97
TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A TRES NARRACIONES, MEMORIAS Y PERFORMANCES DEL TEATRO BOGOTANO KATHERINE DANEYSI RAMÍREZ POVEDA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA BOGOTÁ 2012

TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA

UNA MIRADA A TRES NARRACIONES, MEMORIAS Y PERFORMANCES DEL

TEATRO BOGOTANO

KATHERINE DANEYSI RAMÍREZ POVEDA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA

BOGOTÁ

2012

Page 2: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA

UNA MIRADA A TRES NARRACIONES, MEMORIAS Y PERFORMANCES

DEL TEATRO BOGOTANO

KATHERINE DANEYSI RAMÍREZ POVEDA

Trabajo de grado presentado para optar el título de

Antropóloga

Director

GIOVANNA MICARELLI

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA

BOGOTÁ

2012

Page 3: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

Esta tesis es dedicada a mi mamá y a Camilo, gracias por su luz y

amor. Un agradecimiento especial a Ricardo Camacho, Beto Villada y Juan

Monsalve quienes hicieron que este estudio se enriqueciera con sus

historias.

Page 4: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

AGRADECIMIENTOS

A la energía divina y creadora.

A mi mamá, luchadora incansable, por su amor, por estar pendiente de mí, por

acompañarme, y apoyarme incondicionalmente durante toda la vida.

A Camilo por su amor, sus consejos, palabras e ideas. Él ha sido sin duda mi mejor

compañía; no me alcanzan aquí las palabras para describir lo importante de su presencia en

este tiempo y en los caminos que se abren de aquí en adelante.

Mis más especiales agradecimientos a Beto Villada, quien ha sido mi maestro y amigo, a

Fernando Montes por sus enseñanzas y a quien debo gran parte de mis conocimientos en el

arte del actor, a Ricardo Camacho, Jorge Plata y Héctor Bayona por dejarme conocer su

historia y su trabajo, a Juan Monsalve por permitirme saborear un poco de su sabiduría y

conocimiento; a cada uno de ellos por su tiempo y a todos los actores de cada uno de sus

teatros que a través de sus personajes han invadido mi mente y mi corazón de maravillosas

y valiosas sensaciones.

Le agradezco también a mi directora Giovanna Micarelli por su paciencia, sus valiosos

aportes a la investigación y por creer en mi trabajo.

A mis amigos y amigas más cercanos. A Natschelly Torres y Jenny Castillo. A Santiago

Pérez por su ayuda incondicional, disposición y compañía durante la carrera y el proceso

de este trabajo. A Ana por sus palabras. A Mariana por su luz. A Octavio Gómez Luengas

quien me abrió la primera puerta al mundo mágico del teatro. A Juan Pablo Morantes,

Felipe Gutiérrez, Manuel Durán e Iván Hernández quienes junto a mí, abren momentos en

su agitada vida para explorar, aprender y trabajar por hacer buen teatro con pasión y

entrega.

Gracias a Héctor García y Julio Arias quienes alimentaron mi interés en la antropología y

supieron escucharme en los momentos de duda y consternación.

Page 5: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 1

Mi relación con el teatro ................................................................................................................. 3

¿Qué se ha dicho sobre el teatro? (Estado del arte) ...................................................................... 5

Conceptos y perspectivas .............................................................................................................. 16

Metodología .................................................................................................................................. 22

CAPÍTULO 1 ....................................................................................................................................... 26

ENTRE LA HISTORIA, EL RELATO Y LA PALABRA ................................................................................ 26

1.1 Del teatro estudio al Teatro Libre de Bogotá: ......................................................................... 27

1.1.1 El teatro estudio, política y teatro politizado… ¿cómo se dio la relación? ...................... 27

1.1.2 La ruptura con la política nacional, nuevas posiciones y nuevas políticas teatrales. ...... 33

1.2 Beto Villada y el Teatro Varasanta, hacia la transformación del actor ................................. 38

1.2.1 Los primeros pasos en las artes escénicas ....................................................................... 38

1.2.2 El teatro Varasanta, el inicio de un nuevo viaje. .............................................................. 42

1.2.3 Kilele: una experiencia física y espiritual.......................................................................... 46

1.3 Juan Monsalve: pensamiento y experiencias de vida, la crítica al poder a través de la

apertura a la poética. .................................................................................................................... 50

1.3.1 Los principios: teatro Acto Latino, teatro en las calles. ................................................... 50

1.3.2 Un camino hacia nuevos conocimientos .......................................................................... 52

1.3.3 Política y teatro: relación histórica................................................................................... 57

1.3.4 El teatro de la memoria, materialización del sueño ........................................................ 59

1.3.5 Teatro de los 70, lo que no quiero ser. ............................................................................ 61

1.4 Convergencias y diferencias .................................................................................................... 63

CAPÍTULO 2 ....................................................................................................................................... 66

EL TEATRO VIVO, REFLEXIONES SOBRE LAS OBRAS Y SU RELACIÓN CON LOS ESPECTADORES....... 66

2.1 La boda de los pequeños burgueses ....................................................................................... 67

2.1.1 El performance teatral, entre la crítica social y el entretenimiento. ............................... 69

2.2 Kilele, una epopeya artesanal ................................................................................................. 72

2.2.1 Canto, ritmo y movimiento .............................................................................................. 75

2.2.2 La obra como memoria y crítica social, posicionándose frente a la guerra. .................... 77

2.3 Oh! Babylon ............................................................................................................................. 79

Page 6: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

2.3.1 El encuentro entre actores y espectadores ..................................................................... 80

2.3.2 Entre las historias pasadas y las situaciones presentes. ................................................. 82

CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 85

BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................... 89

Page 7: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

1

INTRODUCCIÓN

El quehacer teatral, además de ser un modo de expresión humana atravesado por rasgos

estéticos y narrativos, debe considerarse como un fenómeno cultural. Por un lado, este

quehacer genera interacciones sociales de índole particular; y por otro, es un arte realizado

dentro de contextos culturales específicos. La premisa anterior orientó mi interés hacia los

diferentes procesos de la historia del teatro en Bogotá, y específicamente, hacia las

personas y grupos que, en los escenarios de la ciudad, realizan distintos tipos de crítica

social a través de su obra.

La historia teatral de Bogotá se ha transformado en varios momentos, tanto en la

dramaturgia como en el trabajo de los grupos. A este respecto, es pertinente mencionar

algunos cambios importantes: en los años 70 las relaciones con la política empezaron a

asumirse más estrechamente, y a su vez, el teatro pasó a ser entendido como un arte que

debía responder a las problemáticas sociales del momento. Más adelante, en la década de

los 90, el mismo gremio teatral tuvo transformaciones concernientes al trabajo del actor y

las maneras de comunicar sus ideas referentes a dichas problemáticas. Estas

transformaciones se encaminaron desde diferentes perspectivas dependiendo de las

escogencias de cada actor, director o grupo; sin embargo la aparición de nuevos enfoques,

como la antropología teatral, marca varias de las recientes apuestas en el teatro.

En este sentido, y gracias a mi relación personal con el teatro, considero interesante

proponer los siguientes interrogantes: ¿Cómo se han articulado y se articulan actualmente

las relaciones entre teatro y política?, ¿Qué tipo de crítica generan las obras en los

espectadores y en la sociedad en general?, ¿Cómo contribuye el teatro a procesos sociales y

humanos?, ¿Qué preguntas o cuestionamientos se plantean los directores y/o actores en el

montaje de una obra? La formulación de las anteriores preguntas apunta al análisis de los

siguientes puntos: primero, los imaginarios y trayectorias que producen dichos

entrevistados por medio de sus narraciones en un ejercicio de memoria, con las cuales

construyen sus experiencias, las legitiman, y les dan coherencia; y segundo, la manera en la

que las obras representadas son también una forma de crítica y memoria social.

Page 8: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

2

Estas preguntas iniciales, se dirigieron a casos concretos para desarrollar, a saber, el Teatro

Libre de Bogotá, el Teatro Varasanta, y el Teatro de la Memoria. Me centré

específicamente en la experiencia de tres personas pertenecientes a cada uno de los grupos

anteriormente mencionados: Ricardo Camacho, Beto Villada y Juan Monsalve

respectivamente, pues la historia personal y el quehacer teatral de estos últimos han

generado una relación muy particular con su contexto social, y por tanto, una forma

singular de asumir el teatro. Por otro lado tomé en consideración la relación entre el

público y las obras ejecutadas por estos grupos, las cuales articulan su posicionamiento

como artistas.

Dado lo anterior, este trabajo está divido en tres partes. En la primera me ocupo de exponer,

en primer lugar, la relación personal que he tenido con el teatro y la cual fue base de este

estudio; en segundo lugar, diferentes perspectivas desde las cuales se ha abordado el teatro,

dando un contexto literario de mí trabajo; en tercer lugar, los conceptos en los cuales baso

mi análisis sobre el tema: narrativa, memoria y performance, desde diferentes autores; y por

último la metodología empleada.

En la segunda parte, abordo las narraciones de cada uno de los entrevistados en relación

con su experiencia de vida en el teatro, y en particular, analizo temas como: las relaciones

del teatro con las ideas políticas de izquierda, las posiciones personales-grupales con

respecto al papel social del teatro en el contexto particular de cada uno, la ruptura con el

teatro político de los años 70 y la aparición de nuevos intereses en el entrenamiento

corporal del actor. Estos elementos conllevan una transformación en la forma de hacer y

asumir el papel del teatro en la sociedad.

En la tercera y última parte, realizo una aproximación analítica a la relación entre los

espectadores y tres obras a las que asistí: La boda de los pequeño burgueses, presentada por

el Teatro Libre y dirigida por Ricardo Camacho; Kilele, una epopeya artesanal del Teatro

Varasanta en la que actúa Beto Villada, y quien, a su vez, hizo parte de todo el proceso de

creación musical de la misma; y Oh! Babyilon, obra del Teatro de la Memoria, dirigida y

Page 9: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

3

escrita por Juan Monsalve. Para ello, en este apartado incluyo percepciones del público y

propias sobre las mismas.

Mi relación con el teatro

A los 14 años de edad obtuve mi primer papel en una obra de teatro; sin embargo, en

educación primaria, ya había tenido acercamientos al medio gracias a mi participación en

algunos montajes. En esa ocasión, La opera de los tres centavos, de Bertolt Brecht, se

convirtió en mi primera oportunidad seria para actuar. La obra estuvo a cargo de los

estudiantes del grupo de teatro del Colegio Cafam y fue dirigida por Octavio Gómez

Luengas. Representé el personaje de mendigo, y en lo que me concierne, esta obra fue una

gran revelación puesto que generó en mí una visión nueva y crítica acerca de la sociedad;

esta reacción se debió al humor peculiar, todavía lo encuentro estupendo, que impregna a

cada personaje, y que a la vez, desenmaraña una trama llamativa entablando críticas sobre

temas que ya me interesaban desde entonces, a saber, la pobreza como forma de negocio.

Fue gracias a estos personajes que empecé a conocer y aprender sobre otra época, sobre

otros conflictos sociales y políticos, sobre otra cultura que hasta entonces era para mí muy

distante en tiempo y en espacio. Probablemente fue el hecho de que esta primera

aproximación al teatro haya sido a través de Brecht lo que encaminó mi interés hacia la

comprensión de la relación de las ideas políticas, y especialmente las posiciones sobre la

realidad de cada autor, con la obra en sí misma.

Empezar por un autor tan crítico de la historia del teatro contribuyó a que me apropiara de

su punto de vista sobre la finalidad del teatro. En efecto, las obras de Brecht se plantearon

de tal manera que permitían al público no solamente identificarse con los personajes y sus

sentimientos, sino además, encontrar allí una crítica directa de su realidad. A parte de la

evidente calidad estética de su obra y de sus fuertes críticas sociales, me interesó el hecho

de que Brecht se considerara a sí mismo un hombre de izquierda, también su propuesta del

teatro como un arte para hacer pensar y reflexionar al público. Estas características tan

Page 10: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

4

especiales de este dramaturgo condujeron al surgimiento de los siguientes interrogantes:

¿qué tiene que ver el teatro con la política?, ¿debe el artista comprometerse con la

transformación social? Preguntas que, sin lugar a dudas, han atravesado todas las etapas de

mi relación con el teatro.

Simultáneamente a esta primera lectura y primer encuentro con el teatro desde la literatura,

estaban los entrenamientos actorales que exigían un gran esfuerzo físico, éstos incluían

ejercicios para trabajar la voz, el ritmo, la confianza corporal entre los integrantes del grupo

y la interpretación de personajes; para este efecto, casi siempre iban acompañados de

canciones. Sin duda alguna, lo más importante de estos entrenamientos fue el hecho de

forjar, a medida que pasaba el tiempo, una huella imborrable en el cuerpo que cada vez que

salía de aquel espacio y momento de preparación se sentía un poco más sabio. Entonces, así

fue cómo empecé a entender que el conocimiento que se adquiere en el teatro no se

transmite solamente a través de textos teóricos, sino que se adquiere por medio de la

experiencia corporal. Sobre esta primera experiencia me resta por decir que, a pesar de

haber sido atraída por el teatro desde muy pequeña, este disciplinado grupo marcó

claramente el inicio de mi estrecha relación con las artes escénicas.

Posteriormente ingresé a un segundo grupo de teatro cuyo director hablaba de cómo las

acciones corporales eran fundamentales en la escena, incluso más importantes que el texto

mismo, pues es a través de ellas que se construye un significado y un sentido de éste. En

principio estas observaciones me permitieron trabajar en los personajes, pero en esta

investigación cobran mayor sentido dado que he comprendido mejor que el poder del teatro

no reside solamente en los contenidos o en el texto, sino en el trabajo del actor en escena,

sus acciones y gestos.

Fue por esto que decidí adentrarme en el campo del teatro, y para ello empecé por formular

la gran pregunta sobre el papel social del teatro no sólo como puesta en escena para el

público, sino como experiencia personal de quienes realizan este tipo de actividades. Mis

intereses particulares se inclinan por los grupos actuales, que han influido en mis gustos e

ideas

Page 11: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

5

¿Qué se ha dicho sobre el teatro? (Estado del arte)

Al hacer una mirada retrospectiva a los planteamientos existentes sobre el teatro,

encontré una cantidad abundante de literatura, la cual abarca diferentes perspectivas de

análisis (antropológica, sociológica, histórica…) así como diferentes casos particulares.

Entonces, esta sección consiste en una aproximación al teatro a partir de algunos trabajos y

propuestas pertenecientes a distintas áreas del conocimiento, con el fin de ampliar mi

perspectiva sobre el mismo.

Antropología y teatro

El uso de la “analogía dramática” para analizar la vida social ha sido habitual durante

mucho tiempo. En efecto, se concibe al mundo como escenario y a nosotros como

ejecutantes que se contonean; en este sentido, los términos de escenario y, sobre todo el de

rol, han sido la materia prima de múltiples discursos sociológicos, por lo menos desde la

década de 1930 (Geertz, 2003: 70).

Víctor Turner, antropólogo reconocido en el mundo académico por su investigación sobre

rituales y símbolos, es uno de los exponentes más influyentes en la teoría antropológica con

respecto al tema del teatro y, particularmente, al de performance.

En su texto titulado: Anthropology of performance, realiza una aproximación conceptual al

problema del performance (Turner, 1987-1988) y, asimismo, nos presenta sus visiones

sobre el drama social y el drama estético, categorías de análisis muy importantes para el

desarrollo de sus planteamientos, y sobre las cuales ahondaré en la sección siguiente.

Otro de los investigadores sociales que aborda los temas de ritual y de teatro es el

antropólogo Cliffort Geertz, quien, en el texto titulado Negara, El Estado- teatro en El

Bali del siglo XIX, pretende realizar un análisis de la organización política en Bali a partir

de un trabajo etnográfico.

Simultáneamente a la mención que hace de los diferentes rituales llevados a cabo en Bali,

Geertz realiza una descripción detallada de lo que ocurre y lo analiza a la luz de conceptos

como símbolo, espectáculo y drama (Geertz, 2000). En lo que concierne a este último

Page 12: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

6

concepto, puede decirse que en algunas ocasiones es entendido como un drama teatral, es

decir, como una puesta en escena. De igual forma se refiere a la música, a las orquestas y al

carácter de espectacularidad que se le da a los rituales, además de detenerse en la manera

en la que esto afecta o no al público que asiste al ritual o ceremonia.

Igualmente, el autor expone cómo en estos espacios, que él considera una especie de

escenarios, se juega el status de las personas en función de sus papeles simbólicos de

poder. A este respecto, trae a colación el palacio del rey Klungkung y afirma que: “la

disposición espacial del palacio se clarifica si lo contemplamos como una serie de

escenarios – y como un escenario en sí mismo – sobre los que se representaban una y otra

vez dramas ejemplares acerca de la ascendencia y de la subordinación […]” (Geertz,

2000:192) De esta manera, logra hacer una relación conceptual entre los momentos rituales

de la sociedad de Bali y el teatro.

Por otro lado, también encontramos antropólogos que han trabajado el tema del teatro no

como una analogía sino como un fenómeno en sí mismo. En este sentido, es pertinente citar

al profesor Roland Grimes (Universidad Wilfrid Laurier), uno de los fundadores del nuevo

campo interdisciplinario de estudios sobre el ritual. Grimes, en su texto Símbolo y

conquista, rituales y teatro en Santa Fe, Nuevo México, una investigación revisada y

apoyada por el antropólogo Víctor Turner, pretende interpretar un sistema de símbolos

públicos dentro de contextos rituales y teatrales proporcionados por dicha ciudad. Durante

el desarrollo del libro se ocupa principalmente de las procesiones y novenarios de una

imagen mariana (La Conquistadora) y de los sucesos de la fiesta de Santa Fe, tomando

como símbolo principal la figura de don Diego de Vargas. Lo anterior con el “propósito de

mostrar cómo las actividades religiosas y teatrales están sistemáticamente ligadas a los

símbolos étnicos y civiles en un escenario moderno, urbano e interétnico”. (Grimes, 1981:

13)

Cuando llega al punto del teatro público, hace referencia a la ya mencionada fiesta de Santa

Fe, la cual se celebra anualmente y en la que tienen lugar distintas actividades festivas y

presentaciones públicas de teatro. En consecuencia, el autor enfoca su análisis hacia la obra

La Entrada, la cual, además de realizarse anualmente en este marco, se caracteriza por ser

el agente encargado de “mantener vivo el pasado”.

Page 13: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

7

Al hacer una diferenciación con el drama popular, menciona que la preocupación central

del teatro público es histórica y se vincula con la obra moralista puesto que es didáctico e

ideológico. Entonces, el propósito de éste es comunicar y reforzar un conjunto específico

de valores y, sólo en segunda instancia, se propone ser una obra de arte.

Así, el autor analiza a lo largo del texto los siguientes puntos:

1. La manera en la que el indio es representado dentro de la obra teatral, la cual le

permite identificar un vínculo con la idea de niñez: los indios son representados por

niños, esto debido al desinterés de los primeros por participar y al hecho de no

contar con adultos para hacer el papel, según explican los actores.

2. La forma en la que se teje la interacción hispano- india durante la reconquista, pues

en la obra se muestra a Diego de Vargas como la figura que evitó un unos contra

otros y, que paralelamente, favoreció un todos contra la violencia. En efecto,

aparece como un hombre que quiere reconquistar pero de forma pacífica, es decir,

se juega con la retórica de la armonía entre pueblos.

3. La relación con la Iglesia Católica representada a través de la imagen de La

Conquistadora, quien, durante la obra, le da valor a de Vargas para continuar con su

tarea.

4. Las relaciones que marcan los encuentros tanto con la cultura anglo como con la

hispana. A este respecto, hace referencia a la invisibilización de las lenguas indias

en las obras, pues todas están en inglés (salvo algunas partes que están en español).

Así las cosas, los personajes adoptan un rol simbólico puesto que refieren a una realidad

pero no son la realidad misma, sino la condensación de significados, en este caso,

orientados hacia el propósito específico de reforzar valores sociales.

En esta misma línea y en segundo lugar, encontramos el trabajo de la antropóloga brasilera

Ana Lucia Ferraz, quien, en el texto titulado O estudo do “teatro de grupo”

contemporâneo e o problema do tempo no drama, realiza una aproximación a ciertas

obras teatrales de grupo a la luz de categorías como drama y crisis del drama. Entonces,

trabaja con la compañía Armazém y su obra Inveja dos anjos (Envidia de los ángeles) con

Page 14: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

8

el fin de analizar su estructura narrativa y su relación con la puesta en escena como tal.

Para este efecto, retoma las propuestas aristotélicas sobre mimesis, identificación y arte,

mostrando cómo en la modernidad tales conceptos son rebatidos en el teatro. (Ferraz,

2009: 2)

Asimismo, se concentra en el problema del tiempo al interior de las obras teatrales y

reflexiona en qué medida los recursos narrativos (la iluminación, vestuario y demás

elementos de la escena) permiten analizarlo. Adicionalmente, incursiona en la forma en la

que los acontecimientos históricos son representados, y en cómo esto puede llegar a afectar

la memoria colectiva de los espectadores. No obstante, el estudio no se queda en este

punto; en efecto, también explora cómo la presencia y las energías de la escena repercuten

directamente en el público y en la obra misma.

En tercer lugar, es pertinente mencionar al antropólogo brasilero John C. Dawsey, autor del

artículo O teatro dos “boias-frias”: repensando a antropología da performance. En este

texto, Dawsey pretende realizar una serie de análisis a partir de la conjugación entre los

planteamientos de Turner y la especificidad del teatro de los boias- frias.

Los boias frías, en el sentido estricto del término, son jornaleros asalariados; sin embargo,

para el autor esta figura es liminal dado que no tiene un lugar claro en los procesos de

producción: ya no está en el campo y está en vías de volverse parte del proletariado

(Dawsey; 2005:17). La ruptura que causa el paso del campo a la ciudad es atravesada por

una serie de actos performáticos que permiten identificar sus elementos simbólicos. En

consecuencia, el autor realiza una detallada descripción de las acciones carnavalescas que

tienen lugar en la vida cotidiana de estas personas, lo cual deja ver que este proceso es

experimentado como drama social y como drama estético, en términos de Turner.

En cuarto lugar, cabe hacer referencia a William Beeman, otro antropólogo cuyo trabajo,

enfocado hacia la relación antropología-teatro, ha despertado un gran interés. Autor del

ensayo The anthropology of theater and spectacle, publicado en 1993, Beeman explora el

estudio del performance desde la antropología y disciplinas afines; las instituciones del

Page 15: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

9

teatro y del espectáculo; los géneros específicos del teatro y del espectáculo; y la creación

de significados culturales dentro de los marcos del teatro y del espectáculo.

En lo que concierne a la audiencia, es bien sabido que tanto ritual como obra de teatro

deben contar con una; sin embargo, ésta participa de manera diferente en cada caso. Ahora

bien, si nos detenemos en el tema del espectáculo, hay que decir que adicionalmente a la

necesidad de contar con una audiencia, en éste también prima la representación visual y

sensorial; como ejemplo de ello, podemos citar eventos públicos y festivales. (Beeman,

1993: 380).

Desde esta perspectiva, el autor retoma los elementos centrales de estas formas

performáticas y las examina a la luz de conceptos provenientes del análisis cultural, los

cuales permiten pensar los vestuarios, los artistas y los contenidos de las obras más allá de

su función poética, es decir, permite pensarlos desde su relación con la interacción entre

público y artistas.

Teatro y política

Philip Auslander, profesor de la Escuela de Literatura, Comunicación y Cultura de Georgia,

da comienzo a su texto, Toward a Concept of the Political in Postmodern Theatre, con una

crítica a la manera en la que se ha comprendido lo político en el teatro experimental,

señala la importancia de repensar el proyecto arte-política. En este marco, examina el

concepto de presencia que, para él, comprende tanto la problemática teórica específica del

teatro así como la forma en la que teóricos y profesionales del teatro deben afrontar y

redefinir sus políticas tras la década de 1960 (Auslander, 1987). Adicionalmente, asegura

que la investigación concerniente a este tema debe llevarse a cabo en términos de

formación cultural posmoderna, pues “estamos dentro de la cultura de la posmodernidad”.

En su análisis sobre la presencia, observa la relación entre el público y el artista intérprete,

encontrando relaciones de poder que el teatro experimental intenta transgredir. Para

entender este punto, retoma el caso de Bertolt Brecht y su teoría del distanciamiento, quien

ya esbozaba en ésta interrogantes sobre la identificación del personaje con el público

(Auslander, 1987:25). Posteriormente, y como parte del desarrollo de su trabajo, se centra

Page 16: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

10

en el análisis del performance L.S.D de The Wooster Group, presentada en Nueva York

durante 1894 y 1895.

Por otro lado, encontramos a Walter Benjamin, quien escribió el ensayo Tentativas Sobre

Brecht. Iluminaciones III. En éste, el autor estudia el teatro de Bertolt Brecht, pasando por

una primera exposición acerca del teatro épico y su relación con el resto del teatro.

Benjamin retoma a lo largo del texto los conceptos que Brecht trabaja en su teatro, y los

concibe como aportes políticos y estéticos para la Alemania de ese entonces. Así, por

ejemplo, recurre a la teoría del distanciamiento de este dramaturgo, la cual plantea que el

teatro debe ser abiertamente político para hacer posible, y también necesario, el

posicionamiento por parte de los espectadores, e incluso de los actores, con respecto a la

obra y a sus personajes. Esta propuesta de Brecht se opone a la visión según la cual el

espectador debe crear una identificación con los personajes en la escena “el teatro épico ya

no representa a su público las “tablas que significan al mundo” (por tanto un espacio

mágico) sino un lugar de exposición favorablemente situado. Su público ya no significa

para su escena una masa de personas en las que se ensaya el hipnotismo, sino una reunión

de interesados cuyas exigencias ha de satisfacer (…) el director ya no da a sus actores

indicaciones para conseguir un efecto, sino tesis para que tomen una posición” (Benjamin,

1991: 18)

Entonces, según Benjamín, es posible encontrar en Brecht un elemento importante: el

asombro. Un distanciamiento de aquello que nos es tan próximo debido a su carácter

cotidiano puede hacer que, al volver a tener contacto con ello, nos asombremos, y en

consecuencia, seamos capaces de dar una respuesta o sentar una posición frente a esta

nueva visión que se nos presenta. En el teatro de Brecht, lograr este efecto implica montar

transparentemente la armadura artística; para este fin, se vale de elementos de interrupción

en las escenas (Benjamin, 1991: 36, los cuales ponen en evidencia que lo presenciando por

el público es una obra. De esta manera, se dejan abiertas las tensiones de la sociedad

(específicamente en el capitalismo), se deja una sensación de incomodidad, y más

preguntas que respuestas.

