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La adquisición de la categoría de sujeto en el maya yucateco: producciones e input
Barbara Pfeiler
Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de México
Carlos Carrillo Carreón
1. Introducción
La categoría de sujeto definida con base en lenguas indoeuropeas ha sido cuestionada por
no considerar los rasgos formales y conceptuales distintos que se encuentran en las lenguas
ergativas (Dixon, 1994; Lyons, 1977; Plank, 1979; Silverstein, 1976; Pye, 2003; Pye,
2007). La representación de la organización conceptual y lingüística de los roles
semánticos es distinta a la de las lenguas acusativas1 (Langacker, 2000:35-36) en el sentido
que el participante marcado es el agente en vez del paciente. El ergativo marca al agente o
sujeto de un verbo transitivo, y el absolutivo marca tanto al experimentante o sujeto de un
verbo intransitivo como al paciente u objeto de un verbo transitivo. Las lenguas que
presentan ergatividad y acusatividad se conocen como lenguas ergativas mixtas2. En tales lenguas la marcación de sujeto incluye más relaciones formales, gramaticales y
semánticas.
Las lenguas ergativas han llamado la atención en el área de la adquisición del
lenguaje precisamente por este diferente modelo de marcación del sujeto. En estudios
recientes y pioneros de lenguas ergativas diferentes estrategias y explicaciones han sido
exploradas en el campo de la tipología lingüística, el cognoscitivismo, el input y la cultura
específica. Las lenguas en las que se han realizado estudios sobre la adquisición del
modelo de la ergatividad son el samoano (Ochs, 1988), el hindú (Narasimhan, 2003), y las
lenguas mayas k’anjob’al, k’iche’, tseltal, tsotsil y yucateco (Brown et al., 2003; Pye et al.,
2007).
En el léxico temprano de las lenguas mayas son abundantes los verbos. Pye (2003),
basándose en la estructura de la frase verbal de las lenguas mayas, ha elaborado
predicciones para la adquisición de las mismas y establece una importancia en el orden de
adquisición de categorías verbales. Los niños adquieren primero la morfología relacionada
con la transitividad y después las flexiones ergativas y absolutivas. Los resultados de la
comparación de estas lenguas han mostrado una tendencia infantil de producir primero los
sufijos de estatus que siguen inmediatamente a la base verbal (Pye et al., 2007).
155
2. La ergatividad mixta en el maya yucateco En la cláusula verbal dos juegos de pronombres de referencia cruzada marcan el sujeto
(tabla 1). Éstos distinguen persona y número, y marcan los argumentos verbales.
Pronombres independientes y nombres propios pueden ser incluidos en la frase verbal pero
no son necesarios porque el verbo en sí contiene marcas pronominales transparentes.
Tabla 1. Pronombres de referencia cruzada del maya yucateco
Juego “A” 3 Juego “B”
Persona Singular Plural Persona Singular Plural
1º iN(w)= in(w)= ...-o’on 1º -en -o’on
2º a(w)= a(w)= ...-e’eš 2º -eč -e’eš
3º u(y)= u(y)= ...-o’ob 3º -Ø, -ih -o’ob
Los pronombres de referencia cruzada expresan los argumentos verbales con un
modelo en el que el agente es marcado, y ambos, el experimentante y el paciente
permanecen indiferenciados entre sí. Esta es una razón para establecer la existencia de caso
ergativo aunque en sí los pronombres de referencia cruzada no son marcadores de caso4.
Los pronombres del Juego “A” expresan el sujeto de verbos transitivos (agente,
ergativo), como muestra el ejemplo 1. Los pronombres utilizados para el sujeto de los
verbos intransitivos (experimentante) varían de acuerdo al aspecto. En imperfectivo es
utilizado el Juego “A” (ejemplo 2), y en perfectivo es utilizado el juego “B” (ejemplo 3).
1) k-inw=il-ik-eč
IPFV-A1sg=ver-INCP-B2.sg
‘Yo te veo.’
2) k-a=lúub-ul
IPFV-A2.sg=caer-INCP
‘Tú caes.’
