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Discapacidad y Mercado de Trabajo Alfonso Alba Fernando Moreno

Trabajo y discapacidad

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La forma en que se enfrentan al trabajo los discapacitados.

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Discapacidad yMercado deTrabajo

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Alfonso AlbaFernando Moreno

Discapacidad y mercado de trabajo es un libro pensado para dar una visión deconjunto sobre la relación entre estos dos temas. Desde distintos ángulos se estu-dia la situación de las personas discapacitadas en relación con el mercado de tra-bajo en España. Se presentan los hechos, se describen las instituciones y se des-tacan la políticas públicas. Para los hechos, se utilizan fuentes estadísticas recien-tes y se hace hincapié en los conceptos y procedimientos para identificar a laspersonas con discapacidad. Asimismo, se tiene en cuenta la dinámica de la disca-pacidad. Esto es especialmente relevante para el mercado de trabajo; pues lo queen principio es una grave deficiencia que impide trabajar, puede subsanarse conayudas técnicas y adaptaciones del lugar de trabajo. Gracias a las nuevas tecno-logías, las personas con discapacidad disfrutan de una mayor igualdad de opor-tunidades educativas y laborales.

El libro está dividido en cuatro partes. En la primera parte se estudian los con-ceptos y las fuentes de la discapacidad en España, así como las instituciones y laspolíticas sociolaborales a favor de los discapacitados. En la segunda parte seaborda la problemática de la protección económica de las personas con discapa-cidad, los incentivos que proporcionan las políticas públicas para su inserciónlaboral, y las ayudas técnicas para la mejora de su calidad de vida y de trabajo.La tercera parte está dedicada al estudio del empleo de las personas discapacita-das en España. La cuarta y última parte del libro se refiere al contexto interna-cional. Finalmente, se presenta un resumen y las conclusiones generales.

Los autores

Alfonso Alba es Profesor Titular en el Departamento de Economía de laUniversidad Carlos III de Madrid. Ha sido economista en la Organización para laCooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París y ha publicado artículosy libros sobre temas laborales.

Fernando Moreno es Licenciado en Ciencias del Trabajo por la UniversidadCarlos III de Madrid.

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DISCAPACIDAD Y MERCADO DE TRABAJO

Alfonso Alba

Fernando Moreno

Page 3: Trabajo y discapacidad

© Gente Interactiva S.L. Depósito Legal: ISBN: 84-609-0079-7 Impreso en España Printed in Spain Imprime: 2Color, s.l.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................1

PRIMERA PARTE

CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

I. DISCAPACIDAD Y MINUSVALÍA EN ESPAÑA: CONCEPTOS Y FUENTES ................7 A. CONCEPTOS Y SU USO ESTADÍSTICO .......................................................................................7 B. EL CERTIFICADO DEL GRADO DE MINUSVALÍA ......................................................................10 C. DATOS BÁSICOS SOBRE LA DISCAPACIDAD EN ESPAÑA .........................................................13

II. INSTITUCIONES Y POLÍTICAS SOCIOLABORALES A FAVOR DE LOS DISCAPACITADOS.....................................................................................................................31

A. JUSTIFICACIÓN Y TIPOS DE POLÍTICAS...................................................................................31 B. MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL..........................................................................................33 C. EL AÑO EUROPEO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD 2003 ............................................41

SEGUNDA PARTE

PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

III. LA PROTECCIÓN ECONÓMICA DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD .......47 A. PRESTACIONES ECONÓMICAS BÁSICAS PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES ESENCIALES ..47 B. PRESTACIONES ECONÓMICAS BÁSICAS PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES ESPECÍFICAS ..62 ANEXO I: CUADRO RESUMEN DE LAS PRESTACIONES PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES

BÁSICAS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD....................................................................67 ANEXO II: CUANTÍAS DE LAS PRESTACIONES NO CONTRIBUTIVAS PARA LA ATENCIÓN DE

NECESIDADES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EL AÑO 2003 .................................72 ANEXO III: BENEFICIARIOS Y GASTOS TOTALES EN PENSIONES DE INCAPACIDAD EN EL ESTADO

ESPAÑOL ...............................................................................................................................73 IV. INCENTIVOS AL EMPLEO ................................................................................................75

A. LA CONTRATACIÓN DE TRABAJADORES CON DISCAPACIDAD ................................................75 B. OTRAS FORMAS DE INCENTIVOS AL EMPLEO.........................................................................79 ANEXO IV: CUADRO RESUMEN DE LOS INCENTIVOS A LAS DIFERENTES MODALIDADES

CONTRACTUALES PARA MINUSVÁLIDOS ................................................................................83 V. AYUDAS TÉCNICAS Y TECNOLOGÍAS DE LA REHABILITACIÓN..........................84

A. LA TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD..................................84 B. LA PRODUCCIÓN DE TECNOLOGÍA DE LA REHABILITACIÓN EN ESPAÑA.................................90

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ii TERCERA PARTE

INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

VI. COLOCACIÓN DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD ................................................97 A. LOS SERVICIOS DE COLOCACIÓN...........................................................................................97 B. EL MÉTODO DE VALORACIÓN ESTRELLA.............................................................................101 C. BÚSQUEDA Y OFERTA DE TRABAJO EN INTERNET................................................................103

VII. EL EMPLEO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD ........................................105 A. CENTROS ESPECIALES DE EMPLEO .....................................................................................105 B. ENCLAVES LABORALES ......................................................................................................110 C. EMPLEO CON APOYO...........................................................................................................112 D. TELETRABAJO ....................................................................................................................113 E. AUTOEMPLEO .....................................................................................................................116 F. NUEVAS TECNOLOGÍAS Y MERCADO DE TRABAJO ...............................................................117

VIII. DATOS BÁSICOS DEL EMPLEO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD...122 A. ENCUESTA SOBRE DISCAPACIDADES, DEFICIENCIAS Y ESTADO DE SALUD DE 1999.............122 B. MÓDULO DE LA ENCUESTA SOBRE POBLACIÓN ACTIVA DEL 2º TRIMESTRE DE 2002 ...........130 C. REGISTRO DE CONTRATOS DE TRABAJO ..............................................................................135

CUARTA PARTE

EL CONTEXTO INTERNACIONAL

IX. DISCAPACIDAD Y EMPLEO EN LOS PAÍSES DE LA OCDE....................................143 A. POBLACIÓN DISCAPACITADA EN EDAD DE TRABAJAR .........................................................143 B. SEGURIDAD EN LOS INGRESOS ............................................................................................147 C. INTEGRACIÓN LABORAL .....................................................................................................149 D. POLÍTICAS PÚBLICAS, ACTIVIDAD E INGRESOS....................................................................153

X. POLÍTICAS SOCIOLABORALES A FAVOR DE DISCAPACITADOS. UNA PERSPECTIVA INTERNACIONAL .......................................................................................158

A. LAS POLÍTICAS DE INTEGRACIÓN LABORAL EN EE.UU., ALEMANIA, FRANCIA E ITALIA .......158 B. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DE LA OCDE SOBRE POLÍTICAS PARA LAS PERSONAS

CON DISCAPACIDAD EN EDAD DE TRABAJAR........................................................................163

RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES.....................................................................169

ÍNDICE DE CUADROS .............................................................................................................174 ÍNDICE DE GRÁFICOS............................................................................................................176 NOTAS.........................................................................................................................................178 BIBLIOGRAFÍA.........................................................................................................................183

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INTRODUCCIÓN 1

INTRODUCCIÓN

N ESTE libro se presenta una panorámica amplia y actual de la situación de las personas discapacitadas en relación con el mercado de trabajo en España. Se presta especial

atención a las políticas que favorecen la integración en el empleo. Se adopta una perspectiva general, que permite abordar la mayoría de los aspectos relevantes, tanto para estudiar y entender la relación entre discapacidad y mercado de trabajo como para plantear y diferenciar las políticas públicas relevantes. Se hace un esfuerzo para situar el objeto de estudio en el marco institucional y se presentan e interpretan abundantes datos obtenidos a partir de fuentes estadísticas recientes.

El libro comienza haciendo especial hincapié en los conceptos y procedimientos para identificar a las personas con discapacidad. Aunque ésta no es siempre observable directamente, puede inferirse a través de deficiencias que tienen consecuencias negativas para el desempeño de la actividad laboral. La valoración de la discapacidad requiere un análisis sobre su gravedad y sobre las posibilidades de curación. El origen de la discapacidad es también importante. La deficiencia puede estar causada por enfermedad, accidente o deformidades congénitas, o el desuso prolongado de órganos, músculos, sentidos, cerebro, etc. Dado el origen, la persistencia y la gravedad de la discapacidad, ésta tendrá un cierto impacto sobre la vida laboral de la persona. Además de la motivación y la voluntad de superación por parte del individuo, el padecimiento de una misma deficiencia tendrá diferentes consecuencias sobre sus posibilidades de llevar a cabo tareas dependiendo de las características, de los requerimientos y las exigencias de los puestos de trabajo.

La dinámica de la discapacidad Lo que hace algunos años podía ser una grave deficiencia que incapacitaba para el

trabajo o para la vida social, puede hoy en día tener consecuencias de mucha menor gravedad. Las ayudas técnicas y las adaptaciones del lugar de trabajo, de la casa y de los edificios públicos, permiten a muchos discapacitados desarrollar una vida independiente –superando las limitaciones que la misma condición física suponía unos años atrás-.

Gracias a las nuevas tecnologías, las personas con discapacidades pueden disfrutar de una mayor igualdad de oportunidades educativas y laborales. Una vez que el marco institucional y legal se ha configurado en consonancia con el principio de la igualdad de oportunidades, llegar a la igualdad real depende más que nunca de las actitudes de los agentes económicos. En este sentido, es fundamental una actitud colaboradora, tanto por parte de las empresas que demandan trabajo como por parte de las personas discapacitadas que lo ofrecen. Una actitud colaboradora implica la disposición a hacer los esfuerzos necesarios para descubrir intereses comunes y ventajas mutuas en la organización y gestión del trabajo. A escala agregada, ello exige una comunicación óptima entre la oferta y la demanda de trabajo.

Desde el punto de vista de la organización de la actividad económica, el énfasis en el trabajo en equipo es crucial para la integración laboral de las personas con discapacidad. Poner el acento en la colaboración es clave para concebir el puesto de trabajo como un

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2 INTRODUCCIÓN

auténtico integrador en el empleo. A partir de la integración en el mundo del trabajo se allana el camino de la inclusión social.

Hay numerosos aspectos, no sólo tecnológicos, que han mejorado la calidad de vida y las posibilidades de integración en el empleo de los discapacitados. Tanto las políticas dirigidas a las personas con discapacidad como las actuaciones a su favor desde diversas instituciones han cambiado de manera notable la actitud de la gente hacia la discapacidad. La declaración de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 1981 como Año Internacional de las Personas con Discapacidad y su proclamación de 1983-1992 como la Década de los Discapacitados, han sido hitos significativos. La ONU ha ido asentando normas y principios generales que sirven para señalar las condiciones de igualdad en el mercado de trabajo. También la Unión Europea, al denominar 2003 como Año Europeo de las Personas con Discapacidad, ha contribuido a crear una mayor conciencia sobre los problemas y necesidades de las personas discapacitadas.

Otra contribución notable a la defensa de los derechos de los discapacitados es la elaboración por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías de 1980. Este documento, que se ha actualizado en 2001 y ha pasado a denominarse Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, proporciona un lenguaje unificado y estandarizado para hablar de discapacidad en el mundo.

Los retos de las políticas públicas En este libro se presta especial atención a las políticas públicas a favor de las personas

discapacitadas. Se trata de saber cuáles son y cómo actúan dichas políticas. Para otra ocasión se deja la más ardua tarea de evaluar sus efectos. En todo caso, conviene tener en mente algunos de los retos que se plantean y aún no están resueltos: 1) Cómo mejorar el sistema de valoración y calificación para identificar a quienes verdaderamente necesitan la ayuda pública, sin dejar a nadie desatendido. Puesto que el reconocimiento de la minusvalía por parte del Estado conlleva una serie de prestaciones y ayudas compensatorias, los errores en dicho reconocimiento reducen gravemente la eficacia de las políticas públicas. 2) Cuáles son las ayudas que mejor combinan la protección necesaria y los incentivos adecuados para el acceso al empleo. Es decir, cómo diseñar ayudas y medidas compensatorias que no lleven a la exclusión del mercado de trabajo y eviten por tanto la proliferación de beneficiarios capaces de desarrollar una actividad laboral pero sin suficientes incentivos para hacerlo. 3) Cuáles son los servicios más eficaces para ayudar a las personas que están dispuestas a hacer la transición desde el subsidio al mercado de trabajo para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Esto es un gran desafío para los servicios públicos de empleo que tienen frente a sí el cometido de facilitar el encuentro entre la oferta y la demanda de trabajo.

Desde la aprobación de la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI) en 1982, han ido ganando terreno los principios de previsión, tratamiento y rehabilitación de las personas con discapacidad. Pero sobre todo, se ha consolidado la idea de que para conseguir la plena integración en la sociedad hay que alcanzar la integración en el empleo. En un estudio reciente (Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security. OCDE, 2003), referido a veinte países, una de las conclusiones más preocupantes es que entre las personas que entran en el sistema de protección por discapacidad, muy pocas vuelven al empleo. Este hecho invita a investigar sus causas y a elaborar propuestas bien fundamentadas sobre vías de “activación” de las personas que tienen reconocida una

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INTRODUCCIÓN 3

discapacidad pero que a pesar de ello están capacitadas (o pueden capacitarse) para desarrollar un empleo productivo.

Las fuentes estadísticas Desde el punto de vista estadístico, el mundo de la discapacidad se ha hecho más

transparente en los últimos años. Diversas fuentes estadísticas han permitido conocer mejor cuántos son y quiénes son las personas discapacitadas en España. Además, disponemos de más elementos para responder a una pregunta clave: ¿qué hacen? Tanto los datos obtenidos a través de encuestas como los que proceden de fuentes administrativas, han animado el estudio de la situación laboral de las personas con alguna discapacidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que son numerosas las dificultades para cuantificar y medir con cierta precisión. Aunque numerosos estudios han señalado las limitaciones en los datos obtenidos a través de encuestas, éstas son insustituibles. Su uso en conjunción con estadísticas derivadas de procesos administrativos es de gran utilidad para evaluar las limitaciones de unos y otros y por lo tanto para descubrir su complementariedad.

Algunas de las limitaciones de las encuestas sobre discapacidades son las siguientes: 1) Los encuestados no siempre responden correctamente a las preguntas que se les formula, en parte por la dificultad para trasladar al cuestionario las definiciones precisas de las discapacidades. 2) Las encuestas pueden no identificar adecuadamente a las personas que tienen más interés para la política pública por ser las más necesitadas de protección. Algunas personas son reacias a dar detalles sobre su discapacidad, mientras que otras tienen una excesiva tendencia a considerarse discapacitadas. 3) La distinción entre limitaciones funcionales y limitaciones para el trabajo es fundamental para saber quiénes están verdaderamente incapacitados para el trabajo y quiénes sólo necesitan ayuda para llevar una vida laboral normal. Debido a los condicionantes físicos, psicológicos y sociales, la persona encuestada suele tener una apreciación muy subjetiva sobre su capacidad laboral.

Por todo ello, y atendiendo a las recomendaciones de los investigadores, se necesita una mejor coordinación entre las estadísticas administrativas y la información procedente de encuestas. En España, la considerable regulación de las relaciones laborales y la existencia de diversos procedimientos administrativos relacionados con el funcionamiento del mercado de trabajo favorecen la generación de buenas estadísticas administrativas. A poco que se invierte en ellas se refleja en la calidad del dato. Éste se beneficia de los medios electrónicos cada vez más utilizados en la gestión pública.

En estas páginas se utilizan todas las fuentes disponibles, sin pasar por alto posibles discrepancias cuando se han encontrado. Se aboga pues por un enfoque integrado y multidisciplinar, buscando la visión más completa posible del asunto que se estudia, esto es, la relación entre discapacidad y mercado de trabajo. Es a partir de un claro entendimiento de esta relación que la política pública podrá alcanzar su objetivo: mejorar la asignación de los recursos empleados en protección, orientación e integración laboral de los discapacitados. Pero, sobre todo, el fin último de la política pública es mejorar la calidad de vida y de trabajo de estas personas, activando a las que se encuentran fuera del mercado de trabajo y manteniendo activas a quines ya están dentro. Los servicios de empleo tienen que entregarse a fondo en esta tarea porque es primordial para el equilibrio del sistema de la Seguridad Social y para el mantenimiento y la mejora del Estado del bienestar.

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4 INTRODUCCIÓN

Organización del libro Este libro está dividido en cuatro partes: 1ª) Conceptos, estadísticas e instituciones. 2ª)

Protección económica, incentivos y ayudas técnicas. 3ª) Inserción laboral y empleo. Y 4ª) El contexto internacional.

En la primera parte se estudian los conceptos y las fuentes de la discapacidad en España (Capítulo 1), así como las instituciones y las políticas sociolaborales a favor de los discapacitados (Capítulo 2).

En la segunda parte se aborda la problemática de la protección económica de las personas con discapacidad (Capítulo 3), los incentivos que proporcionan las políticas públicas para su inserción laboral (Capítulo 4), y las ayudas técnicas para la mejora de su calidad de vida y de trabajo (Capítulo 5).

La tercera parte está dedicada al estudio del empleo de las personas discapacitadas en España. En el Capítulo 6 se consideran los servicios de colocación; en el Capítulo 7 se estudian las vías de inserción laboral y en el Capítulo 8 se presentan y analizan los datos esenciales sobre el empleo de las personas con discapacidad en España.

La cuarta y última parte del libro se refiere al contexto internacional. En el Capítulo 9 se compara la situación laboral de las personas con discapacidad en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); y en el Capítulo X se recogen una serie de ideas sobre las políticas públicas a favor de los discapacitados desde una perspectiva internacional. Finalmente, se presenta un resumen y las conclusiones generales.

Agradecimientos El proyecto en el que se basa este libro se ha llevado a cabo con la colaboración de la

Obra Social de Caja Madrid. Sobre las sucesivas versiones del manuscrito, Cynthia Costas Centivany ha realizado numerosas correcciones y ha aportado útiles sugerencias. Sin embargo, sólo los autores son responsables del contenido y de los errores del libro.

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PRIMERA PARTE

CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

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Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 7

CAPÍTULO I

DISCAPACIDAD Y MINUSVALÍA EN ESPAÑA: CONCEPTOS Y FUENTES

ISCAPACIDAD, MINUSVALÍA y deficiencia son términos que frecuentemente se confunden y usan indistintamente. No existen definiciones universales de estos

términos y, dependiendo del organismo o institución, se pueden encontrar definiciones diferentes (aunque casi siempre parecidas). Por ello, este libro comienza recogiendo, de la manera más clara posible, las diferentes definiciones y usos concretos de estos conceptos en nuestro país; algo de vital importancia para poder interpretar correctamente los datos estadísticos ofrecidos a lo largo de los siguientes capítulos.

En un segundo apartado se trata el reconocimiento oficial de la condición de minusválido en España: el certificado del grado de minusvalía.

Finalmente, se aportan datos sobre la población discapacitada en España, recogidos de diferentes fuentes estadísticas: La Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999, la Base de datos estatal de personas con discapacidad y el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trimestre de 2002.1

A. CONCEPTOS Y SU USO ESTADÍSTICO

1. Terminología propuesta por la Organización Mundial de la Salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue entre los términos

“deficiencia”, “discapacidad” y “minusvalía” de la siguiente manera: Deficiencia: Dentro de la experiencia de la salud, una deficiencia es toda pérdida o

anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica. Este primer nivel está formado por los síntomas, manifestaciones o señales de una enfermedad a nivel de órgano, sea cual sea su causa u origen. Por lo tanto, se considerará deficiencia toda pérdida o anomalía de un órgano, o de la función propia del mismo.

Discapacidad: Dentro de la experiencia de la salud, una discapacidad es toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano. El segundo nivel lo constituyen las que podríamos llamar “consecuencias” que la enfermedad produce en la persona, es decir, las discapacidades.

Minusvalía: Dentro de la experiencia de la salud, minusvalía es una situación desventajosa para un individuo determinado, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal, en su caso (en función de su edad, sexo y factores sociales y culturales). El tercer y último nivel lo conforman las consecuencias que la enfermedad produce a nivel social; es decir, las desventajas que la enfermedad origina en el individuo en su relación con las demás personas que forman su entorno, debido a la imposibilidad o a la dificultad de cumplir las “normas” o “costumbres” que impone la sociedad.

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8 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

2. Discapacidad en la Ley de integración social de los minusválidos

Hay que prestar una atención especial a la definición de minusvalía que propone la Ley 13/1982, de 7 de abril, de integración social de los minusválidos (comúnmente conocida como LISMI), fundamentada en los derechos que la Constitución Española (art. 49) concede a las personas con discapacidad física, psíquica o sensorial para su completa realización personal y su total integración social, así como para su asistencia y tutela, en el caso de ser necesarias.

En su artículo 7.1, la LISMI propone la que hasta nuestros días es la definición legal de minusvalía: A los efectos de la presente Ley se entenderá por minusválido toda persona cuyas posibilidades de integración educativa, laboral o social se hallen disminuidas como consecuencia de una deficiencia, previsiblemente permanente, de carácter congénito o no, en sus capacidades físicas, psíquicas o sensoriales.

La LISMI asocia a la minusvalía la incapacidad de integración en los ámbitos educativo, laboral o social en general, como consecuencia directa de una deficiencia (entendida en términos de la OMS).

3. Discapacidad en la Encuesta sobre deficiencias, discapacidades y estado de salud Nuestra tercera parada conceptual es la definición y uso de “discapacidad” en la

Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de Salud.2 Esta encuesta fue realizada por el INE en el segundo trimestre de 1999 con el fin de cubrir las necesidades de información sobre los fenómenos de la discapacidad, la dependencia, el envejecimiento de la población y el estado de salud de la población residente en España. La muestra era de 79.000 viviendas y 220.000 personas aproximadamente.

Para esta encuesta, discapacidad es toda limitación grave que afecte de forma duradera a la actividad del que la padece y tenga su origen en una deficiencia. También recoge algunas discapacidades que no tienen su origen en una deficiencia claramente delimitada, sino que obedecen a procesos degenerativos en los que la edad de la persona influye decisivamente.3

La Encuesta de 1999 se centró en todas las discapacidades que padecieran las personas, aunque las tuvieran “superadas” con el uso de alguna ayuda técnica. Más concretamente, sólo consideraba aquellas discapacidades que hubieran sido superadas con el uso de técnicas externas (entendiendo como tales las muletas, sillas de ruedas, prótesis, etc.), excluyendo aquellas otras que hubieren sido superadas con el uso de ayudas técnicas internas (marcapasos, lentes intraoculares, etc.).

4. Discapacidad en la Base estatal de personas con discapacidad La Base de datos estatal de personas con discapacidad es el resultado de un programa

iniciado en 1992 por el hoy llamado Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO), con el objetivo de que todos los organismos relacionados o dedicados a la atención de personas con discapacidad pudieran disponer de información sobre las características de los ciudadanos reconocidos como minusválidos por los órganos administrativos competentes de todo el Estado español desde los años 70 hasta la actualidad.

Page 14: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 9

Hoy en día la elaboración de esta base de datos es llevada a cabo mediante el trabajo conjunto del IMSERSO y de las Comunidades Autónomas.

El concepto de deficiencia en la Base estatal de personas con discapacidad es el mismo con el que la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud define el primer nivel de consecuencias de la enfermedad, si bien fue necesario adaptar la estructura de la OMS a la información contenida en los dictámenes. No se trata de una clasificación alternativa a la propuesta por la OMS, sino de una forma de dar respuesta a la demanda de información mediante el uso de los datos que proporcionan los expedientes de valoración para el reconocimiento del grado de minusvalía.

5. Discapacidad en el Instituto Nacional de Empleo El Instituto Nacional de Empleo (INEM)4 es un organismo autónomo administrativo,

adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Entre las funciones del INEM están las siguientes: Organizar los Servicios de Empleo en orden a procurar, pública y gratuitamente, el mejor desarrollo y utilización de los recursos; ayudar a los trabajadores a encontrar un empleo y a las empresas a contratar a los trabajadores apropiados a sus necesidades; fomentar la formación del trabajador en estrecha vinculación con la política de empleo, a través de las oportunas acciones de actualización, perfeccionamiento y, en su caso, de reconversión profesionales; gestionar y controlar las prestaciones de empleo y las subvenciones y ayudas para fomento y protección del empleo y, en general, cualquier acción conducente a una política activa de empleo.

Para poder inscribirse como demandante de empleo en el INEM se requiere: ser mayor de 16 años y tener nacionalidad española o de algún Estado miembro de la Unión Europea o de los países firmantes del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo. También tienen acceso a las Oficinas de Empleo los trabajadores no comunitarios en posesión de un permiso de trabajo y/o residencia en vigor, o con certificación expedida a tal fin.

Las personas con discapacidad pueden optar por el registro indistinto bien como demandante de empleo como cualquier otro trabajador, o bien pasar a formar parte del registro de minusválidos (para esto último deberán presentar su certificado del grado de minusvalía).5

De igual manera, todas las modalidades de contratación a minusválidos:6 indefinido, temporal, para la formación y en prácticas (y por consiguiente para el acceso a los incentivos pertinentes que estas modalidades contractuales llevan aparejadas) exigen para su formalización, entre otros, el requisito del reconocimiento de la condición de minusválido del trabajador por un organismo competente; es decir, el reconocimiento del grado de minusvalía. Lo mismo ocurre si se pretende un puesto de trabajo en los llamados Centros Especiales de Empleo, ya que contar con una minusvalía reconocida no inferior al 33% es un requisito indispensable. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que las plantillas de estos centros suelen ser “mixtas” –discapacitados y no discapacitados-.

