Tesis 2008 PDF Humor Gráfico Político

  • Upload
    eloisa

  • View
    249

  • Download
    11

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Humor gráfico

Citation preview

  • Director.Marcelo Belinche

    Codirectora.Mara Elena Sanucci.

    Fecha de presentacin.Septiembre 2008

    Programa de investigacin en el cual se enmarca.Comunicacin y Poltica

    Autoras:Mara Agustina Aiello

    Legajo: 12062/4Domicilio: 503 n 2639. GonnetTelfono: 484-2061 celular: 154191472e-mail: [email protected] de la facultad en que curs la carrera: 44 entre 8 y 9

    Ana Soledad VarottoLegajo: 12549/4Domicilio: 465 n 2771. City BellTelfono: 472-1921 celular: 155418818e-mail: [email protected] de la facultad en que curs la carrera: 44 entre 8 y 9

    El humor grfico poltico ysus modos de construccindesde una mirada crtica

  • ABSTRACT.

    El presente trabajo pretende indagar las estrategias discursivas del humor, basndose en los cuadros humorsticos publicados en los diarios Clarn por Fontanarrosa, La Nacin por Nik y Pgina 12 por Paz y Rudy, durante la transicin de los cinco presidentes que tuvo lugar en la Argentina entre el mes de diciembre del 2001 y enero 2002. A partir de la estrecha relacin existente entre los cuadros humorsticos y el entramado con-texto socio-poltico en que se construyeron y divulgaron, desde una perspectiva cultural y semitica, se realiz un anlisis crtico de los mismos. Es decir, se estudi cmo cada humorista construy el men-saje poltico desde el lenguaje del humor y de qu herramientas discursivas se vali para lograrlo. Para lograr este objetivo fue necesario recurrir a presupuestos tericos tanto de la corriente de los Estudios Culturales, como del Anlisis Crtico del Discurso (ACD), de la Teora de la Discursivi-dad Social y de la Teora de la imagen, y, a lo largo de la produccin de este trabajo de investigacin, com-probamos cmo tales presupuestos se materializaban en nuestro corpus. De esta manera, realiza-mos una divisin en ejes que consideramos recurrentes y los investigamos a la luz de los lineamientos tericos mencionados.

  • NDICE.

    INTRODUCCIN

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    1. Hacia una caracterizacin del humor1. 1. El humor en la historia

    1.1.1. Trayectoria del trmino a travs del tiempo. Sucesivas acepciones.1.1.2. Esbozo del desarrollo histrico del humor a nivel mundial

    1. 2. El humor y su conceptualizacin 1.2.1. Qu es el humor?1.2.2. Deslinde de trminos:

    1.2.2.1. El humorismo y la comicidad1.2.2.2. La risa

    2. El humor poltico2.1. Humor poltico grfico2.2. El humor poltico grfico y la mirada crtica2.3. El humor poltico grfico y sus modos de incidencia a travs de sus soportes

    2.3.1 Soporte grfico2.3.2 Soporte televisivo2.3.3 Soporte radial2.3.4 Soporte multimedia

    3. El humor poltico grfico en la Argentina: una mirada a travs del tiempo

    3.1. La importancia de los antecedentes3.2 El Mosquito3.3 Don Quijote3.4 Caras y Caretas3.5 Patoruz y Rico Tipo 3.6 Ta Vicente y Mafalda3.7 Otras publicaciones3.8 Consideraciones finales

    4. Los gneros del humor poltico actual4.1 El chiste 4.2 El chiste grfico4.3 La historieta

    5. Recursos, estilos y tcnicas del humor 5.1 Irona5.2 Stira5.3 Caricatura5.4 Parodia 5.5 Fotomontaje

  • 6. La exigencia de la contextualizacin. El marco social, histrico y poltico del perodo analizado como disparador humorstico.

    6.1 El corralito6.2 El cacerolazo6.3 Caos poltico, econmico y social6.4 Sucesin de presidentes

    SEGUNDA PARTE | Marco terico conceptual

    7. Herramientas terico conceptuales7.1 Acercamiento al concepto de discurso7.1.1 El discurso escrito7.2 Acercamiento al concepto de comunicacin 7.3 Acercamiento al concepto de crtica

    8. Metodologas y tcnicas8.1 Anlisis crtico del discurso8.2 Teora de la Discursividad Social8.3 Teora de la imagen 8.4 La entrevista

    TERCERA PARTE | Aplicacin de las metodologas y tcnicas en el anlisis

    9. El humor poltico actual y la mirada crtica en la semana de los cinco presidentes a travs de cuatro humoristas La Nacin, Clarn y Pgina 12

    9.1. Nick y la foto que habla: gneros textuales, temas, dispositivos y estrate-gias: lo verbal y lo icnico, centralizacin de la crtica.

    9.1.1 Eje corralito9.1.2 Eje cacerolazo9.1.3 Eje sucesin de presidentes9.1.4 Eje realidad social, poltica y econmica

    9.2 Conclusiones parciales9.3. Fontanarrosa: gneros textuales, temas, dispositivos y estrategias: lo verbal y lo icnico, centralizacin de la crtica.

    9.3.1 Eje corralito9.3.2 Eje cacerolazo9.3.3 Eje sucesin de presidentes9.3.4 Eje realidad social, poltica y econmica

    9.4 Conclusiones parciales9.5. Paz y Rudy: gneros textuales, temas, dispositivos y estrategias: lo verbal y lo icnico, centralizacin de la crtica.

    9.5.1 Eje corralito9.5.2 Eje cacerolazo9.5.3 Eje sucesin de presidentes9.5.4 Eje realidad social, poltica y econmica

    9.6 Conclusiones parciales

  • CONCLUSIONES FINALESANEXO

    10. Biografa de los humoristas10.1 Cristian Dzwonik (Nik)10.2 Roberto Fontanarrosa10.3 Daniel Paz10.4 Marcelo Rudaeff (Rudy)

    11. El humor poltico grfico desde sus autores11.1 Cristian Dzwonik (Nik). Entrevista realizada por las tesistas.11.2 Roberto Fontanarrosa11.3 Daniel Paz11.4 Marcelo Rudaeff (Rudy). Entrevista realizada por las tesistas.

    12. Sobre el humor poltico

    BIBLIOGRAFA

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 6

    INTRODUCCIN

    INTRODUCCIN.

    En este trabajo pretendemos analizar la construccin del humor en los diarios Clarn, La Nacin

    y Pgina 12 realizados por los humoristas Fontanarrosa, Nik y Paz y Rudy, respectivamente, durante un

    perodo histrico estrechamente ligado con lo poltico y signado por el caos institucional.

    La eleccin de los peridicos responde a dos motivos: por ser los de mayor tirada a nivel nacio-

    nal, y por representar diversas lneas editoriales, visiones ideolgicas y posiciones polticas, las cuales

    permiten reflejar las diferentes maneras de materializar la realidad a travs de las particulares formas

    de construccin de sentido.

    Intentaremos, pues, desde una perspectiva cultural y semitica, realizar una lectura crtica del

    contexto mencionado a partir de los cuadros humorsticos. Es decir, deberemos indagar cmo cada

    humorista construye el mensaje poltico desde el lenguaje del humor y de qu herramientas discursivas

    se vale para lograrlo.

    Al mismo tiempo, analizaremos las caractersticas y la funcin del humor en los cuadros humo-

    rsticos ya que consideramos que hay estrecha relacin entre los chistes y el entramado del contexto

    socio-poltico en que se construyeron y divulgaron. En este sentido, el espacio que los peridicos le

    otorgan al humor sirve como un recurso periodstico eficaz para reflejar, implcita o explcitamente, a

    travs de la irona, parodia, stira, chiste y fotomontaje la realidad de un pas.

    Consideramos que el humor responde a los principios del placer y la justicia: por un lado ayuda

    a mejorar la salud psquica y a restablecer el buen nimo y por otro, sirve para denunciar las desigual-

    dades en la sociedad. As, los humoristas dicen lo que muchos pretenden expresar pero no saben cmo

    o tienen miedo de hacerlo.

    Teniendo en cuenta el rol fundamental que ha adquirido el humor como herramienta de crtica

    poltica en los ltimos tiempos, nos parece relevante analizar su desarrollo en un momento de crisis que

    afect tanto al mbito poltico y econmico como social. Quizs el descreimiento, la desilusin y la des-

    confianza de la sociedad hacia la clase dirigente, han contribuido a que la ciudadana encauce su foco

    de inters hacia el humor como otra manera de analizar la realidad. En consecuencia, este dispositivo

    ha adquirido un importante poder de persuasin, capaz de incidir en la imagen pblica de los sucesivos

    actores polticos y gobernantes de nuestro pas.

    El recorte temporal seleccionado, que se extiende desde el 10 de diciembre de 2001 hasta el 10

    de enero de 2002, perodo en el que la Argentina tuvo una sucesin de cinco presidentes, constituye una

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 7

    INTRODUCCIN

    bisagra en la vida poltica del pas y un hecho indito no solo a nivel nacional, sino tambin mundial.

    A modo de referencia, sintetizamos cmo se fueron produciendo los hechos: el 20 de diciem-

    bre de 2001 renunci Fernando De la Ra, al cual lo sucedi por dos das, como presidente interino,

    Ramn Puerta, en su carcter de Presidente Provisional del Senado, ya que tras la renuncia de Carlos

    lvarez, el puesto de vicepresidente estaba vacante. El 23 de diciembre la Asamblea Legislativa desig-

    n a Adolfo Rodrguez Sa, hasta ese momento gobernador de San Luis. Pero ste renunci el 31 de

    diciembre, luego de que los gobernadores le retiraran el apoyo. Entonces, Eduardo Camao, titular de

    la Cmara de Diputados, asumi la presidencia interinamente. Finalmente, el 1 de enero de 2002 la

    Asamblea eligi a Eduardo Duhalde, quien asumi la presidencia hasta diciembre de 2003.

    Tambin se hace necesario destacar la importancia de los medios de comunicacin debido a

    que poseen el poder de armar la agenda poltica y determinar qu hecho ser noticia. En este sentido,

    si bien el verdadero rol de los medios es garantizar la transparencia del poder poltico permitiendo ge-

    nerar un debate en la opinin pblica, es bien sabido, adems, que ellos tienen influencia indirecta en

    el pensamiento de la sociedad, por esto es fundamental conocer sus caractersticas generales.

    Durante el perodo histrico seleccionado, los cuadros humorsticos de los diarios elegidos para

    analizar jugaron un rol importante al constituirse como un canal privilegiado del discurso poltico, se

    convirtieron en los principales testigos de ese contexto signado por el conflicto poltico, econmico y

    social e interactuaron con las instituciones y la sociedad.

