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2 TECNOLOGIAS TRADICIONALES DESAPARECIDAS: LOS MOLINOS DEVIENTO DEL CAMPO DE CARTAGENA ANA MAS HERNANDEZ

TECNOLOGIAS TRADICIONALES DESAPARECIDAS: LOS MOLINOS

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Page 1: TECNOLOGIAS TRADICIONALES DESAPARECIDAS: LOS MOLINOS

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TECNOLOGIASTRADICIONALESDESAPARECIDAS:LOS MOLINOSDEVIENTODEL CAMPO DECARTAGENA

ANA MAS HERNANDEZ

Page 2: TECNOLOGIAS TRADICIONALES DESAPARECIDAS: LOS MOLINOS

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MOLINO DE HA RINA

Fig. 1. Esquema de molino harinero.

En la evolución de la técnica de lamolienda, dentro de la necesidad delhombre por conseguir alimentos máselaborados , un avance decisivo loconst ituye el paso de la simple mol­turación de los granos de cerealesentre dos piedras más o menos puli­das al molino manual donde la piedrainferior queda fija, y gira sobre ella lasuperior, accionada con la mano.

Este elemental principio mecánicose irá comp licando al ut ilizarse laenergía animal y, más tarde, la fuerzanatural del viento y el agua que daránlugar a la aparición de unos tipos demolinos más evolucionados . El prin­cipio es el mismo que en los prime­ros sistemas de molienda, peroahora, a partir de un complejo sis­tema de transmisión de fuerzas, seconsigue un mayor rendimiento pro­ductivo con un menor esfuerzo ma­nual.

Ahora bien, si la evoluc ión de losmolinos se puede seguir con ciertafacilidad, no ocurre lo mismo al inten­tar determinar en qué lugar y mo­mento se empiezan a utilizar. El ori­gen de estas máquinas, tanto eólicascomo hidráulicas, sigue siendo muydiscutido y aún hoy no puede darsepor válida ninguna de las dist intasteorías que giran en torno a estetema.

El primer testimonio del que tene­mos noticia sobre los molinos de

viento, hace referencia a ciertos mo­linos persas de la zona de Sijistánutilizados tanto en la molienda de ce­real como en el bombeo de aguassubterráneas (1). Estos, al igual quelos molinos de río más primitivos de«rodezno», se accionan por medio deun eje vert ical al que están acopIa­das las piedras del molino.

Pero no será hasta el siglo XII

cuando encontremos las primeras re­ferencias de molinos de viento endist intos países de la Europa Occi­dental. Estos molinos medievales, alcontrario de los persas menciona­dos , adoptan desde el primer mo­mento el principio del eje horizontalpor lo que el mecanismo se complicacon el empleo de engranajes que re­cogen y multiplican el giro de las as­pas, imprimiendo más fuerza y rapi­dez a la piedra móvil. Es el empleo deeste nuevo sistema el que dará pie aalgunos investigadores a defender latesis del origen del molino de vientoen suelo europeo, desvinculándolo decualquier contacto con el molinooriental.

Pero como ya vimos , el tema delorigen y difusión de los molinos estátodavía por cerrar a la espera de quese realicen estudios más detalladosque nos aclaren las lagunas todavíaexistentes . Lo que sí está claro esque, a partir del siglo XII , el molino deviento está ya implantado en Europa

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y entre los siglos XIV , xv y XVI su usose generaliza adoptando unas for­mas y una tecnología que en pocovariará hasta el siglo XIX, comienzo dela decadenc ia y paulatina desapa­rición de estas máquinas trad icio­nales.

TIPOLOGIA DE LOS MOLINOSDE VIENTO

Siguiendo el trabajo de Caro Ba­raja, estos molinos medievales nospermiten, de forma muy generali­zada, distinguir dos tipos de molinosasociados a dos ámbitos europeosdiferentes. Uno en Europa central yocc idental al que pertenece un mo­lino realizado parcial o totalmente demadera y colocado sobre un poste ,también de madera, que gira todo elcuerpo del molino en busca delviento.

El otro corresponde al área medi­terránea, donde se utiliza un molinode estructura de torre y en el que, adiferencia de los anteriores, sólo lacubierta de madera es la que semueve para recoger la fuerza delviento.

