diferente.La prxima vez te matar. Es mejor que no haya otra vez despus de lo que ha dicho de ti en la ciudad.Ha bajado a la ciudad?S. Todos los hombres del Green Stone parecan haberse solidarizado contigo, haban abandonado el rancho, pero l ha venido a buscarlos y a fe ma que ha sabido hacerlo. Todos se estn emborrachando alegremente en el saloon y, adems, te ha llamado pblicamente cerdo y gallina, y a todos les ha parecido bien. Slo ha protestado un poco Salomn, pero ha terminado callndose al ver que todos se ponan de su parte.Que me ha llamado cerdo y gallina? rugi ponindose en pie, rojo como la grana.S, y es preferible desaparecer ahora. Despus de todo, nadie va a tomarte en serio aqu en Farson City, pero la Unin es muy grande y hay muchos sitios adonde ir. En California hay fiebre de oro y quiz podamos hacernos ricos.Pronto sabrn todos quin es Donald! Nadie se reir de m, y menos ese hijo de chacal.Como que su intencin era la de dirigirse hacia la puerta tras tomar el revlver y guardarlo en la funda, Irene corri a interceptarle el camino, colocndose entre l y la puerta.Razona, Donald, no te hagas matar, razona! Todo est perdido, el rancho ya no ser tuyo, el imperio Lugan no ser para ti. La propia Vernica, la altiva y orgullosa Vernica, te aborrece, lo ha dicho delante de todos. Nadie te ayudar. Olvida tu plan de quedarte con todo despus de lo que hiciste. An ests a tiempo de salvar el cuello. Aunque mataras a Dylan, lo cual sera muy difcil, se terminara descubriendo lo de Lugan y te ahorcaran.Los ojos del ex capataz se empequeecieron, inquisitivos.Qu sabes t de lo que le sucedi a Lugan?Yo?La mujer se asust, pero l la cogi por el cabello, tirando de l hasta hacerle dao.T sabes mucho, Irene, mucho.Est bien, para qu negarlo?Habla, vbora.Os o hablar cuando estbais en el reservado, s cual fue vuestro plan.Estpida!La abofete con el revs de su diestra. No la derrib, mas le hizo doblar la rodilla. Cuando la mujer alz el rostro, lo tena enrojecido por el fuerte golpe.Bestia!De modo que tus orejas escuchan demasiado, eh? Eso es grave. Por cierto, alguien tuvo que ser quien le tir la nota a Vernica dicindole que haba sido un asesinato y no un mal encuentro con una serpiente de cascabel.Yo no fui!Dio un paso hacia ella y nuevamente la cogi por los cabellos, arrancndole lgrimas de dolor.Confiesa! Fuiste t, verdad?S, s, pero djame.El hombre la solt, pero la mir, ms que reprobadoramente, de forma homicida.Por qu hiciste esa cochinada?Cada semana bajas y yo te espero fielmente aqu dentro! Nadie ms que t ha entrado en esta habitacin y lo sabes. Luego, pensaste en apoderarte de todo, en casarte con Vernica y apartarme a m de un manotazo cuando yo soy la que te quiere y no ella.De modo que por unos celos estpidos, ya que jams me casara con una zorra como t, me traicionaste, escribiste esa carta,Te haba odo hablar muchas noches de Vernica. Aqu, a mi lado y satisfecho, decas que era joven y bonita, que tena una fortuna inmensa. Cada vez la odiaba ms, hasta el punto de desear matarla. Yo saba que lo vuestro no saldra bien, que terminara descubrindose todo, por eso la puse en guardia para que cogieras un poco de temor y nos marchramos como vamos a hacer ahora. Yo he cuidado de ti, Donald, yo.Zorra, ms que zorra... Se lo dijiste para estropearme el plan y que no me casara con ella, esa fue tu intencin. Tenas que provocar mi huida para escaparte conmigo, queras deshacerme el negocio, pero no es tan fcil fastidiar a Donald, claro que t te irs de viaje pero lejos, muy lejos, sabes demasiado.Donald acerc sus manos a la garganta de Irene, rodendola con ellas.No, Donald, no! suplic la mujer al descubrir el brillo asesino en sus ojos.Ya me has traicionado una vez y