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Introduccion.
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I. Introducción
I. INTRODUCCIÓN
I.1. FUNDAMENTO DE LA CONSERVACION DE ALIMENTOS
La conservación de alimentos puede llevarse a cabo mediante el empleo de
diferentes técnicas como las convencionalmente utilizadas: desecación, concentración,
congelación, irradiación, atmósferas modificadas, antioxidantes, modificación del pH, etc.) o
mediante las nuevas tecnologías como: envasado en atmósferas modificadas (MAP),
adición de agentes antimicrobianos naturales (bioconservación), altas presiones
hidrostáticas, campos de pulsos eléctricos y láser de alta intensidad (Forsythe, 2000)
Sin embargo, las técnicas tradicionales de conservación están siendo sustituidas por
las nuevas técnicas debido a la creciente demanda del consumidor por productos menos
industrializados, más naturales (sin aditivos) y saludables de ahí el auge de la
bioconservación.
I.2. BIOCONSERVACIÓN
La bioconservación se basa en el uso de compuestos naturales con actividad
antimicrobiana procedentes de microorganismos, plantas o animales. En el caso de los
microorganismos este término hace referencia al uso de microflora, natural o controlada, y/o
de sus metabolitos con actividad antimicrobiana con la finalidad de alargar la vida útil y
mejorar la seguridad de los alimentos (Stiles, 1996: Aymerich & Hugas, 1998; Cleveland et
al., 2001; Vázquez et al., 2009).
Los términos probiótico y bioconservante están estrechamente relacionados cuando
se trata de bacterias lácticas (BAL) puesto que ambos son consecuencia de su desarrollo y
de la producción de productos metabólicos.
I.3. PROBIOTICOS
Metchnikoff hace más de un siglo comprobó el efecto benéfico para la salud por el
consumo de leches fermentada. Los alimentos que se fermentan o enriquecen con probiotas
se consideran como funcionales, es decir, buenos para la salud humana (leche, yogures
1
I. Introducción
líquidos y sólidos, vegetales fermentados, productos cárnicos fermentados, etc.)
(http://www.respyn.uanl.mx/iv/2/ensayos/bacteriocinas.htm).
Los probióticos son microorganismos que estimulan las funciones protectoras del
tracto digestivo, aunque también son conocidos como bioterapéuticos, bioprotectores o
bioprofilácticos. Se utilizan para prevenir las infecciones entéricas y gastrointestinales
(Penna, 1998).
Entre las bacterias probióticas más utilizadas para el consumo humano se
encuentran las llamadas acido lácticas (BAL). En la tabla I.1. se muestran las principales
bacterias lácticas utilizadas como probiotas (Mata y del Cuvillo, 2000).
Tabla I.1 Principales bacterias acido lácticas utilizadas como probióticas:
LACTOBACILLUS ACIDOPHILUS Lactococus lactis spp cremosis
Lactobacillus plantarum Streptococcus thermophilus
Lactobacillus casei Bifidobacterium adolescentes
Lactobacillus. casei spp rhamnosus Bifidobacterium bifidum
Lactobacillus. delbrueckii spp bulgaricus Bifidobacterium breve
Lactobacillus fermentum Bifidobacterium longum
Lactobacillus reuteri Enterococcus faecium
Lactococcus lactis spp lactis Entre otros
Fuente: Mata y del Cuvillo, 2000
I.4. BACTERIAS ÁCIDO LÁCTICAS (BAL)
Las BAL están ampliamente distribuidas en muchos ecosistemas y se encuentran en
suelo, agua, plantas y animales. Son responsables de muchos procesos de fermentación de
alimentos, aunque también están presentes en alimentos no fermentados como productos
cárnicos, pescados, frutas, cereales y en el tracto genital, intestinal y respiratorio de
humanos y animales.
Las BAL se usan ampliamente como cultivos iniciadores en la industria alimentaría
para la producción de alimentos fermentados incluyendo: lácteos (yogur, queso); carnes;
pescados; cereales (pan, cerveza); frutas (procesos de fermentación maloláctica y
fermentación de vino); y verduras (Calo-Mata et al., 2008).
