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Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Escuela Académico Profesional de Derecho y Ciencias Políticas INTERPRETACION JURIDICA, VALIDEZ JURIDICA Y FUNCION DE LA DOGMATICA JURIDICA I. INTERPRETACION JURIDICA Introducción Señala Emilio Betti que en toda ciencia hay la exigencia: de precisar con todo rigor su propio objeto, de mostrar las metas de verdad que se tratan de alcanzar y de fijar los medios cognoscitivos con los que estas metas pueden ser alcanzadas. Frente a esta triple exigencia se encuentra la ciencia hermenéutica o teoría de la interpretación, orientada a abrazar en síntesis el objeto, las metas y los métodos, entre si diferenciados, de los procedimientos utilizados por los cultivadores de las diversas ciencias. Cada vez que tomamos contacto con la realidad específica intentamos sacar a la luz el sentido que ella alberga. A la actividad intelectual dirigida a comprender y explicar o declarar el sentido de algo, por ejemplo, de un sueño, de una obra artística, histórica, filosófica, de una norma moral, religiosa, jurídica, y en fin, de todo lo que es objeto, especialmente de las ciencias culturales, se le califica como interpretación (del latin interpretari). Interpretar es una acción humana que consiste en establecer el significado de algo. Por lo mismo, interpretar el derecho tiene que ser la acción que ejecutan determinadas personas con el fin de establecer el significado del derecho. Ahora bien, si entendemos la derecho como una realidad normativa, esto es, como algo que

Trabajo de Logica Juridica

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Trabajo de Logica Juridica

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INTERPRETACION JURIDICA, VALIDEZ JURIDICA Y FUNCION DE LA DOGMATICA JURIDICA

I. INTERPRETACION JURIDICA

Introducción

Señala Emilio Betti que en toda ciencia hay la exigencia: de precisar con todo rigor su propio objeto, de mostrar las metas de verdad que se tratan de alcanzar y de fijar los medios cognoscitivos con los que estas metas pueden ser alcanzadas. Frente a esta triple exigencia se encuentra la ciencia hermenéutica o teoría de la interpretación, orientada a abrazar en síntesis el objeto, las metas y los métodos, entre si diferenciados, de los procedimientos utilizados por los cultivadores de las diversas ciencias.

Cada vez que tomamos contacto con la realidad específica intentamos sacar a la luz el sentido que ella alberga. A la actividad intelectual dirigida a comprender y explicar o declarar el sentido de algo, por ejemplo, de un sueño, de una obra artística, histórica, filosófica, de una norma moral, religiosa, jurídica, y en fin, de todo lo que es objeto, especialmente de las ciencias culturales, se le califica como interpretación (del latin interpretari).

Interpretar es una acción humana que consiste en establecer el significado de algo. Por lo mismo, interpretar el derecho tiene que ser la acción que ejecutan determinadas personas con el fin de establecer el significado del derecho. Ahora bien, si entendemos la derecho como una realidad normativa, esto es, como algo que contiene normas o tiene que ver preferentemente con normas, interpretar el derecho equivaldría a establecer el significado de las normas en que el derecho consiste.

Concepto de interpretación

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Para Aníbal Torres Vásquez1, interpretar una norma jurídica es establecer su sentido y alcance en relación con un hecho determinado al cual debe aplicarse. A la interpretación de los textos se le denomina hermenéutica2.

Por su parte Juan Espinoza Espinoza3 manifiesta que, la interpretación puede definirse adecuadamente como una técnica integradora del mensaje legislativo, ya que por obra suya dicho mensaje adquiere verdadera consistencia en la comunicación a los interesados.

Mario Alzamora Valdez4, siguiendo a Enneccerus, señala que, interpretar una norma jurídica es esclarecer su sentido y precisamente aquel sentido que es decisivo para la vida jurídica y, por tanto, también para la resolución.

Para Eduardo Ferrer Mac-Gregor5, la interpretación, también es objeto de interpretación. Se trata de una función hermenéutica; pero en sentido lato la interpretación cubre todo el espectro jurídico: desde la elaboración hasta la aplicación de la norma, por cualquier persona. Interpretar es una polisemia, aunque todos sus significados se enlazan. Interpretar significa entender o explicar el significado de algo; trasladar el significado de una voz a otra; incluso supone ejecutar, aunque ahora esta acepción rige solo para las artes dramáticas, musicales y coreografías.

Por otra parte, Marcial Rubio Correa6 indica que, la teoría de la interpretación es un conjunto a veces no muy armónico de proposiciones sobre como aclarar el sentido de las normas jurídicas. Este se ha ido construyendo por sedimentación de aportes provenientes de diversas escuelas de pensamiento, en diferentes etapas históricas del desarrollo del derecho y, por consiguiente, responde a axiomas e intereses disimiles. Asimismo, continúa señalando que, la teoría de la interpretación no constituye propiamente hablando una ciencia, ya que con las reglas de la interpretación jurídica pueden obtenerse distintos resultados, según el punto de partida y la metodología interpretativa que asuma el intérprete. Finalmente, concluye diciendo que, la interpretación jurídica pertenece más al ámbito de las reglas de combinación de colores y juego de ajedrez: establece requerimientos pero

1 Torres Vásquez, Aníbal. Introducción al Derecho. Teoría General del Derecho. 3° Edición, Editorial IDEMSA, Lima 2007, pág. 510.2 La hermenéutica viene del sustantivo griego hermeneia, que a su vez fue vertido al latín como interpretatio. Hermenéutica es sinónimo de interpretación. 3 Espinoza Espinoza, Juan. Los Principios Contenidos en el Titulo Preliminar del Código Civil Peruano de 1984. Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial. 2° Edición, Fondo Editorial del a Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 2005, pág. 315. 4 Alzamora Valdez, Mario. Introducción a la Ciencia del Derecho. 10° Edición, EDDILI, Lima 1987, pág. 257.5 Ferrer Mac-Gregor, Eduardo. Interpretación Constitucional. Editorial Porrua, México 2005, pág. Xv. 6 Rubio Correa, Marcial. El Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. 9° Edición, Fondo Editorial del a Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 2007, págs. 209 a 210.

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permite flexibilidad y creatividad. Por ello consideramos que la interpretación jurídica es mas un arte que una ciencia.

