24
N I E T Z S C H E CONTEXTO HISTÓRICO Aspectos políticos. Nietzsche vive en la segunda mitad del siglo XIX. La historia de este siglo es compleja, pero señalaremos solo los rasgos más relevantes puesto que Nietzsche no se interesa demasiado por la política. Decir que la etapa contemporánea comienza con la Revolución francesa, y tras ésta tuvo lugar dominio de Napoleón. Y a esto le sigue una reacción de la nobleza y de las monarquías europeas y un resurgir del antiguo régimen a principios del siglo XIX; Pero el impulso de la revolución industrial y los cambios sociales posteriores dieron lugar a nuevas acciones revolucionarias. La burguesía controlaba las finanzas y la industria, la cultura y la política, pero la unidad de la burguesía mientras se oponía al Antiguo Régimen, se rompió, dando lugar a la alta burguesía de grandes comerciantes, industriales y banqueros; Y la pequeña burguesía de artesanos y pequeños comerciantes. Por otra parte, el número de trabajadores industriales había aumentado y con él, la resistencia al orden social impuesto por la burguesía y las reclamaciones para obtener mejoras laborales y más derechos políticos. La burguesía, impulsora antes de las reformas políticas y sociales, ahora se defiende de la clase obrera. La historia europea del siglo XIX se despliega así como un juego de alianzas y enfrentamientos entre burgueses y obreros. Es ahora también cuando surge el movimiento obrero para reivindicar condiciones laborales dignas: en 1864 aparece la I Internacional obrera. La segunda mitad del XIX comienza con el fracaso de las revoluciones de 1848 en las que confluyeron los avances del liberalismo, del nacionalismo y las luchas sociales. Aunque dichas revoluciones no triunfaron, los principios que defendían enraizaron en la sociedad europea, y terminaron acabando con el antiguo régimen. Al acabar el siglo XIX muchos estados europeos habían desarrollado constituciones que consolidaban cambios políticos hacia las democracias modernas. En cuanto a la economía y desarrollo tecnológico, la revolución industrial que había comenzado en Inglaterra a finales del siglo XVIII, se extiende a toda Europa. Hacia 1870 se inician importantes transformaciones en el proceso de industrialización que dan lugar a la llamada segunda revolución industrial. A la expansión del ferrocarril, de las grandes industrias siderúrgicas 1

Tema Nietzsche 2013 (1)

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Tema Nietzsche 2013 (1)

N I E T Z S C H E

CONTEXTO HISTÓRICO

Aspectos políticos. Nietzsche vive en la segunda mitad del siglo XIX. La historia de este siglo es compleja, pero señalaremos solo los rasgos más relevantes puesto que Nietzsche no se interesa demasiado por la política.

Decir que la etapa contemporánea comienza con la Revolución francesa, y tras ésta tuvo lugar dominio de Napoleón. Y a esto le sigue una reacción de la nobleza y de las monarquías europeas y un resurgir del antiguo régimen a principios del siglo XIX; Pero el impulso de la revolución industrial y los cambios sociales posteriores dieron lugar a nuevas acciones revolucionarias.

La burguesía controlaba las finanzas y la industria, la cultura y la política, pero la unidad de la burguesía mientras se oponía al Antiguo Régimen, se rompió, dando lugar a la alta burguesía de grandes comerciantes, industriales y banqueros; Y la pequeña burguesía de artesanos y pequeños comerciantes. Por otra parte, el número de trabajadores industriales había aumentado y con él, la resistencia al orden social impuesto por la burguesía y las reclamaciones para obtener mejoras laborales y más derechos políticos. La burguesía, impulsora antes de las reformas políticas y sociales, ahora se defiende de la clase obrera. La historia europea del siglo XIX se despliega así como un juego de alianzas y enfrentamientos entre burgueses y obreros. Es ahora también cuando surge el movimiento obrero para reivindicar condiciones laborales dignas: en 1864 aparece la I Internacional obrera.

La segunda mitad del XIX comienza con el fracaso de las revoluciones de 1848 en las que confluyeron los avances del liberalismo, del nacionalismo y las luchas sociales. Aunque dichas revoluciones no triunfaron, los principios que defendían enraizaron en la sociedad europea, y terminaron acabando con el antiguo régimen. Al acabar el siglo XIX muchos estados europeos habían desarrollado constituciones que consolidaban cambios políticos hacia las democracias modernas.

En cuanto a la economía y desarrollo tecnológico, la revolución industrial que había comenzado en Inglaterra a finales del siglo XVIII, se extiende a toda Europa. Hacia 1870 se inician importantes transformaciones en el proceso de industrialización que dan lugar a la llamada segunda revolución industrial. A la expansión del ferrocarril, de las grandes industrias siderúrgicas y de la minería se une la creación de compañías bursátiles que desarrollan el capital financiero.

Nietzsche criticará tanto a la burguesía como al movimiento obrero, así como a la tecnología y a las teorías políticas tanto liberales como socialistas. Por lo que la relación del autor con la situación de su época es fundamentalmente de oposición y crítica, e incluso, de desprecio, por ejemplo, cuando se refiere a la clase obrera como “rebaño”.

El nacionalismo. Es una ideología política que surge durante el siglo XIX y que tendrá una gran importancia tanto en este siglo como en el XX. Ésta ideología parte de la tesis de que todo “pueblo” debe tener un Estado y, a la inversa, un Estado debe corresponder con un pueblo. En principio se puede considerar que ésta ideología surge tras la expansión del pensamiento liberal que propagó Napoleón, y que suscitó el deseo de muchos “pueblos” de independizarse del imperio napoleónico. Alemania es uno de los lugares donde más se desarrolla dicha ideología y fue muy importante en el proceso de unificación, que se consigue bajo el dominio de Prusia y liderado por Bismark.

En el caso de Nietzsche es el aspecto que tiene más relevancia, aunque él se interesó muy poco por la política.

1

Page 2: Tema Nietzsche 2013 (1)

CONTEXTO CULTURAL

En cuanto a la cultura, durante el siglo XIX tienen lugar varias corrientes o tendencias algunas de ellas contrarias entre sí. Dichas corrientes son:

El romanticismo. Es el movimiento cultural que domina la primera mitad del siglo XIX. Fue más que una estética literaria o una visión subjetivista del mundo; Supuso una reacción contra la teoría estética anterior o clásica, teoría que perduraba desde la antigüedad. Sus rasgos o ideas centrales fueron la crítica de la razón cómo única fuente de conocimiento y, por el contrario, exaltación de lo afectivo, de los sentimientos; la idealización de la naturaleza, así conciben al ser humano como un deseo de fusión con la naturaleza; Destaca también el gusto por tierras exóticas; por épocas antiguas, especialmente la Edad Media; El orden y la armonía del racionalismo cartesiano fue sustituido por el orden genealógico, es decir, el origen de las cosas: de los seres vivos (Darwin), de las lenguas, las artes y las religiones.

La filosofía de Nietzsche parte de la poesía romántica y comparte gran parte de su teoría poética.

Positivismo o cientificismo. El siglo XIX es una época de gran desarrollo de las ciencias, no solo de la física como en el Renacimiento, sino también de la química y la biología; Y sobre todo, de la tecnología, unido a la revolución industrial. Nietzsche se intereso al principio por la ciencia, al igual que por la Ilustración, pero luego se manifestara muy en contra del cientificismo, aunque admira algunas teorías científicas.

El realismo. En cuanto al arte, la mentalidad positivista o cientificista encontró su reflejo en el realismo, que pretende seguir a los científicos y representar con veracidad la realidad humana a través de la observación y la descripción. Así aparece en las novelas de Víctor Hugo, Dickens y Dostoievski; y en la pintura de Courbert y Mollet.

