SumisiónDeseo

Destrucción

Ella, envuelta en una frágil sábana blanca, intentaba despertar de su sueño constate. Lucía triste, ante el espejo veía el implacar paso del tiempo, de las manos, del dinero.

Él, se arma de ropa, calor...sudoración. En la cama deja la pasión y su fachada, huye, se apresura.

Lujuria, pasión... nada más que eso peude caber en la mente de ella. No hay tiempo para preguntar, hay otros que esperan por un poco de su libido, un poco de su tacto, de su piel, de sus besos.

El no sabe quién es, no le interesa. Los formalismos no hacen parte de las noches en que el libido hace posesión de la mente. La cabeza no prima, ante todo esta la carne, su seducción.

La carne genera vacíos, los complementos no existen ante la pasión desbordante. La viscera es sólo viscera. Hay un sin fin lleno de yagas, tejidos y malformaciones de las emociones.

Trémulo corazón que recae ante el inminente pasar de las horas , cuando no hay más que sábanas, falsas semillas y perturbante avaricia.

¿Qué hay en la realidad de las almas?

La realidad de las almas palpita en en la profundidad de un cuarto oscuro ignorante de lo que sucede en las jaulas cárnicas que las ocultan...

....Desolador panorama para brisas inertes que quieren salir.

Quedan silencios, los vacíos temporalmente se llenan de ocio dinero y algunas caricias vanas, insensibles.