Texto de Josu Landa

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    1/7

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    2/7

    5CUADERNOSFRONtERIZOS

    Filosofa y veterinariaJosu Landa*

    Nubes. Ciudad Jurez, Chihuahua

    A comienzos de agoso de 2011, una revelacin denuesro colega Gabriel Vargas Lozano** sumi enel esupor a la comunidad losca de Mxico: enuna larga y rspida reunin con alos uncionariosde la Secreara de Educacin Pblica y con el direc-or general del Cenro de Evaluacin para la Edu-cacin Superior, maesro Anonio Gago Hugue,se se opuso a cambiar el plan de esudios para elbachillerao resulane de la Reorma Inegral de laEducacin Media Superior (RIEMS), alegando queUn veerinario poda dar clases de losoa.1

    Creer que se sabe de lo que se dice saber puedeinducir, incluso a un psiclogo o sea, un alm-logo, no lo olvidemos como Gago Hugue, a

    una zaa boutade como la reerida. Una elemenalamiliaridad con el pensamieno de Scraes, porejemplo, lo habra redimido de amaa barbaridad.Con que hubiera inenado refexionar, es decir,planearse con rigor el problema de la enseanzade la losoa en el bachillerao, disponerse a dia-logar consigo y con los dems, ormular las pre-

    gunas apropiadas, raar de responderlas desdeun compromiso con la verdad... su pensamieno ysu lengua se habran encaminado, cuando menos,por la senda de la prudencia esperable en alguiende an grande responsabilidad pblica.

    En el pecado del maesro Gago es la peni-encia. Moricacin que espero pueda superar,cuando haga lo que es a su alcance para replan-ear con seriedad la relacin enre nuesro sisemaeducaivo y la radicin losca, ras escucharcon mene abiera a quienes ienen algo peri-nene que decir al respeco.

    La barbarie conempornea, con odo lo queiene de economicismo burdo, uiliarismo ram-

    pln, rupura con la radicin humansica, enale-cimieno de la uerza y la ecacia, hipervaloracinde bienes maeriales y del hecho de poseerlos, as-cinacin ingenua por los prodigios de la cnica yenmenos anlogos, ha llevado a exremos inau-dios la reduccin del animal y de odo lo quela nauraleza prodiga a puro objeo de saisac-

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    3/7

    6CUADERNOS

    FRONtERIZOS

    cin de cieras necesidades del ser humano. Enrealidad, la ignorancia anihumanisa campa congran vigor desde hace iempo, lo que explica unbarbarismo como la palabra biologa, desinadaa nombrar lo que un mnimo conocimieno delgriego habra exigido denominar zoologa; puesbos signica la vida como exisencia, no como elproceso siolgico de despliegue de organismosvivos. Al margen de ese exabrupo ilusraivo delrumbo por el que ransian una ciencia y una edu-cacin escasamene compromeidas con lo msradical y excelsamene humano, jmosnos enque la eimologa de la palabra veerinario lapersona que cura al animal de carga (veterinus),con recuencia lo sucienemene viejo (vetus)como para eximirlo de usos ms recios expresaya un nivel del reerido pragmaismo unilaeral, ennuesra relacin con los animales. Pero la idea quese iene hoy del veerinario, alguien que segn eldiscurso vigene sobre el asuno, se encarga delesudio y diagnsico de paologas enre anima-les, de ampliar los mrgenes de rendimieno en laexploacin de esos seres, de conrolar la elabo-racin y disribucin de los producos derivadosde al exaccin y acividades anes, evidencia laexremosa conversin de esas criauras en sim-ples medios desinados a saisacer buena paredel innio despliegue de los deseos humanos. An de cuenas, se ha nauralizado la idea de queel hombre es la medida de la suere de los anima-les y quien hoy recibe el nombre de veerinariodebe ener los conocimienos y ejercer los acosplenamene adecuados a esa idea, con la ecien-cia que ha de aciliarle la mxima especializacinen ciera rama de la disciplina. Resula a la vez per-urbador y desopilane que el maesro Gago pre-enda que ese agene de la economa anianimal

    y anihumana, ese especialisa que en su expre-sin ms lograda sabe cada vez ms de cada vezmenos, sea quien conine la radicin encarnadaen Pigoras, Anaximandro, Herclio, Parmni-des, Scraes, Plan, Epicuro, Hiparquia, Zenn deCiio, Hipaia, Agusn de Hipona, Pedro Abelardo,toms de Aquino, Pico della Mirndola, Descares,

