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“Argentina, territorio narco” es una compilación de escenas que revelan el agravamiento del tráfico de drogas en el país y la peligrosa complicidad por parte de poderes que deberían reprimirlo.
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Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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TERRITORIO
NARCO.
Alba Prez Rojo.
Buenos Aires, Abril de 2015.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Gracias a Edi Zunino, Fernanda Villosio, Gustavo Gonzlez, Rodrigo Lloret y
Mauro Federico por ayudarme a transitar este camino. Gracias a todas las
fuentes que tuvieron el coraje de hablar.
Puesto que la mayor parte de esta investigacin est centrada en las villas
miseria o barrios de emergencia de Capital Federal y conurbano, es preciso
aclarar que la gran mayora de los vecinos de estos emplazamientos no estn
vinculados con el negocio del narcotrfico. Por el contrario, son vctimas de
esta realidad y con frecuencia son los primeros en plantarle cara. Quiero
agradecerles por compartir su realidad conmigo.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Todo lo necesario para que el mal triunfe es que los hombres buenos no
hagan nada.
Edmund Burke.
Justo cuando te desesperas y piensas que es imposible ir ms lejos, vas a
convertirte en aptico, o vas a decir que no has terminado y te pondrs al da
con un espritu indomable? Todo se decide por esta ltima determinacin.
Daisaku ikeda.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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TERRITORIO NARCO
CAPTULO 1.
NARCO VILLA. TERRITORIO OCUPADO.
Cmo operan las organizaciones narco en la villa. Narcoguerra en connivencia
con la polica.
CAPTULO 2.
ALLANAMIENTOS. PRESUNTO ARMADO DE CAUSAS.
EL NARCO EN LA VILLA DESDE DENTRO.
Los transas cuentan su historia.
CAPTULO 3.
NARCOFRONTERA. TERRITORIO EN LLAMAS.
Frontera permeable, frontera caliente.
La guardia fronteriza en accin.
El entramado de rutas que canaliza la droga por el territorio argentino.
Los seores de los cielos.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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CAPTULO 1.
NARCO VILLA. TERRITORIO OCUPADO.
Cmo operan las organizaciones narco en la villa. Narcoguerra en
connivencia con la polica.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Con un ejrcito de sombras. As controlan los narcos su territorio en las villas
de Capital y el Gran Buenos Aires. Jvenes soldados, carne de can de las
villas miseria, peones en el centro del tablero de ajedrez. Muchos quedan en el
camino, pero son suplantados y as el narcotrfico perpeta su oscura
maquinaria. Un tablero no puede ser regentado por dos monarcas y en el
ajedrez los peones, ya se sabe, deben ser sacrificados.
Estos soldados son la base de una estructura piramidal y responden ante
lugartenientes que controlan el territorio por sectores. En la cspide, el capo,
el que invierte, quien se relaciona con el escaln superior y se ocupa de hacer
llegar la droga a la villa. Adems de vender estupefacientes, estos chicos
protegen la zona tanto de la polica cuando es necesario- como de una
violacin del pacto tcito de no cruzar la frontera por parte de la competencia.
Para lograrlo, se distribuyen en las entradas de los pasillos, accesos al
laberinto que conforma la villa. En la boca del lobo, distribuidos en distintos
pasajes y en permanente rotacin para evitar ser descubiertos, los ranchos
donde se guardan la mercanca y el dinero, templos narco cuya profanacin
debe ser evitada a toda costa.
La ltima arista de su cometido, identificar a los topos: la traicin encabeza el
elenco de la guerra narco. Cristian Alarcn, autor de Cuando me muera quiero
que me toquen cumbia y de Si me quers, quereme transa, elabor su propia
Teora de la Traicin y la comparti con esta periodista: Cualquiera puede ser
un traidor. Existe un binomio Astucia-Riesgo que acta como dinamizador de
la comisin de la traicin. En sus libros, el periodista chileno describe el
cambio de cdigos en la villa que rompi con el tab de la apostasa entre
vecinos.
La actividad de estos ejrcitos de sombras es intensa, especialmente a partir
del crepsculo, cuando la luz buchona del Sol se esfuma. Laura Etcharren,
sociloga especialista en narcotrfico en Argentina y autora del libro
Esperando las maras, define esta realidad en su blog: Los nios soldados de
la villa se convertirn en nada si no se los rescata. Su escuela es la narco
delictiva, el entrenamiento para el uso de armas ilegales, la preparacin fsica
para el combate en los pasillos, el posicionamiento para divisar a los intrusos
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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(...) La remuneracin por custodiar la barbarie es droga para seguir
consumindose y as volverse ms maleables al adiestramiento.
(http://www.soclauraetcharren.blogspot.com.ar/2013/04/el-kiosquito-nacional-
y-popular_5376.html). No siempre son tan nios. S, siempre, jvenes. No
siempre se les paga con narcticos, pero s es una prctica comn y los
consolida como el eslabn ms dbil de la cadena narco delictiva.
Matas, Comisario de Asuntos Internos de la Bonaerense en el noroeste del
Conurbano con 28 aos de carrera -cuya verdadera identidad ser protegida
por motivos de seguridad-, describe la situacin en una de las villas de su
jurisdiccin, una de las que ms narcticos comercializa en la provincia.
La zona, asegura, funciona como centro de operaciones de uno de los narcos
ms importantes del pas: Un ejrcito de 70 jvenes activo las 24 horas
responde ante l. Los fines de semana hay un desfile continuo de autos para
comprar, desde los ms pedorros hasta los de ms alta gama. La gente con
poder adquisitivo enva a otros para que compren en su lugar.
En la villa 1.11.14 tambin se hace fila por una dosis. Mauro Federico
describe en su libro Pas narco las instrucciones para atravesar el Sendero de
la muerte en auto (Federico, Mauro, Pas narco. Editorial Sudamericana,
2011: 136) :Luces apagadas y ventanillas abiertas. Esa es la nica manera de
ingresar en auto sin comerte una balacera al mercado central de la droga de
la Capital Federal, abierto las 24 horas del da. All se puede comprar de la
buena, la que toman los diputados, suelen ironizar los vendedores.
En su investigacin, el periodista especializado en narcotrfico describe la
misma dinmica en Villa Korea: La clientela llega en autos caros desde
localidades como Vicente Lpez y San Isidro. Los sbados a la tardecita,
Korea se llena de gente que llega para comprar la droga, prolijamente
dispuesta en envoltorios de ltex de distintos colores, confeccionados como
preservativos. Parece un shopping, ironizan algunos vecinos. (Federico,
Mauro, Pas narco. Editorial Sudamericana, 2011: 131)
La situacin se repite en la mayor parte de los emplazamientos de emergencia
de Capital y Gran Buenos. En las afueras de la Villa 21-24 de Barracas se
puede ver a partir del crepsculo a los primeros figurantes de un desfile
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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perverso hacia la prxima dosis al ritmo que les impone su adiccin. As lo
hizo esta periodista en noviembre de 2014, cuando tambin visit Villa
Zavaleta.
Panormica de Villa Zavaleta tomada desde uno de los tejados del barrio.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Uno de los callejones de ingreso a Villa Zavaleta, paralelo al Pasillo de la Muerte.
En este ltimo barrio, el apodo que los vecinos pusieron al mayor punto de
venta tambin desafa a la parca: El Pasillo de la Muerte. Se trata de una
arteria que se gan el sobrenombre a fuerza del correr de la sangre sobre la
tierra batida que constituye su suelo. Callejuela empinada, estrecha e irregular,
desemboca en la plaza donde en 2013 una bala perdida en medio de una
balacera termin con la vida de Kevin Molina, vecino de 9 aos.
Paradjicamente, la plaza se construy y lleva su nombre en honor a otro
menor tocayo suyo, tambin asesinado de un balazo. Ambos escenarios eran el
punto de venta de una poderosa banda argentino-paraguaya que Gendarmera
Nacional detuvo en diciembre de 2013. Pero la droga sigui circulando
groseramente por ellos.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Plaza Kevin.
Durante el recorrido en auto a paso de hombre por este punto ciego junto a un
empleado del Gobierno de la Ciudad con ms de 5 aos de trabajo en la villa -
cuya identidad ser protegida-, se identificaron al menos tres kioskos de venta
de narcticos. Sus ventanas, atravesadas por barrotes de hierro verticales,
recuerdan a los de una prisin. A travs de una de ellas, una mano larga y
angosta entregaba su dosis a una pareja de adolescentes. Desde la penumbra,
el joven vendedor mir a nuestro auto con recelo.
Un poco ms adelante, en lo que sera la vereda de enfrente si la hubiera, dos
tipos de unos treinta aos. La mirada sostenida de uno de ellos congela la
sangre: Esos son dealers. Cmo lo sabes?. Porque los conozco. A unos
50 metros, en la Plaza de Kevin, un grupo de gendarmes charlaba instalado en
la puerta de un almacn de vveres.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Grupo de gendarmes instalado en un almacn de vveres en Plaza Kevin.
El kiosco es una de las modalidades de venta dentro de las villas. Etcharren
describe en su blog el kiosquito como una casita con una ventana que puede
tener reja, un surtidor de droga en el que soldados armados protegen al joven
que vende en su interior. Aunque esto es cierto, a veces los kioskos son
simplemente la casa comn de un vecino. En otras ocasiones, se llama as al
transa que opera en una esquina con dos o tres custodios armados cubrindolo.
Ms moderno, prctico y seguro es el delivery: una llamada y te llevan los
ravioli a casa. As se suele llamar a una dosis porque su presentacin recuerda
a la del plato italiano.
El colmo de la sofisticacin de la organizacin militar en la villa lo
protagoniz Miguel ngel Villalba, Mameluco. Naci en el seno de una
familia humilde en un asentamiento en Jos Len Surez y lleg a ser el rey
del Conurbano: La Catanga, Martelli, Boulogne, Curita, Libertador, Lanzn,
Surez, 18 de Septiembre, 9 de Julio, Tranquila el noroeste era su territorio.
Aunque hoy est preso, se dice que sigue manejando su negocio desde la
crcel. l lo niega.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Los dealers de Mameluco siempre andaban con guardaespaldas armados y un
lser para identificar billetes falsos. Sobre el pasillo central de la villa, un
circuito cerrado de cmaras de televisin reforzaba la seguridad y aseguraba
que ningn agente desubicado tratara de extorsionar a los suyos cuando no
corresponda. Es un ejemplo del modus operandi de las organizaciones narco
en las villas del Gran Buenos Aires y, segn afirma Mauro Federico, evidencia
la connivencia entre traficantes, policas y polticos.