Sujetos de la interpretación

Siguiendo a Aníbal Torres Vásquez7, diremos que todos somos actores de la interpretación jurídica. Los ciudadanos comunes interpretan el derecho cotidianamente, por ejemplo, cuando una persona leer el cartel colocado en la puerta de entrada a un establecimiento que dice “prohibido entrar perros“, sabe que no puede ingresar con caballos, vacas, osos, etc. Los legisladores interpretan la Constitución a fin de que sus leyes no devengan en inconstitucionales ni por la forma ni por el fondo. Lo hacen los abogados para fundamentar sus petitorios ante los jueces o para sustentar sus informes o consejos profesionales. También los juristas en sus estudios científicos. Todo funcionario publico, se ve obligado a interpretar las normas, verbigracia, el funcionario municipal que niega o autoriza para construir, lo hace interpretando las normas acerca de la clase de terrenos aptos para ello. Desde luego que lo hacen los magistrados y los árbitros, con miras a la solución de un conflicto. Todos lo hacemos para aclarar y explicar el sentido de las normas jurídicas, desde las constitucionales hasta las de menor jerarquía. La interpretación es un dato ineludible de toda experiencia jurídica.

Continúa señalado el mismo autor que, la interpretación mas palpable es la que cumple el juez con la finalidad de solucionar un caso concreto8.

Objeto de la interpretación

Conforme lo señala Aníbal Torres Vásquez9, el objeto de la interpretación jurídica son todas las normas que integran el ordenamiento jurídico: las normas legales (leyes reglamentos, decretos, ordenanzas municipales, etc); las negóciales (contratos, testamentos, etc.); las consuetudinarias (usos y costumbres); las contenidas en los principios generales del derecho; y las individualizadas (sentencias laudos arbitrales, resoluciones administrativas).

Siendo la ley, en sentido material (Constitución, ley, tratado, reglamento, decreto, etc.) la fuente formal mas importante del derecho, la teoría de la interpretación esta especialmente referida a ella. Pero también se interpreta la costumbre y los principios generales del derecho cuando son llamados por ley

7 Torres Vásquez, Aníbal. Op. Cit., Pág. 517. 8 Ibid., pág. 5189 Ibid., pág. 519.

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a cumplir la misión de fuentes supletorias del primer y segundo grado respectivamente, además de las normas particulares y las individualizadas. Por eso, es preferible hablar de interpretación jurídica o interpretación del derecho antes que interpretación de la ley.

A su vez el ordenamiento jurídico se ubica dentro de un entorno social económico, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el cual se consideran los hechos que requieren de una respuesta jurídica.

Clases de interpretación

Según Mario Alzamora Valdez10, si se toma en cuenta a la persona que realiza la interpretación esta puede ser: legislativa, judicial y doctrinaria.

Para Aníbal Torres Vásquez11, la interpretación puede ser doctrinal, judicial y la denominada interpretación autentica. Mientras que por sus resultados se clasifica en: declarativa, modificativa, extensiva y restrictiva.

La interpretación doctrinal

La interpretación doctrinal, llamada también científica, es la efectuada por los juristas con fines científicos, didácticos y prácticos, con el propósito fundamental de encontrar la verdad en el campo jurídico. No tiene poder normativo, pero ejerce gran influjo en la función legislativa y judicial.

Como es obvio, esta interpretación carece de obligatoriedad, pero suele influir en buena medida en las decisiones judiciales. En efecto, cuando una determinada interpretación es apoyada por autores de prestigio, en general, es raro que los tribunales se aparten de ella.

En Roma, la interpretación doctrinaria sí tuvo carácter vinculante, ya que las respuestas de los prudentes son las opiniones y sentencias de los que habían recibido el poder de fijar el Derecho. Porque se había establecido antiguamente que las leyes fuesen públicamente interpretadas por ciertas personas, llamadas jurisconsultos, que recibían del príncipe el derecho de responder. Era tal la autoridad de sus opiniones y sentencias unánimes, que, según las constituciones, no era permitido al juez separarse de sus respuestas.

10 Alzamora Valdez, Mario. Op. Cit., pág. 260.11 Torres Vásquez, Aníbal. Op. Cit., pág. 531.

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Para Abelardo Torre12, este tipo de interpretación también se le llama libre, porque al no estar influido su autor por ningún litigio determinado, como sucede con el juez o los defensores de las partes, su interpretación ha de resultar, en principio, más objetiva.

La interpretación judicial

La función jurisdiccional la ejercen por los jueces, quienes, por medio de la sentencia, previo el conocimiento de los hechos, aplican el derecho, después de interpretarlo, al caso concreto sometido a su decisión. Por tanto, la interpretación judicial es la que efectúa el poder judicial, ejerciendo la función jurisdiccional que específicamente le corresponde. Es obligatoria para las partes, puede constituir doctrina jurisprudencial cuando proviene de la Sala Plena de la Corte Suprema, o ser reiterada en diversas sentencias, según lo determinen las varias legislaciones, y sirve de pauta de conducta de todos los miembros de la comunidad.

Para Abelardo Torre13, a esta interpretación se la llama también usual, porque la interpretación de las leyes y demás normas jurídicas, así como su aplicación a los conflictos entre personas, corresponde por antonomasia a los jueces y, por lo tanto, al Poder Judicial, claro que dentro de un régimen institucional de separación de poderes.

La Constitución Política de 1993, en su articulo 138 prescribe que, “La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y las leyes. En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda otra norma de rango inferior.”

La interpretación autentica

La interpretación autentica se cumple mediante una norma aclaratoria (norma interpretativa) emanada del mismo órgano que creo la norma originaria (norma interpretada), a fin de aclarar las dudas que suscita esta norma o cuando con base en ella se vienen aplicando otras en forma incorrecta o, simplemente, porque su creador quiere que sea entendida en un sentido diferente al que se le ha dado o se pretende darle. Por tal virtud, son requisitos de la interpretación autentica: a) que sea realizada por el mismo órgano que creo la

12 Torre, Abelardo. Introducción al Derecho. 14° Edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires 2003, pag. 418.13 Ibid., pag. 416.

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norma que se interpreta o por el órgano que lo sucede, y b) que se haga con otra norma (aclaratoria) de la misma jerarquía de la norma interpretada.

Interpretación común

La interpretación común (o particular o privada), es la efectuada por el común de las gentes.

Es muy pretensioso creer que los únicos que pueden interpretar el Derecho son los llamados operadores jurídicos (jueces, abogados, juristas, etc). También los particulares analizan las normas jurídicas cada vez que desean saber si la actividad que quieren emprender en licita o ilícita; si los actos o negocios jurídicos que quieren llevar a cabo producirán o no tales o cuales efectos; cuando quieren conocer que responsabilidad se deriva para ellos por los daños causados por sus menores hijos o por los animales que poseen; cuando al otorgar un testamento, desean saber en que proporciones pueden distribuir sus bienes entre sus futuros herederos, etc. Claro está que esta interpretación común esta sujeta a corrección por los operadores jurídicos, especialmente por el juez14.

