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7/23/2019 Textos Místicos Islam
http://slidepdf.com/reader/full/textos-misticos-islam 1/10
MARIBEL
FIERR O
12
¿Cuál puede ser vuestra opinión?, oh musulmanes, cuando
vei
s que
las mezquitas y o ratorios, que habían presenciado la recitación de
Corán y
la
dulzura de
la
llamada a
la
oración, están ahora cubiertas
por
el
politeísmo
y
la blasfemia, cargadas con campanas
y
cruces en
vez de con los seguido res del Misericordioso, con los ¡mames, los
hombres piadosos y los almuédanos. Éstos son arrastrados por los in
fieles como los animales destinados
al
sacrificio son llevados
al
car
nicero. Ellos
se
postran humildemente en las mezquitas que son que
madas y reducid
as
a cenizas mientr
as
los infieles ríen y nos insultan
y nuestra religión llora y
se
lamenta
l
•
Entre las calamidades que contempla
el
que visita e país de los
cristianos, están los cautivos musulmanes que andan con los pies tra
bados en los gr
illos,
que son empleados en trabajos penosos y trata
dos como esclavos; asimismo, las cautivas musulmanas
ti
enen en sus
piernas como ajorcas de hierro.
Los
corazones
se
parten por su cau
sa,
pero
la
compasión no
les
sirve para nada
42
•
41. Traducción en M. Marín, Crusaders in the MusLim West: th e view of rhe
Arab wri ter
s»: The Magh
reb
Re
lJiew 17 I992) ,
p.
96.
42. lbn ubay r,
RiMa,
trad . de F Maíllo,
A
tralJés
del Orie
nt
e.
El siglo
XII
(II11t
los
; 5
. Rila, Barcelona, 1988, p. 358.
170
MÍSTICA
Un
modo específico de desarrollo espiritual impulsa
al isl
am a ejer
citar la
vía mística1. Sea, tal vez, por una cierta exigencia de austeri
dad, vieja virtud de los hombres del desierto, sea, quizá, por un
se
n-
timiento creciente de
la
lejanía de Dios que, desde
la
perspectiva
musulmana, viene definido como un «Todo Otro», desde los tiem
pos fund
ac
ionales aparece esa necesidad de desprendimiento de
lo
material y terrestre
(zuhd)
y de acercamiento hasta
la
fu sión en Dios
([ana ).
No importa demas iado, en este punto, conocer
la
s causas u orí
genes de
la
mística en
el
islam o si tiene más o menos conexiones
con los desarrollos aparentemente semejantes que se dan en otros
ámbitos religiosos, tanto dentro del monoteísmo como fuera de él,
pero no está de más señalar que
la
mística musulmana posee una
personalidad propia bien definida y que se compadece con sus prin
cipios. Más bien
se
trata de dejar constancia de una realidad de lar
go aliento en
el
mundo musulmán y muy rica en
la
diversidad de sus
manifestaciones, aun cuando de manera general coincida con
la su-
peración de todas las barreras usuales entre el individuo
y
el Absolu-
to,
pues como
ya
decía William James:
En los estados místicos nos hacemos uno con el Absoluto y nos da
mos cuenta de nuestra unidad; y ésta es la tradición mística triun
fante
y
eterna, que apenas se al tera
por la
s diferencias de clima
y
de
credo. En el hinduismo, en
el
neoplatonismo, en
el
sufi smo, en
el
mi sticismo c
ri
stiano encontramos la misma nota rec
urr
ente,
de
ma-
l G. C. Anawati y L Gardet,
Mystique musulmane. Asp
ec
ts
et
tendences,
ex
-
I
Jériel Ces l
teclJlliqucs
Paris, 1961.
17 1
7/23/2019 Textos Místicos Islam
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MONTSERR T BUM LH M
nera que sobre las manifestaciones místicas existe una unanimidad
eterna que debería hacer pensar y reflexionar, y que ocasiona que los
místicos clásicos no tengan, tal como
se
ha dicho, una fecha de na
cimiento
ni
una tierra natal. Hablando perpetuamente de la unidad
del hombre con Dios, su discurso antecede a cualquier lenguaje y no
envejece
2
•
Desde los primeros tiempos del islam, nos encontramos con fi-
guras místicas; personajes cuya vida ascética, cuyas m n i f ~ s t c i o n e s
espirituales y cuya vivencia de
la fe es
fácilmente
reconOCIble
como
marcada por una fuerte tendencia mística. Sin embargo,
cu
ando
el
islam ya posee una tradición y un cierto desarrollo, tenemos una de
nominación especial que ha pervivido hasta
hoy sufismo
para de
signar una forma concreta, que se manifiesta en una abigarrada va
riedad, de vivir
la fe
musulmana' . El nombre describe
la
apariencia
externa;
el
vestido de lana austero con que
se
cubrían determinadas
personas para mostrar su adhesión a una vida de desprendimiento
de los bienes materiales para así lograr más fácilmente una comuni
cación privilegiada con
la
divinidad.
El término, poco a poco,
se
volverá genérico
y
permitirá desig
nar a un abanico sumamente amplio de manifestaciones espirituales
que no son en muchos casos
ni
siquiera semejantes, pero que con
servan un fondo común, en donde
las
principales señas de identidad
serán
la
necesidad del creyente de lograr, de manera
e s c ~ l o n d
e
¡niciática,
el
acercamiento a Dios, hasta
la
total fusión en El. En ge-
neral, esta vía iniciática
se
hará de manera individual, pero con
el
apoyo de un grupo
y
en especial, bajo
la
guía de un maestro'.