    Spinoza, Kan, Hegel, Marx, Schopenhauer, Niezs-che, Husserl, Unamuno, Wigensein, Heidegger,Gadamer, Sarre, Nicol, Villoro, Snchez Vzquezy anos oros, dignos de esa veneracin cricacon la que los lsoos reconocemos la enormeriqueza culural y humana debida a los buenoslsoos.

    Pero, por venura, los animales no son merascosas y sa es una ceridumbre que nos viene dela losoa, es decir, de la disposicin ica a pro-curar la verdad del ser en cuano ser, ligada a undiscurso especco y dirigida a la buena vida enese mundo, que designa esa palabra. En general,el animal conjuga la mliple condicin de cria-ura admirable, venerable, emible y, sobre odo,miseriosa. El veerinario plenipoenciario deGago cree saber qu es el animal. Por el conra-rio el pensador riguroso slo sabe que el animales un enigma, una realidad muy dicil de escruar,ras sus rasgos visibles y los acos por medio delos cuales se expresa. Acaso por eso, la relacinde los lsoos con sus congneres zoolgicos seha cirado de una manera basane ecunda en elerreno del smbolo. Ya que el animal resula unaaleridad inaprehensible, lo que queda es asu-mirlo como compaa y reerencia simblica deun orden de lo real que no por esquiva debemosignorar.

    Eso es lo que parecen evidenciar presenciasan viales en la radicin losca como la ier-namene ilusa paloma que apoya la esorzadaespeculacin de Kan, segn las pginas inro-ducorias a su Crtica de la razn pura, o el suridoasno de Buridn, lo mismo que el gallo orendadopor Scraes a Asklepio, poco anes de morir, y lalechuza de Minerva expresando la inuicin hege-liana del desase enre la realidad y la razn que

    procura dar cuena de ella. Cabe admirar y agrade-cer la eecividad de los puercoespines que reereSchopenhauer, en sus Parerga..., para evidenciarla insociable sociabilidad de nosoros los huma-nos, al igual que el pregnane simbolismo de lavaca mulicolor, el len, el camello, la serpiene,el guila y oros especmenes de la auna niezs-

    Por el contrario el pensador riguroso slo sabe que el animal es un enigma, una realidad

    muy dicil de escrutar, tras sus rasgos visibles y los actos por medio de los cuales se expresa.

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    4/7

    7CUADERNOSFRONtERIZOS

    cheana, enre inquieanes y enraables, en lamedida en que parecen coninuar la que prohijaDioniso: el oro, la cabra, el leopardo, la panera,el deln y oros. Por ciero, soy de los que piensanque el clebre episodio de turn, cuando Niezs-che abraza, en medio del llano, al caballo quees siendo azoado sin piedad por un cochero,es mucho ms que el regisro del paso deniivode la cordura a la locura, por pare del lsooalemn; por qu no ver en ese urbador sucesouna respuesa drsica a anos problemas con-cernienes a nuesra relacin con la vida y con lamanera en que los animales ienen de vivirla? Porsu pare, un problema an peliagudo como el delos nexos enre desino y liberad es disuelopor Epiceo, con apoyo zoolgico, por medio deesa paradjica ancdoa relaada por su discpuloArriano: ras acudir a un adivino, para que iner-pree las vsceras de un animal, aqul le explica allsoo: ...ienes un albedro libre de impedimen-os e incoercible por nauraleza. Eso es escrioaqu, en las enraas.2 En nuesro iempo, las en-aivas cada vez ms numerosas y slidas de un-dar ericamene el reconocimieno de derechosa los animales hace paene una acualizacinde los inveerados vnculos enre la losoa y lasuere de esos seres.

