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TLC Y NEOLIBERALISMO JUAN MANUEL DÍAZ OÑORO

TLC y Neoliberalismo

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Desde la aplicación de la doctrina política estadounidense, conocida como la “Doctrina Monroe”, cuyo objetivo era disuadir a los países europeos de intervenir en los asuntos de las naciones ‘libres’ del continente americano (2 de diciembre de 1803); y más tarde, cuando James Knox PolK la aplicó para justificar la expansión estadounidense América Latina; y a partir de 1878, cuando se declaró bajo al amparo de esta doctrina que estaba prohibido para las potencias europeas la cesión de territorios americanos reservando Estados Unidos para sí el derecho a controlar con exclusividad cualquier canal que comunicara el océano Atlántico con el Pacífico a través de Centroamérica, y otras injerencias estadounidenses en cualquier nación latinoamericana “culpable de actuar incorrectamente en política interior o exterior”; se han mostrado claramente, aunque el “Tío Sam” quiera encubrir estas verdaderas razones, que el dominio político y económico y el sometimiento de las naciones latinoamericanas a la explotación indiscriminada de sus recursos aduciendo razones de “seguridad nacional”, son el programa oficial de la potencia americana. La tal “Doctrina Monroe”, ha tenido una considerable repercusión como elemento característico de la política exterior de Estados Unidos y ha encontrado un gran respaldo en ese país, debido a que favorecía sus intereses, como ya ha quedado dicho. Sin embargo, Estados Unidos la ha enarbolado en ocasiones para justificar su injerencia en los asuntos internos de otras naciones americanas, al no establecerse en la formulación original una distinción clara entre los intereses de Estados Unidos y los de las naciones vecinas. La creciente intranquilidad que ha generado en este país la inestabilidad de los regímenes latinoamericanos motivó que intervenciones como la de Panamá, el apoyo al gobierno de Joaquín Balaguer en República Dominicana, la intervención en el derrocamiento del presidente chileno Salvador Allende, hayan sido frecuentes y polémicas a lo largo del siglo XX

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TLC Y NEOLIBERALISMO

JUAN MANUEL DÍAZ OÑORO

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGÓFACULTAD DE EDUCACIÓN

FILOSOFÍAMANIZALES

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Introducción

El origen de la dominación económicaNo sabría a ciencia cierta hasta cuándo en el tiempo habría que remontarse para poder rasgar siquiera cuando es que empieza toda esta pugna por acumular y acumular y acumular… es cierto que, en todas las especies habidas y por haber en el mundo, siempre sobrevive el más fuerte sobre el más débil, sobrevive aquel que se adapta con menor dificultad a las adversidades del medio. Pero cuando la supervivencia se hace con alevosía y se impone el dominio (y se sobrevive) no importando cuáles sean los medios utilizados, todas las ideas que sobre ética se tengan quedan cuarteadas.

Desde la aplicación de la doctrina política estadounidense, conocida como la “Doctrina Monroe”, cuyo objetivo era disuadir a los países europeos de intervenir en los asuntos de las naciones ‘libres’ del continente americano1 (2 de diciembre de 1803); y más tarde, cuando James Knox PolK la aplicó para justificar la expansión estadounidense América Latina; y a partir de 1878, cuando se declaró bajo al amparo de esta doctrina que estaba prohibido para las potencias europeas la cesión de territorios americanos reservando Estados Unidos para sí el derecho a controlar con exclusividad cualquier canal que comunicara el océano Atlántico con el Pacífico a través de Centroamérica, y otras injerencias estadounidenses en cualquier nación latinoamericana “culpable de actuar incorrectamente en política interior o exterior”; se han mostrado claramente, aunque el “Tío Sam” quiera encubrir estas verdaderas razones, que el dominio político y económico y el sometimiento de las naciones latinoamericanas a la explotación indiscriminada de sus recursos aduciendo razones de “seguridad nacional”, son el programa oficial de la potencia americana. La tal “Doctrina Monroe”, ha tenido una considerable repercusión como elemento característico de la política exterior de Estados Unidos y ha encontrado un gran respaldo en ese país, debido a que favorecía sus intereses, como ya ha quedado dicho. Sin embargo, Estados Unidos la ha enarbolado en ocasiones para justificar su injerencia en los asuntos internos de otras naciones americanas, al no establecerse en la formulación original una distinción clara entre los intereses de Estados Unidos y los de las naciones vecinas. La creciente intranquilidad que ha generado en este país la inestabilidad de los regímenes latinoamericanos motivó que intervenciones como la de Panamá, el apoyo al gobierno de Joaquín Balaguer en República Dominicana, la intervención en el derrocamiento del presidente chileno Salvador Allende, hayan sido frecuentes y polémicas a lo largo del siglo XX2

1 Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.2 Ibíd.

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Así es como los Estados Unidos de América han dado muestras de su poder político y económico, mostrándose como un país “pulpo” en sus aspiraciones expansionistas e imperialistas. Basado en esta doctrina, este país ha hecho de Latinoamérica su bastión de extracción de recursos, manipulando la política exterior, realizando tratados en apariencia bilaterales; pero marcadamente unilaterales (el Hay-Herrán, por ejemplo, por el que prácticamente se perdió Panamá) con los cuales amplía su poderío en zonas estratégicas para el incremento de su economía y el detrimento de la de los países subdesarrollados.

Como la ley del más fuerte se impone a la del más débil, las países potencia, encabezados por el Tío del norte, han propuesto un sistema económico caracterizado por ser global, además de ser más productivo (para ellos); y cuya característica global se hace tal pero solo para ellos, en la medida que lo que verdaderamente se globaliza es la gran pobreza (¿miseria?) que sufre la mayor parte de la población mundial. Luego no necesitaríamos más hablar sobre la gran Doctrina de James Monroe, que tradujo y traduce la intención imperialista de Estados Unidos sobre Latinoamérica, sino que ya estos sistemas económicos propuestos serían la nueva bandera enarbolada en nombre de la hegemonía mundial imperialista que busca enriquecer a unos pocos y empobrecer a la gran mayoría, bajo el seudo-nombre de social y el seudo-tinte de comunitaria, donde el pulpo de la economía mundial ha lanzado sus nuevos brazos: el neoliberalismo y el T. L. C., como formas de “chuparle la sangre” a las ya abiertas venas económicas de América Latina.