La experiencia individual tendrá su expresión en manifestaciones
literarias que van d
es
de
la
poesía a los tratados filosóficos, pasando
por otros géneros que podr
ía
mos designar como hagiográfico
s
Ode
memorias, y
la
experiencia colectiva
se
concretará en
la
creación de
«cofradías» que desarrollarán sus propios rituales
y
modos de expre
sión y dotarán a much
as
sociedades musulmanas de un entramado
tan sólido como cualquier
otro
sistema de organización social, pues
uno de los rasgos m
ás
sobresalientes de
la
mística musulmana
es
precisamente,
su
carácter «socializador» y casi «masificador».
2. Las variedades de la experiencia religiosa Ba
rcelona
3
19
99, p. 3
14
.
3.
A.
J. Arberry
An Introduction to the History
of
Sufism
London 1942;
Le
Soufisme Paris
19
88.
4. A.
Popovic y
G.
Veinstein, Las sendas de Alldh. Las ofradías musu lmanas
d
es
de sus orígenes hasta
la
actualidad
Barcelona
1997.
172
MlsTIC
Las
«cofradías
»
en muchos lugares y épocas, han sustituido
al
poder del Estado, a
la
organización política, al código de las relacio
nes gremiales o profesionales e incluso a los lazos de consangu.lfll
dad, proponiendo otro modo de interrelación y de
r e d ~ s
de solIda
ridad tan cohesionantes y firmes como cualqUIer otro sistema.
En
el
momento presente, en
l
que no existen figuras verdade
ramente señeras cuya personalidad sea significativa en
el
ámbito de
la
mística y en el que
la
mayoría de
las
cofradías tiene ya una presen
cia menor en
las
sociedades musulmanas,
si
nO
es ya
una presencia
testimonial o simplemente folclórica, aún
la
mística y los místicos
poseen un valor simbólico y representativo que goza de gran vitali
dad en muchas otras manifestaciones que no entran a formar parte
de
la
expresión religiosa propiamente, pero sí llenan un espacio .im
portante en
la
construcción de
la
identidad de los árabes en particu-
lar y de los musulmanes en general.
.
sí
pues como fenómeno religioso, podríamos decl que
la mls-
tica
es
d.anifestación de
la
tradición musulmana cuya realidad
presente no
es
demasiado creativa y pujante, aunque conserve su po
der de atracción y
su
capacidad de representación simbólica.
Es
cu
rioso también señalar que, mientras su existencia en
el
mundo mu
sulmán
se
ha ido volviendo letárgica, en
el
mundo occidental
es
uno
de los aspectos del islam que m
ás
atrae.
Al-Ándalus como n tantas otras cuestiones, fue
la
cuna de nu-
.
merosos movimientos espirituales y de hombres y mujeres Impor
tantes que marcaron
la
historia de la vida mística en el i s l ~ m 5
Desarrollaron el pensamiento religioso hasta niveles de complejIdad
notable, como el caso del murciano
Ibn
'Arabi, o
se
atrevieron a uti
lizar la lengua vulgar para ensa lzar a Dios en sus poemas como el
granadino al-Sustar .
En
la
breve presentación de textos que aquí vamos a ofrecer, he
mos seleccionado algunos en prosa y poéticos de lbn 'Arabi, poemas
de Sustari, del poeta almeriense Abo-l-'Abbás al-Sanha9i,
y
por últi
mo, para mostrar un ejemplo de
la
mística más oriental, un poema
del egipcio lbn al-Farid y un fragmento de
la
prosa de Abo-I-l:Iasan
al-NOri de Bagdad. ,
La poesía mística, en sus aspectos formales, no representa un ge
nero literario definido y separado, sino que se nutre de
las
fórmulas
empleadas por géneros literarios de aliento prolongado en
la
Iitera-
5. M. Asín Palacios , idas
de santones andaluces
Madrid, 1981.
173
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MONTSERRAT
A8UMALHAM
rura árabe. De manera preferente, toma como modelos la líric.a
amorosa o
al
género báquico. Es decir, aquellos géneros que permI
ten expresar un amor desbordante o
la
embriaguez y el acceso a una
realidad diferente y semejante a la producida por el vmo. DIcho de
otra manera, la pasión amorosa y la embriaguez, temas de
f u e r t ~
re
lación interna en muchas literaturas, son los que nutren de motIvos
e imágenes la literatura poética mística.
o obstante, se trata de un movimiento de ida y vuelta, pues en
muchos casos las imágenes que ofrece la literatura mística, aunque
se carguen de nuevos significados, favorecen la expresión de la pa
sión amorosa en
la lírica profana. Asimismo y al tiempo, la mística
posee
su
propio lenguaje y sus propias claves de interpretación, en
muchas ocasiones sumamente complejas e inseparables de la expe
riencia espiritual del autor. Son frecuentes, pues, en lite.ratura. á.rabe
los estudios comparativos entre la lírica profana y la Iír ca religIOsa
aunque
si
en el primer caso es conveniente c.on.ocer las c l r c u n s t a . n c I a ~
de la composición de un poema, este conocimiento no es esencial, SI
es imprescindible en el caso de la lírica
m ~ s t i c a .
Así se argumenta,
p ~ r
ejemplo, en el estudio de Vicente
eantarmo
en el
q u ~ c o m p ~ r a
la 11
rica de Ibn Zaydün, poeta profano cordobés, con la Imca mlstlca de
Ibn 'Arabi:
Si [ ..]
la
teología del ser divino
es
tal que nos impide acepta,r diver
sos tipos de realidad, si la teología del amor tampoco admite o tro
amor que el divino, si toda belleza no
es
otra
~ o s a
~ u e una re flexlón
de la belleza divina, y si, sobre todo,
la
esencia mlstlca radica en la
percepción experimental de esta realidad, la aceptación de estos
~ r e -
supuestos como primeros principios operativos su s í a sera la
única actitud que nos podrá comunicar el mensaje poétiCO de Ibn
Arabi.
