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“Año de la Consolidación Económica y Social del Perú”
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA
PERUANA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
TRABAJO DE INVESTIGACION
TEMA: la prescripción adquisitiva
ALUMNOS: ACHO BERNUY, Rodrigo Elidio
Gonzales pinedo manuela de jesus
Ruck zevallos Kelly stephany
VARGAS PINEDO, Pedro MIGUEL
CICLO: Vi
NIVEL: III
CATEDRATICO: VICTOR RAUL Vargas FERNANDEZ
ASIGNATURA: derecho civil iv
IQUITOS-PERU
2010
INTRODUCCIÓN
Portalis, integrante de la comisión nombrada por Bonaparte para elaborar el proyecto
del Código civil francés de 1804, manifiesta que “La propiedad es la que ha fundado las
sociedades humanas. Es ella la que ha vivificado, extendido, engrandecido nuestra
propia existencia. El derecho de propiedad, es un derecho fundamental sobre el cual
todas las instituciones sociales reposan, y que para cada individuo es tan precioso como
la vida misma, ya que él le asegura los medios de conservarla”.
Francisco Fernández Segado expresa que, la propiedad privada resulta sobreasegurada
respecto de las determinaciones constitucionales anteriores. Baste con señalar que el art.
70º, norma de apertura del capítulo relativo a la propiedad, se abre con la proclamación
de que el derecho de propiedad es inviolable. Su ejercicio debe armonizarse con el bien
común, no con el interés social, como el art. 124º de la Carta anterior disponía, matiz
que tiene su interés,
LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
La Prescripción Adquisitiva o también llamada Usucapión es una de las formas de
adquirir la propiedad, contemplada, en el Libro de Reales, del Código civil peruano,
regulada por los artículos 950-953.
ORIGENEl término ussser o usucapio proviene del latín usus+capere, es decir, adquirir por el
uso.
Es necesario distinguir a la prescripción adquisitiva de la prescripción extintiva pues,
por influencia francesa, se intentó reconducir a unidad dogmática la categoría de
prescripción. Incluso, algunos Códigos Civiles l intentan dar un tratamiento unitario: el
francés de 1804, el chileno, etc.
Existen dos teorías que explican la existencia de la usucapión. Por un lado la teoría
subjetiva señala que el fundamento está en la renuncia, el abandono o la voluntad de
renunciar al derecho real que tiene el titular no ejercitando ninguna acción de defensa
frente a la posesión de otro. Sin embargo esta teoría hay que rechazarla pues bastaría
con demostrar que esa voluntad de renuncia no existe para invalidar la usucapión. Por
otro lado, la teoría objetiva, que es la más aceptada, señala que el fundamento es dar
certeza y seguridad a las relaciones jurídicas consolidando las titularidades aparentes, es
decir, el statu quo de la posesión.
DEFINICIÓN
La Prescripción, consiste en la consolidación de una situación jurídica por efecto del
transcurso del tiempo, ya sea convirtiendo un hechos en derecho, como la posesión en
propiedad, ya perpetuada una renuncia, abandono, desidia, inactividad o impotencia;
siendo considerada también, como la caducidad de derecho o facultad no ejercida
durante largo tiempo, que es la prescripción extintiva.
La Prescripción Adquisitiva, también llamada Usucapión, constituye una de las
formas de adquirir la propiedad, es decir, como un hecho jurídico que tiene como efecto
esencial dar nacimiento o ceder un derecho real a un sujeto determinado.
Doctrinariamente, podemos señalar, que la Prescripción Adquisitiva, es un modo de
adquirir el dominio y demás derechos reales poseyendo una cosa mueble o inmueble
durante un lapso y otras condiciones fijadas por la Ley, es decir, la conversión de la
posesión continuada, en propiedad.
Existen, pues, dos tendencias en la doctrina: una predominante, mediante la cual por el
transcurso del tiempo, el poseedor bajo ciertas circunstancias se convierte en propietario
(Díez- Picazo y Gullón; los Mazeaud; Albaladejo); y la otra, que afirma, que es un
medio de prueba (Torres Vásquez). Dualidad que genera inseguridad jurídica e
impredicibilidad.
Para Díez-Picazo y Gullón, la usucapión puede ser un efecto de la posesión,
conduciendo ésta a aquélla.
Los hermanos Mazeaud dicen que la usucapión es la adquisición, por el poseedor de una
cosa, del derecho de propiedad o de otro derecho real sobre esa cosa, por efecto de la
posesión prolongada durante cierto plazo.
Albaladejo afirma que la usucapión o prescripción adquisitiva es la adquisición del
dominio u otro derecho real poseíble, por la posesión continuada del mismo durante el
tiempo y con las condiciones que fija la ley. De modo, pues, que el usucapiente, durante
ese tiempo y con esas condiciones aparece, figura, actúa o viene comportándose como
titular del derecho de que se trata (si es del de propiedad, como dueño de la cosa que
sea). Y ese derecho que realmente no le pertenecía, se convierte en suyo en virtud de
que ha venido apareciendo como si le correspondiese. Por la usucapión el estado de
hecho que se prolonga en el tiempo, se convierte en estado de derecho.
Torres Vásquez expresa que la prescripción adquisitiva es un modo originario de
adquirir la propiedad y un modo de prueba de la propiedad. En unos casos sirve para
convertir en propietario al poseedor y en otros para que el propietario pruebe su derecho
de propiedad. Esta segunda concepción de la prescripción es la que se utiliza con mayor
frecuencia. Por ejemplo, si un inmueble ha sido transferido en propiedad varias veces
durante el plazo de prescripción, el actual poseedor puede adicionar a su plazo posesorio
al de aquel que le transmitió válidamente el bien (art. 898º).
Si todas las transferencias son válidas, el derecho de propiedad del actual poseedor es
inobjetable y para acreditarlo ya no tiene la necesidad de probar la validez de las
transferencias hechas con anterioridad a la fecha de inicio del plazo de prescripción,
porque allí se acaba la investigación retrospectiva.
DIFERENCIAS ENTRE PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA Y PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
Entre las instituciones del Derecho que utilizan al tiempo como medio sanador de
relaciones jurídicas se encuentran la prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva.
La prescripción extintiva y la prescripción adquisitiva son consideradas por nuestro
Código Civil como instituciones autónomas, " en la doctrina actual predomina el criterio
de que han de ser estudiadas por separado, por las profundas diferencias que las
separan" (PUIG BRUTAU).