Mientras que la documentación quenos habla de los molinos de pos temedievales es abundante, no sucedelo mismo con los molinos mediterrá­neos. Esta es escasa y casi siemprese refiere a los que se hallaban en lasfortificaciones cristianas de Rodas,Malta, Mines o Marsella, entre otras,todas ellas poblaciones de marcadocarácter militar. En muchos casos losmolinos participaban de las construc­ciones defensivas, con lo que no ha­bía peligro de seguir moliendo encaso de asedio.

De esta documentación surge unanueva teoría a partir del siglo XVII , quedefiende la tesis de la introducción delos molinos de viento en Occidentepor cruzados que debieron conocer­los al entrar en contacto con elmundo oriental. Sin embargo, estatesis, al igual que la anterior, no estárespaldada por una documentaciónsuficiente que avale su autentici­dad (2).

Entre los molinos de torre medite­rráneos todavía es posible otra divi­sión que nos permite relacionarlos yagruparlos entre si. Se trata de laclasificación de Krüger en tres tiposdiferentes según la estructura de susaspas (3). Un primer grupo estaríaformado por aquellos molinos de ejeatravesado por cuatro pares de va­ras y velas triangulares, al que per­tenecen los molinos griegos, andalu­ces, portugueses y los del Campo deCartagena.

Los otros corresponden a los de

eje con cuatro aspas compuestas poruna o más varas centrales, otras tan­tas laterales y una serie de travesa­ños cerrando el rectáng ulo. Sobreeste bastidor se despliegan las velasque también tienen forma rectangu­lar para adaptarse mejor a él. Algrupo de molinos más sencillos co­rresponden los de Canarias, y al ter­cer grupo, de aspas más complica­das, los de Baleares, Ibiza, LaMancha y Sicilia.

Los molinos de viento mediterrá­neos aparecen siempre vinculados azonas de clima con fuertes rasgos dearidez y donde la falta de cursos deagua permanentes no permite la uti­lización de molinos de agua. Si noscentramos en España, esto nos llevaa delimitar el área de difusión de losmolinos de viento a aquellas zonasdonde se cumplen estas característi­cas climáticas, quedando reduc ido,salvo raras excepc iones, a la mitadsur de España. En el resto del país elmolino utilizado será el hidráulico, ennúmero bastante superior a los an­teriores.

El núcleo más numeroso de rnoli­nos de viento se encuentra en LaMancha, donde todavía quedanejemplos en las provincias de CiudadReal (Campo de Criptana), Toledo(Consuegra y Puebla de Almonacid)y Cuenca (Mota del Cuervo). Otrospuntos importantes están en Anda­lucía, Baleares, Canariasy se sabe dela antigua existencia de molinos deviento en Alicante, en tomo a la zonade La Marina.

Por último, también se construyenmolinos de viento en la región deMurcia, pero localizados sólo en unárea perfectamente delimitada quecorresponde a la comarca natural delCampo de Cartagena . Aquí, la faltade aguas superficiales ha favorecidola aparición de estos molinos mien­tras que en el resto de la región apa­rece el molino hidráulico, asociado alas corrientes del río Segura y susafluentes.

MOLINOS DEL CAMPODE CARTAGENA

De estos molinos de Cartagena, aligual que en el resto de la Península,no existe suficiente documentaciónque nos permita establecer una fe­cha exacta de aparición en estas tie­rras. La noticia más antigua corres­ponde a 1571 y pertenece a unaautorización del Ayuntamiento deCartagena para reedificar dos moli­nos antiguos que se encontraban enuna de las colinas de la ciudad lla­mada, precisamente, del Moli­nete (4).

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No volvemos a tener referenciashasta el siglo XVIII en que se pidennumerosas licencias para construirmolinos de viento harineros en distin­tos parajes de Cartagena, segúnconsta en el Archivo Municipal de laciudad.

Es un documento tamb ién delsiglo XVIII , el Catastro del Marqués dela Ensenadade 1755, el que nos pro­porciona el dato más interesante alcontabilizar, por medio del censo depropietarios y arrendatarios de moli­nos de viento harineros, un total de81 molinos en el Campo de Carta­gena.

