Tiempo y Presencia - Patricio Marchant

8/14/2019 Tiempo y Presencia - Patricio Marchant

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www.philosophia.cl / Escuela de Filosofa Universidad ARCIS.

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TIEMPOYPRESENCIAINTRODUCCINALATRADUCCINDEOUSAYGRAMMDEJ.DERRIDA

PatricioMarchant.

Unacosaparececlara:elhumanismoquecaracterizabaalafilosofafrancesahastahaceunosdiezaoshumanismoexistencialista,cristianoomarxistahamuerto.Nuevos nombres, nuevas disciplinas, dominan el horizonte filosfico o msexactamente, terico. LviStrauss, Lacan, Althuser, Barthes: lingstica,antropologa estructural, psicoanlisis,marxismo, nueva teora de la literatura.

ParaFoucaultcomo lodeclaraenunaentrevistaenLaQuinzaineLittraire lageneracin anterior, ladeSastreyMerleuPonty, eraunageneracin arrojadaygenerosa, apasionada por la vida, la poltica y la existencia. Pero la nuevageneracin se mueve por la pasin del concepto y del sistema. Frente a unafilosofacuyoproblemaeraelsentido(comprobarlo,buscarlo,darlo),unafilosofadel sistema. El sistema es un conjunto de relaciones que se mantienen, setransforman,independientementedelascosasqueellasconectan.Elsistemanosatraviesa; el sentido es un efecto de superficie, un reflejo, una espuma1.ComorespondeLviStraussaRicoeur(paraquienelsentidoslo tienesentidoen tanto

aumenta

la

comprensin

que

se

tiene

de

s

mismo

y

de

las

cosas),

el

sentido

es

un

sabor especfico percibido por una conciencia cuando ella gusta de unacombinacin de elementos de los cuales ninguno, tomado separadamente,ofreceraunsaborsemejanteSetrata,entonces,dereconstituirunsentido;seloreconstituyepormediosmecnicos,se lofabrica,se lodescorteza.Ydespus,porcuantoseeshombre,se logusta2.disolucindelsentido,findelhombre, triunfodel sistema.Y,porunmovimiento caractersticode todopensar tericoyqueseraingenuocalificardecasual,cuyanecesidad,alcontrario,habraqueaclarar,alfin el pensamientoparece libre de todametafsica, libre de la filosofa.As secomprenden,porejemplo,lasduraspalabrasdeLviStraussparasusmaestrosde

laSorbonaenelsextocaptulodesuadmirableTristesTropiques.

1LaQuinzaineLittraire,16demayode1966.2ClaudeLviStrauss,ProblemasdelEstructuralismo,Ed.UniversitariadeCrdoba,1967,pp.170171.


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Comosehadichoconrazn,laobradeJacquesDerridadominaporsusacudidalafilosofafrancesade losltimosaos3.Enquconsiste talsacudida?Enunpasodelicado,plenode consecuencias.Derridahacevacilar el suelo enque lanuevafilosofafrancesahaestablecidosucertidumbre;yelloenlamedidaenqueloquesu pensamiento verdaderamente intenta, es cuestionar la tradicin filosfica, lametafsicacomotal.Noesquetodosepongaencuestinniqueseintentedarunpasoatrs.Setratadealgobastantemscomplicado.

Derrida retoma elmovimiento de las nuevas ciencias (lingstica, antropologa,psicoanlisis)paraponerdemanifiesto,enunpensarquevaalfundamento,cmoyenqumedidatalesdiscursos,talesdisciplinas,estnpresosandelametafsicaquepretendendemasiadorpidayconfiadamentehaberdejadoatrs.Peronose tratacomo en el caso valiente, honesto, discutible de la filosofa de PaulRicoeu de integrar la lingstica y el psicoanlisis a una filosofa que es

tradicional,almenosencuantoesunafilosofareflexivaqueintentaencaminarsehaciaunaontologa4.Se tratadeunpensarque, reflexionando sobreel tododelpensamientofilosfico,intentaescapardealgnmodo(suponiendo,loquenocreo,quesepuedaundaescaparsimplementedelametafsica5)delaclausura(clture)metafsica, estudiando para ello detenidamente la situacin del discursoestructuralista; cmo ste est preso an de esa clausura, pero cmo puedetambinescapardeellaporunadesuspuntas.Refutacinde laspretensionesdehabersuperado lametafsica,reconocimientode loquedealgunamaneraapuntahaciaunmsacounmsalldelametafsica.Entalmovimientosejuegatodala

importancia

de

la

obra

de

Derrida

y,

dicho

sea

de

paso,

la

respuesta

al

pretendido

antihumanismo de la filosofa actual; no porque Derrida sea humanista sinoporque ese antihumanismo no ha sabido, segn l, elevarse al nivel en que elantihumanismoes realmenteposible,esdecir,efectivo: satisfacer lascondicionesqueestableceelinsoslayablepensamientodeHeidegger6.