La prescripción extintiva consiste en el transcurso de un determinado lapso de tiempo
que aunado a la falta de ejercicio de un derecho da lugar a la extinción de la acción
correspondiente a ese derecho, sin afectar al derecho mismo que se mantiene vigente
pero sin acción que permita hacerla efectivo (artículo 1989 del C.C.). La prescripción
extintiva pone a disposición del sujeto, contra el cual se dirija o se pueda dirigir una
pretensión, la posibilidad de liberarse de los alcances de la misma mediante la sola
invocación de un determinado lapso de tiempo transcurrido sin que la pretensión se
haya hecho valer y, por consiguiente, de evitar que la otra parte pueda obtener de los
órganos jurisdiccionales un pronunciamiento sobre el fondo de su pretensión.
Por su lado, la prescripción adquisitiva es considerada como un modo de adquirir la
titularidad de un derecho real.
Al respecto, Díez Picaza señala que las diferencias entre estas dos instituciones son: "La
usucapión se refiere exclusivamente al dominio y a los derechos reales, mientras que la
prescripción extintiva afecta a toda clase de derechos; la prescripción tiene en cuenta la
inactividad del titular del derecho, mientras la usucapión exige una conducta positiva
del beneficiario, que es una continua y no interrumpida posesión; la prescripción
extintiva es causa de extinción de los derechos o de las acciones que los protegen y la
usucapión, en cambio, consolida la posición del poseedor y le convierte en titular del
derecho"
El elemento que brinda una diferencia sustantiva entre la prescripción extintiva y la
prescripción adquisitiva lo constituye el tipo de conducta de las personas involucradas,
mientras que en la extintiva tanto el prescribiente como el titular del derecho
simplemente observan una conducta negativa consistente, para el primero, en no
cumplir con aquel deber al que se encuentra sujeto y, para el segundo, en no exigir el
cumplimiento de dicho deber; en cambio, en la prescripción adquisitiva, las conductas
de los involucrados son contrarias entre sí, el prescribiente debe desarrollar una
conducta positiva consistente en comportarse respecto del bien en la forma y
condiciones establecidas en la ley, mientras que el titular debe simplemente desarrollar
una conducta negativa, consistente en no reclamar su derecho de posesión.
Como existen diferencias que hacen que en la doctrina se estudien estas instituciones
por separado, también existen similitudes, como son "el juego del tiempo y el dato de la
inactividad de un titular que pierde su condición de tal (el deudor que no cobra, el dueño
de la finca que no la reclama).
En efecto, en la prescripción extintiva el titular de un derecho cualquiera pierde la
posibilidad de obtener la protección jurisdiccional de su derecho, mientras que en la
prescripción adquisitiva, el titular de un derecho real (que según nuestro ordenamiento
jurídico solo se puede adquirir por prescripción el derecho de propiedad y de
servidumbres aparentes y susceptibles de posesión continua) cuyo derecho se extingue
por la adquisición de dicho derecho a favor de otro.
FUNDAMENTOS
Para los juristas romanos el fundamento de esta institución reposaba en la necesidad de
dar seguridad a la propiedad misma.
Para Grocio y los de la escuela del derecho natural, reposa en el abandono del derecho
del propietario.
Para Kant, en razones prácticas, lo mismo que para los compiladores del Código de
Napoleón, quienes la consideran como la más segura garantía de la propiedad al
eliminar la prueba retrospectiva.
Para Troplong descansa en el abandono de la propiedad, que hace presumir que se ha
hecho renuncia de ella; y en la posesión de otro, que crea una situación que el interés de
la sociedad reclama que sea sólida por la prolongación que ha tenido.
Lafaille dice que son razones de orden social y económico, siendo indispensable que
después de cierto tiempo queden definidas las situaciones jurídicas.
Podría creerse que la prescripción sanciona una injusticia y que es atentatoria contra el
derecho de propiedad. Pero no es así, lejos de ir contra el derecho de propiedad
constituye su mejor defensa. Por ello, Josserand expresa que más que un modo de
adquirir es un modo de consolidar la propiedad. Si no existiera la prescripción estarían
en peligro todos los derechos de propiedad, ya que habría que remontarse a siglos atrás
para probar la legalidad del derecho de propiedad y así ningún título será firme. Los
glosadores denominaban “prueba diabólica” a ese análisis retrospectivo que ha
eliminado la prescripción.
Cuadros Villena funda la prescripción en primer lugar en la necesidad de organizar la
propiedad sobre la base de títulos conocidos, que no sería posible si acaso tuviese que
producirse la “prueba diabólica” de la propiedad hasta el primer adquirente; en segundo
lugar en la utilización de los bienes y su servicio social; y en tercer lugar en el objeto de
perfeccionar el título del adquirente.
Díez-Picazo y Gullón rechazan la posición subjetiva –abandono o renuncia del titular el
dominio o derecho real que otro ha usucapido-, porque bastaría entonces la prueba de
que aquella voluntad no ha existido para que la usucapión no operara; también bastaría
la prueba de que no ha sido posible el ejercicio de las acciones pertinentes por causas
ajenas al titular.
Frente a la fundamentación subjetiva, se alza la objetiva. Y dicen que la usucapión sirve
la seguridad del derecho y sin ella nadie estaría a cubierto de pretensiones sin
fundamento o extinguidas de antiguo, lo que exige que se ponga un límite a las
pretensiones jurídicas envejecidas.
Albaladejo expresa que el fundamento de la usucapión se halla en la idea (acertada o no,
pero acogida por la ley española) de que, en aras de la seguridad del tráfico, es, en
principio, aconsejable que, al cabo de determinado tiempo, se convierte en titular de
ciertos derechos quien, aunque no le pertenezcan, los ostenta como suyos, sin
contradicción del interesado.
FUNCIONES
La primera función de la prescripción adquisitiva o usucapión (que etimológicamente
significa la adquisición por el uso), se desprende de la propia definición que desde el
Derecho romano se le ha dado a esta institución. Para los romanos "la usucapión era la
agregación del dominio (a su patrimonio) mediante la continuación de la posesión por
todo el tiempo determinado en la ley".
Ahora bien, a primera vista parecería ser que la prescripción adquisitiva solo sirviera
como modo para adquirir propiedad, por estar regulado en los artículos 950 al 953 que
conforman el Subcapítulo V del Capítulo Segundo del Título II del Libro V del Código
Civil. Pero esto no es así, la prescripción adquisitiva tiene también como función la de
servir como medio de prueba de la propiedad, siendo esta función la que más se utiliza.
Avendaño dice al respecto, "En efecto, la doctrina clásica concibió la prescripción como
un modo de adquirir la propiedad, es decir, de convertir al poseedor ilegítimo en
propietario. Actualmente, sin embargo, se le considera un medio de prueba de la
propiedad. Su verdadera naturaleza jurídica es esta última porque así se utiliza en
prácticamente todos los casos. Muy excepcionalmente la prescripción convierte al
poseedor en propietario. Lo usual y frecuente es que ella sirva para que el propietario
pruebe o acredite su derecho de propiedad. Si no hubiese la prescripción adquisitiva, la
prueba del derecho de propiedad de los inmuebles sería imposible. Estaríamos frente a
la famosa prueba diabólica de la cual hablaban los romanos" (cil. por GONZALES
BARRÓN, p. 512).