    Por lo dems, esa simblica zoolgica no esexclusiva de la radicin losca heleno-occi-denal. tan slo en nuesro campo de visin espi-riual e ideolgica, afora en el pez, la paloma, laserpiene, el cordero y oros animales bblico-evanglicos. Por su pare, criauras como el colibr,el coyoe, la serpiene negra, el lacuache, el oce-loe, el guila y algunos ms son reerencias muyvivas de la sensibilidad y el pensamieno mesoa-mericanos.

    Hablar de simbolismo zoolgico, en la radi-cin losca, equivale a signicar un mbio msproundo que el de la reerencia plsica o mera-mene erudia, que permie ilusrar una esis conms luz que la de la palabra erica. Es lo que sedesprende de la alegora a que recurre Plan, enPoltico (257a-268b), cuando se gura a se como

    un pasor de hombres. Ariseles, como se sabe,proyeca esa imagen hasa el puno de una carac-erizacin de lo humano como concrecin de unazoologa especca: la del animal polico. En lamedida en que se ahonda en nuesra animalidadde ondo como lo hace el Esagiria, sin que sele haga demasiado caso, en ese puno se escla-rece la perinencia de una losoa mejor avenidacon una veerinaria que, a su vez, debera renun-ciar al uiliarismo exremo a que remie, hoy enda, ese vocablo.

    Esa vinculacin se esrecha un grado ms,cuando el animal es asumido por el lsoo comogua exisencial y, por ello, suseno de una praxis,de una vida losca, de una insercin especcaen el orden del senido. Es lo que sucede con lagura del bano, reivindicada por Scraes, en laApologa que le dedica Plan, como epome desu razn de ser en ese mundo: punzar las almasengredas de los necios, remover por eeco desu aguijn odas las rabas que oburan el parolibre de las conciencias desde s mismas. Lo mismocabe decir del magiserio moral que el lsoocnico aribuye al ran, un animal colocado en undiscreo segundo plano, ane la conocida promi-nencia del perro, pero digno de emulacin, segnregisra teoraso en ancdoa de la que da cuenaDigenes Laercio: Al observar [Digenes deSnope] a un ran que corra de aqu para all [...]sin preocuparse de un siio para dormir y sin cui-darse de la oscuridad o de perseguir cualesquierade las comodidades convencionales, enconruna solucin para adaparse a sus circunsancias.3Igual consideracin merece el puerquio que pro-agoniza esa ora pequea hisoria: Mienras suscompaeros de navegacin esaban despavoridospor la empesad, l [Pirrn de lide], muy sereno,

    reaviv su nimo, mosrndoles el cerdio quecoma a bordo del barco y dicindoles que el sabiodeba erguirse con una imperurbabilidad seme-

    jane.4 Como puede apreciarse, a parir de loscasos mencionados, cieros animales han desem-peado una uncin modlica para la praxis lo-sca, por lo que han sido emulados por no pocos

    Hablar de simbolismo zoolgico, en la tradicin flosfca, equivale a signifcar un mbito

    ms proundo que el de la reerencia plstica o meramente erudita, que permite ilustrar

    una tesis con ms luz que la de la palabra terica.

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    5/7

    8CUADERNOS

    FRONtERIZOS

    lsoos de apreciable relieve. Se evidencia, pues,la perinencia de dirigir una mirada veerinaria adeerminados enmenos y siuaciones asociadoscon la exisencia de los seres humanos.

    La anidad enre animal y ser humano seahonda odava ms, desde la perspeciva los-ca, cuando aqul aparece como reerene de laenidad idnea de se, es decir, cuando la eleva-cin ica de la persona parece esar garanizadapor el modo de ser naural de deerminado esp-cimen. Es lo que se observa en el clebre pasajedel libro II de Repblica, cuando Scraes hace vera Glaucn que la polis apropiada es posible en lamedida en que logre doarse de guardianes queconjuguen ogosidad con mansedumbre, unmodo de reerir la concordancia de severidad dealane y coraje guerrero con virudes del sabiocomo la serenidad y la sindresis. La prueba deesa posibilidad vendra dada, segn Scraes,por el hecho de que el perro encarna esa con-

    juncin por nauraleza. Juno con su caracers-ica endencia a deender lo propio a cosa de supropia vida, concluye Scraes que es un rasgoexquisio de la nauraleza del perro el de ser ver-daderamene amane del conocimieno, o sea,lsoo(376a-b).5

