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Gramática del Texto en Lengua Española Prof. Daniel Mazzaro TEXTOS PARA ANÁLISIS GRAMÁTICA DEL TEXTO EN LENGUA ESPAÑOLA Prof.: Daniel Mazzaro Fecha: del 27 de septiembre de 2012 hasta 25 de octubre de 2012 Clases: jueves, de las 15:30 a las 17:30

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Gramática del Texto en Lengua Española Prof. Daniel Mazzaro

TEXTOS PARA ANÁLISIS

GRAMÁTICA DEL TEXTO EN LENGUA ESPAÑOLA

Prof.: Daniel Mazzaro

Fecha: del 27 de septiembre de 2012 hasta 25 de octubre de 2012

Clases: jueves, de las 15:30 a las 17:30

Gramática del Texto en Lengua Española Prof. Daniel Mazzaro

INTRODUCCIÓN

Según Casado Velarde (1993), durante los decenios de 1960 y 1970 una nueva forma de acercarse al estudio del lenguaje vio la luz y adquirió un rápido desarrollo: la lingüística del texto. Al nacimiento y fundamentación de esta nueva corriente lingüística se encuentran asociados nombres como T. A. van Dijk.

A pesar de la explosión bibliográfica que ha tenido lugar en esta área de investigación, las dificultades conceptuales y metodológicas que existen son numerosas. De hecho puede decirse que, hasta hoy, el objeto de la lingüística del texto no ha sido identificado con la necesaria precisión: por este motivo, bajo la etiqueta de “lingüística del texto” se reúnen puntos de vista muy heterogéneos e incluso disciplinas científicas completamente diferentes.

Actualmente se cultivan, al menos, las dos siguientes formas de lingüística del texto: 1) La lingüística del texto propiamente dicha. Se ocupa del ámbito constituido por los

actos de habla, o el entramado de los actos de habla, que realiza un determinado hablante en una situación determinada, y que puede estar integrado por manifestaciones habladas o escritas. Esta lingüística tiene por objetivo el estudio de los textos en cuanto tales, independientemente del o de los idiomas históricos en que los textos se presenten.

2) La gramática del texto. Esta segunda forma de lingüística del texto se ocupa del texto como nivel de la estructuración de un determinado idioma. Recibe diversas denominaciones: gramática del texto, gramática transoracional, análisis transoracional… Su objeto es, por tanto, la constitución de textos en determinadas lenguas, en la medida en que existen reglas específicamente idiomáticas que se refieren a ellos. Se trata, en realidad, de una parte de la gramática de un idioma, aquélla que describe los hechos idiomáticos que exceden el ámbito oracional. Esos hechos van, de algún modo, más allá de los límites de la oración y no parece posible describirlos, al menos de una manera completa, en el marco de una gramática de la oración. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los marcadores del discurso, la elipsis, el orden de palabras, la referenciación, la deixis, etc.

Como se ha dicho, el objeto de la lingüística del texto no ha sido identificado con la necesaria precisión. Sin embargo, es importante problematizar las posibilidades de definición que texto puede tener. Transcribo un resumen que hice para presentar en el VII Congreso de la Asociación Brasileña de Hispanistas de 2012, en Salvador.

Fazendo um breve histórico do conceito de texto, Bentes (2001) identifica três fases. A primeira dedicou-se a uma análise transfrástica e à elaboração de gramáticas textuais. Segundo os estudiosos da época, as propriedades definidoras de um texto estariam expressas principalmente na forma de organização do material linguístico. Existiriam, então, textos (sequências linguísticas coerentes em si) e não-textos (sequências linguísticas incoerentes em si). A clara ênfase no aspecto material e/ou formal do texto fez com que sua definição se baseasse em três princípios básicos: texto é uma sequência coerente e consistente de signos linguísticos; é delimitado por interrupções significativas na comunicação; e possui status de maior unidade linguística. Logo, considerava-se texto como uma unidade linguística superior à frase, uma estrutura acabada e pronta, como produto de uma competência linguística social e idealizada. O texto era visto como o elemento primeiro de pesquisa, sem que se considerasse o fato de que ele não existe fora de sua produção ou de sua recepção.

Na segunda fase, o texto é visto sob outra ótica e passa-se a considerar suas condições de produção e de recepção. Com isso, o texto não é mais uma estrutura acabada (um produto), e sim parte de atividades mais globais de comunicação, ou seja, compreende-se o texto no seu

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próprio processo de planejamento, verbalização e construção. Três eixos são os que permeiam o conceito de texto nesta fase: (a) a produção textual é uma atividade verbal, ou seja, os falantes, ao produzirem textos, estão praticando ações, atos de fala, o que ocasiona enunciados dotados de certa força, que irão produzir no interlocutor determinado(s) efeito(s), ainda que não seja(m) aquele(s) que o locutor visava; (b) a produção textual é uma atividade verbal consciente, pois é por meio dessa atividade intencional que o falante dará a entender seus propósitos, sempre levando em conta as condições em que tal atividade é produzida, isto é, o sujeito sabe o que faz, como faz e com que propósitos faz; (c) a produção textual é uma atividade interacional, na qual os interlocutores estão obrigatoriamente, e de diversas maneiras, envolvidos nos processos de construção e compreensão de um texto.

