112

Tess “princesa”

  • Upload
    others

  • View
    12

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Tess “princesa”
Page 2: Tess “princesa”

Tess

“princesa”

MercedesGallego

Page 3: Tess “princesa”

Primeraediciónendigital:Diciembre2018TítuloOriginal:Tess“princesa”©MercedesGallego2018©EditorialRomanticEdiciones,2018www.romantic-ediciones.comImagendeportada©Winyu,©AndreyArnyagovDiseñodeportada:IslaBooksISBN:Prohibida la reproducción total o parcial, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, encualquiermediooprocedimiento,bajolassancionesestablecidasporlasleyes.

Page 4: Tess “princesa”
Page 5: Tess “princesa”

Menúdenavegación

Page 6: Tess “princesa”

Primeraparte:Julio2015

Segundaparte:Octubre2015

Terceraparte:Abril2016

Page 7: Tess “princesa”

«Enunbesosabrástodoloquehecallado»PabloNeruda

Page 8: Tess “princesa”

ParamisobrinaPatricia,porsudulzura.

Page 9: Tess “princesa”

PrimeraParte

-Julio2015-LaexclusivacafeteríadelClubNáuticorebosabadeclientesalahorapuntadelmediodía.Cercadelascristaleras,desdelasquesecontemplabaunamagníficapanorámicadelGolfodeMéxico,unoscuantos jóvenesdisputabanunapartidadebillar.Aescasadistancia,cuatrohombresjugabanalosnaipes.

Una joven rubia, ataviada con tejanos cortos y top de rabioso color rosachicle, sedemoróen laentradamientrasa susojosasomaba lanostalgiay laalegríaqueleprovocabaregresarallocal.

Descubrióelampliocírculodesusamigosjuntoalabarra,centradosenlamelodiosavozdeMariel,quientocabalaguitarraespañoladesgranandolaletrade una canciónde desamorque estaba demoda.Aguardó a que sonaran losúltimos acordes para hacerse notar y entonces todo el grupo se revolucionó,compartiendo abrazos, risas y comentarios en un jolgorio que despertó laexpectacióndelrestodelaclientela.

—¡Estáis geniales! —aseguró ella, con el ligero acento inglés—. ¡Quéganasteníadeveros!

Red Ontiveros, quien gozaba de la reputación de chico más sexy de lapandilla,noocultóelentusiasmoquesullegadalesuscitó.

—¡Túsíqueestásgenial!¡Setevepreciosa!Augusto,aliaselempollón, recriminóaRedsudesmedido interésconun

gestoy,depaso,aprovechóparahacerlapreguntaquetodosteníanenloslabios.—¡Fijoquetehascolgadoporunchavoamericano!Larisadeellaresonócondesdén.—¡Ni de broma, Augusto! Pasando de chavos, y menos extranjeros.

Decidmevosotros¿algunanovedadjugosaparamisoídos?

Page 10: Tess “princesa”

—¡Quita!—renegóelaludido—.PoraquíseguimostanzonzoscomonosdejasteenNavidad.

—LaNavidadnolamenciones¡Menudaingrata!—acusóMariel,aúnconelsemblanterisueño—.¡Nosdejastetirados!

Ellaseencogiósushombrosconunamuecadepesar.—¡Eso se lo dices a mis padres!El tío Ricardo se empeñó en que le

acompañáramos a Panamá y Diego y yo no tuvimos arte ni parte. ¡Menudopeñazoresultó!¡Osechédemenosarabiar!

Su queja sonó sincera y su amiga y ella se fundieron en un aparatosoabrazo.

—¿Cuándo has llegado? —Ontiveros insistió en tomar protagonismo,fascinadoporloscambiosenlaanatomíadelachica.

—Anoche —respondió, retomando la sonrisa pícara, halagada por suinterés.

—¿Ytepresentasahora?—Laguitarristavolvióadarsealdrama—.¿PorquéDiegoselocalló,elmuyidiota?

—Porque yo le ordené que tuviera la boca cerrada, y más contigo —Bromeódándoleunbeso—.Meapetecíasorprenderos.

—¡Muymal,losinfartossonpeligrosos!LapandarióelcomentariodeOntiverosyellaaprovechóparasaludarcon

lamanoalcamarero,elcualreplicóconunguiñocómplice.—Contadme los planes de esta tarde porque tengo que irme. Se nos han

presentadoinvitadosparaelalmuerzoymamámehametidoprisa.HevenidoarecogeraDiego.

Enmediodelasprotestas,lajovencitaescuchólavozdesuamigaCristina,unamorenaregordetadeojosrasgadosypechosgenerosos.

—Enmicasa,alascuatro.Decidimossobrelamarcha.—Ok.Puesallínosvemos.¿Dóndeandamihermano?¡Ah,sí,enelbillar!Seencaminócondesenvolturaasuencuentro.Alpasarnotólasmiradasde

losjugadoresdecartas.Elloshabíandetenidosuentretenimientoparacuriosearel revuelo que su presencia había organizado. La muchacha desdeñó la deSantiagoRivero,queparecíacomérselaconlavista.Conocíasus inclinacionesdonjuanescas y no le emocionaba ser objeto de su atención. Al resto no lesconocía,peroeltipomorenodeojosnegrostuvoeldondesonrojarla.Molestaalsentirsevulnerable,levantólacabezaconademánaltivo.

—¡Diego,vineabuscarte!—anunció,sinquelavozletemblara.—¡Sólounmomento!—Elaludidogolpeólabolanegraconmaestría.Tras

meterlaenelagujero,soltóeltacoylabesó—.¡Listo!¿Conocesamisamigos?Negó, regalándolesunasonrisaqueprecedióaun intercambiodebesosy

Page 11: Tess “princesa”

algunos piropo que Diego sorteó con bromas. Se despidieron de todos y,cuandoyaestabasaliendo,echóunaúltimaojeadaalamesadelosadultos...Supiel se ruborizóal descubrir el escrutiniode losojosnegros sobre supersona.Muertadenervios,alcanzóaDiegoymontaronensumoto,aparcadafrentealafachada. «¿De dónde ha salido ese portento? ¡Descarado es, pero guapísimotambién!»

—Acabáisdeveramifuturaesposa.Los rostros varoniles, atractivos todos, miraron a Santiago Rivero,

esperandodivisarburlaensusemblante.Lesorprendióquelodijeraenserio.—¿Esa cría? No niego que sea un bombón, pero vamos ¡ en mejores

puertoshasembarcadotú!-.Rióelrubiodeaspectocanalla.Santiagonegó,convencido.—Prontodejarádeserunacría,Roberto.Entoncesmecasaréconella.—Tendrásquecontarconsuaceptación—opinóunterceromientraselde

laspupilasnegraspermanecíanensilencio.—Sabréenamorarla.Esingenuayyogatoviejo.¡Metienecomidoelseso

desdequeladescubríelveranopasado!—Apuestoaquenoloconsigues.LascartasquedaronolvidadassobrelamesaySantiagoRiveroseremovió,

inquieto,mirandoasuamigodecorrerías,JuanSantacruz.—¿Aquévieneesto,Juan?—Aquetúeresgatoviejoconmujeresfáciles.Yellaseráunaniñaahora,

perocuandoseconviertaenmujer...¡Vaasermuchamujer!—¿Lodelaapuestavaenserio?PorqueyofirmoporSantiago—aseguró

RobertoDuvalconsonrisairónica.—¡Nunca me gustaron las apuestas sobre mujeres! —Denegó Juan con

energía,molestoporhaberdadopieatamañatontería.—¡A Dios gracias! —Rió con ironía Ricardo Dávila—. ¡Las habrías

ganadotodas!—Esta vez, no —insistió Rivero con el rostro tenso—. Me gusta esa

muchacha.—Hablandodeella¿quiénes?Meresultafamiliar.LacarcajadadeRobertomolestóalmoreno.—¡Ytantoquedebesonarte!¡Soisvecinos!—¿Tess? —El rostro masculino experimentó un cambio que ninguno

captó,atentosalarivalidadentrelosamigos.—Sí,MaríaTeresaMendoza—apuntóRivero.

Page 12: Tess “princesa”

—Se ha convertido en un dulce —admitió Dávila, siempre cínico —.Aunquelesobranaires.

—¡Ya tienediecisieteaños!—susurróSantacruz,ajenoasuscomentarios—.Síqueestábonita.PeronohaandadoporVeracruz...

—Lleva tiempo en un colegio americano. Cada vez que viene devacacionesrevuelvealosdesuedad,peroestancríaquenisabedecoqueteos.

—¿Y pretendes enseñarla tú?—El tono ofensivo no pasó desapercibidoparaRivero.

—¡Ya te dije que será mi esposa, Juan! Ni se me pasa por la cabezaacercarmeahora.

Santacruzseguardódecomentarloindignaquelasimpleidealeparecía;y,noobstante,seencontrósoltandounanecedad.

—Teapuestoloquegustesaquelaenamoroprimero.Santiagoseremovióensusilla,endurecidoelgesto.—¡Nojuegaslimpio,Juan!Tehedichocuálessonmisintenciones.—Loquenoquitaque, sino lohaces tú, lo intentenotros.Veracruzestá

lleno de cazafortunas y no sería tan raro que alguno más joven te ganara lapartida.

—¡Acepta,hombre!—aconsejóDávila, losojosbrillantespor lanovedad—Seráinteresantevercómoosenfrentáisporunacría.

Ambosamigos,desafiantes,ignoraronasuscompañerosdemesa.—Tesientesmuysegurodetuscartas,¿verdad?Santacruz no respondió. Se limitó amirarlo con fijeza yRivero no tuvo

másopcionesqueceder.—Estábien,aceptoelreto.—¡Brindemosentonces!SantiagointerrumpióaDávilalevantándosedeinmediato.Nohabíaenélla

menorchispadealegría.—Semehahechotarde.Nosvemos.—¿Ytú,Juan?Elaludido se incorporó también sinquenadiepudiera leer quéescondía

bajosupétreaexpresión.—¡Nuncacelebroconantelaciónunavictoria!Hastalanoche.Salieron juntos, hombro con hombro. Una vez en la calle la súplica de

Riverosurgióespontánea.—Juan,¿podríaspensarte...?—No—negóconciso.—¡Meinteresaesamujer!—gimióSantiagoconsinceridad.—¡Puesgánatela!

Page 13: Tess “princesa”

—Túlohasdicho.Noescomolasotras¡Aúnnoeselmomento!—SécómoesTess.Poresohicelaapuesta.Dejóunapropinaalmozoquelehabíaacercadoeldeportivoyseintrodujo

enelauto.Santiago Rivero lo vio desaparecer, raudo, en la venida. Después

contemplólapuntadesuszapatosconelalmaencogida,maldiciendolaligerezadelcomentarioquehabíaprovocadounasituaciónestúpida,conscientedequellevabatodaslasdeperder.

La finca de losMendoza protegía la intimidad de la familia con altos muroscubiertosdemadreselva.AlmenosesaeralaideaqueteníaTesscuandosepusoaquellatardeatomarelsolentoplessobreunahamacadeljardín.AbsortaenlalecturadesuadmiradaIsabelAllende,empezóasentiruncosquilleodedesazónque le hizo levantar los ojos del libro ymirar a su espalda, al único lugar dedondepodíaprovenirlaintrusión,latorredelosSantacruz.Unbastióncuadradoquesealzabaenunextremodelacasayquesuperabaenvariosmetroslatapia.

Descubrirtraselventanallafiguradeldesconocidodeojosnegrosladejósinaliento.Peroallíestaba,pendientedeella,sinelmenordisimulo.

Ruborizada, abandonó el ejemplar sobre la hamaca, se envolvió en elpareoconelquehabíasalido,yseadentróenlavivienda.Aunquesuspadresveían un programa de televisión, amartelados en el sofá, no le preocupóinterrumpirles.

—Mamá,¿quiénviveencasadeMatilde?Desconcertada, la pareja dudó un momento. Respondió su madre,

mirándolaconextrañeza.—Queyosepa,notieneinvitados.—Pueshevistounhombreque…—Noterminólafrase,comprendiéndolo

derepente—¡EsJuan!—Puedeser—admitiósumadre—.Ahoraestáaquí.—¿No lo has reconocido? —Sonrió su padre, apagando el aparato—.

¡Claro,tampocoesextraño!Lleváismuchosañossincoincidir.—Muchísimos —asintió su esposa—. Juan estudió el bachillerato en

Europa.—Sí,esverdad.—Entonces,ese...¿Eseeselhombrequemellamabaprincesa?—¡Y que te cambiaba los pañales! —Rió su madre—. ¿Recuerdas el

miedoquemedabaverlaensusmanos?¡Peroatitehacíatantagraciaqueseloconsentíamos!

Page 14: Tess “princesa”

—Sí—Alasonrisadesumaridoasomóunamuecadenostalgia—Fueronbuenostiempos.¡Penademuchacho!

—¿Quépasaconél?—Tesshabíaolvidadosuinterésporellibroyelsol.—Cosasquenoteincumben,hija.Tessfruncióelceño.Lacuriosidad,sicabe,másavivada.—¿Por qué no? Es nuestro vecino y Matilde mi madrina ¿no va a

interesarmequéocurreconél?Además,situvimosuntratotaníntimo,¿porquéahoraniséquienes?

—Tampoco hay tanto que contar, Tess. Tenía un gran futuro y lo echó aperderporamoríosequivocados.

AntonioMendozaseincorporódelsofáybesólafrentedesuhija.—Mevoyaldespacho.Loscotilleosfemeninosnomeinteresan.—Nosoncotilleos,Antonio.—Sedefendiósumujer—.Esloqueocurrió.

YsabesqueamínuncamehagustadohablardeJuan.—Cierto,cariño;perohasdespertadoelinterésdeestafierecillaymetemo

quetendrásquecomplacerla—Rió,besándolaenloslabios—.Daigual;tardeotemprano teníanque llegar a susoídos las tonteríasde lagente.Anoserqueestaveztambiéndesaparezcapronto.

Tessocupóellugardesupadre,laintrigavisibleensusemblante.—¿Quéhaqueridodecirpapá?¿Dequéhablalagente?¿YporquéJuanno

viveenVeracruz?Marta deMendoza suspiró,mirando a su hija. Se había transformado en

una preciosa chiquilla mientras estudiaba en Boston. No es que antes no lofuera,pero la adolescentehabíandejadopasoauna jovendecuerpoesbeltoyrostroatractivo.¡Notardaríaenconvertirseenlametademuchoscalaverasdela ciudad! Una cierta aprensión le entristeció el ánimo, consciente de que nopodría protegerla como cuando era pequeña y tendría que dejar que seenfrentara a dilemasde adulta que la harían sufrir.Suquerida amiga Matildellevabaañospadeciendoporsuúnicohijo,yellatemíaahoraporelfuturodelossuyos,especialmenteeldeTess,puestoquelasociedadseguíasiendomachistapormuchoquelasmujeresserebelaran.

—Mamá,tehasquedadoseria.SitemolestahablardeJuan,lodejamos.Lodijoconsinceridad,preocupadaporelcúmulodeemocionesquehabía

desfiladoporelrostrodesumadresinque,alparecer,sedieracuenta.Martasonrió,acariciandolasmanosdesuhija.—¡Semehaidoelsantoalcielo,cariño!Noestoyseria.Detodosmodos,

noveoporquéhabrían de interesarte lasandanzasde Juan.Asu ladoeresunbebé.

—¡Voyacumplirdieciochoaños!Noveodondeestáesebebé,mamá—

Page 15: Tess “princesa”

reprochó,esquiva.—Estábien,disculpame.¡Semeolvidaquehascrecido!Pero tendrásque

entender que, para mí, siempre serás una niña —Su madre sonrió conindulgencia—.Con todo, Juan te llevadiezaños, asíque sí eresunacría a sulado.

—Vale, de acuerdo, lo soy . ¿Mevas a contar loquedicende él o se lotendréquepreguntaramisamigas?

Conotrosuspiro,Martapusocaradeiniciarlahistoria,asíqueTesssubiólospiesdescalzosalsofáysedispusoaescuchar.

—Aunque me duela admitirlo, Juan es un chico problemático. Su padredecidióqueestudiaraelbachilleratoenuncolegioinglésyvolviódeEuropaconunasnotasimpresionantes,peroeseveranoseresarciódelosañosdeestudiosabasede juergas. Comenzóuna ingenieríaen laCristóbalColónpero tuvoqueterminarla en el extranjero porque provocó un escándalomayúsculo, del quenunca me enteré muy bien, y hubo de marcharse. Cuando regresó, recibióalgunos encargos gracias a la influencia de su familia, pero la mayor partequedaronsinterminarporque…¡Surgieronimprevistos!Elúltimodisgustoquetu madrina se llevó fue la primavera pasada. Una antigua novia montó otroescándaloasucosta.Aunque,porloquesé,laculpafuesuya.Lebuscólospiesa Juan hasta que lo lió y le obligó a largarse a Europa. Regresó hace poco,apenasunmes.¡Loextrañoesqueaúnnosehayaoídonada!

TessrememorólosrasgosquetantolehabíanimpactadoenelClubynolesorprendió que las mujeres se volvieran locas por él. ¡Era un espécimenespectacular! ¡Sóloporsumiradasepodíaperder lacabeza! Ellanuncahabíavislumbradounosojosmásnegrosnimásfascinantes.

Contrariadaporlahistoriaquesumadrelehabíacontado,torcióelgesto.—¿Noseráquelagentelotieneensupuntodemiraparanopasarleuna?

¡Vividores haymuchos enVeracruz!No hay familia rica que no se precie deteneruncalaveraensusfilas.

Marta revolvió la melena despeinada de su hija. La pasión que ponía aldefenderaundesconocidodenotabasubuencorazón;sinembargo,noquisoquesehicierailusiones.

—Podría ser. ¡Pero debería haber aprendido a ser discreto, aunque sólofueraparaevitarledisgustosaMatilde!

Tess hubo de dar la razón su madre. No obstante, su mirada se volviósoñadora.

—¡Nomeextrañaquelasmujeresloacosen!¿Tehasfijadologuapoquees?

—¡Cómo no voy a fijarme! ¡Tengo ojos en la cara y también soy una

Page 16: Tess “princesa”

mujer!Resultaclavadoasupadre,quehizosuspiraratodamigeneración.¡Quépenaquenosaliera tancabalcomoél!Hastaeldíadesumuerteno tuvomásinterésqueMatildeysusnegocios.¡Menosmalquetúnomepreocupas!Juanesunlibertino,perojamásseatreveríaatocarte.

LaburlabrillóenlosojosclarosdeTess,recordandosusmiradas.—¿Quétehacepensareso?Martalareconvino,seria.—Porque a pesar de los pesares, lleva genes Santacruz. Eres la hija del

mejor amigo de su padre, que en gloria esté, y dudo que pudiera considerartemucho más que una hermana. ¡Si supieras recordar cómo te mimaba depequeña!Erassujuguetepreferido,suprincesa.

—¡Seguramenteniélseacuerda!—Quisocreer,abochornada.—¡Claroqueseacuerda!Siemprequehapreguntadoporti,tehallamado

coneseapelativo.ElsofococalentólasmejillasdeTess,resaltandoelzarcodesusojos.Pero

sumentesetornóaudaz.—¡Seríaunapasadaencandilarle!LacaradeMartareflejóescándalo.—¡Teprohíboquedigastonterías,Tess!Ellasearrodillósobreeldiván,másniñaquenuncaaojosdesumadre.—¡Piénsalo con calma, mamá! ¡Me muero por experimentar esas

sensacionesdelasquehablanmisamigas!¡Aunquesoloseaestremecermeconunbeso!PorsupuestoqueyamehanbesadochicosenBostonperoningunomehizotilín.¡PracticarconJuanseríaalucinante!

Martaseapartódesuhija,abiertamentepreocupada.—¡Meniegoacreerquehablasenserio!—¿Porqué?—ElgestodeTessserevelósincero—.¡Estoysiendofranca

contigo! ¡Necesitoperderesteairede timorata!¿Conquiénmejorqueconunhombrequerespetarámislímites?

—¡Elamornoesningúnjuego,Tess!—recriminósumadreconseveridad— Juan es un hombre ante todo. ¡No pretendas jugar sin salir quemada! ¡Tureputaciónquedaríadestrozada!¿Ydicesquenoeresunaniña?¡Menosmalquepuedofiarmedeél!

Tess comprendióquehabía alarmadoa sumadre sinnecesidady recogióvelas.Pudieraserqueenelfuturolanecesitaracomoaliada.

—Discúlpame,mamá.¡Semehaidounpocolaolla!Peronotenegarásaquenosrelacionemos…¡Afindecuentas,somosvecinos!

MartadeMendozaselopensó,desconfiada.—SabeslomuchoquequeremosaMatilde,ypeseasushistorias,también

Page 17: Tess “princesa”

aJuan.Siempreserábienvenidoennuestracasa.Loúnicoqueteruegoesquenopongastufamaenentredicho.

La muchacha abrazó a su madre, satisfecha de haber logrado vía libre,aunqueaúnnoteníaideadecómoactuar.

—¡Descuida,serébuenachica!Ahoratedejo.HequedadoconMarielensucasa.

Martacontemplócómosupequeñadesaparecíaescalerasarribaconelpelobailándoleen laespalda,apenascubiertaporelpareoycon lospiesdesnudos.Comprendía su entusiasmo y sus ansias de comerse elmundo, pero un temorarraigado en su esencia de madre le dijo que acababan de empezar losproblemas.¡Averquiénpedíaaaquellashormonasrevolucionadasquetomarandecisionessensatas!Seprometiómantenerlosojosabiertosylosoídosalertas.Y,porsilasmoscas,rezaríaparaqueJuanSantacruzresultaraserelhombrequeellaesperaba.

Elencuentronofuepremeditado.TesscerrabalacanceladesucasacuandosecruzóenlaaceradelaurbanizaciónconMatildedeSantacruzapuntodesubirenunaberlinaMercedesBenz.EnvezdeRoberto,suchóferhabitual,eraJuanquienlesosteníalapuerta.

—¡Tess,cariño!¡Nohevueltoavertedesdequetedilabienvenida!—Esverdad,madrina.Sientonohabermepasadoavisitarte—Sedisculpó,

besándolayevitandomiraralhombre,quelasonrojabaconsuescrutinio.Ladamasonrióconafecto.— Has pasado muchos meses fuera. Es normal que todos queramos

acapararte. Por cierto, te presento a mi hijo, Juan. El sí que lleva años en elextranjero.¡Esimposiblequelorecuerdes!

Juan se había mantenido de espectador, asistiendo a la charla con unamediasonrisaqueTesspercibióburlona,loquelahizoreaccionarconaltivez.

—No,claroquenolorecuerdo—Letendiólamanoconademánglacial—.¿Quétal?¿Cómoestás?

Suvozsonócargadadediversiónmientrasobviaba lamanoybesabasusacaloradasmejillas.

—¡Patidifuso! ¡Hascambiado tantoque tampocoyo tehereconocido!Laimagenqueatesoroenmimemoriaesladeunbebéalquecambiabapañales.

La impertinencia del comentario puso a Matilde en la obligación dereprenderasuhijo,aunqueleapetecierareírseconsusalidadetonoyelarreboldelamuchacha.

—Deberías aprender mano izquierda, Juan. Cuando se tiene la edad de

Page 18: Tess “princesa”

Tess,esoscomentariosresultandesafortunados.—No sé porqué, si son ciertos—Se regodeó almirarla— ¡Eras un bebé

adorable!Captar la burla en su semblante incitó a Tess a abofetearlo, pero la

presenciadeMatildelacontuvo.—Gracias. No me entusiasma el recuerdo, pero gracias —musitó entre

dientes.Matilde, sorprendida por la descarada diversión de su hijo, se apiadó del

maltragodesuahijada.—¿Dóndeibas?Nosotros,alcentro.—Acasadeunaamiga,MarielVilas.—¿LahijadeAgustín?Noscaedepaso.Sube,tellevamos.—Noquieromolestar.Pensabadarunpaseo.—¿Molestar?-bufóMatilde—Losairesamericanostehansentadomal,mi

cielo.¡Anda,sube!Iba a obedecer para no desairar a su madrina, recriminándose que la

apabullaralaarroganciadesuvecino,peroelbochornonolediotreguacuandoMatildevolvióaponerlaenapuros.

—¿Detrás?¡No,porDios! ¡Vedelante!Esnormalque los jóvenesvayáisjuntos.Además,atiteencantaconducir.

—Sí—admitió,abrochándoseelcinturón,sinmirarlacaradeJuan—.Peroprefierolasmotos.

—¿Noesuntransporteuntanto...rudoparaunadama?Contuvo una fresca en consideración a su madre; eso sí, lo miró con

desdén.—¡Quécomentariomástrasnochado!¡Noloesperabadeti.—Niyoeseairealtivo.Matildelesmiró,atónita.—¿Estáisriñendo?— ¡Para nada, madre!Contrastamos diferentes puntos de vista ¿No es

cierto,princesa?Dio un respingo al escuchar el apelativo.Cada acto de aquel hombre la

incomodabayalmismotiempolaseducía.—Sí,podríadecirse—Desviólaconversaciónpararestarleprotagonismoy

se dirigió por el retrovisor a su madrina—. ¿Crecieron los rosales queplantamos?

—¡Estánpreciosos!Tienesquellegarteaverlos.YparacontarmecómotefueenBoston.

—¡Haypocacosa!TerminéconbuenasnotasyporfindejéatrásEstados

Page 19: Tess “princesa”

Unidos.¡Eracargantehablartodoeltiempoeninglés!—¿Vasaestudiarunacarrera?Agradecióquesuvozsonaraneutra.—No.Papáquierequemeespecialice,peronomeapetece.Lavidahade

sermásquelibros¿no?Lodijosinintenciónyélnofueirónico.—Sí,cuandotellegueelmomento.—¡Tengodieciochoaños!—Diecisiete—puntualizóél.—¡Bueno,paraelcaso!—seamoscó.—No estoy diciendo que seas una niña —A Tess le sorprendió que se

mostraraconciliador—.Sóloquetequedamuchoporvivir.—Juantienerazón—intervinoMatilde.—¡Perosiesoesloquepretendo,vivir!-replicóindignada—.¡Estoyharta

deregirmepornormasencorsetadas!—¿Tanestrictoeraelcolegio?LamiradadeJuanpasósobreelladesoslayo,sinbajardesucuello,como

sinoquisieracontemplarlaspiernasquelabrevefaldadejabaaldescubierto,nilaceñidacamisetaquemoldeabasuspechos.

—¿EnBoston?¡Imagínate!—Ahoraquehabíanencauzadolacharlanoleapetecíadejarles,peroacababandeentrarenlaavenidadeMariel—.Detenteeneldoce,porfavor.

Sumanolarozóuninstantecuandoseinclinóparaabrirlelapuertafrenteala fincade losVilayel rostrose le tiñódemilcolores.ATess la llevaron losdemoniosporsertanvulnerableaunqueJuandisimularanotarlo.

—Gracias por traerme—Se despidió de él, con una pierna en el asfalto;despuéssegiróparahacer lomismoconMatilde—.Mellegarépor tucasaencualquierrato.

Lasonrisadesumadrinalerespondióconafecto.—Cuandotúquieras,cariño.Algomásseguraabandonóelauto,conscientedesuimagenatractivaconel

viento revolviendo su melena y la falda pegada a sus piernas, aunque laconfianzale duróloquetardóenvislumbrarlasonrisaburlonadeJuanporelespejolateral.

La pista del club se encontraba atiborrada de jóvenesmoviéndose a ritmoderock.Enmediodesupandilla,TessbailabaconOntiverossinpercatarsedequeSara,unatrigueñadeojosverdes,lescontemplabaenfurruñada.Encuantoacabó

Page 20: Tess “princesa”

lacanción,Redlaabrazó.—¿Tomamosunrefresco?Tessasintió,envanecidaporelinterésdelchicomásguapodelgrupo.Se

conocíandesdelainfanciaperotambiénélhabíacambiadosufísico,pasandodeniñomono a joven atractivo,moldeadopor el deporte y los buenosgenes.Loacompañóhasta la barra, ocuparon sendos taburetesyde inmediato el barmanlespusosusbebidashabitualesdelante.

—¿Cuándovamosasalirlosdossolos,Tess?Ella esbozóuna sonrisa coquetay cruzó las piernas, luciendo susmuslos

morenosbajolaescuetafalda.—¿Paraquéquieressalirsolos?Enpandillaesmásdivertido.—Porquequierohablartedecosasque,estandocontodos,noesposible—

musitóél,acercandolabocaasuoídoydejandoposarlamanosobrelatibiapieldesurodilla.

ATesslecomplaciósuaudaciayampliólasonrisa.Redlotomócomounainvitación.

—Vamosfuera.Aquíhacecalor.Tess se encontró sin saber reaccionar. Le apetecía tontear con su amigo

pero,porotrolado,teníaclaroquenoleinteresaba.Carecíade...PensandoquélefaltabarecordóelgestoburlónenelrostrodeSantacruzydeseóborrarlodeun plumazo.No se le ocurriómejor audacia que aceptar el juego de Red. Selevantó con un mohín de mujer fatal y salieron a la avenida bordeada defarolas.

Red enmarcó su rostro con las dosmanos cuando se acomodaron en unbancopróximo.

—¡Tess,necesitoquelosepas!Desdequellegastesueñoconestarcontigo,contocarte,conbesarte...

Ellalomiró, indecisa.NopodíaescudarseenlaignoranciapararebatirelasaltodeRed.SuexperienciaenBostonhabíasidodecepcionanteperononula,y estaba de cajón que él buscaba besarla. Sin embargo, ahora que lo teníaenfrentenosesintiómotivada.Importópoco,porqueél laatrajoasuregazoypególoslabiosalossuyos.Lecorrespondiómientrasunavocecitalegritabaconfrustraciónque no era agradable, que no sentía aleteo en las tripas ni nada denada.

Pararemate,éldejódebesarlaconunrespingo.—¡Sara!Tess los contempló, aturdida. La acusación en la cara de su amiga, la

culpabilidadenladeél...Sellamóidiotapormeterseensemejanteberenjenalsinaveriguarantescómoandaban las relacionesen lapandilla.¡Jamás lehabía

Page 21: Tess “princesa”

pisado un novio a nadie! Para colmo, lo había hecho con un tipo que ni leimportaba.

Sara,conlasmejillasarrasadasenlágrimas,saliócorriendo.Redsequedócomounpasmarote,sinreaccionar.Tesslohizoporél.

—¡Vetrasella,malditasea!—No.Esmejorasí.Lonuestroterminó.¡Estoyenamoradodeti!—¡No digas sandeces!—Se revolvió, furiosa por haber hecho daño a su

amiga—.¡Tegustoporquesoylanovedad!—¡Noescierto!—Serebeló,molesto—.¡Meimportasmucho!No lo insultó para no empeorar la noche. Lo único que quería era que

salierapitandoenbuscadeSara.—¡PorDios,corretrasella!¡Nosabíaquesalieraisjuntos!—Cortamos cuando llegaste. ¡Te he dicho que no te puedo quitar demi

cabeza!—¡Déjatedetonterías,Red!¡Sólosomosamigos!Sientohabercoqueteado

contigo,peronodejesqueSararegreseacasallorandooningunodelosdosnoslovamosaperdonarmañana.

Trasuninstantededuda,RedsemarchóenlamismadirecciónqueSara.Tessoptóporvolveralasuyatambién,sindespedirsedenadie;abochornadaporsucomportamientodeniñavanidosa.

Juan Santacruz conducía despacio, regodeándose en el recuerdo de la últimamujerquehabíatenidoenlosbrazos.Nadadefinitivoperosíagradable,sedijo.Aunqueempezabaacansarsedeesetipoderelaciones.

NosepercatódeljaleoquearmabaungrupodemuchachosacosandoaunachiquillahastaquelostuvomáscercaydescubrióaTess.

Ellanolovio,atentaadefendersedelasmanosquepretendíansujetarla.

Abriólosojosdespacio,martirizadaporlaspunzadasqueleoprimíanlassienes.Lecostóenfocarlavistaycuandolologró,pensóquedeliraba¿QuédemonioshacíaJuanSantacruzasulado?Quisoincorporarseperounamanoensuhombrolaobligóaseguirtumbada.Conlosnerviosaflordepiel,lomiró,suspicaz.

—¿Dóndeestoy?—¿Teduelealgo?¿Medistinguesbien?Lavozenfadadaresonóensucráneo,cargadadereproche.—¡Lacabeza!¡Vaaestallarme!—confesó,sinsalirdelaturdimiento.—Sepasará.Tienesunchichón¿Sóloeso?¿Mevesbien?

