Tema 5 - La República española (1931 – 1939)

7/27/2019 Tema 5 - La Repblica espaola (1931 1939)

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Historia Poltica y Social Contempornea de Espaa@Jeav_89 |

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TEMA 5: LA REPBLICA ESPAOLA (1931 1939)

1 Gobierno provisional.

Aconteci de forma pacfica tras unas elecciones municipales convertidas enplebiscito, en un clima de alegra, sin rebelin ni enfrentamientos armados y sin queexistiera en la sociedad la conciencia de crisis aguda. Este carcter pacfico diferencia aEspaa y la instauracin de la repblica al resto de pases europeos en que se quebrla democracia y ascendieron los fascismos.

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron el triunfo a lascandidaturas republicano-socialistas en la mayor parte de las capitales de provincia, loque alent la movilizacin popular que das ms tarde llev al comit revolucionario aocupar el poder que la Corona haba desertado. El Comit Poltico de la Repblica

design a Niceto Alcal-Zamora presidente del gobierno provisional, asumiendotambin la jefatura del Estado.

El gobierno estaba conformado por republicanos de todas las tendencias:conservadores y catlicos (Alcal-Zamora o Maura), de centro (Lerroux o MartnezBarrio), de izquierda (Manuel Azaa o lvaro de Albornoz) e independentistas (CasaresQuiroga). El gobierno se complet con representantes de PSOE y UGT (Indalecio Prieto,Fernando de los Ros y Francisco Largo Caballero).

Una vez constituido, el gobierno provisional public el Decreto fijando el Estatutojurdico del Gobierno, donde afirmaba su carcter transitorio establecindose con

plenos poderes y sometiendo su actuacin a las normas jurdicas. Anunci que todassus iniciativas se someteran a sancin de las Cortes Constituyentes. Adems, abriraun juicio de responsabilidades por los actos pendientes de examen al ser disuelto elParlamento en 1923. Se hizo pblica tambin su decisin de respetar la concienciaindividual mediante la libertad de creencias y cultos. El mismo 14 de abril se decretuna Ley de Amnista.

I. Reformas por decreto.El reconocimiento de la libertad de creencias y cultos sirvi como punto de

partida de las medidas secularizadoras que adoptarn de inmediato los

ministerios: Se inst a las autoridades civiles a abstenerse de asistir a ceremonias

religiosas sin perjuicio de mantener relaciones de cortesa con lasautoridades eclesisticas.

Se derog la obligatoriedad de asistir a misa en cuarteles y otrasdependencias militares.

Se suspendi la obligacin de asistencia de la poblacin reclusa a losactos de culto catlico.

Se autoriz a todas las confesiones religiosas el ejercicio privado ypblico de sus cultos.


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Se estableci la voluntariedad de la enseanza religiosa en las escuelasprimarias, debiendo presentar solicitud expresa de los padres en casode querer impartir esta materia.

El decreto del 5 de mayo regul la composicin de los Consejos deInstruccin Pblica, donde la jerarqua catlica se vio privada de intervenir en la

elaboracin de los planes de estudio. A esta direccin democrtica, aconfesionaly laica se aadi el propsito de fomentar la cultura y elevar el nivel deeducacin ciudadana, creando las Misiones Pedaggicas. A estas se les confiabael establecimiento en medios rurales y extrarradios de bibliotecas populares,lecturas y conferencias, sesiones de cine, conciertos y orquestas, audiciones,exposiciones,

Por lo dems, la Instruccin Pblica dedic buena parte de su presupuesto apaliar la calamitosa situacin de la enseanza primaria: se trat de resolver eldficit de ms de 27.000 escuelas con la aprobacin de un plan quinquenal por elque se crearan 7.000 escuelas el primer ao y 5.000 los cuatro aos restantes.

El 22 de abril se oblig a todos los jefes, oficiales y asimilados a prestarpromesa de adhesin y fidelidad a la Repblica. Sobre la base de la fidelidad delos que optaron por permanecer en las Fuerzas Armadas, Manuel Azaacomenz las reformas militares concediendo por decreto el pase a reserva oretiro con el mismo sueldo que estando en activo a todo general, jefe u oficialque as lo solicitara. El 3 de junio se procedi a una clasificacin y calificacin deascensos, suscitando cierto malestar entre los afectados.

Estas medidas pretendan librar al Estado del militarismo y elevar ladeficiente organizacin y escasa eficacia del ejrcito, procediendo a una re-organizacin de unidades cuyo resultado formase un ejrcito nuevo con la nica

misin de la defensa de la patria en tiempos de guerra y la preparacin para laguerra en tiempos de paz.

Las 16 capitanas generales se redujeron a 8 divisiones orgnicas, quedaronsuprimidas las regiones militares, abolidos los ttulos, honores y prerrogativas decapital general; se suprimi la Academia General Militar, se reestableci elEstado Mayor Central y se cre el Consejo Superior de Guerra. Esta rpidasucesin de medidas dej paralizaron a sus posibles adversarios, aunque seextendi el descontento en las ms altas jerarquas militares. No obstante, eranecesaria una reforma que hiciera ms operativo el ejrcito y redujera lamacrocefalia que padeca.

Desde el Ministerio de Trabajo se cre un marco legal para reglamentar lasrelaciones laborales y afianzar el poder de los sindicatos, sobre todo de la UGT,en la negociacin de contratos de trabajo y la vigilancia de su cumplimiento. Eldecreto de Trminos Municipales obligaba a los propietarios o arrendatarios acontratar primero a los jornaleros del propio municipio. Por otro lado, las Leyesde Contrato de Trabajo y de Jornada mxima transformaron radicalmente lascondiciones del mercado de trabajo en los medios rurales.

La Comisin Tcnica Agraria, creada por el Ministerio de Justicia, presentun plan de asentamiento temporal de entre 60.000 y 70.000 campesinos sintierra, cada ao, en propiedades de latifundio. Pese a que no se modificaba la

titularidad del latifundio, los socialistas no estaban satisfechos y optaron pormovilizar a los terratenientes. El gobierno les garantiz que esta reforma no se


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hara por decreto. Una nueva comisin, presidida por Alcal-Zamora, presentante las Cortes un segundo plan de reforma a finales de agosto que prevea laexpropiacin con indemnizacin de latifundios, preferentemente de origenseorial, y de tierras no cultivadas directamente por propietarios. Su debateparlamentario apenas tuvo recorrido, no adelantndose nada en la reforma

agraria a final de este ao.En Barcelona, Llus Companys haba tomado posesin de la alcalda y

proclamado la Repblica Federal Espaola el mismo 14 de abril. Horas ms tarde,desde el balcn del ayuntamiento, Francesc Maci se dirigi a la multitudcongregada en la plaza de Sant Jaume proclamando, en nombre del pueblo deCatalua, lEstat Catal, que amb tota cordialitat procurarem integrar a laFederaci de Repbliques Ibriques.

Su proclamacin era de enorme calado. Antes de que la Repblica seproclamara en Madrid, Maci daba por constituido un Estado cataln y unafederacin de repblicas ibricas en las que se procurara integrar dicho Estado.

Esa misma noche, en una nueva declaracin (ms larga y meditada), evocaba unasupuesta ratificacin a los acuerdos adoptados en el acto de San Sebastin.

Estas sucesivas declaraciones mostraban la variedad de tendencias en lacoalicin de izquierdas catalanas y un elevado nivel de improvisacin acerca dequ se proclamaba y ante quin. En cualquier caso, tres ministros del gobiernoprovisional se desplazaron de inmediato a Barcelona para negociar una frmulade avenencia.

Tras las negociaciones se firm una declaracin conjunta expresando laconveniencia de avanzar en la colaboracin de un Estatuto que, una vezaprobado en la asamblea de ayuntamientos catalanes, sera presentado por el

gobierno provisional como ponencia ante las futuras Cortes Constituyentes. Seacord tambin la denominacin de Gobierno de la Generalitat Catalana, quecomenz a gobernar con un amplio margen de autonoma con vistas a elaborarun anteproyecto de Estatuto de Autonoma.

II. Elecciones a Cortes Constituyentes.Tras los primeros das de emocin, los decretos de reforma y las primeras

manifestaciones de anticlericalismo con la quema de iglesias en Madrid, Mlagao Sevilla; era necesario dotar a la Repblica de una Constitucin. Tras constituirla comisin pertinente, se modific la Ley Electoral con el fin de convocarelecciones para Cortes Constituyentes.

Se redujo a 23 aos la edad para poder ser elector y elegido, se sustituy elsistema de distritos unipersonales por las circunscripciones provinciales ycapitales de 100.000 habitantes o ms (dndose 1 diputado por cada 50.000habitantes). Se concedi la calidad de elegibles a las mujeres y al clero,introducindose un sistema de lista abierta con una prima a la triunfadora. Sesuprimi el artculo que proclamaba elegidos, sin necesidad de celebrarelecciones, a los candidatos de los distritos en los que slo se hubiera presentadouna candidatura.

