Theatrum Mundi

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  • Este ensayo es una versin levemente modificada de la introduccin a mi1

    edicin de la Relacin de lo sucedido en la ciudad de Valladolid desde el punto del felic-simo nacimiento del prncipe don Felipe, publicada en Valladolid por la FundacinInstituto Castellano y Leons de la Lengua en 2005.

    Marquard 359. El autor hace un anlisis muy sugerente de la fiesta y de la2

    guerra como dos excelentes moratorias de la vida rutinaria, algo contra lo que elhombre siempre se revuelve.

    Son muy diversas las formulaciones que ha recibido el fenmeno de la fiesta3

    barroca, pero siempre bajo el prisma fundacional del clsico de Maravall, La cul-tura del Barroco, en especial las pp. 487 y ss. Piedra angular fueron tambin las pa-labras de Bonet Correa en 1979, en su constatacin de La fiesta barroca comoprctica del poder. Vase el reciente trabajo de Lobato y Garca Garca, que reco-ge, adems, una amplsima bibliografa sistematizada por campos de estudio. Parael tema de las relaciones de sucesos vase Pena Sueiro, Estado de la cuestin.En la Universidade de A Corua existe desde hace algunos aos un Seminarioespecializado en el estudio y catalogacin de las relaciones de sucesos en la pocamoderna, coordinado por Sagrario Lpez Poza, Nieves Pena Sueiro y BegoaCanosa Hermida (, 6 junio 2006).

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    From: Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America, 25.2 (2005 [2006]): 161-93.Copyright 2006, The Cervantes Society of America.

    Valladolid, theatrum mundi 1

    PATRICIA MARN CEPEDA

    Celebrar fiestas es humano, y creo que slo humano.Las estrellas, los mares, las rocas, los incendios, lasplantas y las fieras no celebran fiestas.

    Odo Marquard2

    ucho se ha hablado de la fiesta barroca como ejerci-cio del poder. Conviene recordar, sin embargo, re-3

    motos ritos, ceremonias, espectculos y diversionesque han sido instrumentalizados por los poderosospara encauzar las opiniones y los movimientos de la

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    Mnguez 250.4

    Marcelin Defourneaux, citado por Bennassar 473. Bennassar da cuenta de5

    un buen nmero de acontecimientos excepcionales que dieron lugar a grandesfiestas en Valladolid durante el siglo XVI (Le Spectacle permanent 47392).Vanse tambin Cabeza Rodrguez et alii y Carrin scar.

    Vase Lpez.6

    Vase Rodrguez de la Flor, Economa simblica.7

    masa popular. Desde las fiestas de Egipto a las olimpiadas clsi-cas y desde las concentraciones nazis a las exposiciones universa-les, siempre ha sido as. Pero es durante la cultura barroca, unacultura dirigida y servil, cuando la instrumentalizacin es msacusada. En la Espaa del Siglo de Oro y en las cortes europeas,4

    tout est prtexte ftes. Nos referimos a las fiestas pblicas,5

    solemnes, legitimadoras de la desigualdad, antagnicas de lasfiestas populares, que eliminan jerarquas y normas.

    El estudio de la fiesta barroca ha venido abordndose en losltimos aos desde un planteamiento multidisciplinar, el nicocapaz de dar cuenta de estos espectculos totales que aunarontodo tipo de manifestaciones artsticas como arquitecturas efme-ras, pinturas, esculturas, emblemas, versos y letrillas, msica ycanciones, representaciones y bailes, desfiles, sermones, etc. Exis-ten, as pues, diversos modos de acercarse a las ceremonias pbli-cas, bien desde el arte y la literatura, desde su estudio como ins-trumento de control poltico y social, desde las estructuras socia-les del poder, desde el fenmeno de la opinin pblica, desde lafiesta, terrenos todos indudablemente conectados como aspectosde un mismo resorte de integracin social.6

    La fiesta, prctica ostensible del poder concebido en este tiem-po como arte, es, sobre todo, una representacin, de manera quelos textos que se dedicaron a registrarla de modo sistemtico entoda Europa constituyen una representacin en segundo grado, ypronto un molde genrico para la invencin de futuras fiestas ypara la composicin de nuevas relaciones. Hacia 1550 la relacin7

    ya estaba establecida como un gnero literario, cuyo objetivo erapasar a la posteridad como monumento de la magnificencia regia.Como advierte Strong (Arte y poder 36), la coincidencia de estedesarrollo con el surgimiento del absolutismo y la bsqueda de

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    No hay manera uniforme de referir a este texto por un ttulo abreviado. Para8

    Alonso Corts, es la Relacin del bautismo de Felipe IV; para Mrquez Villanueva,citado en la n. 36, es la Relacin de las fiestas; en el contrato de impresin (n. 34) esRelaciones que ha de hacer imprimir de letra atanasia de las fiestas que se hicieron en estacorte por el felizisimo nacimiento del Prncipe Nuestro Seor; y la alusin contem-pornea que menciona a Cervantes con este texto (n. 33) lo llama Relacin de lasfiestas que en Valladolid se hicieron al nascimiento de nuestro Prncipe. Adopto estetitulillo corto y cmodo.

    gobernantes mesinicos hacia el ao 1600 no puede ser acciden-tal. Hoy podemos reconstruir aquella ilusin de grandeza en par-te gracias a su registro textual, ubicado dentro del marco msamplio de las relaciones de sucesos.

    Reza la portada del texto que presentamos Relacin de lo suce-dido en la ciudad de Valladolid, desde el punto del nacimiento del prnci-pe don Felipe Dominico Vctor nuestro seor, hasta que se acabaron lasdemostraciones de alegra que por l se hicieron. Al conde de Miranda.Ao 1605. Con licencia, en Valladolid, por Juan Godnez de Millis. Vn-dese en casa de Antonio Coello en la librera (en adelante, Relacin defiestas). Como puede verse, fue publicada de forma annima. Iba8

    dedicado al Conde de Miranda, presidente del Consejo Real y,por tanto, una de las personas ms importantes despus del rey.Parece ser que cont pronto con una segunda edicin, afirmacinde Alonso Corts que parece deducir del hecho de la existenciade ejemplares con finales diferentes en el ltimo prrafo de larelacin. Este autor reedit la obra en 1916 con un prlogo sucin-to, contribuyendo as a la difusin de un tipo de documentos quehoy carecen de un catlogo definitivo y que, en su gran mayora,no cuentan an con ediciones modernas.

    Estamos ante un tipo de documento realizado generalmentepor encargo, con motivo de acontecimientos como natalicios ybautismos, matrimonios, recibimientos, celebraciones de victoriasy exequias de personas del crculo real, as como de diversas cele-braciones emanadas de la vida religiosa, como, por ejemplo, bea-tificaciones, canonizaciones, fiestas de rdenes religiosas, trasladode reliquias, etc. Rodrguez de la Flor, partiendo de las tesis semi-nales de Maravall, advierte de la proliferacin realmente mons-truosa de este tipo de producciones, marcada por el clientelis-mo y la presin emulatoria, que respondera, en palabras suyas,

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    Vase Rodrguez de la Flor, Efmero de Estado.9

    Alonso Corts (Prlogo viiviii) cita catorce documentos que registran10

    acontecimientos con motivo de estas fiestas. Dada la dificultad para acceder a estaedicin, reproduzco las relaciones citadas por Alonso Corts, excepto aquellas quetambin recoge Alenda y Mira (478, 480, 481, 482, 483, 484, 485, 486, 487, 488, 489).Cito literalmente:

    Augustissimo Philippo Dominico Hispaniarum principi recens nato (1606).A Relation of such things as were observed to happen in the journey of the rightHonourable Charles Earle of Nottingham, L. High Admirall of England, His High-nesse Ambassadour to the King of Spaine London, Printed by Melchisedeche Brad-wood for Gregorie Seaton, and are to be sold at this shop under Aldersgate. 1605. [Elautor de esta relacin es Robert Treswell. Hay otra, tambin inglesa,annima.]Lettera di Lelio Girlinzone di relazione del viaggio della regina di Spagna, Ferrara,16 Novembre 1598; della sua entrata a Valenza, 1599; e del ricevimento dellalmiran-te dInghiliterra in Vagliadolid a 1605 (Ms. de la B. Nazionale de Florencia).

