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Suprema desecha recurso de queja
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Santiago, dieciocho de febrero de dos mil quince.
De fojas 62 a 64: téngase presente.
Vistos y teniendo presente:
1º) Que el recurso de queja se encuentra contemplado en el Título
XVI del Código Orgánico de Tribunales, que trata "De la jurisdicción
disciplinaria y de la inspección y vigilancia de los servicios judiciales", y
está reglamentado en su párrafo primero que lleva el epígrafe de "Las
facultades disciplinarias";
2º) Que conforme al artículo 545 de ese cuerpo legal, el recurso de
queja solamente procede cuando en la resolución que lo motiva se haya
incurrido en faltas o abusos graves, constituidos por errores u omisiones
manifiestos e igualmente graves;
3º) Que, en el presente caso, el mérito de los antecedentes no permite
concluir que los jueces recurridos -al decidir como lo hicieron- hayan
realizado alguna de las conductas que la ley reprueba y que sería necesario
reprimir y enmendar mediante el ejercicio de las atribuciones disciplinarias
de esta Corte; y
4º) Que lo anterior no significa necesariamente compartir los
fundamentos del fallo dictado por los recurridos, máxime considerando
que se trata de una cuestión únicamente referida a la interpretación de las
leyes aplicables al caso.
Y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 545 y
549 del Código Orgánico de Tribunales, se declara que se desecha el
recurso de queja interpuesto en lo principal de la presentación de fojas 15.
Regístrese, comuníquese y archívese.
Nº 889-15
Pronunciado por la Primera Sala de Febrero de esta Corte Suprema
integrada por los Ministros señores Patricio Valdés A., Héctor Carreño S.,
Pedro Pierry A., señora Rosa María Maggi D., y señor Juan Fuentes B.
Santiago, dieciocho de febrero de dos mil quince.
Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.
Santiago, seis de enero de dos mil quince.
VISTOS:
A fojas 2 comparece doña Irma Elena Soto Rodríguez, Abogado
Procurador Fiscal de Santiago, del Consejo de Defensa del Estado y
deduce reclamo de ilegalidad contra el Consejo para la Transparencia,
por la Decisión de Amparo Rol C-91-14, adoptada por el Consejo
Directivo de dicho Consejo en sesión ordinaria N° 534, de 1 de agosto de
2014, que acogió parcialmente el amparo por denegación de acceso a la
información deducido por don Julio Ponce Lerou, disponiendo en lo
relevante para estos autos:
“II. Requerir al Sr. Superintendente de Valores y Seguros:
a) Hacer entrega al reclamante de la información solicitada en los
literales j, k y l de la solicitud y en el evento de que ésta no obre en
su poder lo informe expresamente al solicitante”.
Los literales referidos son del siguiente tenor:
“j) Si respecto de las operaciones investigadas con acciones emitidas por
Norte Grande S.A. y sus sociedades filiales, se cuenta con información de
quiénes eran los propietarios de las acciones vendidas y quiénes
resultaron ser los adjudicatarios de los títulos vendidos en la totalidad de
las operaciones efectuadas en el período investigado. Se solicita copia de
esta información y sus análisis, y en caso que no se hubieren practicado,
razones para ello.
k) Si esa Superintendencia indagó, especialmente, acerca de la
participación de Moneda S.A. y las AFP denunciantes en las operaciones
efectuadas con acciones de Norte Grande S.A. y sus sociedades filiales,
durante todo el período investigado.
l) Si la autoridad cuenta con análisis que demuestren que las operaciones
señaladas en el Oficio Reservado N° 633 se realizaron a precios
superiores o inferiores a los de mercado. En la afirmativa, se solicita
copia de dichos análisis si los hubiere”.
El Consejo de Defensa del Estado, reclamante en estos autos,
señala que con fecha 6 de septiembre de 2013 la SVS en el ámbito de un
procedimiento indagatorio realizado al amparo del art. 4°, letra d) del
Decreto Ley N° 3.538, ley orgánica de ese organismo, mediante el Oficio
Reservado N° 633, comunicó cargos al Sr. Julio Ponce Lerou por su
presunta responsabilidad “(…) en diversas operaciones realizadas de
modo recurrente y coincidente, durante los años 2009, 2010 y 2011, que
permiten presumir la existencia de un esquema consistente
principalmente en transacciones bursátiles con los títulos Calichera A,
Oro Blanco y SQM”. En dichos cargos, la Superintendencia “(…)
presume la existencia de un esquema estructurado sobre la base de
reiteradas operaciones de inversión y financiamiento que habría llevado a
que las Sociedades Cascadas proveyeran acciones Oro Blanco, Calichera
A y SQM-B, a precios que, en la generalidad, pueden ser entendidos bajo
mercado y en condiciones que imponen barreras a la participación de un
mayor número de inversionistas, entre otras, a las diferentes sociedades
relacionadas a Julio Ponce L., y en menor medida a sociedades
relacionadas a Roberto Guzmán L. Estas sociedades, por lo general,
tiempo después, enajenaban dichas acciones a precios significativamente
mayores a los que habían comprado y en condiciones de precios que, en
la mayoría de las veces, podrían ser consideradas como sobre mercado,
siendo las contrapartes de estas operaciones, mayoritariamente, las
propias Sociedades Cascada. Lo anterior, daría cuenta de la realización
de prácticas que no habrían perseguido el interés social de las Sociedades
Cascada, pudiendo incluso vislumbrarse como contrarias al mismo y que,
por otra parte, habría afectado el correcto funcionamiento del mercado de
valores (…)”.