volveras a hacerlo. No voy a permitir que una zorra como t me coloque la soga alrededor del cuello.Irene quiso gritar, mas ya no lo consigui. Los pulgares del hombre opriman su garganta de tal forma que era incapaz de articular ningn sonido.El mundo se tom rojo ante sus ojos, luego negro y qued inerte entre las manos de su asesino.Estpida mascull al soltarla y caer derribada ante sus botas.Donald comprendi entonces que era muy peligroso dejar aquel cadver all.Se acerc a la ventana y descorri las cortinas. Era de da, el sol luca esplndido, pero ya no brillara ms ante los ojos de la infeliz Irene.La casa donde vivan las chicas del saloon estaba anexa al propio local y la habitacin de Irene daba al patio posterior.Donald se asom a la ventana y mir hacia abajo, descubriendo un tonel de gran cubicaje conteniendo agua sucia. No lo dud un instante.Tom el cuerpo de la mujer y sacndolo por la ventana, la hizo caer desde lo alto, introducindola en el tonel. Despus, sali por la propia ventana. Camin por un friso, salt sobre unas cajas y luego al suelo.Se acerc al tonel y acab de ajustar el cadver en su interior. Tom la tapadera y lo cubri, golpendola con el puo para que encajara bien y no fuera fcil descubrirla.Procurando no ser visto, termin alejndose de all.

CAPITULO XVernica, intrigada, haba acompaado a Jack Dylan hacia el lugar donde dejara las huellas de su caballo el asesino que, habiendo tratado de asesinar a Dylan, slo haba conseguido herir a Sara, de la que precisamente estaba hablando Vernica en aquellos momentos.La encuentro muy bien.Ya lo ha dicho el doc, mucha carne pero ningn rgano. Si no se presenta infeccin se restablecer muy pronto.Ests decidido a exhumar los cadveres?S. Ir a ver al juez Evans ms tarde para que no corra la voz.Si acude a la reunin no podr estar en el cementerio.Trataremos de ajustar las horas.Por favor, Jack, si hay reunin procura estar t en ella. La verdad es que no s qu decir. Para m son como buitres esperando devorarme.No temas, estar aqu. Si no hubiera llegado al principio, comienza a hablarles de tus planes. Divaga un poco si quieres y mustrate dura para mantenerlos en su sitio. Yo tratar de llegar cuantos antes y lo har con el juez Evans.Te esperar impaciente.El estir su mano con naturalidad. La cogi por el hombro y la estrech ligeramente hacia s. Despus la solt sin que Vernica lo hubiera rechazado.Ves ese bote? pregunt sealando un bote que haba en el suelo, con el cilindro perpendicular a la tierra.S, es una lata grande de frjoles.La he limpiado y cortado sus bases, formando un tubo ancho de hojalata que he colocado cuidadosamente sobre la huella clara que he escogido y que por su posicin pertenece al remo delantero derecho del caballo usado por el asesino. As protegida la huella, he preparado la pasta fina de barro y lo he rellenado. Como el sol ha sido fuerte, se ha secado, endurecindose la pasta. El barro ha adquirido la consistencia suficiente como para sacarla del suelo, levantarla y ver si hemos tenido suerte.No se me hubiese ocurrido nunca.Lo vi hacer en el Este, lo emplean hasta para huellas de zapatos, aunque all utilizan yeso. Como aqu no dispongo de yeso, he usado el barro ms fino que he en contrado tras pasarlo por un tamiz de modo que no quedaran piedrecitas.Con sumo cuidado, cogi el bote de lata, movindolo a derecha e izquierda para soltarlo de la tierra. Termin levantndolo boca arriba.No se ve nada, est, lleno de tierra observ Vernica decepcionada.He trado un cubo con agua para quitar la tierra. En realidad, sobre la tierra en que estaba la huella, he tirado un poco de aceite para que el barro fino no se pegara. Ahora, con el cubo, el agua y un pincel, veremos qu tal queda.Sin sacar el molde del cilindro