2
I. Introducción
Los primeros sistemas de biopreservación se basaban en la utilización de bacterias
ácido-lácticas (BAL) empleadas durante muchos años en la industria alimentaria para
producir alimentos fermentados (Saloff, 2004). Actualmente, estos microorganismos se
utilizan también con otros fines entre los que cabe destacar su potencial como probióticos y
por lo tanto su uso en alimentos funcionales y sus propiedades bioprotectores (Mata y del
Cuvillo, 2000; Zalaba et al., 2001; Puente, 2003).
I.4.1. Definición y características
Las BAL son bacterias gran positivas, no esporuladas, de forma bacilar o esférica,
anaerobios facultativos y catalasa negativo. Las BAL producen mayoritariamente acido
láctico como producto final durante la fermentación de los carbohidratos.
Las BAL pueden crecer a la temperatura de refrigeración. Son tolerantes al envasado
en atmosfera, bajos pH, altas concentraciones de sal y a la presencia de otros aditivos como
ácido láctico, etanol o ácido acético (Calo-Mata, 2008).
I.4.2. Clasificación de las bacterias ácido lácticas
Las bacterias lácticas se clasifican en varias categorías dependiendo de los
productos finales de su metabolismo o de su temperatura óptima de crecimiento (Saloff,
1994; Forsythe, 2000):
Según el producto final de su metabolismo:
o Homofermentativas: dan lugar a ácido láctico (Pediococcus, Streptococcus,
Lactococcus y ciertos lactobacilos).
o Heterofermentativas: además del ácido láctico produce etanol, acetato y CO2
(Weisella, Leuconostoc y algunos lactobacilos).
Según su temperatura de crecimiento :
o Mesofílicas: crecen mejor en rangos de temperatura entre 25-30ºC.
o Termofílicas: Prefieren rangos de temperaturas entre 40-44ºC
3
I. Introducción
I.4.3. Mecanismos antagónicos de las bacterias ácido lácticas
Los efectos antagónicos de las bacterias lácticas aunque en gran medida se
atribuyen a la disminución del pH y a la competencia por los nutrientes, también se debe a la
capacidad que tienen de sintetizar metabolitos con actividad antimicrobiana como: acido
láctico, etanol, CO2, diacetilo, acetaldehído, peróxido de hidrogeno y bacteriocinas
(Forsythe, 2000; Vignolo y Vertolucci, 2004; González et al., 2003; Calo-Mata et al., 2008).
Ácidos orgánicos .-Las bacterias ácido lácticas fermentan los carbohidratos
obteniendo ácidos orgánicos (principalmente láctico y acético). Estos ácidos
contribuyen al desarrollo del sabor, del aroma y la textura de los productos
fermentados. Además, el ácido puede reducir el valor pH hasta valores nocivos para
las bacterias indeseables, como Clostridium, Pseudomonas, Salmonella, Listeria
monocytogenes y Staphylococcus aureus ejerciendo una acción antimicrobiana que
contribuye a la prevención de la descomposición de los alimentos (Vignolo de
Vertolucci, 2004).
Diacetaldehido y acetaldehído .- El diacetaldehido es letal para las bacterias gran
positivas aunque a las concentraciones presentes en las fermentaciones no tiene un
efecto antimicrobiano importante, sólo si actúa sinérgicamente. En el caso del
acetaldehído se ha demostrado que en el yogurt es producido por L. bulgaricus y
ejerce una acción antagonista frente a la microbiota presente en la leche (Vignolo de
Vertolucci, 2004).
Peróxido de hidrogeno .-El crecimiento de las BAL en los medios anaerobios produce
peróxidos de hidrogeno el cual actúa como oxidante produciendo un efecto negativo
sobre los microorganismos (Vignolo de Vertolucci, 2004).
Bacteriocinas : La actividad antimicrobiana de las bacteriocinas representa un gran
potencial para la industria alimentaria ya que se pueden utilizar como conservadores
biológicos puros que en un momento dado podrían reemplazar a los conservadores
químicos. Dada la importancia que en la actualidad están tomando los probióticos
como alimentos funcionales y las bacteriocinas que producen, resulta interesante
resaltar algunas de características de estas sustancias y comentar sus propiedades
antimicrobianas (González et al., 2003).
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I. Introducción
I.5. BACTERIOCINAS DE LAS BAL.
