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Katerine Santo
Ciencia del lenguaje (Lingüística): principios generales y desarrollo sistemático
UNED 2013-2014
Tercera unidad temática + TFA
1. Introducción
2. El pensamiento generativo
2.1. Hacia un programa minimalista. Por qué y para qué
2.2. Syntactic Structures y el sistema generador de frases gramaticales
2.3. Otros conceptos de la gramática generativa
3. Port-Royal y las estructuras profunda y superficial
4. Humboldt y la Gramática Universal
5. Amor Ruibal y el origen del lenguaje
6. Husserl y la notación sintáctica
7. Ortega y la formación del léxico
8. Consideraciones finales
9. Bibliografía
1. Introducción
En estas páginas hemos pretendido esquematizar el programa minimalista de
Noam Chomsky y comentarlo desde los criterios lingüísticos observados en Port-Royal,
Humboldt, Amor Ruibal, Husserl y Ortega y Gasset durante el estudio de la asignatura
Ciencia del lenguaje (Lingüística): principios generales y desarrollo sistemático. Nos
centraremos en el programa minimalista, aunque explicaremos conceptos de periodos
anteriores de la teoría generativa que han servido de base al programa minimalista. De
cada uno de los lingüistas o grupos con los que hemos comparado el pensamiento
chomskyano hemos extraído un concepto central. Así, de Port-Royal hemos extraído las
estructuras profunda y superficial; de Humboldt el concepto de Gramática Universal; de
Amor Ruibal la cuestión sobre el origen del lenguaje; de Husserl la notación sintáctica y
de Ortega y Gasset la cuestión sobre la formación del léxico. Empecemos, pues, por
caracterizar el punto de vista generativo.
2. El pensamiento generativo
2.1. Hacia un programa minimalista. Por qué y para qué
Empecemos por definir lo mejor posible qué es el programa minimalista y por
qué surgió, aunque esto signifique empezar por el final. Podemos decir que es la línea
que ha seguido la gramática generativa desde los últimos años del siglo XX. Se ha
definido como un medio para investigar y no como una teoría en sí (por eso se
denomina programa). Este medio, pues, no ofrece soluciones específicas, sino que
proporciona el marco conceptual que ha guiado el desarrollo de la teoría lingüística
generativa en las últimas décadas.
La idea de lo minimalista viene a transmitir que la facultad del lenguaje humano
parece estar constituida según “un diseño óptimo y una exquisita organización, que
parecen indicar el funcionamiento interno de unas leyes computacionales muy sencillas
y generales en un determinado órgano mental” (traducido de Boeckx, 2006). Pensamos,
rápidamente, en la idea de Gramática Universal al leer estas líneas, aunque revisaremos
esta relación más adelante. En lo teórico, el programa minimalista se nutre de los
planteamientos de Principios y parámetros (se puede ver un panorama general en
Chomsky, 1998) y de la teoría de Rección y ligamiento (Haegeman, 1991), derivada de
aquellos, aunque propone una visión distinta: considera que los principios y parámetros
que integran nuestro sistema se articulan de forma perfecta y constituyen una solución
computacionalmente óptima en la que no sobra nada y en la que todo lo que hay es
conceptualmente necesario según criterios filosóficos, biológicos y físicos.
Según las líneas minimalistas, lo que ese sistema perfecto necesita para generar
oraciones infinitas son tres componentes: un sistema de conocimiento (formado por el
léxico y la sintaxis) y dos sistemas de actuación que se alimentan de ese sistema de
conocimiento. Los dos sistemas de actuación son aquellos que interpretan las
instrucciones para la emisión del enunciado (sistema articulatorio-perceptual) y que
interpretan las instrucciones para la composición lógico-semántica (sistema conceptual-
intencional). La interacción entre estos tres sistemas da lugar a la forma fonética y la
forma lógica de cada enunciado (volveremos a estos dos conceptos más adelante).
