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Tectónica de placas y deriva continental; Revolución en la ciencia La tierra se ha encontrado siempre en un continuo cambio de su superficie, que ha motivado a los geólogos y otros científicos de diversas ramas dedicados a la investigación a encontrar las razones por las cuales suceden estas transformaciones. Dichas investigaciones han logrado forjar la teoría de la tectónica de placas que basada en las observaciones de la superficie terrestre y en indicios que sugieren que las rocas del interior, a altas temperaturas, se comportan como un fluido ha formado una visión totalmente diferente del planeta. El fundamento principal de la tectónica de placas trata de la formación, destrucción y movimiento continuo de los grandes fragmentos de la corteza terrestre tema íntimamente relacionado a la teoría de la deriva continental. El concepto de la deriva continental, rechazado en sus inicios por la opinión científica, fue propuesta por Alfred Wegener un meteorólogo e investigador alemán quién planteó esta idea en su libro el origen de los continentes donde sugería la existencia de un supercontinente (Pangea) apoyándose en la concepción del ajuste entre Sudamérica y África, uno de los más notorios, entre otras pruebas como la distribución geográfica de fósiles y los rastros de los climas antiguos que apoyaban la idea de que estas grandes masas de tierra estuvieron anteriormente juntas. Wegener presenta varias pruebas que serán expuestas a modo de respaldo de su teoría como lo son el encaje de los continentes, evidencias paleontológicas, paleoclimáticas y paleomagneticas como también los tipos de rocas y las semejanzas estructurales, pensaba que los continentes podían haber estado unidos a partir de las visibles similitudes que existían entre las líneas de las costas de estos, argumento que fue difícil de comprobar debido a los procesos erosivos y sedimentarios que modifican constantemente las costas, luego se determinó que el verdadero límite externo de los continentes estaba en la plataforma continental. Wegener recreó las etapas de fragmentación del supercontinente datando sus inicios hace aproximadamente 200 millones de años que como una de sus mayores consecuencias dejó la creación del mar atlántico. Según su planteamiento lo primero que se separó fueron

Tectónica de Placas y Deriva Continental

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Ensayo sobre el libro ciencias de la tierra, capitulo 2

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Tectónica de placas y deriva continental;Revolución en la ciencia

La tierra se ha encontrado siempre en un continuo cambio de su superficie, que ha motivado a los geólogos y otros científicos de diversas ramas dedicados a la investigación a encontrar las razones por las cuales suceden estas transformaciones. Dichas investigaciones han logrado forjar la teoría de la tectónica de placas que basada en las observaciones de la superficie terrestre y en indicios que sugieren que las rocas del interior, a altas temperaturas, se comportan como un fluido ha formado una visión totalmente diferente del planeta. El fundamento principal de la tectónica de placas trata de la formación, destrucción y movimiento continuo de los grandes fragmentos de la corteza terrestre tema íntimamente relacionado a la teoría de la deriva continental.

El concepto de la deriva continental, rechazado en sus inicios por la opinión científica, fue propuesta por Alfred Wegener un meteorólogo e investigador alemán quién planteó esta idea en su libro el origen de los continentes donde sugería la existencia de un supercontinente (Pangea) apoyándose en la concepción del ajuste entre Sudamérica y África, uno de los más notorios, entre otras pruebas como la distribución geográfica de fósiles y los rastros de los climas antiguos que apoyaban la idea de que estas grandes masas de tierra estuvieron anteriormente juntas. Wegener presenta varias pruebas que serán expuestas a modo de respaldo de su teoría como lo son el encaje de los continentes, evidencias paleontológicas, paleoclimáticas y paleomagneticas como también los tipos de rocas y las semejanzas estructurales, pensaba que los continentes podían haber estado unidos a partir de las visibles similitudes que existían entre las líneas de las costas de estos, argumento que fue difícil de comprobar debido a los procesos erosivos y sedimentarios que modifican constantemente las costas, luego se determinó que el verdadero límite externo de los continentes estaba en la plataforma continental. Wegener recreó las etapas de fragmentación del supercontinente datando sus inicios hace aproximadamente 200 millones de años que como una de sus mayores consecuencias dejó la creación del mar atlántico. Según su planteamiento lo primero que se separó fueron Norteamérica y África donde la corteza continental se encontraba muy fracturada lo que permitía que grandes cantidades de lava alcanzaran la superficie, lavas que en la actualidad se encuentran en forma de rocas ígneas meteorizadas.