Agrega que con fecha 20 de noviembre de 2013, representantes de
don Julio Ponce Lerou solicitaron la información que detalla a la SVS la
que por Oficio Reservado N° 949 de 19 de diciembre de 2013 respondió
las catorce consultas planteadas, dando debido cumplimiento al artículo
16 de la Ley de Transparencia. Con fecha 10 de enero de 2014 la misma
parte dedujo amparo a su derecho de acceso a la información pública ante
el Consejo para la Transparencia, reclamando específicamente por las
respuestas dadas a su solicitud, en relación con los numerales iii, x, xi y
xii; respuestas que el reclamante transcribe íntegramente. Luego, expone
los argumentos de la solicitud de amparo, que en síntesis son los
siguientes.
En relación con la falta de entrega de información al punto (x) (que
el Consejo para la Transparencia denomina como “literal j”) el solicitante
indica que esa información habría sido supuestamente analizada por la
SVS, por lo que debía haber constado en el expediente administrativo, sin
embargo no se encontraba disponible en éste. Agrega que, no obstante,
tratarse de información relevante para su defensa, que debió estar
siempre a su disposición en el expediente administrativo, la SVS negó
lugar a la entrega de la misma, toda vez que en la información contenida
en el expediente se eliminaron los datos identificatorios de las personas
que fueron contrapartes en las referidas operaciones, que era
precisamente la información requerida. Alega asimismo, que la
invocación al art. 21 N° 2 de la Ley de Transparencia resultaría
inaplicable, por cuanto no se vislumbra cómo la entrega de los
antecedentes solicitados puede lesionar los derechos de terceros, además
de considerar que la Superintendencia no dio cumplimiento cabal al art.
20 de la citada ley para tales efectos puesto que, la respuesta del órgano
reclamado no explica ni especifica de forma alguna cuáles son las
razones de hecho que justificarían la aplicación de las normas de reserva
que alega. Refiere que la invocación de la Ley N° 19.628 resultaría a su
juicio improcedente, toda vez que la información relativa a la identidad
de las personas o entidades que compraron o vendieron acciones, no
constituye un “dato personal”, por cuanto, se está solicitando únicamente
la identidad –el nombre de las personas que transaron-, y no “datos
personales” asociados a las mismas, como su cédula de identidad,
domicilio, condición patrimonial, etc. Indica además que la citada ley se
aplica única y exclusivamente a las personas naturales, y no a las
personas jurídicas por lo que la SVS debió al menos, y en cualquier caso,
entregar la información relativa a la identidad de las personas jurídicas.
En relación con la falta de entrega de información al punto (xi)
(que el Consejo para la Transparencia denomina como “literal k”) el
solicitante indica que conocer esa información resulta relevante porque
las entidades mencionadas (Moneda y las AFP) son quienes presentaron
denuncias en su contra, siendo algunos de los principales actores del
mercado que transaron con acciones de Norte Grande S.A. y sus filiales
durante el período comprendido entre los años 2008 y 2011.
En relación con la falta de entrega de información al punto (xii)
(que el Consejo para la Transparencia denomina como “literal l”) el
solicitante indica la necesariedad y relevancia de conocer los análisis
efectuados por la SVS que le permitirían sostener que las operaciones
cuestionadas en el Oficio de Cargos, se habrían realizado a precios
inferiores o superiores, en su caso, a los de mercado.
