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Tema 4 Los Santos Inocentes

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Tema 4 Los Santos Inocentesj

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    TEMA 4: La novela espaola en el siglo XX. LOS SANTOS INOCENTES

    Los santos inocentes: la denuncia social, los personajes, el espacio y el tiempo, las tcnicas narrativas, la estructura, el habla popular.

    INTRODUCCIN Los santos inocentes (1981) toma como punto de partida o al menos aprovecha

    un cuento publicado en 1966, La milana, que se incorpora al primer captulo. Es una novela extraordinariamente dura y descarnada, y entraable, a la vez, en su aproximacin al sufrimiento de los desvalidos. Saca a la luz las terribles condiciones de vida de unos campesinos extremeos sometidos a un rgimen semifeudal al servicio de los terratenientes. Smbolo de la brutal deshumanizacin que padecen es Paco, el Bajo, reducido a la condicin de perro de caza por el seorito Ivn. Nos encontramos con la ms palpable muestra de la acentuacin de la conciencia crtica de Miguel Delibes. Recurre aqu a una esttica expresionista que se aplica a los moldes del drama rural.

    Desde el punto de vista de la forma, la obra se sita en una lnea experimental. Nos encontramos con una disposicin grfica ms prxima a la de la lrica (concretamente, el versculo) que a la de la narrativa convencional. Los dilogos, de expresividad coloquial y rasgos dialectales, se insertan en el discurso de la voz narradora, sin marca alguna que los identifique, fuera del sangrado:

    la milana est enferma, seorito, tiene calentura, le inform, y el seorito, qu le vamos a hacer, Azaras! est vieja ya, habr que buscar un pollo nuevo, y el Azaras desolado,

    pero es la milana, seorito, y el seorito, los ojos adormilados,

    y dime t, que lo mismo da un pjaro que otro?

    Tambin se prescinde de los puntos; slo hay uno al final de cada captulo. Asimismo se sirve el autor, como ya haba hecho en otras obras, de la reiteracin de palabras, sintagmas o frases y de estructuras paralelsticas. Con todos estos factores recurrentes se aproxima a la intensificacin expresiva que consigue la repeticin en la lrica, de forma que el texto adquiere un carcter poemtico y acenta una visin subjetiva; vale decir emocional.

    En 1985 se public un volumen que, bajo el ttulo de Triloga del campo, reuna El camino, Las ratas y Los santos inocentes, obras de distinta tonalidad (sobre todo la primera), pero con elementos comunes.

    1-. LA DENUNCIA SOCIAL El ttulo de Los santos inocentes contiene una clara alusin evanglica, que

    entraa ya una postura, una toma de posicin implcita de parte del autor acerca de la historia que va a referir. Nos remite a la matanza de todos los nios menores de dos aos ordenada por Herodes, segn relata Mateo (II, 16-18), nico evangelista que la menciona. Esto est en consonancia con las convicciones profundamente cristianas de Delibes y sugiere que es a partir de ellas que se sita frente al tema. Los santos inocentes son aqu Azaras y los suyos que, en lugar de ser asesinados por la espada, son muertos cada da mediante la degradacin a que sus opresores los someten. El suyo no es martirio de una hora, sino de toda una vida. Esta equiparacin resulta especialmente

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    significativa porque da a estos pobres seres, cotidianamente ultrajados, una jerarqua moral que sus amos les niegan en el transcurso de la novela, como cuando se burlan de las ansias de Nieves por comulgar.

    La novela es, por lo tanto, desde el mismo ttulo, un acto de justicia, una reparacin, un desagravio, sobriamente respetuoso, no vocinglero ni proselitista. Azaras, Paco y los suyos son santos, esto es, en sentido estricto, apartados para Dios. Es el novelista quien as lo establece, quien los canoniza, no el representante de la Iglesia, ese obispo que aparece en la novela para unir al hijo de los poderosos con Dios y no tiene siquiera una palabra de conmiseracin para los otros, para los santos inocentes de los que apartaba la mano discretamente, sintindose azorado.

    El final de la novela es, en este sentido, sintomtico. Despus que Azaras ha tenido que hacerse justicia por su mano, la ltima imagen que nos queda de l lo muestra mirando al cielo, a la nada, mientras repite mecnicamente milana bonita sobre la copa del rbol. No hay ninguna trascendencia ni significacin posible. El cielo est vaco para los ms infelices, que slo pueden, como Azaras, clamar sin conciencia e intilmente por el alma (el ave) que les han mutilado. En su desamparo sin atenuantes, el inocente ha tenido que volverse culpable, el mrtir ha tenido que sacrificar a quien lo priv, no de la vida, sino de su sentido y del ser que oscuramente haba depositado en el ave. En el Evangelio, los inocentes mueren para que la redencin tenga lugar; en la novela de Delibes matan porque ya no hay redencin posible, porque (irona de las ironas) Herodes se ha vuelto cristiano (y hasta se ha bautizado y ahora se llama Ivn) y contina sacrificando inocentes.

    Esta breve novela presenta una intencin marcadamente social, aunque salpicada de descripciones llenas de lirismo y emocin. Los elementos lricos no constituyen, sin embargo, una burbuja que asle los sentimientos y los ponga a salvo de las agresiones de la vida campesina. No. Por el contrario, la lealtad sin lmites y la obediencia ciega de los trabajadores de la finca en que se desarrolla la historia contrastan con la arrogancia, la chulera y el egosmo del seorito, un personaje a quien nada interesa ms que la caza y su propia satisfaccin. Por eso la novela llega a causar rabia y dolor. Por eso la reaccin del lector es de intensa irritacin frente a las arbitrariedades del cacique y de cario incondicional hacia Azaras y su familia. As, pues, la finalidad de Los santos inocentes es denunciar los abusos de los caciques frente a los humildes campesinos. Los seores son explotadores, los pobres sobreviven a duras penas, arrostrando su analfabetismo, sus miserables salarios, su permanente desamparo, sus viviendas inhabitables (si me hago cargo, seorito, pero ya ve, all, en casa, dos piezas, con cuatro muchachos, ni rebullirnos) y su inseguridad (recordemos que Azaras es despedido arbitrariamente, despus de muchos aos al servicio del seorito de la Jara).

    Consecuentemente, el tema de la novela sera el desamparo social que sufren los campesinos ante las injusticias del mundo latifundista. As, Los santos inocentes se nos presenta como una novela que inspira compasin hacia los humildes, seres que se sitan jerrquicamente entre los animales y los seores de la finca. Aquellos son, por tanto, unos explotados (sobre todo Azaras y Paco el Bajo), mientras que los seores son los explotadores. Delibes enfrenta dos mundos antagnicos, el del orden natural, asociado con la vida rural, y el del caos y la necedad incomprensiva, asociado con la cultura urbana, de la que son portadores los personajes elevados. El seorito Ivn y el viejo Azaras alcanzan en el relato la categora de smbolos de la injusticia. Por un lado, en Ivn se da la crueldad, el egosmo y la inconsciencia en grado sumo, mientras que el primitivismo, la marginacin y la debilidad se centran en Azaras