    Los casos reeridos evidencian un grado impor-ane de compeneracin enre vida losca yvida animal. En lo que hace al cinismo, esa anidaddebe ser conrmada llegando a la idenidad plena;por eso, el lsoo cnico se mueve por el an deconverirse en perro. Segn noicia, ora vez, deDigenes Laercio, ya Ansenes de Aenas, el un-dador de la escuela, haba sido apodado como ElPerro Sencillo; aun cuando quien encarn lo msacendrado del modelo perruno de losoa ue,con mucho, Digenes de Snope, ms conocido

    con el simple moe de El Perro. Segn un aniguocomenario adscrio a la radicin arisolica,6 laidenicacin vida losca-vida animal que pro-cura el lsoo cnico se basa en los rasgos quese aprecia o inerprea en el perro: indierenciaane las cosas exeriores, apego al bien conormecon la Nauraleza (fsis), impudicia en el rechazo

    a oda convencin reida con el orden de la fsis,vigilancia eroz en lo ocane a la observancia de loque considera viruoso, aquiescencia ane quienconoce, aunque lo amenace con un palo, y repul-sin sin miramienos ane quien desconoce, pesea que lo adule con lisonjas y ddivas. Cabe adver-ir, en esa suere de deliberada y exigene cani-cacin del lsoo cnico, la posibilidad de unaredenicin de la veerinaria y la zooecnia. Deacuerdo con la rigurossima ica cnica, la loso-a vendra a ser una especie de auoconsiucin,erapia y culivo de un ser humano reconciliadocon su animalidad de ondo y, as, conormado conla verdad del ser.

    Habr que agradecer al maesro Gago el quenos insigue a reparar en esa singular liga enre laradicin losca y ciera posibilidad de la vee-rinaria, pero no es posible olvidar que su inen-cin, al hacerlo, era la de jusicar la empecinadanegaiva de las insancias educaivas ociales aconsiderar la reinsercin de la losoa en el plande esudios del bachillerao surgido de la RIEMS.Aciud que, desde luego, arraiga en una idea ins-rumenalisa y, por ello, compleamene erradade la losoa. Si el direcor general del CENEVALy quienes piensan como l se omaran a sa unpoco ms en serio, descubriran que el acceso a laradicin losca incremena las probabilidadesde que el educando devenga una persona mejor;misin sa que el aparao escolar deendido, diri-gido y pereccionado por burcraas al esilo deGago Hugue, desdea por enero. No es un gesode lesa modesia armar que la vida losca, asu-mida en su radicalidad, es uno de los pocos cami-nos a la buena vida.

    Hasa donde se sabe, la SEP y diversos organis-mos colaerales, implicados en la educacin media

    superior, siguen sin dar muesras de querer cederen su posura. Se ve que la radicin losca dis-cuerda con su idea de una educacin plegada porcompleo a la dinmica de la acual globalizacinde la economa y a los inereses que ms se lucrancon ella, ms all de odo escrpulo culural, icoy polico. Ahora, si ese dao es ciero como

    Ahora, qu hacer mientras las instancias ofciales del caso siguen denegando la presencia

    de asignaturas propiamente flosfcas en los planes de estudio del nivel medio superior?

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    6/7

    9CUADERNOSFRONtERIZOS

    parece serlo, segn muchos indicios, al vezvaya siendo hora de adverir que el uuro de lalosoa no se cira slo en el currculum del bachi-llerao. De hecho, desde un puno de visa radical,la losoa no necesia de ninguna insiucin deninguna ndole para su despliegue. Pese a eso,nadie puede negar responsablemene la conve-niencia de que se imparan asignauras de carizclaramene losco en el mximo nmero deniveles del sisema educaivo. Pero, si lo que ene-mos ane nosoros es algo que osena los signosde una cerrazn inamovible, slo parece haberres opciones dignamene pracicables: o se raade superar la infexibilidad ocial con una presinigual de enaz e inensa o se impulsa una esra-egia de promocin colaeral de la losoa, queopere en las esrucuras educaivas exisenes, sinque por el momeno orme pare del currculumdel nivel medio superior, o se combinan ambasposibilidades, porque pueden ser complemena-rias.