Refiere el reclamante (CDE) que la SVS hizo presente cómo su
posición aparece respaldada por lo establecido en el art. 21 N° 1 letra b) y
Nos. 2 y 5 de la Ley 20.285, toda vez que a través de la solicitud de don
Julio Ponce Lerou, se afecta el debido cumplimiento de las funciones de
la SVS, pues la información solicitada corresponde a antecedentes o
deliberaciones previas a la adopción de determinadas resoluciones, y la
publicidad de tales informaciones podría alertar de las pesquisas y
pruebas que se han reunido para establecer o descartar una presunta
infracción a las normativas que la Superintendencia fiscaliza, pudiendo
incluso influir en los terceros que deben proporcionar información dentro
del marco de un proceso investigativo. Igualmente, hizo presente cómo la
SVS de conformidad a lo establecido en el art. 23 de su ley orgánica se
encuentra obligada a mantener reserva acerca de los documentos y
antecedentes de las personas o entidades sujetas a su fiscalización,
siempre que tales documentos no tengan el carácter de públicos. Por lo
mismo, tratándose la información que se ha reservado, justamente de
antecedentes que no tienen el carácter de públicos, la SVS al rechazar la
entrega de la información solicitada por la defensa de don Julio Ponce
Lerou, no ha hecho más que cumplir con sus deberes legales. Además, la
petición se enmarca en un procedimiento investigativo sancionador que
se substancia de conformidad al art. 4° letra d) del D.L. 3.538, lo que
determina que las razones dadas para no entregar determinada
información necesariamente exceden el marco de la Ley de
Transparencia y deben analizarse, también a la luz de la Ley N° 19.880,
que establece las Bases de los Procedimientos Administrativos que rigen
los actos de la Administración, en ausencia de un procedimiento especial,
en cuanto establece claramente las obligaciones, en este caso, del ente
fiscalizador, en la substanciación del proceso investigativo y sus medios
de impugnación. Es decir, el imputado de cargos debe realizar su defensa
en el marco de la investigación, conforme con los antecedentes
incorporados en ella, y de estimar necesario la agregación de mayores
elementos, debe solicitar la apertura de un término probatorio y producir
la demostración de todo aquello que en un sistema libre de prueba pueda
estimar que resulta conveniente a sus intereses. En esa medida, el
requirente debe atenerse a los antecedentes que obran en dicho
procedimiento para ejercer su derecho de defensa, pues como muy bien
señaló la SVS, lo que no conste en ese expediente no podrá ser invocado
para sancionar al formulado de cargos.
La decisión del Consejo para la Transparencia, puesta en
conocimiento de la SVS mediante Oficio N° 4230 de 7 de agosto de
2014, rechaza el recurso de amparo en lo concerniente a la información
solicitada en el literal c), y lo concede en relación a lo solicitado en los
literales j), k) y l), que corresponden a los numerales iii), x), xi) y xii),
respectivamente de la presentación inicial.
Señala el Consejo de Defensa del Estado, reclamante de ilegalidad
en estos autos, que la decisión de amparo recurrida es ilegal porque
vulnera el deber de reserva que legalmente compete a la SVS, pues, entre
otras razones: i) tanto los funcionarios como la SVS misma se encuentran
sujetos al deber de reserva conforme al artículo 23 incisos 1° y 2° del
D.L. 3.538; ii) esa Superintendencia tiene la facultad exclusiva y
excluyente de interpretar la normativa que la rige en base al artículo 4°
letra a) de su ley orgánica, y iii) la negativa de la SVS se enmarca en la
causales de reserva de los números 2 y 5 del artículo 21 de la Ley N°
20.285.
Igualmente, según el recurrente, la decisión impugnada es ilegal,
en tanto la divulgación de la información requerida, en particular aquella
referida en los literales “j” y “k” (o numerales “x” y “xi” de la solicitud
de amparo), afecta los derechos de carácter comercial o económico de
terceros ajenos a la discusión invocando al efecto la reserva del número 2
del artículo 21 de la Ley de Transparencia y los artículos 1, 4 y 20 de la
Ley N° 19.628.
Por último, el recurrente sostiene que la decisión impugnada en
relación a lo solicitado en el numeral (xii) (literal “l”), es ilegal en cuanto
carece de racionalidad e implica desviación y exceso de las competencias
y atribuciones del Consejo para la Transparencia. Compartiendo lo
esgrimido por la SVS alega que el solicitante Sr. Julio Ponce Lerou
pretende obtener más información de aquella que se encuentra contenida
en el expediente sancionatorio y, en definitiva lo que intenta cuestionar es
el mérito del proceso.
Concluye solicitando acoger el reclamo de ilegalidad y dejar sin
efecto la Decisión de Amparo Rol 91-14 del Consejo para la
Transparencia.
A fojas 196, se agregó el informe del abogado don Rodrigo Reyes
Barrientos, en representación del Consejo para la Transparencia, quien
luego de referir extensamente los hechos de la causa pide el rechazo del
reclamo al no haberse incurrido en ninguna ilegalidad principalmente por
las razones que pasan a exponerse.
