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Quizás no todos se hayan dado cuenta… Y a aquellos que lo hicieron Les tacharon de locos Pero guste o no la tierra es redonda… Y eso implica un claro, firme, pero atento “no”. Un no a las cadenas ¿Quién no las tiene? Incluso la libertad tiene sus propias cadenas pero en este caso…no hay nada más libre como estar encadenado a una libertad, esa que todos hemos deseado pero que pocos hemos buscado. Es por eso que, y ya que esa libertad ciega nos lo permite, debemos decir, y siempre con los pies en el suelo, a decir no… Porque si la tierra es redonda ¿Por qué caminar por un mismo camino? Lo siento pero no…no a esos caminos que nos marcan unas pautas y que le ponen barreras a nuestra libertad alzando muros para que no salgamos de un camino por el cual todos caminamos. La tierra es redonda, no tiene donde anclarse, ni que caminos debemos seguir, porque si es la tierra es redonda es porque carece de caminos. Nos hemos acostumbrado a la comodidad más absurda del camino, al seguir los pasos de otros que un día comenzaron a caminar. Y poco a poco fuimos perdiendo nuestra propia esencia y nuestra propia libertad. Dejamos de ver la tierra en su forma redonda, solo planta, simple y cruelmente llana. Y si digo cruel es porque de esa forma tan solo vemos una parte ínfima de algo que, en su plena libertad creativa, es infinita. La tierra es redonda, flota en medio de la nada, en medio de un todo incomprendido, sabemos pero nos limitamos a quedarnos con lo aprendido en lugar de comenzar a correr sin dirección alguna, e ir aprendiendo cosas nuevas. Si caminamos saliéndonos de esa línea recta llamada camino, seguiremos aprendiendo, y esto, aunque suene como una paradoja inexacta, nos hará libres. Y no son las líneas escritas a ojos cerrados de alguien de noche eterna. Son las líneas con las que la tierra se asentó en el universo y comenzó a girar mientras nosotros….la hicimos plana. Flotamos en mitad de la nada y a pesar de ello nos cuesta despegar nuestros pies del suelo, porque cuando lo hacemos vemos

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Quizás no todos se hayan dado cuenta…

Y a aquellos que lo hicieron

Les tacharon de locos

Pero guste o no la tierra es redonda…

Y eso implica un claro, firme, pero atento “no”. Un no a las cadenas ¿Quién no las tiene? Incluso la libertad tiene sus propias cadenas pero en este caso…no hay nada más libre como estar encadenado a una libertad, esa que todos hemos deseado pero que pocos hemos buscado. Es por eso que, y ya que esa libertad ciega nos lo permite, debemos decir, y siempre con los pies en el suelo, a decir no…

Porque si la tierra es redonda ¿Por qué caminar por un mismo camino? Lo siento pero no…no a esos caminos que nos marcan unas pautas y que le ponen barreras a nuestra libertad alzando muros para que no salgamos de un camino por el cual todos caminamos. La tierra es redonda, no tiene donde anclarse, ni que caminos debemos seguir, porque si es la tierra es redonda es porque carece de caminos.

Nos hemos acostumbrado a la comodidad más absurda del camino, al seguir los pasos de otros que un día comenzaron a caminar. Y poco a poco fuimos perdiendo nuestra propia esencia y nuestra propia libertad. Dejamos de ver la tierra en su forma redonda, solo planta, simple y cruelmente llana. Y si digo cruel es porque de esa forma tan solo vemos una parte ínfima de algo que, en su plena libertad creativa, es infinita.

La tierra es redonda, flota en medio de la nada, en medio de un todo incomprendido, sabemos pero nos limitamos a quedarnos con lo aprendido en lugar de comenzar a correr sin dirección alguna, e ir aprendiendo cosas nuevas. Si caminamos saliéndonos de esa línea recta llamada camino, seguiremos aprendiendo, y esto, aunque suene como una paradoja inexacta, nos hará libres. Y no son las líneas escritas a ojos cerrados de alguien de noche eterna. Son las líneas con las que la tierra se asentó en el universo y comenzó a girar mientras nosotros….la hicimos plana.

Flotamos en mitad de la nada y a pesar de ello nos cuesta despegar nuestros pies del suelo, porque cuando lo hacemos vemos que somos capaces de todo, incluso de alcanzar aquellas metas que creíamos inalcanzables. Los pies en el camino llano nos impiden volar y eso, es algo que nunca debimos dejar de hacer. Si la tierra es redonda es para hacernos libres, para que nuestros pies se muevan de manera infinita y no solo por el suelo.

Somos un punto pequeño en mitad de un gigante que somos incapaces de ver. Y la tierra nos enseña a mirar, nos enseña a ver más allá de una línea recta, más allá de los altos muros que nosotros mismos nos imponemos. La tierra no tiene muros, ni barrera, ni siquiera tiene cadenas, solo aquellas que nosotros decidimos ponerle. De esta forma nos encadenamos a no soñar, a no ver, a no querer volar…

Quizás me tachen de loco

Pero la tierra…sigue siendo redonda