En la segunda mitad del siglo, se manifiesta en el arte la crítica a la sociedad y la reacción contra el positivismo que se refleja en las vanguardias y que se desarrollaran en el siglo XX.

Cabe destacar el impresionismo, característico también de la segunda mitad del XIX; los impresionistas pretendían ser fieles a la naturaleza, sus estudios de la luz permitían que la pintura plasmase la auténtica realidad de lo que se ve, la inmediatez del instante, la luz y el movimiento.

La teoría de la evolución de Darwin. Darwin publica en 1859, El origen de las especies; obra que tendrán una enorme influencia, en la que expone una explicación científica del cambio de las especies, acabando con la imagen estática de la realidad: las especies varían y se diversifican resultando otras nuevas; para Darwin la evolución de los seres vivos se produce como una lucha por la existencia; la selección natural es el mecanismo por el que se produce la evolución, apareciendo normalmente como un mecanismo despiadado.

El darwinismo social es una aplicación de la teoría de la evolución de Darwin, al hombre; el principal autor en esta línea es H. Spencer. Esta tesis legitimaba la doctrina del liberalismo económico, por lo que la miseria del proletariado y el imperialismo se consideraban expresión de la ley natural de la evolución, cuya consecuencia es la competencia del mercado, en el que los más aptos para la supervivencia son los vencedores.

La teoría de la evolución influirá en Nietzsche, aplicado al hombre y desde el punto de vista moral, aunque lo hace simbólicamente.

La música. Es importante también tener en cuenta el auge de la música en la Alemania de la época, relacionada con el nacionalismo; Destaca Wagner, con el que Nietzsche mantendrá una amistad durante una etapa de su vida, aunque luego se aparta de él.

2

Page 3: Tema Nietzsche 2013 (1)

CONTEXTO FILOSÓFICO

La filosofía de Nietzsche se enmarcaría por una parte, en referencia a los filósofos griegos –y, por extensión, con algunos modernos-. Y por otra parte, situarla en la filosofía de su época.

En cuanto a los filósofos griegos, Nietzsche admira a Heráclito, y seguirá su tesis sobre el cambio o devenir, así como la tesis de eterno retorno es también central en ambos autores.

En cambio, Platón será el centro de las críticas de Nietzsche, al que atribuirá todos los errores de la filosofía occidental. Sus críticas se centran en el dualismo, tanto epistemológico (conocimiento sensorial y racional o noético) como antropológico (cuerpo y alma); Y, sobre todo, por la elección de Platón, del conocimiento racional o de las Ideas y del alma en detrimento del conocimiento sensorial y del cuerpo y los sentimientos. Así lo expone en el mito de la caverna. (Se puede ampliar algo más el mito de la caverna)

Esta crítica la extenderá también a Descartes y Kant.

Durante el siglo XIX se desarrollan varias tendencias filosóficas. En síntesis, las principales corrientes que influyen en el autor, son las siguientes:

El idealismo, centrado en Hegel, filósofo muy influyente que domina la primera mitad del siglo XIX, y cuya obra es el último gran sistema filosófico. Posteriormente surgirán una pluralidad de movimientos filosóficos, entre los podemos destacar:

El positivismo. Predominó en Europa durante toda la segunda mitad del siglo XIX, desplazando al romanticismo como movimiento artístico. (El positivismo puede considerarse una evolución del empirismo del siglo XVIII). Los éxitos de la ciencia y de la técnica expanden la industria capitalista y consolidan la hegemonía social de la burguesía, esto trae consigo el triunfo de la concepción materialista, burguesa y cientificista de la vida.

Augusto Comte, francés, es el filósofo más destacado de esta corriente; hace de la ciencia la única forma válida de conocimiento: solo existen los hechos contrastables por la experiencia sensible; así intentó construir una teoría sobre la sociedad basada en la ciencia. Fue especialmente crítico con la metafísica tradicional, a la que no le concede ningún valor de conocimiento.

Vitalismo. Es una corriente que surge como crítica tanto al idealismo hegeliano como al positivismo. Aplicado a la filosofía, el término “vitalismo” resulta extremadamente ambiguo: puede aplicarse a toda corriente que considere a la vida como la realidad radical (y, por tanto, como algo irreductible a cualquier otro tipo de realidad). Pero la «vida» puede ser entendida de formas muy diversas: en sentido espiritualista, biológico, metafísico-cósmico, etc. Centrándonos en filósofos, destacar a Schopenhauer, quien sostenía que la voluntad de vivir gobierna todos los sucesos y objetos del mundo de los fenómenos. La razón no es más que una herramienta de esta voluntad. La influencia de Schopenhauer en Nietzsche es decisiva.

Nietzsche criticará el idealismo tanto el hegeliano como el kantiano. En cuanto, al positivismo, al principio, Nietzsche se interesa por el conocimiento científico, y podemos ver algunos paralelismos, sobre todo, el centrar el conocimiento en la experiencia o conocimiento sensorial. Sin embargo, posteriormente criticará el cientificismo, sobre todo, las matemáticas. El vitalismo, es la corriente contraria al positivismo, y es donde situaríamos a Nietzsche, siendo su principal representante.

3

Page 4: Tema Nietzsche 2013 (1)

N I E T Z S C H E

Vida y evolución.Federico Guillermo Nietzsche (1844-1900) nace en Rocken, cerca de Leipzig

(Prusia), de ascendencia polaca (su padre) y alemana (su madre). Sus abuelos y su padre fueron pastores protestantes. En cambio Nietzsche seria un gran ateo. Recibe su formación humanística en una de las más famosas escuelas, la de Pforta, en Turingia Pronto se aficiona a la música. Y comienzan las enfermedades (dolores de cabeza). En 1864 inicia los estudios de filología clásica en Bonn, y al año siguiente continúa en Leipzig, donde descubre la filosofía de Schopenhauer, que le entusiasma. En 1868 conoce a Wagner: su música le apasiona. En 1869 es nombrado catedrático extraordinario de filología clásica de la Universidad de Basilea, aunque lo que ya le interesa realmente es la filosofía. En esta época se afianza su amistad con Wagner, que por entonces era todavía un espíritu rebelde y revolucionario, seguidor de Schopenhauer en filosofía. También de entonces data su amistad con el teólogo radical F. Overbeck y con Paul Rée. En 1872 publica El nacimiento de la tragedia En 1878 rompe su amistad con Wagner, y al año siguiente las enfermedades le obligan a abandonar su cátedra de Basilea. Tiene treinta y cinco años, y comienza una vida errante, viajando siempre, especialmente hacia el Mediterráneo y los Alpes suizos, atormentado continuamente por dolores de cabeza, de ojos, y vómitos. En 1881, en la Alta Engadina (Suiza), a orillas de un lago, recibe la inspiración del «eterno retorno», la idea central de Así habló Zaratustra. En 1882 conoce a Lou Andreas Salomé, que rechazará su petición de matrimonio, pero que le inspirará un nuevo deseo de vivir. En 1889 sobreviene la catástrofe: sufre un colapso en una plaza de Turín y debe ser internado en una clínica psiquiátrica. Diagnóstico: parálisis progresiva. A partir de entonces, perdida definitivamente la razón, queda al cuidado de su madre y de su hermana, y muere en 1900. La primera edición de las Obras completas aparece entre 1901-1913 Sin embargo, la hermana de Nietzsche falsificó numerosos pasajes, especialmente de las cartas. A partir de 1954 se inicia la revisión crítica de las obras de Nietzsche.