Interpretación declarativa

El texto legal dice lo mismo que resulta ser el verdadero sentido de la ley luego de interpretada. El sentido y alcance de la norma están cabalmente expresados en el texto que se interpreta. Luego de interpretada la norma, se llega a la conclusión de que su sentido debe apreciarse con estricta referencia al texto literal, sin ampliar ni restringir su alcance.

Para Luis Bramont Arias, la interpretación es declarativa, cuando se establece la conformidad de la letra de la ley con la voluntad de esta, o en otros términos, cuando el resultado de la interpretación teológica coincide con la gramatical, en el sentido de que se limita a precisar el significado de una expresión que aparece indeterminado o ambiguo15.

Mario Alzamora Valdez16, señala que la forma mas corriente de interpretación es la declarativa, que tiene por objeto explicar el texto de la ley. Este procedimiento se emplea cuando las palabras son imprecisas u oscuras y se busca desentrañar a través de ellas la mente de la ley y del legislador.

14 Torres Vásquez, Aníbal. Op. Cit, pág. 547.15 Ibid., pág. 54716 Alzamora Valdez, Mario. Op. Cit, pag. 261.

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Finalmente diremos, que este tipo de interpretación atenderá fundamentalmente, no ha desentrañar la mente del legislador, sino a precisar su espíritu y finalidad de acuerdo con las complejas, mudables y progresivas necesidades de convivencia social17.

Interpretación modificativa

Las leyes pueden revelar un significado claro y definido, pero puede suceder que el legislador se haya expresado indebidamente, con demasiada estrechez o con amplitud excesiva, en cuyo caso procede una interpretación rectificadora que amplié o restrinja las palabras de la ley para obtener su verdadero sentido. La interpretación modificativa puede ser extensiva o restrictiva.

Interpretación extensiva

Cuando un texto dice menos de lo que es la voluntad de la ley, el interprete amplia el significado del texto a supuestos que, de este modo, resultan incluidos en su sentido. El sentido y alcance de la norma son más amplios que su formulación escrita. Se desarrolla el sentido que subyace en el texto de la norma para comprender casos que en apariencia no están contemplados por ella, pero que razonablemente si lo están.

Interpretación restrictiva

El sentido hallado por la interpretación es más reducido que la expresión usada en la norma. Por ejemplo, hay que entender que con la expresión parientes la ley no se refiere a todo tipo de parientes sino apenas a los mas cercanos. El sentido y alcance de la norma son razonablemente menos de lo que parece indicar el texto de la norma.

Interpretación Constitucional

La Constitución Política se caracteriza por se la norma suprema, la ley de leyes, la ley fundamental de tal modo que el sistema de valores que ella estatuye informa todo el ordenamiento jurídico. Regula los derechos fundamentales del ser humano y el ejercicio del poder, razón por la cual se la denomina Constitución Política.

17 Torres Vásquez, Aníbal. Op. Cit, pág. 548.

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Ahora bien conforme a las características y peculiaridades que ésta presenta, puede ser interpretada conforme a los mismos cánones interpretativos de las demás leyes. Sin embargo, dadas las características de la ley fundamental, su interpretación denota algunas diferencias con las otras leyes de menor jerarquía: en primer lugar, siendo la Constitución la norma de mayor jerarquía, su interpretación no se encuentra vinculada a lo establecido en las normas de menor jerarquía. En segundo lugar, los principios constitucionales que requieren desarrollo y concretización mediante leyes que aun no se han dado, permiten un margen de interpretación mucho mas amplio que el de las otras leyes generales. Y en tercer lugar, como la Constitución diseña la estructura social y política de una sociedad concreta, a veces, su interpretación requiere de una fundamentación política orientada a lograr el bien común, la seguridad jurídica y vigencia del Estado de Derecho18.

La interpretación de la Constitución esta inspirada por ciertos principios, entre los cuales mencionaremos los siguientes:

1. Principio de la unidad de la Constitución. La Constitución debe interpretarse como una totalidad, sin considerar a sus disposiciones como normas aisladas. Los derechos fundamentales elevados al rango de constitucionales no están yuxtapuestos sin conexión alguna, sino que están relacionados unos con otros en una comunidad de sentido. Por eso, la Constitución es un todo o unidad con sentido.

2. Principio de la coherencia. No debería haber contradicciones o antinomias entre normas constitucionales, pero, sin embargo, estas siempre se presentan. En situaciones como esta, la interpretación debe hacerse ponderando los valores e intereses tutelados por las normas constitucionales. En todo caso, los conflictos entre normas deben resolverse en favor de los intereses de mayor relevancia.

3. Principio de la funcionalidad. Se debe respetar el esquema de competencias diseñado por la Constitución, de tal modo que ningún poder u órgano estatal pueda invadir el ámbito de competencia de otro y todos trabajen coordinadamente.

4. Principio de eficacia. La interpretación debe orientarse a que se optimice la eficacia de las normas constitucionales, para que sus fines se realicen efectivamente.

5. Principio indubio pro libertate. En caso de duda se debe optar a favor de la libertad del ser humano, como garantía de la efectiva vigencia de los derechos fundamentales.

6. Principio de duración de la Constitución. La interpretación tiene como objetivo fundamental que la Carta Política dure como texto normativo y como programa político, como garantía de una sociedad estable y segura como base del progreso.

18 Ibid., págs. 582 y 583.

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7. Principio de respeto al régimen político consagrado en la Constitución. La interpretación constitucional tiende a afianzar el régimen político adoptado por la sociedad mediante la Constitución. La interpretación constitucional debe encaminarse a lograr que dure el acuerdo político consagrado en la Constitución19.

Métodos de la interpretación

Siguiendo a Marcial Rubio Correa20 diremos que los métodos de interpretación son los siguientes: literal, ratio legis, sistemático por comparación con otra norma, sistemático por ubicación de la norma en el sistema, histórico y sociológico.

Método literal

Para el método literal, el procedimiento de interpretación consiste en averiguar lo que la norma denota mediante el uso de las reglas lingüísticas propias al entendimiento común del lenguaje escrito en el que se halla producida la norma, salvo que los términos utilizados tengan algún significado jurídico especifico y distinto del común, en cuyo caso habrá que averiguar cual de los dos significados está utilizando la norma. Es decir, el método literal trabaja con la gramática y el diccionario21.

El método literal – continúa el autor – es la puerta de entrada a la interpretación dentro de cualquier sistema jurídico basado en la escritura. Esto es evidente desde que el método literal no es sino el decodificador elemental y necesario para los distintos sujetos de la sociedad, sobre lo que escribió en la norma jurídica quien tenia la potestad de producirla.