El 3 de junio, mediante decreto, el gobierno convoc elecciones a Cortesinvestidas con amplio poder constituyente y legislativo, que se celebraran el da

28. El triunfo de las candidaturas republicano-socialistas fue rotundo excepto enPas Vasco, donde triunf una coalicin de derechas formada por catlicos,


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tradicionalistas y nacionalistas. Solamente en Burgos y Segovia triunf laderecha. Quedaron compuestas las cortes del siguiente modo:

Partido Representante Escaos

Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE) Julin Besteiro 115Partido Republicano Radical Alejandro Lerroux 90

Partido Republicano Radical Socialista Marcelino Domingo 61Esquerra Republicana de Catalua (ERC) Francesc Maci 29

Accin Republicana Manuel Azaa 26Derecha Liberal Republicana Niceto Alcal-Zamora 25

De estas primeras elecciones result un sistema pluralista extremo, con 19grupos, pero no polarizado. Cerca del 90% de los diputados formaban parte de la

mayora gubernamental, quedando lo restante a la oposicin monrquica,catlica y agraria. Casi todo el Parlamento era gobierno. El PSOE se convirti enla minora ms numerosa y Julin Besteiro asumi la presidencia de la cmara.

Los lderes de los partidos mayoritarios acordaron mantener el compromisode San Sebastin hasta que se aprobara la nueva Constitucin. Alcal-Zamora yMiguel Maura, pese a su escaso nmero de diputados, permanecieron en suspuestos mientras el gabinete provisional acuda a las Cortes. En el mismo acto seratific como gobierno de la Repblica, aunque an no era constitucional seabandon su carcter provisional desde el 1 de julio.

2 Constitucin de la Repblica espaola.

Recin confirmado el ejecutivo, la Comisin Jurdica envi su anteproyecto deConstitucin. El Ttulo III supuso una autntica novedad, relativo a los derechos ydeberes de los espaoles. El Ttulo I defina a Espaa como una Repblicademocrtica, prestando especial atencin a la autonoma de municipios y provincias.Se abri tambin la puerta a las provincias limtrofes a definirse como regin por suscaractersticas geogrficas e histricas comunes. Se procedi tambin a la separacinIglesia-Estado, respetando la libertad de conciencia y la de cultos, definiendo a laIglesia catlica como institucin de derecho pblico.

I. Norma suprema y programa de gobierno.El gobierno rechaz este anteproyecto y cre una comisin especial de 21

diputados, elegidos por la Cmara, para presentar al pleno un proyecto deConstitucin. Su propsito consista en organizar un nuevo Estado y dotarlo deuna norma suprema del ordenamiento jurdico, adems de llenarla de contenidoprogramtico.

El proyecto presentado a debate en el pleno no se limitaba a garantizar unosderechos y establecer una nueva forma de gobierno definiendo los poderes yfunciones de sus instituciones, sino que tambin traz un programa poltico

acorde a las expectativas de cambio social levantadas por la instauracin delnuevo rgimen y con la necesidad de construir un Estado que transformara la


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sociedad. Finalmente, la Constitucin fue aprobada el 9 de diciembre. El textoconstitucional presentaba un carcter intervencionista y de izquierdas.

La Constitucin de 1931 reconoce la plena igualdad de sexos, el sufragiouniversal se ampli por primera vez a la mujer, los derechos civiles y polticosquedaron reconocidos y se garantizaba jurdicamente su efectividad, no se

admita ningn tipo de privilegio que pudiera establecer diferencias, la libertadde conciencia se reconoci de manera plena, se estableci tambin el amparociudadano por primera vez, los cnyuges del matrimonio eran libres y podandisolver por mutuo acuerdo este vnculo, los derechos de propiedad sereconocieron aunque limitados por funcin social,

El texto constitucional estableci la autonoma de las regiones para darcauce a hechos diferenciales, la unicameralidad de las Cortes y la institucindel referndum. La eleccin del presidente de la Repblica no gust a todos:mediante asamblea misma de compromisarios y diputados. Se tild a estesistema como parlamentarismo atenuado. Con ms poderes que otras

democracias parlamentarias, el presidente de la Repblica encargaba laformacin de gobierno a un presidente que necesitaba, adems, la confianza dela Cmara.

Se instaur en Espaa la justicia constitucional mediante el Tribunal deGarantas Constitucionales, con competencias de control de constitucionalidadde las leyes, amparo de garantas individuales, competencia legislativa entre elEstado y las regiones autnomas y responsabilidad criminal del jefe del Estado ydel presidente, magistrados y fiscal de la Repblica. La Constitucin introduca unmodelo rgido de reforma: una vez aceptaba la iniciativa del gobierno o de unacuarta parte de los diputados, el Parlamento quedara disuelto y se convocaran

nuevas elecciones a Cortes (Constituyentes hasta decidir la reforma propuesta).Se abordaron temas que no admitan ya demora: la cuestin catalana y la

cuestin religiosa, que dejaron sentir su presin en los debates parlamentarios:presentacin de un proyecto de Estatuto por parte de la Generalitat, alud deprotestas y presiones del nuncio del Vaticano, Para la cuestin catalana seencontr una solucin de concordia; para la religiosa, la frmula fue deconfrontacin.

El artculo 1 de la Constitucin defina a Espaa como Repblicademocrtica de trabajadores de toda clase, denomin Estado integral (entrefederal y unitario) para resolver la cuestin catalana: Catalua como hecho

diferencial y su relacin con el Estado. No obstante, esta va abra el caminopara que otras regiones asumieran su propio autogobierno en la medida en queas lo desearan, tuvieran capacidad para ello y se atuvieran al marco establecidopor la Constitucin. Integral, por tanto, quera decir que la Repblica integrabaen su unidad la diferencia hasta el lmite que demandara cada una de lasregiones y en la medida en que tuviera capacidad de administrarla.

Por otro lado, la cuestin religiosa vena ya de lejos, pues en 1812 ya huboconflictos en este aspecto. La separacin Iglesia-Estado no era la nica cuestin,sino la libertad de conciencia y el papel que el Estado debera desempear en losmbitos cultural y educativo. Desapareci el proyecto de disolucin de todas las

rdenes religiosas y la incautacin de sus bienes y se mantuvo la puerta abierta ala educacin privada.


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No obstante, la prohibicin del ejercicio de la industria, el comercio y laenseanza por parte de rdenes religiosas establecida en el artculo 26 causuna profunda conmocin en el episcopado y en las rdenes de Espaa. Losobispos firmaron una declaracin conjunta donde reprobaron la exclusin de laIglesia de la vida pblica, violacin de la libertad religiosa, supresin de medios

econmicos de sustentacin del clero, atentado jurdico contra el matrimonio ylos peligros que amenazaban a las congregaciones. Llamaron a los catlicos alanzarse unidos a la nueva conquista que se impona en el tiempo presente.

El Papa Po XI elev tambin su protesta contra las mltiples ofensas a losderechos de la Iglesia, que eran derechos de Dios y de las almas. Alentados porel Vaticano, los obispos impulsaron un movimiento catlico bajo la bandera delrevisionismo constitucional antes de que la Constitucin fuera promulgada. Suestrategia se encaminaba a la unificacin poltica de los catlicos.

II. Crisis en la presidencia.El debate del artculo 26 escindi a la coalicin republicana, provocando la

dimisin del presidente del Gobierno y del ministro de la Gobernacin. Losdiputados de la derecha tambin abandonaron sus escaos para no volver aocuparlos hasta que fuera promulgada la Constitucin. La crisis poltica abierta seresolvi sobre la marcha: Manuel Azaa, ministro de la Guerra, fue elegido parala presidencia del Gobierno.

Azaa fue responsable de la frmula que cerr el debate del artculo 26 yque reduca a mera posibilidad la incautacin de bienes eclesisticos y evitaba ladisolucin de todas las rdenes religiosas a costa de prohibirles el ejercicio de laenseanza y disolver la Compaa de Jess.

El nuevo presidente urgi la aprobacin de una Ley de Defensa de la

Repblica que, en la prctica, suspenda la garanta de los derechos reconocidosen el Ttulo III. Tres leyes alcanzaron rango constitucional: una primera relativa ala Comisin de Responsabilidades, la Ley de Defensa de la Repblica y otra leyque regulara el procedimiento para exigir la responsabilidad criminar delpresidente de la Repblica. Las Cortes Constituyentes deberan votar la ley deconfesiones y congregaciones religiosas y la del Tribunal de GarantasConstitucionales.

La Constitucin previ tambin la promulgacin de leyes que tenan sufundamento en el propio texto o que afectaban a derechos constitucionales: Leydel Divorcio, Ley de Orden Pblico, Estatuto de Catalua, El 9 de diciembre se

aprob la Constitucin con 368 diputados presentes de los 466 que componan laCmara. Todos los asistentes votaron a favor y otros 17 ausentes manifestaronsu deseo de que constaran sus votos afirmativos. En total, el 826% de la Cmaraaprob el texto constitucional. Se procedi de inmediato a la eleccin delpresidente de la Repblica en nombre de quien lo haba sido desde octubre:Niceto Alcal-Zamora. Se recuperaba as al sector ms moderado y ms catlicodel republicanismo.


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3 La coalicin republicano-socialista.

Los problemas no tardaron en aparecer. Una vez confirmado Azaa en lapresidencia, Alejandro Lerroux se neg a seguir en el gobierno si los socialistaspermanecan en l. Ante este dilema, Azaa, con apoyo de Alcal-Zamora, opt por

retener a los socialistas mientras el Partido Radical pasaba a la oposicin. Se gui porel principio de que las democracias necesitaban mantenerse en una alianza de la claseobrera con las clases medias.

