Tema 5.2 Akhenat¢n y el cisma de Tell el-Amarna

7/27/2019 Tema 5.2 Akhenat¢n y el cisma de Tell el-Amarna

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HISTORIA DEL ARTE ANTIGUO Tema 5Carlos Basté López El arte egipcio

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Tema 5.2 Akhenatón y el cisma de Tell el-Amarna

Cambios religiosos e innovaciones artísticas

La “revolución” religiosa y, en cierta medida, artística que generalmente se atribuye a

Amenofis IV había ido madurando a lo largo de los dos reinados anteriores. BajoTutmés IV y en especial durante el largo período de Amenofis III se había promovido elculto solar no sólo respecto del halcón que simbolizaba al dios Re-Horakhty, sino por lamayor importancia que se concedía al disco solar mismo.

El faraón se consideraba como una manifestación del sol; en vida, era adorado comouna divinidad en los templos nubios, representado con el aspecto del dios solar queatraviesa el cielo en su barca y llamado “el radiante Atón” (disco solar).

Cuando accedió al poder Amenofis IV, le costó muy poco poner en práctica sus ideasreligiosas. Lo que había sido una corriente se convirtió en un dogma. El soberano

decretó que el dios solar fuera la única divinidad oficial del país. El nombre de Amón setachó en los templos y las tumbas, y con él la existencia misma del dios. La primeraimagen del dios solar fue un hombre con cabeza de halcón, pero en seguida los artistasrecibieron la orden de pintar preferentemente el disco solar, un cuerpo más celeste quehumano. El monarca cambió de nombre y se hizo llamar Akhenatón (“Benefactor deldisco solar” o “Rayo de sol del Atón”). Según el nuevo dogma, el faraón ocupaba una

posición clave entre las regiones superiores y la existencia terrenal, ya que se convirtióen la única persona que tenía un contacto directo con el dios. Todos los demás debíanrecurrir al soberano como una especie de mediador: los hombres veneraban al faraón, elcual, a su vez, veneraba al sol. La única otra persona que adquirió una posición igual ala del soberano fue su esposa, Nefertiti.

El final de este "cisma" parece que llegó por influenciade la reina madre Teye (en la imagen, cabeza delretrato de la reina Teye en madera de tejo, con unaaltura de 9,5 cm.), quien convenció a su hijo paraalcanzar una reconciliación con el clero de Amón. Esto

provocó la separación de la reina Nefertiti, una de lasmás firmes seguidoras del nuevo culto. Para calmar losánimos, poco antes de morir, Akhenatón nombrócorregente a su yerno Semenkhkare, esposo de su

primera hija Meritatón.La arquitectura

Como Akhenatón no reconocía a otro dios que a Atón, se hacía necesario construir unnuevo templo en Karnak. Como el disco solar difería por su misma naturaleza de losdioses de forma animal o humana, la concepción del templo y las necesidades del diosse modificaron: el dios ya no precisaba de un santuario oscuro y era imposible preservar su imagen en una caja sellada. El templo de Atón estaba integrado por dos patiosdescubiertos, con los altares cargados de ofrendas de las que podía gozar desde su sedeceleste, idea tomada de los templos solares de la V Dinastía. Adosados a la fachada del

templo se erigió toda una serie de colosos a imagen y semejanza del faraón. El edificiose construyó al este del muro exterior del Templo de Karnak con una nueva técnicaconstructiva a base de bloques de piedra de pequeño tamaño (talatatos), que permitíanuna construcción mucho más rápida. Según los estudios realizados, el Templo de Atón,




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totalmente destruido tras la muerte de Akhenatón, contenía una sala de pilares y teníalos muros decorados sólo en su parte interior.

Además de los edificios de Karnak, sabemos que Akhenatón mandó construir capillasconsagradas a Atón cerca del templo de Luxor, en Medamud, Menfis, Heliópolis, etc.

Hacia el cuarto año de su reinado, Akhenatón eligió el-Amarna como emplazamiento dela nueva capital que pensaba fundar. Allí la montaña se retira para formar en la llanurauna inmensa ensenada natural que se adaptaba perfectamente a su proyecto. El faraón lallamó Akhenatón y en ella construyó dos zonas residenciales en la orilla derecha del

Nilo, una al norte y una al sur, donde vivían los altos funcionarios, separadas por la“ciudad oficial”, donde se hallaba el templo dedicado a Atón, el palacio ceremonial,cuarteles, oficinas y talleres. El barrio donde vivían los artesanos se encontraba más aleste, alejado del río, en el centro de la ensenada. En el reborde de la montaña que rodeala ensenada están las tumbas de los altos funcionarios amarnienses, hipogeos excavadosa una cierta altura y cuyas bocas dominan la llanura de la ciudad. Equidistante a las dos

necrópolis, una al norte y otra al sur, donde se concentran estas tumbas, se halla la bocadel Wadi Real, en cuyo fondo se halla la tumba del rey. Se grabaron en la montañaestelas-frontera, a ambos lados del río, para indicar los límites de la ciudad llamada aconvertirse en el centro político y religioso de Egipto.

El gran templo de Atón en Tell el-Amarna retomabaalgunas características d ela arquitectura tradicional de lostemplos, en particular la fachada formada por pilonos másinmensos mástiles con oriflamas1. Los pilonos se repetían amenor tamaño para constituir las puertas de los patios; elcon junto estaba rodeado de un amplio muro rectangular que delimitaba el recinto. El rasgo específico del templo,que lo diferenciaba de los demás, era el gran número dealtares con ofrendas comestibles y los almacenes colmadosde vituallas. El patio central contenía el altar principal, alque se accedía por una rampa, donde aparece el faraón

presentando ofrendas a su dios. Un vestíbulo con el techosostenido por columnas papiriformes guardaba las estatuasdel soberano. En cualquier caso, el templo de Atón sólo escomparable con los templos solares de la V Dinastía y nocon los templos egipcios tradicionales.