Se abrieron una decena de expedientes en su contra, la mayora plasmada en la
causa 1062 iniciada a fines de 2000, por la cual los jueces del Tribunal Oral
Federal N4 de San Martn lo condenaron en marzo de 2004 a 12 aos de
prisin como organizador y financista de trfico de estupefacientes. El Fallo
dej claro que aquel despliegue no pudo ser posible sin la complicidad
policial: Al menos cuatro comisarios quedaron sospechados por complicidad.
En la causa, decenas de testigos aportan datos sobre las actividades de
Mameluco. Uno de ellos asegura: Se poda llamar por telfono para pedir un
auto a las dos de la maana y con slo decirle al telefonista mandame una
grande de muzzarella, el pedido sala en los autos con chofer rumbo al
domicilio () En las decenas de escuchas policiales, queda claro el rol que
Mameluco jugaba en esta orga (Federico, Mauro, Pas narco. Editorial
Sudamericana, Buenos Aires 2011: 129).
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TIEMPOS DE GUERRA
El mundo narco vive en una permanente Guerra Fra. Cuando dos bandas
ansan el mismo territorio, los soldados van al frente y corre la sangre. En la
1.11.14 los peores choques los protagonizaron Marcos y Ruti de 1997 a 2006.
En Ribadavia I y II, Los Soliz, Los Pibes Chorros y Los Quebrados tomaron el
relevo de la violencia del Bajo Flores. Distintos lugares, la misma guerra a
golpe de robos, secuestros, asesinatos, traicin, venganza, y miedo.
Pero para poder demostrar la existencia de una guerra narco hay que
relacionar distintos delitos y cruzar pruebas. Ardua tarea, especialmente
cuando las fuerzas de seguridad que debieran realizarla la evitan. Es el trabajo
al que se dedicaron durante aos la Fiscal Nacional en lo Criminal de
Instruccin Mnica Cuarro, titular de la Fiscala de Instruccin N16, y
Carlos Rivolo, Fiscal Federal a cargo de la Fiscala Federal N12. Como
resultado, en diciembre de 2006 presentaron una denuncia en la que
relacionaban ms de veinte causas de delitos en las Villas 1.11.14 y Rivadavia
I y II entre 1999 y 2006 investigadas en los tribunales de instruccin federal.
Se trataba de una de las peores escaladas de violencia vividas en Capital
Federal, fruto de las disputas territoriales entre bandas narco. El resultado fatal
en el momento de la denuncia: ms de 15 muertos y ms de 10 heridos. Una
breve representacin de los hechos descritos en la denuncia sern transcriptos
aqu con el fin de mostrar cmo opera la narco guerra en la villa. As reza el
inicio del documento:
Se determin la existencia de graves hechos criminales (tales como homicidios con arma
de fuego, estrangulamientos, eviscerados post mortem, ingresos a la ciudad de armamento
de grueso calibre, lesiones graves, robos, abusos de armas) que comenzaron en el ao 1999
y se profundizaron en los aos 2005 y 2006, luego de la conocida como Masacre del Bajo
Flores, que se desarrollan en las jurisdicciones que corresponden a las Comisaras 34, 36
y 38 correspondientes a los barrios 1-11-14, Barrio Rivadavia I y II con un resultado fatal
que ya lleva ms de quince muertos y ms de diez heridos () Sin dudas, esta violencia y
brutalidad obedecera al ingreso, comercio y distribucin de drogas y amenaza con
extenderse hasta otras zonas de la ciudad de Buenos Aires como Palermo, Once, Almagro,
Boedo, con el objeto de ampliar o controlar zonas, liberar territorios, perjudicar a la banda
vecina o ajustar cuentas.
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El 29 de octubre de 2005, mientras los vecinos de la Villa 1.11.14 celebraban
la procesin, una lluvia indiscriminada de balas procedentes de armas calibre
9mm, Browning y Glock automticas, cay sobre la multitud. Cinco personas
murieron, entre ellas un beb de siete meses, que falleci en los brazos de su
madre. Una mujer que recibi ms de 12 balazos logr sobrevivir y se
convirti en uno de los testigos en los autos del juzgado de instruccin nmero
28.
Esta sangra es conocida como La Masacre del Bajo Flores y fue el punto
lgido de la disputa territorial de dos facciones antagnicas lideradas por dos
narcos peruanos: Marco Antonio Estrada Gonzlez, Marcos, jefe de la
organizacin asentada en la villa, y Aliozo Rutillo Ramos Marios, Ruti,
quien lideraba la banda rival en la Villa 31 bis y quera volver a su antiguo
territorio. No habra sido posible sin la traicin de varios infiltrados, entre los
que se encontraba uno de los hombres de confianza de Marcos que, dos meses
despus, fue estrangulado un tipo de muerte que en el mundo narco se aplica
cuando hay saa- por su gente. Lo que no saba Ruti es que Marcos haba sido
advertido del intento de atentado y estaba preparado para recibirlos.
En un principio, Marcos y Ruti formaban parte de una misma organizacin,
que a su vez haba recurrido a una inusitada ola de violencia para destituir a
quien fuera el jefe narco de la zona. El incidente ms paradigmtico fue el
archiconocido en el mundo narco triple homicidio de la canchita de los
paraguayos, que acab con la que hasta entonces era la cpula narco en el
barrio. Como consecuencia, se inici una investigacin que desenmascar a la
organizacin y llev a prisin a Marcos y a Ruti: El 16 de julio de 2004 fueron
condenados por ser miembros de una organizacin ilcita orientada a la
comercializacin de estupefacientes.
Mientras estaban en prisin, la organizacin sigui operando a las rdenes de
Marcos. Al salir, logr hacerse con el poder completo del territorio y sumi a
la villa en el silencio a fuerza de imponer el terror. Cuando Ruti sali, no
haba sitio para l. A partir de ah, la sangre comenz a correr a raudales hasta
que Ruti y sus hombres perpetraron la Matanza del Bajo Flores. La masacre le
cost un pasaje de vuelta a la crcel y Marcos gan la guerra.
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Aunque Marcos fue detenido en noviembre de 2007 y procesado como jefe de
una asociacin ilcita dedicada a la venta de drogas, habra seguido operando
desde prisin a travs de su esposa, Silvana Salazar, su suegra, Lucila
Enrquez Alarcn, Doa Lily que manejara las cuentas de la organizacin-
y su hermano, Fernando Estrada Gonzlez, Pity, que haba sido condenado por
el Triple Crimen de la Canchita de los Paraguayos. El capo est en libertad
condicional en su casa en un country de Tigre desde febrero de 2014.
Jorge Rodrguez, ex investigador del Ministerio de Seguridad que denunci
recientemente junto con el legislador Gustavo Vera la situacin de la 1.11.14 y
la inaccin de sus superiores, realiz ms de 200 informes desde 2011 a 2013.
El investigador asegura que, en el Bajo Flores, Marcos es Dios. Tanto es as
que impidi que el Papa Francisco instalara all una capilla. l decidira qu
puede hacerse y quin lo puede hacer, en sus manos estara enviar a la parca
para atajar el pulso de quienes no cumplan sus reglas.
Pero si el Pachacamac puede hacer temblar la Tierra, tambin es capaz de
crear. Si, como aseguran los informes, Marcos es capaz de imponer la pena de
muerte en su territorio e incluso extenderla a los familiares de los presuntos
culpables, tambin soluciona los problemas econmicos a cientos de vecinos
de la villa, levanta plazas con juegos para los chicos y hasta paga viajes a Per
a sus compatriotas. Segn el ex funcionario, en el barrio operaran unos 100
minoristas que venden estupefacientes al margen de Marcos, pero todos le
tributan a l: Se hace un anlisis comercial de acuerdo a lo que vendan,
estimo que le darn entre el 5 y el 10% de sus ganancias.
Pero Rodrguez apunta a la existencia de una zona sagrada, territorio
comanche donde nadie ajeno a la organizacin del capo puede ingresar,
incluido el Estado; Lo llam Territorio Peruano Liberado. 15 manzanas
entre las avenidas Bonorino, Riestra, Cruz, Varela y el permetro del club
Daom. El centro neurlgico, las cuadras 21, 22 y 23. All, segn el
investigador, el grupo tendra al menos 10 laboratorios de produccin de
clorhidrato de cocana -ya se habla de 12- que generaran una de las cocanas
de mxima pureza del mundo. Un laboratorio mediano produce 10 kilos por
da. Con un valor aproximado de 12.000 dlares el kilo, el Territorio Peruano
Liberado estara generando 1.200.000 dlares diarios.
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Para custodiar sus fronteras, habra 300 hombres armados, la mayora de
nacionalidad paraguaya y buena parte ex miembros de Sendero Luminoso.
FAL, AK 42, AK 47, Uzi, lanzamisiles RPG y granadas seran algunas de las
armas de las que dispondran. La organizacin funcionara bajo una estructura
cuasi militar, con soldados y oficiales. Su modelo de crecimiento emula al de
Sendero Luminoso y se divide en distintas ramas.
Volviendo al momento en el que se origin la omnipotencia de Marcos en la
zona, despus de la Masacre del Bajo Flores en 2005, la escalada de violencia
se mud a los barrios de Rivadavia I y II. Otro barrio, otros nombres, pero la
misma brutalidad y el mismo modus operandi. En este caso, Los Soliz
dominaban la mayor parte del comercio de estupefacientes. Su objetivo,
controlar todo el territorio. Su rutina, la misma que la de Marcos, la cultura del
miedo: Combatan a traidores y buchones con amenazas, agresiones y
muertes.
Con la misma tcnica que emplearon para armar el puzle en la 1.11.14,
Cuarro y Rivolo reunieron suficientes indicios para denunciar una nueva
guerra narco y sealar a Los Soliz, Los Pibes Chorros y Los Quebrados como
las bandas que se disputaban el control zonal. Como en cualquier guerra, los
daos colaterales son inevitables. Por un error en un ajuste de cuentas entre
Los Soliz y Los Pibes Chorros, Brian Viggiano, de 17 aos, fue asesinado el
16 de Octubre de 2006.