Dentrodel pensar terico actual la lingstica ocupaun lugarde excepcin. Sucientificidad, proveniente de su orientacin fonolgica, sirve de modeloepistemolgicoa todas las cienciashumanas.Sonconocidas lasdeclaracionesdeLviStrauss; segn l, la fonologa debe desempear, respecto de las ciencias

sociales,unpapelanlogodeldesempeadopor la fsicanuclear respectode lasciencias exactas7. De la lingstica se inspira tambin Lacan; de LviStrauss y

3FranoisWahlenQuestcequelestructuralisme,LeSeuil,1968,p.402.4PaulRicoeu,Existenteethermenutique,enLeconflitdesinterprtation,LeSuil,1969.5SGr,p.136.6EM,p.49.7LviStrauss,AntropologieStructurale,Plon,p.39.


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Lacan, Foucault. Por estosmotivos es natural que Derrida considera necesarioaclararlasituacindeestadisciplina.Ytalaclaracinnosservirparacomenzaramostrar la orientacin y el sentido de su pensamiento. Parecera que Derridaprincipiaporaceptarelplanteamientocomnrespectodelproblemadellenguaje,perosloesparamodificarlo inmediatayradicalmente.Lasituacinde inflacindellenguaje,delsigno,estacrisis,esunsntoma:ellaindica,comoapesardeella,que en un poca histricometafsica debe determinar al fin, como lenguaje, latotalidaddesuhorizonteproblemtico8.

Todocaeenellenguaje,perosteseencuentradesamparado,amenazado,porestadesaparicinmisma de sus lmites. En tal desaparicin comienza a perderse lafilosofa. Filosofa que se haba constituido como episteme, como ciencia de laverdad,poryen launidaddel logosy laphon,ycomorechazoyrepresinde laescritura. Ahorabien, nos dice Derrida, lo que desde hace veinte siglos haba

venidoa reunirsebajo elnombrede lenguaje, comienzaadejarsedeportar,o almenosresumir,bajoelnombredeescritura9.Ciertoesquetradicionalmentesehadefinidolaescrituracomosignificantedeunsignificante;definicinquesuponaunajerarqua entre los significantes:un significante, el lenguaje, naturalmenteunidoalsignificadopensadoesteltimo,enprincipio,como independientedeun sistema de significantes y un significante segundo, la escritura. Pero si secomienzaaentenderqueel significadomismo funcionayadesde siempre comosignificante,que la secundariedadque se le atribuye a la escritura espropiadetodo significado en general, aparecer entonces que la escrituraen un nuevo

concepto,

que

comunica,

sin

embargo,

con

el

antiguo

comprende

al

lenguaje,

es

decir,queellenguajeesunaformadeescritura.Todoestoresultapococlaro.Paraentenderloesnecesariomostrarenqu sentidoy cmo lapresencia constituyeelfondodelquevive la filosofa;que la escriturasu represinha ocupado,dehechoysiempre,unaposicinparticularentodalahistoriadelafilosofa,yquelosintentosactualesensemiologaseinscriben,porunlado,enelmarcodelafilosofay,alavez,posibilitanqueseentiendaloqueenverdadeslaescritura,esdecir,quesehagavacilarlametafsicadelapresencia.IntentemosaclarartodoestotomandocomogualacrticaquehaceDerridadelproyectoylostextosdelfundadordelalingstica moderna, Ferdinand de Saussure. Tendremos que sealar, primero,

cmoesalingsticaestinscritaenelsistemadelametafsica;luegoyporotrogestolasposibilidadesque,apartirdeella,resultanparalaconstitucindeunagramatologaenlaquelalingsticaencontrarsufundamento.

8Gr,p.15.9ib,p.16.


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Aclaremos algo, sin embargo. Se tratade retomar la fundacinde la lingsticacomociencia.Lascondicionesdesucientificidadsonconocidas.Enlostrminosdela epistemologa actual, con esas condiciones se establecera la ruptura (coupure)epistemolgica respectodelpasado.PeroDerridaestmuy lejosde aceptaresteplanteamientocaractersticodelafilosofafrancesaactual.Lalingsticaintentademostrarlonohanacidodeuna sola coupure epistemolgica.Al contrario; elproyectodeSaussureseestableceenunsuelodeposibilidadmuygeneralsobreelcualsealzatodasuertedecortessubordinadosyperiodizacionessecundarias.Elsuelo de la lingstica es el suelo de toda la tradicinmetafsica.Y por ello esposible,porejemplo,quelalingsticadeunfilsofocomoRousseauparticipedelmismo sistemadeterminado y finito de posibilidades conceptuales al quepertenece el proyecto de Saussure, un lenguaje comn, una reserva deoposicionesdesignos(significantes/conceptos)quenoesotracosa,primeramente,queelfondomsantiguodelametafsicaoccidental10.Esdecirlafundamental

oposicin de lengua y habla es considerada por Derrida como estrecha yproblemtica; en todo caso, como posterior en derecho a la determinacin dellenguajecomounidaddephon,glossaylogos11.DichodemanerageneralyenlamedidaenqueDerridaintentamostrarelfondocomndelpensarcomotalyporcuanto, comoyadijimos citandoanuestroautor,no seescapa simplementede lametafsica,Derridanocreeenlarupturadecisiva,enlaunicidaddeunacoupureepistemolgica. Estas se reinscriben siempre en el tejido antiguo que hay quecontinuarinterminablementedeshaciendo12.

