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    TIEMPO PASCUALSugerencias y materiales

    Dossiers CPL, 100Centre de Pastoral Litrgica

    Barcelona

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    No est permitida la reproduccin pblica total o parcial de esta obra porcualquier procedimiento sin la autorizacin escrita de la editorial.

    Primera edicin: enero del 2004Edita: Centre de Pastoral LitrgicaISBN: 84-7467-953-2D.L.: B-3.341-2004Imprime: JNP

    Este libro ha sido preparado por Josep Lligadas

    Incluye copia en disquete de todos los materiales, para adaptar sucontenido a cada lugar (ver modo de uso en la pgina 123)

    Con licencia eclesistica

    SUMARIO

    Presentacin .................................................. ................................... 7

    Vivir la Pascua La cincuentena pascual, tiempo fuerte, centro de todo el ao.

    J. Aldazbal ...................................................................... 11 Sugerencias para el tiempo pascual.J. Gomis J. Lligadas ... 16 Las celebraciones del domingo de Pascua.J. Aldazbal ......... 30 El cirio pascual.J. Aldazbal .................................................. 33 Vocabulario pascual.J. Aldazbal ............................................ 37

    El leccionario PascualLas lecturas del ciclo A.P. Tena ............................................... 43

    Las lecturas del ciclo B.J. Lligadas ........................................ 47 Las lecturas del ciclo C.J. Aldazbal ...................................... 51 El leccionario ferial.P. Tena .................................................... 56

    Materiales para la Eucarista

    Acto penitencial.J. Lligadas .......................... .......................... 61 Oracin de los eles.J. Lligadas ............................................. 63 Invitacin al Padrenuestro ............................................... ......... 87 Oracin de la paz .................................................... .................. 88 Invitacin a la comunin ................................................. ......... 91 Un salmo para despus de la comunin ................................... 92

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    PRESENTACIN

    Completando ya la serie deDossiers CPLdedicada a facilitar materialesy sugerencias para una mejor celebracin de los tiempos litrgicos,ofrecemos este libro dedicado al Tiempo Pascual. Algunos de losmateriales y sugerencias que aqu se presentan proceden de anteriores

    publicaciones, y han sido oportunamente revisados y actualizados,mientras que otros muchos son nuevos. Y adems, como hemos hecho conlos otros volmenes semejantes a este, todos los materiales de uso directose ofrecen tambin en un disquete que permite adaptarlos a los distintoslugares y situaciones.

    Los responsables de las celebraciones encontrarn en estas pginas, poruna parte, un amplio conjunto de sugerencias y orientaciones generalesy concretas, tanto para la celebracin dominical y diaria como para lavivencia personal y comunitaria de la Pascua.

    Y luego, mucho material. Pensando sobre todo en la misa diaria (porejemplo, un formulario de oracin de los eles distinto para cada da), pero

    tambin para la misa dominical y para algunas otras circunstancias.Y todo ello, para lograr que la cincuentena pascual, el tiempo msimportante del ao, pueda ser vivida con toda su intensidad y riqueza.

    Otros materiales Para rezar en casa .................................................... ................. 101 Comentarios a las lecturas breves de vsperas.J. Aldazbal .. 108 Pregn de Pentecosts.P.J. Ynaraja ........................................ 114 Mayo: Pascua, Pentecosts, mes mariano? J. Aldazbal ...... 118

    Cmo usar el disquete ........................................................................ 123

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    VIVIR

    LA PASCUA

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    LA CINCUENTENA PASCUAL,TIEMPO FUERTE,

    CENTRO DE TODO EL AO

    JOS ALDAZBAL

    No interrumpir la cincuentena

    El Tiempo Pascual comprende cincuenta das, vividos y celebrados comoun solo da:

    Los cincuenta das que median entre el domingo de Resurreccin hasta

    el domingo de Pentecosts se han de celebrar con alegra y jbilo, como sise tratara de un solo y nico da festivo, como un gran domingo (Normassobre el calendario, n. 22).

    Es una cincuentena festiva que debe centrar nuestro ao litrgico, porque essu tiempo ms fuerte y signicativo. La Cuaresma nos ha debido preparar aesta celebracin. Y la Noche Pascual ha inaugurado la Pascua, que ahorase extiende durante siete semanas de vivencia intensiva. El da de Pente-costs no ser una esta aparte, sino que es la plenitud y cumplimiento delo inaugurado en la Noche de Pascua: el Espritu, que resucit a Jess deentre los muertos. Tampoco la Ascensin debe dividir esta cincuentena.El tiempo Pascual debe vivirse como una unidad hasta la tarde del da

    de Pentecosts. Aquel da, y no el da de la Ascensin, se apaga el ciriopascual, que ha sido el signo exterior de la celebracin de la Nueva Vidadel Seor. Con la reforma litrgica del Concilio Vaticano II se suprimi laoctava siguiente a Pentecosts, porque no es esta esta, como independiente,la que se prepara o se prolonga, sino que es la cincuentena pascual la quese cumple ese da. Al da siguiente reemprenderemos el tiempo ordinarioen su semana correspondiente

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    12 13Vivir la Pascua

    La Pascua de Cristo y la Pascua de la Iglesia

    En estos cincuenta das celebramos el Paso de Cristo a su Nueva Vida. Esun misterio central. La obediencia al Padre, con la entrega de su vida enla Cruz, y la accin poderosa del Padre que, por su Espritu, le resucita deentre los muertos.

    Cristo Jess ha pasado en su Misterio Pascual a una nueva forma de exis-tencia. Ha sido constituido Seor y primognito de toda la creacin. Haentrado denitivamente en la esfera del Espritu y vive para el Padre.

    Y como este Paso (Pascua) lo ha dado como Cabeza de la nueva huma-nidad, se ha convertido en modelo y prototipo de lo que la Iglesia entera,la comunidad de sus creyentes, tiene que realizar. El es el Hermano Mayor,que ha recorrido el camino a la Nueva Vida. El prncipe de la Vida (Pedro,en Hch 3,15), el jefe de la (Hb 2,10 y 12,2), el primognito de entre losmuertos (1Co 15). A l debemos seguirle todos los cristianos.

    Los cristianos desplegamos en la historia la Pascua de Jess. La vamos desa-

    rrollando. Se puede decir que la Pascua no est terminada: se ha cumplidoen nuestra Cabeza, Cristo; pero todava tiene que cumplirse en nosotros. ElPaso al Padre, y a la nueva existencia, contina en nosotros.

    La celebracin de la Pascua es, pues, meterse en ella, aceptar sus motivos-fuerza y dejarse resucitar a la nueva vida por el mismo Espritu que resucita Cristo de entre los muertos.

    La presencia del Seor Resucitado

    La clave para entender la vida cristiana, en todos sus aspectos, es sta:Cristo, por su Espritu, est presente a nosotros. l ya no tiene, como

    Glorioso, lmites de tiempo y de espacio. Est liberado de la materia y suslimitaciones.

    Es una lstima que, al hablar de presencia real de Cristo, slo pensemosen su presencia eucarstica. Su presencia es mucho ms universal y radical:est presente en su Iglesia en todo momento, cuando se congrega para laoracin o para los sacramentos, cuando celebra la Palabra de Dios, cuando

    predica y da testimonio, cuando se dedica al servicio de los hombres en lasobras de misericordia

    Todas esas presencias de Cristo son reales. Su presencia no puede dejarde ser real, personal y salvadora.

    En la Eucarista, a esa presencia salvadora y real se aade el que Cristo se da

    a s mismo como alimento para ser comido, llevando su intercomunicacinpersonal con los creyentes al mximo grado de intensidad y ecacia.

    En realidad, se trata de una nica presencia de Cristo, Glorioso y Resucitado.Que adquiere matices diferentes, segn la celebracin o el momento de sucomunidad de creyentes.

    Esta clave puede unicar todos los aspectos de nuestra vida.

    Una comunidad no tiene sentido partiendo primordialmente de la buenavoluntad de sus miembros, o de las normas de una Regla, o de la misinconcreta que les mueve. Donde encuentra verdaderamente la razn de ser yel sentido de su existenciaes en lapresencia vital, personal, aunque invisible,

    de Cristo Resucitado, que por su Espritu les va comunicando su misin ylos criterios de su vida.

    Cuando esta comunidad reza, lo hace con Cristo. Cuando celebra la Eucarista,se asocia al Cristo Glorioso, que perpeta en s mismo la actitud de entregaque tuvo en la Cruz. Cuando escucha la Palabra, escucha a Cristo, que esla Palabra viva y eterna del Padre. Cuando trabaja y se entrega al apostolado,prolonga y hace visible la caridad apostlica de Cristo, buen Pastor.

    El Tiempo Pascual, al nal del curso

    El n de curso trae, necesariamente, cansancio y esfuerzo.

    Descubrir la presencia viva de Cristo

    en la comunidad cristiana (donde dos o tres estn reunidos en minombre)

    en la vida de entrega de caridad (lo que hagis al ms pequeo de estosmis hermanos)

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    14 15Vivir la Pascua

    en las celebraciones eucarsticas (le conocieron en la fraccin del pan)

    en la escucha de la Palabra (no arda nuestro corazn?)

    en los signos de los tiempos y en la historia (yo estoy con vosotros todoslos das hasta la consumacin de los tiempos),

    es lo que debe dar a nuestra convivencia y a nuestro trabajo el impulso que,ciertamente, le har falta en estos ltimos meses del curso.

    Adems, los cristianos deben ser signo claro para los dems de esta pre-sencia del Resucitado.

    Como la primitiva Iglesia, segn los Hechos, fue, en medio de la sociedadhostil o indiferente que les rodeaba, un fermento y un testimonio vivientede que el Seor haba resucitado, as una comunidad cristiana, adems devivir en s misma el misterio cristiano, debe ser dar testimonio difano, atodos los que la contemplan y conocen, de que vale la pena vivir por Cristoy con Cristo.

    Esto lo notarn los que nos ven, de un modo convincente:

    en nuestra alegra y en nuestra ilusin por el trabajo;

    en nuestra entrega sin lmites al servicio y la caridad;

    en nuestra esperanza cristiana, maniesta en nuestro espritu pascual yoptimista;

    en nuestro dinamismo y libertad inferior, frutos de la Pascua del Seor;

    en nuestra fe, que nos mueve a celebrar, en momentos de oracin, el di-logo continuado con el Padre

    Las celebraciones en el Tiempo Pascual

    En el Tiempo Pascual la comunidad deber expresar y alimentar esta actitudde unin con el Cristo Glorioso en los momentos de oracin.

    Tanto en la celebracin de la Eucarista, como en su alabanza matutina yvespertina, los cantos, oraciones, lecturas, etc., deben tener decididamenteun color pascual, centrados en el Misterio que se celebra.

    Es verdad que lo que expresa ms convincentemente nuestra conversin ala Pascua de Cristo es la caridad (nosotros sabemos que hemos pasadode la muerte a la vida porque amamos a los hermanos, 1Juan 3,14). Peroesa direccin horizontal adquiere profundidad y razn de ser cristiana enel encuentro vertical con Dios: en los momentos en que una comunidadescucha la Palabra, y reza, y celebra la alabanza de Dios y su Eucarista.

    La oracin, en este tiempo, es la que da un tono pascual a nuestra actividady a nuestra vida.

    En esta misma coleccin:

    Pascua / Pentecosts

    Dossiers CPL 52

    Con artculos y materiales para profundizar en el sentido del

    Tiempo Pascual.