    a la necesidad de conceptualizar y tematizar las praxis simblicasa que se entregaban con pasin las instituciones y quienes desea-ban servirlas. Se trata de un gnero hbrido, que participa delcarcter informativo de la gaceta, de la crnica histricay comotal ha sido empleado por los historiadores como testimonio desucesos, y en cierto modo del relato novelado, por lo que nopuede ser analizado ignorando el carcter ficcional que implica laseleccin, la ampliacin hiperblica o la reelaboracin de materia-les mediante un proceso de textualizacin, como ha sido adverti-do. La fiesta, por medio del texto, queda fijada como smbolo delpoder en una sociedad altamente jerarquizada y protegida, segnla ideologa imperial, por los planes divinos. Por otro lado, el sa-queo de las casi vacas arcas del estado para sufragar las fiestas nocont con la complacencia de algunos intelectuales que, comoQuevedo, Juregui, Gngora, o el propio Cervantes, denunciaronla vacuidad de estos espectculos hiperblicos.9

    Centrndonos en el texto que nos ocupa, esta obra da cuentade las celebraciones que se hicieron en Valladolid con motivo delnacimiento del prncipe Felipe, hijo de Felipe III y de Margaritade Austria. No fue la nica relacin sobre este nacimiento, peroha sido destacada como la ms significativa de cuantas se hicie-ron y cuya autora ha sido atribuida por algunos estudiosos a10

    Miguel de Cervantes, como veremos. La Corte resida en Vallado-

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    Vase Alonso Corts, La corte de Felipe III en Valladolid 27. El estudioso cita11

    tres relaciones. Vanse Cabrera de Crdoba 253 y Pinheiro da Veiga 160.12

    lid desde el 9 de febrero de 1601, aunque las idas y venidas de losmonarcas eran continuas. En septiembre de ese ao haba nacidosu primera hija, la infanta Ana Mara Mauricia de Austria, cuyonacimiento y bautismo fueron conmemorados asimismo por di-versas relaciones. En febrero de 1603 naci la segunda hija, que11

    no logr sobreponerse a su frgil salud y muri al poco tiempo;en septiembre de ese ao la reina sufri un aborto. Pero el pueblosegua aguardando el nacimiento de un varn que perpetuase ladinasta. El 8 de abril de 1605, Viernes Santo de aquel ao, el naci-miento del prncipe Felipe colma las expectativas y se pone enmarcha la maquinaria asombrosa de las fiestas con una intensi-dad a la medida del acontecimiento. En este punto, con una bre-ve mencin a los dolores de la reina del da anterior, se inicia unrelato cuya ltima noticia, referente a la partida del almirante in-gls, se fecha errneamente en el texto a 17 de junio de ese aode 1605, ya que tuvo lugar exactamente el sbado 18 del mismo,como dan cuenta Cabrera de Crdoba y Pinheiro da Veiga. Co-12

    mo veremos en adelante, el anlisis de este y otro tipo de erroresparece dejarnos pistas de una historia editorial compleja.

    La relacin, pues, da cuenta de los sucesos acaecidos durantems de dos meses en torno al nacimiento del prncipe. La visitadel almirante ingls Charles Howard (quien, paradjicamente,protagoniz tambin el saqueo de Cdiz en 1596, junto al condede Essex) para ratificar las paces acordadas el 28 de agosto del aoanterior entre Espaa e Inglaterra, en el Tratado de Londres,coincidi con dichas celebraciones. Esta coincidencia no es casual:algunos festejos fueron aplazados para propiciar la asistencia delalmirante, que qued fascinadoas nos lo da a conocer la rela-cinpor el despliegue fastuoso de todo tipo de montajes festi-vos (como las visitas al rey, la procesin del captulo general de laOrden de Santo Domingo, la ceremonia bautismal en San Pablo,diversos convites en su honor, la procesin del Corpus, juegos decaas y toros, desfile de la caballera de las guardas de Castilla,mascaradas, carros triunfales, intercambios de presentes, sarao

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    con carrozas y coros), con un trasfondo ideolgico, poltico yreligioso muy preciso. Pinheiro da Veiga, en su Fastiginia, sin lacoercin del cdigo cerrado y servil del gnero de la relacin defiestas, afirma lo siguiente:

    En este tiempo [20 de abril] se comenz a tratar del bautismodel prncipe; mas, esperando el rey al almirante de Inglaterra,que estaba ya embarcado para Espaa y le vena a visitar departe de su monarca, orden aplazar el bautismo hasta suvenida, porque dicen es de los principales personajes de In-glaterra, y viene con gran fausto y setecientas personas en sucompaa y muchos ttulos; y as comenzaron a preparar elpasadizo y palacios del rey (Fastiginia, pp. 6364).

    Cabrera de Crdoba confirma este dato cuando afirma que dicenque bautizarn al Prncipe el 1. de Mayo, y que para ello vern elcardenal de Toledo (339). Finalmente, el bautismo se celebr eldomingo 29 de mayo, casi un mes ms tarde, da de Pentecosts,tres das despus de la entrada del almirante en Valladolid. Estacoincidencia entre un acontecimiento poltico y una exaltacinfestiva de carcter religioso resulta elocuente para la construccinde una cosmogona imperial espaola, amparada por la divini-dad. A esto hay que sumar el carcter providencial que el puebloatribuy al hechoentre otras coincidencias, como puede leerseen el textode que el prncipe naciera el da de la festividad de laCruz, Viernes Santo. En este sentido, nada ms intencionado queemplazar la audiencia con el almirante inglshereje protes-tantepara ratificar el juramento de las paces con Inglaterra el 9de junio, da del Corpus en 1605, inaugurando con dicha firma elllamado Saln de los Saraosque fue construido en el lugar delas casas del conde de Miranda incorporadas al Palacio Real,porque el embajador [Charles Howard] no quera que fuese enla iglesia, como nos descubre Pinheiro (114). El texto nos da de-talles de la lujosa aparatosidad que pudo verse por aquellos dasen las celebraciones por el fausto nacimiento. Para evitar la proli-jidad y la parfrasis del texto, remito al lector al sumario que larelacin presenta al comienzo de la obra y al calendario de los

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    Cristiano nuevo convertido en Valladolid, autor de unas famosas Relaciones13

    de Don Juan de Persia (Valladolid: Juan de Bostillo, 1604).

    sucesos que ofrecemos ms adelante.

    concurri tanta gente de todas condicionesque fue muestra bien cierta del general contento que se

    recibi. En afirmaciones como esta, que aparecen al menos unadocena de veces en el texto (con frmulas como todo estaba lle-no de gente, la ciudad muy regocijada con gran concurso degente, luciera mspor la infinidad de gente, porque la gen-te no embarazase, que era mucha, para que tanto mayor nme-ro de gente se pudiese acomodar, porque haba mucha gente,hacan una agradable vista, estando grandsimo nmero de gen-te en torno), que quieren dar cuenta de la afluencia masiva delos habitantes de Valladolid a las fiestas que se organizaron, sub-yace un deseo de certificar que todo transcurri segn lo previstoy bajo el beneplcito de toda la ciudad. Ntese cmo el pueblo,protagonista masivo de calles, plazas e iglesias durante las cele-braciones, en unas fiestas pensadas para deslumbrarlo, quedareducido a una presencia textual silenciosa, eclipsado por el lujode los trajes cortesanos y por la aparatosidad de los decorados, deseda y oro, pero tambin de papel y cartn. Slo en una ocasinse registra en el texto la entrada deslucida del almirante de Ingla-terra en Valladolid, frustrada por una lluvia torrencial. Pero fren-te a la expresin comedida de la relacin, que habla de una llu-via tan grande, recia e importuna, que en muchos das tal no sehaba visto, Pinheiro describe con humor y estilo propio el cha-parrn que estropea cuellos y los engomados, haciendo de lasrosas mondongo y de los galanes pingajos (81). En este sentido,el texto que editamos suprime los actos delictivos que tuvieronlugar a la par de los gestos acordados de los cortesanos. La crni-ca del viajero portugus Pinheiro proporciona un excelente acer-camiento a estas dos caras esenciales de la fiesta: lo ceremonioso ylo desaforado. Sirva como ejemplo el relato detallado del triste findel embajador de Persia, asesinado el 15 de mayo por don Juande Persia, cuyo cuerpo sin sepultura fue devorado por unos13

    perros (vase Torres). O la pendencia callejera que protagoniz el

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    Pinheiro 65. Cabrera de Crdoba recoge la noticia a 14 de mayo de 1605.14

    Vase Vega Garca-Luengos, quien proporciona bibliografa sobre esta15

    cuestin y su vertiente teatral. La obra de Alonso Corts, Noticias de una corteliteraria, ha sido recientemente reeditada por el Ayuntamiento de Valladolid.