Por el contrario, el Diccionario deMadoz de 1848, que resulta de tantautilidad para el estudio de los moli­nos manchegos , no ofrece ningunainformación de interés con respectoa los de Cartagena, mencionadossólo los situados dentro de la pobla­ción y sin especificar el número.

En el siglo XIX fueron construidos

dos molinos de viento en el recinto dela ciudad. Uno en 1810, ante la ame­naza de que la ciudad fuera sitiadapor los franceses y no fueran sufi­cientes los que ya existían paraabastecer de harina a la poblac ión.Este molino todavía se conserva enla plaza que ha tomado su nombre yes utilizado como vivienda al haberperdido su antigua función de mo­lienda. El otro molino se construyó en1833 en la ya mencionada colina delMolinete (5).

Por último, tampoco en la obra deLeopoldo Torres Balbás, escrita en1933, fecha en la que aún se conser­vaban en buen estado estas y otrastantas arquitecturas tradicionales, sehace referencia a los molinos de Car­tagena, mientras que sí habla de losde la Mancha, Baleares y campo deAlmería, «comarcas en las que la faltade corrientes de agua obliga a acudiral viento para triturar el grano»(6).

La documentación recogida hace

MOLINO DE ELEVAR AGUA

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Molino Zaba la (harinero) .

referencia casi toda ella a lossiglos XVIII y XIX, época en la que eluso de estas máquinas estaba muygeneralizado por toda Europa. Peroesta información, si bien nos es degran utilidad para localizar el lugar delemplazamiento y número de molinosque se llegan a construir en estosaños, no ofrece ninguna descripcióndetallada de estas máquinas. por loque el test imonio oral de las perso­nas que trabajaron o que de algunaforma estuvieron vinculadas a ellos.nos ha sido de gran ayuda para en­tender su funcionamiento y conocerlos términos utilizados en la denomi­nación de las dist intas piezas de lamaquinaria y estructura del molino. Lanomenclatur a utilizada es muy simi­lar a la de los molinos manchegos,aunque en estos de Cartage na esfrecuente encontrar vocablos relacio­nados con el mundo marinero , de­bido a su estrecho cont acto con elmar.

PARTES DEL MOLINODE VIENTO HARINERO

Su tipología corresponde a lo quellevamos visto del tipo mediterráneode torre y eje horizontal atravesadopor cuatro o cinco pares de varas. Laconstrucción es de cuerpo circu lar ,con marcada tendencia troncoc ó­níca, en muchos casos y realizada enmampostería con revoque de arena ycal en su ext erior. Se cubre con untejadillo de madera giratorio. donde

se instala el eje y los palos que sos­tienen las velas triangulares.

Tanto los materiales de const ruc­ción empleados como la estructurade los molinos, salvo algunas dife­rencias respecto a su volumen y al­tur a, son iguales para todos ellos .Pero no es así en cuanto a su ma­quinaria. que varía según el uso alque estén destinados. Esto nos per­mite distingu ir diferentes tipos demolinos en esta comarca: los utiliza­dos para la producción de harina; losmolinos para triturar sal, vinculadosal t rabajo de las salinas ; y, los másfrecuentes. usados para elevar aguassubterráneas. Dentro de este grupoaparece otro tipo'de molino utilizadoen las salinas para trasegar las aguasde una charca a otra durante el pe­ríodo de desecación. Estos. a dife­rencia de los de bombear agua, tie­nen dos norias. una a cada lado de latorre.

Todos ellos están situados en zo­nas altas donde el efecto del vientoes mayor . En el caso de los molinosde agua. al tener que ser construidosfor zosamente en el lugar donde seencuentra el pozo explotable. se ele­van genera lmente sobre una plata­form a de 1 ó 2 m. de altura, facili­tando asimismo la distribución delagua a las zonas de riego.

La torre del molino harinero des­arrolla unas proporciones mayoresdebido a que en su interior albergados grandes piedras de moler y unacomplicada maquinaria que , en elcaso de los molinos de agua, se sim­plifica considerablemente. Su alturaoscila entre 6 u 8 m. y se distribuyeen tres pisos a los que se accede pormedio de una escalera de caraco ladosada al muro interior. En el últimose encuentran las pesadas piedras demoler y el mecanismo necesario paramoverlas. También es frecuente queel molino harinero presente dos puer­tas en la planta baja , una frente aotra. al cont rario del molino de aguaque suele tener una.