Page 17: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

11

Sociología y teatro

Uno de los referentes más importantes del análisis social y su relación con el teatro es Jean

Duvignaud. Este sociólogo francés escribe el libro Sociología del teatro, ensayo sobre las

sombras colectivas (1966), en el cual enuncia y desarrolla los puntos sociológicos que

atraviesan el teatro.

En primer lugar, el nexo entre la vida colectiva y la experimentación dramática; en segundo

lugar, la morfología de la representación (el teatro como espacio construido, las

modificaciones del director escénico, etc.); en tercer lugar, los cambios de función y de

roles: estudio de la relación funcional del contenido de las obras así como de su estilo con

los marcos sociales reales, “en particular los tipos de estructuras globales y las clases

sociales”; y por último, el estudio de la información crítica: estudio sobre las formas de la

crítica y su rol.

El autor afirma que la representación teatral “pone en movimiento creencias y pasiones

que responden a las pulsaciones que animan la vida de los grupos y de las sociedades. El

arte llega aquí a un grado de generalidad que sale del marco de la literatura escrita; la

estética se convierte en acción social” (Duvignaud, 1966: 9). En este marco, explica que el

arte teatral va más allá de la escritura porque la representación de roles, de personajes,

reales o imaginarios, genera una participación que ningún otro arte puede generar; en

efecto, ni el cine puede hacerlo porque esa relación directa con el cuerpo de los actores sólo

la logra el teatro.

En suma, este trabajo aborda el tema de las “variaciones de la extensión escénica que

ofrecen al hombre un marco de expresión de su experiencia; variación de la función del

teatro según los tipos de sociedad y cambios de la imagen de la persona humana”

(Duvignaud, 1966:46)

Arte e historia

Arnold Hauser, historiador del arte, realiza una investigación cuya versión escrita se titula

Historia social de la literatura y el arte (1962). Ésta consta de 3 tomos que tienen como

finalidad, como lo indica el título, construir una historia social en la cual sea posible

Page 18: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

12

identificar no sólo los contextos que dieron surgimiento a algunas obras de arte (sobre todo

literarias), sino también la historicidad que envuelve a las obras, es decir, no se producen al

margen de los procesos sociales, están ahí sea para apoyarlos o para rebatirlos y

cuestionarlos.

Así, el autor inicia analizando los periodos paleolítico y neolítico, el antiguo arte oriental,

el arte mesopotámico y el arte de Grecia y Roma (Hauser,1962: t. I), cada uno con sus

respectivas divisiones, no sólo temporales sino estéticas; divisiones que relaciona con el

desenvolvimiento de la recepción del arte en cada momento histórico . Posteriormente,

estudia, en otros tomos, la Edad Media, el Renacimiento, el Barroco, corrientes como el

naturalismo e impresionismo, la novela social en Inglaterra y Rusia, y el París del Segundo

Imperio, es decir, el de la época de Baudelaire y Flaubert (Hauser, 1962 t. II).

En lo que concierne al teatro, uno de los temas más importantes que Hauser trata en sus

textos es el ya mencionado período del Segundo Imperio. Éste hace referencia a una fase

de la historia francesa, comprendida entre 1852 y 1870, que se caracterizó por la estadía de

Carlos Luis Napoleón Bonaparte en el poder. A este respecto, Hauser señala que para ese

momento la finalidad del arte era hacer de éste lo más fácil, agradable y placentero posible;

de hecho, era concebido por las esferas burguesas como una forma de relajamiento (Hauser,

1962: 338). En este contexto, el teatro empezó a surgir como el arte de las masas, y en

efecto, no era nada opuesto a los intereses de la burguesía. En este marco, el autor continua

hablando sobre la creación de la ópera como un género teatral y menciona cómo ésta, a

pesar de sus sátiras sociales, no parecía ser una amenaza para el gobierno, pues se limitaba

a un público cuya lealtad estaba fuera de duda; sin embargo, Hauser considera que esta

forma de entretenimiento no es tan inofensiva, por el contrario, la ve como una insinuación

de lo que podría ser un torbellino en contra del poder (Hauser: 348).

Este texto es un referente para los estudios de arte y sociedad; por una parte, resulta ser un

ejemplo clave de cómo la escritura puede lograr la conexión precisa entre el desarrollo del

arte y los sucesos sociales; y por otra, permite tener una perspectiva holística sobre el tema,

la cual se caracteriza por su rigurosidad histórica.

Page 19: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

13

Trabajos realizados en Colombia

En la siguiente sección se abordarán trabajos que retoman varios puntos de los temas

tratados hasta aquí, pero se reiteran con el objetivo de situarlos concretamente en el

contexto colombiano, lo cual amerita un desarrollo independiente.

En primer lugar, haremos referencia al texto de María Mercedes Jaramillo, titulado Nuevo

Teatro colombiano: arte y política (1992). Este trabajo realiza un análisis del surgimiento y

desarrollo del Nuevo Teatro, movimiento que nace en la década de los sesenta. Según la

autora, el Nuevo Teatro es la “concretización de diferentes corrientes dramáticas y estéticas

que se han adaptado al momento histórico y social y a las necesidades de expresión de un

pueblo separado de los medios de comunicación”. (Jaramillo, 1992:21)

A lo largo del texto, Jaramillo profundiza en la dramaturgia de dos colectivos: La

Candelaria y el Teatro Experimental de Cali; pero también describe el quehacer teatral de

otros grupos que han surgido en el país, recogiendo sus concepciones artísticas, logros y

objetivos culturales.

Para lo anterior, la autora bosqueja las principales tendencias teatrales del siglo XX que

contribuyeron a trazar el rumbo del teatro moderno (aportes de Stanislavsky, Brecht,

Grotowski, Barba, entre otros, los cual permitieron la renovación del teatro en el país);

presenta los antecedentes culturales que dieron origen al Nuevo Teatro (por ejemplo la

Violencia en Colombia) así como obras de creación colectiva.

En segundo lugar, se encuentra Ernesto Machler, autor del texto titulado Este no es su

escenario: Aproximación a la invisibilidad del indígena en el teatro colombiano. Éste

pretende analizar, como su nombre lo indica, el problema de la representación del otro a

través del teatro, y específicamente, del indígena, criticando la invisibilidad del mismo en

la escena.

Al recorrer el texto, encontramos que el autor hace referencia a diferentes obras teatrales

escritas y presentadas en los siglos XIX y XX; seguidamente, las relaciona con

acontecimientos políticos. Comenta, por ejemplo, que la caída del Muro de Berlín, terminó

con la prioridad del teatro politizado, lo cual desembocó en la ampliación y facilidad del

Page 20: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

14

contacto con el teatro contemporáneo universal, el fin del experimento colectivo, la

aparición de grupos como El Águila Descalza y en la desaparición del TPB (Teatro

Popular de Bogotá). (Machler, 2005:208)

Su reflexión, en torno al tema de la presencia o ausencia del indígena en el teatro, da un

giro hacia la forma en la que éste es representado. En efecto, señala recurrentemente que en

el marco de las obras, la representación de los indígenas está a cargo de personas no

indígenas. Situación de la cual se desprende otro problema, a saber, la forma cómo se

presenta o representa al indígena como personaje. Con respecto a este punto, hay que decir

que es ampliamente cuestionable, y se aproxima, aunque sin utilizar los mismos conceptos

de análisis, al trabajo realizado por Grimes. La crítica a esta forma de representación del

indígena permite ver que el teatro no está exento de la reproducción de valores

hegemónicos.

No obstante, Ernesto Machler reconoce que algunos movimientos y grupos, como El nuevo

teatro y La Candelaria, apuntaron a la consolidación de una posición política sobre la

historia del indígena en Colombia, lo que en ocasiones conllevó a exilios de directores.

(Machler, 2005: 306).Adicionalmente, el autor denuncia en su texto la pérdida de varias

obras teatrales que no fueron tenidas en cuenta dentro de la historia del teatro, ya sea por su

carácter de transmisión oral, o por el hecho de estar en lenguas diferentes al castellano.

En tercer lugar, encontramos a la socióloga Janneth Aldana, quien, en su tesis de maestría

titulada El campo teatral bogotano, realizada en el año 2008, establece el estado del

“campo teatral en la ciudad de Bogotá” teniendo como hipótesis central que la

consolidación del mismo, como campo relativamente autónomo se dio históricamente a

partir del movimiento denominado Nuevo Teatro (1960-1975) (Aldana, 2008:6). Para lo

anterior, recurre a Bordieu, retomando su concepto de campo y a Norbert Elias, de quien

retoma la noción de figuración. De este modo realiza un recorrido por los distintos

desarrollos de la sociología en relación con el estudio del arte así como por los antecedentes

del Nuevo Teatro, finalizando en un esbozo del panorama contemporáneo del teatro en

Bogotá.

Page 21: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

15

De ahí que el texto sea tan interesante, pues realiza una caracterización de la actividad

teatral bogotana en relación con su contexto social, y específicamente, con algunos aspectos

económicos, políticos y culturales; paralelamente, tiene en cuenta la forma en la que los

historiadores también establecen mecanismos de legitimación que orientan hacia el

mantenimiento de la ortodoxia o hacia la apertura de la heterodoxia

Finalmente, resalto la investigación realizada por la antropóloga Carolina García quien, en

su trabajo de Maestría Teatro Hibrido, representaciones contemporáneas de violencia,

muerte y dignidad en el teatro colombiano (2010), analiza el uso de formas complejas para

representar la violencia y la muerte vinculadas al conflicto armado en el teatro colombiano,

a la luz de una propuesta de antropología del teatro. Para este fin, analiza el caso de la obra

Kilele, una epopeya artesanal, realizada por el Teatro Varasanta, preguntándose lo

siguiente: ¿cómo transcurre el proceso de creación, puesta en escena y representación

contemporánea de la violencia, la muerte y la dignidad al interior de un grupo de teatro

colombiano? (García, 2010: 6)

En su texto, García se cuestiona sobre varios temas ligados con su inquietud principal, es

decir, sobre el cruce dialógico entre el cuerpo de los actores, el texto, la emoción,

elementos de la puesta en escena y la relación con el público. En consecuencia, retoma

conceptos de la sociología y de la antropología, como el de drama social de Víctor Turner,

para analizarlos, asimismo, se acerca de manera íntima a la vida del grupo, a su historia, a

sus entrenamientos, y al proceso de escritura de la obra, a cargo de Felipe Vergara.

En este sentido, puedo afirmar que el trabajo de esta autora hace dos grandes aportes al

tema que me concierne concretamente. Por una parte, considera al teatro realizado por el

Teatro Varasanta como políticamente híbrido, lo cual da cuenta de su interés por hacer un

teatro que se conjugue con la realidad, pero sin pretender hacer denuncias directas; por otra

parte, habla de la importancia de caminar hacia una antropología del teatro que posibilite la

comprensión de la realidad social contemporánea, pues el campo de la representación

escénica posee gran riqueza simbólica (García,2010:181) y toca a los espectadores y a la

sociedad en general.

Page 22: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

16

Conceptos y perspectivas

Para el análisis de los datos y el desarrollo del presente trabajo consideré pertinente

aproximarme a la información desde los siguientes conceptos: narrativa, memoria y

performance. Éstos se relacionan directamente con la metodología utilizada durante el

proceso de investigación y sitúan el trabajo dentro de una perspectiva antropológica

particular.

Narrativa

Dado que tanto la posición como la experiencia personal de quienes se dedican al teatro

son de gran importancia para esta investigación, y en coherencia con la metodología y

procedimientos por los que opté para la realización de mi trabajo, la narrativa como

concepto resulta fundamental en mi análisis.

La narración es una forma comunicacional que está indisolublemente ligada a una noción

de tiempo (Contursi y Ferro, 2002:11), que atraviesa varios ámbitos sociales, y que implica

la manifestación escrita u oral, con el lenguaje como vehículo, de textos que abarcan desde

noticias en los periódicos, testimonios legales hasta cuentos y novelas.

En el marco de este trabajo, el concepto narrativa será comprendido desde la perspectiva

de la antropóloga Ochs y la psicóloga Capps, quienes nos invitan a concebirla como un

puente entre pasado, presente y futuro generador de un yo que nos permite pensarnos

como “seres coherentes” dentro de una sociedad (Ochs y Capps ,1996:28-30). A través de

varios ejemplos, Ochs señala que una de las dimensiones básicas de la narrativa es la

temporalidad. Al respecto, afirma que en la narración es muy común pasar al presente del

indicativo, y específicamente, al presente histórico, es decir, un valor de dicho tiempo que

es capaz de dar cuenta de eventos del pasado, logrando que este tipo de eventos “invadan”

la conciencia actual del narrador. Por tanto, gracias a la narrativa podemos generar una

unión entre experiencias, en desconexión o no, que les otorgue un sentido particular.

En este contexto, narrarse a uno mismo es producir una propia historia, y por consiguiente,

crear una identidad (Friedman, 1992:837). Entonces, la construcción de una historia propia

Page 23: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

17

es la construcción de un universo significativo de eventos y narraciones en las cuales nos

autodefinimos constantemente como sujetos individuales, y a la vez, como comunidad.

Por estar en la misma línea de ideas, traigo a colación a Margaret Somers, quien propone

que la narrativa más allá de ser una forma de representación, es, hoy en día, una condición

epistemológica y ontológica de la vida social (Somers, 1994:606). Gracias a la narrativa

conocemos, entendemos y damos sentido al mundo social; en otras palabras, la narrativa se

nos presenta, ya no como un cuento sobre algún tipo de suceso, sino como una parte

constitutiva de nuestro ser en sociedad. En definitiva, la narrativa tiene que ver con el

cómo me muestro al mundo y con el cómo me construyo en tanto ser histórico; en efecto,

las identidades sociales y las realidades culturales siempre se consolidan en contexto socio

históricos (Somers, 1994; Friedman, 1992).

Para esta investigación, pensar la narrativa como concepto permitirá hacer una mirada

crítica a la manera en la que los directores y demás entrevistados generan ese puente para

dar sentido a acciones concretas del presente, pasado y futuro en función de sus posiciones

y pensamientos acerca del teatro.

Memoria

La memoria ha sido objeto de debate en las ciencias sociales. En efecto, su estudio ha sido

criticado tanto por el “carácter fluido” que se le ha asignado, como por la visión sesgada de

la historia que puede proporcionar: “no hay memoria pura, sólo recuerdos” (Wachtel,

1999:75). Sin embargo, el autor Nathan Wachtel, en el texto titulado Memoria e historia,

la defiende y señala que a partir de ella se define la identidad de los grupos sociales, y por

consiguiente, es fundamental para la comprensión de la vida social.

Wachtel menciona que uno de los debates principales se ha enfocado en cómo la memoria

implica el “cuestionamiento de la historiografía oficial” (op.cit:72.) Dicho esto, es

necesario detenernos sobre un punto de gran importancia: la memoria es política, es un

constante campo de lucha, se presenta como una posibilidad de escuchar otras voces, y así,

de promover el surgimiento y desarrollo de sujetos activos de la historia. . En

consecuencia, las narraciones y memorias personales de cada uno de los entrevistados que

Page 24: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

18

he recogido, se convierten en episodios sociales, y no simplemente personales, que

transforman a sus autores en agentes de la historia.

La memoria está directamente ligada con la narración dado que como agentes sociales

estamos en constante narración de nuestras experiencias, reconstruyéndolas y

significándolas a través del lenguaje. En este orden de ideas, es pertinente hacer mención

Marc Auge, quien señala que los relatos son siempre el fruto de la memoria y el olvido, “de

un trabajo de composición y recomposición que refleja la tensión ejercida por la espera del

futuro sobre la interpretación del pasado” (Auge, 1998: 47). En este sentido, el olvido y la

memoria poseen una virtud narrativa que contribuye a que experimentemos en tiempo

como una historia.

Una de las autoras que trabaja el tema es Elisa Blair Trujillo (2002), quien, en su texto

Memoria y Narrativa: La puesta del dolor en la escena pública, reflexiona acerca de las

narraciones que surgen en contextos de guerra y dolor, para lo cual, las relaciona de forma

directa con el problema de la memoria.

Para esta investigación en particular, no consideraré la memoria como un cajón de

recuerdos o sucesos fijos e inalterables que quedan en el pasado, sino, según Blair, como

una “construcción que se elabora desde el presente y, fundamentalmente, desde el lenguaje”

(Blair, 2002:23). Desde esta perspectiva, se puede afirmar que la existencia de la memoria

es posible en gran parte gracias al lenguaje, es decir, cuando se comunica; la memoria es

narrada, y así, cada narración de las experiencias o acontecimientos crea nuevos sentidos

de los mismos.

En esta investigación este concepto cobra gran importancia, pues la información recopilada

tanto en las narraciones realizadas por los entrevistados como en las obras teatrales,

permite pensarlas como un ejercicio de memoria social.

Con respecto a la memoria ritual, encontramos el caso del antropólogo Carlo Severi, quien

realiza un estudio sobre el nacimiento, el uso ritual y la persistencia en la memoria de una

imagen del “blanco” entre los cuna, la cual se ha cristalizado durante casi cinco años de

Page 25: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

19

contacto. (Severi, 1996: 13) Severi recurre al término de memoria ritual para analizar esta

imagen, y lo hace a partir de un canto que los cuna llaman Nia-ikala o canto del demonio.

El autor afirma que el canto y el acto ritual en el que el mismo se enmarca, es capaz de

preservar por medio de imágenes , de la voz y de otros elementos una memoria sobre el

blanco, pero de una forma tan especial que el relato de un mito no podría dar cuenta.

Entonces, decide cambiar la pregunta canónica de ¿qué subsiste actualmente de la

mitología originaria de una sociedad primitiva? Por: ¿qué retiene y qué borra la memoria de

una sociedad?

Las obras a las que asistí hablan desde épocas anteriores, como es el caso de La boda de

los pequeños Burgueses; desde tradiciones antiquísimas, como en Oh! Babylon; o desde

acontecimientos con fechas específicas, como el caso de Kilele, una epopeya artesanal. En

este sentido, para esta investigación es imprescindible el concepto memoria ritual, puesto

que el teatro en sí es un arte escénico y está cargado de muchos elementos rituales: un

principio y un final llenos de simbolismos que permean los personajes, los gestos, las

imágenes y los objetos presentes en la obra; en suma, ésta trasciende a un fenómeno que

supera al texto escrito. Así las cosas, los aportes de Severi posibilitan la reflexión sobre la

escena atravesada por un ejercicio de memoria, el cual se realiza en el momento de la

función y se desarrolla entre los actores y espectadores, en torno a diferentes temas

tratados en cada pieza.

Performance

En concordancia con la presente línea de conceptos, es fundamental traer a colación el de

performance. Esther Jean Lagdon, en su texto titulado Performance e sua diversidade como

Paradigma Analítico: A Contribuição da Abordagem de Bauman e Briggs, realiza, como

su nombre lo índica, un estudio de los aportes de estos dos autores a los estudios de

performance. Desde esta perspectiva, la autora asegura que, en la configuración del

pensamiento social contemporáneo, los estudios de performances aparecen como un

espacio interdisciplinar, importante para los géneros de la acción simbólica, surgiendo en

las interfaces del ritual, el teatro y de la interacción social. (Lagdon, 2006:5)

Page 26: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

20

En esta medida el performance ha sido comprendido como hecho escénico, pero también

como concepto porque permite analizar fenómenos sociales con características escénicas.

La autora Diana Taylor (2009), en su texto Hacia una definición del performance, entabla

una discusión sobre la inexistencia de un término preciso en español para dar cuenta de este

concepto. A causa del problema de traductibilidad, muchos han intentado equiparar el

término con otros como teatralidad, espectáculo, acción y representación, y según la

autora, esto contribuye a que la noción de performance pierda potencial. Asimismo, Taylor

encuentra positivas tanto la imposibilidad de definición como la complejidad de éste:

“término que connota simultáneamente un proceso, una práctica, una episteme, un modo de

transmisión, una realización y un medio de intervenir en el mundo, excede ampliamente las

posibilidades de las otras palabras que se ofrecen en su lugar”. (Taylor, 2009:35).

Turner, por su parte, entiende el performance como un complejo de secuencias de actos

simbólicos (Turner, 1987-1988:75) entonces, como un acto en el que se revelan categorías

y contradicciones de procesos culturales. Esta idea presupone que hay procesos humanos

que son creativos, también que el ser humano es un ser que se auto- performa

constantemente y hace ejercicios reflexivos. A este respecto, el autor habla de los

performance culturales los cuales comprenden obras de teatro, danza, música, etc. En el

presente trabajo haré referencia a los performances culturales, a saber, obras de teatro.

Para Turner, estos géneros de performance culturales no sólo son originados en el drama

social, sino que continúan dando significado y fuerza al mismo. Desde su teoría, los dramas

sociales son definidos como: “unidades de un proceso social armónico o no armónico que

surgen en situaciones de conflicto”1 (op.cit:74). ; Además, agrega que se desencadenan

cuando lo normal, gobernado por las normas de la vida social, es interrumpido por una

regla nueva que desemboca en un estado de crisis. De ahí que los performances no sean

simplemente reflejos o cambios de la cultura, es más, son “agentes activos en el cambio,

representando el ojo con el que la cultura se ve a ella misma”. (op.cit:24) Esta metáfora del

performance como ojo con el que la cultura se ve a ella misma, me permite ver de manera

1 La traducción es propia.

Page 27: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

21

crítica las obras a las que asistí y pensarlas dentro de un papel social muy particular: el

cambio. Es por esto que formulo los siguientes cuestionamientos: ¿Qué tipo de cambios

puede realizar el teatro, y en particular, las obras vistas? ¿Hasta qué punto éstos pueden ser

rastreados?

Es importante tener en cuenta que el concepto de performance, y el de arte en general, ha

sido ligado a las actividades rituales en diferentes análisis: Kapferer, Turner y Beeman. En

este caso, destacaré los planteamientos del antropólogo William Beeman, quien reconoce

la dificultad que implica situar el teatro dentro del espectro general del performance. En

consecuencia, parte del trabajo realizado por Schechner y afirma, con especial énfasis, que

la diferencia entre ritual y teatro no puede ser declarada en términos esencialistas; por el

contrario, se debe comprender que hay una actuación propia al ritual así como otra propia al

teatro, las cuales dependen en gran medida del contexto o función, es decir, es importante

tener en cuenta en dónde se llevan a cabo y bajo qué circunstancias. (Beeman,:1993:378)

Erika Fischer-Lichte, actualmente una de las figuras de mayor importancia respecto a los

estudios teatrales y de performance, critica la forma en la que los estudios teatrales, antes

de enfocarse en los estudios sobre performance, que toman el cuerpo como uno de sus

elementos esenciales, se centraban en los actores como simples interpretes del texto y en el

texto como elemento principal de la escena; de igual manera, critica la pretensión de

verdad en el arte, la cual no considera la presencia de los receptores ni los cambios

temporales. (Fischer-Lichte, 2008:161) En este sentido, propone tomar el performance

como un evento que provoca transformación. Esta idea del performance como evento es

relevante debido a que permite verlo como un hecho efímero, único y singular; por otra

parte, es necesaria para hablar de artes “del presente”, es decir, no reproducibles, que se

presentan únicamente sobre escenarios y que, a pesar de ser repetidas, nunca son las

mismas.

Page 28: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

22

Metodología

“Uno no viaja a la otra orilla para conducir una

investigación etnográfica, para observar el estilo de vida del otro,

sino para dar y recibir (…)”

Eugenio Barba

La experiencia que he tenido con el teatro, al igual que cualquier otra vivencia personal,

está situada dentro de momentos históricos particulares; en consecuencia, también es

importante destacar que cada vivencia da cuenta de procesos sociales más amplios. Gracias

a este trabajo, me interesé bastante por acercarme a otras experiencias, y así, poder

establecer vínculos entre lo que una persona ha vivido en su quehacer artístico y el cambio

de dichas formas artísticas dentro de un marco social.

La antropología ha brindado la posibilidad de pensar en la narración oral como vehículo

para el conocimiento, como una alternativa de aproximación a la historia, la cual se

concentraba generalmente en los textos escritos. Entonces, llegué a la conclusión de que las

preguntas que tenía en mente, no podían ser resueltas recurriendo únicamente a la literatura

teatral que se ha escrito en Colombia; debía aproximarme a los agentes de esa historia, y

por tanto, también a sus obras que, como lo mencioné anteriormente, son elementos

articuladores de lo que ellos narran de sí mismos en su rol de artistas. Por esta razón,

enmarqué el presente trabajo dentro de una perspectiva etnográfica que me permitiera

comprender, desde la óptica de quienes serían mis sujetos de estudio, los temas en cuestión

(Guber, 2001: 121).

En la primera fase del trabajo, realicé una aproximación bibliográfica al tema de mi interés,

no sólo desde la antropología, sino desde otras disciplinas como la historia y la sociología,

pues éstas abordan también temas referentes al teatro en Colombia. Luego, teniendo en

cuenta mi interés por el narrarse a sí mismo, definí el perfil del trabajo etnográfico,

basándome en una primera aproximación a las experiencias personales a través de

entrevistas y basada en la herramienta del testimonio.