    24 de abril Diego Gmez de Sandoval y Rojas, hijo segundo deLerma, y que le cost una reclusin de dos meses en la fortalezade Ampudia. O el incendio que provocaron unas luminarias al14

    comienzo de los festejos, en el campanario de San Benito elRealdonde estn las ms y mejores campanas de la ciudad,entre muchos otros de los que hoy, tal vez, no tenemos noticia.

    Los brillos de la Corte no impidieron que la insalubridad de laciudad contribuyese a la desaparicin de buen nmero de habi-tantes insignes, como puede observarse en las fechas de defun-cin que recogen las notas al pie de diversos personajes citadospor la relacin. Felipe Manuel ( Valladolid, 9II1605), el mayorde los hijos de Carlos Manuel I de Saboya, no lleg a presenciar elnacimiento de su primo, el prncipe Felipe.

    y pareci bien aquel gran teatroValladolid fue, en los aos de residencia de los reyes, teatro

    de la Corte. Ciudad desde 1596, vio duplicar su poblacin, quepas de tener 30.000 habitantes en 1590 a ms de 70.000 durantelos aos que alberg a tan nobles vecinos y la consiguiente turba-multa de ingenios dependientes de su mecenazgo. Cervantes,15

    Quevedo y Gngora, entre otros cientos de artistas, buscaron sulugar en la escena cortesana. La ciudad se convirti en recintofestivo preparado para todo tipo de representaciones callejeras,como desfiles, muestras de la caballera en la Puerta del Campo,mascaradas, juegos de toros y caas en la Plaza Mayor, bautizos,banquetes y bailes. En el texto, de tres lugares se habla como deun bien dispuesto teatro: la Plaza Mayor, la Puerta del Campo, yel Saln de los Saraos. Pero sin duda, fue la Plaza de San Pablo elmayor teatro cortesano, remodelada por aquellos aos para alber-gar importantes acontecimientos regios. Como escribi BonetCorrea:

    Cuando una plaza es amplia y regular y su arquitectura se

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    Vase Urrea, La plaza de San Pablo escenario de la Corte.16

    dispone en balcones y miradores dispuestos para que en ellase coloquen cmodamente gran nmero de espectadores, laplaza es como una edificacin teatral, una especie de corralde comedias de grandes dimensiones que a la vez sirve parauso de la vida diaria y lugar de la fiesta en las grandes solem-nidades y festejos. (Bonet, 73)

    De esto mismo pareca ser consciente el autor de la relacin, alescribir:

    en la Plaza Mayor de Valladolid, que por su grandeza yproporcin, en forma casi cuadrada, y por las tres rdenes debalcones de hierro que tiene a comps, es la mejor del mun-do, estando adornada de muchas tapiceras de brocados, telasde oro y sedas, y los tablados debajo de las ventanas en torno,de manera que hacan un grande y bien compuesto teatro,con el lugar que en las galeras o terrados se haban hecho,para que tanto mayor nmero de gente se pudiese acomo-dar (142)

    La Plaza de San Pablo de Valladolid, que pas a llamarse en lapoca Plaza de Palacio, fue remodelada en los primeros mesesde la estancia real para regularizar en parte el exterior de los edifi-cios que rodeaban la plaza, siguiendo el modelo que ofreca lafachada del palacio que el duque de Lerma acababa de vender alrey Felipe III, y que haba sido modificado sustancialmente. Se havisto en ella un precedente de la Plaza Real dispuesta en el Pala-cio del Buen Retiro madrileo. Otro elemento que contribuy a16

    la teatralizacin del bautismo fue la galera que desde las casasdel conde de Miranda, incorporadas al palacio, llegaba hasta lapuerta de San Pablo, muy larga y de mucho ventanaje, por laque fue desfilando la nobleza ante los miles de espectadores queabarrotaron las proximidades.

    No obstante que el palacio real de Valladolid tiene muygrandes comodidades, faltaba en l una sala tan capaz como re-quieren los saraos reales, que se representan con gran pompa y

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    Vanse Pinheiro da Veiga 15258; Fernndez del Hoyo; Urrea,La plaza de17

    San Pablo, escenario de la Corte. Vase Feros 186 n.18

    Vase Vega Garca-Luengos.19

    majestad, y adonde concurre la mayor nobleza y gran nmerodella. El famoso Saln, tuvo unas dimensiones de 44,10 m. delargo, por 15,75 m. de ancho y 10,50 m. de alto, cuya superficie,por tanto, fue de casi 700 m , capaz de albergarnos dice Pinhei-2

    rounas tres mil personas. Su silueta sobresala por encima de17

    las casas del conde de Miranda, que haban quedado incorpora-das al palacio. Fue inaugurado con la ratificacin de las paces conInglaterra, el 9 de junio, da del Corpus, a las seis de la tarde. Larelacin describe minuciosamente su disposicin, que incluyeescaleras secretas, todo a modo de teatro. El ocultamiento seerige en mecanismo dosificador de las imgenes que los reyes ysus ms altos representantes ofrecen de s mismos al resto de loscortesanos y al pueblo. Los cinco sentidos participan de la fiesta,pero es el de la vista es el ms atendido tanto por los cortesanoscomo por el relacionero. Por ello, no ha de extraar que el oculta-miento detrs de vidrieras, celosas, o escaleras secretas, y el fingi-miento de las mascaradas, sean resortes de la configuracin de laimagen regia, a modo de programa poltico. El duque de Lerma,adems de tratar de controlar el mayor nmero posible de oficiospalaciegos distribuyndolos entre sus hechuras, promovi la inac-cesibilidad-invisibilidad del rey y la suya propia. De hecho, comoda cuenta Feros, el hbito de Lerma de retirarse con el rey a losmuchos palacios de campo del monarca y suyos atrajo realmentela atencin de sus coetneos, por ejemplo, de Sir Charles deCornwallis, embajador ingls que vino con el almirante de Ingla-terra en junio de 1605, y que figura en la relacin. La distancia,18

    la inaccesibilidad, crea la majestad real. Sirva como ejemplo elpasaje que refiere la representacin de una obra de teatroElcaballero de Illescas, de Lope de Vega despus del banquete que19

    el duque de Lerma ofreci en honor del almirante de Inglaterra, apuerta cerrada: all se represent una comedia, que fue recetadacon general aplauso y gusto, y los reyes la vieron desde una gelo-sa. Los reyes, aficionados a este tipo de juegos, parodiarn, jun-

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    Vanse Garca Garca,Las fiestas de Corte 41 y Torres 343.20

    to a sus ms allegados ministros, algunas celebraciones oficialesuna vez finalizados los festejos, en La Ventosilla, en las casas delduque de Lerma, la noche de San Juan. Y los das once y doce dejulio, de nuevo, protagonizarn una fiesta pardica en la villa deLerma. Reproduzco el pasaje de Cabrera citado asimismo por LucTorres:20

    Los Reyes se partieron de aqu a los 21 del pasado, para laVentosilla, donde estuvieron el da de San Juan; y aquellanoche en el campo, a la luna, debajo de cierta enramada paraholgarse, quisieron ver la fiesta de la mscara y sarao que sehaba hecho en el saln de Palacio, disfrazada a lo pcaro,componindola los que ac la haban hecho, vistindose loscaballeros de hbito de mugeres y otros de galanes, y las per-sonas de los Reyes representaron, el conde de Gelves la delrey, y Alacerico el truan, la de la Reina; lo cual dio muchogusto a los Reyes, porque juntamente un cochero representla del Cardenal de Toledo, y otro criado de casa la del duquede Lerma, y otro que es un capon, llamado Sevillano, hombredispuesto, la del almirante de Inglaterra, con que se entretu-vieron gran parte de la noche (Cabrera de Crdoba 253).