Romper la alianza interclasista que sirvi de base a la instauracin de la Repblicay expulsar al partido obrero y a su sindicato del gobierno habra sustrado al nuevorgimen un apoyo fundamental, mientras que el paso de los radicales a la oposicingarantizaba la presencia de una alternativa leal a la Constitucin. El gobierno deManuel Azaa qued compuesto del siguiente modo:

Cargo Responsable

Presidente Manuel Azaa

Ministro de Instruccin Pblica Fernando de los RosMinistro de Gobernacin Santiago Casares Quiroga

Ministro de Trabajo Francisco Largo CaballeroMinistro de Obras Pblicas Indalecio Prieto

Ministro de Justicia lvaro de AlbornozMinistro de Agricultura, Industria y Comercio Marcelino Domingo

Ministro de Estado Luis de Zulueta

Ministro de Hacienda Jaume Carner

En su presentacin a las Cortes, Azaa anunci que la pasada dispersingubernamental dejara paso a la ejecucin de un amplio programa parlamentarioacordado en Consejo de Ministros, que llegara a las Cortes como ponencia delgobierno y sera sometido a la aprobacin de la Cmara. Se anunciaba as una nuevaforma de gobernar para un ambicioso programa de gobierno. Sera preciso, en primerlugar, aprobar el presupuesto, la Ley de Reforma Agraria, el Estatuto de Catalua y laLey Electoral. Eran numerosas las leyes pendientes de aprobacin: reforma del CdigoCivil (divorcio e igualdad de la mujer), Ley de Orden Pblico, Por su parte, el gobierno

dedicara sus esfuerzos a consolidar la legislacin ya aprobada.

I. Luchas sociales.Mientras en Espaa se celebraba el advenimiento de la Repblica, Europa

entraba en la mayor grave crisis econmica de posguerra (se derrumb elsistema monetario y se contrajo el comercio mundial). La depresin de laeconoma espaola fue menos profunda: la agricultura y la industria se libraronde la fase depresiva. No obstante, la construccin fue el sector ms castigado alparalizarse en las principales ciudades la orga constructora fomentada por lapoltica de la dictadura de Primo de Rivera.

El ensanche y la reforma de Madrid, la Exposicin Universal y la Estacin deFrancia en Barcelona, la Exposicin Ibero-Americana de 1929 en Sevilla y otras


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obras de gran envergadura atrajeron a miles de jornaleros que quedarondespus condenados al paro tras paralizarse o terminarse las obras. Estos

jornaleros haban emigrado a zonas con alto paro estacional y sueldosmiserables. El establecimiento de salarios legales y la jornada mxima, lanecesidad de acudir a las bolsas de trabajo y la imposibilidad de contratar a

jornaleros de otros trminos municipales trastocaron las tradicionales relacionesde clase en el campo.

Los jornaleros que se trasladaban para labores de siega no pudieron recurrira su tradicional medio de trabajo por el decreto de Trminos Municipales, queprohiba su contratacin si haba desempleo an en el municipio. Las llamadas deurgencia de alcaldes y gobernadores al ministro fueron angustiosas en los mesesen que no se pudo paliar esta situacin con obras pblicas por falta depresupuesto. Fue chocante esta situacin con las grandes expectativas de mejorade vida que el cambio de rgimen insufl entre obreros y campesinos, que seafiliaron por miles en los grandes sindicatos (UGT y CNT).

En enero de 1932, durante una huelga general convocada por la federacinagraria de UGT, cuatro guardias civiles fueron asesinados a manos de un grupode campesinos en Castilblanco. Poco despus, en Arnedo, la guardia civil disparsobre una manifestacin pacfica en el centro de la ciudad, matando a 11personas e hiriendo a ms de 30 manifestantes. El presidente del gobiernoatribuy estos sucesos a la falta de educacin cvica, a la barbarie y al atraso;defendiendo adems a la guardia civil en su propsito de no utilizar al ejrcitopara cuestiones de orden pblico.

CNT, por su parte, consideraba la legislacin laboral un intento de exclusinde este sindicato sobre la clase obrera. Proclam el comunismo libertario en la

cuenca del Llobregat (Catalua) y denunci a la UGT acusndola de promoveruna poltica de sumisin de los trabajadores al Estado y a la clase burguesa. Losconflictos entre los dos grandes sindicatos y entre estos y los patronosaumentaron la intensidad de las huelgas.

La novedad fue el incremento de las huelgas agrcolas y de la construccinpor todo el pas. Los huelguistas exigan la reduccin de la jornada,establecimiento de turnos de trabajo, readmisin de despedidos o colocacin deparados, Las huelgas abundaron en ciudades que haban soportado la llegadamasiva de inmigrantes y que sufran ahora una profunda crisis de la construcciny un incremento notable del paro. En la agricultura, son las zonas de mayor

proletariado rural las que encabezaron los conflictos.En definitiva, fue la frustracin de la expectativa en un cambio de vida lo queafect al proletariado ms joven, poco cualificado y sin arraigo en la ciudad, loque dio a la lucha de clases una intensidad difcil de entender como un meroefecto de la crisis econmica.

La respuesta de la patronal consisti en reforzar sus organizaciones y crearnuevas confederaciones ms adaptadas a las necesidades del momento. Diversasorganizaciones y agrupaciones patronales defendieron la propiedad ycomenzaron la ofensiva contra la presencia socialista en el gobierno. Acusaron algobierno de extender por el pas la lucha de clases de manos del socialismo y

sus colaboradores.


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Los patronos exigan que se reforzara el principio de autoridad e incluso laeliminacin de los jurados mixtos (otros pedan tan solo su reforma). Suargumento era que la presencia socialista en el gobierno era intil paramantener la paz social y que cuando ms pagaban a sus obreros y ms derechostenan conquistados era tambin cuando deban enfrentarse a la amenaza de

ms huelgas. Coincidieron as las llamadas de la CNT contra la dictadura social-azaista y la protesta de los patronos contra la socializacin que atribuan a lossocialistas en el gobierno.

II. Reforma agraria y Estatuto de Catalua.El gobierno no mostr firmeza ante las insurrecciones anarquistas del mismo

modo que tampoco se mostr en otros aspectos. En el verano de 1931 ya sehablaba de una conspiracin monrquica. La agitacin militar subi de tonocuando lleg el momento de cambios y sustitucin de mandos, lo cual coincidicon el debate en las Cortes de los proyectos de reforma agraria y del Estatuto deCatalua.

Esta conspiracin militar estall en la noche del 9 al 10 de agosto de 1932,donde fracas estrepitosamente ante la presencia de la Guardia Civil y de Asalto.Se public una proclama en Sevilla donde se deca asumir la gobernacin del pasporque se haban alentado los sentimientos de varias regiones poniendo enpeligro la integridad de Espaa. El general Sanjurjo huy al da siguiente aunquefue detenido, encarcelado, sometido a consejo de guerra e indultado por elgobierno de la pena de muerte a la que fue condenado.

El gobierno suspendi por tiempo indefinido la publicacin de peridicos orevistas supuestamente relacionados con los conspiradores y el Congreso le diova libre para debatir y aprobar por mayora de dos leyes pendientes: la Reforma

Agraria y el Estatuto de Autonoma de Catalua.La ley de Bases de Reforma Agraria, el 15 de septiembre de 1932, defina

hasta trece tipos de tierras expropiables: seoros jurisdiccionales, las malcultivadas, las compradas con fines especulativos, las explotadas en rgimen dearrendamiento sistemticamente, La ejecucin de la ley se encomendaba a unInstituto de Reforma Agraria (IRA), dotado de un presupuesto y encargado derealizar el inventario de las tierras expropiables. Sera la junta provincial agrariacorrespondiente quien elaborara dicho censo de campesinos en cada trminomunicipal.

La complejidad de la ley (por su alcance), la elaboracin de inventarios y

censos y la escasez de recursos econmicos suscit gran inquietud entre lospropietarios latifundistas y pequeos y medianos propietarios. El 1 de noviembreel Ministerio de Agricultura promulg un decreto de intensificacin de cultivospara ocho provincias de latifundio. En este decreto se prevea la cesin por dosaos de tierras no cultivadas a los campesinos que, al finalizar la cosecha,pagaran una renta al propietario y desalojaran las tierras. Ms de 40.000campesinos se beneficiaron de esta medida, lejos de los 8.600 asentados por laLey de Reforma en el primer ao de aplicacin.

El mismo da que se promulgaba la Ley Agraria, las Cortes aprobaron elEstatuto de Autonoma de Catalua, tambin objeto de grandes debates y de

una sistemtica obstruccin por la minora de derechas. En su artculo 1afirmaba que Catalua es un Estado autnomo dentro de la Repblica


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espaola. Ya en su artculo 2 aada que el poder de Catalua emanaba delpueblo y lo representa la Generalitat. El texto elaborado por la ponencia a laque se haba encargado se someti a referndum y aprobado por el 99% de losvotantes (con una abstencin del 25%). Das ms tarde se present a las Cortes,que aparcaron su discusin hasta haber promulgado la Constitucin.

El debate comenz el 6 de mayo de 1932 con la repeticin de discusionesdadas en la ponencia encargada de su redaccin. La intervencin decisiva delpresidente del gobierno y el fervor republicano suscitado por el golpe de Estadodel general Sanjurjo, aceler la aprobacin del texto. El Estatuto se abra con unafrmula transaccional: Catalua se constituye en regin autnoma dentro delEstado espaol, con arreglo a la Constitucin de la Repblica y al presenteestatuto. Ni era Estado, ni era regin. Se constitua como regin autnoma,con Parlamento y gobierno propios y amplias competencias (educacin,hacienda, servicios sociales,) Se declar tambin la cooficialidad de las lenguascastellana y catalana.