Qué son, cuáles son sus planteamientos y cuales han sido, son y serán las consecuencias de sus aplicaciones a nivel mundial y, sobre todo, a nivel de Latinoamérica, veremos a medida que pasan las páginas de este sencillo trabajo que busca sacar de la ignorancia y de la aparente grandiosidad que genera en un gran sector de la población estas nuevas maneras de la economía a escala mundial.

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TLC y NEOLIBERALISMOalgunos conceptos y posiciones

No está de sobra decir que todo lo dicho y escrito sobre TLC y neoliberalismo es, por demás, abundante. Sucede, por otra parte, que las posiciones, en las cuales también abundan los escritores y analistas de la materia, son dos casi antagónicas: las que están a favor, resaltando los grandes beneficios que la aplicación de estas políticas económicas traen para cada país que determine su aplicación; y las que están en contra, subrayando de forma vehemente los grandes riesgos a que se exponen sobre todo las economías subdesarrolladas o poco competentes con los grandes imperios económicos.Por ahora no habrá una postura marcada a favor de una ni de otra, sino que lo más importante en este apartado será crear un marco teórico que permita el acercamiento a lo que se plantea en estas teorías y/o modelos económicos, además de las ya mencionadas posturas de varios autores y sectores económicos, particularmente de algunos sectores de la economía colombiana.

¿Qué es un tratado de libre comercio (TLC)?Es un acuerdo mediante el cual dos o más países reglamentan de manera comprehensiva sus relaciones comerciales, con el fin de incrementar los flujos de comercio e inversión y, por esa vía, su nivel de desarrollo económico y social.Los TLCs contienen normas y procedimientos tendientes a garantizar que los flujos de bienes, servicios e inversiones entre losa países que suscriben dichos tratados se realicen sin restricciones injustificadas y en condiciones transparentes y predecibles3. El TLC que se está negociando con Estados Unidos es clave para Colombia por las dimensiones de la economía estadounidense. Es la posibilidad de acceder a un mercado de más de 260 millones de consumidores; pero a su vez implica competir con los productos del país del norte, que cuenta con una infraestructura mucha más desarrollada. No es exagerado afirmar que el TLC va a impactar toda la estructura productiva del país.A este respecto, y tomando, por ahora, como referencia lo subrayado arriba, comenta Edgard Serrano, economista y profesor del Departamento de Economía y Administración de la Universidad de Caldas, que si bien “el tratado entra en una nueva etapa de definiciones sobre nuevas reglas de juego dentro

3 MINISTERIO DE COMERCIO, INDUSTRIA Y TURISMO. Las 100 preguntas del TLC. Panamericana Formas e Impresos S.A. Bogotá, 2004

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del modelo económico impuesto desde la liberalización económica”, mostrándose por sus promotores (gobierno nacional y gremios beneficiados) como “una ingente necesidad de la economía” ya que este tratado “busca más apertura comercial con Estados Unidos”, este es mostrado por los críticos como “la estocada final a nuestra deprimida economía. A este diagnóstico se le suman nuevos peligros como el de la negociación en el sensible sector de las patentes, en particular para el sector farmacéutico”. “Los estudios más rigurosos hechos en Colombia sobre los efectos del tratado, muestran que su impacto en el corto plazo no será favorable (quiebra de sectores productivos no competitivos –la mayoría- y desempleo) en tanto será reemplazada la oferta nacional en diversos sectores por importaciones a muy bajo costo… en el ranking de competitividad internacional Colombia siempre ha estado ocupando lugares que nos muestran poco preparados (como en la época de la apertura) para afrontar los rigores del libre comercio”4. Si estos argumentos son poco convincentes, entonces es preciso remontarse a los años del gobierno de César Gaviria en nuestro país. Cuando este gobernante nacional implantó esta política en nuestro país, que si bien produjo efectos importantes sobre la industria nacional, como la modernización, reestructuración, reconversión, alianzas, ventas a consorcios extranjeros; estos efectos solo se produjeron sobre las industrias que mayor poder y mayor capital tenían en ese momento, trayendo consecuencias catastróficas sobre las microempresas, pequeñas empresas y demás industria nacional con menos ingreso de capital y, por ende, menos preparadas para asumir un reto de competencia con empresa extranjera. Se produjo luego un desangre de la economía nacional que aún hoy no se ha podido subsanar. Si la intención es colocar la economía a nivel competitivo con la internacional, el esfuerzo sale, como se dice, muy caro, y este lo pagan las empresas que no tengan la capacidad suficiente para alcanzar este nivel, y como ya se ha visto, son la mayoría.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de firmar tratados de libre comercio?Según el ya citado folleto de las 100 preguntas del TLC, las ventajas, en comparación con las desventajas, son mucho más en número, ya que, como propone el Ministerio de Comercio, con la firma de este tratado los beneficios que traerá son, entre otros:

o Un aumento en la tasa de crecimiento económico y, por tanto, en el nivel de ingreso per cápita, así como en el nivel de bienestar de la población.

o Una expansión significativa de las exportaciones, en particular de las no tradicionales.

o Un aumento de la competitividad de nuestras empresas, gracias a que es posible disponer de materias primas y bienes de capital (maquinaria) a menores costos.

4 SERRANO MOYA, Edgard. TLC más interrogantes que respuestas. La Patria, 28 de marzo de 2005, Manizales

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o Un flujo significativo de nueva inversión extranjera, con repercusiones favorables en el volumen de exportaciones, la generación de empleo y la transferencia de tecnología.

o Modernización de las entidades vinculadas al comercio exterior y con ellos disminución de los costos de transacción gracias a una mayor eficiencia en las operaciones y procedimientos.

o La creación de empleos derivados de una mayor actividad exportadora y del incremento de la competitividad.