Levando em consideração as contribuições das fases anteriores, os estudiosos da terceira fase afirmam que sempre teremos à nossa disposição mais de uma definição de texto ou daquilo que se postula ser o objeto da Linguística Textual (LT). Assim, importa escolher aquelas definições que compartilhem pressupostos teóricos e que sejam passíveis de serem reconhecidas como estabelecendo relações de proximidade e complementaridade. O texto passa a ser visto como uma manifestação verbal constituída de elementos linguísticos selecionados e ordenados pelos falantes durante a atividade verbal, de modo a permitir aos parceiros, na interação, não apenas a depreensão de conteúdos semânticos, em decorrência da ativação de processos e estratégias de ordem cognitiva, mas também a interação (ou atuação) de acordo com práticas socioculturais. Com isso, a LT se torna o estudo das operações linguísticas e cognitivas reguladoras e controladoras da produção, construção, funcionamento e recepção de textos escritos ou orais. Ela trata o texto como um ato de comunicação unificado num complexo universo de ações humanas, e deve preservar a organização linear que é o tratamento estritamente linguístico, abordado no aspecto da coesão, além de considerar a organização reticulada ou tentacular, não linear (níveis do sentido – aspectos semânticos – e intenções – funções pragmáticas).

Contribuyendo para la tendencia de la tercera fase del concepto de texto, la profesora

Costa Val (2004) comprende que texto es cualquier producción lingüística, hablada o escrita, de cualquier dimensión, que pueda hacer sentido en una situación de comunicación humana, es decir, en una situación de interlocución. Desde esta concepción, podemos concluir que ningún texto tiene sentido en sí mismo, por sí mismo; o sea, todo texto puede hacer sentido en una determinada situación, para determinados interlocutores. El sentido, pues, no está en el texto, no es dado por el texto, sino que es producido por locutor y alocutario a cada interacción, a cada “acontecimiento” de uso de la lengua.

Es exactamente en ese “acontecimiento” de uso de la lengua española que vamos a analizar algunos textos observando, principalmente: los modos y tiempos verbales; los marcadores del discurso (conectores); los pronombres complemento; y otras marcas discursivas (como la puntuación y la elección lexical).

REFERENCIAS: BENTES, Anna Christina. Linguística Textual. In: MUSSALIM, F.; BENTES, A. C. (Org). Introdução à

Linguística: domínios e fronteiras, v. 1. 2ª Ed. São Paulo: Cortez Editora, 2001, p. 245-287. CASADO VELARDE, Manuel. Introducción a la gramática del texto del español. Madrid: Arco/Libros S.L.,

1993. COSTA VAL, Maria da Graça. Texto, Textualidade e textualização. In: Pedagogia cidadã. Cadernos de

Formação – Língua Portuguesa, v. 1, 2004, pág. 113-124.

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TEXTO 1

Ciencia y religión

A dos años del bicentenario del nacimiento de Charles Darwin, el Papa acaba de conceder en un

nuevo libro un cierto grado de credibilidad a la teoría darwiniana de la evolución, aunque sigue

manteniendo que la teoría "no es demostrable empíricamente". ¿Eso quiere decir que la Iglesia ha

estado buscando durante todos estos siglos una explicación empíricamente demostrable de las

formas de vida que hay sobre la Tierra? ¿O bien significa que a la Iglesia todavía le cuesta tanto

aceptar evidencias científicas como cuando, en 1633, condenó a Galileo a abjurar de su

demostración de que el Sol está en el centro de nuestro sistema planetario? Sea como sea,

teniendo en cuenta que el Vaticano no reconoció hasta hace 15 años que Galileo había estado

acertado, ¿no convendría felicitar al Papa por haber medio aceptado la teoría darwiniana menos de

150 años después de la publicación de On the Origin of Species?

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Ciencia/religion/elpepiopi/20070422elpepiopi_10/Tes

TEXTO 2

Glamour 05

Cuando las imágenes de actualidad se vuelvan amarillas y concentren el perfume de la memoria

perdida, algunas escenas que ahora nos parecen vulgares mañana estarán cubiertas de la misma

fascinación que en nosotros producen las siluetas evanescentes de la época de entreguerras. En

medio de la insoportable mediocridad en que vivimos me gustaría saber quienes son y donde se

hallan hoy esos personajes que el tiempo convertirá en humo de oro en las páginas de las viejas

revistas. Puede que dentro de cien años nuestros descendientes lloren de nostalgia al ver en los

reportajes los escaparates de las librerías, las colas de los cines, los antros de jazz con los metales

de la orquesta y el sudor de los músicos negros brillando bajo la intensa niebla de los cigarrillos.