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    Por lo apuntado anteriormente, se deduce que Los santos inocentes se puede encuadrar en el grupo de los relatos de tema social, pero con una manifiesta voluntad de estilo aadida, es decir, es una novela del realismo social con intencin esttica. Por tanto, exhibe, adems de un mensaje absolutamente social, un carcter conscientemente renovador, siguiendo la estela de Tiempo de silencio, pero sin llegar a las osadas de Luis Martn Santos ni a las del propio Delibes en Parbola del nufrago. Delibes nunca pretendi con esta novela situarse en la posicin de quienes defendan activismo partidista alguno ni de instar al levantamiento de grupos o clases sociales. El relato trata de una rebelin, es cierto, pero de la rebelin del inocente. Este inocente, Azaras, es una persona irresponsable; por consiguiente, se presenta ante el lector como no culpable (el sentido del ttulo es bastante clarificador), a pesar de haber ajustado las cuentas (o a lo mejor por eso no es culpable) a quien ha transgredido las leyes naturales. La sentencia es inapelable, porque el seorito Ivn fue advertido con tiempo suficiente, y no atendi la voz angustiosa y desesperada de un infeliz: no tire, seorito, es la milana! [] seorito, por sus muertos, no tire!. La venganza es definitiva, porque el dao (a qu crimen se refiere Delibes con el ttulo del libro sexto, al que comete Ivn o al que comete Azaras?) es irreparable y el desdichado sentado orilla una jara, en el rodapi, sostena el pjaro agonizante entre sus chatas manos, la sangre caliente y espesa escurrindole entre los dedos, sintiendo, al fondo de aquel cuerpecillo roto, los postreros, espaciados, latidos de su corazn, e, inclinado sobre l, sollozaba mansamente, milana bonita, milana bonita.

    Dice el propio autor: No hay poltica en este libro. Sucede, simplemente, que este problema de vasallaje y entrega resignada de los humildes subleva tanto por no decir ms- a una conciencia cristiana como a un militante marxista. En definitiva, Delibes nos cuenta, no una novela social (aunque lo sea), no la crueldad del hombre para con el hombre (aunque la haya), no un mundo maniqueo (aunque bien patente est), lo que nos cuenta es un pedazo de vida de un hombre desgraciado. Y entonces la nica manera de ser realista es introducirnos en ese mundo poblado por seres inocentes y hacrnoslo vivir desde su interior. Efectivamente, el libro no es un alegato poltico, no ataca a las estructuras sociales o al sistema poltico, sino a cuanto ste tiene de deshumanizador y de injusto, y en este sentido la novela se convierte en la denuncia moral de una situacin que subleva tanto a una conciencia cristiana como a un militante marxista. La conciencia cristiana de Delibes est teida de preocupacin social; interpreta el sentimiento cristiano a travs de la ayuda a los dems, a los necesitados; no separa la conciencia cristiana de la conciencia social, por ello se siente pesimista cuando contempla la desigualdad, las injusticias. Es, por tanto, desde la conciencia cristiana, con todas sus implicaciones sociales, desde donde debemos abordar el anlisis de la sociedad y de las claves temticas de Los santos inocentes.

    A pesar de que no hay poltica en la novela, s se hace una leve alusin a la situacin de la Espaa de la guerra civil. Esta alusin viene reflejada en el personaje Ireneo, hermano de Azaras y Rgula, quien slo aparece en los sueos de Azaras: se muri, Franco lo mand al cielo.

    2-. LOS PERSONAJES Esta obra puede ser considerada una novela de personajes: tanto cuantitativa

    como cualitativamente, la mayor proporcin del texto se reserva al retrato de las figuras humanas. La gama de personajes que aparece en Los santos inocentes denota la firme preocupacin del autor por el ser humano. Adorna la vida rutinaria de los personajes, las ideas, las pasiones de cada uno con ancdotas significativas en sus vidas; el resultado es la confrontacin entre pasiones y modos de vida extraordinariamente dibujados.

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    La accin transcurre en un cortijo seorial en el que las tareas domsticas y las tareas tpicas de la vida campesina estn desarrolladas por gentes humildes que viven al servicio de los dueos de la finca. Los seores viven muy bien, pues para ellos el cortijo es una finca de recreo a la que vienen invitadas gentes influyentes y poderosas (el ministro, el embajador) que pasan apasionantes jornadas de caza; los campesinos, por otra parte, son extremadamente pobres, viven en condiciones lamentables y subsisten gracias a un trabajo agotador; en ocasiones, se ayudan con las limosnas que reciben de la seora marquesa.

    Aunque el cortijo constituye un marco relativamente limitado, el nmero de personajes que se mueven por l es considerablemente elevado. Todos son necesarios para la construccin del relato, pero se puede establecer tres grupos atendiendo a la importancia de la intriga: 1.- Personajes de primer plano -Los datos que caracterizan a los marginados se acumulan en la figura humana de Azaras, verdadero protagonista de la novela. En su entorno, la milana adquiere una funcin relevante. -Paco, el Bajo, ayuda a conocer el mundo de los humildes; participa en acciones bsicas de la intriga. -La inocencia y sumisin de los humildes se realzan con la presencia de un antagonista, el seorito Ivn, en el que confluyen rasgos negativos: desprecio por la naturaleza, desprecio arrogante por los dems.

    En torno a estos tres personajes se traza el conflicto de esta novela, los principales acontecimientos y la tragedia final.

    2.- Personajes de segundo plano La caracterizacin humana de los personajes de este grupo queda ms difuminada. Su importancia en el desarrollo de la intriga es menor, pero son indispensables para ampliar el sistema de relaciones y oposiciones que se establece en la novela. Integran este grupo: la familia de Paco, el Bajo (la Rgula, la Nia Chica, el Quirce, el Rogelio y la Nieves), la familia del seorito Ivn (la seora marquesa, la seorita Miriam) y los encargados del cortijo (don Pedro, el Prito, y su esposa doa Purita).

    3.- Personajes de tercer plano Entre unos y otros, se cruza un grupo de personajes, cuya presencia es indispensable para entender la complejidad temtica y social de la novela. En este grupo se hallan el resto de los sirvientes, el seorito de La Jara y los invitados de los dueos, as como aquellos personajes ajenos a los cortijos que mantienen un contacto incidental con los personajes principales: Manolo, el mdico, el Hachemita, el Mago del Almendral o los educadores que la seora trae al cortijo.

    Segn la naturaleza de los personajes, se puede hablar en esta novela de la oposicin frontal entre dos grupos de personajes: personajes sencillos y personajes vanos . 1.- Los personajes sencillos: responden a las siguientes caractersticas: -Son personajes en estado de pureza, no contaminados por las costumbres deshumanizadoras de la civilizacin moderna, sus sentimientos no han sufrido adulteracin. Son seres primarios en los que anidan sentimientos positivos (el amor, la amistad, el respeto por la naturaleza), negativos (el miedo) o debilidades humanas (el odio, la mezquindad). Delibes descubre en ellos los caracteres perennes del alma humana.

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    -Tambin les caracteriza su autenticidad: muestran una imagen del hombre consciente de sus limitaciones, deseoso de que se le conozca tal como es. -Suelen ser desheredados de la fortuna, tanto en lo biolgico (subnormales: Azaras, la Nia Chica), como, sobre todo, en lo social. -Padecen miseria a causa de situaciones de las que no son culpables; sufren de soledad como fruto de la discriminacin social o de un progreso mal entendido; no han recibido enseanza. -Pero su estrecha relacin con el medio les ha dotado de una especial sabidura que no tienen las personas desarraigadas del medio.