    Debido a tales razones, consideramos que indagar las estrategias discursivas de nuestro corpus

    durante el perodo mencionado es una manera de interpretar la situacin poltica, social, econmica y

    cultural del pas. De modo que esta tesis intenta, entre sus objetivos principales, dar respuestas a los

    diferentes interrogantes que pueden surgir cuando se habla de las estrategias discursivas del humor

    grfico en relacin con el perodo estudiado: desde el 10 de diciembre de 2001 cuando comenz

    a estallar la crisis- hasta el 10 de enero de 2002 con Duhalde en el poder luego de una sucesin de

    presidentes-.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 8

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    PRIMERA PARTE | EL DISCURSO HUMORSTICO.

    1. Hacia una caracterizacin del humor

    1. 1. El humor en la historia 1.1.1. Trayectoria del trmino a travs del tiempo. Sucesivas acepciones. El trmino latino humor significaba lquido, humedad. De ah adquiri un sentido ms espe-cializado como voz de la terminologa mdica y pas a designar los fluidos del cuerpo, los cuales se pensaba que determinaban el carcter de una persona. En la medicina griega, exista la teora de los cuatro humores del cuerpo: la bilis, la flema, la sangre y la bilis negra o atra bilis. La teora griega deca que las sustancias enumeradas regulaban el estado de nimo. Posteriormente volvi a evolucionar en su significado. El ingls Ben Jonson, a fines del siglo XVI, utiliz el trmino para definir la personalidad especfica de un extravagante innato, y aplic la teora de los humores a los personajes que actuaban en su comedia. El hecho de que fuese en Inglaterra donde el concepto de humor qued por primera vez vinculado a lo cmico, hizo que durante mucho tiempo el humor se considerara como una cualidad caracterstica del pueblo britnico. Sin embargo, la tendencia a mostrar las incoherencias de la sociedad y a burlarse de lo absurdo y ridculo se manifest desde los tiempo ms remotos en la literatura de todos los pases. Es importante destacar que no existe una nica explicacin de qu es el humor ya que cada sociedad, circunscripta a su idiosincrasia y al contexto histrico, defini un modo de verlo y compren-derlo. Muchas veces el humor suele confundirse con lo cmico, la irona, el chiste y la risa; sin embar-go, aunque representen elementos de un mismo conjunto, el humor es un fenmeno peculiar del que derivan los trminos mencionados. En definitiva, entendemos que ante todo el humor es una actitud humana, una respuesta del hombre a determinadas situaciones y un modo de ver y entender la vida misma. Es necesario explicar que existen diferentes tipos de humor, ya que intentan distintas formas de provocar la gracia. En este trabajo nos interesa indagar sobre el humor que se vincula con lo intelectual, que tiene que ver con el ingenio, el virtuosismo verbal, el chiste, la irona, la stira y, como ya hemos adelantado, abordaremos el humor en el campo de la poltica.

    1.1.2. Esbozo del desarrollo histrico del humor a nivel mundial

    En la antigedad encontramos los primeros esbozos del humor en la literatura, uno de los pre-cedentes del humorismo en las comedias surge con el escritor griego Aristfanes, que se burlaba de los polticos ms relevantes y de las figuras intelectuales de la Atenas del siglo V a.C. En la misma poca,

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 9

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    entre los romanos es posible encontrar numerosas composiciones satricas creadas por autores como Juvenal, Petronio y Apuleyo. En la edad media, el humorismo predominaba en muchas obras, como las farsas, iniciadas en Francia, las cuales constituyeron el precedente de la comedia moderna. El Libro del buen amor del Arcipreste de Hita fue, posiblemente, la primera obra humorstica en lengua espaola y ya en los inicios del renacimiento, el francs Franois Rabelais, se posicion como un clsico de la literatura del humor de carcter satrico. Los ideales renacentistas de armona y clasicismo no favorecieron al desarrollo del humor, al menos en la literatura considerada culta. En el siglo XVII, en la era barroca, se rompe con la concepcin renacentista del mundo, lo cual permiti que cobrara fuerza una visin desengaada de la vida y el humor se abri paso, incluso a tra-vs de gruesos trazos vinculado a lo caricaturesco. En este momento, se impuso una esttica en la que primaba la agudeza, que le daba lugar a lo cmico. En algunas obras de William Shakespeare y en el Don Quijote de Miguel de Cervantes, el humor se constitua como un valioso recurso. Asimismo, la novela picaresca espaola inaugur un tipo de narrativa de humor acre y escp-tico, sustentado en una fuerte crtica social funcional a los estamentos ms altos de la sociedad, que posteriormente influira en el humor de nuestros tiempos. En Inglaterra, a fines de este siglo, vari el concepto de humor, que depur su sentido y empez a ser considerado como una herramienta para evidenciar los aspectos ridculos e incoherentes de la vida co-tidiana. As se distingue de lo puramente cmico y burlesco, que buscaba solo la risa y era sobre todo una forma de denuncia de lo reprobable o grotesco. En este sentido, el humor se acentu como instrumento crtico y analtico de la sociedad. Tambin en la literatura britnica durante el siglo XVIII se desarroll un humor fuertemente satrico que ampli la tradicin picaresca hispana. En forma paralela, en Francia tuvo un gran auge el humor teido de irona, que acentuaba los aspectos ridculos de una situacin al expo-nerla de una manera seria. Este estilo fue reflejado en escritos de Montesquieu y Voltaire. Los antecedentes citados derivan en el humor moderno que durante el siglo XIX, en Alemania, lleg de la mano de Johann Paul Richter que formul una teora del humor como una forma romntica de lo cmico. En su concepcin metafsica del humor consideraba a ste como algo que no anulaba lo individual, sino lo finito en contraste con lo infinito, igualando todas las diferencias de este mundo. En el Reino Unido, Charles Dickens incorpor a la irona del humor una cuota de ternura y compasin, a la vez que en sus novelas apareca como instrumento de crtica. En la revista inglesa Punch, fundada en 1841 continu la tradicin del humor satrico, mientras que otros autores anglosajones como el estadounidense Mark Twain o el britnico George Bernard Shaw contribuyeron a la literatura humorstica. El humor contemporneo, de cualquier forma, ampli sus fronteras, abarcando tanto lo socio-lgico como lo histrico, trascendindolas y abarcando todas las manifestaciones de la actividad del hombre. En definitiva, el humor representa una forma de conocer la naturaleza del hombre que es, como seal el filsofo francs Henri Bergson, el nico animal que re.

    1. 2. El humor y su conceptualizacin

    1.2.1. Qu es el humor? Creemos necesario desarrollar el concepto y significado de la palabra humor a lo largo del tiem-

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 10

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    po, fundamentalmente porque es el eje alrededor del cual gira este trabajo. Tiempo atrs, el humor constituy un elemento de anlisis y debate entre escritores y filsofos, pero no pudo generar inters y atencin como objeto de investigacin entre los cientficos, tal vez esto se deba a era entendido nicamente como un instrumento de distraccin. Actualmente, es difcil establecer un concepto unvoco sobre el humor, ya que es un trmino que se utiliza en varios sentidos. Se trata, pues, de una particularidad de la condicin humana suma-mente dificultosa de precisar no slo en su concepto, sino en sus variedades. Uno de los usos vigentes de la palabra se refiere al estado de nimo de una persona, habitual o circunstancial, que la predispone a estar contenta y mostrarse amable, o por el contrario, a estar insatisfecha y mostrarse poco amable. Se trata de una actitud subjetiva de carcter general que tienen todos los seres humanos y de la que depende la reaccin de las personas ante los estmulos externos. En otra variante, el concepto del humor puede ser utilizado como sinnimo de buen humor o buen carcter. Sera el uso anteriormente descripto, pero siempre en sentido positivo. Lo que no ne-cesariamente implica ser una persona alegre. Al respecto, Fernando Sendra, uno de los referentes del humor poltico argentino, expres que:

    Uno puede estar contento y ser malo haciendo chistes. Y te pueden salir cosas creativas a nivel humorstico sin estar de nimo. El humor es una forma de expresin. No tiene que ver con decir algo divertido o alegre, sino por decirlo de una manera diferente. A veces por el absurdo, otras por la sorpresa, otras por hacerlo de modo ingenioso, se van recorriendo diferentes caminos.1

    Por otro lado, y en concordancia con la temtica a la que apunta este trabajo, el humor es entendido en relacin con las personas y con lo que dicen, escriben o dibujan, es decir, como cualidad consistente en descubrir o mostrar lo que hay de cmico o ridculo en las cosas o en las personas, con o sin maldad. En este sentido, tambin se lo entiende en su faceta positiva y como resultado de un acto intencional, en el que la persona tiene la intencin de ser cmica de una forma particular, enjuiciando y comentando con ingenio alguna situacin. Segn la filloga Ana Mara Vigara Tauste, Profesora Titular de Filologa espaola III, en la Universidad Complutense de Madrid es cmico todo aquello (personas, cosas, hechos, dichos...) que muestra capacidad de divertir o de excitar la risa, incluso si no tena intencin inicial de hacerlo2. La autora y docente hace referencia a las cosas que muestran tal capacidad, y no que simplemente la poseen, ya que en lo cmico se traslada la comicidad desde lo abstracto a la realidad. La autora utiliza el siguiente ejemplo: Puede haber comicidad en un resbaln inoportuno; pero un resbaln slo es cmico cuando ha ocurrido en unas circunstancias determinadas y provocado risa. En relacin con el concepto que expone Vigara Tauste, el humor tiene un efecto sorpresivo, porque se basa en el desconcierto, es decir que, cuando se supone que va a pasar algo, en realidad ocurre otra cosa y la gracia se produce por la aparicin sorpresiva de un orden inesperado. Se da una especie de violacin a la causalidad, una infraccin de las normas habituales debido a la percepcin brusca de conexiones inesperadas. Cuando se combinan los encuadres, se le pone a algo caractersticas de otro, provoca el choque y la risa. Este desconcierto en el receptor es un elemento fundamental en el anlisis de los cuadros hu-morsticos que interesan a los fines de este trabajo ya que tanto Fontanarrosa como Nik, Paz y Rudy, se valen constantemente de dicho recurso para lograr la comicidad. Para el crtico literario y semilogo Umberto Eco, la sorpresa es un elemento clave en la descripcin

    1 Sendra, Fernando. Tanta Risa. En: Revista Nueva. Domingo 14 de octubre de 2007, p. 16.2 Vigara Tauste, Ana Mara. Sobre el chiste, texto ldico. En: Espculo N 10. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid, 1994. http://www.ucm.es/info/especulo/numero10/chiste.html.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 11