Entonces todavía se fumaba, dirá la gente cuando el jazz huela a lavanda y no a tabaco profundo. En

esas imágenes del pasado aparecerán trenes de cercanías con jóvenes concentrados en la pantalla

del ordenador portátil abierto en las rodillas y alguien explicará que en aquel tiempo para trabajar

había que desplazarse hasta la fábrica. La informática, el incipiente internet y el genoma

descodificado del gusano tendrán el mismo romanticismo de la máquina de vapor, del zepelín

extasiado sobre los tejados de París o de la vacuna de Pasteur. Entre coches atascados de una

avenida aparecerá oyendo música en un MP3 una chica en bicicleta con un periódico en el cestillo

del manillar y desde una valla publicitaria Naomi Campbell ofrecerá a los peatones la tarta de

chocolate de su propio cuerpo diluido en el mar de automóviles. Puede que la chica de la bicicleta

se siente en la terraza de un bar frente a una playa vacía y pida una cocacola, que será un refresco

ya olvidado, y luego empiece a leer el periódico todavía impreso en papel, con fecha del domingo

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18 de diciembre de 2005. Todas las desgracias, crímenes y guerras que ocupen la actualidad este

día se habrán convertido en estiércol de la historia; los nombres de políticos, artistas y escritores

cuyas fotos aparecían en sus páginas también se habrán ido por el sumidero, si bien el periódico

que lee esa chica traerá imágenes de algunos personajes que serán fascinantes y harán soñar a los

habitantes del futuro. Dentro de cien años nuestra mediocridad también será nostalgia. Me gustaría

saber quienes son hoy esos seres que el tiempo convertirá en criaturas de oro envueltas en el humo

de la memoria. Están entre nosotros, pero nadie los conoce.

VICENT, Manuel. http://www.elpais.es/articulo/elpporopi/20051218elpepiult_2/Tes/Glamour. 18 de dic. 2005.

TEXTO 3

Quito, Jueves 22 de Diciembre de 2005

Lobos

En Antena 3 informaron que en Barcelona, España, la noche del sábado 17 de diciembre, tres

muchachos golpearon a una indigente que dormía en el vano de un cajero automático, volvieron y

le propinaron una paliza, regresaron con un disolvente, la quemaron y se fueron. La indigente murió

poco después en medio de intenso sufrimiento. Este hecho nos recuerda la frase de que el hombre

es lobo para el hombre.

Siempre el hombre ha sido lobo para el hombre. El poderoso ha oprimido al débil, el vencedor

al vencido, el amo al esclavo. La serie de televisión Roma emitida por un canal de la empresa HBO

mostró con crudeza la brutalidad de la esclavitud, cosa que nunca pudieron hacerlo ni los clásicos

griegos y romanos ni las tardas y tibias prescripciones del Derecho Romano. Se dirá que este estado

de cosas ha sido superado por la civilización actual. La violenta historia de las guerras, migraciones,

torturas y ensañamiento del hombre contra el hombre, del Estado contra los individuos, del poder

absoluto contra determinados pueblos, a lo largo del siglo XX y hasta nuestros propios días,

constituye un mentís a la proposición de que las personas de hoy por civilizadas son más humanas

que las de épocas remotas.

Para la teología cristiana, -que parte de la certeza de la existencia de un Dios Bondadoso, Sabio,

Providente, Deseoso de que la persona humana sea el reflejo de Su luz y de Su gloria- la maldad

humana ha sido el mayor escollo. Por eso se dedujo la existencia de una fuente del mal, de un

Lucifer, un Diablo, un Demonio, un Satanás. Por eso, los primeros reformadores protestantes

teorizaron sobre la maldad intrínseca de la naturaleza humana, irremediablemente podrida,

fatalmente condenada al mal, y restringieron el libre albedrío humano. La salvación dada por Dios

en Jesús no cambiaba la naturaleza de la persona, solo cubría con el vestido de la gracia la maldad,

la suciedad y la desnudez humanas. La sangre de Jesús era ese vestido con tal de que se creyera en

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Él. No lograban, empero, conciliar la paradoja de una causa bondadosa y de un efecto tan

torcidamente malo. En una sociedad religiosa como la de los Estados Unidos, la perduración de la

pena de muerte es una consecuencia de ese protestantismo que fue la ocasión de tan grande

imperio.

Lo que ha mejorado con la civilización no ha sido la naturaleza humana sino la ley. La ley que

prevé y que castiga. La civilización no es sino el palo acolchonado de la ley provisto de un chip que

previene. En España, donde hoy la ley se va imponiendo, castigarán a esos tres muchachos.

Nosotros en esta materia llevamos doscientos años de retraso. Hubiésemos necesitado de una

generación tras otra de Rocafuertes, Garcías Morenos, Caamaños y Alfaros para tener hoy un

Estado civilizado en la realidad y no solamente en el papel. Todavía somos lobos no domesticados

aún por los palos de leyes aplicadas con rigor, justicia e igualdad.

ESPINOSA CORDERO, Simón. http://www.hoy.com.ec/NoticiaNue.asp?row_id=221614. Accedido el 22 de dic. 2005.

TEXTO 4

El ‘show’

En nuestro país la policía acaba dando con el paradero de los niños desaparecidos en la mayor

parte de los casos. Nuestra mente, lógicamente, sólo recuerda los fracasos. En el rostro del padre

del niño Yeremi no hay rastro de esperanza sino desesperación, no por desconfianza hacia la

policía, a quien reiteradamente da las gracias con la voz del que está a punto de romperse, sino por

la sospecha de que el que es capaz de robar un niño no tiene voluntad de devolverlo a no ser que

negocie una recompensa. No es el caso. Los padres de Yeremi son gente humilde. No así el

matrimonio McCann, protagonistas de un caso tan publicitado que medio mundo lo contempla

como si se tratara de una serie televisiva en la que los guionistas, conscientes del creciente número

de seguidores, anduvieran escatimando el desenlace para obtener un histórico récord de audiencia

el día en que se desvele la identidad del asesino. El caso es raro, así lo percibe el ciudadano

convertido en espectador, y los padres han contribuido enormemente a su rareza. Aunque todo