    Valga la extensin de la cita para dejar claro que los miembros dela Corte asumen su naturaleza teatral, enmascarada, y son capa-ces de distanciarse de ella, ya que todo juego pardico, sea burles-co o no, comporta un juego metanarrativo, pues habla de smismo, y, en una vuelta de tuerca, lo subvierte. Esta cuestinquiz merezca un anlisis ms profundo y sutil, por cuanto lapoltica del momento se sustenta en la creacin de imgenes delos gobernantes, como si stas fueran las responsables del xito odel fracaso poltico. La relacin presenta diversos materiales decarcter iconogrfico, con un contenido poltico y erudito desti-nando a las lites, que merecen tambin estudio aparte por suriqueza simblica.

    La mscara y sarao que tuvo lugar el jueves 16 de junio en elrecin inaugurado Saln de palacio, tuvo un carcter teatral,

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    alegrico y, sobre todo, pleno de espectacularidad barroca. Losprincipales nobles fueron descendiendo en una nube, en ordenminuciosamente ritualizado y a modo de seres celestiales que altomar tierra se inclinaban ante el poder monrquico. La infantaAna fue parte esencial de la representacin, como encarnacin dela Virtud, y presidi la sala. Como escribe Strong, este tipo de es-pectculo alegrico era frecuente en todas las cortes europeascomo forma de entretenimiento concebido para ser interpretado.En ellos subyace un programa poltico encarnado en sus protago-nistas, miembros de la Corte del rey. El famoso saln de los sa-raos, con su escena construida a modo de templete en un extre-mo, alberg una entrada teatral de cortesanos, que fueron bajan-do en una nube en pequeos grupos de parejas, como si se trata-se de seres semidivinos. Los tres mil asistentes que poda albergarel foro pudieron presenciar este inicio de fiestade casi una horay media, segn Pinheirodesde las gradas ubicadas a amboslados del saln. Tales expresiones en el lenguaje de los espectcu-los de Corte formaban parte del aparato del monarca barroco,aparato cuyo origen tiene su arraigo en la mente medieval y anms en la renacentista. Por toda Europa los poetasen palabrasde Strong, los arquitectos, los pintores, los escultores y los m-sicos se unieron para crear estos efmeros espectculos. Se presen-taban imgenes de las virtudes a las que se deba aspirar, inspira-das en toda la tradicin de los espejos de prncipes, tratados quedescriban las virtudes que debera cultivar el monarca cristianoideal, aunque como forma literaria se remontan a la Antigedad,y de ah su vigor durante el Renacimiento (Strong 21 ss.).

    En definitiva, la concepcin moderna de la existencia comoteatro halla su reflejo en la disposicin de los acontecimientos quedetalla la relacin. La verdadera realidad queda desdibujada, casidesprovista de entidad debido a la anulacin que ejercieron tantola fiesta continua de la Corte en Valladolid, como las conmemora-ciones festivas que prescindieron del registro de los sucesos almargen del programa oficial. En segundo lugar, el mundo virtualde la Corte queda realzado por encima de los miles de personasque ven pasar espectros de grandeza. Se dice que nuestro univer-so electrnico ejerce hoy las mismas funciones que las poderosas

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    Vanse Cervera Vera 97 n. 414 y Garca Garca, El perodo de la Pax21

    Hispanica 74 y ss. Madrid: Toms Junti, 1618.22

    representaciones barrocas: anulacin del espectador hasta la pasi-vidad contemplativa y realce del mundo virtual por encima loreal, inexistente (vase Subirats). Se habla de nuestro tiempo co-mo de neobarroco.

    para hacer este convite ms esplndidoDos convites al almirante de Inglaterra se refieren en el texto,

    y los dos relatos se construyen de manera paralela: el primero, elque el condestable de Castilla, Juan Fernndez de Velasco, hace elmartes 31 mayo, fecha tambin de la salida a misa de la reinaMargarita; el segundo, el que el duque de Lerma realiza a puertacerrada para los ingleses una semana despus, el 7 de junio. Enambos, adems de la minuciosa descripcin de la distribucin delas salas y de su ornamentacin, merecedora de anlisis ms dete-nido, se lleva a cabo un ejercicio de cfrasisabundante en esta yotras relaciones, para facilitar la reconstruccin mental de losacontecimientos efmerosmediante la descripcin de onceurnas doradas labradas, en la casa del condestable, con los he-chos ms significativos de los condes de Haro y condestables deCastilla, y de unas tapiceras de seda y oro, figurados en ellas loshechos de los Sandovales, en el convite del duque de Lerma.Como advierte Garca Garca, el enorme poder que haba adquiri-do la casa de Sandoval propiciaba la utilizacin de la reelabora-cin de su pasado histrico en las celebraciones festivas en las queparticipaba el valido. Lo mismo puede afirmarse de la historia21

    familiar del condestable de Castilla. En el caso de la historia deLerma, este procedimiento ecfrstico se repite, casi de idnticamanera, en la relacin de Pedro Mantuano, secretario que fue delcondestable en 1613, titulada Casamientos de Espaa y Francia, con22

    motivo de la descripcin de urnas que decoraron un convite queel valido ofreci en la ciudad de Burgos. La relacin de fiestas seconfigura como un panegrico no slo de la casa real, sino de susms altos miembros, portadores asimismo de la gracia real que aellos les ha sido concedida, en detrimento de otros nobles que

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    Vase Ro Barredo. Como libro seminal, vase la obra de Elias.23

    Vanse Dez Borque; Garca Garca, Las fiestas de Corte 46.24

    Sir Charles Cornwallis to the Lords of the Councell, Valladolid, 31 de25

    mayo de 1605, y Sir Charles Cornwallis a Lord Viscount Cranborne, Valladolid,2 de junio de 1605, citados por Feros 304.

    tambin pugnan por acceder al centro del poder, encarnado yreconocible en Lerma. Todos los elementos de la fiesta cortesanaritualizan las relaciones sociales de sus protagonistas, evidencian-do quin era quin en un determinado momento en el inestablemundo de la Corte. La composicin detallada de las cuadrillas,23

    en el captulo correspondiente a los juegos de toros y caas, cons-titua asimismo un acontecimiento propicio para exhibir la digni-dad de quien las encabezaba y de quienes las integraban vistien-do lujosos trajes.24

    El duque de Lerma, artfice del periodo de veinte aos de pazque los historiadores han denominado la Pax Hispanica, por aquelao de 1605, viva uno de sus aos dorados. La paz con Francia eItalia se mantena; la tensin de fuerzas en los Pases Bajos sehaba inclinado a favor de la corona espaola; y en Inglaterra,desde la muerte de Isabel el 24 de marzo de 1603 y entronamien-to de Jacobo VI de Escocia como Jacobo I de Inglaterra, se abri elcamino de la paz que ambos pases firmaron al ao siguiente, enel Tratado de Londres (28 de agosto). Visto desde fuera, para al-gunos ingleses la paz entre Espaa e Inglaterra significaba unaclara muestra de la continua decadencia de la monarqua hispa-na. Sir Charles Cornwallis, a 31 de mayo de 1605, escriba lo si-guiente en Valladolid: Tengo a este Estado como uno de los msconfusos de la Cristiandad. Esta paz les dar un cierto respiropara poner un poco de orden. Tres das ms tarde, como recogeFeros, volva a insistir en esta visin: El rey y el reino se ven re-ducidos a tal estado, que parece evidente que no podran haberresistido ni siquiera dos aos ms sin esta paz; su tesoro est com-pletamente exhausto, sus rentas consignadas para el pago de ladeuda, su nobleza pobre y completamente endeudada. En la25

    Corte, la feliz coincidencia de la ratificacin de las paces y el naci-miento del prncipe heredero con la alegra de todos los sbditos,abra las puertas a la esperanza de un mundo ms estable, de la

  • 25.2 (2005) Valladolid, theatrum mundi 175

    apertura de un nuevo perodo de paz y prosperidad.