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    del humor. Segn este autor, el asombro es fruto de las expectativas que crea una presuposicin, un adelanta-miento del desarrollo del discurso ya que operamos con la lgica que nos proporciona la cultura, en base a ella podemos predecir lo que ocurrir. Como consecuencia, el resultado es una sorpresa agradable: un chiste. Asimismo, el humor sirve para explorar aspectos no indagados, para entender, de un modo diferente, lo que pasa en el mundo. Miguel Mihura, fundador de las publicaciones humorsticas espa-olas La Ametralladora y La Codorniz, dice: El verdadero humor no se propone ensear o corregir, porque no es esta su misin. Lo nico que pretende el humor es que, por un instante, nos alejemos de nosotros mismos, nos alejemos de puntillas a unos veinte metros y demos una vuelta a nuestro alrededor, contemplndonos por un lado y por otro, por detrs y por delante, como ante los tres espejos de una sastrera, y descubramos en nosotros nuevos ngulos y perfiles, que no nos conocamos.3

    Por su parte, el humorista Santiago Varela, libretista de Tato Bores entre 1988 y 1993, concibe el humor como asociado con la stira y la irona que adquiere la forma final de un monlogo. Este es utilizado como una manera idnea de describir crticamente la realidad, y agrega que una de las funciones del humor es ver las cosas desde otro lado y mostrarlas en la forma contundente de un gag, un gesto o bien un dibujo () el mejor humor es el que mejor refleja la realidad.4

    Coincidimos con estas definiciones, porque al igual que el autor, creemos que el humor permite realizar una radiografa de los sucesos que afectan a la sociedad en general. De hecho, una de las armas ms efectivas que presenta este gnero, es su doble estrategia que se materializa como crtica al poder y movilizacin de la conciencia del lector. A travs de la stira, caricatura e irona, el humor contribuye a reflexionar sobre la realidad de un modo diferente, ya que adems de hacer rer, busca que el desti-natario analice. Continuando con estas ideas, consideramos apropiado incluir la definicin de Ana Mara Flores, profesora de Letras de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universidad Nacional de Crdoba y directora del Grupo de Investigadores del Humor que funciona en la institucin mencionada:

    El humor es una lente privilegiada para el estudio de una cultura, ya que se produce preci-samente como una respuesta no habitual, rupturista o cuestionadora de las reglas que la rigen: los discursos hegemnicos y sus condiciones de posibilidad, de produccin y de recepcin, las reglas de interaccin social, de gneros discursivos, del lenguaje, de cierta racionalidadPone de manifiesto lo que est naturalizado, automatizado.

    A nuestro juicio, el humor no es un elemento inmutable, sino un campo problemtico cam-biante, un sistema dinmico relacional que depende de los sujetos, sus esferas de accin y sus valores. Entendemos al humor como un acto social, un modo de contar la realidad. Es una herramienta que sirve para interpretar y de algn modo incidir en el escenario social, lo que comprende a las prcticas culturales y las actuaciones de poder. En el humor, lo importante es la relacin que mantiene el sujeto con su enunciado, ya que esto es lo que permite interpretar el mismo sentido. A igual tiempo, el efecto humorstico depende de un mbito comn y de acontecimientos polticos, sociales y econmicos compartidos por el humorista y por el lectorado. Sin ese contexto re-ferencial comn, sera imposible comunicar el humor. Como afirm el humorista Nik:3 Mihura, Miguel. Periodismo de humor en El periodismo. Teora y prctica. Barcelona, Noguer, 1960 p. 439. 4 Varela, Santiago. El gran monlogo nacional. Los ltimos veinte aos de la historia Argentina. Buenos Aires, Planeta, 2001.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 12

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    El chiste en s tiene un aliado fundamental que es el contexto. Separado de l, sin embargo, puede ser mucho mejor, ya sea porque profetiz algo que efectivamente se cumpli o porque vistos en perspectiva y ordenados muestran cierta coherencia en lo que fue sucediendo 5

    En esta situacin comunicacional los lenguajes, tanto el visual como el paratextual, cumplen un rol fundamental ya que actan de mediadores entre el sujeto y la realidad. Adems, los lenguajes se complementan y crean juegos particulares para un uso especfico: La creacin del humor.

    1.2.2. El humor: sus aplicaciones y funciones

    El humor como base de la invencin humorstica engloba al humor abstracto, que es pura in-vencin, al potico, que est ms relacionado con la realidad, al absurdo, que va ms all de la realidad, al negro, que puede ser entendido como una agresin y el crtico que realiza un anlisis subjetivo de la realidad del pas y la sociedad. Dentro de este ltimo, puede encontrarse el humor costumbrista y poltico: el primero se refiere a la manera en que las personas se hacen entender y se burla de las ca-ractersticas de la sociedad; y el poltico puede ser directo, a travs de la representacin de los polticos en imgenes dibujos o indirecto a travs de los comentarios sobre su accionar. Las formas de hacer humor dependen directamente del sentido que se le quiera dar, es decir del modo de construccin o versin de la realidad descripta. Muchas veces, el tema tratado acta como lmite de esta mirada, ya que hay contenidos en los que el humorista debe ser por dems responsable para no generar un doble sentido o una doble lectura. Por ejemplo, cuando la temtica es delicada, el humorista debe ser cuidadoso para no herir susceptibilidades. Esto puede ser ejemplificado con el cua-dro humorstico de Nik publicado en julio de 2007 al da siguiente de la muerte de su colega Roberto Fontanarrosa cuando simplemente dibuj a Gaturro, su personaje ms caracterstico, con una lgrima en la mejilla. En este caso, sobraban las palabras para que un personaje cmico reflejara la tristeza que enlutaba a todo el entorno humorstico.

    5 Nik, Los argentinos somos extremistas. En: Suplemento Espectculos del diario Hoy. 17 de diciembre de 2002, p. 19.

    La Nacin | Julio 2007

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 13

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    El filsofo francs Andrs Comte-Sponville sostiene:

    Se puede bromear acerca de todo, pero no de cualquier manera. Lo importante es que la risa agregue un poco de alegra, dulzura o ligereza a la miseria del mundo, y no ms odio, sufrimiento o desprecio.6

    El humor es un gnero que est ntimamente ligado a lo serio, si bien es presentado a travs de sus variados formatos como un asunto gracioso es, sin duda una manera comprometida de interpre-tar la realidad de un pas. Consideramos, pues, que lo gracioso y lo serio son dos caras de una misma moneda: a travs del humor se expresan las aristas burlonas de determinadas situaciones como as tambin su ngulo formal y crtico orientado a lograr la reflexin de los lectores. Cuando se habla de humor, el imaginario colectivo se remite a trminos como sonrisa o risa, sin embargo es mucho ms que eso, es una manera diferente de afrontar las situaciones difciles que aquejan a una sociedad. Cabe aclarar que para construir un discurso humorstico, dentro del gnero de opinin, hacen falta dos miradas: una crtica hacia las polticas implementadas por la clase gobernante y otra que per-mita la persuasin del lector. Mientras que en la primera se busca dejar en evidencia los malos manejos de los polticos mediante la ridiculizacin, en la segunda se intenta encontrar la complicidad del lector que le permite al humorista obtener su risa y simpata. 1.2.2. Deslinde de trminos 1.2.2.1. El humorismo y la comicidad

    El humorismo naci como una tcnica que se emple en los gneros literarios a mediados del siglo XIX. Segn la Real Academia Espaola, el trmino humorismo tiene diversas acepciones, una de ellas lo define como un modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado c-mico, risueo o ridculo de las cosas, o tambin como la actividad profesional que busca la diversin del pblico mediante el chiste, imitaciones, parodias u otros medios. El humorismo constituye una actitud benvola y refinada de construir gracias con inteligencia. Se basa en la irona y en una burla fina que no hiere porque no se hace con maldad. El humorista es una persona ilustrada que persigue el propsito de provocar una sonrisa y una reflexin. Julio Casares, en su trabajo sobre el humor se pregunta cmo se define y de qu se trata, lle-gando a la conclusin que el humor es un estado de nimo, mientras que el humorismo es una mani-festacin externa de ste expresada mediante la palabra o el dibujo. Contrariamente al humorismo, la comicidad es una simple bufonera que puede resultar indis-creta porque est basada en el sarcasmo y persigue el ridculo para provocar la risa desenfrenada. Lo cmico se caracteriza por la presencia de un conflicto que se plantea, generalmente, como elemento indispensable para producir un estmulo en el otro: la risa. En este punto, lo cmico se dis-tancia del humor ya que a este ltimo no le interesa tanto el conflicto en s mismo sino la manera como se lo presenta y comprende. El efecto cmico es la transgresin a una regla ya que las normas establecidas socialmente nos indican cmo actuar y si las contradecimos se rompe con lo previsto y se produce un quiebre que, en muchos casos, genera comicidad. Es decir que un acto cmico permite violar lo pautado y aparece como un modo de provocacin, un desafo permanente entre lo que se considera absurdo y lo razonable.

    6 Comte-Sponville, Andrs. Tanta Risa. En: Revista Nueva. Domingo 14 de octubre de 2007, p. 16.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 14

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    En los cuadros humorsticos seleccionados puede distinguirse este efecto con facilidad, por ejemplo, cuando Eduardo Duhalde asume la presidencia, Nik lo dibuja con la banda presidencial de vincha, porque debido al tamao de su cabeza, sta no le pasa. En este caso, la comicidad se genera porque la banda est hecha para ser lucida en el pecho y no en la frente.

    Otra forma de generar la cmico es a travs de la ruptura isotpica estilstica, entendida como la utilizacin de un elemento perteneciente a un discurso, estilo o gnero determinado en otra situa-cin que nada tiene que ver con la anterior, de esta manera se produce un quiebre en el sentido del discurso. Este concepto es aplicado en el cuadro del 1 de enero de 2002 por el humorista Nik cuando, haciendo referencia a la asuncin del presidente Eduardo Duhalde que supone ciertas formalidades, utiliza la imagen del mandatario hacindole un gesto burln al ex presidente Carlos Menem. Dicha expresin no se condice con la solemnidad que implica un acto de este tipo y la combinacin de ele-mentos pertenecientes a distintos contextos generan la comicidad.