Como se ve, la variedad de beneficios es casi la soñada por cualquier estado que desee una modernización en su economía. Pero ¿a qué costos? El ya citado profesor dice al respecto que “desde los defensores del TLC se argumenta que éste, de una forma “automática” (como en la época aperturista) va a generar un gran crecimiento de las exportaciones (no hay datos verificables), y con ello un aumento significativo del empleo. La realidad lleva a pensar sobre varios aspectos. En primer lugar, cuáles son los sectores que se dinamizarán con el Tratado, o cuáles son los nuevos sectores que se crearán… por otra parte el impacto en el empleo será marginal, e incluso un juego de suma negativa en contra del país, pues el efecto liberador puede destruir más empleos de los que consiga generar”. Por su lado, el Ministerio de Comercio, en su folleto, propone que “por sí solo un TLC no es suficiente para generar desarrollo. A pesar de sus aspectos positivos, se requiere la voluntad de los países (en este caso Colombia) para implementar políticas que permitan dar seguridad y estabilidad a la economía y reducir las diferencias económicas y sociales (¿cuándo si la inversión social es casi nula o se torna en un “pañito de agua tibia” para la sociedad “agobiada y doliente?) es por lo tanto necesario trabajar para modernizar (¿privatizar?) las instituciones públicas, disminuir la inseguridad (carrera armamentística, caravanas turísticas con más verde en los camuflados que en el paisaje: armas en vez de pan), mejorar las vías, los puertos, los servicios públicos, las telecomunicaciones; y enfrentar problemas tales como la corrupción y las fallas en la justicia (¿utopía?) entre otros factores”. Quien lea esto podrá pensar en un imposible para este país lleno de heridas o, por qué no, en un milagro del Sagrado Corazón.

Según Las 100 preguntas del TLC, entre los objetivos de las negociaciones para firmar el Tratado están:

Mejorar el bienestar de la población a través de mejores empleos y un mayor crecimiento económico basado en el aumento del comercio y la inversión nacional e internacional.

Buscar que la propiedad intelectual tenga niveles razonables de protección (con el fin de incentivar la producción de bienes, servicios y creaciones artísticas y literarias en Colombia); pero sin comprometer la salud de la población ni la posibilidad de contar con medicamentos y otros productos a precios accesibles para el público. Igualmente se negocian limitaciones y excepciones a los derechos de propiedad intelectual.

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Ampliar las ventas de los productos y servicios de Colombia en el exterior, tanto a nivel de número y cantidad como de países destino. En particular, se espera ampliar las ventas de productos agrícolas en el exterior.

Aumentos en la productividad gracias a la liberalización del comercio de servicios.

Todas estas bondades, sustentadas por todos los partidarios de esta política neoliberal (véase), se ven desacreditadas por también expertos en la materia, como el Premio Nobel de economía Joseph Stiglitz que, analizando los resultados de los modelos aperturistas y en particular del desastre latinoamericano en las dos últimas décadas, rechazan de tajo los posibles logros que pueda traer este tipo de medida económica. A estos se suma el profesor Arcadio José Guzmán Nogales, economista y profesor universitario, en su artículo “El TLC Estados Unidos – Colombia: del mito a la realidad”, donde afirma que “el evangelio del libre comercio es una fábula neoliberal que pretende legitimar el capitalismo salvaje imperante. En él, una tercera parte de la población mundial agoniza en la pobreza, mientras que Europa, Estados Unidos y Japón entregan todos los días mil millones de dólares en subsidios a sus agricultores, argumentando que ellos no se pueden mantener en el negocio, compitiendo con los campesinos de los países más pobres, que trabajan por un dólar diario. Estos subsidios permiten a las empresas transnacionales, originarias de dichos países, inundar los mercados de cereales, y venderlos a un precio inferior a los costos de producción de los empobrecidos países tercermundistas”. Si esto se presenta de este modo ¿no le quedará al Estado (si es que lo pretende como lo dice) casi imposible llevar a cabo las tales reformas que necesita para que el TLC produzca los deseados frutos en nuestro país? Ya con razón se han pronunciado fuertemente los representantes del sector agrícola colombiano en medio de las negociaciones llevadas a cabo con Estados Unidos. El Ministro de Agricultura, Andrés Arias, manifestó, en entrevista con Yamid Amat5, que “en un foro del TLC dijo que ‘una agricultura débil equivale a un terrorismo fuerte’. Si el sector agropecuario no sale bien librado, el tratado no se puede legitimar. No es solo la postura del ministro (saliente) Cano, sino una posición del presidente, que la lleva todo el equipo negociador”. A la pregunta de Yamid de que si E.U. exige apertura total en este tema, cuál será su actitud, respondió el ministro que “primero, si el sector ganador no es ganador en este tratado, no vamos a poder legitimarlo. Segundo, siempre que existan esas ayudas internas y esos subsidios que E.U. da a sus campesinos, tendrá que haber mecanismos para contrarrestar esas distorsiones contra las que tienen que competir nuestros productores. Tercero, si no logramos acuerdos sobre todo lo que tiene que ver con la parte sanitaria y fitosanitaria, tampoco lo legitimaremos. Hay cosas que no son negociables”. Por último, ante el interrogante sobre si hay tranquilidad en el sector agrícola siempre y cuando no haya una competencia desleal por la invasión de

5 AMAT, Yamid. El reportaje de Yamid, El Tiempo, Bogotá, 30 de enero de 2005.

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productos estadounidenses, el ministro responde que “no habrá invasión de productos estadounidenses, porque se hará con gradualidad; no ha existido ningún tratado de libre comercio en al cual el sector agropecuario no haya tenido una transacción muy gradual donde los productos más sensibles hacen cambio en un período muy largo, de más de 10 o 15 años”. Se entiende que el agro colombiano es ganador es porque “genera empleo”, dice el ministro. Y vuelve a hacer énfasis en que “si se mantienen las ayudas internas en E.U., tendremos que preservar mecanismos que protejan a nuestros agricultores. Y si no hay acceso real al mercado de E.U., que no dependa de aranceles sino de barreras sanitarias y fitosanitarias (relacionadas con la prevención y control de las enfermedades de plantas y animales. “Cada país tiene derecho a proteger la sanidad animal, vegetal y en general de todos los seres vivos de su territorio; pero no puede convertir esas medidas en un obstáculo al comercio”, dice Hernán Avendaño Cruz, Jefe de la Oficina de Estudios Económicos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Se quiere, pues, que estas medidas se apliquen de manera que no constituyan un medio de discriminación contra nuestras exportaciones) y otros obstáculos técnicos, no se legitima el tratado”. Es obvio que se entiende cuál es la situación que vive el agro colombiano: falta de inversión, desprotección social, no hay subsidios para los campesinos. Aparte de que el país no quiere negociar ante su rival, que le aventaja en años luz en desarrollo agrícola, está el deseo de no hacer nada por el sector agrícola de parte del gobierno nacional, pretendiendo este que los campesinos gringos queden en desventaja como los nuestros, y que los nuestros sigan en la situación de miseria de siempre.El viernes seis de mayo, La patria publicó un artículo que hace referencia al foro que hubo en Armenia “TLC y la agenda interna: para que todos ganemos”. Este artículo alude a que el TLC no será aprobado a pupitrazo, palabras que cayeron bien en el encuentro. También argumentaron los locales que no disponen de la chequera que dispone Estados Unidos, y que en Colombia no se manejan los subsidios que ellos ofrecen, por lo que firmar un acuerdo con ellos es un riesgo. A continuación, dos afirmaciones del Ministro Arias respecto a estas posiciones: “el campo no puede quedar desprotegido y que en ese sentido se puede dar un parte de tranquilidad”; y “si Estados Unidos no desmonta sus mecanismos proteccionistas, Colombia tampoco lo hará”. En últimas, como lo afirma el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Rafael Mejía López, luego de ocho rondas de negociación del TLC (a marzo 21 de 2005), la nación del norte no ha querido discutir los temas de barreras arancelarias, que le impiden a Colombia obtener un acceso real como las medidas sanitarias y fitosanitarias, ni los mecanismo para defendernos de las ayudas internas y los subsidios a las exportaciones. Dicho por él textualmente: “Estados Unidos se ha negado a debatir sobre los temas de sus sensibilidades, no ha dicho en qué se justifican, ni por qué quiere preservar protecciones; pero simultáneamente pretende que Colombia le abra el mercado en forma unilateral. En otras palabras, su juego es el de yo protejo, pero usted libere”.