6. Discapacidad en la Seguridad Social

En la Seguridad Social, el hecho de ser o no minusválido (a todos los efectos) pasa por

la justificación de dicha condición, de nuevo concretada en la presentación del certificado de la valoración efectuado por el IMSERSO o por el organismo competente de la Comunidad

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10 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Autónoma. Tanto la solicitud de afiliación y asignación de número de Seguridad Social (código TA.1) como la solicitud de alta y baja del trabajador por cuenta ajena (código TA.2/S) contienen apartados específicos donde debe reseñarse el grado de minusvalía del trabajador.

7. Discapacidad en la Encuesta de población activa del segundo trimestre de 2002 La Encuesta de población activa (EPA) es una encuesta dirigida a las familias y

realizada trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Su finalidad principal es obtener datos de la fuerza de trabajo y de sus diversas categorías (ocupados y parados), así como de la población ajena al mercado laboral (inactivos).

Desde 1999 y de acuerdo con directrices comunitarias, la EPA incorpora en sus cuestionarios del 2º trimestre de cada año (dentro de lo que se denomina módulo ad hoc), una serie de preguntas particulares relacionadas con el mercado laboral. En el segundo trimestre de 2002, el tema investigado fueron las personas con discapacidad y su relación con el empleo.7

Centrada (en este caso) en las personas de 16 a 64 años8 (población potencialmente activa), la EPA entiende por discapacidad toda limitación en el desarrollo de las tareas diarias; una limitación que puede afectar tanto a la duración como a la “calidad” de la actividad a desarrollar. En el caso de que una persona padezca varias discapacidades, la EPA recoge exclusivamente aquélla que más limite su capacidad para trabajar. No obstante, la lista de discapacidades recogidas en el módulo está en consonancia con el concepto de deficiencia de la OMS.

B. EL CERTIFICADO DEL GRADO DE MINUSVALÍA

1. Definición El certificado de minusvalía es un documento oficial que acredita la condición legal de

minusválido y da derecho a su titular o a sus familiares a beneficios sociales y económicos previstos por la legislación. La calificación del grado de minusvalía y la valoración de las diferentes situaciones determinantes de la misma es requisito imprescindible para tener acceso a los diferentes derechos establecidos por el Ordenamiento Jurídico español, tanto en lo que se refiere al ámbito fiscal y laboral como, sobre todo, a las prestaciones sociales.

2. Antecedentes históricos El primer antecedente histórico en nuestro país del actual certificado de minusvalía

puede fijarse en 1968, año en que se redactó el Decreto 2421/1968, de 20 de septiembre, que creó el Servicio de Asistencia a los Menores Subnormales y la condición de minusválido, concedida a aquellas personas con deficiencias sensoriales y físicas. Quedaban fuera de la misma las deficiencias psíquicas. Las personas que eran diagnosticadas como “subnormales” por los centros dependientes de la Dirección General de Sanidad tenían derecho a percibir una prestación económica.

El Decreto 1076/1970, de 9 de abril, amplió el régimen de protección de las personas minusválidas extendiéndolo a los menores con retraso mental (con un coeficiente intelectual

Page 16: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 11

inferior a 50), así como a los paralíticos cerebrales. Una Orden de 8 de mayo de 1970 atribuyó al Instituto Nacional de Previsión el reconocimiento de la condición de minusválido.

En 1971, por Orden de 24 de noviembre, se creó el Servicio Social de Recuperación y Rehabilitación de Minusválidos (SEREM). Este organismo impulsó los primeros cambios en materia de minusvalía, y más concretamente en el reconocimiento de la misma. Se crearon las Unidades Provinciales de Valoración de Minusválidos, formadas por un director del centro de rehabilitación, un traumatólogo, un oftalmólogo y un otorrinolaringólogo, pero no incluyéndose (como sí se hace hoy en día) la concurrencia de un trabajador social ni de un psicólogo, y no incluyéndose en la valoración los factores sociales, es decir, circunstancias familiares (medios económicos, enfermedades, vivienda, etc.), personales (ocupación laboral, formación, etc.) ni de valoración del entorno (infraestructuras, recursos profesionales, recursos de rehabilitación, etc.). Hasta el año 1977 (en que se incorporaron un psicólogo y un trabajador social en las Unidades Provinciales de Valoración) a la hora de valorar la minusvalía sólo se tenían en cuenta los factores clínicos recogidos en las llamadas tablas AMA (American Medical Association), aplicadas también, en aquel entonces, por la Seguridad Social. Así pues, no fue hasta finales de los setenta cuando se tomó en consideración la influencia de los factores sociales en la valoración de la minusvalía.

Desplazando en sus funciones al SEREM, el Instituto Nacional de Servicios Sociales (INSERSO) fue creado por el Real Decreto-ley 36/1978, de 16 de noviembre, dirigiendo su acción hacia las personas mayores y personas con discapacidad, así como a los solicitantes de asilo y refugiados. El INSERSO mantenía una estructura enfocada para un ámbito territorial, de gestión a nivel nacional (en la actualidad la entidad sólo mantiene Direcciones Provinciales en las Ciudades de Ceuta y Melilla, y los centros de referencia de ámbito nacional). Por el Real decreto 1723/1981, de 24 de julio, sobre reconocimiento, declaración y calificación de las condiciones de subnormal y minusválido, se procedió a la unificación en el INSERSO de las competencias y facultades relativas al reconocimiento, declaración y calificación de la condición de minusválido. La Orden del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de 5 de enero de 1982 regulaba las actuaciones técnicas de los centros base del INSERSO para la emisión de dictámenes sobre las circunstancias físicas, mentales y sociales de las personas con minusvalía, y estableció que el reconocimiento y declaración de la condición de minusválido se obtendría cuando en las valoraciones efectuadas se alcanzase un grado igual o superior al 33%. (El Real Decreto 140/1997, de 31 de enero, transformó el Instituto Nacional de Servicios Sociales en el actual Instituto de Migraciones y Servicios Sociales o IMSERSO).

La Orden del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de 8 de marzo de 1984 estableció el baremo para la determinación del grado de minusvalía y la valoración de las diferentes situaciones exigidas para tener derecho a las prestaciones y subsidios previstos en el sistema especial de prestaciones sociales y económicas establecido en la LISMI. Esta orden ratifica el grado mínimo del 33% establecido con anterioridad para poder ser beneficiario de las citadas prestaciones.

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12 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

3. El reconocimiento del grado de minusvalía

Siguiendo la pauta normativa desarrollada hasta este punto, el Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, establece la regulación actual del procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía. Según dicta su artículo 4, “la calificación del grado de minusvalía responde a criterios técnicos unificados, fijados mediante los baremos descritos en el Anexo I, y serán objeto de valoración tanto las discapacidades que presente la persona como, en su caso, los factores sociales complementarios relativos, ente otros, a su entorno familiar y situación laboral, educativa y cultural, que dificulten su integración social”. También, se establece que el grado de minusvalía debe expresarse en porcentaje.

Tanto el reconocimiento del grado de minusvalía, como aquellas funciones referentes al diagnóstico, valoración y orientación de situaciones de minusvalía, son competencia de los órganos correspondientes de las Comunidades Autónomas que tengan transferidas las funciones en materia de calificación de grado de discapacidad o, en su defecto, del IMSERSO. Así pues, los dictámenes técnico-facultativos necesarios para el reconocimiento del grado de minusvalía deben ser emitidos por los órganos técnicos competentes dependientes de las respectivas Comunidades Autónomas y por los equipos de valoración y orientación del IMSERSO en su ámbito competencial. El Real Decreto 1971/1999 dicta que deberán formar parte de estos órganos técnicos y equipos de valoración, al menos, un médico, un psicólogo y un trabajador social. Entre las funciones o tareas que llevan a cabo estos equipos de valoración están: Proporcionar información y orientación inicial a las personas con discapacidad y a los familiares de aquellos que lo soliciten; determinar el grado de minusvalía y la valoración de las diferentes situaciones exigidas para tener derecho a las prestaciones sociales y económicas; determinar el grado de minusvalía, así como la necesidad de una persona (para su cuidado), para los efectos de las prestaciones de invalidez en su modalidad no contributiva y protección familiar; determinar las dificultades para utilizar transporte público colectivo (por ejemplo), así como dictaminar sobre la movilidad reducida permanente y, por último, la realización de los dictámenes técnicos–facultativos para la cualificación del grado de minusvalía.

Los baremos mencionados anteriormente establecen normas para la evaluación de las consecuencias de la enfermedad, de acuerdo con el modelo propuesto por la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías de la OMS, y las pautas de valoración se fundamentan en el efecto de la deficiencia sobre la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, es decir, el grado de discapacidad que ha originado la deficiencia. La calificación del grado de minusvalía responde a criterios técnicos unificados, fijados mediante unos baremos recogidos en el Anexo I del Real Decreto. Son objeto de valoración tanto las discapacidades que presente la persona como, en su caso, los factores sociales complementarios relativos a su entorno familiar, situación laboral y profesional, niveles educativos y culturales, así como otras circunstancias del entorno habitual de la persona con discapacidad. El grado total de minusvalía será la suma de los factores médico-funcionales con los factores sociales.

Según el Real Decreto 1971/1999, las situaciones de minusvalía se califican en grados, dependiendo del alcance de las mismas. Esta graduación se expresa en porcentajes y se divide en:

Page 18: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 13

• Clase I: Discapacidad nula. Deficiencias permanentes que no producen discapacidad y cuya calificación es de un 0%.

• Clase II: Originan discapacidad leves y su calificación está entre el 1 y el 24%. Provocan alguna dificultad para realizar las actividades de la vida diaria.

• Clase III: Discapacidad moderada, entre el 25 y el 49%. Existe una disminución importante en la realización de algunas actividades de la vida diaria, pero se tiene plena independencia en las actividades de autocuidado.

• Clase IV: Discapacidad grave, entre el 50 y el 74 %. Existe una disminución importante o imposibilidad de realizar la mayoría de las actividades de la vida diaria, pudiendo estar afectada alguna de las actividades de autocuidado.

• Clase V: Discapacidad muy grave, la calificación es 75% o más. No se pueden realizar ninguna de las actividades de la vida diaria.

El grado de minusvalía será objeto de revisión siempre que se prevea una mejoría

razonable de las circunstancias que dieron lugar a su reconocimiento. En todos los demás casos no se puede instar a revisión de grado por agravamiento o mejoría hasta que no haya transcurrido un plazo mínimo de dos años desde la fecha en que se dictó resolución, excepto si se acredita suficientemente un error o cambios sustanciales en las circunstancias que dieron lugar al reconocimiento.

Por último, entre los documentos que deben aportarse junto a la solicitud de reconocimiento de grado de minusvalía ante la autoridad compete, están: Fotocopia del D.N.I. del interesado o, en su defecto, fotocopia del Libro de Familia (en su caso, deberá aportarse una fotocopia del D.N.I. del Representante Legal y del documento acreditativo de la Representación Legal o Guardador de Hecho); también es necesaria una fotocopia de todos los informes médicos y psicológicos que avalen las deficiencias alegadas y, en el caso de Revisión por agravamiento, una fotocopia de los informes que acrediten dicho agravamiento.

C. DATOS BÁSICOS SOBRE LA DISCAPACIDAD EN ESPAÑA

1. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de Salud de 1999 Para una correcta interpretación de los datos que se ofrecen a continuación, es preciso

tener en cuenta una serie de cuestiones. La Encuesta de 1999 preguntaba a cada persona por discapacidades y severidad de las mismas según su propia percepción; es decir, trataba de cuantificar las discapacidades percibidas por la población española, lo que implica un importante componente subjetivo en las respuestas. El número total de personas con discapacidad es inferior al número de discapacidades, puesto que una persona puede tener más de una discapacidad. Además, el número total de discapacidades es superior al número de deficiencias, y ello debido a que una deficiencia puede producir más de una discapacidad; y el número de personas con discapacidad es idéntico al de personas con deficiencias.

Según la Encuesta de discapacidades, deficiencias y estado de salud, en 1999 en España había más de tres millones y medio de personas con discapacidad, lo que suponía, aproximadamente, el 9% de la población total de nuestro país, que en aquel entonces era de 39.247.019 personas. Entre las personas con alguna discapacidad, cerca del 60% se

Page 19: Trabajo y discapacidad

14 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

encontraba en el grupo con edad igual o superior a los 65 años, y un 30% en el grupo de 35 a 64 años. Cuadro 1.1: Personas con discapacidad por grupo de edad. Encuesta sobre discapacidades,

deficiencias y estado de salud de 1999

GRUPO DE EDAD

TOTAL

Distribución (%)

0-16 129.837 3,68 17-34 277.267 7,86 35-64 1.048.464 29,72 65 o más 2.072.652 58,74 TOTAL 3.528.220 100,00

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.

Distinguiendo por sexo, puede verse cómo el 58% del total de personas con

discapacidad contabilizadas por la Encuesta son mujeres. Los porcentajes sobre el total de cada grupo de edad son mayores para los hombres entre los 6 y los 44 años. Por contra, a partir de los 45 años son las mujeres las que superan claramente en número a los hombres. En cifras relativas las diferencias en las tasas en edades avanzadas tienden a igualarse. En todo caso, la mortalidad masculina, superior a la femenina en edades avanzadas, explica en cierta medida el incremento y diferencia entre hombres y mujeres a medida que aumenta la edad. Por debajo de los 6 años apenas sí existe diferencia entre ambos sexos.

Cuadro 1.2: Personas con discapacidad por grupo de edad y sexo. Encuesta sobre

discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

VARONES

MUJERES GRUPO DE EDAD

AMBOSSEXOS

% Total % Total

0-6 años 49.577 24.723 0,70 24.853 0,70 6-16 80.260 43.051 1,22 37.211 1,05 17-44 507.518 291.736 8,27 215.782 6,12 45-64 818.213 379.652 10,76 438.561 12,43 65-79 1.320.533 502.396 14,24 818.137 23,19 80 y más 752.119 231.413 6,56 520.707 14,76 TOTAL 3.528.220 1.472.971 41,75 2.055.251 58,25 Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.

En cuanto al origen de las discapacidades, esto es, a la deficiencia que causa una

determinada discapacidad (o discapacidades en el caso de que cause más de una), según la Encuesta de 1999, la primera causa de discapacidad en España son las deficiencias

Page 20: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 15

osteoarticulares, que originan más del 25% de las discapacidades registradas. Las deficiencias visuales y auditivas, con cerca del 18% cada una, les siguen en importancia.

Las deficiencias mentales y el grupo de “otras deficiencias” originan, cada una de ellas, alrededor del 11% de las discapacidades. Menor incidencia tienen las deficiencias viscerales (con cerca del 7%), las del sistema nervioso (con poco más del 6%) y las deficiencias relacionadas con el lenguaje, habla y voz, que suponen el origen de poco más del 1% de las discapacidades.

Cuadro 1.3: Población con discapacidades según las deficiencias que las han causado (6 y

más años). Encuesta sobre deficiencias, discapacidades y estado de salud de 1999

DEFICIENCIAS

6 a 64

65 y más

TOTAL

Deficiencias mentales 287.329 227.542 514.871 Deficiencias visuales 262.814 567.961 830.775 Deficiencias de oído 278.654 542.219 820.873 Deficiencias del lenguaje, habla y voz 21.813 31.733 53.546 Deficiencias osteoarticulares 498.397 757.413 1.255.810 Deficiencias del sistema nervioso 131.096 168.330 299.426 Deficiencias viscerales 116.135 208.715 324.850 Otras deficiencias 46.912 474.703 521.615 No consta 28.345 47.493 75.838 TOTAL personas con discapacidad 1.405.991 2.072.652 3.478.643

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE. Si se compara con la anteriormente realizada Encuesta sobre discapacidades,

deficiencias y minusvalías del año 1986, puede verse cómo las cifras difieren claramente de las hasta aquí aportadas, pues para la encuesta de 1986 el número de personas con discapacidad alcanzaba la cifra de nada menos que 5.743.291 personas, lo que suponía aproximadamente el 15% de la población de aquel entonces (38.341.126 personas). La razón principal de semejante diferencia es de carácter metodológico. Uno de los principales factores de influencia es la diferente forma de considerar las dificultades para el desplazamiento. La encuesta de 1999 es bastante más exigente a la hora de apreciar la existencia de una situación de discapacidad.

Comparando los registros obtenidos por las encuestas, referidos a los orígenes de las discapacidades, entre las categorías en las que los valores de 1999 son inferiores a los de 1986, las mayores diferencias se concentran en las deficiencias osteoarticulares y aquellas referidas a los aparatos circulatorio, respiratorio y digestivo. Por el contrario, las cifras de 1999 superan a las de 1986 (de manera amplia) en el caso de las discapacidades debidas a enfermedad mental y en las discapacidades del sistema nervioso.

Page 21: Trabajo y discapacidad

16 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Cuadro 1.4: Población total y número de personas con discapacidad por grupos de edad. Comparativa de encuestas sobre discapacidad de 1986 y 1999

POBLACIÓN CON DISCAPACIDAD GRUPO DE

EDAD POBLACIÓN

TOTAL Número % Sobre la

población ENCUESTA 1986 TOTAL 38.341.126 5.743.291 15,00 Menores de 6 años 2.338.048 43.047 1,80 De 6 a 64 años 30.856.653 2.804.837 9,10 65 años y más 5.146.425 2.895.407 56,70

ENCUESTA 1999 TOTAL 39.247.019 3.528.220 8,99 Menores de 6 años 2.209.504 49.577 2,24 De 6 a 64 años 30.602.991 1.405.991 4,59 65 años y más 6.434.524 2.072.652 32,21

Fuente: Elaboración propia con datos de la publicación de Antonio Jiménez Lara: Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999. Resumen de los principales resultados; y del INE.

Cuadro 1.5: Comparación entre las discapacidades originadas por diversas categorías de

deficiencias en las encuestas sobre discapacidad de 1986 y 1999 (6 y más años)

ENCUESTA 1986

ENCUESTA 1999

Deficiencias psíquicas 438.778 514.871 Deficiencias mentales De la audición 833.152 820.873 Deficiencias de oído De la vista 759.473 830.775 Deficiencias visuales Del lenguaje 90.470 53.546 Deficiencias del lenguaje, habla y voz Aparato circulatorio 849.558 143.694 Aparato cardiovascular Aparato respiratorio 254.316 58.610 Aparato respiratorio Aparato digestivo 175.838 20.939 Aparato digestivo Aparato genitourinario 63.691 30.362 Aparato genitourinario Sistema nervioso 111.925 299.426 Deficiencias del sistema nervioso Endocriono-metabólicas 320.805 68.059 Sistema endocrino-metabólico Aparato locomotor 1.922.642 1.255.810 Deficiencias osteoarticulares

Fuente: Elaboración propia con datos de la publicación de Antonio Jiménez Lara: Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999. Resumen de los principales resultados; y del INE.

Continuando con el análisis de los resultados obtenidos por la Encuesta de 1999, es

preciso distinguir ahora por grupos de edad. Como pudo verse en los primeros cuadros, en la metodología de la Encuesta se crearon tres grupos: grupo de menos de 6 años, grupo de 6 a 64 años y grupo de 65 y más años.

Page 22: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 17

En el grupo de menos de 6 años, en el año 1999 un total de 49.577 niños presentaban algún tipo de limitación, lo que suponía el 2,24% de la población total de esta edad. A este respecto hay que tener en cuenta que, aunque la definición de discapacidad es perfectamente válida independientemente de la edad de la persona que la padece, para los menores de 6 años es muy difícil conocer si una discapacidad va a tener carácter de larga duración o carácter transitorio, e igualmente hay que tener en cuenta que existen muchas limitaciones inherentes a la edad. Por todo ello no se estudian pormenorizadamente las discapacidades de los menores de 6 años, dada la dificultad que tiene su detección. En cambio sí se investigan las posibles limitaciones que pudieran detectarse en esa edad y es por estos motivos por lo que se utiliza el término limitaciones en lugar del de discapacidades para el grupo de menos de 6 años.

En cuanto a las limitaciones que presenta este grupo de menores de 6 años, 16.289 niños tenían dificultades para hacer las cosas como los demás niños de su edad. Un total de 11.810 niños mostraban dificultades para caminar, o presentaban debilidad o rigidez en las piernas (entendiendo como debilidad una gran dificultad para elevar las piernas o ponerse de pie o gatear y rigidez como una constante contracción de los músculos). Así también 16.076 niños tenían dificultades con el habla (3 a 5 años).

La limitación relativa a “otros problemas que precisan de cuidados especiales”, que padecían un total de 23.480 niños, se refiere a aquellas limitaciones que el niño llevase padeciendo o se esperaba que padeciera al menos un año, producidas por enfermedades como retraso mental, parálisis cerebral infantil, alteraciones metabólicas, etc.

Más de la mitad del grupo de personas de 6 a 64 años con discapacidades observaba alguna dificultad importante para desplazarse fuera del hogar. Según la Encuesta de 1999, en general son las discapacidades relacionadas con la motricidad y las referentes a realizar tareas del hogar las que más afectaban a la población de este grupo de edad.

Si se analiza el número total de discapacidades, y teniendo en cuenta que una persona puede sufrir más de una discapacidad, el porcentaje que representaba cada grupo sobre el total de discapacidades, el “desplazarse fuera del hogar” supone cerca del 20% del total de discapacidades, seguida de lejos por el “realizar tareas del hogar” con un 14,2%, siendo estas dos (como no podía ser de otra forma) las discapacidades más numerosas. En el lado contrario, el de las menos numerosas, se encuentran la dificultad para comunicarse, que representa un 6,7% del total, seguida de la dificultad para relacionarse con otras personas, con un 6,3%.

Considerando “actividades de la vida diaria” el realizar cambios de las posiciones del cuerpo, levantarse y acostarse, desplazarse dentro del hogar; deambular sin medio de transporte, asearse, controlar las necesidades, vestirse, comer y beber, cuidarse de las compras, de las comidas, de la limpieza y planchado de la ropa, de la limpieza y mantenimiento de la casa y del bienestar de los miembros de la familia; y, a su vez, entendiendo la severidad de la discapacidad como el grado de dificultad para realizar una determinada actividad (con ayuda o sin ayuda), siendo una discapacidad total cuando la persona no puede realizar una actividad, severa si la persona tiene una gran dificultad para realizarla y moderada si realiza la actividad sin apenas dificultad (o ninguna con las ayudas recibidas), puede verse cómo, dentro del grupo de edad comprendida ente los 6 y los 64 años, más de la mitad tenía dificultades para realizar las actividades de la vida diaria y, además, cerca del 61% de estas personas (482.486 personas) presentaban una dificultad grave (severa o total).

Page 23: Trabajo y discapacidad

18 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Gráfico 1.1: Personas de 6 a 64 años con discapacidades. Porcentaje de cada grupo de

discapacidad sobre el total de discapacidades. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

Ver 8,3%

Oír 8,1%

Comunicarse 6,7%

Aprender, aplicar conocim. y desarr.

tareas 6,5%

Desplazarse 11,4%

Utilizar brazos y manos 12,3%

Desplazarse fuera del hogar 20,2%

Cuidar de sí mismo 5,9%

Realizar las tareas del hogar 14,2%

Relacionarse con otras personas 6,3%

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.

El 65% de las personas de 65 y más años con discapacidades presentaban (al menos)

dificultad para desplazarse fuera del hogar. Ésta es la discapacidad con mayor incidencia en el grupo, seguida de la discapacidad para realizar las tareas del hogar.

Según el grado de severidad de las discapacidades (representado de nuevo como: moderado, severo y total), el 68% de las personas mayores con dificultades para realizar las actividades de la vida diaria presentaban una dificultad grave (severa o total con un total de 967.713 personas); un porcentaje que es superior al del grupo de 6 a 64 años, pero no por mucho (68% frente a 61%), lo que parece indicar que, a pesar de que el número de personas de 6 a 64 años con dificultades de este tipo es inferior, la gravedad de esta discapacidad es similar.

Cuadro 1.6: Personas de 6 a 64 años con discapacidades para las actividades de la vida diaria

según el grado de severidad. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

GRADO DE DISCAPACIDAD

PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Distribución (%)

TOTAL 791.431 100,00 Discapacidad moderada 295.818 37,38 Discapacidad severa 255.387 32,27 Discapacidad total 227.099 28,69 No consta 13.127 1,66

Fuente: INE.

Page 24: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 19

Si se considera el número total de discapacidades (Gráfico 1.2) el “realizar las tareas

domésticas” representa un 15,6% del total, y el “desplazarse fuera del hogar” un 20,1%, siendo la de mayor peso relativo. Las discapacidades con menor porcentaje sobre el total son: comunicarse (3,9%), aprender, aplicar conocimientos y desarrollar tareas (4,98%) y relacionarse con otras personas (5%).

Comparando los datos relativos al total de discapacidades de este grupo respecto del de 6 a 64 años, las discapacidades sensoriales, es decir, las que afectan al oído y la vista, así como las de cuidado personal, cobran mayor importancia en la población de 65 y más años. Otro dato relevante es el hecho de que las personas mayores presentan una disminución en el peso relativo de las discapacidades referidas a “relacionarse con otras personas”.

Cuadro 1.7: Personas de 65 y más años con discapacidades para las actividades de la vida

diaria según el grado de severidad. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

GRADO DE SEVERIDAD

PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Distribución (%)

TOTAL 1.423.962 100,00 Discapacidad moderada 425.049 29,85 Discapacidad severa 479.870 33,70 Discapacidad total 487.843 34,26 No consta 31.199 2,19

Fuente: INE.