comportamiento derivado de la desesperación sea comprensible no deja de perturbarnos la

capacidad con que, en medio del desconsuelo, fueron capaces de montar todo un engranaje de

merchandising en torno a la criatura. Páginas web, chapas con el rostro de Madeleine, peluches

convertidos en símbolos, peregrinaciones al Vaticano, presencia televisiva diaria, recaudación de

fondos, futbolistas solidarios, ministros y para rematar, con el último siniestro vuelco de la

investigación, un abogado estrella destinado a conseguir que la pareja permanezca en Inglaterra si

las cosas se ponen feas con esa policía hacia la que la prensa británica ha cultivado el consabido

desprecio del país rico hacia el que considera inferior. Aunque nos cueste reconocerlo, concedemos

un plus de confianza a una pareja de clase media, atractiva, profesional y con innumerables

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contactos. Llevan, ante el público, la vestimenta de los inocentes. Sin embargo, es probable que la

desconfianza que provocan ahora estuviera latente desde el principio y está más relacionada con el

excesivo montaje mediático que con la autoría del crimen. Aún admitiendo que cualquier suceso es

carne de espectáculo hay algo chirriante: ¿no es excesivo que sean los padres los presentadores del

show?

LINDO, Elvira. En: ELPAIS.com Accedido el 12 de sep. 2007

TEXTO 5

Forjar mitos y hacer historia

Los ajetreos característicos de las campañas electorales llevan consigo imponderable carga de

versiones o identificaciones de eventuales aspirantes al poder, en las que se entremezclan lo

histórico con lo mítico y acontece que, mientras las manifestaciones de poder de cualquier

aspirante favorecido por la suerte electoral le definen con severidad y objetividad, las posibles fallas

de los elegidos adquieren de inmediato peso histórico y sus poderes generan súbitamente

categorías míticas. Muy pronto algunos mitos demuestran su transitoriedad y ciertas fallas se

perpetúan depresoras, irredimiblemente históricas.

Buena parte es lo que vivimos como historia es mítico, leyenda imaginativa, cuento canonizado.

Muchos mitos se perpetúan como indiscutibles realidades vividas y postuladas desde el derecho

ingénito de lo propio al respeto y creencia comunitaria. Cuando la vida impone, con exigencia

irrenunciable, examinar lo que en el lote de nuestra experiencia lo hemos recogido y dirige nuestras

actitudes y acelera nuestras definiciones, controla espontaneidades desmedidas o determina

decisiones incontenibles, demandándonos con estricta justicia y por derecho a vivir realidades, para

que ubiquemos lo mítico en el espacio infantil de los sueños y le despertemos a la historia para

enfrentar con naturalidad la realidad.

Los hombres del derecho, cuando él constituía real fundamento del poder, estudiando el caso

histórico o el cuento mítico de cualquier humano que recurría a ellos para conseguir iluminación de

sus penumbras mentes o deslumbramiento táctico de sus orgullos confundidores, le decían de

inmediato: “habeas data”; es decir, presenta tus fechas, tus datos, tu identificación, tu realidad… Y

siempre se retenía por momentos la respuesta sincera y verídica del bullanguero vanidoso de cortas

raíces y denso ramaje. No hay, no debe haber historia sin verdad y no hay mito que no se defina por

sus datos verídicos… Pero… los mitos ganan muchas elecciones y la historia suma a su contenido la

derrota, como una historia más.

El compromiso de los historiadores actuales es acumular en las entrañas de la historia el miedo

que tiene el presente en hacerse pasado sin haber constatado el futuro y esa pasión social de los

pueblos nuevos por vivir el mito irrespetado y alterado, con presente ignoto o casi desconocido, nos

prepara un encuentro de mañana sin datos propios verídicos del ayer y del presente.

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Hace falta una reacción nacional de conciencia que nos dé una medida de lo que tenemos de

verídico y lo que acumulamos de imaginativo en nuestro camino diario y en el paso cierto con el

que vamos, por ese camino, a un encuentro iluminador con la verdad con la que hemos vivido y una

descarga liberadora de pesos que llevamos, sin realizar conscientemente cuenta de la gravosidad y

de nuestras decisiones sociales. Muy ajenos a una historia que no es insignificante y sí exigente,

renovemos fuerzas y voluntades libres para hacer nuevos capítulos de dignidad histórica y ubicar

entre nubes tantos mitos como los que se enredan en nuestras mentes.

LUNA TOBAR, Luis Alberto. http://www.hoy.com.ec/NoticiaNue.asp?row_id=241794 (Accedido el 5 de ago. 2007)

TEXTO 6

El fracaso de un éxito

Con pena seguimos por televisión el más intenso y dramático de los teleteatros. Con el agravante

de que no era un teleteatro, sino la televida. Es decir, la realidad vista a través de la televisión.

El protagonista era el futbolista más importante de la Argentina de las últimas décadas y, acaso,

del mundo. Su imagen de hoy, su cuerpo antes ágil y trabajado, moviéndose ahora con la dificultad

de sus excesivos kilos, su voz pastosa, nasal, respondiendo a los distintos reportajes con frases sin

terminar, deshilvanadas (conservando, eso sí, las ganas aún vivas de llamar la atención con sus

dichos) eran arduos de ver y escuchar.