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    17Vivir la Pascua

    SUGERENCIASPARA EL TIEMPO PASCUAL

    JOAQUIM GOMIS y JOSEP LLIGADAS

    Recogemos aqu un amplio conjunto de ideas, sugerencias y criterios pas-torales a tener en cuenta para darle a la cincuentena pascual la fuerza yla intensidad que le corresponden. No lo hacemos en un nico artculo sis-temtico, sino mediante cinco artculos (el primero de Joaquim Gomis, losrestantes de Josep Lligadas) que ofrecen sus aportaciones desde distintosngulos. Con algunas inevitables repeticiones, sin duda, pero construyendoen su globalidad un til panorama de posibilidades y caminos.

    PASTORAL DE LA CELEBRACIN

    Paradoja: despus de preparar con notable esfuerzo pastoral, durante la Cua-resma, la gran celebracin pascual, pasada la Vigilia y el primer domingo dePascua, parece a menudo que entremos en domingos del tiempo ordinario.Qu hacemos de la cincuentena pascual? Qu hacemos de la gran estacristiana que debera prolongarse durante estas siete semanas?

    Habr que preparar el tiempo de Pascua. Bastante lo sabemos. Pero es difcil:porque siempre ha sido un tiempo bastante abandonado, porque las carac-tersticas vitales de nuestro cristianismo no lo propician, porque el tiempocoge como de sorpresa en cuanto se acaba el conjunto de celebracionesde la Semana Santa, porque encima viene el verano y la gente empieza aaprovechar los domingos para salir.

    Pero tambin sabemos sucientemente que ste es precisamente el tiempocentral del ao cristiano, y que por tanto habr que intentar darle relievetanto como sea posible. Por ello, sera bueno que esta preparacin de lapastoral del tiempo de Pascua se hiciera antes de empezar la Semana Santa,reuniendo al grupo de laicos ms interesados, y pensando conjuntamentecon ellos por lo menos las lneas principales que el tiempo deber tener; o,

    a falta de laicos, sentndonos los sacerdotes a reexionarlo y a imaginar loque se debe hacer.

    Aqu proponemos algunas sugerencias concretas:

    La ambientacin de las celebraciones

    Para que se vea que estamos celebrando algo importante, es decisiva laimagen tanto visual como auditiva que d la iglesia en la que nos reunimos.No despreciemos los signos. Hay que valorarlos. Una celebracin pascualpide signos festivos.

    Tantas ores como sea posible, y tanta iluminacin como sea posible(ms que en las bodas, por ejemplo). Por qu no pedir a los asistentes quetraigan ores?

    Emplear la msica: vale la pena que en este tiempo, cuando la gente entreen la iglesia, se encuentre acogida por un fondo musical vivo (en directo pormedio de rgano o armonio, o en conserva por medio de disco o magnet-fono). Y que asimismo se emplee la msica dentro de la celebracin.

    Cubrir el bside con un mural de colores vivos que destaque el tiempoque celebramos.

    Que en el atrio de la iglesia se ponga cada domingo un mural con algunafotografa y algunas frases de la liturgia del da.

    Prestar atencin al conjunto facistolcirio pascual: que el cirio tenga oresy el facistol est cubierto por un pao blanco, y dejar junto a l el agua parala aspersin, por ejemplo.

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    18 19Vivir la Pascua

    El estilo de las celebraciones

    Hacer la aspersin del agua cada domingo, en lugar del acto penitencial.Para que no parezca un extrao rito mgico es necesario: presentarlo comorecuerdo pascual del bautismo; hacerlo muy signicativo, pasando si esposible hasta el nal de la iglesia por el pasillo central; tambin, si parece

    oportuno, cantar algo entretanto (un canto pascual o bautismal). Cantar; cantar mucho, y cantar cantos de Pascua. El aleluya debera resonarcon frecuencia (explquese alguna vez su sentido), por ejemplo destacando laaclamacin del evangelio, y empleando cantos que lo contengan. Si se hacecanto de paz la paz que el Seor resucitado dio a sus discpulos, podraser mejor un canto de Pascua que los habituales cantos de paz. Tambin,si se hace canto nal, puede emplearse cualquiera que sea de alabanza.

    La predicacin. Siempre resulta ms fcil predicar para que la gente seconvierta que predicar para que viva el gozo de la salvacin. Sera necesario:1) empaparse de las lecturas de estos das, meditndolas personalmente ydescubriendo la riqueza que contienen; 2) hacer todo el esfuerzo para que

    los cristianos vean reejado en ellas todo cuanto para ellos es vida: desdelos campos que empiezan a ponerse verdes hasta las realidades de familia,de trabajo, de barrio; desde la vida sacramental de la comunidad Iglesiahasta el anuncio del Evangelio desde la vida de cada uno.

    Destacar la plegaria eucarstica, cantando cada domingo si el celebrantesabe cantar el prefacio (o al menos sus tres invitaciones iniciales), la acla-macin de la consagracin y la doxologa nal. Y que el celebrante proclametoda la plegaria con la conveniente expresividad.

    Un tiempo sacramental

    Aunque es complicado por motivos de masicacin, un esfuerzo de concentrarsacramentos en este tiempo especialmente los de iniciacin podra resultarpedaggico para ayudar a entender que los sacramentos son participacinde la vida del Resucitado y no actos ms o menos mgicos.

    Celebrar bautismos (celebrar todos los bautizos en este tiempo? Quizsayudara a cambiar el estilo de la celebracin bautismal: quedara ms como

    un acto colectivo y festivo de Pascua que como una cansina repeticin detodos los domingos). En cualquier caso, s que resulta interesante en estetiempo celebrar algn bautismo dentro de la Eucarista dominical.

    Poner las conrmaciones en este tiempo. Para que se vea que es un sacra-mento, una nueva participacin del Espritu del Seor resucitado.

    Primeras comuniones. Que son difciles, porque segn cmo, puedenresultar molestas si se hacen en todas las misas de este tiempo. Como losbautizos, habra que intentar convertirlas en actos festivos y colectivos deltiempo de Pascua.

    La Uncin de los enfermos. La Pascua es una oportunidad para rescatareste sacramento del clima ms o menos macabro en que siempre se ha vistoinserto. Es un momento ideal para organizar un encuentro de enfermos dentrode alguna o algunas eucaristas dominicales, administrndoles all el sacra-mento: la fuerza del Seor resucitado! Insistiendo en los temas del Esprituque fortalece en la debilidad, en la comunin con el Seor que venci el mal.Este sacramento, tan mal comprendido, podra verse con una nueva luz si

    se insertara en las celebraciones pascuales. Tambin, evidentemente, es elmejor tiempo para llevar la comunin a los enfermos los domingos con laayuda de laicos (y religiosas) que puedan realizar este ministerio.

    El carcter comunitario

    En cuanto sea posible, habra que convertir el tiempo de Pascua en un tiempode encuentro comunitario. A varios niveles:

    Es el tiempo ideal para organizar alguna salida-excursin parroquial, decarcter festivo, en la que adems se prepare una celebracin de la Euca-rista bien hecha.

    Destacar alguna misa de modo particular la del sbado por la noche, o lamisa mayor del domingo que est mejor preparada, y que luego se faciliteun encuentro de los asistentes en torno a un pequeo refresco.

    Que cada semana, en un da laborable, se programe una celebracin de laEucarista de carcter ms familiar, que permita el intercambio y el climacomunitario.

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    20 21Vivir la Pascua

    Que cada domingo alguno de los grupos que estn ms o menos vinculadoscon la parroquia explique, en todas las misas (antes de la bendicin nal),sus actividades (de modo breve y expresivo, desde luego): desde grupos dejvenes a Critas o a la catequesis infantil, o el grupo de Tercer Mundo. Deeste modo se hace ms patente para todos la vida de la comunidad.

    Programar encuentros: por ejemplo, de los que se han casado duranteel ao, de los padres que han bautizado algn hijo, etc. Estos encuentrospodran hacerse invitando a asistir a cada uno de estos grupos a alguna misadominical, que luego ira seguida de un rato de conversacin ms informal, obien cabra programar un encuentro aparte, independiente de las actividadesnormales de la parroquia.

    Se podran organizar algunos encuentros festivos (conciertos, festivales,etc.); o una merienda para todos los nios que hayan celebrado la primeracomunin durante estas semanas. Son actos que ya se organizan en algunasparroquias y que quiz no sera difcil organizar en otras. Porque vivir lacomunin cristiana no es slo reunirse para revisar; tambin lo es reunirsepara festejar.

    Celebremos la Pascua. Es decir, empemonos en darle un tono festivo atodo este tiempo. Trabajemos por conseguir celebraciones expresivas dela apuesta por la vida la vida que nos viene del Padre por Jesucristo y ensu Espritu que es la fe cristiana. Debemos decirlo y repetirlo, pero sobretodo debemos celebrarlo. El mejor servicio que podramos prestar a nues-tras comunidades cristianas sera intentar comunicar este espritu pascualde celebracin, de fe en el Resucitado, de esperanza en el camino hacia lavida que Dios quiere.

    RECORDATORIO DE PASCUA1. Paz y ganas.El ambiente general no ayuda, y bastante lo sabemos: pocaconciencia de la cincuentena, el n del curso, las salidas de n de semana,las primeras comuniones... Tanto los sacerdotes como los dems responsableslitrgicos debern ejercer dos virtudes ante esta situacin: una, las ganasde celebrar la Pascua del Seor como un largo domingo de cincuenta das,

    porque merece la pena; otra, la paz con la que siempre hay que afrontar lascosas difciles, intentando sacar el mximo rendimiento de las posibilidadesque tenemos, y sin amargarse porque esas posibilidades son menores quelas que desearamos tener. Porque en cualquier caso, el servicio mutuo deayudarnos a celebrar la vida nueva de Jess es, siempre, muy valioso.

    2. La ambientacin de la iglesia.Este elemento es especialmente deter-minante en el tiempo de Pascua. Tiene que notarse mucho, que estamos enun tiempo especial. En cada lugar se ver qu se puede hacer, pero por lomenos es necesario que, durante los cincuenta das, haya ms ores y msluces que en el resto del ao, una buena ornamentacin del cirio y del aguade la aspersin, un pao blanco en el ambn... procurando, eso s, cambiarlas ores cuando se marchiten. Puede haber tambin otro tipo de ornamen-tacin como psters, murales, etc.: que se note que celebramos con alegrael centro de nuestra fe! Y luego, ser importante que, terminado el domingode Pentecosts, se note el descenso ornamental: incluso sera convenienteque, si llegan ores con motivo de las primeras comuniones o de bodas, seretiren en las misas normales, para mantener el contraste entre el tiempo de

    Pascua y el resto del ao.3. Los cantos.Es otro elemento clave para resaltar el tiempo. Tendramosque cantar todos los domingos cantos propios del tiempo de Pascua, sin cedera la tentacin de volver a los cantos ordinarios a medida que avanzan losdomingos (no pasa nada si repetimos los cantos: el resto del ao ya cantamosotros!). Los cantos de Pascua deben resonar durante toda la cincuentena, paraque sintamos en qu tiempo estamos. Y el aleluya debe repetirse una y otravez sin temor (recordemos, por ejemplo, que segn el leccionario lo podemosutilizar todos los domingos como respuesta del salmo responsorial).