En planteamientos anteriores de la gramática generativa, se consideraba que el
sistema creador de oraciones funcionaba de tal manera que podía generar oraciones
inadecuadas que, después, serían rechazadas en la enunciación debido a ciertas
restricciones. Sin embargo, desde el punto de vista minimalista, esas restricciones se
aplican en todas las etapas y en todos los sistemas (en el de conocimiento, a través del
léxico y la sintaxis, y en los de actuación), de modo que no se producen oraciones que
luego serán inadecuadas y, por tanto, inútiles en la comunicación. Esas restricciones
actúan a través de mecanismos como el cotejo (ing. check), por el cual los elementos de
la oración cotejan sus rasgos (de persona, número, tiempo, modo, etc.) en su posición
original, pues ahí están las exigencias que deben cumplir, antes de ocupar la posición
final en la secuencia lineal de la oración enunciada.
2.2. Syntactic Structures y el sistema generador de frases gramaticales
Volvamos, ahora, un poco más atrás y veamos qué hubo antes del programa
minimalista. Haremos un breve repaso por los fundamentos sobre los que se basa este
último modelo revisando algunas obras y las distintas ideas y conceptos que se fueron
derivando de ellas.
Cuando pensamos en Noam Chomsky, si obviamos su faceta como activista
político y como filósofo, se nos presenta rápidamente como una de las grandes figuras
de la lingüística del siglo XX. Su trabajo, dedicado sobre todo a la sintaxis por
considerarla el centro de todo el análisis lingüístico, se engloba dentro de la teoría de la
gramática generativa, aunque ha pasado por distintas fases que, sin embargo, no han
fragmentado el núcleo de su perspectiva. Podemos proponer, de entrada, algunos
conceptos que desgranaremos en las siguientes páginas y que nos pueden ayudar a
situarnos: hablaremos de sintaxis y semántica, de gramática universal, de racionalismo
en oposición a empirismo, de ciencias cognitivas y de lenguaje formal, entre otros
conceptos.
En 1957 se publica Estructuras sintácticas, obra que podemos considerar como
la fundacional del generativismo. Hasta este momento, la teoría predominante había
sido la estructuralista, apoyada en la psicología conductista, según la cual la adquisición
del lenguaje se producía por medio del aprendizaje y la asociación, igual que cualquier
otra destreza humana adquirida culturalmente. Lo que propone Chomsky en Estructuras
sintácticas es que existe un dispositivo cerebral innato que permite aprender y utilizar el
lenguaje de forma instintiva. La idea de gramática generativa aparece por primera vez
en las primeras páginas de la obra:
“The fundamental aim in the linguistic analysis of a language L is to separate the
grammatical sequences which are the sentences of L from the ungrammatical sequences
which are not sentences of L and to study the structure of the grammatical sequences.
The grammar of L will thus be a device that generates all of the grammatical sequences
of L and none of the ungrammatical ones.”
Vemos que considera la gramática un sistema (device) que genera secuencias
gramaticales. Los datos que maneja ese sistema son los fonemas y palabras, combinados
mediante reglas específicas para cada lengua. Chomsky compara el funcionamiento de
este sistema con el funcionamiento de cualquier lenguaje matemático, que produce
secuencias automáticamente y con corrección si trabaja con las reglas adecuadas.
Veamos con un poco más de detalle cómo se organiza esta visión del lenguaje.
2.3. Otros conceptos de la gramática generativa
Vistos los rasgos generales, una de las primeras distinciones que podemos
analizar en el sistema generativo es la que se establece entre la competencia y la
actuación. Para Chomsky (1965) la competencia lingüística es el conocimiento que el
hablante tiene de su lengua, mientras que la actuación es el uso que hace de ese
conocimiento. Hablamos, pues, de conocimiento frente a conducta, pudiendo dividir ese
conocimiento en tantas partes como dividimos un sistema lingüístico, lo que nos
permite hablar de competencia morfológica, sintáctica, etc.
La competencia lingüística, según esta teoría, es común a todos los seres
humanos y tiene fundamentos genéticos siendo, por tanto, un rasgo definitorio de
nuestra especie. Detrás de la diversidad que encontramos en cuanto a formas de
expresión y construcción en las distintas lenguas del mundo está esa propiedad común
que las ha producido y a la que Chomsky (2002) se refiere como facultad del lenguaje:
una parte de la dotación biológica del ser humano es un ‘órgano del lenguaje’
especializado, la facultad del lenguaje. Su estado inicial es una manifestación genética,
comparable al estado inicial del sistema visual, y parece ser una característica común a
todos los humanos. Por tanto, un niño adquirirá cualquier lengua en las condiciones
apropiadas.