156
3) (h) lúub-Ø-eč
PFV caer-COMP-B2.sg
‘Tú caíste.’
Los ejemplos anteriores muestran que el sujeto de los verbos intransitivos puede ser
marcado ya sea como absolutivo o como ergativo, dependiendo del aspecto y del modo. Lo
anterior permite considerar al maya yucateco como una lengua ergativa mixta
condicionada por aspecto y modo. En este sentido un participante como el del ejemplo 4,
no es un experimentante típico, ni un paciente típico.
4) meyah-nah-en.
trabajar-COMP-B1sg
‘(Yo) trabajé.’
El experimentante de un cambio de estado (ejemplo 3) es marcado como paciente.
En el ejemplo 4, el sujeto del proceso completado está marcado como experimentante, pero
el rol del participante en ‘trabajé’ no es el de haber experimentado un cambio de estado, ni
el de haber recibido la acción de un agente, ni el de haber “experimentado el estado final
de un proceso”, sino es el de haber llevado a cabo un proceso cuyo paciente no es
mencionado.
Estudios recientes han vuelto a reflexionar respecto al modelo de marcación de
sujeto en el maya yucateco. De acuerdo con Pustet (1992; 2002) el yucateco no cabe en la
imagen tradicional de una lengua ergativa. Sostiene que el yucateco muestra afinidad con
las lenguas activas, argumentando que los verbos dinámicos obtienen la misma marcación
de agente de transitivo, mientras que los intransitivos estativos son codificados por medio
del paciente. Krämer y Wunderlich (1999) y Bohnemeyer (2004) argumentan que el maya
yucateco no es una lengua activa ya que la marcación del rol de sujeto no depende del
rasgo verbal de [±actividad]. De acuerdo con Krämer y Wunderlich (1999) el maya
yucateco es una lengua ergativa cuya elección de marcadores de argumentos en los verbos
intransitivos es determinada exclusivamente por el aspecto, sin consideración de la clase a
la que el verbo pertenece. Las formas del imperfectivo5 toman el juego “A” para la
marcación de sujeto, y las formas del perfectivo toman el juego “B”.
Bohnemeyer (2002) enfatiza la mezcla con el modelo nominativo-acusativo que
sólo ocurre en los verbos intransitivos, donde está determinada por el cambio de aspecto y
157
modo. Bohnemeyer (2004) habla de un sistema de intransitividad dividida. Los verbos
intransitivos muestran varias formas de los sufijos de estatus, los cuales hacen posible una
clasificación en verbos activos, inactivos, posicionales e incoativos. En todas estas clases
el sujeto puede ser marcado ya sea por el ergativo o por el absolutivo, dependiendo del
aspecto y modo (Bohnemeyer, 1998; 2002).
Tabla 2. Clasificación de los verbos intransitivos del maya yucateco de acuerdo con la
flexión de estatus (basado en Bohnemeyer [1998:221]).
Categoría de estatus
Clase de intransitivo
Incompletivo Completivo Subjuntivo Imperativo
Activo -Ø -nah -nak -nen
Inactivo -Vl -Ø -Vk -en
Incoativo -tal -čah -čahak ---
Las clases verbales de la tabla 2 están semánticamente motivadas. Las raíces
inactivas lexicalizan cambios de estados. Las bases verbales intransitivas activas expresan
procesos, mientras que las inactivas e incoativas denotan cambios de estado. Los verbos
activos pueden ser derivados de verbos transitivos en voz antipasiva. Los verbos inactivos
pueden ser derivados de verbos transitivos en voz media (Bohnemeyer, 2004).
Respecto a la adquisición de los pronombres de referencia cruzada en el maya
yucateco, Carrillo Carreón (2007) registró que desde el inicio del desarrollo pronominal en
los verbos intransitivos los niños distinguen entre los verbos inactivos y los verbos activos.
El análisis comprobó que la frecuencia y la transparencia morfológica guían al niño al
comienzo de la adquisición del complejo sistema flexivo de los intransitivos.