Comencemos

por

subrayar

la

pertenencia

de

la

lingstica

a

la

poca

de

la

historia

de lametafsica.Por sus racese implicaciones,nosdiceDerrida,elconceptodesignoessolidariodelasteologasestoicasymedievales,yeltrabajocientficoaquehasidosometidaennuestrapocasufecundidadcientficanolograarrancarlodeellas.Elsignohasidocomprendidosiempreconsignode,comounsignificanteque remite aun significado,distinto e independienteenprincipiode l,demodo tal que, pese a lo que se quiera o se diga, los elementos del signoelsignificanteyelsignificadonopuedendejardereproducirladiferenciaentrelosensibley lo inteligibley,conello,lametafsicaensutotalidad13.Estono impide,porotraparte,queesemismoconceptodesignosenoshagaimprescindiblepara

hacervacilar lametafsica en su totalidad, como veremos alhablardelgramma.Pero es con esta complicidad metafsica como podemos dirigirnos contra la

10LR,p.445.

11Gr,pp.16y17.

12SGr,p.140.

13SGr,pp.136yss.ED,pp.412yss.


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metafsica.Desconstruimoslametafsicaalborrarladiferenciaentresignificanteysignificadotodosignificadoesyasignificante,peroestosloesposiblegraciasauntrabajoconesadistincinclsica14.

Lapertenenciaalametafsicadelalingsticasemuestratambinenlarepresinde la escritura. Por razones esenciales, inscritas en el sistema de lametafsica,Saussuredebiprivilegiar lapalabraendetrimentode laescritura.Ashabladeunauninnaturalentrepensamientoyvoz,entresentidoysonido,delafuncinestrechayderivadadelaescritura:Lenguayescriturasondossistemasdesignosdistintos; la nica razn de ser del segundo es la de representar al primero; elobjeto lingsticonoquedadefinidopor lacombinacinde lapalabraescritay lapalabra hablada; esta ltima es la que constituye por s sola el objeto de lalingsticalaescrituravelayempaalavidadelalengua;noesnvestido,sinoundisfraz.Estacondenacintericavaunida,comosiempreenlatradicin,auna

condenacintica:hayunapurezade lapalabraqueesnecesariopreservarde lacontaminacinpor laescritura,comodiceSaussure:laescriturausurpaelpapelprincipal,ylarelacinnaturalquedainvertida.

Peroestaconfirmacindellogocentrismo tradicionalquedapuestaencuestinen elCursopor otrosmotivosdecisivos,pues la represinde la escrituraqueDerridahaestudiadodetalladamentetambinen loscasosdePlatnyRousseau,HusserlyLviStrauss15,represinconsustancialdelpensamientofilosfico,yquenoesunasimplerepresinresultainsostenibleapartirdelmismoSaussure,sobre

todo

a

partir

de

esta

otra

afirmacin

fundamental

del

Curso:

lo

esencial

de

la

lenguaesextraoalcarcterfnicodelsignolingstico.TampocoolvidemosqueSaussure abre tambin la posibilidad de una semiologa general donde lalingsticatendraunpapelsubordinado.Pero,comosever,enlamedidaenqueDerridamuestreloslmiteslogocntricosdelconcepcinusualdelossignosylanecesidaddepensarlos,noapartiryenvistade lapresencia (como lohahechotodalatradicin)sinocomojuegodediferencias,dehuellas,reemplazandoaslapretendidaoriginariedaddelapresenciaporladifferentiaogramma,talsemiologadeber convertirse en gramatologa (y ser ella la que verdaderamentecomprenderalalingsticafonolgica)16.Volveremossobreesto.

Perodedndevieneelprivilegiodelaphon?Hemoshabladodeunsuelocomnque limitaelproyectosaussuriano;ello impideconsiderar talprivilegiocomoun

14Ibd.

15PhP,Gr(2parte),LR,OG,VPh,Gr(2parte).

16Gr,p74.


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error imputable al hombre Saussure o a los prejuicios de una poca. Saussurecompartelossupuestosdetodalahistoriadelametafsica,detodopensar.Puesesen la filosofamisma y en la ciencia determinada por la filosofa, tal como lasconoce el Occidente, donde le privilegio de la palabra tiene su origen. Y elloporquelahistoriadelpensareslahistoriadelsercomopresencia(yelsistemadeconceptosreferentesalapresencia)yporquelapresenciaestunidaalavoz.