III. La oposicin catlica.El fracaso de Sanjurjo mostr que una oposicin eficaz al gobierno

republicano-socialista no poda venir de los restos del antiguo rgimen dearistcratas nostlgicos del monarquismo aliados con militares golpistas. Apartedel anarcosindicalismo, la nica oposicin existente al gobierno y a laConstitucin fue impulsada por la jerarqua de la Iglesia. Bajo Accin Popular seaglutin a las oligarquas del antiguo rgimen y a miles de pequeos y mediosagricultores dirigidos polticamente por miembros de clases medias urbanas.

La creciente fuerza de Accin Popular fue resultado de la respuesta de laIglesia catlica a la amenaza que la Constitucin traa sobre su potente y extensa

organizacin educativa y asistencial. Los obispos espaoles pretendan la uninpoltica de todos los catlicos. Una vez se consiguiera esta unin, haba quepreparar la campaa electoral para llevar a las Cortes una minora suficiente detal forma que pudiera llegarse a la revisin constitucional por cualquier va.

El nuevo partido catlico inici su actividad buscando una confrontacindirecta con el gobierno en los puntos que mayor afiliacin podan atraer: secalific a los republicanos de fros perseguidores de la Iglesia y, por ello, deenemigos de la patria; mientras que los socialistas fueron acusados de enemigosde la propiedad, de la familia y del orden.

De este modo, tanto Accin Popular como la Confederacin Espaola de

Derechas Autnomas (CEDA), lograron una audiencia de masas vinculando ladefensa de la religin catlica a la lucha por la propiedad como fundamento delorden social y de la familia. La CEDA contaba con ms de medio milln deafiliados en su inicio y, en su fundacin, declar que las reivindicaciones decarcter religioso ocuparan siempre el primer lugar de su programa y peda larevisin urgente de la Constitucin.

La discusin del proyecto de ley de Confesiones y Congregaciones religiosasdio un nuevo impulso a esta campaa en el momento de mayor debilidad de lacoalicin republicano-socialista. La matanza de una familia de campesinos enCasas Viejas por las fuerzas de orden pblico fue explotada en sus ataques al

gobierno y al presidente.


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Esta falta de escrpulos polticos reafirm a Manuel Azaa para no dimitir,salvo que perdiera la mayora parlamentaria o el presidente de la Repblica leretirara su confianza. Vista su determinacin y el apoyo de los socialistas, losradicales alentaron la divisin dentro de su partido y presionaron al presidentede la Repblica para que le retiraran su confianza. La presin a la que fue

sometido Alcal-Zamora y sus escrpulos de conciencia le llevaron a demorarhasta el ltimo da la sancin de la ley de Confesiones y Congregaciones. Dasdespus de promulgarse la ley, el presidente de la Repblica retir la confianza alpresidente del gobierno por primera vez.

4 Rectificacin: los radicales con la CEDA.

Como en aquellas Cortes era imposible formar otra mayora, Azaa volvi apresidir el gobierno amplindolo con Llus Companys y Roca. No obstante, las horas de

este nuevo gobierno estaban contadas. Tras unas elecciones para el Tribunal deGarantas en que el gobierno sali malparado, Alcal-Zamora retir por segunda vez(ya de manera definitiva) la confianza a Manuel Azaa aunque an mantena la de lasCortes.

Alejandro Lerroux, encargado de formar gobierno, no super la prueba delgobierno y tuvo que dejar paso a Diego Martnez Barrio con el nico propsito deconvocar nuevas elecciones. Era un presagio de la inestabilidad poltica que an estabapor llegar: desde septiembre de 1933 a diciembre de 1936 se sucederan siete crisistotales y doce gobiernos. El tiempo de estabilidad con el propsito de realizar un

programa de gobierno haba terminado.I. Realineamiento del sistema de partidos.

La primera vuelta de las elecciones se celebr el 19 de noviembre tras unacampaa electoral caracterizada por la dispersin de candidaturas entre lospartidos de izquierda y la confluencia de la derecha en torno a la CEDA. Elsufragio femenino elev el censo hasta los 13 millones de electores, de los queparticiparon un 674%. Tras la segunda vuelta se haba producido un total re-alineamiento del sistema de partidos, muestra de lo lejos que estaba an laRepblica de ser una democracia consolidada.

El voto experiment una alta volatilidad, se produjo un cambio muy notable

de personal en el gobierno y en el Parlamento, la fragmentacin parlamentariaaument con tres partidos ms, los dos ms importantes tampoco alcanzaronesta ver el 50% de los escaes y apareci un nuevo partido relevante (la CEDA).

El cambio ms notable consisti en el triunfo relativo del partido catlico. LaCEDA obtuvo 115 diputados, beneficindose de la disolucin adelantada de lasCortes, aunque esta minora mayoritaria no le permitira formar gobierno. Setenan dudas de su apoyo y lealtad a la Repblica, ya que en enero de 1933haban asistido a la concentracin nazi de Nremberg. Por su parte, los radicalesmejoraron sus resultados hasta obtener 102 diputados.

Otros partidos de la derecha, agrarios, Lliga, conservadores, progresistas y

liberal-demcratas obtuvieron tambin un mejor resultado, siendo piezasindispensables para formar gabinete. Tambin en la derecha, Comunin


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Tradicionalista consigui 26 diputados, los monrquicos Renovacin Espaolaobtuvieron 15 diputados y, por ltimo, Falange Espaola logr 1 escao para sufundador (Antonio Primo de Rivera).

La inapelable derrota de la izquierda republicana y el severo correctivosufrido por los socialistas fue de notable trascendencia. Al acudir por separado a

las urnas con un sistema electoral que primaba las mayoras, la izquierdarepublicana desperdici su cerca de un milln de votos y qued tan disminuidaque para formar grupo parlamentario tuvieron que unirse los diputados deAccin Republicana con los radical-socialistas independientes y los federales.

Esta cada tambin alcanz al PSOE que, aspirando a hacerse con elgobierno, haba roto con los republicanos y acudido en solitario a las urnas sinobtener ms que 58 diputados. El PNV alcanz los 12 diputados, mientras queERC quedaba muy por detrs de la Lliga.

Estos resultados mostraban un sistema de partidos pluralista polarizado: laposicin de centro (Partido Radical), la derecha (CEDA) y la izquierda (PSOE). Los

dirigentes del PSOE tenan un discurso antisistema aunque, en realidad,podran definirse como leales al rgimen en la medida en que gobernasen ydesleales si estaban en la oposicin. Por su parte, el lder de la CEDA declar lalealtad acrisolada al rgimen, constituyndose como partido gubernamentaltras apoyar al Partido Radical (sin entrar en el gobierno). El PSOE entraba en unperiodo de fuertes tensiones internas sobre la poltica a adoptar en el futuro.

II. La coalicin radical-cedista.La forma ms posible de gobierno parta en algn tipo de coalicin entre el

Partido Radical y la CEDA, con apoyo de otros grupos menores. Los radicales lojustificaron como nica va para incorporar a la derecha catlica a la Repblica y

la CEDA lo justific como la mejor manera de acercarse al poder para reformar laConstitucin. Respaldado por su triunfo electoral, Jos Mara Gil Robles sedispuso a llevar a la prctica la tctica poltica en tres etapas anunciada aosantes: Apoyar a Lerroux, colaborar con Lerroux y sustituir a Lerroux.

La perspectiva de un gobierno presidido por Lerroux y sostenido por GilRobles radicaliz a los partidos monrquicos, que lo consideraron una traicin asu causa y establecieron relaciones con el partido fascista italiano (del querecibieron cuantiosas subvenciones y el compromiso de enviar armas paraconquistar el poder). Adems, levant un clamor entre los republicanos deizquierda, que calificaron de traicin a la Repblica entregar el poder a la

derecha. Tambin alien a los socialistas, quienes proclamaron en el Parlamentosu decisin de desencadenar una revolucin si la CEDA entraba en el gobierno.Creci de este modo la oposicin antisistema desde la izquierda.

Con esta tensin poltica, los radicales comenzaron a gobernar con elpropsito poco definido de rectificar el curso emprendido por la Repblica bajoel gobierno de izquierdas. Las reformas en la legislacin laboral y de los juradosmixtos, la contemporizacin con la Iglesia y la amnista a los sublevados de 1932eran puntos coincidentes del gobierno y sus colaboradores; aunque su alcance yel ritmo crearon graves problemas en el interior del Partido Radical y en surelacin con la CEDA. Esta tensin permanente impidi establecer un programa

de gobierno con objetivos precisos.


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Las presiones a las que se vio sometido el gobierno por parte de sus sociosescindieron al Partido Radical. En 1934 se alej una minora de diputados,liderados por Martnez Barrio, para crear la Unin Republicana junto con otrosector dividido del Partido Radical-Socialista. La prdida de otro grupo certificabala debilidad y simultnea derechizacin del Partido Radical, mientras que la CEDA

viva un creciente fortalecimiento que podra incluso permitirle acceder algobierno.

La oposicin del presidente de la Repblica a la Ley de Amnista para lossublevados de 1932, exigida por la CEDA, oblig a Lerroux a presentar sudimisin en abril de 1934. Se dej paso as a un nuevo gabinete, de mayoraradical, presidido por Ricardo Samper. Tuvo que lidiar con multitudinariasconcentraciones de la CEDA, adornadas de diversa parafernalia fascista.