    El Observaorio Filosco, la Asociacin Filos-ca y, en general, la comunidad de lsoos queesos organismos han sabido represenar hancenrado sus esuerzos en exigir el cumplimienodel acuerdo 4887 y, con ello, la incorporacin delas asignauras Filosoa, ica, Esica y Lgica alos esudios de bachillerao. No aparecen razonesundadas para oponerse a esa reivindicacin; alconrario, odo indica que se debe seguir procu-rando. Ahora, qu hacer mienras las insanciasociales del caso siguen denegando la presenciade asignauras propiamene loscas en los pla-nes de esudio del nivel medio superior?

    No es dicil adverir que jugar a la sola caradel cumplimieno del acuerdo 488 puede resularconraproducene para el uuro de la losoa en

    nuesro pas. Juno a la insisencia en esa reivindi-cacin, sera dable inenar opciones colaerales,como el de la ormacin, en cada planel y noslo del bachillerao de crculos de lecura deexos loscos.

    Desde luego, esa propuesa iene carcerprovisional y requiere ser ponderada por la ms

    amplia canidad posible de lsoos. De lo que seraa es de pensar en la posibilidad de organizar,en cada planel educaivo del nivel medio supe-rior y aun si uera el caso de secundaria, gru-pos de alumnos que, bajo la conduccin de un ouna colega, lean y escuchen leer una serie ms omenos cannica de escrios loscos, en lugareshabiliados a al n y en horarios predeermina-dos. Enre los propsios de los crculos en ree-rencia, desacaran: 1) garanizar la coninuidad dela radicin losca en el aparao escolar esable-cido, aunque en un proceso paralelo al currculumnormal; y 2) ormar a los esudianes ineresadoscomo lecores de losoa. La condicin cannicade los exos en cuesin vendra deerminada porsu represenaividad con respeco a la variedad decorrienes loscas conocidas en la hisoria delpensamieno, no por ningn ineno de imponeralguna preendida hegemona erica. A al n,la Asociacin Filosca podra insrumenar elproceso de edicin de una anologa que operaracomo vademcum, para los educandos y para loscolegas encargados de guiar su aprendizaje comolecores. La paricipacin de los alumnos en losreeridos crculos sera volunaria aunque sujeaa normas claras y rigurosas y sera reconocidacon credenciales especcas, cuyo valor se sus-enara en la calidad del esuerzo inverido en suobencin, as como en la validez insiucional quese les oorgue. Por su pare, la labor de los docen-es a cargo de impulsar esa iniciaiva, si es acep-ada por la comunidad losca y las insanciaseducaivas compeenes, consisira en garanizarel acceso de los alumnos a los exos, explicar susconenidos, moivar el uncionamieno de los gru-pos, dirigir adecuadamene su dinmica, corregirallas en la inerpreacin y colaerales. Desde

    luego, al acividad que, preeriblemene, debe-ra esar a cargo de colegas adscrios al planel delcaso, aunque ambin podra admiirse a lsoosexernos, de ser necesario habra de recibir una

    jusa reribucin pecuniaria y el correspondienereconocimieno curricular.

    Ciudad de Mxico, abril de 2012

    No aparecen razones undadas para oponerse a esa reivindicacin; al contrario, todo

    indica que se debe seguir procurando.