ElremadeladeterminacindelsercomopresencianosrevelasifuerenecesariotodavacmoelproyectodeDerridanoselimitaadiscutirconelhorizonteylossupuestosdeldiscursoestructuralista,sinoquesedirigerealmenteaenfrentareltodode la filosofacomo tal; cmo,desdeelcomienzode su carrera,Derrida seinteresaporlafilosofamisma,esdecir,paraunpensadoquesepiensaenrelacinesencialconHeidegger,porladeterminacindelsercomopresencia.Ellosexplicael constantedilogodeDerrida conHusserlPlatn,RousseauyHegel entre los

clsicos;ellonosmostrar, finalmente, la repeticinderriderianade la afirmacinnietzscheanadeljuego.

Ladeterminacindelsercomopresenciaylarepresindelaescrituray,comosever,delahuellasenospresenta,entresuapertura(Platn)ysucumplimientofilosfico(Hegel),articuladadeunamaneradecisiva.Paralosgriegoslaidentidaddelapresenciaseconstituyecomoidealidaddeleidososustancialidaddelaousa.Para losmodernos laobjetividad toma la formade la representacin,de la ideacomomodificacindeuna sustanciapresenteante s.Eldominiode lapresencia,

posible

por

la

repeticin,

adquiere

una

independencia

absoluta

en

la

forma

modernadelapresencia.ElmritoinmensodeHusserl,alcualDerridadedicalamsbellaydifcildesusobras(Lavoixetlephnomne),resideprecisamenteensucapacidadde retomar todas las ideascapitalesde lametafsica:el recursode lacrtica fenomenolgica es el proyecto metafsico mismo, en su acabamientohistrico y en la pureza solamente restaurada de su origen17; es decir, en lafenomenologalametafsicasenospresentaenpersona,haciendoposible,porellomismoyentantoseladelimita,unpensarmsallomsacdelametafsica.Lademostracin derrideriana se basa en el estudio cuidadoso de la PrimeraInvestigacinLgicadeHusserl.Intentaremosdarunaideadeestademostracin.

En la fenomenologa de Husserl encontramos la exigencia de la presencia delobjeto ante la intuicin y de la presencia ante s del presente en el presenteviviente, y el privilegio de la voz, explotado este ltimo con el ms granderefinamiento crtico, en lamedida enqueHusserl acudeno a lavoz fsica, a la

17VPh,p.3.


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sustanciasonoramundanasinoalavoztrascendental,alavozfenomenolgicao,comodiceenlaPrimeraInvestigacin,alavidasolitariadelalma18.

Decisiva en todo esto es la distincin husserliana entre dos clases de signos: elndica (Anzeichen) y la expresin (Ausdruck). El ndice, que nada expresa nitrasportaunaBedeutung,noshacepasarsinevidenciadeunconocimientoactualaotro inactual; no hay en l presencia. La expresin, al contrario, nos dara lapresenciaplenaeinmediatadelsignificado.Ahorabien,Husserlnopuededejardereconocerqueambas funciones (AnzeichenyAusdruck) sedanentrelazadasen laexperiencia.Porellointentarecuperarlapurezaexpresivaylgicadelaexpresin,loque significa reducir todoaquelloqueno restituye lapresencia inmediatadelconcepto significado.Bajo estadeduccin caen los actos fsicosdel lenguaje, losgestos y eljuego fisiognmico (es decir, lo visible y lo espacial en general) y,especialmente, todo loqueataea lacomunicacinomanifestacindevivencias

psquicas,enlamedidaenquelavivenciaajenanonosesdadaenpersona,osea,en lamedida enque senos escapa irremediablemente la experienciamismadelotro, los actos por los cuales da sentido a sus signos. Esto es: slo cuando sesuspende la comunicacin, en el discurso solitario del alma, puede aparecer laexpresinpura.En l, la expresinno se refiere aun objeto exterior,mundano,peroestonoquieredecirquecarezcade todoobjeto.ComoescribeDerrida:cuando la expresin es plena, signos no existentes muestran significados(Bedeutungen)ideales,portanto,noexistentes,yciertos,porqueestnpresentesalaintuicin.Respectode lacertidumbrede laexistencia interior,piensaHusserl,no

tiene

necesidad

de

ser

significada.

Es

inmediatamente

presente

ante

s;

es

la

concienciaviviente19.

Peroes realmenteposibleunaexpresinpura,sin indicacin?Derridasometeacrticalaposibilidaddelavidasolitariadelalma.Nopodemosseguiraqu,pormotivosobvio,todasucomplejademostracin.Dejandoaunladocosasesenciales,sealemos solamente cmo esa posibilidad depende de que pueda haber unapresenciaantes,fundamentodelapresenciaengeneral,quenonecesitedelsigno.Es decir, que haya una noalteridad, una nodiferencia en la identidad de lapresencia como presencia antes s. Tal presencia ante s debe producirse en el

presentecomoahora:lapresenciaantesdebeproducirseen launidad indivisade un presente temporal que no tenga que darse a conocer pormedio de unsigno20.Derridaseencargademostrarque,apartirdelateoramismadeltiempo

18Ib,p.15.