Por otro lado, Samper agudiz el conflicto que enfrentaba a la coalicinradical-cedista con el nacionalismo vasco sobre la aprobacin de un nuevoEstatuto plebiscitado a finales de 1933. La rebelin de los ayuntamientos vascos

(nacionalistas, socialistas y republicanos de izquierda) en defensa del conciertoeconmico termin en septiembre de 1934 con la sustitucin de ayuntamientos.

El PNV ya se haba retirado de las Cortes en solidaridad con ERC y elgobierno de la Generalitat, despus de que el Tribunal de Garantas declarasenula la Ley de Cultivos aprobada por el Parlamento Cataln. A este cuadro detensiones se sumaron las formaciones juveniles paramilitares y los primerosenfrentamientos callejeros entre milicias de Falange, Juventudes Socialistas yComunistas.

III. De huelga de campesinos a la huelga general revolucionaria.La creciente movilizacin sindical se tradujo en una mayor conflictividad

social. Los anarcosindicalistas CNT y FAI comenzaron en 1933 con su llamamientoa la insurreccin, con repercusin bastante escasa. Era ya la tercera intentona delanarcosindicalismo para alcanzar la revolucin social, que abrira las puertas alcomunismo libertario.

La UGT, por su parte, no se sum al intento de insurreccin aunque s llev aacuerdos de accin comn con la CNT que favorecieron un fuerte incremento enel nmero y la duracin de las huelgas. En este acercamiento destac la creacinde una Alianza Obrera formada por los dos grandes sindicatos en Asturias.

En las zonas rurales, los propietarios y agricultores haban interpretado losbuenos resultados de la CEDA como una victoria sobre los jornaleros y los

arrendatarios. Se anul la Ley de Trminos Municipales, cayeron de nuevo lossalarios y se derogaron los decretos de intensificacin de cultivos que habanpermitido los asentamientos en regiones de latifundio.

Esta prdida de posiciones fue respondida con una huelga general decampesinos, soliviantada por los dos grandes sindicatos. Les falt el apoyo de lostrabajadores de las capitales, que se mantuvieron en sus puestos. El 5 de juniocomenz la huelga con una incidencia muy desigual, afectando ms a zonaslatifundistas del sur de la Pennsula. Fue la mayor huelga agraria de nuestrahistoria, por lo que tuvo una gran represin (cerca de 10.000 detenciones,sindicatos clausurados y ayuntamientos sustituidos).

La falta de apoyo urbano a los campesinos obedeca a la estrategia seguidapor los socialistas desde su derrota en las pasadas elecciones: dar por agotada la


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fase de apoyo a la Repblica como trnsito al socialismo y reservar fuerzas paraconvocar una huelga general que debera ser revolucionaria. Pese a todo, estahuelga no gozaba de legitimidad si antes no mediaba alguna provocacinreaccionaria. Por este motivo, y porque jams creyeron que el presidente de laRepblica diera paso a la CEDA en el gobierno, los socialistas se comprometieron

solemnemente en las Cortes, en los mtines y en la prensa a que, en caso de quese produjera, desencadenaran la revolucin. Esta estrategia se vio reforzada porsu milicia juvenil.

Para preparar esta revolucin, los socialistas se movieron en dos direcciones.Una tena como objetivo llegar a acuerdos con otras fuerzas o partidos obreros.De este modo se cre la Alianza Obrera, que no formaba parte de la III Inter-nacional. No obstante, este objetivo no fue el primordial para el PSOE, quienpretenda su nica responsabilidad en el movimiento.

Y, en esta otra direccin, la iniciativa consisti en unificar las tresorganizaciones socialistas: partido, sindicato y juventudes. Buscaban la creacin

de un comit revolucionario que coordinara la preparacin de la huelga generaly una insurreccin armada. En 1934, Francisco Largo Caballero uni a su calidadde presidente del PSOE la de secretario general de la UGT tras la dimisin deJulin Besteiro, quien no comparta el rumbo de estas organizaciones.

La amenaza reiterada de revolucin comprometi a los socialistas en unaaccin cuya iniciativa quedaba en manos de Gil Robles, que retir su apoyo aSamper en 1934 y exigi un gobierno con participacin de la CEDA. Lerroux,encargado de resolver la crisis, accedi y los socialistas respondieron declarandola huelga general revolucionaria, cuyo fin era alcanzar el poder.

Las rdenes tuvieron desigual incidencia segn las regiones, la fuerza del

movimiento obrero, el grado de preparacin de los sindicatos y la capacidad derespuesta del gobierno. Hubo huelga general en muchas capitales, pero lainsurreccin armada se redujo a breves escaramuzas callejeras y a la intil esperade que los soldados se unieran a la clase obrera. En Pas Vasco y Asturias s hubomayor incidencia: asaltos a cuarteles de la Guardia Civil, quemas de iglesias,proclamas de instauracin del socialismo libertario, enfrentamientos armadoscon el ejrcito trasladado desde frica, La insurreccin se sald con ms de1.500 muertos y unos 30.000 detenidos a la espera de ser procesados en consejode guerra.

Por otro lado, el gobierno de la Generalitat presidido por Llus Companys se

rebel contra la autoridad central y proclam el Estado cataln dentro de laRepblica federal espaola. Este hecho no tiene relacin alguna con la revolucinsocialista. El ausente alcance que tuvo y la obediencia del ejrcito al gobierno dela Repblica, llevaron a la inmediata rendicin del gobierno cataln.

Por su parte, los partidos de izquierda republicana quedaron al margen tantode la insurreccin obrera como de la rebelin catalana, aunque proclamaron suruptura con las instituciones de una Repblica a la que daban por entregada asus enemigos.

IV. La CEDA en el gobierno.La derrota de la revolucin confirm a Gil Robles en su tctica, que de la

colaboracin con Lerroux pas a preparar su sustitucin: bastaba con provocarsucesivas crisis de gobierno para avanzar posiciones.


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En marzo de 1935, Gil Robles retir del gobierno a los ministros de la CEDA ylanz una campaa contra el Partido Radical por la decisin de Lerroux deindultar a dos dirigentes socialistas condenados a muerte por su participacin enla revolucin de Asturias. Sin la CEDA, el Partido Radical no poda mantenerse enel gobierno; de modo que a Lerroux no le qued ms remedio que negociar con

su aliado las condiciones de su vuelta.En mayo de ese mismo ao, la CEDA volvi al gobierno con cinco ministros

(entre los que se encontraba el mismo Gil Robles). Como Ministro de la Guerrallev a lo ms alto a los generales africanistas, encomendando incluso a FranciscoFranco como jefe del Estado Mayor Central.

El Ministerio de Agricultura fue tambin entregado a los terratenientes,encarnados en la persona de Nicasio Velayos. Se present una ley de Reformade la Reforma Agraria donde se anulaba el inventario de tierras expropiables, seanulaba el presupuesto del Instituto de Reforma Agraria (IRA) y se establecapara las expropiaciones un precio de mercado. Para rematar su poltica, no

permiti la renovacin de arrendamientos a los yunteros una vez finalizaron suslabores de cosecha. Con sus sindicatos clausurados, los campesinos del surquedaron a merced de los terratenientes.

En las ciudades se viva una revancha patronal: los jurados mixtos dejaron deexistir, se anularon los contratos acordados, Los trabajadores, con lossindicatos clausurados, perdieron sus derechos y muchos fueron despedidos porparticipar en la huelga de octubre. Los que no fueron despedidos tuvieron quereincorporarse a su puesto en unas condiciones exigidas por unos patronos quese vean libres de toda legislacin. No tenan nada que respetar.

Junto con el avance poltico de la CEDA y la anulacin de las reformas, el

gobierno emprendi una persecucin tenaz contra los implicados en la huelga deoctubre, pidiendo incluso la ejecucin de penas capitales (y consiguindose enalgn caso). Esta poltica persecutoria, adems de provocar tensiones en lacoalicin gobernante, produjo efectos contrarios a los buscados e incluso seextendi a dirigentes republicanos que no haban participado en la revolucin.Manuel Azaa fue encarcelado hasta finales de 1935.

El temor a la prdida de la Repblica reaviv el ideal republicano mientrasque la persecucin a la que se vean sometidas las fuerzas de izquierdasfavoreci el acercamiento de posiciones para conseguir la amnista de los presosde octubre, el restablecimiento de la legalidad vigente antes de la insurreccin y

la reanudacin de la coalicin republicano-socialista.El descrdito del Partido Radical por los sobornos aceptados (estraperlo)arrastr la cada de Lerroux en septiembre y su sustitucin por Joaqun Chapa-prieta, cuyo recorrido no fue ms all de noviembre tras debatir el escndalo enlas Cortes. De este modo lleg la hora de sustituir a Lerroux: el 9 de diciembre,Gil Robles plante su candidatura a la presidencia del gobierno. La eleccin deesta fecha no fue fortuita.

Gil Robles pretenda situarse en una posicin que le permitiera iniciar elproceso de reforma constitucional que tanto haba anunciado. Para ello le eranecesario el voto favorable de tres cuartas partes de los diputados durante los

cuatro primeros aos de vida constitucional y la mayora absoluta en lo sucesivo(artculo 124, Constitucin de 1931).


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Cumplidos esos cuatro aos, Gil Robles poda aspirar desde el 9 de diciembrea poner en marcha el proceso si presida el gobierno, aunque en ese momento lesurgi un imprevisto. Alcal-Zamora no quiso correr el riesgo y no ofreci elencargo a la CEDA, sino a un hombre de su confianza: Manuel Portela Valladares.Se le hizo entrega del decreto de disolucin con el que culminaba un periodo de

enorme inestabilidad gubernamental. De este modo se determinaba porsegunda vez la disolucin anticipada de las Cortes por decisin presidencial.