I.5.1. Definición y características
Diversos estudios han demostrado que algunas bacterias Gram positivas durante la
fase de crecimiento exponencial, poseen la capacidad de producir sustancias que inhiben el
crecimiento de otras bacterias. Estas sustancias denominadas bacteriocinas se definen
como compuestos de naturaleza proteica, biológicamente activas contra microorganismos
de la misma especie o especies relacionadas (Chen y Hoover, 2003).
Lactococcus (Van't Hul y Gibbons, 1997; Cárcoba y Rodríguez, 2000; Guerra y
Pastrana, 2002; Guerra y Pastrana, 2003; Nirmala, et al., 2001;, Benkerroum, et al., 2005;
Jozala, et al., 2005 Liu, et al., 2005), Enterococcus (Abriouel, et al., 2004; García, et al.,
2004; Simonová y Lauková, 2004; Kang y Lee, 2005), Carnobacterium (Jack, et al., 1996S;
Nilsson, et al., 2005;), entre otras, son usadas para la producción de bacteriocinas. Así, se
ha demostrado el efecto antibacteriano de algunas de ellas sobre las bacterias alterantes y
patógenas presentes en los alimentos como son Listeria monocytogenes, Staphylococcus
aureus, Bacillus cereus y Clostridium botulinum (Sarantinopoulos et al., 2002).
Aunque las bacterias Gram-negativas, las levaduras y los mohos no son
generalmente sensibles a la acción de las bacteriocinas de las BAL, la presencia de agentes
quelantes, de surfactantes, un shock osmótico (cantidad elevada de sal), la presión
hidrostática o las lesiones pueden sensibilizarlos (Garde, 2001; Montville y Winkowski, 2001;
Smid y Gorris, 2002; González et al., 2003).
Las bacteriocinas pueden estar codificadas en el cromosoma o plásmidos. Incluso en
algunos genes pueden estar repartidas entre el cromosoma y plásmidos. Una misma
bacteriocina puede ser producida por cepas pertenecientes a géneros diferentes. Una
misma cepa puede contener varios plásmidos que codifiquen distintas bacteriocinas y un
único microorganismo puede producir más de una bacteriocina. La función de las
bacteriocinas consiste en capacitar a las bacterias productoras para sobrevivir frente a sus
competidores (Garde, 2001).
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I. Introducción
I.5.2. Clasificación de bacteriocinas
Las bacteriocinas provenientes de bacterias ácido lácticas (BAL) suelen clasificarse
en función de su microorganismo productor y se diferencian entre sí por su espectro de
actividad, peso molecular y propiedades bioquímicas en cuatro grupos (tabla I.2).
Clase I.- Lantibióticos.-
Son péptidos pequeños (≤5 Kda) (Rodríguez et al., 2003) activos a nivel de
membrana y que contienen algunos aminoácidos poco comunes los cuales sufren
modificaciones postraducionales que provocan reacciones de deshidratación de los
aminoácidos de serina y treonina dando lugar a dehidrolanina y dehidrobutirina
respectivamente. La reacción de estos con el grupo tiol (SH) de un residuo de cisteína
genera un enlace tioeter generando lantionina y β-metil-lantionina. La formación de estos
enlaces dentro del péptido genera una serie de estructuras globulares. (López et al., 2000).
Las bacteriocinas de la Clase I están clasificadas en 2 grupos según sus diferencias
estructurales
o Clase IA: Son péptidos alargados, flexibles, con una carga neta positiva y forman
poros en la membrana bacteriana. Ejemplo típico de este grupo es la nisina (figura
I.1).
o Clase IB: Son péptidos con forma globular, más rígidos en su estructura, más
pequeños y con carga neta negativa o nula. Su actividad antimicrobiana se basa en
inhibición de enzimas específicos. Un ejemplo seria la mersacidina.
Figura I.1: Estructura globular de la nisina (Ruiz-Larrea et al., 2006)
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I. Introducción
Clase II: No Lantibióticos.- Son péptidos de pequeño tamaño (≤10 kDa), termoestables, no
contienen lantionina, e inducen la formación del poro en la membrana de las células blanco.