19Ib,pp.47y48.

20Ib,p.67.


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deHusserl,esanoalteridadynodiferenciaresultaimposible;osea,queelahoramismoestconstituidoporlaposibilidaddelarepeticinensuformamsgeneral,poruna huella que lo constituyepor ladiferencia (o differentia)misma que ellaintroduce.Lapretensindelametafsicaquedara,as,anulada.

Perotodavanohemosaclaradocompletamenteenquconsisteelprivilegiodelaphon.Retomemoselproblema.Laexcelenciadelavoz,veremos,resideenquecasinoesunsigno.Enlaexpresin,seapuntahaciaunsignificadonoexistente,ideal.Elseridealeselmsobjetivodelosobjetos;entantoindependientedelhicetnuncy de los actos de una subjetividad emprica, puede ser repetido al infinitopermaneciendo idnticoaas.Perosuseridealnosiendoalgo fueradelmundo,debeserconstituido,repetidoyexpresadoenunmedioquenoimpidalapresenciaylapresenciaantesdelosactosdequementan;unmedioquepreservealavezlapresenciadelobjetoantelaintuicinylapresenciaantes,laproximidadabsolutade

losactosanteellosmismos.Laidealidaddelobjetonopuedeserexpresadamsqueenunelementocuyafenomenalidadnotengalaformadelamundanidad.Lavoz es elnombrede este elemento.Lavoz seoye21.El sujetoparlante laoyeen laproximidad absoluta de su presencia. La palabra es viva porque parece nodejarme, no caer fueradem, no se aparta dem; su cuerpo fenomenolgicodesaparece para pasar a pertenecer l mismo a la idealidad; la concienciaexperimenta lapresencia inmediatadel significado.Lapalabramuestraelobjetoidealsinsalirdelaidealidad,sinsalirdelavidapresenteantess.Elobjetoparecequedarabsolutamentedisponibleenlapalabra,staparecedesaparecerohacerse

transparente

para

que

el

objeto

se

presente

l

mismo;

el

fonema

es

la

idealidad

dominadoradel fenmeno.Y elquehabla se oyehablar:percibe los fonemasycomprendesupropiaintencindeexpresin.Esteorseoperaenlauniversalidad(los significados son idealidades que se pueden repetir indefinidamente) y nonecesita delmundo, ha superado ya la actitud natural. La voz es autoafeccinpura;enellasefundalaposibilidaddeloquesellamasubjetividadoparas;sinellaningnmundo aparecera como tal.Launidaddel sonidoy lavozescapade ladistincindelointramundanoylotrascendental,ylahaceposible.As,lavozeslaconciencia.

Ciertamente, la trascendencia de la dignidad de la voz respecto de las otrassustanciassignificantesserevelacomoapariencia.Peroestaaparienciaeslaesenciamisma de la conciencia y determina una poca a la cual pertenece la idea deverdadysuoposicinalaapariencia.Luego,noessimplementeunaaparienciay

21Ib,p.67.


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no puede nombrrsela como tal al interior de la conceptualidad metafsica22.Nombrndolahayque tachar lodicho.Tocamosaquunpunto fundamentaldelpensamiento de Derrida. En lamedida que se piensa seriamente el fondo delpensamientofilosficoelsercomopresenciasehacepatenteelorigendelosconceptos filosficos, es decir, su dependencia mutua y su inscripcin en lapresencia.Si loqueestpuestoencuestines lametafsicaensutotalidad,nosepuedepensaresatotalidadapartirdealgunosdesuselementos.Perotampocosepuedeeliminaresoselementos,esosconceptos.ComolodiceelmismoDerrida:ningn sentido puede prescindir de los conceptos de lametafsica para hacervacilar lametafsica;nodisponemosde algn lenguajeque sea extraoaestahistoria;nopodemosenunciaralgunaproposicindestructoraquenohayadebidodeslizarseyaen laforma,en la lgicayenlospostuladosimplcitosde lomismoque ella querra impugnar23. A partir de esta imposibilidad se comprende ladificultadelnecesariocrculoenquesemuevenlosdiscursosdestructores,

y sumultiplicidad aparece fundada. Los discursosdestructores deNietzsche,FreudyHeidegger,sepodramostrarlo,operanapartirdeconceptosheredadosde lametafsica.PorelloDerridahablanodedestruccin,sinodedesconstruccin.Con losconceptosdesconstruidosseopera.Peroenunmomentodado,hayqueabandonarlos (momento sumamentedifcildedeterminar).Tomemoselcasodelvalordeverdad.Elconceptodeverdad,nosdiceDerrida,no tienesentidomsquealinteriordelaclausuralogocntricaydelametafsicadelapresencia24.Porloqueuna investigacincomo lasuyanoestsimplementesujetaa laverdad.Delimitando laverdadnoesten laverdad (y tampocoenelerror).Se tratadeun

pensamiento

que

no

necesita

ms

ser

verdadero.

