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Te quiero Valero

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Todo esto ocurriósi es verdad que ocurrió

hace unos mil añossiglo más, siglo menos.

En una época tan lejana que aún era posible encontrar

dragones en libertad;Y no como ahora,

que viven atrapados entre las páginas

de los libros.

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El protagonista de nuestra historia, precisamente, es un dragón. Un dragón auténtico, con fuego y escamas. ¿Qué cómo se llamaba? Los dragones no tienen nombre. Pero para entendernos lo llamaremos Valero. Aunque si Valero no os gusta, podéis llamarlo Ángel o Lorenzo.

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A Valero le encanta hacer excursiones a pie por su territorio que, casualmente, también es

el nuestro.

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Cada dos por tres, se calzaba sus botas de montaña y marchaba hacia el sur, a las tierras negras donde antaño habitaron sus antepasados.

O seguía el cauce del Ebro, saltando todo el rato de orilla a orilla, aprovechando que aún no había pantanos. O decidía escalar las cumbres altísimas y nevadas que nosotros llamamos Pirineos.

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Esta leyenda comienza, justamente, una tarde de excursión.

Caminaba Valero por las cercanías del Valle del Gállego cuando, sobre lo alto de un cerro, divisó la silueta de un castillo.

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Los dragones siempre han sido muy curiosos por naturaleza, así que Valero

se acercó de puntillas y guiñando un ojo, echo un vistazo a través de la ventana más alta de la torre.

¡Y a punto estuvo de caerse de culo!

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Por allí, peinándose la roja

melena, descubrió a la más

bella doncella que había visto

nunca. Al momento, Valero

se sintió absolutamenteenamorado.

Era una princesa. Unaauténtica princesa

aragonesa,de fuerte mandíbula y

narizmás que respetable; perohermosa, pese a todo.

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¿Qué cual era su nombre?

Para entendernos lallamaremos Pilarín.Aunque si Pilarín no osgusta la podéis llamarcomo os parezca.

Al descubrir aqueldragón mirándola através de su ventana, laprincesa Pilarín dio unberrido y se desmayó.

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Como Valero ya estaba acostumbrado a dar sustos de muerte, esperó pacientemente a que la princesa recobrase el conocimiento . Y cuando su amada abrió los ojos comenzó a recitarle poemas de amor y chascarrillos baturros. Pilarín pronto volvió a sonreír; y antes de ponerse el sol ya estaba convencida de que aquel dragón era un tipo encantador.

Y así, Valero y Pilarín se hicieron novios y comenzaron a verse en secreto. Aunque, como os podéis figurar, con las dimensiones de Valero el secreto no podía durar mucho tiempo.

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El padre de Pilarín era un rey. Un rey auténtico y

con un genio de mil demonios. ¿Qué cómo se llamaba?, sus súbditos lo llamaban “el avinagrado”

a causa de su agrio carácter. Para entendernos lo

llamaremos Alfonso, y si Alfonso no os gusta

podéis llamarlo Sancho o Ramiro.

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Muy pronto los cortesanos, que eran unos liantes y acusicas, fueron a chivarse al rey Alfonso de que un dragón acudía cada noche a rondar la ventana

de la princesa.

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El rey mosqueadísimo, se escondió al

anochecer tras unos arbustos, dispuesto a comprobar la historia. En efecto, poco antes de las doce apareció Valero, muy elegante,

con un ramillete de cipreses en una mano

y una bandurria del tamaño de un sofá en

la otra.

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Cuando Pilarín se asomó a la ventana, Valero comenzó a declamar sus versos;

“Mi Pilarín, tan amada;Sois tan maja y tan salada

Y tenéis unos bellos dientesY tan dulce la mirada…La piel, aterciopelada

Y esa melena en cascadaQue, mas que roya, es dorada”

La princesa se reía mucho de los

versos de Valero; pero su padre,

el rey, se echó las manos a lacabeza.

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Esto no puede ser, ¡Mi hija

enamorada de un dragón!

¡No lo voy a consentir! ¡meniego a aceptar un dragónComo yerno! ¡Hasta allíPodíamos llegar!