    2.- Los personajes vanos: sus rasgos ms caractersticos son los siguientes: -Suelen ser socialmente acomodados, como el seorito Ivn. -Son modelo de comportamiento inautntico, frecuentemente marcado por la competencia, el consumo y el desarraigo. Es notable su deseo de aparentar, de exhibir presuntas cualidades que, en realidad, son signos de carencias personales. -A ello aaden otras caractersticas negativas: egosmo, muy preocupados por su propio bienestar, mezquindad, prepotencia, intolerancia y desprecio por quienes les rodean. El seorito Ivn, la Marquesa, los invitados y el seorito de La Jara encarnan la tipologa de los personajes vanos.

    El enfrentamiento entre estos dos grupos de personajes es una de las claves del conflicto planteado en esta novela.

    La obra tiene una clara intencin social. La estructura latifundista establece una enorme distancia jerrquica entre unos personajes y otros. La situacin de injusticia est marcada por la opresin (percibida por los lectores, no as por los personajes). Los personajes vanos se muestran reacios a entender la situacin de los humildes y a ofrecerles una posibilidad de redencin: actan como verdaderos dueos del destino ajeno. Por su lado, los personajes sencillos, por falta de alcances, por ignorancia o por resignacin, se ven abocados a permanecer en su condicin de siervos. Los personajes vanos se convierten en opresores y los sencillos en oprimidos.

    No hay presentacin previa de los personajes en el relato: irrumpen bruscamente en el escenario de los hechos como si desde siempre formaran parte de los mismos. Y esto, que podra significar un defecto, no supone dificultad alguna, pues el arte de Delibes los acomoda en la accin en pocas palabras. As, el lector queda familiarizado con ellos inmediatamente.

    Si tuviramos que jerarquizar de que simblicamente representan los personajes clave, diramos que la marquesa (la duea) sera la personificacin de la injusticia; Ivn, la de la opresin; Azaras, la de la inocencia, y Paco, la de la resignacin.

    ANLISIS DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES: Azaras. El personaje ms entraable es Azaras, ingenuo y natural como un entraable

    animal domstico. Azaras va y viene a su antojo por el cortijo ante la benvola indiferencia del resto de los personajes. Su afn es cuidar sus pjaros y su dedicacin ms apasionada, la de domesticarlos y acariciarles el entrecejo mientras los arrulla con su sempiterno estribillo: Milana bonita, milana bonita. Azaras mantiene dilogos instintivos y elementales con las milanas (uuuuuuuuh, o qui).

    La elementalidad de Azaras no entiende que su seorito no permita llevar al mago al pjaro enfermo: pero es la milana, seorito, le dice sorprendido. La misma elementalidad le permite decir a su hermana la Rgula que no mande a sus hijos a la escuela, porque luego no te van a servir para finos ni para bastos. Cuando a Azaras

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    le van mal las cosas o siente una irreprimible tristeza, sustituye en su dedicacin la milana por su sobrina la Nia Chica.

    Tal vez sea Azaras el personaje que justifica, junto con el de la Nia Chica, el hecho de que la novela tenga ese ttulo tan hermoso y revelador de Los santos inocentes. Azaras es, en efecto, un inocente, un pobre infeliz cuyos movimientos y afectos inspiran la ternura de lector. Viene a ser el protagonista de la novela. No tiene malicia y su comportamiento es tan natural, que prcticamente viene a ser el smbolo de la unin de lo instintivo con la naturaleza. Sus sentimientos son tan elementales como los de las aves que domestica. A travs de la milana, Azaras forma parte de la bandada de los pjaros, se adentra en su reino, y, en cierto modo, se convierte en un bicho ms. Es tal la fascinacin que experimenta Azaras por la milana, que incluso se aprecia en su forma de expresarse. Cuando la Seora Marquesa, madre del seorito Ivn, descubre a Azaras en el cortijo y pregunta a Rgula quin es l y qu hace, Azaras contesta que abona los geranios, que corre el crabo de anochecida y que en esos momentos anda criando una milana. La Seora Marquesa, ante la respuesta de Azaras, le pregunta a Rgula: correr el crabo? puedes decirme de qu est hablando tu hermano?. Las palabras usadas por Azaras son comprensibles, pero la forma de enunciarlas y lo que connotan son extraas y desconocidas para los dems. Azaras se expresa como un extranjero dentro de su propia lengua, lo que hace su estilo incomprensible para los otros.

    Paco, el Bajo. Tal vez sea este personaje el que con mayor urgencia reclama del lector una

    posicin de denuncia ante los atropellos del cacique abusn. Paco, el Bajo es el personaje ms humillado y, al mismo tiempo, de los ms admirados por el seorito Ivn. Y ello, porque ste lo obliga a comportarse como si fuera un perro eficaz e imprescindible en las batidas de caza: es leal, obediente, agradecido, digno de alabanzas y consideraciones, pero perro al cabo. Es sumiso, pacfico y resignado. Todo lo acepta de buen grado y sin rechistar (ae, a mandar, que para eso estamos, es la respuesta habitual de Rgula o de Paco ante cualquier requerimiento de los seores o de don Pedro, el Prito), posee inteligencia natural, ingenio y unas dotes inusuales para rastrear, olfatendolas, las piezas abatidas o la presencia de personas y animales. Tiene conciencia de que el progreso pasa por que sus hijos adquieran una formacin intelectual y acadmica: ahora la Nieves nos entrar en la escuela y Dios sabe dnde puede llegar con lo espabilada que es. Se trata de un personaje bondadoso y entraable. Los dos accidentes sucesivos que sufre son el desencadenante de la tragedia final.

    El seorito Ivn. Parece claro que no es precisamente positiva la opinin que de la clase

    dominante tiene Miguel Delibes, a juzgar por el papel que le hace desempear a este personaje. Caprichoso, arbitrario y egosta, Ivn representa el vrtice de la escala jerrquica en el cortijo. Sus ideas son incontestables en el ambiente en que las emite: [...] el que ms y el que menos todos tenemos que acatar una jerarqua, unos debajo y otros arriba, es ley de vida, no?. En una ocasin, le deja claro a Paco cmo deben ser las relaciones entre ambos, a pesar del cario que se profesan y de los aos que hace que se conocen; ocurre cuando, pasada la infancia del seorito, ste dice: De hoy en adelante, Paco, de usted y seorito Ivn, ya no soy un muchacho. Paco acata sumiso la orden.

    Tan arbitrario es Ivn, que cuando Paco se lesiona por segunda vez, llega a decir que lo ocurrido ha sido tal que si [...] lo hubiera hecho a posta. Caer lesionado es

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    poco menos que un desacato; por eso, se siente traicionado por esa desatencin que le acaba de proporcionar el criado: qu te pasa ahora, Paco, coo? Ya es mucha mariconera esto, no te parece?.

    Ivn y Azaras cumplen la funcin de satisfacer una necesidad expresada en la novela: que haya una oposicin entre la arbitrariedad y la bondad. Es verdad que la crueldad y el egosmo del primero pueden parecer extremos hasta lo inverosmil; tambin que la bondad de los campesinos es tan inslita como improbable, pero lo fundamental para Delibes es reflejar que existe una oposicin opresores/oprimidos. Esta oposicin se resuelve ejecutando una sentencia urdida en la mente de un infeliz que tiene muy claro qu es eso de la justicia natural y qu eso de la venganza.