Page 22: Tess “princesa”

Suinsistencialamolestóyreplicódemalosmodos.—¡Sí,claroqueteveobien!¿Porquénoibaavertebien?Detectó ira en las pupilas negras y un rictus de enfado en su semblante,

atractivoamásnopoderconlaligerabarbaquelehabíacrecidoenlosúltimosdías.Letemblaronlaspiernasalpensarqueestabaconél.

Juanseadelantóasuspreguntasconunabruscaexplicación.—Unodelosniñatosqueteatacarontelanzócontralaparedyrecibisteun

golpe muy fuerte. Te desmayaste ¡Podrías tener algo interno! ¿Qué diabloshacíassola,aesashoras,enlacalle?

Lossucesosdelanocheanteriordesfilaronporsumenteyelsufrimientosereflejóensusojos.Juanentendiósusobrecargadeemocionesysuavizóelgesto.

—Tevienelclub,bailandocontusamigos,sobrelasonce.Perocuandoteheencontradoseríanlassiete.¿Dóndeibassolaaesashoras?

Tesscontuvolasganasdellorar.¡Elhombrequequeríaconquistarlaestabaregañandocomounpadreaunahijaadolescente!Lavergüenzalamortificó.

—¿Medasagua?¡Porfavor!Juanseincorporóyellaloadmirócondisimuladoanhelo.Conunacamisa

de lino y las largas piernas embutidas en pantalón azul, resultaba devastador.Hubieradadomediavidaporcambiarlasituaciónyqueéllamiraracomoaunamujer,comoacualquieradeesasconlasqueprotagonizabaescándalos.

Él,ajenoasuspensamientos,regresóconunvaso.—¿Dóndeestamos?-preguntó,intimidada.—Enmiapartamento.—¡Nosabíaquetuvierasunapartamento!Juanevitóresponderysemantuvoserio.Fueal incorporarsecuandoTess

descubrió que estaba en ropa interior. Su gesto de asombro sí consiguióarrancarleunasonrisa.

—¡Nopongasesacara!Teníaquecomprobarquenotuvierasnadaroto.Tess,conelvasoamediocamino,maldijoque,paraunavezquelahabía

tocado,ni sehabíaenterado. Juannosupo interpretar su faltade reaccióny leacercóelaguaaloslabios,acomodándoseasuveraeintentandounabroma.

—Nomelotomesamal¡Sabesquetehepuestomuchospañales!Ysilaideano teconsuela, recuerdaque tengofamadehaberdesnudadoacientosdemujeres.

En suvoz latióunamezclade cariño e ironíaque la dejódesconcertada.Cadahoradelanocheanteriorlepasófacturay,derepente,sedesmoronóysedejócaersobresupecho,sollozandocondesespero.

Juan,tomadoporsorpresa,laacogióensuregazoyleacaricióelpeloenunintento por calmarla, acallando la inesperada sensación que despertó en sus

Page 23: Tess “princesa”

sentidoselcontactodelatibiapielqueseapretabacontralasuya.—Tranquila,princesa.Lascosasnuncasontangraves;yaverás...—Leizó

lacaraconsumaternura—.Nomegustaquellores.—¡Quieromorirme!Loconfesóenunsusurro,preparadaparasuburla.PeroJuannoselotomó

abroma.—Cuéntamequéhapasado.—MiamigaSara—hipó—Haintentadosuicidarse¡Pormiculpa!Amíno

meinteresaRed,¿porquéteníaquebesarlo?—Seaturullóconlaspalabras,alborde lahisteria—. ¡Aunque tampoco lo sabía! ¡Yono sabíaque salían juntosantesdequeélligaraconmigo!¡NuncasemehubieraocurridohacerleesefeoaSara!Somosamigasdesdelaguardería.

Volvióasollozar,asustadaporeldañoquehabíaprovocadoyJuanserelajóalconocerlosmotivos.Sehubierareídodenoserporqueunacríadebíaandarenelhospitalyotraestabaasulado,cargadadeculpabilidadporjugaramayores.Mantuvo la cabeza rubia contra su hombro y la acarició buscando calmarla.Tess,reconfortadaporelcontacto,suspiróysedejómimar.

—Sara recapacitará. Comprenderá que son tonterías de juventud —Laanimóélunavezquelaslágrimascesaron.

—¡Perotuvelaculpa!¡NodebípermitirqueRedmebesara!—Fue una tontería sin importancia. Aunque tienes razón, no debes ir

besandoporquesíacualquiertipoquetelopida.Ellaserevolvió,derepenteenfadada.—¿Porquéno?AJuanledesconcertósurabia.—Túmismahasdichoquenoloquerías.—¿Yqué?¿Túsólobesasalasmujeresquequieres?Juansonrió,flemático.Tardóencontestar;acambiolaatrajoasuregazo.

Aunquenoqueríaplanteárselo,legustabasucontacto.—Noeslomismo.Ella pensó que sí lo era, pero no iba a iniciar una discusión. Prefirió

recrearseenelcalordelcuerpomasculino.Durópoco.Parasufastidio,Juanseapartó.

—Sigosinentenderquéhacíasenlacalle.Seadelantóasureprochecontándoleloocurrido.—Fuiunainconsciente,losé.PerocuandoDiegollegóacasaymecontó

queSara estaba en el hospital porque sehabía tomadounaspastillas, nopudedormir. Me avergonzó confesarle mi parte de culpa y no sabía con quiendesahogarmesinquedarcomounamalapersona¡NiaMariel,queesmimejor

Page 24: Tess “princesa”

amiga,me atreví a llamar!Me vestí de cualquiermodo y salí a la calle paradespejarme.Hastaquemerodearonesoschicos,nomedicuentadelotontaquehabía sido. ¡Nunca esperé que las calles de Veracruz resultaran peligrosas!¡Menosmalqueapareciste!

Lebesó,llevadaporelagradecimiento,peroseapartóenseguida,temerosadehaberlomolestado.

Juanlacontemplóconelsemblantesevero.—Fuecuestióndesuertequelasituaciónnopasaraamayores.Almenoste

servirádeexperienciaparanoportarteenadelantecomounaatolondrada—Laobligóatenderseylaarropóconafecto—.Descansaunrato.Mástardeavisaréatuspadres,novayanapreocuparse.

Bajóelestordelventanalantesdevolverseamirarla.—Duermetranquila.Estaréahíalladoporsimenecesitas.Tessasintió,sinsaberquéañadirquenoladejaraasusojoscomounaniña

malcriada. Pero cuando él cerraba la puerta, cedió a la tentación de ponerlebrocheaundíainfernal.

—Graciasportodo,Juan.Graciasporaparecer.Susonrisalareconfortó.—Seríaeldestino,princesa.Descansa.

Nosabíaquéhoraeraperonosintióelmenordeseodemoverse.SeregodeóenlaconversaciónyenlassensacionesdehaberestadoenlosbrazosdeJuan.Noseparecíaennadaaloqueellaansiaba,peroeraunavance.Perfilabaideaslocasen sumentede cómopodría comprometerloparauna cita cuando la puerta seabrióyelobjetodesusdeseoslasaludóconunabrevesonrisa.Llevabaelpelohúmedo y se había mudado la ropa formal por unos tejanos y una camisetablanca que se ajustaba a los pectorales como un guante. Era un dios hechohombreyellasóloalcanzóaquedarsemuda.

—Buenosdías¿Haspodidodescansar?—Sí,gracias.¡Cómo si encontrarla en su dormitorio fuera cosa de todos los días!

Imaginabaquenoteníaparangónconlaschicasquecompartiríansucamaperoleresultóhumillantequelatrataraconnaturalidad.

—Hablé con tus padres y se llevaron un susto tremendo. Me costóconvencerlosdequenonecesitabasquevinieranarecogerte.

Los recuerdos del día anterior regresaron en tropel, mortificándola denuevo.

—¿Cómovoyaexplicarles...?¡Pensaránqueestoyloca!

Page 25: Tess “princesa”

—¡Notemartirices!Loúnicoquelesimportaesqueanochenoteocurrieranada.

Sevioconsolándola,peroa la luzde lamañanasepercibían lascosasdeotramanera.Noqueríadejarse llevarpor lasconfusassensacionesdedisfrutarconTessensusbrazos,asíqueseretrajoyadoptóuntonoimpersonal.

—Siquieresducharte,elbañoestátrasesapuerta.Notardes.Tessmiróel lugarindicadoyluegoaél,asucabellohúmedo.¿Lahabría

miradomientrasdormía?¿Quéhabríapensadoaltenerlaallí,comoacualquieradesusamigas?

Juan,ajenoasusdivagaciones,subióelestorylaestanciaseiluminóconelsoldemediodía.

—Luceundíaprecioso¡Venga,arriba!Arqueó una ceja al notar su pose rígida, sosteniendo la sábana bajo los

brazos.Loentendiódegolpeysoltóunarisotada.—¡Estásesperandoquemevaya!Disculpa.Nohabíacaído.—¿Acostumbrasaquedartemientrastusamigassevisten?Tesssearrepintiódesusalidadetononadamássoltarla.Juanseescudóen

ungestoirónico.—Porlogeneral,sí.Notardes.

Elcuartodebañoeratanimpersonalcomoeldormitorio.Conteníabotescarosdechampúygel,dentífrico,unacoloniamasculinay toallas limpiassobreunabaldadecristal.

Bajoelchorrodeaguasepreguntócuántasmujeressehabríanduchadoallímismoy la rabia la recomiópor dentro;sobre todo, cuando al secarse no tuvootroatuendoqueponersequelosgastadostejanos,lasudaderaconcapuchaylostenisconlosquehabíasalidodeprisaycorriendolanocheanterior.Serecogióelcabello enuna coleta alta y el espejo ledevolvió la imagende laniñaque enrealidadera.

Con el egomaltrecho lo buscó fuera de la alcoba, sorprendida de que lacamayaestuvierahecha.Elapartamentodisponíadeldormitorio,elbaño,yunreducido salónconcocinaamericanaque seabríaalmarconunaespectacularterraza. Lo encontró apoyado en el mirador, tomando un café. Se volvió alescucharla.Sobreunamesadecristalaguardabauncopiosodesayuno.

—Compré croasanes calientes. El zumo es natural, recién exprimido.Nosabíasitomascafé.

—Meencantaelcafé.Yteagradezcolasmolestias—Ignorólacuriosidaddelosojosnegros,quelasondearonpreguntándoseelmotivodesusarcasmo—.

Page 26: Tess “princesa”

Loharáscontodas...Lodepreparareldesayuno,digo.—¿Aquévienenesosaires,princesa?Tengoestepisoparamisenredos,sí;

peronoesperabaqueteofendieraaltraerte.¡Fueelúnicositioquesemeocurrióaunashorastanintempestivas!

Tesssecallólasganasdegritarleloquerealmentelaofendía,quelatrataracon remilgos y no brillara en sus ojos ni una pizca de interésmasculino.Noobstante,comprendióquedichoarranquesóloprovocaríasusburlas.Simulandounaseguridadquenosentía,sesirviózumoymordisqueóeldulce.

—No estoy ofendida. Te pido disculpas.Me sobranmotivos para estarteagradecida.

Juanfruncióelceñoylevolviólaespalda,aparentementeinteresadoenelhorizonte.Cuandosupusoqueellahabíaterminadolorecogiótodo,sinpermitirqueloayudara.

Tessaprovechóparacuriosearel salón.Enunaesquinadel sofádecueroblanco reposaba una manta doblada con pulcritud. Con seguridad la habríausado para arroparsemientras ella se apropiaba de su cama.La decoración sereducíaaunasmarinas,una televisióngigantedeplasmaymueblesdediseño.Ningunafotografía,nadapersonal.

Abandonaroneledificioporlasescalerasysubieronaundeportivonegroenelsolitariogaraje.

—¿Porquénohemoscogidoelascensor?—Lepicólacuriosidad.—Para evitar encuentros embarazosos. Si mi compañía es poco

recomendable,peor seríaque tevieran saliendodemiapartamento.Lasmalaslenguaspropagaríanqueahoramededicoamenores—Losubrayóconundejedeburla,aunquematizósuspalabrasalpercibir larabiaensurostro—.¡Yaséquehascrecido,Tess!Nonecesitoque teempeñesendemostrármelo;peronodejasdeserunaniñaamilado.

Prefirióno replicar.Peseadesearque lavieradeotromodo,comprendióque no estaba a la altura. Hasta el momento no habían mantenido unaconversación que no la alterase a ella o lo divirtiera a él. Quedabameridianamente claro que tenía mucho que aprender antes de jugar conSantacruz.

Frentealafinca,Juanalargóelbrazoyleabriólapuerta,sinrozarla.—Hastapronto,Tess.—¿Noentras?—No.—¿Porqué?Mispadresquerránagradecerte...—Por esomismo. Fue casualidad que te encontrara. Además, lo hubiera

hechoporcualquiermuchacha.Peroquetesirvadeescarmiento.Noesbueno

Page 27: Tess “princesa”

dejarsellevarporlosimpulsos.Seapeódelauto,abatida.—Gracias.Procurarénoolvidarlo.Nosequedóparaverlatiernasonrisaquesuactitudleprovocó.

DuranteunosdíasTesssequedóencasa.SalióunicamenteparahacerlaspacesconSara.Leavergonzabadar lacaraantesupandilla,aunqueMarielacudióatranquilizarlaysufamilianomostrómásreacciónqueuncalurosoabrazodesuspadresyunreticente¿Estástonta,tía?deDiegoalrecibirlaesamañana.

ARednoquisoverlonienpintura.Sara leconfesóquehabíaacudidoalhospitalylehabíapedidoperdón,pesealocual,dijo,sepensaríasiconcederleotraoportunidad.Tessnointercedióporsuamigo,furiosaporelembrolloenquelahabíametido.

Sinembargo,loquelatorturabaeransussentimientosporJuan.Éllehabíamostradounacaratiernaydulcequeleponíaelcorazónacien,yporotrolado,habíadejadopatentequeladistanciaentreelloserainsalvable.¡Nuncadejaríadeverla como a una criatura! La irritaba y al mismo tiempo la provocaba, ledespertabaelinstintodedemostrarlecuánequivocadoestaba.

Le escoció que no apareciera por su casa ni asomara la nariz tras lascristaleras del torreón. Pormás horas que se pasó en la hamaca, con las dospiezas del bikini bien encajadas, no llegó a divisarlo. Temió, incluso, que sehubieravueltoalargar,perotampocoseatrevióapreguntarparanoinquietarasumadre.

Unatarde,cansadadeflagelarse,cogiólamotoyenfilóhacialasafuerasde la ciudad, sorteando matojos campo a través hasta alcanzar una pequeñacolinaconunúnicoocote [1]ysinunalmaenlosalrededores.Dejóelvehículobienasentadoyapoyólaespaldaeneltronco,respirandoelairelimpio.Olíaahumedad porque días atrás había llovido en abundancia, pero esa tarde el solresplandecía.

Diezminutosdespués,elsonidodeunmotorrompiólaarmoníadesupazinterna y el corazón le saltó en el pecho al descubrir el deportivo de Juanavanzandoporelaccidentadoterreno.

Cuando salió del vehículo, con gafas de sol, vaqueros desgastados y unacamisadelcolordelcielo,temióquedarsesinvoz,peroporsuertesumalauvafuesuperiorasuembobamientoyleincrepó,enfadada.

—¿Sepuedesaberquéhacestúaquí?LarespuestadeJuanllegóenformaderisotadadivertidamientrassetiraba

alsueloasulado.

Page 28: Tess “princesa”

—¡Lomismopodríapreguntarteyo!¡Esteesmirincónfavorito!—¡Nodigastonterías!Eselmío.—¡Menudacoincidencia!—Sequitólasgafasparamostrarlequeestabade

broma, pero decidió sincerarse ante su semblante enfurruñado—. ¡Vale! Loadmito. Te he seguido. Te vi salir de casa y me apeteció averiguar dónde terefugiabas;apartedecomprobartupericiaconesetrasto.¡Lodominasdemuerte!Puedequehastameatrevaasubircontigo.

Ella le volvió la espalda y se tumbó boca abajo, sin importarle que elterreno arenoso le arañara la piel de los brazos. Lamezcla de sensaciones alteneraJuanasuladolaconvertíaenunacriaturavulnerableynosabíacómolidiarconello.

—¡Puesyahaceunratoqueestoyaquí!Elimitósuposturayclavósusnegrosojosenlosclarosqueselenegaban.

Letocólabarbillaylaobligóamirarlo.Suvoz,cariñosa.—Preferídejarteuntiempoasolas.Supusequebuscabasintimidad.—Meaburríaencasa—confesó,turbadaporelcontacto.Élpareciósorprendido.—¿Quépasaconelclub?¿Tienesreparosenencontrartecontuamigo?—¡Paranada!Aunque,laverdad,tampocomeapeteceverlo.¡Yesoquese

hadisculpadoconSara!—Legustóimaginarqueparecíanconfidentes—.Ellasepensarásivolverono,perodesdeluegoyonoseréunimpedimento.

—Tu amiga haría bien en hacerse de rogar —opinó él, arrancando unabrizna de hierba y mordisqueándola, sin quitarle la vista de encima —. Encuanto a tu actitud, no seas tan estricta; es normal que el muchacho seencaprichara.Sabesqueerespreciosa,ylabellezaatraealoschicos.

Tess se sonrojópor su comentarioy apartó el rostroparaocultar el gozoquelaembargóescucharlo.

—Séquegustoa loschicos.YamepasóenBoston.Pero tampoco tengoganas de provocar enfrentamientos entre mis amigos —De pronto se calló,sobresaltada— ¿Por qué te cuento estas tonterías? ¿Y tú, por qué pierdes eltiempoconmigo?¡Fijoquepiensasquesonniñerías!

—Loson,peroteafectanatiynoquieroqueestéstriste.Ruborizadadeplacer,aprovechóunasutiltreta.—¿Porqué?¿Quépuedeimportarte?Llevamosañossintratarnos.—Aunquetranscurraunaeternidad,nuncadejarásdesermiprincesa.Lodijoenunsusurroperosonótanburlónqueellaserevolvióenlahierba.—¡No te burles! ¡Y no me vuelvas a hablar de pañales ni cosas así!

¿Cuándovasaaceptarquehecrecido?Juanleacaricióunamejilla.

Page 29: Tess “princesa”

—Tedijequelohabíanotado.Esdemasiadoevidente,Tess.—¡Puestrátamecomoaunaadulta!—masculló,enojada.Por un instante la mirada oscura se nubló mientras Juan calculaba la

respuesta. Su mano permanecía sobre el hombro desnudo de la muchacha,sintiendolatibiezadesupiel.Optóporsercorrectoyrompióelcontacto.

—¿Quieressalirconmigoestanoche?Ella creyó que seguía de broma, pero no, su mirada era directa y su

semblante estaba serio. ¡Lo había conseguido!¡Había conseguido una cita conJuan!Peseatodo,semostrócomedida.

—¿Loquierestú?—Teloestoypidiendo.Tessseperdióensuboca,enelmovimientodeaquelloslabiossusurrando

laspalabrasconlasquehabíasoñadoycomprendióqueestabacoladaporél.Hubiera sido perfecto que Juan aprovechara el momento y la tumbara

sobrelahierbaparacomérselaabesos;peroporelcontrario,secolocólasgafasyseincorporósacudiéndoselahierbadelostejanos.

Ellaloimitó,rauda.—¡Sí,síquieroquesalgamos!—Seapresuróaasentir,temerosadequese

retractara.—Alasdiezentonces.Esperaréfrenteatucasa.Depie,unofrentealotro,Tessizólacabezaparaestudiarlo.Lesacabaun

palmodealturaycubríaelsolconsuanchaespaldadenadador.Lostejanossele escurrían en las caderas dándole un aire indolente que le secó la boca. ¡Elfísicodeaquelhombreeraespectacular!Ysibienellaeraguapadecara,apenasteníaparaofrecersumetrosetentaydosysusformasjuveniles.

Surostrodebiómostraralgunadesilusiónporqueélesbozóunasonrisayleacariciólamejilla.

—Mequedomástranquilosivasdelanteypuedovigilarquenoatropellasaningunaardillaconesearmatoste.

—Ese armatoste se llamaDucati 1199 Panigale, y es unmodelo del añopasado,queherecibidocomoregaloporsuperarmisexámenesconexcelentesnotas—replicó,orgullosa.

—¿NohubieraspreferidounPorsche?—Rióél.—No,yasabíaquetútendríasunosiqueríaprobarlo.Sigoescogiendola

moto—Sepermitióbromear.Juanleregalóunacarcajadaaltiempoquelealborotabaelpelo.—¡Noolvidesponerteelcasco!Sóloelsonidodearranqueyadamiedo.—¡Miraquienfueahablar!Tudeportivoesmáspeligroso.Unamuecagamberrasedibujóenlossensualeslabiosmasculinos.

Page 30: Tess “princesa”

—Esposible;perosabequienessudueño.—¡Prepotente!Legolpeóelpechoconelpuñoyélvolvióareír,sintiéndosecómodocon

el intercambiodepuyas.Sinembargoelsolseestabaponiendoysepreocupóporella,peseahaberconstatadoqueconducíaconpericia.

—Venga,charadasaunlado.Súbeteaesecaballoparaquepuedaseguirteadistancia.

Tessobedeció,sinprivarsedesacarlelalengua.Ambos se pusieron en camino. Al llegar a a entrada de la urbanización,

Juan pitó una vez y se despidió con la mano. Tess, eufórica, le devolvió elademán.

Trasmudarseveintevecesdeequipo,sedecidióporunvestidoazulanudadoalcuello.Dejabaentreverunbonitoescoteypartedesuespalda,perolasuavetelano se pegaba demasiado a su cuerpo haciéndolo provocativo. Se encontróatractiva y mayor, por tanto le pareció adecuado. Calzó sandalias de tacón,dedicóunlargoratoamaquillarseydejósumelenasuelta.Después,buscóasumadre.Tambiénellaestabaarreglándose.

—Hola,mamá¿Salíshoy?—Sí, cenamos con los Alcázar —Frunció el ceño al mirarla— Te has

maquilladomucho¿no?—¿Demasiado?—Seacercóalespejo,preocupada.—No,demasiadono.Perosímásdelohabitual.¿Dóndevas?Mantuvolamiradaasumadre,conscientedequeselajugaba.—HequedadoconJuan.ElreprocheasomóalamiradadeMartadeMendoza.—¡Nomereprendas!¡Prometoportarme!Sóloquieroquemedespermiso

parallegarmástarde.¡Resultaríapatéticorecogermealauna!—Paraalguiendetuedadestádesobra—replicósumadre,cuestionándose

sipermitirlacita.—¡Mamá!¡NoquieroqueJuanseríademí!—Dudoquelohaga.Demuestratenermáscabezaquetú.—¡No seas así!—Se acercó y le regaló un arrumaco, cuidándose de no

estropear su pintura de labios—. No sé a qué hora me recogeré, tal veztemprano.Sólotepidoquenoospreocupéis.

—Intentarénohacerlo.PeroinsistoenquemeofrecemásconfianzaJuanquetú.DesdequellegastedeBostonparecequehayasperdidolasensatez.

—¡Nomeofendas!—Rió,contentaconsuvictoria—Diviérteteconpapá.

Page 31: Tess “princesa”

Estabayaenlapuertacuandosevolvió.—Mamá¿aúnestásenamoradadeél?Susonrisaresultóelocuente.—¡Claroqueloestoy!¡Adoroatupadre!—Yoquierounmatrimonioigual—Confesó,ilusionada.—Entoncescuídatedeelegiralhombreadecuado—respondióMarta,seria

denuevo.—¿Juannopuedeserlo?Laalarmasereflejóenelrostrodesumadre.—¿Tehasencaprichadodeél?—No,mamá.Aunqueseríadelomásfácil.—Procuraquesuencantonoteatrape.AJuanlesobraexperiencia.—¡Esoesloquelohaceinteresante!—Admitióconsinceridad—.Pásalo

bien.¡Prometoqueserébuenachica!Enelsalónsonaronlasdiez.

Juan Santacruz aguardaba en la calle. Llevaba un traje de lino crudo con unacamisaazulmarinoqueresaltabasusrasgosmorenos.Tiróelpitilloalacalzadacuando sintió abrirse la verja de los Mendoza y salió para recibir a Tess,disimulandoelimpactoquelecausósunuevoaspecto.

—Buenasnoches,princesa.¡Estásradiante!—Gracias.Prefiriómostrarseirónicaparaocultarcómoleafectabalaapreciaciónen

susojos,aunquesólologróquesetornaranburlones.—¿Tehaspintadotantoparaparecerdemiedad?—¡Novoymuypintada!—Síqueloestás.Ytefavorece.Peroteprefieroconlacaralavada.—¡Meimportanuncominotuspreferencias!—replicó,mortificadaporque

nolatomaraenserio—¿Dóndemellevas?Habíansubidoaldeportivomientrasdiscutían,sosteniéndoselasmiradas.

Lamasculinafuesocarronaalponerloenmarcha.—Tedejoelegir.—Dondevayasconatusamigas.Silapropuestalesorprendiónolodejótraslucir.Selimitóasonreírconla

vistaalfrente.—Misamigassuelenterminarenmiapartamento.Conelcorazóngalopante,Tesssealegródetenerunaréplicaadecuada.—Yaestuveallí.

Page 32: Tess “princesa”

Lacarcajadafueampliaysuspupilasrierontambién.—Touché, princesa —Le concedió con un gesto—. ¿Conoces Xanadú?

¡No,claroqueno!Ningunodetusamigostieneedadparafrecuentaresosantros.—Sóloconozcoelclub—admitió,obviandoelasuntodelaedad.—Noestoysegurodequeteguste—confesóél—Perositedesagradanos

vamosyenpaz.—Recuperósuactitud irónica—Aunque imaginoqueserviráparasaciartucuriosidad.

—Siteempeñasensermordaz,estropearáslanoche—amenazóseria.—Tendremosunatregua,entonces—concedió—¿Hascenado?—Sí,toméunahamburguesaconDiego.—¿Teimportasiyopicoalgo?Tessseencogiódehombros,conforme.

LallevóaunaterrazadeLosPortalesdondeeldanzón, lasalsay lamarimbaresonabaparalosjarochos[2]ylosturistasqueabarrotabanlasmesas.

Tess conocía el lugar de haber ido con sus padres, aunque rara vez semezclabaconlagenteensitiostumultuosos.Porlogeneralsemovíaencírculosselectos;cafeteríaselegantesyclubesprivados.

LaexperienciadeirdelbrazodeJuan,disfrutardelamúsicaqueponíaenmovimientosuspiesyprobarunoscuantosmanjaresofrecidosdirectamentedesuplato,lahizoreírconespontaneidad,seducidaporlanocheveracruzanaylacompañía,tancómodacomoélentrelariadadepersonasquellenabanlascalles.

Cuandovolvieronaldeportivo,ambosestabancontentos.—¡Parahabercenadoyanolohashechomal!—Bromeóélmientrasdaba

unapropinaalchicoqueleshabíavigiladoelauto.Tessrió,divertida.—¡Losiento!Séquenoesdebuentonocomeradoscarrillos,¡peroesque

todoestababuenísimo!—Sí,devezencuandoesagradabledejaraunladolosplatosselectosylos

camarerosalmidonados.Ellaasintió,derepentenerviosa.—¿Yahora?¿AXanadú?Una nube ensombreció el semblante masculino pero Tess no lo captó,

ansiosaporconoceresossitiosenlosqueélsemovíaasusanchas.—Loprometidoesdeuda—asintiósinmostrarlopocoquedeseabaacudir

allí.

Page 33: Tess “princesa”

La transitada vía se hallaba plagada de locales nocturnos. Juan detuvo elautomóvil frente a uno de ellos y un chaval le salió al paso, lo saludó confamiliaridadyrecogiósusllaves.

Un cartel centelleaba el nombre del garito ante el que una larga cola degenteaguardabaparaentrar.Juanlaobvióylacondujoporunlateraldondeuntipoconpintadeboxeadorlescedióelpasosinmediarpalabra.

ATess lesorprendióel interior.Las lucesdefueraparecíanamortiguadasdentro.Predominabalapenumbraylamúsicamelódica.Noalcanzóavermásquereservadosconsofásymesasbajas.Alrededordelapista,algunasmesitasconsillas.

Juan cercó su cintura y la encaminó a la barra. La atendían un par deatractivosmuchachosyunachicadespampanante.Ellaseacercósinocultarsucuriosidad.

—Buenasnoches,Juan.Ylacompañía.—Hola Charita. Mucha gente ¿no?—objetó él mirando en rededor, sin

concederleelmenorinterés.—Si quieres, te busco unamesa—Sus ojos rasgados se pasearon por la

figuradeTessconundejedeburla—¿Privadao…?—Quedéalapista;siquedan.—Tebusco—Llamóaunodeloschicos—¡Pedro,sirveporaquímientras!JuanobservólacaradeTessysemaldijoporintroducirlaenunambiente

dondeelpersonalnosecortabaenmetersemano,yafueraenlosreservadosoenla pista de baile. Era una discoteca a la vieja usanza, con música lenta paraparejas.

—Bueno,¿quéteparece?Ellaseencogiódehombros,disimulandosudesilusión.—Oscuro,peronoestámal.Elmuchachotraslabarraaguardaba,comiéndoseconlavistaaTessysu

escote.Duchoenlamateria,JuanabarcólabrevecinturaconambasmanosyleregalóaTessunasonrisademarcarterritorioqueretiróelinterésdelchico.

—¿Quéquierestomar?Lacogióporsorpresaeimprovisó.—¿Québebestú?—Whisky,solo.—Lomismo,entonces.Juanenarcóunaceja,dubitativo.—¿Lohasprobadoantes?—¡Porsupuesto!—mintióconaplomo,enfadadaporsupaternalismo.ElchicolessirvióenvasocortodelabotellaquesabíatomabaSantacruzy

Page 34: Tess “princesa”

seretiróaundiscretosegundoplano.Gestoqueagradecióellaencuántomontóelnumeritomásinesperadodesuhistoria.Bebióuntragolargoycreyómorirsecuandoelalcohollequemólagarganta.Atorada,tosió,ynotiróelvasoporqueJuanlocogiódesusmanos,atentoydesconfiadoporsusairesdeestardevuelta.

—¡Nolohabíasprobadoentuvida!—Lereprochóenunsusurrofurioso.—¡No!¿Yqué?—Susojoscasilloraronporlatosylarabia.Para su desconcierto, Juan le sujetó la barbilla y le regaló una sonrisa

cargadadeternura.—¡Que niña eres, princesa! ¡No necesitas jugar conmigo! ¿Te pido una

CocaCola?—¡Claroqueno!—Espetada la réplica, lopensómejor.Elwhisky,desde

luego,noibaatomarlo—.Sí,porfavor.Aprovechandoquelaexuberantecamareraleshacíaunaseña,Juansolicitó

elbotellínyacompañóaTesshastalamesa,nosindejarenlapalmadelajovenunagenerosapropina.

—Gracias,Charita.—Atudisposición,Juan.Paraloquemandes.Tesslafulminóconlamiradaporeldescarodesurespuesta,aunquelaotra

selimitóareíryJuannilotomóencuenta.Leretirólasillayseacomodóenlasuyaconevidentedesgana.

Tess,abochornadapornosentirsealaaltura,intentórecuperarelbuenrolloquehabíantenidoenLosPortales.Seveíaridículaconsurefrescoenlamesa,pero sentirse observada por unos cuantos tipos, entre ellos Santiago Rivero,logróquesuegoaumentara.

—¿Esaquídondevienestodaslasnoches?—Casitodas.Lomismoquetúalclub.—¡Yaquí…?¿Aquíesdondeligasaesaschicas?LaburlaasomóalrostrodeJuan,divertidoporsuinsaciablecuriosidad.—Sí, aquí es donde conquisto a las chicas, la llevo a mi apartamento y

luegomeolvidodeellas.¿Noesesoloquedicendemí?Tessvolvióasonrojarse,incómoda.—¡Noseascínicoconmigo!Dijimosdetenerunatregua.¡Noestropeesmi

noche!Juan asintió. Ella tenía razón. No había motivo para mostrar su cara

desagradable.Tess solo era una cría que jugaba a sentirse adulta, y ya que sehabíaprestadoaacompañarla,intentaríaquenosalieradefraudada.