5 Otra vez las urnas.

Con vistas a las elecciones, Azaa impuls una poltica de inteligencia del nuevopartido Izquierda Republicana (fusin de Accin Republicana, OrganizacinRepublicana Gallega Autnoma y el sector radical-socialista liderado por Albornoz yDomingo) con los partidos Unin Republicana y Nacional Republicano (Martnez Barrio

y Snchez Romn). Se lleg a un primer acuerdo programtico en abril de 1935.

Al mismo tiempo, con el objetivo de reconstruir una coalicin similar a la quehaba gobernado el primer bienio, propuso a Indalecio Prieto la ampliacin de estainteligencia republicana a los socialistas (divididos tras los sucesos de octubre).Prieto y la comisin ejecutiva del PSOE respondieron afirmativamente a la coalicinpropuesta por Azaa. No obstante, Largo Caballero desde la crcel, fuerte en la UGT yen las Juventudes, impuso dilaciones.

Con la inevitable convocatoria de elecciones, la izquierda socialista responditambin afirmativamente imponiendo dos condiciones. Por un lado, la coalicin sera

circunstancial, limitada a las elecciones: una vez se recuperase la Repblica para laizquierda, deberan gobernar slo los republicanos y dejar paso libre a un gobiernosocialista. Adems, exigieron la incorporacin del Partido Comunista de Espaa (PCE),que bautiz a la coalicin como Frente Popular segn la poltica aprobada en el VIICongreso Internacional Comunista de 1935.

El lado obrero de la coalicin se reforz con la firma del PCE, el Partido Obrero deUnificacin Marxista (POUM) de Andreu Nin, la UGT, Juventudes Socialistas,Juventudes Comunistas y la del Partido Sindicalista.

Por su parte, la derecha no pudo oponer un frente nico ante esta coalicin deizquierdas. La CEDA prefiri mantener su tctica de 1933 con alianzas a izquierda oderecha, firmando acuerdos electorales con Renovacin Espaola y Falange, conrepublicanos conservadores o con radicales. Les result imposible alcanzar un acuerdoglobal en torno a un programa comn. Se presentaron sin programa y sin manifiesto, adiferencia de la izquierda.

I. Fragmentacin poltica.La heterogeneidad de fuerzas que componan las dos coaliciones expresaba

una profunda fragmentacin poltica ms que una polarizacin social: claseobrera dividida entre anarquistas, socialistas y comunistas; clases medias

adheridas a partidos enfrentados como el socialista y la CEDA; pasando por laamplia gama de republicanismo, de izquierda al conservador; aristocracia


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financiera y terratenientes apoyando el corporativismo de la CEDA o la reaccinmilitarista de Renovacin Espaola; jvenes afiliados a organizaciones congrupos de accin paramilitares

Esta fragmentacin tuvo una clara expresin en la composicin de las Cortesde la Repblica. Se haban consolidado tres grandes opciones que respondan a

las preferencias mayoritarias del electorado: la republicana en IR-UR, la socialistaen el PSOE y la catlica en la CEDA. Haba 33 partidos representados en elParlamento, de los 7 solamente tenan 1 escao y nicamente 11 superaron los10 escaos. La izquierda contaba con 266 escaos repartidos entre 18 partidos,de los que solamente dos (PSOE e IR) contaban con ms de 80.

Con este incremento del multipartidismo, la novedad ms notable fue ladesaparicin de una de las grandes formaciones de etapas anteriores: el PartidoRadical. Esta excesiva fragmentacin encamin en sentido contrario el procesode democratizacin en Espaa, que deba tender a una consolidacin de lademocracia.

Ninguna de las dos coaliciones perdur ms all de las elecciones.Triunfantes las izquierdas por un estrecho margen de diferencia, el gobierno quese constituy fue exclusivamente republicano bajo la presidencia de ManuelAzaa. El Frente Popular dej de existir como organismo capaz de elaborar ydesarrollar una poltica comn. Los partidos firmantes del pacto electoral nopudieron reconstruirlo como rgano de gobierno tras los crecientes rumores degolpe militar y la crisis abierta por la destitucin de Alcal-Zamora y susustitucin por Azaa en mayo de 1936.

El intento de integrar a los socialistas encargando a Indalecio Prieto lapresidencia de un gabinete de coalicin tropez con la oposicin de la mayora

de diputados de su partido y de la comisin ejecutiva de la UGT, que amenazcon romper sus compromisos con la Repblica si se entraba en el gobierno. A laespera de que el PSOE resolviera su divisin en el prximo congreso, Azaaencarg a Casares Quiroga la formacin de un ejecutivo exclusivamenterepublicano.

La incapacidad poltica de la izquierda para hacer frente a la situacin desdeun gobierno de coalicin contrasta con la iniciativa de los dos grandes sindicatosque, tras obtener la amnista para los encarcelados por los sucesos de octubre yla readmisin en sus puestos de trabajo, consiguieron la aprobacin de undecreto que impona a los patronos la indemnizacin de los jornales no

abonados.Al finalizar la movilizacin por las readmisiones, los sindicatos aprovecharonsu nueva posicin de fuerza para plantear exigencias que se tildaron comoexageradas por parte de los patronos: jornada laboral de 36 horas semanales,aumentos salariales, La movilizacin obrera y la resistencia de los patronos anuevas concesiones ocasion en la primavera de 1936 la mayor convocatoria dehuelgas de toda la Repblica. En ocasiones se dieron acciones violentas ymanifestaciones de anticlericalismo.

A esta movilizacin de obreros urbanos se uni la de los campesinos sintierra, que tomaron ms de 60.000 hectreas de forma sincronizada en Badajoz y

ocuparon centenares de fincas en varias regiones latifundistas. Este tipo de


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movilizaciones fueron acompaadas de violencia y enfrentamientos con laGuardia Civil que siempre dejaban muertos y heridos.

II. Una poltica de la espera.En mayo de 1936, la CNT celebr en Zaragoza un congreso que dedic gran

parte de su tiempo a debatir la organizacin de la futura sociedad libertaria ante

el clima de expectativa revolucionaria existente. Los grupos de la FederacinAnarquista Ibrica partan del supuesto de que, ganadas las elecciones por laizquierda, se producira una sublevacin militar y tendran que salir a la calle paracombatirla con las armas. El argumento de Largo Caballero en el congreso de laUGT era muy similar y evocaba los rumores de conspiracin militar.

En la derecha, el fracaso electoral de la CEDA cerr la va de poder revisar laConstitucin. Por ello, la oposicin pas a los sectores ms subversivos: Re-novacin Espaola y Falange Espaola (engrosada con jvenes de las JuventudesCatlicas). Renovacin Espaola reclam en el mismo Parlamento la intervencinmilitar mientras su lder, Jos Calvo Sotelo, estableca contactos con diversos

conspiradores. Falange Espaola, sin representacin parlamentaria, se adentren el camino de la violencia y el pistolerismo callejero.

Renovacin y Falange, junto con un sector del mundo catlico, esperabanque la prdida de autoridad del gobierno, el desorden en las calles, las quemasde iglesias, los asesinatos,; impulsaran a los militares a intervenir contra elgobierno de la Repblica. No obstante, al ejrcito tampoco le hacan falta lasprovocaciones para convencer a sus mandos de la necesidad de intervenir.

Muy pronto comenzaron los contactos y reuniones de los generales Mola,Franco, Goded, Cabanellas y Queipo de Llano, para planear un golpe de Estado.El problema no provena de la oposicin que pudieran encontrar en las

autoridades de la Repblica, sino en las divisiones en el seno del propio ejrcito yuna probable resistencia civil.

Si el ejrcito era unnime no exista posibilidad alguna de que sindicatos ypartidos obreros y republicanos les opusieran resistencia armada. No obstante, sien algunas capitales las guarniciones se mostraban pasivas o mantenan lalegalidad republicana, el proyectado golpe podra encontrar resistencia populararmada. Cuando los conspiradores decidieron llevar a cabo sus planes el 18 de

julio de 1936, lo que se haba planeado como rebelin militar acab por abrir unava a la revolucin social.

III. Rebelin militar y revolucin obrera y campesina.Sindicatos convocando huelgas a la espera de una revolucin, militaresconspirando para derrocar al gobierno e instaurar lo que Emilio Mola defini

como dictadura militar republicana, Las presiones soportadas por el gobiernode la Repblica eran insostenibles. El 17 de julio, Casares Quiroga inform alConsejo de Ministros de que una rebelin militar haba triunfado en Melilla,temiendo su extensin a otras plazas de frica, y que haba dado rdenes a losbarcos de la Armada en Cartagena de zarpar hacia el Estrecho para impedir eltraslado a la Pennsula de las fuerzas sublevadas.

Se acab la espera, los rebeldes haban salido a la calle y se haban hechorpidamente con el control de la situacin. La maana del da 18 el gobierno

emiti un comunicado que daba la rebelin por sofocada y unos decretosdisolviendo todas las unidades del ejrcito que tomasen parte en el movimiento


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insurreccional. No obstante, estas rdenes eran papel mojado porque unrebelde jams obedece: las guarniciones se siguieron sublevando mientras elgobierno se hunda. Esa misma tarde, Casares Quiroga present su dimisin.