Gráfico 1.2: Personas de 65 y más años con discapacidades. Porcentaje de cada grupo de

discapacidad sobre el total de discapacidades. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

Ver 10,4%

Oír 9,9%

Comunicarse 3,9%

Desplazarse 12,1%

Utilizar brazos y manos 9,6%

Desplazarse fuera del hogar 20,1%

Cuidar de sí mismo 8,4%

Realizar las tareas del hogar 15,6%

Relacionarse con otras personas 5,0%

Aprender, aplicar conocim. y desarr.

tareas 5,0%

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.

Page 25: Trabajo y discapacidad

20 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

2. Base de datos estatal de personas con discapacidad Es preciso tener en cuenta algunas particularidades de esta base de datos: En primer

lugar el procedimiento para el reconocimiento de la condición de minusválido se inicia a instancia de la persona interesada y, por consiguiente, esta base comprende solamente a quienes voluntariamente han solicitado la valoración de su grado de minusvalía. Además, la información contenida en la base de datos estatal se retrotrae hasta el principio de la década de los años 70. Por otra parte, se incorporan a la base todas las personas que han sido reconocidas por los órganos técnicos de valoración. La información se toma directamente de los expedientes oficiales de reconocimiento de la condición de minusválido, incluidos los dictámenes (médicos, psicológicos y sociales) de los órganos técnicos de valoración, por lo que el grado de fiabilidad de las circunstancias registradas es muy alto, dado que los dictámenes han sido elaborados por médicos, psicólogos y trabajadores sociales, verdaderos expertos profesionales en la evaluación de personas con discapacidad. En resumen, la base de datos estatal de personas con discapacidad es, hoy por hoy, la fuente de información mayor y más precisa de que se dispone sobre este sector de la población.

Los datos incluyen 105 códigos de deficiencias y para facilitar su tratamiento las deficiencias se agrupan según la estructura o función alteradas. Las clases de deficiencias que resultan de esta agrupación son:9 Osteoarticulares, de los sistemas nervioso y muscular (neuromusculares), visuales, auditivas, expresivas, mentales (retraso mental y otros trastornos mentales), de los órganos internos y de la piel; mixtas y “otras”.

Estructura por edades

Como se puede apreciar en el Cuadro 1.8, la estructura de la población española por

edades difiere de la estructura de la población minusválida según la Base de datos estatal de personas con discapacidad. La incidencia de discapacidades es bastante más elevada en la población de 35 o más años.

Cuadro 1.8: Distribución de minusválidos y población total, por grupo de edad. Base de

datos estatal de personas con discapacidad

GRUPO DE EDAD

TOTAL

MINUSVÁLIDOS%Grupo de edad (vert.)

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN

TOTAL (%) 0 a 14 121.973 7 16 15 a 34 371.989 21 32 35 a 64 883.151 50 36 65 y más 394.523 22 16 TOTAL 1.771.636 100 100

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000) y de la publicación Base de Datos Estatal de Personas con Discapacidad. IMSERSO, 2000.

Page 26: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 21

Hay que tener en cuenta que para el grupo de 65 años y más la incidencia relativa de la discapacidad es mucho más elevada de lo que efectivamente se reconoce mediante los certificados de minusvalía.

Estructura por sexos

En cuanto al sexo, según datos recogidos a finales de 2000 en la Base de datos estatal de personas con discapacidad, un total de 913.388 mujeres y 858.248 hombres se encontraban inscritos en la misma. Las mujeres representan un 51,56% del total de la base, por un 48,44% de hombres, una diferencia no muy elevada (en valores absolutos).

Si se distingue por edades (Cuadro 1.9), puede verse que en los grupos de edad de 0 a 14 años y de 15 a 34 son los hombres los que se imponen con amplias diferencias, pasando a la situación contraria de los 34 años en adelante. La mayor y más significativa diferencia se encuentra en el grupo de 65 y más años, donde las mujeres suponen nada menos que el 64,71% del total en este grupo de edad.

El cruce de la estructura por edades y el sexo matiza aún más estas desviaciones. Los varones jóvenes (menores de 34 años) declarados como minusválidos suelen ser porcentualmente muchos menos que lo que sus respectivos grupos representan en el conjunto de la población; lo mismo sucede con las mujeres, que suelen tener una mayor proporción de población que de personas discapacitadas en estos mismos grupos de edad.

Cuadro 1.9: Minusválidos inscritos en la Base de datos estatal de personas con discapacidad

GRUPO DE EDAD

HOMBRES % Hombres(vert.) MUJERES % Mujeres

(vert.)

0 a 14 años 76.186 8,88 45.787 5,01 15 a 34 años 230.435 26,85 141.554 15,50 35 a 64 años 412.430 48,05 470.721 51,54 65 y más 139.197 16,22 255.326 27,95 TOTAL 858.248 100,00 913.388 100,00

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

En el grupo de los adultos (35 a 64 años) y de los mayores (65 y más) se nota la

influencia de la descompensación de las edades en favor de las mujeres (más mujeres que hombres en el conjunto general de la población en estos grupos de edad), lo que determina que se dé, también, una mayor propensión de este grupo en el conjunto de la población minusválida. Cabe pensar que no son sólo las razones de carácter demográfico las que explican las diferencias, sino también otros factores de índole económico o social. En estos grupos, las mujeres son clara mayoría.

Respecto a la población en edad escolar, las mujeres apenas representan el 60% del número total de hombres contabilizados en este tramo, una diferencia que se mantiene en el siguiente grupo de edades comprendidas entre los 15 y los 34 años (61,42%). Si bien junto a las causas congénitas que determinan la aparición de una discapacidad hay que apuntar también otros factores sobrevenidos a lo largo de la vida tales como enfermedades,

Page 27: Trabajo y discapacidad

22 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

accidentes laborales o de tráfico, otros motivos sociales y culturales, etc. que afectan en una mayor proporción a hombres que a mujeres. A pesar de todo, ha de entenderse que no es ésta la única causa que explica la desviación. El carácter rural o urbano de las poblaciones, los medios utilizados por las diferentes Administraciones para dar a conocer este tipo de derechos, el desarrollo económico de la región, etc., son otro conjunto de factores que hay que tener en cuenta para explicar estas desviaciones.

La asociación entre sexo y minusvalía introduce algunas variaciones de interés, en parte lógicas, pero en parte difíciles de explicar. Por grados de minusvalía, se observa cómo las mujeres representan mayores porcentajes en cada grupo representado por el grado de minusvalía reconocido. Aunque en parte se deba a la edad, no parece que sea la única explicación.

Gráfico 1.3: Personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con discapacidad.

Distribución por sexo y grupo de edad

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

76230

412

139

858

142

471

255

913

46

0

150

300

450

600

750

900

1.050

1.200

1.350

1.500

1.650

1.800

1.950

0 a 14

años

15 a

34 añ

os

35 a

64 añ

os

65 y

más

TOTAL

Pers

onas

(mile

s)

Hombres Mujeres

Page 28: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 23

Cuadro 1.10: Minusválidos por grado de minusvalía y sexo. Base de datos estatal de personas con discapacidad

GRADO DE

MINUSVALÍA

HOMBRES

MUJERES TOTAL Hombres (% horiz.)

Mujeres (% horiz.)

Menos de 33% 105.964 110.241 216.205 49,01 50,99 de 33% a 64% 407.034 337.797 744.831 54,65 45,35 de 65% a 74% 204.782 265.778 470.560 43,52 56,48 de 75% o más 140.468 199.572 340.040 41,31 58,69 TOTAL 858.248 913.388 1.771.636 48,44 51,56

Fuente: Elaboración propia con datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

Estructura por grados de minusvalía

El grupo más numeroso es el que tiene una minusvalía de entre el 33% y el 64%,

representando más del 40% del total, seguido por el de las personas con un grado de minusvalía de entre el 65 y el 74% (con un 26,5% del total). El grupo menos numeroso es el que mantiene un grado de minusvalía inferior al 33%, porcentaje que, recordemos, es el mínimo necesario para el reconocimiento de minusvalía que da derecho a los diferentes beneficios económicos y sociales. En cuanto al único grupo que queda por citar, el del grado de minusvalía del 75% o superior, representa, según datos de diciembre de 2000, el 19% del total de personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con discapacidad.

Cuadro 1.11: Distribución de personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con

discapacidad, por grado de minusvalía

GRADO DE MINUSVALÍA

HOMBRES

(% vert.)

MUJERES(% vert.)

TOTAL (% vert.)

Hombres/ Mujeres

(%)

Menos de 33% 12,35 12,07 12,20 96,12 de 33% a 64% 47,43 36,98 42,04 120,50 de 65% a 74% 23,86 29,10 26,56 77,05 de 75% o más 16,37 21,85 19,19 70,38

TOTAL 100,00 100,00 100,00 93,96

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

Teniendo en cuenta la distinción hecha anteriormente, del total de personas inscritas

en la Base, el 12% tiene una minusvalía leve; un 42% una minusvalía moderada, un 26,5% una minusvalía grave, y el 19% presenta un grado de minusvalía muy grave.

Page 29: Trabajo y discapacidad

24 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Distribución geográfica

Cataluña es la Comunidad Autónoma con un mayor número de personas recogidas en la Base estatal de personas con discapacidad, seguida de Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana. Entre las cuatro concentran el 47,8% (846.843 personas) del total.

En cuanto al sexo, hay que advertir que la relación hombres-mujeres es más o menos constante a lo largo de todo el territorio español. En números absolutos, como ya sabemos, son más las mujeres que los hombres. Como puede verse en el cuadro anterior, sólo en el País Vasco, Navarra, Asturias, Andalucía y La Rioja son más los hombres que las mujeres, con una diferencia a favor, respecto del total de mujeres de entre el 32,77% (País Vasco) y el 6% (La Rioja). En el resto de Comunidades se imponen las mujeres, y de ente ellas, las mayores desigualdades se aprecian en Extremadura, Ceuta, Melilla, Murcia y Castilla-La Mancha.

Cuadro 1.12: Discapacitados por Comunidades Autónomas y sexo. Base de datos estatal de

personas con discapacidad

CC.AA

HOMBRES

MUJERESHombres/Mujeres

(%) TOTAL % Total

(vert.)

Andalucía 114.773 103.063 111,36 217.836 12,30 Aragón 32.831 35.204 93,26 68.035 3,84 Asturias 69.282 60.922 113,72 130.204 7,35 Baleares 16.175 17.636 91,72 33.811 1,91 Canarias nd nd ... nd ... Cantabria 13.479 14.956 90,12 28.435 1,61 Castilla y León 80.755 91.810 87,96 172.565 9,74 Castilla-La Mancha 41.500 60.298 68,82 101.798 5,75 Cataluña 121.203 123.749 97,94 244.952 13,83 Ceuta 2.751 4.531 60,72 7.282 0,41 Comunidad Valenciana 91.526 89.815 101,91 181.341 10,24 Extremadura 32.394 58.554 55,32 90.948 5,13 Galicia 36.085 37.848 95,34 73.933 4,17 Madrid 106.647 96.067 111,01 202.714 11,44 Melilla 2.358 3.577 65,92 5.935 0,34 Murcia 55.735 81.522 68,37 137.257 7,75 Navarra 21.162 17.456 121,23 38.618 2,18 País Vasco 11.041 8.316 132,77 19.357 1,09 Rioja 8.551 8.064 106,04 16.615 0,94

TOTAL 858.248 913.388 93,96 1.771.636 100,00

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

Page 30: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 25

Tipología de la deficiencia

Como ya se dijo al definir y concretar el objeto de la Base de datos estatal, el concepto de deficiencia tomado para confeccionarla es el propuesto por la Organización Mundial de la Salud para definir el primer nivel de consecuencias de la enfermedad en la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías: “toda pérdida o anormalidad de una función psicológica, fisiológica o anatómica”.

Como también sabemos, las categorías recogidas en la Base no coinciden exactamente con las formuladas por la O.M.S., diferencia debida, fundamentalmente, a que el desarrollo de este nivel en la Clasificación Internacional es demasiado extenso y pormenorizado y no hubiera sido posible recoger fielmente los datos con la información registrada en los expedientes de reconocimiento de la condición de minusválido. Se simplifica la clasificación agrupando por categorías.

Es evidente que una persona puede sufrir varias alteraciones de forma simultánea, y la Base de datos recoge hasta un máximo de tres por cada individuo. Sin embargo, las cifras que se ofrecen a continuación se refieren únicamente a aquella deficiencia que por ser la más importante ha sido anotada en primer lugar por el equipo de valoración.

Cuadro 1.13: Personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con discapacidad con

el 33% o más de grado de minusvalía, por tipo de deficiencia

TIPOLOGÍA

HOMBRES

MUJERES TOTAL % Total(vert.)

Osteoarticular 170.391 230.394 400.785 25,77 Órganos Internos y Piel 180.204 191.502 371.706 23,90 Neuromuscular 97.973 84.585 182.558 11,74 Retraso Mental 98.178 72.746 170.924 10,99 Trastorno Mental 73.360 87.715 161.075 10,36 Visual 59.848 75.322 135.170 8,69 Auditiva 30.975 31.927 62.902 4,04 Expresiva 7.458 1.495 8.953 0,58 Mixta 9.749 15.209 24.958 1,60 Otras 24.148 12.252 36.400 2,34 TOTAL 752.284 803.147 1.555.431 100,00

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

Según los datos que nos ofrece la Base para el mes de diciembre de 2000, del total de

inscritos, la mitad presenta una alteración incluida dentro de los tipos osteoarticular (25,77%) o de los órganos internos y piel (23,9%). De la otra mitad, con más de un 20% del total, encontramos las deficiencias de funciones mentales (10,99% retraso mental y 10,36% trastorno mental), seguidas de las alteraciones neuromusculares (11,74%), de las deficiencias visuales (8,69%), auditivas (4,04%), y el otro 4,5% se reparte entre las expresivas (0,58%), mixtas (1,60%) y otras (2,34%).

Page 31: Trabajo y discapacidad

26 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Esta concentración de la discapacidad en los tipos osteoarticular y de los órganos internos y/o piel no debe extrañar, ya que agrupan patologías cuyas alteraciones engloban aquellas que afectan al esqueleto como tal y a las alteraciones crónicas de cualquier aparato o sistema, es decir, prácticamente a todo el organismo, mientras que las deficiencias de las funciones mentales se circunscriben al área de la relación, y las sensoriales (auditiva y visual) se refieren a órganos muy concretos.

Distinguiendo por sexo y respecto de las dos deficiencias más comunes, el orden se invierte en los hombres, siendo las deficiencias en órganos internos y piel las más frecuentes. Estas deficiencias, junto a las osteoarticulares, suponen el 46,6% del total de las deficiencias que presentan los hombres. En cuanto al retraso mental pasa, en el caso de los hombres, de suponer aproximadamente el 11% respecto a la población general a representar un 13% del total de este colectivo. En el caso de las mujeres, las dos deficiencias más comunes representan el 52,5% del total, conservando el orden inicial.

El retraso mental ocupa el tercer lugar en importancia en el colectivo de los hombres (13,1%), mientras que en el de las mujeres ocupa el sexto puesto (9,1%). Las deficiencias de origen neuromuscular pasan a ocupar el cuarto lugar en el orden de frecuencias de ambos sexos, separándose cerca de tres puntos porcentuales entre sí a favor de los hombres (13 y 10,5% respectivamente).

Gráfico 1.4: Valoración del 33% o más de grado de minusvalía. Tipo de deficiencia. Base de

datos estatal de personas con discapacidad

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

Osteoa

rticula

r

Órgano

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Piel

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Expres

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sona

s (m

iles)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IMSERSO (de mediados de los 70 hasta diciembre de 2000).

Page 32: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 27

La razón de masculinidad (número de varones por cada 100 mujeres) permite delimitar más claramente la influencia del sexo en cada una de las tipologías en que se han agrupado las deficiencias. La razón media de hombres / mujeres es de 94 hombres por cada 100 mujeres dentro del colectivo de personas con un grado de minusvalía reconocido del 33% o más.

3. Módulo sobre discapacidad de la EPA del segundo trimestre de 200210 En la EPA se seleccionan 3.484 secciones censales, de entre las más de 30.000 en que

está dividida España. En cada una de ellas se entrevista un promedio de 18 hogares, excepto en las provincias de Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza en donde el número de entrevistas es de 22. Así, el tamaño de la muestra es de 65.000 viviendas aproximadamente, lo que supone obtener información de unas 200.000 personas. Los datos se recogen por entrevista personal y telefónica, realizada por entrevistadores del INE adscritos a las delegaciones provinciales del mismo.

El módulo sobre discapacidades del 2º trimestre de 2002 pretendía centrarse en la restricción de las actividades relacionadas con el mundo laboral, obteniendo resultados tanto de las personas que desarrollaban un trabajo, como de aquellas que, no teniéndolo (parados), podrían incorporarse a uno. Debido a ello, la EPA se centra en la población en edad de trabajar, esto es, en la población de 16 a 64 años.

Antes de nada, a la hora de comparar los resultados de la EPA con los de los demás datos ofrecidos (en especial con la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud), ha de tenerse muy en cuenta, además de la diferencia en los años de referencia, la desigual concepción de lo que debe considerarse “persona discapacitada”. Existen dos diferencias básicas: en el módulo de la EPA se incluyen tanto las personas con discapacidad como aquéllas con lo que podríamos denominar “otros problemas de salud”, mientras que la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud sólo considera las primeras. La otra diferencia está en el tiempo mínimo que han de llevar padeciéndose las discapacidades, que en la EPA es de 6 meses y en la Encuesta del 1999 es de 1 año.

Según el módulo de la EPA, en España el 8,7% de la población de 16 a 64 años tiene algún problema de salud o alguna discapacidad. La EPA estima un total de 26.940.900 personas de entre 16 y 64 años en España, de las cuales 2.339.200 son discapacitadas.

Como ya ocurriera en las otras estadísticas, el grupo de edad que presenta mayor porcentaje sobre el total es el de más edad, y así, 16 de cada 100 personas con edades comprendidas entre los 45 y los 64 años son discapacitadas, y respecto al total de discapacitados, este grupo representa el 62,2% (seguido del grupo de 24 a 44 años, con un 31,7% del total, y del grupo de 16 a 25 años, con un 6,2%). Por sexos, los hombres discapacitados superan en número a las mujeres (1.265.800 hombres frente a 1.073.400 mujeres).

En comparación con la Encuesta de 1999, el número de personas con discapacidad es muy superior en el caso de la EPA. La Encuesta de 1999 contabilizó 1.337.708 personas entre 16 y 64 años con discapacidad, lo que supone un incremento del 43% en la EPA respecto a la Encuesta de 1999 (1.001.492 discapacitados más en este grupo de edad). El motivo principal es la mayor exigencia de la Encuesta de 1999 a la hora de considerar a una persona discapacitada.

Page 33: Trabajo y discapacidad

28 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Cuadro 1.14: Personas de 16 a 64 años con y sin discapacidad por grupo de edad (en miles). EPA 2º trimestre 2002

GRUPO DE EDAD

TOTAL Con discapacidad

% Total grupo edad

16 a 24 años 4.905,5 144,2 2,94 25 a 44 años 13.004,7 740,8 5,70 45 a 64 años 9.029,9 1.454,2 16,10 TOTAL 26.940,9 2.339,2 8,68

Fuente: Módulo sobre discapacidad de la EPA, 2º trimestre de 2002 (INE).

De entre todas las discapacidades los problemas relacionados con la espalda y el

cuello son los más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres, suponiendo cerca del 20% del total, seguidos de los problemas mentales, nerviosos o emocionales (15%) y de los relacionados con las piernas o los pies (13%). Entre los menos frecuentes están los impedimentos en el habla (0,5%) y los problemas de piel (1%), seguidos muy de cerca por la epilepsia (1,1%) y los problemas de oído (1,7%).

Cuadro 1.15: Personas de 16 a 64 años con discapacidad, por tipo de discapacidad y sexo

(en miles). EPA 2º trimestre 2002

AMBOS SEXOS VARONES MUJERES DISCAPACIDAD

Miles % Miles % Miles % TOTAL 2.339,2 100,0 1.265,8 100,0 1.073,4 100,0 Problemas en brazos o manos 145,6 6,2 66,1 5,2 79,5 7,4 Problemas en piernas o pies 311,8 13,3 163,2 12,9 148,6 13,8 Problemas en espalda o cuello 457,3 19,5 230,2 18,2 227,1 21,2 Problemas de visión 82,0 3,5 51,2 4,0 30,7 2,9 Problemas de oído 40,0 1,7 20,0 1,6 20,0 1,9 Impedimentos en el habla 11,6 0,5 7,3 0,6 4,3 0,4 Problemas de piel 23,0 1,0 13,7 1,1 9,2 0,9 Problemas respiratorios 143,4 6,1 84,2 6,7 59,2 5,5 Problemas circulatorios 257,1 11,0 168,4 13,3 88,7 8,3 Problemas de riñón, estómago, hígado o digestivos 112,6 4,8 61,8 4,9 50,8 4,7

Diabetes 84,3 3,6 45,8 3,6 38,5 3,6 Epilepsia 26,2 1,1 14,2 1,1 11,9 1,1 Problemas mentales, nerviosos o emocionales 356,9 15,3 201,3 15,9 155,6 14,5

Otras enfermedades progresivas 113,3 4,8 49,4 3,9 63,9 6,0

Otros problemas de salud 174,3 7,5 88,9 7,0 85,4 8,0

Fuente: Módulo sobre discapacidad de la EPA, 2º trimestre de 2002 (INE).

Page 34: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y minusvalía en España: Conceptos y fuentes 29

Por sexos, tras los problemas en la espalda o cuello, los siguientes problemas en importancia relativa para las mujeres son los mentales, nerviosos o emocionales. Los problemas en piernas o pies ocupan el tercer puesto en importancia. Para el grupo de los hombres el segundo problema más frecuente es el grupo de las enfermedades mentales, pero el tercer lugar lo ocupan los problemas circulatorios, pasando al cuarto lugar los relacionados con las piernas o pies.

Respecto a las causas que dan lugar a la discapacidad, las más frecuentes son las enfermedades no relacionadas con el tipo de trabajo (comunes), que fueron el origen del 42,6% de las discapacidades. Las congénitas o por complicaciones en el parto (perinatales) ocupan el segundo lugar con un 11,9%, quedando las discapacidades causadas por enfermedades laborales en tercer lugar (11%). El 22,3% de los discapacitados confiesan no conocer el origen de su discapacidad.

Esta clasificación por importancia no es homogénea según los grupos de edad y así, en el grupo de 16 a 25 años, las causas perinatales son las más frecuentes (35,9%), seguidas de la enfermedad común (34,4%) y de los accidentes (si no tenemos en cuenta la categoría “no sabe”) que representan el 11,4%, y de los que más de la mitad son accidentes de tráfico no relacionados con el trabajo.

Cuadro 1.16: Personas de 16 a 64 años con discapacidad, según la causa de la discapacidad,

por grupo de edad (en miles). EPA 2º trimestre 2002

CAUSA DE LA DISCAPACIDAD

TOTAL

16 a 24 25 a 44 45 a 64

TOTAL 2.339,2 144,2 740,8 1.454,2 Perinatal 277,6 51,7 146,6 79,3 Accidente o lesión de trabajo 148,9 3,2 45,6 100,1 Accidente o lesión de tráfico 65,5 9,2 28,3 27,9 Accidente o lesión durante el tiempo libre 72,2 4,0 32,0 36,2 Enfermedad laboral 257,2 4,3 63,7 189,2 Enfermedad común 997,0 49,6 282,0 665,3 No sabe 520,8 22,1 142,6 356,1

Fuente: Módulo sobre discapacidad de la EPA, 2º trimestre de 2002 (INE). Entre la población de 25 a 44 años, la causa más importante de discapacidad es la

enfermedad común, ya que el 38,1% de los discapacitados de este grupo de edad señalan a ésta como el origen de su discapacidad. En segundo lugar aparecen las causas perinatales (19,8%) y los accidentes ocupan el tercero (14,3%). Por fin, para el grupo de 45 a 64 años, la mayor causa de discapacidad es la enfermedad común, con un 45,8%. Las enfermedades laborales son el origen del 13% de las discapacidades y las perinatales originan el 5,5%.

En resumen, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del segundo trimestre de 2002 la enfermedad común y las perinatales son las causas más importantes en todos los grupos de edad, teniendo más importancia las perinatales en el grupo de los jóvenes y la enfermedad común en el grupo de mayor edad.

Page 35: Trabajo y discapacidad

30 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Gráfico 1.5: Distribución porcentual de la causa de la discapacidad en cada grupo de edad. EPA 2º trimestre 2002

0%

10%

20%

30%

40%

50%

TOTAL 16 a 24 años 25 a 44 años 45 a 64 años

PerinatalAccidente o lesión de trabajoAccidente o lesión de tráfico no relacionado con el trabajoAccidente o lesión durante el tiempo libreEnfermedad laboralEnfermedad comúnNo sabe

Fuente: Módulo sobre discapacidad de la EPA, 2º trimestre de 2002 (INE).

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Instituciones y políticas sociolaborales a favor de los discapacitados 31

CAPÍTULO II

INSTITUCIONES Y POLÍTICAS SOCIOLABORALES A FAVOR DE LOS DISCAPACITADOS

NA VEZ definido el término “discapacidad”, y habiendo cuantificado las discapacidades y la población que las padece, este segundo capítulo está dedicado a las

políticas sociolaborales a favor de los discapacitados, elaboradas e implantadas por diferentes instituciones competentes de ámbito nacional e internacional.

