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TEMA DEL DÍA El duodécimo domingo después de pentecostés Las promesas de nuestro Señor Jesucristo dan consuelo a nuestros corazones preocupados, calman todas nuestras dudas, y nos fortalecen en la esperanza segura del cielo.

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TEMA DEL DÍA

El duodécimo domingo después de pentecostés

Las promesas de nuestro Señor Jesucristo dan consuelo a

nuestros corazones preocupados, calman todas nuestras

dudas, y nos fortalecen en la esperanza segura del cielo.

CÁNTICO DE APERTURA - En La Presencia

En la presencia de la Santa Trinidad,

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,

Nos reunimos en tu palabra.

Habla, oh Señor, que tus siervos escuchan.

Habla, oh Señor, que tus siervos escuchan.

SALUDO APOSTÓLICO

P: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios, y

la comunión del Espíritu Santo sean con ustedes.

CONFESIÓN DE PECADOS

P: Oremos al Señor:

Todopoderoso Dios, tú penetras los corazones, conoces

los deseos, y ves los secretos más íntimos; purifícanos por

medio de tú Espíritu Santo, para que te podamos amar,

adorar y glorificar como mereces; te lo pedimos por medio

de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.

C: Amén.

CONFESIÓN DE PECADOS

P: Jesús nos mandó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,

con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Y

ama a tu prójimo como a ti mismo.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a

nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Pero si

confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para

perdonarnos nuestros pecados y para limpiarnos de toda

maldad.

CONFESIÓN DE PECADOS

P: Confesamos nuestros pecados contra Dios y contra

nuestros prójimos:

CONFESIÓN DE PECADOS

C: Dios de misericordia, confesamos que estamos

esclavizados por el pecado y no podemos liberarnos

nosotros mismos. Hemos pecado contra ti en

pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y

por lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado

de todo corazón; no hemos amado a nuestros prójimos

como a nosotros mismos. Por amor de tu Hijo

Jesucristo, ten piedad de nosotros:

Señor, ten piedad

Señor, ten piedad de mí.

Señor, ten piedad de mí.

Oh Señor Jesucristo, ten piedad de mí.

Cristo, ten piedad de mí.

LA ABSOLUCIÓN

M: Dios todopoderoso, en su misericordia, ha dado a su

único Hijo para morir por ti, y por amor a él te perdona

todos tus pecados. Por tanto, como pastor llamado y

ordenado por su iglesia, te perdono todos tus pecados

en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

C: Amén.

CANTICO LITÚRGICO – El Gloria in excelsis

Gloria a Dios en las alturas

Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

Gloria a Dios en las alturas

Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

Te alabamos, te bendecimos,

Te adoramos, te glorificamos,

Te damos gracias por tu gloria,

Oh Señor, Rey celestial.

CANTICO LITÚRGICO – El Gloria in excelsis

Jesucristo, Cordero de Dios, que quitas el pecado de todo el mundo,

Ten piedad; oh Jesucristo, recibe nuestra oración.

Oh Jesucristo, tú eres santo,

Tú solo eres el Señor,

Tú solo, Cristo, con el Espíritu Santo,

Eres altísimo en la gloria de Dios Padre.

Gloria a Dios en las alturas

Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

Gloria a Dios en las alturas

Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

ORACIÓN DEL DÍA

M: Todopoderoso y eterno Dios, que estás siempre más presto para

oírnos que nosotros para suplicarte, y acostumbras dar más de lo

que pedimos o merecemos: Derrama sobre nosotros la abundancia

de tu misericordia, perdonándonos todo aquello por lo que nuestras

conciencias estén temerosas, y dándonos los bienes que no somos

dignos de pedirte, sino por los méritos y la mediación de Jesucristo,

tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu

Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos.

C: Amén.

PRIMERA LECTURA – I Reyes 19:9-18

Más tarde, la palabra del SEÑOR vino a él.

―¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó.

10 ―Me consume mi amor por ti, SEÑOR Dios Todopoderoso —

respondió él—. Los israelitas han rechazado tu pacto, han

derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de

espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora

quieren matarme a mí también!

11 El SEÑOR le ordenó:

―Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto

de pasar por allí.

PRIMERA LECTURA – I Reyes 19:9-18

Como heraldo del SEÑOR vino un viento recio, tan violento que

partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el SEÑOR no

estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero

el SEÑOR tampoco estaba en el terremoto. 12 Tras el terremoto

vino un fuego, pero el SEÑOR tampoco estaba en el fuego. Y

después del fuego vino un suave murmullo. 13 Cuando Elías lo

oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la

entrada de la cueva.

Entonces oyó una voz que le dijo:

―¿Qué haces aquí, Elías?