    La Nacin | 4 de Enero de 2002

    La Nacin | 2 de Enero de 2002

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 15

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    1.2.2.2. La risa

    Consideramos fundamental definir el concepto de risa ya que es uno de los efectos ms impor-tantes que provoca el humor. La risa, con su carcter fuertemente corporal, es la expresin del cuerpo cuando alguna situa-cin o frase provoca gracia en alguna persona. Se trata de una de las pocas caractersticas que indivi-dualizan al ser humano y a algunas especies de homnidos respecto de otros animales. Segn la profesora Ana Mara Vigara Tauste, la risa le hace bien al cuerpo y aumenta la acti-vidad vital del organismo, ya que consiste, en gran parte, en una interrupcin del ritmo natural del proceso respiratorio, que se traduce en una serie de movimientos cortos y espasmdicos de expiracin, precedidos de una inspiracin especialmente enrgica y profunda, aunque poco marcada o visible. La alternancia especial de estos dos actos (inspiracin profunda-expiracin prolongada) tiene por efecto acelerar la circulacin y asegurar a la sangre una oxigenacin ms completa, as como aliviar el cere-bro activando los movimientos de la sangre a travs de los pequeos vasos sanguneos. La risa expresa corporalmente energa: el cuerpo se sacude, la boca se abre, el vientre se con-trae en espasmos involuntarios. La risa y la sonrisa son grados distintos de la reaccin personal de un ser humano ante alguna circunstancia que le provoque gracia. Teniendo en cuenta lo expuesto por el filsofo francs Henri Bergson en su libro La risa. Ensayo sobre la significacin de lo cmico, la risa debe responder a ciertas exigencias de la vida en comn. La risa debe tener una significacin social7. En esta cita puede inferirse la implicancia de lo social en lo cmico, ya que el efecto gracioso depende del bagaje cultural que se posea, es decir, de aquellos saberes previos experienciales, vinculados con la pertenencia a una comunidad, con un pasado, normas y costumbres en comn . Las personas que intervienen en la situacin comunicacional comparten un conocimiento impl-cito del universo de discurso y del contexto inmediato en que se halla inmersa la informacin y, sobre todo, el acervo de creencias que, durante su interaccin comunicativa, comparten los co-participantes. Ampliando esta idea, entendemos que para comprender la risa, hay que insertarla en su medio natural, es decir, la sociedad, la comunidad que nos incluye. Por eso, muchos efectos cmicos no se pueden tra-ducir a otro idioma cuando se refieren a costumbres e ideas de una sociedad en particular. De ah que el humor es una de las manifestaciones discursivas de las que ms le cuesta apropiarse a una persona extranjera, porque no es posible rer ni emocionarse sin la referencia cultural. De esta manera, en el humor lo importante es la relacin que mantiene el sujeto con su enun-ciado, ya que esto es lo que permite interpretar el mismo sentido. Las combinaciones de palabras, al jugar con la rigidez del lenguaje, provocan la risa. El humor es la sorpresa, la conexin insospechada, el doble sentido, las metforas. Para Bergson, la risa surge de considerar inhumano lo humano, o viceversa. Para este autor, fuera de lo que es propiamente humano, no hay nada cmico ya que si algn animal o cualquier cosa inanimada provocan risa en alguien se debe a su semejanza con el hombre, por algn signo marcado por el hombre o por el uso hecho por el hombre. El filsofo lo ejemplifica de la siguiente manera: nos remos de un sombrero, no porque el fieltro o la paja de que se componen motiven por s mismos nuestra risa, sino por la forma que los hombres le dieron, por el capricho humano en que molde8. De ah que un paisaje puede ser lindo o feo, pero nunca cmico. O un animal no es gracioso en s mismo, pero s lo puede ser cuando se comporta como un ser humano.

    7 Bergson, Henri. La risa. Buenos Aires, Losada, 2003, p. 158 Ibdem, p. 12.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 16

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    2. El humor poltico

    2.1. Humor poltico grfico

    En este sentido, esbozaremos lo que nosotras consideramos que queda circunscrito dentro del concepto de humor poltico, partiendo de la base de que es un recurso eficaz para interpretar la realidad. Creemos que constituye un instrumento periodstico que sirve como herramienta para poner en tela de juicio los comportamientos sociales y las actuaciones polticas que suceden en el pas. Ya sea durante gobiernos de facto o en perodos democrticos, el humor poltico como espacio de resistencia, abre un debate e incita a la reflexin. Entendemos al humor poltico como aquello que se presenta como uno de los testimonios ms legtimos de los actores y acontecimientos de la historia. Es una manera diferente de medir las caractersticas de los gobiernos de cada poca, actuando como instrumento de crtica social que ilustra el clima de un perodo determinado a partir de la observacin de las diversas formas de poder que se establece entre los distintos actores polticos. Rerse de la realidad no significa disminuir su gravedad. Al contrario: son asuntos que el humor exhibe ante la mirada desinteresada de sociedades y dirigencias. El humor hace abrir los ojos y, a menu-do, es el recurso ms eficaz para que la gente tome conciencia de imperdonables errores o negligencias que llevan a la multiplicacin de las desgracias. El humor poltico opera de manera directa a travs de las caricaturas de los polticos o politiza-do por medio de las crticas a sus comportamientos. De esta manera, siempre es un canal de ataque contra las autoridades e instituciones ya sea denuncindola, juzgndola o analizndola en su accionar cotidiano. No siempre se expresa de forma cmica para provocar la risa, muchas veces se vale de un lenguaje serio que conduce al lector hacia la reflexin. En la actualidad el humor poltico ha ido tomando representatividad en los medios de comuni-cacin, se ha constituido como un recurso eficaz para analizar las prcticas polticas desde un sentido crtico y analtico. La historia poltica Argentina gener muchas producciones basadas en el humor po-ltico, ya que muchos humoristas supieron reflejar la peculiar relacin que existe entre la clase dirigente y los ciudadanos tomando una distancia prudente para poder exponer una crtica sobre la realidad. El humorista poltico del siglo pasado ha desarrollado una funcin de cronista de la poca como encargado de reflejar, lo ms claramente posible, los acontecimientos de la poca como crtico pun-zante y mordaz de la sociedad. Los encargados de hacer humor en la actualidad, tambin pueden ser considerados de esa manera, ms all de los cambios que pudieran haberse suscitado, ya que tienen como objetivo principal poner en sus chistes la critica de los aspectos sociales, polticos y econmicos que condicionan a la sociedad. En la Argentina, el humor poltico fue mutando con cada gobierno, pero nunca se dej de hacer hu-mor. En la ltima dcada del siglo pasado, durante la presidencia de Carlos Menem, el humor poltico creci a pasos agigantados. Sin embargo, fue con el gobierno de Fernando De la Ra donde se termin de gestar el auge dentro de este tipo de gnero. En este ltimo caso, se ridiculiz al mximo la figura presidencial. En este sentido, Nik explica que:

    Al ser un chiste una mini-ficcin que supuestamente representa la realidad, se pueden decir mu-chas cosas que, desde un editorial, sonaran muy duras. O pods sugerir, ironizar o hacer una metfora sin nombrar a nadie directamente. Ya lo deca el viejo prcer: es ms dura la pluma que la espada.9

    9 Nik. Tanta Risa. En: Revista Nueva. Domingo 14 de octubre de 2007, p. 22.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 17

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    El humor poltico est vinculado con el poder poltico de una poca determinada, aunque no representa una vinculacin directa con ese poder, sino como recurso de crtica, stira y burla. Para ejercer un efecto cmico, no puede ser oficialista, siempre trata de ser crtico, en algunos casos clara-mente opositor, desconformista con la realidad que describe, trazando en sus textos o caricaturas a un oponente. En definitiva, el humor poltico, aporta elementos importantes para analizar la realidad ya que su forma de expresarla permite al lector, ms all de la severidad con que se realice, compartir o no esa critica de una manera dinmica y participativa. Esta manera de entender la realidad la encontramos en los cuadros humorsticos que no tienen como nico objetivo divertir o distender sino que se valen del humor para dar a conocer los acontecimientos, especialmente los vinculados con la esfera poltica. Consecuentemente, a travs del anlisis de nuestro corpus de trabajo, intentaremos comprobar que la temtica predominante est centrada en las crticas a los diferentes funcionarios del poder y a sus acciones polticas, tal como lo trataremos de explicar en los siguientes captulos. La prensa tiene en el humor grfico un gnero de opinin por excelencia que opera con me-canismos que rompen con lo convencional. A travs de sus discursos breves y concisos, mediante el humor se llega a cuestiones que de otra forma no podran ser abordadas. El humor poltico grfico rompe lo cotidiano al trasladar a los lectores a un nuevo contexto, el creado por la situacin re-contextualizada que se presenta en el chiste. ste constituye un acto revo-lucionario que rompe con el orden imperante mediante la ridiculizacin de personas o situaciones. De esta manera, los cuadros humorsticos ponen de manifiesto situaciones insostenibles en el plano de los acontecimientos, en el plano real. Los chistes causan gracia cuando se apartan de la seriedad tradicio-nal y proporcionan un punto de vista novedoso sobre la realidad. El tema poltico, por otra parte, es un componente fundamental de la socie-dad. Las decisiones gubernamentales no siempre favorecen a todo el pueblo. Cuando se presenta este tipo de situaciones, entra en juego, por ejemplo, la caricatura. Lo anteriormente expuesto se puede ejemplificar con la afir-macin que sostiene que la clase poltica siempre ha sido el blanco de la crtica y de las burlas, adems de ser un ingrediente importante del humor, sobre todo cuando sus intereses distan de los del pueblo. Es en estos momentos cuando se intensifican las crticas. La cultura, la economa, la educacin tienen relacin con el tema poltico, por lo que se explica la recurrente aparicin de chistes grficos referidos a estos mbitos. De todas maneras, algunos chistes reflejan la vida cotidiana de las personas, sus hbitos, su forma de pensar y de actuar, sus profesio-nes, sus modas, sus defectos, sus creencias y valores y, en general, su estilo de vida, como se puede ver reflejado con claridad en los cuadros humorsticos realizados por Roberto Fontanarrosa durante el perodo analizado. En cambio, en las publicaciones tanto de Nik como de Paz y Rudy estas temticas constituyen una minora absoluta. La finalidad que persiguen muchos chistes grficos, en ltima instancia, es emitir un juicio o parecer, una opinin. Ya sea cuando se critica, o bien cuando se expone un punto de vista sobre alguna cuestin. Es preciso retomar la cuestin de la funcin social del chiste grfico, en la medida en que lo cmico desarrolla su sentido dentro de un determinado contexto social. De esta manera, es factible asegurar que al proceder con el anlisis de diversos chistes que se desarrollan en el marco de una co-munidad determinada, stos ponen en evidencia sus valores, sus estilos de convivencia y tambin sus normas sociales.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 18

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    2.2. El humor poltico grfico y la mirada crtica