Lo anterior nos motivó a centrarnos en los verbos intransitivos con el fin de
conocer las estrategias que desarrolla el niño para el uso de los dos juegos de pronominales
que marcan una misma categoría. Exploramos si la correlación entre el aspecto y el rol del
argumento, junto con la estructura semántica de los verbos (Krämer y Wunderlich, 1999)
guían al niño o si es la semántica de los verbos, que indica procesos y cambios de estado
(Bohnemeyer, 1998; 2002; 2004), la que permite al niño identificar el sujeto activo y el
sujeto inactivo con cada uno de los dos juegos de pronombres de referencia cruzada.
158
3. Los datos
El niño (ARM) crece en un ambiente familiar en el cual se usa principalmente el maya
yucateco. Su padre es hablante nativo de maya yucateco y bilingüe incipiente maya-
español. La madre es hablante nativa monolingüe de maya. La residencia es patrilocal.
Comparten el solar los padres, la abuela viuda, una tía soltera y la familia de su prima. Su
padre trabaja de jornalero en un rancho aledaño, donde pasa la mayor parte del día.
Algunos niños parientes de edades variadas viven en los solares vecinos, y con ellos
interactúa el niño con mucha frecuencia.
El material de análisis proviene de una muestra longitudinal. Fue grabada en cinta
magnetofónica en situaciones semi-estandarizadas de plática. Los roles de conversación se
dividen en: ARM-prima (38%), ARM-madre (24%), ARM-madre-abuela (tía) (38%).
Tabla 3. Material analizado
Número de
grabaciones*
Armando (ARM) Input
Edad Emisiones Verbos** Emisiones Verbos**
5 2;0 330 30/109 362 197/253
4 2;1 434 75/191 338 168/203
4 2;2 416 28/49 353 102/139
4 2;3 470 72/75 259 87/114
4 2;4 491 60/106 185 80/85
4 2;5 531 89/196 133 63/72
3 2;6 416 73/153 169 94/106
3 2;7 357 58/94 52 28/36
4 2;8 446 99/145 107 48/50
4 2;9 501 111/157 207 92/121
4 2;10 326 86/119 111 52/57
4 2;11 690 149/222 111 39/45
4 3;0 504 127/199 152 89/106
*Cada mes analizado consiste de 180 minutos de grabación
** (tipos/expresiones)
159
Las sesiones se caracterizan por juego con vegetales y animales (39 grabaciones), y
actividades domésticas como comer, recolectar frutos, criar animales, cazar pájaros,
desyerbar, asear y leñar (26 grabaciones). En otras sesiones los informantes tomaban un
descanso sin alguna actividad específica (21 grabaciones).
4. Adquisición de pronombres de referencia cruzada
El desarrollo de los pronombres de referencia cruzada muestra que el niño comienza la
adquisición de los pronominales con formas del juego “B” y más adelante, a partir de 2;5,
expresa formas del juego “A” . La tabla 4 muestra la frecuencia de los pronombres en la
adquisición y el input.
Tabla 4. Frecuencia de pronombres de referencia cruzada
Edad Juego “A” Juego “B”
ARM Input ARM Input
2;0 3/3 125/139 8/15 12/17
2;1 3/3 109/117 9/15 17/19
2;2 7/7 71/93 1/2 11/15
2;3 9/12 51/59 5/7 7/7
2;4 12/13 52/52 8/9 5/5
2;5 27/38 40/40 9/12 7/7
2;6 26/32 57/63 6/9 12/12
2;7 33/39 18/22 10/14 4/4
2;8 55/65 29/29 13/16 1/1
2;9 74/81 54/63 9/12 7/7
2;10 60/67 34/35 6/8 2/2
2;11 89/94 21/21 13/14 1/1
3;0 90/117 63/67 20/23 6/7
Total 488/571 724/800 117/156 92/104
A través de la muestra, los pronombres más frecuentes del Juego “A” son el de
primera persona del singular iN(w) y de tercera persona del singular u(y). Las formas del
plural no fueron frecuentes. Entre los ejemplos del juego “B”, sin embargo, desde el inicio
160
de la muestra se registraron pronombres de varias personas, tanto en singular como en
plural.