Son el grupo más numeroso de bacteriocinas, y en él se pueden diferenciar los siguientes
subgrupos (López et al., 2008).
o Clase IIa.- Es uno de los grupos de bacteriocinas más ampliamente estudiados
debido a su interés en las propiedades tecnológicas y a su fuerte actividad
antimicrobiana frente a gram-positivos y patógenos comunes de los alimentos
especialmente L. monocytogenes. Tienen la secuencia N-terminal TGNGVXC y sus
representantes característicos son la pediocina PA-1 y la sakacina P (Cintas, 2001).
o Clase IIb.- Son formadores de complejos de poración y constan de dos péptidos
diferentes para una mejor actividad microbiana. Cada péptido por sí solo no posee
actividad y sus secuencias no son similares, pero si son complementarias. En este
grupo se encuentran la lactococcina G y las plantaricinas EF y JK (Cintas, 2001).
o Clase IIc.- Son péptidos pequeños, termoestables, no modificados y que se
transportan mediante péptidos líder. En esta subclase solamente se reportan las
bacteriocinas divergicina A y acidocina B (Cintas 2001).
o Clase IId.- Esta clase de bacteriocinas se ha propuesto para aquellas que no entran
en las clasificaciones anteriores y no contienen la secuencia YGNGVXC. En este
grupo se incluyen la lactococina A y B (Satayanaraya et al., 2006).
o Clase IIe.- Se caracterizan porque su actividad microbiana depende de la
combinación funcional de dos péptidos, uno de los péptidos realza la actividad del
otro. No contienen residuos de cisteina y los espectros antibacterianos son más
limitados que los anteriores (Satayanaraya et al., 2006).
Clase III.- Son péptidos grandes (>30kDa) y termolábiles. Son de limitado interés en
alimentos. En esta clase se encuentran las helveticinas J y V, acidofilicina A, lactacinas A y
B (Satayanaraya et al., 2006).
Clase IV.- Son bacteriocinas complejas que necesitan lípidos y carbohidratos para ser
activos. Consisten en glicoproteínas (lactacina S) o lipoproteínas (mesenterocina 52) que
requiere de grupos funcionales para su actividad (glúcidos o lípidos) (Satayanaraya et al.,
2006).
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I. Introducción
Tabla I.2. Principales bacteriocinas y sus microorganismos productores
CLASE SUBCLASE
BACTERIOCINAS MICROORGANISMO PRODUCTOR
I
Ia
Nisina Lactococus lactisSubtilina Bacillus subtilis
Lactocina Lactobacillus sakeEpidermina Staphylococcus epidermidisGallidermina Staphylococcus gallinarumLacticina 481 Lactobacillus lactis
Carnocina U149 Carnobacterium piscícola
Ib
Mersadicina Bacillus subtilisCinnamicina Streptomyces sinnamoneusAncovenina Streptomyces sspDuramicina S. cinnamoneusActagardina Actinoplanes ssp.
II
IIa
Pediocina PA-1 Pediococcus acidilacticiPediocina AcH Pediococcus acidilacticiPediocina JD Pediococcus acidilactici JD1-23Sakacina A Lactobacillus sakeSakacina P L.Sake
Leucocina A-UAL 187 LeucoostocgelidumMesentericina Y105 Leuconostoc mesenteroides
Enterocina A Enterococcus faeciumDivercina V41 Carnobacterium divergens
Lactococcina MMFII Lactobacillus lactisCurvacina A Lactobacillus curvatus
IIb
Lactococcina G Lactobacillus lactisLactococcina M L.lactis
Lactacina F Lactobacillus johnsoniiPlantaricina A Lactobacillus plantarumPlantaricina S L. plantarum
Plantaricina EF L. plantarumPlantaricina JK L. plantarum
IIc
Acidocina B Lactobacillus acidophilusCarnobacteriocina A Carnobacterium piscícola
Divergecina A C. divergensEnterocina P E. faeciumEnterocina B E. faecium
IId Lactococcina A L.lactis spp. Cremosis 9B4Lactococcina B L.lactis spp. Cremosis 9B4
IIe
ABP-118 Lb.salivarius UCC118Brochocina-C B.campestris ATCC43754
Enterocina 1071 Ent.faecalis BFE 1071Enterocina L50 Ent.faecium L50
Lactacina F Lb.johnsonni VPI11088Lactocina 705 Lb.casei CRL505
Lactococcina G Lc.lactis LMG 2081Lactococcina MN L.lactis spp. Cremosis 9B4
Leucocina H Leuconostos spp. MF215BMutacina IV Strep.nutans UA140
Plantaracina EF Lb. Plantarum C-11Plantaracina JK Lb. Plantarum C-11Plantaracina S Lb. Plantarum LPCO10Thermophilina Sterp.thermophilus SFi13
III
Helveticina J Lactobacillus helveticusHelveticina V-1829 L.helveticus
Lactacina A L.acidophilusLactacina B L.acidophilusAcidofilucina L.acidophilusLactocina 27 L.helveticus
Pediocina SJ-1
Fuente: Chen-Hoover, 2003; Satayanaraya et al., 2006.