Esta función de la prescripción adquisitiva responde a la pregunta ¿cómo probar la
propiedad? Considero que dicha prueba debe consistir en la demostración de un hecho
considerado por la ley como suficiente para adquirir la propiedad.
De un modo de adquirir que estará constituido por un título de propiedad, esto es, por
un acto jurídico de enajenación otorgado por el propietario anterior a favor del nuevo
propietario.
Pero tal título solo será un título de propiedad si quien lo otorgó era propietario y lo
mismo podría decirse del título que pudiera exhibirse respecto de este último y así
sucesivamente, con lo cual la probanza de la propiedad se tomaría en un cometido casi
imposible de lograr. Frente a tales inconvenientes la única respuesta certera será la de
considerar propietario a aquel que pueda demostrar que la titulación que ostenta (lo que
incluye no solo su propio título sino el de sus antecesores) constituye una cadena
ininterrumpida y concatenada de "transmisiones válidas" que se proyecta en el tiempo
por un plazo igualo mayor que el exigido por la ley para la prescripción adquisitiva, a
condición obviamente, de que dicha titulación sea la causa y sustento de la posesión que
como propietario deben tener el actual poseedor y sus antecesores. Como se puede ver,
la prescripción adquisitiva, lejos de ser un medio de expoliación del derecho del
propietario es, por el contrario y cotidianamente, el medio de prueba fehaciente de esa
misma propiedad porque permite ponerle un punto final a la investigación de los títulos
de propiedad.
Lo antes sostenido es válido tanto para bienes muebles e inmuebles, registrados y no
registrados. Pudiera pensarse que quien pueda probar una adquisición bajo las
condiciones previstas por los artículos 948 y 2014 del C.C. estará probando propiedad,
y si bien tal conclusión es cierta para el adquirente, no podemos dejar de tener en cuenta
que ello será así no porque el transferente haya a su vez probado propiedad, ni siquiera
porque se considere que la publicidad posesoria o la publicidad registral constituyen en
sí mismas la prueba de esa propiedad, sino porque como consecuencia del juego, entre
otros factores, de la apariencia de derecho generada por esa publicidad y la buena fe del
adquirente, se puede decir que por mandato de la ley, dichos factores han actuado como
sucedáneos de la prueba de la propiedad.
La tercera función de la prescripción adquisitiva es la de actuar como medio de defensa.
El artículo 927 del C.C. señala que la acción reivindicatoria no procede contra aquel que
adquirió el bien por prescripción.
En este sentido, la persona que haya adquirido un bien por prescripción adquisitiva
podrá invocar como medio de defensa que el derecho de propiedad del demandante se
extinguió, en el momento en que se cumplió el plazo prescriptorio. Cabe señalar, que en
la práctica los órganos jurisdiccionales no suelen admitir la invocación de la
prescripción adquisitiva como medio de defensa del demandado destinado a demostrar
que el derecho invocado por el demandante se habría extinguido, confundiendo la
función defensiva, cuyos resultados no trascenderán a las partes en conflicto, con la
función de modo de adquirir, siendo común que en las sentencias se señale que el
demandado nada puede hacer para evitar dicha reivindicación, pero que puede iniciar,
en otra vía, el proceso de declaración de prescripción adquisitiva que le permitirá
obtener un pronunciamiento judicial susceptible de valer, una vez inscrito, como un
derecho oponible erga omnes. El resultado de esta práctica es contrario a los fines de
una recta administración de justicia, el proceso de reivindicación no solucionará el
conflicto de intereses y el proceso de prescripción adquisitiva no evitará la restitución
del bien ni la necesidad de un tercer proceso que el prescribiente deberá seguir para
recuperar la posesión de aquello que ya era suyo desde el inicio del conflicto.
SUJETOS Y OBJETO DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
En principio, toda persona natural o jurídica, e incluso las llamadas uniones sin
personalidad, pueden ser sujeto activo de la prescripción adquisitiva, basta que tengan
capacidad de goce para que lo puedan hacer. En el caso de personas naturales con
incapacidad de ejercicio poseen a través de sus representantes. "En mi opinión, en
general, respecto a la capacidad y legitimación necesarias para usucapir, basta afirmar
que es precisa la aptitud para poseer en concepto de dueño o titular del derecho que se
usucape" (ALBALADEJO, p. 174).
Las prohibiciones a las personas que no pueden prescribir son excepcionales,
Albaladejo pone como ejemplo "no podrá usucapir un extranjero (porque no puede
poseerlas como dueño) cosas que no puedan pertenecerle: así ciertos inmuebles por
razones de seguridad nacional" (ALBALADEJO, ibídem). El artículo 71 de la
Constitución Política del Perú señala que los extranjeros no podrán adquirir ni poseer,
por título alguno, inmuebles ubicados a cincuenta kilómetros de la frontera.
De igual forma, el artículo 985 del C.C. prescribe que ninguno de los copropietarios ni
sus sucesores pueden adquirir el dominio de bienes comunes por prescripción.
Asimismo, en principio, se puede prescribir contra cualquier persona natural o jurídica,
inclusive el Estado cuando actúa como persona de derecho privado.
Ahora bien, "son susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el comercio
de los hombres" (PEÑA BERNALDO DE QUIROS, p. 125). Sin embargo, se debe
tener presente que el artículo 73 de la Constitución Política del Perú señala que los
bienes de dominio público son inalienables e imprescriptibles, entendiéndose como una
derivación de estos a los bienes de uso público.
Como puede apreciarse, la Constitución no ha clasificado a los bienes del Estado en
públicos y privados. Solo ha hecho referencia a los "bienes de dominio público" y a los
"bienes de uso público" del Estado, por lo que se debe entender que ambos se
encuentran comprendidos dentro de la categoría genérica de bienes públicos del Estado.
El Código Civil nada dice al respecto. A pesar de ello, el Estado tiene en su dominio
tanto bienes con carácter de públicos, como bienes con carácter de privados. El artículo
111 del Título Preliminar del Decreto Supremo N° 154-2001-EF (Reglamento General
de Procedimientos Administrativos de los Bienes de Propiedad Estatal), aclara este
punto, al señalar que los bienes de dominio privado del Estado se sujetan a las normas
del derecho común. En consecuencia, estos son prescriptibles.
Asimismo, y conforme lo prescribe el artículo 7 de la Ley N° 24656 (Ley General de
Comunidades Campesinas), las tierras de las comunidades campesinas no pueden ser
materia de prescripción.