—Misdisculpas.¿Dequéquiereshablar?—Cuéntamecosasdeti.Unacarcajadaestuvoapuntodebrotarledelpecho.Secontuvoatiempo.

Page 35: Tess “princesa”

Tessnopodíaimaginarlaimagentanraraquedebíandarlosdos,manteniendolas distancias mientras de fondo sonaba una música sensual que invitaba aactividadesmenoslícitasqueenzarzarseenunaconversacióndequinceañeros.

—No soy interesante —aseguró con una sonrisa—. Pero bueno... ¿Quéquieressaber?

Tesssecruzódepiernasyéladmiró,sinelmenorparpadeo,lobonitasqueeran.TodaTesserapreciosa,sinduda.Perodemasiadojovenparauntipocomoélyunlugarcomoaquél.Seremovióincómodo.Yahabíacaptadolapresenciade Santiago, desentendiéndose de su acompañante, para observarles con gestoatónitodesdelaotrapuntadelapista.Lemolestóquepensaraquehabíainiciadolacazayelrecuerdodelaapuestaensombreciósurostro.

Tess,ajenaasuspensamientos,lomiróconarrobo.—Aquétededicas,porejemplo.Mimadremedijoqueestudiaste...Ella no podía saber cuán delicado era ese asunto para él así que le

sorprendiósunegativa.—Sincomentariossobreeso.—¿Porqué?—Serebeló,enfurruñada.El «porque no te incumbe» quedó en sus labios por la presencia de

Santiago,quienignorandoasuamigosedirigióaTesscontalreverenciaenelsemblantequedesconcertóalamuchacha.

—Buenas noches, Tess. ¿Me harías el honor de bailar conmigo? No nos hanpresentado, pero ambos sabemos de sobra el uno del otro ¿no es cierto?Si tepreocupamimalafama,tegarantizoquesolobuscounbaile.EnseguidaestarásdevueltaconJuan.

Tess se perdió un instante en los preciosos ojos verdes sin atreverse aestudiar el resto de su persona, un ejemplarmasculino que en nada tenía queenvidiaraSantacruz.AunquejamássehabíasentidoatraídaporsufísicocomoporeldeJuan,parasuego resultóde lomásestimulanteversepretendidaporuno de los calaveras estrella de la ciudad. Sin embargo, lo que realmente laincitóaaceptarfuelaseguridaddequeningunamujerhabíadejadoplantadoaJuanparabailarconotro.Conuncalculadoademáncautivadorsepusoenpie.

—Encantada.Noteimporta¿verdad,Juan?Volveréenseguida.NopudopercibirelbrilloextrañodelosojosnegrosporqueRiveroenlazó

sucinturaylaatrajoasuscaderas,nomásdelocorrecto,paraseguirlamelodía.—¡Cómotanlejosdelclub?Ella volvió a sorprenderse de que un tipo tan guapo y tan mayor se

interesaraporsuvida.Eraciertoquehabíanotadosusmiradas,peroconsideraba

Page 36: Tess “princesa”

susmundosrespectivostanalejadosqueloimaginóunacoincidencia.Disimulósuturbaciónadoptandounaposemundanaquerogólograraengañarlo.Afindecuentas,nopodíatenerlatancaladacomoJuan.

—QuisehacerunaescapadaymeservídeJuan.—¿Estáissaliendojuntos?Rió,desconcertada.Elloseranamigos¿Nosesuponequedebíandeestar

altantodesusandanzas?—¡Porsupuestoqueno!Sólosomosamigos.—Entonces,aceptarásinvitaciones...LaintensidaddelamiradaverdepusonerviosaaTess,quienretiróvelas.—Metemoqueno.Amispadresnolesgustaquesalgasinlapandilla.Aún

nohecumplidolosdieciocho—confesó,insegura.Elasintió,volviendoapasmarlaconsuactitudcortés.—Me parece sensato. Cuándo los cumplas, ¿me permitirás que te llame

algunavez?Habíaterminadolapiezaysuspiessedetuvieron,casialladomismodela

mesadondeJuanaguardaba,indiferenteenapariencia.—Quizá.Graciasporelbaile,Santiago.Hasidounplacer.Éllebesólosnudillosdelamanoporlaqueaúnlaasía,conunafelicidad

queparecíaverdadera.—Elplacerhasidomío.Hastalavista.SemarchósinunamiradaaSantacruz,convencidodehaberloenfurecido,

satisfechodehabertenidoenlosbrazosalamujerdesussueños.Mientras tanto, Tess estudió la reacción de Juan, pero él había tenido

tiempodesobrapararecuperarlacompostura.—¿Lopasastebien?Lefustigóporsuindiferencia,mostrándosecoqueta.—¡Muybien!Santiagoesmuyinteresante.Mehapropuestosalir.Los hombros de Juan se tensaron aunque su rostro permaneció

imperturbable.—¡Diríasqueno…!—Lodejéenelaire.—Riveronoteconviene.Imaginarlocelosolacolmódefelicidad.Poresoloprovocó.—¿Porquénovaaconvenirme?Esguapoy...—Ypodríahacerteperderlacabeza—mascullóél.—¿Santiago?—Su risa, ufana, aumentó el enfado de Juan—. ¡Menuda

tontería!¡Yosoloperderélacabezaconquienquieraperderla!—¡No tienes ni idea de lo que es un hombre! —Juan habló bajo,

Page 37: Tess “princesa”

conteniendolairaalescucharlatanirreflexiva—Cualquieradelosqueestamosaquí podríamos encenderte y llevarte a hacer cosas de las que después tearrepentirías.

Aterrorizadaporlaposibilidaddequetuvierarazón,Tessseaferróaunaposicióncínica.

—Teaseguroquesoydueñademisemociones.Ningúntíoporguapoqueseavaaconseguir...

Juan se aproximó hasta quedar a un palmo de su rostro, le acarició loslabiosconelpulgaryarrancóuninvoluntariojadeodeTess,estremecidadepiesacabezaporelcalordesudedo.

—¿Ves? ¡Podría tenerte amimerced conun simple toque!—Se apartó,contrariado porque su entrepierna se había sentido aludida también por elcontacto—.¡Eresdemasiado ingenua,Tess! Dedícatea loschiquillosy dejaaloshombresparadentrodeunosaños.

Ellaenrojecióporsudesdén,irguióelbustoylodesafió,molesta.—¡Atréveteabesarmeyverássisoyunaingenua!Juansoltóunacarcajadaseca,fastidiadoporloinfantilporsurabieta.Con

loquenocontófueconqueellaseofendieratantoquesalieracorriendodellocalsimirar por dónde iba. Perplejo, dejó unos billetes sobre lamesa y la siguió,preocupadoporquepudieraperderlaentreelgentíodelanoche.Laalcanzóenla acera. Se abrazaba la cintura con ambasmanos ymantenía los ojos bajos,apretadosparanollorar.Lazarandeó,asustadoporsuimprudencia.

—¿Dóndedemoniosvas?¿Tehasvueltoloca?¿Notesirviódeadvertencialodelaotranoche?

Tessserevolvió,furiosa.Noibaaconcederleelbeneficiodelarazón.Nodespuésdehaberlahumilladodeesemodoydehabermatadosusilusiones.

—¡Suéltame!¡Noteatrevasatocarmenuncamás!Juanseapartó,contrariado.—Deacuerdo,tesuelto;perovamosalcoche.—¡Nopiensoregresarcontigo!—¡Noseasniña!—¡Novuelvasallamarmeniñaentumalditavida!A la réplica le siguió una bofetada. Juan, exasperado, la encerró en sus

brazosyatrapósuboca.Pretendióofrecerleunbesofuriosoquelaasustara;sinembargo,sutibieza,suevidentefaltadeexperiencia,leenardeciólalenguaylaentrepierna,y lacariciapasóa ser sexual.Lamiósus labios, losmordisqueóyarrancójadeosdeTessquelollevaronalbordedeldesenfreno.

Se controló a duras penas, rememorando una ymil veces la imagen delbebéquehabíaprotegidoensuinfancia,perosiguióencerrándolaensusbrazos,

Page 38: Tess “princesa”

apoyado en su coronilla, hasta que se calmó el ardor de su miembro, que senegabaaolvidarloempezado.Cuandoseapartó,Tessdiountraspiés.Teníalaspupilasdilatadas,veladasporelmismodeseoqueloembargabaaél.

—¿Volvemosacasa?—PropusoJuanenunsusurro.Tess asintió, flotando en un limbo de emociones que no sabía cómo

encauzar.Realizaroneltrayectoensilencio,lamiradaalfrente,avergonzadosporlo

sucedido.Cuandollegaron,Juanleabriólapuertasinatreversearozarla.—Buenasnoches—Ladespidió,firme.Lavozdeella,porelcontrario,resultóapenada.—Buenasnoches,Juan.Surelojmarcabalaunamenoscinco.

ATesslecostóhorroresconciliarelsueño.Apartedelbochornoderecordarsuspropios jadeos, se regodeó en la idea de que lo había excitado, de que habíasentido su miembro rozándole el estómago. Sería una cría a sus ojos pero lehabíacalentadolasangreylehabíaarrancadobesosquepusieronenebulliciónla suya. La carne se le erizó al evocar las caricias de su lengua, de su bocamordisqueándola...Sus manos fueron solas al centro de su deseo y se liberóentre gemidos ahogados contra la almohada, susurrando el nombre de Juan eimaginandocómosesentiría si fueransusmanos lasque la tocaran.Saciadaamedias,seadormeciórayandolamañana.

El primer pensamiento al despertar fue para él. Necesitaba verlo conurgenciaasíque lealegróenterarsepor lasdoncellasdequesuspadreshabíansalido.Deesemodonotendríaquedemorarseenexplicaciones.Tomóunzumoypreparósusenseresdebaño.Esperabaencontrarloenelcaminoalclub,oenlabarradelbar,oenlapiscina.Sudesilusiónresultóinmensacuandonololocalizóporningúnladoytuvoqueconformarseconlapandilla.

Enunaparte,Mariellainterrogó:—Diegomehadichoquesalisteanoche.¿Novasacontarmeconquien?Mariel había sido desde el colegio su mejor amiga y le encantaba que

fuera medio novia deDiego pero por esemotivo no estaba segura de quererdarledetallesdelanocheanterior.

—¡NopensarásquevoyairleconelcuentoaDiego!—adivinósuamiga,indignada—.¡Nuestrasconfidenciassonsolonuestras!

Tess,agradecidade tenerconquiendesahogarse, se la llevóa unaparte,albordedelapiscina.

—Salíconmivecino,JuanSantacruz.

Page 39: Tess “princesa”

—¿Elbombóndeojosnegros?Suexpresióndeenvidialahizoreír,eufórica.—¡Elmismo!MellevóaXanadú,unclubnocturnodelcentro.LamiradadeMarielpedíamás.—Mebesó—confesó,regocijada.—¡Ynofuecomootrasveces!—acertó,entusiasmada.—¡Nipor asomo¡—rióTess,dichosa—. ¡Esundiosbesando! Jamásme

habíasentidotan...tan...¡Oh,Mariel,estoylocaporél!¡Nohepodidopegarojoentodalanoche!

Justoentonceslodescubrió.Encompañíadeunamujeratractiva,decortoscabellos rubiosyconunasiluetaespectacular.Reíanconconfianza, apoyadosenlostaburetesdelbar,ajenosalagentequelesrodeaba.

Tessloviotodonegro,respiróhondoparanodesmayarseyasustaraúnmásaMariel,quelacontemplabaaellayasurostropálidoconautenticoterror.

—¿Tess,quétepasa?¿Tess,porquétehaspuestoblanca?Dio la espalda al espectáculo que le rompía el corazón , pero no logró

dominar las lágrimas. Mariel, percatándose del motivo, bufó indignada y lacubrióconsucuerpo,simulandoacompañarlaalbaño.Unavezenlosaseosellasedejócaersobreuninodoroylloróderrotada,abrazadaporsuamiga.

—¡Maldito¡ ¡Maldito sea¡ ¡Le importo un comino! ¡Ha jugado conmigoigualqueconelresto!Menudaestúpidaestoyhecha.

—¡Nodigaseso!¡Peroyasabesloquehablandeél!Sesecólaslagrimasdeunmanotazoyseenvaró,desafiante;avergonzada

dehabersemostradovulnerable.—¡Tienerazóncuandodicequesoyunacría!¡Unacríaimbécilycrédula!

Laculpaessolomíaporpensarmemejorqueelresto.¡Yaves!Otramuescaensucurriculum.

—Nohablesasí—lareprendióMariel—Notehallevadoalacama;sólofueronunosbesos.

—Unosbesosymiracómoestoy…—Gimió,sinpodercontenerse—.Nome extraña que tenga una recua detrás queriendo pescarle. ¡Ay, Mariel, quédesgraciadasoy!¡Conlofelizquemedesperté!

Suamigalabesó,sujetandosushombrosconternura.—¡No permitas que un calavera como ese te derrote! Tú eres Tess

Mendoza, la chica más guapa de Veracruz. ¡No consientas que unos besospisoteentuorgullo!

Tess se aferró al cuello de su amiga y se recreó unos minutos en sudesdicha;despuéssacópechoyensayóunasonrisaaltanera.

—GraciasMariel.Graciasporsermimejoramiga.

Page 40: Tess “princesa”

—Yfuturacuñada,noloolvides—intentóMarielunabromaquelasacaradesudolor—.Lafamiliaestamosparalosmalostragostambién.

Tesslealborotóelpeloconcariño.—¡Que suerte tienesdequemihermano seaunpánfilo!Unpánfilomuy

guapo,peronomás.—¡Queseatrevaaotracosa,quelesacolosojos!—aseveróMarielconun

guiñopícaro—.Ahoravámonosacasa.Esteambienteandaunpelínenrarecido.Tessasintió,abatida.Despuésdetodo,nadalareteníayaenelclub.

—¿Hoytampocosales?Tess denegó con un gesto, simulando retomar la lectura. Sumadre, con

ademánpreocupado,tomóasientoasuladoenotratumbonadeljardín.—EstásraradesdetusalidaconJuan.Ynomehascontadonadadeaquella

noche.—Nopasónada,mamá.Vistequeregresétemprano.—Escierto.Peroadmitequeestásseria.—Másqueseria,aburrida.Lavidacon lapandillameparece monótona.

Mecansodenohacernada-mintió.—Al principio parecías muy feliz —insistió Marta, escamada por la

supuestaindiferenciadesuhija.—¡La novedad! Venía saturada de la contención de Boston; pero ahora

todoslosdíasresultaniguales:club,clubymásclub.—Si has cambiadode idea, a tupadre le encantaráque tematricules en

algunauniversidad.Tess abandonó la novela en la que no lograba concentrarse; no por la

interrupción de sumadre, pues llevaba días con ella y apenas había avanzadounaspáginas.Lohizocondeterminación,controlandoelenojoquelainsistenciadesuspadresleprovocaba.

—¡Deestudiarhemoshabladobastante!¡Noquierohacerloniaquínienelextranjero! Mehepasadomuchosañospegadaa los libros;ahorameapetecesentirmeútil.

—EntoncespruebaaacompañarapapáaCostaRica.Tienequenegociarconunaempresaalemanaypodríasserlecontudominiodelidioma.

ATesslebrillaronlosojos,seducidaporelproyecto.Podríademostrarqueeraadultayquesusañosdeinternadohabíanservidoparaalgo.Seincorporódeunsaltoybesóasumadre.

—¡Mepareceunagranidea!¡Voyaconsultárseloapapá!AMarta le satisfizo el cambio de actitud de su hija. Había buscadomil

Page 41: Tess “princesa”

excusasparadescubrirquéhabíaocurridoenladichosacitaoquéotrotemalepreocupabay,sinquerer,habíahalladounacausaquelamotivaba.

—Estáenuna reunión.Déjalopara lacena.Sabesquenosevaanegar.¿QuieresveniracasadeMatilde?Vamosaplantartulipanes.

Peseaqueleatrajolaidea,senegó.AúnnopodíaenfrentarseaJuan.—Mejorno.Seguiréleyendo.—Juannoestá.Salióhaceunratoconsuauto-tanteóMarta.—¡Entonces, sí!—Cogió la camisola del respaldo y se colocó los short

vaquerossobreelbikini.Martafruncióelceño,descolocada.—¿Pretendesquenomepreocupe?¡Sievitascruzartecon Juanserápor

algo!Ellalediounligerobesoyriómientrassecalzabaunostenisrosa.—¡Tranquila, mamá! Salir con él sirvió para darme cuenta de que es

mayorcísimo.Semequitó la tonteríade suguapuray sederrumbóelmito—Fruncióloslabiosconaparentedesdén—.¿Vescomoesbuenoprobarlascosas?¡Anda,vamos!

Marta,perpleja,quisocreerasuhija,perounsextosentidolealertódequeestaba interpretandounpapel.Loúnicoqueatinófueadecir¿Conesapinta?¡Vasmediodesnuda!

—¡Nodigastonterías!¡Sólotenemosquecruzarunaverja!Tessprecedióasumadreconandaresseguros,confiadaenlaausenciade

Juan.Todavíanosesentíaconfuerzasdemirarlea lacara.Temía gritarleporportarsecomoundesalmado.Tampocoestabaseguradenosonrojarsealevocarsusbesos.Abriólacancelaconmanofirmeyatravesóeljardín,saludandoalaempleadaquelesalióalpaso.

Matildeescribíaunascartasbajolapérgolaperoenseguidalasapartóylededicósusonrisamáscordial.

—¡Quéalegría,Tess!Esperabaatumadreperonosupusequeteapeteceríaecharunratoconnosotras¡Conloquemegustatucompañía,miniña!-Palmeóunabutacademimbreasulado—Vamosatomarunrefrescoantesdelafaena.¡Haceuncalorsofocante!

La doncella se presentó de inmediato con una jarra de limonada y unasgalletascaseras.

NobiensehabíaacomodadoTesscuandounsaludoinesperadoparalizósuentusiasmo.

—Buenas tardes ¡Cuantabelleza reunida! ¿Semepermitedisfrutarde lavista?-Besóasumadreconcariñomientraslaelocuentesonrisaquedirigíaalamuchacha iba directa a sus piernas desnudas—.Llevamos tiempo sin vernos,

Page 42: Tess “princesa”

Tess.Vuelvesafaltardelclub.—Notienealicientes—replicóhosca,deseandohabersepuestoalgomenos

expuesto.—Sobretodoahora—afirmó,burlón,tendiéndoleunvaso.—TesshadecididoacompañarasupadreaCostaRica—intervinoMarta,

sinsabercomotomarseaqueljuegodemiradaseindirectas—.¡Igualempiezanainteresarlelosnegocios!

—¡Quéenvidiamedanlasmujeresdeahora!—aseguróMatilde,tanfuerade juego como su amiga —. Pueden estudiar, viajar, trabajar en lo quequieren...Viven su vida y nadie las critica. Yo hubiera dado algo por habernacidoenestaépoca.¿Túno,Marta?

—También.EnvezdeserflorerodeAntoniquisierahabersidosusocia,peroyaesunpocotarde.Ledejaréelpuestoamihija,sideverdadleinteresa.

Suhijaestabacentradaencontrolarlarabiaqueledabanotarseobservadapor Juan en cada centímetro de su cuerpo y que, para colmo, conservara esasonrisa petulante en la que nadie parecía reparar. Descruzó las piernas y selevantó,dejandoelvasosinterminarsobrelamesa.

—¿Empezamos a plantar los tulipanes? Se nos va a ir la tarde con tantacháchara.

Lasdosmujeressemiraron,atónitasporlasalidadetonodelamuchacha.AningunadelasdoslepasóporaltoelcambiodeactitudquesehabíaobradoenTessnadamásaparecer Juanasíque imaginaronqueentreambosocurríaalgoquenoalcanzabanaentender.Matildefuelaprimeraenreaccionar.

—¡Claro que sí, vamos al invernadero! - Buscó averiguar la causa de labrusquedad de la chiquilla en algún ademán de su hijo pero Juan no podíaparecermásinocente—.Luegonosvemos,cariño.

Juan asintió, brindando con el zumo. Se le daba bien ocultar sussentimientosypeseasentirseheridoporeldesdéndesuvecina,niunmínimogestoledelató.Afindecuentas,sedijo,erajustamenteloquehabíapretendidoconsusacciones,alejaraTessdesumundillo;protegerladetiposcomoSantiagooélmismo.Perodebíaadmitirquedolía.Pasardesentirseadmiradoaodiado,dolía.Sobretododesuprincesa.

Aunque sumadre no había comentado el feo comportamiento que tuvo en elhogardelosSantacruz,Tesssesentíadesazonada.Eraconscientedesusmalosmodalesydecómohabíaavergonzadoasuprogenitora,poresonisiquieraelentusiasmodesupadreporllevarlaaCostaRicalesubióelánimo.Despuésdecenarsequedóenelsalóncontemplandouninsulsoprogramadetelevisión,sin

Page 43: Tess “princesa”

ganasdeacompañarasuhermanoalclubnidejugaralosnaipesconsuspadres.Ignoró el sonido del teléfono, sabiendo que el servicio se encargaría de

atenderlo. Lo que no esperaba era queMaría, la más joven de las doncellas,aparecieraconelinalámbricoyseloofreciera.

—Juan Santacruz—Le comunicó bajito , tapando el interfono por si noqueríacogerlo.

Disimulandolarepentinaansiedadquelecausósaberloalotrolado,esbozóunasonrisayloaceptó.Maríaladejósola.

—HolaTess.Maldijoasucorazónporponerseamilporhoraysimulódesinterés.—Buenasnoches,Juan.Lesintiódudaralotroextremodelalínea.—Mepreguntabasiteapeteceríadarunpaseo.—No,nomeapetece.Larespuestabrotóinmediatadesus labios.Semoríadeganasdeaceptar,

pero su orgullo le impedía olvidar la imagende él divirtiéndose con aquellamujerenlapiscina.

—Disculpa,entonces.—Nohaydequé.Adiós.Dejó resbalar el teléfono en su regazo y aspiró fuerte para contener las

lágrimas.LaspalabrasdeMariel levinierona lamemoriaNoconsientas queunosbesospisoteentuorgullo.Denoserporelrecuerdo,quizáhubieradevueltolallamadayaceptadolainvitación.

Sin ganas de escuchar las tonterías de los famosos se marchó a sudormitorioycogióellibroqueempezabaasercansinopornoterminarlonunca.¡Desdeluegoaqueltítulonofiguraríajamásentresusfavoritos!

Trasunamalanochedecidióbajaralaplaya.Queríaestarsolayelcluberaunherviderodeconocidos.Escogióunrincónsinmuchosturistasyseestiróenlatoalla con los ojos cerrados, buscando la vitaminaD que le curara elmalditoinsomnio,pese a tener claroque el causantede sumalestarno era la faltadelastrosinosudichosovecino.Yaquenopodíatenerauno,seatiborraríadelotro.La idea hizo asomar una sonrisa a sus labios, que desapareció en cuanto unasombra se proyectó sobre ella. El gruñido murió en su boca al descubrir alcausante de susmales delante, con un bañador negro que le cubría desde lascaderasamediapierna.Elrestoerapurapiel,gloriosapielmorena,ajuegoconsupeloysusojos.Latoalla,lacamisaylaschanclaslashabíadejadocaerasulado.

Page 44: Tess “princesa”

—¿Meestássiguiendo?—masculló,incrédula.Juansetumbódirectamenteenlaarena,ofreciéndoleunasonrisatraviesa.—Yasabes,siMahomanovalamontaña…Tess eludió su mirada, furiosa por el descontrol de sus hormonas. ¡Juan

resultabatanmagnéticocuandoseloproponíaquedeberíaserpecadonacercontamañosdones!Irritada,cerrólosojosyloignoró...Durantedossegundos.

—¿TehasparadoapensarquesiMahomanoquierealamontañaseráporalgo?

—¿Nomehasperdonadolosbesosdelaotranoche?Contuvounjadeoalsentirlorespirarensucuello,tancercaqueleerizóla

piel.—¡Noséquéhabríadeperdonar!Terespondílomejorquesupe.Se había incorporado paramirarlo y le sonrojó lamelosa sonrisa que se

formóensuboca.—Paravenirdeunacríanoestuvieronmal.Sinpensarlo,leatizóenelhombro.—¡Eresunindeseable!Juan rió, muy divertido. Los restos de niñez que perduraban en ella

despertabansuternura.—Noniegoquesueloserlo.Peroadmitoqueyo tambiéndisfrutécon tus

besos.ElruborsofocólasmejillasdeTess.Setumbóbocaabajoparaescaparde

losojosjuguetonesquelaobservaban.¡Leaterrorizabavolveraconfiarenél!Juannolepermitióalejarse.Atenazósubarbillaylaobligóamirarlo.—¿Porquéestásenfadadaconmigosinoesporeso?Losojosazulesrefulgieronconrabia.—¡Creíqueéramosamigos!—Ylosomos—asumióJuan,consumiradamássincera.Tess se sentó en la toalla, deseando tener diez años más y la suficiente

prácticaparamanejarsituacionesembarazosas.—¡Claro!Poresolaotramañanatevienlapiscinaymeignorasteaposta

—masculló,lospuñosapretadossobrelaarena.—Teníacompañía—Sejustificóélconnaturalidad.—¡Ya sé que tenías compañía! Parecías encantado. ¡Nomiraste a nadie

más!AJuanse lemudóelsemblante,entendiendodegolpeelenfadodeTess.

En ocasiones olvidaba la diferencia de edad y la distinta formade encarar lascosas que cada uno tenía, así que procuró explicarse con la mayor claridad.Necesitabarecuperarsuestima.Parasuintranquilidad,eldistanciamientodela

Page 45: Tess “princesa”

chiquillaleentristecíaelánimoylehacíaañorarsusenvites.—Nisemepasópor lacabeza quenossaludáramosenunsitiopúblico.

Cuandotesaquédemiapartamentoporelsubterráneotedejémuyclaroquenopuedenrelacionarnosentuambiente.Noquieroquelamaledicenciatealcance;ysi teacercasamí,nopodrásevitarque lasmalas lenguassueltenveneno—Besó sumejilla enun impulso—.Es tu fama laque corre riesgos,Tess; no lamía.¡Jamásmeperdonaríaperjudicartedealgúnmodo!

ATesslegolpeóelpecholaesperanza.¡Queríacreerlo!¡Anhelabacreerlo!Sisuexplicacióneracierta,sehabíaprecipitadoaljuzgarlo.

—¡Amínomeavergüenzasertuamiga!—replicó,reticente.Losojosnegrosrefulgieronconcariño.—¡Gracias,princesa;esomehonra!—¡Meimportauncominoque tehonre!Meagobiascon tus cambiosde

humor,quetanprontoseaszalamerocomomeignores¡Siquieressermiamigotendrásqueaceptarlocontodaslasconsecuencias!

Juanlaabrazó,confiadoenqueningunodesusconocidospisaríaunaplayarepletadeturistas;esperandoquesuintimidadsemantuvieraasalvo.

—Las consecuencias no las pagaría yo sino tú; te empecinas en noentenderlo.

Lasintiótemblarentresusbrazosysecontuvoparanobesarlabocaque,trémula,loencaródenuevo.

—¡Puesdejadepreocupartepormí!Soymayorcitayséloquequiero.Suinstintodepredadorlehizomordersuorejaysusurrarlebajito.—¿Seguro que lo sabes? ¿Recuerdas que soy peligroso? A veces, ni yo

mismoconsigodomarme.Tess se estremeció. La caricia había viajado por sus terminaciones

nerviosasy las habían encendido comouna chispa.¡Qué razón tenía cuando leadvirtiódequehombrescomoélpodríananularsuvoluntad!Conlaspiernasdegelatinaofreciósuúltimaresistencia;esbozóunasonrisayletendiólamano.

—Ahoraloquequieroesunbaño.¿Vienes?Juan admiró su fortaleza. Él se sentía a punto de un no retorno tras el

mordisco.Lasuavidaddesupielcalientesacudiósuentrepiernay,denoserporla maestría con que se manejaba después de tantos años, habría quedado enevidenciacomounadolescente.Seincorporódeunsaltoylasiguióalaorilla.

Nadaronyjugaronenelagua.JuannodisfrutabadelmardesdequeerauncríoyestarconTessentre lasolasfuecomounretornoasu juventud,cuando hacíaapuestasyahogadillascon losamigos.Ella le siguió lasbromasy se lanzaron

Page 46: Tess “princesa”

contra los embates del océano temerariamente, riendo a carcajadas cuando eloleajeleszarandeaba.EnvariasocasionesJuandebióajustarleelbikiniporquelamarealadesnudabayellaterminóporacostumbrarse.Laprimeravezquelohizo sepuso encarnada, pero el guiñodesenfadadode Juan le recordóque lasmujeresdesnudaseransuespecialidadydejódeimportarle.

Cuandoregresaronalastoallas,Tesscayóaplomosobrelasuya.Juansesecóantes.Laplayasefuequedandovacíadeturistasmientrasloschiringuitossellenaban.Agradecidoporlacalma,Juanbuscólosrayosdelsolconelrostroelevado,apartandolavistadeldesmadejadocuerpodeTesshastaqueunchicopasó pregonando bebidas y le compró dos latas de Coca Cola. Tess dio unrespingocuandoselapasóporunbrazotrasquitarlelachapa.

—¡Novayasadormirte,sirena!Repónlíquidos,quehacemuchacalor.Ella,aletargada,diounlargotragoasubebida.—Tecreíamásdeportista—bromeóél.—¡Ríete!EstabaenelequipodenataciónenBoston,peroestonohatenido

nadaquever.¡Estoyrendida!—admitió—.Además,anochedormímal.Juan no preguntó el motivo. Tampoco había pasado buena noche,

disgustadoporsurechazo.Poresolahabíaespiadoylahabíaseguidohastalaplaya.Sinpensarlo,unapropuestasaliódesuslabios.

—Elyatedemipadredebeestarapolilladoenelpuerto¿Tegustaríaquelediéramosunpaseo?

Tessseincorporó,excitada.¡Aquellosonabaasegundacita!Sóloquedabaesperarqueresultaramejorquelaprimera.

—Meencantaría—aceptó.—Despuésdelalmuerzo,entonces.No hablaron más, saboreando los rayos del sol. Al poco, Juan tomó la

iniciativadeirse.Recogieronlosbártulosyabandonaronlaplaya.CuandoTesssebajódeldeportivofueélquieninsistió.

—Alascuatro.¡Noolvidesponerteunagorra!

Elyate,aunqueantiguo,mostrabaunperfilelegantey,apesardelainsinuaciónde Juan, estaba impecable y con losmotores engrasados.Tess dejó que él seencargara de lasmaniobras y se tumbó sobre una esterilla en la cubierta paratomarelsol.Sehabíacambiadoelbikinirojodelamañanaporotroazul,atadoal cuello. En vez de gorra usó visera y gafas oscuras. ¡Adoraba el calor! LohabíaañoradocontodasualmadurantelosañosquevivióenBoston.ElclimadeVeracruzlahacíasentirseviva.

Cuando estuvieron en alta mar, Santacruz paró los motores y bajó a

Page 47: Tess “princesa”

cambiarse.Sustituyólostejanosylacamisaporuncalzónverdealistasblancasysereunióenlapopaconella.

—Deberíamoshabersalidomástarde;todavíahacecalor.—Amínomemolesta.Yapasébastantefríoenelnorte.Juanlequitólasgafascondeliberadalentitud,enungestoíntimo.—Megustavertelosojos—anunció.Sintransiciónpasóaotrotema—.¿

Fuemuyduroelinternado?—Duro no, aburrido —confesó, turbada por su proximidad—. No me

gustaron los inviernos helados ni hablar todo el rato en inglés. Sinembargo,conocí a gente interesante y me vino bien lidiar con mentalidadesdistintasdelanuestra.Medioamplituddemiras.

—AmítambiénmecostóadaptarmeaInglaterrayaltemperamentodeloscompañeros—Reconoció,aunqueenseguidabromeóparanodarpieapreguntasalasquenoqueríaresponder—.Perolopasébien.Ati,fijoqueteperseguiríanloschicos…

—¡Algunos hubo! Pero no sigas por ahí—Frunció la nariz, captando elmatizburlóndelosojosnegros—.Sitemetesenmividaprivada,mesentiréconigualderecho.