Desde este punto de vista, el amor de Ibn Arabi abraza así
~ o ? ~ s
las cosas por estar dirigido hacia
la
única belleza real de
la
diVini-
dad [
.
. . 1
El
lirismo de Ibn Arabi, como su amor, trasciende así todo mve
metafórico y alegórico puesto que es uno, directa, profunda,
y
po
dríamos añadir, sinceramente sentido por las imágenes que
e x p r e ~
Su
poesía no es un contra factum, poesía sensual forzada un
do divino y espiritual, porque
en
definitiva la belleza de Nlzam es di
vina. Ella
es
el objeto del amor de Ibn Arabi, y a ella ama con todo
el poder de su alma mística. En
e ste s e n t i ~ o
s.u poesía
es
mística ~ o r
estar dirigida en última instanCia a la dlvlmdad; pero
es
~ a m b l
poesía profana, porque mantiene siempre
la
bell
eza
de la Vlfgen de
la
Meca y el amor por ella sentido como objeto real de sus
174
MISTle ,
siciones aunque tenga en sí
la
significación superior de
la
divinidad.
Ambos niveles no son incompatibles, como, por ejemplo, en
la
mís
tica cristiana onodoxa, sino que que, como
ya
hemos visto, se com
pletan mutuamente
6
•
Las quejas y protestas de amor de los
po
etas místicos pueden a
veces parecer exageradas, irreverentes y escandalizadoras, tanto cuan
do tornan a la expresión
de
la lírica amorosa corno modelo, como
cuando escogen el género báquico. En una sociedad islámica, en don
de
el
vino está estrictamente prohibido, así como la embriaguez, y
ambos son considerados pecado, de igual modo que la fornicación
o las simples relaciones libres con las mujeres, pues funciona una ri
gurosa separación de los sexos, estos dos géneros
ya
en
la
literatura
profana son suficientemente provocadores como para que se los use
como marco para cantar, precisamente, el amor a Dios y las delicias
de la unión o
la
fusión con
él. Sin
embargo, también hay que consi
derar que, así como la mística tiene ese carácter «social y masifica
do » dentro del islam, no obstante, no
dej
de ser una experiencia
min
or
itaria
y
en sí misma provocadora y marginal , admirada, segui
da y respetada por la religiosidad de la gente, pero mal vista e inclu
so perseguida con saña en ocasiones
por
los hombres de religión y
las
autoridades. De manera que, en casi todos los aspectos que pu
dieramos señalar, no deja de ser una cuestión cargada de ambigüe
dades y paradojas.
Por otra parte,
las
biografías de los grandes místicos musulma
nes poseen una serie de coincidencias que, en sí mi smas, nos podrían
hacer sospechar que más que ante un testimonio histórico, estamos
frente a un género literario, como así
es
en buena medida. Estos
hombres, Ibn 'Arabi A1-Sustari,
A I - S a n h á ~ i
Ibn aJ-Fárid o al-Nüri, a
pesar de haber nacido y vivido en lugares y épocas diferentes, de
proceder de diversos estratos sociales, parecen estar unidos por un
único afán y movidos por un mismo motor: conocer a Dios apar
tarse del mundo, en el que sin embargo ven la gran manifestación
del Poder divino y un reflejo de su infinita Belleza,
y por
fin , lograr
la unión perfecta. Todos ellos consiguen arrastrar tras de sí a un
buen número de discípulos, poseen carismas especiales, legan una
obra importante con
la
que pretenden transmitir
su
experiencia
y
lo
gran que su memoria esté viva aún hoy.
6,
V.
Cantarino,
Cosidas de amor prof no y mlstieo . lb ZaydulI. lb Arabi,
México, 19XX p. 107.
7
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MONTSERRAT ABUMAlHAM
El texto de lbn al-Farid (siglo XII)7, que hemos seleccionado, nos
sirve como representación del género de la
jamriyya
(poema báquico)
en su aplicación mística y porque, en este caso, es una de las compo
siciones más famosas de este autor. Consta de cuarenta y un versos en
metro tawtl, que representa uno de los modos clásicos de composi
ción poética monorrima.
En
este extenso poema,
el
vino aparece
como la metáfora del amor y la embriaguez divina.
El
tema se desa
rrolla siguiendo otro de los tópicos frecuentes en
la
poesía árabe clá
sica; una reunión en una taberna, generalmente negocio de cristianos
o refectorio de un convento o monasterio, lo que permite descripcio
nes del vino, de cómo pasan las rondas del licor o introducir diálogos
entre los compañeros de bebida. Sin embargo, todos estos tópicos re
miten, en este caso, a una realidad diferente en la que el vino fermen
rada es símbolo celestial y
la
viña y la tierra son representación del
mundo material. La vieja costumbre de tomar el vino mezclado con
agua o la de comparar
su
brillo con astros
y
planetas permiten, asimis
mo, hablar de una pureza espiritual o referirse de manera alegórica al
profeta Mul¡ammad y a
su
yerno 'Alí, este último modelo desde muy
antiguo de vida espiritual intensa. Todas estas referencias metafóricas
se suman a expresiones, a veces de una cierra oscuridad, que tienen
relación con los complejos planteamientos de la teología mística.
El caso de al-Sustari (siglo
XIII) ' es
en cierta medida peculiar pu
es
emplea para sus composiciones poét
icas
modos estróficos que se
apartan de las formas poéticas clásicas representadas por la qa$ida
monorrima, y lengua dialectal andalusí, mientras que las composi
ciones literarias en árabe procuran siempre el empleo de la lengua
árabe clásica. No obstante, conviene recordar que en las cofradías se
desarrollan actividades de canto, audición musical o de los misterios
y recitación salmodiada que reciben el nombre de
4ikr
o de sa
mii'.