CLASIFICACION
Nuestro Código Sustantivo ha establecido cómo opera la prescripción adquisitiva en los
Bienes Inmuebles y Muebles.
PRESCRIPCIÓN INMOBILIARIA
El artículo 950 del Código Penal se refiere específicamente, a dos formas de
prescripción Inmobiliaria, Prescripción larga y Prescripción Corta, ambas requieren
necesariamente la presencia de dos elementos comunes, como es el paso del tiempo y la
posesión, con título o sin él.
En cuanto al paso del tiempo, cumple una función estabilizadora, ya que consolida una
situación de hecho, otorgando al poseedor la propiedad en base al cumplimiento de los
requisitos de Ley, evitando así la persecución eterna y la inseguridad jurídica, por ello,
la norma civil, dando facilidad al tráfico comercial señala un plazo para su ejercicio de
10 años, para la prescripción larga y 5 años para la corta.
Respecto a la posesión, la Usucapión, no se considera como existente, si no se ejerce la
posesión a título de propietario.
Prescripción Larga o ExtraordinariaDe conformidad al citado artículo 950, para que se configure la prescripción larga será
necesario que la posesión sea, continua, pacífica y pública como propietario, y que se
haya ejercido por 10 años.
Posesión Contínua.- Deberá entenderse como la posesión del bien sin interrupciones,
considerándose que los actos continuos de posesión dependerán de la propia naturaleza
del inmueble, así pues, existen inmuebles que pueden ser ocupados esporádicamente, lo
que sin embargo, no interrumpe la posesión continúa, y en éstos casos, cuando haya
ambigüedad en cuanto al ejercicio de la posesión, el poseedor que pruebe que hubo
posesión al inicio del plazo posesorio, y que la hay actualmente, se presume que estuvo
en posesión en el tiempo intermedio, de acuerdo a la presunción establecida por el
artículo 915 del Código Sustantivo. Empero, la posesión puede ser interrumpida en
forma civil y natural, cuando a causa de un proceso civil, el poseedor ha perdido la
posesión y cuando el poseedor es privado de ella por actos del propietario o de un
tercero, cesando ésta interrupción, si es que el poseedor recupera la posesión antes de un
año.
Para que se cumpla este requisito no es necesario que el poseedor tenga un ejercicio
permanente de posesión sobre el bien, basta que se comporte como cualquier propietario
lo haría. Para determinar si una persona tiene la posesión de un bien, debemos
preguntarnos ¿cómo usualmente se posee ese bien?, por ejemplo, si una persona que
vive sola en un departamento, lo usual es que cuando salga a trabajar, a estudiar, hacer
deporte o se vaya de viaje, cierre la puerta con llave, y cuando llegue volverá a realizar
los diversos actos de goce sobre ese bien.
Ese comportamiento demuestra cuidado, diligencia, como lo tendría cualquier dueño de
un departamento, y expresa que este bien se encuentra dentro de su esfera jurídica, por
lo que conserva la posesión del inmueble a pesar de no tener un contacto permanente
sobre él.
Ahora bien, Hernández Gil ha señalado que "la continuidad de la posesión no necesita
ser mantenida por el mismo sujeto. Desde el Derecho romano se conoce la llamada
'accesión de posesiones', es decir, la unión de dos posesiones cuya finalidad es conceder
al poseedor actual la facultad de aprovecharse de la posesión del anterior titular a
efectos de facilitar el cumplimiento del término legal de la usucapión" (cil. por
GONZALES BARRÓN, p. 525). En nuestra doctrina, esta figura se conoce
preferentemente con el nombre de "suma de plazos posesorios", y está reconocida en el
artículo 898 del C.C. La accesión de posesiones requiere una transmisión válida del bien
y la tradición entre el poseedor anterior y el poseedor actual. La "transmisión válida"
alude a la existencia de un negocio jurídico transmisivo entre las partes, el cual debe ser
un negocio estructuralmente perfecto (artícul0140 del C.C.), aunque sea ineficaz por
faltarle al transmitente la titularidad del derecho. La importancia fundamental de esta
figura se encuentra en facilitar el cumplimiento del término legal de la usucapión, y por
ello, las posesiones que se unen deben ser homogéneas, en este caso, "ad usucapionem"
(GONZALES BARRÓN, pp. 525-526).
Posesión Pacífica.- Quien posee deberá hacerlo como propietario o con el ánimo de
serlo, por lo que deberá hacerlo en forma normal y pacífica, siendo la violencia un
hecho que varía la posesión, hasta que cese.
La posesión debe ser exenta de violencia física y moral. "Ser pacífica significa que el
poder de hecho sobre la cosa no se mantenga por la fuerza. Por tanto, aun obtenida
violentamente, pasa a haber posesión pacífica una vez que cesa la violencia que instauró
el nuevo estado de cosas" (ALBALADEJO, p. 184). La doctrina coincide con lo
señalado por Albaladejo, en el sentido de que una vez que hayan terminado los actos de
violencia, recién en ese momento se puede considerar que existe posesión pacífica que
vale para prescribir.
El referido autor señala "como de lo que se trata es de que la situación mantenida
violentamente no tenga valor (mientras la violencia dura) para quien ataca la posesión
de otro, hay que afirmar que sí hay posesión pacífica para el que defiende por la fuerza
la posesión que otro trata de arrebatarle" (ALBALADEJO, p. 185). El artículo 920 del
C.C. trata al respecto, permite la autocomposición unilateral del conflicto, que no afecta
a la posesión pacífica, por el cual el poseedor puede ejercitar la defensa posesoria
repeliendo los actos violentos que se empleen contra él y recuperar el bien, siempre que
dicha defensa cumpla con el requisito de inmediatez y racionalidad.
Asimismo, la existencia de procesos judiciales previos entre las partes o con terceros no
afecta a la posesión pacífica (podrá ser causal de interrupción del plazo para prescribir),
pero existe jurisprudencia en contra, criticable por cierto, ya que los procesos son la
forma más pacífica de resolver los conflictos.
Posesión Pública.-El poseedor deberá poseer públicamente. Es decir, que exista una
exteriorización de los actos posesorios, que actúe conforme lo hace el titular de un
derecho. "El usucapiente es un contradictor del propietario o del poseedor anterior. Por
eso, es necesario que la posesión sea ejercida de manera que pueda ser conocida por
estos, para que puedan oponerse a ella si esa es su voluntad. Si ellos pudieron conocer
esa posesión durante todo el tiempo que duró, y no lo hicieron, la ley presume en ellos
el abandono, y la posesión del usucapiente se consolida" (PAPAÑO, KIPER, DILLON
y CAUSSE, pp. 43-44).