La polica no vincul su muerte con la existencia de una guerra narco, pero la
fiscala tir del hilo y descubri el verdadero mvil del homicidio: los asesinos
buscaban a un sujeto parecido a Brian que se dedicara a la venta de
estupefacientes. En la denuncia de la causa consta cmo varios vecinos
declararon que todo el barrio saba del plan de venganza de Los Soliz contra
Los Pibes Chorros, que haban secuestrado a la hermana de uno de ellos.
Fueron a por el responsable. Se equivocaron.
Una vez ms, la revancha no se hizo esperar: Rivadavia estaba a punto de
tener su propia masacre. Para perpetrarla, Los Pibes Chorros se aliaron con
Los Quebrados y con Peluchn, un antiguo soldado que trabaj primero para
Marcos y luego para Ruti en la 1.11.14. Ahora buscaba su propio territorio, y
esta era una oportunidad de oro.
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Con armas de grueso calibre en sus manos, la noche del 16 de octubre el grupo
se dirigi al refugio de sus archienemigos. Su objetivo: Exterminarlos. Pero la
traicin, siempre alerta por los pasillos de la villa en busca de nuevos socios,
haba vuelto a entrar en escena. Los Soliz haban sido alertados del ataque y
los esperaban con un grupo de barrabravas y armas de grueso calibre.
La balacera dur ms de 40 minutos y fue escuchada en todo el barrio. Los
vecinos, aterrados, se refugiaron en sus casas. La polica lleg cuando la
batalla haba terminado. El saldo, un detenido por portacin de arma de fuego
de uso civil y resistencia a la autoridad. En los informes, no se nombra el
enfrentamiento, sus motivos ni la existencia de ambos bandos.
La denuncia de la fiscala es determinante: No cabe duda de que la polica
ocult el verdadero trasfondo al omitir decir que se trataba de un
enfrentamiento entre dos bandos. Evidentemente, la responsabilidad de ello
trasciende la de los funcionarios policiales que labraron el sumario y de la
investigacin se determinar hasta dnde llega esta responsabilidad () En
efecto, los policas intentan desvincular esto con el trfico de drogas.
Efectivamente, una de las claves de la denuncia es el papel que juegan las
fuerzas de seguridad en la guerra narco. A lo largo del documento, la fiscala
manifiesta en reiteradas ocasiones sus conclusiones sobre la intervencin
policial. Estos son algunos textos extrados de entre sus pginas. En ellos,
Cuarro y Rivolo denuncian la guerra narco y se muestran implacables con las
fuerzas de seguridad:
Texto 1.
No se trata de hechos aislados, sino que forman parte de una batalla para el control de un
territorio propicio para el trfico de sustancias estupefacientes, que tiene su epicentro en la
ciudad de Buenos Aires y se puede llevar a cabo sin mayores trabas con la tcita anuencia o
participacin de las autoridades que tienen a cargo la seguridad de los ciudadanos, no slo
al hacer la vista gorda sino al no poner en conocimiento de las autoridades respectivas
judiciales, del Ministerio Pblico y de inteligencia- la ntima vinculacin de todos los
elementos de prueba.
Texto 2.
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Puede pasar desapercibido a los ojos de los funcionarios competentes que en un periodo
de tan solo seis meses hayan ingresado al Hospital Pieiro ms de 100 personas
procedentes de la misma zona con heridas de arma blanca? Puede desconocerse la
vinculacin de esto con los enfrentamientos armados que han provocado varias muertes,
eviscerados post mortem o hasta estrangulados? Puede ser que desde el ao 1997 hasta la
fecha no se haya realizado ninguna actuacin en conjunto de inteligencia previa en la zona
que permita vincular estos hechos con la asociacin ilcita de grupos para la venta,
comercio o distribucin de drogas? Pueden no darse cuenta de que los heridos de bala lo
han sido por armas de diverso y grueso calibre que libremente ingresan, se compran, se
encuentran en la zona, y no vincularse esto con los informes periciales de balstica? Puede
simplemente pasarse por alto el incremento desorbitado de consumo de estupefacientes en
las zonas de influencia de estas bandas, conforme datos de los servicios de salud? Puede
desconocerse que, segn las propias cifras de las fuerzas de seguridad que los secuestros de
sustancias son en su casi totalidad para tenencia y consumo en la va pblica y que no hay
laboratorios? Seguramente que la respuesta a esos interrogantes es NO. Lo saben, y peor
an, los funcionarios omiten proporcionar los datos necesarios para que se investigue y se
devele- el trasfondo y la causa madre de estos hechos violentos, incgnita que esta
investigacin seguramente revelar. Pero al fraccionar los hechos, o las causas, u omitir la
vinculacin de elementos de prueba, se ocultan los elementos vitales para desentraar la
trama y que, a no dudarlo, de conocerlos, ellos permitira neutralizar y prevenir este
flagelo.
Texto 3.
La falta de cruce de datos, personas, armas, hechos, e indicios ha conspirado contra la
averiguacin de la verdad. Ello, sin duda, podra evidenciar una gravsima omisin,
pasando por una larga cadena de encubrimientos, o tal vez una participacin criminal,
atento a que los hechos criminales siguen a pesar del cambio de comisarios y parece
exceder el mbito de influencia de los titulares de las dependencias policiales en los que se
producen tales ilcitos.
La espiral de violencia pareca no tener fin. El 7 de agosto de 2014 el Tribunal
Oral en los Criminal N1 conden a Facundo Caimo, miembro de Los
Quebrados, a 15 aos de crcel por el homicidio de Octavio Gmez y el
intento de homicidio de Patrik Antezana ambos Pibes Chorros-. La
madrugada del 22 de diciembre de 2005, mientras caminaban por el barrio
Rivadavia de camino a que Gmez, que resida fuera del barrio, tomara un
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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colectivo a casa, los dos amigos fueron sorprendidos por un grupo de 10
jvenes.
Caimo diriga el grupo. l y un menor de edad dispararon al menos 13 veces
contra la pareja desarmada. Son los casquillos que cont la madre de Octavio
en la escena del crimen y que corrobor la investigacin. Su hijo no tuvo
escapatoria, Patrik sali corriendo. Los impactos de bala en su cuerpo le
costaron un rin y a punto estuvieron de costarle la vida, que salv de
milagro gracias a que unos amigos lo llevaron inmediatamente al hospital en
un remis. All tambin recibi una visita de los hombres de Caimo, que se
aseguraron de hacerle entender que, si abra la boca, la prxima vez no tendra
tanta suerte.
En una investigacin llena de irregularidades por parte de la Polica Federal,
jams se habra atrapado al asesino de no ser por la madre de Gmez, que
durante siete aos se dedic a seguir personalmente los pasos de Caimo en
Buenos Aires y Crdoba, donde huy hasta que se calmaran las aguas. Varias
veces llam a la polica para informar del paradero del asesino de su hijo, pero
a la Federal siempre se le escapaba. La ltima noche que lo vio llam a
Gendarmera, que lo atrap en un callejn en la villa. Hoy, Caimo cumple su
condena.
Los combaten no se circunscriben al Bajo Flores. Muy al contrario, se
extienden por toda la geografa de los barrios de emergencia de Conurbano y
Capital Federal. En la Villa 9 de Julio, un tiroteo donde se dispararon ms de
300 balas acab con la vida de dos narcos del clan de Gerardo Goncebat en
2009, jefe histrico de la zona, que como consecuencia de la lluvia de balas
qued hemipljico.
En el barrio se dice que fueron Los Pacheco, banda que haba trabajado para
los Goncebat pero en ese momento quiso abrirse y aliarse con el Negro
Gmez, capo en la Villa de los Paraguayos con intenciones de extender su
negocio a la 9 de Julio. Ms de 12 personas murieron en esa guerra.
As lo cuenta Mauro Federico en su Pas narco, donde recoge adems la
declaracin de un vecino de la 9: Ese da, los hermanos Pacheco Diego y El
Rengo- entraron al barrio escoltados por cuatro patrulleros y vistiendo
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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chalecos antibalas. (Federico, Mauro, Pas narco. Editorial Sudamericana,
2011: 132).
Villa Korea alberga algunos de los enfrentamientos ms cruentos. All, Los
Ranitas y Los Gardelitos se disputan un territorio en el que se mueven
cantidades industriales de marihuana y cocana todos los das. El 27 de
diciembre de 2009 Gabriel Castrogiovanni -22 aos- fue asesinado por la
espalda por sicarios de Los Gardelitos, banda liderada por Claudio Soria, tras
haberlo confundido con Nacho Barrera, miembro de Los Ranitas, que a su vez
haba matado al hermano de Claudio de siete balazos. El autor intelectual, el
propio to de Nacho, que quera su territorio.
En los ltimos dos aos, los vecinos de Villa Zavaleta han visto cmo la
violencia se recrudeca en el barrio. Hoy, las fuerzas de seguridad lo
consideran el emplazamiento ms peligroso de la ciudad. Aqu, la hegemona
la ejercen los paraguayos y el objeto de deseo es, principalmente, la
marihuana.
En julio de 2014, Cecilia Di Lodovico firmaba en Perfil una nota en la que
denunciaba la perpetracin de un asesinato por semana en el lugar. La causa,
la batalla campal que libran las, al menos, cinco organizaciones que operan en
distintos territorios del asentamiento y proximidades: Loma Alegre, las tiras
de Zavaleta, Robustiano San Martn y las villas 21 y 24. Cada una de estas
bandas est formada por quince o veinte miembros de nacionalidad
paraguaya. Desde 2010, el juez Torres ha ordenado unos 100 operativos en el
asentamiento. No ha sido suficiente para frenar la influencia de estos grupos
(http://www.perfil.com/policia/Guerra-de-bandas-narco-por-el-poder-en-la-
Villa-Zavaleta-20140713-0033.html).
La magnitud de la guerra narco que se libra en los pasillos de la Zavaleta es tal
que en Comodoro Py son tres los juzgados federales que vienen siguiendo su
rastro. Hasta el Papa Francisco mostr su preocupacin al respecto en junio
del ao pasado. Lgico, teniendo en cuenta que la Villa 21, donde est ubicada
la Parroquia Nuestra Seora de Caacup con la que al Papa le unen antiguos
vnculos, forma parte de la zona de influencia de estas bandas.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
21
En Zavaleta, el 7 de junio del ao pasado, tras seis meses de investigacin,
cayeron los Reyes de la Marihuana, los hermanos Lorenzo y Arnaldo
Cubilla Gonzlez. La Metropolitana intercept un camin blanco con 3.500
kilos de marihuana. El vehculo tena insignias falsas del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nacin y simulaba transportar donaciones al interior.