En estas actividades está presente
la
poesía estrófica con frecuencia
en lengua vulgar adaptada a los diferent
es
ritmos de canto
'.
A1-Sanh ayi (siglo XII) O, cuyo nombre completo es Abü-l-'Abbas
Al¡mad ibn Mul¡ammad ibn al-'Arif al-Sanha»i, aprendió el oficio de
7. Véase la Introducción de C.
Var
ona Narvión a la traducción del
Poema del
camino espiritual,
Madrid, 1989 .
8. Véase
F.
Cor riente, Poesía estrófica (cé
¡e
les ylo muwassahol) o
/ri/J//
id ,,/
m ís tico granadino as-Sustorl
sig
lo
Xl
d.C.) ,
Madrid, 1988.
9. Como curiosidad se pueden escuchar precisamente composiciones dc Susla
ri en un disco grabado por Ornar Metioui, de la Co fradía
aJ-Su
shtari ,
MI/ sictl SI/fí A/I
dalusí. Dhikr
y
Samá', pr
oducción de Eduard o Paniagua, 1999, I'nCllnla, Esp'lIb .
10. S. Giben, Po
etas árabes de lmer
fa
(siglos
X-XIV , Almcría, 19H7, pp. 12 1
17 ,
MISTICA
tejedor que abandonó luego para estudiar, llegando a se r un notable
jurisconsulto, tradicionista, poeta místico y santo con virtudes y caris
mas extraordinarios y fue el creador de un método de vida espiritual
que contó con numerosísimos adeptos, en especial en al-Ándalus.
No obstante, el autor cuya vida y obra ha ejercido una mayor in
fluencia en el desarrollo de la vida espiritual del mundo musulmán
es
sin duda lbn 'Arabi (siglos
XII-XIII) .
Considerado maestro de maes
tros, su figura y
la
impronta de su pensamiento siguen vivas hoy,
permaneciendo como referencia de numerosos movimientos espiri
tuales musulmanes e incluso como símbolo de otras búsquedas de
carácter identitario, nacionalista o político, lo que sin duda consti
tuye un desplazamiento interesante de su aportación real al desarro
llo del pen samiento árabo-islámico. La obra extensa de este autor es
de una alta complejidad teológica y sólo accesible a aquellos que es
tán familiarizados con la hondura de su pensamiento y con sus cla
ves conceptuales. Sin embargo, más asequible es aquella parte de su
producción en
la
que narra sus encuentros con maestro s de mística
o con mujeres y hombres santos o
su
poesía lírica que
es
en muy bue
na medida, como ya se ha dicho, mu y se mejante a la lírica profana
más extendida en
la
literatura árabe.
Por último, Abü-l-l:Iasan al-Nüri (siglo
IX
d.C.) represe nta en esta
antología si no los albores de
la
mística, sí el precedente de muchas
de las grandes figuras místicas musu lmanas de los siglos clásicos. Su
vida y su obra están marcadas por el rasgo que da lugar a su apodo,
al-Nürí,
el
«luminoso» o
«el
hombre de luz». Nacido en 8agdad en
uno de los siglos de máximo esplendor de la capital del Imperio mu
sulmán, tuvo oportunidad de formarse con magníficos maestros y de
respirar una atmósfera cultural rica, creativa y pujante. Su biografía
nos revela, una vez más, las características casi tópicas del místico
musulmán; su iniciación con diversos maestros, su conversión en
maestro seguido
por
numerosos discípulos, su vida ascética, su ex
tremada osadía, sus milagros y carismas particulares. En él, además,
algunos estudiosos han querido ver el origen de algunas de las me
táforas más significativas de la mística cristiana española
•
MONTSERRAT ABUMALHAM
11. Véase, ent re una mu y amplia bibliog rafía, el resumen de
su
biografía y pen
samiento e n V Cantarino,
op.
cit.
12. Véa sc
la
Introducción de Luce López BaraJt a su edición de
Las moradas de
l
os o
/ra
zones
de Ab fl-l-
l:Ia
sa n al-Nfl ri , Tr otta, Madrid, 1999. Lo s textos que seleccio-
110
es ;
ín
Tomados d e
eSTa ohra, pp. 84-85 Y96-97.
1
7/23/2019 Textos Místicos Islam
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MONTSERR T BUM LH M
TEXTOS
IBN AL FARID
amriyya
Evocando con vino al Amado, bebimos hasta embriagarnos
cuando aún
la
viña estaba por crear.
La
copa es como un sol, al que la luna llena circunda como si fuera
[creciente,
y ¡cuán copiosas surgen en su compañía las estrellas
Mas,
si
no fuese por lo intenso de su perfume,
a
su
taberna no me hubiera encaminado y si no fuese por
su
resplandor,
mi imaginación no lo hubiera concebido.
De él sólo conservo una última bocanada,
omo
si al evaporarse se hubiera escondido en
el
seno de la mente.
Con sólo mencionarlo en
la
tribu, las gentes se embriagan,
sin por ello cargar con vergüenza o pecado.
Ascendió desde las entrañas de las jarras y en verdad, sólo quedó
su
[nombre.
Si
vibra en el ánimo de alguien, la alegría lo posee
y le abandona el pesar.
Para que los comensales se embriagaran,
les bastaría con contemplar el sello de
su
vasija.
Si asperjaran
su
contenido hasta empapar la tumba de un muerto,
éste recobraría
el
espíritu
y
su cuerpo resucitaría.