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Para ya cerrar, por fin, este apartado dedicado a la agricultura nacional y su lucha por no dejarse arrasar en la negociación, cito nuevamente al profesor Arcadio Guzmán, que deja por sentado la gravedad de negociar un TLC con E.U. en esta materia: negociar en el sector agrícola “significa el desmonte de los precarios mecanismos de protección que aún subsisten, y el sometimiento a la competencia implacable de las importaciones masivas de alimentos subsidiados y de productos agrícolas transgénicos (que ha sido modificado mediante la adición de genes exógenos para lograr nuevas propiedades, como los pollos, por ejemplo, para hacerlos crecer mucho más: pollos “artificiales”). Esto arruina cultivos y empleos, destruye la seguridad alimentaria y generaliza la pobreza rural”.

A “grosso modo” veremos cuáles son los principales temas de negociación6 del TLC son: Acceso a mercados: cuyo objetivo principal es que los productos se

puedan vender en el exterior sin aranceles ni trabas administrativas. A cambio de ello se permite que otros países vendan sus productos a Colombia en condiciones similares.

Agricultura: su objetivo es que los productos agropecuarios se puedan vender en el exterior sin aranceles ni trabas administrativas, buscando, eso sí que se corrijan las medidas que generen “distorsiones” al comercio de estos productos, como los ya mencionados subsidios y las medidas sanitarias y fitosanitarias.

Servicios: se busca eliminar las trabas al comercio de servicios (bancario, telecomunicaciones, médicos y profesionales a las empresas) que puedan tener los países en sus respectivas leyes.

Inversión: se busca establecer normas justas y transparentes que promuevan la inversión a través de la creación de un ambiente estable y sin obstáculos injustificados, con el fin de atraer el capital necesario para desarrollarnos.

Derechos de propiedad intelectual: busca que la propiedad intelectual tenga niveles razonables de protección, de modo que los dueños de las marcas, los trabajos intelectuales (como los escritores y compositores) o los productores de bienes o servicios que tengan alguna mejora tecnológica protegida, tengan los incentivos de producir en el país y ser protegidos en los mercados internacionales.

En medio de tanta información, como ya se ha visto hasta ahora (y solo se ha tocado lo referente al TLC), no quisiera dejar por fuera la vocería tomada por dos estamentos importantes de la sociedad colombiana, como lo son el sector de la educación y la comunidad indígena. La revista Autonomía universitaria7

6 MINISTERIO DE COMERCIO, INDUSTRIA Y TURISMO. Las 100 preguntas del TLC. Panamericana Formas e Impresos S.A. Bogotá, 2004

7 FEDERACIÓN NACIONAL DE PROFESORES UNIVERSITARIOS, Autonomía universitaria, año 3, número 6, mayo de 2005, pág. 1

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plantea que “el sector de los SERVICIOS es uno de los que despierta mayor interés entre las transnacionales por las inmensas posibilidades de obtener ganancias con su mercantilización, facilitada por los acelerados procesos de privatización que se adelantan en América Latina” (aunque el ya citado tantas veces folleto de las 100 preguntas dice que “las TLC son independientes de las privatizaciones de las empresas públicas”) Sigue diciendo: “La privatización de la educación significa la posibilidad de incorporar al mercado mundial de la educación un presupuesto de dos billones de dólares al año, un sector de 50 millones de trabajadores y una clientela potencial de mil millones de estudiantes universitarios. Un bocado nada despreciable para los mercaderes de la educación”. Este comentario empata con el también ya citado profesor Arcadio Guzmán, quien afirma que “el sistema público de educación es reformado para adaptarlo a las nuevas condiciones del “libre mercado”. Esto con el fin de dar participación a instituciones educativas privadas extranjeras que se instalarán en el país… se avanza en la “autofinanciación” de las universidades públicas puesto que, en el marco del TLC, su financiación estatal es considerada como un “subsidio” que distorsiona el mercado y estimula la competencia “inequitativa” y “desleal” con las empresas transnacionales educativas”. De aquí se sucede, siguiendo la línea del profesor Arcadio, la incrementalización del sistema de créditos, uniformización de currículos y homologación entre universidades nacionales y extranjeras, de tal manera que se pueden comprar créditos de universidades extranjeras por parte de los alumnos “clientes”, lo que contribuye a la desmejora de la calidad de la educación al suprimirse el sistema de semestres, de alta calidad. Lo que en última instancia hará cerrar los programas humanísticos de las universidades, provocando que la formación universitaria se reduzca a lo mercantil, a lo laboral, además de privada y apartada de la cultura nacionalA parte de la poca capacidad del sistema educativo superior colombiano de ofrecer programas en el exterior, cuando no dispone de cupos suficientes para los nacionales, luego las universidades extranjeras serán las que copen la demanda de cupos en los diferentes programas académicos.Las comunidades indígenas, según Guzmán, han sido invadidas por las multinacionales extranjeras con el propósito de saquear sus saberes tradicionales y patentarlos. Por otra parte, las comunidades indígenas colombianas han rechazado en una votación realizada el pasado seis de marzo del año en curso (cerca del 98%) que se hizo en el sector del Cauca, la firma del TLC por parte del gobierno colombiano con el estadounidense. Y son obvias las razones: “como trabajadores rurales han pagado quince años de neoliberalismo, pues por este se inundó el país de productos importados y se quedaron si trabajo… y en un foro realizado en Pasto, recordaron sus sufrimientos por la quiebra del trigo y la cebada, y en carta al presidente Uribe expresaron su rechazo al TLC”8, y aunque se diga que la identidad cultural no es objeto de negociación ni se pierde por la negociación de un TLC, lo cierto es que, según Autonomía universitaria, “las más de 120 comunidades indígenas y