Lo contrario a la posesión pública es la posesión clandestina, que carece de eficacia
posesoria, por ejemplo, una persona que ingresa por las noches a un inmueble por un
pequeño hueco en la pared del lindero del fondo, y que antes que amanezca se retira del
inmueble. Este individuo no podrá adquirir la propiedad por prescripción, ya que su
posesión ha sido clandestina. La prueba de la publicidad de la posesión se da a través de
las testimoniales de los vecinos, que son las personas idóneas para atestiguar si la
persona que invoca la prescripción ha ejercido una posesión de público conocimiento.
Como propietario.- Se entiende que el poseedor debe actuar con animus domini sobre
el bien, pero no se trata creerse propietario, sino comportarse como tal. El poseedor
pleno, por ejemplo, el invasor de un terreno; y el mediato, por ejemplo, el arrendador no
propietario; pueden prescribir un bien. Sin embargo, el poseedor inmediato, por
ejemplo, el arrendatario, (artículo 905 del C.C.), y el servidor de la posesión, por
ejemplo, el guardián de una casa (artículo 897 del C.C.), no lo pueden hacer. "No cabe
usucapir, por mucho que sea el tiempo que transcurra, si posee en concepto distinto del
de dueño..." (PEÑA BERNALDO DE QUIRÓS, p. 127).
Prescripción Corta u OrdinariaEn la segunda parte del artículo 950 del C.C., se estipula, “que la propiedad se adquiere
a los cinco años cuando median, justo título y buena fe.”
Justo Título.-Al igual que en la Prescripción Adquisitiva, el Código sustantivo no
define lo que es justo título, a diferencia del Código de 1,852, que consideraba, “ como
justo título para adquirir por prescripción toda causa bastante para transferir el
dominio”. ALTERINI, lo considera como el que tiene por objeto transmitir un derecho
de propiedad, estando revestido de las solemnidades para su validez. Así pues, si el
título que transfiere la propiedad adoleciera de alguna causal de nulidad no sería factible
que generara USUCAPION abreviada, en éste supuesto, sólo a través del plazo de
usucapión larga podría el poseedor consolidar su propiedad, por cuanto para ella no se
exige justo título, como el caso en que el acto por el que se transfiere la propiedad fuera
nulo.
El justo título es "el acto transmitivo en su conjunto, título y modo, que causa y legitima
la posesión del adquirente y la hace aparecer como ejercicio del derecho de propiedad:
como posesión en concepto de dueño y no nomine atieno... El título es un
acontecimiento que tiene su ubicación en el tiempo, a saber, el acto de adquisición que
hubiera bastado por conferir la propiedad, si realmente la tuviera el tradens' (LACRUZ
BERDEJO y otros, p. 208).
Efectivamente, el justo título es el acto jurídico encaminado a la disposición onerosa o
gratuita de la propiedad de un bien, por ejemplo, compraventa, permuta, donación,
dación en pago, etc., que cumple con todos los requisitos establecidos en el artículo 140
del C.C. para considerarlo un acto válido (por eso es considerado justo al título), pero
que no produce efectos transmitivos de propiedad, porque el que actúa como enajenante,
carece de facultad para hacerla. Es decir, es un acto válido pero ineficaz.
Asimismo, el título debe existir, no debe ser un título simulado (simulación absoluta) o
putativo. Entiéndase como título putativo aquel que se funda en un error, "la cosa a la
cual el título se refiere tiene que ser la misma que fue objeto de posesión.
La ley le tolera al adquirente su error sobre la persona de quien le transmitió, pero no se
lo admite sobre la cosa poseída. Si él adquiere el lote A, pero su posesión la ejerció
sobre el lote B, la ley en este caso no le permite la prescripción adquisitiva breve,
porque la cosa poseída no se corresponde con la que es objeto de su título, y, en
consecuencia, el lote B solo lo podrá adquirir por la usucapión larga" (PAPAÑO,
KIPER, DILLON y CAUSSE, p. 67).
Buena Fe.- Es un elemento indispensable para la PRESCRIPCION ADQUISITIVA DE
DOMINIO, siendo el artículo 914 del C.C., que establece la presunción de buena fe,
correspondiendo a quien alega lo contrario, probarlo. La Buena fe puede configurarse
por error o ignorancia, ya que ello no la destruye, salvo que la misma no haya estado
presente al momento de adquirirse el bien.
La buena fe es la creencia del poseedor de ser legítimo por ignorancia o error de hecho
o de derecho sobre el vicio que invalida su título (artículo 906 del C.C.). Ahora bien, "la
buena fe no es solamente una 'creencia' fundada en un estado psicológico (meramente
interno) del poseedor. La buena fe sí es creencia, pero debe responder al modo de actuar
honesto de una persona. Por tanto, la buena fe no puede fundarse en un error
inexcusable, pues existe un deber social de actuar diligentemente. Por ello, exige que el
poseedor ostente el título de adquisición de la propiedad, en el cual pueda sustentar su
'creencia honesta'. En resumen, aquí no se exige solamente una 'buena fe-creencia', sino
que se avanza hasta una buena fe-diligencia" (GONZALES BARRON, pp. 536-537).
La buena fe no solo implica creer que su título es legítimo, sino que además debe haber
actuado en el acto de adquisición con una diligencia que esté de acuerdo con las
circunstancias. Por ejemplo, si "A" compra un inmueble a "B" y este figura en Registros
Públicos a nombre de "C". "A" tendrá justo título pero no podrá alegar tener buena fe,
ya que la diligencia ordinaria para este caso es que haya averiguado en Registros
Públicos quien figuraba como titular del inmueble, más aún, teniendo en cuenta el
principio de publicidad de las inscripciones, prescrita en el artículo 2012 deIC.C.
PRESCRIPCIÓN MOBILIARIA
De igual manera, el artículo 951 del C.C. ha previsto a la prescripción mobiliaria, de dos
formas, prescripción corta y prescripción larga, ambas tienen los mismos requisitos
como son, posesión continua, pacífica y pública, requiriendo específicamente la
prescripción corta, que también se da de Buena fe, y encontrarse como propietario
durante dos años, mientras que en la larga, éste plazo es de cuatro años, si no media la
buena fe.
DECLARACION JUDICIAL DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
“ARTICULO 952.- Quien adquiere un bien por prescripción puede entablar juicio
para que se le declare propietario. La sentencia que accede a la petición es título para
la inscripción de la propiedad en el registro respectivo y para cancelar el asiento en
favor del antiguo dueño.”
Cabe mencionar, que se concederá la Prescripción adquisitiva de Dominio a través de
un proceso judicial, que según nuestro Código procesal Civil, tendrá la vía de
procedimiento Abreviado, y si la demanda se declara Fundada, se declarará el derecho
de Propiedad, título que será suficiente para la inscripción registral.