Page 29: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

23

El testimonio es definido por John Beverly como “un relato extenso producido en forma

de texto impreso, contado en primera persona por un narrador que es también el

protagonista real o testigo del caso que él relata”2 (Beverly, 2008:257). Desde esta

perspectiva, el testimonio es la narración de una experiencia de vida significativa, y que

además, no es tan extensa como una historia de vida. Entonces, lo que ahí se narra es una

historia personal que crea un hilo de vida coherente, lo cual se relaciona directamente con

las nociones de narrativa y memoria desarrolladas previamente. Esta herramienta me

permite enfocar mi atención en acontecimientos significativos y relevantes sobre la

relación y experiencias de cada persona con el teatro; aunque el formato de recolección de

los testimonios fue la entrevista, la prioridad era permitir al entrevistado dar su perspectiva,

a través del relato, acerca de los momentos que a su juicio eran importantes y significativos.

Así, pretendía no indagar sobre toda su vida, es decir, desde su nacimiento, salvo que el

mismo entrevistado/ narrador lo considerara pertinente para responder a las preguntas

planteadas.

En primer lugar, escogí el Teatro Libre porque hay una historia de cambios muy particular

en su interior, y específicamente, en relación con la perspectiva sobre su quehacer y el su

respectivo papel social. Inicialmente, tuve acceso a esta historia gracias a conversaciones

fortuitas, y luego, a través de un texto de su autoría que trata la historia y montajes del

Teatro Libre, y que encontré casualmente en la biblioteca. A continuación, entrevisté a

Ricardo Camacho en su oficina, ubicada en el Teatro Libre de Chapinero, también realicé

otras entrevistas a actores de este grupo que, a pesar de no estar incluidas por completo en

este trabajo, me permitieron aclarar conceptos y ampliar mi visión sobre los temas

analizados. Tras empezar a indagar sobre el tema, consideré que sería provechoso realizar

un trabajo comparativo con el objetivo de ampliar mi perspectiva. Debido a esto, decidí

incluir el Teatro Varasanta, el cual conocía también de tiempo atrás; además de haber

asistido a algunas de las obras ofrecidas por este teatro, tomé un taller de cuerpo con

Fernando Montes durante varios meses, y otro de música con Beto Villada. La obra Kilele,

2 La traducción es propia.

Page 30: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

24

una epopeya artesanal, de la que hablaré más adelante, atrajo mi atención debido a su

estrecha relación con la masacre ocurrida en Bojayá, la cual me conmovió profundamente.

La entrevista que realicé a Beto, en la terraza del Varasanta, fue muy enriquecedora

porque me representó mayor dificultad. La primera pregunta que realicé en todas las

entrevistas fue la siguiente: ¿Cómo empieza tu experiencia con el teatro? La mayoría de los

entrevistados se remitió a su infancia sucintamente; en cambio, Beto empezó a mencionar

situaciones muy detalladas que se remontaban a sus cuatro años de edad; no esperaba este

tipo de respuesta, es más, sentí que su relato no tenía relación alguna con el tema. No

obstante, lo dejé continuar; y descubrí, al transcribir la entrevista, el tejido que él había

hilado, tejido que ponía de manifiesto las relaciones entre lo relatado.

Tras hablar con mi tutora Giovanna Micarelli, quien conocía el trabajo realizado por Juan

Monsalve, escritor y director del Teatro de la Memoria, me interesé por saber más sobre

este personaje. Este interés resultó ser de gran ayuda ya que sus propuestas e ideas

reflejaban otros puntos de vista y otras formas de referirse al mismo tema: una

aproximación a un nivel más espiritual debida a una tradición teatral que hizo surgir,

durante este espacio, interrogantes íntimos sobre su quehacer.

En segundo lugar, tras concluir las entrevistas, asistí a las obras objeto del presente análisis,

es decir, una por cada entrevistado. El hecho de presenciarlas fue esencial para responder

mis preguntas, y más si tenemos en cuenta que la plena realización de toda obra teatral,

depende de su representación ante un público; en palabras de Turner: ser performada frente

a una audiencia. Con el objetivo de comprender estos complejos procesos sociales, la

antropología ha desarrollado un enfoque metodológico etnográfico que se basa en la

investigación ‘en campo’. Dicho enfoque me posibilitó la aproximación a los

performances de manera crítica, y esto, a través de herramientas como la observación

participante. “La observación participante consiste en dos actividades principales:

observar sistemática y controladamente todo lo que acontece entorno del investigador, y

participar en una o varias actividades de la población” (Guber, 2001:57). En este caso, la

Page 31: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

25

observación participante no se efectuó en el seno de una población, sino en el momento del

performance, el cual tiene un principio, un final, y por tanto, una duración determinada.

Entonces, para estas ocasiones, tomé notas de campo; realicé entrevistas cortas y/o entablé

conversaciones informales con algunas personas del público para conocer sus opiniones

sobre lo que acabábamos de ver. Asimismo, recogí algunas de las sensaciones que como

espectadora me suscitaron las piezas teatrales, lo cual es relevante en la investigación

como elemento etnográfico (Pink, 2009); en efecto, resultaron de gran utilidad a la hora de

pensar en la memoria y en el performance.

Adicionalmente, tuve la posibilidad de asistir a un entrenamiento con personas del grupo

del Teatro de la Memoria, así como a algunos talleres de cuerpo en el Teatro Varasanta.

Ahora bien, estos no son ejes centrales en mi investigación, pero me permitieron ampliar y

comprender más íntimamente algunas de las discusiones que ellos entablan en sus

entrevistas; pensar en elementos de las escenas de las obras a las que asistí; y vislumbrar las

relaciones que se entretejen entre el cuerpo, la memoria y el performance.

Para analizar los datos recolectados en el trabajo de campo y sus respectivas

observaciones y entrevistas, realicé transcripciones que me permitieron clasificar la

información. Es importante agregar que inicialmente yo había establecido los temas hacia

los cuales se direccionarían las entrevistas y observaciones, pero fueron los datos los que

definieron las divisiones temáticas finales.

Page 32: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

26

CAPÍTULO 1

ENTRE LA HISTORIA, EL RELATO Y LA PALABRA

La historia del teatro en Bogotá es tan compleja como la historia y desarrollo del teatro a

nivel global. Esta historia ha sido abordada por varios analistas, así como desde diferentes

perspectivas de las ciencias sociales. Aquí me ocuparé, como lo menciono al principio, de

algunas narraciones personales, que se sitúan en momentos específicos: el teatro político de

los años 70 y el teatro contemporáneo de la generación de los años 90.

Antes de que estos directores y actores (sujetos de estudio del presente análisis)

estuvieran formalmente vinculados a un grupo de teatro, Bogotá ya contaba con las

experiencias teatrales de otros que, a su manera, también contribuyeron a forjar lo que es

hoy en día el teatro en Colombia, y específicamente, en esta ciudad. Me remito por

ejemplo a: la fundación del primer grupo de teatro experimental en la Universidad

Nacional de Colombia, a cargo de Bernardo Romero en 1946; la fundación de la Escuela

de Teatro del Distrito guiada por Fausto Cabrera, la cual se llamaría después Enrique

Osorio y posteriormente, se convierte en la ASAB; la Escuela Nacional de Arte Dramático

encabezada principalmente por el español Víctor Mallarino, de la cual surgió un importante

número de actores de televisión (Aldana,2008:95-97); y por último, la importante labor de

Enrique Buenaventura quien, en el Teatro experimental de Cali, fundado en 1955, adelantó

algunos de los más importantes cambios en el movimiento teatral colombiano.

Durante la década de los 70, el teatro colombiano conquistó varios escenarios en Estados

Unidos y Europa, con grupos como La Candelaria. Marina Lamus explica que se habla de

teatro y no de teatros colombianos porque el que se conoció en el exterior fue el

hegemónico, es decir, aquel que se regía por una filosofía y una praxis política, además de

caracterizarse por la creación colectiva; esto implica que, en esa época, el trabajo de Bertolt

Brecht tuvo gran influencia en Colombia. (Lamus, 1999:121) Si bien el Teatro Libre nunca

acogió la idea del montaje colectivo, su trabajo empieza alrededor de los mismos años e

hizo parte del llamado teatro político.

Page 33: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

27

En la década siguiente, se comienzan a cuestionar las doctrinas y el método; se incorporan

otras estéticas y se empieza a trabajar Brecht desde otras perspectivas. La década de los 90

“inicia con el preludio de la pluralidad” (Ibíd.). Al respecto, Lamus dice que lo primordial

ya no era la relación del teatro con la sociedad; en cambio, otros factores artísticos

empezaron a jugar un papel importante; empezaron a incluirse la danza y algunos

elementos tecnológicos; cambiaron los intereses dramatúrgicos a nivel de escritura, esto a

través de la realización de pequeñas preguntas sobre la existencia; y aparecieron temas

ligados con la sociedad urbana, como en el caso de Fabio Rubiano y Piedad Bonnet.

Entonces, es en este marco que los trabajos de Juan Monsalve (dramaturgo y director) y

Beto Villada (actor) surgen.

1.1 Del teatro estudio al Teatro Libre de Bogotá:

1.1.1 El teatro estudio, política y teatro politizado… ¿cómo se dio la relación?

Ricardo Camacho, director del Teatro Libre de Bogotá, empieza su experiencia teatral en el

colegio Liceo Francés Louis Pasteur, donde monta sus primeras obras. Posteriormente, al

ingresar a la Universidad de los Andes para estudiar Filosofía y Letras, crea un grupo de

teatro llamado el Teatro Estudio junto a Jorge Plata y Patricia Jaramillo, entre otros, hacia

finales de los años 60. Para Camacho, el teatro fue algo inesperado, llegó con la vida, no

fue una decisión tomada explícitamente; él lo expresa como “un virus que le inoculan a

uno y no hay modo de quitárselo” (Camacho R, entrevista 6 de septiembre 2011).

Uno de los rasgos particulares de la época en la que se inaugura el Teatro Libre fue el

hecho de que las personas pertenecientes a los grupos de las distintas universidades también

abogaban por una sociedad diferente. Por ejemplo, el Teatro Estudio de la Universidad de

los Andes que a pesar de realizar diferentes obras de autor sin un fin político declarado,

empezaba ya a agitar, con principios socialistas y con el ideal de un mundo más equitativo,

el espíritu de muchos. En efecto, varios miembros del grupo (Jorge Plata, Ricardo

Camacho, entre otros) empezaron a interesarse por temas como la independencia nacional,

Page 34: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

28

también por los referentes al campesinado o proletariado colombiano, lo que con el tiempo

fue llevándolos a realizar más obras de autores nacionales.

Camacho menciona que su familia ha tenido una tradición de izquierda y que por tanto,

estas ideas han estado presentes en su vida:

“¡mire! Digamos que yo he tenido desde muy pequeño inclinaciones por la izquierda que

heredé de mis hermanos mayores que eran… ¡son! gente de izquierda; yo heredé eso, yo

he tenido siempre una propensión a la izquierda y siempre he creído en la necesidad de la

transformación revolucionaria de la sociedad. Yo recibí mucha influencia, mi generación

recibió mucha influencia de la revolución cubana, las protestas de los estudiantes

latinoamericanos contra la guerra de Vietnam, de la revolución cultural china” (Camacho

R, entrevista 6 de septiembre 2011)

Adicionalmente, este fragmento nos permite ver que el director establece una relación

directa entre las ideas que estaban en boga en otras partes del planeta y la manera en que él

y sus contemporáneos asumieron su posición y su tarea social

Para ese momento, y específicamente en Colombia, venían presentándose una serie de

movilizaciones por parte de varios sectores sociales, a saber: los transportadores, el

campesinado, debido a la ley de reforma agraria, y los estudiantes, que habían comenzado a

manifestarse abierta y decididamente a causa de problemas presupuestales en

1961.(Archila, 2003: 136)

Hacia abril y mayo de 1968, el movimiento estudiantil en universidades públicas se

radicalizó, de hecho hubo ocupación de instalaciones y huelgas de hambre; el gobierno

respondió cerrándolas temporalmente. Por la misma época, se presentaron conflictos, hasta

el momento ausentes, en universidades privadas como la Javeriana. (Archila, 2003: 140)

Durante ese mismo año, como lo señalan Archila y el mismo Ricardo Camacho, las

estrategias lúdicas fueron un recurso permanente de los estudiantes de las universidades

privadas, pues el control de las directivas dificultaba realizar acciones públicas sin que

fueran tachadas de políticas. Este fue el caso de los happening, y al respecto, Camacho

cuenta que algunas veces realizaban “una mini obra de teatro que duraba 15 – 20 minutos

para convocar a los estudiantes para salir en marcha o en huelga, entonces era pues con

un muñeco del imperialismo, de la burguesía y gente de élite y no sé qué, y se hacía ahí en

Page 35: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

29

un patio y la gente … se llamaba, eso se hacían muchos happenings, que eran ahí

improvisaciones ahí… claro que no improvisados, pues nos reuníamos, armábamos la cosa

y la presentábamos ahí, una sola vez, ya”. (Camacho R, entrevista 6 de septiembre 2011).

Esto muestra la manera en que algunos ejercicios teatrales se articulaban en pro de las

protestas debido a su carácter simbólico.

Según Camacho, los happenings no eran la tarea favorita de los actores del Teatro Estudio

de la Universidad de los Andes; el teatro que realizaban era en su mayoría de autor y

mantenían un trabajo constante y disciplinado, de permanente exploración para la

realización del mismo. No obstante, el interés por lograr un cambio social iba esbozándose

cada vez más en el grupo; es por esto que Camacho y otros actores como Jorge Plata y

Héctor Bayona, miembros del grupo en ese momento y actualmente parte del Teatro Libre,

decidieron emprender una unión, en principio personal, con las ideas del MOIR

(Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario). El MOIR fue fundado en Medellín

en 1969 por partidarios del MOEC (movimiento obrero estudiantil y campesino) del frente

dirigido por Francisco Mosquera y fuertemente marcado, en sus orígenes, por la influencia

ideológica maoísta (Archila, 2003: 287). Al respecto, Jorge Plata, actor del Teatro Libre y

actual director de la carrera de Arte Dramático comenta:

“Entonces todos los grupos, todas las universidades y todos los grupos, especialmente los

universitarios, se pusieron a trabajar, pusieron el teatro al servicio del cambio

revolucionario. Entonces lo que nos interesaba en esa época era crear obras que nos

hablaran sobre la realidad colombiana y pues desvelara frente al público popular las

causas del hecho de que fuéramos una neo colonia de estados unidos, y denunciar al

imperialismo” (Plata, J. Entrevista 22 de octubre de 2011)

Esto, según el relato de Camacho, iba acompañado de una crítica al desempeño que estaba

teniendo del Partido Comunista; desde su punto de vista, dicho partido se encontraba

apolillado y estaba llenándose de problemas burocráticos Fue debido a esto que los

miembros del grupo encontraron en el MOIR una alternativa que se adecuaba mejor, en ese

momento, a su ideología.

Uno evento muy interesante, que refleja las luchas e ideas de la época y además, da cuenta

de una visión muy particular sobre el arte, ocurre con la presentación de la obra El canto

del fantoche lusitano de Peter Weiss. Este autor incursiona en un tipo de teatro al que él

Page 36: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

30

mismo denomina documental, y en esta obra en particular, realiza una crítica a las colonias

portuguesas que invadieron Angola. El Teatro Estudio decide montarla para uno de los

festivales de teatro universitario, espacio en el que siempre habían tenido gran acogida.

Amalia Iriarte, jurado del Festival Nacional de Teatro Universitario en la edición de 1969,

hizo el siguiente comentario con respecto a esta presentación: “esta obra paralelamente

plantea la evolución de la guerra de resistencia en dichas colonias hacia un periodo de

politización y finalmente hacia la lucha revolucionaria. Se trata, pues, de un teatro político,

de choque, con una función social transformadora, al servicio de la cual están puestos todos

los recursos dramáticos. En El canto del fantoche lusitano no hay personajes y en esto la

obra es fiel a la concepción marxista de la historia: la historia no la hacen los individuos

sino los pueblos”3 Sin embargo, presentar la obra en esa ocasión acarreó un problema, y así

lo señala Jorge Plata:

“si si si, eso fue muy chistoso porque pues era una obra que atacaba la política de

Portugal, entonces nosotros montamos esa obra y pues íbamos al festival de teatro

universitario que se hacía en el Colón, el teatro oficial; entonces el embajador de

Portugal se enteró y protestó frente al ministerio de relaciones exteriores que cómo era

posible que una obra que insultara a su país pueda ser presentada en el teatro oficial: el

Colón. Entonces en la cancillería se asustaron y mandaron una nota a Los Andes diciendo

que esta obra no se podía presentar en el Colón; pudimos presentar la otra porque siempre

había que llevar una obra nacional, tocaba llevar una obra nacional y una extranjera , de

extranjera teníamos el fantoche y de nacional habíamos dirigido una obra de Eduardo

Camacho el hermano mayor de Ricardo (..), La Tienda, yo dirigí esa obra, entonces

dijeron “el grupo de la universidad de los andes puede presentar La Tienda pero la otra

no”, y entonces comenzamos nosotros a mover nuestros hilos políticos con el Moir, ya

teníamos organización estudiantil dentro de la universidad, entonces a protestar que nos

prohibieran presentar en el Colón y mas por una potencia extranjera, era una injerencia

en la educación, el arte y la cultura nacional” (Plata, J. Entrevista 22 de octubre de 2011)

El antropólogo Bruce Kapferer plantea que, tanto en el arte como en el ritual lo particular

es universalizado más allá de las estancias del individuo y en esa medida trasciende

(Kapferer, 1986:191). Esto mismo ocurre con la obra Weiss, pues el hecho de que el

Teatro Estudio decida montar Canto del fantoche lusitano, refleja la lectura que estaban

3 Este aparte es tomado del informe general del Festival Nacional de teatro universitario 1.969 Pag24

Page 37: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

31

haciendo de la realidad en ese momento histórico particular: no había independencia

nacional y los extranjeros se apoderaban del país, situación colonial que, como lo menciono

arriba, la obra denuncia en el caso Angola – Portugal. Lo anterior deja al descubierto

algunas cualidades del teatro: por un lado, la manera en la que una obra de teatro genera

acciones concretas a nivel social, a pesar de no ser local y de no haber sido escrita en el país

donde es representada; por otro lado, la obra hace referencia a otras sociedades, y aunque

haya un tema definido y localizado en ella, no sólo aplica para la situación social que se

describe en el texto. Entonces, es aquí donde surge la posibilidad de entender este ejercicio

como una experiencia común que, en palabras de Kapferer, trasciende al individuo y se

universaliza.

En lo que concierne a los performances culturales o estéticos, Turner afirma que tienen la

capacidad de generar una procesos reflexivos, haciendo críticas directas o indirectas y

funcionando como agentes activos de la cultura (Turner, 1987-1988:24 ). Situación que, en

esta ocasión, se evidenció cuando la obra se convirtió en un agente de cuestionamientos

que trascendían la esfera artística: trasciende al lector y al público y genera reacciones

concretas como la del embajador de Portugal, acarreando tantos problemas que llegaron

hasta el poder gubernamental.

Las obras de teatro en sí mismas, al ser escritas, habladas y representadas, no son sólo una

narración de un momento y un lugar histórico determinados, también son la narración del

momento en el que un director escoge representarlas; en ese sentido, la obra como tal es un

posicionamiento sobre la realidad y una forma de interpretarla.

En aquel Festival Nacional de Teatro Universitario, se exigía que los grupos presentaran

dos obras, una de repertorio internacional y otra nacional. En esa ocasión presentaron, para

la categoría de repertorio nacional, la obra La Tienda, mencionada por Plata; ésta fue

escrita por Eduardo Camacho, hermano de Ricardo Camacho, quien también estudió en la

Universidad de los Andes y se dedicó a la dramaturgia. La acción de la obra se desarrolla

en una tienda de un barrio obrero, donde se encuentran el tendero y varios clientes; allí se

desarrollan una serie de conflictos entre los personajes, los cuales se van haciendo más

evidentes a medida que el alcohol y el juego aparecen. Además, hay otros personajes que se

encuentran en otro plano: a cada lado de la escena, fuera del cuadro de la tienda, están: Mr.

Page 38: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

32

McPearsons, un millonario norteamericano “poseído por exóticas curiosidades” y un grupo

de profesores de universidades como Harvard, Yale y Princeton, quienes, patrocinados por

el millonario, recogen información sobre el comportamiento de las personas en la tienda

pero sin interactuar con ellas en absoluto4 .

Hasta este momento hemos visto el relato de Camacho sobre cómo el grupo inicial,

llamado Teatro Estudio, tejió una forma de relacionarse con su público y su entorno social,

denunciando la falta de libertad de expresión en el teatro y expresando una crítica abierta a

la manera en que se estaban manejando las políticas sociales en su momento.

Posteriormente, en el año 1973 varias personas del grupo deciden fundar el Teatro Libre.

Para este entonces el grupo aún seguía militando en el MOIR y Camacho, al igual que

otros compañeros, empezó a sentir una especie de asfixia, como él mismo lo describe. El

grupo de teatro se convirtió en el brazo cultural del partido y con el tiempo fueron

aumentando las tareas políticas…

“(…) en el frente cultural (del partido) estábamos nosotros. Pero ellos la verdad es que ..

la verdad es que eso no les interesaba mucho; les interesaba mucho la cosa cultural en

cuanto les sirviera para aglutinar gente y para entrar digamos como rompeolas para que

después entraran ellos .. Si. (…) Cada vez nos ponían más tareas políticas, y hasta nos

decían finalmente que eso… que nos dedicáramos a la cosa política a la revolución… que

esa cosa de teatro ahí… que eso no era tan importante. Y digamos ese ´proceso duró hasta

que nosotros decidimos hacer el “el Rey Lear” cuando decidimos el Rey Lear era más un

pretexto para salirnos.

En un momento determinado, como le dije, nosotros nos sentíamos asfixiados en el Moir,

varios de nosotros. No lo decíamos así como se lo estoy diciendo yo sino que era un

sentimiento como de la piel de que no queríamos mas eso; porque el Moir nos mandaba a

hacer trabajo político en los pueblos, puramente político y pues .. y eso… llegó un

momento en que eso chocó digamos con el instinto que nosotros teníamos por el teatro”

(Camacho R, entrevista 6 de septiembre 2011)

En este último aparte de la entrevista, el cuerpo aparece como un espacio concreto de

conocimiento, y paralelamente, como un espacio político (Pink, 2009: 43). El sentimiento

4 Tomado de informe general, Festival Nacional de Teatro Universitario 1969. Pag22

Page 39: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

33

de asfixia, en palabras de Camacho, es una forma interesante de narrar lo sentido en el

momento, pues se evidencia que su relato no es una cuestión meramente racional; por el

contrario, es un relato que guarda en su interior sensaciones que han atravesado su historia

personal, las cuales dejan ver de qué forma el entrevistado percibe la situación que vivió,

así como la relación que existe con sus decisiones posteriores y su posicionamiento al

respecto.

1.1.2 La ruptura con la política nacional, nuevas posiciones y nuevas políticas teatrales.

Esta ruptura, a la cual Camacho hace alusión con el montaje de la obra Rey Lear (hacia el

año 1978), también es mencionada por varios de los actores y, por ende, resulta muy

interesante su exploración: el Rey Lear, protagonizado por Jorge Plata, fue para ellos la

ocasión de abrirse al panorama teatral, pues en ese entonces se habían centrado en la

problemática nacional; no obstante, también fue la oportunidad de marcar una separación

con la vida política que llevaban de la mano del MOIR.

Ricardo: “Las contradicciones se fueron agudizando entre la gente que quería hacer teatro

finalmente y la gente que quería dedicarse a ser revolucionario profesional, entonces, por

eso le digo que la decisión de hacer el Rey Lear… no era tanto por las virtudes de la obra

sino era como un pretexto, una declaración… esto es lo que nosotros queremos hacer

realmente. Eso a mucha gente del Moir no le gustó “pa que se van a meter eso de

Shakespeare… esa vaina clásica… qué le dice a la gente de hoy?” y ahí empezamos poco a

poco a ir delimitando campos hasta que fuimos… sin pelear ni hacer declaraciones,

fuimos poco a poco retirándonos; una retirada silenciosa, sin escándalo, pero clara, cada

vez más clara.

[…]Eso fue, nosotros dijimos “vamos a hacer una obra que no sea política” salgámonos

de esto y vamos a hacer otra cosa, y veamos hacia el mundo. Y en el mundo lo más

importante es un señor que se llama Shakespeare y ese sí que nos va a permitir empezar a

marcar la diferencia, una declaración para decir “nosotros queremos ir por aquí”. Eso es,

¿si me entiende?, eso es”. (Camacho R, entrevista 6 de septiembre 2011)

Este rechazo que empiezan a mostrar hacia lo que podríamos llamar lo político, marca una

nueva etapa en su forma de hacer teatro, forma que se ha mantenido hasta la actualidad. La

pregunta sobre la pertinencia social de una obra cambió de lugar; efectivamente, fue un

apartamiento creativo y, a la vez, sutil. El hecho de optar por conocer más el repertorio

Page 40: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

34

universal, como ellos lo llaman, le apuntaba, en términos de Plata, a la creencia según la

cual es precisamente el conocimiento de estos autores y de estos “otros mundos” lo que

abriría nuestros ojos críticos como espectadores.

Gracias a lo anterior, puedo presentar las siguientes reflexiones, hechas a la luz de los

planteamientos de Somers, sobre la situación relatada por Camacho. El MOIR, como

organización política, manejaba una narrativa que ejercía en ese momento un poder sobre

la forma de pensar de Camacho; una forma de pensar que como ideología tendía a

homogenizar los caminos de la lucha social que debían tomar quienes pertenecían al

movimiento. Somers menciona que, en varias ocasiones, se generan narrativas

institucionales que nos hacen sentir controlados, pues pueden guiar nuestras acciones por

medio de la imposición (Somers, 1994:629). En este contexto, la decisión de poner en

escena el Rey Lear aparece como una opción alterna, una nueva narrativa, una forma propia

para asumirse en tanto seres en el mundo así como para asumir la crítica social a través de

lo que para ellos era importante: el teatro.