Si
al
moribudo dejaran a la sombra de sus viñedos,
sanaría sin duda y la enfermedad lo abandonaría.
Si
al inválido trajesen a sus bodegas, andaría;
igual que al solo recuerdo de su sabor,
el
mudo hablaría.
Si se extendiera su aroma por
el
Oriente,
quien perdió su olfato lo recobraría desde Occidente.
Si al tocar la copa, se tiñera alguien las manos,
hallaría al anochecer las estrellas en
sus
palmas.
Si en secreto se manifestara al ciego, al día siguiente vería,
y en escuchando su rumor, el sordo llegaría a oír.
Si un grupo de jinetes cruza la tierra de sus viñedos,
y alguien sufre una picadura mortal, nada le ocurrirá.
Si en la frente de un doliente escribe un sanador las letras de su
rnomhn
:
por
el
simple trazo sanará.
17X
MISTIC
Si se borda su nombre en el estandarte de un ejército,
embriaga a todos quienes bajo él marchan.
Forja
los caracteres de los compañeros,
y en el abúlico infunde resolución.
Vuelve generoso a aquel cuya mano ignora la largueza
e indulgente a quien ignora
el
perdón.
Si el necio besa su tapadera,
tal beso le otorga la más preciadas virtudes.
Dicen: «Descríbelo
tú
que eres maestro en hablar de él»,
pues bien, eso hice, por estar en ello versado:
Puro, sin ser agua; suave, sin ser aire;
luz, mas no fuego; espíritu y no cuerpo.
Eterno, a todo lo creado precede su discurso;
allí donde ni forma ni traza había.
Por su gracia, y sin que lo impidiera el descuido,
surgió todo cuanto existe.
Mi espíritu fue por el vino cautivado
y
fuimos uno sólo,
pero ninguno por
el
otro poseído.
Así
omo
no hay vino sin viña, Adán es mi padre,
mas, omo aún sin vino viña puede haber, tal es mi madre.
En verdad, la finura de las jarras depende de las virtudes que
[contienen,
pues éstas a aquéllas enaltecen.
Una vez ocurrida la « s e p a r a c i ó n ~ , luego de ser ambos uno,
nuestros espíritus se truecan en vino
y
en viñas nuestras figuras.
No hubo un antes que les precediera, ni tras ellos hubo un después,
siendo ellos mismos,
omo
es la Ley los antes de cada después.
Antes de surgir el Destino,
ya su
propio Destino existía
y la época de nuestros padres vino tras él.
Tales son sus bellezas, que a los fieles arrastran a celebrar,
y
¡qué bien lo hacen tanto en prosa como en verso
Quien aún no
las
conoce se alegra al serle mencionadas,
tal como el amante de Nu m hizo cuando evocaba tal nombre.
Dijeron: «bebiste el pecado», a lo que respondí: ino
ibebí sólo lo que hubiera sido pecado evitar
Saludos cordiales dimos a las gentes del monasterio.
¿Cuántos y cuánto bebisteis?
les
preguntamos-o
Mas ellos callaron.
Ya
antes de la infancia, habitaba en mí esa embriagadora emoción,
que me acompañará por siempre, aún cuando roídos estén mis
[huesos.
179
7/23/2019 Textos Místicos Islam
http://slidepdf.com/reader/full/textos-misticos-islam 6/10
MONTSERR T BUH L H M
iTómal0 puro, pues yerras
si
deseas su mezcla
iLo supremo sólo
se
encuentra en
la
blancura de los dientes del
[Amado
iTómalo en la taberna donde en su libación melodiosas tonadas
[acompañan,
de esas que obtienen galardón.
Así como jamás mora el vino con el pesar,
tampoco lo hace con
la
aflicción
el
canto.
Si
estando ebrio de él, la vida fuese un instante,
mirarías al tiempo como a un siervo fiel, pues tú tendrías el Poder.
o
hay lugar digno en
el
mundo para quien
vive
sobrio,
pues el saber se le escapa a quien ebrio no muere.
iQue llore, pues, quien desperdició su vida sin gozarlo,
pues de
él
nada obtuvo
JI'.
AL SUSTARI
Dulces son mis momentos y mi vida
desde que me
uní
a
mi
esencia.
Yo soy
mi
propia persona que me desea
y no ceja en velar por mí,
lo perecedero me ahorra
y al consumir mi tiempo,
dulces son mis momentos
y mi
vida
desde que me uní a mi esencia.
Copero , escánciame
el
vino espiritual que me da vida,
con él me llega la alegría
y se apartan de mí las penas;
dulces son mis momentos
y
mi vida
desde que
me uní
a mi esencia.
Sabio alfaquí, escucha y compréndeme:
Todo
el que es comedido, se abstiene;
13.
La
versión
es
mía sobre
la
traducción de
C.
Varona Narvi6n. en
11m al·E
rid,
Poema del cam j o espintllal Madrid, -1989, pp.
1.11
· Ulí.
IHO
MlsTIC
no te empeñes en acompañarme,
cuando tú estás en un mar de descuido;
dulces son mis momentos y mi vida
desde que me
uní
a
mi
esencia.
Tú que me censuras, ¡vete, engañador
el corazón herido no escucha.
En ti no hay espíritu, te engañas
y atizas
el fuego de
mi
pasión;
dulces son mis momentos
y mi
vida
desde que me uní a mi esencia
Por Dios por Dios los hombres enloquecen de amor al Amado.
Dios Dios en mí está presente cercano a mi corazón.
Corazón mío, presume y goza; tu Amado está aquí,
disfruta nombrando a tu Señor, sigue
la
huella,
alégrate y vive gozoso entre los hombres.