8 ROBLEDO, Jorge Enrique, Enseñanzas de la consulta indígena sobre el TLC, [email protected]

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los miles de afrodescendientes que han sido desplazados a regiones apartadas y en condiciones adversas han intentado preservar sus costumbres, lenguaje, tierra, territorio y autonomía. Con la supremacía absoluta de los derechos de los inversionistas, la legalización del saqueo de los recursos naturales, el deterioro del medio ambiente y la generalización de los criterios de la supremacía del mercado, el TLC se constituirá en un factor decisivo para deteriorar aún más las condiciones geográficas, ambientales, culturales y sociales de estos colombianos. Casos como los de la construcción de represas, explotación petrolera y saqueo de material genético, así como el patentamiento de especies vivas, principios activos de plantas y usufructo de la sabiduría milenaria se estos pueblos en bien de unas cuantas empresas, pueden convertirse en la norma que determine el exterminio de las minorías étnicas”.

Sobre el NEOLIBERALISMO.

Para hablar de neoliberalismo es necesario establecer un marco histórico sobre el liberalismo, para dejar sentadas los principios que rigen esta filosofía política y cuáles son las bases que deja para desarrollar el neoliberalismo.La palabra liberal designa una filosofía política, que se funda en el valor de la libertad individual e identifica una perspectiva de análisis frente a los mecanismos rectores del funcionamiento de la economía. Uno de sus mentores fue Adam Smith.Los principios básicos del liberalismo fueron formulados a lo largo del siglo XVIII y pueden resumirse así:

a. El Individuo es la fuente de sus propios valores morales. b. El proceso de comercio e intercambio entre individuos tiene, tanto

propiedades de eficiencia para lograr el bienestar colectivo, como de exaltación de la libertad.

c. El mercado es un orden espontáneo para la asignación de recursos; el intercambio entre las naciones no sólo acrecentará la riqueza mediante la división internacional del trabajo, sino que también tenderá a reducir las tensiones políticas y la guerra.

d. La política pública debería limitarse a las pocas preocupaciones comunes de los individuos, la libertad, la seguridad, la justicia, etc.

Su decadencia en el aspecto económico empezó a darse en el siglo XIX, potenciada por la revolución keynesiana que implica la generación del estado de bienestar, generada por la intervención del estado en las políticas económicas, pretendiendo así un conjunto de acciones públicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una nación el acceso a un mínimo de servicios que mejore sus condiciones de vida. Este enfoque permaneció vigente hasta la década de los setenta, cuando la crisis económica altera de manera fundamental la intervención del estado en los asuntos económicos, y empieza a imponerse el apotegma reaganiano: “el estado no es la solución , sino el

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problema”, atribuyendo a la intervención del gobierno los problemas de desempleo masivo, la inflación, la debilidad del crecimiento, lo que por supuesto preparaba el campo para la crítica a la intervención estatal en los asuntos económicos.“El Neoliberalismo cobijó una tendencia de renacimiento y desarrollo de las ideas liberales clásicas, tales como la importancia del individuo, el papel limitado del Estado y el valor del mercado libre.Ese enfoque afirma que si los individuos pueden libremente perseguir sus propios intereses, las consecuencias colectivas serán mucho más beneficiosas que la acción gubernamental. Esta proposición constituye, por lo demás, el fundamento del llamado individualismo metodológico, que es desde un punto de vista teórico el corazón mismo de la teoría liberal.En síntesis y desde una perspectiva moderna, el neoliberalismo puede ser definido como la creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el mercado usualmente sí lo hace.El fracaso del estado en la consecución de sus metas (fallo del gobierno) es predecible y según los neoliberales ha sido confirmado por la experiencia”.El neoliberalismo ha hecho suya la teoría del libre cambio en todas sus versiones justificando así su concepción del mundo como “un gran mercado” donde todos compiten en condiciones de igualdad entre cada país según sus posibilidades. Ello supone no solamente la exposición de la economía a la competencia internacional, sino la adopción de tipos de cambio flexible y en fin el desmonte de todo tipo de protecciones, estímulos y ayudas a los productores. Con base en todo esto se puede definir el neoliberalismo como la creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el mercado usualmente sí lo hace.“Bajo esta perspectiva, en la última década todos los países de América Latina y el Caribe han realizado reformas estructurales orientadas hacia el mercado y a mejorar la eficiencia de la economía, a acelerar el crecimiento, etc.Estas reformas se han orientado principalmente a seis áreas: la liberación comercial, la política tributaria, la desregulación financiera, la privatización, la legislación laboral y la transformación del sistema de pensiones. Las reformas, por lo demás, han sido profundas en las áreas comercial, cambiaria, tributaria y financiera”.

A continuación veremos cómo se dan las manifestaciones neoliberales en los aspectos político, económico, social y cultural, para podernos hacer a una idea del alcance de esta ideología en todos los ámbitos.