    4. Los ritos especcos. La aspersin del agua es sin duda el rito mscaracterstico de los domingos de Pascua. Habr que hacerlo con amplitud,

    asperjando por toda la iglesia con un manojo de ramas verdes. Y luego, otroselementos pueden ayudar a dar el tono a este tiempo, como por ejemplo elcanto del Credo breve.

    5. El domingo de Pascua.Normalmente, las personas ms activas de laparroquia participan de la Vigilia Pascual, y ello provoca un cierto aban-dono de las misas del da de Pascua. Habr que compensarlo. Por una parte,

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    pidiendo a monitores y animadores que vengan tambin a las misas delda, para vivir la Pascua ayudando a vivirla a la feligresa restante. Y porotra, poniendo en juego todos los elementos de ambientacin que hemosempleado en la Vigilia.

    6. El segundo domingo de Pascua.El segundo domingo de Pascua acos-

    tumbra a ser el da del reencuentro. Los que han pasado la Semana Santafuera ya han vuelto, y la comunidad recupera su situacin habitual. Adems,desde el punto de vista litrgico, este domingo tiene un carcter especial,con elementos propios del da de Pascua; y la primera lectura y el evangelionos hablan de la comunidad que crece y se rene en torno al Seor cadadomingo. Por tanto, bueno ser dar tambin un relieve especial a este da,para que todos nos sintamos formando parte de la comunidad que Jessresucitado convoca.

    7. El domingo de Pentecosts. El domingo de Pentecosts, la Pascuagranada, es la culminacin de los cincuenta das en honor del Seor resu-citado, la coronacin de su pascua con el don del Espritu. Este es el frutode Jess resucitado: su Espritu que se derrama sobre nosotros para que su

    vida resucitada nos llene a todos. Es importante darle un especial relievefestivo a este domingo, porque as se marca ms claramente la centralidaddel tiempo pascual. Adems de los elementos habituales (luces, ores rojas,cantos...), podemos concentrar tambin hoy la celebracin de todo lo quehemos vivido a lo largo de este curso pastoral, que es, sin duda, fruto delEspritu. Una misa mayor que rena el mximo nmero de personas y enla que se resalte la Pascua que en ese da terminamos, el don del Esprtituque se nos da, y la labor parroquial que hemos llevado a cabo, puede seruna buena manera de celebrar este da. Y, luego, un piscolabis distendidoy amable.

    PASCUA CON TIEMPO

    La Pascua hay que prepararla con tiempo. La preparacin de la celebracin dela cincuentena debe formar parte de las tareas cuaresmales. Porque es bsicolograr una buena celebracin pascual si no queremos que nuestra vivenciacristiana se nos quede coja. Y quedara realmente coja si dedicsemos muchos

    esfuerzos a la Cuaresma (que desde luego hay que dedicarlos) pero la Pascualuego tuviera poco vigor y relevancia.

    Sin duda no es fcil. Cincuenta das, siete semanas, y sin un objetivo nal alque dirigir la mirada, pueden provocar fcilmente que la celebracin vayaperdiendo fuerza, que se vaya como deshilachando. Y ms an si las salidas

    de n de semana empiezan a vaciar nuestras iglesias o si las primeras comu-niones acaparan nuestros esfuerzos.

    En cualquier caso, todos somos conscientes de la importancia de este tiempo: elms importante del ao. Y sabemos que hay que darle toda la relevancia posible,para que la comunidad cristiana nos llenemos verdaderamente de aquello queda sentido a nuestra fe: Jess resucitado, fuente de vida para todos nosotros.Para ayudar en esta tarea, aqu aportamos algunas sugerencias:

    1. Es fundamental la imagen de unidad de todo el tiempo.Que entre porlos ojos que estos ocho domingos, hasta Pentecosts, forman una unidad.Esto implica, de entrada, que el presbiterio ofrezca una imagen distinta delresto del ao: el cirio pascual muy visible y adornado (con ores renovadas

    cada vez que sea necesario), el altar y el ambn igualmente adornados, elagua preparada para la aspersin y situada en lugar relevante Tambinun pster grande con el aleluya y alguna frase breve y signicativa, y otrasornamentaciones festivas por toda la iglesia Una msica ambiental quereciba con alegra a los que entran Y todo ello, que cambie de nuevo deforma clara y visible despus de Pentecosts: que el domingo de la Trinidadse note claramente que ha terminado la Pascua.

    2. Los cantos, una pieza clave.Quiz an no valoramos sucientemente elpapel determinante del canto en nuestras celebraciones. El canto es uno de losmedios ms potentes para interiorizar sentimientos y vivencias: las palabrasque decimos en el canto, as como el tipo de msica, entran dentro de noso-

    tros sin darnos cuenta, y conguran nuestro espritu. Por ello, es importanteque los cantos de Pascua sean muy propios, con abundante presencia delaleluya, y referidos a Jess resucitado, a su Espritu, y a nuestra vida nueva.Y que no los abandonemos en todo el tiempo: no es malo, repetir todos estosdomingos lo mismo; al contrario, en esta sociedad nuestra tan dispersa, larepeticin nos ayudar mucho.

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    De manera que en estos das se debera reemprender el crescendo pascual ydedicar nuevas energas de culminacin de lo que iniciamos el Mircoles deCeniza: el ciclo salvador de la muerte y resurreccin de Jesucristo. Durantela Ascensin y Pentecosts quizs podramos organizar unos encuentrosfestivos despus de la misa

    4. La semana del Espritu Santo.Para los que participan de la misalos das laborables, sera una buena ayuda poner algunos elementos quedestaquen la semana anterior a Pentecosts. Uno que es evidente, es cantardurante la misa cantos del Espritu Santo. Otro, cantar un canto al EsprituSanto durante el silencio de despus de la comunin (si se conoce, el Venicreator puede ser ideal; no estara mal repartir el texto con la traduccin). Orezar juntos, tambin despus de la comunin, una oracin al Espritu Santo(por ejemplo, la que hay en el librito de la coleccin Celebrar tituladoMedia hora quincenal de oracin; o incluso la secuencia de Pentecosts;en cualquier caso, se deber repartir el texto).

    5. Organizar una Vigilia del Espritu.Quizs el mismo sbado por la

    noche, siguiendo lo que propone el Misal o dejando funcionar la creativi-dad y la imaginacin. O quizs el viernes. A los jvenes, por ejemplo, lespuede gustar organizar un acto similar. Se puede preparar un acto abierto,convocando a todos, o se puede preparar para grupos ms activos, que lespuede ir bien el encontrarse de vez en cuando en ambiente de oracin y node reunin y programacin. En cada lugar se ver que resulta mejor.

    6. El Veni creator y el Veni, Sancte Spiritus. No es por afn invo-lucionista, sino por conservar algunas cosas antiguas muy valiosas. Nopodramos utilizar esas dos magncas msicas gregorianas como ambien-tacin musical en la iglesia el da de Pentecosts y tambin, si la hay, en laVigilia del Espritu? Y tomarlo como costumbre todos los aos.

    7. Y bajar el tono de la esta justo al acabar Pentecosts.Esto tambinayuda mucho a resaltar los tiempos festivos. Tan importante como colocarcolgaduras en los balcones con motivo de una esta es quitarlas cuandose ha terminado. El domingo de la Trinidad se debe haber retirado el ciriopascual (y se debe colocar en el baptisterio o en la sacrista, no en un rincn

    del presbiterio), y debe haber menos ores, y menos luces, y menos orna-mentos de cualquier tipo

    LA TEOLOGA Y LAS ACTITUDES

    Es importante ver qu teologa transmitimos. Y la espiritualidad que de ellase deduce. Porque puede que no tenga mucha solucin el cansancio de nde curso y las ganas que todo el mundo tiene de salir los nes de semana,y por tanto seguir sucediendo que en estos domingos comenzarn a fallarmonitores sin avisar, y ser ms difcil el canto, y disminuir el nmero demonaguillos. Pero aunque eso ocurra, si durante el tiempo de Cuaresmahemos creado el clima de que nos estamos preparando para la Pascua, y siincluso en Adviento y Navidad decimos que el nacimiento de Jess no esslo un acontecimiento que despierta ternura sino que es un camino queculminar en su muerte y resurreccin, probablemente iremos logrando unavivencia ms autntica de lo que signica ser cristiano.

    Y esta vivencia ms autntica quiz no se traducir en poder celebrar la

    Pascua tan organizadamente como la Cuaresma, pero s se traducir en elcorazn de los cristianos, en la profundidad de su experiencia de fe, lo cual yaes mucho. Y tambin se traducir en un campo mejor abonado para percibire interiorizar los signos visibles con los que colorearemos los domingos dePascua, y en consecuencia, en una mejor celebracin de las misas de estosdomingos por parte de los que participen de ellas.

    La Pascua es el centro de la vida cristiana. Pero para que esta armacin seaalgo ms que una frase, es necesario que en todo lo que decimos y hacemosse note este convencimiento de la salvacin que hemos recibido por Jesu-cristo, de la vida que llega a travs de la entrega amorosa, de la accin delEspritu que supera toda frontera.

    Todo lo cual podramos concretarlo en algunas actitudes como lassiguientes:

    1. Actitud de valoracin de lo que somos.Es decir: valorar los muchos aosde historia cristiana transcurrida, y que son fruto de la resurreccin de Jess,el don de su Espritu extendido por toda la tierra y en todos los corazones. Y

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    EL CIRIO PASCUAL

    JOS ALDAZBAL

    La liturgia la celebramos con palabras, pero tambin con signos y gestossimblicos posturas, movimientos, acciones signicativas: todo ellonos conduce a lo mismo, la sintona con el Misterio que celebramos, lacomunin invisible e inefable con la presencia de Cristo y la actuacin desu Espritu.

    En la Cincuentena Pascual, inaugurada solemnemente en la Vigilia, celebra-mos el Misterio de una Vida Nueva, la de Cristo, que se nos quiere comunicara cada uno de nosotros. Esto lo expresamos en palabras y cantos, pero tam-bin con acciones simblicas que pueden a veces llegar a donde no lleganlas palabras. Uno de estos smbolos es el Cirio Pascual que encendemos entodas las celebraciones de este tiempo.

    La noche de la Luz

    En la Vigilia Pascual realizamos un verdadero juego simblico de laluz:

    el pueblo, congregado en la oscuridad, ve cmo nace un nuevo fuego yde l se enciende el Cirio Pascual, smbolo de Cristo,

    y tras l marcha la comunidad hacia la iglesia, cantando por tres veces ungrito de jbilo: Luz de Cristo, Lumen Christi,

    cada vez se van encendiendo ms cirios pequeos: los cristianos quedancontagiados de la Luz de Cristo, recibiendo a la vez con alegra su Don y acep-tando el compromiso de ser ellos mismos, a su vez, luz para los dems,

    h) Hoy es uno de los das en que ms sentido tiene la comunin bajo lasdos especies,al igual que en la Eucarista de la Vigilia.

    i) Al nal, a la despedidahay que darle un tono ms festivo, con el dobleAleluya y un expresivo deseo de felices Pascuas.