La eficacia que deba atribuirse al solo vencimiento del plazo para la prescripción
adquisitiva es un tema que se vincula estrechamente con la naturaleza del
pronunciamiento judicial que deba emitirse en favor de quien invoca la prescripción. Al
respecto, Peña Bernaldo de Quirós señala, "la adquisición que produce la usucapión...
opera ipso jure en que termina el plazo de la usucapión... Pero se aplica de oficio por los
Tribunales. El que quiera aprovecharse de ella habrá de alegarla oportunamente (en
acción; en excepción) y probarla... La doctrina entiende que la adquisición se considera
producida al tiempo en que se inició la usucapión (retroactivamente de la usucapión).
En consecuencia, se piensa que purifica retroactivamente la actuación del usucapiente
cuando actuó como dueño sin serio..." (PEÑA BERNALDO DE QUIRÓS, pp.131-132).
En efecto, una cosa es el hecho de que para poder oponer la prescripción adquisitiva, el
beneficiado con la misma deba invocarla, y otra que tal invocación, ante la autoridad
judicial, no constituye un requisito para configurar el efecto adquisitivo al que ella
conduce. No existe implicancia entre ambas cuestiones, la invocación de la prescripción
es una potestad del sujeto que, en uso de su autonomía privada, puede o no hacer valer,
mientras que una vez invocada la prescripción, si los hechos que la sustentan son
acreditados, se considera que el efecto adquisitivo preexistía al momento de su
invocación, que esta última constituyó solo el llamado de un hecho ya configurado, de
un hecho que ya está en el pasado con toda su virtualidad jurídica consumada.
Dicho de otra manera, de la necesidad de la invocación de la prescripción no debe
deducirse que a partir de entonces la misma produce sus efectos o que con tal
invocación el sujeto pueda consumar esos efectos, porque tales efectos se han producido
automáticamente por el solo transcurso del plazo fijado, bajo las condiciones
establecidas por la ley.
Ahora bien, en el artículo en comentario, las cosas no son tan claras ni mucho menos en
nuestra práctica, al menos en lo que se refiere a la eficacia del solo vencimiento del
plazo.
Efecto, sobre el tema de la necesidad de invocar la prescripción para poder gozar de sus
efectos, la necesidad de solicitar la prescripción resulta de lo dispuesto por el artículo
952 del C.C., conforme al cual el beneficiado con la prescripción "puede entablar juicio
para que se le declare propietario" (el subrayado es mío).
Respecto al tema de la eficacia del solo vencimiento del plazo, en el artículo en
comentario expresamente se señala la expresión "se le declare propietario" que puede
ser considerada como lo suficientemente indicativa respecto del carácter declarativo de
dicha pretensión y, por consiguiente, de la decisión que la acoge. Se declara aquello que
se ha constatado como preexistente a la decisión que se emite sobre el particular, la
decisión no configura el modo de adquisición.
En principio, el Registro protege a los adquirentes de derechos reales que cuenten con
derecho inscrito sobre la base de los principios registrales. Sin embargo, el derecho de
propiedad se puede adquirir por prescripción, y esta adquisición afecta a los titulares de
derechos inscritos.
En doctrina, la prescripción adquisitiva puede realizarse tanto a favor como en contra
del que goza de derecho inscrito, como sucede en el sistema español (al igual que el
nuestro) en que las inscripciones no convalidan los actos y contratos que sean nulos. En
el primer caso, el titular registral en la realidad no lo es, a través de la prescripción
adquisitiva se convertirá en verdadero titular y por ello se habla de la prescripción según
el Registro o 'Secumdum tabulas". En el segundo, la prescripción se produce en contra
del titular registral, por eso se habla de prescripción "contra tabulas", en la cual
realmente surte un conflicto entre el titular registral y el adquirente por prescripción.
El segundo párrafo del artículo 952 del C.C. señala las expresiones "para la inscripción
de la propiedad" y "para cancelar el asiento a favor del antiguo dueño" que nos lleva a la
conclusión de que solo recoge el supuesto de "contra tabulas". En ese sentido, se puede
inferir que el adquirente por prescripción inscribirá su derecho por haber demostrado
una posesión continua, pacífica, pública y como propietario durante diez o cuatro años,
según si el bien inscrito es inmueble o mueble. La prescripción corta en este caso es de
difícil aplicación, ya que para ella se necesita justo Iftulo y buena fe, y este último
requisllo, en general, no cumpliría por ser el objeto de la prescripción un bien inscrito,
que goza de la presunción de que toda persona tiene conocimiento del contenido de las
inscripciones (artículo 2012 del C.C.).
Asimismo, considero que en nuestro país no sería amparada una demanda de
prescripción "secumdum tabulas"debido a que los órganos jurisdiccionales señalarían
que mientras no se declare la nulidad del acto que corre inscrito, en virtud del principio
de legitimación (artículo 2013 del C.C.), se presume que el derecho o la titularidad del
registro existe y pertenece al titular inscrito.
Desde el punto de vista procesal existe un procedimiento en la vía abreviada que se
encuentra regulado en el artículo 504 y siguientes del C.P.C., que permite hacer efectiva
la pretensión mencionada por el artículo 952 del C.C. En este sentido, la pretensión
principal sería la declaración de propiedad a favor de quien ya prescribió y la pretensión
accesoria sería la cancelación del dominio del anterior propietario e inscripción a
nombre del nuevo. Inclusive, actualmente la Ley N° 27157 Y su complementaria la
Ley N° 27333 autorizan a los notarios a llevar a cabo procedimientos de prescripción
adquisitiva de inmuebles, siempre que sea de naturaleza urbana y no exista oposición
por parte de terceros. De igual forma, al amparo de la Novena Disposición
Complementaria del Decreto Legislativo N° 653, los predios rurales son susceptibles de
adquirirse por prescripción.
Cabe precisar, para evitar cualquier duda, que lo señalado en el segundo párrafo del
artículo en comentario no significa que no se pueda solicitar la prescripción adquisitiva
de un bien no inscrito, con lo cual la sentencia sería el título para la inmatriculación y la
inscripción de la primera de dominio.
INTERRUPCIÓN DEL TÉRMINO PRESCRIPTORIO
“ARTICULO 953.- Se interrumpe el término de la prescripción si el poseedor pierde
la posesión o es privado de ella, pero cesa ese efecto si la recupera antes de un año o si
por sentencia se le restituye.”