Aspecto político. La vida política se controla a través de elecciones formales controladas por partidos profesionales. Por tanto, la democracia, que se quiere mostrar como participativa, no lo es en realidad, sino que es más bien un espectáculo donde cada grupo o partido controla su propio destino, ayudado incluso por otros partidos. Es así como los grandes grupos de un país se hacen a controles de gran parte del Estado, con tal de enriquecerse sistemáticamente,

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manipulando al pueblo que participa “libremente” de la tal “democracia” instaurada; pero sin salir beneficiada del juego, sino cada vez más explotada. El neo-liberalismo racionaliza la destrucción no solamente de comunidades tradicionales sino también de programas sociales del gobierno ganados en luchas anteriores para proteger a la gente de las fuerzas del mercado. Se trata de imponer el valor del mercado en todas las esferas de la vida. La naturaleza, la contaminación, el bienestar humano, la educación y todo comportamiento social están medidos puramente por su contribución a hacer ganancias en la histeria capitalista más insana que el mundo ha conocido. El cambio neoliberal de programas públicos al sector privado ha tratado de remover todas las protecciones de las fuerzas de mercado. Transfiriendo poder de la legislatura al ejecutivo se ha reducido la efectividad de presión por parte de las masas. El uso de los medios de comunicación para dominar el debate electoral ha concentrado el poder en las manos de los adinerados y ha fortalecido el monopolio de partidos políticos y sus patrocinadores empresariales.

Aspecto Económico. El texto que a continuación se lee sobre el aspecto económico tiene algunas expresiones fuertes. Aquí está: el neoliberalismo, “como tantos criminales, tiene muchos seudónimos: "Reaganeconomía", "Thatcherismo", "economía del lado de abasto", "monetarismo", "economía neoclásica", y "ajuste estructural". Lo aquí expuesto puede sugerir la idea de cuáles son los países que han abanderado el neoliberalismo en la parte económica; y quienes son los líderes del casi aniquilamiento de los países tercer mundistas como Latinoamérica y África. ". La ideología del neoliberalismo es el culto del mercado y la subordinación de todos los actores económicos a sus demandas, incluso el gobierno y los individuales. La estrategia de economía neoliberal incluye la privatización, rebaja de gastos de bienestar social, ataques a los sindicatos, cercamiento de terrenos, rebaja de sueldos, alza de ganancias, libre comercio, libertad de movilidad de capital, y la modificación acelerada de la naturaleza. Esto ocasiona enriquecimiento acelerado de los grandes emporios multinacionales y el crecimiento de las economías de los pocos países desarrollados del mundo, mientras que la clase trabajadora: campesinos, obreros, pequeños empresarios, van convirtiéndose en gentes cada vez más empobrecidas. Hemos visto cómo cada vez que un gobierno necesita recursos para emprender alguna gestión, este “cae como una roya” sobre los sueldos de la gente a través de duros impuestos; además de los mismos sueldos irrisorios del pueblo, con cada vez menor poder adquisitivo, de tal manera que ni siquiera ya puede acceder al consumo básico para satisfacer sus necesidades básicas. Con la privatización de las empresas de servicio públicos y de la educación, el acceso de la gente de clase media a estos servicios es cada vez más restringido. Y quien sabe cuando se cerrará este “puño” sobre el cuello de tantas

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familias que se precipitan vertiginosamente a la miseria. Por último, es necesario decir que El neoliberalismo ha sido diseñado, promovido, e implementado por algunas de las instituciones más poderosas y grandes del mundo. Entre éstos se destacan el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Como quien dice “al que tiene más, se le dará más”, o en este caso, “el que más tiene, hasta al que menos tiene le usurpará”.

Aspectos sociales. El neoliberalismo como ideología contiene significados, ideas, y valores basados en los principios sociales del liberalismo clásico: el mercado libre, el individualismo, la ocupación con un egoísmo estrecho, y el propósito que éstos lograrán el bienestar social. El neoliberalismo también ofrece un repertorio de estrategias a través de los cuales se puede dominar, subordinar, asimilar y excluir a la gente. El neoliberalismo es una respuesta a un ciclo anterior de lucha por la parte de obreros, estudiantes, mujeres, minorías y campesinos que llevó el neoliberalismo a un punto de crisis; una respuesta que busca deshabilitar a todos estos grupos convirtiendo sus diferencias en antagonismos de salarios, raza, género y etnicidad. Esta afirmación es importante, ya que los fines del neoliberalismo se podrían prácticamente resumir en unas pocas frases: el dominio sobre otros para sacar fruto para mí mismo. El neoliberalismo ha sido una forma cruenta de manejar las masas para sacar provecho de ellas, no importando las consecuencias, sino calculando solamente cuanto de ganancia tengo. Esta es ya una razón suficiente para que se manifiesten los ya consabidos brotes de violencia presentados en América Latina (y las manifestaciones coléricas en torno a la reunión del G8 en Escocia, que son una manera de cuestionar también lo que hacen estos países potencia para detener el rápido avance de los pueblos atrasados hacia la miseria total) . La violencia manifiesta o física ha sido promulgada legalmente por el terrorismo de ejecución pública, el encarcelamiento en masa, y la militarización de la frontera y muchas comunidades. Ha sido promulgada ilegalmente por linchamientos privados, la violación, golpeos a manos de las fuerzas públicas y tiroteos e incendios a manos de grupos paramilitares. La violencia estructural, social como económica, se ha hecho resaltada a través de símbolos, la ideología y programas públicos para someter a unos y amenazar a otros con los horrores de la pobreza, la hambre, las enfermedades evitables, la mal educación, la servidumbre y la privación del derecho de ciudadanía. Cabe preguntarse de todos modos: ¿es cierto que los índices violentos de estos países pobres se reducirían si hubiera más inversión social por parte de los estados? ¿dónde queda la conciencia gubernamental en el caso de cierres de hospitales, encarecimiento de centros educativos y salarios con poco (poquísimo) poder adquisitivo? En este punto es importante pensar donde queda el significado del hombre para el neoliberalismo. Ya lo veremos.

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Aspecto cultural. El neoliberalismo, como faceta actual del capitalismo, utiliza todas las formas nuevas (y viejas) por las cuales la gente puede ser dominada, subordinada, y asimilada. Definido como un proceso dinámico y plural, se refiere a todas las maneras en que entendemos y luchamos en el mundo, incluyendo las imágenes, los cuentos, los deseos, la identidad, la espiritualidad, el trabajo intelectual y espiritual. Además, tales ejes de diferenciación como el género, la sexualidad y la etnia constituyen la cultura, de tal manera que nunca podemos reconocer ninguna formación social homogénea. El neoliberalismo, al trasladar aun más la riqueza hacia arriba, ha intentado crear un ambiente artificial de escasez y paranoia, promoviendo cada vez más el divisionismo, el individualismo, y el colapso de las comunidades, elevando el consumismo al valor más alto. Se hace menos precio de culturas “exóticas”, con el fin de hacerlas rentables con la venta de sus productos, pero luego las hacen ingresar como la fuerza más baja del trabajo. El dominio estadounidense de los medios de comunicación permite que el bombardeo de su cultura entre a todas partes del mundo, promoviendo así la homogeneización cultural, imponiendo la manera “occidental” de pensar, de sentir, y eso lo vemos en nuestra juventud mayormente, cuando reproducen ritmos y bailes “americanos”. Quizás la falta de una educación centrada en los valores culturales propios impiden un discernimiento acertado por parte de los jóvenes a la hora de identificarse con patrones de su propia sangre. Aún adultos desconocen el sentido de su propia ascendencia y existe poca valoración general por lo autóctono. Y todo dentro de una cultura de consumo asfixiante. Es como si se estuviera viviendo nuevamente la época colonial, cuya marcada etapa de dominación, sobre todo cultural, se impone con una fuerza radical todavía hoy9.