    Vsperas bautismales

    Las Vsperas de este domingo han tenido en la historia un sentido bautismalque habra que aprovechar pastoralmente: ayudara a concluir ms expresi-vamente el Triduo Pascual, dando gracias por el don del Bautismo.

    a) Despus de la entrada y una oportuna monicin, se podra hacer el ritodel lucernario:el presidente enciende expresivamente el Cirio, mientrasse canta un himno pascual al Resucitado.

    b) Despus de los salmos, lectura y homila, se organiza, mientras se cantaun canto bautismal, laprocesin al baptisterio, lugar que debe aparecer bieniluminado, con ores, con agua nueva. All puede hacerse una aspersin,

    aunque se haya hecho por la maana. Este da el recuerdo bautismal debeser muy explcito. Se podra hacer de modo distinto: pasan todos a mojar sumano en el agua de la fuente, bendecida en la Vigilia, y se santiguan.

    c) Se concluye con el Magnicat(con incensacin, si parece oportuno), laspreces, el Padrenuestro y la bendicin solemne.

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    34 35Vivir la Pascua

    el cantor del Pregn entona las alabanzas de la feliz noche, iluminada porla Luz de Cristo Glorioso.

    No necesita muchas explicaciones en esta noche el simbolismo de la luz. Escontagiosa la ecacia de estos signos: la oscuridad de la noche, el fuego, elCirio, la progresiva comunicacin de su luz, el pregn La Iglesia, comoEsposa amante, como comunidad de vrgenes prudentes, con la lmparaencendida en la mano, sale al encuentro de su Esposo.

    La Cincuentena

    Este Cirio ilumina todas las celebraciones de la comunidad cristiana, tambinlas de la Liturgia de las Horas, durante todo el Tiempo Pascual.

    No slo hasta el da de la Ascensin, como se haca antes de la reformalitrgica del Concilio Vaticano II. Eso sera dar un tono historizante anuestra fe en la presencia de Jess, que en efecto se ocult visiblemente enla Ascensin.

    Sino hasta la tarde de Pentecosts, cuando se completan esas siete semanas, laCincuentena, que celebramos como un nico y gran da de esta: as subraya-mos el tono mistrico de la Presencia del Seor en medio de nosotros.

    Pero adems hay dos sacramentos que, a lo largo del ao, son alcanzadosgrcamente por el eco de la Pascua:

    en elBautismo encendemos el Cirio Pascual: es el recuerdo simblico deque bautizarse es incorporarse a la Muerte y Resurreccin, a la Vida Nueva deCristo; adems, como gesto complementario del signo central la inmersin enel agua tambin cada bautizado (o sus padres) encienden un cirio pequeo,a ser posible personal, aportado por la familia, y que luego se conservarcomo recuerdo de lo que ha querido ser este sacramento: que vuestros hijos,

    iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz tambin en lasExequias se enciende el Cirio, dando un tono pascual almomento culminante de la vida cristiana. El que empez su camino de fea la luz de Cristo, lo concluye a la misma luz. El que fue incorporado a laPascua por el primer sacramento, es ahora introducido, en su muerte, a laLuz denitiva de Cristo.

    En ambas ocasiones es interesante que el Cirio no est ya encendido cuandose rene la comunidad, sino que sea como el primer rito de entrada, hechocon signicatividad.

    El doble simbolismo del Cirio

    Un smbolo como el del Cirio puede ser elocuente o sencillamente ser aceptadoy cumplido como norma heredada de pasadas pocas. Pero, bien realizado,ayuda a la comunidad cristiana a captar el Misterio que celebramos:

    por una parte, la Luz como smbolo de Cristo Resucitado: yo soy la Luzdel mundo: el que me siga no caminar en la oscuridad (Jn 8,12),

    y por otra, el compromiso de una vida cristiana vivida en esta y con tonode misin testimonial: vosotros sois la luz del mundo (Mt 5,14), caminadcomo hijos de la luz (Ef 5,8), quien ama a su hermano permanece en laluz (1Jn 2,10).

    El que arda esa luz en la Cincuentena es un recordatorio gozoso de quevivimos, gracias a Cristo y su Espritu, en la esfera de la luz, de la verdad,del amor, de la vida.

    Consejos prcticos

    El Cirio debe ser nuevo cada ao; Pascua signica novedad radical; alCirio del ao pasado se le pueden dar varios destinos: por ejemplo cortarloy convertirlo en varias velas para la Eucarista, o bien consumirlo en el altarde la adoracin del Jueves Santo;

    es interesante que este Cirio sea aportacin de la comunidad, a modo deofrenda de todos: una colecta en un domingo de Cuaresma podra tener esintencin, a la vez que se incluyen tambin las velitas personales que servirn

    para la Vigilia y que luego pueden llevarse como recuerdo; que el Cirio tenga grabada la fecha del ao y las letras Alfa y Omega,quiere expresar que Cristo es el principio y el n, y que este ao concretonos quiere alcanzar con la gracia de su Pascua; y que tenga tambin el signode la Cruz apunta a un Misterio Pascual entendido en su plenitud: por lamuerte a la Nueva Vida;

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    la colocacin del Cirio, en un soporte digno y esttico, adornado conores, debera ser bastante estable, sin demasiados transportes; mejor cercadel ambn desde donde se proclama la Palabra; as se ve un simbolismocomplementario: lo que las lecturas bblicas irn anunciando del mensajepascual, lo est diciendo tambin, en su lenguaje humilde y constante, eseCirio que nos regala su luz.

    VOCABULARIO PASCUALJOS ALDAZBAL

    CINCUENTENA PASCUAL

    El Tiempo Pascual abarca siete semanas de esta, desde el domingo dePascua hasta el de Pentecosts, que en griego signica cincuenta (7 por7 ms 1 = 50). Estos cincuenta das los celebramos con alegra como unnico da festivo, como un gran domingo continuado.

    Es el tiempo ms importante del ao cristiano. Dentro de esta cincuentena,tienen particular personalidad la primera semana, la octava de Pascua; la

    esta de la Ascensin, que antes se celebraba el jueves de la semana sexta,y ahora en muchos pases ha pasado a celebrarse en el domingo sptimo; yel octavo domingo, la esta de Pentecosts.

    PASCUA

    Pascua es la esta principal de los cristianos, como lo es tambin de losjudos. Ellos celebran el xodo, cuando fueron liberados de Egipto, conMoiss al frente. Nosotros, la muerte y resurreccin de Jess.

    La palabra Pascua viene del hebreo pesah, que signica salto, trnsito.El ngel de Dios pas por encima de las casas de los judos, en el ltimo

    castigo sobre Egipto. Y todo el pueblo pas el Mar Rojo, en su salida ala libertad. Para los cristianos, Pascua signica el paso de Jess, a travsde la muerte, a la vida nueva de resucitado, junto a Dios.

    La fecha de la Pascua es variable. Se celebra el domingo siguiente al ple-nilunio despus del equinoccio de primavera, y puede caer entre el 22 demarzo y el 25 de abril.

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    38 39Vivir la Pascua

    TRIDUO PASCUAL

    Ha cambiado la terminologa: antes llambamos Triduo Santo al Jueves,Viernes y Sbado Santos. Ahora la Iglesia habla ms bien de Triduo Pas-cual, y abarca el Viernes, el Sbado y el Domingo: la Pascua de Cristomuerto, sepultado y resucitado. Este Triduo es el punto culminante del ao

    cristiano, preparado por los cuarenta das de la Cuaresma y prolongado porlos cincuenta del Tiempo Pascual.

    Se considera que este Triduo, que se celebra como un nico da (su Eucaristacentral es la de la Vigilia entre el Sbado y el Domingo), se inaugura yaen la misa vespertina del Jueves Santo, en la que recordamos cmo Jessinstituy la Eucarista, precisamente como preparacin prxima y expresinsacramental de su muerte y resurreccin.

    VIGILIA PASCUAL

    La noche del Sbado Santo al Domingo de Resurreccin es cuando las

    comunidades cristianas celebramos la Vigilia Pascual, la celebracin msimportante de todo el ao. Acompaamos en esa Vigilia a Cristo en sutrnsito de la muerte a la vida.

    Es la noche en que, de un fuego nuevo, encendemos el cirio pascual y can-tamos solemnemente el pregn de esta. En que escuchamos ms lecturasque de ordinario, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, y sobretodo el evangelio de la resurreccin. La noche ms adecuada para celebrarlos bautizos, o por lo menos su recuerdo con la aspersin con agua bautismal.Y, sobre todo, celebramos esta noche la Eucarista ms importante del ao,participando del Cuerpo y Sangre del Seor Resucitado.

    ALELUYA

    La palabra aleluya viene del hebreo hallelu-Yah, alabad a Yahv, alabada Dios. Es una aclamacin de los judos, ya anterior al tiempo de Jess, yahora compartida tambin por los cristianos.

    Aleluya se ha convertido en sinnimo de alegra!. Lo cantamos en lasEucaristas ms festivas, como aclamacin antes del evangelio. Y sobre todo,en la cincuentena pascual, empezando por el solemne aleluya que se entonaen la Vigilia Pascual, despus de su silencio durante la Cuaresma.

    CIRIO PASCUALEncendemos varios cirios en nuestras celebraciones: por ejemplo sobre elaltar, o ante el sagrario o ante las imgenes de la Virgen y de los Santos.Pero el ms signicativo es el Cirio que encendemos solemnemente en laVigilia Pascual como smbolo de Cristo que pasa de la muerte a la vida yes nuestra Luz para siempre.

    Durante las siete semanas del Tiempo Pascual brilla este Cirio en todas lascelebraciones. Se coloca cerca del ambn de la Palabra, para que anunciecon su lenguaje silencioso pero brillante el mismo mensaje que nos vanproclamando las lecturas bblicas.

    Tambin se enciende este Cirio en otros dos momentos muy signicativosde la vida de un cristiano: el bautismo y las exequias, el inicio y la plenitudde nuestra comunin con Cristo Jess.

    SACRAMENTOS PASCUALES

    Todos los sacramentos se derivan de la Pascua. El Seor Resucitado noscomunica con ellos su vida y su gracia. As, por ejemplo, en el sacramentode la Reconciliacin penitencial nos hace participar en su victoria sobre elpecado y la muerte.

    Pero hay unos sacramentos a los que llamamos ms especcamentepascuales: el Bautismo, la Conrmacin y la Eucarista. La Pascua es eltiempo ms adecuado para recibir el Bautismo, el sacramento en el que porprimera vez nos sumergimos (bautizo signica inmersin) en la muertey resurreccin de Cristo; la Conrmacin es el sacramento en que CristoResucitado, por medio del obispo, nos da su mejor don, el Espritu; y en la

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    Eucarista, al celebrar el memorial de su Pascua, recibimos en alimento suCuerpo y su Sangre.

    PENTECOSTS

    La palabra Pentecosts es griega y signica quincuagsimo. Se aplicao a todo el tiempo de la Cincuentena (siete semanas y un da) o bien al danal, que hace el nmero cincuenta de la esta pascual.

    Los judos, en esta esta de Pentecosts, celebran la esta de las semanas,con la alegra de la recoleccin agrcola y de la alianza que pactaron conDios en el Sina, a los cincuenta das de la salida de Egipto. Nosotros, loscristianos, este da quincuagsimo celebramos la venida del Espritu Santosobre la primera comunidad, transformndola con su fuego y su recio soplode vida. Y as concluimos la celebracin festiva de la Pascua.

    EL LECCIONARIO

    PASCUAL

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    LAS LECTURAS DEL CICLO A

    PERE TENA

    La cincuentena pascual es un tiempo abierto a una temtica extraordinaria-mente rica y casi inexplorada. El contraste entre una pretendida facilidad dela predicacin cuaresmal y la dicultad de una predicacin pascual se pone demaniesto cada ao. Estamos, pues, ante una tarea ardua pero atractiva.

