12
francking

THE ACTUALLY

  • Upload
    calde9

  • View
    224

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Revista elaborada por Carlos Calderón Podemos observar temas de interés general de necesario conocimiento

Citation preview

francking

Hay una nueva pala-bra de moda en el mundo de los hidro-carburos, un nombre

que se repite una y otra vez: frac-king. Aunque se nos puede hacer extraño este término anglófono, el fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica que se está aplicando cada vez más a nivel mundial para aprovechar ciertos yaci-mientos de gas llamados no convencionales que, aunque de más difícil extracción, han entrado con fuerza en la escena energética, social y mediática.

Situación en otros paísesEs EEUU el verdadero motor y exportador de esta técnica y el que está impulsando suexpansión en el resto del mundo. En otros países la situación legal está como sigue: En Europa ya se han declarado moratorias o prohibiciones al fracking , como por ejem-plo en Francia, Bulgaria, Irlanda, Rumanía, Chequia, o algunos estados alemanes. En otros, como Austria, se imponen límites ambientales muy severos para el uso de la técnica. En Estados Unidos, en donde se está usando ampliamente la fractura hidráulica

desde hace una década, la oposición popular está muy extendida tras comprobarse los pe-ligros reales de esta técnica. El documental Gasland expuso la situación y una campaña en contra del fracking ha reunido a un cente-nar de artistas como Lady Gaga, Yoko Ono, Paul McCartney o Susan Sarandon. En Fran-cia y Bulgaria se celebraron manifestaciones multitudinarias en 2012 y el 22 de septiem-bre ha sido declarado como día internacional contra el fracking.

El fracking, paso a paso Perforación: El primer objetivo cuando se realiza la perforación es llegar a la roca donde se encuentra el gas. Bombeo del líquido: Una vez en la veta, el líquido, compuesto por agua y otros agentes, como arena y otros agentes, como arena y cerámica, es inyectado.

Liberación del gas: Una vez se haya au-mentado el tamaño de las grietas naturales la mezcla de agua es bombeada de vuelta hacia la superficie y el gas liberado sigue el mismo trayecto que el agua a través de la red de tubos.

Principales impactos del fracking

Contaminación de aguaUna de las mayores preocupaciones de la fracturación hidráulica es la afección a los acuíferos subterráneos. Al fracturar el sub-suelo, existe la posibilidad de que una de las fracturas inducidas alcance un acuífero, con-taminando el agua con los fluidos de fractura-ción y con el propio gas de la formación.

Contaminación del aireDurante todo el proceso de perforación y frac-turación, se utilizan una gran cantidad de adi-tivos, muchos de los cuales son compuestos volátiles. Lo mismo sucede posteriormente en la etapa de producción, en la que es necesario acondicionar el gas extraído para inyectarlo en el gaseoducto.

TerremotosEn aquellas zonas donde el desarrollo del fracking está más avanzado, se ha constatado un aumento de la sismicidad coincidido con los periodos de fracturación hidráulica. Hay que tener en cuenta que durante las operacio-nes de fracking se presuriza el subsuelo en más de 100 ocasiones.

Efecto invernaderoEl gas no convencional, por las condiciones en las que se encuentra, suele estar formado casi en su totalidad por metano. Este es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el propio CO2, en concreto, 23 veces más potente.

Ocupación de terrenoUn problema añadido es la gran ocupación de terreno de este tipo de explotación. Como se ha comentado anteriormente, es necesario realizar un gran número de pozos para apro-vechar correctamente los recursos.

FRACKING EN ESPAÑA

Aunque no exista en la actualidad una plataforma estatal que vincu-len las diferentes luchas locales contra el fracking, se han organiza-do diferentes movimientos antifracking en cada zona afectada. Ya sea en Cantabria, donde se dieron a conocer los primeros permisos y pusieron en marcha una página web con la mayor información en España sobre fracking, en Euskadi (principalmente en Álava y luego en Bizkaia) o en Burgos y Navarra más recientemente, la lucha social y política ha alcanzado un grado de conflictividad importante difi-cultando por un lado el rodillo político-económico y permitiendo por otro lado un mayor grado de concienciación e información de la so-ciedad. Además, gracias a esta labor, más de 15 municipios alaveses se han declarado libre de fracking, mientras que Vitoria-Gasteiz (¡ca-pital verde europea 2012) reclaman un Estudio de Impacto Ambiental para todos los pozos o que en Cantabria varios ayuntamientos han recurrido los permisos en la zona de Arquetu.