Afirma, en primer lugar, que la SVS carece de legitimación activa
para interponer el presente reclamo de ilegalidad, ya que su justificación
se funda en la afectación de los derechos de terceros, no habiendo
empleado el mecanismo de notificación del art. 20 de la Ley de
Transparencia, ni colaboró con los requerimientos del Consejo para la
Transparencia para notificar a los terceros supuestamente afectados con
la solicitud de información. Luego, sostiene que al disponer el Consejo
para la Transparencia la publicidad de la información requerida no se
vulnera el art. 23 del D.L. N° 3.538, por cuanto tal “deber funcionario”
no puede entenderse como una causal de reserva y que el artículo primero
transitorio de la Ley de Transparencia entiende que cumplen con la
exigencia de quórum calificado las normas dictadas con anterioridad a la
Ley N° 20.050, siempre que establezcan el secreto o reserva de
“determinados actos o documentos” por las causales del art. 8° de la
Constitución; a juicio del Consejo para la Transparencia el art. 23 de la
ley orgánica de la SVS no cumple con los requisitos del artículo primero
transitorio de la Ley de Transparencia para configurar la causal de
reserva del art. 21 N° 5 de esta última ley. A continuación afirma que la
entrega de los antecedentes en los que la SVS fundamentó la formulación
de cargos y la posterior imposición de multa al Sr. Ponce Lerou, no
afectan los derechos de las personas que transaron acciones de las
sociedades “cascadas”, por lo que no se configura la causal de secreto o
reserva del art. 21 N° 2 de la Ley de Transparencia, al no existir ningún
derecho que cautelar. También alega que los antecedentes que la SVS
dispuso no entregar constituyen fundamentos de decisiones de la
autoridad consistente en formular cargos a los investigados y
posteriormente sancionarlos, es decir, son fundamentos de actos
administrativos, y conforme a lo dispuesto en el art. 8° de la Constitución
y en los arts. 5° y 10 de la Ley de Transparencia, son públicos.
Finalmente, refiere que el Consejo para la Transparencia no se ha
excedido en sus atribuciones al disponer la publicidad de lo solicitado, en
el literal l), ni ello ha tornado ilegal la decisión por cuanto la misma no
carece de racionalidad.
Concluye solicitando el rechazo del Reclamo de Ilegalidad
presentado resolviendo mantener o confirmar la Decisión de Amparo Rol
C91-14 del Consejo para la Transparencia.
A fojas 297 se trajeron los autos en relación.
CONSIDERANDO:
Primero: Que el Consejo para la Transparencia para arribar a su
resolución consideró, en síntesis, lo que pasa a exponerse.
Rechazó la causal de reserva invocada por la SVS en los siguientes
términos: “14) “(…) cabe desestimar la alegación de la SVS relativa al
deber funcionario de reserva que impone a los funcionarios de esa
entidad el artículo 23 del D.L. N° 3.538, por cuanto conforme a lo
razonado uniformemente por este Consejo, tales deberes no pueden
entenderse como una causal de reserva que pueda invocar el organismo al
que pertenecen los funcionarios. Una cosa es la responsabilidad de los
funcionarios -que es la regulada en la norma reglamentaria transcrita- y
otra la que tiene el órgano al evaluar una solicitud de información
formulada conforme a la Ley de Transparencia, caso en que
corresponderá al Jefe de Servicio resolver si accede o no a entregar la
información requerida. Para ello deberá invocar algunas de las causales
establecidas por el artículo 21 de la Ley de Transparencia u otra ley de
quórum calificado, causales que para ser válidas deberían fundarse en las
causales de secreto o reserva que específicamente establece el artículo 8°
de la Constitución Política. En este caso no existe una hipótesis
específica de reserva establecida en la ley, como se razonó previamente”.
En lo que respecta al literal j) de la solicitud de acceso el mismo
Consejo resolvió: “18) (…) la formulación de cargos imputa, en lo
esencial, la celebración de compra y ventas de acciones a precios que, en
cuanto no serían de mercado, habrían generado un perjuicio a los
accionistas minoritarios de las sociedades cascadas en beneficio de las
contrapartes de cada operación que serían vinculadas o instrumentales a
las personas sujetas al procedimiento administrativo sancionador. En tal
contexto, la identificación de las contrapartes de tales operaciones resulta
necesaria para confirmar o descartar el esquema y patrón defraudatorio
que alude la SVS y, por lo mismo, constituye un antecedente necesario
para el derecho que a toda defensa debe asistir en orden a desvirtuar las
presunciones que fundan la imputación”.