Cuyo

exceder

la

metafsica

(en

un

movimiento inestable)no recoge,no supera lametafsicaqueexcede.NohaymsAufhebung.Ciertoesque tampocoseestmsen terrenohegeliano;esNietzschequiensealaladireccin.

Qusustituyealametafsicadelapresencia?O,msexactamente,quesposiblepensar cuando sedesconstruye lapresencia? Si lametafsicade lapresencia seconstituypor elprivilegiode lavozypor la represinde la escritura, ladesconstruccindelapresencianopuedemenosqueabrirelcampodeunateoradelaescritura(archiescritura,archihuella,differentiaodiffrance25,grama).Puesescritura

significa,primariamente,inscripcineinstitucindurabledeunsigno.Ahorabien,

22Ib,p.86.

23ED,p.412.

24Gr,p.164,nota.

25Verelanlisissemnticodedifferentia(Diffrance)enlanota28delatraduccin.


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la semiologamismanosda lasarmasparapensar todo sistemade signoscomosistemadesignosescritosoinscritos.Partamosdelaconcepcinclsicadelsigno.

Elsigno,sedice,representalacosa,ocupaellugardelacosaausente;cuandonotenemoslacosapasamosporelrodeodelsigno;elsignoeslapresenciadiferidadelacosa.Sloselepiensa,entonces,apartiryenvistadelacosa(apartirdelacosadiferida, en vista de su reapropiacin), el signo es, por tanto, secundario yprovisorio. Tal carcter de secundariedad y provisionalidad resulta puesto encuestin por el principio fundamental de la semiologa, el principio de ladiferencia.Esteprincipioafectaalatotalidaddelsigno,estoes,tantoalsignificadocomoalsignificante.ComoescribeSaussure:enlalenguaslohaydiferenciassintrminospositivos.Ya se considere el significante, ya el significado, la lengua nocomporta ideas ni sonidos preexistentes al sistema lingstico, sino solamentediferenciasconceptualesydiferenciasfnicasresultantesdeesesistema.Loquede

idea o demateria fnica hay en un signo importamenos que lo que hay a sualrededor en los otros signos26. As, debemos considerar todo proceso designificacincomounjuegoformal,sistemtico,dediferencias,esdecir,dehuellas.DejemoslapalabraaDerrida:Eljuegodediferenciassuponeunefectodesntesisyderemisionesqueimpidenque,enciertomomento,encualquiersentido,algnelementosimpleestpresenteenlmismoysloremitaasmismo.Yaenelordendel discurso hablado, ya en el del discurso escrito, ningn elemento puedefuncionar como signo sin remitir a otro elemento, el cual no est l mismosimplementepresente.Esteencadenamientohacequecadaelementofonemao

grafema

se

constituya

a

partir

de

la

huella

en

l

de

otros

elementos

de

la

cadena

odelsistema.Esteencadenamiento,estetejido,eseltextoquenoseproducemsqueenlatransformacindeotrotexto.Nada,nienloselementosnienelsistema,est en algunaparteo algunavez simplementepresenteo ausente27.Lahuella(trace)serelaciona tantoconelpasadocomoconel futuroyconstituye loquesellama presente por esa relacinmisma con lo que ste no es.Hay, pues, unespaciamiento por el cual los elementos se interrelacionan produciendo losintervalos sin los cuales los trminos plenos no funcionaran, y unatemporalizacinpor la cual la intuicin, lapercepcin, la relacin conelpresente,con una realidad presente, conun ente, es siempre diferida.Diferida porqueun

elementoslo funcionaysignifica,dao tomasentido,alremitiraotroelemento,pasadoofuturo.Laarchiescritura, laarchihuella,ladifferentia,esemovimientodejuego que produce las diferencias, (es) (a la vez) espaciamiento (y)

26Saussure,Cursodelingsticageneral,Trad.deA.Alonso,Ed.Losada,1976.

27SGr,pp.141y142.


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temporalizacin28.Lahuellaesantesde todoente;lahuellaes,enefecto,elorigenabsolutodelsentidoengeneral.Loque,unavezms,quieredecirquenohayorigenabsolutodelsentidoengeneral29.Lagramatologaes,deestemodo,lateoradelaposibilidadgeneraldetodainscripcin.

Sepuede,pues,hablardeunaproduccin,masnoapartirdeunsujetoounasustancia,anterioreindependientedeljuegodelasdiferencias;deunconstituirsehistricamente las diferencias,pero slo si se piensa esa expresin fuera de laconceptualidadmetafsica;deunadifferentiaoriginaria,peroslo si se tacha lodicho,yaqueelconceptodeorigen remiteconstitutivamenteaunapresencia.Nadaprecedealadifferentia;nohayunsujetoqueseasuautor;lasubjetividadylaobjetividadsonefectos inscritos;nohay,portanto,constitucindeunaconcienciaantesde lapalabraoelsigno(cuales lapretensinde lametafsicamoderna).Setrata,pues,deacabarcon larepresinde lahuella,conelprivilegiodelpresente.