Digitalización y desempleo, el nuevo orden

Un nuevo orden económico con serias consecuencias para el empleo se ha instalado entre nosotros sin que las autorida-des europeas, por descontado tampoco las españolas, ni las patronales ni los sindicatos parezcan haberlo comprendi-do. Incluso en Estados Uni-dos, cuna y eje del desarrollo digital, están disparadas las alarmas. Las sinergias que se derivan del desarrollo de las ingenierías del software, robótica, telecomunicaciones y microelectrónica, han crea-do memorias más rápidas y baratas, mayor movilidad y ubicuidad de la información, máquinasinteligentesque combinadas con otras ramas del conocimiento como la medicina o la climatología, por ejemplo, han generado todo un universo nuevo: el de la digitalización. Un universo que, como ocurriera en su día con la electricidad, embebe los hábitos humanos y condiciona la cantidad y la calidad del empleo. Más que la sustitución del hombre por la máquina, es la aparición de nuevos pro-ductos y costumbres los que asolan muchos empleos.Las implicaciones y preocupa-ciones de este nuevo orden han dejado de ser preocupaciones exclusivas de los tecnólogos. Los economistas finalmente

les prestan atención (Foreing Affairs, julio-agosto; The Economist, 4 de octubre) y ya aceptan que el optimista principio de la “destrucción creativa de empleos” no se cumple esta vez. La pérdida de empleos provocada por la digi-talización no encuentra contra-partida con la creación de otros que equilibrarían la balanza. Ni siquiera las start up, tan prego-nadas como fuentes de empleo, funcionan. El pasado mes de septiembre, en Boston, la co-munidad científica reconoció, a partir del censo americano de empresas, que aquellas llevan años reduciendo su capacidad para generar empleo. Las que sobreviven son autoempleo o tienen menos de cinco trabaja-dores. Instagram o WhatsApp no superan los cien empleados a pesar de haber alumbrado productos rompedores que fue-ron adquiridas por las “grandes ganadoras”, que pagaron can-tidades fastuosas por ella. Pero esos ingentes desembolsos de capital no tienen traducción positiva en el mercado laboral. Unas inversiones similares du-rante la era industrial hubieran supuesto la creación de miles de puestos de trabajo. Cuando Eric Schmidt, presidente ejecu-tivo de Google, ante miles de emprendedores afirmaba hace unas semanas en la plaza de

Las Ventas en Madrid que las start upgeneraban empleo no decía la verdad.Mientras Schmidt, cuya em-presa, con sus portentosos desarrollos tiene un modelo de negocio con preocupantes variedades de monopolio, niega la realidad, en Europa se la ignora directamente. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, en su confe-rencia en Jackson Hole del pa-sado agosto sobre Desempleo en la zona euro, no dedicó ni un minuto de la hora larga en la que intervino a analizar los efectos sobre el mercado labo-ral de la tecnología. Draghi se limitó a la tradicional relación entre política monetaria y em-pleo, ignorando que la econo-mía actual no puede explicarse solamente en términos propios de la era industrial. Esta caren-cia apareció de nuevo en la re-unión de Milán de octubre del Consejo Europeo, incapaz de concretar presupuesto alguno para “medidas activas en favor del empleo”, una expresión acuñada en lo mediático pero hoy vacía. Desgraciadamente, el empleo disponible, como la energía, es un recurso escaso que habrá que administrar ra-cional y democráticamente.

La industria, además, ha cam-biado su cadena de fabricación: diseña con programas escritos por otros, que trabajan lejos de quien fabrica; usa realidad virtual para hacer los costosos prototipos de antaño; la logística de proveedo-res y clientes se ejecuta telemáti-camente; la vieja factoría reduce su superficie con la robotización avanzada… Lo digital hace que lo industrial se haga terciario. Más allá de la deslocalización, la in-dustria no disminuye, se redefine.Ni siquiera las ‘start up’, tan pre-gonadas como fuente de puestos laborales, funcionanEn las relaciones cotidianas desaparece la intermediación, y con ella centenares de miles de puestos de trabajo. El autoservi-cio es una fuerza imparable que nació con el supermercado y la gasolinera, siguió con el comer-cio electrónico y ahora se sitúa directamente contra el empleo al difuminarse los papeles de productor y consumidor de la ingenuamente celebrada econo-mía colaborativa. Los empleos se liman (el usuario releva a taxistas, hoteleros o agentes inmobiliarios y hasta quiere fabricar objetos en casa con impresoras 3D). Nada de todo esto ocurrió porque sí. Al preguntarse ¿tendrán empleo

quienes hagan Apps para Apple, conduzcan para Uber, sean hote-leros Airbnb, etcétera? Decidieron que sí. En España esta desinter-mediación se practica a lomos de la economía sumergida, propia del desempleado desesperado, y de la autosatisfacción de un usuario, cada vez más ocupado y menos empleado.Participar, sin más, en una carrera tecnológica con Estados Unidos no es lo más inteligente, entre otras razones porque las condicio-nes de partida de España son muy distintas. De entrada, los empleos en los que se ocupa la clase media española están muy afectados por la crisis económica. La única fortaleza reside en los servicios a la persona. La solución, se dice, está en la educación; pero a corto y medio plazo poco va a ayudar a los seis millones de parados. Si se elabora una relación de empleos que: a) existan o puedan existir en breve. No los que podrían darse si hubiéramos actuado de otra manera en el pasado; b) que se ofrezcan en suelo español. No en California ni en China ni siquiera en Alemania, y c) que estén sin ocupar a causa de la supuesta falta de formación de los millones de personas no empleadas o subem-pleadas que tenemos. La lista

es corta. La solución educativa ocupa al menos el tiempo de una generación para dar resultados; no resuelve el nuevo orden entre digitalización y empleo.A lo lejos se vislumbra la alterna-tiva siempre polémica de repartir el trabajo. Una posibilidad que supera a la tecnología y que abre un arduo debate político. Mientras tanto, las élites deben entender el nuevo orden que ya se ha instala-do con lo digital.