de hojalata que unos das antes encerrara frjoles, Jack Dylan moj el molde sacado de la huella. Con el pincel, cuidadosamente, comenz a desprender la tierra.La tierra fue quedando en el agua y apareci claramente el molde de la herradura, con cada agujero bien perfilado.Es muy curioso, est perfectoCreo que servir como prueba. Se podra hacer el contra molde y una vez descubierto el caballo, acoplndolo a la herradura a la que pertenece, encajara como un zapato.Y no lo hars?Si ha de ser juzgado y se hace necesaria la prueba, s, pero creo que con este molde bastar.Y ahora qu hars?Ponerla cara al sol de la tarde, que es ms suave y que endurezca sin sacarla del bote. Creo que para la noche estar lista. Se podr utilizar ya como prueba para acusar al hombre que trat de asesinarme y que dispar contra Sara.Sabes quin es?Tengo una ligera idea.De quin sospechas? pregunt ansiosa.No me lo preguntes, solo lo dir cuando est seguro. Una vez vi ahorcar a un hombre y luego result inocente. Fue francamente desagradable. Hay que estar totalmente seguros antes de acusar a nadie.Como t quieras, s que terminars capturndole.El sol reverber sobre algo brillante, apenas un diminuto punto de luz que para cualquiera habra pasado desapercibido pero no para Jack Dylan que empuj a Vernica bruscamente hacia un rbol cercano.Rpido, protgete!Dylan se dej caer al suelo alzando el molde de la huella para que no se destruyera con el golpe cuando una bala le busc vidamente.Golpe la lata que encerraba el molde, pero Jack Dylan no lo solt y el bote qued perforado limpiamente de costado.Jack Dylan deposit el molde en el suelo con sumo cuidado y tras desenfundar su revlver, dispar a ciegas contra su atacante.Luego, gir sobre s mismo, cambiando de lugar, cuando dos nuevos disparos de rifle lo buscaban ansiosos de muerte.Una de las balas arranc polvo del suelo. La otra, roz el rbol tras el cual se hallaba escondida Vernica. Hizo una muesca en la corteza que ya no se borrara con facilidad.Jack, quin es?No lo s, pero quien quiera que sea, desea enviarme al reino de los muertos.Cre que lo habas visto.No, me he dado cuenta de que estaba ah porque el sol se ha reflejado en alguna parte brillante de su rifle. Ahora, qudate donde ests, tratar de darle caza.No, Jack, te matar!No voy a dejar que se salga con la suya y menos que escape esta vez.Crees que es el mismo de anoche?Este usa rifle, el de ayer pistola, nunca se sabe.Rastre adelantando con los codos y no hizo disparo alguno. Su enemigo tambin estaba en silencio. Jack no vio ningn caballo a lo lejos en el que el asesino pudiera huir, y la luz del sol haca imposible que escapara sin ser visto como ocurriera la noche anterior.Jack Dylan no se haba dejado ver en su avance. Aquel tipo le estara esperando con el dedo montado sobre el gatillo, preparado para disparar en cuanto le descubriera, y haba que adelantrsele.Reptando, logr llegar a una posicin ms alta en el terreno que haca desnivel en direccin a la casa.Tom dos piedras con la zurda y arroj una hacia la derecha y otra hacia la izquierda, casi simultneamente, al tiempo que se pona en pie de un brinco.Tal como haba esperado, el asesino reaccion con los ruidos y dispar hacia ellos algo confuso. Mas, qued encaonado por el revlver de Jack Dylan que le orden:Suelta el rifle o eres hombre muerto.El rifle apunt hacia Jack Dylan, pero ste jale el gatillo de su revlver y agujere el sombrero de su enemigo.La prxima bala te la pondr entre los ojos.No, no, ahorita no dispare, yo no le he hecho dao a nadie! exclam soltando el arma y levantando las manos.Al orles hablar, Vernica sali de detrs del rbol, reconociendo de inmediato a su atacante.Chopito!En la exclamacin haba sorpresa y decepcin.Vamos, cam