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I. Introducción
I.5.3. Mecanismo de acción de las bacteriocinas
Las bacteriocinas actúan destruyendo la integridad de la membrana citoplasmática a
través de la formación de poros.
En la clase I y II las bacteriocnias comparten mecanismos de acción semejantes. Los
monómeros de bacteriocinas forman agregados proteicos que resultan en la formación del
poro (figura I.2), con la consecuente salida de los iones (principalmente sodio, potasio y
magnesio), perdida de la fuerza motriz de protones (FMP), salida de ATP y aminoácidos, por
lo tanto se inhibe la síntesis de macromoléculas y la producción de energía dando como
resultado la muerte celular (Montville y Chen, 1998; Nes Holo, 2000).
Figura I.2 Mecanismo de acción de las bacteriocinas
Para las bacteriocinas de la clase IIa se ha sugerido que la región de consenso
amino terminal tiene un papel importante en la capacidad de reconocimiento de la
membrana de las células blanco.
En las de la clase IIb, las plantaricinas EF y JK dependen de la acción de dos
péptidos a y b para la formación de poros y consecuente disipación del potencial de
membrana.
En la clase III el mecanismo de acción se desconoce y deberá de ser mas estudiado
(González et al., 2003)
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I. Introducción
I.5.4. Nisina
La nisina, descrita en 1928, fue la primera bacteriocina aislada de la bacteria acido
láctica Lactoccus lactis spp lactis y se produce de forma natural en algunos productos
lácteos. Su comercialización se inicio en 1953 en Inglaterra. En 1983 se incluyó en la lista de
aditivos de la U.E. con el número E234 y en 1988 fue aprobada por la FDA (Food and Drug
Administration) norteamericana (EFSA Journal, 2006; Ruiz-Larrea, et al., 2006).
La nisina es un péptido de 34 aminoácidos, de bajo peso molecular menor a 5 kDa.
La síntesis de la nisina es compleja, requiere de procesos de transcripción, traducción,
modificaciones post-traduccionales, secreción, procesamiento, y señales de transducción.
Existen dos variantes de la nisina, la Nisina A y la Nisina Z, que difieren en el aminoácido de
la posición 27, la histidina en la nisina A cambia por aspirgina en la Nisina Z (González et al.,
2003).
I.5.4.1. Mecanismo de acción de la Nisina
El modelo de acción más aceptado que muestra el mecanismo de acción dual de la
nisina (figura I.3) propone que inicialmente la bacteriocina se une a la pared celular
mediante atracciones electrostáticas debido a la carga positiva de este péptido y la carga
negativa de los componentes de la pared célula (etapa 1, figura I.3). Posteriormente la nisina
se une al lípido II de la membrana citoplasmática (etapa 2, figura I.3) y cambia su orientación
con relación a la membrana y se inserta en esta última produciéndose la tras locación de su
extremo carboxilo terminar a través de la membrana. (López et al., 2008)
Figura I.3. Mecanismo de acción dual de la nisina de Lactococcus lactis.
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I. Introducción
I.5.4.2. Acción antimicrobiana de la Nisina
La nisina es eficaz frente a bacterias Gram positivas como L. monocytogenes y S.
aureus y previene la formación de esporas de muchas especies de Clostridium y Bacillus.
No es eficaz frente a las bacterias Gram negativas (González et al., 2003).
I.5.4.3. Aplicaciones la Nisina
La nisina es considerada como GRAS (Generally Recognizaed as Safe) y se puede
aplicar en un amplio rango de alimentos: líquidos o sólidos, enlatados o empaquetados,
almacenados en ambientes fríos o cálidos en distintos alimentos (Satayanarayan et al.,
2006).