Pero los hermanos no siempre movan el narctico de esta forma, con
frecuencia lo reciban desde un hangar cercano al aerdromo de Salto, con la
ayuda de un piloto dedicado a las fumigaciones.
Para atrapar a los Cubilla, la Metropolitana precis escuchas telefnicas de
ms de 30 celulares, filmaciones, ocho hombres de Investigaciones Criminales
de la Polica Metropolitana y dos traductores de guaran. Llegaron a ellos a
travs del celular de la novia del menor de los Cubilla, Arnaldo. As lo asegura
Leonardo De Corso en la nota que public en Clarn un mes despus
(http://www.clarin.com/policiales/hermanos-Cubilla-villa-Zavaleta-
marihuana_0_1169883118.html).
Los hermanos, que haban llegado a Barracas desde Paraguay con las manos
vacas, no tardaron en construir un emporio. Tenan hasta sus propios campos
de cultivo de marihuana en San Pedro del Paran Asuncin-. Lorenzo, el
mayor, lleg a ser presidente del Club Sportivo San Pedro del Paran.
As como el Bajo Flores no es el nico territorio donde se libra la guerra
narco, tampoco la fiscala es el nico actor que denuncia la usual complicidad
de las fuerzas de seguridad con la batalla por la hegemona territorial. Hay
gente que quiere que los narcos ganen plata: El jefe de polica de la zona tiene
que recaudar dinero para el jefe de polica mayor, y ste tambin debe
repartirlo con otros. Cmo se alan? El narco les ofrece trabajar para l, la
otra opcin es la muerte. Pasa en todas las villas. Son palabras de Pedro,
como llamaremos a un exagente de inteligencia experto en narcotrfico que
durante sus ms de 20 aos de experiencia se infiltr en varios operativos
internacionales antinarcticos. Su verdadera identidad ser reservada por
razones de seguridad.
Matas, nombre ficticio del comisario de la Bonaerense que se cit
anteriormente, comparti con esta periodista la que, asegura, es la particular
lista de la compra mensual de fuerzas de seguridad por parte de uno de los
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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narcotraficantes ms importantes del Conurbano: las cifras, desde $50.000
hasta $150.000 por cada uno de los organismos implicados. El total, 500.000
pesos
No digas mi nombre. En este mundo te matan por 5000 pesos. Fue lo
primero que aclar el comisario al sentarse en la mesa ms alejada de la puerta
del Caf Martnez de Avenida de Mayo y Chacabuco. Apenas una semana
despus de la charla, la prensa nacional recoga la destitucin de varios
agentes de la comisara del Gran Buenos Aires a la que seal. Fue un
operativo de Asuntos Internos.
Matas describe el funcionamiento de la corrupcin en su distrito. Su relato
coincide con el testimonio de Pedro: Este narco siempre ha contado con la
proteccin de la polica: El jefe local recoge el dinero, se lo pasa al jefe zonal,
que se lo pasa a Jefatura. Los agentes de a pie no ven ni un peso, pero si
contradicen las rdenes, les cortan la cabeza. En todas las villas es igual,
todos los que venden es porque ponen plata (para la polica), si la polica
quisiera la cortara, asegura el comisario.
La abundancia econmica que promete y cumple- el narco, contrasta con el
esculido salario que ofrecen las fuerzas de seguridad a sus agentes. Un
polica federal de Capital gana $8000 por mes, en Provincia, unos 6800. Un
gendarme, $8000 y un miembro de la Metropolitana un 35 o 45% ms.
Ni la Polica Federal ni el Ministerio de Seguridad han satisfecho las
reiteradas solicitudes de informacin para esta investigacin. Se pidieron datos
oficiales sobre la evolucin del narco en los barrios de emergencia y cmo y
en qu medida operan las fuerzas de seguridad en el terreno. No fueron
facilitados. Tampoco fue concedida la entrevista que se requiri con un
miembro de las Fuerzas de Seguridad con experiencia en las villas de
emergencia para que compartiera su versin en esta investigacin. Ante la
imposibilidad de hablar con algn oficial, se pregunt directamente a Prensa
de la Polica Federal tena algo que decir en relacin a las reiteradas denuncias
por corrupcin que aquejan al organismo. La respuesta: Esta informacin
nosotros no estamos autorizados ni en condiciones de contestarla.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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CAPTULO 2.
ALLANAMIENTOS. PRESUNTO ARMADO DE CAUSAS.
EL NARCO EN LA VILLA DESDE DENTRO. LOS TRANSAS
CUENTAN SU HISTORIA.
Alba Clara Prez Rojo.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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ALLANAMIENTOS, LA PRESUNTA SINIESTRA MAQUINARIA DEL
ARMADO DE CAUSAS.
La corrupcin en la villa no solo se manifestara por medio de la omisin de
pruebas y el encubrimiento de delitos. Una modalidad ms grosera sera el
armado de causas judiciales, allanamientos domiciliarios por medio. En este
captulo se relatarn dos casos reales con el fin de mostrar el supuesto modus
operandi de esta prctica. Puesto que las causas siguen activas, en ambos
casos se identificar a los implicados con nombres ficticios para no interferir
en las investigaciones.
HOMBRE EN LLAMAS Y EL SECRETO DE SUS OJOS. DE LA FICCIN
A LA REALIDAD.
Era una tarde de principios de noviembre de 2011. Alrededor de las tres,
cuatro agentes de la bonaerense irrumpieron en casa de Cinthia en Caseros. La
razn, un sujeto fue visto comprando marihuana a la joven. O al menos esa es
la versin de la polica. Si bien la identidad de esta persona est en la causa
judicial, su testimonio nunca habra sido escuchado en autos. La prueba se
basara exclusivamente en la versin de los agentes, que aseguraron tambin
haberle incautado un envoltorio parecido a los reconocidos como propios por
Cinthia.
Aquella tarde, la polica secuestr dos bultos en casa de la joven:
-Un envoltorio de nylon celeste con 8.3 gramos de una sustancia vegetal
similar a la marihuana que la joven tena escondido en el sostn, junto con los
125 pesos que llevaba encima.
-Una bolsa sita sobre la mesa del living. Contena 59.2 gramos de marihuana
fragmentados en 22 envoltorios y 145 pesos discriminados en siete billetes de
cinco pesos, cinco billetes de un peso, un billete de 20 pesos y ocho billetes de
10 pesos.
Todo era suyo, Cinthia lo admite. Tambin lo hace su amiga Agustina, que
estaba presente en el domicilio en el momento del allanamiento. Los casi 60
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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gramos que se encontraron sobre la mesa los compr Agustina en Villa Carlos
Gardel. No era la primera vez, ellas y otras dos amigas que corroboraron la
historia solan comprar juntas para consumo personal. Hasta ese momento
Cintia no tena antecedentes penales. Esto no bast para convencer a la
justicia, que consider que la cantidad y la forma en que se hallaba
fraccionada la droga, junto con el testimonio del supuesto comprador, eran
motivo suficiente para presumir su intencin de venderla.
Pero no fue lo nico que se encontr aquel da en casa de Cinthia. Un tercer
bulto, una bolsa roja con 174 gramos de marihuana, apareci en una de las
habitaciones. La joven y su familia aseguraron que los agentes la pusieron ah durante la inspeccin y les exigieron dinero a cambio de no incluir el nuevo paquete en el acta de allanamiento. Y tendran pruebas: la presunta grabacin del momento en el que el jefe del operativo reciba la plata de
manos de la prima de la acusada.
Al parecer, no era la primera vez que estos agentes eran acusados de extorsin.
Uno de los jueces encargados de la causa de Cinthia cita en la resolucin
judicial que Los efectivos policiales que llevaron a cabo las diligencias de la investigacin previa y allanamiento en la vivienda de la imputada se
encuentran denunciados por hechos de gravedad, consistentes en
irregularidades cometidas no solo en la presente pesquisa sino tambin en
otras investigaciones, habindose acompaado prueba a fin de acreditar los
extremos invocados.
Cuando Adriana vio pasar la camioneta blanca y al auto gris de la polica, no
se inmut. No era raro verlos por ah. S lo hizo cuando escuch a sus vecinos
decir que estaban allanando la casa de su prima Cinthia. Sali corriendo hacia
all y al pasar por la puerta de la finca donde resida su ta Rosario, la mam
de Cinthia, de camino a su destino, la habra escuchado discutir a los gritos
con un varn:
-Cunta plata me peds?
-50.000 pesos.
-De dnde quers que saque esa plata! Ests loco!
As figura esta conversacin en la declaracin testimonial de Adriana del 3 de
mayo ante la justicia. En ella tambin asegura haber escuchado a su ta en ese
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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momento recriminarle al agente que siempre iba la polica a sacarle la plata a
la gente del barrio. El sujeto se march en direccin a casa de Cinthia y
asegur que volvera en unos minutos.
Rosario aprovech el impasse para llamar a su abogado y recibi instrucciones
claras: graben lo que est pasando. A partir de ese momento, Adriana tom las riendas de la situacin. Su primer paso, hacerse pasar por hermana de
Cinthia. Cuando el agente regres, fue ella quien habl con l segn afirm en
su declaracin oficial, donde afirm: (El polica) dijo que estaban allanando la casa de Cinthia y que intentaron hablar con Rosario para ver qu podan arreglar antes de meter los testigos en el allanamiento (...) Tambin dijo que la
plata era para arreglar y sacarle la droga a los testigos, y as alivianar la
situacin de Cinthia. Que entonces la deponente le dijo que iba a ver cunto
dinero poda juntar, y el polica dijo que esperara un rato.
En su segunda carrera del da, Adriana habra volado a su casa para juntar la
mayor cantidad posible de dinero entre familiares y vecinos: Habra
conseguido 7000 pesos. La tercera carrera fue hasta la casa de Cinthia, donde
encontr a cuatro o cinco policas. No se amilan y les pidi hablar con su
prima. Ambas se encerraron en el bao para discutir la situacin. Adriana
volvi a casa de su ta en la que fue su cuarta maratn aquella tarde. Juntas,
eligieron jugar fuerte: Adriana volvera al domicilio inspeccionado, le dara el
dinero al agente y grabara el intercambio con su celular Motorola modelo
A1200 escondido bajo el sostn. A esta altura, entre los nervios y las corridas,
no haba un solo poro de su piel por el que Adriana no traspirara.