    La Rgula. Rgula es la mujer de Paco el Bajo. Trabajadora infatigable, viene a ser la

    representacin de la conciencia social de su familia (junto con el silencio spero de su hijo Quirce, serio y morugo, que callaba, mirando al seorito Ivn con sus pupilas oscuras, redondas y taciturnas, como las de una pitorra) frente a la irracionalidad desptica del seorito Ivn. Quiere que su hija Nieves vaya a la escuela, se atreve a reconvenir tmidamente al cacique (a ver su esto nos va a dar que sentir, seorito Ivn, y el seorito Ivn, tranquila, Rgula, te lo devolver entero), aconseja a sus hijos (t, or, ver y callar) y se ocupa de la una familia en la que dos de sus miembros, la Nia Chica y Azaras, requieren una dedicacin especial: Bien mirado, el Azaras era un engorro, como otra criatura, a la par que la Nia Chica, ya lo deca la Rgula, inocentes, dos inocentes, eso es lo que son, pero siquiera la Charito paraba quieta, que el Azaras ni a sol ni a sombra . Trabaja como un animal, ya que de tanto hacerlo, tiene el pulgar achatado, plano, sin huellas dactilares.

    3-. EL ESPACIO Y EL TIEMPO El paisaje es uno de los ingredientes fundamentales de las novelas de Miguel

    Delibes. Para el novelista, el paisaje no es una mera acotacin escnica separada del hecho narrativo, sino que posee una gran relevancia temtica y cumple una funcin integradora, ya que los personajes se reconocen en l y los conflictos y las pasiones tienen casi siempre una referencia al marco en que se producen. Normalmente sita la mayora de sus narraciones en Castilla, y predominan las historias situadas en zonas agrcolas y rurales, con predominio del minifundio (pequeas parcelas). Sin embargo, el espacio en que Delibes sita Los santos inocentes resulta novedoso, ya que los cortijos no son caractersticos de la regin castellana. Aunque esta novela presenta concomitancias con el paisaje rural de otras obras del autor (explotacin agrcola, conjunto de viviendas y terreno que las rodea, profusin de animales y plantas), presenta una diferencia fundamental: se trata de un latifundio, propiedad extensa que pertenece a una sola persona. El paisaje se resiente de esta concentracin de la propiedad: la jerarquizacin es ms radical; los vnculos que ligan a quienes lo habitan son muy variados; la estructura del paisaje es, por consiguiente, distinta Por algunas alusiones en la novela, se tratara de un cortijo situado cerca de la frontera con Portugal. Por otro lado, las explotaciones latifundistas llamadas cortijos slo existen, entre las provincias limtrofes con Portugal, en Salamanca, Cceres, Badajoz y Huelva. Delibes prefiere no concretar el lugar de la accin, aunque es claro que sobrepasa los lmites de Castilla. Lo que desea ms bien es dibujar la realidad del latifundio, profundizando en su organizacin social. Al autor no le importa tanto pintar una zona concreta, como reflejar un marco en que insertar de forma creble las vidas de los hombres que lo pueblan.

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    Los elementos que conforman el paisaje del cortijo aparecen minuciosamente descritos, mediante un lxico de gran precisin y profusin de detalles. El autor presta atencin, selectivamente, a aquellos elementos que permiten expresar mejor la condicin social de las personas o muestran los vnculos afectivos entre los hombres y la naturaleza. El cortijo presenta dos zonas claramente diferenciadas: un gran espacio natural y, dentro de l, una zona de viviendas. -El espacio natural es una gran extensin de terreno, tanto que para proteger sus lindes necesita un grupo de guardas. Es una tierra de labor, pero explotada caprichosamente. Una parte de ella se dedica a la agricultura, pero a los seoritos les interesa poco. Otra parte se dedica al pasto de ganado (ovejas y cerdos, principalmente). Pero el cortijo es, fundamentalmente, un gran escenario de caza para el disfrute de los seoritos y de sus invitados; son los episodios relacionados con la caza los que permiten al autor referirse con variedad y riqueza de matices a los elementos del espacio natural.

    Delibes presta atencin a tres elementos del paisaje: los accidentes del terreno, designados con gran precisin lxica (la sierra, el monte bajo, los cerros, los rastrojos, la vaguada, la charca, etc.); la flora (encinares, alcornoques, madroos, sauces, chaparros, matas, jaras, retamas, carrascas, tomillo, espliego, etc.); y la fauna, entre la que destaca la relacin de aves de caza (perdices, palomas, codornices, estorninos, urracas,...) y las dos milanas (el bho y la grajilla o grajeta); hay adems caza mayor (rebecos, venados) y animales domsticos (ovejas, cerdos, pavos, etc.). Delibes habla de esta naturaleza con la precisin y la riqueza de datos de quien conoce bien el terreno. Es un entorno dibujado a la medida de la mentalidad de los hombres que lo pueblan: los inocentes se hallan integrados en l, disfrutan de la naturaleza y la sufren; los seoritos y sus invitados abusan de su esplndida conformacin y de su fauna. -La zona de viviendas, donde transcurre gran parte de la narracin. En la novela aparecen diferentes detalles que permiten disear su configuracin: es una zona cerrada, protegida por una tapia y un portn. La vivienda de Paco se halla muy cerca de la entrada. Hay una corrala o espacio abierto en que se renen los sirvientes para celebrar la llegada de la seora Marquesa y que est rodeada por las casas de pastores, gaanes, porqueros, guardas, etc. En el interior se hallan los tres edificios principales: la Casa Grande, vivienda de los propietarios del cortijo; la Casa de Arriba, en la que viven el encargado, don Pedro, el Prito, y su esposa, doa Purita; y, cerca de ellas, hay una pequea Capilla, en la que el obispo celebra la misa de la Primera Comunin. Las viviendas de los seoritos y del encargado del cortijo contrastan vivamente con la sencillez de la vivienda de Paco, el Bajo.

    Todos estos aspectos revelan la importancia del espacio en la construccin de la novela. A este respecto, se puede destacar que: -El paisaje del cortijo tiene valor por s mismo, transmite una fuerte impresin de realidad y se constituye en fuente de conocimiento de un modo de vida peculiar. -Es factor imprescindible para dotar a los episodios de cohesin. Es un gran escenario por el que discurren los personajes y es el elemento que traba el aparente desorden de los episodios. -Revela la estructura jerrquica del latifundio. Cada elemento del paisaje refiere las diferencias sociales de los seres que transitan por l. -Expresa una doble actitud del hombre ante la naturaleza. Los inocentes se hallan integrados en l, mientras los seoritos lo degradan con sus abusos.

    Por lo que respecta al tiempo histrico, no existe en la novela ninguna fecha explcita que indique el ao en que transcurre. Hay, sin embargo, en el libro segundo una referencia al Concilio, que muy bien podra tratarse del Concilio Vaticano II,

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    celebrado en Roma de 1962 a 1965. Otro detalle puede ser el uso del tractor en las labores agrcolas, inicio de la mecanizacin del campo, que se produjo en los aos iniciales de los sesenta. Tambin se alude en la novela a la masiva migracin a las ciudades, que se produjo en esa poca. Por tanto, se puede afirmar que la mayor parte de los acontecimientos del relato se sita en torno a los primeros aos de la dcada de los sesenta.