Para Abelardo Torre22, este método (gramatical o filológico) considera las palabras y las frases de las normas, aisladamente, es decir, en tanto que simples palabras o frases desconectadas del resto del ordenamiento, para establecer cuál es su significado si son palabras, o la redacción o puntuación si son frases, etc.

19 Ibid., pag. 584.20 Rubio Correa, Marcial. Op. Cit, pag 224.21 Ibid., pág. 224.22 Torre, Abelardo. Op. Cit, pag 422 y 423.

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Los glosadores, posglosadores, comentaristas, etc., mucho antes del siglo XIX, hicieron amplio uso y abuso de este método. Para interpretar un texto, como dice Cossio, "... se recurría a distintas operaciones. Se recurría, por ejemplo, a sinónimos, de manera que ante un texto legal que ofrecía dudas se remplazaba una palabra por un sinónimo, para ver cómo quedaba el sentido. Además de esta técnica, se utilizaba en gran escala la etimología, es decir, que se recurría a la interpretación por medio del origen idiomático de la palabra. También se recurría a ejemplos fraseológicos, para demostrar la constancia de la significación en la pluralidad de los casos; y, por último, se recurría a los llamados textos paralelos, operación que consistía en tomar frases de libros célebres, en primer término la

Biblia, desde luego, para hacer ver que en esos textos de gran autoridad en el mundo de la cultura, la palabra iba empleada como quería el intérprete que se la interpretara en la ley.

Método de la ratio legis

Según el método de la ratio legis, el “qué quiere decir” de la norma se obtiene desentrañando su razón de ser intrínseca, la que puede extraerse de su propio texto.

En método de la ratio legis busca esclarecer la norma en base a lo connotado. Por ejemplo, cuando la Constitución Política señala, que el Presidente de la Republica será elegido por un periodo de cinco años y deberá transcurrir un periodo de gobierno para quien ha ejercido el cargo pueda ser reelegido, la razón de ser de la norma está orientada a evitar que una persona ocupe Presidencia por largo tiempo de manera indefinida.

La razón de la ser de la norma es la llamada ratio legis.

La ratio legis no es la intención que tuvo el legislador al dar la norma, la ratio legis debe fluir del texto mismo de la norma o grupo normativo que le es correspondiente.

En segundo lugar – sostiene el autor – la ratio legis se entiende como la razón de ser de la norma jurídica propiamente dicha.

En síntesis, concluye el autor, el método de interpretación de la ratio legis otorga significados a partir de la precisión de la razón de ser de la norma. Esta razón de ser es distinta de la intención del legislador y de la ratio iuris, concepto de mayor abstracción. Es un método importante, reconocido y en verdadero ejercicio en nuestro medio jurídico. Sus límites son, de un lado, que la ratio legis no siempre es claramente discernible en las normas jurídicas y, de

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otro, que se puede prestar a una utilización subjetiva que reste méritos a su aporte como método de interpretación23.

El método sistemático por comparación con otras normas

Para el método sistemático por comparación con otras normas, el procedimiento de interpretación consiste en esclarecer el “que quiere decir” la norma atribuyéndole los principios o conceptos que quedan claros en otras normas y que están claramente expresados en ella.

Por ejemplo, el articulo 665 del Código Civil dice: “La acción reivindicatoria procede contra el tercero que, sin buena fe, adquiere los bienes hereditarios por efecto de contratos a titulo oneroso celebrados por el heredero aparente que entro en posesión de ellos.(…)”.

El caso consiste en un heredero que no ha recibido la herencia que le corresponde. Por el contrario, esta herencia la recibió otro que no era el heredero verdadero sino un heredero aparente. Este heredero aparente vendió los bienes de la herencia a una tercera persona por titulo oneroso. Lo que el artículo 665 dice es que el heredero real puede reivindicar al tercero que los adquirió de dicha manera.

Esta es la manera como opera el método sistemático por comparación con otras normas: se toma un artículo bajo interpretación y se lo compara con otro que aclara su significado. No obstante, el método sistemático de comparación de normas tiene que ser utilizado con ciertas restricciones24.

El método sistemático por ubicación de la norma

Según Marcial Rubio Correa25, el método sistemático por ubicación de la norma, su interpretación debe hacerse teniendo en cuenta el conjunto, subconjunto, grupo normativo, etcétera, en el cual se halla incorporada, a fin de que su “que quiere decir” sea esclarecido por los elementos conceptuales propios de tal estructura normativa.

Si tomo, por ejemplo, el literal a) del inciso 24 del artículo 2 de la Constitución del Estado, su texto dice:

23 Rubio Correa, Marcial. Op. Cit,, págs. 226 y 227. 24 Ibid., págs. 227 y 228.25 Ibid., pág. 230.

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Toda persona tiene derecho:

(…) 24. A la libertad y seguridad personales. En consecuencia

a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe.

Dentro del sistema jurídico, esta norma se refiere a la persona natural en el ejercicio de sus derechos personales dentro del ámbito de su vida privada. Es allí donde solo obliga lo que la ley manda e impide lo que ella prohíbe. Sin embargo, en otros ámbitos del sistema jurídico, la norma no es aplicable.

Por ejemplo, el Presidente de la Republica no puede convocar a referéndum nacional para que el pueblo vote a favor o en contra de una decisión tomada, porque no existe norma jurídica que se lo impida. En el conjunto en el que se ubican las normas jurídicas referentes a que puede hacer y qué no puede hacer el Presidente de la Republica, el literal a) del inciso 24 del articulo 2 de la Constitución no tiene nada que normar, porque dicho conjunto se rige por otros principios que incluyen el de atribución de competencia. En eses caso (como en el de cualquier otro funcionario), solo le está permitido hacer lo que le ha sido atribuido expresamente como materia de su competencia.

Nótese que la ubicación de la norma en el sistema no es equivalente a decir “el cuerpo legislativo donde se halla ubicada”. En el caso que hemos citado, las normas sobre libertad y seguridad personal y las normas referentes a las atribuciones presidenciales, están todas en la Constitución del Estado, pero a pesar de ello pertenecen a conjuntos normativos distintos: uno a la manera como la persona ejerce sus derechos privadamente y, otro, a como el Presidente de la Republica conduce su actividad como gobernante, materia cualitativamente distinta.

De los ejemplos desarrollados, fluye que la razón de ser del método sistemático por ubicación de norma está en darle significado a la norma a partir del “medio ambiente” de su conjunto, subconjunto o grupo normativo. En otras palabras, del total de principios, elementos, conceptos y contenidos que forman y explican la estructura normativa en la que está situada la norma a interpretar.