Asistimos a sus idas y venidas de un campo a una clínica y de una clínica a un centro de

recuperación. Nos enteramos de sus opíparas comidas, de sus zambullidas en una piscina, de su

carrito de golf. Más tarde, de los partes médicos; luego, del aspecto de su cuarto de enfermo, de la

existencia de enfermos tan enfermos o más enfermos que él que lo rodeaban y le hacían mal, de su

visita al Presidente. En fin, todo un lamentable deambular, todo un reality show sin show. Triste,

tristísimo.

Y nos preguntamos, consternados, ¿qué le pasó a ese simpático, soberbio y talentoso muchacho

que conoció la gloria mundial, el poder y el dinero, el aplauso de millones de hinchas y de no

hinchas? La respuesta la conocemos todos. Nos la dio hace poco, en París, el dueño de una óptica

en el Bulevar Saint Michel, al saber que éramos argentinos. La respuesta es la droga (verdad de

Perogrullo). Y seguramente detrás de la droga una serie de razones personales que lo llevaron hasta

allí.

La droga es una opción de vida, claro. Es una de las formas del suicidio. Y él, haciendo uso de su

libertad, terminó apresado por ella, esclavizado. Y nos preguntamos: la imagen de él en la

actualidad ¿no será la mejor campaña antidroga que pueda hacerse? Su historia ¿no será la más

convincente acerca de los estragos que provoca la drogadicción?

La historia del muchacho de suburbio es tan patética que quizá no la queramos ver del todo.

Quizá nos moleste tanto lo que le pasó que hacemos la vista gorda o miramos para otro lado. Quizá

sea tan dolorosa su realidad actual que tratamos de negarla, como negamos tantas otras cosas que

no nos gustan. Entonces hasta podemos verlo delgado, saludable y gracioso, desinhibido y

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caprichoso como siempre. Desdeñando nuestros sentidos de la vista y del oído, nos inventamos

otra imagen de él. La que queremos que siga teniendo, la que nuestros deseos construyen.

Lamentablemente, esto "ya fue". Y tal vez lo que le está ocurriendo hoy pueda servirle a alguien

para evitar este mismo destino. Quizá pueda ayudar a muchos que, como él, sufren la presión de las

responsabilidades, del exitismo que impera en toda nuestra sociedad y, acaso, en todo el mundo

actual.

Quisiéramos tomarlo hoy de la mano a ese muchacho de antaño, flaco, con rulitos y sonrisa

contagiosa, que tanta alegría le dio a la gente, no para llevarlo a aquel control antidoping que fue

histórico, sino para hacerle sentir un afecto que sigue vivo. Tal vez lo que más le falte hoy sea

justamente esto: compasión. Ahora que está enfermo y vulnerable.

No importa el fracaso de su éxito externo. Lo que importa es la posibilidad de su fracaso como

persona, su evidente incapacidad de ser, realmente, feliz.

Por Alina Diaconú, adaptado de La Nación On line.

TEXTO 7

Filosofía

EL PAÍS - Última - 09-12-2005 / JUAN JOSÉ MILLÁS

Quería ser culto, pero llegaba a casa agotado, sin ánimos para otra cosa que no fuera encender

el televisor y narcotizarse con el menú del día. Mientras las imágenes penetraban en su ánimo

como las orugas del anuncio por las fosas nasales, imaginaba otra vida en la que leía libros de los

que tomaba apuntes en un cuaderno cuadriculado, con las tapas negras. Había oído hablar de un

sabio que no tenía televisión e intentaba imaginar su existencia. Lo veía deambulando

filosóficamente por las habitaciones de su casa, atento a todos y cada uno de los estímulos de la

realidad. En ocasiones, apagaba el televisor e imitaba esa vida superior a la suya. Iba, por ejemplo, a

la cocina, cogía un yogur de la nevera, y se lo tomaba intentando establecer una reflexión sobre la

fecha de caducidad. Le parecía bien que imprimieran esa información en la tapa. Constituía un

síntoma de países avanzados. ¿Pero era aquel pensamiento suyo sobre la fecha de caducidad una

reflexión filosófica?

Un día, al salir de trabajar, entró en una librería. Una vez superado el miedo a que lo tomaran

por un intruso (lo que era), tomó un volumen de filosofía al azar y leyó una página de la que no

entendió nada. Esto deber ser la cultura, pensó, así que compró el libro, se fue a casa con él y se

puso a leerlo en el sofá, frente al televisor mudo. A la media hora, se encontraba agotado. Aunque

el libro estaba escrito en su propio idioma, tenía multitud de palabras que no comprendía. Tras

decidir que al día siguiente se compraría un diccionario, cerró el volumen y encendió la televisión,

por cuya pantalla empezaron a discurrir en seguida las orugas narcotizantes correspondientes al día

y a la hora. El hombre colocó las piernas sobre la mesa y se dejó invadir por el dulce mal.

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Una vez invadido, observó el volumen cerrado y tuvo una revelación: el libro, aun cuando no lo

entendiera, era la vida, mientras que la televisión, a la que entendía, era la muerte, así que se

levantó, arrancó el aparato de la estantería y lo escondió debajo de la pila, junto al lavavajillas.