Juanasintió,conunachispadeburla.—Siqueremosseramigostendremosqueintercambiarconfidencias.¿Qué

tegustaríapreguntarme?Ellarecordóquelaúltimavezquelointerrogóterminaronenfadadospero

lacuriosidadlepudo.—¿Qué teníadeespecialRosalía Jovellanosparaque te liarasconellael

añopasadoysemontaraunescándalo?Juanencajóelgolpelomejorquesupoaunquenopudoimpedirquedarse

noqueadounosminutos.Selevantóabuscarunosrefrescos,dejandoexpectantea Tess, y sólo habló cuando ella hubo bebido de su lata y él volvió a estaracomodadosobrelacubierta.

—¿QuiéntehacontadolodeRosalía?—Lagentecomentadeti.Ydelasmujeresconlasqueestás—musitóala

defensiva,nomuyseguradesilahabíafastidiado.—¡ Sí, soy muy famoso! —replicó con sarcasmo—. ¿Ves por lo que

insistoenquenopuedenvernosjuntos?Tessvolvióabeberdelrefrescoantesderespondercontonotajante.—¡Creíquemiposturatehabíaquedadoclara!—¿Apesardetodo?—¡A pesar de todo! —Durante un instante captó lo vulnerable que en

realidad se sentía Juan y el corazón se le ensanchó por ofrecerle lo que nadie

Page 48: Tess “princesa”

másledaba-Hemosdichodeseramigos¿no?¡Puesyosoyfielamisamigos!¿Seguimosconlasconfidencias?

ElrostrodeJuansedistendióconunasonrisa.—¡Querrásdecirconelinterrogatorio!—bromeó.—Llámalocomoquieras,peronomehasrespondido.—Salí con Rosalía porque es una mujer hermosa, nada más —mintió

sabiendoquepodíaengañarla.—Hermosaycasada—censuróTess.—Aellanoparecióimportarle—replicócondesdén.—¡Ni a ti tampoco! Aunque las malas aseguran que fue ella quien te

acosó.—Soyuncaballero.Nodiscutoesascuestiones.Tessleacaricióunamejilla,impulsiva,yJuanleretuvolamanosinapartar

lamiradadelaazulqueseleentregaba,negándoseelplacerderozarsuslabiosconlabocaentreabiertaqueteníaamediopalmo.Seapartódemalagana.

—Séqueeresuncaballero.Mispadresnomedejaríanacompañartesinolocreyeran—musitó,contrariadaporperderelcontacto.

Juan obvió profundizar en el asunto. Era consciente de la relación quemanteníansusfamiliasydequeAntonioMendozaloapreciaba,perodeseguro,éleralaúltimapersonaconquienqueríaverrelacionadaasupequeña.Ningúnpadre lo querría cerca de su hija. Asumía sus errores y su fama y por esointentaba no defraudar la confianza que ponían en su persona. Sonrió condesganayatacóaTesspordistintoflanco.

—Vasiendohoradequemecorrespondas.Delbebédelospañalesquedapoco,yde labeldadque tengoal ladoapenas sénada. ¡ADiosgracias, túnotienesunahistoriaalasespaldas!

Tessenarcóunaceja,expectante.—¿Yquétepodríainteresardemí?¡Soydeuncorrientequeespanta!LasonrisadivertidadeJuanvinoacompañadadesumano,queleretiróun

mechónsueltodetrásdelaoreja.Cadavezquelatocaba,seleestremecíalapiel,peroélactuabaconcalma,comosinoleafectara.

—Detimeinteresa todo,princesa.Qué tegusta,qué teemociona,qué temolesta.

A Tess le turbó elmodo de llamarla y la intensidad de sus palabras. Sevolcóencomplacerlo.

—Meencantaleernovelas,verpelículasrománticasydesuspense,gozardelmar,delsol,viajar,conocergentequetienecosasqueenseñar,¡cantarconMarielcuandotocalaguitarra…!¡Meemocionacasitodo!¡Soybastanteboba!

Juanleacaricióelmentónyellaestuvoseguradequelabesaría,perono

Page 49: Tess “princesa”

pasódeahíydeembebersedesuentusiasmo.Tesssoltóelairequeconteníaysiguióabriéndolesualma.

—Nosoportoquememientan,quemeignoren,quemetomenporloquenosoy.¡Perosobretodo,quememientan!¡Loodio!

—Notementiré—PrometióJuan,embelesado.Sabíaque todaella eraunaoferta,quepodría tenderla sobre lamaderay

darseun festínconsuboca,arrancarlegemidosysaciarsuperennecuriosidadporprobarlotodo;conocíademasiadobienalasmujeresyTessnodejabadeseruna;muy joven ,perounamujer; tentadoracomo lamáshermosaquehubieratenido nunca.Le ponía caliente la simple idea de volver a probar su boca, detocar su aterciopelada piel, de saborear lugares que nadie había tocado antes.Peroprecisamenteporeso,porloinocentequeera,porserquienera,nosepodíapermitirsemejantedesliz.Aúnlequedabaunrestodeconciencia.Condesgana,sepusoenpiedeunsalto.

—¡Vamosadarnosunchapuzón!Lasconfidenciasteponenmuyseria.Tess se tragó su desilusión. Había vislumbrado en Juan una lucha por

traspasar la frontera que les separaba. La habíamirado unos instantes con undeseodescarnadoquelaestremeció,peroresultótanbrevequesepreguntósinohabrían sido imaginaciones suyas. Sintió una envidia feroz de RosalíaJovellanos, de loquequieraque fueraque ella teníaque lograba arrancar lascorazasdeJuan.Disimulandosucongoja,saltópor laborda trasély nadaronsinbromear,enfrascadosensusrespectivospensamientos.

CuandoregresaronalacubiertaJuansehabíarecuperado,enfriadoelardordesuentrepiernaporelbaño.AbrióotropardelatasyletendiólasuyaaTessmientras admiraba su melena rubia, rizada por el agua. Le llegaba a mediaespaldayteníauncolordeoroviejofascinante.

—¿Quéhaydeciertafiestadecumpleaños?¿Nopensabascontarmenada?-improvisóparanocaerenlatentacióndeunratoantes.

—¡Claroquepensabadecírtelo!Esperoquenofaltes—replicóconretintín—.¡PeseaquemediaVeracruzestéinvitada!

—Esunaocasiónespecial.Nomeloperderíapornada.Esosí,tendréquellevarpareja.

Tess demostró una congoja tan evidente que casi dio al traste con suspropósitosdemantenerseapartado.

—¿Quieresllevaraalguienenespecial?—No.¡Nuncahetenidoanadieespecialaquienllevaraunafiesta!Pero

no descarto una conquista a tiempo. ¡Porque supongo que estarás demasiadoocupada para bailar conmigo! —Bromeó, intentando borrar la angustia deljuvenilsemblante.

Page 50: Tess “princesa”

Tessrespiródealiviotrassuchanza.Porunmomentoelcorazónlehabíagolpeado en el pecho y temió echarse a llorar como una boba.Recuperada lasonrisa,lerevolvióelpeloconaudaciaysehizolainteresante.

—¡Algúnhuecohabrá!Túestateatento.LacarcajadadeJuanlaesponjódefelicidad,ysussiguientespalabrasmás

aún.—¡Notequitarélosojosdeencima!Nillevaréanadie.Tess,radiante,lebesóunamejilla.—¡Noestuviste en la fiestademisquince, así quemedebesdisfrutarde

ésta!—Resultará especial, te lo garantizo —Se perdió en sus ojos claros ,

azuzado por el ansia de besar los labios que sonreían para él, aunque logrórehacerseatiempo—¡Volvamosacasa!Leprometíamimadrequecenaríaconella.

A su regreso de Costa Rica Tess salió a buscar a Juan, comida por laimpaciencia.Los cinco días se le hicieron eternos pormás que su padre pusoempeñoenenseñarlessitiostípicosenlosratoslibres.Volviósatisfechadehaberservido de intérprete entre los abogados de la empresa y los socios alemanes,sobretodoporquelosacuerdossellevaronacabo,peropocomás.Losnegociosnoleinteresaron.HabíavislumbradoaJuanencadahombrealtoymorenoconelquesecruzó,porcompletoobsesionada.

LeabriólapuertaladoncelladelosSantacruz.—Buenastardes,señoritaMendoza.Laseñoranoestáencasa.—Buscoalseñor—Notó sorpresaenlamuchachaperonoseamilanó—

¿Está?—Enelinvernadero,creo.Iréaavisarle.—Nohacefalta,gracias;yoloharé—Ypasóalinteriorconpasoresuelto.Lo halló en un rincón del jardín, tumbado directamente sobre la hierba,

enfrascadoenunarevistaElsueloamortiguósuspasosyélnolasintióllegarasíquepudocontemplarloaplacerduranteunosminutos.Lacautivóelregocijodesusonrisaaldescubrirla.

—¡Tess!¿Yaderegreso?¿QuétalCostaRica?—Muybien—mintió, sentándose a su veramientras Juan admiraba sus

esbeltas piernas cubiertas con tejanos largos— ¿Y tú? ¿Has conquistado a lamitaddeVeracruzquetefaltaba?

Surisalahizovibrar.—He sido un hijo amantísimo y no he salido de casa —confesó Juan,

Page 51: Tess “princesa”

socarrón—¿Contenta?—Sitúeresfeliz,yosoyfeliz—Lesiguióeljuego.-¿Quélees?—Unarevistadepesca.¿Tegustalapesca?—No sé —admitió, perpleja— Nunca lo había considerado. ¿Te gusta

pescar?—¡Me encanta! Es más, mañana saldré de faena con el yate ¿Quieres

acompañarme?—¡Puesclaro!—Sepermitióserpícara—¡Siempreestoyabiertaanuevas

sensaciones!Juan semordió los labios para no besarla.Resultaba deliciosa cuando lo

provocaba.—¿Sabesqueyatengoparejaparatufiesta?—Estuvoapuntoderectificar

alversusobresalto,perosiguióhablando—Ellamelopidióynopudenegarme.—¿Rosalía?La carcajada de Juan retumbó en el aire yTess no supo a qué atenerse,

nerviosa.—¡Preciosa,puedonegarmeacualquierpeticióndeRosalía!—aclarócon

firmeza—Tehablabademimadre—Laalegríaasomóal rostro juvenildeunmodo tan elocuente que cedió a la tentación de tomarle el pelo— ¡Quémalpensadassoislasmujeres!

—¡Bueno, por lomenosme consideras unamujer!—Fue la única salidaqueseleocurrió.

Juanleacariciólabarbillaconunademáncargadodeternura.—Devezencuandoloeres.Peroteconfiesoquemeencantalacríaquese

revuelvedentro.Tessfruncióelceño,encantadaconelJuanjuguetón.—¿Esoesgalante?—preguntóburlona.—¿Somosamigos,no?Lagalantería,aveces,estásobrevalorada.—Entonces,conmigonoseasgalante—suplicó,espontánea.Lapresenciadeladoncellalesinterrumpió.—Señor,tieneunallamada.—Gracias,Leticia;enseguidalaatiendo¿Medisculpas,princesa?Ellasepusoenpieconagilidad.—Tedisculpoytedejo;tengocosasquehacer.¿Aquéhoramañana?—Lassiete¿tevabien?—¡Tantemprano!Vale.—Ibaaproponertelasseis—rióél,caminodelacasa.—¿Lasseis? ¡Nome levantoaesashoras desdeBoston! ¡Vale,quesean

lasseis!—Estabayajuntoalapuertacuandosedetuvoaguiñarleunojo—¡No

Page 52: Tess “princesa”

vayasatrasnocharyteolvides!—Nopiensosalir—replicó,risueño—¡Hastamañana!Ellasemantuvoenelquicio,másseria.—¿Seráscapazdenosalir?—¡Cualquiercosaporirdepescacontigo!—Ledevolvióelguiño.Tessregresóasucasaflotandoenunanube.

LosMendoza finalizaban la cena cuandoDiego increpó a su hermana convisosdeenojo.

₋ ¿Tampocopiensas salir estanoche?Lapanda llevamásdeuna semanasinverte.

Tesssealzódehombros,displicente.Lapandillaestabaenaquelmomentoenelúltimopuestodesusintereses.

—Mañanamadrugo.Diegoseapartódelamesaconunademánsardónico.—¿Madrugartú?AlgúnplanconelbenditoJuan,sinlamenorduda.—Sí; por ahí van los tiros —admitió, tranquila, aceptando el reto. Su

hermanolehabíadejadoclarasuopiniónrespectoalaamistadconsuvecinoenvariasocasiones.

—¿Hasta cuándo vas a durar este tonteo ? Te quedamayorcito ¿sabes?¡Vaya,quepodríasertupadre!

—Tampoco es eso, Diego —intervino Antonio Mendoza, conciliador—Aunque tuhermano tienerazón,Tess.ValequeveasaJuandevezencuando,peronomegustaquesalgasconélamenudo.Tellevadiezaños.

—Y tiene una fama pésima —completó ella, furiosa por el giro de laconversación.

—También—asintiósupadresininmutarseporsuaccesodeira.—¿Puessabéisqueosdigo?¡Quenohepedidovuestraopinión!Soltólaservilletasobrelamesa,dispuestaalevantarse, perosumadrela

sujetódelbrazoconfirmeza.—¡Bastadediscusiones,Tess!TeheconcedidoquepuedassalirconJuan,

pero si eso implicaquecambies tushábitos,meopondré.Tienesedadde salircontupandillayesloqueseguiráshaciendo¿Estáclaro?Encuantoati,Diego,noeresquiénparameterteenlavidade tuhermana.Ellanoentranisaleconquienestástú,asíquemásvalequelarespetes.

ElambientesepalpótantensoqueTessoptóporretractarse.Adorabaasuspadres,ytambiénasuhermano,aunqueledolíasuinquinahaciaJuan.Perolesobrabainteligenciaparaentenderquedebíasersutilparatenerlosdesuparte.

Page 53: Tess “princesa”

—¡Nopeleemos!HequedadoconJuanparairdepesca,perosaldréunratocon Diego. Saludaré a mis amigos y volveré temprano —Casi suplicó a suhermano—¿Teparecebien?

—Me parece —aceptó él, disgustado por el alboroto que sus palabrashabían provocado y por una situación en la que nunca, antes de la llegada deJuanalavidadesuhermana,sehabíanencontrado.

En el club la recibieron con tales muestras de entusiasmo que Tess se sintióculpable por haberles eludido.Besó aSara y saludó de soslayo aRed aunqueenseguida se vio acaparada por el nuevomiembro del grupo, Enrique Rubio.«Quique»,sepresentó,prendadoalinstante.EstabareciénllegadodeFiladelfia.Con la excusa de intercambiar sus experiencias en tierras americanas laentretuvoentrebaileybaile.

ATesslehalagóelinterésdelmuchacho,evidenteenelbrillodesusojoscastaños y en su actitud corporal, pero declinó su oferta de bailar cuando lamúsica cambió de ritmo y las luces se atenuaron.No estaba dispuesta a crearfalsasexpectativasenningúnchicotrasloocurridoconRed.Ensumentesólohabíacabidaparaunhombre.¡Elmismoalquedescubriómientrasregresabaalamesadesusamigos!

Juancharlabaenlabarraconunapelirrojallamativa,degenerosoescoteylargaspiernas.Comosihubierapresentidosupresencia,élledevolviólamiradacon una sonrisa y la saludó con un breve ademán, pero enseguida retomó laatenciónasuacompañante.

Tesssintióqueelsueloseabríabajosuspies.Quique, atento a sus expresiones, la sostuvo de la cintura sin encontrar

rechazoenelgestoyla ayudóallegarasuasiento,presintiendoquealgonoibabien.

Mientras, Juan salió a la pista y enlazó a la mujer por las caderas,fundiéndose ambos en la penumbra. Para más inri, Tess imaginó un besofurtivoentreambosyescuchóelcrujidodesucorazónalromperseenpedazos.

—¿Tesientesmal? -Quiquecontemplóconpreocupación la transparenciade sus ojos, donde las lágrimas pugnaban por derramarse —¿Prefieres quesalgamos?Omejor,¿tellevoacasa?Tengoelautoahífuera.

—Teloagradeceríamuchísimo—asintió, incapazdeaguantarel tipoconsusamigosdelanteyJuanadospasos,restregándolesuingenuidad.

Elmuchacholasacócondiscrecióndelgrupo,satisfechodepoderayudaralaprimeramujerquelehabíainteresadodesdequeregresóasupaís…aunqueresultaraevidentequenoibaaservirmásquedepañodelágrimas.

Page 54: Tess “princesa”

Tessnoconcilióelsueñoentodalanoche,acongojadaporlaimagendeJuanenbrazosdeladesconocida.«¿SeríalafamosaRosalía?¡Quémásdaba! ¡Habíaprometidonosaliryallíestaba!Jamássehubieraenteradodenoaccederalosdeseosdesuhermano.¡Eraunmalditoembustero,conunacaraanteellayotraasusespaldas!»

Lassábanasseenredaronensuspiernasylaslanzóalsuelo,desesperada.Elcalorylaslágrimashacíanmalasmigasalahoradecalmarsuánimosombríoylashorasfueronsonandoenelrelojdelsalónsinqueelsueñoacudieraensuauxilio. Se devanó los sesos, lamentándose por su traición. Les imaginó en elpisoqueconocía,sobrelassábanasdesedaenlasqueelladurmió,sudorososysaciadosdesexo,ylaslágrimasseamontonaronensusmejillassintiempoparasecarlas.Ledolióelcuerpoyelalma.Anhelóconfervientedesesperaciónserlapersona que estuviera en los brazos de Juan y luego perjuró y se enfadó portenerse en tan baja estima. «Para Juan daba igual una mujer que otra. Suspalabras eran mentiras encaminadas sólo a conseguir un objetivo. Y sinembargo,¿porqueconellano?¿Porquéellaparecíavedadaasusdeseosaunqueresultaba evidente como el agua que le gustaba? ¿Y si era una treta, unaartimaña,yenelfondoestabadestinadaaocuparunpuestomásenlalistadelasquehabíanpasadoporsusbrazos?¿SeestaríaconcediendoJuanuntiempoparahacerle creer que no la conquistaría con la secreta finalidad de seducirla?¿Careceríadehonorpesealoquesumadrepensaba?»

Cuandodieronlasseisyanosabíaquépensar,niquecreer,niquédecidir.Sedebatióentrebajaralacalleyescupirlealacara,ohacerselaingenuaydejarque laembaucara,o…simplemente ignorarloyarrancarlodesuvidaydesussentimientos. ¡Nopodíaestar tanenamoradadeél! ¡Apenasseconocían! Juaneraun capricho, comoopinaba suhermano; nopodía latir nadamásprofundopor un hombre que jugaba de ese modo con ella.¡ Se negaba a aceptarlo!Mientras,laslágrimasquemabansusmejillas,irritadastrastanlarganoche.

Enelsilenciodelamañanaescuchóelmotordeunautoparadofrentealaverja.Contuvolarespiración,pugnandoentresaliroquedarse.Apretólospuños,escondióelrostroenlaalmohadayaguardó;aguardóloseternosminutosqueéltardóenvolverahacerrodareldeportivo.

Tessapretóloscodosylospies,negándoleseldeseodesalirpitandoalaventanaparaverloalejarseenlacalle.Dominósucuerpoysejuró,desalentada,queharíalomismoconsucorazón.

Page 55: Tess “princesa”

Diego amaneció en pie de guerra, enfadado por el modo en que su hermanahabía desaparecido del club la noche anterior. Hubo comentarios porque semarchó conQuique, pero él sabía que la verdadera causa no era elmuchachosinoeldesenfadadodonjuánquearrancabasuspiroshastadelaingenuaMariel,de quien le constaba que estaba colada por sus huesos. Al no hallarla en eldesayuno,aprovechóquesuspadresalmorzabanfueraparamontarleunaescena;perocontemplarsulastimosoestadolodesarmóalpuntodeolvidarlairacontraSantacruzparacentrarlaenTess,aquiencreíamássensata.

—¿Porquétienesesacara?¿Estásenferma?¡Quieresquellameamamá?—¡Niseteocurra!—replicó,cansada,singanasdepelea—Sólohepasado

malanoche.—¿Poresonohasidodepesca?¿Oacasoelpescadortehaplantado?Tess miró a su hermano con desaliento; no quería mentir ni inventar

excusas,únicamentequeladejaransola.Sihabíaacudidoalcomedoreraporqueignoraba que sus padres no estarían y no quiso preocuparles, peromaldito elapetitoquetenía.

—Novoyadiscutircontigo,Diego.Hoyno.Suhermanoestampóelpuñosobrelamesa,sobresaltándola.—¡Noentiendocomounamujercomotú,quepuedetenermediaVeracruz

asuspies,sedoblegaporuncanallacomoese!Sitevieraslacaramedaríaslarazón,Tess.¿Dóndesehametidolachiquillaquemirabaporencimadelhombroalagentesinredaños?¿Quéhashechoconmihermana?

Tessahogóungemidoyapretó losdedossobreelmantel,conteniendoelprontodesalirhuyendo.

—Déjatedemelodramasquesomosmayorcitos.SoylamismadesiempreytejuroquenologroalcanzarelmotivodetuanimosidadporJuan.¡Sialguientieneaculpadeloqueocurresoyyo!¡Laquesehaencaprichadosoyyo!Élnome concede ni la menor esperanza, te lo aseguro—Lo defendió, pese a suspropósitos.

—¡Locreeríasinoteinvitaradepescayzarandajasporelestilo!Dudoqueuseesas tácticascon las tíascomo laqueayer llevóalclub.Para tidebeestarreservandounarsenalmásinnovador,másdesátiropervertidordejovencitas.

LamanodeTessseescapóhaciaelrostrodesuhermanodondeplantóunabofetadaqueaambosdejópetrificados.ElsilencioquesiguiófuerotominutosdespuésporuntacomalsonantedeDiegoyungemidodeTess.

-¡Diossanto,Diego,perdóname!—¿Veshasta quépunto te ciega ese hombre,Tess? ¿Loves? ¡En la vida

hemosreñidotúyyo!Toda la ira quedó disuelta como agua en azúcar en cuanto las lágrimas

Page 56: Tess “princesa”

inundaron lasmejillas deTess.Diego, incapaz de soportar verla en semejanteestado,searrodillóylaacunóensusbrazos.

—Vamos a olvidarlo, hermanita.Mehe pasado tres pueblos, lo entiendo.Pero verte encabezonadame saca demis casillas—Le secó las lágrimas y labesóconternura.

—Voyaponerleremedio,teloprometo—aseguróellaconfirmezapeseaqueloslabiosletemblaran.

Diegolaestrechócontrasupecho,aguantandolasganasdecogerelrostrodeJuanymachacarlocomoaunsacodeboxeo.Besósucoronillaydespuéslaayudóaponerseenpie.

-Yo diría que una cura de sueño te vendríamejor que la comida.Mamátienesedantesensudormitorio,¿tellevounoyterelajas?

—Solosimeprometesnocontarlenada.—Soyunatumbacontuscosas.Sabesquesiemprelohesido.Loque ningunodijo fueque antes nohabía hecho falta que le guardara

secretosporquenadahabíaocurridotantranscendentalenlavidadeellacomopara tenerquecallarlo.Pero, sinduda, lacaradeTessmostraba lasmarcasdehaberseconvertidoenunamujer;enunabastanteinfeliz,porcierto.

Tess cumplió su palabra. Durmió un día entero y cuando despertó con lasprimeraslucesdelalbaseplantófrentealespejoysedijoasímismaqueibaasalir de aquel embrollo.Rememoró cuánto le costó habituarse a su vida en elinternadodeBoston,cuántolloróaescondidasenloslavabosañorandosucasayasusamigos,pero lo logró.Formópartedesucurso, sumónuevasamistades,estudióhastaquedarselosojosyloscodosysaliófortalecida.ConelpasodelosañoslavidaamericanaseconvirtióenunarutinallevaderaquecompensabaconlosdíasdevacacionesenVeracruz.Ciertoquesuspadreslavisitabanamenudoy que sus amigos se carteaban contándole lamenor incidencia en la pandilla,pero sobrevivió a la nostalgia y aguantó hasta el final. Se tomaría delmismomodo su capricho —se negaba a llamarlo amor— Soportaría ver a Juan eltiempo que él dispusiera seguir luciéndose por Veracruz y ella haría su vidaaparte.

Serecogióelcabelloenunacoletaalta,recuperandosuaspectoaniñado,sepintó levemente los labios y ,con ropa deportiva, se presentó en el club. Lapandilla estaba en laspistasde tenis, retándoseunos aotrospor equipos.ConalborozoMariel la conminó a unirseles y ella saludó con la mano a Quiqueantes de ponerse a la tarea. Rieron como niños por los tantos marcados, seinsultaronconjolgorioporlosperdidosycuandoseencontraronenelbartrasla

Page 57: Tess “princesa”

ducha,seabrazaronunosaotroscomosillevaranmesessinverse.LosojoscastañosdeQuiqueRubiosondearonaTesscuandoellaacercósu

taburete y le ofreció una sonrisa abierta a la vez que le ofrecía lamano paraestrechársela.

—TessMendoza. ¿Empezamosdenuevo?Lode laotranoche resultóunpelínaccidentado.

—¿Túdirías?Yolopasébastantebien.NoheolvidadolashistoriassobreBostonquemecontaste.

Ellaampliólasonrisa.Laconexiónconelmuchacholeresultóinesperadaperonoporellomenosgratificante.

—Graciasporacompañarme,detodosmodos.—Fueunplacer.Consideramedisponiblesiemprequeloprecises.Marielinterrumpiólaescena,encantadadeveraTessensusalsa.Diegole

había puesto al corriente del día anterior y no las tenía todas consigo. PeroparecíaqueEnriqueRubiopodíaobrarciertosmilagros.

—Saradicedeirnosasucasaparapasareldíaenlapiscina,¿osapeteceelplan?Podemoshacerbarbacoaycomerallí.Suspadresnoestán.

Tessseencogiódehombros,resuelta.—Yoestoyaloquedigáis.—Ni que decir tiene que me sumo también —asintió él, satisfecho de

disponerdeundíacompletoencompañíadesemejantesirena.—Pues acabamos esto y nos vamos. Por el bañador no te preocupes,

Quique, nosotras tenemos en las taquillas y a los chicos seguro que les sobraalgunoparadejarte.

—¡Ysinoenbolas,nosoytímido!—bromeóélarrancandocarcajadasdelaschicas.

La semana pasó deprisa entre baños y actividades en el club. Tess recuperó aojosdetodoslaalegríayelaspectosaludablequeleproporcionabaelejerciciofísicoyelsol.

Esa noche, un jueves, el espejo le devolvió una atractiva imagen de símisma.Lehabíanpeinadounrecogidoquedejabasuesbeltocuelloalaireylahabíanmaquilladoconunadiscretapaletaentonosnude.Sehabíanegadoairde blanco, como solía preferir el resto de chicas de clase alta; el satén de suvestidolucíareflejosvioleta.Lalíneaerasencilla,conescotecuadradoytirantesmuy finos cruzados en la espalda. Tampoco quiso joyas; sólo pendientesplateadosyladelgadapulseraquelaacompañabadesdequesuhermanoselaregalócuandocumpliólosquince.Sonrió,encontrándosebonita.

Page 58: Tess “princesa”

—¿Contenta?MartadeMendoza,asulado,noocultóelorgulloqueleproducíamirarla.—Mucho,mamá.—¡Estáspreciosa!¡Peronotieneméritoqueyolodiga!—Rió,besándole

unamejilla—Ahoraserámejorquenospongamosenmarcha;tupadreandadelosnervios.Llamóhaceunratoparaavisardequelosprimerosinvitadoshabíancomenzadoallegar.

Lafiestasecelebrabaenlossalonesprivadosdelclub,adornadosparalaocasiónconrosasblancasyramosdevioletasporqueeranlaspreferidasdeTess.LomásgranadodelasociedaddeVeracruzlaacogióconunaplausocuandosupadreacudióarecibirlaenloaltodelaescalinata.Seruborizóalsentirseelcentrodeatención. Estaba acostumbrada a ser mirada y, a decir verdad, conocía a casitodas laspersonaspresentes,perosaberseanalizadahastaelmenordetalleportantosojoslepusounnudoenelestómago.Suprimerpensamientofue«¿estaráaquí?» ,pero se negó a buscarlo entre el gentío. Tomó el brazo de su padre ydescendiólosescalonesconelportedeunadama.Enelarranquelaaguardabansusamigos, loscualesse lanzaronapiropearlacondescaroybromas.Quique,prendadohastalamédula,lebesóunamejillasinaspavientos.

—Meprometisteunbaile—recordótansolo.Tessrióyledevolvióelgesto,contenta.—Todoslosquequierasencuantobesuqueealosinvitados—aseguró.Siguió la estela de sus padres, departiendo animadamente con quienes la

felicitabanycorrespondióalsaludocariñosodesumadrina.MatildeestabasolayellanoseatrevióapreguntarleporJuan,aunquesusojoslobuscaronentreamultitud.Trasescucharelcoreadocumpleaños feliz repartióelpastely recibióencadapedazounagasajoquelahizosembrarelsalóndesonrisas.

—Hola,princesa.Sitedigoqueestáspreciosamequedocorto.Selequebrólaalegríaenlagarganta,aturdidaaltenerlodelante,guapísimo

conunesmoquinnegroqueseleajustabacomounguante.Juan,sindesearllamarlaatención,recogiósuplatoconlatarta.—Recuerdaquemeprometisteunbaile—susurrómientrasseapartaba.ATess lecostórecuperar lacomposturayseguirelritualdelreparto.Sus

ojosrefulgieronapartirdeeseinstanteconunmatizdiferente.Suspropósitosdeolvidarlo se fueron al garete sólo con verlo, impaciente porque llegara elmomentodeestarensusbrazos.Abrióelbaileconsupadreypasódeunosaotros,eufórica,disfrutandodesunoche,sintiéndoseadmiradapor loshombresquelapretendían;preguntándoseporquésiaelloslesgustaba,ibaaserdistinto

Page 59: Tess “princesa”

conJuan.Sehabíaretiradolamayorpartedelosinvitadoscuandolaorquestainició

unamelodíadeFrank Sinatray Juan llenó lapistaconsupresencia.No tuvoquedecirnadaporqueellaesbozóunaampliasonrisaycorrióasusbrazos.LamiradaqueJuanledirigiónopudosermáscálida.

—¿Hasidotanespecialcomodeseabas?—Sí—Seperdióensusojosyéllaestrechócontrasí.Tambiénsuvozsonóíntimacuandolehizoelreproche.—Hascrecido,princesa.Sacaslasuñascomounamujer.Aparentó desconcierto mientras urdía una mentira que no arruinase la

noche.—Noteentiendo.—Meentiendesmuybien—Lamejillaafeitadaserozóconlasuyacuando

lehablóaloído—Faltastealacita.—¿Hablasde lapesca?—Seretiró,sofocada, temblorosas laspiernaspor

recibirsualientoenlacara.—¡No jueguesconmigo,Tess!—Lebuscó losojosclarossinesconder la

ternura—Sabesquesí.Quedamosennomentirnos.—¡No! ¡Tú quedaste en no mentirme! ¡Saliste esa noche! —Se rebeló,

echando chispas de repente, pero él la atrajo un poco más, no queriendoprovocarhabladurías.

—Se trataba de Isabel, una amiga de confianza. Notarías que no intentédisimularcuandonosencontramos.Estabadepasoenlaciudadysemarchabaaldíasiguiente.Nopodíahacerleundesaire,nohabíamotivos.Yestuvealasseis.

—Yalosé—admitió,pesarosa—Escuchétuauto.Suconfesiónle llegóalalma.¡Quéniñaeraynoqueríadarsecuenta!Le

acariciólaespaldaconafecto.—Olvidemoselenfado.Teestoyacaparandoyseguroquemásdeunome

miramal,peroqueríadartemiregalo.¿Puedollevartederegresoacasa?Ellaasintiósinimaginarmejorfinalparalafiesta.—Entoncessiguedisfrutandocontusamigos.Notengasprisa.Teesperaré

loquehagafalta.Cuandolasoltócercadesupanda,Tessseempinósobrelostaconesyle

diounbesoen lamejilla,porcompletoentregada.Juanseacarició lacaraconunaampliasonrisa.

—Gracias,princesa.Eresmuyvaliente,contodoelmundomirando.Ella se encogió de hombros sin apartar su mirada de él, ajena a

todos.—¡Esperoquepapánoseenfade!—replicóburlona.

Page 60: Tess “princesa”

Juansealejó,riendo,mientrasellaregresabaconsusamigosparacontinuarbailando,ignorandolamiradaasesinadesuhermano.