    El Ordo lectionum ha trazado tambin sus lneas de organizacin interna de

    las percopas; en ellas cuentan ms los temas pascuales que el evangelio delciclo correspondiente; solamente en la esta de la Ascensin se diversicanlas percopas evanglicas y reaparece el evangelio de Mateo (propio del cicloA). El evangelio dominante durante todo este perodo en realidad, ya desdela tercera semana de Cuaresma es el desan Juan; lo cual, por s solo, yanos dice algo importante acerca del planteamiento de la predicacin: estamosen el corazn de la temtica de la fe y de los sacramentos de la fe.

    Las primeras lecturas

    La primera lnea de fuerza viene dada por las primeras lecturas. Como entodo los ciclos, losHechos de los Apstoles ocupan durante la cincuentena

    el lugar reservado al Antiguo Testamento; es una forma de subrayar elcarcter de novedad cristiana propia de este tiempo. Las percopas elegi-das para el ciclo A forman, en conjunto, una descripcin fundamental de lacomunidad primitiva; en cierta manera, se pueden comparar con la serie delecturas primeras de la Cuaresma, donde aparecan tambin en este ciclo losmomentos ms clsicos de la historia de salvacin. Si se quisiera enlazar

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    44 El leccionario pascual 45

    la predicacin sobre los Hechos con la temtica de Mateo, no falta sinodesarrollar lo indicado en el evangelio de la Vigilia Pascual: la comunidaddel Seor resucitado, su pueblo, empieza a vivir en Jerusaln, y se realizacomo norma de toda comunidad cristiana a travs del tiempo.

    Los textos concretos presentan, en primer lugar, la vida de la comunidad segnuno de los tres sumarios, radicada en sus elementos bsicos y centrada en la

    presencia y misteriosa actividad congregadora del Seor (Hch 2,42-47;2 dePascua). Los dos domingos siguientes estn dedicados a la construccin dela comunidad; sta se forma, en efecto, a partir de la predicacin kerigmticade Pedro acerca de Jess, cumplimiento de las Escrituras (Hch 2,14,22-28;3 Pascua), a la cual responde la fe-conversin y el sacramento de la fe elbautismo por el cual visiblemente crece la comunidad de los salvados (Hch2,14a.36-41; 4. Pascua). La estructura ministerial los apstoles, los sietecolaboradores helenistas es el tema del domingo siguiente: en la comuni-dad no todos tienen la misma funcin, pero todo est al servicio de todos(Hch 6,1-7; 5. Pascua). La formacin de la nueva comunidad de Samara,completada con la comunicacin del Espritu por medio de los Apstoles,

    sirve para presentar el crecimiento de las comunidades y para subrayar losagentes decisivos de este mismo crecimiento: apstoles y Espritu (Hch8,5-8. 13-17; 6 Pascua).

    Las segundas lecturas

    La segunda lnea de fuerza del ciclo A viene sealada por la lectura continuade laprimera carta de san Pedro (la continuidad slo se interrumpe en eldomingo 4, para relacionar el texto con el evangelio de Jess Pastor). Esta-mos, pues, ante otro tema de predicacin: exhortacin a la vida cristianaen un mundo adverso.

    La percopa delsegundo domingo (1 Pedro 1,3-9) presenta en forma de ben-dicin clsica la condicin del cristiano: una vida re-generada, que se vive enun tiempo de transicin, en la fe y en la esperanza viva de la manifestacindel Seor; y todo ello, como fruto del amor del Padre realizado en la Resu-rreccin de Jesucristo. La percopa del domingo tercero (1 Pedro 1,17-21)es casi continuacin de la anterior; la atencin se centra no obstante en la

    actitud del cristiano: el respeto amoroso y lial para con Dios, la seriedadque impone la redencin por la sangre de Cristo... Las dicultades que elcristiano experimenta en su vida cotidiana no son una novedad; Cristo, elPastor, las experiment el primero a causa de los hombres; sufrir sin culpaes una forma privilegiada de comunin con el misterio pascual de Cristo (1Pedro 2,20b-25; 4. Pascua). Por otra parte, la condicin del cristiano en el

    mundo no es vivir en solitario; la comunin con Cristo se hace en comuni-dad, formando todos el nuevo pueblo de Dios (1 Pedro 2,4-9; 5 Pascua). Lacomunin con Cristo es, asimismo, el fundamento de la actitud no-violentaque se propone a los cristianos; no es cobarda, sino testimonio de esperanza(1 Pedro 3,15-18; 6 Pascua).

    Los evangelios

    La tercera lnea de la cincuentena pascual est trazada por las percopasevanglicas, y, como sucede durante la Cuaresma, tiende a sealar cada unode los domingos con un tema constante en todos los ciclos: las aparicionesdel resucitado, el Pastor, la comunin de vida con Jesucristo y especialmenteel amor, la promesa del Espritu, y la plegaria sacerdotal de Jess.

    Las apariciones del Resucitado no varan en elprimery elsegundo domingo:especialmente se reserva segn una tradicin venerable para el segundodomingo la aparicin de la tarde de Pascua y a los ocho das despus, paradar pie a una acentuacin del sentido del domingo cristiano. La tercera apa-ricin es, en el ciclo A, la de los discpulos de Emas (Lucas 24,13-25; 3.domingo), de reconocida tradicin litrgica y muy afn a la teologa mateanadel cumplimiento de las Escrituras.

    El domingo del Pastor (4 Pascua) tiene en el ciclo A como percopa evan-glica la primera parte del clsico discurso de Jess (Juan 10,1-10), que

    continuar leyndose en los ciclos B y C. Quiz cabe subrayar en estosprimeros versculos del captulo 10 el aspecto eclesial de la parbola: Jessmediador puerta de la vida divina para las ovejas.

    La percopa del 5 domingo de Pascua (Juan 14,1-12) es larga, y, como tantasotras del mismo evangelista, parece a primera vista difusa. Sin embargo, laarmacin central es la de Jesucristo: camino, verdad y vida. Esta armacin

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    causa unas resonancias mltiples: el Padre es revelado por Jess, nuestraesperanza est en l y en su gloricacin, etc.

    En el 6. domingo de Pascua, anterior a la Ascensin, la atencin est centradaen la promesa del Espritu (Juan 14,15-21). Concretamente, en el Espritucomo Parclito (=defensor, garante) de los discpulos. Como indicbamosantes, este tema resulta muy afn al de la primera carta de san Pedro.

    Laesta de la Ascensin est sealada por la reaparicin del evangelio deMateo; como en los otros ciclos, en este da se lee la conclusin de uno delos sinpticos, que sirve de enlace con la primera lectura, en la que Lucasnos da, todos los aos, el comienzo del segundo libro de su historia. Laconclusin de Mateo es totalmente tpica de su teologa: Jess es el Seordel cielo, de la tierra, de los hombres y de la historia; este seoro no esabstracto e idealista, sino concreto; por esto enva sus testigos a congregarel nuevo pueblo de Dios de entre todos los pueblos; tampoco es un seorolejano, ya que l mismo el Seor est junto a sus testigos como estuvoYahv con los profetas antiguos en el momento de las grandes misiones.

    LAS LECTURAS DEL CICLO B

    JOSEP LLIGADAS

    Las lecturas de los domingos de Pascua presentan una lnea propia cadauna de ellas, sin relacionarse entre s (si existe relacin, ser casual, nobuscada expresamente).

    Cada ao la primera lectura es de los Hechos de los Apstoles, pues enel tiempo de Pascua la Iglesia no quiere volver la vista hacia atrs, haciala preparacin de la venida del Seor (el Antiguo Testamento), sino queslo quiere mirar hacia adelante, hacia los frutos que ha dado el misterio

    pascual de Jesucristo. Igualmente, cada ao, el evangelio es una seleccinde textos bsicamente de san Juan, que ayudan a saborear el sentido de laPascua del Seor, ms algn otro relato de apariciones, sacado de algunode los sinpticos. Y, nalmente, lasegunda lectura destaca aspectos de lavida cristiana fruto de la Pascua y del bautismo: este ao, estos aspectosson reexionados a partir de la primera carta de san Juan.

    A diferencia del tiempo de Cuaresma, en el que los diferentes temas quevan apareciendo quedan bastante bien delimitados, las lecturas de Pascuadan ms bien la sensacin de temas repetitivos, de ideas muy parecidasque se matizan con varios tonos. Esto es en parte verdad (y ms verdades todava en las lecturas feriales de este tiempo). Y precisamente por eso

    es especialmente conveniente mirar atentamente las lecturas que se leerna lo largo de estos domingos, y ver qu aspectos concretos se destacarncada domingo en la homila, y evitar as predicar, en la prctica, cadadomingo lo mismo.

    Conviene notar, nalmente, que, al celebrarse la Ascensin en domingo,el domingo sptimo desaparece. Y, para evitar que las lecturas de este

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    domingo nunca se lean (sobre todo el evangelio, del captulo 17 deJuan), el leccionario prev que se puedan leer el domingo 6. Porello, propondramos: el domingo 5, leer unidos, en el evangelio,los fragmentos de los domingos 5 y 6 (son dos fragmentos seguidosdel captulo 15 de Juan); y, el domingo 6, leer el evangelio quecorrespondera al domingo 7.

    Las lecturas de los Hechos de los Apstoles

    Las primeras lecturas del tiempo de Pascua, sacadas de los Hechos de losApstoles, presentan diferentes momentos de la primera Iglesia, desde lasprimeras predicaciones en Jerusaln hasta la llegada de la fe a los paganos.En este ciclo B, estas lecturas estn especialmente marcadas por la gurade Pedro, el apstol del que Marcos fue discpulo: los domingos primero,tercero, cuarto y sexto leemos discursos suyos.

    El primer domingo, se lee cada ao la misma lectura, el kerygmafundamental del apstol Pedro: la vida de Jess, su muerte, la resurreccin,

    su seoro universal, la liberacin denitiva del pecado, el testimonio de losapstoles. El salmo responsorial son fragmentos del 117, que repetiremos amenudo estos domingos: Este es el da en que actu el Seor.

    El segundo domingo, cada ao se lee uno de los tres sumarios que se hallanal principio de los Hechos y que narran la vida de la primera comunidad.En el de este ao se destacan sobre todo dos aspectos que son testimoniode la resurreccin: la unidad que tiene como consecuencia que no hayapobres, y los milagros de los apstoles. El salmo, sacado nuevamente del117, canta con ms insistencia las hazaas del Seor y proclama de nuevola victoria sobre la muerte, la victoria de la piedra desechada, en el da enque actu el Seor.

    El tercer y cuarto domingo presentan dos discursos de Pedro a raz de lacuracin del invlido que estaba sentado en la puerta del templo. El domingotercero, el discurso se dirige al pueblo, y presenta la gloricacin de Jesscomo obra del Dios de Israel y realizacin de las promesas profticas, almismo tiempo que se convierte en una llamada al arrepentimiento y laconversin (a lo que el salmo responde con una invitacin a la conanza

    en Dios). El domingo cuarto, el discurso es a los magistrados del puebloque interrogaban a Pedro, y es una proclamacin de cmo Dios slo da lasalvacin precisamente por medio de aqul que los magistrados del pueblohan rechazado y llevado a la muerte (el salmo 117 vuelve a ser entoncesalabanza porque la piedra desechada ha vencido).