Primeramente se justifica la existencia de políticas sociolaborales específicas para el colectivo de discapacitados y se establece una clasificación o tipología de las mismas. Posteriormente se analiza el marco legal e institucional de aplicación de las políticas, estudiando tanto el marco internacional, con referencia a políticas y normas de las Naciones Unidas, y otras nacidas en el seno de diversos organismos de la Comunidad Europea, como el marco legal e institucional español.

Por último, se dedica un apartado al Año Europeo de las Personas con Discapacidad (2003) tanto por su relevancia como marco de diferentes medidas normativas, como también por haber sido una fuente de iniciativas y proyectos (normativos o no) de primer nivel en el ámbito europeo.

A. JUSTIFICACIÓN Y TIPOS DE POLÍTICAS

Para todo aquel que tenga o haya tenido algún tipo de relación con “el mundo” de la

discapacidad, la necesidad de que existan políticas sociolaborales específicas a favor del grupo de personas discapacitadas debe ser del todo incuestionable. Muchas son las circunstancias sociales, casi siempre interrelacionadas, que justifican la existencia de este tipo de política. Así, por ejemplo la falta de oportunidades laborales. En general es bien sabido que el trabajo siempre ha sido un bien escaso en nuestro país, y son todavía más escasos los puestos de trabajo al alcance de las personas con discapacidad. Así las cosas, las autoridades u organismos públicos deben adoptar medidas orientadas a la óptima incorporación al mercado de trabajo de las personas con discapacidad, así como todas aquellas medidas necesarias para el mantenimiento de los puestos de trabajo ocupados por estas personas.

La existencia de prejuicios sociales contra los discapacitados es otra de las circunstancias sociales influyentes en este sentido. Un ejemplo claro se resume en el “no puede”, la negación de las capacidades de las personas que sufren algún tipo de deficiencia, discapacidad o minusvalía es uno de los prejuicios más generalizados en nuestra sociedad. Por ello, para la consecución de una adecuada inserción social de las personas con discapacidad se requiere no sólo la adopción de una política de empleo adecuada y sensible con sus problemas, sino que también es necesaria una concienciación de la sociedad, incluso una reeducación, que rechace todo tipo de prejuicios.

Cabe también mencionar las deficiencias en materia de formación. La formación es una herramienta fundamental para la inserción social y en el mercado de trabajo, cobrando aún más importancia si cabe si nos referimos a personas con unas necesidades especiales (por específicas) de educación. Todas las medidas formativas debieran tener un apartado

U

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32 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

dirigido y aplicable, específicamente, para este grupo de la población. Y es que, aunque la educación es un derecho de todas las personas en nuestro país, no es menos cierto que existe una clara falta de previsión y especialización en materia educativa y formativa dirigida a las personas con discapacidad, lo que provoca dificultades de integración en el ámbito sociolaboral.

Como último ejemplo de las circunstancias sociales que justifican la necesidad de políticas sociolaborales específicas para las personas con discapacidad puede citarse la ineficacia de las instituciones privadas en la inserción sociolaboral. En nuestro país la mayoría de las acciones dirigidas a la integración sociolaboral de los discapacitados son diseñadas y desarrolladas por los familiares y amigos de éstos, o incluso por los propios discapacitados. Esta labor es complementada con la llevada a cabo por empresas y fundaciones que incorporan discapacitados en sus plantillas o cuya razón social se orienta a su integración. Todos ellos ofrecen tanto mecanismos de inserción en el mercado laboral como una protección que el Estado ofrece de manera deficiente, o incluso ni tan siquiera ofrece y, a pesar de estos esfuerzos “privados”, en la mayoría de las ocasiones las acciones y medidas resultan insuficientes, por lo que es preciso que las Autoridades Públicas intervengan cada vez más de manera efectiva.

Finalmente, además de en las circunstancias señaladas, la especificidad de las políticas sociolaborales a favor de los discapacitados se origina en la existencia de normas nacionales e internacionales que señalan determinadas direcciones a seguir sobre el contenido de las políticas sociolaborales a adoptar, tanto en un sentido general, como sobre determinados colectivos en particular, entre los que se encuentran los discapacitados. Por ello son obligados tanto el estudio detenido, como el desarrollo específico, de medidas concretas aplicables al colectivo de las personas con discapacidad.

Tipos de políticas

Con el propósito de realizar una clasificación lo más concreta y escueta posible, las

políticas sociolaborales pueden clasificarse en tres grandes grupos: medidas incentivadoras de empleo, medidas formativas y medidas recuperadoras.

Las medidas incentivadoras de empleo son aquellas que buscan la integración plena de los discapacitados en el mercado de trabajo, ya en empresas ordinarias, ya bajo la fórmula de empleo protegido en Centros Especiales de Empleo. Así, por ejemplo, existen medidas como la obligación de contratar discapacitados en las empresas, incentivos económicos a la contratación de discapacitados, ayudas para el autoempleo, proyectos subvencionados para la creación de Centros Especiales de Empleo y para la contratación de discapacitados por parte de éstos, etc.

En cuanto a las medidas formativas, hay que tener claro, en un principio, que la formación es la mejor garantía para la integración social y laboral para todas aquellas personas que pertenezcan a grupos sociales desfavorecidos. Como tal, el colectivo de los discapacitados necesita de medidas que persigan la formación, readaptación o reeducación profesional, especialmente aquellos que presenten por su discapacidad la necesidad de métodos formativos y educacionales especiales o adaptados. Serán medidas formativas, por ejemplo, dentro de la educación reglada, la integración en el sistema ordinario de educación mediante adaptaciones curriculares. Así también, si la integración en el sistema ordinario no es posible, existe un sistema de educación especial con educadores y medios específicos. Al

Page 38: Trabajo y discapacidad

Instituciones y políticas sociolaborales a favor de los discapacitados 33

margen de la educación reglada pueden mencionarse como medida de este tipo la celebración de contratos formativos en prácticas o para la formación con trabajadores discapacitados en empresas ordinarias o Centros Especiales de Empleo.

Por último, bajo la denominación de medidas recuperadoras se encuentran todas aquellas medidas tomadas con el fin de la recuperación, rehabilitación o superación de las deficiencias, discapacidades o minusvalías, ya sean tratamientos sanitarios adecuados, aplicación de tecnologías de la rehabilitación, o incluso la orientación profesional y readaptación del puesto de trabajo.

B. MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL

1. Ámbito internacional Este apartado se dedica a las normas e instituciones relacionadas con las políticas

sociolaborales a favor de las personas con discapacidad en el ámbito más amplio. Se trata de hacer referencia a determinadas normas, acuerdos y consideraciones nacidas en el seno de organismos tales como las Naciones Unidas o la Organización Internacional del Trabajo, así como el estudio del marco de origen y aplicación en el ámbito europeo.

Naciones Unidas

Las Naciones Unidas llevan décadas trabajado en favor de las personas con

discapacidad. La preocupación por los derechos de las personas con discapacidad está presente en los principios fundacionales de las Naciones Unidas, basados en los derechos humanos, las libertades fundamentales y la igualdad de todos los seres humanos. Tanto la Carta de las Naciones Unidas de 194511 como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948,12 los Convenios Internacionales sobre Derechos Humanos y los demás instrumentos internacionales relacionados con la defensa de los derechos humanos afirman que las personas con discapacidad deben poder ejercer sus derechos civiles, políticos, sociales y culturales en igualdad de condiciones con el resto de los ciudadanos.

En los años setenta, la Asamblea General adoptó la Declaración de los Derechos del Retrasado Mental13 (1971). En ella se reconoce no sólo que las personas con retraso mental tienen los mismos derechos que los demás seres humanos, sino también unos derechos específicos relacionados con sus necesidades médicas, educativas y sociales. En esta Declaración se puso especial énfasis en la protección de las personas con discapacidad frente a cualquier forma de explotación, así como en el establecimiento de procedimientos jurídicos para garantizar dicha protección. En el año 1975, se adoptó la Declaración de los Derechos de los Impedidos,14 que proclama la igualdad de derechos civiles y políticos de los entonces llamados impedidos y que establece los principios de igualdad de trato y acceso a los servicios que ayudan al desarrollo de las capacidades de estas personas y a su integración social. En el ámbito laboral, esta Declaración reconoce al impedido el derecho a obtener y conservar un empleo y a ejercer una ocupación útil, productiva y remunerada, así como el derecho a formar parte de las organizaciones sindicales.

Siguiendo el orden cronológico establecido hasta este punto, en 1976 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 1981 como el “Año Internacional de las Personas con Discapacidad”, con el objetivo de poner en marcha un plan de acción

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34 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

internacional dirigido a la equiparación de las oportunidades de las personas con discapacidad, la rehabilitación y la prevención de las discapacidades. Este Programa de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad (que adoptó la Asamblea en diciembre de 1982) dedicaba especial atención a las mujeres con discapacidad, proclamando las consecuencias especialmente graves de la discapacidad para las mujeres, al provocar una doble discriminación: por género y por discapacidad, teniendo menos oportunidades de acceso a la educación y servicios sanitarios. Con el objetivo de establecer un marco temporal en el cual los gobiernos y las organizaciones pudieran desarrollar las actividades recomendadas en el Programa de Acción Mundial para las personas con discapacidad, la Asamblea General proclamó el Decenio de las Naciones Unidas para las Personas con Discapacidad, que abarcó el período 1983-1992.

En la década de los 90 del pasado siglo XX, destaca la Resolución de las Naciones Unidas de 1993 que, bajo el título “Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades de las Personas con Discapacidad”,15 constituyó un nuevo marco político en materia de discapacidad, reconociendo que la capacidad de un individuo para desenvolverse en el ámbito social y ocupar un empleo depende tanto de la disposición de la sociedad a aceptar a las personas con sus diferencias como de las limitaciones funcionales que permiten reconocer específicamente a una persona como “discapacitado”. Aunque estas normas no obligan jurídicamente a los Estados, sirven como instrumento para la formulación de políticas y como base para el desarrollo de acciones de cooperación técnica y económica, incluyendo también un mecanismo de seguimiento y apoyo para su implementación. Merece la pena enunciar las veintidós Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades de los discapacitados, agrupadas bajo tres categorías:

1. Requisitos para la igualdad de participación: Mayor toma de conciencia. Atención

médica. Rehabilitación. Servicios de apoyo. 2. Esferas previstas para la igualdad de participación: Posibilidades de acceso. Educación.

Empleo. Mantenimiento de los ingresos y seguridad social. Vida en familia e integridad personal. Cultura. Actividades recreativas y deportivas. Religión.

3. Medidas de ejecución: Información e investigación. Cuestiones normativas y de planificación. Legislación. Política económica. Coordinación de los trabajos. Organizaciones de personas con discapacidad. Capacitación de personal. Supervisión y evaluación a nivel nacional de los programas sobre discapacidad en lo relativo a la aplicación de las Normas Uniformes. Cooperación económica y técnica. Cooperación internacional.

Por último, hay que mencionar que en el seno de la Organización Internacional del

Trabajo16 se han aprobado diversos Convenios con referencias a la discapacidad, entre los que destacan los Convenios 102 y 108, relativos a las prestaciones en materia de Seguridad Social, y en los que se recogen medidas que los Estados miembros deben adoptar para garantizar la obtención de unos recursos básicos para aquellos trabajadores que, por cualquier causa, tengan la condición de minusválidos. Destaca también el Convenio 159, sobre readaptación profesional y empleo de personas inválidas, que obliga a los Estados miembros al diseño e implantación de políticas que hagan posible la incorporación de personas inválidas al mercado de trabajo. Finalmente, el Convenio 161, sobre los servicios de salud en el trabajo, obliga a la adaptación de las tareas y procesos del trabajo a las

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Instituciones y políticas sociolaborales a favor de los discapacitados 35

características y capacidades de los trabajadores en general, y a su estado de salud física y mental en particular.

Comunidad Europea

El primer programa europeo dirigido específicamente a las personas con discapacidad

fue el Programa de Acción Comunitaria para la Readaptación Profesional de los Minusválidos, aprobado en el año 1974. En este Programa se señala como finalidad general de las iniciativas comunitarias en materia de discapacidad, la ayuda a las personas con discapacidad para que puedan llevar una vida normalizada e independiente, plenamente integrada en la sociedad. Así también se establece la capacidad de trabajar como vía fundamental para la integración.

En los años 80 aparecieron gran cantidad de documentos y directrices de las instituciones europeas, prueba inequívoca de su creciente interés por las personas con discapacidad. Así, en el año 1981, coincidiendo con el antes mencionado Año Internacional de las Personas con Discapacidad, se llevaron a cabo: la Resolución del Parlamento Europeo sobre la integración económica, social y profesional de los minusválidos en la Comunidad, la Comunicación de la Comisión sobre líneas directrices de una acción comunitaria para la inserción social de los minusválidos, y la Resolución del Consejo y de los Representantes de los Gobiernos de los Estados miembros reunidos en la sede del Consejo sobre la integración social de los minusválidos. En el año 1986 tuvo lugar la Recomendación del Consejo sobre el empleo de los minusválidos en la Comunidad, y la Resolución del Parlamento Europeo sobre el transporte de minusválidos y ancianos. En el año 1987 se propusieron las Conclusiones del Consejo y de los Ministros de Educación relativas a un programa de colaboración europea sobre la integración de los niños disminuidos en escuelas ordinarias; en el año 1988 la Resolución del Parlamento Europeo sobre lenguajes gestuales para sordos, etc. Mención aparte merece la Carta Comunitaria de los Derechos Sociales Fundamentales de los Trabajadores (aprobada en 1989), que establece que todo minusválido, cualquiera que sea el origen y naturaleza de su minusvalía, debe poder beneficiarse de las medidas encaminadas a favorecer su integración social y profesional.

En 1988 se puso en marcha el Segundo Programa de Acción de la Comunidad en favor de los Minusválidos (llamado HELIOS), cuyo periodo de aplicación abarcó desde el año 1988 hasta 1991. El programa HELIOS tenía como objetivo promover una plataforma de cooperación entre los Estados miembros y estimular los intercambios en los ámbitos de la integración económica y social, la igualdad de oportunidades y la vida independiente de las personas con discapacidad. Las actividades comprendidas en HELIOS se vieron refrendadas y dotadas de continuidad mediante el Tercer Programa de Acción Comunitaria para las Personas Minusválidas, en este caso llamado HELIOS II, (1993-1996). Los objetivos del programa HELIOS II fueron más amplios que los de su predecesor, entre los que cabe destacar la potenciación de la intervención de los interlocutores sociales a través del Foro Europeo de la Discapacidad.

En el año 1990, la Comisión Europea aprobó el programa “HORIZON”, como uno de los cuatro capítulos de la iniciativa comunitaria “EMPLEO”; un programa dirigido a mejorar las condiciones de acceso al empleo de las personas con discapacidad y de otros grupos desfavorecidos. HORIZON señala la formación profesional y la adaptación de las

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36 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

infraestructuras a las necesidades de las personas con discapacidad como las herramientas de potenciación de las condiciones de acceso al mercado de trabajo.

Siguiendo la misma lógica que las antes mencionadas Normas Uniformes de las Naciones Unidas, la Comisión Europea adoptó una Comunicación sobre la igualdad de oportunidades de las personas con minusvalías con el título de “Una nueva estrategia comunitaria en materia de minusvalía”,17 que fue refrendada políticamente por el Consejo y los Estados miembros mediante Resolución de diciembre de 1996. Esta estrategia se basa en la integración, cooperación y diálogo político de los temas relacionados con la discapacidad en las políticas generales de la Comunidad Europea a través de un Grupo de Alto Nivel sobre Discapacidad. En materia de empleo, la Comunicación sobre la igualdad de oportunidades de las personas con minusvalías hace énfasis en la necesidad de consolidar medidas que potencien la inserción laboral. Se trata de propiciar la integración de las políticas dirigidas a promover el empleo de las personas con discapacidad en la nueva estrategia general para combatir el desempleo de larga duración y la exclusión económica; aprovechar el potencial de las tecnologías de la información y comunicación para el logro de la igualdad de oportunidades; y utilizar los Fondos Estructurales, especialmente del Fondo Social Europeo, para combatir la exclusión económica y social de las personas con discapacidad.

El mencionado Grupo de Alto Nivel creó un Compendio de las políticas de los Estados miembros en materia de igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad con el objetivo de mejorar la acción coordinada de los diferentes Estados miembros en materia de discapacidad. El Compendio trataba de recoger la necesidad de protección y promoción de los derechos de las personas con discapacidad y la importancia de la sensibilización de la sociedad para superar los problemas de este grupo de personas.

Otro Compendio, pero de contenido relacionado con la integración laboral, fue el que realizaron los Interlocutores Sociales en respuesta a una invitación de la Comisión Europea: el Compendio de buenas prácticas sobre la integración de las personas con discapacidad en el mundo laboral, que fue remitido al Consejo Europeo de Viena en diciembre de 1998. De igual forma, el 19 de mayo de 1999, los mismos Interlocutores adoptaron una Declaración conjunta en la que se destacaba la necesidad de promover el empleo de las personas con discapacidad haciendo hincapié en su incidencia positiva en las empresas.

También respecto al empleo de las personas con discapacidad, cabe destacar que, durante el período de programación 1994-1999 del Fondo Social Europeo (instrumento a través del cual se canaliza principalmente la ayuda financiera de la UE a las personas con discapacidad), los Estados miembros destinaron dotaciones importantes para promover las oportunidades de empleo para las personas con discapacidad. De hecho, hoy en día se siguen apoyando una amplia gama de acciones entre las que cabe destacar los subsidios salariales para favorecer la adquisición de experiencia laboral, los programas de iniciación a la vida profesional, el empleo protegido temporal y otras etapas intermedias de mercado de trabajo, el empleo por cuenta propia y la creación de cooperativas para personas que sufren una discapacidad mental o una discapacidad física grave. Para el último período de programación del FSE (2000-2006), de conformidad con las Directrices para el empleo, se insta a los Estados miembros a emprender iniciativas dirigidas específicamente a las personas con discapacidad, sobre todo en los campos relacionados con la capacidad de inserción profesional y la igualdad de oportunidades para todos.

Por otro lado, el Tratado de Ámsterdam (que entró en vigor el año 1999) supuso un paso decisivo a favor de la igualdad de derechos de las personas con discapacidad a escala

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Instituciones y políticas sociolaborales a favor de los discapacitados 37

comunitaria al incluir en su redacción un artículo general de lucha contra la discriminación, el artículo 13 : “Sin perjuicio de las demás disposiciones del presente Tratado y dentro de los límites de las competencias atribuidas a la Comunidad por el mismo, el Consejo, por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa consulta al Parlamento Europeo, podrá adoptar acciones adecuadas para luchar contra la discriminación por motivos de sexo, de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual.” De conformidad con este artículo, el día 26 de noviembre de 1999 la Comisión Europea adoptó un paquete integrado de medidas contra la discriminación.

Además del artículo 13, la Conferencia Intergubernamental celebrada en Ámsterdam trató de ofrecer a las personas con discapacidad una garantía aún más sólida, para lo que incluyó en el acta final del Tratado de Ámsterdam la Declaración n° 22, que establece que las instituciones comunitarias deben tener en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad al adoptar medidas de aproximación de las legislaciones de los Estados miembros. Con la adopción de esta Declaración, la Conferencia subraya la necesidad de adoptar a escala comunitaria normas que favorezcan la integración.

Como complemento de diferentes iniciativas, la Comunicación de la Comisión de las Comunidades Europeas “Hacia una Europa sin barreras para las personas con discapacidad”, del año 2000, se centra en las políticas comunitarias de particular importancia para el afianzamiento del camino hacia una “Europa sin barreras” para los discapacitados. Esta Comunicación presta especial atención a la necesidad de una coordinación más estrecha entre aspectos relacionados en los ámbitos del empleo, la educación y la formación profesional, los transportes, el mercado interior, la sociedad de la información, las nuevas tecnologías y la política de los consumidores. También hace ver que la movilidad es un elemento de vital importancia para que toda persona pueda tomar parte en el mundo económico y laboral y que la ausencia de movilidad condiciona el derecho a participar en el mercado laboral de las personas con discapacidad.

En cuanto a la discriminación a la que se enfrentan las personas con discapacidad en el mercado del trabajo, la iniciativa comunitaria EQUAL (2000-2006) aborda este problema, siendo un instrumento comunitario para apoyar la Estrategia Europea por el Empleo (establecida en el Tratado de Ámsterdam) y los Planes Nacionales de Acción para el Empleo. El objetivo de la iniciativa es establecer una cooperación transnacional que promueva nuevos medios para combatir todas las formas de discriminación y desigualdad en el mercado de trabajo. EQUAL presenta actividades estructuradas en cuatro pilares de la estrategia para el empleo, que son: capacidad de inserción, espíritu de empresa, adaptabilidad y la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres.

Por último, dentro del ámbito europeo y respecto a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad, el Consejo de la Unión Europea, en una Resolución de 1999 relativa a la igualdad de oportunidades laborales de las personas con minusvalías, instó a los Estados miembros a que pusieran especial énfasis en fomentar las oportunidades de empleo de las personas minusválidas y adoptasen las medidas preventivas y activas apropiadas. Éstas deberían estar destinadas a fomentar de modo específico la integración de los minusválidos en el mercado laboral, tanto en el sector privado como en el sector público, en el marco de sus políticas nacionales de empleo y en colaboración con los interlocutores sociales y las organizaciones no gubernamentales de minusválidos. Esta Resolución afirmaba que la igualdad de oportunidades para el empleo para las personas con discapacidad se mejoraría si se concediese una atención específica a algunas cuestiones críticas tales como la contratación

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38 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

y conservación de empleados en sus puestos, la capacitación, la formación continua y perfeccionamiento, la protección contra el despido injusto y la adaptabilidad del puesto de trabajo.

2. Ámbito nacional Ya en la Constitución Española se reconoce la igualdad de derechos de los

discapacitados, no pudiendo existir ningún tipo de discriminación por motivo de discapacidad. Así, el artículo 14 de la Constitución prohíbe la discriminación por cualquier circunstancia personal y social.

Siguiendo en los dictados de la Constitución, el artículo 49 recoge la obligación de los poderes públicos de realizar una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, psíquicos y sensoriales. Los poderes públicos deben prestar la atención especializada que requieran y ampararles especialmente en el disfrute de los derechos que la propia Constitución otorga a todos los ciudadanos. Este precepto, que específicamente reconoce las necesidades de los discapacitados, es la base sobre la que se asienta toda adopción de medidas sociolaborales en materia de discapacidad. Igualmente, el artículo 35 de la Constitución reconoce el derecho al trabajo en condiciones de igualdad real y efectiva. En resumen, la máxima norma estatal obliga a la Administración Central del Estado, a las Comunidades Autónomas, a las Corporaciones Locales, a los sindicatos y a todos los organismos públicos y asociaciones, a participar de forma activa y efectiva, cada uno en su ámbito correspondiente, para prestar todos los recursos necesarios para el completo reconocimiento de los discapacitados respecto a sus derechos (igualdad, educación, trabajo, asociación, etc.) así como para su completa realización personal e integración social.

La previsión contenida en el artículo 49 de la Constitución Española es el fundamento sobre el que se desarrolla la Ley 13/1982 de 7 de abril de Integración de los Minusválidos. La LISMI, cuyo articulado está inspirado en las antes mencionadas “Declaración de los Derechos del Retrasado Mental” y “Declaración de los Derechos de los Impedidos” (Naciones Unidas), es la verdadera piedra angular de toda política de integración laboral de las personas con discapacidad en España. La LISMI establece la base de las políticas de integración laboral de las personas con discapacidad en España, siendo su objetivo primordial la integración de los minusválidos en el sistema de empleo ordinario o, en su defecto, su incorporación en el sistema de empleo protegido.

En el año 1992 se creó una Comisión Parlamentaria cuyo fin era la evaluación general de la política sobre minusválidos llevada a cabo hasta entonces. A partir de esta Comisión surge una nueva fase de políticas activas cuyo objetivo fue lograr la integración social a través de la participación en el mercado de trabajo normalizado. Se crearon varias políticas de empleo para las personas con discapacidad puestas en práctica en los años siguientes. Se destacan los siguientes:

En el Plan de Acción para las Personas con Discapacidad 1997-2002 (Ministerio de Asuntos Sociales) se incluyeron programas para la rehabilitación laboral, para la colocación e integración en el mercado de trabajo y para la protección social y económica de los discapacitados. También se incluía la creación de servicios públicos específicos de información, orientación y promoción de empleo de trabajadores discapacitados. Generalizando, el Plan de Acción estaba orientado a la mejora de la transición desde el colegio al trabajo y desde los Centros Especiales al empleo ordinario.

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Instituciones y políticas sociolaborales a favor de los discapacitados 39

El Programa Plurianual de Empleo del Reino de España, aprobado por el Consejo de Ministros del día 15 de septiembre de 1997, respondía al mandato del Consejo Europeo de Essen (1994) de presentar periódicamente propuestas para la lucha contra el desempleo y favorecer el empleo. En este Programa se recogían medidas y orientaciones para la mejora de la integración en el mercado de trabajo, configurándose como el marco orientador de las políticas a desarrollar en nuestro país durante los cuatro años siguientes. Con estas medidas se pretendía incentivar la contratación bajo las modalidades de formación y aprendizaje, así como la contratación tanto permanente como temporal. También se proponía una mayor relevancia institucional de las organizaciones representantes de los discapacitados y una mejora de las medidas derivadas de la LISMI.