Luego comenzó a leer despacio aquellas páginas, moviendo la lengua dentro de la boca, sin

entender nada. Y cuanto menos entendía, más sabio era. ¿Quién se lo explica?

http://www.elpais.es/articulo/elpporopi/20051209elpepiult_2/Tes/Filosofía (Accedido el 09 dic. 2005)

TEXTO 8

Matrimonios EL PAÍS - Última - 05-05-2006

Los matrimonios entre las palabras son más sólidos que los del Hollywood actual. Echas un

vistazo al periódico y ahí están, envejeciendo juntos, términos como uranio enriquecido, despliegue

militar, memoria frágil, asignatura pendiente, banda armada, seguridad privada, gas natural, guardia

civil, páginas amarillas, realidad nacional, inyección moral, consejero delegado, comunicado oficial,

inflación anual... Inflación, por cierto, es bígama, pues se la ve mucho también con subyacente. No

es el único caso, pero sí uno de los más activos: hay días en los que aparece copulando con anual en

la primera página y con subyacente en la segunda, es que no para. En cualquier caso, sería muy de

agradecer que todos estos matrimonios hicieran un intercambio de parejas para alumbrar uniones

más estimulantes: militar frágil, guardia amarillo, uranio moral, memoria enriquecida, seguridad

civil...

Aunque no todos los matrimonios entre palabras son tan convencionales. Ayer encontré un trío:

"Proyecto Gran Simio". Estos enlaces de tres palabras, sin ayuda de preposición o artículo que les

ayude a articularse, constituyen rarezas muy interesantes. Proyecto Gran Simio. Sorprende la

naturalidad con la que se pronuncia, la sencillez con la que sale de la boca, lo que quiere decir que

los tres vocablos se llevan bien. Tal vez no se trate de un trío sexual, sino de una familia.

Posiblemente, proyecto sea hijo de simio, que es a su vez cónyuge de gran. Ello explicaría la ausencia

de conflicto. He aquí, en cualquier caso, un ejemplo de convivencia verbal del que, con la que está

cayendo, deberíamos tomar nota.

Pero no es la única rareza con la que he tropezado esta semana. Así, entre los matrimonios

convencionales, de sólo dos palabras, descubrí uno completamente nuevo, al menos para mí. Se

trata de "inteligencia seductora". Di con él en la contraportada de La Vanguardia. Inteligencia venía

metiéndose en la cama hasta ahora con voces tales como diabólica, emocional, aguda, incluso con

militar, pese a la incompatibilidad aparente, pero jamás con seductora. Me gusta este nuevo

maridaje, inteligencia seductora. Lo que hace falta es que pase de la gramática a la realidad. Y que

sea para bien.

JUAN JOSÉ MILLÁS, http://www.elpais.es/articulo/elpporopi/20060505elpepiult_2/Tes/Matrimonios

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TEXTO 9

Réquiem por las palabras

Por Sergio Sinay Para LA NACION

Mientras se disipa la bruma de la pólvora y se seca la sangre sobre la tierra de Medio Oriente;

mientras se precisa el recuento de daños y de víctimas, vienen a la mente unas palabras de Ghandi.

"Cuida tus pensamientos -decía el líder político y espiritual de la India- porque se volverán palabras.

Cuida tus palabras porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se volverán costumbres. Cuida

tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu

destino será tu vida".

Entre los destrozos de la guerra, habrá que contar, aunque ningún organismo internacional se

encargue de ello, la aniquilación de las palabras, la destrucción de los conceptos. "Daños

colaterales", por ejemplo, es un modo hipócrita de llamar a los asesinatos masivos de civiles que no

combaten, que no están armados, que son, en su mayoría, niños, mujeres y ancianos. La mayoría de

los muertos en la guerra, en ésta y en todas, no son soldados (quienes, al fin y al cabo, eligen como

profesión matar y morir). Lo dicen las cifras que están en los diarios, ante nuestros ojos. Los niños

masacrados en Caná, por ejemplo, no son colaterales a nada. Ellos, y otros tantos y tantos civiles,

son los daños centrales, los más numerosos e irreparables; los más cruentos, esenciales e

inocultables de la guerra. Las guerras se hacen para matar (si no fuera así, las palabras resolverían

los conflictos); por lo tanto, la muerte es en ella un objetivo central y no una consecuencia

colateral. El que más mata, está más cerca de acabar con su enemigo y, así lo cree, de obtener la

victoria. La guerra no es por puntos, es por muertos.

"Escudo humano" es otra combinación de palabras que vacía de sentido el lenguaje. Con ello se

trata de decir que alguien (otra vez, mujeres, niños, ancianos, hombres indefensos) se "interpuso"

en el camino de las balas o de los misiles. En cualquier párrafo que contenga la palabra "humano",

ésta debería iluminar y orientar el sentido de la frase. Lo humano es un fin en sí mismo y, como tal,

debería ser respetado y honrado. Atravesar a un ser humano impunemente con el pretexto de que

es un escudo equivale al desprecio de esta máxima ética. Cuando justifico la muerte de un

semejante con la excusa de que él se cruzó en el camino de mi bala, mi bomba o mi misil, con esa

misma justificación hiero de muerte a mi propia condición humana. En la guerra del Líbano, cientos

de muertes se justificaron con la explicación de que los muertos eran escudos humanos. Grosero

error. No eran escudos. Eran humanos.