En resumen, sostiene el autor26, el método sistemático por ubicación de la norma interpreta aplicando el conjunto de principios, conceptos, elementos y contenidos que sirven para dar “medio ambiente” a la norma dentro de su grupo o conjunto normativo. El método reposa en la concepción del Derecho como un sistema estructural y discrimina la interpretación en función de ello y no del “cuerpo legislativo” en el que se halla la norma jurídica. Tiene el

26 Ibid., pág. 231.

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inconveniente de que, muchas veces, existe discusión sobre el conjunto o grupo al que pertenece la norma o, inclusive, puede concebirse que pertenezca a dos o mas de ellos.

El método histórico

Para Marcial Rubio Correa, el método histórico la interpretación se hace recurriendo a los contenidos que brindan los antecedentes jurídicos directamente vinculados a la norma de que se trate. Este método se fundamenta en que el legislador siempre tiene una intención determinada al dar la norma jurídica, llamada “intención del legislador”, que debe contribuir decisivamente a explicarnos su sentido27.

Para Abelardo Torre28, el método exegético (o histórico), estrictamente interpretado, sostiene que frente a una ley oscura o dudosa, debe recurrirse a la voluntad o intención del legislador que la dictó. Se trata, pues, de establecer la finalidad que se persiguió con la ley, tal como fue entendida al tiempo de dictársela, sin ninguna clase de agregados por parte del intérprete

El método histórico, se utiliza para llegar a conocer la intención del legislador y así entender por qué o para qué dio la norma, a fin de interpretar sus alcances en consonancia. Esta fundado, pues en el criterio tecnicista, que toma en cuenta, sobre todo, los antecedentes jurídicos de la norma bajo interpretación.

En síntesis, diremos, entonces, que el método histórico interpreta mediante la determinación de cual fue la intención del legislador al dar la norma, para luego aplicar sus contenidos a la determinación del significado normativo. En esto, el método histórico utiliza todo tipo de antecedente jurídico, destacando las fundamentaciones de los autores de los proyectos, las partes considerativas de los textos legislativos, el contraste entre la norma a interpretar y sus normas precedentes, así como la ocassio legis. El método puede aportar elementos de juicio interesantes a la interpretación, pero su uso es muy discutido porque muchas veces la intención del legislador no es manifiesta; otras es determinada con mucho contenido subjetivo por el interprete y otras, finalmente, el resultado de la interpretación histórica es un obstáculo a la necesaria adaptación del Derecho a las nuevas circunstancias sociales a las que pretende normar.29

27 Ibid., pág. 232.28 Torre, Abelardo. Op. Cit, pag. 423. 29 Rubio Correa, Marcial. Op. Cit, pág. 233.

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El método sociológico

Para Marcial Rubio Correa30, el método sociológico la interpretación de la norma debe realizarse tomando en cuenta las variables sociales del más diverso tipo, del grupo social en el que va a producirse la aplicación de la norma.

El método sociológico de interpretación supone el aporte de las distintas ciencias sociales al esclarecimiento y adaptación de la normatividad a la realidad y, en verdad, uno de sus objetivos centrales es trabajar para lograr tal adecuación entre Derecho y sociedad. No se trata, entonces, de una sociologizacion del Derecho sino, más bien, de hacer intervenir consideraciones sociales para esclarecer el “que quiere decir” la norma.

Un ejemplo aplicable a amplios sectores de nuestro país es el siguiente: el matrimonio de prueba existe en muchos lugares de nuestra Sierra, es conocido como el servinakuy y consiste en una antigua y conocida tradición de sociedades campesinas que consiste en hacer una prueba de conformación de familia entre varón capaz de trabajar y mujer púber. Esto suele ocurrir, entonces, entre varones mayores de edad y mujeres de los doce años en adelante. Sin embargo, para el Código Penal, una relación sexual de este tipo constituye delito de violación de menor, aun cuando esta brindara su aceptación, pues se la supone totalmente incapaz de hacerlo por la edad.

Evidentemente, aquí hay un choque de culturas y lo que para los sectores occidentalizados de nuestra sociedad es una acción monstruosa, para otros sectores sociales de cosmovisión tan valida como la otra, es algo perfectamente legítimo y amparado por ancestrales costumbres.

Desde el punto de vista penal, sin embargo, aplicando el método sociológico, nosotros podemos aducir falta de culpabilidad en el presunto agresor, pues no hay en el la menor conciencia de estar haciendo algo reprochable y, menos aun, delictuoso.

En resumen, señala el autor, podemos señalar que el método sociológico de interpretación esclarece el significado de la norma jurídica recurriendo a los diversos datos que aporta la realidad social donde la norma interpretada se aplica, para realizar un permanente ajuste entre Derecho y sociedad. Esto se basa en que el Derecho es un instrumento de regulación social particular, pero no un cuerpo normativo autárquico que se explica y justifica por si mismo.

II. VALIDEZ JURIDICA30 Ibid., págs. 233, 234, 235 y 236.

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Introducción

En lo que respecta a la validez jurídica o validez normativa, siguiendo a Marcial Rubio Correa31, habría que plantearnos la siguiente interrogante ¿Cuándo es valida una norma jurídica? y ¿Cuál es el proceso de su cumplimiento?

Concepto de validez

Para Marcial Rubio Correa, la norma valida es solo aquella que sigue determinados cánones de forma y fondo. Los formales son los que prescribe la configuración de las fuentes del Derecho dentro de cada sistema jurídico particular. Desde el punto de vista de fondo la norma es valida cuando no resulta incompatible con otras de rango superior32.

Para Hans Kelsen, la palabra validez, aplicada a las normas jurídicas, designa simplemente la existencia de éstas y su consiguiente pretensión de obligatoriedad. La validez de una norma positiva – escribe el autor – no es otra cosa que el modo particular de su existencia. Por validez, agrega, entendemos la existencia específica de las normas. Decir que una norma es valida equivale a declarar su existencia o – lo que es o mismo – a reconocer su fuerza obligatoria frente a aquellos cuya conducta regula33”.

Para Miguel Reale34, vigencia o validez formal es la capacidad compulsoria de ejecución propia de una norma jurídica que ha cumplido, en su elaboración, los requisitos esenciales que se exigen para que sea Derecho. En primer lugar hemos de referirnos – sostiene el autor – al orden de competencias del poder político, a la legitimidad del órgano del que emana la regla: la norma debe ser elaborada por un órgano competente. El órgano que promulga la norma ha de estar legitimado para hacerlo por haber sido constituido para este fin.

Sin órgano competente y legítimo, no existe regla jurídica capaz de obligar compulsoriamente a los ciudadanos de un país; junto a esta competencia subjetiva se halla la competencia que se refiere a la propia materia legislada. Se requiere, pues que la ley emane de un órgano competente y verse sobre materia de su competencia.