Eseprivilegioqueeselterdelametafsica,elelementodenuestropensamientoentantoqueestprisionerodelalenguadelametafsica30.Ycomprenderqueconla intervencinde la differentia, lasopciones conceptualesde lametafsica (entreotras: significante/significado; sensible/inteligible; escritura/habla; habla/lengua;diacrona/sincrona; espacio/tiempo; pasividad/actividad, etc.) resultan nopertinentes31.

Estemovimiento radical,esta crticade lapresencia,no sloest implcitaen lasemiologa;esloquemueve,comosesabe,elpensamientoheideggeriano;perono

est

menos

presente,

como

Derrida

seala,

en

autores

como

Nietzsche,

Freud,

Levitas:nuestrapocacomienzaacomprendersuinscripcin.

Intentemos, para terminar, recoger diversas direcciones que hemos sealado ennuestroestudiodeDerrida:sudobleposicinfrentealestructuralismo(mostrandosudependenciametafsica;sealando,apartirdel,unmsalldelametafsica),su afirmacin de Nietzsche y, final y muy brevemente, por los motivos quesealaremos,surelacinconHeidegger.Empecemosporcomentarunodelosmsbellosy(relativamente)msfcilesartculosdenuestroautor:Laestructura,elsignoyeljuegoeneldiscursodelascienciashumanas32.

28D,p.52.

29Gr,p.95.

30D,p.55.

31SGr,pp.143y144.

32ED,pp.409y428.


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Se tratadedos interpretacionesde la interpretacin, la estructura, el signo y eljuego.Comencemosporelconceptodeestructura.Suedadesladelaepisteme,esdecir, la de la filosofa y la ciencia, y sus races se encuentran en el lenguajeordinariodedonde laepistemelasrecoge.Perolaestructura,enlamedidaenquehasidosometidaynoslopor lanecesidaddeorganizarlaauncentro,aunpuntodepresencia,aunorigen fijo,hasidosiempreneutralizadayreducida.Elpapeldelcentrohasidosiempre limitareljuegode laestructura.Talcentro,queestparadjicamentedentroy fuerade laestructura,harecibido losnombresdeorigen o fin, de arch o telos, y a partir de l han quedado prisioneras, en unahistoria del sentido, las sustituciones, transformaciones, permutaciones; historiaqueloesdeunasustitucindelosnombresdelcentro,comomuybienlosabeelgranBorges,comoelmismoDerridaloseala33.

Nuestrapocarompeesesesquemaalrepetirelpensamientode laestructura.El

pretendido centro aparece, no como un lugar fijo sino como una funcin, unasuertedenolugarquepermiteeljuegode lassustitucionesde lossignos.En talausencia de centro todo deviene discurso, es decir, ausencia de insignificadotrascendental,todoesjuegodediferencias(escritura).Nietzsche,Freud,Heideggeryelestructuralismo trabajanen formanecesariamenteambiguaenestadesconstruccin de lametafsica.Nos hemos referido ya a las dificultades de esetrabajo; hemos sealado ya lo que pasa con el signo. En este artculo DerridaexaminaelcasodeLviStrauss.Noeslaprimeravezquelohace.EnlasegundapartedeLaGramatologaatacaenformaviolenta,diramos,loquesepodrallamar

la

ingenuidad

metafsica

del

gran

etnlogo

(inscrita,

por

lo

dems,

en

el

sistema

de

susconceptos,msque imputableasusprejuicios).AhoraDerridamuestraendetalle las dos puntas del trabajo de LviStrauss. Lo hace a propsito de ladistincin entre naturaleza y cultura, del concepto de bricolage y del nivelepistemolgico en que se mueven los Mythologiques. Respecto de este nivelepistemolgico lasdosposibilidadesde interpretacin,queDerrida intentaponerdemanifiesto,resultanpatentesyporesonosreferimosalaqu.

ElesfuerzonotabledeLviStraussescribeDerridanoresidesloenproponerunacienciaestructuralde losmitosyde laactividadmitolgica.Derridaaprecia,

particularmente,elstatusqueLviStraussdaasupropiodiscursosobrelosmitos:elabandonodeclaradodetodareferenciasauncentro,aunsujeto,aunareferenciaprivilegiada,aunorigenoaunaarchabsoluta34.SigamosestedescentramientoenlaOuvertureaLeCruetleCuit.Tenemosquenohay,dehecho,peseaqueseusa

33ED,p.137.EltextodeBorgesesLaesferadePascal.

34ED,p.419.