En el total de las dos muestras los pronombres del Juego “A” son más frecuentes
que los del Juego “B”. No obstante, en la muestra del niño durante los 2 primeros meses
analizados, el uso de pronombres del Juego “B” consiste en 30 expresiones, y los del Juego
“A” en 6 expresiones. A partir de 2;2 el Juego “A” empieza a ser más frecuente. A los 2;4
existen 13 expresiones de pronombres del Juego “A” y 9 de pronombres del Juego “B”. A
partir de 2;5 la diferencia en frecuencia entre los dos juegos “A” y “B” empieza a ser de
más del 50%. A los 2;6 existen 32 expresiones de pronombres del Juego “A” y 6
expresiones de pronombres del Juego “B”. Esta proporción se mantiene hasta el final de la
muestra.
Cabe subrayar que, a partir de los 2;5 la frecuencia de los pronombres del Juego
“A” muestra un incremento gradual a través de los meses subsecuentes, lo que no ocurre
con los pronombres del Juego “B”. Éstos aparecen con una frecuencia relativamente
estática a través de los meses analizados.
En el input, la frecuencia de pronombres del Juego “A” varía entre casi el 50% y
poco más del 50%. Desde el inicio hasta el final de la muestra se mantiene la proporción
mencionada de los pronombres del Juego “A” utilizados en verbos. Esto significa que la
frecuencia de los pronombres del Juego “A” en el input no influye en la producción infantil
de estas formas, ya que como se ha visto, el niño hasta los 2;4 casi no produce el Juego
“A” en contextos obligatorios. En comparación, el Juego “B” muestra poca frecuencia de
uso durante toda la muestra.
4.1 Desarrollo de la categoría de sujeto
Armando produjo oraciones con verbos, nombres, adverbios, deícticos, demostrativos,
negaciones, adjetivos e interjecciones. Desde los primeros meses se registra un incremento
gradual de tipos y expresiones de verbos, el aumento de los mismos no es contrastante de
una edad a otra.
La frecuencia de tipos y expresiones de verbos con pronombres de referencia
cruzada muestra que no todas las expresiones de verbos incluyen formas pronominales.
Esto es porque de los 2;0 hasta antes de los 2;6, todavía son bastante frecuentes los verbos
en imperativo, hortativo, y bases verbales consistentes en la raíz y algún sufijo de estatus.
Las expresiones de bases verbales más algún sufijo de estatus, en algunos casos pueden
considerarse como contextos obligatorios de ergativos donde dichas formas son omitidas.
161
En la tabla 5 podemos observar la frecuencia de pronombres de referencia cruzada
en verbos transitivos e intransitivos. Las columnas del juego “A” refieren la frecuencia de
uso en contextos obligatorios. El absolutivo –Ø de tercera persona del singular ha sido
separado de los absolutivos de marcación abierta.
Tabla 5. ARM (2;0-3;0). Uso de pronombres de referencia cruzada en VT y VI Edad Verbos transitivos Verbos intransitivos
Exp “A” Om “B” 3S
-Ø
Exp “A” Om “B” 3S
-Ø
2;0 16 1 15 3 13 23 0 7 10 6
2;1 24 6 18 4 20 35 1 16 16 2
2;2 3 3 0 0 3 7 1 4 2 0
2;3 11 2 9 0 11 14 7 0 5 2
2;4 12 4 8 2 10 25 5 1 13 6
2;5 27 20 7 3 24 43 21 2 18 2
2;6 31 22 9 4 27 38 19 3 10 6
2;7 22 20 2 1 21 31 15 0 9 7
2;8 41 35 6 5 36 37 27 0 9 1
2;9 37 32 5 1 36 43 32 2 4 5
2;10 42 39 3 1 41 33 21 1 10 1
2;11 71 60 11 2 69 48 25 3 9 11
3;0 77 74 3 2 75 56 30 0 9 17
Total 414 318 96 28 386 433 204 39 124 66
(Exp = expresiones, “A”=Juego “A”, Om = omisiones, “B” = Juego “B”, 3S = 3ª persona singular)
En la tabla 5 podemos observar que el juego “A” es más frecuente en los verbos
transitivos que en los intransitivos, mientras que el juego “B” de marcación abierta es más
frecuente en los verbos intransitivos donde funciona como sujeto. Esta proporción cambia
si tomamos en cuenta la tercera persona del singular, que es un morfema cero. Así, el rol
verbal más frecuente es el de objeto (3S). Teniendo en consideración que el Juego “B” es
más temprano que el Juego “A”, es posible afirmar que la marcación de sujeto en la
adquisición del yucateco comienza con los verbos intransitivos en perfectivo.