    Con el quinto domingo cambiamos de escenario: entra en escena Saulo

    presentado por Bernab. Es una lectura gozosa, que hace intuir la expansindel evangelio por todos los rincones de la tierra, tal como canta el salmo. Ynalmente, el domingo sexto presenta la primera realidad de esta llegadadel evangelio a los paganos: la conversin y bautismo del centurinCornelio, cantada tambin con un salmo que proclama la salvacin hastalos connes de la tierra.

    Los dos ltimos domingos son la Ascensin y Pentecosts, y sus primeraslecturas vuelven al principio del libro de los Hechos, con los relatosrespectivos de estos acontecimientos. Los salmos sern tambin tpicos delas dos estas: el salmo 46 en la Ascensin y el 103 en Pentecosts.

    Las lecturas de la primera carta de san Juan

    La segunda lectura es, en cinco de los domingos de Pascua, de la primeracarta de Juan. Esta carta es un escrito reexivo sobre la realidad y elsignicado de la encarnacin de Jesucristo, y da pie al autor para mostrarlas consecuencias que esto tiene para la vida cristiana. Un buen temateolgico-tico para este tiempo.

    Esquemticamente, surgen cinco temas diferentes, empezando por elsegundo domingo (en el primero se ofrecen cada ao dos posibles lecturassobre las consecuencias de la Pascua en el comportamiento cristiano); d.2) por la muerte de Jesucristo hemos nacido de nuevo y hemos vencido al

    mundo; d. 3) el cristiano no peca y si peca, halla el perdn; d. 4) somoshijos de Dios, y llegaremos a ser semejantes a l; d. 5) su mandamiento esque creamos y amemos; pero Dios nos ha amado primero; d. 6) Dios esamor, Dios nos ha amado primero.

    El da de la Ascensin se lee un texto de Efesios sobre la soberana de Jesucristo,y el da de Pentecosts uno de 1 Corintios sobre los dones del Espritu.

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    LAS LECTURAS DEL CICLO C

    JOS ALDAZABAL

    Las lecturas de la Cincuentena Pascual tienen una organizacin de conjuntoque el predicador no puede ignorar.

    Son siete semanas ocho domingos con una unidad progresiva que vaofreciendo a la comunidad cristiana una visin dinmica del MisterioPascual. Las lecturas de este tiempo son la mejor gua para celebrar toda laPascua como un nico da, como un nico y gran domingo.

    Cada uno de los tres ciclos tiene su propia personalidad, tambin en Pascua.Por ejemplo, cambia la segunda lectura: en el ciclo A, leemos la primeracarta de Pedro; en el B, la primera de Juan; y en el C, el Apocalipsis. Sonlecturas que iluminan la vivencia pascual con tonos bastante diferentes.

    Antes de prepararnos la predicacin de este tiempo, ser til que echemosuna mirada al conjunto de las lecturas.

    Los evangelios de los ocho domingos

    A pesar de que estamos en el ao de Lucas, las lecturas evanglicasdel Tiempo Pascual estn tomadas en su mayora de Juan. Slo hay dos

    ocasiones en que seguimos con Lucas: e l domingo de Pascua, si la Eucaristaes vespertina (con el episodio de Emas) y el da de la Ascensin.

    Hay una matizacin diferente en estos evangelios, segn se trate de losprimeros o de los ltimos domingos.

    Al principio escuchamos las apariciones de Jess resucitado: la tumba

    Las lecturas del Evangelio

    En los dos primeros domingos de Pascua cada ao se leen los mismostextos: el hallazgo del sepulcro vaco con Mara Magdalena, Pedro y eldiscpulo annimo que vio y crey (aunque se puede leer tambin elevangelio de la Vigilia); y la doble aparicin de Jess a los discpulos,primero sin Toms y, al cabo de ocho das, con Toms.

    En el tercer domingo leemos este ao la aparicin de Jess en el cenculosegn Lucas. Seguramente que es la aparicin ms materialista que hayen los cuatro evangelios: Jess es palpado, Jess come ante los discpulos...Tenemos el mismo mensaje de Emas y de la transguracin, y la llamadanal: Vosotros sois testigos de esto.

    En el cuarto domingo, cada ao, leemos un fragmento del captulo 10 deJuan, el captulo del buen pastor. En este ciclo B se lee precisamente laparte central del captulo, la de Jess buen pastor, que lo es no en tanto quegua del rebao, sino en tanto que da la vida: Jesucristo guiar y reunirnalmente a todas las ovejas mediante su sangre derramada.

    En el quinto domingo, convendra leer unidos los fragmentos del domingo

    5 y 6, el captulo 15 de Juan, con temas que habr que seleccionar: Jessvid, la unin con l, el fruto, el amor, la alegra, la misin.

    En el sexto se tratara de leer el evangelio del domingo 7, que es lasegunda parte del captulo 17 de Juan: los apstoles llamados a la unidad,guardados por Jesucristo, consagrados en la verdad, enviados al mundo.

    Ynalmente, los dos ltimos domingos de la Ascensin y Pentecosts. Enla Ascensin del Seor leemos el nal de Marcos (el nico texto de Mcen estos domingos), que acenta especialmente la misin de los apstolescomo continuadores de Jesucristo que asciende al cielo. Y, en Pentecosts,el don del Espritu Santo el mismo da de Pascua.

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    vaca y la fe de los apstoles (domingo primero), la aparicin a los ochodas, con Toms presente (domingo segundo), la aparicin junto al lago yla pesca milagrosa (domingo tercero).

    El domingo cuarto est reservado en los tres ciclos a la gura del BuenPastor, de Juan 10. Este ao en sus versculos 27-30: el Buen Pastor,identicado con el Padre, es el que da la vida eterna a todos.

    A partir del domingo quinto los pasajes apuntan al tiempo posterior aJess: a la vida de la comunidad, tal como la anuncia Jess en su cena dedespedida, con el mandamiento del amor fraterno (domingo quinto) y lapromesa del Espritu (domingo sexto).

    Y terminamos con los dos grandes acontecimientos de la Ascensin y dePentecosts (domingos sptimo y octavo), punto de partida del tiempo dela Iglesia.

    El tema central de los evangelios es, pues, Jess Resucitado, presente a sucomunidad, sobre todo por su Espritu. Con una insistente mirada a la vidasacramental de esa comunidad: no slo por la celebracin del Bautismo y

    la Conrmacin en Pascua, sino tambin por las alusiones a la Eucarista enla comida junto al lago (pan y pescado: domingo tercero) y al sacramentode la Reconciliacin (domingos segundo, sptimo y octavo).

    La primera lectura: los Hechos de los Apstoles

    En la Pascua no se lee el Antiguo Testamento, que es promesa y gura.Pascua es realidad y cumplimiento. Los tres aos se leen los Hechos de losApstoles, aunque con una seleccin diversa cada vez.

    Los Hechos son la historia de la comunidad de Jess Resucitado, laIglesia, que es la prolongacin y el signo viviente de la Pascua. Jess

    sigue presente y activo en el mundo por un doble medio: el Espritu yla comunidad (domingo sexto, concilio de Jerusaln: nos ha parecido alEspritu Santo y a nosotros...).

    En la seleccin de este ao ocupa un primer plano el testimonio de losapstoles: Pedro en casa de Cornelio (domingo primero) o delante delSanedrn (domingo tercero); Pablo y Bernab en Antioqua o Iconio

    (domingo cuarto y quinto). Todos tienen el mismo mensaje que proclamar:que Cristo Jess ha resucitado y es el nico Salvador de la humanidad. Esteera el encargo que recibieron de Jess en su despedida de la Ascensin(domingo sptimo): que anunciaran el evangelio y fueran sus testigos. Ylos que iban creyendo en l, se agregaban a la comunidad eclesial (domingosegundo), a partir del da en que el Espritu irrumpi dinmicamente en la

    primera Iglesia (domingo octavo).La lectura de los Hechos en la Pascua nos ofrece un verdadero espejo parala comunidad cristiana de hoy.

    En la predicacin de estos domingos se podra elegir alguna de estaspistas, la que parezca ms enriquecedora para la comunidad concreta: a)Cristo sigue vivo en la Iglesia, comunicndole su vida pascual; hay quesaber reconocerle en ella, a pesar de sus lmites e imperfecciones; b) elEspritu es el don mejor que Jess Resucitado ha hecho a su Iglesia; c)los ministros ordenados son un factor importante en la formacin y en laanimacin de las comunidades cristianas; d) la salvacin que ofrece Cristoes universal: no se queda en Jerusaln; el encargo de la Ascensin es la

    apertura a los paganos (Pedro en casa de Cornelio; Pablo y Bernab enpases paganos; el concilio de Jerusaln y su decreto de liberacin de la leymosaica; Pentecosts y la multiplicidad de lenguas...).

    El Apocalipsis, libro pascual

    La segunda lectura para este ao va a ser desde el domingo segundo hastael sexto el libro del Apocalipsis.

    El Apocalipsis es tambin el libro de la Iglesia. De una Iglesia en luchay en camino, que ya sabe lo que son las dicultades, pero que vive enla esperanza y camina conadamente hacia la nueva Jerusaln, donde

    participar el triunfo denitivo del Cordero, Cristo.La breve seleccin que de este libro leeremos nos ofrece testimonios deCristo pascual: estuve muerto, pero ahora vivo (domingo segundo), enmedio de una multitud de salvados que le entonan cantos de alabanza:digno es el Cordero degollado de recibir el poder... (domingo tercero).

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    Pero sobre todo se le pondr delante a nuestra comunidad, dbil y pecadorasiempre, la comunidad del cielo, llena de alegra y gloria, que despusde la gran tribulacin y de pasar hambre y sed est ya gozando de lasaguas de la vida (domingo cuarto); Dios ha enjugado sus lgrimas; yahora vive en un cielo nuevo y una tierra nueva (domingo quinto), sumorada es la ciudad santa de Jerusaln, construida sobre doce piedras

    que llevan el nombre de los doce apstoles, con el Cordero en medio, quees su gloria y su lmpara (domingo sexto). Es toda una visin de esperanzaescatolgica que se le ofrece a la Iglesia peregrina.

    Otra dimensin que el Apocalipsis nos invita a valorar en esta Pascuaes el domingo. El libro mismo es una serie de visiones que Juan tuvoprecisamente el da del Seor (domingo segundo). Y la reunindominical cristiana es un momento privilegiado en que nos reunimos entorno a Cristo y ensayamos la asamblea denitiva del cielo, cantndolenuestros himnos de alabanza, escuchando su palabra, participando en elmemorial de su sacricio pascual. Es una reunin dominical que tambinpresenta caracteres de universalidad, como la descrita por el Apocalipsis:

    una multitud de gente de toda raza y condicin (domingos tercero, cuartoy quinto).