Manuel Azaa convoc a los dirigentes de los partidos y les propuso laformacin de un gobierno de unidad nacional que incorporara desde

republicanos de derecha hasta socialistas, un ejecutivo que controlara el ordenpblico y convenciera a los rebeldes de que depusieran su actitud. Ante lanecesidad de un interlocutor entre ambas partes, la misma noche del 18, Azaaconfiere al presidente de las Cortes (Diego Martnez Barrio) el encargo de formares gobierno.

Martnez Barrio pide a Snchez Romn y a Prieto su incorporacin algabinete. El primero acepta pero Prieto, tras consultar con el PSOE, confirma queno se incorporar al ejecutivo tras haberlo decidido el partido. Se impone denuevo la estrategia de Largo Caballero: esperar a que los republicanos caiganpara ocupar ellos todo el poder.

Pese al tropiezo, Martnez Barrio sigue adelante hablando con algunoscomandantes generales y con el general Mola. Tras la conversacin, Molaresponde: Es tarde, muy tarde La misma maana del 19, Martnez Barriologra formar un gobierno a base de tres partidos republicanos: Izquierda, Unin yPartido Nacional Republicano.

La tarde del 18 una multitud acude a la Casa del Pueblo en Madrid. Sonafiliados o simpatizantes de sindicatos, de juventudes y de partidos que se echana la calle para responder al golpe militar. La nica respuesta a esta rebelin era larevolucin. La primera tarea consista en rechazar los intentos del gobierno parallegar a un acuerdo con los rebeldes. Martnez Barrio no soporta la presin a la

que ambas partes le someten y dimite.Azaa convoca de nuevo a los dirigentes de partidos y sindicatos para

resolver la crisis de una forma en que todos se sientan parte de la solucin. JosGiral sale finalmente elegido presidente de un nuevo gobierno exclusivamenterepublicano. El nuevo gabinete, muy distinto al anterior, autoriz el reparto dearmas exigidas por los sindicatos y juventudes; lo cual fue un punto de noretorno. La resistencia armada a la rebelin triunfa en las principales capitales:Madrid, Barcelona, Valencia, Mlaga,

No obstante, el gobierno pierde el control de la situacin: no dispone delejrcito y no puede fiarse de las fuerzas de seguridad, aunque la actuacin de la

Guardia Civil contra los rebeldes en Barcelona fue decisiva. Tampoco disponande aparato judicial y policial.Los comits sindicales proclaman con un manifiesto el comienzo de un

nuevo orden social: en muchos lugares se suprime el dinero, se incautan tierras yempresas, se organiza el aprovisionamiento mediante bonos, se patrullan lascalles y se colocan guardias en las carreteras, se queman iglesias, se da muerte aquien se identifica como enemigo de la clase obrera y de la revolucin,Comienzan las detenciones arbitrarias, motivadas por venganzas personales enmuchos casos, pero la mayor parte lo son por su significacin poltica o por serconsiderados enemigos del pueblo.

A comienzos de 1937 se organiz la represin de forma ms generalizada: secre el Servicio de Investigacin Militar (SIM) para perseguir a los componentes


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de la quinta columna: dirigentes y militantes del POUM y de la CNT entre losque destac Andreu Nin. Ese mismo verano comenz a funcionar los Tribunalespara la represin del Espionaje y Alta Traicin, tras los que se crearon losTribunales Especiales de Guardia. El nmero de vctimas contabilizado hasta lafecha en zona republicana asciende a 50.000 personas.

6 Poltica de la Repblica en guerra.

La improvisacin e impotencia de los rebeldes y del gobierno, la rpidaintervencin de Italia y Alemania a favor de los rebeldes, la ayuda de la URSS a laRepblica y la poltica de no intervencin de Francia y Gran Bretaa impidierondefinir con nitidez la guerra posterior al golpe de Estado. Fue una lucha de clases porlas armas, una guerra de religin y nacionalismos enfrentados, entre dictadura militar ydemocracia republicana, entre fascismo y comunismo, entre revolucin y

contrarrevolucin,

I. Gobierno bajo la hegemona sindical.La destruccin del poder del Estado y la proliferacin de poderes sindicales

locales determinaron los primeros meses el curso de la guerra. Estos comitseran autnomos, incapaces de construir un poder que centralizara recursos ycoordinara actuaciones. Tampoco reconocan lmites a sus atribuciones. Lossindicatos crearon colectividades para garantizar la continuidad de la producciny la distribucin de bienes pero, al desdear los problemas del gobierno,atomizaron el nuevo poder revolucionario de forma que debilitaron al propio

gobierno de la Repblica sin oponer una eficaz resistencia al avance rebelde.Prdida de posiciones, imposibilidad de marcar una direccin poltica,fracaso en los intentos de construir una fuerza armada, Todas estas razonesmovieron a Giral a traspasar el poder a Francisco Largo Caballero, destacadafigura del movimiento sindical. A Manuel Azaa le pareci un error dar el timn aun sindicato pero acab por aceptarlo ante la delicada situacin en los frentes(Irn y Talavera).

Sin embargo, en aquel proyecto se haba introducido una variableindeseada: la guerra haba impuesto una estrategia comn de comits unitariosde sindicatos y partidos. Segn el lugar, en estos comits haba nacionalistas,republicanos de izquierda y de centro, comunistas de diversas ortodoxias,socialistas de varias facciones, anarquistas, sindicalistas, representantes deJuventudes Socialistas y Comunistas (JSU, ya unificadas), etc.

Contra todo pronstico, el hundimiento del gobierno republicano no ofrecaa la clase obrera la oportunidad de ocupar en solitario todo el poder. De estemodo, Largo Caballero procedi a formar un gabinete con representacin departidos y sindicatos que hacan frente a la rebelin, reservando los ministeriosestratgicos (Guerra, Gobernacin, Hacienda,) para s y para socialistas de sutendencia.

El relativo equilibrio entre las dos facciones socialistas se inclin a laizquierda con la invitacin al PCE y a la CNT a incorporarse al gobierno. El PCE

acept dos ministerios (Instruccin Pblica y Agricultura), dejando en sus manosla revolucin campesina. El nuevo presidente cont con la colaboracin


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minoritaria de otros partidos republicanos de izquierda y un representante delPNV. Solamente faltaba la CNT, que presion para conseguir cuatro ministerioshasta conseguirlo ante la inminente entrada de las tropas de Franco en Madrid.

II. Prioridad de la guerra sobre la revolucin.El primer objetivo de Largo Caballero fue la reconstruccin de un ejrcito y la

concentracin del poder poltico, disperso en comits locales. Comenz su tareacon varios nombramientos y con la creacin de un nuevo Estado Mayororganizado en cuatro teatros de operaciones: Centro, Aragn, Andaluca y Norte.Pero la autonoma de las regiones, la dispersin de poderes y las miliciasimpidieron que esta reorganizacin y la contraofensiva tuvieran xito.

Las milicias, pese a estar bajo mando de militares de carrera, eran incapacesde ganar una batalla en campo abierto. Se hizo necesario integrarlas en unejrcito dotado de mando nico. Para conseguirlo, Largo Caballero decret elpase a la escala activa de todos los jefes y oficiales de las milicias.

La reconstruccin del ejrcito fue simultnea a los intentos por devolver al

Estado sus atribuciones y poderes. Se decret la restauracin del gobernadorcivil como presidente de consejos provinciales formados por partidos ysindicatos, dejando sin efecto los comits y las juntas de defensa. Esto supusograves desencuentros en Catalua y Pas Vasco, bien fuera por crear un ejrcitopropio o por no aceptar al mando enviado por el gobierno.

Pese al apoyo de partidos y sindicatos en estas medidas, sus efectos nopodan ser inmediatos por la situacin que pretendan corregir, la persistencia delos mismos hbitos y el bloqueo de armas para la Repblica impuesto por Franciay Gran Bretaa.

El ejrcito de frica continu su avance sin grandes dificultades y, cuando ya

llegaba al Manzanares, el gobierno resolvi trasladarse a Valencia ante lainevitable cada de la capital y encomend su defensa a una Junta presidida porel general Miaja. Pese a todo, Madrid resisti el primer ataque y rechaz lossiguientes, lo que detuvo el avance rebelde.

La defensa de Madrid tuvo una importancia poltica decisiva, emergiendodos nuevos poderes en la poltica republicana mientras se eclipsaba la figura deLargo Caballero. Por un lado, los jefes del ejrcito comenzaron a asumirresponsabilidades propias en la conduccin de operaciones militares. Por otrolado, el PCE, fortalecido por los envos de armamento sovitico y la presencia delas Brigadas Internacionales, decidi asumir la gran tarea de defender Madrid.

Su mayor disciplina atrajo a sus filas a numerosos dirigentes de la Federacinde Juventudes Socialistas y de la UJCE, quienes se unieron en una mismaorganizacin y dieron lugar a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). En elverano de 1937 ya contaba con ms de 350.000 afiliados.

El debate poltico entonces giraba en torno a qu iba antes, si la guerra o larevolucin. Esta cuestin se resolvi con la entrada de la CNT en el gobierno,quien plante desprenderse de los partidos. Estos, por otro lado, crean llegadala hora de reducir a los sindicatos a la funcin de la que nunca debieron habersalido: la econmica.


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III. Partidos contra sindicatos: crisis de mayo de 1937.Tras la cada de Mlaga, la derrota italiana en Guadalajara, los bombardeos

de Durango y Guernika y su ocupacin por parte de los requets navarros; seabri una nueva crisis poltica a partir de los enfrentamientos iniciados enBarcelona. En mayo de 1937, un destacamento de de Asalto se dispuso a

recuperar el edificio de Telefnica (ocupado por la CNT) para la Generalitat. LaCNT respondi con las armas y el POUM se sum a la lucha para intentarimponerle una direccin revolucionaria. En el otro bando, la Generalitat y elPSUC hicieron frente a la rebelin para controlar el gobierno de Catalua yliquidar al POUM.