Sin embargo, es muy interesante ver cómo, a lo largo de la entrevista, vamos encontrando

nuevos elementos con respecto a la manera de ver el arte y su papel social. Aunque en

ningún momento de la entrevista se haya dicho literalmente que, antes de 1973, ellos

consideraban que por medio del teatro iban a provocar transformaciones sociales concretas,

sí se puede encontrar una conciencia de clase debido a la relación que existía entre el

momento que atravesaban y la forma de asumir la presentación y contenido de sus obras,

por ejemplo La Tienda.

Esto se ve altamente modificado hacia el final de la entrevista, específicamente cuando

pregunto: ¿cuál cree usted que es el papel del teatro en la sociedad? A lo cual Camacho

responde:

“yo no creo que la cultura mejore a la gente; pues mire lo que le pasó a Alemania,

produjo a Beethoven y mire lo que pasó. Eso no… la influencia de la cosa política en la

cultura es una cosa interminable, pues yo creo que es mejor que la gente tenga la

alternativa de ver una obra de Dostoievski a ver….¿ Cómo es que se llama esa joda?….

Harry ¨Potter, que tenga otra alternativa que no sea solo Harry Potter, sino que tenga una

alternativa que la gente pueda pensar, enriquecer su vida interior, su sensibilidad, etc., que

Page 41: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

35

no se lo da a usted sino el buen teatro. El buen teatro lo hace pensar y enriquece su vida

interior, enriquece su sensibilidad. Eso es.” (Camacho R, entrevista 6 de septiembre 2011)

La cita anterior deja ver un cambio en la forma de asumir el papel del arte, cambio dado

por: el recorrido que él mismo ha señalado, la trayectoria que ha realizado y las decisiones

que ha tomado. Si bien hubo un rechazo abierto al teatro político separándose del MOIR y,

al mismo tiempo, una apertura al teatro universal que los llevó por otros caminos, Camacho

dice que nunca dejo de ser de izquierda y que cree en la transformación social. No obstante,

estas palabras revelan que ya no pretende llevar a cabo la transformación por medio del

teatro; de hecho, a partir de ese momento, el entrevistado procura lograr una transformación

que despierte la sensibilidad del público sobre temas que no necesariamente tienen la

problemática nacional como objetivo central.

En la historia reciente del Teatro Libre, específicamente durante el año 2011, Camacho y

su grupo deciden montar la obra El burgués gentilhombre del autor francés Molière. Obra

que resalta la manera en que Monsieur Jourdain, un nuevo burgués, quiere aprender los

modales de la aristocracia y así alcanzar un alto grado de nobleza, pero en esa búsqueda se

comporta de una forma que raya en la ridiculez.

Insólitamente, el Teatro Libre que se ha caracterizado por la defensa a la profesionalización

de actores creando la escuela del Teatro Libre, decide que Jean Claude Bessudo, presidente

del grupo Aviatur y miembro de la junta directiva del teatro, sea quien protagonice la obra;

a este respecto Camacho comenta:

Ricardo: “mire… Bessudo es un tipo que yo…. Que es actor aficionado desde toda la vida,

conoce a Molière, él le recita a usted moliere al derecho y al revés y yo lo vi haciendo una

vez El Avaro de Molière, y era muy gracioso; él tiene una cosa innata de actor; la vida lo

llevó por otra parte pero él tiene una cosa nata de actor, ¿si me entiende? Una cosa nata…

como gente que puede ser gerente de una fábrica pero en el alma es músico... y Bessudo es

eso, Bessudo es eso; entonces mucha gente lo sabía, aquí la gente de la junta del Teatro

Libre lo sabía, entonces cuando me propusieron yo dije, yo sé que él puede hacerlo y que

puede hacer una cosa muy graciosa, yo eso lo sabía.

No es que yo voy a fabricar entre comillas un actor… como fabrican una actriz en

televisión, una modelito, no!. Usted le muestra una obra y él se conoce la obra de memoria

y en su interior la ha montado, la ha actuado, adentro de él la ha actuado,¿ si me

Page 42: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

36

entiende? Entonces pues eso, es un actor nato”. (Camacho R, entrevista 6 de septiembre

2011)

A pesar de escuchar varias críticas por este hecho, Camacho defiende su posición y asegura

que no se está vendiendo, no se compara en ninguna medida con un teatro comercial y

cierra afirmando que la obra en sí misma es una crítica social muy fuerte y actual. La

decisión, sin embargo, tenía ciertos intereses que Camacho mencionó:

“Como al mismo tiempo es un personaje de la vida nacional pues pensamos que eso podía

ayudarnos a conseguir unos recursos, es que aquí el teatro vive en crisis, eso es una vaina

muy complicada la parte económica, el teatro vive en una crisis permanente y nunca hay

plata, nosotros vivimos con las uñas, hacemos esto por pura mística.

Esa es la idea, pero eso no implicó negociar ningún principio ni entregarnos a nada,

porque primero es una obra sensacional, mas actual que el burgués no hay, una crítica al

arribismo la cosa más feroz y quedó montada sin ninguna concesión

Katherine: ¿cómo respondería a la gente que considera que eso si sería venderse?

Camacho: ya le contesté, vea yo me hubiera vendido si hubiera hecho una obra con una

modelo y una obra ridícula como esas obras que hace el teatro nacional, eso

de…“préstame tu marido” (…) cualquier persona que nos apoya a nosotros sabe que

nosotros somos un grupo independiente y que no comprometemos la política del repertorio

por una ayuda, nada; nadie nos ha exigido eso nunca, porque los subsidios son tan

chiquitos que eso no pasa nada, eso … eso es una cosa irrelevante.

Por ejemplo en Inglaterra las compañías nacionales, unos monstros ahí, están

subvencionadas por el Estado en parte, y en parte por empresa privada, empresas de

seguros, la lotería nacional etc, y eso no les compromete el repertorio a ellos, ellos son

totalmente independientes, ellos montan lo que les da la gana y si viene alguien de la

empresa privada a decirle usted tiene que montar esto, lo saca… lo mandan a freír

espárragos” (Camacho R, entrevista 6 de septiembre 2011)

Ochs, como lo menciono al inicio del trabajo, considera que de la mano del concepto de

identidad, la idea del yo nos permite pensarnos como seres coherentes dentro de una

sociedad, coherencia que generamos a través de narraciones en las que hablamos de nuestra

propia historia. Sin embargo, se pueden generar múltiples yos y, a su vez, choques entre

diferentes narrativas; esto ocurre por ejemplo en las personas que, desde la óptica de la

psiquiatría, se han declarado enfermas (Ochs y Capps, 1996:22). Ahora bien, sin ser este el

caso, sí se puede observar cómo en la narración de su experiencia, que surge de las

Page 43: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

37

preguntas que realicé, van apareciendo nuevas líneas de pensamiento, las cuales se

manifiestan no linealmente sino espiralmente, es decir, en función de las situaciones que se

le han presentado a lo largo de la vida.

Tanto en la historia como en las palabras escogidas por Camacho para relatarla,

encontramos algunos cambios radicales en la forma de asumirse dentro del teatro. Si bien

hay puntos que nunca modificó, como su interés hacia el teatro de autor, sí vemos que

adopta una manera particular para legitimar acciones por medio de la narración, acciones

que, a pesar de estar en contracción con lo que dijo de sí mismo al principio, son

justificadas a través del lenguaje. Por ejemplo, cuando menciona el tema de la crisis,

resalta inmediatamente que con esa acción no ha vendido ningún principio, construyendo

así coherencia en sus actos.

Efectivamente, Camacho toca una realidad evidente en el teatro, en otras palabras, habla

sobre la falta de recursos que éste afronta y, por consiguiente, considera que la acción de

tener a Bessudo en escena es correcta y acertada, pues defiende la continuidad de su teatro.

Entonces, puede afirmarse que hubo una transformación en su manera de asumir la política

en el teatro, para él lo importante es el repertorio, un punto que no tiene discusión ni

mucho menos precio; posición que defendía ya desde 1970 al no querer comprometer sus

obras con las exigencias del MOIR.

La decisión de realizar obras de autor abrió todo un espectro literario y permitió el

surgimiento de un teatro interesado en ir más allá de los hechos locales, un teatro inclinado

por cuestionamientos sobre la existencia, los cuales nos atraviesan por el hecho de ser

humanos; ahora bien, la forma de crítica cambió: de la preocupación por sectores como el

proletariado y el campesinado pasaron a la preocupación por promover, entre su público, el

conocimiento de obras de otros países y de autores del canon literario.

Desde el principio de la narración, Camacho no sólo recrea una historia, sino que sin duda

relata una experiencia de vida. La noción de puente, que se deriva del concepto de

narrativa, permite ver que a lo largo de la entrevista Camacho dispone puntos específicos

en su historia, como el caso del Rey Lear, para legitimar actividades del pasado y

justificar acciones presentes y futuras ligadas a la historia narrada.

Page 44: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

38

Históricamente, ciertos acontecimientos ya habían marcado hitos en el teatro colombiano,

los cuales orientaron su camino en varios aspectos; en efecto, tanto la aparición del ya

mencionado Enrique Buenaventura como la llegada del japonés Seki Sano a Bogotá,

abrieron nuevos horizontes para el teatro en el país, por ejemplo: la importancia del trabajo

disciplinado, consciente y además reflexivo del actor. En este sentido, considero que lo

ocurrido con este grupo de teatro y sus uniones o empatías con partidos políticos, como el

MOIR, forjó igualmente gran parte de lo que es hoy el teatro. Esto a su vez acarreó el

surgimiento de nuevas preguntas sobre la relación entre el contexto social y el arte que allí

se desarrolla; así, la decisión de romper esa unión política y dirigirse hacia otro tipo de

teatro es muestra de la llegada de otro momento histórico tanto para el teatro como para la

sociedad.

1.2 Beto Villada y el Teatro Varasanta, hacia la transformación del actor

1.2.1 Los primeros pasos en las artes escénicas

Beto Villada, músico, actor y cofundador del Teatro Varasanta, ha tenido un largo y

amplio recorrido en las artes escénicas. La entrevista y conversaciones con él fueron

bastante particulares: cuando le pregunté sobre cómo empezó su experiencia en el teatro, se

remitió a su infancia…

Beto: “yo vengo de una familia paisa que se fundamentó en la dicharacheria, en los

cuentos, la comunicación con la gente era a partir de dichos, de refranes todo eso. Y una

familia paisa con unos que entraron al Valle a colonizar, mis abuelos fueron de Antioquia,

los otros fueron de Caldas, y siempre había la cultura como de sentarse todos después de

comer a hablar… el tío, el primo, del suceso, de la muerte... Entonces eso pasaba en el

campo, de muy pequeño yo fui a la ciudad porque somos como producto de ese

desplazamiento de la violencia de Colombia de tantos años.

[…] el cuento es que… no teníamos televisor y tuve la posibilidad de enfrentarme a los

libros curiosamente desde muy chiquitos, entonces esa mezcla rara entre ser hijo de

cuenteros, de gente paisa, de tener un espacio muy gigante para mi, para inventar, para

recrear y todo eso…yo creo que es el coctel que ha hecho de mi una persona de teatro ..

Luego los juegos...Fue muy interesante”. (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011)

Page 45: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

39

Asimismo, continúa relatando que su papá fue trasladado a un pueblo debido a su nueva

calidad de militar antiguerrillero; entonces, ellos, toda su familia, debieron irse con él; esto

causó un fuerte impacto porque él era un “niño de ciudad”… En este punto de su vida

descubrió ciertas costumbres que lo asombraron y lo marcaron:

“[…]era una zona muy hostil, de muchas carencias ..de agua… la gente rezaba por el agua

entonces yo vi milagros como .. Llevar 14 meses sin llover y las cosechas de maíz se iban a

dañar entonces todos los domingos se iba a rezar. La gente gritaba al cielo pidiendo agua,

y yo iba a esas procesiones con mi papá y con mi mamá y para mí era muy raro ver la

gente cómo lloraba y decía “nuestros animales se están muriendo, no tenemos comida..

Señor ayúdanos… si tu de verdad existes ayúdanos” y guagggggg!!! Caía agua.

Katherine: ¿eso donde era?

Beto: En Nariño Cundinamarca...en los límites de Cundinamarca y Tolima, una zona

guerrillera por excelencia. Entonces para mí eso era mágico. Caía un chapuzón de agua

y la gente guaaaaa!! Alabado sea el señooor!! Y pun pasaba el agua, era como una

muestra de que dios estaba; mi mamá me decía Dios aprieta pero no ahorca, y toda esa

cantidad de dichos paisas”. (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011)

Hasta este momento de la narración podemos ya identificar dos puntos interesantes: por un

lado, la importancia que Beto da a la dicharachería, como él la llama, o cuentería, en la cual

la palabra escénica tiene un papel fundamental; por otro lado, este relato deja ver que el

entrevistado relaciona estas vivencias de tipo espiritual y sus creencias con sus inicios en el

teatro; indicio del comienzo de una forma de pensamiento muy particular que se desarrolla

más adelante.

Según Wachtel, el campo de estudio de los relatos orales parte de la idea de que la

memoria no es simplemente una cuestión individual sino que inevitablemente está anclada

a procesos sociales que encaminan, precisamente, interpretaciones sobre la realidad social

que se afronta. (Wachtel, 1999:77) De ahí que lo narrado por Beto sobre su infancia sea tan

interesante, pues ha vinculado a través de la narración conceptos y hechos sociales, a su

visión del mundo y del teatro, uniendo su realidad social en ese entonces, su experiencia

individual y su forma de concebir el arte actoral, eventos que de otra manera podrían estar

inconexos. En esta medida, y de igual forma que en el caso de Ricardo Camacho, es a

través de la narración que podemos generar una unión que da a las experiencias, en

desconexión o no, un sentido particular. (Ochs y Capps, 1996)

Page 46: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

40

Así transcurrió su infancia, entre dichas situaciones y sus vivencias en el colegio. A este

respecto, señala que su colegio estaba adscrito a la Policía, y que allí tuvo la posibilidad de

tener acceso a instrumentos musicales, como la marimba que actualmente toca. Todo esto

se unió de la mejor manera y lo fue llevando por el camino del arte; esta inclinación que ya

estaba en construcción también fue alimentada por profesores de su colegio:

“Yo hacía representaciones en el colegio y me gustaba…allá había muchas mascaras…yo

vengo de una cultura donde la gente se disfrazaba con máscaras en navidad. La profesora

de español como en noveno me dijo por qué no hacemos un grupo de teatro… y yo dije

“sí, hagamos un grupo de teatro. En décimo hubo un inter colegiado de teatro y ganamos

con una obra que se llama las convulsiones de Luis Vargas Tejada y una obra que se

llamaba Andrade Terán… el elixir de la juventud, eso eran unos libritos que sacaban los

padres claretianos, jesuitas, yo no sé, unos libritos de Teatro de comedias españolas, Luis

Enrique Osorio, entonces mi profesora me pasaba eso y yo leía y leía y a esas lecturas les

miraba las posibilidades teatrales y las montaba” (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de

2011)

Estos recuerdos de infancia aparecen como “presencias fantasmagóricas”, las cuales están

presentes en nuestra existencia constantemente (Augé, 1998:28). Las personas e historias

que Beto describe aquí no son hechos puros, es decir, no se han mantenido inmodificables

en el tiempo; por el contrario, pueden parecer detalles incongruentes que, al momento de

ser narrados, adquieren un sentido y un lugar dentro del relato que en esta ocasión nos

ocupa. Desde esta perspectiva, puede decirse que estos sucesos cobran sentido gracias a la

acción narrativa, hecho que evidencia una virtud narrativa de la memoria (op. Cit 33). Así

pues, las imágenes que Beto nos genera con sus palabras se sitúan en un tiempo y espacio

concreto, lo cual impregna su relato de claridad.

A pesar de que entró a la universidad a estudiar química, y luego historia y geografía

física, la música y el teatro siempre estuvieron latentes en su vida. Consecuentemente,

decidió entrar a estudiar arte dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático Luis

Enrique Osorio; posteriormente, tuvo la oportunidad de entrar al Teatro Taller de

Colombia.

Beto: “Entonces yo entré al teatro taller de Colombia y junto a ellos empecé a viajar, los

primeros 6 meses yo servía tintos, limpiaba, barría, era portero, era mensajero, y ser

Page 47: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

41

asistente de los actores del Teatro Taller, estaba pendiente del vestuario, …. Y ahí aprendí

a maquillar. ahí conocí a Batata mi gran maestro de percusión…

Katherine: y qué tipo de teatro hacían en Teatro Taller?

Beto: Ahí hacíamos teatro callejero, teatro de la calle, teatro que tenía su énfasis en la

música, las imágenes, el carnaval, la fiesta, el jolgorio, que se enraíza mucho en ese teatro

itinerante, de estaciones, de los viacrucis, de todas estas celebraciones españolas,

religiosas, celebraban el martirio, el calvario, y todo eso, la natividad, empezamos a

estudiar el teatro callejero, el teatro griego, y hacíamos unas mezclas muy interesantes, y

donde muy temprano me vi como en la necesidad de empezar a componer.. Sobre mi

recaía la composición musical de la obra”. (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011)

Esta cercanía de Villada con la música será otro de los puntos fundamentales en la forma de

aproximación con el teatro; en efecto, es un especialista en percusión y vientos, toca

instrumentos como el alegre, la tambora, la marimba, el diyeridu y el clarinete. En lo que

concierne a la música, hay que agregar que para él es muy importante, pues considera que

el ritmo y la curación son ejes transversales del arte.

Durante esta época, Beto Villada conoce a Fernando Montes:

“Ahí conocí a Fernando., Fernando empezaría un proceso con Bernardo Rey otro

muchacho que estuvo en el teatro en Pontedera… tenía unas capacidades inmensas de

dirigir pero no era muy director, Bernardo era más como escenógrafo.. hace mascaras.. es

un genio de eso, y con Bernardo, Adriana Rojas estuvo también trabajando en Francia y en

Italia con Fernando, vinieron y quisieron hacer un grupo de laboratorio teatral, de

investigación teatral donde se dedicaran solamente a la exploración del oficio, de las

labores del oficio, cuales son los problemas que se cocinan en el entrenamiento del actor,

qué es lo que se trabaja, cómo dirigir ese entrenamiento, ellos empezaron a hacer ese

trabajo en el Teatro Taller de Colombia.

Yo quería dedicarme más a la búsqueda personal de muchas cosas, y yo ya había hablado

con Fernando porque él y Adriana Rojas.. tuvimos una simpatía desde que nos vimos, ella

me propuso… que en el grupo necesitaban una persona como yo que tocara instrumentos,

que se encargara de la parte musical, ella me dijo “Fernando se encarga de la parte

actoral, yo me encargo de la voz”, y se fundó el grupo cenit…. Y como ese grupo era con

Fernando,… y ellos … pues un día ese grupo se abrió y Fernando hizo un grupo sin

nombre de trabajo investigativo y yo no quería pertenecer a ningún nombre de ningún

título de ninguna institución entonces le dije “vea Fernando” yo hasta 1993 yo tenía

programado… el año… yo ya sabía qué iba a hacer en agosto del año entrante, ya había

un candelaria entonces yo no podía fallarles por ética profesional.. Por... Compromiso…

Page 48: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

42

no podía dejar abandonado un trabajo que se movía tanto entonces yo le dije… en

diciembre termina la gira y acabo y me salgo del grupo de Taller de Colombia y le dije que

ahí me iba con él” (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011).

1.2.2 El teatro Varasanta, el inicio de un nuevo viaje.

Así empieza la historia del Teatro Varasanta - Centro para la transformación del actor.

Desde el nombre hasta la estética del recinto, nos hacen pensar en otro tipo de teatro, uno

muy distinto al de los años anteriores. El teatro, ubicado en la calle 39 con carrera 15 de

Bogotá, es una casa que fue comprada, y en parte construida, por los miembros del grupo;

tiene tres pisos que cuentan con una sala, algunos espacios de ensayo, una pequeña oficina,

una cocina y un cuarto para visitantes que lleguen de otros países o ciudades; hay máscaras

por doquier, las cuales transportan a un ambiente místico.

La varasanta es “un árbol maderable y con propiedades medicinales, utilizado para

diferentes funciones dentro de carnavales y celebraciones tradicionales del país”. En la

página del grupo se aclara que: “la imagen de la vara engrasada a la que hay que subirse

para obtener el premio nos sirve como metáfora de transformación y resistencia para un

grupo cuyo fin es descubrir los secretos del arte del actor a través de la práctica teatral”5

En su relato sobre los comienzos del Varasanta, Beto menciona:

“Los principios eran fundamentales, íbamos a entrenar todos los días a partir de las 5

hasta las 9 de la noche, cada uno tenía que dar una cuota mensual, ósea no nos pagaban,

teníamos que pagar para conseguir un espacio, una casa donde entrenáramos y que nadie

nos jodiera.. no íbamos a depender ni de subsidios, ni de aportes, ni de nada, íbamos a

trabajar por voluntad propia y no íbamos a presentar espectáculos, nos íbamos a dedicar

a la investigación teatral, a ¿qué es que es eso de la energía, del impulso, del acto total, de

preparar el cuerpo?, ¿qué eso de los resonadores?, ¿qué es eso de la revelación en la

escena? ¿qué es eso del presente, el actuar con el otro y el transformar el espacio? era la

pregunta que nos seguimos haciendo hoy en día” (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de

2011).

5 Tomado de la página del teatro el día 1 de marzo de 2012. Disponible en :http://www.teatrovarasanta.net/

Page 49: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

43

El tema de la preparación actoral se ha planteado desde varias perspectivas, dentro de las

más importantes encontramos la de Stanislavski, quien, a partir de su método de acciones

físicas, abrió todo un espectro sobre la importancia del actor y del teatro, como presencia

viva, con respecto al teatro escrito. Entonces, el actor empieza a concebirse no sólo como

aquel que representa un papel ya caracterizado por el dramaturgo que le concierne, sino

como un actor que crea a partir de la acción física su personaje. Llevar a cabo esta tarea

implica pasar por el estudio de bases psicológicas y sociológicas sobre el comportamiento

humano; así, desde la perspectiva de este autor, se propone un método de actuación cuyo

principal objetivo es la constitución psicológica e histórica del personaje. (Stanislavski,

1999). Asimismo, Stanislavski resalta en sus libros la importancia de cada uno de los

elementos de la escena en relación con la tarea del actor, generando propuestas sobre el uso

del vestuario, la escenografía y el maquillaje.

Las reflexiones que surgieron alrededor de todas estas preguntas fueron muy fructíferas

tanto para el momento que atravesaba el teatro en Bogotá como para el que Beto

experimentaba como actor, pues crearon una ruptura en la forma de pensar el teatro. Beto,

por su parte, fue atraído por el trabajo que proponía Fernando Montes, quien se dedicaría a

una investigación más profunda sobre el quehacer actoral. En efecto, Montes había sido

alumno directo de Jerzy Grotowski, director y actor polaco célebre por desarrollar una

teorización acerca del teatro pobre (Grotowski, 2006) en la cual, en oposición y

complementariedad a lo planteado por Stanislavski, cuestiona todo lo que considera

superfluo en el teatro, como el vestuario, el maquillaje y la escenografía; en cambio, dando

un papel central al actor, a su cuerpo y al trabajo investigativo que podía realizar a partir

éste en la escena.

En este panorama, aparecerá posteriormente Eugenio Barba, director del Odin Teatret y

fundador del ISTA (International School of Theatre Anthropology), quien también

contribuyó en la consolidación de esa nueva forma de entender el teatro que se gestaba ya

en Fernando Montes y sus compañeros. Barba propone la antropología teatral como un

nuevo campo de investigación: “el estudio del comportamiento del ser humano, cuando

utiliza su presencia física y mental, según principios diferentes de aquellos de la vida

cotidiana en una situación de representación organizada”. (Barba, 2012:13)

Page 50: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

44

Aunque el Varasanta realiza posteriormente montajes y obras teatrales con una

escenografía muy detallada (vestuarios, máscaras y demás elementos); el interés principal

se dirige a la investigación y al problema de la escena, algo distinto de lo que Beto venía

haciendo con el teatro callejero. A este respecto, hace alusión a sus actividades anteriores:

“Yo había pasado por muchos años de representación, de animar, de mostrar la cara feliz

casi como de resolver los problemas de aburrimiento de la gente, como un bufón de la

sociedad” (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011).

Así, el grupo del Teatro Varasanta es reconocido por su rigoroso trabajo de entrenamiento,

el cual se caracteriza no sólo por el tiempo que sus miembros le dedican, sino también por

la dificultad del mismo. He tenido la oportunidad de asistir a los talleres de cuerpo dictados

por Fernando Montes, muy cercanos al tipo de ejercicios que ellos realizan, aunque con

menor intensidad, y resulta ser una tarea altamente demandante de energía física y mental.

Si bien toda acción teatral y artística requiere de mucho entrenamiento, los ejercicios que

empezaron a realizarse al interior de diferentes grupos basados en las teorías de Grotowski

y Barba cambiaron formas de concebir la tarea del actor. Al interrogar a Beto sobre su

relación y primeros encuentros con Fernando Montes, cuando paralelamente pertenecía al

Teatro Taller de Colombia, comenta lo siguiente:

“Claro, pues nosotros sabíamos que él estaba trabajando allá y que era muy bueno tener

un taller con él, y nos dio palo porque el entrenamiento nuestro era para hacer imágenes y

hacer cosas de representación pero el detalle, digamos un entrenamiento básico

fundamental para el actor, no lo teníamos, un entrenamiento de banderas, para hacer

acrobacia en saltos, pero no el entrenamiento para moldear la energía, de los impulsos,

de los contra-impulsos, manejábamos la voz de una forma extraordinariamente buena,

porque era la calle y la calle nos obligaba a tener un entrenamiento de voz muy fuerte”.

(Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011).

Los anteriores fragmentos de la entrevista nos permiten reflexionar sobre la tarea del actor

y del teatro como tal; efectivamente, y como lo menciona Beto Villada, el simple cambio

en la forma de concebir el entrenamiento tiene como consecuencia cambios en la

concepción sobre el papel del teatro: dejar de ser un bufón de la sociedad para ejercer un

papel transformador de su propio cuerpo y de las sensibilidades de los demás.

Page 51: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

45

He tenido también la oportunidad de tener clases de música con Beto, clases de tambora

principalmente; sin embargo, durante esa experiencia pude aproximarme a otros

instrumentos de percusión bajo su guía y, asimismo, verlo dar clases de diyeridu a sus

alumnos.

En esas ocasiones, pude apreciar que Beto considera esencial el ritmo sobre el escenario,

tanto a nivel físico individual como grupal; en efecto, busca sincronizar el ritmo de la voz

con la que se emite el texto actoral con el del cuerpo mismo. Fui consciente de esta

relación mutua entre todas las partes del cuerpo y sus distintas habilidades cuando en una

ocasión me puso a bailar cumbia, con el fin de poder entenderla en el cuerpo y,

seguidamente, tocarla en la tambora6. Para Beto, la percusión es la madre de todo, y señala

que es a través de la exploración del movimiento, de la voz y del sonido que se logra

generar una presencia en el escenario y se hace posible la comunicación con los

espectadores.

Esta prevalencia que empieza a tener el trabajo del actor más allá del texto, marca una

época y una tendencia del teatro que se mantiene actualmente, lo cual, como he dicho

anteriormente, acarreó un cambio en la concepción del teatro como arte. Con respecto a lo

anterior, Fischer explica que focalizar el performance como un arte efímero abre nuevas

posibilidades de aproximación al mismo, las cuales, a su vez, pasan de comprender el arte

como un artefacto inmodificable y puro a comprenderlo como un evento en el cual lo físico

toma protagonismo, dando a luz nuevos significados en cada obra. (Fischer-Lichte

2008:162)

La constitución de la identidad personal es una compleja interacción temporal en la que

construimos y significamos constantemente nuestro presente, pasado y futuro (Friedman,

1992:853); entonces, partiendo de la premisa anterior, puedo decir que Beto ha generado un

proceso de auto-identificación a través de la narración y recreación de su propia vida y a

través de un acto de memoria que le ha permitido seleccionar lo que es digno de contarse.

Así las cosas, todo lo que Beto ha manifestado hasta este punto es una constante

6 Notas del diario de campo

Page 52: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

46

resignificación de sus actos y decisiones pasadas, lo cual contribuye a generar continuidad

entre estas últimas y las situaciones actuales de su vida.

Según esta narración, la interpretación que Beto hace de su arte y de su tarea durante el

tiempo que estuvo en el Teatro Taller, en comparación con el trabajo que proponía

Fernando Montes, lo llevó a posicionarse frente a su quehacer y frente a la sociedad,

sentando así una postura sobre lo que para él representa el trabajo del actor.

1.2.3 Kilele: una experiencia física y espiritual

Una de las obras más importantes y representativas del Teatro Varasanta es Kilele, una

epopeya artesanal, escrita por Felipe Vergara, que obtuvo una beca de dramaturgia del

Ministerio de Cultura en el 2005 y trata sobre los acontecimientos ocurridos en la masacre

de Bojayá el 2 de mayo de 20027 y en todo el Atrato y la travesía de los sobrevivientes y

de las almas en pena que no han podido descansar en paz. Aunque exploraré esta obra en

el segundo capítulo, me detendré en ella también durante esta sección, pues las

apreciaciones de Beto al respecto fueron importantes a la hora de comprender su visión de

su quehacer en el teatro.

Esta obra, genera varias atmósferas rituales de una manera muy particular; de hecho,

cuenta con la presencia de velas, imágenes religiosas y varios cantos. Además, sin manejar

un lenguaje panfletario, toca puntos sensibles de la sociedad, por ejemplo: la ya

mencionada masacre y las preocupaciones por la reivindicación social de las poblaciones

afrochocoanas. En suma, esta obra apunta a un momento y a un problema muy particular de

nuestra sociedad, como es el enfrentamiento entre diferentes grupos armados del país

como: los grupos paramilitares, los grupos guerrilleros y las fuerzas militares. Desde esta

perspectiva, puede decirse que es una obra con un tema y personajes bastante locales, pero,

7 En esta fecha, hubo una explosión de una pipeta de gas en la iglesia del mencionado municipio chocoano

ubicado en las riberas del Atrato, a causa de un enfrentamiento entre grupos paramilitares y guerrilleros. (El

Tiempo: 4 de mayo de 2002). Un año después se imputaron cargos a militares, entre ellos se incluye el

batallón Manosalva, por no actuar adecuadamente para impedir la masacre y proteger a la población a

pesar de que hubo varios informes sobre la presencia de los grupos en la zona. ( Archivo digital de El Tiempo

16 de julio de 2003: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-967707)

Page 53: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

47

en términos generales, hace referencia a la guerra, la cual ha sido experimentada por varias

poblaciones del mundo. En relación con esta situación, Beto dice lo siguiente:

“Nosotros somos herederos de muchos años de violencia y estamos en un momento político

muy importante que es un momento paramilitar, este momento del último gobierno, este

momento de justicia, reparación, fosas comunes, almas deambulando, masacres, la

barbarie humana, la ignominia, injusticia, el perdón, el olvido, la reparación, las madres

que sufren, el desplazamiento forzado, los intereses económicos de unos pocos, el poder, el

abuso de la adultez, del poder, del dinero, la incapacidad que tiene el estado para

proteger a los que estamos dentro del país, la necesidad de hacer justicia por mano propia

porque hay mucha injusticia, esos títulos que pertenecen a la realidad social nos tiran y

nos impulsan a hacer cosas que se presentan por magia; Kilele fue un suceso histórico muy

importante en la vida de Colombia y la masacre que hubo allá, que tu sabes lo del

encuentro paramilitares y guerrilla, entonces una guerra sucia, una guerra donde se

utilizan armas no convencionales aniquiladoras, ahora la violación de las mujeres es un

arma de guerra, el solo hecho de que las mujeres sepan que tienen una .. 24 horas para

abandonar este sector rural y si no vienen llegan los paramilitares y lo primero que hacen

los paramilitares es llevarse todas las mujeres… de solo miedo se van todas las mujeres, es

un arma de hierro, y esa cosa tan escabrosa de tortura animales, ese coctel macabro de la

droga, el alcohol, las armas, el dinero y la injusticia, eso es macabro, una persona que

coge a otra persona, le quita el corazón estando vivo, lo descuartiza con moto sierra, esa

persona tiene en la cabeza drogas alucinógenas, tiene trago, tiene dinero, tiene poder,

tiene armas y tiene protección, eso se hace por ese coctel malo que existe solo en

Colombia, esa suma de esas cosas hicieron que pasara este hecho del chocó en donde

murieron 119 personas”. (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011).

Blair, afirma que en sociedades, como la colombiana, que han vivido dramas asociados a la

guerra surge la necesidad de recuperar el pasado en forma de memoria colectiva, para ello

es importante poner en la escena pública narraciones y discursos de donde haya

reconocimiento del dolor. “Esta recuperación de la memoria sería entonces –en el caso del

dolor y el sufrimiento una forma privilegiada de poner el dolor en la escena pública y

contribuir así a sanar las heridas de la guerra” (Blair, 2002:28)

En este contexto Beto afirma que la obra se convierte en un rito, una memoria y una forma

de retribución moral…

“ (..) Después extrañamente se convirtió en una obra muy importante como Guadalupe

Años Sin Cuenta para La Candelaria, como Moliere o La Agonía del Difunto para el

Teatro Libre, obras muy representativas en un momento muy especial ; esta obra es

Page 54: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

48

catalogada en el teatro contemporáneo colombiano como la obra más representativa de

una realidad colombiana, pero es una, no sé los críticos lo llaman de muchas formas, pero

hay algo de retribución, es un rito, es un rito, cada obra la concebimos es como una… es

en memoria de cada uno de los muertos y es como retribución moral, no sabemos, pero es

una obligación nuestra como seres humanos devolver un poco eso que se les fue negado,

como seres humanos vivos, que sentimos el dolor de humanidad, lo bárbaro que fue eso , lo

injusto, el perdón..” (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011)

Aquí encuentro un punto interesante a tratar: la obra como una memoria de cada uno de

los muertos. Elisa Blair comenta, a propósito un texto del teólogo Johann Metz, una idea

muy interesante: como sociedad tenemos el deber de construir una “cultura de la memoria

que mantenga vivo el recuerdo de las víctimas de la violencia como acontecimiento

histórico y de hacer gala de símbolos y ritos de conmemoración para conjurar y derrotar el

olvido” (Blair, 2002: 15). En las palabras de Beto encontramos elementos que nos permiten

entender esta obra como un rito, pues se hace en conmemoración al hecho y se convierte

en una oportunidad para retribuir y rememorar a los muertos y a los vivos víctimas del

atentado. Además, es un rito que, gracias a la obra, logra traspasar los límites de la

comunidad donde ocurrieron los hechos; en efecto, llega a otras personas abriendo la

posibilidad de crear una memoria social frente a lo ocurrido.

Como lo menciono arriba, la obra no maneja un lenguaje panfletario pero sí genera una

posición por parte de los actores, del director y del escritor sobre los acontecimientos

sociales a los que hace referencia. En este sentido, pienso que hay un componente político

en Kilele que, sin embargo, se transmite en otros términos y desde otra perspectiva:

“En el sentido de que en el fondo la política desde la Grecia antigua es... la política es el

arte del bienestar de todos, es un arte y nosotros tenemos una persona, un vocero, que

tiene la… un acto político tiene que ver con una consciencia, con el modo de pensar, con

generar nuevas actitudes”. (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de 2011)

Basada en este comentario, formulo una nueva pregunta, en ésta pretendo indagar si,

teniendo en cuenta su afirmación anterior, considera que Kilele es un acto político o no y

responde lo siguiente:

“En ese sentido se convirtió en un acto rotundo político, rotundo, rotundo de creadores. Es

un acto político que se hace, ¿sabes por qué se hace? Yo creo porque además de que se

comenta y se denuncia el hecho con un lenguaje poético, digamos el lenguaje del teatro es

Page 55: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

49

un lenguaje muy amplio, es la magia del teatro, tiene esos ingredientes, el teatro es

trasgresor, el teatro es transformador el teatro acusa, señala sin señalar, el teatro sugiere

sin determinar, el teatro remueve y dirige las cosas y las pone de otras formas y les da

matices en sus colores, en sus énfasis, en su dirección, en la puntualidad y en el

tratamiento de los temas, en las formas, en las texturas, en los olores, eso es lo que hace el

teatro, (…) es una magia del teatro, ¿y por qué se hace?, se hace para que no vuelva a

suceder, yo hago esta obra, y cada vez que yo hago esta obra yo pienso en los

acontecimientos, para mí es muy especial, la preparación física mía…además porque yo

pierdo un kilo cada vez que presento esta obra.. el aporte a la retribución de la naturaleza

y todo eso.. hay algo mío, mi alma especial ahí, es dirigida es concreta, soy oficiante de

algo; yo como actor del grupo en esta obra yo muevo los hilos, cada uno de nosotros

mueve los hilos de algo, pero yo siento que especialmente yo muevo unos hilos muy

especiales, en ese sentido soy muy importante para esa obra, yo lo hago con mucho gusto,

es muy doloroso, es fatigoso, mi alma se arruga, pero el consuelo político es que ese tipo

de demanda, ese tipo de cosas no se vuelvan a repetir y en ese momento es un hecho

político, a nuestra obra han venido muchas personas, han venido dirigentes políticos, una

vez el back stage, lo que pasa detrás la gente no lo conoce, han pasado mil cosas mágicas

y raras, raras rarísimas como por ejemplo, hay elementos muy especiales de la obra, del

rito, que son las velas, el ramo de flores, el moño, y muchas veces se me desaparecen los

ramos, se cambian de sitio, yo lo dejé acá pero termina allá detrás de la matera y la vela

que yo iba a prender acá con los fósforos que dejé acá no aparecen, pero aparecen arriba

en el armario como para caerse, ¿ quién los puso ahí?, no sé… nadie. Momentos antes de

empezar se funden los bombillos del camerino, saco las flores, pongo las flores y

desaparecen con florero y todo y el florero termina por allá en otro lado. Entonces son

cosas muy raras, muy extrañas, muy energéticas, de mucha energía, de mucha

reconsideración hacia el mundo, hacia uno…” (Villada. Entrevista 16 de Noviembre de

2011).

De este material podemos derivar cosas interesantes, por ejemplo la conexión que hace el

entrevistado entre la idea de política y el hecho de mover hilos, los cuales van más allá de

la materialidad, es decir, ese acto de memoria y retribución no se realiza sólo para los

vivos, sino también para los muertos. Con respecto a los fenómenos extraños del camerino,

parece que Beto intuye que éstos tienen que ver con esta retribución, lo que hace que la

obra cobre un sentido muy especial.

Así, al interior de esta obra, tanto el ejercicio político como la retribución son efectuados

por el grupo de forma espiritual. No podemos definir cuál es el fin de esta obra porque

equivaldría a encerrarla en un solo significado, pero a través de esta entrevista sí podemos

ver cómo Beto apunta a un ejercicio de memoria y a nueva sensibilización por medio de

Page 56: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

50

Kilele. La retribución no se hace simplemente en un sentido material; de hecho, aquí vemos

toda una espiritualidad involucrada: hay una retribución no sólo para los familiares y

personas que quedaron vivas, sino también a las almas de las víctimas de la masacre, es

decir, hay una retribución para los espíritus.

Este relato nos revela de nuevo un cambio de perspectiva muy importante en Beto: la tarea

del teatro, por decirlo de alguna manera, ya no consiste en la parafernalia del maquillaje y

el vestuario, sino en el ejercicio de creación y transformación. De esta manera Beto ha

constituido y dado sentido a sus experiencias de vida, desde su infancia hasta sus

actividades actuales, a través del acto de narrar.

1.3 Juan Monsalve: pensamiento y experiencias de vida, la crítica al poder a través de

la apertura a la poética.

1.3.1 Los principios: teatro Acto Latino, teatro en las calles.

Juan Monsalve, director del Teatro de la Memoria, resultó ser poseedor de un lenguaje

complejo e ilustrador a la vez. Cómo mencioné anteriormente, mis primeras preguntas

estuvieron enfocadas a indagar sobre los primeros pasos personales en el teatro; en este

caso, Monsalve las respondió contando que todo empezó desde su infancia, cuando leía

las obras de teatro en la biblioteca de su papá y continuó, posteriormente, en el colegio

cuando creó un grupo de teatro. Durante el bachillerato conoció a Sergio González, esto

confluyó en la creación del teatro Acto Latino en 1967, el cual dirigió por varios años.

Al respecto de esta experiencia con el Acto Latino, él comenta que hacían un “teatro

experimental y un teatro político (…), teatro experimental como su nombre lo dice es un

teatro que experimenta con las formas y tiene esa virtud pero tiene el defecto de no tener

las conexiones con las raíces, con las tradiciones; el teatro experimental fue un fenómeno

que se dio a partir de los años 60 – 70s, hubo un boom grande en Europa, en Estados

Unidos, luego en Latinoamérica. (Monsalve J, entrevista 23 de octubre de 2011)

Page 57: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

51

Como también lo vimos en Camacho, la efervescencia política del momento marcó las

acciones de muchos estudiantes y, por ende, las de muchos artistas porque, para ese

entonces, la academia era uno de los principales núcleos de formación de grupos teatrales.

Aunque Monsalve no tuvo un grupo universitario, su experiencia con el Acto Latino estuvo

muy relacionada con lo que experimentaban varios de los grupos jóvenes en ese momento:

“Monsalve: no hacíamos parte de ese movimiento, yo trabajé en universidades pero el

Acto Latino era independiente, nos presentábamos mucho en las universidades también.

Katherine: ¿los afectó entonces toda esa época política… Todo lo que estaba pasando en

ese momento con el teatro y los partidos?

Monsalve: Claro, claro que nos afectó mucho, éramos en ese momento muy radicales y

teníamos una posición más anarquista; pero a mí ya después no me interesó mas la política

y esto. Hicimos una obra sobre Chile, sobre el golpe de estado a Allende y la dictadura de

Pinochet, una obra basada en el teatro experimental de Peter Weiss que tiene mucho éxito

acá y era una obra que denunciaba todo lo que había ocurrido con la dictadura de

Pinochet. Además, nos echaron del teatro del Parque Nacional que nosotros

administrábamos, el Estado no echó de allá.

Katherine: ¿por qué?

Monsalve: porque aparecíamos como muy radicales, por problemas políticos digamos y

después entonces nos fuimos a vivir en una comuna y empezamos a hacer happening y

teatro en la calle, nos abrimos, estuvimos haciendo teatro en la calle mucho tiempo con

otras técnicas, hicimos los primeros happenings que se hicieron aquí en Colombia, los

hicimos en el 76 y tenía implicaciones políticas también, en esa época era muy duro, había

mucha represión y metían muchas veces a la cárcel.

Katherine: ¿ustedes estuvieron en la cárcel y todo?

Monsalve: ¡claro! por hacer teatro jaja

Katherine: ¿y esa represión afectó en alguna medida el tipo de teatro que quería hacer?

Monsalve: a no, que nos hubieran amordazado no no. Nosotros seguíamos haciendo lo que

queríamos. Ahora, fuimos cambiando las formas de hacer teatro pero no por las razones

de la persecución política que hubo en esos años sino porque fuimos madurando también

nuestros conceptos”. (Monsalve J, entrevista 23 de octubre de 2011)

A pesar de que Monsalve accedió a hablar de este tema, lo cual es importante en tanto nos

permite ver un inicio hasta cierto punto común con el del Teatro Libre, prefiere, y de hecho

a ello me lleva durante nuestra charla, hablar de lo que fue su experiencia posterior a Acto

Page 58: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

52

Latino, la cual empieza entre 1978 y 1980. En esta época conoce a Eugenio Barba y es

invitado a la Escuela Internacional de Antropología Teatral; según Monsalve, desde ahí

todo cambió, empezó a conocer sobre las técnicas orientales y a interesarse por los teatros

sagrados, teatros de origen, como él mismo los llama.

1.3.2 Un camino hacia nuevos conocimientos

En este orden de ideas, continúa relatando que durante esa época fue cautivado por los

teatros chinos, por los de Japón y, en general, por las técnicas orientales. Aunque el tema

oriental no es nada desconocido para los actores y directores, pues históricamente muchos

han optado por conocer el arte de india (Artaud y Grotowski entre otros), me interesó

mucho que para él este tema fuera tan importante y transversal en su trabajo, entonces,

decidí generar nuevas preguntas y opiniones al respecto:

“Katherine: todo esto del teatro oriental resulta muy interesante, si quiere podríamos

profundizar sobre esta diferencia que usted encuentra entre los teatros “orientales” y

“occidentales”.

Monsalve: Si, yo había estudiado a Antonin Artaud, el teatro de la crueldad, el teatro y su

doble y otros textos y me había producido una curiosidad muy grande oriente y cuando

estudié filosofía también me interesó mucho la filosofía oriental y cuando conocí a los

maestros orientales y vi su teatro, vi que había una gran diferencia porque los teatros

orientales están fundamentados en sus textos sagrados y por otro lado tienen una

antigüedad muy grande y sus lenguajes han sido codificados desde miles de años antes y se

conservan hasta hoy día, entonces son teatros con un alto perfeccionamiento técnico y con

una alta calidad estética que es muy superior a los teatros europeos. Los teatros europeos

desafortunadamente perdieron la memoria se dedicaron a innovar de alguna manera,

cada año como las modas, por ejemplo no sabemos qué ocurrió con el teatro griego, el

teatro isabelino, el siglo de oro; el arte del actor no quedó, quedaron solamente los

vestigios literarios, las obras, quedaron reseñas de los escenarios, reseñas de los

vestuarios, pero del arte del actor no quedó nada, entonces el teatro occidental perdió sus

raíces, este es uno de los problemas esenciales que tiene; en cambio los teatros orientales

han conservado sus raíces hasta hoy día, entonces los podemos estudiar. Yo me dediqué

básicamente a estudiar los teatros de India, de Bali en indonesia que es un caso muy

particular, y los teatros japoneses, también estuve trabajando y tuve maestros del teatro

chino de la ópera de Pequín, pero no me metí a investigar sobre este teatro; los teatros

orientales tienen unos lenguajes altamente codificados como te dije y entonces todo está

Page 59: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

53

prescrito, el lenguaje de los pies, de las piernas, del tronco, de los brazos, de las manos,

del rostro y está perfectamente codificado”. (Monsalve J, entrevista 23 de octubre de 2011)

En este punto de la entrevista encontramos una observación muy interesante y es la división

que Monsalve hace entre los tipos de teatro. En ningún momento niega la pluralidad de

cada uno de ellos, pero sí encuentra una diferencia entre el teatro occidental y el oriental, a

saber, la falta de “tradición” y de memoria del primero en lo que concierne al quehacer del

actor.

Algunos teóricos teatrales nacidos en países europeos, como Grotowski y Artaud,

enfocaron varias veces su mirada hacia el teatro de Bali, hacia el Kathacali y hacia varias

técnicas de diferentes teatros orientales. Para Monsalve, encontrar el teatro oriental fue

encontrarse con un tipo de verdad puesto que, desde su perspectiva, apunta a un

conocimiento profundo, en relación con lo sagrado, que no está basado en la

experimentación ni en la especulación.

La actitud que Monsalve adopta, que también percibimos en el trabajo de Beto y el Teatro

Varasanta, la elección y la manera de relatar el porqué de su preferencia hacia el trabajo de

los teatros orientales son ya un posicionamiento frente a la sociedad , igualmente una crítica

a una forma de actuar que para él es evidente en occidente. Dicho lo anterior, puedo hacer

una reflexión fundamental al respecto: la crítica social en el teatro no sólo tiene lugar en las

obras como producto que se presenta a un público, sino que también se da en la escogencia

de las formas de trabajo; en este sentido, lo expresado en la entrevista es una forma de

posicionamiento que, en este caso, él realiza a través de la narración y del lenguaje.

“[…] Es que los teatros europeos occidentales carecen de lenguaje, siempre se está

improvisando, los procesos son de creación de la obra tu sabes.. a través de la

improvisación, eso existe es porque no tiene raíces, porque si tuviera raíces, si tuviera

digamos la herencia como existe en los teatros orientales entonces no es necesaria la

improvisación. En los grandes teatros orientales no es necesaria la improvisación ni el

laboratorio porque entonces para construir por ejemplo un anciano, tú no tienes que

experimentar o improvisar a ver cómo lo construyes, cómo lo creas, sino que ya existe la

manera de crearlo, se ha trasmitido en diferentes generaciones, entonces se aprende”

Page 60: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

54

En india el teatro tradicional está comprendido en una teoría y una práctica…. Un libro

que se llama el ¬ Natyasastra8 y escrito por Barata eso es como seis siglos antes de Cristo

y a diferencia de la poética aristotélica esta poética es una poética práctica, una poética

escrita por un artista y no por un filósofo como Aristóteles, entonces es muy diferente. Pero

digamos, mi interés no era de ninguna manera copiar los teatros orientales, sino aprender

esos principios. Lo que estudia la antropología teatral es al hombre en situación de

representación y son los principios que retornan, de manera que este punto de vista

revolucionó mucho el punto de vista que se tenía antes en las escuelas clásicas, tu sabes,

que en las escuelas clásicas estudiaban o estudian todavía los teatros por naciones,

entonces estudian el teatro inglés, el teatro francés, el teatro italiano. Lo que hace la

antropología teatral no es eso, la antropología teatral hace un estudio transversal de la

escena y entonces compara diferentes culturas y saca conclusiones. Por decirte algo,

estudian como manejan los pies los del teatro Nô del Japón, los del teatro Khatakali de la

india, o como usan los pies los del ballet europeo o los de la comedia del arte entonces

saca conclusiones alrededor de esto” (Monsalve J, entrevista 23 de octubre de 2011)

Este último fragmento nos revela dos puntos importantes a tratar: por una parte, a través de

su narración se remonta a los padres de la filosofía occidental para establecer la diferencia,

a su modo de ver, entre estos tipos de teatro; por otro lado, aparece el tema de la

antropología teatral, que como lo menciona Monsalve, fue iniciada por Eugenio Barba en

Dinamarca.

¿En qué direcciones puede orientarse un actor o un bailarín para construir las bases

materiales de su arte? es la pregunta que la antropología teatral intenta responder. Por ello,

ésta no busca principios universales sino indicaciones útiles, “consejos, indicaciones que

probablemente resultarán de utilidad para la práctica escénica” (Barba, 2010:15). Barba

asegura así, que actores y bailarines utilizan, en lugares y épocas distintas, y a pesar de las

muchas formas estilísticas propias de cada tradición, algunos principios similares. Hallar

esos principios “que retornan” es la primera tarea de la antropología teatral. Para ello

estudia el comportamiento fisiológico y sociocultural del hombre en una situación de

representación.

8 Antiguo tratado que describe posturas de danza y algunas esculturas de templos con varios siglos de

antigüedad que muestran dichas poses.