Y como era más malo que la

quina, el rey Alfonso hizocorrer entre sus súbditos laterrible mentira de que undragón espantoso queríacomerse viva a la princesaPilarín. Y que, después se,merendaría a todas las

jóvenesdel reino. Pidieron ayuda atodos los santos del

santoral.

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Pero sólo uno respondió a la llamada. Un santoauténtico. Un santo comoDios manda ¿Qué como

sellamaba? ¡San jorge!San Jorge que había sidosoldado antes que santo,

cogiósu espada, su escudo y sulanza, le pidió prestado aSantiago su famoso

caballoblanco… y se vino para

acá.

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Su presencia en Aragón causó gran sensación y pronto empezaron a escucharse por todo el reino coplillas y romances como este:

Por allí viene San JorgeMiren que bonito que es:

Mas guapo que Charlton Geston, Más chulo que un 33.

Con su armadura de plataDe la cabeza a los pies,Que pesa noventa kilos

Y no la puede moverY el yelmo dos tallas grandes

Que apenas deja ver…

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Sin pérdida de tiempo, SanJorge se plantó ante la cuevadel dragón, dispuesto aterminar con el problema porla vía rápida. - ¡Da la cara bicharraco !¡Voy a

acabar contigo! ¡Sal y pelea!

Asustado por semejantes voces,Valero que estaba cuidando susplantas, salió al porche regaderaen mano.- ¿Qué ocurre señor? ¿Por quégritáis de ese modo?¿Y por quequeréis hacerme daño? yo no oshe hecho nada malo. !

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San jorge sorprendido por los buenos modales del bicho, alzó sus cejas. - ¡Ejem! Pero… vamos a ver, que yo me aclare ¿no eres tu el que se quiere zampar a la hija del rey?Valero soltó la regadera y se llevó las manos al pecho -¿Quién , yo? Sepa usted, señor, que yo jamás me he comido a nadie. Y si me comiese a alguien algún día, no sería a Pilarín, de la que estoy enamorado hasta las uñas de las pezuñas.- ¿Enamorado, tu? ¡Eso si que no me lo creo! – dijo San Jorge torciendo el morro y blandiendo la espada

¡Prepárate para morir, embustero!

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En ese momento, cuando

ya el santo se alzaba sobre el

dragón, apareció corriendo, a

todo correr, la princesaPilarín y de un salto, seabrazó al cuello de

Valero.- ¡Alto ahí San jorge!,

¡Este dragón es mi novio! ¡No le toquéis ni una escama o no respondo!

- ¡Atiza!- murmuró el santo, atónito y estupefacto-. Entonces… ¡Era cierto! Vaya plancha que me acabo de tirar.

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Valero gimió, lastimeramente.- Está visto que aquí nadie acepta nuestro amor. Pilarín, amada mía… ¿y si nos fugamos? Vámonos a Escocia. He visto unos folletos y parece un lugar hermoso y tranquilo.- Si vámonos – respondió Pilarín, secándole a Valero un lagrimón con el borde de su vestido-. Pero ¿y si nos persiguen? Mira que cuando a los de aquí se les mete algo en la cabezaaaa…

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- ¡Esperad! dijo entonces SanJorge, ¡Tengo una idea! Corrióal jardín de Valero y cortóvarios manojos de flores.- Diré que te he matado,Valero. Pero que tu sangré seconvirtió en rosas rojas; y tucuerpo, en iris y lirios comoestos. Así que nadie pensará enperseguiros y podéis vivirtranquilos - Una preciosa idea – reconocióPilarín pero… ¿os creerán señorSan Jorge?- ¡Ya lo creo! ¡Menudo soy yo para

esto de las leyendas!

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De este modo lo hicieron. Y todo salió bien: Valero y Pilarín se establecieron en un

hermoso paraje, junto a un lago llamado Ness. Vivieron felices y comieron perdices

a la escocesa el resto de sus días.El rey Alfonso “el Avinagrado” fue olvidado

por la historia, en justo castigo a sus mentiras y a su mal genio.

Y los aragoneses, contentísimos, al ver que San Jorge los había librado de un dragón

lo nombraron por unanimidad santo patrón del reino.

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