Esta competencia lingüística, pues, es una noción individual que genera o
procesa secuencias en nuestra lengua a través de la aplicación de reglas, principios o
cualquier mecanismo que forme parte de la gramática de dicha lengua. Es un
mecanismo parecido, como se ha dicho muchas veces, al que rige el funcionamiento de
un ordenador que ejecuta un programa. Este procedimiento que genera y procesa
secuencias se ha llamado Lengua-I o lengua interna. La Lengua-I se opone a la Lengua-
E o lengua externa, que es el producto de la interna: son los enunciados emitidos
físicamente y sujetos a condicionamientos pragmáticos y situacionales.
Decíamos que la competencia lingüística es individual, aunque la facultad del
lenguaje es universal. Las discusiones sobre si los fundamentos del lenguaje están en la
naturaleza o en la sociedad son muy antiguas. En líneas generales, lo que dice la
gramática generativa es que el conocimiento del sistema gramatical constituye una
propiedad de los individuos inserta en su facultad del lenguaje. Esta teoría añade que la
forma en la que está constituida o articulada la capacidad de hablar también es común, y
aquí es donde se separa de otras líneas de pensamiento.
Saliendo ya de estas consideraciones, nos centraremos ahora en la propuesta de
cómo se organiza la producción de lenguaje. Para ello debemos comprender antes las
nociones de principios y parámetros, que constituyen una parte de la gramática
generativa. La facultad lingüística estaría dividida en dos partes:
- los principios, que son universales y constantes y que explican las similitudes
entre las distintas lenguas del mundo;
- los parámetros, que también son universales, aunque vienen marcados por un
valor que cambia en cada lengua y que explica las diferencias entre una y otra.
La identificación de todos los principios y parámetros comunes nos llevaría al
conocimiento de la Gramática Universal (de la que hablaremos con más detalle en las
siguientes páginas). En general, la generación de una oración sería producto de la
interacción de un conjunto de principios generales. En este sentido, el desarrollo del
lenguaje debe ser entendido como la adquisición de determinadas características
particulares de cada lengua (los parámetros) sobre la base de un único conjunto de
principios.
3. Port-Royal y las estructuras profunda y superficial
Chomsky hace referencia a la gramática de Port-Royal en varios escritos pero,
sobre todo, en su Cartesian Linguistics (1972), donde hace un recorrido por el
desarrollo de la lingüística partiendo de Descartes y llegando hasta Humboldt.
Considera que la gramática de Port-Royal es un ejemplo casi paradigmático de la
filosofía lingüística cartesiana que él estudia y de la que acepta algunos postulados y
niega otros. La idea que más le interesa es aquella relacionada con la doble estructura de
la frase: los gramáticos de Port-Royal ya consideraron que la frase tiene un aspecto
mental interno o una estructura profunda que encierra su significado, así como un
aspecto externo y físico que da forma a la secuencia fónica (al leer esto pensamos,
rápidamente, en la Lengua-I y la Lengua-E de la terminología chomskyana). Veamos
qué acepta y qué rechaza de esta idea de estructura profunda y estructura superficial.
La teoría de la estructura profunda y superficial en Port-Royal incluye los
recursos redundantes: elementos de la lengua que permiten que una estructura simple se
convierta en una más compleja. Son elementos como las conjunciones, los adverbios,
las negaciones, etc. Lo que Chomsky dice, reformulando esta idea, es que la sintaxis de
una lengua tiene dos sistemas de reglas: uno básico que genera estructuras profundas y
otro transformacional que las convierte en estructuras superficiales. Las reglas del
sistema transformacional son aquellas del tipo de la supresión, la nueva colocación, la
adición, etc. y aquí se sitúan esos elementos recurrentes que mencionábamos. La
estructura profunda y la superficial de una frase pueden no coincidir e incluso pueden
ser opuestas, como vemos en este ejemplo que analiza Chomsky:
Por ejemplo, observa Arnauld que la frase Hay pocos pastores hoy día dispuestos a dar
la vida por sus ovejas, aunque superficialmente afirmativa en cuanto a la forma, en
realidad contiene implícita la frase negativa Muchos pastores hoy día no están
dispuestos a dar la vida por sus ovejas. En general, destaca repetidamente que lo que es
afirmativo o negativo “en apariencia” puede o no serlo en cuanto al significado, es
decir, en cuanto a la estructura profunda. En resumen, “la forma lógica” real de una
frase puede ser totalmente diferente de su forma gramatical superficial (1972: 96)
Esta relación peculiar entre estructura profunda y superficial es la que explica,
por ejemplo, las diversas expresiones que podemos encontrar en las distintas lenguas
para la misma estructura profunda. Un buen ejemplo es el modo que tiene cada lengua
de expresar las relaciones sintácticas, que son universales. En las lenguas clásicas
hablamos de casos, en hebreo encontramos modificación interna, en algunas lenguas
indias de América del Norte encontramos partículas y en francés encontramos un orden
fijo de palabras. Todas estas opciones responden a la misma estructura básica y son
reflejo de una misma estructura de pensamiento.
