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Te desea Juan Manuel
Hoy quisiera ser niñoy volver al belén familiar de mi infancia-tiempo pasado vertido en presente-.
Le llevaría a mi Cristo hecho Niño, -amigo del alma-,los árboles, fuentes y ríos, y el perfil ondulado de los montes..
Le llevaría desiertos, majada y pastores.La nieve del mes de noviembre y diciembre tan suave, tan blanca, de la montaña,envuelta en un chal de estrellascon el mapa del mundo, a colores,como si fuera un buqué de claveles o rosas cortadas al alba,le llevaría.
Y sobre todo la gente, la gente le llevaría,con sus penas y llantos;y el hambre presente de cada día agazapada en las pateras de la esperanza, y la muerte,escoltadas de feroces tiburones,o el dolor de Bombay y Pakistán le llevaría.
Mas, ¿qué tengo yo que otra cosa no seasino el confort, la hipocresía,y mi porción de egoísmo insolidario,refrendado por el euro y su cómplice el omnipotente dólarbanderas de la cultura nueva de la incivilidad?
A falta de nada,desnuda el alma le llevaré,ante el portal que guardan la mula y el buey,sin más vestido que el remordimiento y el llanto,amparándome en la niebla del amanecer.
Acepta, mi Dios hecho Niño, mi ofrenda. Este es mi rezo humilde, mi plegaria, tan lejos de aquel belén de mi infancia.
Te desea Juan Manuel
Hoy quisiera ser niñoy volver al belén familiar de mi infancia-tiempo pasado vertido en presente-.
Le llevaría a mi Cristo hecho Niño, -amigo del alma-,los árboles, fuentes y ríos, y el perfil ondulado de los montes.
Le llevaría desiertos, majada y pastores.La nieve del mes de noviembre y diciembre tan suave, tan blanca, de la montaña,envuelta en un chal de estrellascon el mapa del mundo, a colores,como si fuera un buqué de claveles o rosas cortadas al alba,le llevaría.
Y sobre todo la gente, la gente le llevaría,con sus penas y llantos;y el hambre presente de cada día agazapada en las pateras de la esperanza, y la muerte,escoltadas de feroces tiburoneso el dolor de Bombay y Pakistán, le llevaría.
Mas, ¿qué tengo yo que otra cosa no seasino el confort, la hipocresía,y mi porción de egoísmo insolidario,refrendado por el euro y su cómplice el omnipotente dólarbanderas de la cultura nueva de la incivilidad?
A falta de nada,desnuda el alma le llevaré,ante el portal que guardan la mula y el buey,sin más vestido que el remordimiento y el llanto,amparándome en la niebla del amanecer.
Acepta, mi Dios hecho Niño, mi ofrenda.
Este es mi rezo humilde, mi plegaria, tan lejos de aquel belén de mi infancia.
Juan Manuel del Río