31 Rubio Correa, Marcial. Op. Cit., pág. 100. 32 Ibíd., pág. 100. 33 Squella Narducci, Agustín. Introducción al Derecho. Editorial Jurídica Chile, Santiago de Chile 1999, pág. 321.34 Reale, Miguel. Introducción al Derecho. Ediciones Piramide S.A., Madrid 1984, págs. 97 y 98.

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Finalmente, sostiene el autor, es necesario un tercer requisito: que el poder se ejerza también de acuerdo con las exigencias reales, o sea, la legitimidad del procedimiento. Este requisito se refiere a la legitimidad del modo según el cual el órgano ejecuta lo que le compete y elabora asi la norma jurídica.

Tenemos pues, que para Miguel Reale, la ley debe reunir tres requisitos esenciales que se refieren a:

1. La legitimidad del órgano.2. La competencia ratione materiae3. La legitimidad del procedimiento.

Para Carlos Santiago Nino35, la validez de una norma es equivalente a su existencia, pero que una norma jurídica existe no cuando tiene fuerza obligatoria moral, sino cuando pertenece a un orden jurídico que tenga vigencia y que una norma pertenece a un orden jurídico cuando su sanción está autorizada por otras normas del sistema. O se podría afirmar que la validez de una norma es equivalente a su existencia y que una norma jurídica existe como tal cuando pertenece a un orden jurídico tenga o no éste vigencia.

También se podría decir que la validez de una norma se identifica con su existencia y que ésta depende sólo de la vigencia de la norma. Asimismo se podría sostener que la validez de una norma no tiene nada que ver con su existencia sino que sólo depende de que haya otra norma que declare su observancia obligatoria. Como se ve, las posibilidades de combinar los focos de significado son múltiples y el que estas posibilidades se hayan materializado efectivamente en el pensamiento de muchos autores explica las graves confusiones en torno a este tema de la validez del derecho.

Diferentes sentidos de la validez

La expresión "validez" es de una extremada ambigüedad, tanto cuando se aplica para calificar a una norma jurídica, como cuando se la usa en relación a todo un orden jurídico. Los siguientes son algunos de los "focos de significado" con que se suele usar la expresión "validez":

1) En muchos contextos decir que una norma o un sistema normativo son válidos es equivalente a decir que la norma o el sistema normativo en cuestión existen. En este sentido, los criterios de validez de una norma o de un sistema serán los mismos que los de su existencia, y esos criterios, como veremos, pueden variar grandemente según diferentes concepciones.

35 Santiago Nino, Carlos. Introducción al Derecho. 12° Edición, Editorial Astrea, Buenos Aires 2003, pág. 134.

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2) También puede asociarse la validez de una norma o de un sistema jurídico con su justificabilidad, con el hecho de que deba hacerse lo que ellos disponen, con su fuerza obligatoria moral. En este sentido, decir que una norma es válida implica decir que ella constituye una razón para justificar una acción o decisión, que lo que la norma declara prohibido, obligatorio o permitido es, efectivamente, obligatorio, permitido o prohibido.

3) Puede asimismo decirse que una norma jurídica es válida cuando hay otra norma jurídica que declara que su aplicación u observancia es obligatoria. En este sentido no se puede decir que todo un sistema jurídico es válido, puesto que siempre habrá por lo menos una norma del sistema cuya obligatoriedad no está determinada por otras normas del sistema (ver más abajo el problema de la autorreferencia).

4) También puede predicarse validez de una norma jurídica con el sentido de que su dictado ha estado autorizado por otras normas jurídicas, o sea que ha sido sancionada por una autoridad competente dentro de los límites de su competencia. Tampoco en este sentido se puede predicar validez de todo un sistema jurídico, puesto que siempre habrá alguna norma cuyo dictado no fue autorizado por otra norma (de lo contrario debería haber una infinita cantidad de normas en el sistema).

5) Asimismo que una norma es válida puede querer decir, como vimos en la sección anterior, que la norma en cuestión pertenece a un cierto sistema jurídico. Obviamente, aquí tampoco la validez puede predicarse de todo un sistema jurídico (autónomo) puesto que esto implicaría decir que el sistema pertenece a sí mismo.

6) Por último, cuando se dice que una norma o un sistema jurídico son válidos a veces se puede querer decir que tienen vigencia (o eficacia), o sea que son generalmente observados y aplicados.

Estos seis focos de significado no son en realidad significados autónomos de la palabra "validez", ya que generalmente ellos se presentan combinados de alguna manera, siendo el caso que algunas de las propiedades que hemos enumerado son consideradas condiciones necesarias para que se den algunas de las otras. La cuestión es, sin embargo, que estas propiedades se suelen combinar de formas muy distintas, y esto es lo que determina la ambigüedad de la expresión "validez"36.

Concepto descriptivo y normativo de la validez

36 Ibíd., págs. 132 y 133.

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Una diferencia crucial entre los diferentes conceptos de validez que se pueden construir, combinando de distintos modos las propiedades mencionadas, está dada por la inclusión o no de la propiedad b —o sea la justificabilidad o fuerza obligatoria de la norma o del sistema— como parte del concepto.

Si la designación del concepto de validez incluye la justificabilidad o fuerza obligatoria moral de las normas o del sistema jurídico de los que se predica validez, el concepto se convierte en una noción normativa. Con este sentido de la expresión "validez", decir que una norma o un sistema son válidos implica afirmar que deben ser observados y aplicados, que provee razones para justificar una acción o decisión. Si la palabra "validez" se emplea con este significado, afirmar que una norma jurídica es válida, pero que no debe ser obedecida o aplicada —por ejemplo, por ser injusta— es autocontradictorio.

Los otros significados de "validez" (que están asociados o con la vigencia de una norma o de un sistema, o con la pertenencia de una norma a un sistema, o con la circunstancia de que una norma ha sido permitida o declarada obligatoria por otra) son, en cambio, puramente descriptivos. La aplicabilidad de estos distintos conceptos de validez depende solamente de verificaciones fácticas.

Como la idea de validez suele estar asociada con la de existencia de una norma jurídica o de un sistema jurídico, la noción de existencia será también normativa o descriptiva según con qué concepto de validez se identifique. Si se identifica con el concepto normativo de validez, se dirá que una norma jurídica existe cuando debe hacerse lo que ella prescribe. Si, en cambio, el concepto de existencia se identifica con algunos de los conceptos descriptivos de validez, se dirá que una norma jurídica existe cuando, por ejemplo, ella está vigente, o cuando pertenece a un sistema jurídico, etcétera37.