En la gramática de Port-Royal encontramos un afán por descubrir y caracterizar
la estructura profunda y por estudiar las reglas transformacionales (aunque esto es
terminología de Chomsky) que la relacionan con la superficial. El lingüista
estadounidense considera que este afán es absurdo porque “indica falta de respeto por el
“lenguaje verdadero” (es decir, la forma superficial) y falta de preocupación por el
“hecho lingüístico” (Chomsky, 1972: 108). No rechaza la idea de la distinción, pues este
concepto de la estructura interna y la forma externa lo encontramos, casi intacto, en la
gramática formal de Chomsky o, al menos, en alguna de sus etapas, como la
transformacional. Sin embargo, esta crítica que vemos en Cartesian Linguistics
desaparecerá en etapas posteriores de su trabajo, como veremos más adelante.
4. Humboldt y la Gramática Universal
Por otro lado, lo que Chomsky recupera y desarrolla de la concepción lingüística
de Humboldt es la idea de lo universal del lenguaje (que también aparecía en Port-
Royal). Ambos ven el lenguaje como una capacidad humana ligada a la razón (quizás
las percepciones de razón varíen de un estudioso a otro, pero nos sirve la comparación).
Al igual que Humboldt, Chomsky considera que hay un carácter universal en el
lenguaje, algo que es común a todo ser humano y que se diferencia sólo cuando nos
fijamos en cada lengua en concreto. Esta concepción compartida de la universalidad del
lenguaje es una de las bases de la gramática generativa.
La gramática generativa sostiene que la habilidad para adquirir y desarrollar el
lenguaje humano es innata y que un niño aprende a hablar en parte por aquello que
aprende de la experiencia y en parte por su herencia biológica, que ya le proporciona la
capacidad para realizar ciertas operaciones cognitivas. Todos los seres humanos nacen,
pues, con la capacidad de desarrollar cualquier lengua. En este sentido, el desarrollo del
lenguaje debe entenderse como la adquisición de determinadas características
particulares de cada lengua sobre una base común a todas ellas (podemos pensar aquí en
los principios y los parámetros). La adquisición del lenguaje, en la concepción
generativa, consiste en elegir un valor determinado para cada uno de los parámetros que
caracterizan la lengua adquirida. Este valor determinado se fija a través de la interacción
con otros hablantes (es decir, a través del input). Esto explicaría la adquisición de la
lengua materna y la variación interlingüística. Por otro lado, los distintos valores de
cada parámetro dan como resultado las gramáticas particulares de cada lengua, mientras
que la Gramática Universal se concibe como un estado de la mente de un individuo
previa al desarrollo de una lengua particular. No se ha hecho (todavía) un inventario
completo de parámetros pero, si se hiciera, esos parámetros configurarían la Gramática
Universal, como indicábamos en el apartado anterior.
Chomsky consideró, pues, que los principios que rigen la gramática son
universales en la especie humana. En Syntactic Structures recuperó este concepto de
Gramática Universal, y decimos recuperó porque, como hemos visto, es un concepto
que ya se había manejado en la lingüística.
5. Amor Ruibal y el origen del lenguaje
Si pensamos en el lingüista gallego Amor Ruibal, lo primero que nos viene a la
mente, en este punto del curso, es que fue un pionero, y eso ya lo acerca a Chomsky.
Amor Ruibal sitúa al lenguaje en el centro de la cognición humana. Fue un pionero en
España en adoptar un enfoque cognitivo que parte del comparativismo para explicar el
lenguaje. Su método une principios de los neogramáticos y los paleogramáticos: el
proceso psicológico-lingüístico de unos y el método analítico-experimental de otros.