Básicamente, la función del molinocon siste en recoger la energía pro­ducida por el viento y poner en ac­ción una serie de piezas que. colo­cadas estratégicamente, muevan laspiedras entre las que se ha vertido elgrano para ser triturado.

El elemento principal del sistema defuerza es el eje o «botalón» (figura 1)dispuesto en inclinación con res­pecto a la torre. En él se atraviesanlos «palos» (2). ocho o incluso diez enalgunos molinos más modernos ,donde se colocan las «velas» o «tra­pos» que se despliegan en mayor omenor número según la fuer za delviento. El «botalón» cons iste en ungrueso tronco de madera con un es-

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pesor aproximado entre 40 y 70 cm. yuna longitud superior al menos de untercio del diámetro de la torre. Se su­jeta por medio de dos cojinetes de pie­dra, uno en la parte delantera, «piedrade la fuéllega» (3), y otro en el últ imotramo del eje, «piedra del rabotea (4),que hace la función de tope y lo frenade las embestidas de los epaloss.

Otras piezas bás icas para el fun­cionamiento del mol ino son la «ruedadel aire» y la «rueda terrera». La pr i­mera (5) está unida al eje por med iode unas piezas de madera, «cruce-

TE LA R (13)

RUEDA D EL A IR E ( 5)

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Esquema de partes del molino.

ros » (6) Y «riostras» (7), que forman elradio de la rueda. Actúa como co­rona mecánica del engranaje combi­nada con la «linterna» (8), rueda ob­tenida a partir de un tronco al que sele han dejado dos coronas en suparte superior e inferior, unidas ver­ticalmente por unos barrotes cilíndri­cos, «husillos» (9) , donde se engra­nan los dientes o «puntos» (10) de larueda del aire. Por el eje de la linternapasa una gruesa barra de hierro, el«árbol» (11) que arrastra la piedra demoler superior contra la inferior, quepermanece fija.

La «rueda terrera» (12) es la piezaque cierra en alto la torre del mo lino.Está fabricada con maderas resisten­tes, generalmente de olivo o jinjolero,ya que tiene que soportar todo elpeso de la cubierta. Sobre ella seapoya el «telar» (13) , pieza tambiéncircular formada por cuatro vigas , las«madres» (14), que constituyen el ar­mazón básico de este elemento; ocho«cabezuelos» (15) que refuerzan yunen el conjunto al anillo que lo cie­rra, y la «cuella» (16 ), pieza de ma­dera unida a los centros de las «ma­dres» por donde pasa la partesuperior del «árbol». El «telar» hace lafunción de soporte horizontal y rota­torio de las piezas vertica les de lamaquinaria, «botalón» y «rueda de laire», que son las que tienen que gi­rar para encararse al viento. Estedesplazamiento se realiza por med iode una vara de madera fina , la«guía» (17), con una longitud superiora la altura de la torre y que unida al«fraile» (18), es la que mueve todo elconjunto de la cubierta.

Una vez que la estructura móvilestá colocada en el lugar conve­niente, la «guía» se fija a unos peque­ños palos de madera, los «hitos», cla­vados en la tierra alrededor delmolino, evitándose de esta forma eldesplazamiento incontrolado del «bo­talón ».

De las dos «muelas» o piedras delmolino, la inferior, denominada «so­lera» (19), reposa sobre dos fuertesvigas , los «marranos», que la mantie­nen fija mientras que la superior o«corredera» (20) gira sobre ella tritu­rando el grano que cae a través de la«tolva» (21). Finalmente , la harina bajapor un canal hasta el piso inferior .donde es recogida en sacos.

Só lo queda por describir la cu­bierta o «chapiteb , tejad illo de tab lasde madera ennegrecidas co n alqui­trán , que descansa sobre el te lar yque protege todo el cuerpo móvil delmo lino . Está rematado por el «fraile»,pieza de madera en la que se unenlas vigas vertica les del armazón del«chapitel» y la «guía» empleada paraorientar el mo lino (7).