La prescripción adquisitiva requiere la posesión continua de un bien durante cierto lapso
de tiempo. Ahora bien, si uno de estos elementos (posesión o tiempo) falta, como puede
suceder si el poseedor pierde (hecho fáctico) la posesión o que el propietario haya
solicitado la devolución del bien. Estos actos, tienen como resultado la interrupción de
la prescripción adquisitiva, siempre y cuando se hayan realizado dentro del plazo que se
necesita para adquirir la propiedad por prescripción.
En doctrina, la posesión se puede interrumpir, para efectos de la prescripción
adquisitiva, natural o civilmente. "La interrupción natural afecta al hecho mismo de
poseer. La civil se produce con la reclamación judicial por otro de la posesión yen rigor
no interrumpe la posesión, pero se entiende, sin embargo, que "para los efectos de
prescripción" hay interrupción ''y con efectos condicionados a que después recaiga
sentencia estimatoria" (PEÑA BERNALDO DE QUIRÓS, p. 128).
Nuestro Código Civil trata acerca de la interrupción en el artículo en comentario, el
mismo que trata los supuestos de interrupción natural de la prescripción adquisitiva,
pudiéndose invocar además como causal de interrupción, los supuestos reconocidos en
la doctrina, referidos al emplazamiento judicial y al reconocimiento del derecho del
propietario.
Cabe señalar que a diferencia del Código Civil de 1936, cuyo artículo 876 disponía la
aplicación supletoria de las reglas sobre la prescripción extintiva, el Código actual no
efectúa tal remisión con lo cual es poco factible invocar, aun por analogía, las causales
de suspensión previstas para la prescripción extintiva por cuanto se trata de
disposiciones que responden a distintos intereses; mientras que en la extintiva solo
existe de por medio un interés privado, en la adquisitiva existe un interés de toda la
comunidad por proteger la estabilidad y seguridad de las relaciones jurídicas construidas
sobre la base del uso y explotación efectiva de los bienes por un plazo prolongado; el
centro de la protección está en la confianza que despierta el comportamiento del
poseedor, en la apariencia de derecho que su conducta genera y no en una presunta
sanción a la negligencia del propietario. De lo que se trata es de dar firmeza a la
prescripción adquisitiva sobre la base de lo que la conducta del poseedor objetivamente
puede mostrar y no de que la misma pueda verse afectada en su continuidad por
causales de suspensión que generalmente no se habrían podido conocer.
En este sentido, mientras las causales de suspensión e interrupción de prescripción
extintiva se encuentran expresa y sistemáticamente regulados por el Código Civil
vigente, el tema de la interrupción de la prescripción adquisitiva no está regulado
orgánicamente, solo se tiene lo dispuesto por el artículo en comentario referido a los
supuestos de interrupción natural de la prescripción adquisitiva.
Ahora bien, en el artículo bajo comentario que, como he señalado, se refiere a la
interrupción natural, en su parte final hace mención a la ficción legal de la posesión no
interrumpida, al señalar que cesa la interrupción del término de la prescripción si la
posesión se recupera antes de un año o si por sentencia se restituye. Al respecto
Hernández Gil dice, "queda perfectamente aclarado el concepto de la posesión no
interrumpida: no se requiere la reiteración absoluta de los actos posesorios; una
intermitencia inferior a un año no hace discontinua (en sentido legal) la posesión, desde
el momento en que la interrupción natural de la posesión solo se produce cuando cesa
en ella por más de un año. César en la posesión supone abandono voluntario del objeto.
Si este abandono es forzado, hay despojo. La posesión contradictoria puede ser del
dueño, o bien de un tercero, incluso sin conocimiento de aquel e iniciando nueva
usucapión" (cit. por LACRUZ BERDEJO y otros, p. 205).
De esta manera, recuperar la posesión antes del año hace que el plazo prescriptorio no
se interrumpa, esto debe concordarse con lo establecido por el artículo 921 del C.C., que
señala que los poseedores de bienes muebles inscritos o de inmuebles que han perdido o
sido privados de su posesión podrán utilizar las acciones posesorias y los interdictos
para recuperarla, pero estos medios serán rechazados si el poseedor actual cuenta con
más de un año de posesión. Esto último guarda lógica con el artículo en comentario, ya
que si pasó más de un año, la interrupción natural ya operó, por lo que el poseedor
actual comenzará a computar un nuevo plazo de prescripción, que a mi entender se
iniciará desde que tomó posesión del bien, ya que el poseedor despojado perdió toda
expectativa de finiquitar la prescripción por verse interrumpida.
En cuanto a la interrupción civil, se debe entender que esta opera con el emplazamiento
judicial de la demanda que contenga una pretensión de restitución, por ejemplo, una
demanda de reivindicación, que interrumpirá la prescripción, si se intima judicialmente
al poseedor antes de transcurrido el plazo para prescribir, de lo contrario, el intimado
puede argumentar la prescripción adquisitiva como medio de defensa. Asimismo, la
doctrina reconoce que se interrumpe civilmente/ la prescripción por el reconocimiento
del poseedor, a través de cualquier acto, por ejemplo, testamento o cualquier otra
declaración unilateral de voluntad, que no necesitan de aceptación del propietario, los
cuales se pueden realizar por instrumento público o privado.
En reiterada jurisprudencia nacional se ha reconocido que existe interrupción civil de la
posesión cuando el propietario demanda la restitución del bien, a consecuencia de lo
cual, en virtud de la intimación judicial, la posesión deja de ser pacífica. Sin embargo, si
bien estoy de acuerdo con que la prescripción se interrumpe con la intimación judicial,
por otro lado, estoy en desacuerdo de que la posesión deje de ser pacífica, ya que el
efecto jurídico de la notificación de la demanda es justamente interrumpir el plazo
posesorio, pero el poseedor demandado sigue con una posesión pacífica sobre el bien.
SEGUNDO PLENO CASATORIO-PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA
A) Exposición de los Hechos:
Padre e hija plantean una demanda en la cual alegan ser coposesores y solicitan se les
declare copropietarios del inmueble ubicado en la calle Marí Izaga Nº 769, antes como
Marí Izaga Nº 126, que ocupan hace mas de 60 años. Rafael Agustín Lluncor
Castellano (padre) y Gladys Filomena Lluncor Moloche (hija), interpusieron el Recurso
de Casación en el cual sustentan que la Corte Superior interpreto de manera equivocada
el artículo 950 del Código Civil, e inaplicó el artículo 899 del mismo cuerpo legal.
Como respuesta, obtuvieron por parte del propietario demandado, que antes de entrar a
discutir sobre la prescripción conjunta de dos coposesores, se debía determinar si los
demandantes podían pretender prescribir, ya que el padre era arrendatario del inmueble
en materia de prescripción, y por ende carecía del “animus domini”, siendo este
necesario para obtener lo solicitado.
Siendo puntos de controversia lo siguiente:
-Rafael Agustín Lluncor Castellanos reconoce ser arrendatario del inmueble.