Dejadme, dejadme que recuerde al Amado, nombrándole disfruto.
Dios Dios en mí está presente cercano a mi corazón.
¿Qué vaya hacer, si soy tu esclavo?
Me veo perdiendo
el
decoro
por tu
amor,
mi espíritu y todo lo que tengo por ti doy.
Escuchad, escuchad, enamorados, mi Amado asiente;
Dios ios en mí está presente cercano a mi corazón.
Quien entrega su ánima al Amado, gana y se beneficia,
quien trepa por la alta escala, se eleva;
se suma a los místicos, se deleita y aprende,
contempla y contempla el sentido de la hermosura y la rara belleza:
Dios Dios, en mí está presente cercano a mi corazón.
Yo soy el sentido de los sentidos y el secreto 'de la existencia
paséate por la hermosura de mi obra, pero guarda los límites,
sa l de quien no sea yo y te gozarás con la contemplación,
14 .
L1
versión es mía sobre
la
edición y traducción de F. Corrieme,
op.
cit. pp.
4l) ·50 y 22 1 (11. 14 .
181
7/23/2019 Textos Místicos Islam
http://slidepdf.com/reader/full/textos-misticos-islam 7/10
MONTSERR T BUM LH M
entrarás, entrarás a la presencia de mi puro yo junto al Amado;
Dios Dios en
mí
está presente cercano a mi corazón
lS
•
AL-SANHAI I
mor divino
No
sé
si
la noche es larga o no
¿Cómo puede saberlo el que arde de amor?
Si
cuando, de noche, miro las estrellas
me preocupase de eso, sería un desgraciado.
Los que aman de verdad y sufren
por
la ausencia
no se preocupan porque
la
noche sea breve o larga
l6
•
Buscar
l s
cosas del mundo en
l
vejez
Yo veo al que busca las cosas de este mundo en la vejez,
después de haber disfrutado de la vida,
como un albañil que construye un edificio
cuando parece que está terminado, se derrumba1
7.
Placer del dolor
Te amo, pero no te amo por la recompensa,
te amo por el castigo.
15. Este poema responde claramente en su inicio a los tópicos amorosos, eorre
los cuales quizá el más significativo sea el de la pérdida del recaco por amor; el
am
an
te es capaz de cualquier acción, incluso la más vergonzosa, por
el
amor de aquel a
quien ama, pronto sufre un desplazamiento hacia una expresión más filosófica teu
lógica, propia de la mística, por la que el místico
se
une
al
Amado, sin que
se
dé 1:.
confusión entre ambos, ni la total anulación; por ello
se
permite invitar a otros a jUl
'
contemplen su espíritu, su corazón, allí donde se puede tener la visión del Ser supre
mo. Este planteamiento de identidad entre el amante
y
l Amado, que no de confu
sión, ha sido considerado por muchos tradicionistas y hombres de religión musulma
nes como herético y a más de un místico le COStó persecución y muerte. La tradLl có{1I1
es
mía, sobre l texto árabe
y
la versión de F Corriente,op. cit. pp. 3H 39 Y212-2 1 \
(n.o 3).
16. Traducción de S. Giben,
op.
cit.
17. ¡bid.
p. 13\.
IX 2
MISTlC
Todo lo que quise lo logré
excepto la delicia de sufrir tu castigo '.
Mi enfermedad por amor, es mi salud
y mi vida, por la pasión es no vivir.
El
tormento
que
es
para vosotros la muerte
es más dulce a mi boca que la felicidad.
Sufrir
por
vuestro amor,
no me causa, ¡por Dios , dolor
l 9
•
Amados de
mi
corazón
iPreguntad por el amor
al
que ama Ellos
están más cerca de
mi
alma que l pensamiento l aliento.
Desde que habitan en mi corazón, no he cesado de guardar para ellos
mis ojos, mis oídos y mis palabras, pues ellos son mi único bien.
¿Quién será
el
mensajero que venga a
mi
corazón a preguntarles
por la difícil cuestión de este amor ardiente?
Habitan en un corazón que no se ablanda
y ellos, en cambio, si pisan una piedra brota de ella
un
manantial.
En mis entrañas viven la oscuridad les dalia.
¿Cómo pueden estar sobre
las
brasas ardientes?
Yo proclamo en el mundo su amor.
iNo bendiga Dios a quien les traiciona y les olvida
IBN ARABI
Estaba yo una noche realizando el periplo ritual al santuario de
la
Kaaba, cuando de repente sentí un deleite causado por aquella situa
ción un estado que
ya
me era conocido
me
hizo estremecer.
Yo
salí
entonces del patio pavimentado para evitar al gentío me puse a rea
lizarlo fuera caminando sobre
la
arena.
Así se
me ocurrieron unos
versos que me puse a recitar en voz alta de manera que
yo
mismo
los podía oír y también los hubiera escuchado quien conmigo estu
viera de haber habido alguno. Eran los que siguen:
I
X. I/úd •
p. 13 3.
19
. fhid .
IX >
7/23/2019 Textos Místicos Islam
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MONTSERR T BUM lH M
Yo quisiera saber
si
comprenden
qué corazón han poseído.
y que mi corazón supiera
las sendas de montaña que han pasado.
¿Crees que están a sa lvo?
¿Crees que han perecido?
Los príncipes del amor se confunden
en
el amor y se extravían.
De repente en
mi
hombro sentí un golpe dado por una mano
más suave que
la
seda, yo me volví y me encontré ante una donce
ll
a griega con el rostro más bello, el hablar más dulce y cortés, de
sentido más delicado, de alu siones más finas, de conversación más
elegante que yo jamás hubiera visto. Sin duda alguna sobrepasaba a
todas l
as
gentes de
su
tiempo en elegancia, belleza y conocimientos.