    Desde el punto de vista de la organizacin de la narracin, o tiempo narrativo, destaca el uso subjetivo del tiempo. Recordemos que: 1.- La novela est estructurada en tres partes: las dos primeras presentan una configuracin episdica (vida rutinaria de los personajes,) y la tercera, una configuracin dramtica (relato de los sucesos ms importantes). 2.- Se emplean la repeticin y la variacin para la narracin de los sucesos. 3.- Es una novela de personaje, y el autor no escatima recursos narrativos para completar el perfil humano de sus criaturas. Teniendo en cuenta estos tres factores, observamos que: -Los hechos slo se relatan de una forma temporal lineal en los libros quinto y sexto; en los cuatro primeros existe una ruptura consciente de la linealidad del relato y se mantiene un constante juego con el tiempo mediante la reiteracin de sucesos, la aparicin de ancdotas fugaces y retrocesos temporales. En estos primeros captulos importa ms el dibujo del personaje que los hechos que protagoniza. -La relacin entre el nmero de sucesos y la extensin del discurso tambin vara entre unos libros y otros. El ritmo narrativo es lento en los cuatro primeros libros y se acelera en los dos ltimos, en que los acontecimientos se precipitan hacia un desenlace trgico, una vez que los personajes han sido dibujados en los primeros libros. La subjetividad con que Delibes usa el tiempo en Los santos inocentes se dirige tambin a intensificar el sentido de muchos elementos temticos de la novela, lo que se manifiesta en la existencia de tres tiempos distintos:

    -Un tiempo concreto, concentrado, de los acontecimientos ms importantes (dos ltimos libros), que se hace de una manera lineal, sin alterar el orden lgico de los acontecimientos y en un tiempo reducido, sin intervalos, lo que determina el ritmo rpido de la accin, y que a su vez justifica el empleo de otro tiempo (dilatado, diferido) para el resto de los sucesos narrados en los cuatro primeros libros; el ritmo narrativo en ellos es mucho ms pausado, lento.

    -Un tiempo concreto en el que se ubican los episodios que rompen la rutina, y un tiempo habitual que expresa precisamente el vivir cotidiano de todos los habitantes del cortijo. Tiempo habitual que aparece en los cuatro primeros libros, donde encontramos numerosas marcas que intensifican la idea de rutina: y as una vez tras otra, una primavera tras otra; y as fue corriendo el tiempo; y as da tras da; y as siempre, cada vez que....

    O de tiempo puntual, con marcas de tiempo concretas: alusin a fechas concretas, referencias a las estaciones del ao o a los das de la semana, referencias a hechos sealados o el uso de los tiempos verbales, que si para el tiempo habitual emplea el pretrito imperfecto de indicativo, signo de acontecimientos que se repiten, emplea el pretrito perfecto simple si introduce un acontecimiento puntual, y el presente de indicativo para referir los dilogos en estilo directo. Observemos estas formas verbales en el siguiente texto: ... y el Azaras recoga amorosamente a la Nia Chica y, sentado el poyo de la puerta, la arrullaba y la deca a cada paso, con voz brumosa, ablandada por la falta de dientes: milana bonita, milana bonita. hasta que los dos, casi simultneamente, se quedaban dormidos a la solisombra del emparrado,sonriendo como los ngeles, pero

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    una maana, la Rgula, segn peinaba a la Nia Chica, encontr un piojo entre las pas del peine, y se encoragin y se lleg donde el Azaras, Azaras, qu tiempo hace que no te lavas?

    -Un tiempo de los personajes ms relevantes; son los sucesos destacados de la vida de un personaje los que, en un momento dado, dictan el tratamiento temporal. La novela, aparte de contar los hechos memorables de la vida en el cortijo, tambin pretende hacer un recorrido por la vida de los personajes. Por ello, el autor usa caprichosamente del tiempo (desorden cronolgico, analepsis o retrocesos temporales, etc.) con tal de incluir aspectos que ilustren o justifiquen conductas presentes. Lo observamos, por ejemplo, en la amplia proporcin de tiempo que se dedica a Azaras: antes de llegar al cortijo, se refiere su vida en La Jara, haciendo cada da las mismas cosas, su fijacin por la milana (el Gran Duque), las peridicas visitas a casa de su hermana y su aficin por correr el crabo en primavera. O el tiempo dedicado a Paco, el Bajo. ste es avisado para que regrese de la Raya (donde haba estado cinco aos) al cortijo; pero se cuenta su vida en la Raya: alfabetizacin, la pasin cinegtica del seorito Ivn.

    4-. LAS TCNICAS NARRATIVAS

    Para Delibes es bsico, una vez diseados los principales episodios de la historia y perfilado el carcter de los personajes, el modo de narrar, es decir, la manera en que la historia se transforma en discurso. Para el autor es importante el enfoque o punto de vista desde el que se cuenta la historia por parte del narrador.

    La presentacin grfica de las voces del narrador y los personajes oblig a Delibes a resolver un problema tcnico: tuvo que transcribir el habla de los personajes en estilo directo pero incorporndolo al discurso del narrador. Para distinguir grficamente uno de otro determin introducir un salto de lnea en cada parlamento directo y un sangrado de la primera lnea del mismo, manteniendo el discurso del narrador al margen izquierdo. Todo ello afectaba a la puntuacin: la de suprimir el punto en el cuerpo textual de los libros y reservarlo para el cierre, sustituyndolo por la coma y por el punto y coma .

    En Los santos inocentes advertimos la presencia de tres voces narrativas: la del narrador-testigo, la del narrador-acorde y las voces de los personajes.

    1.- EL NARRADOR-TESTIGO Aparece en esta novela un narrador que est fuera de la accin, pero que demuestra una gran cercana al mundo que narra y un conocimiento detallado del marco en el que sita los hechos. El autor se presenta como un observador directo de los acontecimientos, dando la impresin de que traslada a su novela una parcela de vida contrastada por experiencias personales. Posee una completa documentacin e informacin de todo lo que relata o describe. No se trata, por tanto, nicamente de un narrador omnisciente, sino de un narrador-testigo, que permanece fuera de la accin, pero est cercano a los hechos, lo que confiere al relato un sesgo inequvoco de verosimilitud, autenticidad y realismo. Son signos de esta presencia del narrador-testigo: -La utilizacin de la tercera persona narrativa, seal de distanciamiento, deseo de objetividad y de no querer intervenir en la accin. -La minuciosidad y el detallismo que se advierte en las descripciones de los lugares, en los modos de conducta, en la penetracin psicolgica de los personajes y en fidelsimo reflejo del habla rural.

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    2.- EL NARRADOR-ACORDE En esta novela el narrador se identifica con el personaje, es decir, se produce una asuncin por parte del narrador de los pensamientos y del modo de hablar de algunos de sus personajes; la escritura se adapta a las experiencias, estmulos y reacciones de estas criaturas de ficcin. Es habitual en Delibes la identificacin con los humildes; por eso, la identificacin con ellos se transforma en compasin, se com-padece, se compromete con sus personajes. El narrador no se limita a contar objetivamente los hechos, sino que se sita en una posicin de simpata para con los personajes humildes o desfavorecidos. En Los santos inocentes la presencia de este narrador-acorde es perceptible en todo el relato e influye decisivamente en su sentido ltimo. Su presencia se hace ms clara: -En el ttulo: la iglesia catlica celebra el 28 de diciembre la festividad de los santos inocentes, que recuerda el episodio de la matanza por Herodes de todos los nios menores de dos aos. La novela tambin se refiere a nios (la Nia Chica, el Azaras, que haca cosas por pura niez), que adems son inocentes (carentes de culpa por falta de raciocinio). No obstante, el sintagma lexicalizado por el santoral (santos inocentes) posee una gran intencin expresiva con relacin a la compasin: se refiere a los personajes humildes del relato a los que se les pueden aplicar muchos de los significados que el diccionario atribuye a estas dos palabras: -Santo: perfecto, libre de culpa, persona de especial virtud y ejemplo, persona muy buena o muy resignada. -Inocente: (aparte del significado de subnormal que aparece en el texto), libre de culpa, cndido, sin malicia, fcil de engaar, que no daa, que no es nocivo.