OBRASSe pueden distinguir cuatro períodos en el pensamiento de Nietzsche. Las

expresiones empleadas por el mismo Nietzsche dan pie a denominarlos según los cuatro momentos del día:

1.° Período romántico. Filosofía de la nochePeriodo de Basilea. Nietzsche se inspira en los presocráticos (especialmente Heráclito),

Schopenhauer y la música de Wagner. La obra fundamental es El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1871), dedicada a Wagner (en cuyas óperas ve la continuación de la tragedia griega). Nietzsche considera entonces el arte como el medio de penetrar en la realidad, en el fondo nocturno de la existencia (lo dionisíaco), contrapuesto con la luminosidad de lo apolíneo. Dioniso, el dios de la noche, y el artista (el poeta trágico) son en este periodo las figuras de la actitud auténtica ante la vida. La contraposición dionisíaco-apolíneo (resuelta en favor de lo dionisíaco) será «el tema» de Nietzsche, sobre el que volverá continuamente. Sócrates aparece ya como el gran enemigo. De la misma época son las cuatro Consideraciones intempestivas (1873-1876), y estudios sobre la filosofía griega (Nietzsche se inclina por Heráclito).

2.° Periodo positivista o ilustrado. Filosofía de la mañanaFin del periodo de Basilea; primeros años de viajes. Aparentemente, brusca ruptura con

el periodo anterior. Ruptura con Wagner, abandono de Schopenhauer. Se inspira en Voltaire y los ilustrados franceses, y adopta una postura “positivista” o “científica" para

4

Page 5: Tema Nietzsche 2013 (1)

condenar la metafísica (sobre todo, la platónica) la religión y el arte. La figura es ahora «el hombre libre». En Humano, demasiado humano (1878), escrita ya a base de aforismos, denuncia Nietzsche todos los ideales de la cultura occidental, desvelando su trasfondo. El libro está dedicado a Voltaire. La lucidez «científica» (en realidad, critica psicológica) de que quiere hacer gala Nietzsche le conduce a decir que se trata de una «filosofía de la mañana». La misma orientación tienen las otras dos obras de esta época, cuyos títulos son muy significativos: Aurora (1881) y La gaya ciencia (1882).

3.° El mensaje de Zaratustra. Filosofía del mediodíaEs ahora cuando Nietzsche llega a su máxima altura, cuando su pensamiento alcanza

el «mediodía». Escribe su obra fundamental, más allá de la cual ya no será capaz de remontarse: Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie (1883-1884):

«La concepción fundamental de esta obra, el pensamiento del eterno retorno, esa fórmula suprema de la afirmación a que se puede llegar en absoluto, es de agosto de 1881: se encuentra anotado en una hoja a cuyo final está escrito: "A 6.000 pies más allá del hombre y del tiempo » (Ecce homo, Alianza, p. 93).

Y Nietzsche se encarga de decir que lo que representa Zaratustra «es el concepto mismo de Dioniso» (ibid, p 102). Zaratustra es la figura, pero también el superhombre.

4.° Periodo crítico. Filosofía del atardecer Nietzsche señala que después del Zaratustra sus obras cambiaron de signo:

«La tarea de los años siguientes estaba ya trazada de la manera más rigurosa posible. Después de haber quedado resuelta la parte de mi tarea que dice sí, le llegaba el turno a la mitad de la misma que dice no, que lleva ese no a la práctica: la transvaloración misma de los valores anteriores, la gran guerra—el conjunto de un día de la decisión” (ibid, 107).

Ataca, pues, directamente a toda la cultura occidental: la religión, la filosofía, la moral tradicionales. Este periodo enlaza, pues, con el segundo, por su intención e incluso por la metodología empleada. Pero es mucho más violento y apasionado. La expresión es cada vez más agresiva. La figura es, entonces, el filósofo “a martillazos” que maldice al «último hombre» (el que precede al «superhombre). Las obras son las siguientes: Mas allá del bien y del mal, preludio de una filosofía del futuro (1886), en la que se hace «una critica de la modernidad»; La genealogía de la moral, un escrito polémico (1887); Crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa con el martillo (1889); El Anticristo. Maldición contra el cristianismo (1888; publicada en 1894), y Ecce Homo. Como se llega a ser lo que se es (1888; publicada en 1908). Todavía escribió Nietzsche una gran cantidad de aforismos y fragmentos, publicados bajo el titulo de La voluntad de poder en 1901 (edición aumentada en 1906).

LA CRÍTICA A LA TRADICIÓN SOCRÁTICO-PLATÓNICA Y A LA DIALECTICA

DIONISO Y ZARATUSTRA (Introducción)Nietzsche subtituló Así habló Zaratustra de esta manera: Un libro para todos y para

nadie. Ésta es la ambigüedad fundamental de sus obras y de su pensamiento. No es un autor sistemático; emplea habitualmente el aforismo y el poema; Sus obras parecen escritas «para todos» pero la ausencia de un vocabulario técnico y bien definido crea graves dificultades de comprensión. Los términos fundamentales —voluntad de poder, nihilismo, etc.— escapan a toda definición, estallan en significados contrapuestos. No hay razonamientos o deducciones, sino intuiciones como relámpagos. No evita el contradecirse. Y, además, es violento y agresivo. Lo más fácil es entenderle mal. Además, el uso del símbolo impide una Interpretación unívoca. Tal sucede con la «personalidad de sus dos profetas»: Dioniso y Zaratustra.

5

Page 6: Tema Nietzsche 2013 (1)

El nacimiento de la tragedia es la primera obra de Nietzsche, dedicada a Wagner, se inspira en Schopenhauer. Según Nietzsche, la tragedia griega se originó gracias a la fusión de dos elementos contrapuestos del espíritu griego: lo dionisíaco y lo apolíneo.

Dioniso era el dios griego del vino, la embriaguez y la vegetación. Su culto procedía de Tracia, y se introdujo en Grecia en fecha relativamente tardía, pero se extendió muy rápidamente, sobre todo en el Ática (ss. V-IV), y más tarde en Italia (s. II a.C.). Recibía numerosos sobrenombres: Baco, Ditirambos, Zagreo..., y se pensaba que habitaba en lo alto de las montañas. Los cultos dionisíacos consistían en orgías místicas, que permitían la unión con el dios por medio del “furor báquico”; en el Ática se organizaban en primavera fiestas del vino, concursos de poesía ditirámbica y representaciones teatrales. En cambio, Apolo era un dios del Olimpo, dios del sol, la luz y la claridad; su santuario principal se encontraba en Delfos.

Inspirándose en El mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer, Nietzsche establece la siguiente contraposición entre los dos dioses, entendiéndola como dos fuerzas que combaten pero que se necesitan:

Dioniso Apolo

Noche, oscuridad,voluntad irracional,el Uno primordial, impersonal,embriaguez,dolor cósmico.

Día, luminosidad,razón,belleza,medida, equilibrio«principio de Individuación»,alegría solar.

En la tragedia Obras de Homero y Hesiodo

Música, danza,coro (pueblo).

Palabra,personajes (reyes).

La lucha entre el espíritu dionisiaco y el apolíneo representa el “juego trágico” en que consiste el mundo: vida y muerte, nacimiento y decadencia, que constituyen dimensiones de una misma realidad.

La tragedia griega expresa la antítesis entre el fondo infinito y el ser finito, encarnado en la contraposición de lo dionisiaco, que se manifiesta a través de la música y la danza y corresponde al coro y de lo apolíneo, que se expresa a través de la palabra y que corresponde a las figuras, a los personajes.

Según Nietzsche, “la tradición antigua nos dice resueltamente que la tragedia griega surgió del coro trágico, y que en su origen era únicamente coro y nada más que coro». Luego se añade el elemento apolíneo, Pero lo esencial sigue siendo el fondo dionisíaco de la tragedia. Gracias a él, el espectador rompe los lazos de su propia individualidad, se funde con los demás hombres y descubre la suprema unidad de todas las cosas.