Page 61: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

55

De la misma forma que en el Teatro Varasanta, en este escenario el entrenamiento actoral

cobra un valor fundamental. Asimismo reaparece el ya mencionado Grotowski, quien,

según Monsalve, fue el consejero de la Antropología Teatral hasta su muerte e hizo tres

grandes aportes referentes a lo físico, concerniendo tanto al teatro como al actor de todos

los teatros: primero, la alteración y composición de nuevos equilibrios; segundo, el trabajo

de oposiciones tanto a nivel del actor como a nivel del manejo del escenario; y tercero, el

manejo de la energía en el tiempo y en el espacio. Así, sin negar la función del texto en el

teatro, Monsalve otorga un papel fundamental al trabajo corporal del actor:

“Por una parte, no manejamos los tiempos ordinarios porque los tiempos ordinarios son

los que trae el espectador y si uno reproduce esos tiempos ordinarios, inmediatamente

decae la atención del espectador, entonces se altera el tiempo y hay dos maneras

reconocidas de alterar el tiempo, también están en la física cuántica, que es por un lado

comprimir el tiempo, acelerar los tiempos, y por otra parte, dilatar los tiempos de manera

que al crear nuevos tiempos, creo una nueva percepción y crear también nuevos espacios,

el espacio tampoco se trabaja a nivel realista, en la escena no hay la reproducción de un

espacio real como existe en los teatros naturalistas sino hay la creación de nuevos

espacios imaginarios entonces está… En el tiempo y en el espacio no solamente

corresponde a la arquitectura escénica, sino corresponde al actor mismo, a cómo maneja

su cuerpo, cómo maneja sus nervios, sus músculos, cómo maneja sus emociones”

(Monsalve J, entrevista 23 de octubre de 2011).

Siguiendo con la línea de los comentarios anteriores, éste hace referencia al surgimiento de

elementos importantes que, sobre el escenario, buscan atraer la atención del espectador y

que van más allá de las palabras o, mejor dicho, del texto que los actores recitan. Al

retornar a algunos de los principios del trabajo actoral presentes en diferentes culturas,

Eugenio Barba crea un “cuerpo en vida” responsable de mantener la atención del

espectador. La aplicación de estos principios en el cuerpo del actor produce tensiones

físicas pre expresivas, las cuales se encargan de generar la presencia y de dar vida al

cuerpo en el escenario: “Mientras que comedias, tragedias y farsas tienen una forma y un

contenido, los ejercicios son forma pura, entrelazados de desarrollos dinámicos sin trama,

sin historia. Los ejercicios son pequeños laberintos que el cuerpo-mente del actor puede

recorrer para incorporar un modo de pensar paradójico, para distanciarse de la propia

manera de actuar cotidiana y desplazarse al campo de la acción extra cotidiana de la

escena” (Barba, 2008:103)

Page 62: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

56

Monsalve me permitió asistir a uno de los entrenamientos, al cual acudieron miembros de

su grupo de teatro. Al principio de la sesión, cada persona realizaba su calentamiento

personal; seguidamente, Monsalve indicaba algunos ejercicios, uno de ellos fue generar

movimientos a partir de impulsos corporales, movimientos que serían realizados sólo en

dos direcciones escogidas por cada uno; posteriormente, fue modificando las

especificaciones del mismo ejercicio, por ejemplo cambiar de dirección, reducir el espacio

y reducir el movimiento a su mínima expresión posible9. Esta experiencia fue muy

enriquecedora en la medida en que me permitió comprender un poco más lo dicho por

Monsalve y por Barba: efectivamente, se establece una relación entre cuerpo y mente, en la

cual le es posible al actor adquirir una técnica que le permita educar su cuerpo y no

mantener el suyo cotidiano. Esta importancia que Monsalve otorga al trabajo del actor por

encima de la del texto, que también se manifiesta en el Varasanta, junto con lo que vi

durante el entrenamiento, contribuyó a que el cuerpo sea pensado como un espacio del

saber. (Pink, 2009:24).

Cómo vemos a través de esta percepción personal de Monsalve, hay un cambio en la

comprensión del quehacer teatral y en el papel que representa en la vida de los seres

humanos; un cambio que se enfoca más en la transformación de los actores a partir de su

cuerpo.

Adicionalmente, vemos que Monsalve se va posicionando desde su narración frente a su

propia historia (Ochs y Capps, 1996), esto se evidencia cuando resuelve conducir la

entrevista hacia un camino distinto del que yo había previsto inicialmente con mis

preguntas sobre el grupo Acto Latino. En este sentido, es el entrevistado quien decide qué

experiencias de su vida son significativas y relevantes en el tema tratado, dejando de lado

las que, en este momento de su vida, considera secundarias; en fin, realiza una edición de

sus recuerdos y pensamientos, o, como Augé lo llama, una labor de jardinería (Augé,

1998:23).

9 Notas diario de campo.

Page 63: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

57

1.3.3 Política y teatro: relación histórica

Previamente a la entrevista, le comenté a Monsalve que había indagado sobre la historia del

Teatro Libre y que, por consiguiente, me interesaba ver esas relaciones que el teatro había

tenido con la política así como las posiciones actuales al respecto. Monsalve, sabiendo esto,

trajo a colación espontáneamente el tema en medio de la entrevista, haciendo

observaciones muy interesantes que ameritan ser incluidas aquí.

Monsalve: Mira, las relaciones sobre arte y política son muy complejas hay algo que

quiero mencionarte y es que en la historia occidental .. desde Grecia.. la Grecia antes del

siglo V: los políticos, los filósofos expulsan a los poetas de la república.

Katherine: Platón

Monsalve : sí, Platón exactamente. Y entonces esto causa una especie de diáspora de los

artistas, y los artistas ocupamos en occidente un lugar marginal en la sociedad y eso es

gravísimo y eso es culpa de Platón y su pandilla, si hubiera sido de otra manera, como

ocurre en otras sociedades, por ejemplo en la balinesa el arte está integrado a toda la

sociedad, no hay diferencia entre arte y vida, sino que hay una unión entre arte y vida, en

Bali por ejemplo toda la gente es artista, ya sea carpintero, sea rey, sea ministro, sea lo

que sea toda la gente cultiva el arte, pero en occidente el arte se separó de la política y de

la filosofía.

Hay una anécdota que yo siempre cuento y es que cuando Sócrates fue condenado a morir

bebiendo la cicuta, entonces dice la leyenda que un músico le propuso que aprendiera a

tocar flauta y Sócrates se negó, si Sócrates hubiera aceptado tocar flauta y aprender

música tal vez la historia de occidente hubiera sido otra cosa, en relación a este problema

que estamos mencionando, pero al expulsar digamos los artistas de la república, lo que

hicieron fue dividir arte y ciencia cuando arte y ciencia son dos ramas del conocimiento

aplicado, de mismo conocimiento: lo que ocurre es que una rama es a nivel sensible y la

otra es a nivel racional. En el antiguo Egipto se entendía de igual manera: arte y ciencia

son dos ramas del conocimiento que pertenecen al mismo árbol, entonces en occidente no

se considera que el arte sea parte del conocimiento, sino que el arte es una especie de

divertimento y que no tiene ninguna importancia en el presupuesto nacional ni a nivel de

los ministerios, fíjate que el ministerio de cultura no recibe lo mismo que recibe el

ministerio de guerra; parece una obviedad pero si uno piensa dos veces debería ser al

contrario, debería haber más inversión digamos en la cultura que en la guerra, entonces

esta relación entre arte y política viene desde la antigüedad. (Monsalve J, entrevista 23 de

octubre de 2011)

Page 64: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

58

En su texto, Augé asegura que “los mitos del futuro han sido vividos por millones de

individuos que han creído en ellos y sobre todo que han concebido una idea personal del

sentido que había que otorgarles” (Augé, 1998:62). En este caso, aunque no estamos

hablando de un mito del futuro en sentido literal, esta alusión a la historia griega, en la cual

se enmarcan los grandes mitos y relatos considerados base de la cultura occidental, es

narrada y paralelamente interpretada por Monsalve. En efecto, la visión personal que el

entrevistado tiene sobre la historia, y la respectiva integración de ésta a la “partitura de su

existencia” (en palabras de Augé), la cargan de sentido al originarle nuevos significados.

Entonces, lo que se genera aquí es un vínculo entre la vida y el relato personal con los

grandes relatos de nuestra sociedad, añadiendo nuevos elementos a la “representación

mítica común”.

Además, esta referencia a Platón, que luego termina en una relación con la forma de

manejar el presupuesto nacional, ilustra bastante bien su crítica al arte como

entretenimiento y al papel que juega el arte a nivel nacional. En este sentido, su crítica no

se queda en señalar simplemente la carencia de presupuesto y de interés cultural… Es una

crítica al hecho de que el arte no haga parte de la vida cotidiana sino que esté relegado (o

haya sido expulsado) al campo del ocio y entretenimiento, es decir, totalmente desligado

del conocimiento. Esto, desde la perspectiva de Monsalve, es la raíz de muchos de los

problemas actuales que intervienen en la manera en la que el público y el Estado asumen

las actividades culturales. Desde esta línea de pensamiento irían de la mano la verdad, que

ha sido atribuida a la rama del conocimiento, y la belleza atribuida a la estética, es decir al

arte.

Así pues, esta cita nos permite ver cómo Monsalve genera una narración de sí mismo a

través de relatos pasados, los cuales legitiman su posición actual. Al narrar la reacción de

Sócrates al momento de su condena así como lo dicho por Platón en el texto La República,

Monsalve se posiciona frente al papel social del teatro: critica la división entre arte y

ciencia y eleva el arte a la categoría de conocimiento. Esta concepción del arte como

ciencia se contrapone a la del arte como mero entretenimiento social, o lo que Beto

denomina bufón de la sociedad, otorgándole estatus como un proceso humano más

complejo.

Page 65: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

59

En este sentido, el acto de narrar y el ejercicio de memoria vuelven a tomar protagonismo,

pues lo dicho por Monsalve revela que la creación de su identidad en el arte parte de

interpretar y dar sentido a hechos históricos. En esta medida, y siguiendo las ideas de Blair,

podemos decir que el lenguaje es clave no sólo en la construcción de una memoria personal

(Blair, 2002: 23) sino también en la creación de lo que conocemos como historia.

1.3.4 El teatro de la memoria, materialización del sueño

“Katherine: me puede contar un poco cómo se forma el grupo de Teatro de la Memoria.

Monsalve: mira el teatro de la memoria se fundó en el 89 en Villa de Leiva y en principio

yo lo fundé por un sueño que yo tuve: el sueño era que yo estaba haciendo teatro en un

escenario con un auditorio, pero encima del escenario había un gran vitral, detrás del

vitral aparecían entre las nubes ángeles y santos con una mesa y un libro y de ese libro

aparecían unas enseñanzas, que yo debería recibir, a parir de ese sueño yo fundé el Teatro

de la Memoria.

Ahora, el Teatro de la Memoria está inspirado también en otros teatros de la memoria que

han existido antiguamente, hay un teatro hermético de la memoria que fundó un

hermeneuta que se llama Julio Camilo en el siglo XVII, y no es un teatro reconocido en la

historia del teatro, no, era un teatro esotérico, un teatro de la hermenéutica que

conservaba el antiguo conocimiento de los sabios griegos, entonces me interesó fundarlo

con base a este sueño y este conocimiento, y lo fundé con un grupo de personas y

empezamos a trabajar en villa de Leiva y la primera obra que montamos se llamaba Flor

de Sangre basada en el Popol Vuh y de los indios mayas.. le hice una adaptación, pero el

montaje que hice era una mixtura entre técnicas de oriente, occidente, con una lectura

contemporánea.” (Monsalve J, entrevista 23 de octubre de 2011)

En este fragmento de la entrevista advertimos dos aspectos muy bellos e interesantes: por

un lado, vemos cómo el entrevistado genera un lenguaje que, desde la alusión a la

fundación de su grupo, nos transporta a otra dimensión. Esta forma de abordar el tema es

muy distinta a la de los otros entrevistados, pero ¿por qué? Creo que se debe a que en la

vivencia de Monsalve, semejante de cierta forma a la que Villada que nos presenta en sus

comentarios: “hilos que mueven la obra” y espíritus presentes en el camerino durante las

funciones, lo espiritual se vuelve fundamental en la experiencia material, hasta el punto que

encontramos conexiones tangibles entre un sueño y su respectiva materialización. Es así

Page 66: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

60

como a través de la narración Monsalve logra no sólo tender un puente entre pasado,

presente y futuro sino también entre lo onírico y lo real, como en el caso de Villada con los

espíritus de los muertos.

En este marco, Monsalve hace una narración que describe símbolos a través de símbolos, es

decir, interpreta los símbolos de su experiencia (como los del sueño) y actúa en función de

esta misma interpretación. En todos los casos mencionados y analizados hay una

interpretación de la propia realidad; sin embargo, Monsalve tiene una manera distinta de

referirse a la suya: en el sueño le es revelado un mensaje del que, a su vez, también él será

mensajero

“Monsalve: Yo creo que la política no es el determinante de la sociedad, hay gente que

opina al contrario, yo lo sé y esto es controversial, pero yo creo que la política es producto

de la cultura que crea el hombre, la cultura es el contexto general, y la política es un mal

necesario por decirlo así porque si los hombres no estuvieran en discordia, y no tuviesen

esta serie de conflictos por el poder, no sería necesaria la política.

(…) yo hice teatro político durante un tiempo, sobre todo en los años 70s recibimos la

influencia por todo el contexto político que había en la universidad… en los grupos

políticos .. y recibimos la influencia de Brecht, pero desde el 72 conocí a Grotowski…y

recibí la influencia de él y a mi me interesó ver la política ya desde otro punto de vista que

es el punto de vista espiritual, y entonces cambié mi óptica completamente y entendí que

por encima de la política está el trabajo de la cultura y el trabajo del espíritu, de manera

que me encaminé por otra parte, ahora recibimos también al influencia de Peter Weiss que

también hace un teatro muy político,, teatro documental y con la influencia de Weiss yo

escribí varias obras de teatro documental y es un instrumento también muy útil (…) Yo

creo que la política en el teatro también está sujeta a una visión cultural que está por

encima y comprende la política, pero nunca he considerado la política como sobre

determinante de lo social o como lo más importante que ocurre en la sociedad.

Yo creo que la obra humana (…) depende de otras fuerzas, esas fuerzas son espirituales,

creo que por encima del plan de los poderosos hay otras fuerzas que manejan el mundo,

esas fuerzas son superiores, a pesar de que está la guerra, está el hambre…etc como

problemas también políticos (…) Tu mencionaste al Rey Lear, el caso del Rey Lear es

maravilloso porque el rey Lear después de ser rey él abandona el poder y le reparte el

reino a sus tres hijas y después entonces él llega a un estado de lucidez maravilloso que es

confundido con la locura, entonces Shakespeare nos muestra cómo mas allá del poder hay

otra estancia superior que no es política, lo mismo ocurre en Hamlet, Hamlet se debate

frente a un problema de poder, han asesinado a su padre el rey Claudio y él toma

Page 67: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

61

venganza, pero él no toma venganza para tomar el poder porque finalmente a Hamlet no le

interesa el poder, le interesa es la memoria de su padre, entonces allí también Shakespeare

nos muestra que hay otra estancia superior”. (Monsalve J, entrevista 23 de octubre de

2011)

El tema de lo espiritual reaparece en la primera parte de esta cita, lo que refleja el interés

que éste despierta en las nuevas generaciones. Para Monsalve, el problema de la política es

un problema de poderes, y se presenta no como el tronco del teatro sino como una rama, un

aspecto más del arte. En cambio, lo espiritual se vuelve central, aparece como otra

instancia de lo cultural que va más allá de lo político; entonces, de acuerdo con lo narrado

por el entrevistado, la tarea del teatro no consiste en transformar inmediatamente al

espectador para que se conciencie y efectúe acciones políticas en su realidad social; por el

contrario, consiste en llegar a otras instancias más relacionadas con el inconsciente

humano.

Esta idea Monsalve puede relacionarse con lo que Barba comenta sobre las obras de teatro:

son como la picadura de un escorpión que hace danzar, pero “la danza no se detiene a la

salida del teatro, la savia del veneno viaja al interior, penetra en el metabolismo psíquico,

mental e intelectual, se transforma en memoria” […] (Barba, 2008:42)

1.3.5 Teatro de los 70, lo que no quiero ser.

A continuación, trataremos la opinión de Monsalve con respecto al tema del teatro en los

años 70, la cual reafirma su rechazo a la idea de poner el teatro al servicio del poder. La

ideología, como él la llama, no es inherente al teatro, fue una de sus épocas y, por tanto,

pasa a ser histórica. En cambio, concibe la poética como el camino a la realización, como

la creación en cuanto respuesta crítica a los asuntos del poder y como la liberación a las

cadenas que este último le impone.

“Monsalve: Hay muchos autores y teóricos también del teatro que trabajan con la política

y eso es muy respetable y me parece que el arte también desde su punto de vista debe dar

cuenta de la política, pero lo que a mí me parece terrible es que los políticos utilicen como

un brazo cultural o como un brazo digamos de propaganda, eso me parece infame, ahora

en Colombia ya no es tanto, en los años 70 fue mucho, muchos grupos eran los aparatos de

Page 68: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

62

propaganda de sus programas políticos, y eso entonces es espantoso porque no hay una

independencia, una autonomía, yo por ejemplo soy un ciudadano porque tengo cédula pero

nunca he participado de elecciones ni nada .. siempre me ha parecido este mundo… para

mí es un mundo muy oscuro, ahora, tengo mis puntos de vista políticos, por supuesto que

los fascismos, los extremos ni me gustan, me gustan más los caminos medios pero a la vez

el arte, el teatro me ha enseñado a crear como micro sociedades, micro culturas que son

como dice Barba como especie de “islas flotantes” que sobrevivimos en esta época oscura,

y yo considero que el arte es como un vehículo que nos conduce mas a la liberación del

espíritu, de la cultura, de toda nuestra existencia, que como un mero instrumento político.

(…) yo hasta los 80 o antes yo tenía ideologías, ahora no me interesa tener más ideologías,

me interesa más la poesía que la ideología; la ideología son cadenas de razones atadas a

unos intereses finalmente de poder y la poesía es el otro campo, el pensamiento que lo

libera a uno de esas ataduras y lo traslada a uno entonces a otro imaginario donde ya no

depende uno del discurso meramente dogmático, ideológico”. (Monsalve J, entrevista 23

de octubre de 2011)

Como vimos en la anterior intervención, Monsalve no niega la presencia de la política en su

quehacer artístico, pero la asume desde otra perspectiva y la critica basándose en su trabajo

y en la interpretación que de éste hace; no obstante, empieza a ser evidente que comprende

el arte desde su papel de liberador del espíritu y no como una tarea política para la

transformación de la realidad.

Las islas flotantes a las que Monsalve hace alusión son un término de Eugenio Barba, con

éste quiere hacer referencia a lo que un grupo de teatro representa: “un puñado de hombres

y mujeres que, gracias a la disciplina de un oficio artístico, sobrepasan el propio

individualismo y se insertan en la historia. A través de un proceso de ósmosis creativa,

transforman sus heridas y necesidades personales en acción política, en toma de posición

frente a las normas y circunstancias de su polis, de su comunidad” (Barba, 2008: 43).

Esta cita me permite comprender que, tanto para Barba como para Monsalve, la esencia

del teatro no se encuentra en su capacidad de intervenir en la vida social, sino que consiste

en “irradiar materialmente, a través del rigor de la técnica escénica, una forma de ser

individual y colectiva: una célula social que encarna un ethos, es decir, los valores que

guían los rechazos de cada uno de los individuos que la constituyen”. En resumidas

cuentas, una búsqueda que apunta más a lo que Monsalve llama la liberación del espíritu.

Desde esta perspectiva, podemos pensar que el teatro como arte se encamina actualmente a

esa pesquisa del ser humano, el cual se posiciona frente a su entorno e, incluso, frente a su

Page 69: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

63

propia tradición a través del acto de crear; esto quiere decir que es allí donde se encuentra

su declaración espiritual y política a la vez.

A través de su relato, Monsalve da cuenta de su posicionamiento frente al teatro y frente a

la sociedad; así reconstruye su pasado y la experiencia vivida para tomar una posición al

respecto, esto tiene como resultado la legitimación de lo que vino posteriormente en su

vida, es decir, luego de Acto Latino. Esta legitimación da origen a un proceso de

identificación y reconstrucción de sus ideas, en el cual él se narra a sí mismo frente a mí.

Según Friedman hacer el ejercicio de construir un pasado implica organizar eventos de

forma selectiva, en una relación de continuidad con un tema contemporáneo o presente

(Friedman, 1992:837). Así, creamos una representación apropiada de la vida que llevamos

hasta el presente, es decir, una historia con la que nos identificamos. Esto es precisamente

lo que Monsalve y los demás entrevistados logran en su relatos: una selección entre qué

decir y qué no decir, eligiendo solamente lo que ellos consideran que hoy día los define,

reconfigurando el pasado en pro de esa identificación.

1.4 Convergencias y diferencias

Todo este proceso resultó muy útil para el presente trabajo dado que varias de mis

preguntas iban enfocadas a desvelar las relaciones entre arte y política, y, como hemos

visto, todas las personas entrevistadas confluyeron en este punto, señalando que, sin duda

alguna, esta relación hace parte del teatro, pero que en definitiva no es lo que les interesa.

¿Cómo asumir estas reacciones y posiciones? En primer lugar, hay que decir que

encontramos entre los entrevistados algunos puntos en común, siendo el más importante el

hecho de que todos son hijos del teatro político de los años 70. Efectivamente, cada uno

tuvo una relación muy particular con este teatro, en los tres casos se generó una ruptura y

un distanciamiento consciente del mismo, y, por último, hubo un posicionamiento frente a

su historia personal y social. Los conceptos e intereses vinculados a este arte cambian y

esto ocurre gracias la experiencia personal de cada entrevistado, por ejemplo: la sensación

de asfixia que produjo el MOIR en Camacho, el casual y afortunado encuentro entre

Monsalve y Eugenio Barba y la llegada de Beto Villada al teatro por medio de la música.

Page 70: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

64

Cabe resaltar que estas narraciones personales dan cuenta de la trayectoria social de las

ideas de la época, así como de los cambios en los distintos contextos; en este sentido,

retomo un planteamiento de Somers que ilustra muy bien la situación: el significado de un

evento singular sólo existe en su relación espacial y temporal con otros eventos, por ello la

característica más importante de la narrativa es que sólo puede ser comprendida conectando

partes a una red social de relaciones. Es la conectividad entre partes la razón por la cual la

narrativa convierte eventos en episodios (Somers, 1994:616). Por tanto, hay elementos

narrados por los entrevistados que se convierten en episodios sociales, es decir, no son

simples anécdotas; no obstante, esta nueva categoría que han adquirido, no impide que lo

narrado se singularice al interior de las historias generales.

Estas experiencias de vida y sus respectivos relatos generan un empoderamiento de la

propia historia ante el resto del mundo. Los planteamientos de Ochs y Friedman

comprenden las narraciones como formas de empoderamiento en la medida en que se crea

la identidad de un yo coherente y se da sentido y significado a una historia propia.

Entonces, lo que aquí hemos denominado puente entre pasado, presente y futuro no se

reduce a hilar un tejido coherente; en efecto, es un acto de memoria en el que los

entrevistados recrean sus vivencias pasadas y presentes, dando sentido a sus acciones,

legitimando sus ideas, haciendo referencia a sí mismos en el relato y creándose

constantemente al interior de la historia.

Consecuentemente, en la narración tiene lugar la legitimación tanto de las decisiones y

posiciones que estas personas han tomado con respecto a la política como de lo que a su

parecer es el papel que juega el teatro. Esta legitimación trasgrede los límites de lo personal

ya que también se origina una identidad grupal, lo narrado se establece como “verdadero”;

es el caso del Teatro Libre, el cual marcó por medio de la realización de El Rey Lear, la

ruptura con el MOIR; esto es considerado así por más de una persona del grupo10

. Así

vemos que, como lo menciona Beverly, cada testimonio individual evoca una ausencia

polifónica de otras voces, de otras vidas y experiencias posibles. (Beverly, 2008: 259)

10 De esto me percaté a través de las conversaciones informales con varias personas del grupo del Teatro

Libre.

Page 71: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

65

Adicionalmente es importante resaltar la aparición del tema del cuerpo en las experiencias

teatrales de los entrevistados. Si bien los pensamientos de ellos acerca del teatro no van en

una sola dirección, encontramos puntos comunes en casos como el de Monsalve con su

grupo Teatro de la Memoria y Villada con el Teatro Varasanta en el que el entrenamiento

mismo es fundamental en la pregunta por el papel social del teatro es decir que es desde el

entrenamiento que se forja la perspectiva del actor que se transforma, en principio a sí

mismo como ser humano, para ser un cuerpo comunicativo, presente, un cuerpo semiótico

que encarna en su propio cuerpo a otros (los personajes) ejerciendo el poder de

transformarlo y de ser partícipe de nuevas formas de sensibilización e interpretación de los

acontecimientos sociales e históricos. Así las cosas, el interés se desplaza hacia el poder de

transformación que tiene el cuerpo tanto en los actores como en los espectadores, no sólo

por los contenidos de las obras sino también por las energías físicas que están en juego

durante todo el proceso que acarrea un montaje teatral.

Page 72: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

66

CAPÍTULO 2

EL TEATRO VIVO, REFLEXIONES SOBRE LAS OBRAS Y SU RELACIÓN CON

LOS ESPECTADORES

“El espectáculo es la picadura de un escorpión que hace danzar.

Pero la danza no se detiene a la salida del teatro. La savia del veneno

viaja al interior, penetra en el metabolismo psíquico, mental e intelectual,

se transforma en memoria, esta memoria es el mensaje inimaginable e in

programable que se transmite a aquellos que todavía no han nacido.”

(Barba 2008: 42)

Hasta este punto hemos visto que existen diferentes formas de hacer teatro, las cuales se

establecen en función de la perspectiva de la persona o grupo que lo ejerza. A continuación,

desarrollaré el segundo capítulo, el cual indaga acerca de la influencia que tienen las obras

de Ricardo Camacho, Juan Monsalve y Beto Villada sobre la sociedad a la que se dirigen;

cabe resaltar que estas obras son por excelencia el lugar de confluencia de sus conceptos,

perspectivas y posiciones sobre el teatro.