La economía vampiroENSAYO

Tal vez todo lo visto hasta ahora muestre un panorama desolador para quien aspira a ver un mundo más equilibrado y justo. El mismo Cristo había dicho “pobres siempre tendrán entre ustedes”; pero, aún siendo de este modo, lo más lógico es que todos los hombres tuvieran la posibilidad de tener por lo menos las tres comidas diarias y que, sobre todo, no se viera despojado de su dignidad. Pedro Casaldáliga menciona algo así sobre el neoliberalismo: “entre tanto, el neoliberalismo, el mercado total, la ‘geopolítica del caos’, ‘el horror económico’, están ahí, agarrotando el

9 Toda la información sobre el neoliberalismo se puede encontrar en www.neoliberalismo.com y www.monografías.com, incluyendo los hipervínculos respectivos que abren el espacio a más artículos sobre todo de opinión.

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mundo”10. La injusticia económica, social y hasta cultural son precios que se están pagando con sangre en la mayoría de los países subdesarrollados, donde, desde tiempos que se van a convertir en inmemoriables, la sangre del Nuevo Mundo y de África está siendo chupada por los grandes mamíferos voladores desarrollados que, aunque son pocos, son suficientes para “anemizar” las economías y la propia existencia de estos países.

Un ejemplo de lo dicho arriba se da perfectamente en la situación de África. Económicamente hablando, en África viven 291 millones de habitantes con un ingreso de menos de un dólar al día; 640 dólares son los ingresos anuales por persona; 20 mil millones de dólares al año se reciben en ayudas del G8. sin embargo, se gastan 11 mil millones anuales en saldar su deuda. En cuanto a salud, 26 millones de africanos están infectados de VIH según la Organización Mundial de la Salud; 30 mil niños mueren cada día, léase bien, ¡cada día! Por una pobreza evitable; 4,5 millones de niños mueren antes de cumplir los cinco años; pero hay algo peor: CADA 30 SEGUNDOS MUERE UN MENOR AFRICANO POR CULPA DE LA MALARIA. Luego la esperanza de vida de un africano es de 46 años, mientras que la de un ciudadano de un país miembro del G8 es de 77 años, 31 años de diferencia11.

En esta reunión del G8 que se realiza en este mes, el Secretario general de las Naciones Unidas, Koffi Annan, advirtió ayer a los líderes del G8 que “es el momento de ayudar a África”, y en un discurso en la catedral de San Pablo de Londres, Annan instó a los jefes de Estado o de Gobierno de los siete países más ricos y Rusia a demostrar “voluntad política” para doblar la ayuda a África y acabar con los subsidios agrícolas12. Bien sabemos que desde el siglo XVI, España y Portugal establecieron su política de esclavitud trayendo negros africanos para los trabajos forzados en las minas de América. Luego de esta explotación del hombre, llegó la explotación de la materia prima por parte de países europeos como Portugal, Bélgica, Italia, Inglaterra, Francia y Alemania (los últimos cuatro pertenecientes al actual G8), donde “una vez que los territorios fueron conquistados y pacificados, las administraciones europeas comenzaron a desarrollar sistemas de transporte, de manera que las materias primas destinadas a la exportación pudieran ser embarcadas con mayor facilidad en los puertos, y a establecer sistemas de impuestos que iban a obligar a los agricultores de subsistencia a plantar cultivos rentables o a dedicarse al trabajo migratorio”.13 Más adelante, tras la I Guerra Mundial los esfuerzos destinados a explotar las colonias se moderaron y se prestó más atención a mejorar los servicios educativos y médicos, a ayudar al desarrollo y a salvaguardar los derechos

10 Casaldáliga, Pedro. El cuerno del jubileo, http://www.uca.ni/koinonia/pedro/pedro.htm , 199811 La Patria, 7 de julio de 200512 Ibíd..13 Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

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territoriales de las colonias africanas14, con la ya consabida excepción de Sudáfrica, cuyo gobierno de minoría blanca impuso el famoso régimen de Apartheid a la gran mayoría negra restringiéndola de derechos muy propios de su propia cultura y de derechos civiles y sociales. Siguiendo esta corta línea histórica, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos, que estos países que ahora pretenden llevar un poco de alivio a la situación mísera de África, fueron los mismos (como vimos, casi todos los mencionados arriba) que ocasionaron esta situación. La repartición del territorio africano se hizo de forma violenta, de pronto no con tantas muertes; pero sí con desconocimiento conciente de la parte cultural de estos pueblos, y sí con conocimiento conciente de las grandes riquezas en materias primas allí existentes en ese momento. Todo esto producto del desarrollo económico de las grandes potencias debido al requerimiento de mercados demandados por las grandes urgencias de la revolución industrial que busca enriquecer rápidamente estos países industrializados.

El grandísimo subdesarrollo africano es, pues, consecuencia de este desmedido afán de riqueza, y la explotación indiscriminada de materias primas a bajo costo, para luego vender el procesado a altos precios; sin la ayuda verdadera que genere progreso y desarrollo por parte de estos “superindustrializados”. Cualquier parecido con América es mera coincidencia. Luego del proceso colonial español que impidió tal vez ponerse a la altura del juego industrial del siglo XVIII producido en Europa, vino el imperialismo estadounidense, que si bien no tomo por la fuerza territorios latinos (con excepción de territorio al norte de México), tomo de manera “clandestina” las economías latinoamericanas, introduciéndose en estos países para explotar el producto que estos no podían explotar por falta de recursos técnicos y de capital para la inversión tecnológica. Ya conocemos los primeros resultados de esta forma de “invasión” dadas en los primeros años del siglo XX, por lo menos en Colombia: maltratos a los trabajadores al no poder estos acceder a los mínimos en seguridad social, largas horas de trabajo con bajísima remuneración; y al estos querer levantar su disfónica voz en medio de tanta injusticia, fueron sofocados por las balas malignas de gobiernos asociados a sus propios victimarios. Porque este ha sido siempre otro mal: el de gobiernos paupérrimos asociados a gobiernos dominantes “amigos” que imponen las condiciones, duras condiciones, para estas sociedades que tanto mal traen a los mismos gobiernos tercermundistas, así como a las pobres gentes explotadas.