Así pues, en la tragedia el héroe único es Dioniso, aunque “oculto tras la máscara de las figuras de la escena». Pero la tragedia griega pereció desde el momento en que Eurípides (-406) trivializó los personajes y quitó importancia al coro: con él, según Nietzsche, desapareció el elemento dionisíaco. Pero también desapareció Apolo: el único «dios» que queda es Sócrates. «En Sócrates reconocemos el adversario de Dioniso». Sócrates es el gran corruptor: con él triunfa el «hombre teórico» sobre el “hombre trágico", él impone el optimismo de la ciencia; con él, el diálogo platónico substituye a la tragedia griega; con él, el saber se convierte en medicina universal, y el error es el supremo mal.

6

Page 7: Tema Nietzsche 2013 (1)

Nietzsche afirma que existe una «lucha eterna entre la consideración teórica y la consideración trágica del mundo». Gracias a la filosofía alemana (Schopenhauer) y la música alemana (Wagner) vuelve a triunfar lo trágico-dionisíaco. Nietzsche no abandonará nunca su aceptación de Dioniso, Zaratustra no será sino Dioniso transfigurado.

CRÍTICA A LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL O A LA METAFÍSICA SOCRATICO-PLATÓNICA

Esta crítica —la parte de la filosofía de Nietzsche que dice “no”, y que llena las obras de su segundo y cuarto períodos muestra siempre las mismas constantes, unas características generales que podemos resumir en tres puntos:

—Un mismo método: El análisis psicológico, consistente en denunciar los instintos que animan las diversas manifestaciones culturales. Cuando el método psicológico se desarrolla en todas sus posibilidades se convierte en genealogía de los valores, empleado en La genealogía de la moral, obra en la que Nietzsche intenta dilucidar «las condiciones y circunstancias en que aquellos (los valores morales) surgieron, en las que se desarrollaron y modificaron.

—Un mismo diagnóstico: Todo procede de un instinto único, la voluntad de la nada, el odio, o el temor, a la vida. En consecuencia, la cultura occidental está sumida en el nihilismo, en su propia autodestrucción.

—Un mismo enemigo: La crítica de Nietzsche se dirige a todos los aspectos de la cultura occidental: la ciencia, el arte, la religión, la filosofía, la moral, lo alemán, el socialismo, etc. Pero todo ello se resume en una sola palabra: cristianismo. Así pues, Nietzsche no ataca tanto el cristianismo «en si mismo», como toda la cultura occidental en su conjunto. Platón, a juicio de Nietzsche, vino a instaurar el error dogmático más duradero y peligroso: el "espíritu puro" y el "bien en sí". Esto ha significado la negación total de lo que Nietzsche creyó que era la "verdad" del Ser.

Centrándonos en el análisis de sus tesis, podemos estudiar tres directrices dentro de la crítica:

1. La crítica a la moral.2. La crítica a la metafísica tradicional, en su aspecto ontológico y epistemológico3. La crítica a las ciencias positivas (matemáticas).

1. La crítica a la moralEn La genealogía de la moral (1887) aborda Nietzsche la crítica de la moral vigente a

partir del estudio del origen de los prejuicios morales. Para ello, emplea el método genealógico, consistente en una investigación etimológica e histórica de la «evolución de los conceptos morales» (hay que recordar que Nietzsche era filólogo).

Nietzsche afirma que su investigación filológica en diversas lenguas le condujo al siguiente resultado: en todas las lenguas «bueno» significó primitivamente «lo noble y aristocrático», contrapuesto a «malo» en el sentido (no moral) de «simple, vulgar, plebeyo». Estas dos denominaciones «bueno-malo» son creadas, pues, por los nobles y poderosos, en la medida en que son ellos los que tienen el poder de darse y dar nombres.

Sin embargo, más tarde surge otra contraposición: la de «bueno» y «malvado», ya de carácter moral. Esta nueva contraposición se enfrenta a la anterior y la desplaza. El origen histórico (ya no etimológico) de tal desplazamiento es, según Nietzsche, el siguiente: los que eran considerados «malos» (en el sentido de «bajos, plebeyos) se rebelan, se llaman a sí mismos «buenos», y denominan a los «nobles» como «malvados». Esta transmutación fue realizada por los judíos y continuada por los cristianos.

Es decir, los nobles pasan ahora a ser «malvados», y los «buenos» son ahora los que

7

Page 8: Tema Nietzsche 2013 (1)

antes eran denominados por los nobles como «malos» (plebeyos):“Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a

invertir la identificación aristocrática de valores (bueno = noble = poderoso = bello = feliz = amado de Dios) y han mantenido con los dientes del odio más abismal (el odio de la impotencia) esa inversión a saber: "los miserables son los buenos, los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos los deformes son también los únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe bienaventuranza,—en cambio vosotros, vosotros los nobles y violentos, vosotros sois, por toda la eternidad, los malvados los crueles, los lascivos, los insaciables, los ateos, y vosotros seréis también eternamente los desventurados, los malditos y condenados!'» (ibid, 1,7).

Así pues, la moral surge como resultado de la «rebelión de los esclavos», y es producto de una «actitud reactiva», del resentimiento. El resentimiento es el que creó los valores morales de Occidente y es el responsable de la aparición de una civilización enemiga de la vida y de un hombre «incurablemente mediocre». En resumen, es el causante del nihilismo que amenaza a Occidente. Al hablar de la crítica a la moral hay que dejar algo claro: Nietzsche se refiere a la moral como "contranaturaleza", es decir, a aquella moral que se opone a la vida, que establece leyes o decálogos en contra de los instintos vitales, porque prefiere la inhibición a la exuberancia. La crítica de la moral platónico-cristiana señala que la moral contranatural, es decir, la moral enseñada hasta ahora, se dirige contra los instintos de la vida, es una condena —a veces encubierta— de esos instintos. La base filosófica de la moral contranatural es el platonismo; el "mundo de las ideas" sirve de "más allá" religioso para los cristianos, de tal forma que el platonismo acabó convirtiéndose en la metafísica cristiana. En efecto, esta moral pone el centro de gravedad del hombre no en esta vida, sino en la otra, en el mundo de las ideas, en el más allá salvador. De forma que la moral, como juicio valorativo sobre la vida y según ha sido enseñada e impuesta como "norma de conducta" en Occidente, no es sino un síntoma de la "decadencia”, del Nihilismo; en fin, un juicio valorativo que por ser antitético a la vida misma (tal y como la entiende Nietzsche) es por consiguiente negativo. Lo paradójico de este juicio negativo respecto a la vida es que sea en Dios y no en el hombre mismo en quien se justifique. Por ello, la moral como contranaturales tiene un primer objetivo demostrar la voluntad libre que opera en el hombre. Entra ahí en escena el planteamiento moralista del cristianismo: "Los teólogos, para su existencia, apelan continuamente al orden moral del mundo, de ese modo nos hacen libres, responsables. Pero de ese modo infectan la inocencia del devenir por medio del castigo y de la culpa." Para pecar y ser objeto de las iras divinas hemos de estar capacitados moralmente, es decir, ser "libres". Pero Nietzsche invierte el argumento: la responsabilidad es posible si el hombre es libre y esto, a su vez, es posible porque al hombre y al mundo se le han hecho previamente, "culpables". El cristianismo, dice Nietzsche, es “una metafísica del verdugo" (o. c., pág. 69). Lo que en sustancia se critica ahí es la idea de "un orden moral del mundo" que, a modo de “guía", sirva para dirigir la historia del hombre. Pero se apunta, además y especialmente, hacia la "trascendencia" de ese orden como algo externo al hombre mismo; éste sí que tiene "órdenes", "metas", "leyes", pero son propias, inmanentes, parciales y humanas. Una guía absoluta, tal y como la propone la moral tradicional, sólo es posible si imaginamos a alguien fuera del mundo, fuera de la vida; pero esta idea es la imagen trasnochada de la propia moral cristiana cuyo resentimiento hacia la vida le ha obligado a buscar vectores exteriores a la propia vida, leyes no de este mundo, sino del más allá o del "mundo de las ideas".