    Debido a que consideramos necesario asumir al humor como una alternativa reflexiva y de toma de conciencia, es importante detenernos en la mirada crtica del gnero para analizar la profundidad y seriedad de los cuadros humorsticos. Histricamente, el humor ha sido utilizado por la humanidad como un recurso eficaz para expresar las denuncias y cuestionamientos a las prcticas polticas y a sus protagonistas. A travs de los diferentes soportes comunicacionales, se han plasmado crticas buscando informar, de una manera diferente, a la opinin pblica sobre hechos de corrupcin, demagogia e injusticias polticas. Todos los humoristas seleccionados para nuestra investigacin trabajan con el compromiso poltico y social y tienen la responsabilidad de sacar a la luz la hipocresa de los gobernantes. Se sabe que el humor es imprescindible porque facilita cierto nivel de bienestar, aunque sea efmero. Por eso, los humoristas son necesarios para la mayor parte de la humanidad: dicen verdades que algunos desean negar. Con insolencia, temeridad y lucidez expresan crticas severas y denuncian cualquier atrocidad con picarda. Es a travs del humor poltico que los humoristas construyen un discurso crtico sobre la reali-dad pero, para lograrlo, deben tantear el nimo de la sociedad ya que cuando los temas son dolorosos y perjudiciales se dificulta describir un suceso serio mediante un lenguaje cmico. Tambin se encargan de construir un fiel diagnstico de los funcionarios que pasan por el poder, ridiculizando rasgos fsicos y actitudes de gobierno. En la Argentina, luego de la ltima dictadura militar que censuraba todo aquello que se opona a los mandatos oficiales y a partir de la libertad de expresin, el humor poltico ha adquirido un rol protagnico y fundamental. Este recurso brinda un invalorable servicio a la democracia porque baja del pedestal a los funcionarios con ambicin desmedida de poder. Por otro lado, es la voz de los que no son escuchados ni atendidos, de la sociedad aturdida por la corrupcin. Siguiendo este lineamiento, Nik analiza:

    Los argentinos tenemos mucho sentido del humor. Puede que el latinoamericano sea ms alegre, pero al mismo tiempo es inocente. Nosotros tenemos el doble sentido, el juego de pala-bras, el humor ms corrosivo. En esto hay una mezcla de visin crtica con una necesidad de comuni-car ideas que, en definitiva, es la base de cualquier sociedad. Ms all de comer, dormir y amarse, el ser humano necesita comunicar lo que siente y saber entender lo que le pasa al otro.10

    En el caso de los humoristas elegidos para el anlisis de nuestro trabajo, consideramos que actan como la voz crtica de la sociedad , que denuncian las malas acciones de los polticos de turno tratando de expresar las ideas de los ciudadanos silenciados, ponindose en el lugar de la gente, com-prendiendo sus problemas e interpretando sus necesidades. Si bien los cuadros humorsticos tienen como objetivo principal hacer rer al lector, es claro que los autores seleccionados pretenden lograr que la sociedad reflexione, sobre todo, respecto de los hechos que implican injusticias. En todos los casos, hay una fuerte impronta crtica que demuestra el compromiso social de los humoristas. En el caso de Nik, es Gaturro el que acta como un observador del mundo que reproduce las opiniones del ciudadano comn. El humorista es especialista en destrozar gestos y acciones, como por ejemplo, cuando muestra a De la Ra sumido en una siesta eterna en la Casa Rosada; critica la inepti-tud, pero tambin las polticas gubernamentales, la corrupcin

    10 Nik. Tanta Risa. En: Revista Nueva. Domingo 14 de octubre de 2007, p. 22.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 19

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    Fontanarrosa, en cambio, caricaturiza a personajes comunes, concretos. Su humor es costum-brista, pero se torna poltico porque sus crticas giran alrededor de los funcionarios -aunque sin identi-ficarlos- denunciando las polticas implementadas. En los chistes de Paz y Rudy la crtica, especficamente punzante y mordaz, est plasmada sobre situaciones donde los protagonistas son los mandatarios dejando en evidencia los errores cometidos. En definitiva, uno de los aspectos caractersticos del humor poltico grfico es generar un espa-cio reflexivo, mediante recursos cmicos, sobre la realidad, sin por ello resultar liviano y poco serio. Con este gnero se abre un juego a travs del cual la sociedad encuentra un canal donde se refleja, muchas veces, lo que siente y piensa acerca de las situaciones polticas, sociales y econmicas que la rodean. El humor representa una expresin necesaria para cualquier comunidad.

    2. 3. El humor poltico grfico y sus modos de incidencia travs de sus soportes Si hacemos un anlisis comparando el auge que el humor adquiri en los ltimos aos y lo con-traponemos con la antigedad, parecera ser que el gnero est de regreso. De un tiempo a esta parte, los estantes de las libreras se han colmado de bibliografa referida a temas humorsticos. La pregunta obligada es cul es la razn para tanto crecimiento.

    En relacin a este fenmeno, Nik explica:

    En la Argentina siempre se consumi mucho humor, sucede que en la actualidad fueron cambiando los espacios. Antes, en la televisin se encontraban programas especficos de humor que duraban una hora, dos horas, y la gente se sentaba a mirarlos. Ahora no, todo est fragmentado y hasta los noticieros tienen humor. Libros, radio, tev, InternetParece que hay ms humor porque llega por diferentes canales, la gente tiene ms acceso y hay ms medios para trasmitir contenidos11 . Es as que el humor se convirti en un gnero ms popular, con una constante llegada a la sociedad. Hoy en da el humor se introduce en las casas mediante soportes tan variados que amplan y facilitan el acceso de la gente sin demasiadas limitaciones. El humor de estos tiempos tiene la par-ticularidad de que empieza y termina rpido porque se ofrece fragmentado, ya sea en tiras grficas o segmentos dentro de programas televisivos o radiales. Sin embargo, al existir tanta disponibilidad de medios, el gnero termina banalizndose o perdiendo calidad ya que se acortaron los tiempos de pro-duccin. En las sociedades contemporneas, los medios masivos de comunicacin son el camino ms fre-cuente de circulacin de mensajes. Actualmente, el mayor nmero de referencias y situaciones que conoce-mos nos han llegado a travs de ellos y no mediante la experiencia directa. Estas tecnologas de la informa-cin y de la comunicacin son objetos de un consumo y de un empleo que puede ser comn o nico. Los distintos soportes de comunicacin masiva que existen son: el grfico, el televisivo, el radial y el multimedia. La manera de producir humor es distinta en cada uno de estos medios ya que depende de las particularidades de sus formatos y su dinmica interna, valorando, al mismo tiempo, las distintas edades y gneros de los receptores.

    11 Nik. Tanta Risa. En: Revista Nueva. Domingo 14 de octubre de 2007, p. 20.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 20

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    2.3.1 Soporte grfico

    La historia del humor grfico en Latinoamrica comienza a partir de las revistas del gnero, que han sido los rganos de resistencia contra las dictaduras de los aos 60, 70 y 80. Cuando los otros medios de expresin estn cercenados, el humor se las ingenia para seguir diciendo algo prohibido, y escaparle a la censura con metforas visuales, tratando de contar verdades a travs de una caricatura o un chiste. Con respecto a la estructura y el formato de los diarios, la facilidad para acceder a ellos ha contribuido a que el humor grfico se convierta en un gnero de consumo ms popular debido a que estableci una forma de lectura salteada y fraccionada. Sin embargo, esto no significa que la lectura sea liviana y desinteresada, sino que es ms ligera y especfica. Una de las caractersticas distintivas de este soporte es la notable coincidencia entre la agenda temtica planteada en las tapas de los peridicos y los cuadros humorsticos publicados. Este parale-lismo le ofrece al lector dos formas de conocer la realidad: una ms formal y tradicional mediante el clsico esquema de noticia informativa, y otra ms creativa que se vale de recursos grficos (dibujos, imgenes, signos, etctera) para lograr su efecto.

    2.3.2 Soporte televisivo

    En estos ltimos aos, el humor poltico en la televisin ha ido perdiendo protagonismo. Cree-mos que esto puede responder a diversos factores, entre ellos que el mbito poltico no es fuente de ins-piracin para los humoristas o que la poltica oficial pone limitaciones para bromear sobre su accionar. Realizando un recorrido retrospectivo, podemos sealar que el ltimo programa en el que la actualidad argentina era motivo de chiste y humor inteligente fue, hace ms de diez aos, el de Tato Bores, en el que se parodiaba a los polticos. Hoy en da no hay programas destinados exclusivamente al humor poltico, s existen aquellos que lo incluyen en su agenda, pero solo componen un segmento ms de la programacin: ni las cucarachas de Caiga quien caiga, ni Televisin Registrada, tampoco Andy Kusnetzoff, Alfredo Casero o Marcelo Tinelli satirizan integralmente la realidad poltica y social. Una de las particularidades que caracterizan a la manera de presentar el humor en la actuali-dad es que se ha ido colando dentro de programas variados y de diferentes temticas. El humor se ha atomizado debido a que existen pequeos espacios en programas netamente informativos, como por ejemplo los noticieros. Muchos pensadores coinciden en que la falta de humor poltico, dentro del mbito televisivo, puede responder a que la coyuntura poltica de la actualidad es mucho ms dbil para satirizar que la de antes. Al respecto, Jorge Guinzburg, recientemente fallecido, declaraba en una nota de 2007:

    Hay ausencia de humor poltico en la televisin. Tampoco nuestra televisin tiene mucha historia en este gnero. Pero sigue habiendo temas para satirizar. Sera arbitrario decir que no se hace (humor poltico) por la pauta oficial12.

    Es importante destacar que en la televisin han sido valiosos los avances en sistemas computa-rizados para la edicin de sonidos e imgenes, as como la inclusin de programas ms especializados para lograr transmisiones a distancia y en directo. As, con la evolucin de la tecnologa, se ha ido me-jorando la labor de los medios de comunicacin y, fundamentalmente en los programas basados en el

    12Jorge, Guinzburg, En televisin nadie se re del gobierno K. En: Suplemento Espectculos diario Perfil. 14 de octubre de 2007.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 21

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    humor, estos recursos han sido de mucha utilidad. Actualmente, las emisiones televisivas que apelan al humor se valen de los sistemas computa-rizados para lograr transformaciones en las imgenes, aadirle a las escenas objetos que no son parte ellas, ediciones, etctera. Esto ocurre, por ejemplo en Caiga quien Caiga, programa donde se satiriza la realidad informativa conducido por el periodista Mario Pergollini, en el que suelen agregarle a im-genes reales objetos dibujados.

    2.3.3 Soporte radial

    En los primeros aos del surgimiento de la radio, su pblico era limitado y selectivo ya que slo poda ser adquirida por la clase ms pudiente. Sin embargo, con el paso de los aos alcanz un grado de popularidad que permiti su llegada a pblicos variados y heterogneos. En nuestros das existen dos frecuencias ms comunes de radio: AM en donde predominan los progra-mas informativos y FM ms abocada a la msica y al entretenimiento. Lgicamente que es la segunda frecuencia en la que predominan los programas que se valen de humor. Debido a que la radio llega a la audiencia a travs de los sonidos, es decir, que los locutores de-ben lograr captar la atencin de los oyentes mediante el uso de la palabra, silencios, msica y efectos, constituye uno de los medios de comunicacin en los que es ms difcil hacer humor. Ante un soporte que no transmite imgenes ni se puede ver, el relato es clave para llevar a cabo el proceso de transmitir sensaciones, hechos y sentimientos. El oyente nicamente pone en juego un solo sentido: el odo. Por esta razn los relatos y mensajes deben ser claros y precisos. Otro rasgo distintivo de la radio es la espontaneidad de los mensajes, debido a que los pro-gramas radiales son emitidos en vivo. Ah reside otra de las dificultades con las que se encuentran los humoristas de este medio, ya que el efecto cmico debe ser natural y en el instante, a diferencia de otros medios en los que puede ensayarse o prepararse con anticipacin.