    Tras leer la novela, es difcil prescindir de alguno de estos significados si consideramos el carcter de los personajes o de las acciones que protagonizan. La expresin santos inocentes induce ms intensamente a la compasin y predisposicin al lector hacia ella. -En la oralidad del relato: Delibes utiliza en cada caso el registro idiomtico adecuado al personaje a cuya conciencia se adapta. No slo asume el sistema de valores que caracteriza la vida de los humildes, sino que lo transmite con su mismo lenguaje. La simpata hacia los desheredados exige la adopcin del mismo registro con el que ellos se comunican. -En el lirismo: por encima de otros aspectos, lo que imprime carcter a la novela es la plasmacin del mundo de los sentimientos; la sociedad, la falta de instruccin y sus propias limitaciones han robado a los seres humildes la capacidad de pensar, pero, en contrapartida, son los nicos que atesoran sentimientos sencillos que dignifican la condicin humana. Sentimientos como: el amor al prjimo, el amor a la naturaleza, la ternura. Las palabras (milana bonita) con que Azaras expresa su cario por el bho, por la grajeta y por la Nia Chica tienen tal intensidad lrica que convierten la novela en un hermossimo poema. Esas dos palabras transmiten la sencillez del personaje, pero tambin condensan todo un sistema de valores: ternura, bsqueda de calor humano, amor a la naturaleza,... sentimientos que, segn el autor, pertenecen a los humildes.

    Buena parte de la originalidad y el acierto de la novela consiste en la habilidad para interiorizar el punto de vista narrativo en los personajes. stos expresan desde su particular perspectiva no tanto la realidad cuanto su vivencia de ella por medio de la lengua que les es propia. Destaca en esta novela la correspondencia entre el carcter y funcin de los personajes, y el uso que hacen del lenguaje. Cada uno de los dos mundos enfrentados en Los santos inocentes manifiesta, a travs de su lenguaje, el punto de vista desde el que contempla la vida y los rasgos ms sobresalientes de su carcter.

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    El ritmo narrativo y el sentido de la novela dependen en gran medida de los dilogos, pues stos aportan importantes matices sobre los personajes, su ideologa...

    El relato es como un gran mosaico de recursos en el que destacan la gracia y la sabidura desplegadas en la articulacin de los dilogos, la enorme riqueza lxica, la soberbia transcripcin del habla popular, el despliegue de oportunos vulgarismos perfectamente adecuados al contexto, el uso de una sintaxis llamativa, el original uso de la puntuacin (la novela slo usa seis puntos, cada uno ellos al final de los seis captulos), el uso esplndido del estilo libre indirecto, la identificacin del lenguaje del narrador con la de los personajes, la supresin de los verbos dicendi, etc.

    El lenguaje es, generalmente, popular y de sencilla comprensin para el lector, pues est lleno de expresiones propias del registro oral. Ese registro se da tanto en el narrador como en muchos personajes, pues existe en aquel un deseo de identificarse con stos, hasta en el habla. Las expresiones populares van salpicadas de vulgarismos, llenos de gracia y portadores de expresividad. El habla de los personajes es seca, contundente, escueta, de trazo oracional breve y sugerente. Es, por tanto, tpica de personajes a los que falta fluidez expresiva y precisin sintctica. De todas formas, lo que en otros casos pudiera parecer un desajuste, en Los santos inocentes funciona como un elemento de entraable elegancia, en unos casos, y de hondo lirismo en otros. Hasta las distorsiones sintcticas estn llenas de casticismo atractivo: mi hermano es, Seora, / acobardada, a ver, / y la Seora, / de donde lo sacaste? est descalzo, / y la Rgula, / andaba en la Jara, ya ve, sesenta y un aos y le han despedido, / y la Seora, / edad ya tiene para dejar de trabajar, no estara mejor recogido en un Centro Benfico? / y la Rgula humill la cabeza pero dijo con resolucin, / ae, mientras yo viva, un hijo de mi madre no morir en un asilo.

    Hay ocasiones en las que aparecen los campesinos con su habla vacilante, tmida y llena de espontaneidad. Cuando esto ocurre, uno no puede sino aceptar con una sonrisa el acierto de una sintaxis desajustada, pero llena de verosimilitud y humanidad. Dice Paco, el Bajo, al seorito de la Jara, cuando va a interceder por Azaras: razn, bien mirado, no le falta, seorito, pero hgase cuenta, mi cuado ech los dientes aqu, que para San Eutiquio sesenta y un aos, que se dice pronto, de chiquiln, como quien dice.

    El lenguaje es condensado, esencial, gil. En media pgina, Delibes es capaz de hacer transiciones de gran amplitud temporal.

    La novela Los santos inocentes contiene una serie de rasgos que la configuran como un relato de evidente renovacin formal (no contiene puntos ni comillas, los dilogos no se introducen convencionalmente, est llena de onomatopeyas, presenta guios tpicos del relato de difusin oral), aunque la originalidad de su presentacin lingstica de la que ya hemos hablado- no impide una lectura amena. Muy al contrario, sta fluye por los cauces de un inters creciente. Est llena de bellsimas y sobrias pinceladas paisajsticas, de descripciones de siluetas henchidas de ternura, de sensaciones doloridas y destellos conmovedores. La mirada de Azaras, por ejemplo, cuando es reprendido por su hermana o cuando es ignorado por la indiferencia del mundo, es una mirada llena de consternacin y asombro: ae, semejante puerco, no ves que ests criando miseria y se la pegas a la criatura? pero el Azaras la miraba desconcertado, con sus amarillas pupilas implorantes, la cabeza gacha, gruendo cadenciosamente, como un cachorro, mascando salivilla con las encas, y su inocencia y sumisin desarmaron a su hermana

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    Ha sido reconocida como una obra de emocionante fuerza dramtica e intenso lirismo. Es tensa, dinmica, su lectura no deja indiferente al lector. Es posible que la presentacin de los personajes propenda un tanto al maniquesmo (los buenos son muy buenos y los malos, excesivamente malos); es normal que esto ocurra, porque Delibes se ve obligado a acentuar los contrastes para que quede clara la voz de la denuncia, por encima de toda adscripcin ideolgica; es decir, no se trata de proclamar la necesidad de llevar a cabo ninguna lucha de clases, sino la de poner de manifiesto las agresiones que padece la bondad. Por eso, los personajes, ms que inocentes, son santos: queda claro incluso en el ttulo.