Este planteamiento sienta las bases para el estructuralismo posterior (recuérdese que
hablamos de finales del siglo XIX y principios del XX) e incluso para teorías más
recientes que tratan la relación entre lenguaje y pensamiento. Así, entendemos que las
variantes y realizaciones individuales están sometidas, por un lado, a la consideración
social y, por otro, a factores externos al individuo e internos al lenguaje en sí, como la
ley de economía lingüística. Este tipo de leyes no aparecen en el sistema chomskyano
de forma explícita, aunque la universalidad, la regularidad y lo sistemático sí son partes
de la concepción generativa.
Encontramos un rasgo que acerca ambos planteamientos, y es el origen del
lenguaje. Para Chomsky el lenguaje es una facultad humana de base fisiológica (alojada
en nuestro cerebro), que surge ahí y se complementa a través del input procedente de lo
que se habla a nuestro alrededor y para Amor Ruibal, sorprendentemente, el lenguaje es
también una capacidad humana innata. Cuando trata sobre el origen y la evolución del
lenguaje sugiriendo que es una invención del ser humano, está negando las distintas
teorías hasta el momento (evolucionista, creacionista...) y se está inclinando por la
perspectiva que más tarde asumirá Chomsky con el innatismo.
Decíamos “sorprendentemente” porque Amor Ruibal tuvo una formación
eminentemente eclesiástica que, sin embargo, supo separar muy bien de sus estudios
sobre el lenguaje. La facultad del lenguaje es natural para el lingüista gallego y la pone
en relación con la naturaleza intelectual del hombre y con los resultados de esa facultad:
lo que habla y entiende. Sin embargo, y aquí Chomsky vuelve a acercarse a él, su
realización se efectúa en correlación con el medio, partiendo del uso, que se convierte
en hábito (proceso de aprendizaje y adquisición para Amor Ruibal, y proceso de
saturación de parámetros para Chomsky).
6. Husserl y la notación sintáctica
La gramática generativa, por ser una gramática de tipo formal, tiene un sistema
de notación sintáctica que ha resultado fundamental en la transmisión de sus
planteamientos. Es un sistema basado en los lenguajes computacionales que se rige por
reglas en principio sencillas y recurrentes. Una de las primeras distinciones que
debemos tener presentes para comprender este sistema es la que se establece entre
núcleo y proyección: todos los sintagmas que maneja la notación generativa son
proyecciones máximas de núcleos. Los núcleos pueden ser palabras pertenecientes a
categorías léxicas (sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios) o a categorías funcionales
(determinantes, pronombres, conjunciones, preposiciones y algunos adverbios como la
negación). Estas palabras, cuando se unen a otras que las complementan y, juntas,
cumplen un papel dentro de la oración, forman un sintagma o proyección máxima. Así,
por ejemplo, de un sustantivo (X) unido a un adjetivo (Y) obtenemos un sintagma (X’’)
que, si aparece al lado de un verbo (Z > Z’’), hará la función de sujeto de una oración.
El sustantivo X se une al adjetivo Y en una fase intermedia de su proyección (X’) antes
de conformar el sintagma X’’. A través de este sistema de proyecciones se van
analizando las construcciones sintácticas, paradigmáticamente en forma de diagrama
arbóreo cuyas ramificaciones son siempre binarias (de cada nudo sólo pueden salir dos
ramificaciones) porque se considera que nuestro pensamiento también funciona de esta
manera. El ejemplo típico que se ofrece para justificar este sistema de ramificación
binaria es una suma: si tenemos que sumar mentalmente tres cifras (2 + 3 + 6) no las
sumamos a la vez, sino que sumamos dos y, al resultado de esa suma, le añadimos la
tercera cifra (2 + 3 = 5 / 5 + 6 = 11).
Hay reglas que dictan qué se puede unir a cada núcleo y qué operaciones actúan
en cada nudo o dentro de cada sintagma (estas reglas las dicta el contenido léxico de las
palabras en función de sus necesidades de saturación de significado: un verbo transitivo,
para saturar sus exigencias, necesita un sujeto, un objeto directo y un indirecto; una
preposición necesita un término; etc.). Husserl afirma en sus Investigaciones Lógicas
(Investigación IV) que existen leyes a priori que regulan las formas posibles de enlaces
en la sintaxis. Esas leyes dependen de las exigencias semánticas. Cada categoría
semántica determina con qué otra categoría debe enlazarse. Husserl habla de objetos
dependientes e independientes, que se corresponden, si le buscamos un correlato en la
teoría generativa, con las categorías funcionales y las léxicas (con significado de por sí
unas y con significado dentro de un sintagma o frase otras).