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EL MOLINODE ELEVAR AGUA

El molino de agua es, con mucho,más numeroso que el de moler trigo.Su tipología diferente supone unrasgo distintivo entre éstos y los res­tantes molinos del país, lo que ha lle­vado a Caro Baraja a dist inguirlocomo uno de los tres tipos de moli­nos bien def inidos dentro de la Pe­nínsula, junto con los manchegos yandaluces (8).

Se encuentran localizados funda­mentalmente en las comarcas de ElAlgar, La Palma, La Aparecida y LaAsomada, terrenos todos ellos muyllanos y abiertos a dos mares, Menory Mayor , que le proporcionan unviento continuado . Esta visión deconjunto que se nos ofrece en estaamplia zona, no se repite en el restodel Campo, donde es más frecuenteque aparezca n de forma aislada,como los molinos harineros.

Como ya hemos visto, la escasezde agua ha sido uno de los proble­mas más graves al que ha tenido queenfrentarse el agricultor de esta co­marca. Esta pobreza hidrológica leempujó a explotar los acuíferos for­mados en el subsuelo por medio deaparatos de bombeo de agua, queirán evolucionando progresivamenteen su complejidad y funcionamientotécnico.

La aparición de «aceñas» debió deir ligada a los comienzos de la vidaagrícola más especializada. Aunquese barajan diversas tesis sobre suorigen, parece ser que fueron losárabes quienes introducen en estastierras este sistema , difundiéndoserápidamente por toda la region, es­pecialmente en esta zona del Campode Cartag ena, donde la sequía eramayor.

La incorporación de la noria a latecnología del molino de viento, no esmás que una consecuencia lógica enla constante búsqueda del agricultorpor hallar nuevas salidas en su luchacont ra la advers idad del medio na­tural.

Por otra parte, este doble uso delmolino de viento era ya conocidodesde la antigüedad, como los primi­tivos molinos persas que comentá­bamos al principio, o los de Holanda,utilizados para desecar las zonasinundadas por el mar.

En cuanto a la tipología de estosmolinos, lo más característico es lanoria que tiene adosada a la torre,apareciendo algunos de ellos con elmuro exterior rebajado para que seacople mejor. La fuerza del vientotransmitida por el mecanismo inte­rior, hace que la noria se accione yrecoja el agua del pozo por medio de

unos recipientes de barro, llamados«cangilones» o «arcabuces». Estosdesaguan en unos canales que con­ducen el líquido a una balsa cercana,desde donde se distribuye al campo.

En la mayoría de estos molinos laspiezas de la maquinaria - ejes,transmisores, cojinetes y coronas­son de hierro. Estos cambios obede­cen a las nuevas corrientes tecnoló­gicas que se empiezan a sentir en lossiglos XVIII Y XIX en los países másdesarrollados y que se conocen enEspaña gracias a la difusión de nu­merosas obras dedicadas a estos te­mas.

Estas innovaciones afectan princi­palmente a los molinos de elevaragua, siendo construidos ahora lamayoría de los que actualmente co­nocemos. En los de cereal también seharán pequeñas reformas, como seaprecia en algunas piezas de nuevafactura que aparecen junto a las tra­dicionales, pero no llegan a tenernunca toda la maquinaria de hierro,como los de agua, ya que son, por logeneral, bastante más antiguos queéstos.

También la ciudad de Cartagenaparticipa de estas nuevas corrientestecnológicas, y así, en plena fiebreconstructora del Arsenal Militar en elsiglo XVIII , se proyectan cuatro moli­nos de viento para carenar el nuevodique del puerto . Estos molinos nollegan a construirse, pero a través delos planos que se conservan en el Ar­chivo General de Simancas observa­mos cómo su factura poco tiene quever con los molinos tradicionales quese utilizaban en el Campo , y sí mu­cho con las nuevas máquinas de ma­yor complejidad, utilizadas ahora entoda Europa.

Por último, quedan por describir lasdos variantes de molinos de vientopara el trabajo en las salinas. Su usoexclusivo dedicado a estas explota­ciones hace que sean menos nume­rosos que los tipos anteriormente ci­tados . De los molinos de moler salsólo se conservan las torres y nin­guno mantiene la cubierta y maqui­naria, aunque podemos imaginar queésta sería igual que la de los harine­ros, ya que la función es la misma.