    En ocasiones, Delibes, sin dejar de lado la economa ni la depuracin expresiva, se recrea en pasajes tan hermosos como vigorosos y sugestivos. He aqu una muestra de concisin, belleza y dinamismo condensados: y entonces, el Azaras arrancaba a correr arruando, como un macareno, y el crabo aullaba detrs y, de cuando en cuando, soltaba su lgubre carcajada y Paco, el Bajo, desde el Canchal del Alcornoque, senta los chasquidos de la maleza al quebrarse y, poco despus, el aullido del crabo, y, despus, su carcajada estremecedora y, ms despus, nada y, transcurrido un cuarto de hora, apareca el Azaras, el rostro y las manos cubiertas de mataduras, con su sonrisa babeante y feliz, / buena carrera le di, Paco

    En otras ocasiones, el discurso se torna culto y comienza a discurrir por los cauces de una elegancia envidiable, recrendose en sonoridades llenas de expresividad evocadora y original. Es entonces cuando la frase se dilata y la descripcin se remansa en estampas tan bellas como la que sigue: y as fue corriendo el tiempo y, con la llegada de la primavera, el Azaras dio en sufrir alucinaciones, y a toda hora se le representaba su hermano, el Ireneo, de noche en blanco y negro, como enmarcado en una escapulario y de da, si se tenda en la torvisca, policromado, grande y todopoderoso, sobre el fondo azul del cielo, como vio un da a Dios-Padre en un grabado y, en esos casos, el Azaras, se levantaba y se iba donde la Rgula

    Cuando se trata de hacer incursiones en el mundo de la naturaleza y de la caza, el autor se deja llevar por el entusiasmo y despliega todo su arsenal de conocimientos lxicos: mirando fijamente la lnea azul-verdosa de la sierra recortada contra el cielo, y los chozos redondos de los pastores y el Cerro de las Corzas (del otro lado del cual estaba Portugal) y los canchales agazapados como tortugas gigantes, y el vuelo chilln y estirado de las grullas camino del pantano, y las merinas merodeando con sus cras

    En un flash-back o retroceso en el tiempo, nos cuenta un episodio de la infancia de Ivn: porque el Paco, el Bajo, no apreci sus cualidades hasta que comprob que los dems no eran capaces de hacer lo que l haca, y de ah sus conversaciones con el Ivancito, que el nio empez bien tierno con la caza, una chaladura, gangas en julio, en la charca o los revolcaderos, codorniz en agosto, en los rastrojos, trtolas en setiembre, de retirada, en los pasos de los encinares, perdices en octubre en las labores y el monte bajo, azulones en febrero, en el Lucio del Teatino y, entre medias, la caza mayor, el rebeco y el venado, siempre con el rifle o la escopeta en la mano, siempre, pim-pam, pim-pam, pim-pam, que es chifladura la de este chico, deca la Seora, y de da y de noche, en invierno o en verano, al rececho, al salto o en batida, pim-pam, pim-pam, pim-pam, el Ivancito con el rifle o la escopeta, en el monte o los labajos y el ao 43, en

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    el ojeo inaugural del Da de la Raza, ante el pasmo general, con trece aos mal cumplidos, el Ivancito entre los tres primeros, a ocho pjaros de Teba3, lo nunca visto, que haba momentos en que tena cuatro pjaros muertos en el aire, algo increble, que era cosa de verse, un chiquiln de chupeta codendose con . las mejores escopetas de Madrid y ya desde ese da, el Ivancito se acostumbr a la compaa de Paco, el Bajo, y a sacar partido de su olfato y su aficin y resolvi pulirle, pues Paco, el Bajo, flaqueaba en la carga

    La voz de Delibes es como la voz de uno de los personajes de la novela, llena de registros populares y, por tanto, de oralidad (ya lo hemos dicho en repetidas ocasiones). Al mismo tiempo, contagia de lirismo todo el texto con sus constantes pinceladas poticas. La voz que cuenta no es slo la de un gan de cortijo, sino la de un narrador potico, con una plena sabidura de la vida rural y un soberbio talento para elegir las palabras a un tiempo ms precisas y ms evocadoras. Oralidad y escritura se amalgaman sin producir un efecto artificioso. Y ste es el artificio secreto de la novela, mediante el que Delibes logra que el lector pase sin transicin y sin sentir de un giro coloquial a un sintagma propio de un registro literario. Oralidad y escritura convergen en el punto de fuga que es el estribillo milana bonita.

    5-. LA ESTRUCTURA La novela consta de seis secuencias o captulos, a los que Delibes llama libros. La

    razn de esta denominacin responde a que cada uno de aquellos captulos presenta independencia argumental: cada unidad textual funciona como una narracin poemtica autnoma, que no necesita de las otras cinco para cobrar sentido pleno, pero que, sin embargo, adquiere una ms cumplida significacin como parte integrante de la totalidad. Los ttulos de los libros son:

    Libro primero: Azaras Libro segundo: Paco, el Bajo Libro tercero: La milana Libro cuarto: El secretario Libro quinto: El accidente Libro sexto: El crimen

    La obra responde al esquema tradicional de la novela (planteamiento, nudo y desenlace). Desde el punto de vista del desarrollo lineal de los hechos, la novela se estructura de la siguiente manera:

    En los tres primeros captulos se nos presenta a los personajes principales. En el tercero de estos libros se enlazan las historias narradas en el primero y en el segundo.

    El captulo cuarto es el de la presentacin en escena del seorito Ivn, personaje que se sita en las antpodas de los personajes humildes. Ivn es la representacin de la tirana, de la arrogancia y del paternalismo egosta y campechano.

    Los dos ltimos libros vuelven a tratar asuntos ya contados. El enfrentamiento entre la pasin irracional por la caza de Ivn y el amor infinito que Azaras siente por la vida de su milana desemboca en la tragedia con que concluye el captulo final, titulado, de manera ambigua y significativa, El crimen (no sabemos si Delibes se refiere al que comete el seorito o al que comete el deficiente).

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    Internamente, la novela est organizada a travs de una estructura compleja que tiende a hacer ms denso el significado de la narracin. En este sentido, Delibes pretende poner de relieve una serie de elementos que l considera como integrantes principales de todo el relato: 1.- El perfil humano de los personajes: especialmente del Azaras, eje sobre el que gira el relato. Pero el autor tambin muestra su maestra al dibujar los caracteres de Paco, el Bajo, y del seorito Ivn, personajes de primer plano. Cada uno de ellos queda definido a travs de una serie de datos: descripciones, ancdotas, dilogos, consideraciones acerca de sus ideas, deseos, aficiones... 2.- El paisaje o marco en que se sitan los hechos: el cortijo es el universo espacial en que se sita la historia. Es un paisaje lleno de matices: estructura social semifeudal y arcaica, incardinacin entre el paisaje y la vida de los que lo pueblan. Es un paisaje distinto segn que el personaje sea amo o siervo: en cada momento se realzan del paisaje aquellos elementos que convienen a las acciones de cada personaje. 3.- El enfrentamiento de pasiones: Delibes enfrenta en Los santos inocentes dos concepciones del mundo: la de los seoritos, basada en el desprecio por la naturaleza y por los hombres; y la de los humildes, basada en la integracin en el medio en que viven y en la nobleza de sus actitudes. Pero el elemento vertebral de la historia es el dramtico enfrentamiento entre pasiones (pasin por la caza / pasin por la milana), que concluye en el crimen final.

    6-. EL HABLA POPULAR La oralidad es en la obra el ingrediente que capta con maestra el escritor.

    Delibes es pura observacin, mirada atenta y fascinada, odo alerta, predisposicin total para lo genuino y, por ende, para el asombro. De ah su precisin para el timbre exacto de un personaje, para la palabra justa.