8

Page 9: Tema Nietzsche 2013 (1)

Puesto que el pretendido orden moral del mundo no viene dado por el propio hombre, no nos llega de la propia historia sino de Dios, la tesis nietzscheana que combate esta idea es la siguiente: si el concepto "Dios" ha sido hasta ahora la gran objeción contra la vida, contra la existencia, nosotros negamos a Dios, negamos la responsabilidad ante Dios; de esta forma "redimimos" al mundo. El hombre no necesita de Dios para saberse libre de origen, siempre lo ha sido y lo será, porque el mundo no tiene ninguna ley trascendente que le obligue. Nietzsche es, pues, el gran crítico de la moral antinatural que él identifica, a grandes rasgos, con la moral tradicional.

2. La crítica a la metafísica tradicional La metafísica tradicional se asienta en un error fundamental: la creencia en la antítesis de los valores; Así el pensamiento de Sócrates y Platón nacen del intento de escapar a la caducidad de la vida, creando a través del idealismo de los conceptos un significado infinito (universal) a la existencia.

La contraposición de los dos mundos platónicos sitúa al concepto, a la idea como la autentica verdad y lo único real, frente al mundo del devenir, imperfecto, cambiante y aparente. El triunfo de la razón contra la vida es el triunfo de Apolo contra Dionisos.

Aspecto ontológico de la crítica a la metafísica. La identificación entre la razón, la virtud y la felicidad oculta el rechazo a los sentidos, el temor a los instintos, a la vida. Nietzsche quiere desenmascarar este idealismo y demostrar que solo el devenir es. No hay un mundo real distinto del que experimentamos por medio de los sentidos, lo real es el devenir de Heráclito, la apariencia. La ontología tradicional es "estática" porque considera al ser como algo fijo, inmutable; por otra parte, ese ser no se deja ver tal como es en realidad en este mundo en donde todo es apariencia y falsedad de los sentidos, sino que el mismo tiene su propio mundo. Lo que el hombre conoce del ser sólo es, pues, mera apariencia; pero puesto que conocemos que este mundo es irreal, debemos buscar en el otro mundo para estar, así, en posesión de la verdad. El filósofo dogmático se dedica, dice Nietzsche, a buscar, indagar, "especular" por encima del movimiento del mundo; porque lo que sea el ser del mundo no lo podemos estudiar en el torbellino del ir y venir de esta vida, ya que esta es para él causa de error. Esta separación entre ser "real" y ser "aparente" es ya un juicio valorativo sobre la vida y, concretamente, negativo, porque pone más peso específico en el mundo de las ideas que en el mundo de los sentidos. Mas, en realidad, no existe mundo aparente y mundo verdadero, sino el devenir constante del ser creando y destruyendo el mundo. La perspectiva que se tenga del ser se relaciona estrechamente con la moralidad y, concretamente, por esto mismo Nietzsche emparentó la división del mundo en real y aparente, propio del platonismo, con la moral contranatural que veía en el mundo de los sentidos causa de perdición, propia del cristianismo.

Algunas de las razones que argumenta Nietzsche al respecto son:1. Las razones por las que este mundo ha sido calificado de aparente por el metafísico, es porque se toma como verdadera la reflexión de la razón sin darse cuenta de que lo que fundamenta esa reflexión no es la lógica, sino la necesidad que tiene el ser humano de sobrevivir en un mundo donde todo es devenir. 2. “Las categorías del ser verdadero de las cosas son signos del no-ser, de la nada" (Cre-púsculo de los ídolos, pág. 50). Quiere esto decir que el mundo llamado verdadero se construye en oposición al mundo aparente, de los sentidos, siempre cambiantes; pero que esta contraposición no es más que una ilusión moral, en el no-ser.3. "Inventar otro mundo distinto a éste implica tener recelo contra la vida, una actitud de recelo frente a la vida como devenir" (o. c., página 50). Inventar otro mundo no tiene sentido si no se pretende que sea "mejor" que éste que pisamos; ahora bien, esto es propio del resentimiento hacia la vida.

9

Page 10: Tema Nietzsche 2013 (1)

4. "Dividir el mundo en 'verdadero' y 'aparente', ya sea al modo platónico-cristiano, o bien al modo kantiano, es una sugestión de la decadencia” (o. c., pág. 50). Es la necesidad de racionalizar lo imposible de racionalizar, a saber, el ser como devenir, lo que nos obliga a inventar ficciones lógicas y "modelos" de conocimiento de forma tal que nos permitan la estabilidad frente a lo que en sí es caos. Caos en el sentido de que no existen ni ley ni orden sobrenaturales. Las categorías o conceptos con los que tratamos de aprehender el ser son, dice Nietzsche, ficciones convencionales.

Aspecto epistemológico de la crítica a la Metafísica. Hasta ahora hemos visto solamente la crítica general a la ontología, es decir, cómo se ha caído en la falsa interpretación de la realidad del ser, pero Nietzsche también justifica su crítica desde el punto de vista de la "génesis" de aquellas categorías o conceptos que comportan y significan el mayor obstáculo contra la interpretación de la realidad como devenir; categorías o conceptos a los que, por ello mismo, Nietzsche va a poner en tela de juicio: a) Realidad y "concepto". El triunfo del poder del lenguaje, del concepto, es el dominio de la conciencia sobre la intuición; Es la conciencia la que lo convierte todo en inteligible y comunicable; La que nos inventa a través de los conceptos una identidad única, estable y pública, y que se olvida de lo sensible. Sin embargo, la forma básica del conocimiento es la intuición mediante la que captamos lo inmediato e individual, la vida. Los conceptos no son más que generalizaciones vacías, las intuiciones, en cambio, nos permiten captar lo sensible y lo real, esta confusión hace de la metafísica un mundo vacío.

No existe un conjunto de conceptos universales, unívocos preestablecidos para aprehender la realidad, los conceptos no están antes que las palabras sino que derivan de ellas. Se pretende que el "concepto" sirva para expresar y significar una multiplicidad de cosas o realidades individuales que, rigurosamente hablando, dice Nietzsche, nunca son idénticas" (El libro del Filósofo, III. Taurus). Un ejemplo: el concepto "hoja" se ha formado prescindiendo arbitrariamente de las diferencias individuales, de esta forma se provoca "la representación de hoja" como si en la naturaleza hubiera algo fuera de las hojas, una especie de forma original que sirviera de "modelo" para conocer todas las hojas. Se refiere ahí Nietzsche a la función del platonismo.

Las palabras son metáforas que expresan no las cosas, sino las intuiciones originarias que tenemos de las cosas. Las palabras son metáforas y los conceptos que formamos a partir de las palabras son solo “residuos de metáforas”.

Cuando las palabras se transforman en conceptos se abandonan las diferencias individuales, el concepto abstrae de un modo arbitrario para destacar lo común; sin embargo no es posible pensar en “la hoja” sino en una hoja con un color y una forma determinada.

b) Crítica a la idea de verdad. La "verdad", entonces, no es más que un conjunto de generalizaciones, ilusiones, que el uso y la costumbre han venido imponiendo y cuya naturaleza hemos olvidado: "metáforas ya olvidadas que han perdido su fuerza sensible, monedas que han perdido su imagen y que ahora entran en consideración como metal, no como tales monedas (o. c. III). La teoría del conocimiento se puede explicar así: el proceso de la formación del concepto va desde la sensación hasta el producto como tal. Se pasa desde la sensación a la imagen mediante metáforas intuitivas, y de la Imagen al concepto a través de la 'fijación" de una metáfora o conjunto de metáforas. Esta fijación la produce la costumbre. Como se ve, Nietzsche, niega todo tipo de proceso "lógico" en la formación de los conceptos. Y gracias a esta abstracción es como puede el hombre hacerle frente al devenir.