Los verbos transitivos de esta muestra tienen una mayor producción de tipos y una
mayor frecuencia de expresiones que los intransitivos6. Las raíces verbales transitivas e
intransitivas más frecuentes y productivas son las siguientes:
Transitivos Intransitivos
162
il-ik ‘ver-lo’ bin ‘ir’
taas-ik ‘traer-lo’ taal ‘venir’
¢’ah-ik ‘dar/poner-lo’ wen-el ‘dormir’
č’a-ik ‘tomar-lo’ lúub-ul ‘caer’
koch-ik ‘cornear-lo’
hant-ik ‘comer-lo’
k’al-ik ‘encerrar-lo’
uk’-ik ‘beber-lo’
pul-ik ‘lanzar-lo’
man-ik ‘comprar-lo’
kon-ik ‘vender-lo’
A pesar de ser pocos como entradas léxicas, los verbos intransitivos son utilizados
más temprano en la marcación de sujeto por medio del Juego “B” y muestran menos
omisiones que los verbos que requieren una marcación del Juego “A”.
En el ejemplo 5 podemos observar el uso de temprano del Juego “B” de segunda
persona del singular en un verbo intransitivo en perfectivo.
5) ARM (2;0.12)
lúubech k’éek’en.
= h lúub-Ø-ech k’éek’en
PFV caer-COMP-2B.sg cochino
‘¡Te caíste, cochino!’
Cabe resaltar que la forma verbal consistente en la raíz y el sufijo de absolutivo es
una combinación de sólo dos sílabas7 y corresponde con el uso adulto. Es la expresión de
sujeto más temprana en toda la muestra.
Respecto a las omisiones de pronombres del Juego “A”, éstas demuestran que de
los 2;0 a los 2;4 el niño tuvo problemas con estas formas pre-verbales. Muchos verbos,
transitivos e intransitivos, consistieron estructuralmente en sólo la raíz más el sufijo de
estatus. De acuerdo con la gramática, el contexto y la coherencia con la situación
pragmática, identificamos contextos obligatorios del Juego “A” en los cuales estas formas
fueron omitidas. En la tabla 5 puede demostrarse que las omisiones en contextos
163
obligatorios no disminuyen contrastantemente pero el número de ocurrencias sí
incrementa.
El ejemplo 6 corresponde a un ejemplo de la omisión de un pronombre del Juego
“A” en un contexto obligatorio. Se trata de un verbo transitivo en perfectivo, cuya marca
de estatus se elide por razones morfofonológicas en el input.
6) ARM (2;0.16)
MAM: tawilen.
‘¿Me viste?’
ARM: il-ech
= *t-inw-il(-ah)-ech.
PFV-1Asg-ver-(COMP)-2B.sg
‘Te vi.’
En la expresión infantil no sólo falta el pronombre de referencia cruzada de primera
persona, sino también el prefijo de aspecto t-. La mayoría de los ejemplos de omisiones
registrados corresponde a la falta conjunta del morfema aspectual y el Juego “A”.
De los 2;5 en adelante ya es más frecuente el uso de el Juego “A”. El siguiente es
un ejemplo de los primeros verbos con el marcador de sujeto y aspecto.
7) ARM (2;7.16)
ch’awilik?