Al principio el mismo Wegener consideraba la idea de que una tierra móvil era improbable hasta que descubrió en registros paleontológicos la existencia de criaturas fósiles idénticas en Sudamérica y áfrica, lo que sugería que era necesario algún tipo de conexión continental, estos fueron principalmente el mesosaurus que era un reptil acuático de grandes dimensiones cuyos restos fósiles se hallaban únicamente en el este de Sudamérica y sur de África lo que sugería que en algún periodo de la historia estos dos continentes estuvieron juntos. También citó el ejemplo del glossopteris, un helecho fósil que pese a sus características semillas de difícil distribución se encontraban dispuestas a lo largo de África, Australia, India, Sudamérica y la Antártida, ya que la flora asociada a estos helechos solo crece en el clima subpolar se llegó a la conclusión que estas masas de tierra estuvieron unidas cerca del polo sur. Citó también la distribución de varios organismos actuales como prueba para respaldar su teoría de deriva continental como los canguros que tienen un vínculo fósil directo con las zarigüeyas lo que sugería que después de la fragmentación de Pangea los marsupiales siguieron caminos evolutivos diferentes.

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Wegener encontró pruebas de rocas ígneas de más de 2.200 millones de años de antigüedad en Brasil que presentaban similitudes con rocas de edad similar presentes en África. Otro ejemplo fue el cinturón montañoso de los Apalaches presentes en este de estados unidos y qué desaparecen en la costa de terranova, en las islas británicas y escandinavas se presentan montañas de edad y estructura similares; y al unir estas masas de tierra se ve que las cadenas montañosas forman un cinturón casi continuo. En vista de estas muestras Wegener dijo: “Es como si fuéramos a recolocar los trozos rotos de un periódico juntando sus bordes y notando después que las líneas impresas coinciden. Si lo hacen no queda más que concluir que los trozos debía juntarse realmente de esa manera.”Debido a su profesión como meteorólogo, este estaba interesado en obtener datos paleoclimáticos con el fin de respaldar su teoría del supercontinente en este campo descubrió capas de sedimentos transportados por glaciares de unos 300millones de años lo que es muestra de una glaciación paleozoica y lo tomó como prueba de la anterior época cuando los continentes estaban unidos cerca del polo sur para tener las condiciones necesarias para generar esas grandes extensiones de hielo, Wegener sostenía que esta prueba era totalmente convincente, tanto como para mandar las otras a un segundo plano. 50 años pasaron antes de que la comunidad científica aceptara el concepto de la deriva continental ya que aunque su planteamiento era correcto había varios detalles que no lo eran o que aún hacían falta por explicar como por ejemplo los mecanismos que permitían el desplazamiento de los continentes, en este aspecto Alfred sugirió dos en especial, uno de ellos era la fuerza gravitacional de la luna y el sol que actúa sobre las mareas suposición que fue rechazada ya que según demostraba el físico Harold Jeffreys la fuerza necesaria en las mareas para este movimiento sacaría igualmente a la tierra de orbita. Y la otra que los continentes se desplazaban como un rompe hielos sobre el suelo marino, también incorrecta ya que los continentes eran muy grandes y pesados y la corteza oceánica no parecía ser tan débil. El paleomagnetismo fue también una prueba crucial en la sustentación de la teoría de la deriva continental ya que las rocas que se había formado hace millones de años contienen un “registro” de la dirección de los polos magnéticos en el momento de su formación y también sirven para determinar la latitud de su origen y conociendo esta latitud se puede conocer su posición respecto a los polos magnéticos, los cuáles se a semejan a la posición de los polos geográficos y ya qué se sabe que los polos magnéticos se mantienen estacionarios, el movimiento aparente de estos sería consecuencia de la deriva de los continentes.