Nietzsche va a poner en duda el que con los conceptos aprehendamos la verdadera realidad del ser, que es devenir y cambio. Existiría la Verdad (con mayúsculas) si fuese posible una percepción exacta. Pero esto es imposible para Nietzsche porque

10

Page 11: Tema Nietzsche 2013 (1)

entre el mundo del sujeto y el del objeto no caben correspondencias "lógicas" (causalidad, finalidad, etc.). Sólo es posible un "comportamiento estético" que se sabe creativo y efímero.

3. La crítica a las ciencias positivas. La crítica de Nietzsche a la ciencia tiene un sentido propio y preciso: es una crítica de la matematización de lo real. Esta matematización no nos ayuda a conocer las cosas, sino sólo a establecer una relación cuantitativa. Habla en La Gaya Ciencia de los "mecanicistas" —a los que pone a la misma altura que los "positivistas"— de forma despectiva; así como de que su "metodología" científica se base en el número, en la cantidad. La pura determinación cuantitativa de las cosas tiende a anular las diferencias que realmente existen entre ellas, ya que el "modelo matemático" de la naturaleza se basa en la cantidad, tiende a la igualación, y no en la cualidad propia de cada cosa. Pero querer reducir todas las cualidades a cantidades —dirá Nietzsche— es un error y una locura. El mismo pone un ejemplo: suponiendo que alguien apreciase el valor de una pieza musical según lo que de ella pudiera ser pesado, contado, calculado, etc., resultaría enteramente absurda semejante apreciación científica de la música. Igual ocurre con la relación dogmática entre el devenir del ser y el modelo matemático de la naturaleza. ¿Qué es para nosotros una "ley de la naturaleza", física o química? No es algo que conozcamos en si, afirma Nietzsche; conocemos sólo sus efectos, es decir, su relación con otras leyes de la naturaleza que, a su vez, no conocemos sino en tanto que "suma de relaciones". Nos resultan totalmente incomprensibles en cuanto a su esencia; y, de hecho, en ellas lo único que conocemos es lo que nosotros aportamos: "el tiempo, el espacio, es decir, relaciones de sucesión y números." Justamente lo que admiramos en las leyes de la naturaleza, lo que reclama nuestra atención y podría inducirnos a desconfiar del idealismo, se encuentra únicamente en la rigidez matemática y en la inviolabilidad de las representaciones del espacio y del tiempo, representaciones propias del hombre y que producimos con la misma necesidad con que la araña segrega y construye su tela.

NIHILISMO, VOLUNTAD DE PODER Y SUPER-HOMBRE

EL NIHILISMO Y SUS FORMAS

Nihilismo (del latín nihil, nada). El Nihilismo no es una doctrina filosófica, sino un movimiento histórico, que surge en la cultura occidental en esta época; en general se refiere a la negación –o reducir a nada- los valores o creencias tradicionales.

Nietzsche emplea el término «nihilismo» al menos en un doble sentido:a)Nihilismo como decadencia y retroceso: el nihilismo pasivob)Nihilismo como signo del creciente poder del espíritu: el nihilismo activo.

En el primer sentido, nihilismo negativo, Nietzsche acuñó una frase: "Dios ha muerto", que nos revela la esencia acerca de este pensamiento sobre la historia de Occidente. Y "Dios ha muerto" significa que, puesto que al mundo suprasensible le hemos restado en su totalidad la pretendida función ordenadora de nuestras existencias, nos hemos quedado sin "brújula”, sin sentido que darle a esta vida. Si Dios como idea central de nuestra tradición filosófica ha perdido toda su fuerza, el ser humano ha perdido toda orientación en el mundo.

En la idea de Dios simboliza Nietzsche las ideas y valores de la tradición occidental, de los últimos dos milenios. Porque para Nietzsche la historia de occidente es la historia de

11

Page 12: Tema Nietzsche 2013 (1)

una decadencia, de una profundización en la negación de los auténticos valores de la vida, tanto morales, filosóficos, religiosos y científicos. Nihilismo, por tanto, significa la negación o pérdida de validez de los valores tradicionales. Es, pues, la crítica destructiva de la tradición occidental, es decir, reducir a “la nada” los valores éticos y filosóficos de la tradición platónica. La identificación “Dios=Verdad, que implica también la creencia en una realidad trasmundana, en otro mundo donde se encuentra esa verdad, lleva implícita en su lógica la negación de Dios. La identificación de Ciencia=verdad, propia de la modernidad es otro paso en la decadencia, una aproximación más a la decadencia (se refiere al desarrollo de las ciencias moderna, a la que también critica).

Históricamente se puede reconstruir el momento de “la muerte de Dios” a partir de la Ilustración, que defiende como ideal la razón autónoma que niega la autoridad intelectual; la Revolución francesa que, de alguna manera, realiza los ideales ilustrados, pone en crisis la autoridad política simbolizada en el rey guillotinado; Ya en el siglo XIX se culmina el proceso.

Pero el nihilismo es un paso necesario, porque debemos experimentar el nihilismo de los grandes valores para llegar a comprender cuál era su verdadero sentido; es necesario conocer los valores decadentes para pasar a la creación de nuevos valores, si se es capaz de asumirlos y superarlo. Pasaríamos, así, al sentido positivo del nihilismo. Así, contra el nihilismo negativo quiere reaccionar Nietzsche con su nihilismo activo o positivo. Por un lado, es una “potencia violenta de destrucción” procede de un creciente poder del espíritu para el que los valores hasta el momento vigentes ya no pueden tener vigencia alguna. Es un nihilismo «activo» porque, en este caso, los valores no se derrumban por si solos, sino que son destruidos directamente por la «voluntad de poder» (que dice «no» a esos valores). Por otro lado, es la condición para que, a continuación, la voluntad de poder cree valores nuevos (con lo cual se manifiesta el «si» del superhombre a la vida).

Toda la crítica de Nietzsche a la cultura occidental es manifestación de este nihilismo activo que intenta adelantarse al nihilismo pasivo y crear una civilización nueva antes de que se derrumbe definitivamente la antigua.

A modo de resumen, qué significado tiene "Dios" dentro de la famosa frase "Dios ha muerto". Lo que ha muerto ha sido el Dios de los metafísicos, el Dios monoteísta. "Los dioses han muerto (...) de risa al oír decir a uno de ellos que él era el único dios" (Así habló Zaratustra. Alianza, Madrid, 1975, página 256); es decir, para Nietzsche el monoteísmo de la razón (dogmatismo) obliga a descartar otras razones, otros "dioses". El Nihilismo conlleva esta opción por lo Uno, por una única dirección de conciencia, porque se cree en la "Verdad", en que verdaderamente existe un sentido superior, sobrenatural, que guía al hombre a través de la razón. Los otros dioses son los que antaño venerara el politeísmo: dioses múltiples, contradictorios, en lucha eterna: de ahí que "lo divino" no sea para Nietzsche el que exista un Dios, sino dioses. La pluralidad de perspectivas es, para el hombre, condición de libertad, porque el politeísmo siempre ha prefigurado el espirito libre y múltiple del hombre: la fuerza de crearse modos nuevos de ver el mundo (La Gaya Ciencia, II,). Es el Dios monoteísta, pues, el que muere, el Dios moral de las contraposiciones metafísicas entre bien y mal, mundo real y mundo aparente, bueno y malo. "Dios ha muerto" nos desvela entonces las dos caras estudiadas anteriormente del propio Nihilismo, muere Dios-Uno-Todopoderoso (esencia de la metafísica dogmática), pero renacen los dioses-múltiples-finitos.