    Disposicin de los materiales en el libro.La princeps, en cuarto, est compuesta por 46 hojas (92 pgi-

    nas) con numeracin sencilla, ms 4 hojas (8 pginas) inicialespara la portada (con ttulo, dedicatoria, escudo de armas reales,fecha, lugar de impresin y de venta), dedicatoriasuscrita por ellibrero Antonio Coello, que presumiblemente sufraga la impre-sin, y los preliminares propios del libro de la poca (dedicato-ria, tasa, licencia, erratas, y sumario). Carece de grabados; slotiene historiada la capitular del cuerpo del texto. Estamos, portanto, ante una relacin extensa publicada en forma de libro. Estescrita en prosa, a excepcin de varias composiciones poticasintercaladas que formaron parte del programa de festejos de lamscara y sarao del 16 de junio.

    El sumario que presenta la obra al comienzo nos da una pri-mera idea de su estructura, dividida en 34 captulos sin numerar,cuyas entradas recogen el acontecimiento clave que relatan. Di-cho sumario corresponde a las pginas de la presente edicin.Cada captulo lleva aparejados una serie de escolios al margen,bastante arbitrarios, que en la presente edicin hemos intercaladoen el propio texto insertndolos entre corchetes y marcndolos ennegrita. Los ttulos que recoge el sumario varan en parte de losttulos que luego encabezan cada apartado. Adems, si el sumariorecoge 34 entradas, el propio texto contempla slo 21 divisiones.Hay un error en la disposicin del sumario, ya que la Primeraaudiencia que da su majestad al almirante sucede en el cuerpodel texto a la entrada del caballerizo mayor [el duque de Lerma]en palacio con su cargo, y en el sumario aparecen en ordencontrario. La extensin de los captulos no es homognea: los doscaptulos ms breves, de extensin muy similar, son los relativosa sendas noticias sobre la eleccin de Papa: Len XI (cuyo pontifi-cado de 17 das fue, probablemente, de los ms breves de la histo-ria) y, muerto ste, Paulo V. No deja de ser llamativo que el textoofrezca noticia de dos cnclaves cardenalicios. Es visible cmo elttulo da perfecta cuenta de la diversidad de acontecimientos querecoge, al sealar que se trata de una Relacin de lo sucedido desde

  • 176 PATRICIA MARN CEPEDA Cervantes

    Para el estudio de los ttulos de las relaciones, vase Pena Sueiro, El ttulo26

    de las relaciones de sucesos.

    el nacimiento del futuro Felipe IV, hasta que se acabaron las de-mostraciones de alegra, cuyo fin de fiesta tiene lugar en el famo-so saln de los saraos. Los sucesos se narran de forma lineal, con26

    una pequea analepsis: la narracin de la llegada de navos ingle-ses a la Corua (17 de abril), que se cuenta despus del relato dela mscara (18 de abril).

    Cabe analizar con ms detenimiento una serie de errores quehemos detectado en la datacin de algunos acontecimientos. Co-mo dijimos, la partida del almirante ingls se fecha errneamenteen el texto a 17 de junio de ese ao de 1605, ya que tuvo lugarexactamente el sbado 18 del mismo. Alonso Corts detect unafecha errnea, ms significativa, como es la referente al da delbautismo del prncipe Felipe, fechada en el ttulo del captulocorrespondiente a 28 de mayo, cuando en realidad tuvo lugar el29. Se trata, evidentemente, de una errata, pues, como advierteAlonso Corts (Prlogo vi), poco antes dice la misma relacin:El sbado 28 de mayo, por la maana, porque el domingo ade-lante haba de ser el bautismo del prncipe nuestro seor, entra-ron en palacio en ordenanza, etc. Otra fecha dudosa es la relati-va a la noticia sobre la eleccin de Len XI, de la que se da cuentaa continuacin del relato del besamanos de los Consejos al rey,que tuvo lugar el domingo de Pascua (10 de abril de 1605), con lassiguientes palabras:

    En este instante se tuvo aviso que el Sacro Colegio de los Car-denales haba elegido, ocho das antes del nacimiento delprncipe nuestro seor, que fue primero de abril, a dos o treshoras de la noche, al cardenal Alejandro de Mdicis, arzobis-po de Florencia, que se llama Len XI.

    Por el contrario, Cabrera (240) afirma que al 16 de abril de 1605:

    Estse esperando con grande deseo en esta Corte, correo conaviso de la eleccin del Pontfice, porque no se ha tenido nin-guno de lo que pasa, despus que los cardenales han entrado

  • 25.2 (2005) Valladolid, theatrum mundi 177

    Vanse Andrs; Fernndez Valladares; y Lpez Poza 218, quien recoge,27

    adems, bibliografa y ofrece criterios para clasificar las relaciones.

    en cnclave, y as se hacen diversos juicios sobre esta eleccin:Dios quiera sea la que conviene para bien de su Iglesia.

    Quiz no haya que leer el sintagma en este instante de maneraliteral, para no interpretar una mala datacin. Otro pequeo errortemporal se encuentra en las palabras Lunes 26 de abril en latarde, entr en el puerto el almirante de Inglaterra, ya que el 26de abril recay en martes en 1605. Si anotar estas imprecisionespeca de un puntillismo enojoso, al menos puede servirnos paracertificar que tal vez se ejecut, como era habitual, de manerarpida y algn tiempo despus de los acontecimientos que reco-ge. Porque una caracterstica de las relaciones festivas publicadasen forma de libro es su historia editorial compleja y casi siempreaccidentada, como advierte Lpez Poza. Son obras de encargocuya redaccin ha de ser rpida. Tras los festejos, los relacioneroscontaban con apenas dos o tres meses para la escritura de la obray su impresin. Efectivamente, entre la ltima noticia, de 18 de27

    junio, y la tasa (ltimo documento expedido para ser incluido enlos preliminares, una vez que los pliegos haban sido impresos),con data de 19 de octubre, median cuatro meses para su redac-cin e impresin. Para su composicin, los relacioneros podancontar con diversos informes parciales sobre los acontecimientos,procedentes de diversas manos.

    Calendario de los sucesos referidos por la relacin.Viernes Santo, 8 de abril: nacimiento del prncipe Felipe.Sbado, 9 de abril: el rey visita la iglesia de San Llorente.Domingo, 10 de abril: los Consejos van a besar la mano al rey. Se

    tiene noticia en este instante de la eleccin del pontficeLen XI.

    Domingo, 17 de abril: procesin general a la Iglesia de San Llo-rente.

    Lunes, 18 de abril: mscara, por la tarde; luminaria, por la noche.A continuacin, retrospectivamente, el texto da noticia de lallegada de los navos ingleses a la Corua, el 17 de abril.

  • 178 PATRICIA MARN CEPEDA Cervantes

    Mircoles, 25 de mayo: el cardenal de Toledo hace entrada enValladolid.

    Jueves, 26 de mayo: el almirante de Inglaterra entra en Vallado-lid.

    Sbado, 28 de mayo: por la maana, el caballerizo mayor, duquede Lerma, entra en palacio con su cargo; por la tarde, el reyda la primera audiencia al almirante del Inglaterra. Se diceque en esta ocasin, lleg el aviso de la muerte del pontficeLen XI.

    Domingo, 29 de mayo, da de Pentecosts: por la maana, proce-sin del Captulo general de la Orden de Santo Domingo; porla tarde, bautizo del prncipe en San Pablo.