Estos hechos rompieron el delicado equilibrio gubernamental. El PSOE y elPCE haban avanzado en contactos para desplazar a los sindicatos del gobierno,objetivo compartido por los republicanos. En un Consejo de Ministros dimitieronlos dos ministros del PCE al no ver en Largo Caballero la voluntad de perseguir alPOUM. Ante esta situacin, Prieto hizo ver que el gabinete se haba roto y haba

que ponerlo en conocimiento del presidente de la Repblica.Azaa retir su confianza a Largo Caballero. Tambin se la retiraron los tres

ministros socialistas, que se negaban a participar sin los comunistas. Abierta estacrisis, Azaa encomend a Largo Caballero formar un nuevo gobierno, para loque le recomend encontrar un acomodo con los comunistas.

Se puso as de manifiesto el fracaso de las dos direcciones en que se habamovido la poltica de Largo Caballero. Por el lado poltico, el PCE se neg acolaborar si no renunciaba al Ministerio de la Guerra y el PSOE y los republicanostampoco entraran al gobierno si no entraban los comunistas. Por el lado sindical,la CNT le volvi la espalda en un desaire por una oferta insuficiente.

El nuevo presidente no poda ser un republicano, tampoco un comunista niun anarquista. Quedaban los socialistas, siempre que no fueran tendentes aLargo Caballero. No quedaba ms que la vertiente socialista de Prieto, quecontrolaba el comit ejecutivo del partido. Azaa se inclin finalmente por JuanNegrn, que mantena buenas relaciones con todas las fuerzas del Frente Populary no haba sido protagonista de enfrentamientos con Largo Caballero ni con laUGT. Gozaba de aprecio entre los republicanos y tena una estrecha relacin conel PCE, considerndolo incluso cercano.

IV. Gobierno del Frente Popular.Negrn form su gobierno segn el modelo del Frente Popular: un

republicano por cada uno de los partidos (IR, UR, PNV y ERC), dos comunistas ytres socialistas (con Indalecio Prieto al frente de los ministerios militares,fundidos en el nuevo de Defensa). Con el nuevo gobierno se experiment unfuerte impulso de las polticas de consolidacin del Ejrcito Popular, lacentralizacin de poderes, el mantenimiento del orden pblico,

La creacin del Ministerio de Defensa permiti establecer un Estado MayorCentral, que inici la expansin del ejrcito y la organizacin y ejecucin de lassucesivas ofensivas republicanas. Se pudo impedir tambin la liquidacin fsicade los trotskistas por parte de los estalinistas, como ya sucediera con el asesinatode Andreu Nin por parte de agentes soviticos y la persecucin del POUM por

parte del PCE. El juicio a los dirigentes del POUM por su participacin en lossucesos de Barcelona se verific con garantas y ningn procesado fue ejecutado.


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Lo ms caracterstico, y tambin ms criticado, del gobierno de Negrn fue lacentralizacin de poderes en el gobierno de la Repblica. La cada del Pas Vascoy del frente norte, que significaron buenos reveses militares y prdida deenclaves fundamentales, puso fin a la dispersin de poderes derivada de lacontinuidad del territorio en manos republicanas. La Repblica vea ahora

reducido su territorio, pero ms centralizado su poder y, con ello, forzar por lasarmas o por la negociacin el fin de la guerra.

El propsito de Azaa confiando el gobierno a dos socialistas era la defensaen el interior y forzar una mediacin en el exterior. Este ltimo aspecto eracomplicado y requera esfuerzos persistentes para convencer a Gran Bretaa yFrancia de que sustituyeran su no intervencin por una poltica activa demediacin. Ni era fcil ni se tena poder para lograr ese cambio, menos ancuando Alemania e Italia seguan enviando ayuda regular a los sublevados.

Sin progreso alguno en la mediacin, la defensa o resistencia en el interiorelev an ms el papel poltico de los militares y la hegemona de los comunistas

en la coalicin de Frente Popular. En junio de 1937, Dolores Ibrruri lanz laconsigna del Partido nico del Proletariado como tarea que los comunistasdeban emprender sin ms dilacin. El PCE propuso la creacin inmediata decomits de unificacin e inst a los socialistas a disolver sus agrupaciones. Anteesta poltica, Prieto opuso la profesionalizacin del ejrcito, prohibiendo elproselitismo poltico.

V. Resistir es vencer: crisis de marzo-abril de 1938.Las tensiones entre socialistas y comunistas estallaron en la batalla de

Teruel, iniciada con una ofensiva republicana para aliviar el cerco de Madrid endiciembre de 1937, con el gobierno ya instalado en Barcelona. En un primer

momento, las noticias del triunfo llenaron de euforia al gobierno, a lo que siguiel desaliento y la confusin. La ofensiva acab en retirada con el inicio en marzode la maniobra de ruptura hacia el mar y la llegada del ejrcito de Franco alMediterrneo a mediados de abril.

Ante el trascurso de las operaciones, Azaa y Prieto asumieron que elejrcito republicano jams podra ganar y que la continuacin de la defensa notena sentido: haba que reconocer la derrota y terminar la guerra cuanto antes.El PCE convoc una gran manifestacin el 16 de marzo, mientras el gobierno sereuna en Pedralbes, acusando de derrotismo al ministro de Defensa. Se abra asuna nueva crisis de gobierno.

Para resolver esta crisis, Negrn pidi al PCE que redujese su presencia a unsolo ministro (de dos que tena) y propuso a Prieto que renunciase a Defensa yaceptase otro ministerio. Los comunistas accedieron, pero Prieto rechaz laoferta y Azaa mantuvo la crisis abierta: quera prescindir de Negrn pero no poruna decisin personal.

Convoc a todos los jefes de los partidos, pero bast que Negrn hablarapara que todos callaran y dejaron solo a Prieto. A diferencia de la crisis abierta en1937 con la oposicin a Largo Caballero, en esta ocasin la oposicin a Negrn nose cristaliz en una propuesta poltica, sino en una nueva divisin del PSOE acuenta de la conduccin de la guerra.

Pese a todo, se recompuso el frente gracias a la apertura de la fronterafrancesa (logro de Negrn en un viaje relmpago a Pars) y se reorganiz el


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gobierno con la reincorporacin de la CNT y la UGT. Negrn se qued con lacartera de Defensa y fij sus posiciones tanto hacia las fuerzas leales como haciasus enemigos, con vistas a una posible negociacin del fin de la guerra. En unintento de aparecer ante las potencias extranjeras con la situacin interiorcontrolada, Negrn inici gestiones infructuosas con el Vaticano para restablecer

relaciones diplomticas y abrir las iglesias al culto.La consigna de resistencia se convirti en consigna de victoria: resistir es

vencer. El ejrcito de la Repblica, con nuevo armamento, podra recuperar lainiciativa y pasar de nuevo a la ofensiva. La primera victoria republicana sersuficiente y ser la victoria total, deca Negrn: Una gran victoria, una victoriadecisiva que cambiara el curso de la guerra.

El PCE fue un elemento imprescindible para mantener la disciplina en elfrente y el orden en la retaguardia. La formacin de un gobierno prescindiendode los comunistas para iniciar una negociacin que Franco siempre habarechazado era algo imposible sin una ruptura entre los comunistas y los jefes del

ejrcito republicano.VI. Derrota de la Repblica.

Fue el resultado de la batalla del Ebro, iniciada el 25 de julio con la rupturadel frente y el despliegue del Ejrcito Popular y terminada con una nueva derrotatras tres meses de combates y siete contraofensivas. A estas alturas se habanliquidado ya todas las expectativas de una mediacin internacional.

Ante este abandono y el derrumbe de las defensas republicanas en el Ebro,la segunda opcin al gobierno de Negrn fue tomando fuerza: que los militaresrompieran con el PCE y con el gobierno y pusieran fin a la guerra tras negociarcon los vencedores los trminos de una rendicin sin represalias y una entrega

ordenada de armas y hombres.El 1 de febrero de 1939, en la sesin de lo que quedaba del Congreso

celebrada en Figueras, se present a las potencias democrticas tres garantascomo condiciones de paz: independencia de Espaa, que el pueblo espaolsealara cul habra de ser su rgimen y que cesara toda persecucin y represaliaen nombre de una labor patritica de reconciliacin.

Para entonces, la conspiracin poltico-militar contra el gobierno de Negrnestaba ya muy avanzada: Francia y Gran Bretaa reconocieron al gobierno deBurgos, Azaa (exiliado en Francia) dimiti de la presidencia de la Repblicaargumentando que el reconocimiento de Franco le privaba de representacin

jurdica internacional para hacerse or ante gobiernos extranjeros,El 5 de marzo se form en Madrid un Consejo Nacional de Defensa integradopor republicanos, socialistas y anarquistas. Julin Besteiro rompi un largo ypenoso silencio para negar la legitimidad al gobierno y otorgrsela al podermilitar. Pese a la resistencia de los comunistas en Madrid, la derrota fueinevitable.

En marzo de 1939, Franco se neg a ofrecer ninguna de las garantasimploradas y contest que no precisaba de ninguna potencia internacional, queel espritu de generosidad de los vencedores era la mejor garanta para losvencidos.

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Tema 5 - La República española (1931 – 1939)