= ts’&aw=il-ik
TERM&2A.sg=ver-INCP
‘¿Ya lo viste?’
El anterior ejemplo muestra el pronombre de segunda persona del singular del
Juego “A” en fusión con el aspecto terminativo ts’o’ok. Este tipo de ejemplos junto con el
(6) y otros equivalentes en cuanto a omisiones, parecen sustentar la idea de que cuando
emerge el Juego “A”, emerge también el aspecto (Pfeiler, 2003). En el habla adulta los
auxiliares aspectuales generalmente fusionan con el Juego “A”.
Los ejemplos 8 y 9 muestran el uso del Juego “A” en un verbo transitivo y en uno
intransitivo, respectivamente. En ambos, los pronombres son fusionados con el auxiliar
aspectual de progresivo táan.
164
8) ARM (2;10.11)
tuwilik Sandi.
= t(áan):u!w=il-ik Sandi
PROG:3A.sgy=ver-INCP Sandi
‘Lo está viendo Sandi.’
9) ARM (2;11.10)
ti lu’ubu, masa’?
= t:in=lúub-ul masa’
PROG:1A.sg=caer-INCP verdad
‘Estoy cayendo ¿verdad?’
Como muestran estos ejemplos y muchos de los analizados para este trabajo, podría
ser que el niño adquiere la marcación de sujeto junto con el aspecto. Esto parece sugerir un
papel de importancia de la marcación de aspecto en la adquisición del sujeto, pero esto
debe ser investigado.
Con el fin de conocer la relación entre input y la adquisición comparamos el uso del
Juego “A” y del Juego “B” en intransitivos de la adquisición y del input. El resultado de
este análisis es mostrado en figura 1.
165
Figura 1. Armando (2;0-3;0) e input. Ergativos y absolutivos en verbos intransitivos
Este análisis comprueba que en el cuerpo de datos de ARM, el Juego “B” es
frecuente en los verbos de cambio de estado pero no en los verbos de proceso. En cambio,
el Juego “A” se desarrolla en los verbos de proceso, y de manera incipiente en los verbos
de cambio de estado. El porcentaje de omisiones de miembros del Juego “A” es de 11% en
los verbos de proceso, y de un 31% en los de cambio de estado. Esto apoyaría que la
adquisición del Juego “A” como sujeto de verbos de cambio de estado presenta más
dificultad para el niño que la del Juego “A” como sujeto de verbos de proceso, salvo que el
input parece explicar en primer lugar este uso infantil. En el input el Juego “A” se presenta
en verbos de proceso y el Juego “B” en verbos de grado de logro. Como muestra la tabla 6,
la proporción de frecuencia de tipos y expresiones es bastante similar entre ambos corpus.
Sin embargo, no deja de despertar interés el por qué no hubieron datos del Juego “B” en
verbos de proceso.
7. Conclusión La adquisición de la categoría de sujeto en el maya yucateco, como en otras lenguas
mayas, implica diferentes estrategias debidas en primer lugar al sistema de pronombres de
referencia cruzada por medio de los cuales se expresa dicha categoría.
Juego "A" en verbos de proceso
Juego "B" en verbos de proceso
Juego "A" en verbos de cambios de estado
Juego "B" en verbos de cambio de estado
Armando 146 0 40 112 Input 107 0 46 45
0
20
40
60
80
100
120
140
160
Expresiones
166
El presente análisis de los datos de un niño yucateco demostró que la mayoría de
los verbos emitidos pertenecen a la clase de los transitivos, lo cual se identifica por la
flexión de estatus en primer lugar, y en segundo lugar por la flexión pronominal. El sufijo
de estatus de los verbos transitivos –ik es registrado más temprano que las flexiones
pronominales. Los datos del niño Armando muestran similitudes con otro estudio
longitudinal de la niña Sandi (Pfeiler, 2003; Pfeiler, 2005). Existe el mismo orden
cronológico en el desarrollo de los pronombres de referencia cruzada. Los sufijos de
estatus son utilizados más temprano que los pronombres de referencia cruzada en ambos
niños. A la edad de 2;0 se ha registrado el Juego “B” en verbos intransitivos inactivos en
aspecto perfectivo, y a los 2;6 el Juego “A” emerge junto con los auxiliares de aspecto y
comienza ser frecuente. Pensamos que de acuerdo con la hipótesis de Pye (2002) de que en
la adquisición de la ergatividad el punto de partida lo constituye toda morfología
relacionada con la transitividad, en nuestros datos el Juego “A” es utilizado con mayor
frecuencia y productividad en los verbos transitivos en los cuales tiene el rol de agente.