    Martes, 31 de mayo: la reina sale a misa a la iglesia de NuestraSeora de San Llorente; el condestable de Castilla realiza unacomida en honor del almirante de Inglaterra, con las puertasabiertas para que lo viera quien as lo deseara; despus, elalmirante visita al duque de Lerma, acompaado del condes-table.

    Jueves, 2 de junio: llega la noticia de la eleccin del nuevo papa,Paulo V.

    Martes, 7 de junio (aunque el texto no proporciona la fecha, ex-traemos el dato de Pinheiro): el duque de Lerma da un ban-quete a los ingleses, a puerta cerrada; despus, el rey da lasegunda audiencia al almirante de Inglaterra.

    Jueves, 9 de junio, da del Corpus: procesin del Corpus. Por latarde, se ratifican las paces entre Inglaterra y Espaa, en elsaln de los saraos.

    Viernes, 10 de junio: juego de caas y toros.Sbado, 11 de junio: muestra general de la caballera de las guar-

    das de Castilla, en la Puerta del Campo.Viernes, 3 de junio: procesin de San Diego (inicio del octavario).Jueves, 16 de junio: mscara y sarao en el Saln de palacio.Viernes, 17 de junio (pero tuvo lugar el 18, sbado): se nos dice

    que el almirante de Inglaterra se parti con el mismo aparatode servicio y gasto de mulas que cuando vino.

  • 25.2 (2005) Valladolid, theatrum mundi 179

    Este apartado forma parte de la comunicacin leda en el Congreso Interna-28

    cional El nacimiento del Quijote. A las riberas de Pisuerga bellas, organizado porla Junta de Castilla y Len y la Fundacin Instituto de la Lengua Castellano yLeons, celebrado en el Saln de Espejos del Teatro Caldern de Valladolid losdas 19, 20, 21 de enero de 2005.

    Para la historia de esta cuestin vanse Hartzenbusch y Rosell; Alonso Cor-29

    ts, Prlogo; Alonso Corts, Noticias de una corte literaria 5354; Alonso Corts,Cervantes y la Relacin del bautismo de Felipe IV; Canavaggio, Cervantes. En buscadel perfil perdido 248; Canavaggio, Aproximacin al proceso Ezpeleta; Lpez Es-trada 310; Forcione 19394; Mrquez Villanueva; Eisenberg, Repaso crtico yCervantes, autor; y Blasco 14041.

    Rodrguez de la Flor, Efmero de estado 168.30

    Tomo la cita de Alonso Corts, Cervantes y la Relacin del bautismo de Felipe31

    IV 529.

    Historia de la atribucin a Miguel de Cervantes.28

    No se tiene noticia cierta de la identidad del autor, si bien enlos siglos pasados los estudiosos contemplaron diversas posibili-dades en torno a la paternidad del texto, entre las cuales la auto-ra cervantina ha sido debatida y, finalmente, puesta en duda.29

    Este ocultamiento no se aparta de la trayectoria de un gnero quese ampara con frecuencia en el anonimato con el objeto de bus-car su efectividad testimonial, al tiempo que se extienden unpretendido efecto de objetividad y un aire de crnica realista.30

    Bajo este autor coral, el relato de las fiestas potenciara su finali-dad simblica, emancipada en cuanto recreacin del referenteconcreto de los fastos reales. Sin embargo, abundan asimismo losdocumentos de fiestas de cuyo autor figura el nombre en el enca-bezamiento del texto.

    No hay datos nuevos que desvelen si realmente fue Cervan-tes el autor de este texto. Como advirti Alonso Corts en su re-paso de la cuestin en 1947, fue Juan Antonio Pellicer el primeroen atribuir a Cervantes esta relacin, al afirmar en 1797 en su Vidade Miguel de Cervantes Saavedra que no desdice del ingenio niestilo de Miguel de Cervantes, aunque sigui en ella el que espropio de este gnero de obras: cuya conjetura recibe mucha pro-babilidad y particular fuerza con un soneto indito. Dicho so-31

    neto, sacado a la luz por Pellicer e incluido por Foulch-Delboscen las poesas de Gngora, afirma en el ltimo terceto: queda-mos pobres, fue Lutero rico; / mandronse escribir estas hazaas

  • 180 PATRICIA MARN CEPEDA Cervantes

    El soneto reza:32

    Pari la reina, el luterano vinocon seiscientos herejes y herejas;gastamos un milln en quince dasen darles joyas, hospedaje y vino. Hicimos un alarde o desatinoy unas fiestas que fueron tropelasal nglico legado y sus espasdel que jur la paz sobre Calvino. Bautizamos al nio Dominicoque naci para serlo en las Espaas;hicimos un sarao de encantamento;quedamos pobres, fue Lutero rico;mandronse escribir estas hazaasa Don Quijote, a Sancho y su jumento.

    (Segn la edicin de Foulch-Delbosc en Obras completas de Don Luis de Gngora,citada por Alonso Corts,Cervantes y la Relacin del bautismo de Felipe IV 531.) Encambio, recuerda Alonso Corts, la autora gongorina fue puesta en duda porArtigas y luego por Mill Jimnez. Robert Jammes niega la autora gongorinaaduciendo que ni el estilo ni su contenido de stira poltica son asumibles por elpoeta de las Soledades (5758).

    Mire la memoria que la antigedad hace de los gastos. Y de otros infinitos33

    se pudiera traher ejemplos: y de nuestros tiempos lee a Miguel de Cervantes enla Relacin de las fiestas que en Valladolid se hicieron al nascimiento de nuestroPrncipe, a cuya dichosa junta conyugal se hicieron las que yo escrib. (Citado porAlonso Corts, en su edicin de la Relacin, ixx; vase tambin Alonso Corts,Cervantes y la Relacin del bautismo de Felipe IV 534.)

    / a don Quijote, a Sancho y su jumento. Fernndez de Navarre-32

    te, segn Alonso Corts, dio por buena la conjetura de Pellicer.Otros cervantistas como Jernimo Morn o Cayetano Alberto dela Barrera se pronunciaron a favor de la autora cervantina, enespecial La Barrera, quien adujo como argumento a favor de laautora de Cervantes la Respuesta a los Apuntamientos que salieroncontra la Segunda Relacin de las fiestas en Sevilla en 2 de Octubre de1620, texto que hace referencia a la escritura de una relacin en elao 1605 por parte de Cervantes cuando an el soneto referidono haba sido publicado, si bien podra haber circulado manuscri-to. En 1916, Alonso Corts se decantaba por la posibilidad de33

    que el autor sevillano se basara en dicho soneto gongorino, y noen un conocimiento certero sobre la autora de Cervantes. Propo-

  • 25.2 (2005) Valladolid, theatrum mundi 181

    En dicha carta de pago, Antonio de Herrera dice recibir mil y trecientos y34

    sesenta y tres reales que se le mandan dar y pagar por libramiento de los seoresde su Consejo refrendado de Christobal Nuez de Leon, escribano de camara, porel gasto de la impresion de mil y quinientas Relaciones que ha de hacer imprimirde letra atanasia de las fiestas que se hicieron en esta corte por el felizisimo naci-miento del Prncipe Nuestro Seor. (Citado por Alonso Corts en su edicin dela Relacin de lo sucedido, pp. xxi).