En un valle apartado del desierto, al este de el-Amarna, Akhenatón hizo, en sumonumento funerario personal, el hipogeo conocido como Wadi Real, una de las rarasinnovaciones que le sobrevivieron. El faraón prefirió un eje recto, que en teoría debía

permitir que la luz del sol penetrara hasta la última de las estancias. Según hemos visto,las tumbas reales anteriores del Valle de los Reyes en Tebas constaban de un eje quegiraba en ángulo recto, sin embargo, a partir de la XIX Dinastía el eje de los hipogeosserá rectilíneo.

La ciudad de Akhenatón necesitaba el elemento central que era su creador, al morir éste, perdió su razón de ser.

1 Estandarte, pendón o bandera de colores que se despliega al viento.




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La escultura

El modo en que los artesanos se adaptaron a las nuevas instrucciones demuestra suhabilidad y talento extraordinarios. La estatuaria de palacio es abundante en este

período, sin duda para compensar la ausencia de representaciones de las divinidades

tradicionales. Éstas fueron sustituidas por las figuras del faraón y su familia.

Los colosos del soberano hallados al este del templo de Karnak son las creaciones másextraordinarias de los años en que aún vivía el faraón (imagen página anterior). En los

primeros años se realizaron las representaciones más extremadas, aunque con el paso delos años se fueron suavizando. Las ideas teóricas del soberano, quien parece indicó

personalmente su nueva apariencia expresionista, unidas al arte de los escultores dieronlugar a una representación del faraón con el rostro exageradamente alargado, los labioscarnosos y expresivos, los ojos oblicuos y estrechos y el mentón muy pronunciado,

prolongado por la barba postiza. En cuanto al cuerpo, sus caderas son tan redondeadascomo las de una mujer y se podrían descubrir curvas femeninas en el pecho real. En el

período amárnico lo masculino y lo femenino se confunden, quizás como reflejo de undeseo de omnipotencia del faraón, manifestación sobre la tierra del dios Atón. Lainfluencia del arte amarniense se mantuvo, junto a las anteriores influencias, de maneraimportante durante la posterior época ramésida. Poco a poco, sin embargo, el arte fueevolucionando hacia un manierismo fuertemente condicionado por la religión.

El taller de un escultor llamado Tutmés realizó la escultura más célebre del AntiguoEgipto: el busto pintado de Nefertiti (a continuación, imagen izquierda), hoy en elMuseo Egipcio de Berlín. Es de caliza, con añadidos de yeso, y data de finales del

período amárnico. Uno de los ojos está acabado, con la pasta de color incrustada yrecubierto con un disco de cristal de roca, y el otro está vacío. Por lo demás, la cabezaes perfecta. En el taller de Tutmés se guardaba asimismo una estatua completa de lareina (a continuación, imagen derecha), que la muestra desnuda con pequeños senos

puntiagudos, el vientre y las nalgas prominentes.

Aunque algunos personajes desempeñaron un papel claramente protagonista en estaépoca, es sorprendente comprobar hasta qué punto los monumentos privados se diluyenen un discreto segundo plano.




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El relieve, la pintura y las artes decorativas

En el período amárnico predomina la decoración en relieve. De pintura no conservamossino unas pocas obras. Ello es tanto más de lamentar por cuanto que esos escasosejemplos de pintura en muros y suelos ponen de manifiesto un gran talento; se trata de

hecho de auténtica pintura, sin las guías que dejaban los dibujantes de contornos.

Como en la estatuaria, en la ornamentación bidimensional de templos y tumbas reales o privadas, el faraón, la reina y las seis princesas siguen siendo el tema principal. Es unhomenaje a Atón, quien en casi todas las escenas dispensa sus rayos benefactores.Además, aquí se representa el entorno: diversas edificaciones (templos, palacios,residencias, talleres, etc.) y paisajes, pues a Atón se le veneraba como creador de todo loque rodeaba a los egipcios del momento. A diferencia de lo que ocurría en los muros delos templos de sus antecesores, no hay ahora distinción entre los motivos de las tumbas

privadas y los de las tumbas reales. En algunos relieves se representa la fiesta sed delfaraón, en otros se representa a la reina con una princesa bajo el disco solar, escenas

ociosas y oficiales de la familia real (imagen izquierda, la pareja real, a la derecha,arriba, Nefertiti en estilo extremo, abajo, Akhenatón sacrificando un pato a Atón),detalles de sirvientes entregados a sus ocupaciones cotidianas en el templo y en palacio,la vida de la naturaleza representada por plantas y animales, etc.

Respecto a la pintura, que llenaban los muros de los palacios de la ciudad, hasobrevivido solamente una parte, que sin embargo basta para apreciar su calidad y susingularidad. Parece que los motivos favoritos de palacio eran los relativos a la

naturaleza, en particular las plantas y las aves, aunque también se representaron escenasde la vida de la familia real.

Sobre las artes decorativas, la competencia técnica deebanistas, joyeros, vidrieros y otros artesanos se ponede manifiesto con los descubrimientos de la tumbainviolada de Tutankhamón (en la imagen derecha,máscara funeraria del faraón), que contenía grancantidad de objetos portátiles que constituyen unexcelente ejemplo de todo ello. Es muy probable que

muchas de estas piezas se fabricaran en el-Amarna, o enotros ligares, como Menfis, cuando la corte residíatodavía en Akhenatón.

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