Respecto a la clase verbal de los intransitivos comprobamos que el Juego “B” es la
marcación de sujeto más temprana hallada en la adquisición (2;0). El Juego “A” aparece
más tarde a los 2;6, y todavía a los 3;0 es posible encontrar omisiones . El Juego “B”
temprano es utilizado como sujeto de verbos de cambio de estado y con cierta
productividad y frecuencia. El Juego “A” en verbos intransitivos se desarrolla más
consistentemente en los verbos de proceso, y sólo de manera incipiente y con dificultad en
los verbos de cambio de estado. Esto indicaría que la semántica verbal de los intransitivos
con la distinción entre procesos y cambio de estado8 (Bohnemeyer, 2004) toma un papel en
la adquisición de los juegos pronominales.
Otra estrategia que pudiera desarrollar el niño para adquirir la intransitividad
dividida es a través de la relación entre el rol del sujeto y el cambio de aspecto. En los
datos de Armando, el desarrollo del sujeto de los verbos intransitivos consiste en el uso del
Juego “B” en los inactivos en aspecto perfectivo y el uso del Juego “A” en los activos en
aspecto imperfectivo. No hay ejemplos del uso del Juego “B” en los activos en aspecto
perfectivo, y pocos ejemplos del uso del Juego “A” en los inactivos en aspecto
imperfectivo. El niño aprende a utilizar el Juego “A” para marcar el agente de un verbo
activo en aspecto imperfectivo, y aprende a utilizar el Juego “B” para marcar el
experimentante de un cambio de estado, esto es, el sujeto de un verbo inactivo en aspecto
perfectivo. Hasta los 3;0, el niño ha aprendido que el experimentante y el paciente se
167
marcan por medio del Juego “B”, y el sujeto de una acción en proceso por medio del Juego
“A”. Los pocos ejemplos del uso del Juego “A” en verbos intransitivos inactivos en
aspecto imperfectivo muestran que el agente (ergatividad mixta) está todavía en vías de
desarrollo. Después de que el niño, después de los 3;0, haya desarrollado el Juego “A” en
los verbos intransitivos en aspecto imperfectivo, y haya utilizado el Juego “B” en verbos
intransitivos activos en aspecto perfectivo (para lo cual necesitará adquirir también la
morfología derivativa de la voz antipasiva), entonces habrá adquirido el modelo ergativo
mixto de sujeto dividido condicionado por aspecto.
El hecho de que desde temprana edad el Juego “B” en los verbos inactivos es
utilizado ya sea en aspecto perfectivo o en modo subjuntivo indica que lo que guía al niño
no es solamente la relación entre el rol del sujeto y el cambio de aspecto, sino el conjunto
de toda la morfología de estatus con su función integral (transitividad, aspecto y modo) y la
semántica verbal.
Otra estrategia para la adquisición de la ergatividad mixta puede ser a través de la
frecuencia de ciertos verbos. Los ítemes léxicos más frecuentes y productivos respecto al
desarrollo de los pronombres de referencia cruzada son los verbos ‘ver’, ‘ir’, ‘venir’ y
‘caer’. Sólo el verbo lúubul ‘caer’ es un verbo intransitivo inactivo canónico. Los verbos
bin ‘ir’ y taal ‘venir’ son de especial interés pues flexionan como intransitivos inactivos en
aspecto perfectivo, y como intransitivos activos en aspecto imperfectivo. Es posible que
estos verbos de mayor frecuencia, tanto en el habla del niño como en el input, sean la base
sobre la cual el niño aprende el modelo ergativo mixto. Guían al niño a relacionar el uso
del Juego “B” con el sujeto de verbos inactivos y guían al niño a relacionar el Juego “A”
con los verbos activos. Dado que existen menos omisiones del Juego “A” con los verbos
bin ‘ir’ y taal ‘venir’, es posible que sobre esta base el niño aprenda a utilizar dicho juego
de pronombres en los verbos transitivos.