Esta es la transcripcin de la presunta grabacin de 421 de duracin
extrada de la carpeta Mi Audio del dispositivo mvil. Esta periodista tuvo
acceso al audio. Aunque aqu se registra de forma parcial debido a la baja
calidad del sonido, la fiscala dispone de la versin completa y en este
momento se est finalizando el peritaje de las voces de los dos agentes que
participan en ella. Aparecen Adriana, en evidente estado de nerviosismo, y el
supuesto oficial a cargo, cuyo tono es amigable y didctico. Tambin estara
presente un supuesto segundo agente, que apenas habla hacia el final de la
conversacin:
Oficial a cargo (O)-Cmo ands?
Adriana (A)-Vamos all, dentro del cuarto. Estoy loca, recin me comunique con un
abogado.
O-Qu te dijo?
A-Lo que le coment yo es la verdad de lo que estamos nosotros, es todo mentira.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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O-Quin dijo?
A-El abogado.
O-Y bueno (que queres hacer)? A-No,no, no yo confo en vos. () A-No, es que mucho tiempo tampoco se puede estar perdiendo, me entends? Yo confo en
vos.
() A-Y adnde est el que vos pusiste?
O-No, es que no est porque no lo puse, me entends?
A-Ah, no lo pusiste O-Estos son todos los derechos que tiene tu hermana de lo que es la formacin de la causa,
este es el nombre de tu hermana, y este es el nombre de la otra chica que estaba ah. Es lo
que arregl con vos.
A-S, s, lo que arreglamos nosotros... cierto.
El agente muestra el acta de allanamiento y explica los detalles:
O-() en total hay 22, envoltorio no hay transparente ni nada. Este es el secuestro nmero 1. Ac a esta altura, esta es la personal femenina, la revisa a tu hermana, la
registra, le saca un telfono, le retira lo que consuma ella, viste?, un () con marihuana y 125 pesos, en billetes de 10 pesos, en billetes de 20, en billetes de 5. Eso es lo que tena
ella, lo que tenia ella se tiene que secuestrar. Entends?
A-Ah s. O-Despus, el registro de (la habitacin) arroja resultado negativo. Est la bolsa que
estaba arriba de la mesa y lo que tena a ella. Est bien?
() A-Lo que ustedes trajeron (hicieron) claro, ya no est O-No!
A-Claro, tens razn.
O-Son los datos (de recin) y los datos de las dos que estaban all. A esta misma le entrego
la caja, as se queda ah en la casa.
A-Ah bueno.
O- Eh? Listo?
A-Qu hacemos? O-(Da a entender que ya est, no se escucha con precisin la expresin). Est bien?
Listo?
A-Cont si quers, 7000 habas dicho no? Ah hay ms de cambio viste, porque O-S, quedate tranquila. Listo, verdad?
A-Yo confo en vos.
TERCERO (presunto segundo agente corrupto)-Ya est.
A- Listo.
Mientras, Marta, amiga de Cinthia, se haba enterado de lo ocurrido y
aguardaba sentada en las escaleras de un kiosko frente al inmueble. La polica
no la dejaba entrar. En su declaracin testimonial del 10 de mayo de 2012
narr el ir y venir de Adriana y asegura haber escuchado dos intercambios
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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entre el oficial a cargo del operativo y uno de los agentes. En el primero, el
agente, asegura, le habra preguntado a su jefe si faltaba mucho para retirarse
y ste le habra respondido que tenan que esperar a ver qu nos contestan.
30 minutos despus vio llegar a Adriana, a quien conoca, y preguntar por el
oficial al mando, que sali a hablar con ella. En su testimonio puede leerse
cmo Marta asegura haber escuchado que ste le preguntaba cunta plata ms o menos poda juntar y que ella respondi que iba a ver porque la plata que le haban pedido no la poda conseguir y que juntaran entre los vecinos. Tras eso, Adriana se fue.
Finalmente, la testigo asegura que Adriana volvi y junto al agente se
dirigieron a casa de la mam de Cinthia. Una hora despus, el jefe del
operativo habra regresado a la vivienda del allanamiento para informar a su
compaero que se marcharan en 15 minutos. La respuesta que Marta declar
ante la justicia haber escuchado: Bueno, nos salvamos las fiestas. Aproximadamente a las 19, la polica abandon el lugar con Cinthia detenida.
En la actualidad, los cuatro agentes involucrados en el episodio tienen una
causa penal abierta que est en proceso a la espera del dictamen pericial
definitivo sobre el audio y de la ltima rueda de reconocimiento. Por su parte,
Asuntos Internos les abri un sumario y pide regularmente el informe de la
evolucin de la causa. Todos siguen trabajando en funciones.
En el marco del examen psicolgico del peritaje la perita del caso pregunt a
los dos oficiales involucrados en la escucha cules eran sus pelculas favoritas:
uno respondi Hombre en llamas. Cuando se le pregunt por qu, dijo que
porque demostraba cmo todo el sistema est corrupto y no se puede escapar
de eso; El otro opt por El secreto de sus ojos. Ante la misma pregunta,
argument que la elega por la descripcin que el filme hace de la corrupcin
judicial.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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CONSTRUYENDO UN CASTILLO DE NAIPES.
Eran las 7.15 de una maana de septiembre de 2012 y Cecilia caminaba por la
Estacin de Once en direccin a su trabajo, pero un polica se interpuso en su
camino. Aquella maana, la joven tendra que presenciar un allanamiento en
una villa del noroeste del conurbano. Cuestin de azar, que es como la ley
indica que deben seleccionarse los testigos. No era la nica, antes de ella la
polica haba reclutado a nueve ciudadanos ms con el mismo fin. Tras
recogerla, la comitiva de quince agentes y diez testigos sali en caravana para
el barrio.
Iban con retraso: Antes de elegir a Cecilia entre el tumulto de Once, los
agentes habran estado buscando a una peruana particular durante 25 minutos.
Al menos eso es lo que asegura que le coment otro deponente Cecilia en su
declaracin.
Ya en la villa, la caravana se detuvo frente a una pequea casa de ladrillos sin
revocar y techo de chapa muy precario. La puerta estaba cerrada sin candado y
los agentes irrumpieron sin mediar palabra. En su interior, una pareja joven en
el comedor-cocina y dos nios menores durmiendo sobre un colchn en la
minscula habitacin del fondo. Uno de los agentes revis la habitacin, no se
incaut nada. En la cocina, se encontraron bolsas transparentes con polvo; Era
jabn suelto que la propietaria de la vivienda sola vender.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Croquis de la vivienda realizado por la testigo durante su declaracin.
Cecilia asista al primer allanamiento de su vida impactada por la ansiedad que
carcoma a la duea de la casa y que se transform en llanto cuando uno de los
policas exclam desde la habitacin: Ac est, la encontramos. La reaccin
de sta fue inmediata. A gritos, acus a la polica de haber puesto la droga ah.
Tambin a gritos, pidi ayuda a los testigos: Ustedes lo vieron. Lo que
encontr el agente fue una bolsa blanca de plstico llena de cilindros de
cocana. Estaba debajo de un juguete, un caballito de goma sito junto a un
carro de supermercado tambin de juguete, frascos de vidrio y ropa. Cecilia
asegura que durante el primer registro del cuarto, que ella presenci, la bolsa
no estaba ah.
En su declaracin testimonial del 12 de octubre de 2012 ante el secretario de
la fiscala que dur 3h20- consta: Preguntada para que diga si est segura
de que ese secuestro fue colocado por un polica dijo que esto lo afirm
porque antes de haber colocado la droga el polica que revisaba ya haba
levantado el caballito adelante mo y yo ya lo haba visto y no haba nada
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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debajo del caballito y luego entr el polica tal como dije y ah la encontraron,
pero ninguno de los dos testigos- vimos el momento del hallazgo porque nos
tapaba el que nos tomaba los datos. Que en ese momento yo no dije nada. Que
cuando entraste vos, en referencia al actuario de esta declaracin, yo te dije
que el momento del hallazgo no lo vi pero s que estaba en el ambiente.
A pesar de la supuesta advertencia de Cecilia al secretario de la fiscala
durante el allanamiento, el registro continu aquel da y la pareja fue detenida.
Lo que s hizo el funcionario judicial fue tratar de invalidar la declaracin de
Cecilia amparado en una cuestin gramatical: si la droga se encontraba
debajo o abajo del caballito.
En cuanto al polica, la testigo asegura en su testimonio: Lleg de afuera,
entr, fue directamente donde estaba el infaltable. As como la encontr se
fue, no permaneci en el lugar. La bolsa que contena la droga era blanca de
supermercado y no se vea el contenido. Cuando la vio dijo Ac est, la
encontramos, antes de abrirla.
En el documento tambin declara que Por el tamao que tena el caballito
tendra que haber estado levantado de haber estado sobre la droga y yo lo
hubiera visto, a m los policas me dijeron que estaba la droga abajo del
caballito y aparte era el nico lugar que falta revisar en toda la casa (...)
Sobre el sitio del hallazgo no me hicieron ir a ver si me dieron explicaciones.
En la segunda hoja del testimonio de la testigo se hace constar la llegada a la
audiencia del licenciado Odetti a las 9.30, media hora despus del inicio. El
abogado asegura que no fue por impuntualidad. La fiscala deba notificarle
fecha y hora del testimonio de Cecilia. As lo hizo, y l se present el da
antes, como figuraba en la citacin. Pero la testigo no apareci: A ella le
pusieron una fecha distinta cambiada a mano, con un corrector, para que no
nos encontrsemos. Yo ese da fui de casualidad para ver el estado de la causa
y la encontr all, asegura Odetti.
No fue la nica vivienda que fiscala y polica allanaron esa maana en
aquella villa. En un operativo conjunto, otros tres domicilios habran sido
registrados bajo circunstancias similares. En todos hubo detenidos. En la
apelacin que Odetti present solicitando la destitucin de la fiscala de
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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instruccin de la causa, la defensa se mostr implacable en cuanto a su
conviccin de la existencia de corrupcin entre los funcionarios a cargo del
procedimiento:
A lo largo de esta investigacin, tanto esta defensa tcnica como los aqu
imputados y una testigo de cargo han denunciado irregularidades, por lo cual
no debe cercenarse el derecho de esta defensa, no solo en funcin de la
defensa tcnica de mis asistidos sino en funcin de desmembrar la corrupcin
imperante en nuestra jurisdiccin a los fines de excluir de la fuerza no solo a
policas corruptos, sino fiscales tambin, quienes convalidando y siendo parte
en la red de narcotrfico, buscan impunemente rdito econmico espurio a
costa de meter en la crcel a inocentes en lugar de los culpables.