    2.3.4 Soporte Multimedia

    Es la convergencia de la palabra escrita, el sonido y la imagen (fija o mvil) en el mismo dispo-sitivo. Se aplica especialmente a Internet y tiene gran importancia en los diarios digitales por la impor-tante dimensin agregada en el tratamiento de una noticia. Hoy las nuevas tecnologas hacen mayores aportes a la comunicacin y a la prensa, porque adems de todos los avances sealados, permiten tambin la obtencin de informacin de manera ms rpida, directa y precisa sobre los acontecimientos. Las tecnologas de informacin y comunicacin en constante progreso han significado la evo-lucin misma de los medios de comunicacin en cuanto a sus procesos. De este modo, la era de la computacin, la informtica e Internet, abre a los medios de comunicacin a innumerables nuevas oportunidades de trabajo, nuevas reas de accin y nuevos mercados En la actualidad, Internet constituye una fuente inagotable de noticias y en-tretenimiento, se trata de un instrumento que facilita a las personas el rpido acceso a informacin, a un valor relativa-mente bajo, sobre cualquier tema y proveniente de cualquier lugar del mundo.

    3. El humor poltico grfico en la Argentina: una mirada a travs del tiempo

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 22

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    3.1. La importancia de los antecedentes

    Para abordar nuestro objeto de estudio es preciso realizar un recorrido histrico sobre las pu-blicaciones en las cuales se registraron los primeros signos del humor poltico. A travs de esta resea, podremos dar cuenta de la evolucin y desarrollo del gnero a lo largo de los aos, teniendo en cuenta los cambios polticos, econmicos, sociales y tecnolgicos que marcaron cada poca. Juan Sasturain, escritor, periodista y guionista de historietas, en El domicilio de la aventura sostiene que: Para hacer el humor en la Argentina hay que reconocerse () habitante de ese universo de locos, donde el dolor, el miedo y la locura habitual acamparon largo rato en su vuelta al mundo. Eso significa que a todo lo dems hay que sumarle el forcejeo con la historia, la violencia y la injusticia, tres ingredientes que se han mezclado en casi todas las humoradas de este tiempo reciente.13 Con esta frase, Sasturain evidencia la implicancia que existe entre el momento histrico y el humor, la conexin imposible de disociar entre los sentimientos de un pueblo y aquello que lo hace rer. Luego, contina diciendo:

    Los profesionales de la sonrisa dibujada han demostrado su aptitud para responder con efi-cacia a las distintas circunstancias histrico-polticas de la Argentina en las que debieron moverse los medios.14

    En su captulo Para hacer humor en Argentina el autor trata de encontrar los antecedentes ms remotos del humor nacional y, ante el problema de los orgenes del humor, concluye:

    Tal vez lo que suceda sea muy simple y misterioso, y existan de verdad los dones na-turales y nacionales (). Y en Argentina el humor es un don nacional, un atributo nacional. Una coartada nacional.15

    Indagando acerca de los orgenes del humor grfico, comprobamos que en Argentina los pri-meros ensayos humorsticos surgen de la mano de la caricatura en las revistas humorsticas o de actua-lidad de fines de siglo XIX, mientras que los peridicos contaron con caricaturas en sus publicaciones muchos aos despus. Creemos que esto puede deberse a que los diarios pretendan mantener una mirada ms seria y no consideraban conveniente mezclar informacin con esta suerte de crtica poltica sobre los acontecimientos informados. No debemos olvidar que en aquellos aos la sociedad misma era ms conservadora que en nuestros tiempos y consecuentemente, la informacin se brindaba de una manera ms estructurada y con formalismos. Se pueden destacar como las primeras revistas del gnero a El Mosquito (1863), Don Quijote (1884), Caras y Caretas (1898) y Ta Vicenta (1957), entre otras. Sin embargo, estas revistas tuvieron sus antecedentes en publicaciones que, debido a su fugacidad, no alcanzaron gran notoriedad pero sirvieron para construir las bases tanto de las publicaciones posteriores como de lo que se conoce hoy

    13 Sasturain, Juan. El domicilio de la aventura. Buenos Aires, Colihue, 1995, p. 27.14 Ibdem, p. 3315 Ibdem, p. 33

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 23

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    como humor poltico. En 1852, luego de la cada en la batalla de Caseros del por entonces presidente Juan Manuel de Rosas, surgi un auge periodstico dentro del rea grfica, donde diversas revistas satrico humorsticas comenzaron a surgir. As, en 1853 naci El duende, un diario satrico cuyo lema era no dejar ttere con cabeza luego, en 1855 surgi un diario de tinte poltico y satrico llamado El Hablador, cuatro aos ms tarde apareci El chismoso y en 1862 El diablo de Buenos Aires. Al principio, los polticos no se acostumbraban a esta stira, tanto es as que las revistas antes mencionadas fueron censuradas numerosas veces por aquellos que se sentan incmodos por los te-mas tratados. Por medio de sus caricaturas y chistes, las revistas establecieron en sus pginas legtimos discursos polticos marcando claramente la ideologa de cada medio. El desarrollo del humor grfico argentino ha mostrado ya desde varias dcadas atrs su capa-cidad de cambio y transformacin. Juan Sasturain, en el ya citado texto El domicilio de la aventura sostiene que en el humor () no hay progreso sino cambios de modulacin, gestos convencionales de aceptacin o de desagrado.

    3.2 El Mosquito

    En 1863 durante la presidencia de Bartolom Mitre, naci El Mosquito, un peridico semanal que se autodefina como satrico-burlesco con caricaturas. En nuestro pas haba una larga tradi-cin en este tipo de revistas: una veintena de publicaciones haba precedido a El Mosquito (slo si contabilizamos las impresas despus de la cada de Rosas, febrero de 1852). Entre otras, algunas de fugaz existencia, El padre Castaeta (crtico, burlesco literario, poltico y de costumbres), Aniceto el Gallo (gaceta joco-tristona y gauchi patritica) y El Diablo (que en su nmero 26 haba presentado su primera caricatura), entre las nombradas anteriormente. Sin embargo, El Mosquito fue considera-da la primera publicacin de carcter profesional e independiente que se vala de la caricatura como herramienta para analizar y criticar no slo la sociedad sino las prcticas polticas implementadas por los gobernantes de turno. Sin embargo, si bien la publicacin satirizaba contra los polticos, muchos de ellos tuvieron su momento de gloria al incluir retratos en la portada con una extensa biografa en la contratapa. En palabras de Andrea Matallana,

    El Mosquito reflej la poltica de una poca, estableciendo aliados y blancos de crticas. De-fini una agenda de temas de la poltica y la ilustr con caricaturas y textos.16 Uno de los fundadores de la publicacin, el francs Henri Meyer, fue tambin su primer carica-turista y editor. Entre los redactores, se destacaron el propio Meyer (bajo el seudnimo Trisagio Berru-ga) y Eduardo Wilde (Julio Bambocha), un mdico que llegara a ser, durante la primera presidencia de Roca, ministro de Justicia e Instruccin Pblica, y quien, hacia 1868, se alejara de la publicacin para dedicarse a su profesin pero dejando en ella la marca indeleble de su estilo mordaz. La revista tena diversas secciones tales como Crtica literaria, Diversiones pblicas, Soliloquios y una seccin donde se expresaban las irnicas crticas sobre la esfera poltica llamada Picotones.

    16 Matallana, Andrea. Humor y poltica. Eudeba, Buenos Aires, 1999, p. 54.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 24

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    En abril de 1867, El Mosquito se transform en diario y adopt una nueva lnea editorial. A partir de entonces se autodefina como diario burlesco noticioso y comercial; su tirada era de 2000 ejemplares y slo publicaba caricaturas los domingos. Las temticas que abordaba eran variadas publi-cando noticias, informacin de la Bolsa, avisos de remates, el movimiento martimo y hasta un folletn por entregas. Pero esta iniciativa fracas rpidamente y, al mes, volvi a su condicin de peridico. La revista pas por varias etapas crticas a las que se pudo sobreponer con esfuerzo. En 1868, el francs Henri Stein, se incorpor como ilustrador y fue quien, a travs de sus dibujos, representaba la situacin poltica del pas. El ingreso de Stein fue un punto de inflexin en la historia de la publicacin. Su presencia marcara el inicio de una segunda, prolongada y fructfera etapa: permanecera en ella durante 25 aos, hasta su cierre en 1893.

    La liberalidad, el casi tuteo chacotn con que se trata a las figuras pblicas en los textos y las caricaturas del francs, tiene el mismo clima de los escritos de un Mansilla en Entre nos. Y eso es precisamente lo llamativo: la repblica liberal, la elite consolidada luego de la derrota a sangre y fuego de las ltimas resistencias del proyecto nacional en el interior, tiene un espacio para la esgrima, el ejercicio polmico, entre los que se reconocen iguales, dice Sasturain.17

    Despus de oficiar con sus caricaturas durante un cuarto de siglo como intrprete e historiador de un mundo poltico encerrado en su propia lgica, a veces tan distante de la gente, al que, por no per-tenecer, poda observar desde afuera, Stein vio disiparse una y otra vez sus esperanzas y sus ilusiones polticas, y esos desengaos tambin fueron plasmados magnficamente en las pginas de El Mosquito. En julio de 1890 vendi el ttulo de El Mosquito a una sociedad annima que nombr a un nuevo editor responsable, aunque Stein permaneci a cargo de la administracin y de los grabados. A principios de 1892, su nombre ya no figura en la portada pero de su pluma son los dibujos que se involucran decididamente con la candidatura de Luis Senz Pea, impulsada por Roca y Mitre. A travs de sus pginas El Mosquito fue moldeando su lnea ideolgica refle-jando, segn su perspectiva, un mapa poltico de la Argentina y utiliz al humor como una herramienta clave para llegar a un amplio espectro de la sociedad.