Morfológicamente vale mencionar los parámetros de la transparencia
morfosemántica y la transparencia morfotáctica (Dressler, 1985; 1999) en el desarrollo de
los verbos inactivos en aspecto perfectivo y la marcación de sujeto a través del Juego “B”,
como en expresiones como h lúub-eč ‘caíste’, h bin-ih ‘se fue’. Es posible que el Juego
“A” se haya registrado como más tardío que el Juego “B” debido a la falta de transparencia
morfosemántica y transparencia morfotáctica en los ejemplos en los que las formas del
Juego “A” son amalgamados a los auxiliares de aspecto. En el input las formas del Juego
“A” se fusionan con los auxiliares de aspecto por lo cual pueden presentar opacidad para la
adquisición.
168
No obstante, el análisis del input permite notar que el estilo discursivo del habla
dirigida al niño selecciona aquellas formas verbales que describen un evento o resultado de
evento los cuales pueden relacionarse con la situación que ocurre en el momento de
enunciación. Quizá ésta es la razón por la cual los datos no muestran evidencia del
absolutivo en verbos de proceso, ya que esto corresponde al sujeto de un verbo activo cuya
acción ha sido completada sin dar información del paciente. Como fue comprobado, los
cuidadores emplean ciertas formas instructivas (Pfeiler, 2007), las cuales pueden ser
responsables de que la mayoría de las expresiones verbales intransitivas sean ‘se cayó’,
‘está cayendo’, o bien ‘lo hizo caer’, pero no una expresión del tipo de ‘él trabajó’.
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Notas * Este trabajo fue financiado por PAPIIT-UNAM # IN401207.
1 Las lenguas acusativas son aquellas que marcan el caso nominativo (sujeto de verbos transitivos [agente] y de intransitivos [experimentante]) y el caso acusativo (objeto [paciente]). Lenguas acusativas son por ejemplo las romances y las germánicas. 2 En la ergatividad mixta ocurren tanto el ergativo como el acusativo. Existe una variedad de condiciones gramaticales y semánticas en las cuales se presenta este tipo de ergatividad, como la especificidad de la frase nominal central, el cambio de TAM, o por el tipo de cláusula (Dixon, 1994). 3 Los pronombres de referencia cruzada en los estudios mayistas son conocidos como el juego ergativo o juego úAî, y el juego absolutivo o juego úBî. 4 En el sentido de los casos de latín, por ejemplo, que son morfemas que marcan exclusivamente el rol del participante con respecto al contenido semántico del verbo.
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5 Krämer y Wunderlich (1999) establecen que en el yucateco, por la variedad de auxiliares y marcadores de aspecto, el imperfectivo obtiene un valor no marcado frente a las dos formas del perfectivo, lo que confiere a éste un valor marcado. Estos valores marcado y no marcado de la morfología aspectual, interactúan en la frase verbal intransitiva con los propuestos valores marcado para los ergativos y no marcado para los absolutivos. 6 El número de los miembros de la clase de raíces transitivas es mayor a los de la clase de raíces intransitivas en el maya yucateco (Bohnemeyer y Stolz, 2006). 7 El sufijo de estatus para la clase verbal de intransitivos inactivos en aspecto perfectivo es –Ø. El aspecto perfectivo posee un prefijo que es equivalente a una aspiración /h/ la cual en el habla ordinaria puede eliminarse o no ser fácilmente percibida por el receptor. 8 Esta especificidad semántica motiva la flexión de estatus que diferencia clases de verbos intransitivos (Bohnemeyer, 2004).