    El estilo de Los santos inocentes responde al punto de vista adoptado por el autor, que se sita, del lado de los personajes inocentes y nos revela su mundo mediante un registro lingstico que ha de coincidir con el habla de tales personajes. El lenguaje es condensado, esencial, gil. El narrador adopta, como principal instrumento lingstico textual, el lenguaje de base oral. Pero, por otro lado, percibimos la presencia de un escritor que domina la lengua culta, el uso literario de la lengua y que intercala en el discurso oral numerosos fragmentos elaborados literariamente.

    En la narracin destaca, en primer lugar, la abundancia de nexos conjuntivos, y sobre todo de la conjuncin copulativa y (polisndeton), cuyo uso reiterado puede ser signo de oralidad. En la manera coloquial de contar una ancdota es frecuente el uso de esta conjuncin. En Los santos inocentes es adems un rasgo de estilo: resalta la ligazn entre las acciones y nos transmite un efecto de agilidad narrativa y de detallismo, de actividad frentica: ...y al or, el Azaras perda la nocin del tiempo, la conciencia de s mismo, y rompa a correr enloquecido, arruando, hollando los piornos, arandose el rostro con las ramas ms bajas de los madroos y los alcornoques y, tras l, implacable, saltando blandamente de rbol en rbol, el crabo, aullando y carcajendose y, cada vez que rea, al Azaras se le dilataban las pupilas y se le erizaba la piel y recordaba a la milana en la cuadra, y apremiaba an ms el paso y el crabo a sus espaldas tornaba a aullar y a rer y el Azaras corra y corra, tropezaba, ...

    En la narracin destaca tambin la sencillez formal, con predominio de proposiciones coordinadas, producindose la impresin de que interesa sobre todo la concatenacin de episodios; el discurso gana as en viveza expresiva. (Puede muy bien servir de ejemplo la cita anterior).

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    Donde mejor se observa el tono oral del discurso es en la extraordinaria flexibilidad con que se construye cada periodo narrativo. Sus rasgos son:

    Ruptura del orden lgico de los elementos en la oracin (Hiprbaton): ae, la Nia Chica es.

    Frecuentes enumeraciones, repeticiones y expresiones contrastivas. Numerosas elipsis, principalmente de verbos, sustantivos y preposiciones. Peculiar utilizacin de la partcula que, en muy diversas funciones. Los dilogos alcanzan en esta novela una enorme importancia cuantitativa y

    cualitativa. Sus rasgos ms caractersticos son: Estar basados en el habla viva, coloquial, con intencin de mantener fidelidad

    absoluta a los personajes a quienes se les atribuyen. Utilizar el estilo directo, con o sin presencia de verbo de decir introductor de

    la secuencia dialogada. Estos aspectos confieren a la novela verosimilitud, ausencia de artificio y fuerte

    impresin de realidad. Adems, a travs de los dilogos conocemos el punto de vista de los personajes.

    Para analizar el lenguaje de base oral del dilogo hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones: a) Formas de iniciarlo, con excitantes de atencin, que se utilizan para establecer contacto con el interlocutor (funcin ftica): Pronombres personales: T te vers cuando venga la seora, Paco, t ya

    te sabes cmo las gasto. Expresiones vocativas: madre, nia, hombre, mujer... Vocativos expresivos de simpata o antipata: Ivancito, majo..., milana

    bonita (expresin que transmite la mayor carga afectiva), Ceferino, maricn,.... Imperativos de percepcin sensorial: mira, oye... Con interjecciones: ojo, vaya, chist, coo, Dios, Jess, qu joder, no me jodas,

    por sus muertos, te lo juro... Existen tambin otras formas de introduccin y transicin, que se distinguen

    de las anteriores en que ya no se utilizan expresiones espontneas e interjectivas, sino producto de reflexin consciente: de veras...?, bien mirado, puede saberse...?

    b) La cortesa, que en Los santos inocentes viene exigida por el modo de vida y el contexto social, dentro de la relacin amo-criado; el lenguaje corts, entonces, se transforma en el lenguaje de la sumisin y la adulacin: aqu estamos de nuevo para lo que guste mandar, usted dir, buenas noches nos d Dios, por muchas veces, si el seorito no necesita otra cosa, si usted lo dice... c) Las expresiones afectivas, muy propias del habla coloquial, con juramentos, expresiones enfticas, intensificacin afectiva de adjetivos, diminutivos, comparaciones populares, enumeraciones, repeticiones afectivas, expresiones de compasin,... d) Economa y comodidad lingsticas: es quizs en el lenguaje de base oral donde ms se despoja el discurso de elementos que, por estar sobreentendidos o desgastados por el uso, no le son necesarios. En Los santos inocentes son frecuentes las elipsis verbales, sobre todo de verbos de decir, o las de sustantivos femeninos sobreentendidos y sustituidos por los pronombres las o stas, o las elipsis de preposiciones, sobre todo a + la (orilla de la tapia, orilla una jara), o partculas comodines (pues, vamos, vaya)...

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    La lengua castellana rural Existe una variedad del habla coloquial castellana especficamente rural, que es

    una combinacin de recursos del habla familiar y de la lengua vulgar y de un lxico y de una fraseologa ya desaparecidos de la lengua urbana. El uso de esta lengua castellana rural es una de las caractersticas fundamentales de Los santos inocentes. Por ejemplo:

    El trueque de pronombres: para que no me se agrieten. Los nombres de los siervos, poco habituales en zonas urbanas: Azaras,

    Rgula, Quirce, Rogelio, Lucio, Dmaso, Facundo. El apodo acompaando al nombre: Paco, el Bajo; don Pedro, el Prito. El anteponer el artculo al nombre propio: la Charito, el Crespo, el Azaras. Tambin es propio del habla rural el humor, la socarronera de algunas

    expresiones; es un humor directo, elemental. Cuando el seorito Lucas dice a los sirvientes del cortijo que la hache es muda, Paco, el Bajo, pens para sus adentros, mira, como la Charito, que la Charito, la Nia Chica, nunca deca esta boca es ma, que no se hablaba la Charito.... Pero donde es ms perceptible la naturaleza rural de la lengua de Los santos inocentes es en el lxico: es clave la comprensin del lxico para una correcta lectura de esta novela. Muchos trminos, propios del habla especficamente rural, son desconocidos para la gente de la ciudad. Delibes rescata del olvido una serie de palabras que el progreso ha ido arrinconando. Este vocabulario aade riqueza lxica, precisin y claridad al lenguaje. Basta con prestar atencin a los trminos de cuatro campos lxicos: los accidentes del terreno, la flora, la fauna y los trminos de caza: geranios, sauces, alcornoques, encina, rastrojeras, aguardadero, zurrn, cartucho, grajetas, pavos, perdices, trtolas, crabo, bho para comprobar que la lengua rural es en muchos aspectos ms rica y variada que la lengua urbana. Acceder al significado de las palabras, a su conocimiento, significa poder acceder al mundo novelesco de Delibes, para quien este tipo de lenguaje es una de las vas de conocimiento de la naturaleza, una forma de integracin en el mundo en que ubica sus historias.

    Hay tambin una abundante fraseologa (modismos, giros coloquiales), propia de zonas rurales; expresiones como: tal cual, sacar las uas, dicho y hecho, ponrsele en la cabeza a uno, helar la sangre, ser un don nadie, ver crecer la hierba, salirse del tiesto, estar de Dios, chupar el dedo, echar un galgo, calentar la sangre, etc.