La voluntad de poder Zaratustra. Así habló Zaratustra es la obra fundamental de Nietzsche. En ella se contiene lo esencial de su mensaje. ¿Por qué este nuevo profeta, Zaratustra? [Zaratustra o Zoroastro, para los griegos —vivió entre los años 700-630 (o 600). Su doctrina se encuentra recogida en diecisiete cantos (los Gathas), que forman la parte más

12

Page 13: Tema Nietzsche 2013 (1)

antigua del Avesta (recopilación posterior a Zaratustra y en la que se deforma probablemente su doctrina primitiva). La parte esencial del mensaje de Zaratustra es una lucha entre el dios santo Ahura Mazda convertido más tarde en Ormazd, o el “sabio Señor”), y Manyu, el espíritu del mal (Abra Manyu, o Ahrimán)]. Nietzsche substituye a Dioniso por Zaratustra y lo convierte en el que supera la moral, en el que va «más allá del bien y del mal». El Nietzsche siempre enfermo nos confiesa que intentó sanarse a sí mismo y que «así descubrí de nuevo la vida [...] y convertí mi voluntad de salud, de vida, en mi filosofía» (Ecce Homo). El mundo, el hombre, la vida, son voluntad de poder. Pero ¿qué significa esta expresión? Nietzsche no la define claramente en ningún sitio (nunca lo hace), pero se refiere a ella con mucha frecuencia. La vida es lo más preciado para él pero no se puede definir porque escapa a todo concepto. Por ser insondable en sí misma el único recurso que queda para intentar conocerla es descubrir sus manifestaciones en la Naturaleza, en el hombre y en la cultura producida por el hombre, entendidos como símbolos –síntomas los llama él- que se pueden interpretar y valorar.

La voluntad de poder no es una voluntad abstracta, ni es la «voluntad de verdad» del hombre teórico; o la voluntad que busca el placer y evita el dolor (el dolor no es algo negativo, según Nietzsche: actúa como estimulante de la voluntad). Ni siquiera es, simplemente, una «voluntad de vida». Al contrario, la vida es voluntad de poder, y esta última es la voluntad de ser mas, vivir más, superarse, demostrar una fuerza siempre creciente; en una palabra, es voluntad de crear. «Soy aquel —dice Zaratustra— que es impelido a superarse a si mismo constantemente».

El preponderante interés de Nietzsche por los valores morales hace que la voluntad de poder sea, en gran medida, voluntad creadora de valores (y aniquiladora de los anteriores valores). La interpretación nietzscheana de la realidad: ("voluntad de poder")

"Múltiple" es la realidad del mundo en cuanto tal, y múltiple es el ser del hombre porque éste posee una pluralidad de impulsos e instintos, cada uno con su perspectiva propia y en constante lucha entre si. La significación plural de lo que se muestra en las varias perspectivas es dada mediante el abanico de aspectos en que se nos muestra el ser, ora así, ora de otro modo. Esta multiplicidad se convierte en "apariencia" cuando lo que se nos muestra en una perspectiva se fija, o queda establecido como lo único determinante, con el consiguiente menosprecio de todas las demás perspectivas y de su inagotable afluencia cambiante.

Este sentido del ser como devenir tiene que ver con la idea de ser como "proceso"; pero proceso infinito, eterno, sin posibilidad de "fin". La existencia perspectivistica en cuanto devenir apunta a este doble sentido: 1, al ser como "movimiento" permanente; y 2, al ser como resultado de un proceso eterno, y, en este aspecto, la realidad del ser se nos revela como "cambio"; no cambio cuantitativo, sino "cualitativo".

La ontología nietzscheana combate, con argumentos que son metafísicos también, a la ontología "estática" que veía una apariencia en el "devenir". (Críticas a Sócrates-Platón) y por otra parte, los argumentos de Nietzsche son "irracionales", no por venir de algún lugar ajeno al pensamiento, sino por ser contrarios a los de la razón del platonismo. Contra lo “Uno” opone Nietzsche “lo Múltiple”, esto es, la pluralidad del ser en sus manifestaciones que no son sino las perspectivas (múltiples e irreducibles) mediante las que el hombre aborda al mundo.

La nueva idea de "verdad" El problema de la "verdad" adquiere ahora un sentido distinto. La falsedad o error de un juicio no es una objeción contra el mismo. La cuestión de fondo se plantea ahora con otro sentido: si el juicio favorece o no a la vida, si conserva la vida, si la hace más grande. La lógica humana sirve para igualar, estabilizar y tener una visión de conjunto. El ser

13

Page 14: Tema Nietzsche 2013 (1)

determinado por ella es solamente "apariencia"; pero una apariencia necesaria esencialmente para el ser vivo, es decir, útil para afirmarse y establecerse dentro del cambio constante.

La nueva idea del lenguaje: "metáfora" frente a "concepto" Otro de los planteamientos que Nietzsche trastoca con su ontología es el del lenguaje "acerca del ser". Si las categorías, los conceptos, no nos sirven para acercarnos a la realidad del devenir, múltiple y cambiante, ¿qué otro "medio" tenemos para hablar del ser? Contra la petrificación que el devenir sufre al quedar fijado en una categoría que la creencia y la costumbre convierte en inmutable, se exalta el poder de la imaginación metafórica que posee el hombre como más propio. La "metáfora" es considerada como una verdadera perspectiva porque con ella se logra una integración de diversidades; esta "metaforicidad metafísica" ofrece la posibilidad de no caer en el dogmatismo platónico porque la metáfora se mantiene abierta al mundo y no cerrada como ocurre con el modelo simplificador del concepto. En realidad, una buena metáfora actúa como si fuera una "pantalla" a través de la cual contemplamos el mundo; filtra los hechos, suprimiendo algunos y poniendo de relieve otros. Ahora bien, es distinto emplear una metáfora que ser empleado por ella, es decir, utilizar un "modelo" y confundir éste con la cosa representada. En este caso, no sólo se tiene un enfoque particular, sino que se considera como la única perspectiva posible. Esta exaltación, teórica y práctica, de la metáfora obedece a que no existe ninguna relación de causalidad lógica entre el mundo del objeto y el del sujeto. La única "relación" metafísica posible es la relación artística; la música, por ejemplo. Pero no se trata de una "normalización" del arte, sino de la exaltación del aspecto considerado fundamental en el hombre: su creatividad, el aspecto esencial de la Voluntad de Poder. (Es la visión dionisíaca del mundo)

Ateísmo. Transmutación de los valoresLa afirmación del pluralismo manifiesta, por otra parte, el ateísmo de Nietzsche. La

muerte de Dios ha precipitado al hombre al nihilismo, dejándole sin valores, en la nada. Este es el hombre que vive en el final de una civilización. La superación del nihilismo y la creación de nuevos valores que den sentido a la vida necesitan una transvaloración de los antiguos. Esta tarea de creación es propia de la voluntad de poder que dará lugar a un nuevo tipo de hombre: el superhombre, en el que se manifestará su poder creativo y la superación de si mismo.