Respecto del literal k) de la solicitud el Consejo resolvió: “20) (…)
no se vislumbra en qué medida la entrega de la información pueda
configurar la afectación a que alude la reclamada (terceros que
voluntariamente entregaron información bajo la premisa de
confidencialidad). Ello, por cuanto únicamente tiene por objeto que ésta
(SVS) informe si indagó o no una determinada materia, no constatándose
cómo aquella respuesta importe divulgar información acompañada de
manera voluntaria a la autoridad por terceros. Asimismo, la SVS no ha
aportado antecedentes que permitan acreditar que con la respuesta a dicha
consulta pudiere verse afectada su labor fiscalizadora”.
En cuanto al literal l) de la solicitud de acceso el Consejo resolvió:
“22) Que, atendidos los términos en que se encuentra formulada la
mencionada solicitud, este Consejo no advierte -como subyace de lo
señalado por la reclamada- que ésta se encuentre fuera del ámbito de la
Ley de Transparencia, por cuanto, atendido su tenor literal, la primera
parte de la solicitud constituye una consulta que puede ser satisfecha con
una respuesta afirmativa o negativa (…). 23) Que, a su turno, respecto de
aquella parte de la solicitud en comento mediante la cual se requiere
copia de los mencionados análisis, de lo señalado por la reclamada en
cuanto a que el solicitante estaría solicitando más información que
aquella contenida en el expediente administrativo a que tiene acceso y
que dicha información “se debe desprender de la globalidad del
expediente”, a juicio de este Consejo de dicha alegación no se desprende
de manera indubitada que la información solicitada no obre en poder de
la reclamada. En efecto, aun cuando los análisis no se encuentren
contenidos en el referido expediente administrativo, en la medida que
consten en algún soporte documental de aquellos a que se refieren los
artículos 5° y 10 de la Ley de Transparencia, tal requerimiento resulta
plenamente compatible con el derecho de acceso a la información
garantizado por dicho cuerpo normativo. 24) Que, adicionalmente,
respecto de la información solicitada en el literal en comento -análisis
que demuestren que las operaciones se realizaron a precios superiores o
inferiores a los de mercado-, dado que ésta versa sobre uno de los
elementos centrales que fundaron la formulación de cargos, en cuanto le
habrían permitido a la SVS inferir que los precios de las transacciones
bursátiles cuestionadas no habrían correspondido a un precio de mercado,
cabe tener presente lo razonado en el considerando décimo séptimo
precedente, en orden a que atendida la calidad que el recurrente tiene en
el procedimiento administrativo sancionatorio le asiste el derecho a
conocer cabalmente los antecedentes que el órgano fiscalizador ha
ponderado para fundar su acusación, todo ello, con el objeto de poder
ejercer debidamente su derecho a defensa en el mismo”.
Segundo: Que para una acertada resolución del caso sub judice es
necesario tener presente el texto de las siguientes disposiciones. El art. 4°
letra a) del D.L. 3.538 señala entre las atribuciones de la SVS:
“Interpretar administrativamente, en materias de su competencia, las
leyes, reglamentos y demás normas que rigen a las personas o entidades
fiscalizadas y fijar normas, impartir instrucciones y dictar órdenes para
su aplicación y cumplimiento”. A su vez el art. 23 incisos 1° y 2° del
mismo cuerpo legal dice: “Los empleados o personas que a cualquier
título presten servicios en la Superintendencia estarán obligados a
guardar reserva acerca de los documentos y antecedentes de las
personas o entidades sujetas a la fiscalización de ella, siempre que tales
documentos y antecedentes no tengan el carácter de públicos. La
infracción a esta obligación será sancionada en la forma establecida en
el inciso primero del artículo 247 del Código Penal. Lo dispuesto en el
inciso anterior, no obstará a que el Superintendente pueda difundir o
hacer difundir por las personas y medios que determine, la información
o documentación relativa a los sujetos fiscalizados con el fin de velar por
la fe pública o por el interés de los accionistas, inversionistas y
asegurados”.