PRIMERA LECTURA – I Reyes 19:9-18

14 Él respondió:

―Me consume mi amor por ti, SEÑOR, Dios Todopoderoso. Los

israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a

tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que

ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!

PRIMERA LECTURA – I Reyes 19:9-18

15 El SEÑOR le dijo:

―Regresa por el mismo camino y ve al desierto de Damasco.

Cuando llegues allá, unge a Jazael como rey de Siria, 16 y a Jehú

hijo de Nimsi como rey de Israel; unge también a Eliseo hijo de

Safat, de Abel Mejolá, para que te suceda como profeta. 17 Jehú

dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jazael, y

Eliseo dará muerte a cualquiera que escape de la espada de

Jehú. 18 Sin embargo, yo preservaré a siete mil israelitas que no

se han arrodillado ante Baal ni lo han besado.

SEGUNDA LECTURA – Romanos 9:1-5

Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo

confirma en el Espíritu Santo. 2 Me invade una gran tristeza y me

embarga un continuo dolor. 3 Desearía yo mismo ser maldecido y

separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia

raza, 4 el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos,

la gloria divina, los pactos, la ley, el privilegio de adorar a Dios y

el de contar con sus promesas. 5 De ellos son los patriarcas, y de

ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios

sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.

EL VERSÍCULO DEL DÍA

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la

convicción de lo que no se ve.

EVANGELIO - Mateo 14:22-33

22 En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le

adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud. 23 Después de

despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer,

estaba allí él solo, 24 y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra,

zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.

25 En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el

lago. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron

aterrados.

―¡Es un fantasma! —gritaron de miedo.

27 Pero Jesús les dijo en seguida:

―¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.

EVANGELIO - Mateo 14:22-33

28 ―Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua.

29 ―Ven —dijo Jesús.

Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero, al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:

―¡Señor, sálvame!

31 En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió:

―¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo:

―Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.

CÁNTICO DEL DÍA – Sosténnos firmes, oh Señor

Sosténnos firmes, oh Señor,

En la palabra de tu amor;

Refrena a los que en su maldad

Tu reino quieren derribar.

CÁNTICO DEL DÍA – Sosténnos firmes, oh Señor

Demuestra tu poder, Jesús,

pues Rey de reyes eres tú;

Haz que tu amada cristiandad

Te alabe con sinceridad.

CÁNTICO DEL DÍA – Sosténnos firmes, oh Señor

Oh Santo Espíritu de Dios,

Escucha de tu grey la voz;

Conserva en ella la unidad

Y guárdala en tu santa paz. Amén.

SERMÓN

MIRA A JESÚS PARA TU SALVACIÓN

San Mateo 14:22-33

EL CREDO APOSTÓLICO

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del

Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue

crucificado, murió, y fue sepultado. Descendió al infierno. Al tercer día resucitó de

entre los muertos. Subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre

todopoderoso. De ahí vendrá de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos, el

perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna. Amén.

PADRE NUESTRO

Padre nuestro, que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre;

venga a nos tu reino;

hágase tu voluntad,

así en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas,

así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.

No nos dejes caer en la tentación,

mas líbranos del mal

Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria,

por los siglos de los siglos. Amén.

LA BENDICIÓN

M: El Señor te bendiga y te guarde.

Haga el Señor resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia.

Vuela el Señor su rostro a ti y te conceda la paz.

C: Amén y Amén.

CÁNTICO DEL CLAUSURA - Vamos Cristianos Juntos

Vamos hermanos por todo el mundo a predicar.

El evangelio de Jesucristo proclamad

Que va a salvar, que va a salvar.

El evangelio de Jesucristo proclamad.

CÁNTICO DEL DÍA - Vamos Cristianos Juntos

La ley nos condena a la muerte, por la eternidad

La cual sentencia tristeza y luto a la humanidad.

Ay ay ay, ay ay ay.

Solo sentencia tristeza y luto, pobre humanidad.

CÁNTICO DEL CLAUSURA - Vamos Cristianos Juntos

El evangelio de Jesucristo, id a proclamar.

A toda lengua, tribu y pueblo, vino a salvar

Vino a salvar, vino a salvar

A toda lengua, tribu y pueblo, vino a salvar.

CÁNTICO DEL CLAUSURA - Vamos Cristianos Juntos

En la cruz por culpa mía, Cristo murió.

Divina sangre, en favor mío, derramó.

Él derramó, Él derramó.

Preciosa sangre, en favor mío, derramó.

CÁNTICO DEL CLAUSURA - Vamos Cristianos Juntos

En gratitud, id al mundo y evangelizar.

Nos asegura que con nosotros Cristo está,

Siempre ha de estar y siempre estará.

En gratitud, id al mundo y evangelizar.