    Segn Alonso Corts, Cervantes y la Relacin del bautismo de Felipe IV 538,35

    esta carta fue publicada por Antonio Paz y Melia en Nuevos datos para la vidade Luis Vlez de Guevara, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1902. Vasetambin Alonso Corts, Noticias de una corte literaria 5153.

    ne, adems, otras interpretaciones del poema, como la posiblereferencia no a un individuo sino a tres, que tal vez fueron losencargados de elaborar sendas relaciones, pudiendo ser uno deellos, quiz, el propio Cervantes. Posteriormente, Cristbal PrezPastor public una carta de pago del cronista Antonio de Herrerapor la que la hiptesis de la autora cervantina se vio rechazadapor el momento, a pesar de que dicho documento nicamenteacredita al cronista como receptor de los derechos de publica-cin. Quin sabe si ste pudo haber encargado, a su vez, la re-34

    daccin del texto a otro autor, siendo nicamente el responsablefinal de su publicacin. Finalmente, Alonso Corts aduce otrotestimonio de la poca que complica ms la debatida cuestin. Setrata de una carta autgrafa de Juan Vlez de Guevara, hijo deLuis Vlez de Guevara (quien estuvo al servicio del conde deSaldaa, hijo del duque de Lerma), en la que dice lleg a Valla-dolid el ao que naci el Rey que Dios guarde, que creo que fueel de 1605; escribi su bautismo.35

    En resumen, estudiosos como Pellicer, Gallardo, FernndezNavarrete y La Barrera fueron partidarios de atribuir a Cervantesla Relacin de fiestas, basndose en el supuesto estilo predetermi-nado de la obra y en el poema citado. Por el contrario, se opusie-ron a ella Hartzenbusch, Rosell y sobre todo Gayangos, quieneshicieron ver que el estilo en nada se pareca al de Cervantes. Ensu artculo de 1947, Alonso Corts no recoge el testimonio de Ja-mes Fitzmaurice-Kelly, quien, en su obra resea documentadade la vida de Cervantes, se haba pronunciado en contra de dichaatribucin: No existe slido fundamento para atribuirle a Cer-

  • 182 PATRICIA MARN CEPEDA Cervantes

    Mrquez Villanueva, en su resea-artculo sobre el libro de Alban Forcione,36

    Cervantes and the Humanist Vision, afirma lo siguiente: Forcione se halla bastanteinclinado en su fuero interno a admitir la participacin cervantina en la Relacinde las fiestas vallisoletanas de 1605 por el nacimiento del prncipe heredero (pp.194, n., y 199). Tal es tambin mi propia persuasin desde algn tiempo y porrazones que algn da expondr (126).

    Canavaggio, Cervantes 248; vase tambin Canavaggio, Aproximacin al37

    proceso Ezpeleta, artculo reeditado en Canavaggio, Cervantes, entre vida y crea-cin. Para el estado de la cuestin y los problemas de este episodio de la biografacervantina en torno a la muerte violenta del caballero Ezpeleta, vase el recienteestudio de Martn Aires, El caso Ezpeleta.

    vantes la descripcin de las fiestas con que se celebr el nacimien-to de quien haba de ser Felipe IV. El autor de esta relacinparece haber sido el historiador Antonio de Herrera (147 n. 2).En 1982, Lpez Estrada se muestra partidario de las tesis que nie-gan la autora cervantina (310). Por contra, tambin en estos pri-meros aos de los ochenta, algunos estudiosos defienden la atri-bucin a Cervantes, como Alban Forcione o Francisco MrquezVillanueva, cuya postura apoya asimismo Daniel Eisenberg.36

    Jean Canavaggio sugiere la posibilidad de que la alusin finalpueda evocar un intermedio burlesco en forma de sainete que,segn describe Pinheiro da Veiga, fue ofrecido a los espectadoresde la corrida de toros ofrecida en la Plaza Mayor el da 10 de ju-nio, y no descarta la posibilidad de que sea Cervantes el granhistorigrafo de las fiestas de 1605. La fiesta de toros y caas es37

    descrita en la Relacin de fiestas, no as la aparicin de dichas re-presentaciones literarias, que s recoge el viajero portugus:

    apareci un don Quijote que iba en primer trmino comoaventurero, solo y sin compaa, con un sombrero grande enla cabeza y una capa de bayeta y mangas de lo mismo, unoscalzones de velludo y unas buenas botas con espuelas de picopardal, batiendo las ijadas de un pobre cuartago rucio conuna matadura en el borde del lomo, producida por las guarni-ciones, del coche y una silla de cochero; y Sancho Panza, suescudero, delante. Llevaba unos anteojos para mayor autori-dad y bien puestos, y la barba levantada. (104)

  • 25.2 (2005) Valladolid, theatrum mundi 183

    Rico, Con los ojos de Cervantes.38

    En relacin con los toros de dicho 10 de junio, y por lo que tocara la biografa cervantina pocos das despus, Canavaggio relatacmo en dicha fiesta tuvo lugar un incidente cmico. Uno de losgentileshombres que se haban aventurado en la arena fue desca-balgado por un toro particularmente combativo. Esta cada habrapodido tener consecuencias fatales; no vali a la vctima ms quecontusiones. Gngora le consagrar un poema satrico que nocarece de gracia: Cantemos a la jineta / y lloremos a la brida, lavergonzosa cada de don Gaspar de Espeleta. El 27 de junio de1605, cuando Valladolid se repona con esfuerzo de la estancia dela embajada inglesa, Gaspar de Ezpeleta era herido de muertejunto al Rastro de los Carneros, delante del lugar que Cervanteshaba elegido por domicilio con los suyos (Cervantes 249).

    Volviendo al soneto citado, Francisco Rico propone, en pala-bras suyas, que la alusin a Cervantes a travs de sus personajes,y fundamentalmente por la referencia al jumento, nos lo presentaa la peor luz que imaginarse cabra en tanto cronista de las de-mostraciones de alegra y en tanto autor del Quijote: como elnarrador negligente y deslavazado que, si en la novela se armabaun lo con el robo y la recuperacin del asno de Sancho, no podapresumirse ms competente en la Relacin.38

    Sin pretender ser original, creo que nada definitivo parecepoder deducirse a partir de una observacin superficial, impresio-nista, del estilo, limitado por un cdigo pautado a partir de latradicin del gnero, as como por la anulacin de la inventio alservicio de la hiprbole y de la adulacin. Como ejemplo de estoltimo, comprense las palabras que en torno a un mismo aconte-cimiento, la noticia de la eleccin del papa Len XI, emplean elannimo autor, por una parte, y Pinheiro, por otra. Si para elrelacionero se dieron gracias a Dios y se hicieron demostracionesde alegra, de luminarias y otras cosas que en estos reinos se acos-tumbran cuando llega la nueva de la eleccin del Vicario de Cris-to (Relacin, ed. Marn Cepeda, 18), Pinheiro no deja lugar a du-das sobre la decepcin de este nombramiento poco afn a la coro-na, que no fue bien recibido en la Corte por no ser de los desig-nados por el rey, y as no se hizo procesin, ni el embajador de

  • 184 PATRICIA MARN CEPEDA Cervantes

    Mantuano (13339) ofrece una descripcin detallada de catorce urnas39

    ornamentales que ejerce la misma funcin epidctica en torno a la vida y hechosde la familia de los Sandoval. Ha llamado nuestra atencin el hecho de que loshitos principales de su historia se repiten tanto en el relato que nos ocupa comoen los fragmentos del texto de Mantuano que extracta el estudio de Garca Garca,El perodo de la Pax Hispanica 7980.