Quique laacaparóhastaqueJuanvolvió, rompiendosusesperanzas,muypasada la madrugada. Se despidió de todos y subió al deportivo que lesaguardaba en la puerta. Juan entregó una propina al aparcacoches, se quitó lachaquetaylapajaritaquetiródecualquiermodoenelasientotraseroysuspiró,satisfecho.

—¡Odioirdeetiqueta!Ytúestásdeslumbrante,perotendrásrotoslospiesconesostacones—Bromeó.

—¡Machacados!—admitióconelocuencia.—¡Quítatelos!—Laincitó,travieso.—¿Yperdertodoelglamour?¡Nosé!—Desprendesglamourconcualquiercosa,princesa.Teaseguroquelapiel

estumejortraje.Searrepintiónadamásdecirlo,peroaellaseleiluminaronlosojosylas

mejillasleardieron.—¿Estásligandoconmigo?—No,esquequedamosennomentirnos—Volvióareír,incapazdeevitar

elflirteoconella.Tess suspiró, feliz. Se quitó los zapatos y subió los pies al salpicadero,

haciendoretrocederelasiento.Suvozsonómimosa.—Noquierovolveracasa.Demosunavueltaporlaplaya.—¿Conestapinta?—Apesardesuspalabras,leencantólaidea.—Noseasconvencional!¡Vamos!—suplicó,zalamera.Santacruz no se hizo de rogar. Realizó un viraje y se encaminaron a la

playa,desiertaaesashoras.Juansedescalzótambiényleofreciósumanoparabajar a la arena. Estaba fría y Tess sintió que se le erizaba la piel. Juan, sinpalabras,volvióalcocheyrecuperósuchaquetaparaella.Caminaronlargoratoensilencio,paladeandosumutuacompañía.Ibanderegresoalautocuandoellarecordó.

—¿Ymiregalo?Dijistequemeteníasuno.Juansonrióconsugestomássensualmientraslasentabasobreeltapizado

decueroyextraíadelaguanteraunpaquetedepañueloshúmedos.Acariciósuspies, limpiándolos de arena. Tess sintió que una oleada de placer la recorríaentera.

—Lostieneshelados.—Sí—La voz le sonó tan ronca que Juan fue cociente de lo que estaba

provocando.Apesarsuyo,seapartó,limpióunpocosusplantasyunavezcalzado,abrió

Page 61: Tess “princesa”

elmaletero.Elpaqueteeraenorme.—Aquítienes.Ellalomirócondesconfianza.¡Algotangrandenopodíaresultarunbuen

obsequio!Nodisimulósufrustraciónalabrirlo.—¡Unpeluche!—¿Noesbonito?—rióél,poniendoelautoenmarcha.Los ojos azules lanzaron centellas a la par que cerraba la puerta con un

golpetazo.—¡Precioso!¡Peronadaadecuadoparaunamujer!LacarcajadadeJuanresonóenlanochecargadadediversión.—Esopensé.—Alargó lamano sin dejar de conducir y volvió a abrir la

guantera de donde sacó un estuche largo— Por eso escogí el peluche para laniñaqueseibayestoparalamujerqueempieza.

Tessvolvióasuspirar,nerviosaconsujuego.—¡Almenosnotienepintadechupete!—Ábrelo—rióél,mirandoalfrente.Tess contuvo el aliento al sacar una cadena de plata conun colgante en

formadeestrellaencuyocentroiba engarzadoundiamante.Antesusilencio,Juanlamiró.

—¿Notegusta?Meparecióquenoeraostentoso—Detuvoelcocheenelarcén,asombrado—¿Porquélloras?

Ellaserefugióensupecho,avergonzadademostrarsevulnerable.—Porque me encanta —susurró, aspirando su olor— ¡Es precioso, de

veras!Juan le apartó la cara, nervioso al tenerla tan cerca. ¡Se había hechouna

promesa y debía cumplirla! Si SantiagoRivero no era lo bastante bueno paraTess,élmenos.Nopodíacontinuaraquellarelación.Ellaseestabaenamorandoy tenía que detenerla. Sin embargo, a pesar de sus propósitos, fue incapaz derechazarla cuandoTess pulsó la palanca de su asiento y lo reclinó para poderarrodillarseensuregazo,nicuandoentrelazólasmanostrassunucaylebuscóla boca, ofreciéndose entera. Respondió con renuencia, pero el ataque resultódevastador para sus sentidos. Se sintió abrumado cuando los juveniles pechospresionaron la tela de su camisa y los notó firmes. Mientras, las impetuosasmanossacaronlosfaldonesdesucinturaylainexpertalenguatrazóuncaminodefuegoporsucuello.¡Sepusotanduroquetemióestallarensuspantalones!Luchóconsigomismoyatemperólapasióndelosbesosconsuavesmordiscos.Losojosazulesestabanvidriososy losdelicadosdedosrecorrían losmúsculosdesuespaldacomosiquisieragrabarenellossushuellasdactilares.Juanperdióla cordura, se olvidó de que estaban a un lado de la carretera y acometió una

Page 62: Tess “princesa”

locuradelaquesearrepentiríamástarde.DeslizóelescotedelvestidoysaboreólospechosdeTess,losmordióychupómientrasunadesusmanoslareteníaporla nuca y la otra buscaba bajo el vestido arrebujado en las caderas hastaencontrarlahumedadquelollamabaagritos.LebastóunpardemovimientosconsusdedosyunaligerapresiónensuclítorisparaqueTesssedeshicieraenungemidolargo,ahogado,queélatrapóconsubocaparadisimulareldolordesuentrepierna.

Durante unos segundos sólo hubo silencio. Después ella se rehízo y sumano se deslizó hacia el bulto que semarcaba bajo los elegantes pantalones,pero la detuvo con firmeza, al fin despejado lo suficiente para controlar eltorbellinodeofuscaciónqueleshabíaatrapado.

—¡Tess,basta!¡Hemosidodemasiadolejos!¡Soyuncanallasinescrúpulosporestropearte lanochedeestemodo!—Noquisomirarsu rostro,arreboladopor lapasióny lavergüenza,convencidodequesi lohacía, terminaríanensuapartamento— ¡Sabes que no debemos hacer esto! Somos amigos ¿recuerdas?DebícontartequemañanasalgoparaEuropa.Heretrasadoelviajeparaestarentufiesta,perocogeréunvueloamediatarde.Sóloqueríaquenosdespidiéramosbien, sin enfados. No soporto que estés molesta conmigo —confesó quedo,odiándoseporlastimarla.

La felicidad de Tess por haber tenido su primer orgasmo, de haberloalcanzadoconJuanparamayorgloria, quedóeclipsadapor lanoticia.Se iba.¡SemarchabadeVeracruz! Regresóasuasiento,cerró losojosmientrasél lerecomponíalaropaconmanoexpertaysemordióloslabios,hinchadosporsusbesos,paranollorar.Cuandohabló,letemblólavozaunquesupoaguantar.

—¿Mellevasacasa?Porfavor.Juanpusoenmarchaelmotorcallándose lasúnicaspalabrasquepodrían

consolarla, ya que sólo servirían para esa noche. Su decisión estaba tomada.Teníaque irse.Habíadestrozadolaescasaamistadquequedabaentreambosynopodíaescogerningúncaminoviable;niquedarseparavercomootrolahacíafeliz,niplantearse laposibilidaddehacerloél. Condujoen silencioycuandollegaron frente a la villa de los Mendoza se bajó para abrirle la puerta. Laacompañó,cabizbajo,hastaqueellautilizólallaveyrecogióelpeluche.

—Gracias por todo, Juan.No estoy enfadada, créeme. Te deseo un buenviaje.

Elmantuvosusojospresosuninstante.Despuésseagachóparadepositarunsuavebesoensuslabiosyseretiró.

—Gracias,princesa.Deseodecorazónqueseasmuyfeliz.Tessnoseatrevióamirarlomientrasentrabaenlacasa.Leardíalapielpor

sus caricias pero su boca maltratada aún no se sentía satisfecha. Subió a su

Page 63: Tess “princesa”

habitaciónsinencenderningunaluz.Loúltimoquenecesitabaeradespertarasufamiliaytenerquedarexplicaciones.Entonceslodescubriósobreeltocador:unramo de rosas blancas con una tarjeta que rezaba Feliz cumpleaños, princesa.Abrazóelpapelconsupulcraletra,conscientedequeeralaprimeravezquelaveía, y se tumbó en la cama sin desnudarse, negándose a romper lamagia deesashoras,aarrancarseelolordesupielquepersistíaenella,ensusmanos,ensu boca... Cerró los ojos y pidió a Morfeo que fuera clemente, que laadormecieraparanoescucharlospedazosdesualmaalromperse,trozoatrozo.

Mañana Juan no estaría. Y ella no sabía si se podría vivir siendo unasombradenuevo.

Page 64: Tess “princesa”

Segundaparte

—Octubre2015--

AlolargodelosdosmesessiguientesTesstuvoocasiónderecomponersuvida.Hubo noches en que las que la melancolía la dejaba traspuesta y se permitíaderramaralgunas lagrimasyotrasen lasque se rebelabay seplantabaanteelespejoparamaquillarseysaliralacalleconánimoguerrero.

EnriqueRubioseconvirtióenunapresenciahabitual.Elledioaentendersin necesidad de palabras que la sabía enamorada de otro, pero le brindó suamistadcondesinterésydelicadezayfueganándosesuafectodíaadía,hastaelpuntodequeel restoempezóaconsiderarlesparejayellossecomportabanenlasformascomosilofueran.

OtraconstantequeseinstalóensuvidafueSantiagoRivero.Loencontrabaen fiestas y eventos donde antes jamás habían coincidido. Sin embargo, nopodía rechazarlo porque se limitaba a ser cortés, sin asomo de galantería. Lepedía un baile, le pagaba una copa que no tomaba con ella y se dedicaba amirarlaconinterés.Sóloeso.ATesslehalagósaberseobjetodeatencióndeunreputadocalavera,perocomonotuvoqueenfrentarseaningúndilemaconél,lodejópasarcomounanécdota.

A finales de septiembre se hallaba disfrutando de un día de playa con elrestodelapandilla,embarcadosenladiscusiónsobrelostrajesqueluciríanenlafiestadedisfracesqueorganizabaelclub,cuandonotóqueMarielpalidecía;sevolvióy... ¡Allíestaba! Juan, bronceado, terriblementeatractivo,paseandoporlaorilladelmaralladodeunamujerdelaquealguiensusurróelnombre,RosalíaJovellanos.Ibanabstraídos,centradosensuconversación,porcompletoajenos al cotilleo que suscitaban a su paso.Tess sintió que se le paralizaba elcorazón.Diego,queminutosanteshacíacosquillas aMariel sobre lahamaca,apretólospuñosybufóensilencio,alcaptarlaagoníadesuhermana.EnriqueRubio,desconcertado,siguióalaparejaquepasódelargo,preguntándosecómo

Page 65: Tess “princesa”

podríacompetirconsemejantetipoycómopodríaconsolarlaevidenteafliccióndeTess.Losdemásnonotaronnada,enzarzadosenlatrivialconversación.

LafiestaalcanzabasupuntoálgidocuandoaparecióTess,acompañadadeDiegoyMariel.

SuhermanotuvoqueenfadarseyMarielrogarleparaqueaceptaraponersela túnica romana y se recogiera el pelo con la cinta dorada. Lo único que leapetecía era quedarse en casa, rumiando su tristeza. Después de dos mesesduranteloscualespensóquelohabíarelegadoalolvido,lossentimientoshabíanvuelto,más intensosydolorosossicabe.En laplayase tragó las lágrimasporpuroorgullo,peronosabíacómoreaccionaríacuandolotuvieradelante.

Fingiódivertirseescudadaenunasonrisaque nosereflejabaensusojosmaquilladosdekohl,perosenegóabailar.Quique,inasequiblealdesaliento,seapartó para buscarle un refresco. Por eso estaba sola cuando un susurro a suespaldaleerizólapiel.

—¿TedecidirásporJulioCésaroporelJabato?—QuizáescojaaNerón—Consiguióreplicarcondesdén.Juan se acomodó a su lado, sin ocultar su contrariedad. Su imagen

impactabaconelesmoquinnegroyelantifazblancoresaltandosupielmorena.—Esperaba un recibimiento más cordial. Hola, Juan. Bienvenido, Juan.

¿Quétaltuviaje?—Laprovocóconunligerosarcasmo.Tess apartó la mirada, consciente del magnetismo de su presencia ¡Era

tenerlo cerca y desear que el mundo existiera únicamente para los dos!Parpadeó,nerviosa,ysenegóaseguirleeljuego.

—¿Cómohasreconocidomidisfraz?¡Noteveoleyendotebeos!—Hace muchos años fui un niño, de esos normales y corrientes, con

aficionesdeniño—replicó,marcandolaironía.Enelpasadohabíabuscadoloqueestabaencontrando, unaactituddesabridayunmarcadodesinterésporsuparte,peroenelpresenteechabademenoslaadoracióndeTess.Admitióparasíque le dolía el rechazo—. Veo que tú también has dejado atrás esa época.Dominasalaperfecciónelartedeponeracadaunoensusitio.

—¿Teincomoda?Al fin susmiradas se cruzaron.Tess advirtió la desazón de Juan y él la

amargura de ella. Por un instante, Juan pensó que le gustaría borrar de unplumazo su vida posterior a los diecisiete años para tener la oportunidad debesarlabocaquetemblóalrecibirelcontactodesusdedosenlamuñeca,alaque había sujetado en un impulso. Sin embargo, la soltó y tragó saliva,esperandoquelavoznolesonararonca.

Page 66: Tess “princesa”

—¿Podemosbailar?—No,mejorqueno—ObservóaQuique,quienseacercabaapasoslentos,

insegurodesidebíainterrumpirles,yloespoleóconunasonrisa—.Hequedadoconél.

Amboshombresseexaminaroncon receloaunqueenseguidaaJuanse lequitó la incertidumbre de hallarse ante un rival serio porque no vislumbródestellos de pasión en los ojos de Tess. En cuanto a Quique, conocía lossentimientos que ese hombre inspiraba a la mujer que amaba, pero nopermitiríaquesupresencia loamedrentara.Estabaconvencidodeque ellaeraunaespeciedeacicateparasuvecino,un juegodespreciablededonjuán.Él laqueríaenserioylucharíaporconquistarla.RecogeríasuspedazoslasvecesquehicierafaltahastaqueTessaborrecieraaSantacruzybuscaraotrosbrazosenlosquerefugiarse.Cuandosepercataradesudevociónlecorrespondería.Poreso,cuadróloshombrosyleentrególacopacongestofirme.

—Meprometisteunbaile¿Prefieresquevuelvadespués?Tess agradeció su auxilio con fingida calma.Dejó el combinado sobre la

mesayseincorporósindespedirse.—No.Vamosahora.Juantendráotrascosasquehacer.Abrazó a Quique en la pista aunque las mejillas le ardieron por la

vergüenza de utilizar a su amigo. Las manos del muchacho la cercaron confuerza.

—Relájate.Respirahondoyolvidaquenosestámirando.Mequedanpocosdíasdeestarcontigoymegustaríadisfrutarlos.

Tess gimió, apenada por fastidiarle las vacaciones. Había intentadoenamorarsedeél,corresponderasusatenciones,perolamalditaimagendeJuaninterferíacuandolebuscabalabios,lasensacióndeltactodeJuanseinterponíaantelamenorcaricia.Lasvibracionesqueponíanenjaquesuestómagosólolasarrancaba labocade Juan.Se insultabaa símismay sedecíaqueQuiqueeraencantador,divertidoyculto.Durantelosdosmesespasadossehabíaconvertidoen el compañero perfecto. Asistieron a las representaciones del Teatro de laReforma,recorrieronlassalasdelMuseoNaval,disfrutarondelasexposicionesdeartemodernoquetantolesatraíanalosdosydisfrutarondelmarydelclub.Perosólopodíaverlocomoaunamigo.Buscósusojoscastañosyleyóenellosunatristeresignación,pesealasonrisadesuslabios

—La vida es injusta —replicó él, retirándole un mechón de la cara yplantándole un beso en la mejilla—. Solemos enamorarnos de la personaequivocada,pero¿quiénsabecómoimpedirlo?

Logróhacerlasonreír,aunquefueradetristeza.—¡Eresadorable!Vasateneralasamericanasatuspiesencuantovuelvas

Page 67: Tess “princesa”

aFiladelfia.Nosoydignanidemediamiradatuya,créeme.—Esodejaqueseayoquienlodecida.Volvióaestrecharlacontrasupechoysiguieronbailando.

TessencontróaMatildeSantacruzyasumadresentadasenelsalón,parloteandodeplantas,ysedetuvoasaludarla.Sumadrinalaabrazóconsuhabitualafecto.

—¿Cómoestás,cariño?Llevotiemposinverte.—Discúlpame, madrina. He querido visitarte pero me han surgido

imprevistos.Ahoraquetodoscomienzanlasclases,teaburrirásdeaguantarme—prometió.

—¡Yonuncameaburrocontigo!Meharáfelizquevengasacasa.Juanhavueltoamarcharseymesientosola.

Lanoticialacogiódesprevenida.MartadeMendozanotócómolemudabaelánimoasuhijaylepreocupólafijacióndeTessporsuvecino.Nosetratabasolodelosañosdediferencia,sinodelafamaqueélacarreaba.Juannoteníanadaqueofrecer,exceptoponeraTesenbocadetodoVeracruz.

—Ni siquiera sabía que iba a venir—susurróTess, incómoda porque lapresenciadesumadreleimpediríaindagarasusanchas.

—¡Nunca faltaen elaniversariodesupadre!Meacompaña a la iglesiaparadarmegusto,aunquereniegadeloscuras.Ymiraquemeentristecequenoviva enVeracruz, pero os confiesoque este año fui yoquien le rogó que sefuera¡Esamalditamujernohaparadodellamarloniunmomento!

—¿LaesposadeMéndez?—seinteresóMarta,indignada.—Sí, Rosalía Jovellanos.No sé como sumarido lo consiente.¡O es un

patánoestáciegoconella!—¿YJuan?—Martafacilitó,sinpretenderlo,lainformaciónasuhija.—¡Segúnleda!—admitióMatilde,contrariada-Unpardedíaslesiguió

lacorrienteyelrestolatratóconindiferencia;peroellanohaparadodeinsistir.¡No la entiendo! Si tanto lo quería, ¿por qué le destrozó la vida? Si de Juanhubieradependido,estaríancasados.¡Mihijolaquisoconlocura!PorelladejósusobligacionesyporsuculpasemarchódeVeracruz,cuandoseprometióconMéndez.¡Esunamalapersona!¡Nopuedosoportarla!

Marta apretó lasmanosde suvecina, que sedeshacía en llanto,mientrasconelrabillodelojoveíalacaraconsternadadesuhija,atónitaporelcúmulodenoticias.

—¿Fueronnovios?—Másqueunapreguntalesalióungemido.—Eranmuyjóvenes—respondióMartaconrecelo—Seconocieronnada

más llegar Juan de Londres y se prendó de ella en su fiesta de los quince.

Page 68: Tess “princesa”

Despuéssecogieronydejaroncienveces.Ellaescoquetaa rabiaryaJuan lomatabanloscelos.

LatíatalaflicciónenelrostrodesuahijadaqueMatildecomprendióporprimeravezlossentimientosdelamuchacha.

—¡Ellalocambió!—confesóconamargura—Jugóconsussentimientosyle rompió el corazón. ¡Muchas noches lo escuchamos llorar en la torre,golpeandolasparedesyjurandocomounloco!CuandosemarchóaestudiarlaIngenieríayanoeraelmismo; lohizoporcomplacerasupadreperonada leinteresaba.Ycuandoregresófuepeor.Seenredóenlíosymalascompañías.ÉldicequeodiaVeracruz,quesolovienepormí—SumiradahúmedaseclavóenTess—.Sinembargo,elveranopasadoparecíafeliz.Creíque...¡Perodaigual!Havueltoairse.Porculpadeesavíbora,noconsigueunavidaestable.Daríamisojosporconocerlocentrado,enamoradocomoDiosmandayteniendohijos.¡Conloquelegustanlosniños!¡Noimaginas,Tess,loquedisfrutabacontigo!

TransmitióaTesssusesperanzas.Unavezintuidoslossentimientosdesuahijada, sus deseos se encaminaron a crearle ilusiones. ¡Ni en sueños hubieraesperadounamujermásadecuadaparaJuan!

—HapasadomuchotiempodesdeRosalía.Juanpodríahaberseenamoradodenuevo-Tanteóella,percibiendolacomplicidaddeMatilde.

—Yolosabría,ytegarantizoqueningunadesusconquistasleimportan.Sedespachaconaventurasalasquellevaaesepisodelaplayaquesecompró.Piensaquenomeentero. ¡ComosihubieraalmascaritativasenVeracruzparaocultarsusandanzas!

MartaselanzóadeteneraMatilde,disgustadaporlaansiedaddesuhija.—Dejemosqueeldestinopongaacadacualensusitio.Juanpareceestar

madurandoysidecidequehallegadoelmomentodeformalizarsuvida,sabrácómohacerlo.

Tess entendió la indirecta. Se levantó y besó a Matilde con una miradacargadadesolidaridad.Mientrassubíalasescalerasesperóaoírcómoseguían,perosumadre,conhabilidad,retomólacharladelasplantas.

EnriqueRubio regresaba EstadosUnidos. Iba a licenciarse en una Escuela deNegocios privadaparadespuéshacersecargodelasempresaspetrolerasdesufamilia.ElhubierapreferidoestudiarencualquieruniversidaddeMéxicoperolospasosestabandadosantesdepasarelveranoenVeracruz,dondesugentesehabía instalado ese año. Tess le había cambiado la vida, para su desgracia entodos los sentidos, porque estaba enamorada hasta las trancas de ella, peroconocía las dificultades a las que se enfrentaba. Y sabía que desde tierras

Page 69: Tess “princesa”

americanasnopodríapelearcontraelrecuerdodeSantacruz.La noche anterior le habían despedido con una fiesta en el club y esa

mañanaTessestabaasuladoenlaterminaldelaeropuerto,cualsideunanoviaatenta se tratara. Sin embargo, él captaba la sutil tristeza que la envolvía; noprecisamentepor su ida.Cuando anunciaron suvuelopormegafonía apretó elesbeltocuerpodelamuchachaydejóunbesoensuslabios,deseandollevarseconsigoalgomásqueun«LlámamecuandoaterricesTeecharédemenos»

Tessloviopartir,abatida,odiándosepornosercapazdecorresponderaunhombrequemerecíaqueloamaran.

LallegadadelhuracánPatriciaamediadosdeoctubre alteró lavidademediaAmérica, incluida ladeTess.El día catorce, elCentroNacionaldeHuracanesinformó sobre la posibilidad de una ciclogénesis en el extremo oriental delPacífico.Eldiecisieteseconsolidó,abarcando lluviascon tormentaseléctricas,parasuertedetodossobreaguasabiertas.Locualnoexcluyóqueenlospaísesqueesperaban resultar afectados, entre ellosMéxico, se tomaran lasoportunasprecaucionesysealertaraalapoblaciónacercadequémedidastomar.

Alcancelarsusvuelosvariasaerolíneas,JuannopudoacudiraVeracruz.DesdeParíssiguiólasnoticiasenunestadodealteraciónconstante.LlamóasumadrecadadíaysolosetranquilizócuandosupoquesehabíatrasladadounosdíasacasadelosMendozatrasenviaralservicioconsusrespectivasfamilias.

La televisión expuso imágenes escalofriantes del huracán a su paso porGuatemala,ElSalvador,Nicaragua,HondurasyCostaRica.Milesdepersonastuvieronqueserevacuadasyhubopérdidasdevidasademásdecuantiososdañosmateriales. Cuando al fin llegó aMéxico, Tess semordía las uñas demiedo.Toda la urbanización se había abastecido de sobra y estaba preparada paracualquieremergencia,peroelpánicoenloscomentariosdelagenteaumentabansutemor.Nuncahabíavividoenpropiapiel losefectosdelanaturalezadeesemodo y ver cómo afectaba las vidas de tanta gente, dejándoles en lamiseria,cuandonomuertos,laobligóatomarconcienciadesusituaciónprivilegiadayacomprenderque,contraciertasfuerzasexternas,nieldineronielpoderservíanpara nada. Por suerte para los mexicanos, el huracán se fue diluyendo yperdiendocategoríahastaquedarseenloquelosmediosdenominarontormentatropical. El día veinticuatro Tess abrazó a su padre con algo parecido a laeuforia.

—¿Quépodemoshacerparacolaborarcontodosesaspobrespersonas?Megustaríasocorrerles.

—Tengo un viaje aplazado a Guatemala por culpa del huracán ¿Quieres

Page 70: Tess “princesa”

acompañarmeyofrecerteaalgunaoenegé?Mequedaréalmenosdossemanaspor allí— Le ofreció AntonioMendoza, agradecido de que su hija mostrarasentimientostannobles.

Tessasintióconvehemenciaytresdíasdespuésestabaenmediodecamposarrasados por los desbordamientos y las lluvias, proporcionando mantas ycomidaagentesdesconocidas.

Enelviajede regresosupadre laabrazóconorgulloaunqueella llevabaimpresalatristezadehaberdejadoatrástantamiseria.Nisiquierasaberquesufamilia había colaborado con el gobierno guatemalteco para proporcionarlessemillasyalimentoslealivióalvolverasuconfortablemundodeniñarica.Paracolmo, recibió por Matilde la noticia de que Juan había hecho un viajerelámpagoparacomprobarquesumadreestababienyhabíavueltoamarcharse.Tess no lamentó haberse dejado llevar por su impulso solidario porque laexperiencialaayudóaafianzarseensuconvencimientodequequeríahaceralgoenlavidaquenofuerajugaraltenisobailarenfiestasconsusamigos,peroledoliósaberqueJuannisiquierahabíaaguardadoaqueregresaraparaverla.

Pronto la vida tornó a la normalidad. Las novelas pendientes de leer se

leyeron, las películas por ver se vieron e hizo tanto deporte que terminóexhausta. No resultaba divertido hacer cosas en soledad. Todos sus amigoshabíaniniciadosusrespectivascarrerasyDiegoandabaagobiadoconsutercerodeMedicinaasíqueraravezpillabacompañíaparasalir,incluidoslosfinesdesemana.Parecíaquetodoelmundosehabíavueltoadultoyresponsablemenosella.

Unamañana de sábado que indagó sobre sus planes a su hermano él lecontestó demalosmodos que se iba a la biblioteca con unos compañeros conquienesdebíacompletaruntemario.Susojosbrillaronconesperanza.

—EntoncesMarielestarálibre.—¿Libre?—bufó—¿Porquétecreesqueestoymosqueado?Sinotuviera

bastanteconlomío,mesueltaquedebepresentaruntrabajoyhacanceladolacitadeestanoche.¡Menudomarróndefindesemana!—Labesóporencima,ceñudo—.¡Disfruta,túquepuedes!

Tess rezongó en el sofá, hastiada de revistas y televisión. Su madre,ocupadaconelportátilenelotroextremo,lelanzóuncable.

—Sitantoteaburresporquéno...—¡Novoyaestudiar!—replicó,aladefensiva.—Noibaaproponerteesosinoquetepasarasporlaoficinadepapá.Anda

agobiadoestosdíasporquenoencuentranintérpretesparalosnegociosqueestá

Page 71: Tess “princesa”

gestionandoconunasempresasalemanasyfrancesas.Igualleseríasútil,comoenCostaRica—Seexplicósinperderlacalma,acostumbradaalosprontosdesuhija.

Laidealeparecióatractiva.¡Almenostendríalamenteocupada!Besóasumadreenunarrebatoycorrióacambiarse.

Las oficinas del imperio Mendoza se hallaban enclavadas cerca del puerto yhacía allá condujo Tess en el deportivo que su padre le regaló por sudecimoctavo cumpleaños. Seguía prefiriendo su moto pero entendía que enocasiones como aquella, en las que usaba falda de tubo y tacones, las cuatroruedasresultabanmásútiles.

SantiagoRiveroreconociósumelenarubiaondeandoalvientoalcruzarseen dirección contraria. Sin pensarlo dos veces, dio la vuelta en cuanto tuvooportunidady llegó a tiempodeverlaentregar las llavesalmozodeledificio.Dejóelsuyoaparcadodemalamanera,conunestridenterugidodellantas,ylallamóconapremio.

—¡Tess,unmomento!Ella sevolvió, sorprendida.Elhombrequecaminabaa suencuentrobien

podría haber sido Juan. Alto, atractivo y arrogante, con cabellos oscuros querealzaban unosmagnéticos ojos verdes. Lo notó tan emocionado de verla quecedióalatentacióndecoquetear.

—Buenosdías,Santiago.¿Cómoporaquí?—Noscruzamosenlacarretera—confesóél,sinapartarlamirada.—Esomepareció-Bromeóellaaunqueenrealidadnosehabíapercatado.—Penséquevaldríalapenadarlavueltaparasaludarte—Suexpresiónera

elocuenteyTesssesintióhalagada—¿Podríamostomaralgojuntos?—Enesteinstantenopuedo.Vengoahablarconmipadre.—Podríaesperarte—insistióélsinperderlasonrisa.—Nosécuantotardaré—retiróvelas,indecisa—Quizáotrodía.—¡Concedemeunaesperanza!—Lehabíacogidounamanoyselallevóa

loslabiosparabesarla—¡Quedemosmañana!Tesssintiócosquillasenelestómago.Santiagoeraguapísimoysabíacómo

trataralasmujeres.Juanlahabíaprevenido.Peroleapetecióquemarseunpocolasalas.¡Tantarutinaempezabaafastidiarle!

—Deacuerdo.¿Alaunaenelclub?Podemostomarunaperitivo—«Alavistadetodoelmundonopuederesultarpeligroso»,pensó.

Santiagolebesólosdedos,satisfecho.—Allíestaré.

Page 72: Tess “princesa”

—Hastamañana,entonces.Entróeneledificiocontoneandolascaderas,sabiéndoseobservada.

Tesssemetiódellenoenlosnegociosfamiliaresycomonoerapersonadehacerlas cosas a medias, entabló relación con cada departamento para hacerse unaideadecuángrandeseransustentáculos.Leagradósaberquesupadreeraundespiadadonegociadorpero tambiénquemuchasgananciassedirigíanaobrasfilantrópicas.

A la cita en el club con Santiago siguieron otras ya que él mostró unapacienciainfinitaantesusdesplantesosusdisculpasdeúltimahoraporpasarsede horario en las oficinas; escuchaba con interés sus opiniones y manteníaconversaciones sobre semillas, metales o petróleo cuando le eran mundosabsolutamenteajenos.

ParaRivero, la simplepresencia deTess le hacía sentirse el hombremásafortunadodelplaneta.Disfrutarondepaseostranquilos,cenasrelajadasyalgúnqueotrobaileenLosportales,dondenuncaseemborracharonpesealdichodelaciudad de que si no te emborrachabas en los portales es como si no hubierasestadoenVeracruz.Lebastó tenerlaensusbrazosbailandosalsaymarimbayreírseacarcajadasjuntoscuandosepisabanelunoalotro,pocoacostumbradosalosritmospopulares.

UnsábadodediciembreTessselevantóamediodía,agotadaporelarduotrabajoen la empresa.Agradeció que sus padres se hubieranmarchado a la finca deJamaca para festejar las fiestas de la Purísima Concepción, la patrona delpueblo, y queDiego yMariel les acompañaran, deseosos de recrearse con lascarrerasdecaballos, lostorneosdecintasydemáseventos.Ellaprefiriólapazdel hogar. Sin embargo, a media tarde, recordó a Matilde y su incumplidapromesadevisitarla.Siaella lavisiónde la torrecon laspersianasbajadas leproducíacongoja,imaginócómosesentiríaMatildeconsuhijosiempreausente.

Su presencia fue acogida con alborozo y Tess se arrepintió de no haberacudidoantes.

—¡Prometistequemeaburriríadeverte!—¡Discúlpame,madrina! Mamá te habrá contado queme hemetido de

lleno en los negocios familiares... ¡Nunca pensé que sería tan apasionantecompraryvender!-confesóconsinceridad.

—Sé que tu madre está muy orgullosa de cómo te desenvuelves —Prestaron atención a la doncella, que se mantenía apartada, aguardando—.