Ella me preguntó:
-Señor ¿cómo era lo que dijiste?
A lo que yo contesté:
Yo
quisiera saber
si
comprenden
qué corazón han poseído.
A lo que replicó:
-iCuán extraño en ti que, poseyendo conocimientos como nin
gún otro
en tu
generación, digas cosa semejante ¿Acaso no
se
cono
ce todo lo que se posee? ¿y acaso se puede justificar la posesión sino
tras el conocim iento, cuando el deseo de
la
inteligencia nos
ha
in
formado de
su
carencia? El camino
es
la lengua de la verdad, ¿cómo
se puede entonces permitir a uno como
tú
qu
diga cosa semejante?
Di, mi señor, ¿qué dijiste después de eso?
Yo respondí:
y que mi corazón supiera
l
as
sendas de montaña que han pasado.
A lo que replicó:
-Señor
mío, el sendero montañoso que hay ent
re
10 más pro
fundo del corazón y
la
mente
es
precisamente lo que impide llegar
a ese conocimiento. Así, ¿cómo va a desear uno en tu situación lo
que sólo se puede obtener tras el conocimiento? El camino es la len
gua de la verdad, así, pues, ¿cómo se puede permitir a uno como tú
que diga cosa semejante? Y ¿qué dijiste,
mi
señor, después de esto?
Yo contesté:
¿Crees que están a salvo?
¿Crees que han perecido?
84
MrSTIC
A lo que ella replicó:
-Ellos
ciertamente están a salvo. Pregunta, más bien, sobre
ti
mismo, pues es necesario que te preguntes
si tú
estás a salvo o has
perecido,
mi
señor. ¿y qué dijiste después?
Yo contesté:
Los príncipes del amor
se
confunden
en el amor y se extravían.
Entonces ella exclamó:
iOh maravilla ¿Cómo le va a quedar al enajenado de amores
algo con que sentirse confundido, si
la
razón del amor es precisa
mente
la
universalización que
atu rd
e los
se
ntidos, roba
las
inteligen
cias, confunde los pensamientos y arrebata
al
que los siente, junro
con todas las demás cosas que se escapan? Así, pues, ¿dónde está la
confusión y qué le queda con que pueda sentirse confuso?
l
cami-
no es la lengua de la verdad y la expresión ligera e inexacta es im-
pertinencia en uno como tú.
Yo entonces le pregunté:
-Tú
muchacha, ¿cómo te llamas?
A lo que contestó:
Consuelo.
y yo dije:
-Esto eres para mí.
n aquel instante saludó y se marchó. Más tarde yo llegué a co-
nocerla y entablamos unas relaciones amistosas y llegué apercibir
que ella poseía los cuatro niveles del conocimiento místico en un
grado que nadie es capaz de describir'o.
Hablo a las palomas que arrullan en el boscaje
entre l
as
ramas, con variados tonos de dolor,
y sin lágrimas
ll
oran por su amante,
mientras lágrim
as
de tristeza manan de mis ojos.
y pregunto con mis ojos abundantes
de llanto que delata mi sentir:
¿Sabes algo de la que amo?
¿Ha reposado al mediodía a la sombra de tus ramas?' .
Cuando nos encontramos para decir adiós, nos ves
en
el
apretado abrazo como una letra doble.
20. Véase V Canrarino, op
cit .
pp. 124-126.
21
I
hid p
166
85
7/23/2019 Textos Místicos Islam
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MONTSERR T BUM LH M
Aunque nuestros cuerpos son dos,
la mirada sólo distingue uno.
Es a causa de
mi
delgadez y su luz,
y si
yo no gimiera, no
se
advertiría
mi
presencia
•
En la
ausencia nostalgia me consume,
hallarte no me sacia.
Nostalgia son presencia y lejanía .
Su
encuentro
es
un dolor inesperado,
es pasión el remedio todavía.
Porque contemplo una visión que aumenta
la
mayor unión, fulgor y majestad en su belleza.
o hay quien escape a una pasión que crece
vecina a la hermosura en mística armonía
23
•
Miró al rayo oriental y amó el oriente,
de fulgurar en occidente,
el
occidente hubiera amado,
pues
mis
ansias
de
amor son por
l
rayo y sus fulgores;
no deciden
mi
amor ni los lugares ni la tierra.
La brisa me ha narrado de ella un decir aprendido
del dolor y de
mi
pasió
n
de
la
tristeza y de
mi
sufrimiento,
del éxtasis y de
mi
razón, de la nostalgia y del amor,
de
las
lágrimas y de
mis
ojos, del fuego y de
mi
corazón.
Aquella a quien amas sólo está en tu pecho
y la brizan tus suspiros.
Yo le
dije: «Hazle saber que ella
es
quien causa l fuego en
mi
corazón.
Sólo puede apagarlo la unión eterna,
y si arde más no
es
culpa del amante»24.
Mi dolencia la causa quien tiene sus ojos enfermos de amor.
iConsoladme con su recuerdo , iconsoladme
Revolotean tórtolas por entre los arriates y tristemente arrullan.
El dolor de aquella paloma es la causa de mi dolor.
iCuánto amo a
la
muchacha chispeante que avanza graciosa,
virgen guardada, entre
las
bellas
Surge a la mirada como un astro, y cuando
22. ¡bid., p.
180.
23. ¡bid., p. 181.
24.
¡bid
, p.
145.
186
MISTlC
se oculta, amanece en el horizonte de mi corazón.
¡Ruinas de Rama,
ya
perdidas
¡Cuántas bellas de pechos altivos han contemplado
¡Cuánto amo Amo más que a mi vida a una gacela real,
que con toda mansedumbre pace en
mi
interior.