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elconcepto,unmitodereferencia;nohayunidadofuenteabsolutadelmito;todocomienza por la estructura, la configuracin, la relacin.Esto significa que estecarcteracntricodebepasaraldiscursosobreelmito;taldiscursodeberenunciara laexigenciadeuncentro,propiade laepisteme;eldiscursomitolgicodebesermitomorfo. Como dice elmismo LviStrauss: Al querer imitar elmovimientoespontneo del pensamiento mtico nuestra empresa, tambin ella demasiadobreveydemasiadolarga,hadebidoplegarseasusexigencias,yrespetarsuritmo.As este libro sobre losmitos es, a sumanera, unmito35. Pero interpretar esteresultado resulta difcil.Una objecin clsica reaparece: son de igual valor losdiscursos sobre losmitos?, pueden o deben distinguirse esos discursos por suvalor? Al no discutir LviStrauss, nos dice Derrida, las diferencias entre eldiscurso tradicional y el discurso mitomrfico, su pretendida trasgresin deldiscursofilosficoseconvierteenunafallaenel interiordeesteltimodiscurso.Elloen lamedidaenquesumtodoaparecera,respectode loscnonesclsicos,

como empirista. Esto es, que enfrentado a la objecin de si los materiales(necesariamente limitados)conque trabajabastanparaestableceruna cienciadelosmitos, LviStrauss vacila. Y vacila porque coexisten en l, y en forma noexpresa,dosmanerasdepensarellmitedelatotalizacin(declaradaalavezintile imposible). Segn una no habra totalizacin debido a los lmites del saberhumano;segnlaotra,porquelanaturalezadelcampoconsideradounlenguajefinitoexcluye la totalizacin:enefecto,esecampoeseldeunjuego;se tratadesustitucionesinfinitasdentrodeunconjuntofinito;nohaytotalizacinporquenoexiste un centro que detenga y funde el juego de las sustituciones. Y es en

definitiva

con

el

juego

con

lo

que

no

quiere

arriesgarse

Lvi

Strauss;

no

quiere

tomarloenserio,juegaconeljuegoneutralizndoloapartirdelaaspiracinaunapresencia plena originaria, autntica, que busca, como es sabido, en lascomunidadesprimitivas;yelloporquenoseresuelveajugarseriamente,esdecir,jugarrealmentealjuegoafirmaralegremente,comoNietzsche,eljuegodelmundoy la inocencia del devenir, afirmacin de un mundo de signos sin falta, sinverdad,sinorigen,abiertoauna interpretacinactivaEstaafirmacindeterminaentonces la ausencia de centro no como unaprdida del centro36. As, pues, unainterpretacindela interpretacin,de laestructura,delsignoydeljuegotratadeencontrarunaverdaduorigenqueescapealjuegoyalsigno(eselrostrotriste,

negativo,nostlgico, culpable, rousseaunianodelpensamientodeljuego, escribe

Derrida);laotra,quenoestmsdirigidahaciaelorigen,afirmaeljuegoeintentapasarms all del hombre y del humanismo, el nombre del hombre siendo elnombredeeseserque,atravsdelahistoriadelametafsicaodelaontoteologa,

35LviStrauss,MitolgicasI,Trad.deJ.Almeda,F.C.E.Mxico1968mp.15.CitadoenED,p.420.

36ED,p.427.


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es decir, del todo de su historia, ha soado la presencia plena, el fundamentotranquilizador,elorigenyelfindeljuego37.

NosquedaraanporhablaracercadelarelacinentreDerridayHeidegger.Peroprecisamenteletextodecisivosobreestamateriaes,hastaelmomento,eltextoquepresentamos,OusayGramm.EstonoquieredecirquelarelacindeDerridaconHeideggercomienceapartirdeestetexto38.Ascomo todosupensamientonoesen el fondo sinounameditacinde laobradeNietzsche,nadams constanteytenaz,respectode loscontemporneos,quesudilogoconHeidegger.NoresultaaventuradoafirmarqueDerridaeselprimerpensadorqueestencondicionesdedialogarconHeidegger,enprimeroentenerqudecirfrentealgranfilsofoalemn,ystenoeselmenosdesusmritos.LoapreciarellectorleyendoestaNotasobreunanotadeSeryTiempo.Ttulomodestoparaunaformidableempresa,perottuloadecuado si se piensa que Derrida no opone otra filosofa a la filosofa de

Heidegger (oa lafilosofa engeneral).Pues laNotadeHeideggerenSeryTiempo(sobre losorgenesgriegos,aristotlicos,delconceptohegelianode tiempo)es ladbil aparicin, el sntoma, de un problema no aclarado que atraviesa todo elpensamientoheideggeriano.LaNotasobrelanotaaclaraelsentidodelsntoma:ellobastaparadesatarelproblema.

37Ibd.

38Verespecialmente, D,pp.62y65.GR,pp.33y39yEM.

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Tiempo y Presencia - Patricio Marchant