En cuanto al Plan de Medidas Urgentes para el Fomento del Empleo de las Personas con Discapacidad de 1997, surgió de un acuerdo entre el Comité Español de Representantes de Minusválidos18 (CERMI) y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Este Plan contenía un total de 26 medidas, articuladas en cuatro grandes bloques referidos a la participación institucional, la formación profesional, la intermediación laboral y la contratación e inserción laboral. En opinión de las partes firmantes, este Plan fue cumplido en su totalidad, dando pie a la creación del II Plan de Empleo MTAS-CERMI 2002-2004,19 suscrito en Madrid el día 3 de diciembre de 2002, mediante el llamado “Acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y el CERMI sobre medidas para mejorar las oportunidades de empleo de las personas con discapacidad”, que incluye medidas relativas a la intermediación laboral, la formación, la contratación, la promoción de la iniciativa empresarial, la adecuación del entorno social y laboral, y la lucha contra la discriminación. El (ambicioso) fin último del II Plan de Empleo MTAS-CERMI es la consecución del pleno empleo de las personas con discapacidad.

Otra fuente importante de medidas relacionadas con la discapacidad y el mercado de trabajo la conforman los Planes Nacionales de Acción para el Empleo del Reino de España. Como ejemplos del contenido de Planes relativamente recientes, en el Plan de 1998 destacaban unas medidas de refuerzo de la política de igualdad de oportunidades y la creación de servicios de intermediación laboral específicos para personas con discapacidad. Lo más relevante del Plan de 1999, fue la propuesta de preparación de una Ley de Inserción Sociolaboral con el objetivo principal de fomentar la integración de las personas socialmente excluidas o con riesgo de exclusión social, así como la mejora del acceso al mercado laboral a través del aumento de la empleabilidad y de las ayudas financieras para su contratación.

Situándonos en el Plan del año 2000, su directriz novena se orientaba hacia el desarrollo de actuaciones y medidas de apoyo, por parte del Gobierno, para discapacitados, inmigrantes y colectivos desfavorecidos, siempre en colaboración con las Administraciones implicadas, los Interlocutores Sociales, las organizaciones representativas del sector y las Organizaciones No Gubernamentales. Entre las medidas incluidas en el Plan de 2000 destacaba un Programa de fomento del empleo para trabajadores discapacitados que establecía, entre otras medidas, menores cotizaciones para la contratación de personas con discapacidad. También cabe destacar la propuesta de creación de medidas alternativas de carácter excepcional al cumplimiento de la cuota de reserva del 2% a favor de los trabajadores discapacitados en empresas de 50 o más trabajadores.20 Finalmente desarrolladas por el Real Decreto 27/2000 de 14 de enero, estas medidas se basan, bien en donaciones económicas por parte de las empresas para la promoción de la inserción laboral y

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40 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

la formación de trabajadores discapacitados, bien en la compra de bienes o servicios a Centros Especiales de Empleo.

El Plan Nacional de Acción para el Empleo de 2001 proponía luchar contra la discriminación y promover la integración social mediante el acceso al empleo (directriz séptima). Respecto del colectivo de personas con discapacidad, este Plan proponía, al igual que el Plan del año anterior, un programa de fomento del empleo que estableciese menores cotizaciones para la contratación de este colectivo. También se propuso un tratamiento fiscal favorable para los discapacitados que perdiesen su empleo y optaran por el autoempleo (pudiendo aportar su derecho por desempleo al lanzamiento de su proyecto de autoempleo) y el impulso de la cuota de reserva del 2% y de las medidas alternativas, así como la mejora de la gestión de la intermediación laboral mediante un nuevo modelo de coordinación INEM-IMSERSO-CC.AA. que facilitase la valoración, orientación profesional e inserción laboral de los trabajadores minusválidos en función de sus capacidades reales de trabajo. Cabe destacar también la propuesta de desarrollo de Programas de educación especial para discapacitados en su formación inicial, cuando la discapacidad impidiese su integración en el sistema educativo ordinario, así como el deseo de atención preferente a las necesidades de los minusválidos en los programas vinculados con la Sociedad de la Información y con la promoción del uso de las nuevas tecnologías de la información.

Por último, el Plan del año 2002,21 dentro del apartado dedicado a la discriminación e inclusión social (directriz séptima), propuso medidas tales como un Programa de fomento del empleo para trabajadores discapacitados para el año 2002 (que preveía la contratación de 19.000 trabajadores y una inversión de 50.800.000 euros), medidas de apoyo a la contratación en empresas ordinarias y Centros Especiales de Empleo y apoyo al autoempleo, así como el mantenimiento de la prioridad de los trabajadores discapacitados dentro de los criterios de atención preventiva para su incorporación en programas de empleo y formación. También se planificaba el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Comité Español de Representantes de Minusválidos para poner en marcha el llamado “Plan de empleo para las personas con discapacidad en el siglo XXI”, acuerdo que, finalmente, daría lugar al ya comentado II Plan de Empleo MTAS-CERMI.

En otro orden de cosas, es preciso mencionar, dentro de este marco normativo de las políticas sociolaborales de ámbito nacional, los Planes Nacionales de Acción para la Inclusión Social del Reino de España, fruto de la colaboración de las distintas Administraciones Públicas españolas (estatal, autonómica y local), así como de las aportaciones de distintos Organismos y Entidades (Fundaciones y Asociaciones) y de los Agentes Sociales. El primero de estos Planes fue el Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social Junio 2001-Junio 2003.

El II Plan Nacional para la Inclusión Social del Reino de España 2003-200522 ha sido elaborado según las directrices del Comité de Protección Social acordadas en los Consejos Europeos de Lisboa, Niza y Copenhague. Incluye un total de 261 medidas y actuaciones estructuradas alrededor de cuatro objetivos, similares a los recogidos en el Plan anterior: Fomentar la participación en el empleo y el acceso a los recursos sociales existentes de las personas en situación o riesgo de exclusión (en referencia a la garantía de recursos, los servicios sociales de atención primaria, el acceso a la vivienda, el acceso a la educación y el acceso a la salud); prevenir los riesgos de exclusión aprovechando los instrumentos de la sociedad de información, aplicando políticas que eviten aquellas situaciones que puedan desembocar en exclusión y preservando la solidaridad familiar; actuar a favor de los grupos

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más vulnerables; y movilizar a todos los agentes implicados promoviendo la participación de los afectados y la coordinación de todos los agentes públicos y privados.

De entre las actuaciones más relevantes previstas en el Plan para la Inclusión social 2003-2005 en referencia a las personas con discapacidad destacan: Respecto al acceso al empleo, el incremento hasta el 4% del cupo reservado para personas con discapacidad en las ofertas de empleo público, así como la reducción de la temporalidad en el empleo a través del fomento de la contratación indefinida. Respecto a la garantía de recursos, la reducción en un 2%, durante el periodo de vigencia del plan, del número de personas con una renta inferior al 60% de la media de ingresos, así como el incremento de los recursos presupuestarios y la cuantía económica de las rentas mínimas de inserción (sufragadas por las CC.AA.) hasta alcanzar el 70% del Salario Mínimo Interprofesional. Y relacionadas con la educación, se favorece la acogida de un mayor número de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social en toda la red de centros escolares, evitando su concentración.

Fijándonos ahora en el ámbito legislativo más reciente, encontramos la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad,23 cuyo objetivo es establecer medidas para garantizar y hacer efectivo el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad. Esta Ley es aplicable en las telecomunicaciones y en la sociedad de la información, en espacios públicos urbanizados, infraestructuras y edificación, así como en transportes, en bienes y servicios a disposición del público y respecto de las relaciones con las Administraciones públicas.

Por último el Plan Nacional de Accesibilidad 2004-2012, aprobado por el Consejo de Ministros del 25 de julio de 2003, pretende ser un marco estratégico de acciones para conseguir que los entornos, productos y servicios nuevos se realicen de forma accesible al máximo número de personas, y que aquellos ya existentes se adapten convenientemente. Sus cinco objetivos principales son: Promocionar la accesibilidad y la cultura del “diseño para todos”; introducir la accesibilidad en la gestión de la acción pública; consolidar un sistema de normas legales y técnicas para la promoción de la accesibilidad; promover actuaciones de accesibilidad de carácter innovador y modélico; y promover la accesibilidad en las Nuevas Tecnologías.

En cuanto a las líneas de actuación aparecen: Concienciación y formación; legislación, normas técnicas y guías; promoción de la investigación, innovación y calidad; planes y programas; y la promoción de la participación. El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales prevé, dentro del Plan de Accesibilidad, la realización de 624 proyectos en materia de accesibilidad arquitectónica y urbanística para la elaboración de planes especiales de accesibilidad y la ejecución de obras en colaboración con corporaciones locales y otras entidades.

C. EL AÑO EUROPEO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD 2003

Como final de este capítulo sobre el marco normativo de las políticas sociolaborales a

favor de las personas con discapacidad, es interesante dedicar un apartado al Año Europeo de las Personas con Discapacidad (2003), tanto por su relevancia como marco de diferentes medidas normativas, como también por haber sido una fuente de iniciativas y proyectos (normativos o no) de primer nivel en el ámbito europeo.

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42 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

Por Decisión del Consejo de la Unión Europea de 3 de diciembre de 2001,24 se declaró el 2003 como Año Europeo de las personas con discapacidad, una decisión que ofreció a las personas con discapacidad de la Unión Europea la oportunidad de incluir sus derechos entre las prioridades de la Unión y sus Estados miembros. El fin principal de esta iniciativa fue aumentar la concienciación sobre los derechos de protección contra la discriminación de las personas con discapacidad. Entre sus objetivos, marcados por el Consejo de la Unión Europea, destacan (literalmente):

• La sensibilización sobre el derecho de las personas con discapacidad a verse protegidas

frente a la discriminación y a disfrutar plena y equitativamente de sus derechos. • Fomentar la reflexión y el debate sobre las medidas necesarias para promover la igualdad

de oportunidades de las personas con discapacidad en Europa. • Promover el intercambio de experiencias sobre buenas prácticas y estrategias de probada

eficacia a escala local, nacional y europea. • Reforzar la cooperación entre todas las partes implicadas, en particular los gobiernos, los

interlocutores sociales, las ONG, los servicios sociales, el sector privado, las asociaciones, el sector del voluntariado, las personas con discapacidad y sus familias.

• Mejorar la comunicación sobre la discapacidad y promover una imagen positiva de las personas con discapacidad.

• La sensibilización sobre la heterogeneidad de las formas de discapacidad y sus múltiples manifestaciones.

• La sensibilización sobre las múltiples formas de discriminación a las que se enfrentan las personas con discapacidad.

• Dedicar especial atención a la sensibilización sobre el derecho de los niños y jóvenes con discapacidad a la igualdad de enseñanza, de manera que se favorezca y apoye su plena integración en la sociedad y se fomente el desarrollo de una cooperación europea entre los profesionales de la enseñanza de los niños y jóvenes con discapacidad, a fin de mejorar la integración de los alumnos y estudiantes con necesidades específicas en los centros de intercambio nacionales y europeos.

Cada Estado miembro de la Unión Europea fue responsable de la coordinación y la

aplicación a escala nacional de las medidas previstas por la Decisión del Consejo de la Unión Europea, para lo que debieron crear o designar un organismo nacional de coordinación, un organismo representativo de las diversas organizaciones que se expresan en nombre de las personas con discapacidad y de las demás partes que actúan en ese sector. En España, el Real Decreto 775/2002, de 26 de julio, creó el Comité Español de Coordinación para el Año Europeo de las personas con discapacidad, adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, y en el que estaban representadas todas las instancias, tanto públicas como privadas, implicadas en el desarrollo de las políticas relacionadas con las personas con discapacidad en el ámbito del Estado español. Presidido por el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, la Constitución del Comité se realizó el día 3 de diciembre de 2002.

Con el objetivo de crear un marco conceptual de acción en todos los niveles para el Año Europeo de las personas con discapacidad, más de 600 participantes procedentes de 34 países diferentes plasmaron, durante el Congreso Europeo sobre las Personas con Discapacidad celebrado en Madrid entre los días 20 y 23 de marzo de 2002 (bajo el lema "No discriminación + Acción positiva = Integración"), la que se ha dado en llamar

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Instituciones y políticas sociolaborales a favor de los discapacitados 43

Declaración de Madrid,25 una Declaración en la que se establece una visión general descrita por contraste con la visión que aspira a reemplazar:

a) Abandonar la concepción de las personas con discapacidad como sujetos de caridad… y

tomar conciencia de las personas con discapacidad como sujetos titulares de derechos. b) Abandonar la concepción de las personas con discapacidad como pacientes… y tomar

conciencia de las personas con discapacidad como ciudadanos independientes y consumidores.

c) Abandonar la concepción que otorga a los profesionales el papel de tomar decisiones en nombre de las personas con discapacidad… y tomar conciencia de la capacidad de las personas con discapacidad de sus organizaciones para tomar las decisiones y asumir la responsabilidad sobre los temas que les conciernen.

d) Abandonar la concepción de un enfoque sobre los déficits individuales… y tomar conciencia de la eliminación de barreras, la creación de normas sociales, políticas, culturas y la promoción de un entorno accesible y de apoyo.

e) Abandonar la concepción de etiquetar a las personas como dependientes, no empleables… y tomar conciencia de la necesidad de poner el énfasis en la capacidad y la provisión de medidas activas de apoyo.

f) Abandonar la concepción de diseñar los procedimientos económicos y sociales para unos pocos… y tomar conciencia de un mundo flexible diseñado para todas las personas.

g) Abandonar la concepción de una segregación innecesaria en la educación, el empleo y otras esferas de la vida… y tomar conciencia de la integración de las personas con discapacidad dentro de la corriente mayoritaria.

h) Abandonar la concepción de la política de discapacidad como un asunto que afecta a ministerios específicos solamente… y tomar conciencia de su inclusión como una responsabilidad colectiva de todo el gobierno.

Así también, en el preámbulo de la Declaración se sientan unos principios básicos que

rigen todo el desarrollo de la misma y, por ende, del Año Europeo de las personas con discapacidad:

La discapacidad es una cuestión de derechos humanos: Las personas con

discapacidad son titulares de los mismos derechos fundamentales que el resto de los ciudadanos. Todas las comunidades deben celebrar la diversidad en el seno de sí mismas, y deben asegurar que las personas con discapacidad puedan disfrutar de las distintas clases de derechos humanos: civiles, políticos, sociales, económicos y culturales reconocidos por las distintas Convenciones internacionales, el Tratado de la Unión Europea y en las Constituciones nacionales.

Las personas con discapacidad desean la igualdad de oportunidades y no la caridad:

Los viejos enfoques basados en gran medida en la compasión y en la indefensión se consideran inaceptables. La acción gira hacia una concepción global que aboga por la modificación de la sociedad para incluir y acomodar las necesidades de todos los ciudadanos, incluidas las personas con discapacidad. Las personas con discapacidad reclaman la igualdad de oportunidades y de acceso a los recursos sociales, como, por ejemplo, el trabajo, una educación integradora, el acceso a las nuevas tecnologías, los

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44 CONCEPTOS, ESTADÍSTICAS E INSTITUCIONES

servicios sociales y sanitarios, el deporte y actividades de ocio, y a productos, bienes y servicios de consumo.

Las barreras sociales llevan a la discriminación y a la exclusión social. La forma en

la que a menudo están organizadas nuestras sociedades lleva a que las personas con discapacidad no sean capaces de ejercer plenamente sus derechos fundamentales y sean excluidos socialmente. Gran número de personas discapacitadas se encuentran viviendo en situaciones de pobreza extrema en comparación con los ciudadanos no discapacitados.

Personas con discapacidad: los ciudadanos invisibles. La discriminación contra las

personas con discapacidad puede producirse en ocasiones a causa de los prejuicios de la sociedad hacia ellos, pero más a menudo está causada por el hecho que las personas con discapacidad han sido largamente olvidadas y ignoradas, y esto se manifiesta en la creación y refuerzo de barreras ambientales y de actitud social que impiden a las personas con discapacidad tomar parte activa en la sociedad.

Las personas con discapacidad forman un grupo diverso. Como en todos los ámbitos

de la sociedad, las personas con discapacidad forman un grupo muy variado de personas; y únicamente funcionarán aquellas políticas que respeten esta diversidad.

No discriminación + Acción positiva = Inclusión social. La Carta Europea de

Derechos Fundamentales, reconoce que, para lograr la igualdad para las personas con discapacidad, el derecho a no ser discriminado debe ser complementado con el derecho a beneficiarse de medidas diseñadas para garantizar su independencia, integración y participación en la vida social; y esta síntesis fue el principio rector del Congreso de Madrid de 2002.

Durante todo el año 2003 se desarrollaron múltiples actividades y actos en los

distintos países participantes,26 quedando los Estados miembros conectados entre sí mediante una “marcha” organizada por la Comisión de las Comunidades Europeas que atravesó toda Europa con el reclamo de "Sube a bordo-Get on board". Un autobús especialmente diseñado para el Año Europeo de las personas con discapacidad viajó a lo largo de la geografía de los quince países de la Unión, comenzando su andadura el mes de enero de 2003 en Atenas (Grecia) y concluyendo con la “marcha” en Italia en el mes de diciembre. La visita del Autobús del Año Europeo a España se produjo entre los días 27 de febrero y 31 de marzo de 2003. En colaboración con el movimiento asociativo de personas con discapacidad de cada ciudad que visitó, el autobús desarrolló distintas actividades: exposición fotográfica, exposición de personajes famosos con discapacidad, proyección de videos, concurso de redacción "Carta a un discapacitado", libro de firmas, atención al público, regalos y detalles promocionales, etc.

Así también, se habilitó una página web oficial del Año Europeo de las Personas con Discapacidad (http://www.eypd2003.org) que recoge tanto la generalidad de los actos que se desarrollen en los distintos Estados miembros, como un foro virtual de debate, encuentro y participación de sus usuarios.

Page 50: Trabajo y discapacidad

SEGUNDA PARTE

PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

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La protección económica de las personas con discapacidad 47

CAPÍTULO III

LA PROTECCIÓN ECONÓMICA DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

STE CAPÍTULO está dedicado a las pensiones, subsidios y ayudas económicas a las que pueden tener derecho las personas con discapacidad en España. Se distingue entre

prestaciones económicas básicas para la atención de necesidades esenciales (pensiones por incapacidad, prestaciones familiares, etc.) y para la atención de necesidades específicas (subsidios por movilidad y gastos de transporte, por ayuda de tercera persona, etc.).

A. PRESTACIONES ECONÓMICAS BÁSICAS PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES

ESENCIALES

En este apartado se recogen todas aquellas pensiones y prestaciones, abonadas por la Seguridad Social y por el Estado, que han sido reconocidas a su beneficiario ante una situación de discapacidad que pueda especificarse como una invalidez contributiva o no contributiva, y en concreto: Pensiones contributivas de incapacidad de la Seguridad Social (PCSS); Pensiones contributivas de incapacidad del Estado (PC Clases Pasivas); Pensiones no contributivas de invalidez de la Seguridad Social (PNC SS); Prestaciones no contributivas de incapacidad del Estado (PNC Estado), en las que se encuadran las pensiones asistenciales (PAS) y el subsidio de garantía de ingresos mínimos establecido por la LISMI (PNC Estado); y Prestaciones familiares de la Seguridad Social en su modalidad contributiva y no contributiva (PFHN).

Gráfico 3.1: Porcentaje de cada prestación sobre el gasto total en prestaciones económicas para la atención de necesidades esenciales en el año 2001

Fuente: La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

E

72,36%

10,63%

8,82% 2,77% 5,41%PCSSPC Clases PasivasPNC SSPNC EstadoPFHC

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48 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

Como puede verse en el gráfico anterior, referido al total del gasto en prestaciones incluidas en este apartado, y para hacernos una idea del “peso” de cada una de estas prestaciones en nuestros días, en el año 2001 se observa una clara preeminencia de la protección contributiva, a las que se destinó cerca del 83% del gasto total en prestaciones, repartido entre el pago de las Pensiones contributivas de la Seguridad Social (72,36%) y de las Pensiones contributivas de incapacidad del Estado (10,63% del total).

1. Nivel contributivo

Pensiones contributivas de incapacidad de la Seguridad Social27

La Pensión por incapacidad permanente es una prestación económica que, en su modalidad contributiva, trata de cubrir la pérdida de rentas salariales o profesionales que sufre una persona al ver reducida su capacidad laboral (presumiblemente de forma definitiva) por un proceso patológico o traumático derivado de una enfermedad o accidente. La incapacidad permanente se configura como la situación del trabajador que, después de haber estado sometido a tratamiento médico y de haber sido dado de alta, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, susceptibles de determinación objetiva y previsiblemente definitivas, que disminuyan o anulen su capacidad laboral.28

La incapacidad permanente habrá de derivarse de la situación de incapacidad temporal,29 salvo que afecte a quienes carezcan de protección en cuanto a dicha incapacidad temporal, bien por encontrarse en una situación asimilada a la de alta en la Seguridad Social que no la comprenda, bien en los supuestos de asimilación a trabajadores por cuenta ajena en los que se dé la misma circunstancia, o bien en los casos de acceso a la incapacidad permanente desde la situación de no alta. El hecho de padecer discapacidades antes de la fecha de afiliación a la Seguridad Social no impide la calificación de la situación de incapacidad permanente, cuando dichas discapacidades se agraven provocando una disminución o anulación de la capacidad laboral. La incapacidad permanente puede calificarse en los siguientes grados:

• Incapacidad permanente parcial para la profesión habitual: Definida como aquella que,

sin alcanzar el grado de total, ocasiona al trabajador una disminución en su rendimiento normal para dicha profesión no inferior al 33%, sin impedirle la realización de las tareas fundamentales de la misma.

• Incapacidad permanente total para la profesión habitual: Aquella que inhabilita al trabajador para la realización de todas las tareas de su profesión (o al menos las fundamentales), siempre que pueda dedicarse a otra distinta.

• Incapacidad permanente absoluta para todo trabajo: Es la incapacidad que inhabilita por completo al trabajador para toda profesión u oficio.

• Gran invalidez: La situación del trabajador afectado por una incapacidad permanente y que, por consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesite la asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida, tales como vestirse, desplazarse, comer o análogos.

Cada uno de estos grados en que se clasifica la incapacidad permanente dará derecho,

en su caso, y dependiendo del Régimen de la Seguridad Social, a la correspondiente

Page 54: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 49

prestación económica por incapacidad permanente. Las características más relevantes de cada tipo de pensión, dentro del Régimen General de la Seguridad Social son:

a) Pensión de incapacidad permanente parcial

En general, los beneficiarios de esta prestación son aquellas personas incluidas en el Régimen General de la Seguridad Social (afiliadas y en alta) declaradas en situación de incapacidad permanente parcial, independientemente de la contingencia que la origine, siempre que tengan menos de 65 años y/o no reúnan los requisitos exigidos para acceder a la Pensión de jubilación contributiva. Además, para tener acceso a esta pensión, si la incapacidad deriva de enfermedad común, es necesario tener cubierto un período previo de cotización, de 1.800 días en los 10 años inmediatamente anteriores a la fecha en que se haya extinguido la incapacidad temporal de la que derive la incapacidad permanente. En cambio, si la incapacidad deriva de accidente, sea o no laboral, o de enfermedad profesional, no se exige período previo de cotización.

En cuanto a la cuantía y cobro, la Pensión por incapacidad permanente parcial es una indemnización a tanto alzado igual a 24 mensualidades de la base reguladora,30 se abona en un pago único y está sujeta a tributación (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas).

Es preciso apuntar que la pensión por incapacidad permanente parcial es compatible con el desarrollo de cualquier actividad laboral, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia, incluso con el mantenimiento del trabajo que se viniera desarrollando.

b) Pensión por incapacidad permanente total

Los beneficiarios de esta pensión son, en general, aquellas personas afiliadas y en alta en el Régimen General de la Seguridad Social declaradas en situación de incapacidad permanente total, cualquiera que sea la contingencia que la origine, siempre que cumplan con ciertos requisitos: Tener menos de 65 años y/o no reúnan los requisitos exigidos para acceder a la Pensión de jubilación contributiva; y deben tener cubierto un periodo previo de cotización, si la incapacidad deriva de enfermedad común, que varía según la edad, en función de que el interesado sea menor o mayor de 26 años.

Respecto a la cuantía, como norma general supone el 55% de la base reguladora31 que varía según el origen de la incapacidad permanente total. Este porcentaje puede incrementarse en un 20% más para los mayores de 55 años cuando se presuma una dificultad de obtener empleo en una actividad distinta de la que les es habitual, debida a su falta de formación general o especializada y a las circunstancias sociales y laborales de su lugar de residencia.

Las pensiones derivadas de enfermedad común y accidente no laboral se abonan en 14 pagas (una por cada uno de los meses del año y dos pagas extraordinarias al año). En cambio, las pensiones derivadas de accidente de trabajo y enfermedad profesional se abonan en 12 mensualidades, ya que las pagas extraordinarias están prorrateadas dentro de las mensualidades ordinarias. La prestación también puede consistir en una Indemnización a tanto alzado, siempre que se cumpla que: se trate de un trabajador menor de 60 años; se presuma que las lesiones determinantes de la incapacidad no son susceptibles de modificación; el beneficiario realice trabajos por cuenta propia o por cuenta ajena, o se acredite que el importe de la indemnización se invertirá en la preparación o desarrollo de

Page 55: Trabajo y discapacidad

50 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

nuevas fuentes de ingreso como trabajador autónomo; y que se solicite dentro de los 3 años siguientes a la fecha de la resolución o sentencia firme que le reconozca el derecho a la pensión o, si fuese menor de 21 años de edad en dicha fecha, dentro de los 3 años siguientes al día en que cumpla dicha edad. En el caso de esta indemnización, la cuantía de la prestación alcanza, siguiendo una escala, un máximo de 84 mensualidades de la pensión para beneficiarios con menos de 54 años de edad y un mínimo de 12 mensualidades para los de 59 años.