Las posibilidades del uso de la nisina como conservador natural han permitido su
empleo en la industria quesera, cárnica, de conservas por calor y tiene un gran futuro en la
industria cervecera por inhibir durante la fermentación de la malta las bacterias Gram
positivas que inhiben a las levaduras fermentadoras y se adueñan del proceso. No obstante,
sus aplicaciones tienen que ser aprobadas por las legislaciones nacionales
correspondientes. Así, los usos y concentraciones permitidas varían dependiendo del país.
La nisina posee propiedades que ofrecen grandes ventajas cuando se usa como
conservante en alimentos entre las que cabe destacar:
Resistencia térmica. Permite su aplicación a productos enlatados y conservados a
altas temperaturas. Mediante la acción de la nisina se reduce la temperatura de
tratamiento o bien, manteniendo esta se reduce la contaminación previa del alimento
a procesar.
Estable a pH bajo (menor a 6).
Tiene el inconveniente de que en los alimentos ricos en grasa, ésta disminuye su
eficacia. También debe tenerse en cuenta que, como las bacteriocinas son proteínas, no
debe agregarse nisina a los alimentos que contengan enzimas proteolíticos o
microorganismos que tengan estos enzimas.
(http://www.respyn.uanl.mx/iv/2/ensayos/bacteriocinas.htm)
11
I. Introducción
I.5.5. Aplicaciones de las bacteriocinas en alimentos
La aplicación de las bacteriocinas de las BAL en los alimentos podría llevarse a cabo
de tres formas distintas: la producción in situ de la bacteriocina mediante el uso de un
microorganismo o cultivo productor, rociar el alimento con la bacteriocina parcialmente
purificada y envasar el alimento con un film o película de plástico recubierto de bacteriocinas
(Morata, 2008).
La atención de los investigadores se ha enfocado en la bacteria L. monocytogenes,
agente causal de listeriosis. Además, los estudios realizados considerando este
microorganismo como cepa diana son especialmente interesantes debido a su capacidad
para crecer a temperaturas cercanas a las de refrigeración (Muñoz-Rojas, 2005).
Las bacteriocinas han sido aplicadas en los alimentos con diferentes fines:
Productos cárnicos . - Las investigaciones se dirigen hacia la búsqueda de nuevas
bacteriocinas que puedan utilizarse en el sector cárnico. Así Hugas et al., (1998) en
ensayos realizados en embutidos fermentados, han demostrado la actividad
inhibidora frente a L. monocytogenes y L .innocua de la sakacina K, una bacteriocina
producida por Lactobacillus sakei (Mata y del Cuvillo, 2000)
La posibilidad de adicionar bacteriocinas a los productos cárnicos antes del proceso
de cocción puede ser una perspectiva interesante por ser reconocida su
termorresistencia. Sin embargo, esta práctica no está por el momento regulada.
Únicamente la nisina es de uso legal para algunos productos entre los que no se
incluyen los cárnicos (Garriga et al., 2001).
Además, las bacteriocinas pueden llegar a sustituir a los nitritos en los alimentos
cárnicos, sin embargo es necesario determinar la bacteriocina adecuada que no
requiera de una elevada aplicación (Rojas y Vargas, 2008).
Productos lácteos .- El empleo de las bacteriocinas, específicamente la nisina, resulta
ser eficaz frente a L. monocytogenes y Clostridium especialmente en productos
lácteos como el queso gouda o enmmental donde inhibe el crecimiento de C.
butyricum y C. tyrobutyricum (Delves-Broughton, 2006).
12
I. Introducción
Productos marínos. - En productos marinos retoma importancia debido a que los
productos envasados tanto al vacio como en atmósferas modificadas presentan un
elevado riesgo frente a C. botulinum (Rojas y Vargas, 2008). El uso de
bacteriocinas .ha demostrado ser efectivo en productos como la langosta en el
control de L. monocytogenes (Delves-Brouhton, 2006).
Incremento en la seguridad de los alimentos. - Para lograr una mayor efectividad
incrementando la seguridad y la calidad de los alimentos se utiliza lo que se
denomina “tecnología de barrera” que se basa en la combinación de diferentes
métodos de preservación. Entre las diferentes tecnologías de barreras aplicables a la
nisina se encuentran: la combinación con tratamientos de calor, agentes quelantes,
antimicrobianos, sistemas de lactoperoxidasa y otras bacteriocinas (Satyanaranyan
et al, 2006).