7. Ortega y Gasset y la formación del léxico
Como indicábamos antes, el léxico, dentro del sistema chomskyano, forma parte
de ese sistema de conocimiento que, junto a la sintaxis, aporta datos a los sistemas
conceptual y fónico para crear frases adecuadas en cada lengua. Aunque tanto la visión
de Chomsky como la de Ortega y Gasset sobre el lenguaje son muy amplias, es aquí, en
el léxico, donde encontramos un interés común entre uno y otro.
Las consideraciones de Ortega sobre el léxico se centran en la etimología. Esta
disciplina, para él, no es, o no debería ser, sólo la averiguación de qué forma y
significado hay detrás de una forma más actual, sino que tiene que explicar en qué
contexto surgió esa forma primera y qué movió a aquél que la usó por primera vez. Usa
el caso de hígado y jecur ficatum en latín, diciendo que la etimología debería explicar
qué movió a la persona que, por primera vez, decidió referirse al órgano sólo con la
forma adjetival que lo acompañaba en esta construcción, copiada del griego, y no con el
nombre del órgano en sí (¿por humor? ¿Por olvido? ¿Por ignorancia?) (D’Olhaberriague
Ruiz de Aguirre, 2005-2006). A este propósito, Ortega dice:
De modo que la palabra “hígado” tiene su faz, su aspecto frontal que vemos y es su
presente, pero a este va pegado su dorso, su espalda que no vemos y es su pasado; solo
vemos que lo contiene (op. cit., p. 84).
Para Ortega ese “dorso” o “espalda” es igual o más importante que el aspecto
frontal de una palabra, pues es donde está su verdadera naturaleza. La forma externa y
actual (esto dependerá de la actualidad del que hable) de la palabra es lo único que
vemos y es lo único que podemos utilizar para llegar hasta su naturaleza real. Vemos
aquí una conexión con un aspecto que hemos señalado en páginas anteriores (véase §3)
aunque con matices diferentes a aquellos que veíamos en Port-Royal y en Chomsky.
Ortega considera, al contrario que muchos lingüistas, que la forma superficial no es
capaz de coincidir con el pensamiento y reflejarlo fielmente, pues hay muchos detalles
que se pierden en ella. Por eso utiliza la etimología de las palabras en muchos de sus
escritos, pues ahí encuentra detalles que sí expresan su corriente de pensamiento.
8. Consideraciones finales
Hemos visto, de forma muy sucinta, las conexiones que tiene la gramática
generativa de Chomsky con el pensamiento y los planteamientos lingüísticos de los
gramáticos de Port-Royal, de Humboldt, de Amor Ruibal, de Husserl y de Ortega y
Gasset. Hemos comprobado que ideas que se suelen considerar revolucionarias y únicas
en el pensamiento generativo en realidad ya estaban (de forma más o menos nítida) en
obras anteriores. Estas páginas nos han servido también para rescatar a autores que a
veces quedan olvidados en los cursos de Lingüística pero que, sin embargo, han tenido
una importancia central en el desarrollo de esta disciplina. Es el caso de Ángel Amor
Ruibal, que ya en los primeros años del siglo XX planteaba ideas que se han actualizado
y que se han convertido en fundamentos de otras corrientes en los primeros años del
XXI.
9. Bibliografía
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Historia, su Naturaleza y sus Diversas Relaciones Científicas. Primera Parte.
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____ Los Problemas Fundamentales de la Filología Comparada. Su Historia, su
Naturaleza y sus Diversas Relaciones Científicas. Segunda Parte, Imprenta y
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Consello da Cultura Galega, Santiago de Compostela, 2005. (PFFC, II).
ARNAULD, A. – LANCELOT, CL.: Grammaire Générale et Raisonnée. Éditions Alia,
Paris, 1997.
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D’OLHABERRIAGUE RUIZ DE AGUIRRE, Mª. C.: El Pensamiento Lingüístico de
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