Page 73: Tess “princesa”

¿Tomaráscaféounrefresco?—Café,porfavor.Soloyconhielo.Charlaron del trabajo hasta que Leticia les trajo el pedido. En cuanto

quedaronsolas,Matildecambiódetercio.—SeoyequeestássaliendoconSantiagoRivero.—¡Quécotillaeslagente!—Losojosazuleschispearonderabia.—Noloniego,pero¿escierto?—Amedias.Hemoscenadoenunpardeocasiones.Parecequelegusto—

admitió.Matildecontuvoelaliento.—¿Yél,tegustaati?—Yoestoyenamoradadeotro.Sesostuvieronlasmiradas.ATess leparecióqueMatildesuspiraba,pero

nolehizopreguntas.—AyermetelefoneóJuan.Alpreguntarporti,sepreocupócuandoleconté

lo de Santiago.Me suplicó que te convenciera de que lo rechaces—Con unapausa, le tomó lasmanos—.Ellos se conocen bien. Si Juan no quiere que osveáis,tendrámotivos.

¡Saber que preguntaba por ella le colmó el corazón! Eludió el asunto deSantiago—Noesperabaquelosdemásloentendieran—ypreguntóloqueenrealidadimportaba.

—¿VendráenNavidad?Matildeasintió.—Estaráaquílapróximasemana.—¡Tengotantasganasdeverlo!—confesóTess,dispuestaaconvertirala

damaensualiada—.Séqueloimaginas,peroteloconfirmo,madrina,esdeéldequienestoyenamorada.

Matilde la estrechó en sus brazos. Ansiaba que su hijo llevara una vidanormal y Tess siempre había sido su princesa. Si existía unamujer capaz delograrqueJuancambiara,eraella.Estabaconvencida.

—¡Cómomegustaríaverosjuntos,Tess!¡Ereslaniñademisojosyélmihijodelalma!Perotengomiedo.¡Muchagenteosdaríalaespalda!Nisiquierasési tus padres lo aprobarían. Juan tiene una reputación capaz de asustar acualquiera.

—¡A mi no me asusta! Estoy segura de mis sentimientos —replicó,resuelta.

—¿Ydelossuyos?Llevaañossiendounmujeriego.¿Ysinocambiara?ATess lebrillaron losojosconunadeterminaciónquehabíacrecidocon

losmeses.DespuésdelovividoenGuatemalacomprendióquelavidapodíadar

Page 74: Tess “princesa”

unsaltomortalymudarteeldestino.Siaquellapobregentesehabíaesforzadoen sobrevivir, ellano sería tancobardedearrojar sus sueñospor laborda sinpelea.

—Este veranome demostró que le gusto.No digo queme ame, pero noimporta. ¡Puedo romper su coraza!¡ Puedo enamorarlo! —afirmó convehemencia—Ycuandoloconsiga,teaseguro,madrina,quenonecesitarámásmujerqueyo.

AMatildeleenterneciósuapasionamiento.Laveíacomounaniña,peroquizáahíradicaraladiferenciaparaJuan.Habíatenidodemasiadasmujeres.Unapizcadeinocenciapodríaserunacicateparaél.

—No tengo idea de cómo influir en mi hijo, pero créeme que estarédisponibleparaloqueseteocurra.Yahora,cuéntamequéteproponessaliendoconSantiagoRivero.

—¡Nohayningunaintenciónoculta!NolourdícomounatretaparaponercelosoaJuan,aunquesisirve,bienvenidosea.Empezamosavernosporquemisamigosestánsiempreocupadosymeaburría;peronomearrepientodehaberloconocido.Esencantadoryrespetuosoconmigo.

—Quizásehayaenamorado—aprecióMatilde.Después de todo, si Juan se sentía atraído por Tess, ¿por qué no iba a

estarloRivero?Nodejabandeserhombresdecarneyhuesopormuycrápulasqueparecieran.

—¡Noaventurestanto,madrina!Séquelegusto,perodudoquedesconozcamis sentimientospor Juan.Lodedisimularnoentraenmisaptitudesymehavistocontuhijomásdeunavez.

MatildedecidiódejarenunaparteaSantiago.SumentelopercibíacomocompetenciadeJuanysuinterésdebíacentrarseenresolverlamalareputaciónyeldesamorenlavidadesuhijo.

—Dimecómopodréayudarte.¿Cómohaspensadoactuarcuandollegue?— Aun no lo sé —La simple idea de tenerlo delante la ponía de los

nervios-.Peropuedesestarseguradequenopodráeludirme.Matilde volvió a abrazarla. Rezaría todas las noche y pondría velas a la

VirgendeGuadalupeparaquesusesperanzassecumplieran.

Tess abandonóel edificioMendozapoco antesde lo acostumbrado.Le tocabaencargarsedecomprarlosabetos.Cruzóelcentrodelaciudadyseadentróenuno de los invernaderos, próximo a lasmúltiples ferias artesanales donde losjarochos se abastecían de adornos navideños, belenes y cualquier objetorelacionadoconlasfiestas.

Page 75: Tess “princesa”

Desde lejos divisó al dueño charlando con un hombre que le daba laespalda.Elcorazónlegalopóconviolencia,creyendoreconocerlo.Alvolverse,sussospechasseconfirmaron.Aunqueelvendedorseleadelantó.

--¿Puedoayudarlaenalgo,señoritaMendoza?Juanmostrósuregocijoalverlaconunaampliasonrisayaellalecostó

Diosyayudadisimularlofelizquelahacía.Conesfuerzo,logróaparentarunasonrisa amable y no reaccionar al cariñoso gesto con que la estrechó en susbrazos.Lohallómásguaposicabe,conelasomodebarbayelcabellonegrorevuelto.

—¡Quéfelizcoincidencia,Tess!--Bienvenidoacasa.¿QuétalporCanadá?—Muy bien. Es un país espléndido ¡No hace falta salir de tiendas para

comprarunabeto!Elvendedorsonriósuirónicocomentarioperosemantuvoalmargenhasta

queellosleincluyeron.—Quedamosenqueloenviaránestatarde.—Sí,señorSantacruz.Alascuatro,sinfalta.—Concluidalatransacción,se

dirigióaella—Ustedtambiénquerráunárbol...—Elmásgrandeque tenga, sí; para casademispadres—confirmócon

unamuecacordial-Yotrosdos,máspequeños,paralaempresa.NotólamiradadeJuansobresuspiernasysealegródehabersevestidode

ejecutiva,contrajeytacones.Lehacíaparecermayoryresultabaevidentequeaéllegustaba.

—¡Venga,leenseñaréloquetenemos!—invitóelcomercial.—¿Puedoesperarteymeacercasdespués?Notrajeauto—Aunquecasual,

lavozdeJuansonóíntima.—Porsupuesto.Eligióatodaprisa,ansiosaporacomodarseconéleneldeportivo.Cuando

estuvieronencarretera,losojosnegroslaacariciarondearribaabajopeseaquesuvozsonóburlona.

—Me ha dicho mi madre que te has vuelto muy formal. Me refiero altrabajo.Aunqueparecequetambiénhasmodificadotushábitosdetransporte.

—SoyrelacionespúblicasdelasempresasMendoza—explicó,sindejarseatrapar en el embrujo de su sonrisa—. Necesitaba algomás práctico que dosruedasparairalaoficina. Peroteaseguroquesigofielamimotocuandolascircunstanciaslopermiten.

Mirabaalfrentemientrasconducía,satisfechadedominarlasituación.Juancontraatacó,estavezsarcástico.—Apartederelacionespúblicascomerciales,hasextendido tus redesmás

Page 76: Tess “princesa”

lejos.Concretamenteaunascontralasqueteadvertí.Tessfruncióloslabios,divertida.¡Aquellosonabaacelosmalreprimidos

disfrazadosdeamenaza!—HacesiglosquenosalgoconSantiago.Heestadoliadaeneltrabajo.—¡Nodebisteempezar!—Reprochó—Tedijequeespeligroso.Conosadía,Tessapartólamiradadelcarrilparaenfrentarlo,desafiante.—Conmigo,no.—¿Nomedirásqueteinteresa...?—Juanapoyólamanosobreelvolante,

encimadelasuya,nervioso.Tessnoloapartó,perosiguióconduciendo.—Esgalanteyeducado,locreasono.ElsemblantedeJuansemejóalgranito.—Esonorespondeamipregunta.—Megusta,sinmás.Juan respiró hondo, controlando el visceral deseo de estrangular a su

amigo.—Nopretenderáshacermecreerquenohaintentadobesarte...Losojosclaroschispearon,fijosenlosnegrosduranteunsegundo.—¡Amísolomehasbesadotú!Juan rebulló en el asiento y encendió un pitillo.La siguiente pregunta la

hizocomoaldescuido.—¿Ytuadmirador?Elchiconuevodelapandilla¿Quéhasidodeél?—EstudiaenFiladelfia.Debeestaralllegar.—¿Pasareismuchotiempojuntos?—Depende.¡Dependedeti,claro!—replicó,irónica—Siteapetecenunas

navidades tranquilas, nome importará compartirlas; si las prefieres ajetreadas,disfrutarédeQuique.

Tessseasombróalescucharsehablarcontamañodescaroperonoveíaotromododeconseguirsusfines.HabíademasiadasRosaliasJovellanosenVeracruzquepodíaninterponerseentreellaysufelicidad.

Juan, intimidado por enfrentarse a una mujer distinta de la que habíaabandonadomesesatrás,desvióeltema.

—Mimadremehacontadoqueosveismucho.—Adiario.Tomamoscaféantesdelirmealtrabajo.—Graciaspormimarla.Metranquilizasaberquelacuidas.¡Lehubieraido

mejordetenerunaniña!Aparcóenlaacera,delantedelavilla,ylesostuvolamirada.—¡Nuncaestarde!Cásateydaleunanieta.—¡Yonomecasarénunca!

Page 77: Tess “princesa”

Sunegativasonórotunda,conunmatiztanamargoqueTessnodisimulósuestupor.Juansearrepintiódesubrusquedadyleofreciósuexcusa.

—Nopodríaatarmeaunamujer,Tess.Ledestrozaríalavida.—Noteentiendo...—¡No importa!—Esbozó una mueca desdeñosa—. Antes hablabas de

compartirlanavidad.Mepareceestupendo;siempreycuandonodesatiendasatusamigos.Yolaspasaréconmimadreysabesqueterecibiremosencantados.PeropreferiríaquetambiéntevierasconeseQuique.

—Nonecesitotupermisoparaestarconnadieasíqueharéencadainstantelo que me apetezca —Espetó, disgustada por el sesgo inesperado de laconversación.

—Perfecto—Peseasuspalabras,Juannoparecíacontento.—Yapuedesbajar.Haceunratoquehemosllegado—Selequebrólavozy

prefiriónomirarlo.Juan sedeslizódel asiento,perounavezen la calzada lebuscó losojos,

furiosoconsigomismoporhacerledañocuandoeraloúltimoquedeseaba.—¿Nosayudaríasestatardeconelárbol?Nosoymuybuenodecorandoy

mimadrenotienelacabezaparasubirsealasalturas.Tess,desarmadaporsutonolastimero,asintió,recuperandolasesperanzas.—Meencantará.Ibaaatravesarsucancelacuandoseatrevióadecírselo.—¿Sabes,Juan?Enningúnmomentomehasllamadoprincesa.Santacruzcontuvoelaliento.Ylasganasdebesarla.Perohabíaensayadoa

fondosufrialdadymantuvoladistancia.TeníaqueapartarladeSantiago.Ydeél.

—-Nosabíasiteagradaría.—¡Cómosiesoteimportara!--Lerecriminóburlona.Juan apretó los puños, desarmado por la combativa seguridad que

mostraba.—Hastalatarde,Tess.Alasseisestarábien.

—Quique llega esta tarde.Hemosquedadopara recogerlo en el aeropuerto—ComentóDiegoduranteelalmuerzo—mSobrelaseis.

Tess miró a su hermano mordiéndose los labios, temerosa de lo que seavecinaba.

—Nopuedoir.MehecomprometidoconJuanparadecorarsuabeto.—¿Juan?—Diegonodisimulólahostilidadquesuvecinoleinspiraba—

¿HavueltoSantacruz?

Page 78: Tess “princesa”

—Sí—Searmódepaciencia-Coincidimosenelinvernadero.—¡Yvuelvesaempalagarteconél!—reprochó,sarcástico.Supadreintervino,incómodoporelgirodelaconversación.—¡Nohablesdeesaformaatuhermana!Ledebesunrespeto.—Daigual,papá.Conozcodesobrasuopinión.—¡Puesmejorseríaquelatuvierasencuenta!¿Noteimportaladecepción

quesellevaráQuique?Atravesólamiradaazuldesuhermano,dolidaporsuataque.—Quique sabe que no correspondo a sus sentimientos. Ojalá pudiera,

porqueesunchicoincreíble,peronovoyamentirle.—Haces locorrecto.Noestábien jugarconlossentimientosajenos—Le

alabósumadre.Diegoserevolvió,furiosocontrasugente.—¡Nosetratadejugar,mamá!¡Setratadedarleunaoportunidadauntío

queselomerecemilvecesmásqueelmalditoSantacruz!—TampocohedichoqueestéafavordeJuan—suspiróMarta.Tesssepusoaladefensiva.—¡Pues deberíais!Estoy enamorada de él ymepropongo conquistarlo.

¡Mecasaréconéloconnadiemás!—Nomepreocupantusarranques,cariño;yotambiéntuvedieciochoaños.—¡Nosoyunacría!¡Séloquequiero!—insistió,tozuda.—Todoslocreemosatuedad—Sonriósupadre.Tessabandonóloscubiertosysepusoenpie,encrespada.—¡Pensadloquequeráis!Mevoy.Semehaquitadoelapetito.Suspadressemiraronentresí,atónitosyDiegobufó,indignado.—¡Sehavueltoloca!Yencima,labobademinovialaapoya.—Esunacría—musitóAntonio,aúnperplejopor lasalidade tonodesu

hija.—¡Ojalálofuera!—susurrósumujer,apesadumbrada—Perohacetiempo

quenoloes.

Se vistió con unos tejanos gastados y una blusa sin mangas. Optó por nomaquillarsedenuevoyserecogiólamelenaenunacolaalta.AtravesóeljardínysaludóaLeticiaconladesenvolturapropiadehacerloadiario.Escuchórisasenelsalónysedirigióhaciaallíconpasoresuelto.

Juan,subidoenunaescaleraplegable,hacíamalabarismosparacolocarlascintas que su madre sacaba de una caja. El gesto concentrado y la pésimadistribuciónlearrancóunacarcajada.

Page 79: Tess “princesa”

—¡Notenéisquedecirmequehagofalta!Esevidente.BesóaMatilde,quienlaabrazóconabiertoentusiasmo,ysecomióaJuan

conlosojos.Aparentabadiezañosmenos,conunosvaquerosdesteñidosyunacamisetablancaholgada.

—¡Más que falta, Tess! No consigo hilvanar esto con un mínimo deestética.

—¡Anda,baja!¡Yoloharé!Adornóelárbolenunpispás,atentaalosconsejosdeMatildeysinentrar

altrapoalasprovocacionesdeJuan.Cuandolodioporterminado,letendiólosbrazosparaquelaayudaraabajaryél,conungestogamberro,apresósucinturaylamantuvoenalto,girandoportodoelsalón.

—¡Eresunaartista!¡Lohasdejadodepostal!Tessrió,ruborizadaycontenta.—¡Agradezco los cumplidos pero si nome bajas, te echaré el almuerzo

encima!Juan fueparando, reticente,hastaquequedaronquietosy ladejó resbalar

sobre el frontal de su anatomía. Tess fue consciente de cada músculo de sufantástico cuerpomientras quedaba atrapada en su olor y el de su loción. Lainvadióunramalazodedeseotanintensoquehubodecontenerlosdedosparanoaferrarseasusantebrazosycomerlelabocaabesos.

CuandosumiradasetopóconlaquelaembrujabacaptóquetampocoJuanera inmune,quesuspantalonesseabultabanclavándoseensu ingleyqueunaciertabrumateñíalaspupilasfijasenella.

Junto al árbol, Matilde, contuvo las ganas de aplaudir de felicidad. Lesvolviólaespaldaylesconcedióintimidad.

—VoyapedirleaLeticiaquenospreparecafé.Juan,sindesviarlamirada,asintió.—Buenaidea,mamá.Unavezsolos,Tessseempinósobresussandaliasylobesóenlamejilla.—¿Yeso?La voz de Juan sonó traviesa. Ella le siguió el juego, encogiendo los

hombros.—Meapetecióbesarte—confesó,sinsoltarsedesusbrazos.—¿Unbesodehermano?Nadamás decirlo se arrepintió de sus palabras, pero la sensación de sus

cuerposunidosdesbaratósusbuenospropósitos.¡DeseabaaTessconunanheloindecente!

—Todoensumomento—susurróellaconunmohínseductor.SesepararonalescucharlospasosdeMatildeyLeticia.Sumadrinasonreía

Page 80: Tess “princesa”

comoungatosatisfechoalentrarenlaestancia.—Tess,cariño,hepensadoqueigualteapetececenarconnosotrosyechar

unasmanosalosnaipesdespués.

Al final no jugaron a las cartas. Durante la cena Juan quiso saber de suexperienciaenGuatemalayellanarrócómohabíasidocompartirdossemanascon un equipo de cooperantes en condiciones lastimosas. Desgranó lascondicionesdevidade los campesinos antesde la inundación, su resignaciónante la tragedia, la luchaporsobrevivirdentrodesupobreza.Admitióhabersesentido afortunada en todos los sentidos, por estar ayudando y no siendoayudada,porhabernacidoenlaparteafortunadadelasociedad;yserecriminónohabersabidovalorarlavidaquelehabíatocadoensuerte.

Juan secó sus lágrimas de desconsuelo con un pañuelo de linomientrasacariciaba con sus dedos el rostro descompuesto, guardándose las ganas debesarlohastaarrancarleunasonrisarisueña.

Matildelafelicitóporhabertenidoelcorajedehaberestadoallí,dehabersesolidarizadoconunosdesconocidosenvezdehaberseguidoalosuyo.Tomaronunacopadeponcheydespuéslamujerseretiróconlaexcusadequeeratardeyestaba cansada, que prefería ver su serial preferido desde la cama, aunque lesinstóaseguirdecharlaenelsalónsilesapetecía.

Juan,contrariandoaambas,negóconungesto.—AcompañaréaTessasucasa.Noesjustoquelamonopolicemostodoel

día.Tess estuvo a punto de exigir que le pidiera su opinión, pero rectificó a

tiempo. Intuía que Juan no quería verse en una situación comprometedora yaceptó darle cancha. Quedaba mucha navidad por delante para vencer susreticenciasynoibaaestropearlamagníficarelacióndeesedía.

Atravesaronel jardín,ysequedaronenelporche,mirándoseysinatreversearomperlamagiadeestarjuntos.Lanocheresplandecía,estrellada,envueltaenunsilencioacogedor.Tess,sinreflexionar,leechólosbrazosalcuelloylobesóconligerezaenloslabios.

—Graciasporlatarde.Hasidoperfecta.Juanlaretuvodelacintura,conteniendolasganasdeprofundizarlacaricia

quelehabíasabidoapoco.—Paramítambién—admitióconvozronca.

Page 81: Tess “princesa”

—Megustaría...repetirla.Cuandotúquieras—Selanzóella,confiadaporelcalordesusmanos.

Juansuspiró,obligándosearebatirsuspropiosdeseos.—¿Noprefieresiralclub?—No,sinoescontigo.Tessvislumbródudaensusojosperotambiéndestellosdelapasiónquese

esforzaba en esconder. Sabía que Juan la deseaba y ella se moría de ganasporqueselodemostrara.Habíasidoconscientedecadamiradadurantelacena,de cada gesto contenido para no tocar su piel. Se hallaba segura de nomalinterpretarlasseñales.Loquenoalcanzabaaentendereransusrecelos.Peroestaba dispuesta a derrumbarlos. Decidida, se estrechó contra su pecho y lasmanosselefueronbajolacamisetaparaacariciarlosmúsculosdesuespalda.PercibióquesetensabanbajosusdedosyquelamiradadeJuansenublabaasíquelesuplicósinpudoralguno.

—Juan,bésame.¡Porfavor!Lollevamosdeseandotodalanoche.Elnopudonegarse.Eraciertoqueloanhelaba.Queríahacerlodesdequela

descubrió en el invernadero, donde le había engañado con su apariencia demujer, con sus ropas de ejecutiva y los altos tacones, aunque esa tarde habíavueltoaencontrarseconlaniña,ladelosojosinocentes,incapacesdedisimularsussentimientos.Ylediovértigo.Ladeseabaconintensidadyseodiabaporlaslágrimasque leharíaderramarenelfuturo, peroenaquel instantesoloquisosentir su boca, enajenarla, regalarle la pasión que ella le rogaba. Se besaronentre jadeos, absorbiendo el alma uno del otro, clavándose lasmanos para noarrancarselaropaenplenacalle,deslizandosuslabiosysuslenguasporlabocayelrostro,envueltosenunapasiónarrolladora,hastaqueunfogonazodeluzlesdevolvióalarealidad.

Diegoytodalapandillalesobservarondesdeelrecibidor,alotroladodelapuertaqueseacababadeabrir.

Tessreaccionóconunatranquilidadquenosupodedondesacó.Él,porelcontrario, parecía querer que se lo tragara la tierra, incómodo al retirase sinpoderocultarunamanifiestaerección.

—Hola —Tess saludó, refrenando el temblor de su voz al descubrir aEnrique—Bienvenido,Quique.Mealegrodeverte.

CaptólamiradaalborozadadeMariel,laenojadadeDiegoylaasombradadel restomientras besaba lasmejillas de su amigo, pero prefirió no darse porenterada.

—YaconocéisaJuanSantacruz,nuestrovecino—Lopresentóparaquelasituaciónnoresultaramásviolenta.

Elsaludóconunademánylosotroslesusurraronunbrevesaludo,menos

Page 82: Tess “princesa”

Diegoqueloignoró,dirigiéndoseasuhermana.—VinimosabuscarteporquevamosacelebrarlallegadadeQuique,pero

yahemospilladoqueestásmuyocupada.Tessnorespondióalaprovocación.Sedirigiódirectamenteaél.—¿Me perdonas, verdad? Mañana nos vemos en el club y me cuentas

cómotehaidoenFiladelfia.—Por supuesto—Quique asumió con desencanto su rol de perdedor y

aceptósusexcusas-Yanosíbamos.Depositóunbesoensumejilla,miróaSantacruzcondesprecioeinicióla

salida,obligandoalosdemásaseguirlo.Cuandolosautosdesaparecieronenlacalle,Juanhizoademándeimitarles

peroTessloretuvo,cerrandolapuerta.Almenoslapenumbralesotorgaríaungradodeintimidad.

—¡Espera!Notevayasasí.—Sientohabertepuestoenevidenciadelantedetusamigos.Estaba avergonzado de sí mismo. Llevaba meses luchando por dejar sin

máculalareputacióndeTessyunosinstantesentresusbrazosloecharontodoaperder.

—¡Olvídate de ellos! Tú lo has dicho, son mis amigos. No van a irpregonandoporlaciudadqueelcanalladeSantacruzmehaseducido.Además,fuiyoquientepidióquemebesaras.

—¡Peronodebíhacertecaso!¡Sesuponequesoyeladultodelosdos!—Rehuyósumirada,aunqueellalomanteníaasidodelasmanos,yseseparóconenfado—Buenasnoches.

Tessseaferróasusbrazosperoéllaapartócondeterminación.—Noloestropeemosmás,porfavor.—¿Cómo puedes ser tan frío?—Por un segundo a Tess le horrorizó el

pensamientodeque habíamalinterpretadoel interésde Juan,desbordadaporsusrepentinoscambiosdehumor,yelmiedoleatenazóelestómago—¡Teodio,malditasea!

—Quizá sea lo mejor - susurró él, desde la verja — Buenas noches...princesa.

Nolograbaconciliarelsueñoasíqueselevantódelacamaydesdelaventanamirólatorrevecinaqueseerguíaenunlateral.Selealborozóelcorazónalverlailuminada.Cogióelteléfonoymarcósunúmero;nisiquierapensóquenoeranhoras.

—¿Hola?

Page 83: Tess “princesa”

LacálidavozdeJuanlealteróelpulso.—SoyTess.—Yalosé.Tedivisodesdeaquí.Ellareconocióungestodehumorensutonoserio.—Estoy...apenadaporlodeantes.Noquiseenfadarme.—Niyoquelohicieras.Perotienesquemeterentulindacabezaquemi

amistadnoteconviene.Jamásmeperdonaríaperjudicarte,delmodoquesea.Ellaseatusóelpelo,molestaporlainsistencia.—¡Olvidaeso!Heestadopensando...¿Irásmañanaalamisadelgallo?—Sí,claro;acompañaréamimadre.—Podríamosirlasdosfamiliasjuntas.—Pormí,deacuerdo.—He... He pensado también que podría pedirle a mamá que os invite a

cenar-tanteó.Juanrióconsuavidadatravésdelhiloyellaimaginósugestoirónico.—Nocreoqueatumadreleentusiasmemicompañía.—Mispadres tequierenmucho—Titubeóantesdeconfesar laverdad—.

Dequiennosefíanesdemí.LacarcajadadeJuansonólimpia,agradable,yellaanhelóestarasulado.—Propónselo a tu madre. Si ellos lo desean, estaré feliz de cenar con

vosotros,aunquefastidieaDiego.—¡Nodigaseso!—¿Aquienquieresengañar?¡Meodiaamuerte!Novasaconvencermede

locontrarioporqueyo,ensulugar,sentiríalomismo.Buenasnoches.Esmuytarde.

Tessseresistióacolgar.—Mepasaríatodalanochealteléfono.—Tambiényo,princesa,peroseamossensatos—replicó,asupesar.Ellalemandóunbesoycolgó.Enseguidaseapagaronlaslucesenambas

casas.

Lacenasecelebrósinetiqueta,enmediodeunambientedistendidoapesardelenojo de Diego, y sumamente íntimo pues losMendoza tenían costumbre decederlanochelibreasusempleados.AntonioyJuansehicieroncargodeservirlos vinos y licores y las mujeres de la comida que la cocinera había dejadopreparadaenelhorno.Losentrantesfuerondeliciasenfríoyelplatoprincipalunaspacholas[3]Traslosalfajoresdecocoencendieronunasbengalasenelpatioyluegocantaronunpardevillancicosdelantedelbelénquepresidíaelsalón.Al

Page 84: Tess “princesa”

ladoestabanlospaquetesderegalosdeSantaClausycomoDiegoseiríaaunafiestatraslamisa,losabrieronantesdeacudiralaiglesia.JuanyMatildehabíantraídoparacadaunoyellostambiénrecibieronlossuyos.ATessleencantólapulseradesuspadresylaúltimapublicacióndeIsabelAllendedeDiegoperoseextasióanteladelicadaláminadeElbesodeGustavKlimt,enmarcadoennegro,quesumadrinaleentregó.Loagradecióconunasonrisamientraslabesabaaúnsabiendo que el regalo provenía de Juan. El recibió un Patek Philippe [4] yMatilde unCartier que ambos se apresuraron a entrenar. LosMendoza fueronrecompensadosconunabonoparalaóperayDiegoconunespectacularmaletíncon material médico que le dejó sin aliento. Tartamudeó un desconcertadoGracias,mirandodereojoaJuan,intuyendoqueélhabíatenidobastantequeverconlaelecciónysuavizósubrusquedadapartirdeesemomento,aunquenoleperdonabaasuhermanaquenoleacompañaraalafiestadelapandilla.

Tras lacelebraciónreligiosaenlacatedral, loscincoregresarona lafincadelosMendoza, dispuestosaprolongarlaveladaconbebidasycartas.TessyJuan optaron por escuchar música en el salón, a la vista de los demás. Juan,siguiendo el ejemplo del anfitrión, se desprendió de la chaqueta del traje azulmarino y de la corbata y se quedó enmangas de camisa.Aceptó el licor queAntonioleofrecióybuscóacomodojuntoaTessenelsofá.Ellalucíaunvestidoen tonos violeta —su preferido— y tacones de aguja de los que se deshizotambiénparasubirlospiesembutidosenmediasalcojín.SurostromostrabaunligeromaquillajeyllevabaelcabellorecogidoenunmoñobajoquelafavorecíaaunqueJuandeseóhundirlosdedosenelpeinadoydejarlelosmechoneslibres,suavesyalvientocomoaéllegustaba.

—¿Deverasnohubieraspreferidoiralafiesta?—De veras —Se le adelantó antes de que siguiera por ese camino—

GraciasporelKlimt.Esprecioso.—¡Nopuderobareloriginal!Estabademasiadocustodiado—Bromeópara

quitarseeldesasosiegoquelamiradaintensadeTessleprovocaba—ComprélaláminaenViena.Intuíquetegustaría.

—¡Meencanta!Lacolgaréenmidormitorio.Juanseremovió,incómodo,yellarióconmalicia,enardecidaporlascopas

yelapabulladosemblantedeJuan.—¿Quieres que le busquemos emplazamiento ahora? Podrías

aconsejarme…—¡Mejornosigas,Tess!Tuspadresestánadospasosymiautocontroles

limitado—confesó,dirigiendo sumiradaa supropia entrepiernaparahacerleverlosestragosquesólomirarlaleprovocaba.

Laspupilasazulesrieroncomplacidas,igualquesuboca.

Page 85: Tess “princesa”

—¿Siempreluchastantocontratusdeseos?—Siemprequemeloimpongo,sí—Seincorporóparaponerundiscode

bolerosylainvitóabailar,sinpermitirquesecalzara.Cuandolatuvoensusbrazoslesusurróaloído.—Nometientes,sirena.HevenidopreparadocualUlisesaestaodisea.—¡Tebeos,clásicos…!Hasleídomuchoporloqueveo.—Exceptonovelasdeamor,detodo.—¿Porquénonovelasdeamor?Ahoralashayconaltasdosisdeerotismo.—No necesito aprender, gracias. Y si no crees en algo, resulta inútil

dedicarletiempo.Tessapartósurostrodesumejillaparadejardehablarensusurros.—¿Nocreesenelamor?—Eneldeesasnovelas,no.Lasmujeressoismuchomascruelesdeloque

aparentáisylosfinalesfelicessóloduranunashojas.Nadieescribesobrecómoestánesasparejasunosañosdespués.

—Avecessíseescriben.Ymantienensuamor.LamiradadeJuanpareció insondable.Seacabóeldiscoypusootromás

movido,quelesretiróalsofá.—¿CómoestátuamigoQuique?¿Hablasteconél?ATesslemolestóelgirobruscodelaconversaciónperolesiguióeljuego.¡

Síqueveníapreparadoparacombatirla!—Nosvimosestatarde.Fuimosaunapastorela [5]ydespuéstomamosun

refresco.Levamuybienenlaescueladenegocios,aunqueestáclaroquenoeradeesodeloquelehubieragustadohablarme...Peronopuedohacernada.Sabequenoleamo.—Lebuscólamiradaparaindagarsobresupuntodevista—¿Teparecequehagolocorrectonodándoleinfundadasesperanzas?

—Mepareceperfecto,Tess.Jamássedebementiraotrapersonarespectoalossentimientos.Niporcompasiónniporinterés.

Ellaasintió,guardándoselasganasdepreguntarleacercadelossuyos,peroacambioviródeasunto.

—El otro díame pareció escuchar a SilvioRodríguez desde la torre.Nosabíaquetegustabanloscantautores.

—¡Meentusiasman!EnespecialSilvio.Aellalerióelalmaaldarsecuentadesugestocómplice.—¡Amítambién!Llevoañostrasundiscosuyo,“Alfinaldelviaje”,pero

nologrohacermeconél.—Lotengo.LocompréenCuba.—¿Deverdad?¡Meencantaríaoírlo!Juanserindióalasúplicadesumirada.Lavistaselefuealcolganteque

Page 86: Tess “princesa”

lucía sobre su piel morena, el de forma de estrella que él le regaló por sucumpleaños, y se murió de anhelo por saborear esa zona con su lengua.Siguiendounimpulsolocosepusoenpie.

