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SENSACIONAL----------------------- -----

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A PARTIR DE LA DISPOSICION

DE LAS PROPIAS PINTURAS

DESCUBRIMIENTOTodas las figuras se concentran en torno auna pintura central.

EN lA CUEVAEste dato revolucionario aportado por undominico asturiano da a entender la inten-ción de los autores paleolíticos de dar a sus

obras un determinado orden DE~~TITOBUSTlllO"

Por MANUEL MAllO VIESCA

PADRE SDRIA

Esta cueva con pinturasprehistóricas que. un día deabril de 1968. descubrió ungrupo animoso de jóvenes de-portistas. es noticia otra vez.Aunque ahora no para el granpúblico de los diarios. sino paralos estudiosos de la prehistoriay. también. para los simple-mente interesados en su pro-blernática. Para alguno de aqué-llos puede que la noticia resul-te desconcertante y difícil deasimilar.

Se trata de un trabajo apare-cido en el tomo XIX de la re-vista -Archivum-. de la Facul-tad de Filosofía y Letras de laUniversidad de Oviedo. v titula-do Análisis estética de las pintu-ras prehistóricas de " el Ramu ,.IRibadcscllut, Lo firma el do-minico asturiano P. Fernando

,. Soria. doctor en Filosofía porla Universidad de Sto. Tomásde Roma. y profesor de Antro-pología Filosófica y Estética

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en el Pontificio 1nstituto Supe-rior de Filosofía de Valladolid.Es~ trub~o v~ne a ~r unaampliación de sus investiga-ciones y publicaciones sobredichas disciplinas. y le consi-deramos como una aportacióninédita. un nuevo enfoque de lascomposiciones rupestres paleo-líticas en el sentido de la orde-nación de los paneles.

La afirmación de un ordenen las representaciones paleo-líticas no se hace por vez pri-mera en este trabajo. Larning-Emperaire y Leroi-Gourhan lohabían establecido igual menté.si bien basándose en otras con-sideraciones y atendiendo a unainterpretación temática o designificado. Examinan las agru-paciones figurativas y su dis-tribución en las diversas partesde las cuevas. que se regiríanpor los dos grandes principiosmasculino y [ctncnino. En elúltimo Symposium de Arte

CABEZA DE CABALLO EN NEGRO DE LA CUEVA

Cuaternario, celebrado recien-temente en Santander, Leroi-Gourhan notificaba que, some-tidos a las computadoras estosdatos de distribución o agrupa-miento. habían dado como re-sultado el que tal disposiciónno podía ser meramente casual,sino que había sido intenciona-da. Y Laming-Emperaire. ba-sándose por una parte en elacoplamiento de animales y sig-nos, y por otra en la organiza-ción según esquemas, concluíala existencia en cada cueva deuna asociación característica,que puede repetirse rítmica-mente y que podrían interpre-tarse como imagen de sistemasde alianza entre los grupossociales.

El P. Soria va por otros cami-nos, que ni corroboran ni con-tradicen tales teorías. Igualque en dichos autores, su ex-posición echa por tierra la an-

tigua hipótesis de H. Breuil deque los paleolíticos pintabanlos paneles de forma anárquica.originando un caos de figura-ciones. Su visión de los «con-juntos» independientes dentrode una misma cueva, puede dargran luz al estudio del arte pa-leolítico. Se atiene al dato ob-jetivo, tal como se presenta anuestras IlÚradas. « La obrade arte -advierre- ya cons-tituida como tal, tiene una en-tidad propia. ESTá ahí, CVIlsupropio ser. dejándose COl1felll-piar por nosotros. ESTOse ol-vida a veces, )' con más [recuen-cia de lo que cabría esperar,para aventurarse en considera-ciones marginales sobre el ca-rácter y la personalidad de suautor, o para imaginar comple-jas situaciones sociales o cultu-rales en que encuadrarla», Noparte de ninguna hipótesis nitrata de estructurar una teoría.Sin embargo. el simple hecho

LA,QUINCENA BLANCA

sábanal]jI1 rnrnrnrnD1f®rnI1~OO

la meiorpara más noches

de venta en

JlIPQlayoel comercio de Asturias

de e~tablec~r el da/o implicauna visión revolucionar in.

Hace un análisis estético delas pinturas de "El Ramu-,especialmente las que cornpo-nen el gran panel. El ritmo. laarmonía. la complernentariedadfigurativa y crornática se hanpuesto allí en juego. La distri-bución de las figuras se basaen una proporción numeral sen-cillísima (3,1.3). dispuestas enderredor de una figura central.Tres figuras de caballos formanuna curva ascendente, y otrastres ----esta vez en representa-ciones de cérvidos->- otra des-cendente , en marcando entre lasdos a un caballo en su centro:tres líneas de figuración en dia-gonal que cruzan por en medir)de este último. establecen unanueva relación tcrnaria entretodos los animales representa-dos (véase el esquema adjuruo i.

La sabia ordenación de todaslas figuras y su cromatismo lasestablece en una mutua rclu-ción y los vinculo al caballocentral. evitándose al rmsrnotiempo una excesiva rigidc>

RENO DE LA CUEVA DE TITO SUSTILLO o EL RAMU

matemática que dcstruiria elefecto estético.

Ll)S Clnúlisi, l1.:1 P. Soriuatienden a todos los clcrncntosde la composición. que cvidcn-cian sus aciertos representan-vos. Realiza un examen sirni-lar. con resultados parecidos.en e 1 grupo de cérvidos graba-de'S. ,1 Lt izquicrd.. del gran pa-

ncl. que se cstrucruran al modode un poliptico.