-Gladys Filomena Lluncor Moloche explotaba un negocio comercial en dicho
inmueble, el cual cuenta con licencia.
-Uno de los fundamentos en los que se basa Gladys Filomena Lluncor Moloche, es que
habiendo nacido en el inmueble y cumpliendo la exigencia legal de 10 años de posesión
continua, podía prescribir.
Con respecto al artículo 950 del Código Civil, que es uno de los cuestionados, exige que
para prescribir el que posee el bien debe hacerlo de forma continua, pacífica y pública
como propietario; pero en el caso propuesto, teniendo en cuenta que una de las
características de la propiedad es la exclusividad, no es lógico que se pretenda la
prescripción por dos personas, ya que ello supone que uno de ellos permitió que los dos
poseyeran conjuntamente, incumpliendo con dicha característica.
Con respecto a la inaplicación del artículo 899 del Código Civil, los demandantes se ven
afectados, ya que dicho artículo los favorece al reconocer que existe coposesión cuando
dos o más personas poseen un mismo bien conjuntamente.
Otro tema en cuestión, fue que la hija no podía tener el “animus domini”, por el simple
hecho de que su padre también carecía de este.
A lo largo del debate, no se tuvo en cuenta el derecho real de la habitación, tipificado en
el artículo 1027 del Código Civil, el cual dice lo siguiente: “Cuando el derecho de uso
recae sobre una casa o parte de ella, para servir de morada, se estima constituido el
derecho de habitación”.
El Pleno Casatorio de la Corte Suprema de Justicia de la República de conformidad con
lo normado por el artículo 400 del Código Procesal Civil, por unanimidad:
- Declara infundada el recurso de casación interpuesto por Gladys Filomena Lluncor
Moloche.
- Establece que la correcta interpretación del artículo 950 del Código Civil debe hacerse
en el sentido que nada obsta para que dos o más poseedores homogéneos puedan
usucapir, puesto que de ver amparado su pretensión devendrían en copropietarios, figura
jurídica que está prevista en nuestra legislación.
- Impusieron a Gladys Filomena Lluncor Moloche una multa de dos Unidades de
Referencia Procesal de acuerdo con el artículo 398 del Código Procesal Civil.
-Ordenaron la publicación de la sentencia en el Diario Oficial “El Peruano”.
B) Análisis:
La realización del Pleno Casatorio tiene como fundamento legal el artículo 400 de
Código Procesal Civil.
Este Pleno Casatorio es importante debido a que es el segundo en materia civil que se
realiza en la Corte Suprema, desde la entrada en vigencia del Código Procesal Civil en
julio de 1993.
Además esta sentencia tiene por finalidad establecer doctrina de carácter jurisprudencial
en el marco del proceso civil por prescripción adquisitiva de dominio iniciado por
Gladis Filomena Lluncor Moloche y otro contra Otilia Arbaiza Aguinaga, en el Distrito
Judicial de Lambayeque.
En este pleno lo que discute es la calidad de poseedores de los demandantes Rafael
Agustín Lluncor Castellanos (padre) y Gladys Filomena Lluncor Moloche (hija), que
interpusieron el recurso de casación, en el cual sustentan que la Corte Superior
interpretó de manera equivocada el artículo 950 del Código Civil, e inaplicó el artículo
899 del mismo cuerpo legal, lo cual atentaba contra su derecho al debido proceso.
Con respecto a la interpretación equivocada el artículo 950 del Código Civil, si bien es
cierto que ha existido una errónea interpretación, se establece que la correcta
interpretación debe hacerse en el sentido que nada obsta para que dos o más poseedores
homogéneos puedan usucapir, puesto que de haber amparado su pretensión devendrían
en copropietarios, que es una figura legislada en nuestro Código Civil actual; y en
cuanto a la inaplicación del artículo 899, los demandantes se ven afectados, ya que
dicho artículo los favorece al reconocer que existe coposesión cuando dos o más
personas poseen un mismo bien conjuntamente, sin embargo el demandante Rafael
Agustín Lluncor Castellanos era arrendatario del inmueble en materia de prescripción, y
por ende carecía del “animus domini”, importantísimo para poder usucapir, por lo que
este derecho que tiene como arrendatario también se extiende a su hija Gladis Filomena
Lluncor Moloche y no se le considera como coposeedora ya que carece de tal condición.
Aquí, es importante hacer una salvedad para entender la razón por la cual es tan
importante el “animus domini”, pues la posesión por arrendamiento se trata de una
posesión de derecho en la que una persona ejerce una posesión inmediata sobre un bien;
y el propietario, es decir, el titular del derecho de propiedad ejerce una posesión mediata
o espiritualizada. Sin embargo, el poseedor inmediato no posee para sí mismo, sino para
el poseedor mediato, es por eso que no cabe hablar de Prescripción adquisitiva de
propiedad, pues como bien alegan los demandantes, se necesita que la posesión sea
pacífica, continua y pública, pero además se necesita el comportamiento como
propietario o dueño, si no como se vio en el Pleno Casatorio no procede.
La labor del Pleno Casatorio fue rectificar la interpretación que el juez anterior había
dado con respecto al caso planteado, pues no se trataba de centrarse en la Coposesión
sino en la Prescripción Adquisitiva de Propiedad.
Finalmente cabe indicar que las aspiraciones más importantes del sistema normativo es
brindar seguridad jurídica a los ciudadanos, en este sentido no es sencilla la tarea de los
jueces, además tomando en cuenta cada juez tiene su propio criterio en cada caso en
particular, de modo que se presentan resoluciones que, ante conflictos sustancialmente
iguales, las cortes deciden de modo diferente.
C) Aporte Jurídico:
Este Pleno Casatorio marca un hito en la jurisprudencia nacional, porque tiene por
finalidad esclarecer, determinar y uniformizar la forma de interpretación de la norma al
caso concreto. La resolución servirá de modelo para futuros procesos que sean
parecidos, así evitando que resoluciones contradictorias tengan como resultado la
afectación de derechos por no uniformizar la interpretación de la norma.
El Pleno Casatorio nos ha permitido conocer más sobre las instituciones de la posesión,
coposesión, propiedad, usucapión, el derecho de uso y habitación. Estamos de acuerdo
con lo emitido en el Pleno Casatorio sobre la interpretación del Artículo 950 del código
Civil y el Articulo 899 porque establece como requisito para que se dé la coposesiones
que dos o más personas posean el bien conjuntamente pero tienen que tener el animus
domini para que puedan usucapir y si es servidor de la posesión no puede usucapir. Un
aporte que nos da esta resolución es que el coposeedor no está prohibido en solicitar la
prescripción adquisitiva de dominio, sin embargo necesita actuar como propietario.