Tercero: Que como puede apreciarse la última norma transcrita no
hace diferencia alguna en lo que atañe al deber de reserva, de manera que
la distinción hecha en el considerando 14 de la decisión impugnada -
funcionarios, por una parte, y órgano, por la otra- no tiene sustento pues
es un principio básico en materia de interpretación de ley que donde esta
no distingue no debe el interprete distinguir. El artículo 23 que impone el
deber de reserva perdería sentido si se admitiera que sólo es aplicable a
los funcionarios pero no al órgano representado por su Superintendente
como jefe superior de ese Servicio. En este sentido, un fallo de la Corte
de Apelaciones de Santiago, confirmado por la Exma. Corte Suprema,
resolvió: “13°) Que esa formulación amplia del artículo 61 (de la Ley
Orgánica del CDE que establece un deber de reserva similar al del
artículo 23 de la Ley Orgánica de la SVS) acarrea, como consecuencia de
lo anterior, que el deber de reserva alcanza no sólo a los abogados que
pertenecen al Consejo sino a todos los profesionales, los funcionarios y
también al órgano en cuanto tal pues, por un lado, la regla no distingue
y, por otro, es indudable que la información a la que acceden todos los
que se desempeñan en el Consejo referido lo hacen en virtud de
pertenecer al órgano, no en su condición de particulares. En otros
términos, distinguir entre si el deber recae sólo en los profesionales que
lo integran y no en el órgano es privar del contenido último a la regla que
precisamente lo que persigue es asegurar la reserva de toda la
información a la que tiene (acceso) el Consejo en atención a la especial
tarea que realiza. Por tanto, la distinción entre los abogados que integran
el Consejo y el órgano Consejo de Defensa del Estado ninguna utilidad
plantea en la materia en que este recurso incide. En efecto, el artículo 61
impone el deber de reserva no sólo a los abogados que integran el
Consejo sino a todos los profesionales que lo integran, de suerte que
ciertamente está queriendo cubrir a todo aquél que, dentro del
mencionado organismo, tenga acceso a la información que se quiere
amparar en términos que justamente nadie que pertenece al mismo pueda
darla a conocer o difundirla” (Corte de Apelaciones de Santiago, 12 de
noviembre de 2012, Rol N° 9314-2011. La Exma. Corte Suprema
rechazó el recurso de queja, 25 de junio de 2013, Rol N° 8517-2012).
Cuarto: Que por otra parte, son plenamente aplicables a la especie
los razonamientos de la Exma. Corte Suprema que al analizar los
artículos 23 del D.L. 3.538 y 21 de la Ley N° 20.285 ha resuelto: “9°:
Que de la armónica lectura de ambas disposiciones aparece con claridad
que los funcionarios de la Superintendencia están obligados a guardar
reserva acerca de los documentos y antecedentes de las personas o
entidades sujetas a la fiscalización de la misma, siempre que tales
documentos y antecedentes no tengan el carácter de públicos, carácter
que la información de que se trata en la especie no reúne, pues, como se
ha dejado apuntado más arriba, su publicidad, comunicación o
conocimiento es capaz de afectar los derechos de las personas
involucradas, particularmente aquellos que inciden en la esfera de su vida
privada o derechos de carácter comercial o económico, de manera que la
prohibición analizada tiene plena vigencia y vincula a los miembros del
órgano recurrente, incluso con la aplicación de sanciones penales. Aún
más, es del caso destacar que tampoco concurren en autos, o al menos no
se ha acreditado su presencia, las circunstancias señaladas en el inciso 2°
del artículo 23 del D.L. N° 3.538, relativas a la fe pública o al interés de
los accionistas, inversionistas y asegurados, de modo que ni tan siquiera
ellas podrían justificar la vulneración del deber establecido en el inciso 1°
de la misma norma. 10°: Que así las cosas, las prescripciones y
razonamientos antedichos demuestran de manera inequívoca que el
quejoso se encuentra en el deber de intervenir para proteger los derechos
de los terceros que no han tenido noticia de la difusión ordenada, pues la
sola aplicación de la disposición citada en el fundamento que antecede
justifica la negativa que ha sostenido como argumento central de su
recurso” (Corte Suprema, 6 de mayo de 2013, Rol N° 9363-2012).
Quinto: Que como ha resuelto el Tribunal Constitucional: “Si bien
el Consejo para la Transparencia puede arbitrar conflictos entre las
normas sobre acceso a la información pública y la protección de la vida
privada (STC 1800/2011), debe hacerlo dentro los límites que la
Constitución y el ordenamiento jurídico establecen, sin que detente
poderes omnímodos o ilimitados (STC 1892/2011) (…) el secreto o
reserva puede ser establecido directa e inmediatamente por el legislador,
o recurriendo a una calificación de la autoridad, revisable por dicho
Consejo. Por lo mismo, las leyes de quórum calificado que contemplan
ciertos espacios de confidencialidad, dictadas en conformidad a la regla
constitucional citada (art. 8°), no quedan supeditadas en su eficacia a la
resolución de dicho consejo administrativo” (Tribunal Constitucional, 5
de junio de 2012, Rol 1990-11-INA, cons. 45°).