Para este efecto, haré una pequeña descripción de las obras a las que asistí y analizaré tanto

los comentarios del público como mis propias apreciaciones respecto a éstas; cabe agregar

que estos comentarios fueron obtenidos a través de conversaciones entabladas con algunos

de los espectadores al final de las funciones. En consecuencia, otro de los puntos en los

que se centra este trabajo tiene que ver con la manera en la que las obras (escritas, dirigidas

o actuadas por estas tres personas) se convierten en una forma de memoria, crítica y

relación social.

Las personas que entrevisté (Camacho, Villada y Monsalve) hacen parte de la élite

intelectual del país, pues a pesar de estar generando espacios alternos de conocimiento y

disfrute, y generar críticas en la sociedad desde su quehacer, han tenido la posibilidad de

estudiar tanto al interior como fuera del país. Adicionalmente, hay que decir que a nivel

nacional se les han abierto varias puertas, esto debido a distinto factores, por ejemplo: el

prestigio del que gozan por haber estudiado junto a personas que hoy son consideradas

precursoras de la historia teatral (Grotowski y Eugenio Barba), la larga trayectoria de

trabajo en Colombia, las becas de creación que el distrito les ha entregado y la posibilidad

Page 73: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

67

de tener ingresos económicos. Consecuentemente, cuentan con una audiencia particular en

sus obras, la cual asiste sea por contar con los recursos económicos necesarios, sea por el

deseo de “disfrutar” de una actividad artística, sea por el interés en los temas de la obra o

por cercanía con el director y/o actores.

Si bien debemos tener en cuenta que durante los performances se dan relaciones de

carácter ritual entre espectador y obra (desde el ditirambo que dio origen a la tragedia

griega, los cantos épicos y líricos de diferentes culturas como la Muisca y la Azteca

(Gonzales, 1986:14) hasta las actuales formas de representación artística como los

happenings, las obras de sala y el teatro callejero), no podemos obviar que nos

encontramos en un contexto muy particular que se ha forjado históricamente y en el que el

hambre de diversión así como el tiempo dedicado al ocio son factores importantes que, hoy

en día, incitan a asistir al teatro.

2.1 La boda de los pequeños burgueses

Esta obra, escrita por Bertolt Brecht, fue representada durante una temporada en el Teatro

Libre sede Chapinero. El teatro tiene una gran sala dividida entre el escenario y los asientos

del público, el cual a su vez está dividido en tres partes: una platea y dos balcones cuyo

precio aumenta en función de la cercanía a la tarima.

La boda de los pequeños burgueses se desarrolla en el marco del banquete de una boda al

que asisten familiares y amigos de los recién casados. En la medida en que transcurre la

obra, cada personaje empieza a mostrar, con la ayuda del alcohol, frustraciones y opiniones

sarcásticas sobre los demás asistentes a la fiesta. Entonces los personajes empiezan a

desinhibirse y a destapar problemas personales, así como situaciones de hipocresía entre

los invitados e insultos disimulados. La mesa se convierte en un campo de batalla.

En esta obra, el director Ricardo Camacho recurrió a algunos de los elementos de

distanciamiento de Bertolt Brecht. Hay que recordar que, en el teatro de Brecht, el término

distanciamiento hace referencia al hecho de separarnos en cierta medida de aquello que

nos es próximo debido a su carácter cotidiano. Lograr este efecto implica montar

Page 74: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

68

transparentemente la armadura artística y para este fin, se vale de elementos de interrupción

en las escenas (Benjamin, 1991:36), los cuales ponen en evidencia que lo presenciando por

el público es una obra.

En esta pieza, por ejemplo, los personajes tienen varios momentos de lucidez y reflexión

respecto a la situación vivida en la obra, y, con el objetivo de acentuarlos, se hacía un

repentino cambio de luces, las cuales enfocaban al actor que realizaba el comentario

mientras que el resto de personajes permanecían inmóviles en la oscuridad.

(En la foto: los novios, amigos y familiares invitados a la boda)11

La escenografía estaba compuesta por una mesa larga en la que estaban sentados todos los

invitados, un sofá al lado izquierdo del escenario y algunas imágenes de fondo: un puño

levantado en señal de lucha, y soldados corriendo en medio de la guerra.

Con motivo del estreno de esta obra, se ofreció una copa de vino para los asistentes al final

el evento; tuve la oportunidad de asistir y gracias a esto pude entablar algunas

conversaciones con personas del público y así, realizar algunas entrevistas. En total

conversé con 4 personas a quienes interrogué sobre sus impresiones acerca de la obra, cabe

agregar que sus opiniones fueron fundamentales para el desarrollo del presente análisis.

11

Tomado de la página del teatro: http://teatrolibre.org/repertorio/la-boda-de-los-pequenoburgueses/ el

día 25 de julio de 2012

Page 75: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

69

2.1.1 El performance teatral, entre la crítica social y el entretenimiento.

El teatro necesita de los espectadores para su plena realización, pues no tiene sentido sin su

audiencia; sin embargo, la relación que entre éstos se da al interior de una obra depende de

varios factores de la puesta en escena.

En general, los elementos de esta puesta en escena cobran importancia y generan

recordación en el público asistente. Al conversar con algunas personas del público, noté

que varias hicieron énfasis los elementos de distanciamiento y los comprendieron como

procesos reflexivos en la obra; esto quiere decir que dichos elementos, característicos del

teatro de Brecht, fueron fáciles de digerir para los espectadores. Dentro de los factores que

contribuyeron a forjar un recuerdo en los espectadores, podemos mencionar la disposición

especial del cuerpo de los actores al momento de hacer las reflexiones.

Para ilustrar lo anterior, citaré seguidamente algunas intervenciones muy interesantes

realizadas por los espectadores. Durante el coctel tuve una conversación con una pareja de

jóvenes, uno de ellos acotó: la vida es muy irónica, pues el comportamiento burgués que

critica la obra, es lo que está pasando en este momento: un grupo de personas tomando vino

y hablando de teatro (frase emitida con sarcasmo)12

. Sin embargo, mencionó también que

las obras de teatro conllevan a la reflexión de los espectadores, pero que muchas veces ésta

es casi inconsciente. Otro entrevistado, por su parte, hizo una relación con la vida cotidiana,

esto a partir de la siguiente pregunta: ¿encuentra algún tipo de crítica social en la obra?

Respondió indeciso que no, pero agregó que algunas escenas le fueron muy familiares, que

habían ocurrido o podrían ocurrir en sus reuniones y, en consecuencia, se preguntó si uno

tras haber consumido cierta cantidad de alcohol, podría llegar a ser así de “chismoso”,

sarcástico y mostrar su falsedad.

Estas opiniones nos permiten ver que, al igual que en el caso de la obra de Peter Weiss (cfr.

Capítulo 1: 34), la boda, es capaz de tratar temas que aún nos conciernen tanto a nivel

social como personal en el presente, y esto a pesar de pertenecer a un momento y contexto

distinto al nuestro. Así mismo estas opiniones me hacen pensar que los espectadores

construyeron una forma de entender desde el presente aquello que en la obra pertenecía a 12

Notas de campo

Page 76: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

70

otro momento y contexto histórico (el de Brecht), generando así la posibilidad de criticar

nuestros propios actos y cuestionar lo que es aparentemente obvio y común.

Al desarrollar la categoría drama social, Turner divide el proceso en cuatro fases: ruptura,

crisis, reparación y reintegración Para este antropólogo, el mundo del teatro, tal como lo

conocemos, y su inmensa variedad de subgéneros derivan no de la imitación de la forma

procesual de los dramas sociales completos, sino más específicamente de la tercera fase:

reparación, y, especialmente, de la reparación como proceso ritual (Turner, 2005: 183). En

este sentido, esta fase implica un proceso de reflexión de la sociedad y se entiende

entonces, no como un simple reflejo de la cultura, sino como un acto en el que se revelan

categorías y contradicciones de procesos culturales.

Los comentarios referidos hasta este punto revelan que efectivamente hay un proceso

reflexivo de parte de los espectadores, esto gracias a la relación que hacen de la obra con

acontecimientos de la vida social y de su vida personal, es decir, “afuera del teatro”. Pero,

¿podríamos afirmar que entre la obra y el espectador se establece una relación que permite

que el performance teatral sea entendido en su totalidad?

Barba señala que “nuestros antepasados se opusieron a su tiempo y forjaron la idea de un

teatro que no se limita al espectáculo, no se dirige simplemente a un público, no se

preocupa solamente por llenar las salas. Para ellos erguía otro imperativo: sobrepasar el

espectáculo como manifestación física y efímera, y alcanzar una dimensión metafísica-

política, social, didáctica, terapéutica ética, espiritual” (Barba, 2008:44). A pesar de la

verdad que encierra esta reflexión, la cuestión del teatro como una forma de

entretenimiento también salió flote en algunas de las opiniones de los espectadores.

Concretamente, haré referencia a otra pareja que afirmó que la obra había sido de su agrado

y que solían asistir al teatro regularmente, así como también al Festival de Teatro

Iberoamericano y al Festival de Jazz que organiza el Teatro Libre. Posteriormente, les

pregunté si consideraban que la obra realizaba algún tipo de crítica social, a lo cual el

hombre respondió negativamente, explicando que para él se trataba de una obra para

divertirse, para pasar un buen rato… También añadió que no sabían muy bien a qué se

refería la escenografía que estaba atrás de la mesa.

Page 77: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

71

Concebir el teatro como una forma entretenimiento es una cuestión histórica. Según

Hauser, el segundo imperio representa el momento a partir del cual el teatro empieza a

volverse un arte burgués: “el placer (de las clases dominantes) de ver y ser vistas hacen del

teatro el arte representativo de la época” (Hauser, 1962:339). Actualmente, este fenómeno

ha ido incrementándose poco a poco en la ciudad de Bogotá, razón por la cual es válido

preguntarse si teatros como el Teatro Libre, que históricamente han defendido hacer teatro

crítico y no facilista, han ido adentrándose cada vez más en esta dinámica.

Como vimos en el capítulo anterior, Ricardo Camacho menciona que el teatro debe ofrecer

al público la posibilidad de conocer obras que enriquezcan su espíritu y su vida interior, lo

cual, para él, sólo es posible a través del buen teatro: “[…] yo creo que es mejor que la

gente tenga la alternativa de ver una obra de Dostoievski a ver…. ¿Cómo es que se llama

esa joda?… Harry Potter, que tenga otra alternativa que no sea sólo Harry Potter, sino

que tenga una alternativa que la gente pueda pensar, enriquecer su vida interior, su

sensibilidad, etc., que no se lo da a usted sino el buen teatro. El buen teatro lo hace pensar

y enriquece su vida interior, enriquece su sensibilidad. Eso es.” (Camacho R, entrevista 6

de septiembre 2011).

Este fragmento revela que aunque su posición con respecto al papel del teatro ha ido

transformándose desde los inicios de los años 70 hasta hoy, aún hay un interés por no hacer

teatro de farándula como él lo llama, sino un teatro que haga pensar desde la sensibilidad.

No obstante, las apreciaciones del público dejan en evidencia que el Teatro Libre ha ido

entrando en las dinámicas actuales de entretenimiento, así no sea su fin último.

A pesar de esto, en lo que a mis percepciones personales se refiere, y teniendo en cuenta

algunas de las apreciaciones del público aquí mencionadas, considero que la narrativa

literaria y los elementos escénicos de distanciamiento de la obra sí se enfocan hacia la

reflexión de ciertas situaciones, haciendo una crítica social interesante a la forma de vida

burguesa, lo cual se logra a través de la representación de escenas que pueden atravesar la

cotidianidad de varias personas.

La risa, por ejemplo fue un elemento fundamental a lo largo de la pieza. Los espectadores

reían varias veces durante la función, y los personajes estaban caracterizados de tal manera

Page 78: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

72

que inducían al público a reír. Pero además, es a través de la comedia que los personajes

se ridiculizan a sí mismos permitiendo que el público vea sus acciones de falsedad y

sarcasmo en la escena como algo grotesco. Al lograr relacionar esto con la vida diaria,

como ocurrió con uno de los espectadores, se abre la posibilidad de ver la propia ridiculez

así como lo irrisorio del propio entorno.

Bajo esta perspectiva, concuerdo con Esther Jean Langdon cuando afirma que en los

performance se produce una sensación de extrañamiento en relación con lo cotidiano

(Langdon, 2006:168). Por tanto, se abre paso a una re significación de la vida social pues,

aunque es difícil rastrear cómo afectó la obra a cada persona que la vio, por medio de los

elementos escénicos, la comicidad de los personajes, y la situación general de la obra, se

posibilita que sentemos una posición frente a esta nueva perspectiva que se nos presenta y

demos otros sentidos a lo que ocurre en nuestra cotidianidad.

2.2 Kilele, una epopeya artesanal

He tenido la oportunidad de asistir a esta obra en el teatro Varasanta más de una vez antes

de iniciar la investigación. Este teatro, ubicado en la carrera 15 con calle 39 de Bogotá, es

una casa de tres pisos en la cual el grupo realiza tanto sus obras como entrenamientos y

talleres. La sala principal está ubicada en el tercer piso y aunque es grande, las sillas del

público están dispuestas en forma de herradura, de manera que hay bastante proximidad

entre los actores y los espectadores, pues el centro es el escenario.

La palabra Kilele refiere a varios términos: fiesta, jolgorio, pero también rebelión y llanto.

Durante la obra, se puede apreciar que en todos los espacios de la casa accesibles al público

había varios elementos que podríamos caracterizar como “rituales”, dándonos un adelanto

sobre ciertas cualidades del espacio al que íbamos a entrar: velas, pedazos de manera,

altares y flores, entre otros.

Page 79: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

73

(En la foto: las ánimas de las personas fallecidas)13

En la primer parte de la obra, algunos de los personajes bajan al primer piso con una

bandeja llena de velas entre ellos Noelia (personaje que alude a la guerrilla), Elmer

(personaje representado por Beto Villada y nombre de un bloque paramilitar) y Manisalva

(personaje que alude a las fuerzas militares). Estos personajes apagan las velas una a una de

manera muy lúdica con el público; están apagando vidas y terminan en la 119, número de

personas que, según el grupo, perecieron en la masacre de Bojayá.

(En la foto: a la izquierda Manisalva, en el centro Elmer y a la derecha Noelia)14

13

Tomada de la página del teatro: http://teatrovarasanta.blogspot.com/2010/08/kilele.html el día 25 de

julio de 2012.

14 Ibíd.

Page 80: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

74

Un elemento de la obra que incita la risa en el público es la canción que Elmer empieza a

tocar, junto con Noelia y Manisalva, en un teclado que se encuentra en una pequeña tarima

del primer piso. El coro de la canción dice: “Quito una casita, pongo una palmita”,

aludiendo al problema de la palma africana que agobió y agobia al Chocó, e invitando al

público a seguir la canción con ellos; luego, nos invitan a seguir a la sala donde la obra

continuará.

Una de las escenas más impactantes es la de la masacre dado que es mostrada de una

manera poco convencional; en efecto, no hubo ninguna escena en la que incursionaran

personajes vestidos con camuflados así como tampoco hubo violencia física. El grupo

recurrió a elementos simbólicos que fueron, desde mi punto de vista, mucho más fuertes y

contundentes: muñequitos de papel con forma humana, hechos a manera de serpentina, son

quemados por Manisalva, Elmer y Noelia con ayuda de pequeñas antorchas. Se queman

119 papeles en total, lo cual, más allá de la representación misma, “se sitúa como una

forma explícita de evidenciar el número de personas muertas que muchas veces no se

legitima y se deja de lado, esta imagen es fundamental dentro de la reivindicación de la

memoria del pueblo de Bojayá” (García, 2010:149). Asimismo, queman una casa de papel,

la cual representa la iglesia, simultáneamente varios personajes entonan una canción que

comienza así: Al alba alba al alba la guitarra y el tambor, que bonito canta un hombre

adorando al redentor. Luego de esto repartieron a los espectadores unos pequeños muñecos

de mazapán con forma humana muy quemadas.

Posteriormente aparecen las almas de los muertos pidiendo a Viajero, uno de los

sobrevivientes, que los ayude a descansar en paz haciéndoles un entierro digno. Viajero

empieza una travesía para lograrlo. Durante ese tiempo llegan toda clase de ayudas para la

población: una agencia de modelos que llega abrazar a los sobrevivientes, y una obra de

teatro. Al final Viajero cumple su promesa y lleva a cabo los ritos fúnebres.

Tuve la oportunidad de asistir a un foro con el público y actores de la obra posterior a una

función de Kilele. El foro inició con la intervención de tres personas, la primera fue

Carolina García, antropóloga de la Universidad Nacional cuya tesis de maestría fue acerca

de esta obra y a quien he citado en este trabajo; luego, la actual directora del programa de

artes escénicas del Instituto Universitario Politécnico Gran Colombiano; y por último, el

Page 81: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

75

encargado de la celebración del año de la afrocolombianidad y quien también asistió a la

primer presentación de esta obra en Bella Vista, zona de la masacre. Los tres contaron su

perspectiva sobre la obra y experiencias vividas con la misma. Allí estaban presentes

también Fernando Montes: director de la obra y los actores. Posterior a esto, la gente

empezó a opinar sobre la obra, tuve la oportunidad de hablar con algunos de ellos después.

2.2.1 Canto, ritmo y movimiento

En la sala del Teatro Varasanta, el público y los actores tienen una relación mucho más

cercana, a comparación de lo que sucedía en la sala de Teatro Libre. Esto da la posibilidad

de una interacción corporal mucho más acentuada. De esta manera la relación con el

público, posibilitada desde la manera en que se ha concebido la distribución de la sala,

permite y potencia distintas formas de interacción y participación dentro de la puesta en

escena. Los estudios de performance han sido fuertemente relacionados con los estudios de

los rituales; para Esther Langdon, lo que los diferencia no son los eventos a ser analizados,

sino una alteración en el direccionamiento de la mirada. (Langdon, 2006:168).

En el texto The anthropology of theater and spectacle, William Beeman, su autor, retoma

las ideas propuestas por Schechner y plantea que una de las principales diferencias entre el

teatro y el ritual es que en este último los asistentes participan directamente en la acción,

mientras que en el teatro se mantiene cierta distancia con respecto al espectador (Beeman

1993: 378). Desde esta perspectiva, Kilele es una de las obras que más se aproxima a la

idea de ritual planteada por Beeman, pues promueve la participación activa y cercana del

público. Esto se evidencia al principio de la obra cuando los actores juegan con el público

mediante preguntas, también cuando los invitan a apagar las velas que representan las vidas

humanas. Adicionalmente, esta posibilidad que tiene el espectador de participar más

activamente en la puesta en escena, semejante a lo que puede ocurrir en otro tipo de

acciones de carácter ritual, permite reflexionar sobre diferentes elementos de la obra:

Durante el desarrollo de la obra encontramos diferentes tipos de cantos: el universo sonoro

de Kilele remite inmediatamente a la música del pacífico y, aún más allá, a la de África

(García, 2010:160). La musicalización de la obra fue posible, en gran parte, gracias a Beto

Page 82: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

76

Villada, quien, como vimos en el primer capítulo, es músico y enriqueció la obra con sus

conocimientos al respecto.

Estos cantos, cuya aparición es constante a lo largo de la obra, logran fijar imágenes en la

memoria de los asistentes. A este respecto, uno de los espectadores comparte una opinión

muy interesante: afirma que cuando los actores cantaban Al alba alba al alba la guitarra y

el tambor, que bonito canta un hombre adorando al redentor… al ritmo del alegre y la

tambora, mientras quemaban simultáneamente papeles cortados en formas de humano, se

produjo en él una sensación “fuerte” sobre las imágenes de la masacre, una sensación difícil

de describir pero que se “quedó en él”. En este sentido, puedo decir que los cantos son un

elemento fundamental en la obra, pues facilitan la recordación de las imágenes y de las

sensaciones allí suscitadas.

En este marco, es pertinente hacer alusión a los planteamientos del antropólogo Carlo

Severi, quien, en su texto titulado La memoria ritual, señala que el canto del demonio, tema

del texto, es un acto ritual por medio del cual se crea una recordación en la sociedad sobre

el acontecimiento que marcó la historia de los cuna: el contacto con el blanco. Para el

antropólogo, la llegada de los hombres blancos no es un acontecimiento de origen, sino un

suceso conflictivo que marcó la historia de los cuna, el cual se recuerda por medio de dicho

ritual (Severi, 1996:13)

Durante el ritual, el chaman se encarga de realizar una serie de cantos que, acompañados de

fórmulas repetidas al parecer carentes de sentido, logran fijarse en la memoria de los

asistentes (Severi, 1996:45). Así, según el antropólogo, la comunidad de los cuna ha

establecido en este ritual las modalidades y técnicas a través de las cuales la memoria de un

grupo, apoyada sólo en la imagen y en la palabra oral, se conserva a lo largo del tiempo.

Lo que este antropólogo menciona con respecto al canto del demonio es semejante a lo que

sucede en la puesta en escena y presentación de esta obra teatral, pues en está también se

logra fijar, por medio del canto, elementos de la misma en la memoria de los asistentes

sobre un acontecimiento conflictivo que ha marcado la historia del país.

Así mismo durante la obra, los actores manejan diferentes ritmos internos, que dan el ritmo

a la obra, y permiten mantener la atención de los espectadores. Este tipo de ritmos se hacen

Page 83: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

77

evidentes por momentos: por ejemplo cuando algunos de los personajes caminan, con un

tempo particular y haciendo movimientos que parecen danzados. Estos hechos evidencian

en gran parte el interés de Beto y sus compañeros de grupo por la exploración del

entrenamiento actoral como base fundamental para la comunicación con los espectadores.

Igualmente, es interesante resaltar la manera en la que durante la obra, los actores manejan

diferentes ritmos internos que dan a la misma su propio ritmo y permiten mantener la

atención de los espectadores. Este tipo de ritmos se manifiestan en momentos concretos,

por ejemplo, cuando algunos de los personajes caminan, con un tempo particular y

haciendo movimientos que parecen danzados. Estos hechos evidencian en gran parte el

interés de Beto y sus compañeros de grupo por la exploración del entrenamiento actoral

como base fundamental para la comunicación con los espectadores. Así, hay una dinámica

en la obra que seduce al espectador “aún antes de que haya descifrado cada una de las

asociaciones, se haya preguntado por su sentido y lo haya comprendido” (Barba, 2010:54)

Según Turner, el teatro es una de esas herencias de lo que denominamos “ritual tribal”

(Turner, 2005:185), el cual hace uso de todos los códigos sensoriales para producir

sinfonías a partir de música, danza, canciones, cánticos, ofrendas, pinturas, entre otras. En

consecuencia, pienso que los diferentes códigos corporales que se manejan en el

performance permiten una experiencia sensorial de los espectadores, quienes son expuestos

a ritmos, sonidos, movimientos e imágenes. Así esto no pueda ser racionalizado por ellos,

o al menos no durante la realización del performance, en la conversación mencionada

vemos que sí se establece una comunicación corporal con el público a través del canto, lo

que a su vez posibilita nuevas formas de sensibilidad. “La recepción simultanea de varios

recursos crea una experiencia unificada, una experiencia emotiva, expresiva y sensorial”

(Langdon, 2006:175)

2.2.2 La obra como memoria y crítica social, posicionándose frente a la guerra.

Adicionalmente, hay que decir que los diferentes elementos simbólicos de la obra, como la

acción de entregar a los espectadores los muñecos de mazapán quemados, tienen la

capacidad de generar un lenguaje que ofrece visiones alternas del conflicto. Con respecto a

Page 84: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

78

esto, otro de los asistentes me comentó, a propósito de esta misma escena, y también sobre

otra en la que Rocío (una niña de la población) muere asfixiada en una bolsa porque

escuchó que el alma de su hermano la llamaba desde adentro de la misma, que en realidad

él nunca recordaba esta masacre y que a pesar de que en su momento fue una noticia

impactante, nunca volvió a recordarla; sin embargo afirmó que esta cercanía con los actores

y el escenario, extrañamente lo hacía sentirse más próximo a esa realidad.

Teniendo en cuenta lo establecido en el capítulo anterior sobre la memoria, es decir, que

ésta en vez de ser un cajón de recuerdos fijos es una construcción y que, por tanto, recordar

y olvidar es “hacer una labor de jardinero, seleccionar, podar” (Auge, 1998:23), puedo

afirmar que el comentario del espectador deja al descubierto que, además de su impacto,

estas escenas generan la posibilidad de acercarse al acontecimiento de otra manera, ya no

sólo recordándolo como una noticia lejana en tiempo y espacio. Gracias a su lenguaje,

Kilele puede transformar la sensación que dejó lo sucedido en la masacre a partir de las

sensaciones corporales y, así, generar una memoria del hecho radicalmente diferente a la

que se origina por medios más impersonales.

Del mismo modo, se logran momentos cómicos y sarcásticos en los cuales se consignan

hechos sociales importantes, por ejemplo: al inicio de la obra, cuando los personajes

Elmer, Noelia y Manisalva cantan lo siguiente: quito una casita… pongo una palmita, para

luego ser seguidos por el público que lo hace con un ritmo agradable y divertido. En suma,

este tipo de escenas dan cuenta de cómo la obra transmite al espectador información sobre

un conflicto social que no se debe ser olvidada.

Entonces, así como la narrativa es una forma de traer la memoria en la escena pública

(Blair, 2002), esta obra de teatro permite hacer público el dolor de otros a través de su

representación. Por tanto, el grupo hace su contribución a la memoria colectiva, lo cual es

una manera de luchar contra las negaciones y silencios que produce la guerra. En este

sentido, podemos afirmar que el primer encuentro físico que se da entre los espectadores

del performance teatral implica la generación de nuevas formas de significar situaciones,

hechos o acontecimientos históricos.

