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Tipos de Revelación La fe cristiana proclama que Dios ha tomado la iniciativa y se ha revelado a sí mismo dinámica y decididamente. El cristianismo es, por lo tanto, una religión de revelación, y esa revelación es esencial si realmente queremos conocer a Dios. Debido a que el la humanidad es finita y Dios es infinito, no podemos conocer a Dios a menos que él se nos revele, es decir a menos que él se manifieste a los humanos de forma tal que puedan conocerlo y relacionarse con él” Dios se ha revelado a sí mismo: de dos maneras diferentes: a través de su mundo (revelación general: conocimiento de Dios mediante el orden creado) y a través de su Palabra (revelación especial: conocimiento de Dios mediante la historia de la redención). Revelación general La existencia, el poder, la sabiduría, la majestad, la justicia y la gloria de Dios se manifiestan a todas las personas de todo tiempo y lugar (generalmente disponibles) a través del orden creado, que incluye la naturaleza, la historia y la conciencia interior humana. La revelación general misma asume dos formas: En primer lugar está la revelación general externa, que consiste en el orden creado o naturaleza (que refleja la obra de Dios como el Creador trascendente que se ocupa del mundo) y el ordenamiento providencial de Dios de la historia (que refleja la obra de Dios como el soberano Sustentador del mundo). En segundo lugar está la revelación general interna que incluye tanto un sentido (o conciencia) innato de Dios como la ley moral de la conciencia en la persona humana. La revelación general interna está conectada directamente con la comprensión cristiana del imagen de Dios:. Como la corona de la creación de Dios, la imagen de Dios se refleja singularmente en las capacidades racionales, la voluntad moral, los aspectos relacionales y las calidades espirituales distintivas de la humanidad. Como una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, el hombre refleja la gloria de su Hacedor (aunque ciertamente finita en su expresión), y después de la caída del hombre en el pecado la imagen de Dios sin duda ha quedado empañada. Revelación especial La más específica y particular autodivulgacón de Dios viene en y a través de sus grandes acciones, hechos y palabras redentoras. 5 Se la denomina así porque esta forma de revelación viene en momentos especiales y en lugares especiales. Esta develación detallada viene en dos etapas. Primero, Él se manifestó a sí mismo a través del pueblo del pacto de Dios, como los patriarcas, profetas y reyes hebreos (según lo registrado e interpretado por los profetas en el Antiguo Testamento). En segundo lugar, la revelación de Dios culminó decisivamente a través de la encarnación de Cristo Jesús, el Dios-hombre. La entrada culminante de Dios en la historia humana aparece detallada en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo (según lo registrado e interpretado por los apóstoles en el Nuevo Testamento).

Tipos de Revelación

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Tipos de Revelación

La fe cristiana proclama que Dios ha tomado la iniciativa y se ha revelado a sí mismo dinámica y decididamente. El cristianismo es, por lo tanto, una religión de revelación, y esa revelación es esencial si realmente queremos conocer a Dios.

Debido a que el la humanidad es finita y Dios es infinito, no podemos conocer a Dios a menos que él se nos revele, es decir a menos que él se manifieste a los humanos de forma tal que puedan conocerlo y relacionarse con él”

Dios se ha revelado a sí mismo: de dos maneras diferentes: a través de su mundo (revelación general: conocimiento de Dios mediante el orden creado) y a través de su Palabra (revelación especial: conocimiento de Dios mediante la historia de la redención).

Revelación general La existencia, el poder, la sabiduría, la majestad, la justicia y la gloria de Dios se manifiestan a todas las personas de todo tiempo y lugar (generalmente disponibles) a través del orden creado, que incluye la naturaleza, la historia y la conciencia interior humana.

La revelación general misma asume dos formas:En primer lugar está la revelación general externa, que consiste en el orden creado o naturaleza (que refleja la obra

de Dios como el Creador trascendente que se ocupa del mundo) y el ordenamiento providencial de Dios de la historia (que refleja la obra de Dios como el soberano Sustentador del mundo).

En segundo lugar está la revelación general interna que incluye tanto un sentido (o conciencia) innato de Dios como la ley moral de la conciencia en la persona humana.

 La revelación general interna está conectada directamente con la comprensión cristiana del imagen de Dios:. Como

la corona de la creación de Dios, la imagen de Dios se refleja singularmente en las capacidades racionales, la voluntad moral, los aspectos relacionales y las calidades espirituales distintivas de la humanidad. Como una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, el hombre refleja la gloria de su Hacedor (aunque ciertamente finita en su expresión), y después de la caída del hombre en el pecado la imagen de Dios sin duda ha quedado empañada.

Revelación especial

 La más específica y particular autodivulgacón de Dios viene en y a través de sus grandes acciones, hechos y palabras

redentoras.5 Se la denomina así porque esta forma de revelación viene en momentos especiales y en lugares especiales. Esta develación detallada viene en dos etapas.

 Primero, Él se manifestó a sí mismo a través del pueblo del pacto de Dios, como los patriarcas, profetas y reyes

hebreos (según lo registrado e interpretado por los profetas en el Antiguo Testamento). En segundo lugar, la revelación de Dios culminó decisivamente a través de la encarnación de Cristo Jesús, el Dios-hombre. La entrada culminante de Dios en la historia humana aparece detallada en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo (según lo registrado e interpretado por los apóstoles en el Nuevo Testamento).

La revelación especial en la historia sagrada es coronada por la encarnación de la Palabra viva y la inscrituración de la palabra hablada. El evangelio de la redención, por lo tanto, no es simplemente una serie de tesis abstractas sin relación con hechos históricos específicos; es la noticia dramática de que Dios ha actuado en la historia salvífica, culminada en la persona y la obra encarnadas de Cristo (Hebreos 1:2) para la salvación de la humanidad perdida.