Si es tal como se pretende por parte de Annan, entonces la ayuda que estos países del G8 deben proveer al África (y toda Latinoamérica) no debe ser una ayuda miserable o farisaica, para mostrar la “buena voluntad” de más adelante volver a ayudar, o una ayuda asistencialista o paternalista, que haga sentir al África como “la mantenida”; sino que debe ser una ayuda que pague con creces el daño hecho; porque si bien el África y América están grandemente endeudadas con estos países ricos, son en realidad

14 Ibíd.

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estos países ricos los endeudados con ellos y con el mundo por la explotación indiscriminada de estos continente, por generar pobreza, hambre, desempleo, marginación, y muerte; porque la sangre de estos infantes muertos cada menos de un minuto clama al cielo por justicia, sus bocas entre abiertas llenas de moscas gritan justicia, dignidad a través de sus imágenes aparecidas en más de mil millones de televisores regados por el mundo; es el detrimento de unas culturas y su subyugación el que clama por un hilo de humanidad siquiera por parte de sus asesinos, torturadores, que luego de haber hecho el daño se tornan indiferentes ante los que han pisoteado, y luego se pavonean de ser los estandartes del modernismo, de la tecnología y del desarrollo del mundo. Esos que buscan vida en otros planetas, no son capaces de protegerla acá mismo en la Tierra; esos que han llegado más allá de Plutón no son capaces de llegar hasta el hambre de un niño o la desnudez de un indigente para proveerlo de lo que necesita, sino que antes busca el medio de explotarlo cada vez más hasta dejarlo tirado en una calle, porque hasta la respiración les es hurtada.

Estos brazos del sistema de explotación mundial impuesto por los más ricos, TLC y Neoliberalismo, son la verdadera faz de estos gobiernos que no son creíbles en su afán de mostrarse caritativos ante las miserias que ellos mismos han provocado. Todos los llamados, todas las protestas, todos los movimientos que claman por derechos de nacimiento (porque ahora se nace debiendo) han sido pisados por la pata de elefante gordo de estas potencias, y sobre esos cadáveres se han proclamado como benefactores de la humanidad. “El hambre es hoy más que nunca la ‘bomba silenciosa’, y la más mortal. 25 niños mueren de hambre cada minuto en el mundo, 13 millones al año” “La suma total de la deuda externa de América Latina es de 650 millones de dólares” “El primer mundo invierte en los países en vías de desarrollo unos 50 millardos de dólares al año, pero obtiene un beneficio superior a los 500 millardos de dólares anuales, sin cintar los lucros de la deuda”; y con la misma África, citando todavía a Casaldáliga, “desde el inicio de esta década final, África viene siendo condenada a la inexistencia. La revista Economics, ocho meses después de la caída del muro de Berlín, publicaba lo que denominó ‘el nuevo y preciso mapamundi’, dividido en cuatro grandes regiones. La África subsahariana no consta en este mapa. Sin citar las tragedias más o menos conocidas del corazón de África (Ruanda, por ejemplo), en los Grandes Lagos, en Argelia, durante los últimos seis años han sido asesinadas 80000 personas”. África es, pues el “futuro de una humanidad destrozada”.15

Estos son los resultados, sin tomar en cuenta otras situaciones, de las políticas económicas, sociales y culturales obradas por las potencias. No hay que mirar más lejos. Y con el TLC en Colombia tendremos más de lo mismo, aunque se quieran esgrimir argumentos brillantes de progreso y desarrollo, los que son pobres se hundirán más en sus propias miserias, y los pocos ricos seguirán tocando la gloria con las manos. Este sistema de

15 Casaldáliga, Pedro. El cuerno del jubileo, http://www.uca.ni/koinonia/pedro/pedro.htm , 1998

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globalización es hasta fácil de entender: globalizar la explotación y, por ende, globalizar la miseria. El hambre de ambición traducido en eufemismos. Y parece irónico que esta sea la única hambre saciada. Estos tratados solo buscan engrandecer la ya super engrandecida economía estadounidense y empequeñecer la ya pigmea economía colombiana... y establecer más emporios de pobreza en las ciudades, encrudecer el ambiente violento del país y acallar las tenues voces de descontento por el sometimiento gubernamental (a pesar de los aspavientos y ventoleras de algunos sectores en negociación) al imperio gringo.

Para cerrar este pequeño ensayo, y volviendo al tema de la cumbre del G8, la “Comisión para África, establecida por el primer ministro británico Tony Blair, ha calculado en 250000 millones de dólares la ayuda anual adicional que el continente necesitará para alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza ambicionadas por las Naciones Unidas. No obstante Alemania e Italia siguen teniendo problemas con las cifras”16. No se sabe cuáles serán las conclusiones a que esta cumbre llegará. Lo que sí podemos augurar es que, como lo demostró la realización de los tantos conciertos que hubo en el mundo, sí hay por lo menos una conciencia clara de la problemática que azota al mundo subdesarrollado; y el clamor, el gran clamor que se escucha aún, por más débil que sea (la sangre de Abel clama) pide humanización del mundo, que se acabe el hambre, la desnudez, el frío obligatorio y la muerte impuesta; que si la pena de muerte es registrada como válida en muchas constituciones y estatutos en muchos países, esta pena de muerte obligatoria y silenciosa debe dejar de ser ya más. Porque este sistema no es más que eso: una pena de muerte lenta, nocturna y silenciosa.

16 La Patria, 7 de julio de 2005

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BIBLIOGRAFÍA

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www.neoliberalismo.com y www.monografías.com

Casaldáliga, Pedro. El cuerno del jubileo, http://www.uca.ni/koinonia/pedro/pedro.htm , 1998

Periódico La Patria, 7 de julio de 2005