Page 85: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

79

Bajo esta perspectiva, considero que Kilele se convierte en una forma de interpretar lo

ocurrido en Bojayá durante la masacre, dándole a los espectadores no sólo la posibilidad de

recordar el hecho, sino de percibirlo de distintas maneras. Así, como Beto lo menciona en

su entrevista, la obra se vuelva política en la medida en que posiciona a los actores, director

y escritor en defensa de la población, posibilitando, además, el surgimiento de una visión

crítica del público con respecto al tema.

2.3 Oh! Babylon

Esta obra, escrita por Juan Monsalve, está basada en algunos fragmentos bíblicos del

Apocalipsis de San Juan. Tuve la oportunidad de verla por primera vez en el Teatro Acto

Latino, un teatro pequeño cuya sala sin divisiones no consta de más de 120 sillas

dispuestas en una gradería. La segunda vez que asistí a la obra fue en el auditorio Luís

Carlos Galán de la Universidad Javeriana, allí había igualmente una clara división entre el

escenario y el espacio para el público, el cual está ubicado en una gran platea.

(En la foto: un ángel mensajero representado por Hernán Gómez)15

15

Tomada de la página del teatro: http://www.teatrodelamemoria.es.tl/ el día: 25 de julio de 2012

Page 86: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

80

La obra, interpretada por tres actores, un hombre y dos mujeres que hacen varios personajes

a la vez, trata sobre la caída de la ciudad de Babilonia a causa de la corrupción de la

sociedad y sus magnates. Todo comienza cuando un profeta anuncia la caída de la gran

ciudad, la cual a su vez es simbolizada como una ramera que está sobre el lomo de una

bestia de siete cabezas. Posteriormente San Miguel, uno de los personajes, lucha con la

bestia y la castiga.

La escenografía formaba un ambiente sombrío en cuyo fondo se proyectaban

constantemente imágenes de conflictos actuales a nivel mundial, así como imágenes

religiosas que incluían: guerras, sociedades de consumo, animales maltratados,

sobrepoblación, caricaturas alusivas al poder, santos, demonios, y personajes como Hitler.

Los actores vestían túnicas blancas y cambiaban de personaje haciendo uso de máscaras y

pinturas en la cara. Además, tenían un manejo muy particular de su cuerpo, pues generaban

diferentes movimientos fraccionados y de oposición, aplicando la codificación, de la que

habla la antropología teatral, a partes del cuerpo (manos y pies en este caso). Asimismo, los

actores emitieron voces de muy distintos matices, como chillidos, voces guturales y, a

veces, vibraciones que parecían cantos. En un momento de la obra también hubo un sonido

constante de fondo que repetía la palabra “guerra”

2.3.1 El encuentro entre actores y espectadores

En el caso de Oh Babylon me encontré con una obra compleja, no solo por sus contenidos

sino porque su forma estaba planteada de tal manera que, en repetidos momentos, sentí la

necesidad de concentrarme fuertemente para no perder el hilo.

La obra maneja algunos códigos de la cultura “occidental” relacionados con el contexto del

público asistente (estudiantes en su mayoría), un ejemplo es la proyección de las imágenes

ya mencionadas durante la obra. En contraste, los actores se sirven de elementos como la

danza y un estilo de maquillaje oriental; ecos de las influencias de Monsalve. La máscara

por ejemplo, aunque no es del todo ausente en los teatros occidentales, es una forma actoral

Page 87: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

81

que se ha llevado a su máximo de posibilidad en teatros orientales como el Nô. (Barba;

2010:227).

Eugenio Barba comenta que “cuando el espectador se encuentra frente a su teatro, todo lo

que ya sabe, las preguntas que ya conoce y que le indican dónde y cómo buscar la

respuesta, constituyen un velo que esconde la existencia de la fuerza elemental de la

seducción” (Barba, 2010:54); fuerza que también se conoce con el nombre de presencia.

Pero, cuando el espectador “occidental” se enfrenta a actores-bailarines orientales cuya

cultura, tradiciones y convenciones escénicas a menudo desconoce, puede no comprender

plenamente su significado y, así, ver más claramente ese poder de seducción.

En las conversaciones con los espectadores, hubo referencias explícitas al trabajo corporal

de los actores. Una persona me dijo que a pesar de no entender por qué ellos realizaban

esos “extraños” sonidos y movimientos, fue precisamente eso lo que le gustó de la obra,

pues le pareció interesante ver cómo se hacía énfasis en ciertos textos a través del cuerpo.

Paralelamente, una pareja de amigos con la que me encontré en la función del auditorio

Luis Carlos Galán, me comentó que se sintieron confundidos debido a la forma de la obra.

A raíz de estas apreciaciones, pude notar que para algunos espectadores hubo dificultad en

comprender plenamente el significado de algunos detalles. Para Barba, la “disparidad de

juicios o sensaciones contradice la ingenua creencia de que existe una correlación directa

entre lo que siente y hace el actor y lo que percibe el espectador” (Barba, 2010:249), para

él en realidad no existe tal sintonía, pero lo que sí puede darse es un encuentro entre actor y

espectador que, como vimos a través de las experiencias del público, empieza por una

comunicación sensorial más que racional.

El trabajo corporal de los actores sobre el escenario entabló una especie de diálogo físico:

en muchos momentos hubo silencio, pero también hubo risa a pesar de que la obra no era

cómica. Otra muestra de la veracidad de este diálogo físico la hallé al observar a la persona

que se encontraba sentada a mi izquierda, pues hacía movimientos involuntarios que,

aunque muy sutiles, seguían el movimiento de los actores en el escenario.

Page 88: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

82

En esta medida, aunque los lugares dónde fue presentada la obra no permitían aproximarse

a los actores ni participar activamente en el montaje, el público siempre tuvo participación.

Fischer comenta que Incluso si algunos espectadores se distancian del performance

reclinando aburridos sus sillas o haciendo comentarios desdeñosos, ellos seguirán

participando e influenciando la retroalimentación; en tanto estén en el auditorio no podrán

no participar (Fischer-Lichte, 2008:155)

Entonces, del mismo modo que Kilele, Oh Babylon me permite afirmar que el teatro no

sólo llega a los espectadores por medio del texto, sino a través de algunos elementos de la

actuación casi imperceptibles como las imágenes y sonidos, las voces matizadas y con

vibraciones, y los cantos y movimientos danzados, los cuales, en conjunto, dan el ritmo de

la obra. Para ilustrar más ampliamente lo anterior, resulta interesante traer a colación la

siguiente proposición de Barba: “[…] eso es lo que no ve el espectador, la sub partitura

del actor que debe entenderse como una resonancia. La sub partitura no consiste

necesariamente en la intención o en los pensamientos inexpresados de un personaje, en la

interpretación de su porqué. La sub partitura puede estar constituida por un ritmo, un

canto, un modo particular de respirar, una acción que no se ejecuta en sus dimensiones

originales sino que es absorbida y miniaturizada por el actor, el cual no la muestra pero

se deja guiar por su dinamismo aún casi en la inmovilidad” (Barba, 2008:103).

A partir de lo planteado hasta aquí, considero que es precisamente ese complejo interno que

envuelve la obra y las relaciones a nivel sensorial entre el público y los actores el que

permite generar un encuentro entre éstos durante el tiempo del performance teatral. En este

contexto, la experiencia sensorial aparece como una fuente de conocimiento y, por tanto, el

cuerpo como un sitio del saber (Pink, 2009: 24), permitiendo así la comunicación entre

actores y espectadores.

2.3.2 Entre las historias pasadas y las situaciones presentes.

En Oh! Babylon la forma del espectáculo está dada por el manejo de los cuerpos sobre el

escenario, los cuales pasan a ser parte de la poética de la obra, la cual, a su vez, está más

relacionada con el modo de expresar un mensaje que con su contenido (Langdon,

Page 89: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

83

2006:168). No obstante, son estos cuerpos diferentes y extra cotidianos los que permiten

tener una sensación de extrañeza frente a la pieza teatral. A mi modo de ver, esta sensación

de extrañeza es la que permite tener una visión más aguda sobre lo que se nos presenta en

el escenario, abriendo así la posibilidad de generar diferentes opiniones sobre los temas que

se tratan en las obras.

Las imagines también fueron otro de los elementos centrales de la obra, pues se conjugaban

con el texto de los personajes. La pareja de amigos que mencioné anteriormente afirmó que

lo que habían presenciado les parecía una cuestión complicada, que la obra era difícil de

entender; no obstante, dijeron que sí habían detectado la intención del autor de criticar, a

través de las imágenes, hechos como el consumismo. Entonces, aunque la obra no está

completamente dedicada a problemas políticos, económicos o sociales específicos, de

hecho da muestra de una intensa exploración en la búsqueda poética, las imágenes junto

con el texto logran realizar una especie de paralelismo entre lo que sucedió con Babilonia y

lo que nos sucede actualmente como sociedad occidental, dándonos a entender que vamos

por el mismo camino y criticando la respectiva situación.

Desde la entrevista con Monsalve, vimos que constantemente acudía a mitos e historias

antiguas para ilustrar su posición con respecto a temas como la política. Paralelamente,

Juan Monsalve y los actores también hacen una reinterpretación y reelaboración de grandes

mitos, textos e imágenes religiosas y espirituales al interior de la obra, lo cual resulta muy

interesante dado que gracias a ese manejo de la historia, Monsalve genera relaciones entre

el presente y pasado, las cuales permiten re significar este último.

Severi realiza una crítica a la concepción que comprende al mito como un objeto insensible

a la temporalidad histórica, también a la reducción que la enunciación ritual ha sufrido,

pues se le ha limitado a ser el reflejo de determinado esquema cosmológico. Para él, aunque

el chaman no excluye cierta referencia a la mitología durante los procesos rituales, “no se

concentra tanto en la repetición de un esquema originario, como en la elaboración de una

memoria, memoria que sólo la acción ritual y el canto que la transcribe (para el caso de

los cuna) parece capaz de preservar”. (Severi, 1996: 45)

Page 90: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

84

Esto nos remite de nuevo a la premisa según la cual la memoria está en constante

construcción y no es algo fijo e inalterable. Así pues, lo que señala Severi a propósito del

ritual y del ejercicio de memoria que dirige el chaman, puede relacionarse con lo que

ocurre en la obra: allí, aunque se toma como base un texto bíblico de carácter profético

como el Apocalipsis, se genera una interpretación del mismo, y no una trasmisión

evangelizadora ni pura del mito; por el contrario, contemplamos la presentación de algunos

conflictos humanos sobre su base, los cuales son emitidos al público y, en algunos casos,

fijados en su memoria por medio de las imágenes, los sonidos y los movimientos de los

actores.

En este orden de ideas, hago alusión a Turner, quien señala que los performance no son

simplemente reflejos de la cultura, sino que pueden ser “agentes activos en el cambio,

representando el ojo con el que la cultura se ve a ella misma” (Turner, 1986-1987:24). En

conclusión, esto supone un ejercicio reflexivo por parte de los espectadores y actores, en el

cual se problematizan los principios que son aceptados en la vida real; y, en el caso

concreto de esta obra, implica también la generación de nuevas formas de significar

situaciones, hechos o acontecimientos históricos.

Page 91: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

85

CONCLUSIONES

Tras finalizar el presente análisis y producto de la reflexión y contraste de los conceptos

aquí desarrollados, pudimos ver cómo la experiencia personal tomó forma en la medida en

que cada uno de los directores interpretó y narró su realidad social. Asimismo,

presenciamos cómo este proceso acarreó el surgimiento de contradicciones y paradojas al

interior de cada relato, las cuales están en relación directa con los acontecimientos sociales

y, en este caso, también con los paradigmas teatrales.

De este modo logramos identificar en las narraciones, tanto las relaciones que los directores

han establecido entre teatro y política, como su forma de integrarlas en su quehacer teatral.

En estos casos concretos, la transformación de las formas estéticas y de los intereses

personales está intrínsecamente ligada a las transformaciones sociales del momento

histórico, tanto a nivel local como global. En efecto, tanto el interés por la preparación y

conocimiento corporal, en el caso de Monsalve y Villada, como los intereses temáticos y de

repertorio, en el caso de Camacho y su grupo del Teatro Libre, dan cuenta de los siguientes

cambios socioculturales: la efervescencia política de los años 70, los movimientos

estudiantiles, la energía militante, el deseo de cambiar la sociedad, el creciente interés por

comprender la sociedad desde la exploración del conocimiento de lo sensible y lo corporal,

y el surgimiento de la necesidad de rituales sociales que promuevan al perdón en medio de

ese estado de guerra habitual.

Este proceso de narrarse a sí mismo acarreó un ejercicio de memoria, una memoria

narrada que permitió identificar una multitud de vidas, sentimientos y experiencias

manifestados individualmente; asimismo, permitió la creación de un tejido coherente con

sus vidas, significando y legitimando las acciones y decisiones tomadas con respecto a su

quehacer teatral y su posición frente a la historia del mismo. Entonces, fue de esta manera

que lograron identificase como individuos pertenecientes a la historia del teatro bogotano

en general. En este marco, traeré a colación un planteamiento de Somers que ilustra muy

bien lo dicho anteriormente: la narrativa ofrece la posibilidad de singularizarse dentro de

las historias generales y, a su vez, de cuestionar la forma con la que nos identificamos

Page 92: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

86

dentro de la sociedad y dentro de las categorías sociales que nos ciñen a procesos

colectivos. (Somers, 1994).

Adicionalmente, encontré, a lo largo de los distintos relatos y conversaciones, que estas

personas (los entrevistados) no realizan las obras porque haya un “papel por cumplir” o un

problema social por solucionar; contrariamente, lo hacen impulsados por cuestionamientos

internos y personales. Esto quiere decir que asumen el teatro, los montajes y la dramaturgia

como un camino de conocimiento, de aprendizaje y, en algunos casos, de liberación

espiritual, y no como una tarea política para la transformación de la realidad social, lo que

no impide que esta última pueda ser una consecuencia y, a fin de cuentas, algo esperado

por ellos en su vida personal. En este sentido, puedo afirmar que la realización de una obra

teatral pasa por cuestionamientos personales y experiencias genuinas propias a cada

director o actor.

Las personas y los teatros que han sido objeto de mi estudio están en una posición

privilegiada frente a otros proyectos artísticos, pues las dinámicas en las que se

desenvuelven están, hasta cierto punto, arraigadas en lo que implica hacer teatro en una

sociedad capitalista, por ejemplo, tener un público que paga por ver un espectáculo y espera

el respectivo entretenimiento de una obra. Sin embargo, noto que el teatro, como nos lo

cuenta la historia, puede llegar a ser la reafirmación de una ideología, o, por el contrario, la

ruptura de las concepciones que damos por sentadas socialmente. En este caso, los

entrevistados optaron por la segunda dirección, cada uno desde su perspectiva pero en

oposición conjunta al teatro panfletario, dando muestra de un notable compromiso con la

crítica social en temas muy concretos: el poder, el consumismo, el olvido, la guerra y la

sociedad capitalista; temas que han sido abordados en las obras teatrales.

La relación de las obras con sus espectadores es un tema igualmente complejo. En el

segundo capítulo, perfilé el proceso mediante el cual las obras ejecutadas por estas

personas se convirtieron en una especie de crítica social y en un ejercicio de memoria. El

ejercicio etnográfico que realicé permitió ver que una de las riquezas del proceso del

performance reside en la conjugación del texto con el cuerpo, la voz y los elementos

escénicos (luz, sonido y escenografía), así como en la manera en la que ésta genera una

relación con el público, que está ahí como cuerpo presente. Entonces, puedo decir que la

Page 93: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

87

convergencia de todos estos elementos construye una serie de situaciones a través de las

cuales es posible recordar hechos en la obra, ideas planteadas y críticas realizadas.

Así las cosas, puedo afirmar que la interacción que tuve con los entrevistados y sus obras

me permitió comprender lo siguiente: por un lado, que la vida que éstos han llevado en el

teatro les permitió cuestionarse sobre su realidad social y generar transformaciones en su

entorno; por otro lado, que las obras, a través de la generación de experiencias compartidas,

crean conexiones entre hechos, situaciones o ideas que pueden ser aparentemente lejanas a

nuestro entorno social, lo cual origina, a su vez, un proceso de identificación y de

reconocimiento de realidades críticas y problemáticas a través de diferentes y novedosas

formas. Entonces, a partir de los relatos y de las obras teatrales que realizan así como de los

temas que allí tratan, éstas personas se reinventan, le dan significado a los acontecimientos

que les conciernen y se posicionan socialmente.

Otra reflexión importante a la que llegué es que, dada su naturaleza, este trabajo se

convirtió efectivamente en un ejercicio de narrativa y de memoria. Desde luego, este texto

es el resultado de una investigación que abarcó más detalles de los que quedaron

consignados, lo que implicó por tanto, un exhaustivo proceso de edición, y así como hemos

visto durante el texto que las estructuras narrativas organizan y dan sentido a las

experiencias de los entrevistados, aquí fue por medio de un ejercicio de narración y de

selección que logré organizar y dar sentido a lo que encontré en campo. En suma, puedo

decir que a lo largo de este proyecto investigativo puse en práctica lo que Somers

denomina narrativas conceptuales. (Somers, 1994:620)

Gracias a los temas aquí desarrollados y a la metodología utilizada, surgieron muchas

preguntas que podrían ser profundizadas en el seno de nuevas líneas de investigación, por

ejemplo: ¿Cómo se desarrollan y qué implican las diferencias entre hacer teatro en un

grupo y en una compañía?, ¿En qué medida el teatro está perdiendo la capacidad de

cultivar un público crítico y reflexivo debido a las cada vez más penetrantes formas de

relación económica capitalista?, ¿Cómo se piensa y qué lugar ocupa el teatro en el

proyecto de nación colombiano? Asimismo, la posibilidad de asistir a los talleres y

entrenamientos con algunos de los entrevistados, que en este caso fueron apoyo y no centro

Page 94: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

88

de la investigación, me permite afirmar que éstos representan un campo de investigación

cuyas posibilidades de exploración y profundización resultan de gran interés; en concreto,

valdría la pena reflexionar sobre la manera en la que el cuerpo del actor se constituye como

un agente de conocimiento. Paralelamente, se abre un camino para el teatro, el cual permite

contemplar la manera en la que éste puede ayudar a generar nuevas formas de relación con

nuestro entorno y con nosotros mismos; es más, estoy segura de que el teatro es una

herramienta de transformación humana mucho más poderosa de lo que se piensa por fuera

de los círculos de este arte, tanto en el ejercicio de su quehacer como en las obras en sí

mismas.

Para finalizar, quiero decir que este trabajo, producto de inquietudes personales que se han

forjado a lo largo de mi vida y de la carrera, acarreó un gran desafío y un gran esfuerzo

intelectual en lo que se refiere al logro de relacionar de manera efectiva el teatro y la

antropología. Este estudio representa un primer paso en mi profesión y, a la vez, en mi

búsqueda personal en el arte, pues tuve la oportunidad de confrontar mis propios

supuestos sobre el teatro.

Page 95: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

89

BIBLIOGRAFÍA

Aldana, Janneth. 2008. “El campo teatral bogotano, consolidación a partir del movimiento

Nuevo Teatro (1960-1975)”. Maestría en sociología. Universidad Nacional.

Auge, Marc. 1998. Las formas del olvido. Barcelona, Gedisa.

Auslander, Philip. 1987. “Toward a Concept of the Political in Postmodern Theatre”.

Theatre Journal, Vol. 39, No. 1, Theatrical Perception: Decay of the Aura. Pp. 20-34. The

Johns Hopkins University Press.

Barba, Eugenio. 2008. La conquista de la diferencia. Lima, Editorial San Marcos.

------------------ 2010. El arte secreto del actor. Diccionario de antropología Teatral. Lima,

Editorial San Marcos.

Beeman, William. 1993. “The anthropology of theater and spectacle”. Annual Review of

Anthropology. Vol. 22: 369-393. Providence, Department of Anthropology Brown

University.

Benjamin, Walter. 1991. Tentativas sobre Brecht. Madrid, Editorial Taurus.

Beverly, John. 2008. “Testimonio, Subalternity and Narrative Authority”. En N. K. Denzin

y Y.S, Lincoln, eds., Strategies of Qualitative Inquiry. 257-270. Sage.

Blair, Elisa. 2002. “Memoria y Narrativa: La puesta del dolor en la escena pública”. En

revista Estudios Políticos, Vol. 21: 9-28. Medellín. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/iep/21/memoria%20y%20narrativa.pdf

Contursi, María y Ferro, Fabiola. 2002. La narración usos y narrativas. Enciclopedia

latinoamericana de sociocultura y comunicación. Colombia, Grupo editorial Norma.

Dawsey, John. 2005. “O teatro dos Boias-frias: repensando a antropologia da

performance”. Horizontes Antropológicos. Año 11, n. 24: 15-34. Porto Alegre.

Duvignaud, Jean. 1966. Sociología del teatro, ensayo sobre las sombras colectivas.

México. Fondo de Cultura Económica.

Ferraz, Ana Lúcia. 2009. “O estudo do “teatro de grupo” contemporâneo e o problema do

tempo no drama”. Anais da V Reunião Cientifica da ABRACE. GT Territórios y fronteiras.

São Paulo.

Fischer-Lichte, Erika. 2008. The Transformative Power of Performance, a new aesthetics.

Trad. Saskya Iris Jain. Routledge. Taylor & Francis Group.

Friedman, Jonathan. 1992. “The Past in the Future: History and the Politics of Identity”.

American Anthropologist, New Series, Vol. 94, No. 4 (Dec., 1992). 837-859. Blackwell.

The American Anthropological Association Stable.

Disponible en: http://www.jstor.org/stable/

Page 96: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

90

García, Carolina. 2010. “Teatro Hibrido, representaciones contemporáneas de violencia,

muerte y dignidad en el teatro colombiano”. Maestría en Antropología, Universidad

Nacional.

Geertz, Clifford. 2003. “Géneros confusos. La refiguración del pensamiento social”. En: El

surgimiento de la antropología posmoderna. Carlos Reynoso (eds.) 63-70. España, Gedisa.

-------------------- 2000. Negara: el Estado- teatro en el Bali del Siglo XIX. Barcelona,

Paidós.

Gonzales Cajiao, Fernando. 1986. Historia del teatro en Colombia. Bogotá, Instituto

Colombiano de Cultura.

Grimes, Ronald. 1981. Símbolo y conquista, Rituales y teatro en Santa Fe, Nuevo México.

México, Fondo de Cultura Económica.

Grotowski, Jerzy. 2006. Hacia un teatro pobre. México, Siglo Veintiuno Editores.

Guber, Rosana. 2001. La etnografía método, campo y reflexividad. Enciclopedia

latinoamericana de socio cultura y comunicación. Colombia, Grupo editorial Norma.

Hauser, Arnold. 1962. Historia social de la literatura y el arte. Madrid, Ediciones

Guadarrama.

Jaramillo, María Mercedes. 1992. El Nuevo Teatro colombiano: arte y política. Editorial

Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia.

Kapferer Bruce. 1986. “Performance and the Structuring of Meaning and Experience”. In

Turner, Victor W. & Bruner, Edward M. (eds.) En: The Anthropology of Experience. Pp:

188-206. Urbana and Chicago, University of Illinois Press.

Lamus Marina. 1999. “Variedad teatral en los años noventa”. En Boletín Cultural y

Bibliográfico. Vol. 36 No. 50-51, pp: 121-163. Disponible en:

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti4/bol50-51/50-

8.pdf

Machler Tobar, Ernesto. 2005. “Conserve su puesto. Este no es su escenario: Aproximación

a la invisibilidad del indígena en el teatro colombiano”. Boletín de Antropología: Vol.19,

Num.36, pp.: 299-336. Medellín, Universidad de Antioquia.

Langdon, Esther Jean. 2006. “Performance e sua Diversidade como Paradigma Analítico:

A Contribuição da Abordagem de Bauman e Briggs”. ILHA revista de antropologia

Universidade Federal de Santa Catarina. Pp: 162 – 183. Brasil.

Page 97: TEATRO VIVO: ENTRE LA PALABRA Y LA ESCENA UNA MIRADA A

91

Ochs, Elinor y Capps, Lisa. 1996. “Narrating the self”. Annual Review of Anthropology.

Vol. 25: 19-43. Los Ángeles.

Pink, Sarah. 2009. Doing sensory ethnography. Londres, Sage.

Taylor, Diana. 2009. “Hacia una definición de performance”. En: Ciudadanías en escena

performance y derechos culturales en Colombia. Paulo Vinholo (Eds), pp: 29-35. Bogotá,

Universidad Nacional de Colombia.

Turner, Victor. 1986-1987. The anthropology of performance. New York, PAJ

Publications.

--------------------- 2005. “Dewey, Dilthey e Drama: um ensaio em Antropologia da

Experiência”. Cadernos de Campo. N. 13, año 14 pp.: 177-185. Trad. Herbert Rodrigues.

São Paulo, Departamento de Antropologia Universidad de São Paulo.

Severi, Carlo. 1996. La memoria ritual, locura e imagen del blanco en una tradición

chamánica amerindia. Quito, Ediciones Abya-Yala.

Stanislavski, Constantin. 1999. La construcción del personaje. Madrid, Alianza editorial.

Somers, Margaret. 1994. “The narrative constitution of identity: A relational and

network approach”. Theory and Society 23: 605-649 University of Michigan. Disponible

en:http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/2027.42/43649/1/11186_2004_Article_BF00992905.pdf

Wachtel, Nathan. 1999. “Memoria e historia”. Revista colombiana de antropología. Vol.

35, pp: 70-90.

Otros documentos

Festival Nacional de Teatro Universitario. Informe general 1969. Colombia.

“Horas de Horror en Bojayá y Barbacoas”. El Tiempo. 4 de mayo del 2002. Colombia.

“Cargos a militares por masacre de Bojayá” El Tiempo, 16 de julio de 2003. Archivo

digital: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-967707