    Vase Alonso Corts, Noticias de una corte literaria.40

    Francia se atrevi a hacer luminarias, como es costumbre (60).Este ejemplo parece indicar que no puede leerse la relacin estric-tamente como un texto histrico, ni siquiera literario, sino comoun texto simblico, constreido por su funcin propagandstica alservicio de la monarqua. Estamos, por tanto, ante un tipo dediscurso que puede adscribirse al gnero retrico epidctico odemostrativo, con una clara funcin laudatoria como propagandapoltica. El texto configura una imagen de la monarqua y erigeun panegrico de la privanza del duque de Lerma, que se remon-ta a sus antepasados como garantes de un prestigio justo y mere-cido.39

    Sea Cervantes o no el autor, es indiscutible que presenci entoda su magnificencia los acontecimientos que hemos presenta-do, y que particip en el ambiente literario y cultural de la pocaen el Valladolid que nos dibuj Alonso Corts. En el segundo de40

    los romances que recoge La gitanilla pueden verse, de hecho,referencias muy concretas a estas fiestas, como la salida a misa dela reina el martes 31 de mayo, acompaada por su squito a laiglesia de San Lorenzo, con todo su despliegue espectacular. Porlas fechas en que la relacin dispuso de licencia (8 de octubre de1605) y de tasa (19 de octubre de 1605) el autor del Quijote habraabandonado o estara a punto de dejar la Corte, que pocos mesesms tarde, en enero de 1606, se instalara definitivamente en Ma-drid. Adems, pocos das despus del ltimo acontecimiento delas fiestas citado, Cervantes fue recluido en la crcel de Valladolidpor la confusin que provoc la muerte en duelo del caballeroEzpeleta junto a su casa. Como hemos dicho, la redaccin defini-tiva del texto no es simultnea a los hechos, sino posterior, por loqueal menos en hiptesispudieron coincidir en el tiempo lapoca del brevsimo encarcelamiento de Cervantes y la supuestaredaccin de la obra. Sea esta hiptesis cierta o no, su fama se vio

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    Vanse Alonso Corts, Cervantes en Valladolid y Canavaggio, Cervantes. En41

    busca del perfil perdido 241.

    empaada una vez ms por las pesquisas en torno a la muerteviolenta de Ezpeleta, complicando tal vez su situacin social en laCorte de Valladolid, de la que se alej al poco tiempo. No pode-mos olvidar el hecho de que el xito del Quijote, llegado en primi-cia a las libreras de Valladolid a finales de diciembre de 1604, fueinmediato, y que ya sus personajes formaban parte del acervoimaginario del pueblo en las fechas del nacimiento y bautismo,como dej escrito Pinheiro, el famoso viajero portugus, en suFastiginia. La posicin real de Cervantes respecto a los grupos depoder podr ser discutida, pero no as su reciente xito literario ytambin social.41

    A la vista de los datos expuestos, podemos afirmar que toda-va nadie ha demostrado certeramente la hiptesis de la autoracervantina. En segundo lugar, el nmero de relaciones en tornoal bautismo del prncipe supera la docena, por lo que afirmar queel texto editado por Alonso Corts es sin duda el que podra serde Cervantes, se convierte en una afirmacin peligrosa, con pocofundamento. Teniendo en cuenta la Respuesta a los Apuntamientosde 1620 y el soneto citado, parece bastante probable que Cervan-tes tuviera algo que ver con la redaccin de un texto de estas ca-ractersticas. Por estas razones, el camino que an queda por des-brozar para avanzar en el problema de la autora es el cotejo mssistemtico de la lengua empleada por la relacin con la obra deCervantes y con la lengua literaria de la poca. En este momento,nuestra investigacin sigue esta lnea de trabajo, sin que podamosan adelantar nada decisivo.

    Otro aspecto que puede arrojar luz sobre las relaciones entreel poder y los escritores es el estudio del ambiente descrito por lasrelaciones de fiestas, ya que nos acerca a un mundo cortesanoque est regido por una estricta jerarqua presidida por los favori-tos del rey. Este ambiente hubo de influir sin duda en la produc-cin de los escritores de la poca, que con frecuencia se circuns-criben al lugar en el que reside la Corte. Conocidos son los prlo-gos de las obras de Cervantes en los que a partir de los tpicoslaudatorios de las dedicatorias procura granjearse la proteccin

  • 186 PATRICIA MARN CEPEDA Cervantes

    [Nota del ed.: Hay ejemplar en la Hispanic Society of America, catalogado42

    bajo el nombre del librero Antonio Coello, y tambin un ejemplar de la traduccinitaliana publicada en Miln en 1608, catalogado bajo el nombre del traductorCesare Parona; es la portada de este ejemplar que figura en la portada del presen-te nmero de Cervantes. Adems, por su valor histrico, menciono el ejemplar(catalogado bajo Philip IV, king of Spain) de una Relacin de las fiestas que la

    cuando menos simblica de un noble que acoja la obra que le de-dica. En este sentido, se ha dicho que Cervantes no supo escogeral mecenas adecuado, a diferencia, por ejemplo, de Lope de Ve-ga. Algunos autores, como Harry Sieber, han advertido del posi-ble desconocimiento por parte de Cervantes de los entresijosclientelares que regan el nuevo mundo cortesano de Felipe III,ya que su elegido en 1605, el duque de Bjar, careca del capitalesencial de aquel momento, lo que llama la riqueza simblica delpoder, de un lugar cerca del rey, dentro de una Corte en la queFrancisco Gmez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, era todo-poderoso (97). En los ltimos aos se han propuesto nuevas vasde investigacin en torno al sistema clientelar que rige el entra-mado poltico, social y literario de la Corte de Felipe III. ste esposiblemente uno de los campos que puede arrojar ms luz sobreel intrincado universo de las relaciones de poder que influyeronpoderosamente en la creacin literaria, incluso en la de aquellosque, como Cervantes, se preciaban de su independencia creado-ra.

    Criterios de edicin.Los ejemplares conservados de la edicin de 1605 son muy

    escasos. La edicin utilizada para la presente edicin est localiza-da en la Real Academia de la Historia, en Madrid, bajo la signatu-ra 9/5756 (22). Otro ejemplar puede consultarse en el ArchivoUniversitario de la Universidad de Zaragoza. Luc Torres propor-ciona otra referencia: Biblioteca Nacional de Madrid: R96. Ladescripcin material del ejemplar que cita Alenda y Mira (478) esvlida para el ejemplar consultado. No se encuentran otros ni enel Catlogo Colectivo del Patrimonio Bibliogrfico Espaol() ni en el catlogo en lnea de la Redde Bibliotecas Universitarias Espaolas (), los dos consultados el 8 de octubre de 2006.42

  • 25.2 (2005) Valladolid, theatrum mundi 187

    imperial ciudad de Toledo hizo al nacimiento del Prncipe N.S. Felipe IIII. deste nombre,con destacada participacin de Lope de Vega. El ejemplar carece de colofn perosegn el catlogo de Penney, fue publicado en Madrid, por Luis Snchez, 1605.]

    La edicin de Narciso Alonso Corts modernizaba las grafase introduca leves modificaciones (de palabras y de algunos tiemposverbales) sin hacer constar los criterios de edicin. En esta ocasin,tambin modernizamos el texto de acuerdo con las normas vigentesde acentuacin y puntuacin, pero restituimos, de acuerdo con laedicin prncipe, aquellos elementos que desaparecieron o variaronligeramente en la edicin del insigne Alonso Corts. De esta manera,desaparecen las variantes grficas que no ataen a la fontica, comoson b/v, /z, g/j, j/x, ph/f, ch/c, ss/s, z/c, y se elimina o se incluye h segnla ortografa actual. Se regulariza el uso de i consonntica como jo y, as como el uso de u consonntica como v; las grafas y, v voclicasse normalizan como i, u. Se moderniza la forma grfica qu- para elsonido representado por cu. Se conservan las vacilaciones voclicase/i, o/u, e/a que ofrece el texto de la princeps; se mantienen los gruposconsonnticos (por ejemplo, demonstraciones) y las contracciones (deltipo destos, dellas). Las erratas que ya contemplaba la edicin de 1605en sus preliminares son subsanadas. Los casos de nuevos erroreso de duda nicamente se constatan mediante la nota [sic]. Cuandoel texto resulta ilegible por la carencia de algn elemento, se inserta

    !entre corchetes (por ejemplo, nicos nic[h]os). Se respeta la grafade los nombres propios; cuando dista mucho de la escritura actual,se seala en nota al pie.

    Resolvemos las abreviaturas (por ejemplo, q. = que), excepto aque-llos casos de iniciales que corresponden a frmulas de tratamiento(por ejemplo, V. excelencia = Vuesa excelencia). No restituimos enningn caso los grupos cultos, a pesar de la vacilacin que se observaen la princeps (por ejemplo, puede verse la alternancia entrearquitetura y arquitectura). Las notas al margen de la primera edicinse insertan en el propio texto entre corchetes y en negrita, por ladificultad de reproducir la primera disposicin con el formatoutilizado.

    C/ Paraso 13, 3 C47003 [email protected]

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