Por último, la pensión por incapacidad permanente total es compatible con la realización de cualquier trabajo por cuenta ajena o propia en la misma empresa o en otra distinta; pero incompatible con el desempeño del mismo puesto en la empresa.

c) Pensión por incapacidad permanente absoluta

En este caso, los beneficiarios son las personas afiliadas y en situación de alta en el Régimen General de la Seguridad Social declaradas en situación de incapacidad absoluta, cualquiera que sea la contingencia que la origine, siempre que reúnan los siguientes requisitos: Si la incapacidad deriva de contingencias comunes, deben tener menos de 65 años en la fecha del hecho causante y/o no reunir los requisitos exigidos para acceder a la Pensión de jubilación contributiva del Sistema; y si la incapacidad permanente deriva de enfermedad común o, de accidente no laboral y el interesado no se encuentra en situación de alta ni asimilada, deben tener cubierto un período previo de cotización.

La cuantía de la pensión se obtiene aplicando a la base reguladora32 el porcentaje correspondiente que, en este caso, es del 100%. Este porcentaje puede aumentarse entre un 30% y un 50% en los casos de accidente de trabajo o enfermedad profesional, según la gravedad de la falta, cuando la lesión se produzca por máquinas, artefactos o en instalaciones, centros o lugares de trabajo que carezcan de los dispositivos de precaución reglamentarios o los tengan inutilizados o en malas condiciones, o cuando no se hayan observado las medidas de seguridad e higiene en el trabajo, o las elementales de salubridad o las de adecuación personal a cada trabajo, habida cuenta de sus características y de la edad, sexo y demás condiciones del trabajador. Este recargo recae directamente sobre el empresario infractor.

Al igual que en el caso de la Pensión por incapacidad total, las pensiones derivadas de enfermedad común y accidente no laboral se abonan en 14 pagas, una por cada uno de los meses del año y dos pagas extraordinarias al año. Igualmente, las pensiones derivadas de accidente de trabajo y enfermedad profesional se abonan en 12 mensualidades, ya que las pagas extraordinarias están prorrateadas dentro de las mensualidades ordinarias, al haber sido tenidas en cuenta para el cálculo de la base reguladora de la pensión.

Las pensiones de incapacidad permanente absoluta están exentas de retención del Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF); y el hecho de percibir una Pensión por incapacidad permanente absoluta no impide el ejercicio de aquellas actividades, sean o no lucrativas, compatibles con el estado de invalidez y que no representen un cambio en su capacidad de trabajo a efectos de revisión.

Page 56: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 51

d) Gran invalidez

Por último, los beneficiarios de esta pensión son aquellas personas incluidas en el Régimen General declaradas en situación de gran invalidez, cualquiera que sea la contingencia que la origine, siempre que cumplan los mismos requisitos exigibles de edad y período de cotización que en el caso de la Pensión por invalidez permanente absoluta.

La cuantía de la pensión se obtiene aplicando a la base reguladora33 el porcentaje correspondiente: en general será de un 100%, incrementado en un 50% destinado a remunerar a la persona que atienda al gran inválido. A petición de la persona con gran invalidez o de sus representantes legales, podrá autorizarse, siempre que se considere conveniente en beneficio del mismo, la sustitución del incremento del 50% por su alojamiento y cuidado en régimen de internado en una institución asistencial pública del Sistema de la Seguridad Social, financiada con cargo a sus presupuestos.

Al igual que en el caso anterior, en los casos de accidente de trabajo o enfermedad profesional, las pensiones podrán aumentarse entre un 30% y un 50% cuando la lesión se produzca por infracción del empresario en materia de prevención de riesgos laborales. A efectos del cálculo del recargo, se excluye el 50% destinado a remunerar a la persona que atienda al gran inválido.

El abono de las pensiones por gran invalidez es similar al de las anteriores de invalidez total y absoluta, quedando, al igual que estas últimas, exentas de retención del IRPF. La Pensión por gran invalidez tampoco impide el ejercicio de aquellas actividades, sean o no lucrativas, compatibles con el estado de la persona con discapacidad (invalidez) y que no representen un cambio en su capacidad de trabajo a efectos de revisión.

Hasta este punto sólo se ha desarrollado el tratamiento de este tipo de prestaciones dentro del Régimen General de la Seguridad Social, por lo que es necesario, como mínimo, hacer una breve referencia genérica al tratamiento que sobre las mismas hacen los Regímenes Especiales, en los que los requisitos generales para causar derecho a la prestación de incapacidad permanente son, en cada caso:

• Estar en alta o en situación asimilada al alta en el Régimen correspondiente. No obstante,

se puede causar derecho a pensiones de incapacidad permanente absoluta o gran invalidez, derivadas de contingencias comunes, desde la situación de no alta.

• Estar al corriente en el pago de las cuotas, de las que sean responsables directos los trabajadores.

• Reunir las condiciones para la inclusión en el censo agrario. Este requisito se exige únicamente en el Régimen Especial Agrario.

Hay que tener muy en cuenta que, cuando los beneficiarios cumplen la edad de 65

años, las pensiones de incapacidad permanente pasan a denominarse pensiones de jubilación, sin que esta nueva denominación implique modificación alguna respecto de las condiciones de la prestación que vengan percibiendo, ni alteración del régimen jurídico de las prestaciones que puedan derivarse de ellas.

Además de las prestaciones anteriores, dentro del Sistema de la Seguridad Social, también están las llamadas Pensiones del Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez, que es un Régimen a extinguir que da derecho a pensiones imprescriptibles, vitalicias y de cuantía fija que se abonan en 14 mensualidades al año, a las que tienen acceso los que cumplan: que la

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52 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

invalidez sea absoluta y permanente para la profesión habitual y sea la causa determinante del cese en el trabajo; que no sea por causa imputable al trabajador o derivada de un accidente de trabajo o enfermedad profesional indemnizables; acreditar 1.800 días de cotización al Seguro de Vejez e Invalidez (SOVI) antes del 1-1-67 (no considerándose válida, a estos efectos, la mera afiliación al extinguido Régimen de Retiro Obrero); no tener derecho a ninguna otra pensión a cargo de los Regímenes que integran el Sistema de la Seguridad Social o a sectores laborales pendientes de integración en el mismo; y tener 50 años cumplidos (no obstante, si la invalidez está constituida por la pérdida total de movimientos en las extremidades superiores o inferiores, o pérdida total de visión, o enajenación mental incurable, se reconoce a partir de los 30 años).

Gráfico 3.2: Evolución del número de beneficiarios y gasto en Pensiones contributivas de incapacidad de la Seguridad Social (PCSS)

0

200

400

600

800

1.000

1.200

1.400

1.600

1.800

Bene

ficia

rios

(mile

s)

0

2

4

6

8

10

12 Millones de euros (m

iles)

Pensionistas 1.581.4181.602.484 1.628.6021.654.5681.667.9181.677.3321.694.453 811.447 800.629 796.437 790.333 788.169

Gasto 6.234,09 6.849,27 7.587,97 8.289,88 8.837,87 9.496,99 10.185,0610.648,11 5.591,59 5.762,74 6.180,27 6.410,72

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

- En el año 1993 se procede a la integración del régimen especial de la Seguridad Social de la Administración Local en el Régimen General de la Seguridad Social. - Los datos reflejados en este gráfico son el resultado de la suma de los registros del Instituto Social de la Marina y del Instituto Nacional de la Seguridad Social, ofreciendo así datos generales totales relativos a las Pensiones Contributivas. Fuente: Elaboración propia a partir de datos recogidos en La Protección Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

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La protección económica de las personas con discapacidad 53

Los datos recogidos sobre las pensiones de invalidez contributiva de la Seguridad Social se refieren a las derivadas de estos grados de incapacidad, así como del Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI).

Gráfico 3.3: Pensiones contributivas de incapacidad del Sistema de la Seguridad Social (PCSS), por grado de discapacidad

Fuente: Elaboración propia a partir de datos recogidos en La Protección Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Pensiones contributivas de incapacidad del Estado

Los funcionarios de carrera de la Administración Civil y Militar del Estado, los de la Administración de Justicia y los de las Cortes Generales están encuadrados en el Régimen de Clases Pasivas del Estado, a través del cual el Estado les garantiza la protección frente a los riesgos de incapacidad con pensiones de jubilación o retiro.

0

200

400

600

800

1.000

1.200

1.400

1.600

1.800

Pen

sion

es (m

iles)

G. Invalidez 25.982 27.932 29.825 31.434 32.581 33.752 34.784 22.256 22.568 23.209 23.973 24.699

Inv Absoluta 785.230 794.992 805.467 814.582 814.460 809.497 807.025 311.164 305.527 303.653 302.644 303.467

IPT 55% 403.971 405.527 409.316 413.858 418.047 421.863 429.604 254.130 254.017 255.642 254.555 255.492

IPT 75% 224.430 239.423 256.453 273.950 288.967 304.941 321.608 149.944 150.378 151.351 151.746 151.810

Parcial A.T. 20.840 20.097 19.379 18.663 17.919 17.210 16.571 5.194 4.555 4.048 3.550 3.089

SOVI 98.975 92.381 85.920 79.760 73.709 67.957 62.733 57.729 52.902 48.105 43.638 39.553

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

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54 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

Debe distinguirse entre Pensiones ordinarias y extraordinarias, según que su hecho causante se produzca en circunstancias ordinarias o por razón de lesión, muerte o desaparición en acto de servicio o como consecuencia del mismo.

La jubilación (personal civil) o el retiro (personal militar) del funcionario por incapacidad permanente para el servicio, o por inutilidad en su modalidad ordinaria, será declarada cuando el interesado esté afectado por una lesión o proceso patológico, somático o psíquico que le imposibilite para el desempeño de las funciones propias de su Cuerpo, Escala, plaza, empleo o categoría. Para tener derecho a una Pensión ordinaria de jubilación o retiro por incapacidad permanente es requisito indispensable haber completado un periodo mínimo de 15 años de servicios efectivos al Estado.

La cuantía de la Pensión ordinaria se determina aplicando a la base reguladora que corresponda, según el Cuerpo o categoría del funcionario, el porcentaje establecido en función del número de años completos de servicios efectivos al Estado. Las bases para el cálculo de las pensiones de Clases Pasivas se fijan anualmente para cada grupo de clasificación en que se encuadren los distintos Cuerpos o categorías administrativas en la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Los porcentajes, varían del 1,24% en el caso de sólo un año de servicio, hasta el 100% para aquellas personas que lleven 35 o más años de servicio.

La jubilación o retiro por incapacidad permanente extraordinaria da lugar cuando la situación de incapacidad se produce estando el funcionario en servicio activo o situación asimilable, en acto de servicio o como consecuencia del mismo. Se tendrá derecho a la Pensión extraordinaria de jubilación o retiro independientemente del tiempo de servicios prestados al Estado.

Para el cálculo de la Pensión extraordinaria de jubilación se considerarán como servicios efectivos, además de los acreditados hasta ese momento, los años completos que resten al funcionario para cumplir la edad de jubilación o retiro forzoso, entendiéndose éstos como prestados en el Cuerpo, Escala, plaza, empleo o categoría a que figura adscrito en el momento en que se produzca el cese por jubilación o retiro. La cuantía de la Pensión extraordinaria se calcula aplicando al 200 por 100 del haber regulador (base) que corresponde el porcentaje que proceda, con la particularidad, como se ha dicho, de que se considerarán como servicios efectivos al Estado, además de los acreditados hasta ese momento, los años completos que restan al funcionario para alcanzar la edad de jubilación o retiro.

Las pensiones de jubilación o retiro son incompatibles con el desempeño de un puesto de trabajo en el sector público por parte de sus titulares.

Con respecto a los datos ofrecidos a continuación, a la hora de valorar los datos ofrecidos en el Gráfico 3.4 debe tenerse en cuenta que la fuente consultada no disponía de datos correspondientes a 1992 y siguientes respecto a la MUNPAL (Mutualidad Nacional de Previsión de la Administración Local), por lo que se ha preferido no incluir en el gráfico dichos datos, lo que no obvia su existencia. Así también, a partir del año 1993 se procede a la integración del Régimen Especial de la Seguridad Social de los funcionarios de la Administración Local en el Régimen General de la Seguridad Social, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de valorar los incrementos experimentados a lo largo de los años.

El incremento experimentado en las clases pasivas en el año 1992 se debió al paso a la situación de retiro de los miembros del Cuerpo de Caballeros Mutilados por la Patria, que supuso un incremento sobre el total de 21.547 nuevos pensionistas.

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La protección económica de las personas con discapacidad 55

Gráfico 3.4: Evolución del número de beneficiarios y gasto en Pensiones contributivas de incapacidad del Estado

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10

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40

50

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70

80

Ben

efic

iario

s (m

iles)

0,0

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0,8

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1,2

Millones de euros (m

iles)

Pensionistas 51.404 51.726 72.542 69.938 70.823 70.981 68.866 66.601 64.805 64.805 65.928 61.127

Gasto (mill euros) 303,07 330,36 626,37 677,19 727,20 767,56 821,22 925,99 891,40 891,40 986,40 942,01

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Nota: La coincidencia en los datos referentes a los años 1998 y 1999 se debe al hecho de no disponer de datos para este último, por lo que se han mantenido los datos del primero para continuar la serie (1990-2001). Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Protección Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Prestaciones familiares de la Seguridad Social por hijo a cargo minusválido (modalidad contributiva)

Dentro de las prestaciones familiares de la Seguridad Social, deberemos fijarnos ahora

en la Prestación familiar por hijo a cargo minusválido, considerando hijo a cargo aquél que viva con el beneficiario, cualquiera que sea su filiación. No obstante, no se considerará “hijo a cargo” cuando éste realice un trabajo por cuenta propia o ajena, en virtud del cual obtenga unos ingresos que, en cómputo anual, resulten iguales o superiores al 75% del salario mínimo interprofesional que se fije en cada momento, también computado anualmente. Tampoco cuando sea perceptor de una pensión contributiva a cargo de un régimen público de protección social distinta de la pensión de orfandad.

En el nivel contributivo, los beneficiarios de este tipo de prestación son las personas, padre o madre o, en su defecto, la persona que reglamentariamente se establezca, integradas en el Régimen General o en los Regímenes Especiales Agrario, Trabajadores del Mar, Minería del Carbón, Empleados de Hogar y de Trabajadores Autónomos, que se encuentren

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56 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

afiliadas y en alta o en situación asimilada a la de alta en el respectivo Régimen al sobrevenir la situación protegida, así como los pensionistas de la Seguridad Social y los perceptores de subsidios y de la prestación contributiva por desempleo. En los casos de hijos minusválidos, cualquiera que sea su edad, no afecta el nivel de ingresos para el reconocimiento del derecho a esta prestación.

Las prestaciones económicas por hijo a cargo se abonan con la siguiente periodicidad:

• Semestral, cuando se trata de asignaciones por hijos menores de 18 años, sean o no minusválidos, que se abonan en enero y julio, es decir, a semestre vencido.

• Mensual, cuando se trata de asignaciones familiares por hijos minusválidos mayores de 18 años, que se abonan a mes vencido. Estas prestaciones están exentas de retención del Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y no se abonan pagas extraordinarias.

La asignación económica por hijo a cargo es incompatible con la percepción, por parte

del padre o de la madre, de cualquier otra prestación análoga establecida en los restantes regímenes públicos de protección social. Así también, apuntar que la asignación económica por hijo a cargo, mayor de 18 años y afectado de un grado de minusvalía igual o superior al 65%, es incompatible con: la condición, por parte del hijo minusválido, de pensiones de jubilación o invalidez en la modalidad no contributiva; la condición de beneficiario de las pensiones asistenciales; y la condición de beneficiario de los subsidios de garantía de ingresos mínimos o por ayuda de tercera persona, establecidos en la Ley de Integración Social de Minusválidos.

En cifras, el mayor número de beneficiarios de este tipo de prestación tienen a su cargo hijos menores de 18 años con un grado de minusvalía superior o igual al 33%, seguidos de los que tienen a su cargo hijos mayores de 18 años con una minusvalía igual o superior al 65%. Las prestaciones por hijo a cargo menor de 18 años con un grado de minusvalía igual o superior al 33% sufrieron un descenso importante en el número de beneficiarios entre los años 1993 y 1994, un descenso de un tercio sobre el total (32%). En cambio el gasto en estas prestaciones no se vio reducido en igual proporción, sino que incluso aumentó, debido a un aumento en la cuantía de las prestaciones. Entre los años 1995 y 2001 el número de beneficiarios de prestaciones por hijo a cargo minusválido menor de 18 años no han experimentado cambios significativos, situándose entorno a los 66.000 beneficiarios. Igual ocurre con el gasto asociado a estas prestaciones, que se mantuvo estable hasta el año 2000, en el que experimentó un aumento de 33% (de 28,1 millones de euros a 37,5 millones), manteniéndose el gasto en el año 2001.

La situación se invierte respecto del gasto, ya que la cuantía de las prestaciones es mayor en el caso de tener a cargo hijos minusválidos mayores de 18 años. Así pues, hasta el año 1996 el mayor gasto se registra en las prestaciones familiares por hijo a cargo minusválido mayor de 18 años y con un grado de minusvalía igual o superior al 75%, seguidas de las referidas a hijos mayores de 18 años con un grado de minusvalía mayor o igual al 65%. A partir de 1996 estas últimas acaparan la mayor proporción respecto del gasto total.

Las prestaciones por hijo a cargo minusválido mayor de 18 años y con un grado de minusvalía igual o superior al 65% han ido aumentando su peso relativo respecto del gasto total a lo largo de los años. En el año 1993 el gasto en este tipo de prestación representaba el

Page 62: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 57

38% del gasto total en prestaciones familiares contributivas por hijo a cargo minusválido, aumentando algo más de un punto porcentual por año hasta el 47% de 2001. Desde el año 1996 son las prestaciones a las que se destina una mayor proporción del gasto total en prestaciones familiares contributivas por hijo a cargo minusválido.

Gráfico 3.5: Causantes en vigor (diciembre) e importe de las nóminas por ejercicio de la Prestación familiar por hijo a cargo minusválido (contributiva)

0

40

80

120

160

200

Per

sona

s (m

iles)

0

100

200

300

400

500 Millones de euros

Causantes 133.089 144.047 124.008 135.980 144.465 152.714 161.043 167.138 172.622 178.270

Gasto 153,79 188,36 223,91 266,22 291,88 323,77 351,36 389,20 423,01

1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Protección Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

2. Nivel no contributivo

Pensiones no contributivas de invalidez de la Seguridad Social

La Pensión no contributiva de invalidez asegura a todos los ciudadanos en situación de invalidez y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva.

Para esta modalidad no contributiva gestionada por el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO) y las Comunidades Autónomas competentes, son constitutivas de invalidez las deficiencias previsiblemente permanentes, de carácter físico o psíquico, congénitas o no, que anulen o modifiquen la capacidad física, psíquica o sensorial de quienes las padecen.34 Podrán solicitar una Pensión no contributiva por incapacidad permanente las personas que padezcan estas deficiencias y que cumplan los siguientes requisitos:

• Tener más de 18 años y menos de 65.

Page 63: Trabajo y discapacidad

58 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

• Residir en territorio español y haberlo hecho durante un período de 5 años, de los cuales dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.

• Estar afectado por una minusvalía o enfermedad crónica en grado igual o superior al 65%.

• Carecer de ingresos económicos suficientes, entendiendo como tales la percepción de rentas o ingresos, en cómputo anual, inferiores a 3.762,78 euros anuales (para el año 2003).

No obstante, si los ingresos son inferiores a 3.762,78 euros anuales y se convive con familiares, únicamente se cumple el requisito cuando la suma de las rentas o ingresos anuales de todos los miembros de su Unidad Económica de Convivencia sean inferiores a determinadas cuantías, variables en función del número de convivientes y de si la convivencia es sólo con su cónyuge y/o parientes consanguíneos de segundo grado, o si entre los parientes consanguíneos con los que convive se encuentra alguno de sus padres o hijos.

La cuantía básica de esta prestación, para el año 2003 es de 3.762,78 euros anuales. En

el caso de que el beneficiario de la pensión de invalidez no contributiva tenga reconocido un grado de minusvalía superior al 75% y precise la asistencia de una persona para realizar las actividades “más esenciales de la vida”, el importe de la pensión se verá incrementado con un complemento equivalente al 50% de la cuantía que, para cada año, se establece para este tipo de pensiones en los Presupuesto Generales del Estado.

El cobro de esta pensión no impide el ejercicio de aquellas actividades laborales, sean o no lucrativas, compatibles con el estado de minusvalía o discapacidad del pensionista y que no representen un cambio en su capacidad real para el trabajo.

No obstante, la Pensión no contributiva de invalidez es incompatible con la pensión no contributiva de jubilación, con las pensiones asistenciales y con los subsidios de garantía de ingresos mínimos y por ayuda de tercera persona de la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI), así como con la condición de causante de la prestación familiar por hijo a cargo minusválido.

En la evolución del número de pensiones desde el año 1991 hasta el 2001, pueden distinguirse tres fases:

• La primera, entre los años 1991 y 1997, se caracteriza por presentar incrementos anuales

superiores al 10% del número de pensiones, destacando en año 1993, en el que la incorporación de nuevos pensionistas alcanza el 126,59% respecto al año anterior.

• En la segunda fase (1998-2000) este aumento se va ralentizando, pasando a incrementos del 8,68% en 1998 hasta el 2,71% en el año 2000.

• Por último, a partir del año 2001, probablemente se inicie una nueva etapa en esta evolución, que se caracterizaría por registrar descensos en el número de pensionistas de invalidez.

Page 64: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 59

Gráfico 3.6: Evolución del número de pensionistas y gasto de la Pensión no contributiva de invalidez de la Seguridad Social

020406080

100120140160180200220240260

Pen

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iles)

0,0

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0,2

0,3

0,4

0,5

0,6

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0,8

0,9

1,0 Millones de euros (m

iles)

Pensionistas 3.836 41.256 93.480 129.871 162.456 189.549 210.174 228.412 238.352 244.802 207.620

Gasto 5,54 126,40 311,05 405,32 511,27 609,71 685,33 751,39 797,53 891,70 781,68

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Prestaciones no contributivas de incapacidad del Estado

Bajo este epígrafe se encuentran las Pensiones asistenciales por enfermedad y el

Subsidio de garantía de ingresos mínimos. Las Pensiones asistenciales se destinan a aquellas personas mayores de 18 años que se

encuentran incapacitadas para el trabajo y que carecen de los medios económicos para su subsistencia. Esta prestación fue suprimida por el Real Decreto Ley 5/1992, de 21 de julio que, no obstante, preveía que los beneficiarios que la tuvieran reconocida con anterioridad continuasen recibiéndola en los términos y condiciones establecidos en su regulación específica,35 salvo que optasen por percibir una pensión no contributiva de la Seguridad Social o una prestación familiar por hijo a cargo.

Por su parte, el Subsidio de garantía de ingresos mínimos fue establecido por la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI) dentro del sistema de prestaciones sociales y económicas desarrollado por el Real Decreto 383/1984, de 1 de febrero. El objeto de esta prestación económica es la cobertura de las necesidades básicas de las personas que tengan reconocida una discapacidad igual o superior al 65% que carezcan de los recursos económicos necesarios y no estén en condiciones de obtener un empleo adecuado por causa de su minusvalía.

El Subsidio de garantía de ingresos mínimos fue derogado por la Ley 26/1990, de 20 de diciembre, que establece las prestaciones no contributivas y que, no obstante, prevé para aquellos que tuvieran reconocido el subsidio, la posibilidad de seguir percibiéndolo, siempre

Page 65: Trabajo y discapacidad

60 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

que, como en el caso anterior, continúen reuniendo los requisitos establecidos por su normativa específica y que no opten por percibir una pensión no contributiva de la Seguridad Social o una prestación familiar por hijo a cargo.

La derogación de ambas prestaciones explica el descenso acusado del número de pensionistas y del gasto que experimentan entre el año 1992 y el 2001.

Gráfico 3.7: Evolución del número de pensionistas y gasto de la Pensión asistencial por

enfermedad

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80

120

160

200

Pen

sion

ista

s (m

iles)

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50

100

150

200

250

300

350

400

450

Millones de euros

Pensionistas 173.605 180.901 172.903 147.716 126.169 108.927 86.081 72.741 60.133 51.543 44.542 39.457

Gasto 303,20 315,91 400,97 372,23 286,49 234,54 164,89 165,61 152,87 117,38 101,07 88,04

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002. Gráfico 3.8: Evolución del número de beneficiarios y gasto del Subsidio de garantía de

ingresos mínimos

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Ben

efic

iario

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iles)

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400

500

600

Millones de euros

Beneficiarios 220.339 257.798 233.371 203.089 177.856 155.522 136.709 119.705 105.452 91.968 80.711 71.422

Gasto 388,45 489,04 541,99 447,42 384,44 334,42 292,47 264,50 232,67 203,99 178,98 157,69

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Page 66: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 61

Prestaciones familiares de la Seguridad Social por hijo a cargo minusválido (modalidad no contributiva)

Esta prestación es similar a la ya desarrollada anteriormente dentro del nivel contributivo, observando ciertas diferencias: en este caso los beneficiarios de esta prestación son las personas, padre o madre o, en su defecto, la persona que reglamentariamente se establezca, siempre que reúnan los siguientes requisitos: Residir legalmente en territorio español; no tener derecho, ninguno de los padres, a la asignación económica por hijo a cargo en la modalidad contributiva; no tener derecho, ni el padre ni la madre, a prestaciones de esta misma naturaleza en cualquier otro régimen público de protección social; y tener a cargo hijos con minusvalía.