SE DICE QUE LOS JÓVENES VAIS A VIVIR PEOR QUE VUESTROS PADRES

Quizá tú también lo hayas oído y pensado, pero no

tiene por qué ser así.Nuestra sociedad está azotada por la crisis económica y las familias están sufriendo sus consecuen-cias. Aunque menos visibles, se nos echan encima dos crisis más profundas todavía, las cri-sis energética y ecológica, esta última con el cambio climático en ciernes. ¿Por qué ocurre todo esto ahora? Nos han hecho creer que el crecimiento económico de los Estados podía continuar ilimi-tadamente. Se sabe, desde hace tiempo, que esto es imposible, que la economía, en buena lógi-ca, no puede crecer y crecer sin toparse con los límites de nuestro Planeta. Y, desgraciadamente, nos ha tocado vivir esta época, la época en la que estamos sobrepa-sando los límites de la Tierra. La primera consecuencia de este hecho es que, desde hace algunas décadas, los sistemas naturales están degradándose debido a su sobrexplotación y a su excesiva contaminación. La segunda es que, fruto de dicho deterioro, ha comenzado un periodo de decrecimiento físico; hoy a cada uno de nosotros le toca menos gasolina, menos tie-rra, menos alimento, menos agua, menos pescado, menos madera, etc. que ayer y más que maña-na. Todavía es poco perceptible este decrecimiento, pero pronto veremos que los precios de la gasolina subirán año tras año y lo mismo sucederá con los de otros productos.Por eso, la tercera consecuencia es que años después del decre-cimiento físico llegará el decre-cimiento económico y el sueño que teníamos de un crecimiento ilimitado se desvanecerá como un espejismo e incluso se podrá convertir en una pesadilla.Entrar o no en un futuro de pesa-dilla depende de todos nosotros.

Si los ciudadanos no tomamos conciencia de lo que está ocu-rriendo, tampoco lo harán los poderes político y económico que nos gobiernan. Lo digo tan rotundamente porque la avalan-cha de datos de la degradación que sufren los sistemas naturales es tan contundente que si no han tomado medidas para solucionarla es porque no les interesa hacerlo o, sencillamente, les sobrepasa el problema.Tomar conciencia del problema supone aceptar el decrecimien-to, a partir de ahora, no solo los españoles sino todos los seres hu-manos tendremos que vivir cada vez con menos energía y produc-tos durante una larga temporada. ¿Hasta cuándo? Hasta que nuestra economía disminuya lo suficiente como para respetar los límites planetarios, o sea, hasta lograr una situación de sostenibilidad con la Tierra. Entonces la econo-mía podrá estabilizarse, aunque con un nivel de consumo bastante menor que el actual.Si el decrecimiento se realiza de manera negociada, programada y controlada por todos los países –quizá por mediación de un orga-nismo mundial, como una ONU con más poder- el decrecimiento no tiene por qué ser doloroso. Asistiremos a cambios políticos y económicos trascendentales con el fin de potenciar la democracia participativa y eliminar el enor-me poder que han adquirido los grandes bancos y corporaciones empresariales

L La economía y la vida serán más locales; el comercio entre países será limitado así como los viajes, el trabajo tendrá que ser repartido y también los salarios, el consumo de productos será bastante menor. A cam-bio, trabajaremos menos horas, dispondre-mos de más tiempo para el ocio, el deporte, las relaciones sociales, el trabajo social, las actividades creativas, etc. La contaminación será mucho menor, se recuperarán los pai-sajes, los bosques, los ríos y otros sistemas naturales. En definitiva, tendremos menos trabajo pero más tiempo libre, menos dinero y estrés pero más calidad de vida, o sea, podremos vivir mejor aunque con menos cosas, como reza este eslogan a favor del decrecimiento. Los valores individualistas y de competi-tividad a ultranza que dominan en nuestra sociedad serán sustituidos por otros como la austeridad, la solidaridad, la amistad, la prudencia y sensatez, el gusto por estudiar y aprender, la crítica fundamentada, etc. valores que pueden proporcionar tanta o más felicidad que aquellos otros.La meta a alcanzar por la humanidad es la sostenibilidad. La sostenibilidad tiene que ser la utopía que reemplace a la actual del progreso. El progreso se ha convertido, de hecho, en un regreso. La sostenibilidad con el Planeta es la esperanza de la humanidad, ni más ni menos. Creo que es una bella idea para que la gente joven la incorpore en su vida y trabaje por ella: salvar el Pla-neta para salvarnos con él.