Por el contrario, de los molinos uti­lizados para desecar las balsas, to­davíaquedan dos ejemplaresen buenestado en las salinas de San Pedrodel Pinatar. Esto se explica porqueestuvieron funcionando hasta 1971,año en que dejaron de ser utilizadosal instalárseles un sistema de bom­beo eléctrico. Se caracterizan por sudoble noria adosadas a cada lado delmuro exterior, necesarias para reali­zar el trasvase simultáneo de unacharca a otra.

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Molino de prin cipios de siglo, en funcionamiento.

DESAPARICIONDE LOS MOLINOSDE VIENTO

El uso de los nuevos motores devapor y explosión en el siglo XIX abrecamino al proceso de extinción de losmolinos de viento movidos por fuer­zas naturales. Pero estos cambios serealizarán paulatinamente, sobre todoen aquellas zonas de economía másatrasada, donde estas máquinas tra­dicionales se mantendrán hasta muyavanzado el siglo XIX.

En el Campo de Cartagena los moli­nos de viento fueron utilizados hastahace apenas unos 20 años , en elcaso de los de elevar agua, y unos 40en los molinos de harina , especial­mente en los difíciles años de pos­guerra cuando la escasez de alimen­tos movió a las familias a moler trigoclandestinamente, a pesar de la polí­tica de racionamiento del gob iernoque clausuró la mayoría de los moli­nos, dando licencia sólo a unos po­cos.

Sin embargo, a pesar de no habertranscurrido excesivo tiempo desdeque los molinos de viento dejaron deser utilizados hoy día su mayoría pre­sentan un lamentable estado. El úl­timo censo oficial realizado por t éc-

nicos del Ayuntamiento de Cartagenaen 1956, contabilizó un total de 147molinos. De ellos, 67 se encontrabantodavía en funcionamiento, la mayo­ría de elevar agua; 76 estaban yaabandonados pero con la maquinariaen buen estado y, por último, 4 moli­nos de los que sólo quedaba la es­tructura de la torre. Hoy, 33 añosdespués, aunque no se ha vuelto arealizar ningún otro censo que nosinforme de la cifra exacta y estado delos molinos que aún quedan en elCampo de Cartagena, un rápido des­plazamiento por estas tierras nosofrece el desalentador panorama deestas grandes máquinas abandona­das a su suerte. El paso del tiempo yla escasa o nula protección humananan provocado el rápido deterioro quehan sufrido estos molinos. La mayo­ría presentan solamente la torre yparte o nada de la estructura supe­rior, en una fase de recuperación di­fícil y costosa .

Este es el proceso que presentanen la actualidad estas hermosas má­quinas que fueron un inapreciableapoyo tecnológico a la difícil vida delhombre del campo , configurándosecomo un elemento de indiscutibleprotagonismo etnológico dentro deestas tierras.

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Molino de las salinas de San Pedro del Pinatar.

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NOTAS

(1) CARO BARaJA, J.: «Disertación so­bre los molinos de viento », Revista deDialectología y Tradiciones Populares,tomo VIII, Madr id , 1952, pág. 219 . Re­editado en 1983 por la Editora Nacional.(2) CARO BARaJA, J.: Op. ctt.,págs. 250-52.(3) CARO BARaJA recoge esta clasifi­cación en la obra citada, pág. 275.(4) Este dato está recogido del ArchivoMunicipal de Cartagena por F. CasalMartínez. Historia de las calles de Carta­gena, 1930, pág. 487.(5) CASAL MARTINEZ, F.: Op. cu.,pág. 319.(6) TORRES BALBAS, L.: «La viviendapopu lar en España», Folklore y costum­bres de España, tomo 111 , págs. 444-446.(7) Para un estud io más deta llado esconveniente consu ltar el artículo de Ra-

fael Rodríguez: «Ensayo para un vocabu­lario y catálogo de piezas de un molino delCampo de Cartagena», Revista Mastia,números 4 y 5, Cartagena, 1973.(8) CARO BARaJA, J.: Op. cn..pág. 333.

BIBLlOGRAFIA

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GARCIA MARTINEZ, G.: Los molinos deviento de Cartagena y su comarca. Co­lección «Casos y cosas de Cartagena»,vol. VIII, Cartagena, 1956.

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