Durante la década de los 60 se intensifica el debate sobre la tectónica de placas, Tuzo Wilson fue de los primeros en hablar de la teoría al describir los bordes transformantes y sugiriendo que estas conectan a los bordes convergentes y divergentes a modo de un cinturón global, lo cual significaría que la tierra estaba compuesta por placas individuales a la vez que identificó estas fallas la que permitirían el posible movimiento entre las placas. En 1868 se unieron la deriva continental y la expansión del fondo oceánico se unificaron en la teoría de la tectónica de placas que se ha convertido en la base para entender la mayoría de procesos geológicos. La tierra está divida en varias placas, de las cuáles las principales son la norteamericana, sudamericana, del pacífico, africana, euroasiática, australiana y antártica, estas forman la litósfera que es la capa más externa de la tierra. Debajo de éste manto se encuentra la astenosfera que por las altas temperaturas presenta una roca un poco menos resistente lo que permite el movimiento de la capa externa. Las

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placas litosféricas se mueven en relación unas con otras a razón de unos 5 centímetros al año, estos titánicos roces de las placas litosféricas generan terremotos, crean volcanes y deforman grandes masas de tierra. En la unión de las placas se presentan 3 tipos de bordes los cuales causas distintas deformaciones, estos bordes pueden ser divergente que son aquellos que van a lo largo de las dorsales oceánicas y se denominan también bordes constructivos ya que crean nuevo suelo oceánico; bordes divergentes que son dos placas que se juntan para crear un sistema montañoso al superponerse una sobre otra se denominan también borde de placa destructivos y puede ser de tipo oceánico-continental, oceánico-oceánico o continental-continental; y bordes de falla transformante que son los que se desplazan lateralmente uno respecto al otro sin ninguna alteración sobre la litósfera y están próximos a donde se desplazan los segmentos de las dorsales oceánicas además de que estos bordes transformantes permiten el desplazamiento mediante el que la corteza oceánica creada es transportada a zonas de destrucción.EL movimiento de los bordes de placas es un tipo de “reciclaje” ya que se da la creación de nueva litosfera mediante la subducción de las placas más antiguas, o de mayor densidad, que descienden a la astenosfera para fundirse nuevamente, al mismo tiempo que rocas ya fundidas suben mediante los volcanes u otros puntos de fuga, también llamados “plumas del manto” que proporcionan ciertas “huellas” del movimiento de la placa.Teniendo ya todos esto documentado entonces los científicos proceden a realizar las pruebas para comprobar esta teoría. Fue bastante convincente la obtención de registros en el fondo oceánico recolectando sedimentos por encima de la corteza ígnea, se recurre a estos métodos ya que se proclamaba la premisa de que luego de formular hay que probar la hipótesis mediante datos fiables. El movimiento de las placas también pudo ser medido, al juntar las pruebas paleomagneticas que se nombraron anteriormente ya que al determinar la edad de las franjas magnéticas y la distancia a la cresta de las dorsales oceánicas se podía calcular la velocidad media del movimiento de las placas. Actualmente hay métodos computarizados para la medición de dichos movimientos que está respaldados en la tecnología satelital, de aquí surge el GPS (Global Positioning System; Sistema de posicionamiento global) que mediante los datos obtenidos tras el seguimiento continuo, confirma el hecho de que ha habido movimiento de las placas. Por último entonces luego de saber que las placas efectivamente se mueven surge el interrogante ¿Qué impulsa el movimiento de las placas? Este interrogante se resolvió y los investigadores coincidieron en que el flujo convectivo del manto rocoso es una fuerza impulsora subyacente que provoca el movimiento de las placas y qué los movimientos de las placas son dirigidos en última instancia por la distribución desigual del calor en el interior de la tierra., aunque no se conoce la naturaleza precisa de dicha corriente de convección. Se dedujo también de varias fuerzas que impulsan el movimiento de las placas como las fuerzas de arrastre, las de empuje dorsal, la succión de placas, de resistencia de la placa y de arrastre del manto, cada una de las cuáles genera distintos resultantes en la forma que hace mover las placas.

La tectónica de placas es la primera teoría que propone una visión exhaustiva de los procesos que produjeron las principales estructuras terrestres que conocemos hoy en día y ha ayudado a comprender y relacionar muchos aspectos de la geología que antes eran considerados por aparte. Aún no se ha logrado comprender por completo, está en proceso de perfeccionarse y a la vez que es una herramienta para el entendimiento de los procesos móviles de la tierra y un modelo sobre cómo entender estos procesos, fue una importante revolución científica que cambió por completo la manera de entender y ver el planeta.