Hasta ahora, dice Nietzsche, la Humanidad ha valorado todo lo que se opone a la vida, y la moral vigente procede de un espíritu enfermo y decadente. Hay, pues, que invertir los valores, valorar y afirmar de nuevo la vida. «Transvaloración de todos los valores, ésta es mi fórmula». Sólo en este sentido Nietzsche se llama a si mismo «inmoralista», y afirma que hay que recuperar la inocencia primitiva y estar «más allá del bien y del mal»:

Se trata de cambiar la manera de ver para llegar a una nueva forma de sentir, devolviendo al hombre el valor de los instintos naturales. La "transmutación de todos los valores" eleva lo múltiple y el constante devenir, que se convierten en "objeto " de la afirmación en favor de la vida. Y dicha afirmación nos desvela la "alegría" como único móvil principal de la filosofía: fortalecer la alegría hacia la vida. "¡Vosotros, hombres superiores, aprended a reír...!" (Así habló Zaratustra. Alianza, Madrid, año 1975, pág. 194).

14

Page 15: Tema Nietzsche 2013 (1)

La idea de "Superhombre"El superhombre que anuncia Zaratustra no es, pues, sino el nuevo hombre. Pero es,

fundamentalmente, un tipo moral. Nietzsche no es racista —incluso desprecia «lo alemán»— ni piensa que el superhombre deba aparecer como resultado de la evolución biológica. En el Prólogo de Así habló Zaratustra se limita a anunciarlo, contraponiéndolo al «último hombre», es decir, «al hombre más despreciable, el incapaz de despreciarse a sí mismo». Pero el anuncio de Zaratustra solo provoca la burla de la multitud: «¡Danos ese último hombre, Zaratustra gritaban—, haz de nosotros esos últimos hombres! ¡El superhombre te lo regalamos!» (Pról.). No es, pues, algo que todos puedan entender. Y su libro es un libro «para nadie».

Cómo aparecerá el superhombre es algo que Nietzsche no explica. Quizá hay que entender que lo traerá el eterno retorno, y que el superhombre es el «hombre primero», el inocente hombre primitivo que aún perdura en los presocráticos. En cualquier caso, Nietzsche presenta al superhombre como el fruto de «tres transformaciones»: «cómo el espíritu se convierte en camello, el camello en león, y el león, por fin, en niño»:

- El camello se arrodilla para cargar con el peso que le arroja el gran dragón: «¡Tú debes!». El camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente. Solo tienen que arrodillarse y recibir la carga, soportar las obligaciones sociales. Simboliza al hombre que se inclina ante Dios y ante la ley moral.

- Pero entonces el espíritu se transforma en león que quiere conquistar su libertad, arrojar los antiguos valores y poder decir: «¡Yo quiero!». Simboliza al negador, al nihilista que rechaza los valores tradicionales, y crea las condiciones para la llegada del superhombre, en cuanto crea su libertad en la lucha contra los valores establecidos.

- Pero también el león tiene necesidad de crear nuevos valores. Para eso hace falta que el espíritu se transforme en niño. Esto es, de superar su autosuficiencia para poder vivir libre de prejuicios y crear un nuevo sistema de valores que este al servicio del superhombre, al servicio de la recuperación de los instintos vitales del hombre. El niño, para quien la existencia es juego, es capaz de vivir la vida como algo nuevo y actual, de actuar por instinto sin prejuicios. Solo el niño podría ser el superhombre.

El superhombre dará un nuevo sentido a la realidad encarnada de Dionisos; posee la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal, es «el primer hombre»—un nuevo comienzo en el eterno retorno, posee el poder de crear valores, vive fiel a la tierra... En resumen, el superhombre no es sino la encarnación de todo el mensaje de Nietzsche; No es un personaje terrible: es un niño. Traduce un fragmento de Heráclito que Nietzsche no se cansa de citar, explícita o implícitamente: «El tiempo es un niño que mueve las piezas del juego: ¡gobierno de un niño!» (Fr. 52).

Nietzsche señala, como condición para la aparición del superhombre, «la muerte de Dios»: «Dios ha muerto, hagamos que viva el superhombre»; implica la desaparición de Dios, en la medida en que para él “Dios” representa la antinomia de la vida, y la negación de la «inocencia» del hombre: «EI concepto "Dios", inventado como concepto antitético de la vida, en ese concepto, concentrado, en horrorosa unidad, todo lo nocivo, envenenador, difamador, la entera hostilidad a muerte contra la vida!» (Ecce Homo)

De este modo, la «muerte de Dios», la destrucción del «cristianismo», entendido como concentración de toda la cultura decadente es la condición negativa de la aparición del superhombre. En su crítica contra la civilización occidental no tendrá Nietzsche piedad alguna.

El eterno retorno Según Nietzsche, éste es el tema clave de Así habló Zaratustra (especialmente de su

tercera parte). El tema está tomado de la mitología y de los presocráticos, pero en

15

Page 16: Tema Nietzsche 2013 (1)

Nietzsche apenas si tiene sentido cosmológico. En La voluntad de poder intenta refutar la concepción lineal y teleológica del Universo: «Si el Universo tuviese una finalidad, está debería haberse alcanzado ya. Y si existiese para él un estado final, también debería haberse alcanzado». De este modo, Nietzsche afirma que no hay más mundo que éste (negando así el «transmundo» platónico y el «otro mundo del cristianismo”).

Con palabras de Nietzsche: “la doctrina del eterno retorno, es decir, del ciclo incondicional infinitamente repetido, de todas las cosas, esta doctrina de Zaratustra podría, en definitiva, haber sido enseñada también por Heráclito”.

Así pues, lo esencial es un atentado contra la cultura de milenios, lineal, la aceptación de la realidad como un ciclo incondicionado, el exceso de vida, el pensamiento trágico de Heráclito y Dionisos.

El «eterno retorno» adquiere, entonces, un sentido axiológico (valores, sobre todo morales): es la suprema fórmula de la fidelidad a la tierra, del sí a la vida y al mundo que pronuncia la voluntad de poder. Y Zaratustra es, justamente, «el profeta del Eterno Retorno». En esta fórmula une Nietzsche simultáneamente dos afirmaciones: 1) el valor o la «inocencia» del devenir y la evolución (a favor de Heráclito y contra el platonismo); 2) el valor de la vida y la existencia (contra cualquier doctrina pesimista). El eterno retorno simboliza, en su eterno girar, que este mundo es el único mundo (una historia lineal conduce hacia «otro» mundo); además afirma que todo es bueno y justificable (puesto que todo debe repetirse). La imagen de un mundo que gira sobre si mismo, pero que no avanza, como una peonza, es la imagen de un alegre juego cósmico, de una canción de aceptación de sí mismo, de bendición de la existencia. Nietzsche presenta a Zaratustra como un “danzarín”:

La fórmula del eterno retorno expresa el deseo de que todo sea eterno. En realidad, hay que destruir la conciencia nihilista y su odio al tiempo. El eterno retorno es afirmación, la afirmación del azar y el devenir, es «el amor fati [amor al destino]: el no querer que nada sea distinto, ni en el pasado, ni en el futuro, ni por toda la eternidad» (ibid,). Lo que se afirma es el tiempo, justo lo que se había escamoteado en la historia de la filosofía desde Platón a Hegel. Lo que retorna no son los hechos pasados, sino que es el propio paso del tiempo; es decir, que el eterno retorno conlleva la voluntad explícita de asumir el tiempo, lo perecedero y lo mutable, como el único lugar donde nosotros hemos de vivir.

El mundo es juego de fuerzas sin fin y sin metas, fuerzas que se agitan y se transforman continuamente, un flujo continuo de contradicciones en el que todo se crea y se destruye eternamente. La existencia, inmersa en el tiempo, sin fin y sin metas, se ve ligada necesariamente a destruir y a afirmar eternamente sin la esperanza de cerrar nunca en un sistema el sentido total de la realidad.

De este modo, la filosofía de Nietzsche se convierte en una filosofía afirmativa, a pesar de aparecer, tan frecuentemente, como una filosofía que sólo sabe decir no (pero sólo dice no a lo que Nietzsche considera negativo y destructivo)

16