El concepto de validez en nuestro sistema jurídico

Nuestro sistema jurídico, entendido por tal al Derecho de un Estado determinado, se halla ubicado dentro de la familia Romano – Germánica del Derecho comparado. En eso se parece a los sistemas jurídicos de todos los países de ascendencia latina38. Las características fundamentales de todo sistema Romano – Germánico consisten en una clara predominancia de la fuente legislativa, esto es, de la ley como principal fuente del derecho.

37 Ibíd., págs. 134 y 135.38 Rubio Correa, Marcial. Titulo Preliminar del Código Civil. 8° Edición, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 2001, págs. 13 y 14.

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En lo que respecta al órgano competente, para la dación de una ley, nuestra Constitución Política señala, en su articulo 102°, inciso 1°, que, “Son atribuciones del Congreso: 1. Dar leyes y resoluciones legislativas..”, esto es, es una atribución del Poder Legislativo; sin embargo, dicha facultad no es exclusiva de este poder del estado ya que puede también ser delegada, conforme lo prescribe el articulo 104° de la Constitución cuando señala, que “El Congreso puede delegar en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar, mediante decretos legislativos, sobre materia especifica y por el plazo determinado establecidos en la ley autoritativa”. Cabe señalar, que en cualquiera de estas dos circunstancias la promulgación de una ley será valido.

Ahora bien, en lo que respecta a la promulgación y publicación de la ley, cumplido el tramite interno de un proyecto de ley en el Congreso, llega al Pleno y es aprobado. Aun no es una ley perfecta pues le falta la promulgación y publicación. La promulgación debe hacerla el Poder Ejecutivo razón por la cual la ley aprobada se envía al Presidente de la Republica. Recibida por el Presidente, tiene quince días de plazo para hacer cualquiera de estas dos cosas:

Promulgarla39, es decir, mandar que se publique y cumpla, u Observarla cuando en efecto tenga reparos sobre toda o una parte de

dicha ley

Si transcurriera quince días desde que fue enviada la autógrafa de la ley al Presidente y éste ni observo ni promulgo, pierde competencia sobre el procedimiento de esta ley, y entonces es promulgada por el Presidente del Congreso o por el Presidente de la Comisión Permanente de ser el caso40, conforme lo señala el artículo 108° de la Constitución.

En lo respecta a la publicación de la ley, nuestra Constitución Política señala, en su artículo 109° que, “La ley es obligatoria desde el día siguiente de su publicación en el diario oficial salvo disposición contraria de la misma ley que posterga su vigencia en todo en parte”. En lo que respecta a este punto, nuestra Carta Política ha establecido una conditio sine qua non, esto es, prescribe que una ley sea obligatoria debe ser publicada en el diario oficial El Peruano, salvo que se reserve su vigencia porque la ley así lo señale expresamente en su contenido o entre en vacatio legis. Asimismo, agregar la Constitución, en su artículo 51° que, “La publicidad es esencial para la vigencia de toda norma del Estado”.

39 La promulgación ha sido tradicionalmente función del Poder Ejecutivo en el mundo. Se entiende que opera así un mecanismo de control entre los poderes: el Legislativo puede aprobar la ley pero la llave de la vigencia la tiene el Ejecutivo.40 Rubio Correa, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993, Tomo IV. 1° Edición, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 1999, pág. 228.

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En lo que se refiere a la vigencia de la ley, la Constitución señala, en su articulo 103° que, “La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos, salvo, en ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo. La ley se deroga solo por otra ley. También queda sin efecto por sentencia que declara su inconstitucionalidad”; esto es, la ley se aplica a los hechos, relaciones y situaciones jurídicas existentes al momento de su entrada en vigor (aplicación inmediata de la ley), y que no tiene fuerza ni efectos retroactivos estableciendo la salvedad, en caso de materia penal cuando favorece al reo. Asimismo, señala, que la ley se deroga solo por otra ley41, y también cuando una sentencia del Tribunal Constitucional declare su inconstitucionalidad.

Finalmente, haciendo un análisis sistemático de la Constitución diremos, que en caso de presentarse un conflicto en la aplicación de una norma, se deberá preferir a la Constitución sobre toda norma legal; a la ley, sobre las normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. Solo así, siguiendo los puntos establecidos líneas arriba una norma jurídica (ley) podrá ser considera valida.

III. FUNCION DE LA DOGMATICA JURIDICA

Introducción

Según Mario Alzamora Valdez42, la denominación “ciencia del derecho” se emplea en tres sentidos: para designar a todas las disciplinas jurídicas; para referirse, solo a los estudios científicos sobre el derecho, excluyendo aquellos que tienen carácter filosófico, o únicamente a la Dogmática Jurídica.

41 De una forma complementaria lo regula también el Código Civil de 1984, en su artículo I y III de su Titulo Preliminar.42 Alzamora Valdez, Mario. Op. Cit, pag. 49.

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El nombre de “Dogmática Jurídica apareció en 1857 en la Revista fundada por Ihering, asignando a las normas el valor infalible de los dogmas del cristianismo.

En su primera acepción, Ciencia Jurídica abarca todo el saber jurídico; en su segundo sentido, todas las ciencias jurídicas propiamente tales, en el tercero el estudio del derecho vigente.

La Ciencia del Derecho propiamente dicha o Dogmática Jurídica recibe varias denominaciones: “Ciencia Dogmática”, “Sistemática Jurídica”, “Jurisprudencia Técnica”, “Jurisprudencia Dogmática” o simplemente “Jurisprudencia”.

Del Vecchio, por su parte, señala que “la Ciencia del Derecho tiene por objeto los sistema particulares considerados singularmente para pueblo de una época determinada” aunque no abarque la integridad de un ordenamiento.

Radbruch la define como “Ciencia que versa sobre el sentido objetivo del derecho positivo con el cual se diferencia, de un lado y debido a su positividad de la Filosofía del Derecho y de la Política Jurídica, y, del otro, por su sentido objetivo, de la historia, de la disciplina del Derecho Comparado y de la psicología y la sociología jurídica.

Recanses Siches, nos dice que “la Ciencia Dogmática o Técnica del ordenamiento vigente se desenvolverá sobre la base de un fiel acatamiento a las disposiciones de éste, estudiándolas como tales normas” dentro de un ámbito espacial y temporal de aplicación dentro de una realidad social.

Legaz Lacambra señala que “el objeto de la ciencia jurídica es el derecho que es norma, o sea, regulación de conducta, conducta que debe ser; la conducta en cuanto ser no es derecho, sino que participa en el ser jurídico, en cuanto debida, prohibida o licita”.

La Ciencia del Derecho ha sido definida por García Maynez como la disciplina que “tiene por objeto la exposición ordenada y coherente de los preceptos jurídicos que se hallan en vigor en una época y en un lugar determinados, y el estudio de los problemas relativos a su interpretación y aplicación”43.