Films impregnado de bacteriocinas para el envasado de alimento s .- Los envasados
antimicrobianos con films recubiertas de bacteriocinas se utilizan para controlar la
superficie expuesta a contaminación de alimentos preparados o procesados como
carne en lonchas o salchichas. Esta práctica no es un sustituto de buenas prácticas
higiénicas pero es una herramienta eficiente para incrementar la seguridad y
preservar determinados tipos de alimentos frente a los microorganismos alterantes o
patógenos. Un ejemplo de antimicrobiano que puede incorporarse a la película es la
nisina (Téllez et al., 2010).
I.5.6. Regulación
Debido a que las BAL han sido utilizadas durante siglos en la producción de comidas
fermentadas son generalmente consideradas como como GRAS (Generally Recognized as
Safe: reconocido como seguro) por la FDA (Food and Drug Administration) de USA. Esto
permite el uso en la fermentación de alimentos sin una aprobación adicional (Muñoz-Rojas,
2005).
Sin embargo, la categoría de GRAS de las BAL o sus metabolitos para la producción
de alimentos fermentados no las convierte automáticamente en GRAS para su uso en la
conservación de alimentos sin fermentar. Las bacteriocinas que no son GRAS están
reguladas como aditivos alimentarios y requieren la aprobación de la FDA (Food and Drug
13
I. Introducción
Administration) antes de su comercialización. Un alimento fermentado con iniciadores
productores de bacteriocinas puede utilizarse en un segundo producto alimentario. Su uso
como un ingrediente podría prolongar la vida útil del producto sin necesidad de hacer una
declaración de conservante, sin embargo la FDA podría exigir tanto los formalismos previos
a la comercialización como las indicaciones pertinentes en el etiquetado. Por tanto, la
utilización de las bacteriocinas purificadas como conservantes requieren la aprobación de la
FDA previa a la comercialización (Montville y Winkowski, 2001).
La nisina es la única bacteriocina reconocida como GRAS. En 1969 un Comité de
expertos en aditivos alimentarios (FAO/OMS) reconoció que la nisina no tiene efectos
adversos y permitió una cantidad diaria aceptable de 3,3.104 unidades/kg de peso corporal.
Según esto muchos países autorizan la nisina en una serie de productos, a veces sin
restricciones, en lo que a valor máximo se refiere (Montville y Winkowski, 2001; Smid y
Gorris, 2002).
En la Unión Europea la nisina está autorizada según la directiva 92/2/EC (EC, 1995)
en los siguientes productos (EFSA Journal, 2006).
pudding de sémola y tapioca y productos similares (3mg/kg),
queso madurado y queso fundido (12,5 mg/Kg),
Clotted cream ó nata espesa (10 mg/Kg),
mascarpone ó queso fresco (10 mg/Kg),
cuajada (10 mg/Kg)
huevo líquido pasteurizado (clara, yema o huevo entero) (6.25 mg/Kg).
En la directiva 2010/69/UE de la comisión de 22 de octubre de 2010 se modifican los
anexos de la Directiva 95/2/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a aditivos
alimentarios distintos de los colorantes y edulcorantes
Actualmente la nisina también está permitida en otros 48 países en el mundo
incluyendo EEUU, Australia, Sur-Africa, Rusia y la India para uso como agente
antimicrobiano en diferentes productos alimentarios (EFSA Journal, 2006).
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I. Introducción
I.6. MEDIOS DE CULTIVO
La producción de las bacteriocinas está influenciada por las condiciones del cultivo
como son: la temperatura, el pH (De Vuyst y Vandamme, 1992; Parente y Ricciardi, 1999) y
el tiempo de incubación (Juárez et al., 2002; Guerra y Pastrana Castro, 2003; Avonts, 2004).
Las condiciones óptimas de producción deben ser consideradas para cada microorganismo
productor (Muñoz-Rojas, 2008).
La producción de las bacteriocinas también está fuertemente influenciada por la
composición del medio. En general los medios complejos que contienen una fuente rica de
nitrógeno son los óptimos para el aumento de producción de muchas bacteriocinas (Muñoz-
Rojas, 2005). Se ha demostrado que otros constituyentes del medio también influyen en la
producción de bacteriocinas. Por ejemplo el Tween 80 estimula la producción de
bacteriocinas (Cabo et al., 1999).y previene la adsorción de estas en superficies de
polipropileno y vidrio (Joosten y Núñez, 1995).
15