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testimonios

sobre

bioenergética

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VerónicaResulta muy complejo expresar con palabras los benefi-cios que la Bioenergética produce en ti, ya que es algo que principalmente se vive, se experimenta... Lo que tengo claro es que para mí el ciclo de Bioenergética marcó un antes y un despúes.

Ni sabía bien lo que era cuando decidí apuntarme, pero es de esas cosas que sin saber cómo, algo te dice que tienes que hacer. Para mí fue distinto a todo lo practica-do anteriormente. Llevo mucho tiempo en el camino de encontrarme a mi misma y tomarme la vida de de otra manera, y digamos que a nivel cognitivo llevaba bastante camino recorrido, sabía muchas maneras de estar mejor, pensar positivamente, dejar que la vida fluya, experimen-tar sin aferrarte... Pero a la hora de la verdad, a la hora de enfrentarte a acontecimientos que movían los cimientos, el aspecto cognitivo no era suficiente para mantener la estructura en pie y salían los automatismos, las conductas aprendidas y grabadas tanto en nuestra cabeza como en nuestro cuerpo...

Pues bien, para mí uno de los cambios más importan-tes que consigue la bioenergética es precisamente eso, LIBERAR, vaciar para poder volver a llenar. Estaba llena de todo lo anterior, de todos esos esquemas que quería cambiar, por eso, por más que me empeñara, las cosas nuevas no se anclaban en mí. Pero poco a poco, según

iban pasando las sesiones, iba notando como si me quitara lastre, de manera que todo lo nuevo iba cogiendo sitio en mí sin que me diera cuenta y fue al verme a mí misma reaccionando de distinta manera cuando empecé a notarlo. Ha sido como coger un billete “express”. Lo que parecía un camino lento y trabajoso se aceleró de manera sorprendente.

Otra de las cosas que más me ha aportado ha sido el pres-tar más atención a mi cuerpo, a lo que realmente quiero, a lo que realmente siento, a lo que realmente he de hacer. Las sensanciones se acentúan, la intuición se incrementa y ya no he de estar con debates internos interminables sobre qué opción elegir, que será mejor, que peor... ¡la solución viene sola!, el flujo de pensamientos ya no tiene tanta importancia, porque he dejado de prestársela, las decisiones que tomo siempre son y serán las correctas ahora. No sé si se entiende bien lo que explico, como ya dije es algo más vivencial.

No puedo terminar sin mencionar al maravilloso gru-po que tuve en mi ciclo, todos muy distintos pero todos iguales, nos compenetramos, nos cohesionamos y nos aportamos aquello que necesitabamos unos a otros, como un extraño puzzle donde todo encajaba a la perfección. Y todo gracias a esa estupenda maestra que nos allanó el camino a todos. ¡Gracias!

Uno de los cambios más importantes

que consigue la bioenergética es

precisamente eso, liberar.

Vaciar para poder volver a llenar

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PilarCreo que tras el curso de bioenergética se ha consolidado parte del trabajo interior que llevo haciendo durante gran parte de mi vida. Me encuentro más tranquila en general y eso ha hecho que mejore mi relación con mi pareja.

He destapado un tema que tengo pendiente desde hace mucho, la relación con mi madre, y lo estoy afrontando desde una perspectiva completamente distinta a la que había tenido hasta ahora. Siempre he pensado: “es mi madre, es mayor que yo, no ha tenido la formación que yo tengo, ha pasado una infancia muy dura, tengo que cuidarla, yo soy más fuerte y por lo tanto soy yo la que tengo que ceder”. Esto no ha servido para nada. Ahora he decidido ser yo misma y sacar fuera la pena, la angus-tia y el resentimiento que siento desde hace años por no sentirme querida, independientemente de que sea verdad o no es como yo me siento y quiero vivirlo para poder superarlo. Aceptar que mi madre es como es y quererla así pero respetándome a mi misma y queriéndome también a mi misma.

Ahora mismo esta nueva perspectiva representa un caos porque cambia la forma de relacionarme con mi madre y creo que ella se ha dado cuenta y está algo perpleja. Estoy revolucionada porque me estoy permitiendo que salgan fuera sentimientos que no son los que me gustaría tener hacia mi madre, pero están ahí y el reprimirlos es eviden-te que no los ha hecho desaparecer, quizás más bien al contrario, los ha ido alimentando. Me estoy permitiendo sentir lo que realmente siento y espero que pasado un tiempo las aguas vuelvan a su cauce y pueda tener una re-lación más autentica con mi madre, tras haber dejado ir la frustración, el resentimiento y el agotamiento por intentar acercarme sin resultado alguno.

Este nuevo enfoque es resultado de las sesiones de bio-

nergética que me han empujado a ser yo misma en este tema aunque no me guste lo que salga. Lo curioso es que en otros aspectos de la vida creo que siempre he sido yo misma sin importarme las consecuencias, no sé por qué en este tema estaba encallada, pero da igual, lo importante es que espero mejorar pasada la tempestad.

Volviendo al comentario del principio, tengo la sensación de que la bioenergética ha sido el vehículo para consolidar otros trabajos hechos anteriormente y para potenciar, por ejemplo, el trabajo que se hace en tai-chi. Tuve la suerte de tener un grupo de trabajo excelente y una maestra maravillosa.

Me emociono al recordarlos. El cariño, la entrega, la sin-ceridad, la valentía del grupo era contagiosa y flotaba en el ambiente. Sentí como mis compañeros, unos desde el principio y otros poco a poco, compartían sus vivencias y dejaban su alma al descubierto. Y sentí como todos y cada uno de nosotros dejaba parte de sus penas en las sesiones y estas se diluían y desaparecian dejando en nosotros ale-gría, amor, comprensión. Esta sensación, cada día era más permanente en el tiempo.

De hecho, al escribir esto, que pretendían ser unas líneas y se está prolongando, me siento como me sentía tras salir de las sesiones: tranquila, alegre, amorosa y esperanzada.

Gracias, Almudena, por pedirnos que escribiéramos, porque me está resultando muy curativo y reconfortante. Como siempre, tu sabiduría nos muestra el camino y nos alumbra.

Espero que te vaya bonito y que mi humilde aportación sirva para algo.

Un beso y abrazo especial de esos que nos dábamos en las sesiones.

El cariño, la entrega, la sinceridad, la

valentía del grupo

era contagiosa y flotaba en el

ambiente.

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AnaTransformación en la convivencia. Mi paso por la forma-ción de Bioenergética me dió libertad.

Libertad para ser Yo Misma. Para permitirme dar rienda suelta a los mandatos de mi corazón.

Hasta entonces vivía en conflicto entre lo que quería y lo que hacía, no me atrevía a dar el salto, a soltar una forma de vida que no me hacía feliz.

Fue combustible para mi curiosidad, para mi interés y predisposición natural hacia el conocimiento del ser hu-mano, de su desarrollo intelectual, emocional y espiritual.

Vivencias, conversaciones que abrieron un abanico de preguntas, cuestionamientos donde construir mi vida desde mis propias sensaciones.

Abrió y sanó mi corazón. Me dio herramientas para profundizar. Mi cuerpo dejó de ser algo externo, algo que veo en el espejo, para ser la manifestación de lo que soy, el recipiente de mis experiencias y aprendizajes, también mi instrumento para la transformación. Todo se manifiesta en el cuerpo y es a través de él que también me sano.

Me abrió la puerta a una nueva vida, Mi Vida.

Todo se manifiesta en el cuerpo y es

a través de él que también me sano.