Para Miguel Reale44, la Dogmática Jurídica no se confunde con la Ciencia del Derecho, pero tampoco se reduce a un simple procedimiento artístico. La Dogmática Jurídica corresponde al momento culminante en que el jurista se eleva al plano de los principios y conceptos generales indispensables para la interpretación, construcción y sistematización de los preceptos e instituciones de que se compone el ordenamiento jurídico.

43 Ibíd., pág. 50.44 Reale, Miguel. Op. Cit, pág. 236.

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La Carlos Santiago Nino45 dogmática jurídica es típica de los países en que predomina el derecho legislado —los del continente europeo y los hispanoamericanos, entre otros—, no habiéndose difundido, en cambio, en el ámbito del common law. Aunque muchos de sus rasgos se fueron insinuando ya desde la época de la Roma imperial, probablemente no adquirió pleno desarrollo, como luego veremos, hasta la segunda mitad del siglo pasado. Por fin, las características de la dogmática jurídica se dan plenamente en las investigaciones sobre algunas ramas jurídicas, por ejemplo, el derecho penal y el derecho civil, presentándose mucho más atenuadas en otras materias, como por ejemplo, el derecho constitucional y el derecho laboral, y están ausentes casi por completo en otras elaboraciones jurídicas, por ejemplo, las que corresponden al derecho administrativo.

La dogmática jurídica, en cuanto estudia el derecho nacional de un país y está entonces “ligada al territorio y a la actualidad”, no tiene “métodos, materias y descubrimientos” universales. Sus problemas y, por lo tanto, la audiencia a que está dirigida, son estrictamente nacionales.

La dogmática describe, a través de la interpretación y sistematización, el derecho positivo vigente.

El objeto último de su razonamiento son textos. Para afirmar lo que el derecho dice la doctrina se sirve de la interpretación de las normas, por medio de la cual determina el sentido de ellas, y de su sistematización, que permite ubicar las normas en el sitio que les corresponde en construcciones conceptuales generales que agrupan clases de normas.

Según algunas corrientes de filosofía jurídica, también la evaluación moral o política del derecho vigente es parte de la doctrina.

En el mayor grado de abstracción de la dogmática se encuentran los principios del derecho y las teorías de instituciones jurídicas particulares. Ejemplos de principios del derecho son las reglas de interpretación e integración del derecho. Como ejemplos de teorías podemos ubicar la teoría del acto jurídico, la teoría de los riesgos, la teoría del proceso o la teoría de la prueba. A este nivel de abstracción, la doctrina es más bien universal o, cuando menos, común al interior de los principales sistemas jurídicos (derecho común, derecho civil, sharia, etc.). Es decir, esta parte de la doctrina no es enteramente definida por las normas positivas nacionales.

El derecho positivo nacional y, ocasionalmente, también las legislaciones extranjeras, cuando se trabaja comparadamente, forman el segundo elemento de la dogmática.

45 Santiago Nino, Carlos. Op. Cit, pág. 321

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El tercer y último elemento de la dogmática son las proposiciones que se formulan para interpretar, sistematizar o evaluar el derecho positivo. Ellas son verdaderas o falsas según si el derecho vigente posee o no los contenidos que las proposiciones les atribuyen. Esta cuestión no se puede adjudicar por referencia a fenómenos externos a las normas mismas, de tal suerte que la verdad de las proposiciones de doctrina depende de su coherencia interna, es decir, si acaso los enunciados fluyen lógicamente de los principios que se invocan y de las normas que se analizan, y según el grado de exhaustividad y precisión con que se han traído al análisis los principios y normas pertinentes a las afirmaciones que se hacen46.

El contenido de la Ciencia del Derecho o Dogmática Jurídica es muy amplio. De aquí que para su estudio metódico y ordenado, haya sido dividida en Ciencia del Derecho Constitucional, Ciencia del Derecho Administrativo, Ciencia del Derecho Administrativo, Ciencia del Derecho Penal, Ciencia del Derecho Procesal, Ciencia del Derecho Civil, Ciencia del Derecho Mercantil, etc.

Abelardo Torre47, grafica la clasificación genéricamente aceptada del derecho positivo:

46 Bernasconi Ramírez, Andrés. El Carácter Científico de la Dogmática Jurídica. En Revista de Derecho. Vol. XX – N° 1 – Julio 2007, págs. 10, 11, 15 y 16. 47 Torre, Abelardo. Op. Cit, pág. 533.

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Función de la Dogmática Jurídica

Según Carlos Santiago Nino48, la dogmática jurídica ha cumplido durante su prolongada vigencia una función social extraordinariamente relevante. Independientemente de su actividad de sistematizar el derecho legislado, suministra a los jueces, sus principales destinatarios, sistemas de soluciones jurídicas mucho más coherentes, completos, precisos y adecuados axiológicamente que el material creado por los legisladores, sin abdicar por ello de su adhesión a la legislación.

De este modo se mantiene en apariencia el ideal de la división de poderes y los tribunales ven reducidos sus problemas interpretativos ante posibles lagunas, contradicciones y ambigüedades de la legislación, pudiendo justificar sus fallos fundándolos en interpretaciones pretendidamente auténticas de tal legislación, y no en su propia opinión.

48 Ibíd., pág. 338

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Es notoria la influencia que algunos juristas de prestigio ejercen sobre las decisiones judiciales, gozando sus opiniones de un peso casi comparable al de los tribunales de alzada, por lo cual los abogados recurren ansiosamente a ellas para fundamentar sus alegatos.

Hay una interrelación entre los hábitos teóricos de los jueces y las técnicas de justificación de soluciones adoptadas por la dogmática jurídica. En buena medida la actividad judicial que se despliega en los países del sistema continental europeo está moldeada por la ciencia jurídica que en ellos se desarrolla. A su vez, la dogmática ve limitadas sus funciones y posibilidades argumentativas por los hábitos teóricos de los jueces, reduciéndose su influencia a medida que los juristas se apartan de las técnicas canónicas de justificar las soluciones propuestas.

La dogmática tiene una considerable influencia hasta en la legislación, fijándose legislativamente muchas de las soluciones interpretativas propugnadas por la dogmática.

En suma, en los países de nuestra tradición jurídica resulta engañoso considerar a un código o a una ley como parte del derecho en forma aislada de las construcciones teóricas que se han desarrollado alrededor de ellos. El que pretendiera guiarse, en materias relativamente complejas, por los textos legales, sin tener en cuenta las elaboraciones dogmáticas de tales textos, probablemente se vería algo desorientado frente a decisiones y justificaciones que no parecen estar determinadas por esos textos.

BIBLIOGRAFIA

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