    3.3 Don Quijote

    Contempornea de El Mosquito, en 1884, durante la primera presidencia de Roca, naci la revista Don Quijote, una publicacin que transit el camino del humor grfico a travs de un corte cla-ramente poltico. Fue la contrafigura de El Mosquito y lleg a competir con l no slo por sus diferentes ideologas sino por captar el mayor caudal de lectores y seguidores. Este peridico independiente fue forjando su estilo durante la poca de con-solidacin de la Argentina moderna, un perodo que muchos historiadores denominan como la poca de oro del mo-delo agroexportador y la insercin poltica, econmica y cultural de nuestro pas entre las naciones ms desarrolladas.

    Don Quijote reflej con nitidez la cara no visible del poder poltico nacional, mostrando los desaciertos y miserias de algunos funcionarios que gobernaban el pas. Dirigida por el espaol Eduardo

    17 Sasturain, Juan. El domicilio de la aventura. Buenos Aires, Colihue, 1995, p. 16.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 25

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    Sojo, quien debi abandonar Espaa debido a sus ideales republicanos, la revista enalteca la bandera de los derechos humanos luchando por su defensa y proteccin. Debido a su mordaz crtica acerca de los excesos de los gobernantes de turno, Don Quijote sufri censuras, el secuestro de varios nmeros y presiones polticas. Eran pocas las veces que en la publicacin aparecan temas ajenos a la realidad poltica, social y econmica del pas. Su estilo estaba marcado por una lnea editorial crtica y analtica como as tambin por divertidas y agresivas caricaturas que destacaban rasgos caractersticos de los funcionarios. En cuanto a la estructura, Don Quijote fue editada en un pliego de cuatro pginas de 35 x 47 cm, de las cuales las dos centrales eran exclusivamente para caricaturas y dibujos. Con una tirada sema-nal, la publicacin comenz con una impresin blanco y negro hasta que en el ao 1900 se incorpor el color. Una de las caractersticas ms peculiares de la revista era que combinaba la editorial con las ca-ricaturas marcando de esta manara su punto de vista. Es decir que no se limitaba a expresar sus opinio-nes a travs del lenguaje escrito sino que tambin se vala del dibujo para dejar sentada su ideologa. En 1903, Sojo decidi terminar con Don Quijote y editar una versin renovada llamada Don Quijote Moderno. Bajo el lema Por un ojo tres, por un diente una quijada, la nueva publicacin que mantena el estilo critico y combativo de su antecesora, dur hasta noviembre de 1905. Como peridico de humor poltico que fue, Don Quijote siempre se preocup por satirizar a personajes de la poltica nacional como as tambin acentu particularidades fsicas y ridiculiz situacio-nes emanadas del accionar poltico cotidiano. Por ejemplo, el gobernador de Crdoba Marcos Jurez, era caricaturizado como un monstruo con la dentadura maltrecha y hacia afuera, los ojos bizcos, la cara picada por la viruela y con aspecto de hombre bruto y autoritario. Entre las caractersticas ms representativas de Don Quijote, se destacaban las caricaturas zoo-lgicas con que represent, durante casi dos dcadas, a la clase poltica argentina. En 1888, fue di-bujado Jurez Celman, el por entonces presidente de la Nacin (1886-1890) junto a sus seguidores, portando faroles sobre sus cabezas. Esta imagen era considerada signo de incondicionalidad, a partir de que el Ministro Zeballos organiz una concentracin de empleados estatales portando faroles para recibir a Jurez Celman en una noche cerrada. Tal era el grado de influencia de la revista no slo sobre la opinin pblica sino tambin sobre los funcionarios que, a partir de entonces, el farol comenz a entenderse como parte de la simbologa del poder. Debido a sus crticas mordaces, ese mismo ao la edicin fue secuestrada acusndola de inmo-ral y prohibiendo caricaturizar a Jurez Celman. Sin temerle a las amenazas y defendiendo sin lmites la prensa independiente, Sojo continu con su estilo punzante y caricaturiz a Jurez Celman, originario de Crdoba, como un burrito cordobs ridiculizndolo de todas las formas posibles como un hombre torpe y siniestro. Las crticas punzantes hacia el gobierno, plasmadas en las pginas de la revista le valieron ms de una persecucin, intentos de cierre y presiones. Sin embargo, sus directivos no se dejaron vencer por las amenazas manteniendo intactas las stiras que los caracterizaban. La influencia de Don Quijote fue tan importante que Laendo N. Alem dijo que la revolucin de 1890 la hicieron las armas y las caricaturas.18

    Las stiras de Don Quijote incluan a todos los personajes de la poca salvo a aquellos que compartan una afinidad ideolgica, entre ellos, los prceres de la Independencia, el ex Presidente Sar-miento, monarcas y Jefes de Gobierno extranjeros.

    18 Avila, M. Ximena. Stira, caricatura y parodia en la Argentina de fines del siglo XIX. Un caso paradigmtico: el peridico Don Quijote (1884-1903) de Buenos Aires. En: Revista Latina de comunicacin social, N 27. La laguna, Tenerife. 2000

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 26

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    Don Quijote era una revista comprometida con la sociedad a la que no le costaba marcar posi-ciones. Por sus pginas, se expusieron crticas a la venta del Ferrocarril Central Norte (1888), la oposi-cin a las privatizaciones habituales de esos tiempos, el mal funcionamiento de la economa en general y el endeudamiento externo, entre otras cosas. Como sntesis de la funcionalidad del humor en esta etapa, vale lo expresado por Sasturain:

    El humor sirvi para hacer caer muchas fachadas, desnudar el contraste entre rostros y dis-fraces, derecho y revs, el otro lado de la opulencia patricia, su miseria.19

    3.4 Caras y Caretas

    En los ltimos aos del siglo XIX, durante la semana previa a que Julio A. Roca asumiera su se-gunda presidencia, en 1898, lleg a la Argentina Caras y Caretas, una revista que se autodefina como semanario festivo, literario, artstico y de actualidades. Tuvo su origen en Montevideo en el ao 1980, bajo la propiedad del espaol Eustaquio Pellicer. Pellicer comenz a editar su revista asociado con Bartolom Mitre y Vedia, un hijo del fundador de La Nacin. Como Mitre padre consider desmesurada la publicacin y pens que poda daar su imagen, su nombre y el del diario, el hijo present la renuncia. Su lugar fue tomado por el director Jos Sixto lvarez, quien qued inmortalizado con seudnimo de Fray Mocho. La revista realizaba observaciones de costumbres populares y estaba destinada a satirizar y a ridiculizar a todos los personajes del mundo poltico que, en aquel momento, gobernaban el pas. Primero fue testigo de la apertura popular y democrtica nacional, luego de tres gobiernos radicales y, ms tarde, de un golpe militar. Fue un espectador directo de los excesos y manejos que im-peraron en la dcada infame, hasta que cerr sus pginas luego de ms de cuarenta aos, en 1939. Caras y Caretas fue una revista ilustrada que fund en la Argentina el gnero del magazine siguiendo un estilo y formato similar al europeo, en donde el comentario de actualidad, la informacin internacional, la stira poltica, las noticias sociales y cientficas se combinaban con textos literarios, fotos, caricaturas, aguafuertes, semblanzas, artculos costumbristas, tradiciones y vietas ilustradas. Fue por esto que la publicacin fue considerada como una revista hbrida debido a los variados estilos y gneros que ofreca. Segn Matallana,

    Todo entraba en sus pginas dentro de un equilibrio que slo ella supo mantener durante algo ms de cuarenta aos () en sus pginas se lleva un registro de lo ms sobresa-liente de lo que sucede en su tiempo, pero no mezquina con lo que se destaca del pasado, en especial, personajes y sucesos poco conocidos, ancdotas, recuerdos, memorias, narraciones, crnicas.20

    Para Sasturain fue en Caras y Caretas donde se fund la historieta nacional con Sarrasqueta y Viruta y Chicharrn, de la mano de Manuel Redondo.

    19 Ibdem, p. 17.20 Matallana, Andrea. Humor y poltica, Eudeba. Buenos Aires, 1999, p. 84.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 27

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    La heterognea Caras y Caretas es la modernidad, la ciudad nueva que ya no es pa-tricia sino heterognea comparsa de inmigrantes saineteros que empiezan a llenar los con-ventillos, los tangos, los comits, las filas del radicalismo y el socialismo naciente. En Caras y Caretas el humor se diversifica en lo social, en las maneras libres, en la stira y el juego.21

    La publicacin se destacaba por su original diseo, donde abundaban dibujos de gran calidad, caricaturas y publicidades ingeniosas. Fue una revista que reflej distintas aristas de la Nacin Argen-tina: su historia poltica, sus costumbres, su cultura y su sociedad. Popular y variada, Caras y Caretas imprimi en sus pginas preocupaciones nacionales de toda clase como as tambin los sucesos inter-nacionales que impactaban al mundo. Fue el ms fiel reflejo de aquella Argentina movilizada por el fenmeno de la inmigracin, el desarrollo del comercio y la produccin y, sobre todo, la transformacin de la Gran Aldea, convertida en ciudad. La publicacin dej de venderse en 1939 y se destac por incluir dos portadas (la primera de color y la segunda blanco y negro) con ilustraciones que reflejaban claramente la realidad que se viva en el pas. Su editorial llevaba el nombre de Sinfona y all se plasmaban las opiniones sobre la situa-cin econmica y poltica del pas hasta que en 1912 fue reemplazada por una columna de actualidad titulada Paradojas Parlamentarias. Entre sus secciones ms destacadas se encontraba Caricaturas contemporneas, donde se impriman dibujos de los personajes tanto nacionales como internacionales ms renombrados; Me-nudencias un espacio donde se contaban los hechos de la actualidad y Las aventuras de Viruta y Chicharrn destinada a un pblico infantil. Segn el ensayista y estudioso de los medios Juan Rivera, la publicacin merece ser considerada como la primera revista argentina de concepcin periodstica moderna y masiva y lo hace con un tono ni demasiado serio ni demasiado chacotn.22

    Paralelamente al proceso de desarrollo que estaba transitando la Argentina, que da un giro en el treinta, el humor se fue incorporando a las revistas informativas. El periodismo se llena de dibujos, se democratiza la vida cotidiana ().