"Defensa" es otra palabra que perdió su sentido en esta guerra. Dejó de ser el vocablo que

designa a las medidas de protección contra un peligro de cualquier tipo para convertirse, como una

paradoja cruel, en la excusa para atacar, arrasar, destruir y poner en peligro todo tipo de vida. En lo

que va del siglo XXI, la política internacional ha sido el vehículo de perversión de dos palabras:

"prevención" y "defensa". Las guerras son ahora preventivas y defensivas. Las coartadas para

desatarlas poco importan. Armas nucleares que no existen, la captura de dos soldados (¿ser

Gramática del Texto en Lengua Española Prof. Daniel Mazzaro

capturado no es un gaje del oficio militar?). Con eso alcanza para prevenirse o defenderse

arrasando países y vidas. ¿Cómo prevenirse y defenderse de quienes previenen y defienden así?

La palabra "diplomacia", malherida desde hace tiempo, agoniza tras la guerra del Líbano. La

ciencia de establecer consensos entre intereses diversos, de equilibrar desigualdades en torno de

objetivos comunes y de atender al fin último de la convivencia humana ya no parece ser tal. Se ha

convertido en una suerte de mercado de viles regateos en el que ninguna regla vale ni es aceptada

si no trae beneficio propio, y en el que cien o doscientos muertos más o menos no importan. Con

esta luz, los estadistas del siglo XXI (cuyos hijos no van a las guerras, no mueren en los campos de

batalla ni en las ciudades arrasadas) se convierten en un grupo muy peligroso para la especie

humana, porque, en sus regateos, lo humano, precisamente, aparece como el último factor por

considerar, si aparece.

Da pena; desalienta escuchar explicaciones políticas y estratégicas para una tragedia en la que

lo único real son los muertos. Genera impotencia observar con qué facilidad se desarrollan hipótesis

y teorías y con qué indiferencia se desprecia y olvida el dolor, la muerte de seres reales, de carne y

hueso. La sangre que se derrama en la guerra no es libanesa, palestina o israelí. Es humana.

Cualquier prueba de laboratorio lo demostraría. Aunque sería deprimente tener que llegar a eso

para recordar algo tan elemental.

En la guerra mueren seres humanos y muere la palabra que los nombra. Y cuando muere la

palabra "humano", perecen la solidaridad, la empatía, el amor, la cooperación, la justicia, la

semejanza, la comprensión. En la guerra muere también Dios y muere su palabra. Más allá de libros

y altares diversos, hay un lugar donde Dios está siempre y puede ser hallado por quien lo busque. Es

en el interior de cada ser humano. Y allí muere cuando ese ser humano es asesinado. Y muere,

también, en el interior del que mata. De estas muertes, nadie es inocente. Es inútil que lo proclame.

La palabra es humana. La palabra nos hace humanos. Morimos cuando ella muere. Somos

violados cuando es violada. Nos vaciamos cuando es vaciada. Como decía Ghandi, ella se hace acto,

costumbre, destino y vida. Contémosla entre las víctimas de la guerra.

El autor es escritor, especialista en vínculos humanos. http://www.lanacion.com.ar/833520

TEXTO 10

"Cretinismo" Quito, Domingo, 13 de Mayo de 2007 - Por Pepe Laso R.

Soy de la generación que conserva todavía su peluquero de barrio. Él tiene la cualidad de poseer

el discurso adecuado al corte de pelo y a las opciones políticas de cada cliente. Este hombre bueno

me preguntó si yo conocía alguna fundación que le pudiera conseguir una sillas de ruedas. Él viene

de un pueblito al norte de Quito, de esos que todavía llevan la herencia fatal del bocio endémico.

Con su teléfono celular había fotografiado a varias personas que, por la carencia de unos

miligramos de yodo, sufrieron daños irreversibles. Perdidos en las nebulosas del cretinismo,

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pertenecen a ese inmenso ejército de seres inocentes dolientes del mundo. Las fotografías tan

borrosas , como los rostros, evocaron en mí las palabras de Camus, en La Peste: “Me niego a creer

en una creación donde los inocentes son torturados”. Este hombre sencillo buscaba las sillas de

ruedas para ayudar a sus prójimos, sin demasiadas preguntas metafísicas.

Hoy sabemos que “los efectos más nocivos de la carencia de yodo afectan al cerebro del feto

durante el embarazo ya que este necesita micronutrientes para su desarrollo. La carencia de yodo

puede producir abortos o la muerte fetal tardía. Las enfermedades originadas de la carencia de

yodo, como el cretinismo, el bocio, la sordomudez y el enanismo, se conocen colectivamente como

trastornos causados por carencia de yodo. Muchos niños y niñas con carencia de yodo más leve

parecen normales pero han perdido de 10 a 15 puntos de su cociente intelectual”. El Ecuador fue

declarado país libre de desórdenes por deficiencia de yodo, por la OMS y la OPS, porque había

venido llevando, a través de las investigaciones de Varea, Rodrigo Fierro, Mauro Rivadeneira y sus

equipos, de la tenacidad del Ministerio y de los ministros de Salud, una política firme y eficaz , con

el apoyo de la cooperación belga, Unicef y otros organismos internacionales.