Cabe señalar que el artículo 1° transitorio de la Ley de
Transparencia estableció: “De conformidad a la disposición cuarta
transitoria de la Constitución Política, se entenderá que cumplen con la
exigencia de quórum calificado, los preceptos legales actualmente
vigentes y dictados con anterioridad a la promulgación de la Ley Nº
20.050 (26 de agosto de 2005), que establecen secreto o reserva respecto
de determinados actos o documentos, por las causales que señala el
artículo 8º de la Constitución Política”. En dicha situación se encuentra
precisamente el art. 23 del D.L. 3.538 en tanto establece el deber de
reserva de la SVS respecto de las personas y entidades sujetas a su
fiscalización.
Que en base a lo anterior esta Corte comparte el criterio del
Consejo de Defensa del Estado que la causal de reserva o secreto que
ampara a la SVS para negar la entrega de la información solicitada por la
defensa de don Julio Ponce Lerou está comprendida en el numeral 5 del
artículo 21 de la Ley N° 20.285 que dispone tal excepción a la
publicidad: “Cuando se trate de documentos, datos o informaciones que
una ley de quórum calificado haya declarado reservados o secretos, de
acuerdo a las causales señaladas en el artículo 8º de la Constitución
Política”.
Sexto: Que en lo que dice relación con la información requerida,
en particular aquella referida en los literales “j” y “k” (o numerales “x” y
“xi” de la solicitud de amparo), esta Corte considera que ello afecta los
derechos de carácter comercial o económico de terceros que no han sido
materia de cargos siendo del caso aplicar la reserva de información
autorizada en el número 2 del artículo 21 de la Ley de Transparencia:
“Cuando su publicidad, comunicación o conocimiento afecte los
derechos de las personas, particularmente tratándose de su seguridad, su
salud, la esfera de su vida privada o derechos de carácter comercial o
económico”. En igual sentido es del caso aplicar los artículos 1°, 4° y 20
de la Ley N° 19.628 sobre Protección de la Vida Privada. Por lo demás,
la información solicitada en esos literales, como señala la SVS, forman
parte del expediente de investigación el que ha estado a disposición del
Sr. Ponce Lerou desde que se puso en su conocimiento los cargos que se
le formularon, habiéndose encriptado para eliminar datos identificatorios
por lo dispuesto en las normas citadas. Cabe agregar que la entrega de
información recopilada en las fases de información e indagación previas
podría afectar la presunción de inocencia del propio recurrente y terceros,
todo lo cual justifica la negativa de la Superintendencia. Finalizando el
análisis de este punto, la alegación del Sr. Ponce Lerou en cuanto a que la
reserva no se extiende a las personas jurídicas sino sólo a las naturales no
puede ser atendido pues tanto el artículo 21 N° 2 de la Ley de
Transparencia como el artículo 19 de la Constitución Política hablan
genéricamente de “personas” sin hacer distinción alguna, lo cual es de
toda lógica pues tanto unas como otras pueden ver afectados sus derechos
(en un caso será su honra, en el otro su prestigio, etc.). Y en cuanto a que
la identidad no sería un dato personal basta señalar, como es de sentido
común, que la identidad es el principal dato personal.
Séptimo: Que en lo que dice relación con la información
requerida, en particular aquella referida en el literal “l” (o numeral “xii”
de la solicitud de amparo), estos sentenciadores consideran que ello
constituye verdaderas solicitudes de acceso desvirtuadas por cuanto lo
que realmente se pretende es atacar la supuesta falta de fundamentación
de un acto (Oficio Reservado de Cargos N° 633), que si el solicitante Sr.
Ponce Lerou quiere controvertir debe hacerlo en el ejercicio de su
derecho de defensa. Su derecho de acceso a la información pública ya se
cumplió por parte de la Superintendencia de Valores y Seguros al
encontrarse dicha información en el expediente administrativo al cual,
como se dijo, el solicitante ha tenido acceso desde que se le formularon
cargos. El “análisis” que pide el solicitante se desarrolla en la misma
formulación de cargos, cuestión distinta es que no lo comparta.
Octavo: Que el artículo 16 de la Ley de Transparencia dispone:
“La autoridad o jefatura o jefe superior del órgano o servicio de la
Administración del Estado, requerido, estará obligado a proporcionar la
información que se le solicite, salvo que concurra la oposición regulada
en el artículo 20 o alguna de las causales de secreto o reserva que
establece la ley”. Como se ve la expresión disyuntiva “o” se refiere a dos
causales distintas para negar la información requerida siendo la segunda
el secreto o reserva legal, pudiendo así invocarla directamente la SVS.