El abogado asegura tambin que, aunque en un principio pens que la polica
se haba equivocado respecto a las viviendas donde realiz el operativo, sus
fuentes le aclararon que en realidad no habra habido ningn error, sino que
tenan orden de allanar cuatro casas y las eligieron al azar.
Fiscala y polica aseguraban haber dado con una banda de venta de narcticos
en la que un mayorista distribua estupefacientes desde una localidad cercana
a la villa a cuatro minoristas vecinos del emplazamiento, los propietarios de
las viviendas registradas. La conexin se realizara por medio de una Hylux
blanca la causa incluye el nmero de patente- con la que Samir, una persona
que trabajaba con Esteban, el supuesto mayorista, distribuira los narcticos
en las cuatro casas de la villa.
En el domicilio de Esteban tuvo lugar el quinto allanamiento del da, pero aqu
las cosas sucedieron de otro modo. Diez policas, el fiscal a cargo del
operativo, su secretario y dos testigos entraron al domicilio. En la casa, que
dispona de un amplio terreno, un living-comedor separado de la cocina por
una pared baja, dos habitaciones y un bao, resida y estaba presente una
pareja joven: Esteban, argentino, y su pareja, paraguaya, que estaba
embarazada.
Antes de que la polica procediera al registro, Esteban aclar que tena armas
de guerra. No menta. Esta es la lista de lo que, segn el acta, se encontr
aquel da en el domicilio distribuido por espacios:
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Living:
-Un revlver Taurus negro con cachas de madera marrn, calibre 38 Special, con la
numeracin suprimida y seis cartuchos dentro.
-Pistola calibre 9mm Bersa Thunder con cargador con 15 proyectiles, con la numeracin
suprimida.
- Un celular LG con tarjeta SIM de Movistar sobre la pared baja que separaba este
ambiente de la cocina.
Habitacin matrimonial:
-Porta lentes negro Guess sito en un estante del modular con vestigios de marihuana.
-Tres envoltorios de nylon transparente con marihuana.
-Una picadora metlica y circular con vestigios de marihuana.
-Una cajita negra OBC con papel para armado de cigarrillos.
-Caja de proyectiles con inscripciones Magtech con once cartuchos intactos misma marca
calibre 9mm.
-Un celular Motorola modelo i420.
-13.950 pesos en 14 fajos de billetes de 100 y 50 dentro de unas botas.
-22.000 pesos en 22 fajos de billetes de 100 pesos debajo del placard.
-Dos envoltorios de nylon en forma de cilindro con clorhidrato de cocana sobre el
placard.
-Once cartuchos de escopeta, nueve de ellos calibre 12 y dos de ellos ms chicos sin
precisar el calibre sobre el placard.
- Un celular Sony Erikson sin SIM sobre el placard.
Segunda habitacin, contigua:
- Un celular marca Motorola I290 sin batera y sin SIM.
Bao:
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-Un celular marca Motorola modelo I876 con SIM de la empersa Nextel escondido entre
prendas de vestir.
Cocina:
-Una bolsa negra con inscripciones de un lavadero con domicilio en Avda. Primero de
Mayo y Primera Junta de tropezn San Martn con un trozo compacto de marihuana en su
interior, en el freezer.
Exterior:
-Dos vehculos, un VW New Beetle negro y un Peugeot 505 dorado. Al menos uno de ellos
no tena permiso de circulacin.
A las 9.45 de la maana el fiscal a cargo del operativo se habra retirado
impartiendo la siguiente directiva recogida en el acta: Se secuestraron todos
los aparatos celulares y dinero en efectivo, en tanto que los estupefacientes
secuestrados y las armas de fuego se le anoticie de la existencia de los mismos
en la presente diligencia judicial al Sr. Agente Fiscal en turno de la
jurisdiccin. Es decir, habra secuestrado el dinero y los celulares y dejado la
droga y las armas.
A las 11.37, los agentes se habran comunicaron con el fiscal de turno de la
jurisdiccin quien, como consta en el acta, no asumi la carga de la droga por
considerarlo improcedente: Interiorizado del resultado de la diligencia
judicial, dispuso que tomara intervencin nicamente por las armas habidas
en la casa, no as de los estupefacientes, disponiendo adems la aprehensin
del ciudadano Esteban en orden al delito de Tenencia ilegal de arma de guerra
y encubrimiento.
Es decir, aquella maana se habran encontraron en el domicilio cocana,
marihuana, armas de guerra con la numeracin suprimida y sin licencia de
tenencia y ms de 50.000 pesos, pero aqu, que segn la hiptesis de fiscala y
polica era el centro de distribucin a las otras viviendas, al parecer no hubo
detenidos. Esteban fue notificado de una infraccin a la ley por delito de
Tenencia ilegal de arma de guerra y encubrimiento. Tampoco se comprende
por qu no es este fiscal el que lleva la causa, sino que sta pas a ser instruida
por una compaera suya.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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Convencido de la imposibilidad de avanzar con su investigacin y con la
certeza de la existencia de irregularidades durante el procedimiento, el
licenciado Odetti present una apelacin para solicitar la incompetencia de la
fiscala para continuar con la investigacin: Ha llegado al conocimiento de
este defensor que en el domicilio de la jurisdiccin de la localidad en
cuestin-, domicilio del actual imputado Esteban, durante el procedimiento de
su morada ha habido una larga y fructuosa negociacin entre el imputado, los
policas a cargo del procedimiento con presencia del fiscal y su secretario, que
dio como resultado el pago de una suma de dinero en orden a los treinta mil
pesos ($30.000) a los fines de aliviar la carga procesal de Esteban.
En el mismo documento, la defensa plasma los resultados de su investigacin.
Segn sta, existan la Hylux blanca y Samir, que junto con Esteban recorra
la villa investigada en su labor de recoleccin de residuos, ya que ambos
trabajaban para una empresa que realizaba esta tarea. El da del allanamiento,
Odetti asegura que habran existido comunicaciones va Netxtel para
conseguir y llevar los 30.000 pesos al domicilio. En ellas se habra usado el
telfono Nextel de Esteban. A las 11.37, Samir habra llegado en la Hylux con
los 30.000 pesos repartidos en varias bolsas comunitarias. La misma hora a la
que se llam al fiscal de la jurisdiccin.
A fin de obtener avances en la investigacin el letrado solicit una serie de
pruebas a la fiscala. Asegura que todas fueron denegadas. Tampoco tuvo
suerte con su apelacin. Entre otras cosas, peda la informacin de los
telfonos Nextel que se usaron en la vivienda de Esteban y la citacin a
declarar de los testigos y policas del procedimiento. Tambin solicit que se
pidiera a la empresa de recoleccin de residuos la identificacin del contador
que dio salida a los 30.000 pesos y la confirmacin de que Samir trabajaba all
y de que era propietaria de la Hylux. Por otra parte, fue imposible encontrar a
otros testigos del procedimiento, que deban ser ubicados precisamente por los
policas denunciados.
Respecto a los narcticos, la hiptesis fiscal y policial sealaba que en la villa
investigada se comercializaba cocana en sobres o envoltorios, pero parte de
los secuestros en la villa fueron tizas. Por esa razn Odetti solicit la
comparativa entre el material incautado a compradores previos que sealaron
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
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a los acusados y las tizas, o entre los primeros y los envoltorios secuestrados
junto con las tizas en las viviendas: De no corresponderse mutuamente, bien
podra haber sido el secuestro en casa de mis asistidos plantado por personal
policial tal lo denunciado y los secuestros a los previos, si es que realmente
existieron estos previos, podran haber sido adquiridos en otro lugar, asegura
en su apelacin. La defensa tambin solicit la comparativa entre los cilindros
secuestrados en el de sus asistidos y en el domicilio de Esteban, y la
comparecencia de los testigos de la requisa de los supuestos compradores
previos.
Nada de eso habra sido examinado. Recientemente, el juez que instruye el
caso aprob la pericia de los telfonos que se secuestraron en la casa de
Esteban. Poco despus, la fiscala habra separado la causa de Esteban y la de
del resto de acusados. Al tratarse de causas distintas, el abogado no puede
insistir en la solicitud de las pruebas. Hoy, los ocho acusados de la villa
investigada estn en libertad y la causa de Esteban sigue activa.
Alba Prez Rojo. Territorio Narco.
37
EL NARCO EN LA VILLA DESDE DENTRO. LOS TRANSAS
CUENTAN SU HISTORIA.
Luis-El Paraguayo me daba la marihuana en el living de su casa, dentro de un bolso
grande que yo luego le devolva con la plata. Sala de all con el bolso lleno y entregaba
casa por casa.
Periodista-Caminabas tranquilo con todo lo que llevabas?
Luis-Yo saba cundo iban a hacer un allanamiento. Haba un comisario que trabajaba con
l, me lo dijo el Paraguayo.
Con el rostro parcialmente oculto detrs de una gorra, mastica cada palabra
antes de dejarla salir abruptamente por la diminuta abertura que le concede a
sus labios para hablar. Su fuerte no es la oratoria, Luis es un hombre de
accin. Su escuela fue la calle, lo asevera una tez con la que el Sol parece
haberse cebado a lo largo de los aos. Hoy, con cuarentaytantos, est sentado
sobre el pupitre en una de las aulas de la Unidad 46 del Complejo
Penitenciario Conurbano Bonaerense Norte, en Jos Len Surez, donde
cumple condena bajo el cargo de tenencia de estupefacientes con fines
comerciales.
Vistas generales de la Unidad 47 del Complejo Penitenciario Conurbano Bonaerense Norte
Jos Len Surez-, idntica a la Unidad 46.
Es uno de los participantes de los talleres de Justicia Restaurativa que imparte
la Asociacin Civil Nuevo Concepto Penal en el complejo. En ellos, por
primera vez en Argentina, transas y familiares de adictos se sientan cara a cara
amparados en un nico concepto: Ubuntu. El trmino, de origen africano, no
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tiene traduccin literal en las lenguas occidentales. Significa percibir la
humanidad propia y ajena y reconocer el valor humano del otro: Si te hago
mal a ti, me hago mal a m mismo y a nuestra comunidad. Es el concepto en el
que se sostuvo la Comisin de la Verdad y Reconciliacin en Sudfrica tras el
fin del Apartheid.