Tanto el número de beneficiarios como el gasto en prestaciones no contributivas por hijo a cargo minusválido han seguido una tendencia creciente a lo largo de los años.

La diferencia (en cifras de beneficiarios y gasto) respecto a esta misma prestación, pero en el nivel contributivo es clara a favor de esta última. En esta modalidad no contributiva, entre los años 1993 y 1996 las prestaciones más frecuentes fueron las referidas a hijos menores de 18 años, pero, tras un incremento del 15,72% en el año 1993 respecto al año anterior, se inicia una tendencia a la baja en el número de beneficiarios, produciéndose únicamente un pequeño repunte del 1,29% en el año 1999. A partir de 1996 se imponen las prestaciones por hijos mayores de 18 años, con incrementos continuos en el número de beneficiarios a lo largo de los años.

Gráfico 3.9: Causantes en vigor (diciembre) e importe de las nóminas por ejercicio de la

Prestación familiar por hijo a cargo minusválido (no contributiva)

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sona

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iles)

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40

50

60 Millones de euros

Causantes 8.926 11.514 13.197 13.313 15.061 16.201 17.129 18.683 20.012 21.347

Gasto 12,94 18,61 23,22 28,87 33,81 38,31 43,28 49,73 56,27

1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Page 67: Trabajo y discapacidad

62 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

B. PRESTACIONES ECONÓMICAS BÁSICAS PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES ESPECÍFICAS

En este apartado se realiza una breve referencia sobre el carácter y la evolución del

gasto, tanto de las prestaciones de carácter periódico destinadas a la protección de determinadas situaciones, tales como los subsidios por ayuda de tercera persona y de movilidad y compensación por gastos de transporte, establecidos por la LISMI, como del gasto destinado a la formación y al Régimen de Ayudas Públicas.

Como puede verse en el gráfico siguiente, referido al total del gasto en prestaciones incluidas en este apartado, y para hacernos una idea, al igual que se hizo con las de atención de necesidades esenciales, de la relevancia de cada una de estas prestaciones respecto del gasto, en el año 2001, las ayudas públicas acapararon el 84,29% del gasto total, seguidas a enorme distancia por el Subsidio por ayuda de tercera persona (SATP) y por el de movilidad y compensación por gastos de transporte (SMGT). La formación tan sólo representa el 2,06% del total.

Gráfico 3.10: Porcentaje de cada prestación sobre el gasto total en prestaciones económicas para la atención de necesidades específicas en el año 2001

Fuente: La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

1. Subsidio por ayuda de tercera persona (SATP)

Esta prestación económica fue establecida en la LISMI, estando dirigida a aquellas personas mayores de 18 años con un grado de minusvalía igual o superior al 75% que requieran la necesidad de una tercera persona para la realización de actos o actividades esenciales de la vida cotidiana y que, al no desempeñar ninguna actividad laboral, no están incluidas en el campo de aplicación de la Seguridad Social.

Este subsidio, fue suprimido por la Ley 26/1990, de 20 de diciembre, que estableció en el Sistema de la Seguridad Social las prestaciones no contributivas, si bien esta prestación, como ya hemos visto que ocurre con otras también suprimidas, puede seguir siendo percibida por las personas que la tuvieran reconocida con anterioridad a la entrada en

10,12% 3,53%

2,06%

84,29%

SATPSMGTFormaciónAyudas Públicas

Page 68: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 63

vigor de dicha Ley, siempre que mantengan los requisitos exigidos por su normativa específica y no se les reconozca una pensión no contributiva o una prestación familiar.

Gráfico 3.11: Evolución del número de subsidios y gasto del Subsidio por ayuda de tercera persona

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Sub

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iles)

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60

70

80 Millones de euros

Subsidios 84.810 93.718 76.631 60.115 48.477 38.747 31.427 25.631 20.879 17.074 13.966 11.634

Gasto (mill euros) 64,98 74,13 72,19 54,59 42,51 34,11 27,32 23,00 18,81 15,37 12,56 10,29

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

2. Subsidio de movilidad y compensación por gastos de transporte (SMGT)

El Subsidio de movilidad y compensación por gastos de transporte también fue

establecido por la LISMI, configurándose como una prestación económica de carácter periódico destinada a atender los gastos originados por desplazamientos fuera de su domicilio habitual de aquellas personas con discapacidad que tengan graves dificultades para utilizar transportes colectivos.

Para poder ser beneficiario de este subsidio es necesario cumplir con unos requisitos: En primer lugar, no estar comprendido en el campo de aplicación del sistema de la Seguridad Social por no desarrollar actividad laboral. Además, tampoco se puede ser beneficiario o tener derecho, por edad o por cualesquiera otras circunstancias a prestación o ayuda de análoga naturaleza y finalidad y, en su caso, de igual o superior cuantía otorgada por otro organismo público. En tercer lugar, no puede superarse el nivel de recursos económicos personales y/o familiares del 70%, en cómputo anual del salario mínimo interprofesional, vigente en cada momento; eso sí, en el supuesto de que el beneficiario tenga personas a su

Page 69: Trabajo y discapacidad

64 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

cargo o dependa de una unidad familiar dicho importe se incrementará en un 10%, por cada miembro distinto del beneficiario hasta el tope máximo del 100% del citado salario.

En cuanto a las características personales del beneficiario, debe tener tres o más años, un grado de minusvalía (reconocido) igual o superior al 33%, graves dificultades para utilizar transportes colectivos y no encontrarse imposibilitado para desplazarse fuera de casa. Así también, si se encuentra internado en un centro, deberá salir, al menos, diez fines de semana al año.

Gráfico 3.12: Evolución del número de subsidiarios y gasto del Subsidio de movilidad y

compensación de gastos de transporte

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as (m

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14

16

Millones de euros

Subsidios 35.701 39.122 33.445 26.637 21.775 17.276 14.417 12.400 10.653 9.026 7.729 6.906

Gasto 11,76 13,20 13,79 11,32 9,28 7,77 6,48 5,70 5,01 4,36 3,85 3,59

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de La Prestación Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.36

Aunque este subsidio continúa vigente hoy en día, la evolución que ha experimentado

a lo largo de los años respecto al número de beneficiarios y gasto ofrece resultados similares a los indicados para los suprimidos Subsidios de garantía de ingresos mínimos y por ayuda de tercera persona, registrando continuos descensos a partir del año 1992, atravesando tres etapas o fases: • En la primera, que va desde el año 1992 hasta 1996, el número de beneficiarios y los

importes abonados en nómina disminuyen en torno al 18-20% y al 16-18%, respectivamente.

• En la segunda fase (1996-2000) se atenúan estas reducciones, con unos descensos anuales del 14-15% en el número de beneficiarios y del 11-12% de los importes abonados en nómina.

Page 70: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 65

• La tercera fase, que comenzaría en el año 2000, si bien se debería esperar a conocer los datos de la evolución de los años siguientes, puede afirmarse que en el año 2001 se inicia una nueva fase en la evolución de este subsidio, en cuanto que se produce una reducción de cuatro puntos porcentuales en el descenso producido en el número de beneficiarios y de cinco puntos en los importes abonados en nómina (si se comparan con los registrados en el año 2000).

3. Formación profesional ocupacional

La Formación profesional ocupacional comprende aquellos servicios de nivelación

cultural, de capacitación ocupacional, de readaptación y reeducación profesional, entrenamiento en búsqueda de empleo y formación en prácticas en centros laborales, destinados a aquellas personas en edad laboral que, estando incluidas en el campo de aplicación de la Seguridad Social, se encuentren afectadas por una minusvalía en un grado igual o superior al 33%, o que exista un alto riesgo de padecerla y se aprecie una posibilidad razonable de recuperación para su adecuada integración laboral.

En el Gráfico 3.15 se refleja el coste de los cursos de formación profesional

ocupacional que, financiados por el IMSERSO y el Fondo Social Europeo (FSE), han sido llevados a cabo a través de las Direcciones Provinciales de Ceuta y Melilla del IMSERSO y en los Centros de Recuperación de Minusválidos Físicos (CRMF) de este Instituto. El coste de los cursos incluye, además de los gastos de profesorado, de organización y funcionamiento, las becas de asistencia de los alumnos y las ayudas complementarias en concepto de manutención y transporte.

Gráfico 3.13: Evolución del gasto en formación en cursos FSE-FPO

0

1

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3

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8

Millo

nes

de e

uros

Gasto 4,22 3,86 5,88 7,03 5,57 3,44 1,37 1,33 1,38 1,47 1,88 2,10

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Fuente: La Protección Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Page 71: Trabajo y discapacidad

66 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

4. Régimen de ayudas públicas a personas con minusvalía

Este tipo de ayudas se configuran como prestaciones discrecionales y reglamentarias destinadas a atender las necesidades de los minusválidos físicos, psíquicos o sensoriales, que estén incluidos en el campo de aplicación de la Seguridad Social; tienen carácter no periódico y se convocan anualmente.

El Real Decreto 946/2001, de 3 de agosto, por el que se aprobó el Estatuto del Real Patronato de la Discapacidad responde a la necesidad de adaptación a la nueva realidad surgida de las transferencias de funciones y servicios en materia de Seguridad Social a las Comunidades Autónomas, así como a la colaboración institucionalizada entre el movimiento asociativo de las personas con discapacidad y la Administración General del Estado.

Gráfico 3.14: Evolución del gasto del Régimen de ayudas públicas a personas con minusvalía

0

25

50

75

100

125

150

175

Mill

ones

de

euro

s

TOTAL 73,77 78,58 61,14 64,56 68,22 75,91 63,69 83,98 98,91 137,83 82,84 85,73

IMSERSO 31,47 33,08 15,07 15,42 15,49 15,6 3,06 0,5 0,26 0,26 0,26 0,26

MEC 8,27 8,08 8,62 9,8 10,3 10,79 11,18 9,47 12,62 11,27 12,83 15,72

INEM 34,03 37,42 37,45 39,34 42,43 49,52 49,45 74,01 86,03 126,3 69,75 69,75

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

- En el Año 2001 se mantienen los datos del INEM del año anterior al no haberse dispuesto de los datos correspondientes. Fuente: La Protección Económica de las Personas con Discapacidad. MTAS, 2002.

Page 72: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 67

ANEXO I: CUADRO RESUMEN DE LAS PRESTACIONES PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES BÁSICAS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

PRESTACIÓN DEFINICIÓN REQUISITOS SOLICITUD NORMATIVA

Pensión contributiva de incapacidad de la Seguridad Social

Prestación económica que trata de cubrir la pérdida de rentas salariales o profesionales que sufre una persona afectada por cualquier discapacidad, viendo reducida o anulada su capacidad laboral. Puede ser, según grados: - Incapacidad permanente parcial - Incapacidad permanente total. - Incapacidad permanente absoluta. - Gran invalidez.

En general, tendrán acceso aquellas personas incluidas en el Régimen General de la Seguridad Social (afiliadas y en alta) declaradas en la situación de incapacidad que corresponda, siempre que tengan menos de 65 años y/o no reúnan los requisitos exigidos para acceder a pensión de jubilación contributiva. En particular, necesitan de un período previo de cotización que varía en función de cada modalidad (por grado).

- Oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, del IMSERSO o en cualquier otra de la Seguridad Social, en las que se facilitará el impreso correspondiente, o por correo.

• Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio.

• Real Decreto 1300/1995 de 21 de julio.

Pensión contributiva de incapacidad del Estado

Prestación económica por la que el Estado garantiza la protección económica frente a riesgos de incapacidad de los funcionarios de carrera de la Administración Civil y Militar del Estado, los de la Administración de Justicia y los de las Cortes Generales. Puede ser: - Ordinaria - Extraordinaria, o por razón de lesión, muerte o desaparición en acto de servicio o como consecuencia del mismo.

Para tener derecho a una pensión ordinaria de jubilación o retiro por incapacidad permanente es necesario haber completado un mínimo de 15 años de servicios efectivos al Estado. En el caso de la pensión extraordinaria no se requiere un periodo de carencia de servicios al Estado.

- Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas

• Título I del Real Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril.

Page 73: Trabajo y discapacidad

68 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

Anexo I (continuación) Prestaciones familiares de la Seguridad Social (contributivas)

Consiste en una asignación económica que se reconoce por cada hijo a cargo minusválido del beneficiario cualquiera que sea su filiación.

Integradas en el Régimen General o en los Regímenes Especiales Agrario, Trabajadores del Mar, Minería del Carbón, Empleados de Hogar y de Trabajadores Autónomos, que se encuentren afiliadas y en alta o en situación asimilada a la de alta en el respectivo Régimen al sobrevenir la situación protegida, así como los pensionistas de la Seguridad Social; o bien ser perceptores de subsidios o de la prestación contributiva por desempleo.

- Oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, del IMSERSO o en cualquier otra de la Seguridad Social

• Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio.

• Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre.

Prestaciones familiares de la Seguridad Social (no contributivas)

Misma descripción que en el caso de la Prestación Familiar de la Seguridad Social del nivel contributivo.

• Residir legalmente en territorio español. • No tener derecho, ninguno de los padres, a

la asignación económica por hijo a cargo en la modalidad contributiva.

• No tener derecho, ni el padre ni la madre, a prestaciones de esta misma naturaleza en cualquier otro régimen público de protección social.

• Tener a cargo hijos con minusvalía.

- Igual que las contributivas

Igual que en el caso de las contributivas.

Pensión no contributiva de invalidez de la Seguridad Social

La PNC de invalidez asegura a todos los ciudadanos en situación de invalidez y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva.

Específicos de la propia Pensión: • Tener entre 18 y 65 años. • Residir en territorio español y haberlo

hecho durante un periodo de 5 años (2 consecutivos).

• Minusvalía en grado igual o superior al 65%.

• Carecer de ingresos suficientes: rentas o ingresos, en cómputo anual para 2003 inferiores a 3.762,78 euros; aumentando dicho valor en el caso de convivencia con familiares (Unidad Económ. de Conviv.).

- Oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, del IMSERSO o en cualquier otra de la Seguridad Social, en las que se facilitará el impreso correspondiente, o por correo.

• Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio.

• Real Decreto 357/1991, de 15 de marzo.

• Real Decreto 118/1998, de 30 de enero.

Page 74: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 69

Anexo I (continuación) Subsidio de garantía de ingresos mínimos

El SGIM es una prestación económica prevista en la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI). - Este subsidio quedó suprimido por la Disposición Transitoria Undécima del Real Decreto Legislativo 1/1994, manteniendo el derecho los beneficiarios que los tenían reconocidos, en los términos y condiciones previstos en la legislación específica que los regula.

• No estar comprendido en el campo de aplicación del sistema de la Seguridad Social por no desarrollar actividad laboral. En el supuesto de que teniendo reconocido el derecho, se comience a trabajar por cuenta propia o ajena, se suspenderá el pago del subsidio, recuperándose automáticamente cuando finalice dicha actividad.

• No ser beneficiario o no tener derecho, por edad o por cualesquiera otras circunstancias a prestación o ayuda de análoga naturaleza y finalidad y, en su caso, de igual o superior cuantía otorgada por otro organismo público. En caso de menor importe se abonará la diferencia entre ésta y el subsidio.

• No superar el nivel de recursos económicos personales del 70%, en cómputo anual del salario mínimo interprofesional, vigente en cada momento. En el supuesto de que el beneficiario tenga personas a su cargo dicho importe se incrementará en un 10%, por cada miembro distinto del beneficiario hasta el tope máximo del 100% del citado salario.

• Edad: Tener dieciocho o más años • Minusvalía: Grado igual o superior al 65%

y verse imposibilitado para obtener un empleo adecuado por esta causa.

- La solicitud de la prestación podía presentarse personalmente en las oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, del IMSERSO o en cualquier otra de la Seguridad Social, en las que se facilitará el impreso correspondiente, o por correo.

• Ley 13/1982, de 7 de abril.

• Real Decreto 383/1984, de 1 de febrero.

• Real Decreto Legislativo 1/1994.

• Ley 3/1997, de 24 de marzo.

• Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre.

Page 75: Trabajo y discapacidad

70 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

Anexo I (continuación) Subsidio por ayuda de tercera persona

El SATP es una prestación económica prevista en la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI). - Este subsidio quedó suprimido por la Disposición Transitoria Undécima del Real Decreto Legislativo 1/1994, manteniendo el derecho los beneficiarios que los tenían reconocidos, en los términos y condiciones previstos en la legislación específica que los regula.

• No estar comprendido en el campo de aplicación del sistema de la Seguridad Social por no desarrollar actividad laboral.

• No ser beneficiario o no tener derecho, por edad o por cualesquiera otras circunstancias a prestación o ayuda de análoga naturaleza y finalidad y, en su caso, de igual o superior cuantía otorgada por otro organismo público.

• No superar el nivel de recursos económicos personales del 70%, en cómputo anual del salario mínimo interprofesional, vigente en cada momento. En el supuesto de que el beneficiario tenga personas a su cargo, dicho importe se incrementará en un 10%, por cada miembro distinto del beneficiario hasta el tope máximo del 100% del citado salario.

• Edad: Tener 18 o más años. • Minusvalía/Discapacidad: Grado

minusvalía igual o superior al 75%. • Necesidad de asistencia de otra persona

para realizar los actos más esenciales de la vida.

• No hallarse internado en centro.

- Oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, del IMSERSO o en cualquier otra de la Seguridad Social, en las que se facilitará el impreso correspondiente, o por correo.

• Ley 13/1982, de 7 de abril.

• Real Decreto 383/1984, de 1 de febrero.

• Real Decreto Legislativo 1/1994.

• Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre.

Subsidio de movilidad y compensación de gastos de transporte

El SMGT es una prestación económica prevista en la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI) que se configura como una prestación económica de carácter periódico

• No estar comprendido en el campo de aplicación del sistema de la Seguridad Social por no desarrollar actividad laboral.

• No ser beneficiario o no tener derecho, por edad o por cualesquiera otras

- La solicitud de la prestación podrá presentarse personalmente en las oficinas de los Servicios Sociales

• Ley 13/1982, de 7 de abril.

• Real Decreto 383/1984, de 1 de febrero.

Page 76: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 71

Anexo I (continuación) para atender los gastos

originados por desplazamientos fuera del domicilio habitual de las personas con discapacidad.

circunstancias a una prestación o ayuda de análoga naturaleza y finalidad y, en su caso, de igual o superior cuantía otorgada por otro organismo público.

• No superar el nivel de recursos económicos personales y/o familiares del 70%, en cómputo anual del salario mínimo interprofesional, vigente en cada momento. En el supuesto de que el beneficiario tenga personas a su cargo o dependa de una unidad familiar dicho importe se incrementará en un 10%.

de las Comunidades Autónomas, del IMSERSO o en cualquier otra de la Seguridad Social, en las que se facilitará el impreso correspondiente, o por correo.

• Real Decreto Legislativo 1/1994.

• Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre.

Page 77: Trabajo y discapacidad

72 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

ANEXO II: CUANTÍAS DE LAS PRESTACIONES NO CONTRIBUTIVAS PARA LA ATENCIÓN DE NECESIDADES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EL AÑO 2003

(Ley 52/2002, de 30 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año

2003 y Real Decreto 1425/2002, de 27 de diciembre, sobre revalorización de las pensiones del Sistema de la Seguridad Social para el ejercicio 2003)

Pensiones no contributivas de la Seguridad Social (PNCs) CUANTÍA MENSUAL Euros/mes

CUANTÍA ANUAL

Euros/año PNC de Jubilación PNC de Invalidez 268,77 3.762,78

Con 65% de discapacidad o más 268,77 3.762,78 Importe del complemento del 50% de la pensión con 75% o más de discapacidad y necesidad de tercera persona 134,39 1.881,39

Prestaciones sociales y económicas de la LISMI CUANTÍA MENSUAL Euros/mes

CUANTÍA ANUAL

Euros/año Subsidio de garantía de ingresos mínimos (SGIM) 149,86 2.098,04 Subsidio por ayuda de tercera persona (SATP) 58,45 818,30 Subsidio de movilidad y compensación por gastos de transporte (SMGT) 41,78 501,36

Prestación familiar por hijo a cargo minusválido (PFHC) CUANTÍA MENSUAL Euros/mes

CUANTÍA ANUAL

Euros/año PFHC menor de 18 años 24,25 291,01 PFHC menor de 18 años con un 33% o más de discapacidad 48,47 581,66 PFHC mayor de 18 años con un 65% o más de discapacidad 260,79 3.129,48 PFHC mayor de 18 años con un 75% o más de discapacidad y necesidad de tercera persona 391,19 4.694,28

Pensiones asistenciales (PAS) CUANTÍA MENSUAL Euros/mes

CUANTÍA ANUAL

Euros/año Pensión asistencial de ancianidad 149,86 2.098,04 Pensión asistencial de enfermedad 149,86 2.098,04

Fuente: IMSERSO.

Page 78: Trabajo y discapacidad

La protección económica de las personas con discapacidad 73

ANEXO III: BENEFICIARIOS Y GASTOS TOTALES EN PENSIONES DE INCAPACIDAD EN EL ESTADO ESPAÑOL

Cuadro 3.1: Pensiones de incapacidad en el Estado Español: Evolución del número de

pensiones y gasto

Nº DE PENSIONES GASTO (millones de euros) AÑO No

contributivas Contributivas TOTAL No contributivas Contributivas TOTAL

1.990 393.944 1.640.385 2.034.329 692 6.589 7.281 1.991 442.535 1.661.873 2.104.408 810 4.236 5.046 1.992 456.456 1.834.233 2.290.689 1.069 8.214 9.284 1.993 455.799 1.868.553 2.324.352 1.144 9.121 10.264 1.994 447.093 1.862.749 2.309.842 1.095 9.753 10.848 1.995 440.218 1.884.293 2.324.511 1.103 10.488 11.592 1.996 427.400 1.907.804 2.335.204 1.096 11.273 12.368 1.997 418.821 1.030.762 1.449.583 1.149 11.866 13.015 1.998 411.126 1.026.477 1.437.603 1.175 6.807 7.982 1.999 400.546 999.005 1.399.551 1.162 6.669 7.831 2.000 390.067 1.001.180 1.391.247 1.221 7.157 8.379 2.001 339.846 1.027.566 1.367.412 1.084 7.776 8.859

- Nota: La parte sombreada del cuadro refleja el cambio en la serie explicado en el texto (contributivas).

Gráfico 3.15: Pensiones de incapacidad en el Estado Español: Número de pensiones

0

500

1.000

1.500

2.000

2.500

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Pen

sion

es (m

iles)

Contributivas No Contributivas

Page 79: Trabajo y discapacidad

74 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

Gráfico 3.16: Evolución del gasto en Pensiones de incapacidad en el Estado Español.

Fuente (Cuadro 3.1 y Gráficos 3.17 y 3.18): La Protección Económica de las Personas con Discapacidad, MTAS 2002, sobre datos del ISM, IMSERSO, la Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas y la Dirección General de Ordenación Económica de la Seguridad Social.

0

2.000

4.000

6.000

8.000

10.000

12.000

14.000

1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Mill

ones

de

euro

s

Contributivas No Contributivas

Page 80: Trabajo y discapacidad

Incentivos al empleo 75

CAPÍTULO IV

INCENTIVOS AL EMPLEO

N ESTE capítulo se recogen los incentivos y medidas de protección del empleo de las personas con discapacidad de ámbito estatal. Se incluyen tanto los incentivos a la

contratación, como las ayudas al autoempleo y las subvenciones para los Centros Especiales de Empleo. También se mencionan la obligatoria reserva de puestos de trabajo para minusválidos prevista por la LISMI y las medidas alternativas al cumplimiento de dicha reserva.

A. LA CONTRATACIÓN DE TRABAJADORES CON DISCAPACIDAD

Para realizar el estudio de este tipo de incentivos, debe distinguirse adecuadamente

entre los diferentes tipos de contratos de trabajo para minusválidos, citando su contenido esencial y delimitando los requisitos de acceso, cuantía y demás especificaciones de los distintos incentivos ofertados para cada uno de ellos.

1. Contrato indefinido para minusválidos

Para poder formalizar un contrato indefinido para minusválidos y tener derecho de

acceso a los incentivos ofrecidos, tanto el trabajador como la empresa deben cumplir una serie de requisitos.

Requisitos del trabajador

Ser trabajador minusválido y estar reconocido como tal por el Organismo competente

(tener un certificado del grado de minusvalía,37 lo que implica el reconocimiento de un grado de minusvalía del 33% o superior). Además, debe estar inscrito en el Servicio Público de Empleo y no debe haber estado vinculado a la empresa o grupo de empresas en los 24 meses anteriores a la contratación mediante un contrato indefinido. No pueden formalizar este tipo de contrato aquellos trabajadores que hayan finalizado su relación laboral de carácter indefinido en el plazo de tres meses previos a la formalización del contrato.

Requisitos de la empresa

En empresas de nueva creación el número de trabajadores minusválidos no podrá

superar el 51% del total de los trabajadores de la plantilla, salvo en el caso de que el trabajador minusválido sea el único componente de la empresa.

Pueden solicitar los beneficios aparejados a esta modalidad de contrato aquellas empresas que contraten trabajadores minusválidos por tiempo indefinido a jornada completa o parcial, así como las cooperativas de trabajo asociado que incorporen trabajadores minusválidos como socios. Eso sí, las empresas están obligadas a mantener la estabilidad en el puesto de trabajo de estos trabajadores por un tiempo mínimo de 3 años, no pudiendo despedirlos sin causa justificada y, en caso de despido procedente, deberán sustituirlos por

E

Page 81: Trabajo y discapacidad

76 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

otros trabajadores minusválidos. Además, la empresa deberá encontrarse al corriente de pago en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y de Seguridad Social.