Por todas estas acciones el Ecuador fue sede de un congreso mundial sobre la erradicación del

bocio. Lo que se mostró al mundo, recuerdo, es que nuestros logros se debían al estricto control del

Estado a través del Ministerio de Salud, de la vigilancia epidemiológica y permanente control de la

producción de sal yodada, de la educación y la comunicación sobre las políticas de comercialización

y consumo. Lo que se había logrado, además, es que los productores de sal del país implementaran,

en sus plantas, sistemas de yodización permanentes, que no son demasiado costosos. Poco

importaba si sus razones fueran negocio, solidaridad, caridad cristiana, responsabilidad social,

vanidad. Lo cierto es que han cumplido con sus compromisos y comprendieron y aceptaron que

solo un control inflexible garantizaba que miles de ecuatorianos nos libremos al menos de este

maleficio.

Contra esta historia, el Comexi, Consejo de Comercio Exterior e Inversiones, acaba de levantar la

prohibición de importación de sal de consumo humano. ¿A quién rendirán cuentas, cuando

camiones y barcos, cargados de una sal incontrolada, que en vez de yodo concentre todo el lucro,

vuelvan a derramar la maldición del cretinismo, en la “Patria, tierra sagrada…”?

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/cretinismo-266787.html (Accedido el 21 de sep. 2012)

TEXTO 11

Amor

¿Puede no quererse a un hijo? Es una pregunta de misteriosa respuesta. Nadie estaría

dispuesto a confesar que no quiere a su hijo, o que no le quiere demasiado, o que se quiere más a sí

mismo, o que quiere a su hijo porque es una prolongación de sí mismo, porque satisface una

vanidad delegada. Nadie estaría dispuesto a responder sí, quiero a mis hijos, pero siempre y cuando

su comportamiento sea intachable, quiero a mis hijos mientras no me den problemas, los quiero

mientras no me pidan dinero. Nadie confiesa el fondo oscuro de sus sentimientos porque

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socialmente no se admite que se ponga en duda ese amor y porque parece haber una relación

directa entre la honorabilidad social y el cariño sin tacha hacia los hijos. Hay padres que no quieren

a sus hijos, los hubo siempre, pero se trata de una estadística imposible de desentrañar, ya que el

que no ama no estaría dispuesto a reconocerlo. Sin embargo, parece sensato imaginar que los

padres entregados ganarían por goleada. La pregunta que parece latir en el fondo de todos los

estudios psicológicos y educacionales que vamos leyendo es si se está dando un amor equivocado,

el que surge del soberbio convencimiento de que algo que es nuestro no puede ser malo. Creo que

antes los padres estaban más preparados ante la posibilidad de engendrar a un canalla. Nunca ha

habido figura más patética y más digna de compasión que la de los padres desventurados que han

criado a un asesino. Todos hemos visto alguna vez su imagen a la salida o entrada de los juicios,

bajando la cabeza, calibrando en su pena qué tanto por ciento de la culpa les corresponde a ellos.

Eso es más amor, a mi juicio, que el que parecen sentir esos otros padres que jalean el currículo

criminal de sus hijos, que parecen reírles la gracia, que no les han inculcado el necesario proceso

íntimo de arrepentimiento que cualquier persona decente experimenta en su vida aun sin haber

apretado un gatillo, sólo por el hecho de haber causado algún daño. Padres cuyo amor

incondicional ensucia a una sociedad entera y que deberían ser reeducados en una sociedad (la

vasca) que aspira a vivir en paz y libertad.

LINDO, Elvira. http://www.elpais.es/articulo/elpporopi/20060621elpepiult_2/Tes/Amor. Accedido el 21 de jun. 2006.

OBRAS PARA CONSULTA

ADAM, Jean-Michel. A linguística textual: introdução à análise textual dos discursos. São Paulo: Cortez Editora, 2008.

ALMEIDA, Daniel Mazzaro Vilar de. Seja como for e sea como fuere: marcadores discursivos?: uma análise do uso dessas expressões em artigos de opinião brasileiros e argentinos. 2011. Dissertação (Mestrado em Linguística) – Faculdade de Letras, UFMG, Belo Horizonte, 2011.

ALONSO RAYA, Rosario et allí. Gramática Básica del Estudiante de Español. Barcelona: Ed. Difusión, 2005.

BOSQUE MUÑOZ, Ignacio; DEMONTE BARRETO, Violeta (dir.), Gramática descriptiva de la lengua española. Tomos I, II y III. Madrid, Espasa, 1999.

CASSANY, Daniel. Tras las líneas: sobre la lectura contemporánea. Barcelona: Editorial Anagrama, 2006. DOMÍNGUEZ GARCÍA, María Noemí. Conectores discursivos en textos argumentativos breves. Madrid:

Arco/Libros S.L., 2007. ESCANDELL VIDAL, M. Victoria. Introducción a la pragmática. Barcelona: Ariel, 1999 (nueva edición

actualizada). GONZÁLEZ, Neiva T. Maia. Cadê o pronome? O gato comeu: Os pronomes pessoais na aquisição/

aprendizagem do espanhol por brasileiros adultos. Tese de doutorado. DL/FFLCH-USP, 1992. GUTIÉRREZ ARAUS, Mª Luz. Formas temporales del pasado en indicativo. Madrid: Arco/Libros S.L., 1995. MATTE BON, Francisco. Gramática Comunicativa del español (Tomos I y II). Madrid: Edelsa, 2002 (6ª

reimpr.). MONTOLÍO, Estrella. Conectores de la lengua escrita. Barcelona: Ariel, 2001. PORTOLÉS, José. Marcadores del discurso. Barcelona: Ariel, 1998.