Transas presos en su participacin en los talleres de
Justicia Restaurativa.
Escuela del Penal 46.
Los talleres son un lugar de reflexin donde las vctimas -miembros de las Madres del Paco- y los victimarios presos que cumplen condena por narcotrfico en la Unidad 46- se encuentran para revertir el dao ocasionado.
Inevitablemente se termina reparando y reconstruyendo el vnculo con el otro
y con uno mismo. Para posibilitar el dilogo, intervienen diversos actores:
abogados, mediadores, psiclogos, socilogos. Son Palabras de Agustina Kisielnicki, vicepresidenta de la asociacin, que lleva 7 aos abajando en las
unidades 41, 46, 47 y 48 del complejo penitenciario.
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Alicia Romero, portavoz de las Madres del Paco, form parte de los talleres y dio los
diplomas a los transas participantes al final del mismo. Junto a ella, Damin Odetti y
Agustina Kisielnick.
Luis es un hombre paciente, escucha con atencin los testimonios de sus
compaeros de taller durante dos horas y media antes de soltar su propia
bomba. Su historia deja al descubierto cmo se teje el entramado narco en la
villa. Aunque empez robando, pronto renunci a esos botines para calzarse
otros, los del que se perfilaba como equipo ganador, capitaneado por alguien a
quien l llama el Paraguayo y cuya identidad prefiere preservar.
Oriundo del pas vecino, el nmero 1 regentaba un depsito de gas a dos
cuadras de Santa Rita. Luis asegura que hasta all llegaban camiones cargados
de marihuana desde Paraguay. Una furgoneta, decenas de garrafas y cuatro
barrios por cubrir, entre ellos Santa Rita, el Bajo Flores y Martnez. Imposible
armar una tapadera mejor.
Pero dos manos no eran suficientes para cubrir semejante territorio. Luis, que
conoca al distribuidor desde haca tiempo, pronto se convirti en uno de sus
hombres de confianza: el distribuidor lo invitaba a comer, iban juntos a la
canchay le daba mensualmente una bolsa con 20kilos de marihuana para que la repartiera entre un listado de 30 personas de su barrio, Santa Rita.
Luis asegura que haba otros cuatro o cinco distribuidores que cumplan su
misma funcin en los cuatro barrios en los que operaba su jefe. Haciendo un
clculo sencillo, de 150 a 180 minoristas estaban vinculadas con el Paraguayo.
Cada uno de estos transas organizaba su propio kiosko: una esquina, l con su
cargamento de bagullos marihuana envuelta en papel glac con forma y tamao similar a un caramelo comn- y sus dos o tres custodios armados.
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Suponiendo que hubiera cinco distribuidores y no seis-, y dos custodios por cada minorista y no tres-, suman 450 personas. Venta asegurada y territorio vigilado. As extiende sus tentculos el narco.
El hecho de que el Paraguayo no organizara ni pagara a estos kioskos por
trabajar para l es fundamental. De esta forma, aunque cada uno de ellos en
ltima instancia deba responder ante el distribuidor central como corresponde
en el mundo narco, con las cuentas claras, no manejar personalmente a los
soldados implicaba que para la ley stos eran minoristas, lo que ante la
eventual detencin de alguno de ellos evitara al distribuidor central rendir
cuentas ante la ley por el agravante de dirigir una organizacin. Lo terminaron
atrapando haciendo su propio reparto.
Para Luis todo se termin la madrugada que un fiscal y cuatro agentes
entraron en su casa. l jura que solo venda marihuana pero reconoce que
tena dos bolsitas de cocana en el bolsillo de su pantaln para consumir.
Durante el allanamiento, asegura que aparecieron 16 bolsitas de cocana en su
casa.
Luis, transa participante en los talleres.
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Yo introduje la coca peruana en Villa Korea. Lo dice as, sin pelos en la lengua, de la misma forma que asegura que va a declararse culpable en su
prximo juicio.
Es descarada, de mirada valiente atravesada por una tristeza profunda, labios
carnosos y curvas generosas. Natalia, cuya figura contundente aparece apenas
contenida por una angosta musculosa y unos panties ajustados, permanece
recostada en su silla durante toda la charla. Pas ms de la mitad de su vida
vendiendo cocana: tiene 33 y empez de adolescente. Lleva a sus espaldas
ocho allanamientos, dos causas judiciales, y tres hijas y un hermano menor a
los que sacar adelante.
El negocio le viene de familia, su pap y su hermano mayor vendan droga.
Cuando tena 13 aos la venta de narcticos como forma de vida estaba
normalizada en su casa. Al irse su padre, ella qued a cargo de sus hermanos
pequeos. Para sacarlos adelante hizo lo que saba, lo que su padre le haba
enseado: vender droga. Despus, con su marido preso y tres hijas a cargo,
sigui apostando por, como ella lo llama, la plata fcil.
Por una suerte de pirueta karmtica, su hermano menor -28-, su ojo derecho,
est atrapado en la espiral de su propia adiccin desde que ella cay presa.
Natalia concibe el destino de su hermano como un castigo divino hacia ella y
sucede lo imposible cuando evoca la esculida figura que lo sostiene hoy: se
quiebra. l me dijo yo te necesito. Siempre lo mantuve, es un hijo mo.
Periodista-Qu piensas al ver a tu hermano as y recordar que t hacas lo que
alguien le hace a tu hermano?
Natalia-Me causa dolor, bronca. A la Natalia de antes le dan ganas de salir a
matar a esa persona.
Periodista-Nunca pensaste que los hijos de otras madres eran como tu
hermano?
Natalia-Me doy cuenta ahora. En la calle solo pensaba en mis hijas, en tener lo
de ellas.
Periodista-Y tus hijas, consumieron alguna vez?
Natalia-No.
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Periodista-Si las vieras consumir?
Natalia-Me muero.
Uno le cree cuando dice que podra matar a la persona que le vende droga a su
hermano. Tambin se puede ver en su mirada la devocin que profesa a su
familia. Curtida por la adversidad, ni se lamenta, ni se victimiza, ni se permite
concesiones. Es la primera vez que protagoniza un quiebre en pblico desde
que pis la crcel. Mujer pragmtica, sabe que entre la sordidez que se filtra
por las ventanas de las celdas de la 46 sorteando remeras y ropa interior a
medio secar no hay lugar para los dbiles. Es una sordidez que parece
encarnarse en un olor espeso, un dulce sudor amargo, sucio, adictivo, que lo
impregna todo y define por s mismo la esencia de la vida en la Unidad.
Aunque en una de sus causas la fiscala la vincula con los Soria la familia de los Gardelitos, uno de los dos grupos narco protagonistas de la batalla
territorial ms cruenta que ha enfrentado Villa Korea-. Si esto fuera cierto, su
situacin legal se vera ms comprometida por pertenencia a una organizacin
narcocriminal. Ella lo niega y asegura haber dirigido sola su propio negocio:
Compraba panes o ladrillos de 1.70kg. Nunca la adulter, tal como me la daban la pesaba y la fraccionaba. Siempre me manej con cinco personas que
conoca a travs de mi hermano y que me compraban para vender en otros
barrios.
Natalia compraba cocana pura de la mejor calidad una vez al mes a una
peruana del Bajo Flores. En su momento de esplendor, durante la poca del 1 a
1, su ganancia mensual era de 40.000 pesos; a 5000 pesos los 100gr. Asegura
que la ofuscacin de la fiscala por atraparla fue tal que llegaron a
implementar un sistema de cmaras apuntndole la nuca: Eso te llega a perturbar la mente, no poda ni llevar a mis hijas al colegio. En plena poca de
los secuestros se me cruzaban autos y no saba si venan a secuestrarme o eran
policas. Lleg un momento en que la obsesin la persegua incluso cuando no llevaba nada encima.
La morocha sostiene su guerra particular con fiscala y polica. O ellos con
ella. Su versin es contundente: En varios de los allanamientos que me hizo la polica, me peda plata. Nunca les di nada. Siempre pens, si alguna vez me
agarran, voy a pagar por lo que tengo, pero darles plata no, porque les das una
vez y despus te agarran cada dos semanas y si no les das A los que arreglaban con ellos no les caa la polica.
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No titubea. No busca excusas. Reconoce que esta vez cay presa porque en el
ltimo allanamiento que le hicieron tena cocana en casa, pero lo repite hasta
la saciedad: Antes me haban allanado siete veces y me ponan cocana-. No es la nica irregularidad de la que asegura ser vctima: En el ltimo allanamiento haba, ponele, 2.4kilos en casa, aparecieron 2. De la plata, figura
la mitad de la que se secuestr, ponele que haba 50.000 pesos, faltaron
25.000. En otro allanamiento se llevaron electrodomsticos, el aparato para
medir la presin de mi padre y hasta las ollas. Sabs lo que me quiso
devolver el fiscal? Las balanzas y las bolsitas para fraccionar! De lo otro,
nada. El final de la frase se difumina entre su propia risa y la carcajada de sus compaeros.
Natalia, transa partipante en los talleres. Tercera por la izquierda, junto a los oficiales.
En la Navidad de 2012, esposada y sentada en la vereda frente a su casa de
Virrey del Pino, en La Matanza, Mara presenciaba cmo la polica registraba
su hogar. Desde haca unas semanas, vea rondar un auto blanco desconocido
en las inmediaciones. Pregunt a sus vecinos, nadie lo haba visto antes, pero
decidi seguir con su negocio. Unos minutos antes de que los agentes
irrumpieran en su casa, un nene, amigo de su hija, lleg corriendo para
advertirle que la polica estaba en la esquina. Tampoco eso la alert, haba
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vendido casi toda su mercadera un mes antes. Solo tena 12 bagullos de
marihuana que haba guardado para consumir en las fiestas.
Ca por 25gramos. Ese da haba un pibe, iba vestido de pibito chorro. Se puso a fumar con los otros en la esquina y estuvo averiguando Fue a mi casa y me compr. Era de la polica, cuando lo vi con ellos me quera morir. Result que la polica la vena siguiendo. Debi haber hecho caso a su instinto
ante los paseos de aquel auto misterioso. Tenan fotos de ella vendiendo
marihuana, lo que en el argot se conoce como pasamanos.