    * * *

    As, los tres libros que leeremos en estas semanas, el evangelio de Juan,los Hechos y el Apocalipsis, nos ofrecern losgrandes valores del Misteriopascual, que son los centrales en el cristianismo:

    a) Cristo resucitado, presente en medio de los suyos;

    b) suEspritu, el don pascual de Cristo, que llena de su luz y de sufuerza la comunidad; en el ao de Lucas, para el que no hayduda que el Espritu es el protagonista supremo tanto de la vidade Cristo como de su Iglesia, es un ln a tener en cuenta;

    c) la presencia de los apstoles-ministros en la vida de la comunidad,como testigos privilegiados y como predicadores incansables dela Buena Noticia;

    d) la comunidad misma, la asamblea de los creyentes en Cristo,

    que camina por la vida con la conciencia de que Cristo le estpresente, en marcha hacia la asamblea denitiva y gloriosa;

    e) una comunidad universal; si Cristo subi a Jerusaln (es uno delos temas ms propios de Lucas), fue para realizar all el Misteriode la Pascua, y desde all enviar a su comunidad en una misinmundial: hasta Roma;

    f) una comunidad que se rene el domingo porque es el da delSeor resucitado, y que celebra los sacramentos; Juan (domingosegundo) sita los encuentros de la comunidad con Cristoresucitado el primer da de la semana y a los ocho das; elApocalipsis es una experiencia sucedida tambin en domingo...

    Buenas pistas demasiado ricas para una predicacin optimista que hagaprogresar a las comunidades cristianas en su fe y en su vida pascual.

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    EL LECCIONARIO FERIAL

    PERE TENA

    El leccionario ferial de la cincuentena de Pascua se convirti, dentro de lareforma litrgica, en una de las sorpresas ms agradables. Tal vez estba-mos muy acostumbrados en el leccionario antiguo a la variedad de laslecturas cuaresmales, en comparacin con las frecuentes repeticiones de laslecturas dominicales o comunes de santos, del tiempo ordinario; pero noexista ninguna experiencia contempornea de lo que poda ser un leccio-

    nario pascual. En cambio, ahora, quizs se ha dado un giro: el leccionariopascual ha superado en inters al leccionario cuaresmal, demasiado dispersoen pequeos ncleos temticos.

    Sobre la base de este hecho positivo, queda todava la tarea homiltica. Larecuperacin pastoral de la cincuentena es un esfuerzo que tiene poca expe-riencia, pero que no puede ser descuidado. La homila de cada da puedeser debera ser una pieza bsica de este esfuerzo.

    De un modo muy simple esbozar los temas ms destacados que vamosencontrando en el leccionario ferial de Pascua.

    El leccionario pascual tiene dos libros bblicos como fundamentales, de

    los cuales hace una lectura continua: los Hechos de los Apstoles, y elevangelio de san Juan. Slo con nombrar estos dos libros ya nos situamos:la primera experiencia de vida eclesial, y el mundo de los hechos y de laspalabras de Jess, tal como han sido contemplados y vividos en la primerageneracin cristiana. La lectura de estos dos libros nos coloca casi dira:inevitablemente en actualidad de Iglesia. La cincuentena es, con ellos, el

    tiempo de la profundizacin en lo que nosotros la comunidad cristianasomos, a causa de nuestra comunin con Jess Resucitado.

    La lectura de los Hechoscomienza con el mismo lunes de la octava de Pascua,y es una lectura prcticamente continua. Hay que advertir que algunas de laspercopas desaparecen de la lectura ferial a causa de que ya se encuentranen las lecturas dominicales donde tambin se lee el mismo libro. La lecturapascual de los Hechos es una de las experiencias ms intensas del leccio-nario, y de los valores de la lectura continua. La preparacin cotidiana dela homila, con la ayuda de algn comentario de los Hechos, ser el puntode partida para una actualizacin de las gestas de la primitiva comunidad.El kerygma de Pedro, las conversiones en Jerusaln, las persecuciones, lairrupcin de Pablo, los viajes de misin, las dicultades con los judaizantes,las defensas en Jerusaln, el viaje a Roma no son slo una historia pararecordar, sino el paradigma de unas experiencias actuales: la evangeliza-cin, la lucha por la originalidad cristiana, la experiencia de las limitacioneshumanas y la esperanza de los creyentes, el Concilio y el postconcilioNuestra Iglesia de cada da! Y todo ello vivido a la luz de un hecho central:

    Cristo, el Seor, que rene a su pueblo (Cf. Hechos 2,47).Las percopas evanglicas estn un poco ms sistematizadas. La primerasemana de Pascua es la de las apariciones. Comienza Mateo, con la apa-ricin a las mujeres; sigue la aparicin a Magdalena, de Juan; los dos dassiguientes es Lucas quin explica las apariciones de Emas, y a los Once;el viernes, otra vez Juan con la aparicin cerca del lago; la semana nalizacon el resumen de Marcos. Con esta distribucin de las lecturas evanglicasse resalta el sentido de la octava de Pascua: una esta de ocho das, paracomenzar, con la misma celebracin. El domingo segundo resalta, cada ao,este tema, con la aparicin del anochecer del domingo, segn san Juan. ElSeor se aparece para mostrar su amor personal, para confortar, para explicarlas Escrituras, para comer con los discpulos Magnca pedagoga de lavida eclesial, y ms concretamente de la experiencia sacramental!

    Con la segunda semana comienza la lectura seguida de Juan.Hay quedestacar que, excepto el signo de los panes y el caminar sobre el agua,todas las lecturas pertenecen a los discursos de Jess. Los restantes grandessignos han sido asumidos ya en la catequesis cuaresmal. Esto da todava

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    MATERIALES

    PARA

    LA EUCARISTA

    ms importancia a la Eucarista, como sacramento central, donde la Pascuade Cristo tiene su actualizacin perenne.

    La segunda semana comienza con el dilogo de Jess y Nicodemotemabautismal y de testimonio y acaba introduciendo el captulo 6: el discursodel pan de vida. ste es el tema de toda la semana tercera. Fe y sacramento,pan de vida eterna, Cuerpo y Sangre de Resucitado

    La cuarta semana, introducida el domingo por el captulo 10 de Juan, conti-na el tema del pastorhasta el martes. A partir del mircoles, cambiamos ydirigimos nuestra mirada hacia el ambiente de la conclusin de la predica-cin de Jess, y la cena de despedida. Desde el viernes de esta semana, yahabr lectura continua de los captulos 14-17,hasta los dos ltimos das dela cincuentena, en los que se asumirn las ltimas pginas de Juan, coinci-diendo con las ltimas pginas de los Hechos. Los temas de estos captulosson, bsicamente, la comunin eclesial: el testimonio, la funcin central deCristo, la misin del Espritu, el amor Lo que es experiencia histrica enel libro de los Hechos es contemplacin profunda en el evangelio de Juan.

    He dicho que tan slo hara un esbozo. Pero me parece que basta para con-cluir con esta reexin: una predicacin homiltica del leccionario pascual,siguiendo un ao los Hechos, y otro el evangelio de Juan, nos puede aportarcada ao una gozosa renovacin en la conciencia de nuestro ser cristiano,en tanto que participantes de la comunidad eclesial.

    Para la reexin diaria sobre el leccionario y para la predicacin:

    Ensame tus caminos 3:El Tiempo Pascual, da tras da

    de Jos Aldazbal

    Dossiers CPL 68

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    ACTO PENITENCIAL

    JOSEP LLIGADAS

    T que nos has amado hasta la muerte.SEOR, TEN PIEDAD. T, que vives para siempre. CRISTO, TEN PIEDAD. T, que nos llamas a compartir tu vida. SEOR, TEN PIEDAD.

    T, resucitado de entre los muertos. SEOR, TEN PIEDAD. T, gloricado a la derecha del Padre. CRISTO, TEN PIEDAD. T, nuestro Seor y Salvador. SEOR, TEN PIEDAD.

    T, que nos das tu mismo Espritu. SEOR, TEN PIEDAD. T, que nos envas a continuar tu obra. CRISTO, TEN PIEDAD. T, que nos haces testigos de tu inmenso amor. SEOR, TEN

    PIEDAD.

    T que con tu resurreccin has destruido el pecado y la muerte.

    SEOR, TEN PIEDAD. T que con tu resurreccin has renovado la creacin entera.CRISTO, TEN PIEDAD.

    T que con tu resurreccin das la alegra a los vivos y la vida alos muertos. SEOR, TEN PIEDAD.

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    Con profundo agradecimiento por tu delidad hasta la muerte, tepedimos: SEOR, TEN PIEDAD.

    Llenos de la paz y la alegra del Espritu Santo, te pedimos:SEOR, TEN PIEDAD.

    Dispuestos a ser portadores de tu amor, sobre todo hacia los

    ms dbiles. SEOR, TEN PIEDAD.

    T, fuente de agua viva. SEOR, TEN PIEDAD. T, luz que ilumina nuestra oscuridad. CRISTO, TEN PIEDAD. T, el primer resucitado de entre los muertos. SEOR, TEN PIEDAD.

    T, que el da de Pascua diste la paz a tus discpulos. SEOR, TENPIEDAD.

    T, que el da de Pascua les enviaste a anunciar la BuenaNoticia. CRISTO, TEN PIEDAD.

    T, que el da de Pascua los llenaste de tu Espritu. SEOR, TENPIEDAD.

    T, que nos enseas a amar. SEOR, TEN PIEDAD. T, que nos das conanza y esperanza. CRISTO, TEN PIEDAD. T, que nos conduces hacia tu Reino. SEOR, TEN PIEDAD.

    T has hecho de nosotros hombres y mujeres nuevos.SEOR, TENPIEDAD.

    T ests siempre a nuestro lado. CRISTO, TEN PIEDAD. T nos has abierto las puertas del cielo. SEOR, TEN PIEDAD.

    Seor, danos tu delidad. SEOR, TEN PIEDAD. Seor, danos tu amor. CRISTO, TEN PIEDAD.

    Seor, danos tu Espritu. SEOR, TEN PIEDAD.

    ORACIN DE LOS FIELES

    JOSEP LLIGADAS

    Ofrecemos aqu un conjunto de formularios para la oracin de los eles, paracada uno de los das feriales de la cincuentena pascual. Los formularios estnasignados cada uno a un da y una semana concretos (con la repeticin de los

    formularios en las semanas tercera y quinta, y cuarta y sexta), y en unas cuantasocasiones hay alusiones a las lecturas del da; ello no impide, sin embargo, quelos formularios puedan utilizarse cualquier otro da, excepto el del lunes de

    Pascua, que habla especcamente del da, y los de la ltima semana, en que sehacen referencias directas a la preparacin de la solemnidad de Pentecosts.

    LUNES DE LA OCTAVA

    En la alegra de este lunes de Pascua, presentemos nuestras ple-garias al Seor que ha vencido a la muerte, y digamos: JESS RESU-CITADO, ESCCHANOS.

    1. Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que demos siempretestimonio de la vida nueva de Jess resucitado. OREMOS:

    2. Por los que recibieron el bautismo en la noche de Pascua. Queel Seor los bendiga y les aumente constantemente la fe, laesperanza y el amor. OREMOS:

    3. Por todas las naciones de la tierra. Que llegue a todas la paz yel bienestar que Dios quiere para todos sus hijos OREMOS:

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    4. Por las personas de buena voluntad que trabajan al servicio delos dems. Que el Espritu de Dios sea para ellas fuerza y guaen su caminar. OREMOS:

    5. Por nosotros, los que hoy nos hemos reunido convocados por elSeor alrededor de su mesa. Que vivamos siempre muy unidosa l, muy llenos de su amor. OREMOS:

    Escucha, Jess resucitado, nuestras plegarias, y derrama la graciade tu resurreccin sobre toda la humanidad. T que vives y reinaspor los siglos de los siglos.

    MARTES DE LA OCTAVA

    Unidos en la alegra que nos da nuestra fe, y celebrando a nuestroSeor Jesucristo, resucitado de entre los muer tos, oremos diciendo:JESS RESUCITADO, ESCCHANOS.