—Voyabuscarlo,entonces.—¿Medejasircontigo?—Rióporsuexpresióndeasombro—¡Novoya

seducirte!Sóloquierovisitarlatorre.Mepicalacuriosidadconocertuguarida.Juan vaciló. Miró a los mayores pero estaban en una esquina del salón

centradosensuscartas.—Nosésilesmolestará.Al comprender que la preocupación de Juan era por sus padres y no por

ella,tomóelmandoysecalzómientrasavisabaenalto,confingidainocencia.—¡VamosabuscarundiscodeJuan!¡Enseguidavolvemos!Nadamás salir al jardín le cogióunamanopero él se apartó congesto

rápido.—¿Nopuedotocarte?—Prefieroquenolohagas—admitióaregañadientes.—¡VamosJuan!¿Porquémerechazassitegusto?—¡Nomelopongasdifícil,Tess!Sonó brusco, pero únicamente él sabía los esfuerzos titánicos que estaba

haciendo para no romper su promesa. Se moría por atraerla a sus brazos ydevorarconsubocacadarincóndeaquellaanatomíaqueparecíahechaparaelpecado.

—Disculpa—Seapartó,dolidaporelrechazo—¡Vamosaporeldisco!Atravesaron lacasaysubierona la torreporunaescaleradecaracol.Las

persianasestabansubidasy las farolasde lacalleclareaban laestanciaaunqueJuan encendió la lámpara del techo para dispersar la penumbra. Sobre losmuebles reposaban múltiples fotografías de sus viajes y Tess se abalanzó acuriosearlas.Le encantó que en ninguna aparecieranmujeres.En la repisa delsinfonierdivisóunportarretratosconlaimagendeMatildeysuesposoenalgúnlugarde montaña.Deno serporqueMatilde aparecía tan joven,TesshubierapensadoqueestabaconJuan.Padreehijoguardabanunparecidoextraordinario.Enotromarcohabíaunbebédesnudo,tendidobocaabajo.Aunqueeraenblancoynegroynoseapreciabansuscabellosnisusojos,supoqueeraella.

—¿Esta....?Juanlevantólavistadelapiladediscosyrió,entredivertidoyenfadadoal

versedescubierto.—Sí,erestú.Meencantabasconpañales.—¡Muy gracioso!—No supo si ofenderse o reír también. ¡Al menos

guardabaunafotosuya!

Page 87: Tess “princesa”

—Pordetráshayunadedicatoriadetuspadres.Melaregalaronenpremioamiabnegaciónporti.

—¡Hablascomosime llevarascienaños!—Le reprochómientras seguíacurioseando-Yesto¿quées?

Habíacogidounaconchagigantequereposabasobreunamesadeestudio.—Unacaracola.—¿Laencontrastetú?—No,melaregalóRosalíaeldíaquenosconocimos.Teníalaatenciónpuestaenlosdiscosynocaptóelcambiodeexpresiónde

Tess, que se quedó pálida mientras la soltaba con cuidado, pero el silencioposteriorlehizomirarla.

—¿Novasasoltarmeunreproche?—¿Porqué?¡Eresdueñodeconservarloquequieras!FingirindiferenciaseledabafatalyJuansintiólanecesidaddeexplicarse

paraqueellanolojuzgaracondureza.Tampocoqueríahacerledañoyerafácilleerloscelosensuexpresión.

— Laconservoparaevocarlosbuenosmomentos.Rosalíafuemiamordejuventud y necesito aferrarme los pequeños instantes de felicidad quecompartimos.Noessencilloparamíaceptarcuántohacambiado.

—¡No creo que tengas tanto que reprocharle! ¡Mira en lo que te hasconvertidotú!

Se arrepintió nadamás decirlo, pero le dolió demasiado que guardara unregalo de su rival y deseó hacerle daño. Dio en el blanco. Juan apretó lamandíbulayasintió.

—¡Tienesrazón!Vámonos.Yaheencontradoeldisco.Tesssetambaleó,disgustadaporhaberloatacado.—¡Espera!¡Noquisedecireso!Nolopienso.—¡En realidad sí lo piensas, pero te resistes a admitirlo. ¡Vámonos! No

quieromolestaratuspadres.—¡Olvídate de mis padres! —Se revolvió furiosa— ¡Olvídate de mis

padres,demisamigosydelmundoentero!¿Esquetodostepreocupanmenosyo?

Juansedetuvoenmediodelahabitación,conlafundaenlamano.—¡Túmepreocupasmásquenadie!Poresoquierovolveratucasa.Tesslesostuvolamirada,canalizandolairaqueburbujeabaensusangrey

amenazaba con desbordarse. ¡Le aporrearía ese esplendido pecho hastaderribarlodesupedestaldehieloyqueaccedieraabesarla!Contodo,loretó.

—Nopiensomovermedeaquí.—¡Noseasinfantil!¡Sabesquedebemosirnos!

Page 88: Tess “princesa”

Tesssiguióconlaspupilasclavadasenlasnegrashastaqueélcomprendióque estaba en mitad de una rabieta y no iba a convencerla discutiendo. Conastucia,ledioaespalda.

—Comoprefieras.Yomevuelvo.¿Algunapistaparaexcusartuausencia?Tessnoloviovenir.Ibaabufarconrabiacuandoélsoltóeldiscosobrela

cama y con un placaje rápido la apresó entre sus brazos. Ella se revolvió,furiosaporhabercaídoenelengaño,yterminaronsobrelaalfombra,peleandomedioenbromamedioenserio. Hastaque,de unmanotazo,Tessderribó lacaracolayéstasedesintegróenpedazos.Elsonidoladejópetrificada.

—¡Diosmío,Juan,losiento!¡Tejuroquenoquería...!Recogiólostrozosmásgrandesylomiró,sinsaberquéhacer,esperandosu

enfado.Peroélnodioseñalesdeenojo.—Notieneimportancia.Dejaeso—pidióconvozcalmada.—¡Perotúqueríaselrecuerdo!—¡NomeimportaRosalía!Déjalo—insistió. Estaban los dos de rodillas, frente a frente. Ella afligida, y él luchando

contraeldeseodeabrazarla.¡NosoportóqueTesssufrieradecelosporalguienquenoleinteresabadesdehacíamuchotiempo!Laacercóasupechoylabesó,mesurado primero y apasionado después, en cuanto Tess, recuperada de lasorpresa,respondióasuscariciasconafán.ResbalaronsobrelaalfombrayJuanledesbaratóelmoñoyleesparciólamelenaalrededordelacara,llenándoladecaricias. Después, sus dedos expertos bajaron la cremallera del vestido yapartaronelencajedelsujetadorparadejarunrastrodebesosymordiscosquehumedecieronaTessylallevaronaldelirio.

—¡Dios,Juan!¡Teamo!¡Teamo!Tessescuchósuvozen la lejanía,perdidaenununiversodesensaciones.

Sin embargo fue el detonante para que Juan se detuviera y la contemplara,aturdido.Conunesfuerzosupremoseapartó, learregló lasropasysepusoenpie.

—Nosécómosolucionarlodetupelo.Ella siguió en la alfombra, atónita, desmadejada por la intensidad de sus

besosyconlapieldoloridadepuroanhelo.—¿Mipelo?¿Aquiéndemoniosleimportamipelo?—¡Amí!—Gruñóel,tandescontroladocomoella—¡Nopuedesaparecer

encasadetuspadrescomosinoshubiéramosdadounrevolcón!—¡Peroesquenos lohemosdado!—Searrodillóy recogió sus cabellos

peseatodo,conlosojosardiendodeira—¿Erestanpocohombredenegarloydejarmeasí?

Elsemordiólalengua,abochornadoydolido.¡Malditafuerasuestampa!

Page 89: Tess “princesa”

Habíacaídoenlasredesdeunamocosaqueloenervabamásquecualquieradelas mujeres que se había llevado a la cama en sus innumerables noches dejuerga!

—¿Creesquees sencilloparamí?¿Quenodisfrutaríametiéndomeentretuspiernasyenseñándote loqueesunpolvocomoDiosmanda?¡Malditasea,Tess!¡Nopuedohacerlo!¡Eresmijodidaprincesaynovoyaconvertirteenotramásdelalista!

Laslágrimasbrotarondesusojos,parahumillacióndeTess.—¿Esoseríaparati?¿Otramásdetulista?¿Tanpocoteimporto?Juanavanzóunospasos,descompuesto,aunquealfinalapretólospuñosy

permanecióquieto.¡Silatocabaseromperíadenuevo!—Tess,sabesquenopuedo…¡Malditasea,nomehagasesto!Tess se incorporó sobre sus tacones y se deshizo del llanto con un

manotazo,avergonzadadehaberpronunciadolaspalabrasprohibidas.Recuperóla entereza y lo miró con frialdad, recordando los sempiternos consejos deMariel:jamásdejesvertusdebilidades.

—Volvamosacasa.A Juan le dolió esa actitud tanto como la anterior pero se resignó a

asumirla.Cogióeldiscoylasiguiótrasapagarlaluz.Lostresadultossevolvieronamirarlescuandoregresaronalsalónperoal

versusrostrosprefirieroneludircomentarios.Tess se descalzó y se acomodó en un extremo del sofá. Juan puso el

tocadiscosysesentóenelotro.Nosemiraronenloquerestódenoche.EldíadenavidadTessamanecióensucamaconuninsoportabledolorde

cabeza. Escuchó trastear a su familia por la casa pero se negó amoverse. Ledolíaelalma,siesqueesoeraposible,yloúltimoquedeseabaeraenfrentarseaexplicaciones. Sabía que sus padres habían notado el cambio de actitud alregresodeJuanyellayseimaginabalaspreguntasqueestaríanhaciéndoseenprivado,peronosesentíaconfuerzaspararesponderlas.

LavozdeMarieldesdeelpasillolaobligóaincorporarse.—¿Puedopasar?—¿Estástonta?Anda,entra.Se cruzó de piernas en la cama y admiró el aspecto feliz de su mejor

amiga,embutidaenuncómodovestidodeflores.—He venido a recoger a Diego. Planeamos pasar la tarde en la playa y

cenarluegoenunchiringuito.¿Teapuntas?TesssesonrojóanteelescrutiniodeMariel.—¿ Cómo te fue la noche? Parece que te hubiera pasado una grúa por

encima.

Page 90: Tess “princesa”

Tessrióporsufranqueza,aunquelarespuestaresultaraamarga.—Medormíenelsofá,noséaquéhora,conSilvioRodríguezdefondo.Marielmascullóuntacoysesentóasulado,dispuestaaservirdepañode

lágrimas.—¿YelbombóndeSantacruz?—Jugóalascartasconmispadres.Marielpegóunbrinco,indignada.—¿Yparaesotequedaste?Elreprochedesbordólaslágrimasqueconteníadesdequesedespertó.—¡Esun...!¡Noleimporto!Lodejóclaroanoche.-¡Vengaya!¡Esoesimposible!¡Menudobesoosestabaisdandocuandoos

pillamos!—¡Somos unas ingenuas, Mariel! Un beso para él no significa nada.

¡Diegotienerazón!Suamigalaapartódesí,enojada.—¡Diego no tiene razón! Está rabioso y todo lo relativo a Santacruz lo

vuelveirreflexivo.Tessfruncióelceño,sorprendidadequeMarielnosepusieradepartedesu

novioporunavez.—¿PorquéibaDiegoaestarrabioso?¡Noloentiendo!Lamuchachasemordió los labios, indecisa desidebíacontarlo;pero le

pudolalealtad.—¡Porque antes presumía de ti, Tess! Todo el mundo te ponía por las

nubes,yélsepavoneabadehermana.Ahoratengoquepararlelospiesparaquenose rompa lacaraconmásdeunoporquehablande tiperoen relaciónconSantacruzyRivero.¡Elclubesunherviderodechismes!

Las pupilas de Tess se dilataron de espanto. Estaba tan acostumbrada ahacer lo que le apetecía y que siempre estuviera bien visto que encajómal lanoticia.

—Pero...¡SiapenashesalidounpardevecesconSantiago! ¿Porquésemetendóndenolesimporta?

—¡Porqueestánaburridosysonunoscotillas!¡NoledigasaDiegoquetelo he contado! No me lo perdonaría —Se levantó y miró la torre de losSantacruz—¿Sabesqueopino?Quehasarriesgadodemasiadoporél.Asegúratedesussentimientos.Sideverdadnoleimportas,loolvidasyenpaz,aunqueterompaelcorazón;perositequiereyloquetieneesmiedodeadmitirlo,oblígaloadarlacara.

Tess contuvo las lágrimas, anonadaalpercibirqueMarielmostrabamásmadurezqueella,apesardesusairesaniñadosysudevociónporDiego.

Page 91: Tess “princesa”

—¡Ereslamejor,Marielita!¡Noséquéharíasintusconsejos!Teprometoquelosseguiréalpiedelaletra.YsiJuanmequiere,meenfrentaréatodosloscotilleosdelmundo.

—Ysinotequiere,teolvidarásdeél—aseveróMarielenunsusurro.—Sí—admitió,enfriándose—Sinomequiere,meolvidarédeél.

Matildeenpersonaleabriólapuerta.Teníaelgestograveylasonrisaconquepretendíadarseánimosmurióensuslabios.

-¿Quéocurre,madrina?—Juansemarchaestatarde.Tuvoque sujetarse a la jambapara no caer. ¿Se iba? ¿A causa de lo de

anoche?Laincertidumbrela llenódepavor.DenohaberleprometidoaMarielqueseenfrentaríaaJuansehabríadadolavueltaparacorrerallorarsobresualmohada.

-¿Dóndeestá?—Arriba.Consuequipaje.Subió los peldaños de dos en dos y entró sin llamar. Juan, de espaldas,

hacía las maletas. Observó que no quedaban rastros de la caracola y que sufotografíaestababocaabajo.

—¿Quéesesodequetevas?El no se volvió. Le estaba costando un mundo la decisión que había

tomado, pero sentía en los huesos que era la única posible para evitar unahecatombe.

—¡Nopuedesirte!—insistióellaconrabia.Juandominólavozmientrasdoblabaunascamisas.—Porsupuestoquepuedo.Nadameretieneaquí.Apesardeldolor,Tessrodeólacamayseenfrentóaél.—¡Notepidoquetequedespormí!Entiendoqueteheprovocadoytehe

hecho sentir violento, pero hazlo por tu madre. Te necesita, aunque no loconfiese. Te juro que me quitaré de tu vista. ¡Lo juro, Juan! No volveré aacosartenuncamás.

Eldesvió lamirada.Noqueríaver,pormásqueya la tuvieragrabadaensusretinas,alaúnicamujerquehabíaconseguidoelmilagrodehacerlesentirdenuevo. Era sorprendente que un ser, insignificante en apariencia, con apenasformas de adulta, embutida en tejanos deshilachados y camiseta desteñida, lepareciera una diosa inalcanzable. El, que había tenido a mujeres de cincocontinentesasuspies,sehabíaidoaenamorardelaúnicaquenopodíaseducir.Congestodehastío,cerró lamaleta. ¡Necesitabacogerunaviónyponerentre

Page 92: Tess “princesa”

ellosunocéanodepormedio!—Nonecesitasjurarnada.Mimadreestáacostumbradaamisausencias.—¡Eresunegoísta!¡Márchateentoncesytardaenvolver!Tesslediolaespaldaparaocultarsuslágrimas.Juanapretólospuñospara

nocorreraconsolarla.Alcontrario,supoquedebíadestruirsusilusionesdelaformamásbruscaposibleasíqueleconfesóloque,estabaseguro,seríaelgolpedefinitivo.Lasujetódeloshombrossinmirarsusmejillasmojadasysemostrócruelaconciencia.

—Escucha lo que voy a decirte. Óyelo y grábalo en tu corazón parasiempre.SimedecidíasalircontigofueparaevitarqueSantiagoteenamorase.Hicimos…—Suspiró,renegandodesímismo—Hicimosunaapuesta.

VersusojosagrandadosporlasorpresaysurostrotiñéndosedeescarlatafuemásdeloqueJuanpudosoportar.Lediolaespaldaytraspasóelpaisajequese extendía dese sus ventanales. Si hubiera podido evitarle semejantehumillaciónaTesssehubieraclavadounpuñalenelpecho,perosabíaquedebíaponerfinasussueños.

—¿Apostasteis?¿Sobremí?¿Riveroytú?Asintió,sinmirarla.—Preferiríaquenolomalinterpretaras.Elprimerdíaquenosvimosenel

club,Santiagoconfesóqueestabalocoportiyquelograríaenamorarte.Mediotanta rabiaquenopensaraen loquesupondríapara tu reputaciónquedijeesatontería.Tuvemiedodequeteconvenciera.Nosconocemosdesdehaceaños,sédesuscorreríascomoéldelasmías,ysélopeligrosoquepuederesultar.Poresohicelaapuesta.

Tesssesintióunpesoenelestómago.¡ConrazónDiegoseenojabaporloscotilleosdelclub!¡EstabaenbocadelagenteyelprimerculpableeraJuan!

—¡Puedes ya puedes pasar a recoger el premio! Santiago no ganará esaapuestayaque,comobiensabes,meheenamoradode ti. Peronosufras,hasmandado al infiernomi ingenuidad ymis ilusiones. No quise creer que erascomo lagentedecía;peroyano tengodudas. ¡Te juroquedejarédequererteaunquetengaquearrancarmeelcorazón!

Sofocóunsollozoyescapódelatorreconelúltimorastrodeladignidadquelequedaba.

SihubierapodidoverelsufrimientoenelsemblantedeSantacruzquizásehubieraidomássatisfecha.Ellateníaelcorazónroto,peroeldeJuannoquedabamenosdesmoronado.

Tess pasó toda la semana sin salir de casa, incapaz de eludir la tristeza y la

Page 93: Tess “princesa”

apatía. Comió lo justo y respondió a las preguntas de su familia conmonosílabos lo cual incrementó la intranquilidad general. La mañana deNochevieja sumadre tomó cartas en el asunto.Descorrió las cortinas de sudormitorioylaobligóaincorporarse,preocupadaporsusprofundasojeras.

—Esto tiene que terminar, Tess. Ya te dije que jugar con Juan traeríaconsecuencias,peronoquisistehacermecaso.

—Nomequiere—susurró,abrazandoasumadreentresollozos.Marta le permitió desahogarse hasta que el agotamiento la dejó sin

lágrimas. Después le limpió el rostro y se mantuvo lo mas serena posible,teniendoencuentaqueeldolordesuhijaledestrozabaelalma.

—Siesasí,tendrásqueaceptarlo.Notequedaráotraquesaliralacalleyvolver a vivir. ¿Qué ha pasado con tu trabajo en la empresa?Tu padre estabamuysatisfechocontigo.

—Soyincapazdeenfrentarmeanada—musitóenterrandolacabezabajolaalmohada.

—ElmundonoseterminaconJuan—Sumadre, implacable, laobligóamirarla—Sólohasidouncapricho.Loolvidarás.

—¡Yo sí que he sido un capricho!-- Se moría de vergüenza, peronecesitabasacarlofuera—¡Juanmeharondadoparaganarunaapuesta!

Porun instante,MartadeMendozasintiócomosi lehubieranabofeteadoperoenseguidarecompusoelgesto.No,sedijo.EllaconocíaalosSantacruz.NodebíaaprovecharsedelmalentendidoydañaraúnmáslaimagendeJuan.

—Ignorodedóndehassacadoesahistoria,peronoescierta.Juannoharíaalgotansucio.

—¡Síquelohahecho!Meloconfesólamañanaantesdeirse.¡PoresonoqueríaquesalieraconSantiago!¡Paraganarél!¿Teimaginas?¡Québochorno!¡Habréestadoenbocadesusamigos!Y...ycuandomebesaba…—Seabrazóasumadre,denuevoanegadaenllanto—¡Nopuedocreerquenolosintiera!

Martaacaricióelcabellorevueltodesuhija,húmedodesudor.—Yo tampoco creo que fuera una pantomima, Tess. Aunque tienes que

admitirqueloacosastesinpiedad.—¿Cómoibaasuponerquesuinteréspormíseguiabaporunaapuesta?

¡Estabaseguradeimportarle!Susojos...Sumododemirarme,decontenerse...Martalaapartóparacontemplarlaconlaexpresiónmuyseria.—Cariño,nodudodequeleimportasaJuan.Nosésicomomujerocomo

su princesa, pero me consta que te quiere. Además, no es ningún fanfarrón.Nuncahapresumidodesusconquistas.Todolocontrario,ladifamaciónsiempreselahallevadoél.

—¿Porquéledefiendes?¡Sehaburladodemí!

Page 94: Tess “princesa”

—Lodefiendo porque no comprendo comopretendió ganar una apuestahuyendodeticadavezquelobuscabas.

Tess asimiló la reflexiónde sumadreyhubodedarle la razón.Lehabíacostado lo suyo conseguir que Juan la integrara en su vida. Y lo hizo enprivado, obsesionado siempre por mantener a salvo su reputación. Eldesconciertolasumióenunnuevaespiraldedolor.

—¡Perofueélmismoquienmelodijo!—Talvezno sabía como romper tus ilusionesy fue loprimeroque se le

ocurrió.OquizásJuanesmássensatoquetúyentiendequenoteconvienecomopareja.

—¿Porquénovaaconvenirme?¡Leamoconlocura!—¿Apesardeloqueteestáhaciendosufrir?—¿Creesquepuedoarrancármelodelpensamiento?¡Volveríaacaerasus

piessóloconquemebesaradenuevo!—Sehorrorizóalreconocerlacertezadesuspalabras ,porquesehabía juradoderribaresossentimientosysinembargoseguíanensuinterior,inalterables—¡PorDios,mamá,noséquévoyahacer!

Martasuspiró,agotadadelucharcontralashormonasyelllantodesuhija.—Empieza por lo más sencillo: date una ducha, arréglate y recupera tu

vida. Si Juan ha de ser para ti, el tiempo lo dirá. Y si tienes que olvidarlo yenamorarteotravez,ocurrirá;tegusteono.

Sumadreseincorporó,dandoporconcluidalaconversación.Peroellaaúnteníaalgoqueconcretar.

—Mamá...SiJuanmequisiera...¿papáytúmeapoyaríais?Martasuspiró.—¡Por supuesto, cariño! ¡Es hijo de tumadrina y delmejor amigode tu

padre! Os apoyaríamos, aunque pondrías a nuestra familia en boca de mediaciudadymuchagentenosdaríalaespalda.Sinembargo,deboadvertirte,Tess—Sutonosonósolemne—PortándotecomounacríanovasaenamoraraJuan.Tellevadiezañosy lo tiene todomuyvisto.O leofrecesunarelaciónquenuncahaya tenido o no tendrás la menor oportunidad. Y ahora,sigue mi consejo.Quieroqueestanochecenemosenfamilia.Aserposibleenarmonía,comolohemoshechosiempre.

Marta cerró la puerta detrás suyo. Tess permaneció un rato tumbada,recapacitandosobrelaprimeraconversaciónadultaquehabíamantenidoconsumadre.

Llevabavariashorasenel club, festejandocon lapandilla la llegadadelAñoNuevo,cuandoSantiagolainvitóabailar.

Page 95: Tess “princesa”

—¿Medisculpas,Quique?Sólounapieza.—Estaréenlabarra—asintióél,reticente.TessdejóqueRiverolaenlazaradelmodorespetuosoenquesolíahacerlo

ylebuscólosojos.—Teníaganasdeverte.—También yo. Pero has estado invisible desde nuestra última salida -

admitióserio,reprimiendounreproche.—Estuve con Juan—Tess notó que su acompañante palidecía y pasó al

contraataquesinpensarlodosveces—¿Quéhaydeverdadenlodelaapuesta?Las manos de Santiago se tensaron en su cintura, aunque no rehuyó la

mirada.—¿Juantelodijo?—Sí.Mantuvolavistaclavadaensuexpresiónquepasódeincómodaadolida.—Noloentiendo.Élestabatanmolestocomoyo.—¿Porquélahicisteis,entonces?LosgestosdeSantiagomostraronsudesasosiegoaunquesiguióllevándola

ensusbrazossindejardemirarla.—No sé qué lo impulsó a él. Yo acepté por miedo a que pudiera

conquistarte.—Algoparecidocomentósobreti.Riveroentrecerrósusatractivosojosverdes,confuso.—Supongoqueelrespetoesmutuo.Yodijequeesperaríaaquetehicieras

mayor.Llevomuchosañossoñandoconpedirteenmatrimonio,Tess—admitió,peseanoalbergaresperanzas—.MisamigosserieronyJuanopinóquesinomelanzabaa seducirte,otros se adelantarían.Tambiénmeechóencaraque túnoerascomootrasmujeres,queteníasmuchocarácter.Veoqueatinódepleno.

EllasintióunapequeñarendijadefelicidadalcomprenderquelasituaciónnohabíasidocomoJuanlehizocreer.Nosetratódeunadiversiónsinodeuninstantedevacileentrecamaradas.

-No soy distinta del resto de mujeres, Santiago —replicó, no obstantedolida.

—Esverdad.Tambiéntúhascaídobajosuhechizo.Tesssuspiró,desalentada.—Sí,Santiago.Metemoqueganólapartida.LoshombrosdeRiverosetensaron.—¿Dondeestá?¡Noleveofestejandolavictoria!—Sehaido.Habíaterminadolapiezaperocontinuabanabrazados,ajenosalasmiradas

Page 96: Tess “princesa”

delagente.ElrostrodeRiverounapuraconfusión.—¿Semarchódespuésdeconquistarte?Noleveoelsentido.—Meconquistó,peronomequiere.Senublaron los ojos azules ySantiagonotó el pinchazode los celosSin

embargo,prevalecieronsussentimientosporellayleofrecióconsuelo.—O te quiere tanto que ha entendido lo que yo no quise ver —Miró

alrededor,percatándosede lasituación—Fíjatecómonoscomencon losojos.¡Semuerenporquelesdemosmotivosparahablar!DeestoquisolibrarteJuan.Meadvirtióynolehicecaso—Lasacódelapistaysedespidióconunbrevebesoenlosnudillosdeambasmanos—.Esperoquepuedasperdonarme,Tess.

Ellaloretuvo,contrariadaporqueunaamistaddebieraromperseenarasdelahipócritasociedadenlaquesemovían.

—¡Notevayasasí!Nomeimportaloquedigan...—¡Meniego a darles el gusto!—aseguró él, furioso, sobre todo consigo

mismo. Si años atrás le hubieran advertido en qué disyuntiva lo pondrían susnochesdejuergahubieratenidomáscuidado.

—¿Insinúasquenovolveremosavernos?ASantiago legolpeóenelpechosu rictusde tristeza.Logróesbozaruna

sonrisaquenoalcanzóasusojos.—Pensarqueteapenaperdermiamistaddespuésdeloquehassabidome

calientaelalmaenlomáshondo,Tess,créeme.PeronosoymenoshombrequeJuan. Si él entendió que te perjudica nuestra cercanía, lo asumiré igualmente.Esosí,tenpordescontadoqueencualquiercosaquenecesites,metendrásatudisposición.

Depositó un rápidobeso en sumejilla y semarchódel baile.Quique, deinmediato,ocupósulugarjuntoaTess.

—¿Otrodecepcionado,bellaMata-Hari?Subromasóloconsiguióqueesbozaraunpuchero.—Cenicientamásbien.Quiquesonrióconternura,dichosodecontarconsuconfianza.— ¡Vamos a bailar, anda! Es mi última noche en México y quiero

disfrutarlaconlachicamásbonitadeVeracruz.Ellarió,agradecida,ysedejóarrastraralapista.—¡Serápormilagrosdelmaquillaje!Noimaginaslasojerasqueesconden.

¡Seguroqueloinventóunamujer!—¡Cómotodolobueno!—musitóél,estrechándolacontrasí.Tesssedejóquerer.Siibanahablardeella,almenoslesdaríamotivos.

Page 97: Tess “princesa”

Terceraparte

—Abril2016—

AlolargodelostresmesessiguientesTessreleyólascartasqueJuanenviabaasumadredesdediversoslugaresdeEuropa,esperandounamenciónquenuncallegóapesardelasnoticiasqueMatildeletransmitíaenlassuyas.Lecontóasuhijocómotrabajabaconahíncoenlaempresa,quepracticabadeportesdealtoriesgodurantelosfinesdesemanayque,detardeentarde,subíaalatorreparatumbarseensucamayescucharsusvinilos.Calló,sinembargo, elsobresaltoquelatrajoasucasatrasverluzenelpisodelaplayaydescubrirenélaunadesconocida.HabíahuidoyrecurridoaMatildedosdíasmástarde,aturdidapornotenerconocimientodelregresodeJuan.Tampocomencionósualivioalsaberquelohabíavendidoennavidad.

Ahora,élregresaba.

Tessatravesóconprisaseljardínypasóalinteriordelavivienda.LosbrazosdeJuan la libraron de chocar contra la firmeza de su pecho.Ambos semiraron,paralizadosporlasorpresa.

—¡Noteoíllegar!Él la analizó con una rápida ojeada. Llevaba el pelo recogido y un traje

pantalóndelinoblancoqueacentuabasuaspectodeejecutiva.—Esquenollamé.Estabaabierto.Ella también lo contempló de arriba abajo: sus largas piernas dentro de

unos tejanos viejos y una camisa amarilla por fuera. Tan devastador comosiempre.

—¿Si?AlgúndescuidodeLeticia—musitópordeciralgo.—Anda fuera, charlando con su novio —Tess luchó por controlar los

atronadores latidos de su corazón, aunque con pocas esperanzas. Notaba sus

Page 98: Tess “princesa”

mejillas sonrojadas y le sudaban las manos— Vine a ver a tu madre. Meencargóunasrevistas.

—Hasalido.Escuchéalgodeunavisitadecumplido.Elladejóelpaquetesobreunamesacercanaysedispusoamarcharse.—Entonces,dáselastúcuandovuelva.Juanintentóretenerla,dolidoporsuactituddistante.—¿Teapeteceuncafé?Tess se mordió los labios para no aceptar, pero recordó a tiempo los

consejosdesumadre.—Gracias;nopuedo.Hedevolveraltrabajo.Juanseencogiódehombros,resignadoasunuevotalante.—Claro,nohayproblema.Tesslediolaespalda,dispuestaa irse;sinembargo, lopensómejoryse

volvióconelsemblanteadusto.—Esbuenoquehayasvuelto.Tumadreteañorabamuchísimo.AJuanlehiriólacontenciónalaquenoestabaacostumbradoysepermitió

mostrarsesarcásticoparaarrancarundestellodevitalidaddesusojos.—¡Creíquetúlebastabas!Nohaparadodealabarteensuscartas.Tessfruncióelceño,aturdidaporsuagresividad.—Heintentadollenarunvacío,peronoesigual.Túeressuhijo.Lo dejó plantado y regresó a su casa con el corazón desbocado. Había

conseguidoreprimirelanhelodeprecipitarseensusbrazos;peromásquenuncaloteníaclaro:nopodríadejardequererlo.YJuannoerainmune.Nolehabíapasadoporaltosuintentoderetenerla.¡Debíahallarlaformulapararendirloasuspies!

Estaba en la cama,dando vueltas al sempiterno tema de Juan, cuando se leocurrió la idea y , ni corta ni perezosa, se calzó unas chanclas y buscó a suspadres.Porsuerteaúnestabandespiertos.

—Buenasnoches…¡Puedointerrumpiros?—¿Ocurrealgo,cariño?-Antoniosequitólasgafasqueusabaparaleery

miróasuhijaconpreocupación.La inquietud de su padre consiguió que Tess se sintiera ridícula. Podía

haber esperado a la mañana siguiente, pero la euforia de haber hallado uncaminoparallegarhastaJuanlasacódelacama.Recogióvelas,avergonzada.

—Noesnadaurgente,papá.Medejéllevar...Mendoza dejó el libro a un lado y palmeó el colchón para que su

primogénitaseacercara.

Page 99: Tess “princesa”

—Siparatiesimportante,paranosotrostambién.Cuéntanos.Sumadrelainterrogabatambiénconlamirada.—Podríahaberesperado...—Nos ha quedado claro. Pero ya que estás aquí, habla—replicóMarta,

llenadecuriosidad.Tess cedió al fin, sentándose en un borde del amplio lecho. Rara vez

importunabaasuspadresensudormitorioperoverlosallí,acomodadoselunoalladodelotro,apoyadosenelcabeceroconsusrespectivoslibros,leresultóunaimagentanidílicaqueseprometióquealgúndíalaimitaríaconJuan.

—En la cena habéis estado hablando de la hacienda deTáchira, de quehabría que remodelar todo el edificio, y he pensado que ...Que podríamosencargarlelosplanosaJuan.