Sus das de transa duraron menos de un ao. Fue efmero, pero lo disfrut
mientas dur. Con casi cincuenta aos y despus de trabajar toda la vida para
sacar adelante a sus hijos sola, se dio cuenta de que varios amigos vendan
marihuana impunemente y un da se dijo: Si ellos pueden, por qu yo no?. Dicho y hecho, contact con un amigo que suministraba el narctico en el
barrio y de la noche a la maana su hogar se convirti en un prspero kiosko
donde los bagullos se vendan como caramelos.
A partir de entonces, las zapatillas de marca, celulares y otros chiches para
sus hijos no volvieron a faltar en casa. Venan autos, camionetas hasta colectivos. Yo viva detrs de una cancha, en lo alto. Haba una casa delante de
la ma, para llegar tenan que saltar una zanja y entrar por un pasillo. Me
empec a sentir muy cmoda con la cantidad de gente que vena. Su tono jocoso envuelve a la historia de un halo fellinesco. Mientras habla, a uno se le
viene la cabeza la escena del desfile final de su filme 8. Pero la hilera de
adictos que aguardaban frente a la puerta de Mara poco tenan que ver con
Mastroianni o la Cardinale.
Para abastecer al amargo desfile Mara se levantaba temprano cada maana y
preparaba los 130 bagullos que venda por da y que le reportaban una
ganancia de 1300 pesos: Armaba bagullos, bolsitas que ataba como el caramelo Media Hora, y arrancaba a vender a las 10.30 hasta las 11 de la
noche. Casi siempre lo haca a travs de la ventana de su casa, pero cuando haba que poner el cuerpo en la calle tampoco dudaba. No disimulaba nada, nada, nada, reconoce, haciendo hincapi en cada nada.
Casi parecera que para Mara todo esto es un juego, como si no se diera
cuenta de lo complicado de su situacin. Tal vez sea un mecanismo de
supervivencia. De forma inesperada, y sin perder la sonrisa, suelta su propio
dardazo: La polica quiso arreglar conmigo, pero yo les dije que no arreglaba
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con ellos, porque despus te mandan a otro, y cuando se cansas te revientan el
lugar y te cagan igual. Durante mi allanamiento, se llevaron una cmara de
fotos, dos celulares de mis hijos, una pava elctrica y hasta la alcanca donde
estaba ahorrando para mi hija Todo, todo se llevaron.
Mara, transa participante en los talleres.
Mara recoge su diploma tras la realizacin del taller.
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Un atisbo de seseo y una marcada delgadez la delatan. Las secuelas fsicas no
son la nica factura que est pagando Silvana -36- por su adiccin a la
cocana. Hoy convive con otras tres reclusas en una celda de 5x3. Y la sac
barata. Sin poder adquisitivo para aplacar el ansia del sndrome de abstinencia,
cuando ste la asediaba deambulaba por los solares de su barrio, San
Fernando, en busca de algn consumidor inseguro ante la perspectiva de
meterse en los pasillos del barrio.
A veces venan de otros lugares a comprar y no se animaban a entrar o no les vendan porque no los conocan. Les haca el favor de comprarles y rescataba
para consumir yo. Silvana representa el eslabn ms vulnerable de la siniestra maquinaria del narcotrfico, el del transa adicto, el que se expone y
vende droga a cambio de su propia dosis. Son la primera lnea de combate,
sacrificios necesarios para que la siniestra rueca del narco siga girando,
carnada para lo que en el argot jurdico se conoce como Previo, que consiste en una o varias personas que van a comprar droga a un supuesto transa y en
base a esa prueba se hace una requisa en la calle con dos testigos. En general
no hay prueba, es suficiente con la palabra de la polica.
Silvana no tiene claro cul fue el desencadenante que la llev a prisin y
asegura no haber visto ninguna foto ni otra prueba incriminatoria en su contra:
En el juicio me dijeron que haba un pibe de otro barrio que fue el testigo que me acus, que lo agarraron en un campo, a dos cuadras de donde estaba yo, y
dijo que yo haba sido quien le haba vendido.
Silvana, en el momento de recoger su diploma al cierre del taller.
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Celda sita en el pabelln 5 de la Unidad 46, de iguales caractersticas a la de Silvana y el
resto de participantes del taller.
Transas egresados del taller de Justicia Restaurativa.
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Entrevista a Damin Odetti, Abogado Penal y Presidente de la Asociacin
Civil Nuevo Concepto Penal. Especialista en delitos vinculados con el
trfico de estupefacientes. 27/02/2015. Provincia de Buenos Aires.
Periodista (P)-Cuntas causas por corrupcin policial ha tenido en sus manos
en su carrera?
Odetti (O)-He llevado ms de treinta causas por corrupcin.
P-Cuntos casos de condena a policas, fiscales y jueces ha visto? Cmo
suelen terminar estos procedimientos?
O-Ninguna an. En general se archivan todas las denuncias o se cajonean.
P-Podra establecer un modus operandi de cmo operaran supuestamente los
agentes de las fuerzas de seguridad vinculados con el narco a travs de la
corrupcin?
O-Supuestamente la comisara de la zona recibe un canon semanal, la cantidad
depende el barrio, va desde 50.000 a 100.000, pero en realidad la torta se
reparte hacia arriba. Los pedidos de allanamientos que hacen algunos fiscales
a jueces se hacen en la fecha en que est de guardia algn juez particular que
sea corrupto. La cosa es fcil. Se arma una causa contra alguien que puede ser
un dealer, un inocente o un consumidor. Los grandes nunca caen, a menos que
haya un ajuste de cuentas por medio. Plantar droga en un allanamiento es lo
ms fcil que hay, por eso he pedido varias veces que a los allanamientos vaya
un juez y haya perros anti drogas para que revisen a los policas antes de
entrar al domicilio, cosa que me negaron siempre.
P-Entonces, tanto por la parte narco como por la policial la jerarqua sera
intocable?
O-Supuestamente, el ltimo que arregla con la plata es el que se salva y queda
el que no arregla. La cadena ira para abajo desde los fiscales y la polica y los
narcotraficantes. Y siempre tiene que haber un gil, con un trabajo de
inteligencia si se quiere detrs, a travs del que se elige a una persona en
especial. Se le acercan, lo instruyen, le sacan fotos y hacen que sea este el que
se queda. Solamente l es encarcelado y en l se acota la investigacin. Esto es
lo que yo he visto muchas veces.
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P-Cuando se detiene a un transa, alguien de la parte baja de la cadena, la
investigacin suele prosperar?
O- Llevo muchas causas donde veo esto: se inicia una investigacin y se
agarra a un tipo pero, qu pasa con el resto? Como resultado de la
investigacin se produce una detencin, hay alguien en la crcel y por lo tanto
se puede argumentar que el sistema policial y judicial funciona... pero ah se
corta la cadena. En Argentina funciona la Ley del Arrepentido, que dice que si
vos colabors con la justicia y eso da frutos, ya sea la detencin de una o ms
personas o el secuestro de drogas, tu pena es modificada por el juez e incluso
puede extinguirse. Eso no ocurre.
P-Cmo funcionara una supuesta proteccin de las fuerzas de seguridad a los narcos que colaboran y el castigo a los que no?
O-Depende de la zona y la habilidad del agente. Algunos solo recibiran plata
para dejar vender. Otros cobraran ms por proteccin (avisan cuando hay
allanamientos o cuidan con patrulleros o de civil que los pibes chorros no les
roben a los narcos o a los que van a comprar droga (clientes consumidores).
Los que supuestamente estn metidos a fondo les daran a los narcos la droga
que secuestran en otros operativos.
P-Cmo sera una supuesta relacin entre la fiscala y la polica en los casos
de corrupcin por narcotrfico?
O-Los fiscales trabajaran para la polica, y no al revs. Quien manejara el
poder es la polica, los fiscales solo colaboraran. Si un polica le dice al fiscal
met preso a tal o cual persona y el juez no hace lugar, se ensaan hasta meterlo preso. Tengo imputados que dan nombre, apellido y domicilio de los
narcos y la fiscala se hace la distrada. En una de mis causas est certificado
por la empresa telefnica que mientras el imputado estaba en la fiscala, y
detenido, desde la noche anterior, se comunicaba desde su celular con alguien
para traer dinero a cambio de su libertad. En la misma causa, al juez no le
gust no le gust esta prueba y otras que consistan en que una testigo,
personal domstico de una familia narco, relataba cmo era la manera de
operar.
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P-Cmo operaran los grandes grupos narco en las villas?
O-En Buenos Aires, ciudad y provincia, son pocos los grupos grandes que
realizan toda la cadena que voy a describir. En general, est el capo, que tiene
nexo con el importador. El capo le entrega la droga al mayorista, que luego lo
distribuye entre otros mayoristas menores. stos ltimos se la venden al
minorista, que es quien se la vende al consumidor. El capo y el importador
tienen vnculos polticos. Los policas corruptos tienen vnculos con los
mayoristas menores, minoristas y consumidores: al consumidor lo agarran
cuando compra.
P-Hay narco organizaciones en Argentina como en Mxico?
O-Lo ms pareciedo que hay es en Rosario, pero son muy pocas. Incluso lo de
Mameluco Villalba u otros importadores o distribuidores pesados es
narcomenudeo.
P-En base a su experiencia profesional, hacia dnde cree que va Argentina?
Cree que la corrupcin puede llevarla a una situacin como la de Mxico,
donde en estados como Sinaloa, Guerrero o Tijuana el Estado ya no tiene
injerencia?
O-No, no lo creo. En la Argentina hay otra idiosincrasia en la poblacin. Creo
que solo se va a proliferar en esta modalidad pero no creo que el Estado pierda
el control absoluto. A lo sumo en algunas provincias, pero la gente denuncia
ms y los medios de comunicacin tiene mucha influencia. Solo va a haber
ms chicos en la crcel y listo.
P-Le han amenazado, tiene miedo, siente que est solo o se siente respaldado
por colegas y el Estado?
O-Amenazas pocas para lo que debera, lo que pasa es que no me meto con los
narcos, solo con el poder judicial y policial, y ellos no se animan. En el trabajo
que hacemos con la fundacin no nos metemos tampoco con los narcos, solo
buscamos reencauzar a los mayoristas menores y minoristas. Respecto a
sentirme solo, no es que me sienta, es que lo estoy, ya que los abogados o bien
quieren plata o bien tienen mied