Es claro -y queda bienconstatado en este trabajo--que del mismo modo que en losgrandes rnurales de la historiadel arte. el artista -o artistas.pues pudieron ser varios--- pa-leolítico estructuró su composi-ción teniendo en cuenta el lu-

gar idóneo para cada figura yel espacio donde iba a repre-sentar: como asimismo el inten-to de estructurar en unidad to-do el conjunto.

Cuando decimos artista (o ar-tistas) señalamos al último mag-dalenense (o a los últimos. encolaboración más o menos es-trecha) que utilizó como muralel gran panel. aprovechó y co-rrigió distintas figuras pinta-das por individuos anterioresde un solutrense o un rnagda-lenense más antiguo. para rea-lizar la composición final.

Pero quede bien claro queeste hecho no implica en losartistas una teoria del arte yaestablecida. Realizaban --demodo instintivo. si se quiere-obras que resultan artisticas,con finalidades representativasque desconocemos (totémicas.sexuales. de magia simpática ... ):pero no trataban de plasmarni se guiaban por nociones abs-tractas de arte o de belleza. Elsentido estético -más o menosdesarrollado-- es innato al

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EsaUEMA FUNDAMENTAL DEL PANEL PRINCIPAL EN QUE BASA SU ESTUDIO EL PADRE SORIA

hombre. '1' el HO\1BRE paleo-lítico. por el mero hecho de ser-lo, tenía todas las característi-cas de hombre: a nivel paleo-lítico si se quiere. pero abar-cando todas sus implicacionesnecesarias. El HO\!O no essapiens corno un mero acciden-te. sino que lo es en cuanto quees liomo. En un sentido simi-lar nosotros añadiríamos queel HOl\¡O es también GI!5/ht'-

ticus por el mero hecho de serhomo,

:\ada sabemos del arte ¡si lohubo} de los achelenses y rnus-tiercnses, Se ha venido afirman-do que el arte nació con el mun-do auriñacense: pero descono-ccrnos todavía si 105 materialesperecederos que hubieron deutilizar aquéllos no incluíantambién menifestaciones artís-ticas. Creemos. no obstante.que sí. pues las hachas almen-dradas. algunas de tan bellafactura. son ya prueba de ello.

Si bien esto trasciende el le-ma y la problemática del es-tudio que comentamos.

En la cueva de Ribadesella.el número J -tradicionalmc1Henúmero sagrado y perfecto--puede ser la base del esquema.Lo que no implica que tal nú-mCfL1sea el principio de todaslas composiciones paleolíticaspar ietales .. -\sí opinamos. y nocreemos que el autor disientude nuestro parecer. En otrascuevas el número básico de lacomposición estética pudo ha-ber sido éste u otro cualquiera:por ejemplo. el 2. o el 5. e' el 9.o simplernete el l. Pues 1lL'todos los artistas. en el decur-so de tantos rnilenios de artey de cultura. tuvieron que te-ner necesariamente las mismasmotivaciones y regirse por unosmismos principios. Puede ha-ber incluso cuevas con arte pa-rietal en las que no se dé estesentido ordenado c intenciona-do en la distribución de las fi-guras de ani males y sí mbolos.Del mismo modo que actual-mente existen grandes diteren-cias entre urtistas verdaderos yseudoattistas . Por eso cuevascorno la tan discutida de Llc-días .. , podrían- ser auténticasno obstante la negativa de lascomputadoras: pero realizadas

CABALLO RELLENO EN VIOLETA DE LA CUEVA DE EL RAMU O TITO BUSTILLO

por un '.artista meuor-. La au-scncia de tal esquema. corro-borada su presencia en otrascuevas de autenticidad indis-cutible. no dejaría. <in crnbar-gl'. de ser un nuevo cargo encontra.

en nucv e' camino se abre coneste trabajo -~l,;í creemos-e-en la comprensión del arte pre-histórico. Por haber ucompuñn-do el autor en algunas visitasa di \ ersa- cucv J' de la regiónrranco-cnntábrica podemos .isc-verur el rigor ciennfico de 'u~método de trabajo. por otro 1:1-do aqui manifestado. El hechoque establece 11<'es único ~ sinparangón. Sabemos que cstúpreparando, en esta misma líneacxposui- .a. el estudio (le otrascuevas que confirma la reali-dad de una intención creadoray ordenadora en sus pinturas.Quizás entonces. una vez con-cluidos. pueda incluso llegara una conclusión general vál i-da para la interpretación de ,ig-nificados en el arte paleolítico.

Corno asturianos nos cl'n)o'ra-tula su inicio por la de . El Ra-ruu e' Tito Bustillo. valorandoaún más. si cabe. la grandiosi-dad arustica de este monumentode nuestra tierra. Pero no dc--de el punto de vista simplcrnen-te turistico. sino con el avul deun trabaio seriamente cien-tífico.

.-\grade~·"m,l' al P. Soria lac-airnación implícita que: hacede nuestro trubuj«. el pri meroaparecido sol-re dicha cueva

t cn 1:1 revista -Zephyrus-.lLJ<.)¡';l.al utilizarlo como basebibliográfica principal para suestudio.

colora

que tiene vidaCLARO EN LA SOMBRA, OBSCURO EN LA CLARIDAD

ENTREGA EN EL OlA nrT[][lAS LAS GRADUACIONES

uria. 50 -urja, 12-lila, 1 LJVIE:DO'

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