    1. Por el papa.. y por nuestro obispo. Para que vivan muya fondo la alegra de la resurreccin, y la contagien a todo elpueblo cristiano. OREMOS:

    2. Por los nios, los jvenes y los adultos que recibirn el bautismoo la conrmacin en este tiempo de Pascua. Para que la graciade los sacramentos d fruto abundante en sus vidas. OREMOS:

    3. Por nuestros gobernantes. Para que tengan siempre como suprimera preocupacin el bienestar de todos los ciudadanos, sinque nadie quede excluido. OREMOS:

    4. Por los enfermos, y por los que se sienten agobiados por eldolor y la tristeza. Para que experimenten la fortaleza de Dios yencuentren una mano amorosa que les acompae. OREMOS:

    5. Por todos nosotros. Para que estas estas de Pascua nosrearmen en la fe y en el seguimiento de Jess. OREMOS:

    Seor Jess, t te hiciste presente a Mara Magdalena cuando, llenade amor, lloraba junto al sepulcro; t la llenaste de alegra y la enviastea anunciar la Buena Noticia de la resurreccin a los apstoles y a

    los dems discpulos. Haznos vivir tambin a nosotros la alegra deencontrarnos contigo, para que sepamos anunciar tu vida a nuestroshermanos. T que, resucitado de entre los muertos, vives y reinaspor los siglos de los siglos.

    MIRCOLES DE LA OCTAVAComo los discpulos de Emas, tambin a nosotros Jess nos acom-paa en nuestro camino. Por eso, con toda conanza, le presentamosnuestras peticiones diciendo: JESS RESUCITADO, ESCCHANOS.

    1. Para que las Iglesias cristianas alcancemos la unidad bajo lagua del nico pastor, que es Jesucristo. OREMOS:

    2. Para que los padres que preparan el bautismo de sus hijos lohagan con muchas ganas de ayudarles a crecer como cristianos,llenos de fe en Jess y de amor a los dems. OREMOS:

    3. Para que estas estas de Pascua ayuden a estrechar los lazosde amor mutuo en los matrimonios, en las familias, en lascomunidades religiosas, entre los amigos. OREMOS:

    4. Para que los moribundos se acerquen al momento denitivo conla esperanza de la vida nueva que Jess les ofrece en su Reino.OREMOS:

    5. Para que todos nosotros, los que hoy nos hemos reunido paracelebrar la Eucarista, sigamos a Jess con mucha conviccin ymucha alegra. OREMOS:

    Seor Jess, escucha nuestra oracin y, como hiciste con los disc-pulos de Emas, aydanos a descubrir el sentido de las Escrituras

    y parte para nosotros el pan, para que sintamos muy hondamentetu presencia y seamos testigos de tu buena noticia. T que vives yreinas por los siglos de los siglos.

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    JUEVES DE LA OCTAVA

    Con la alegra de la primavera, en la que todo se renueva, y con laalegra an mayor de la Pascua, oremos a nuestro hermano y SeorJess diciendo: JESS RESUCITADO, ESCCHANOS.

    1. Por la Iglesia extendida de Oriente a Occidente; por todos losque estamos llamados a ser en el mundo testigos de la BuenaNoticia de Jess. OREMOS:

    2. Por los nios y nias que se preparan para participar porprimera vez de la Eucarista; por los jvenes que se preparanpara recibir la conrmacin. OREMOS:

    3. Por los que participan de la vida social y poltica con el afn deconstruir un mundo ms justo y humano. OREMOS:

    4. Por los enfermos y los que se sienten solos; por los que viven enel hambre y la pobreza; por los que son vctimas de la violencia,el racismo o cualquier injusticia. OREMOS:

    5. Por los que nos hemos reunido aqu en torno al Seor resuci-tado; por nuestros vecinos, amigos y familiares; por nuestroscompaeros de trabajo o de estudio. OREMOS:

    Jess resucitado, escucha nuestra oracin y danos tu Espritu Santo.T que vives y reinas por los siglos de los siglos.

    VIERNES DE LA OCTAVA

    Presentemos con fe nuestra oracin a Jess, el crucicado, el resu-citado, y digamos: JESS RESUCITADO, ESCCHANOS

    1. Para que el papa.., sucesor del apstol Pedro, sea para elpueblo cristiano un rme testimonio de fe y de esperanza, yDios le bendiga. OREMOS:

    2. Para que todos los bautizados vivamos muy sinceramente lavida nueva que Jess nos ha dado. OREMOS:

    3. Para que los que son perseguidos a causa de su fe o de sulucha por la justicia no desfallezcan en su delidad. OREMOS:

    4. Para que todos aquellos que se sienten hundidos bajo el pesodel pecado encuentren en la cruz de Cristo fortaleza para levan-tarse. OREMOS:

    5. Para que crezca la amistad y el afecto entre todos los quecompartimos esta Eucarista. OREMOS:

    T, Seor Jess, eres la piedra desechada por los arquitectos y queahora se ha convertido en piedra angular. Slo en ti se encuentrala salvacin. Escucha nuestras plegarias y conduce a la humanidadentera hacia tu Reino. T que vives y reinas por los siglos de lossiglos.

    SBADO DE LA OCTAVA

    Unidos por la misma fe y el mismo bautismo, renovados por la Pascuadel Seor, oremos diciendo: JESS RESUCITADO, ESCCHANOS.

    1. Para que en la Iglesia todos estemos dispuestos a trabajarjuntos, a escucharnos, a aprender unos de otros. OREMOS:

    2. Para que crezcan entre nosotros las vocaciones sacerdotales yreligiosas. OREMOS:

    3. Para que los gobernantes y polticos de nuestros pases ricos,hagan posible una justa distribucin de la riqueza en el mundo.OREMOS:

    4. Para que todos trabajemos por la paz, por la buena convivencia,y por el bienestar de todos. OREMOS:

    5. Para que llevemos siempre en nuestro corazn la alegra de sercristianos. OREMOS:

    Escucha, Seor resucitado, nuestras plegarias, y ensanos a amarcomo t nos has amado. T que vives y reinas por los siglos de lossiglos.

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    LUNES DE LA SEMANA II

    Jesucristo nos ha abierto el camino hacia el Padre. Por eso oramoscon toda conanza diciendo: ESCCHANOS, PADRE.

    1. Para que los cristianos sepamos amar como Jess nos haamado. OREMOS:

    2. Para que todos aquellos que han perdido el vigor de la vidacristiana recuperen el nimo y la ilusin que da el Evangelio.OREMOS:

    3. Para que los gobernantes, y especialmente los gobernantescristianos, busquen siempre por encima de todo la paz y la con-cordia, y el bienestar de los pobres y los dbiles. OREMOS:

    4. Para que las personas mayores reciban toda la atencin quenecesitan y merecen. OREMOS:

    5. Para que los que participamos de esta Eucarista vivamos llenosdel Espritu Santo que Jess nos da. OREMOS:

    Ilumina, Padre, el corazn de los hombres y mujeres del mundoentero, y haz que todos podamos vivir tu alegra. Por Jesucristonuestro Seor.

    MARTES DE LA SEMANA II

    Oremos juntos a nuestro Padre. En este momento de nuestra cele-bracin, no pensamos en nosotros mismos, sino que nuestra miradadebe ser muy amplia, y debe ir ms all de las paredes de esta iglesia.Abiertos al mundo entero, digamos:ESCCHANOS, PADRE.

    1. Por toda la Iglesia, por todos los que celebramos la gran alegrade la resurreccin de Jesucristo. OREMOS:

    2. Por los nios que reciben la vida nueva que brota del bautismo;por los que se acercan por primera vez a la mesa de la Euca-rista.OREMOS:

    3. Por los que sufren los horrores de la guerra, en tantos lugaresdel mundo. OREMOS:

    4. Por las mujeres que son oprimidas y maltratadas, en nuestropas y en todos los pases. OREMOS:

    5. Por nuestros familiares y amigos difuntos. OREMOS:

    Dios, Padre de todos. Celebramos gozosamente los das santos dela resurreccin de Jesucristo. l es nuestro camino y nuestra vida.Te agradecemos, Padre, todo el amor que nos has manifestado pormedio de l, y te pedimos que no nos dejes nunca, y que sigasderramando tu amor sobre la humanidad entera. Por l, que vive yreina por los siglos de los siglos.

    MIRCOLES DE LA SEMANA II

    Oremos a Dios, el Padre del amor y de la vida, por nosotros y porlos hombres y mujeres de todo lugar. Oremos diciendo: ESCCHANOS,

    PADRE.

    1. Para que los cristianos vivamos intensamente nuestra fe enJess y sintamos la alegra de seguirle. OREMOS:

    2. Para que tengamos el espritu abierto hacia los que vienen depases en los que la vida es ms dura y difcil. OREMOS:

    3. Para que los gobernantes tomen las decisiones necesarias parapreservar el medio ambiente y asegurar el futuro de nuestroplaneta. OREMOS:

    4. Para que todos los nios, de cualquier lugar del mundo, puedanvivir en paz, comer lo que necesitan, ir a la escuela, jugar con

    los amigos, y crecer acompaados del amor de una familia.OREMOS:

    5. Para que todos nosotros crezcamos en la generosidad, enla conanza, en las ganas de hacernos mutuamente felices.OREMOS:

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    Dios, Padre nuestro. T has amado tanto al mundo, que nos hasentregado a tu Hijo para salvarnos. l nos ha mostrado el camino dela luz. Haz que todo el mundo llegue a reconocer esa luz y a sentirla felicidad que ella nos trae. Por Jesucristo nuestro Seor.

    JUEVES DE LA SEMANA IIEn la alegra de la Pascua, con toda conanza en Dios nuestroPadre, que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos, oremosdiciendo: ESCCHANOS, PADRE.

    1. Por todas las Iglesias cristianas; por todos los que creemos enJess. OREMOS:

    2. Por nuestra parroquia, esa comunidad de cristianos y cristianasque quiere ser en el mundo testimonio de amor y de esperanza.OREMOS:

    3. Por los gobernantes y los polticos, y por los que tienen en sus

    manos el poder econmico. OREMOS:4. Por los jvenes que tienen que ganarse la vida en trabajos pre-

    carios, que no les permiten afrontar con seguridad y conanzasu futuro. OREMOS:

    5. Por nosotros, por los que cada da nos reunimos aqu para cele-brar la Eucarista y crecer en la fe y en la esperanza. OREMOS:

    Dios nuestro, Padre de todos: por la Buena Nueva de Jess resu-citado hemos conocido que todos los hombres y mujeres de todaspartes, sin ninguna diferencia, estamos llamados a compartir elmismo amor y la misma esperanza. Escucha nuestra oracin, yhaznos mensajeros de tu llamada universal de salvacin. Por Jesu-cristo nuestro Seor.

    VIERNES DE LA SEMANA II

    Oremos a Dios, nuestro Padre, para que enve el Espritu de Jessresucitado sobre el mundo entero. Oremos diciendo: ESCCHANOS,PADRE:

    1. Por las comunidades cristianas de todo el mundo. Por las de los

    pases de antigua tradicin cristiana y por las que han nacidorecientemente. Y, de un modo especial, por las que sufrendicultades y problemas graves. OREMOS:

    2. Por los nios y jvenes que reciben en estos das lossacramentos de la inic