Su
fuego
es
luz
en
mí
y luz es lo que apaga mis incendios.
¡Compañeros , tomad las riendas
para que mis ojos contemplen las huellas de su tienda,
y cuando lleguéis a ella, desmontad,
y allí, icompañeros , ¡llorad conmigo
Deteneos conmigo un momento junto a esas ruinas
y lloremos juntos. Yo lloraré por lo pasado.
Esta pasión me ha herido sin saetas.
Esta pasión
me
mata sin espada
25
•
Considera toda la creación y sobre todo, a la humanidad con buena
voluntad; aceptando, aprobando, perdonando, sirviendo, amando.
Que ello sea lo que te caracterice en tus relaciones con
el
mundo ..
Ayuda y sirve, en todo cuanto puedas, a
la
s personas que esconden
su
miseria, que están contentas con
su
pobreza, los viajeros que ca-
minan hacia la verdad.
o
te atribuyas virtud, bondad o gracia por
tu actitud de servicio a
la
Creación. Piensa que debes dar
las
gracias
a
las
demás personas por haber aceptado humildemente tu ayuda.
Te
incumbe a ti aligerar la carga de quienes están abrumados por su
peso. Si las personas a quienes has ayudado te causan dolor a cam-
bio,
si
sus respuestas, sus maneras, sus costumbres son oscuras
y
te
cubren con sus sombras, da muestras de paciencia e indulgencia ..
o
malgastes
tu
vida en empeños hueros
ni tu
tiempo en conversa-
ciones vacías... Debes encontrar
el
amigo adecuado, que te servirá
de apoyo y será un buen compañero de viaje en el camino a la ver-
dad.
La
fe
es
una semilla que crece y
se
hace árbol con
el
riego y
el
sol benéficos de los amigos fieles.
25. En este poema, Ibn 'Arab¡ hace uso de los tópicos más clásicos de la poesía
preislámica. como son el llanto sobre los restos del campamento abandonado por
la
amada ibid •
p.
151).
'187
7/23/2019 Textos Místicos Islam
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MONTSERR T
BUM lH M
AL-NORI
[ escripción de la casa del corazón del creyente]
Debes saber que Dios ---enaltecido sea- creó una casa en el interior
del creyente que
se
llama corazón. E hizo soplar en esa casa
un
vien
to que procede de su generosidad y con él la purifica de la asocia
ción, de la duda, de la hipocresía y de la discordia. Luego envió Dios
una nube procedente de su gracia. Y al hacer que lloviera sobre la
casa, hizo que distintas clases de plantas germinaran: las plantas de
la certeza, las plantas de la confianza, las plantas de la pureza de in-
tención, las plantas del temor a Dios, las plantas de la esperanza y
las plantas del amor. Entonces Dios colocó en
el
fondo de la casa
el
diván de la Unidad, y extendió sobre el diván el tapiz de la sa tisfac-
ción. Luego plantó frente a la casa el árbol de la gnosis, cuyas raíces
penetran el corazón del creyente mientras que sus ramas se extien
den al cielo, llegando justamente debajo del Trono de Dios (Corán
14,24 .
Y Dios puso a la parte derecha el diván
y
a su parte izquier-
da, un tálamo formado de sus leyes.
Entonces abrió Dios una puerta que conduce al jardín de su mi-
sericordia, donde ha plantado distintas especies de plantas aromáti-
cas: plantas de alabanza, y plantas de exaltación, y plantas de glori-
ficación y plantas de la rememoración de Dios. Entonces cerró esta
puerta para evitar que le ocurriera daño alguno
al
corazón del cre
yente y guardó la llave y no la confía a ninguna de sus criaturas: ni
siquiera a los ángeles Gabriel, Miguel, ¡srafil, o a ningún otro. En-
tonces dijo el Señor grande es su Majestad : «Éste es mi tesoro
sobre sobre mi tierra el lugar de mi mirada
y la
mansión de mi uni
cidad. Yo soy
el
que habita en esta Morada de refugio. iQué bendi-
to Morador y qué bendita Morada ".
[ l corazón del creyente está hecho a imagen de una casa]
l
corazón del creyente es a imagen de una casa con dos puertas:
una abre a este mundo y la otra al más allá. La que abre a este mun-
do
es
la admonición, mientras
la
que abre
al
más allá
es la
medita-
ción. n esta casa hay un diván con cuatro soportes hechos del res
peto a la majestad de Dios, de la humildad en la obediencia, del
rechazo de
la
desobediencia y del temor
al fin
último.
Sobre el diván se sienta un rey que tiene dos visires: el reyes l
certeza mientras que el visir a su derecha es el temor y el visir a su
lRH
MISTIC
izquierda es la esperanza. Frente al diván se extiende
un
patio abier
to y en
su
esquina derecha hay doce mayordomos reales.
El
primer
mayordomo real es la profesión de la
fe
que es el ornamento del
is
lam; y el segundo es la oración, que es el pilar del islam; y el terce-
ro es la limosna que es la pureza del islam; y el cuarto es el ayuno
que es el logro del islam; y
el
quinto
es
la peregrinación que es
el
sostén del
isl
am; y el sexto es la benevolencia que es la fuerza del
islam; y el séptimo es el mandamiento de lo prescrito que es la pro
tección del islam; yel octavo es el rechazo de lo prohibido, que es
l
prueba del islam; y el noveno, es la comunidad del islam, que es su
adorno; y el décimo es la limosna voluntaria que es la esencia del
islam; y el undécimo es el respeto por los parentescos de sangre que
es la compasión del islam; y finalmente, el duodécimo es una bue-
na muerte que es la preservación del islam.
89