    3.5 Patoruz y Rico Tipo

    En 1931, Patoruz se convirti en tira independiente y ya en 1936 conform la revista que mar-c una poca, un ritmo ideolgico, una costumbre de leer: otra vez se comienza a reflejar el costum-brismo de la sociedad argentina. Con la figura del indio (smbolo nacional) como protagonista, Patoruz cre un humor simple y directo buscando transmitir de la manera ms clara posible los sucesos que acontecan. A lo largo del tiempo, con sus caricaturas, los humoristas han demostrado su destreza para responder con eficacia a las distintas circunstancias histricas y polticas de nuestro pas que debieron reflejar las publicaciones. Puede suponerse que no es casual el auge del costumbrismo plasmado en historietas tales como Rico Tipo y Patoruz durante la dcada del peronismo (1945-1955). En 1944 bajo la direccin de Antonio Guillermo Divito, nace el primer nmero de Rico Tipo la cual compiti con Patoruz fundada por Dante Quinterno. Su peculiaridad se centr en reflejar las nue-

    21 Sasturain, Juan. El domicilio de la aventura. Buenos Aires, Colihue, 1995, p. 18.22 Ulanovsky, Carlos. Paren las rotativas. Historia de los grandes diarios, revistas y periodistas argentinos. Buenos Aires, Espasa, 1997, p. 24.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 28

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    vas costumbres de los porteos, dibujando mujeres sexies con polleras cortas y cuerpos esculturales y fue as como logr captar un gran pblico tanto juvenil como adulto. La publicacin trataba temas tabes en una sociedad que no se permita moverse de los pa-rmetros establecidos. El sexo fue uno de los elementos que la diferenciaba de Patoruz, donde los personajes eran ms bien elegantes. Entre sus personajes, naci Fallutelli, un hombre de clase media, oficinista, oportunista y chismo-so, el Dr. Merengue, un hombre cordial y ubicado; Pochita Morfoni, una mujer ansiosa por la comida y Fiaquini, un sujeto al que no le gustaba el esfuerzo y pasaba las 24 horas del da tirado en una cama. La muerte de Divito llev a que su sobrino Horacio Lanes pasara a encargarse de la publicacin, pero nada volvi a ser igual y esto hizo que en 1973 se publicara su ltimo ejemplar.

    3.6 Ta Vicenta y Mafalda

    El perodo de la llamada Revolucin Libertadora del ao 1955 hasta las primeras polticas san-grientas del setenta estuvo marcado por dos grandes revistas regidas por personajes protagnicos femeninos: Ta Vicenta y Mafalda. Entre las revistas de humor liviano como Rico Tipo, de Divito, de tiras cmicas costumbristas, como Pato-ruz e Isidoro, de Dante Quinterno, se destac la primera revista contempornea de humor poltico: Ta Vicenta. Ta Vicenta naci despus de la cada de Pern, en 1957 y fue clausurada por el presidente de facto Juan Carlos Ongana en 1966, ofendido con Juan Carlos Colombres, su creador, ms conocido como Landr, quien lo parodiaba como una morsa de enormes bigotes. En el nmero inaugural de la publicacin existan numerosas transgresiones al decreto que impeda mencionar a Pern. Por ejemplo, Landr incluy en la revista una lista de aumentativos tales como: de buzo, buzn; de coraza, corazn y de pera, pern. Para justificar su picarda Landr expres yo lo nombraba en chiste, sin intenciones de hacerle propaganda. Dicha revista fue la primera en utilizar el fotomontaje, una tcnica revolucionaria para la poca, como as tambin cambiaba secciones y estilos en sus publicaciones. Landr se inspir en un ser humano real, su ta Cora, para crear al personaje central, el mismo que le dio nombre a la publicacin. El personaje de Ta Vicenta, representaba a una seora mayor que crea saberlo todo, respondiendo a cualquier tema con gran autoridad, an sin tener idea de lo que es-taba diciendo. Otros de los personajes que desfilaron por las pginas de la revista fueron: un grupo de mujeres frvolas pertenecientes a la alta sociedad, Rogelio, un hombre muy racional y el seor Porcel. Segn Landr, su idea fue

    Editar una publicacin donde se hicieran chistes sobre un poltico o un hecho y no contra. Pero como el humor siempre es una crtica, la revista, si le daba un espritu y una lnea de humor ho-mognea era difcil que fracasara. El problema era buscar humoristas polticas, porque en el pas no haba en esos momentos.23

    A diferencia de las primeras revistas citadas, Ta Vicenta haca uso de un humor ms infantil sin dejar de ser atrevida para la poca de silencios impuestos que se viva. No slo ridiculizaba a la clase poltica sino que tambin se burlaba de la pretendida elegancia del argentino tpico, categorizando por clase desde comidas hasta formas de expresin.

    23 Vzquez Lucio, Oscar. Historia del humor grfica y escrito de la Argentina 1940 1985. Eudeba, Buenos Aires, Tomo II, 1987, p. 248.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 29

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    La revista se autodefina como novedosa, abierta, desfachatada y comenz con un xito de 50.000 ejemplares para luego duplicar su tirada. Segn Sasturain, el proceso de desarrollo del humor grfico es sintomtico debido a que el humor fue reflejando los distintos fenmenos sociales, polticos y econmicos que acontecan en la sociedad.

    () durante los 60, mientras avanza la crisis de la nacin golpe militar peridico, la repre-sin popular, la dependencia econmica creciente, la insurgencia ulterior- el humor va acompaando esos fenmenos, se historiza cada vez ms, invade todos los medios y sobre todo- gana pblico entre sectores medios en ascenso, que eligen algunas presiones humorsticas como punto de referencia para sus opiniones sobre el pas, la realidad social, el mundo o los valores universales.24

    Como ejemplo, el autor cita las historietas de Mafalda que reflejaron los aos de mayor tempera-tura poltica y que generaron la politizacin de esos lectores que han sido la clientela de Mafalda. Creada por Quino en 1964, Mafalda volc en sus pginas una visin crtica del mundo y del pas, haciendo constante referencia a la realidad. En ese ao debut oficialmente como tira en la revista Primera Plana y fue traducida a varios idiomas debido a su xito internacional. En realidad Mafalda iba a ser una historieta para promocionar una nueva lnea de electrodomsticos llamado Mansfield. () Pero la campaa nunca se hizo y las ocho tiras que dibuj quedaron guardadas en un cajn. Hasta que al ao siguiente Julin Delgado, secretario de redaccin de Primera Plana, me pidi una historieta., expres Quino sobre el origen de la tira. Este personaje se fue transformando con el transcurso de los aos en un es-tandarte de la lucha por la igualdad social. En boca de un personaje reflexivo e irreverente, Quino supo plasmar las opinio-nes y crticas que le trasmita la sociedad. Luego de publicarse en Primera Plana, pas en 1965 al diario El Mundo de Buenos Aires, pero cuando este peridico cerr sus ediciones, Mafalda tuvo un parate. Mientras tanto, la tira era difundida en distintos diarios del interior del pas. En ese momento, su autor realizaba una pgina de humor en el semanario Siete Das Ilustrados hasta que hasta que esas pginas fueron reemplazadas por Mafalda en 1968. Sasturain reflexiona en su libro:

    La criatura de Quino es el ejemplo mayor an vigente- del humor inteligente para una clase media progresista, anti-autoritaria, de informado buen sentido. La sutileza, la inteligencia y la infalible capacidad de la nena para dar justo ah, tiene su correlato en el Tato dominguero de los aos sesenta y el pucho del lanussismo. El feminismo liviano, el pacifismo preocupado, la complicidad de un pblico incondicional que accede al compromiso y al psicoanlisis mientras en el aire algo indica que la patria avanza entre cordobazos y canciones de protesta hacia la liberacin, son el cctel que el talento infinito de Quino sirve en dosis semanales desde Siete Das, desde los libritos que todava hoy venden.25

    Al igual que el escritor, consideramos que Mafalda personifica el progresismo, la esperanza de la sociedad y la utopa de cambiar este mundo por uno mejor desde la voz de una nia. Ya desde el comienzo de su publicacin, Mafalda supo cosechar la fama con un claro regis-

    24 Sasturain, Juan. El domicilio de la aventura. Colihue, Buenos Aires, 1995, p. 33.25 Ibidem, p. 21.

  • EL HUMOR GRFICO Y SUS MODOS DE CONSTRUCCIN DESDE UNA MIRADA CRTICA

    PGINA | 30

    PRIMERA PARTE | El discurso humorstico

    tro de la clase media argentina de los aos 60 como as tambin de los sucesos acontecidos a nivel mundial. Sucesos como la guerra de Vietnam, la carrera espacial, el movimiento tercermundista, el asesinato de Kennedy, los derechos humanos, el sexo, la represin, el feminismo, entre otros, fueron plasmados con claridad en dicha historieta. El 25 de junio de 1973 se realiz la ltima publicacin de Mafalda. Fue Quino quien decidi darle fin a la publicacin. Me costaba mucho esfuerzo no repetirme, sufra con cada entrega. Cuando uno tapa el ltimo cuadrito de una historieta y ya sabe cul va a ser el final es porque la cosa no va. Y por respeto a los lectores y a mis personajes y por mi manera de sentir el trabajo decid no hacerla ms y seguir con el humor que nunca dej de hacer, dijo Quino. Acordamos con el autor de Mafalda en que el humor es una herramienta eficaz para reflejar lo que est pasando en la realidad, es el mejor recurso para analizar las caractersticas de toda una socie-dad, teniendo en cuenta su cultura y sus costumbres. El humor acta como un instrumento de crtica social que ilustra de forma analtica el clima de una poca determinada.

    3.7 Otras publicaciones

    Los diferentes cambios sociales y polticos que han ido golpeando a la sociedad, han llevado a la comunidad a exigirle a los medios de comunicacin una mayor dosis de informacin para poder comprender y asimilar los distintos contextos en los que tales cambios se establecan. Y el humor no fue la excepcin: su funcin se tuvo que adaptar a las necesidades de la gente. Por esta razn, clsicos como Rico Tipo y Patoruz, fueron alejndose de la escena social abriendo paso, de esta manera, a la revista cordobesa Hortensia, una publicacin regional y costumbrista que, en palabras del dibujante Carlos Bongiovanni:

    El humor de Hortensia reconoce su fuente en aquel que baja de los suburbios, de las ba-rriadas de obreros marginados del sistema de produccin, y se expresa con todo su esplendor en los estadios de ftbol, en los bailes populares de clubes de barrio, en los bodegones, en el viejo mercado de Abasto, y llega al rea cntrica de la docta ciudad a travs de toda la gama de busca vidas () humor plebeyo que encierra en muchos casos una forma de protesta social de los sectores poster-gados econmicamente y marginados culturalmente, que se levanta como respuesta, casi dialctica ante la otra Crdoba acartonada, solemne, excesivamente formal en sus costumbres, oscurantista y reaccionaria en sus ideas.26

    La situacin social impuls la creacin de nuevos medios como el mensuario Satiricn, con tono de stira salvaje, que tuvo sus aos dorados en el perodo que se extiende desde el gobierno de Lanusse hasta la muerte de Pern en 1974. La revista se destac porque:

    No perdonaba, no toleraba las crticas, no disculpaba a los personajes adversos, a los enemi-gos lo demola sin recatar absolutamente nada; ejerci la irona, la mofa, el humor negro, el humor obsceno; en fin, no tuvo reparos para arrancar una sonrisa cualquier