  • 7/31/2019 Texto de Josu Landa

    7/7

    10CUADERNOS

    FRONtERIZOS

    *Acadmico de la UNAM.**Coordinador del Observaorio Filoscode Mxico.1 Gabriel Vargas Lozano (enrevisa con Karina

    Avils). La Jornada, 9-8-2011.2 Epiceo, Disertaciones por Arriano (inr., rad.y n. Paloma Oriz Garca). Gredos, Madrid,1993, p. 109.3 Digenes Laercio, Vidas de los flsoos ilus-tres (rad., inr. y n. Carlos Garca Gual). Alianza,Madrid, 2007, p. 289.4 Ibid., p. 489.5 Plan, Repblica, en Dilogos (inr., rad.y ns. Conrado Eggers Lan). Gredos, Madrid,1986, p. 133.6 C. Comm. in Aristteles, XVIII, III, 2. Reeridoen Jean Humber, Socrate et les Petits Socra-tiques. PUF, Paris, 1967, pp. 214-215.7 Compromiso conrado por las auoridadesdel subsisema de Educacin Media Superiorcon el Observaorio Filosco de Mxico, enmayo de 2009. El acuerdo ue publicado en elDiario Ofcial de la Federacin y abra la posibi-

    lidad de manener un campo humansico, enel reerido mbio de la educacin, inegradopor la losoa, la ica y la esica. Dichocampo se dierenciara con claridad del delas ciencias sociales. En su Primer diagnsticosobre la situacin de la flosoa en la educacinmedia superior(15-2-2011), el OFM muesra lanula consideracin del Acuerdo 488, por parede las auoridades del subsisema y de la SEPmisma, de cara a una evenual revisin de laRIEMS en marcha.

    En la muerte de Carlos Fuentes: Las buenas conciencias

    Vctor Orozco*

    En 1959 Carlos Fuenes ena 30 aos, el n convencional de la eapajuvenil. Sus recuerdos de la adolescencia esaban odava rescos yno requera de grandes esuerzos memorsicos o del uso de orasherramienas para recrearlos. Es la razn, me parece, por la quepudo penerar con ciera acilidad en el alma de Jaime Ceballos, elproagonisa de Las buenas conciencias, una de sus primeras novelas,salida de las prensas en aquel ao. Por explicaciones similares, esque en mi caso, el libro me caus ano impaco cuando lo le alos diez y seis aos, juso la edad de Ceballos. Regreso a la novelamedio siglo despus, en homenaje a su auor, cuyo allecimienoinesperado y premauro deja a las leras y a la culura mexicanas sinuna de sus columnas capiales. tambin reviso las noas de un diariocomenzado por aquellas echas y en el cual plasm las angusiasadolescenes.

    Un primer ema de la novela es el de la crisis religiosa que acomeea Jaime Ceballos, quien haba prodigado muesras de una devocinsin lmies durane oda su inancia, a grado al que Balcrcel, el odespico que haba susiuido al padre pusilnime, no obsane sercampen de la beaera y eso, enre las clases alas de Guanajuaoes mucho decir le ordena que se despoje de sus esampas yobjeos religiosos, que abandone ano rezo y desarrolle acividadesms mundanas y producivas, como el depore. El joven comienzaa surir un insoporable ormeno cuando se percaa que ras lamscara de la religin, el cura Lanzagora, sus ineables e impoluos

    amiliares, la ala sociedad a la cual perenece, esconden el rosrobrual de la imposura, de la alacia y la impiedad. Comunidad racisa,sacramenal, convenenciera, apenas si alguno de sus ancesros,como la bisabuela espaola liberal, escapan al errible juicio quese va ormando en el cerebro del esudiane de secundaria: vive enmedio de la simulacin. Al mismo iempo la auenicidad asomasu rosro en los ugases dilogos con Ezequiel, el luchador sindicalperseguido y prugo. Ms an, en el camarada esudiane quees en la escuela gracias a una beca ocial y a su rabajo. Ceballossure arozmene ese derrumbe moral de su mundo, al cual erminapor despreciar y aborrecer. La primera expresin de rebelda uedejar de conesarse y an as comulgar, pecado inolerable. Lecorroe la duda, pero slo aciera a culparse por no seguir a Criso,

    faqueza auocasigada con severos azoes que le dejan las espaldassangranes. Luego, para el escndalo parroquial, revela sus nuevasconvicciones: Figrae que Jaime se levan en plena clase a decirque odos los calicos... Bueno es que es espanoso Di, di mujerPues que odos los calicos ramos unos hipcrias Oh!

    No abandona las creencias religiosas, como s lo hicimos los doslecores chihuahuenses de Las buenas conciencias, en un rnsio

    Recuento

    (conina en la p. 14)