Nótese que este artículo 16 no hace distinción sobre el tipo de causa de
reserva o secreto -con tal que sea establecida por la ley- y el art. 21 N° 2
de la misma Ley de Transparencia, invocado por la SVS, justamente
autoriza la reserva de información cuando se vean afectados derechos de
terceros. Se descarta así, por tanto, la alegación del Consejo para la
Transparencia en cuanto a que ni la SVS ni el CDE estarían legitimados
activamente para deducir el reclamo de ilegalidad de autos, pues sólo los
terceros afectados serían los titulares de esta acción. Lo que venimos
diciendo, por lo demás, ya ha sido fallado por la Exma. Corte Suprema al
afirmar que: “11°: (…) la omisión procedimental en que incurrió la
Superintendencia de Valores y Seguros, consistente en no haber
practicado la comunicación a que alude el artículo 20 de la Ley N°
20.285, no le resta legitimidad para actuar en favor de los terceros tantas
veces citados, pues, según se ha dicho, dicho organismo ha podido
oponerse directamente a la comunicación de los datos en cuestión, a lo
que se encuentra facultado conforme a lo prevenido en el artículo 23 de
su ley orgánica, en el artículo 21 N° 2 de la Ley de Transparencia y en el
inciso 2° del artículo 5 de la Constitución Política de la República”
(Corte Suprema, 6 de mayo de 2013, Rol N° 9363-2012).
Noveno: Que el Consejo para la Transparencia alega que el art. 23
del D.L. 3.538 sólo establece un “deber funcionario” (pues se refiere a
los empleados o personas de la SVS) y no una causal de reserva ya que el
artículo 1° transitorio de la Ley de Transparencia habla de “determinados
actos o documentos”. Sin embargo, ello debe ser desechado de plano
pues una lectura completa y no parcial del art. 23 citado así lo confirma,
pues si bien comienza haciendo referencia a los empleados o personas de
ese organismo fiscalizador, luego en forma expresa señala que la reserva
se extiende a los documentos y antecedentes que indica. En efecto, dice
la norma: “Los empleados o personas que a cualquier título presten
servicios en la Superintendencia estarán obligados a guardar reserva
acerca de los documentos y antecedentes de las personas o entidades
sujetas a la fiscalización de ella…”.
Décimo: Que el Consejo para la Transparencia no ve que se
afecten derechos de terceros por la divulgación de la información
solicitada desde el momento que a la fecha, el proceso investigativo que
llevó a cabo la SVS, se encuentra concluido y que en consecuencia, la
revelación de la información requerida no tiene el efecto de dañar el
principio de inocencia de terceros ni del propio solicitante. Sin embargo,
tal alegación no puede prosperar porque para ello el Consejo se coloca
cronológicamente en un momento distinto a aquel en que la información
fue solicitada y denegada por la SVS, época en que aún no terminaba la
investigación.
Undécimo: Que otro de los argumentos del Consejo para la
Transparencia apunta a que la información que la SVS negó entregar
constituyen fundamentos de actos administrativos, y conforme a lo
dispuesto en el art. 8° de la Constitución y en los arts. 5° y 10 de la Ley
de Transparencia, son públicos. Pero nuevamente ello ha de ser
rechazado pues la parte final del mismo art. 5° que cita luego de
consagrar como regla general la publicidad termina señalando: “salvo las
excepciones que establece esta ley y las previstas en otras leyes de
quórum calificado” que fue justamente lo que invocó la SVS,
particularmente las causales de reserva de los Nos. 2° y 5° del art. 21 de
la Ley de Transparencia.
Duodécimo: Que todos los antecedentes analizados llevan a
concluir como se ha razonado que efectivamente se han configurados las
causales de ilegalidad alegadas por el CDE por lo que el reclamo habrá
de ser acogido.
Y en conformidad además con lo establecido en el artículo 23 del
Decreto Ley N° 3.538, artículo 21 N°s. 2 y 5 de la Ley N° 20.285 y Ley
N° 19.628 se acoge el reclamo deducido a fojas 2 y siguientes de autos y
en consecuencia se deja sin efecto lo resuelto por el Consejo para la
Transparencia en el Amparo Rol C-91-14.
Regístrese y archívese en su oportunidad.
Redacción del abogado integrante Sr. Joel González Castillo
N° Civil 6203-2014.
Pronunciada por la Cuarta Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de
Santiago, presidida por el Ministro señor Juan Manuel Muñoz Pardo e
integrada por la Fiscal Judicial señora María Loreto Gutiérrez Alvear y
por el abogado integrante señor Joel González Castillo.
Autorizado por el (la) ministro de fe de esta Corte de Apelaciones.
En Santiago, a seis de enero de dos mil quince, notifiqué en secretaría por
el estado diario la sentencia precedente.
No firma la Fiscal Judicial señora Gutiérrez, no obstante haber
concurrido as la vista de la causa y del acuerdo, por ausencia.