Supadrefruncióelceño.—¡PeroJuanllevaañossintrabajar!—¡Eso no quiere decir que sea malo!Sería una prueba de confianza—

afirmó,convencida.—Sientodecepcionarte,perodudoqueaceptara—opinósumadre.—¡Dejad,almenos,queseloproponga!Antonio estudió las facciones de su hija, sorprendido por su

apasionamiento.—¡EstásdecididaamantenerteentustrecerespectoaJuan!¡Perosiélno

damuestrasdeinterés,Tess!¿Porquénopuedescentrarteenotrosdetuedad?—Sigotanenamoradadeélcomoelveranopasado,papá.Ycreoqueyate

hedemostradoenmitrabajoquenosoyningunacría.Loquieroylucharéporél.Mendozasuspiró,resignado.—No, cariño, no eres ninguna cría. Pero los sentimientos nos vuelven

vulnerables. Sólo espero que él no te haga daño—Le acarició la despeinadamelena—.Estábien.Lodejoentusmanos.Siacepta,quizáleayudeasentarlacabeza.Ojaláresultara.NosoloMatildeytúlocelebraríais,créeme.

Tessabrazóasupadre,agradecidadecontarconsuapoyoycomplicidad.—Gracias,papá.Mesientomuyafortunadadetenerosalosdos.Besóasumadreysalióconunainmensasonrisa.Estabacasienelpasillo

cuandolavozrisueñadesupadrelaretuvo.—¡NoolvidesquemañanaviajamosaRío!¡Novayasapasartelanocheen

velapensandoencómoselodirás!Necesitoamiejecutivaenplenaforma.Soltóunacarcajada¡Nilocaadmitiríaquelohabíaolvidado!—Descuida,papá.Dormirécomountronco—prometióCuando regresó a su alcoba advirtió que había luz en la torre. Sonrió al

imaginaraJuanenlaestanciaqueahoraconocíatanbien.¡Semoríadeganas

Page 100: Tess “princesa”

deversucaracuandolehicieralapropuesta!

La primera visita deTess fue paraMatilde. Su vecina la acogió con el cariñohabitual.

—¿Cómotehaidoelviaje?TumadremecontóquefuisteaBrasil.—Papá tenía quecerrarunosnegocios, sí. ¡MehaencantadoRío!—Sin

transiciónpasóaloqueleinteresaba—¿EstáJuan?—Salióadarunpaseo.Tesstomóasientoenunabutacafrenteaella,conteniendolosnervios.—¿Solo?A la sonrisa deMatilde asomó un atisbo de tristeza que le desbarató el

ánimo.—Siempre está solo—asintió—No ha salido ninguna noche desde que

llegó.¡YesoqueRosalíahainsistido!Tessmostró unmohín de desagrado al oír el nombre de su rival pero lo

desechóenseguida.Nopodíapermitirseflaquearensuempeño.—Quieroproponerleunasunto.Matilde levantó la vista y lo descubrió en el quicio de la puerta,

observándolasconelsemblantesevero.—Puesahílotienes.Acabadellegar.Pasa,hijo.¿Quieresuncafé?—Sí, por favor —Ocupó un sillón frente a Tess disimulando cuánto le

agradaba verla; sobre todo con su recuperado aspecto juvenil, vestida contejanosycamiseta—Buenastardes.Resultasdifícildelocalizar.

Ella contuvo el aliento y obligó a susmanos a quedarse sobre el regazo.Sóloconmirarleseleibanlosdedosalosbotonesdelacamisaquecubríansuspectorales.Quería tocarlo y sentir su piel caliente. Sofocada, apartó la vista yadoptóunairedespreocupado,recuperandolacordurayrepitiéndoseunayotravezlosconsejosmaternos.

—EstuveenRío—Alcanzóadecir.—Mecontómimadre.Parecequetetomaseltrabajomuyenserio.Tess se descorazonó. La trataba con un desafecto y una frialdad

inesperados.Laotratardelepareciópercibirunbrillodealegríaalmirarla,peroahora no estaba. Con el desasosiego haciendo mella en su ánimo, intentóaparentardesenvoltura.

—Megustaloquehago.—Mealegroporti.Esbuenotenermetasenlavida.Juansetomóelcafédeuntrago,abrumadopormantenerunaposturaque

iba en contra de sus impulsos.Verla tan atractiva, con aquella pielmorena al

Page 101: Tess “princesa”

descubiertoyaquelcuerpoquenoselequitabadelacabezaeraunaespeciedesuplicio.Peroestabadispuestoapasarelpurgatoriopormantenerlasdistancias.

—Escuché algo de una propuesta—susurró, apartando los pensamientospecaminosos.

—Sí—Peseaqueyanoloveíatanclaro,decaídaporelabismoquesentíaentre los dos, se atrevió a intentarlo—.Papá va a edificar una hacienda enTáchira;hacompradounoscafetalesperolacasaestáenruinas.Hemospensadoentiparaeltrazadodelosplanos.

Juanacusóelgolpe.Duranteunossegundosfueincapazdedisimularsuperplejidad;después,lasonrisasecrispóensuatractivorostro.

—¡Eso sólo puede haber sido idea tuya! ¡No sabes lo que dices! Llevoañossintrabajar.

Tessvibróderabiaalreconocersumiedo.—¡Algunaconfianzatendrásenti!—¡Ninguna,laverdad!—admitió,sarcástico.Matilde,recuperadadelasorpresa,comprendiólaintencióndesuahijaday

letendióunpuente.—Podríashacerlo.Algunosdetustrabajosfuncionaronmuybien...—No,mamá;nopretendáisimposiblesporquenoosseguiréeljuego.Tessseincorporóconlosojosclarosechandochispas.—¿SabesJuan?Creoqueestásamargadoytienesmiedodeportartecomo

unadulto.Tienesmiedodeintentarloyfracasar.Poresoprefieresmanteneresaposechulescadepasardetodo.¡Puesvale!Eresmayorcitoparasaberloqueteconviene.Siguesiendountarambanasinoficionibeneficioytiratutalentoporlaborda.

MiróaMatildesindisimularsufrustración.—Me voy, madrina. Perdona si te falté el respeto. Volveré a visitarte

cuandotuhijonoesté.Abandonólacasaconairealtivo,mostrandounaconfianzaensímismaque

niporasomosentía.Asusespaldassóloquedóelsilencio.

Dosdíasmástarde,regresabanenautodelaoficinacuandosupadrelediolanoticia.

—Juanvinoavermeestamañana.Aceptaelencargodelahacienda.Ledolióquenosehubieradirigidoaella.Aunquesefelicitóporeléxitode

la estratagema. Empezaba a confiar en que su madre era más sabia en lasrelacioneshumanasdeloqueellaseríanunca.

—¿Porquénomelodijoamí?

Page 102: Tess “princesa”

Supadrelerestóimportancia.— ¡No temolestes!Has logrado tu objetivo, que era lo importante—Al

captarsuceñofruncido,acarició lamanoque dirigíaelvolante—.Juanesunhombrecomplicado,cariño.Nointentescomprendersusreacciones.Daletiempoynoloatosigues.

Tess asintió, entendiendo que los consejos eran razonables ¡Pero laimpaciencia la devoraba! ¡Necesitaba resultados, ya! Después de mesesqueriendo recuperar la complicidad con Juan, el tiempo se le hacía eterno.Necesitaba sus besos, el placer de estrecharse contra su pecho, de saborear suboca. La posibilidad de que aquellas sensaciones no volvieran a repetirse, ledesgarrabanelcorazóncomounzarpazoinvisible.

Lavidasiguiósucursoconuntrascurrirtediosoylento.Tesscontinuóconsusquehacerescotidianos;cadadíamásdesesperadaporlaausenciadenoticias.Novisitaba a Matilde para no tropezar con Juan aunque cada noche se dormíamirando su ventanal iluminado. Fantaseaba imaginándolo sobre unamesa detrabajo,trazandoplanos,conunlápizenlaorejaygafasdeversinmontura.Sele hacía sexy la imagen y se tocaba pensando en él en poses en las que enrealidad nunca lo había visto pero que figuraba apropiadas. Desesperaba devolverasaberdeélcuandounamañana,al regresodeunpartidode tenisconMariel,supadre la llamóa labiblioteca.Elcorazónse ledesbocóaldescubrirqueloacompañabaSantacruz.

—¡Cariño,pasaaveresto!Creoquetegustará.Suestómagoseconvirtióen unmanojodenervioscuandovislumbrólos

planos extendidos sobre la mesa. Con un jadeo de sorpresa los estudió sinrepararenJuan.Poresonopercibiólamiradahambrientaqueseposósobresuspiernas desnudas, el relieve respingón de su trasero, enmarcado por la brevefaldablanca, o lacurvade sus senosbajoel topdeportivo.Tampocoobservóque la nuez de adán se deslizaba por el bronceado cuello del hombre queesperabasuveredictocomounpresoanteelcadalso.

—¡Sabíaquepodíashacerlo!¡Sonmagníficos!¿Noteparece,papá?ElevidenteorgullodeTesshizoreírasupadre.—Loson,cariño.Yaseloheconfirmado.—Mesatisfacequeosgusten.Se mantenía serio pero ella leyó en su semblante lo complacido que

estaba.—Hablemosdehonorarios—AventuróMendoza.—Sonunregalo,Antonio.Hedisfrutadotantoconlatareaquenopodría

Page 103: Tess “princesa”

ponerleprecio.—Mealegrasaberlo—Sonrióelempresario—Perotusatisfacciónnoes

excusaparaquenoteaboneuntrabajobienterminado.—Nopuedocobrarporrecuperarmiautoestima.Porfavor,acéptalos.Mendoza asintió, consciente del duelo que enfrentaba a su hija con su

vecino;porque,aunquehablabaconél,eraaellaaquienmiraba.—¡Está bien! Si es así, acato tu deseo. Pero déjame que te apoye para

conseguirotrosproyectos.Sédemuchagenteque…Juandiounpasoatrás,derepentenoqueado.—Mehagustadohacerlo,peronohedecididoaúnsiabrirédespacho...Tess frunció el ceño, sintiendo brotar de sus entrañas una ira sorda,

furiosapor su renuencia. ¡Quémásnecesitabaparaadquirir confianza? ¡Habíademostradodesobrasuvalía!¿Aquéteníamiedo?Loincrepósinmorderselalengua.

—¿Noseráquetedapánicodequenadiellameatupuerta?Antonio se avergonzó de su descortesía, pero no tuvo tiempo de

reprochárselaporqueJuan,conlaamargurapintadaenelrostrolediolarazón.—Sí,Tess;esprobable.—¡Y prefieres meter la cabeza en el hoyo, como un avestruz! —

contraatacó,iracunda.Juanapretólospuños, tragándoselabilisparanoreplicarcondespechoa

lasacusacionesdeTessdelantedesupadre.—TodoVeracruzme considera un playboy, no un arquitecto— replicó

entredientes.—¡Pues demuéstrales que están equivocados o nunca sabrán qué se

escondebajoesabonitafachada!Sediolavueltaydejóaamboshombresenlabiblioteca,atribuladounoy

desarmado el otro, convencida de que su ira ayudaría a Juan más que sushalagos.¡Aversimadurabadeunamalditavez!

Tess trabajó a destajo, ignorando las miradas preocupadas de sus padres yesquivandotratarconellosacercadeJuan.Porsuerte,Diegoestabademasiadocentrado en sus estudios para percatarse de la tensión familiar y no llegó aintervenir.TampocovisitóaMatildeasíque,cuandollegóelfindesemana,sumenteeraunaollaenebulliciónynecesitódesfogarse.Cogiólamotoyenfilóasusitiopreferido,lasombradelocoteenlacolina.

El cielo mostraba tonos azules y ella dejó vagar la vista por las nubesalgodonosas.Sentíaquehabíacrecidocomopersonaenlosúltimosmeses,que

Page 104: Tess “princesa”

nadaquedabadelamuchachaquellegódeBostony,aunquelegustóelcambio,añoró la ingenuidad de aquella época, cuando creía que el amor consistía enbesar al chico apropiado y mantener un romance con él. ¡Qué difícil habíaresultado todo! ¡Cómolohabíacomplicadoella,másbien! Hubiera resultadosimpleenamorarsedeQuiqueyformarunaparejaestable,congustoscomunesytoneladasdecariño. ¡Perono!Habíaprobadoel sabor de loprohibido,de losbesos de Juan, de sus caricias, del tacto de sus manos...y ya no podíaconformarseconotracosa.Necesitabaaesehombretantocomorespirar.

Parecióqueloshadosseconjugabanasufavor;escuchóelronroneodeunmotoryeldeportivosedetuvoaunosmetrosdesumoto,igualquelaotravez.Aunque el Juan que se bajó del auto tampoco era el hombre arrogante que lafascinó en un principio. Lo vio quitarse las gafas de sol y observarla conprevención.Lohalló igual de sexyy sus ansias de tirarse a sus brazos fueroninmensas,perosuporesistiryaparentarindiferenciaaunqueardierapordentro.

—¿Puedoacompañarte?—Lacolinaesmuygrande.Juan se tumbó a su lado sobre la hierba y mordisqueó unas briznas.

Entendía la actitud de Tess pero no por eso dejaba de dolerle. Añoraba a lachiquillademesesatrás,alaniñaingenua,asuprincesa.

—Séquemeloheganadoapulso,Tess,perodesdequeregresédeEuropanohemosvueltoaseramigos.Quedamosensersinceros,asíqueloconfieso,teechodemenos.

Tessacorazósucorazón,decididaallevarloallímite.—Tú elegiste que las cosas fueran de estemodo. No quiero que pormi

culpavuelvasadejarsolaatumadre.—Estaveztardaréenirme.Hedecididoabrirunestudioenlaciudad.La sorpresa desmoronó su blindaje y una sonrisa ilusionada asomó a sus

labios.—¿Vasatrabajar?Juanasintió,nerviosocomounadolescente.—Esoparece.Acabodeaceptarlareformadeunantiguolocaldecopas.El semblante de Tess se iluminó como si estuviera contemplando fuegos

artificiales, desbordadapor la alegría. Juan se perdió en sus pupilas brillantes,deseandohallarelcorajedesincerarseconellacomolohabíahechoalaceptarsuretoybuscartrabajo,peroestavezqueríahacerlascosasbienyTess,peseasu alegría, parecía reacia a cambiar el rumbo distante que había tomado surelación.

—Sabesquesintinolohubieralogrado.A Tess se le erizó la piel con su susurro. ¿Intentaba seducirla? De mil

Page 105: Tess “princesa”

amoressehubieralanzadoasuregazoylehubieraentregadosuvida,perolosconsejosdesumadrelacontuvieron.Hastaelmomento,Martahabíaacertadoentodo.SedijoquedebíaserfuerteymantenersefirmemientraselcambiodeJuan no resultara definitivo. A fin de cuentas, apenas lo conocía. ¿Quién legarantizabaqueenpocosdíasnoaparecieraRosalíaJovellanosyélmandarasufuturo al infierno, como hizo antes? ¿Cómo estar segura de que habíamadurado?

—-Me limité a pincharte—replicó displicente—. Perome alegro de quedieraresultado.Yotambiéntengoproyectos.RegresoporunatemporadaaBrasilparaunosestudiossobreelcultivodelcacao.Mipadrequiereexplotarloagranescalaynecesitamosmodernizarelproducto.

La sonrisa de Juan se desvaneció. ¡Había contado con su apoyo paraenfrentarseaVeracruz!Noignorabaquelosprimerosmesesseríanduros,quelecostaría recuperar la credibilidad y soñó con tener aTess para darle ánimos yforzarle a seguir. Saberque ellano estaría cerca le enfrió lasganasde lucha.Apartólamiradamientrasrompíaconlosdedosunostallosdehierba.

—Cambiamoslospapeles,pues.Ahoraerestúquienseva.Tess sintió renacer su ira. ¿Tantos meses tras él y ahora le venía con

reproches?—Conunadiferencia;yonosalgohuyendo.SusmiradasseretaronylavozdeJuansonóronca,cargadadeintención.—¿Estássegura?—Absolutamente.Leenfurecióquenopercibieraeltemblordesusmiembros,lanecesidadde

refugiarseensusbrazos,quenotuvierainiciativayselimitaraasondearlaconunbrillotormentosoensusojosnegros.

Juansólocaptócómosemordíaellabioinferiorysudestelloderabia.Yseladevolviósinpensar,heridoporquenovaloraraelinmensoesfuerzoqueestabahaciendopararecuperarunavidaquecreíaimposiblemesesatrás.Leamargabanlos desprecios que aún debía sufrir para retomar su espacio en una sociedadveracruzana que miraría con lupa cualquier movimiento que hiciera en lospróximos años. Y todo por ella. Para hacerse digno de llevarla del brazo, depedirlamanoasupadreyformarlafamiliaquenuncacreyómerecer.

—Mealegro.Mepreocupabaqueaúnmequisieras.A Tess le dolieron tanto sus palabras que actuó como lamejor actriz de

Hollywood.—He tenido tiempopara recapacitar, Juan.Medité tus consejos y te hice

caso.Élsondeósurostro,buscandopruebasdesufalsedad,peroTessmantuvo

Page 106: Tess “princesa”

sumascara, aferrándosea losúltimosvestigiosdeorgulloparanogolpearsuspectoralesdeensueñoyecharseallorar.

Juansepusoenpie,sacudiólahierbadelostejanosysedespidióconunafachadatranquila.

—¡Bien por ti, princesa! ¡Sabía que eras lista! Regreso a la civilización.Disfrutadelpaisaje.

Tess lo siguió con lamirada hasta que el auto desapareció en la lejanía.Después,elllantobrotódesupechodesgarradoasustandoalasavescercanasyprovocandounadesbandada en rededor.Apretó lospuñosy aporreó la hierba,preguntándoseporquéellanomerecíaunabatallacomolaqueJuanlibróensumomento por Rosalía, por qué el amor inmenso que sentía no bastaba paralevantar el muro que él había interpuesto. Le odió con toda su alma, con lamismapasiónconqueleamaba,porquesehabíaretiradocomosi,enrealidad,ellanoleimportaramásalládeunoscuantosbesos.

TessregresóaVeracruzamediadosdeJulio.Veníamuycambiada,conlapieloscurecida por el trabajo al aire libre y el pelo rubio casi blanco por el solbrasileño.Tambiénestabamásdelgadaymásseria.

Aparcó el deportivo a la entrada del club. Al atravesar la cafetería losrecuerdoslaasaltaron.HacíapocomásdeunañoqueconocíaaJuanysuvidahabíacambiadodeunmodotandrásticoquesepreguntódóndehabíaquedadolachiquilla de Boston. También hoy se reunía con su pandilla tras una largaseparación y se sintió acogida con idéntico afecto, escuchando cómo lallamabanavocesyalzabanlasmanosparallamarsuatención.MiróalamesadepóquerysucorazónseparalizóaldivisaraJuanconSantiagoRiveroyvariosdesconocidos. Ambos hombre la contemplaron con idéntica sorpresa y ellaesbozóunasonrisabrevedereconocimiento,peroacudióprimeroalreclamodesus amigos. Cuando se vio libre de los abrazos y besos, Juan ya no estaba.AcudióasaludaraRivero.

—HolaSantiago¿Cómoteva?El atractivo rostro de ojos verdes mostró satisfacción porque ella lo

estimara en público. Se incorporó para besarle una mejilla con ademáncomedidomientrasasuvozsensualseleescapóungalanteo.

—-Aburrido.Veracruzsintupresencianoeslomismo.Tesssonriócondesgana.—¡Adulador! Pero gracias por la lisonja. Estuve tan centrada trabajando

quenomedicuentadelomuchoqueañorabaesto.¡Menosmalqueyaestoyencasa!

Page 107: Tess “princesa”

—Metienesatudisposición;paraloqueseapreciso—asegurósinapartarsusojosdelosclaros.

—Gracias,Santiago—Lebesódenuevoyseapartó—.Confíoenquenosveremos.

PasóunratoconlapandaycuandosedespidiódeellosaceptóqueQuiquela acompañara hasta el auto. Juan estaba apoyado en el suyo, al pareceraguardándola, pero no se dio por aludida. Besó a su amigo y condujo calleabajo.

Ultimaba una conversación telefónica cuando su secretaria le informó de queMatildeSantacruzsolicitabaverla.Asintióconungestoysonrióalamujerquetomóasientofrenteaellamientrasterminabalagestión.Alconcluir,selevantóylabesóconcariño.

—Hola,madrina.¿Quétetraeporaquí?AMatildelecostósalirdesuasombro.Paraella,Tesseralachiquillaque

conocía desde que nació, pero la ejecutiva de traje y tacones, con el cabellorecogido y haciendo un uso extraordinario de otra lengua, la había dejadopasmada.

—Sabía de tu eficiencia pero me has asombrado con tu dominio de eseidioma¿Quéera?

Tessrió,divertidaporelhalago.—Alemán.Tambiénhabloinglés,francésyunpocodeportugués;loque

aprendíenBrasil.¡Dealgotienenqueservirmelosañosdeinternado!—Eslógicoquetuspadresesténtanorgullosos.Ella se recostó sobre el borde de lamesa y analizó a lamadre de Juan.

Parecíanerviosa.—Agradezco tuspalabras,Matilde.Peronocreoquehayasacudidoami

despachoparatratardemisprogresos.Lamujer lamiró con detenimiento antes de responder, comparando a la

personaque teníadelante—segurade sí, vestida conuna camisagrisperlayunafaldanegraquerealzabasueleganciainnata—conlajovenqueacudíaasucasaaplantartulipanesycharlardebanalidades.

—¿Esrealosóloaparenteesecambiotangrande,Tess?¿YanoquedanadaentidelachiquillaqueJuanquiere?

Ellaamagóelgolpeconunasonrisaamarga.—Juannomequiere.Matildefruncióelceño,asombrada.—¡Debesestarciegaparanegarlo!Mihijohatrabajadocontenacidadpara

Page 108: Tess “princesa”

enfrentarseasusmiedos.Haalcanzadounprestigiobiendistintodelquegozabacuando ibasdetrássuyo.Sehaganadouna respetabilidaddentrodesucampo.¿Yparaquélesirve?—Suvozfuesubiendoconformeseapasionaba,mientraslosojosselellenabandelágrimas—¡Semeparteelalmacadadía!¡Pareceunasombra de lo que fue! Antes, al menos, había risas en casa cuando llegaba.Tengo la sensación de que pone ahínco en el trabajo para resarcirme por eltiempoenquenolohizo;memimacomosifueralaúnicamujerdesuvidaynotuvieraedadparacompartirsucariñoconalguiendesuedad.¡Paracompartirlocontigo, Tess! ¡Como deseábamos! Pero parece que tú has olvidado aquellosplanes.NisiquierasabesqueviajóaGuatemala,siguiendotuejemplo,ycooperóenelproyectodelasnuevasviviendasparalossupervivientesdeElCambray…Juannoesnisombradequienconociste.¿Cómopuedesnoamaralhombreenquiensehaconvertido?

Tess volvió a sentirse la chiquilla inexperta de meses atrás, la que sederretía con sólo cruzar su mirada con la de unos ojos negros… Conocer deprimera mano que Juan había cambiado tan drásticamente la llenó de tontoorgullo,peroalmismotiempo,lasinseguridadessecebaronenella,comocadanoche mal dormida en Brasil. Se había quebrado la cabeza pensando en quéllevóaJuanhastalacolinaaquellatarde,porquésisuintencióneracortejarla,no se lo dijo, por qué la bravuconada de agradecer que ella lo hubieraolvidado…El trabajo la había salvado durante el día, pero las noches fueroninterminablesenRio.YmientrasregresabasejuróolvidarsedeJuan.PeroaquíestabaMatilde,sumadrina,sualiada,paraempujarlaalucharporunacausaqueyaconsiderabaperdida.

—¿Cómo puedes pensar que no lo amo? —Se le quebró la voz y seencogieron sus hombros, empequeñeciéndola— ¡Por supuesto que lo amo!Loamoconcadafibrademimalditoser,perohejuradoarrancarmeesesentimientodel alma y tú no ayudas con tus palabras. ¿Qué te hace pensar que soy yo lamujerqueanhela?Élmismomedijoquenomequería,quesealegrabadequelohubieraolvidado...

Matildelainterrumpió,incapazdecreerlatanciega.—¡Palabras,Tess! ¡Sólopalabras!Noséenquécontexto te lasdijo,pero

seguro que heriste su orgullo.Yo sé que te ama, que tú eres lamujer a quienaspira.Soysumadreylosé.

Tess se dejó caer de rodillas sobre la alfombra y Matilde la acunó,acompañándolaensullanto.

—¡Nadaes real!—musitó,desbordadadeangustia—.Esmentiraquemeimporte el trabajooquemediviertacon lapandilla.Todoresulta insulso sinJuan.

Page 109: Tess “princesa”

Matildeleizóelrostroyloacaricióconrenovadasesperanzas.—Entonces,díselo.—¡Tengomiedodequevuelvaarechazarme!Lamujerlesostuvolamiradaconimplacabledeterminación.—¡TachasteaJuandecobarde,noquierasimitarloahora!Ellalaabrazó,reconociendolaverdadqueentrañaba.Matildeteníarazón.

Juan era el hombre de su vida y no podía dejarlo escapar. Sobre todo, si éltambiénlaamaba.Decidióquedebíacomprobarlo.

Pasóporcasaysecambiólasropasdeoficinaporunvestidoligero,selimpióelmaquillajey se soltóelpelo.Tropezóconsumadreen laescaleray lediounbesoen lamejilla sindetenerse a explicarlenada, ansiosapor llevar a cabo lamisión que se había impuesto al salir de la empresa. En la cancela de losSantacruzsehallabaLeticia,parloteandoconsunovio,paravariar.

—Laseñoranoestá.—Nobuscoalaseñora—Pasódelargo,ignorándola.Subiólasescalerasdelatorresabiendoqueloencontraríaensuguarida.

Estaba en la ducha.Almenos eso indicaba el sonido del agua, a través de lapuertacontigua.Sonriendo,sintiéndosetraviesa,pusoenmarchaeltocadiscosyse tumbó sobre la colcha para escuchar a Silvio. De inmediato tuvo a Juandelante,conunatoallaenlascaderasyelpelomojado.

—¿Quién...?¡Tess!Ellalocontemplócondeleite,sonrojándoseconlavisióndeunosmúsculos

tonificadosqueaúnsemanteníanhúmedos,sintiendouncosquilleoenlapuntadelosdedos,quesemoríanportocarloentodaspartes.

Respondióconunasonrisatraviesaaldesconciertomasculino.—Hola.Disculpasiteinterrumpí.Estabaencasaymeentraronunasganas

irrefrenablesdeescuchareldisco.¡Pormínotecortes!¡Atuaire!Yatehabrádichotumadrequevengoamenudo.

Por un instante, la confusión de Juan fue completa, aunque al mirar loschispeantes ojos claros comprendió que quien estaba sobre su cama era laantiguaTess, la que tantas veces había soñado junto a él, en aquella estancia.Unasensualsonrisasedibujóensuslabios.

—Estásentucasa—replicó,haciendoademándequitarselatoalla.—¡Espera!Tess se sentó de golpe, arrebolada como una adolescente pese a que su

miradanoseapartódeaquellapartedestacabledesuanatomía.—¿No te parece que podíamos ir más despacio? Te recuerdo que soy

Page 110: Tess “princesa”

novataenesto.La carcajada que salió de su garganta fue tan espontánea como el

movimientoquelosiguió,dejándosecaerasuladoyatrayéndolahaciasupechoparaunirsubocaconladeella,entreabiertatodavíaporlasorpresa.

Tess se recuperó enseguida, entrelazó su lengua con la de Juan y ledemostró que aprendía deprisa.Había pensado tantas veces en la cantidaddeexperiencia que él acumulaba y lo ingenua que era ella, que tenía miedo deparecerletorpe.PeronadadeesoparecióimportarleaJuanporqueseapartóparamirarlaalosojos,extendiósurubiamelenasobrelaalmohadacomosiestuvieraadmirandoaunadiosaypasósupulgarporsuslabioscomosinopudieracreerloqueestabahaciendo.Luegobuscódenuevosubocaysediounfestínconellamientras las manosseperdíanen lacintura, lospechosy laspiernas,dejandosobretodasuanatomíaunreguerodecariciasquearrancarongemidosdeTessyunansialocadefundirseconél.

TessnotabalaexcitacióndeJuan,delaquelaseparabaunasencillatoalla,y se preguntó porqué no la estaba librando ya del dichoso vestido, hecho unmanojoensucintura,ydelmínimotanga,tanhúmedocomoelcabellodeél.Sinembargo,Juandetuvosusmanos,conlaspupilasoscurecidasdeunmodoquenolehabíavistojamás,ytrasbesarleunacejalebuscólosojos.

—¿Mequieres,princesa?Suvozsonóronca,comosihubierabebidoalgofuerte,yellariócontoda

sualma,asombradadequeaesasalturaspudieranquedarledudas.—¿Necesitasqueteresponda?¿Enserio?—¡Hasestadotandistante!Mehashechomuchodaño…Sostenía su frentecontra ladeella, con lamirada fija en laazul.Tess se

incorporóparapoderhablar,aunquetodosucuerpolegritabaqueolvidaralaspalabrasyrecuperarasuboca.

—Y tú a mí, Juan—Logró contestar en un susurro -. Si me hubierasaceptadodesdeelprincipio,mehabríasahorradomuchaslágrimas.

—¡No tenía nada que ofrecerte! ¡Era un don nadie, un imbécil sin másméritosquesusjuegosdecama!

Aunquesonóafligido,sudisculpalaenfadó.¡Lahabíamantenidoenunaagonía durante más de un año sólo por perjuicios! ¡Los hombres eran unosidiotas!

—¿Quémeimportabaloquefueras?¡Yotequeríaati!—replicóclavandosusuñasenloshombrosfornidos,sinimportarlesiledolía—¡Nonecesitabaquemeofrecierasnada!

Losojosnegroslacontemplaronconigualdosisdepasiónquedetristeza.Juannecesitabaqueellaentendieralosmotivosdesucomportamiento.

Page 111: Tess “princesa”

—¿Noentiendesquenopodíapermitírmelo?¡SiSantiagonotemerecía,yo menos! Estábamos cortados por el mismo patrón. Sólo quise impedir quehundieratureputación.

Tess,cansadadeexplicaciones,quenonecesitaba,lebuscóloslabios.—¡Olvida el pasado! Ambos nos hemos hecho daño sin necesidad. Lo

único que quiero es recuperar el tiempoperdido.Lamitad de lasmujeres deVeracruzopinanqueereselamanteperfectoyyoaúnignoroelporqué.

LarisadeJuanseperdióensugarganta,divertidoporelreproche.—¿Quieresquetelodemuestreahoramismo?Tess iba a asentir cuando la voz deMatilde al otro lado de la puerta la

detuvo.—Juan,¿hasvistoaTess?Semiraroncomoniñospilladosen faltay rierona lapar, felicesdeestar

juntos.Después,Juanseinclinósobreellaytomólainiciativaparademostrarleque su fama de calavera tenía fundamento, consiguiendo que Tess gimiera deplaceralsentirsusmanosysubocayseolvidaradelapresenciadesumadrinaenelpasillo.

Matilde, sin embargo, permaneció unos minutos allí, paladeando lasensación de victoria en su corazón. Sabiendo que Juan, al fin, habíaconseguidoasuprincesa.

2005/2017.

Page 112: Tess “princesa”

AgradecimientosMi singular agradecimiento a Agatha Mor y su «Tony Rivera». Leí su

novelacuandonoeramásqueunaadolescentequedevorabacadaejemplarquemi madre atesoraba dentro de una vieja maleta en el desván de casa. «TonyRivera»poblómuchasdemisfantasíasrománticasysecontóduranteañosentremis favoritas. Quizá no os parezca una gran historia la que esa lectura meinspiró,peroestáteñidadelaternurayelestilodeescribirdemiépocajuvenil.Medabapenaquequedaraenterradaenuncajónypuestoqueenocasionesmislectoras,misqueridísimaslectoras,mesorprendéisconvuestroscomentariosymedecísqueoslleganalalmanarracionesqueyopensabamásbanales,mehedecidido, conelbeneplácitoy la inestimableayudadeRomanticEdiciones , ahacerlapública.Esperonodefraudaros.

En cuanto al equipo editorial, les agradezco de todo corazón la buenaacogidaquemehandispensadoalincorporarmeasuelencodeautores.Gracias,enespecial,aBartomevaOliverporsucariño.

[1] Árboldelafamiliadelafamiliadelaspináceas(pinos)[2] AsísedenominaaloshabitantesdeVeracruz.

[3] Bistecsdecarnemolidaconespeciasychiles.[4] Relojsuizodealtagama.[5] Obrateatralreligiosa.