La empresa debe solicitar los trabajadores minusválidos de la correspondiente oficina de empleo, con una descripción detallada de los puestos que se quieran cubrir, sus características técnicas, así como la capacidad que debe tener el trabajador para cubrir dicho puesto. Cumpliendo estos requerimientos, la empresa puede acceder a los siguientes incentivos:

• Subvención de 3.907 euros por cada contrato celebrado a tiempo completo.38 • Bonificación de las cuotas empresariales de la Seguridad Social, incluidas las de

accidentes de trabajo y enfermedad profesional, y las cuotas de recaudación conjunta durante toda la duración del contrato en las siguientes cuantías:

- 70% por cada trabajador contratado menor de cuarenta y cinco años. En el caso de contratación de mujeres minusválidas, este porcentaje se eleva al 90%.

- 90% por cada trabajador contratado mayor de cuarenta y cinco años. En el caso de contratación de mujeres minusválidas, este porcentaje será del 100%.

• Subvenciones de hasta 901,52 euros para adaptación de puestos de trabajo o dotación de medios de protección personal.

• Subvenciones para la formación profesional de los trabajadores minusválidos. • Deducción en el impuesto sobre sociedades (en la cuota íntegra) de 4.808,10 euros por

cada persona/año de incremento del promedio de la plantilla de trabajadores minusválidos contratados por tiempo indefinido, respecto a la plantilla media de trabajadores minusválidos (indefinidos) del ejercicio inmediatamente anterior.39

2. Contrato temporal para minusválidos

Requisitos del trabajador

No debe haber estado contratado en la misma empresa con posterioridad al 1 de enero

de 2002 y no debe ser pariente por consanguinidad o afinidad, hasta el segundo grado inclusive, del empresario o de quienes ostenten cargos de dirección o sean miembros de los órganos de administración de las empresas que revistan la forma jurídica de sociedad.

Requisitos de la empresa

Cualquier empresa, sea cual sea su tamaño, puede contratar bajo esta modalidad

contractual para minusválidos, siempre que no haya amortizado puestos de trabajo por despido declarado improcedente, expediente de regulación de empleo o por amortización de puestos de trabajo fundado en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, con posterioridad al 1 de enero de 2002. Además, deben contratar a los trabajadores minusválidos a través del Servicio Público de Empleo.

El contrato temporal se debe formalizar por un tiempo no inferior a 12 meses ni superior a 3 años. Las prórrogas, caso de darse, no deberán ser inferiores a 12 meses, debiéndose celebrar a jornada completa.

Cumpliendo estos requisitos, la empresa podrá acceder a los siguientes incentivos:

Page 82: Trabajo y discapacidad

Incentivos al empleo 77

• Las empresas que contraten a jornada completa a trabajadores minusválidos, tendrán derecho a una reducción del 75% de las cuotas empresariales a la Seguridad Social por contingencias comunes. Dicha reducción será del 100% para el primer trabajador contratado, siempre que no hayan tenido ningún trabajador a su servicio desde el 1 de enero de 2002.

• En el supuesto específico de que se contrate a mujeres minusválidas, las empresas tendrán derecho a una bonificación del 90% en la cotización empresarial por contingencias comunes si la mujer contratada tiene una edad igual o superior a 45 años y del 80% en caso de que sea menor de dicha edad.

Ahora bien, si durante la vigencia de las contrataciones realizadas, la empresa

amortizara puestos de trabajo por despido improcedente, expediente de regulación de empleo o por necesidad objetiva por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, perderá automáticamente el derecho a la reducción de cuotas derivadas de estas contrataciones.

También existen unos incentivos a la transformación de estos contratos en indefinidos (a jornada completa o a tiempo parcial).40

3. Contrato para la formación de minusválidos Los requisitos que, en este caso, debe cumplir el trabajador son: Ser minusválido,

teniendo reconocido un grado de minusvalía igual o superior al 33% por el organismo competente. Además, no debe tener la titulación necesaria para formalizar un contrato en prácticas (en lugar de para la formación). La edad máxima de 21 años prevista como requisito general para formalizar contratos para la formación no es de aplicación en el caso de trabajadores minusválidos.

El contrato debe formalizare por escrito, haciendo constar expresamente el oficio u ocupación objeto del aprendizaje, el tiempo dedicado a la formación y su distribución horaria, la duración del contrato y el nombre y cualificación profesional de la persona designada como tutor. La duración del contrato no podrá ser inferior a 6 meses ni exceder de 2 años, salvo que en el Convenio Colectivo sectorial se fijen duraciones distintas, sin que, en ningún caso, se puedan superar los cuatro años. Además, los trabajadores minusválidos no se computan para determinar el número máximo de contratos para la formación que las empresas pueden celebrar en función de su plantilla.

La jornada debe ser a tiempo completo, sumando al tiempo de trabajo efectivo el dedicado a la formación teórica. El tiempo dedicado a la formación teórica no deberá ser inferior al 15% de la jornada máxima prevista en Convenio Colectivo, o en su defecto, de la jornada máxima legal. Así también, cuando el trabajador sea un discapacitado psíquico, la formación teórica podrá sustituirse total o parcialmente (previo informe de los equipos de valoración correspondientes), por la realización de procedimientos de rehabilitación en un centro psico-social o de rehabilitación sociolaboral.

Los incentivos para las empresas que celebren contratos para la formación con trabajadores minusválidos consisten en una reducción del 50% de la cuota empresarial de Seguridad Social prevista para estos contratos.

Page 83: Trabajo y discapacidad

78 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

4. Contrato en prácticas para trabajadores minusválidos Para poder contratar bajo esta modalidad contractual y tener acceso a los incentivos

previstos, el trabajador debe ser minusválido y estar reconocido como tal por el Organismo competente (minusvalía del 33% o superior). Además, debe estar en posesión de alguno de los siguientes títulos: Diplomado Universitario o Licenciado, Ingeniero Técnico o Ingeniero Superior, Arquitecto Técnico o Arquitecto, o bien Técnico o Técnico Superior de la Formación Profesional específica (o bien poseer un título reconocido oficialmente como equivalente a alguno de los anteriores). No deben haber transcurrido más de seis años desde la terminación de los estudios.

El contrato debe formalizarse por escrito, haciendo constar expresamente la titulación del trabajador, la duración del contrato y el puesto de trabajo a desempeñar durante las prácticas. Con carácter general, la duración del contrato no podrá ser inferior a 6 meses ni superior a 2 años, aunque los Convenios Colectivos de ámbito sectorial pueden determinar la duración del contrato.

Las empresas que formalicen un contrato en prácticas con un trabajador discapacitado y cumplan con lo establecido tendrán derecho a una reducción del 50% de la cuota empresarial de la Seguridad Social correspondiente a las contingencias comunes (siempre que el contrato sea a tiempo completo), durante toda la vida del contrato.

5. Contratos de interinidad con trabajadores discapacitados desempleados para sustituir a personas discapacitadas que tengan suspendido el contrato de trabajo por incapacidad temporal

El contrato de interinidad es aquel que tiene como objetivo sustituir a un trabajador

con derecho a reserva de puesto de trabajo, o para cubrir temporalmente un puesto de trabajo durante el proceso de selección o promoción para su cobertura definitiva, así como para sustituir a trabajadores en formación por trabajadores beneficiarios de prestaciones por desempleo.

Los contratos de interinidad que se celebren con personas minusválidas desempleadas, para sustituir a trabajadores y trabajadoras minusválidos que tengan suspendido su contrato de trabajo por incapacidad temporal durante el período que persista dicha situación, dan derecho a una bonificación del 100% de las cuotas empresariales de la Seguridad Social.

6. Empleo selectivo

Esta modalidad se refiere a la readmisión por las empresas de sus propios trabajadores

discapacitados, una vez terminados los correspondientes procesos de recuperación.

Requisitos de los trabajadores Trabajadores declarados en situación de incapacidad permanente parcial: Si no

afecta a su rendimiento normal, el trabajador tendrá derecho a reincorporarse al puesto que venía desempeñando antes de que le sobreviniera la discapacidad, y si ello no es posible, se le mantendrá su nivel retributivo. Si el empresario acredita una disminución en el rendimiento del trabajador, le proporcionará un puesto adecuado a sus capacidades, y si no

Page 84: Trabajo y discapacidad

Incentivos al empleo 79

existiera, podrá reducirle proporcionalmente el salario, sin que esta reducción suponga más del 25% del mismo y nunca podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional (si el trabajo es a jornada completa). Si como consecuencia de haber recibido prestaciones de recuperación profesional el trabajador recobra su plena capacidad laboral y hubiera estado ocupando un puesto de inferior categoría profesional, tendrá derecho a reincorporarse a su puesto de trabajo originario, siempre que no hubieran transcurrido más de tres años en dicha situación. La reincorporación se efectúa, previa comunicación a la empresa y a los representantes de personal, en el plazo de un mes contado a partir de que el organismo correspondiente emite la declaración de aptitud.

Trabajadores a quienes se les ha reconocido una incapacidad permanente total o

absoluta y hubiesen cesado en la empresa: En este caso, si el trabajador recobra su plena capacidad laboral, existe una preferencia absoluta para su readmisión en la última empresa en que trabajaron, en la primera vacante que se produzca en su categoría o grupo profesional.

Trabajadores a quienes se les ha reconocido una incapacidad permanente y hubiesen

cesado en la empresa: Si como consecuencia de haber recibido prestaciones de recuperación el trabajador continúa afectado por una incapacidad permanente parcial, tendrá preferencia absoluta para su readmisión en la última empresa en la primera vacante que resulte adecuada a su capacidad laboral.

Las ayudas previstas en los supuestos de readmisión después de una declaración de incapacidad permanente total o absoluta o una incapacidad permanente se concretan en la reducción durante dos años del 50% de la cuota empresarial de la Seguridad Social correspondiente a las contingencias comunes.

B. OTRAS FORMAS DE INCENTIVOS AL EMPLEO

1. Autónomos minusválidos

El trabajo autónomo es una importante fuente de empleo a tener muy en cuenta por las

personas con discapacidad. El trabajo autónomo se define como la actividad productiva de bienes o servicios no ligada a un contrato de trabajo y realizada por el propio empresario que asume los riesgos.

Las ayudas ofrecidas para esta modalidad de trabajo tienen como objeto financiar proyectos empresariales a trabajadores minusválidos desempleados que desean constituirse como trabajadores autónomos, y son:

Subvención parcial de intereses: Subvención parcial de los intereses de los préstamos

que obtengan de aquellas entidades de crédito, públicas o privadas, que tengan suscrito un convenio a tal objeto. Esta subvención será, como máximo, de tres puntos del tipo de interés fijado por la entidad que concede el crédito, pagadera de una sola vez, por una cuantía calculada como si la subvención se devengase cada año de la duración del mismo, incluido el posible período de carencia. Esta subvención no podrá superar los 4.507,59 euros, salvo casos excepcionales expresamente autorizados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Page 85: Trabajo y discapacidad

80 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

Las resoluciones sobre las solicitudes de subvención se adoptan teniendo en cuenta: La trascendencia social y sobre el empleo en el entorno geográfico en que se desarrolle la actividad, especialmente si ésta incide en el ámbito de los “nuevos yacimientos de empleo”; la aportación económica del trabajador, especialmente cuando haya recibido indemnizaciones de las empresas a las que hubiera pertenecido o percibido la prestación por desempleo de una sola vez; y la situación de los débitos que pudieran existir por parte del solicitante con la Seguridad Social y la Hacienda Pública, de forma que se facilite el cumplimiento de las obligaciones que tenga contraídas.

Subvenciones para inversión de capital fijo. Se estipula una subvención de 3.906,58

euros para inversión en capital fijo.

Bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social. Bonificación del 50% del importe de la cuota al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos calculada sobre la base mínima de cotización, o el 100% de la aportación del trabajador en las cotizaciones al Régimen General de la Seguridad Social, durante el periodo de tiempo que hubieran percibido la prestación por desempleo (en el caso de no haberse percibido en su modalidad de pago único).

También podría incluirse en este apartado sobre incentivos al autoempleo, la

capitalización de la prestación por desempleo (o pago único), cuyo objetivo es, precisamente, el fomento del empleo por cuenta propia de desempleados discapacitados. Esta medida se concreta en el abono en un solo pago del importe de la prestación contributiva por desempleo a que tenga derecho el trabajador.

2. Centros Especiales de Empleo41

Los Centros Especiales de Empleo son empresas normalizadas que actúan en el

mercado, cuyo objetivo principal es el de proporcionar a los trabajadores minusválidos un puesto de trabajo (remunerado) adecuado a sus características personales.

Estos Centros pueden recibir dos tipos de ayudas:

• Ayudas de financiación parcial de proyectos generadores de empleo: Subvención para asistencia técnica, subvención financiera de hasta 3 puntos de interés, subvención para inversión fija en proyectos de reconocido interés social, etc.

• Ayudas al mantenimiento de puestos de trabajo: Subvención del coste salarial, bonificación de la cuota empresarial a la Seguridad Social, subvención para la adaptación de puestos de trabajo, etc.

Además de estas ayudas, digamos específicas, también pueden incluirse las asociadas

a los distintos modelos contractuales para minusválidos (bonificaciones en la cuota empresarial de la Seguridad Social, subvenciones para la adaptación del puesto de trabajo, desgravaciones en el impuesto de sociedades, etc.).

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Incentivos al empleo 81

3. Enclaves Laborales42 Los Enclaves Laborales consisten en un contrato para la realización de una obra o

servicio por parte de un colectivo de trabajadores minusválidos de un Centro Especial de Empleo en una empresa ordinaria (colaboradora), a la que se desplazan temporalmente.

El Real Decreto 290/2004, que regula los Enclaves Laborales, establece una serie de incentivos para la contratación de trabajadores (por la empresa colaboradora) que presenten especiales dificultades para el acceso al mercado ordinario de trabajo:

• Subvención de 7.814 euros por cada contrato de trabajo celebrado a jornada completa. Si

el contrato fuera a tiempo parcial, esta subvención se reduce proporcionalmente según la jornada pactada.

• Bonificación del 100% en las cuotas empresariales de la Seguridad Social. • Subvención por adaptación del puesto de trabajo y eliminación de barreras u obstáculos.

Para tener derecho a estas ayudas, la contratación de trabajadores debe realizarse sin

solución de continuidad y transcurrido, al menos, un plazo de tres meses desde el inicio del Enclave, o desde la incorporación del trabajador, si ésta fuera posterior.

4. Cuota de reserva y medidas alternativas

La LISMI establece en su artículo 38.1 que las empresas públicas y privadas que

empleen un número de trabajadores fijos que exceda de cincuenta, están obligadas a emplear un número de trabajadores minusválidos no inferior al 2% de la plantilla.

Las llamadas medidas alternativas nacen como una opción a la obligatoriedad de reserva de puestos de trabajo descrita en el párrafo anterior. Las empresas públicas o privadas que vengan obligadas a contratar trabajadores discapacitados pueden quedar exentas de dicha obligación si aplican alguna de estas medidas sustitutivas. El Real Decreto 27/2000, de 14 de enero, en su artículo 2, establece estas medidas:

1ª) Realización de un contrato mercantil o civil con un Centro Especial de Empleo, o con

un trabajador autónomo discapacitado, para el suministro de materias primas, maquinaria, bienes de equipo, o de cualquier otro tipo de bienes necesarios para el normal desarrollo de la actividad de la empresa que opta por esta medida.

2ª) Realización de un contrato mercantil o civil con un Centro Especial de Empleo, o con un trabajador autónomo discapacitado, para la prestación de servicios ajenos y accesorios a la actividad normal de la empresa.

3ª) Realización de donaciones y de acciones de patrocinio, siempre de carácter monetario, para el desarrollo de actividades de inserción laboral y de creación de empleo de personas con discapacidad, cuando la entidad beneficiaria de dichas acciones de colaboración sea una fundación o una asociación de utilidad pública cuyo objeto social sea, entre otros, la formación profesional, la inserción laboral o la creación de empleo en favor de los minusválidos que permita la creación de puestos de trabajo para los mismos y, finalmente, su integración en el mercado de trabajo.

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82 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

El importe anual de los contratos mercantiles o civiles con Centros Especiales de Empleo de las medidas 1ª y 2ª deberá ser, al menos, de 3 veces el salario mínimo interprofesional anual por cada trabajador minusválido dejado de contratar por debajo de la cuota del 2%. Igualmente, el importe anual de la medida alternativa 3ª tiene que ser de, al menos, un importe de 1,5 veces el salario mínimo interprofesional anual por cada trabajador minusválido dejado de contratar por debajo de la cuota del 2%.

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Incentivos al empleo 83

ANEXO IV: CUADRO RESUMEN DE LOS INCENTIVOS A LAS DIFERENTES MODALIDADES CONTRACTUALES PARA MINUSVÁLIDOS

CONTRATO INCENTIVOS

Contrato indefinido para minusválidos

• Subvención de 3.907 euros por cada contrato celebrado a tiempo completo.

• Bonificación de las cuotas empresariales de la Seguridad Social, incluidas las de accidentes de trabajo y enfermedad profesional, y las cuotas de recaudación conjunta durante toda la duración del contrato en las siguientes cuantías:

- 70% por cada trabajador contratado menor de cuarenta y cinco años. Si se trata de una mujer, será del 90%. - 90% por cada trabajador contratado mayor de cuarenta y cinco años. Si es una mujer minusválida, será un 100%.

• Subvenciones para adaptación de puestos de trabajo o dotación de medios de protección personal hasta 901,52 euros.

• Subvenciones para la formación profesional de los trabajadores minusválidos.

• Deducción en el impuesto sobre sociedades, en la cuota íntegra, de 4.808,10 euros por cada persona/año de incremento del promedio de la plantilla de trabajadores minusválidos contratados por tiempo indefinido respecto al ejercicio anterior.

Contrato temporal para minusválidos

• Reducción del 75% de las cuotas empresariales a la Seguridad Social por contingencias comunes si el contrato es a jornada completa. Dicha reducción será del 100% para el primer trabajador contratado, siempre que no hayan tenido trabajador alguno a su servicio desde el 1 de enero de 2002.

• En el supuesto específico de que se contrate a mujeres minusválidas, bonificación del 90% en la cotización empresarial por contingencias comunes si la mujer contratada tiene una edad igual o superior a 45 años y del 80% en caso de que sea menor de dicha edad.

Contrato para la formación de minusválidos

• Reducción del 50% de la cuota empresarial de Seguridad Social prevista para estos contratos.

Contrato en prácticas para trabajadores minusválidos

• Reducción, durante la duración del contrato, del 50% de la cuota empresarial de la Seguridad Social correspondiente a las contingencias comunes (siempre que el contrato sea a tiempo completo).

De interinidad con trabajadores discapacitados desempleados para sustituir a personas discapacitadas que tengan suspendido el contrato de trabajo por incapacidad temporal

• Bonificación del 100% de las cuotas empresariales de la Seguridad Social, incluidas las de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y en las aportaciones empresariales de las cuotas de recaudación conjunta.

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84 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

CAPÍTULO V

AYUDAS TÉCNICAS Y TECNOLOGÍAS DE LA REHABILITACIÓN

RACIAS a la aportación de nuevas y avanzadas tecnologías ha sido posible el avance experimentado en muchos servicios sociales, permitiendo el desarrollo de nuevas y

mejores soluciones a problemas relacionados con la discapacidad. En este capítulo se pretende dar una visión general sobre estas ayudas técnicas y tecnologías de la rehabilitación para las personas con discapacidad, establecer una clasificación de las mismas y analizar la situación y características de las empresas españolas fabricantes de productos y prestadoras de servicios relacionados con estas tecnologías.

A. LA TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

El concepto general de tecnologías al servicio de personas con discapacidad es muy

amplio y se relaciona con todo aquello que suponga innovación al servicio de la integración social, autonomía personal, salud y calidad de vida. La “tecnología de la rehabilitación” aparece, en primera instancia como elemento relacionado con el concepto de “sociedad de bienestar”, para la mejora de la calidad de vida, autonomía e integración de las personas con discapacidad.

Sin embargo, las razones que en última instancia determinan que la tecnología de la rehabilitación se vea impulsada hoy día tienen una base económica, ya que el gasto asistencial es muy elevado. Los Estados miembros de la OCDE coinciden en la necesidad urgente de desarrollar acciones capaces de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, de manera que mejore su autonomía personal y se reduzca el coste económico que su atención exige.43 La tecnología de la rehabilitación tiene como objetivos fundamentales tanto la mejora de la autonomía personal de las personas discapacitadas, como la reducción del coste asistencial de las mismas.

En este contexto, la investigación científica y el desarrollo e innovación tecnológicos se erigen en instrumentos fundamentales, no sólo para la mejora del bienestar social y calidad de vida de las personas con discapacidad, sino también para maximizar los beneficios sociales que se derivan de los recursos que se utilizan con este propósito.

1. Conceptos: Ayudas técnicas y tecnologías de la rehabilitación Para poder delimitar con claridad el término "ayuda técnica" hay que aclarar

primeramente el concepto de "ergonomía", que deja ver con más exactitud por dónde nos movemos cuando se intenta definir un tema tan amplio y a la vez tan desconocido como es este.

Ergonomía, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua es "la ciencia que estudia las relaciones entre el hombre y su trabajo y trata de adaptar éste a las características psicológicas y fisiológicas del trabajador". Este término, en principio, surge de la industria, que ve la necesidad de facilitar la realización del trabajo para conseguir una mayor productividad y a la vez una mejor situación laboral del trabajador.

G

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Ayudas técnicas y tecnologías de la rehabilitación 85

Con el paso del tiempo, y ante las distintas exigencias de la sociedad por el rápido progreso de la ciencia, la palabra "ergonomía" requirió una ampliación de su ámbito de aplicación. La ergonomía puede ser definida como una forma de investigación para el estudio de todas las interacciones que se producen entre los hombres y las herramientas, objetos, máquinas y edificios que “usa”, es decir, lo que constituye el entorno material en el que vive. La finalidad de la ergonomía es la modificación de las características del entorno para adaptarlas a las características concretas de cada persona en particular (y del hombre en general), la adecuación del entorno al “usuario”.

En nuestro ámbito las ayudas técnicas son los medios para adecuar el entorno a las necesidades del usuario discapacitado. Las ayudas técnicas son las herramientas creadas para conseguir la posibilidad de realizar acciones que de otra forma sería imposible o extremadamente difícil realizar; es decir, son herramientas que ayudan al individuo a aproximarse lo más posible a la “normalidad”, transformando el entorno con el fin de favorecer la integración. La finalidad de las ayudas técnicas es conseguir la integración y participación del discapacitado dentro del medio en el que vive.

En cuanto a las “tecnologías de la rehabilitación”, el proyecto europeo HEART (Horizontal European Activities in Rehabilitation Technology)44 las define como: “todo producto, instrumento, estrategia, servicio y práctica utilizado por personas con discapacidad y personas mayores –especialmente producido o disponible de forma general- para prevenir, aliviar o neutralizar la deficiencia, la discapacidad o la minusvalía, y mejorar la autonomía y calidad de vida de las personas”. Esta definición establece que el concepto de tecnología de la rehabilitación abarca no sólo las ayudas técnicas concretas, sino también las estrategias (políticas, normas, reglas personales, etc.), los servicios (sistema de prestación de servicio, etc.) y las prácticas (métodos que usan los profesionales al valorar y dar información, etc.) orientadas hacia la rehabilitación.

2. A modo de clasificación La Organización Internacional de Normalización, conocida por las siglas “ISO”

(Internacional Standard Organization), ha elaborado una norma para clasificar las ayudas técnicas: la ISO 9999 “Ayudas técnicas para personas con discapacidad”. Esta clasificación está basada en una división funcional, teniendo en cuenta al usuario y el uso de la ayuda técnica. Además, la clasificación ISO utiliza las definiciones oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de deficiencia, discapacidad y minusvalía. Pues bien, siguiendo la clasificación propuesta por la norma ISO 9999,45 las tecnologías al servicio de las personas con discapacidad, conocidas genéricamente, como hemos visto, con la denominación de tecnologías de la rehabilitación, pueden clasificarse en diez familias diferentes de ayudas técnicas:

• Ayudas para la terapia y formación (ISO 03). • Ortesis y prótesis (ISO 06). • Ayudas para el cuidado y protección personal (ISO 09). • Ayudas para la movilidad personal (ISO 12). • Ayudas para las tareas domésticas (ISO 15). • Mobiliario y adaptaciones del hogar (ISO 18). • Ayudas para la comunicación, información y señalización (ISO 21).

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86 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

• Ayudas para la manipulación de productos y mercancías (ISO 24). • Ayudas y equipamiento para mejoras ambientales, herramientas y máquinas (ISO 27). • Ayudas para el esparcimiento (ISO 30).

Otra posible clasificación de las ayudas técnicas, al margen de la ISO 9999 y

atendiendo a su utilidad u objetivo es la siguiente: Ayudas técnicas preventivas: Previenen deformidades y disminuyen el potencial

agresivo y evolutivo de una enfermedad. Cabe distinguir entre tres tipos de prevención: primaria, que persigue evitar que aparezca la enfermedad; secundaria, cuyo fin es evitar que la enfermedad evolucione hasta la incapacidad, y terciaria, que previene de la dependencia cuando ya existe incapacidad.

Ayudas técnicas facilitadoras: Se definen como aquellas que aumentan las posibilidades funcionales de la persona con discapacidad que las utiliza. Puede distinguirse entre ayudas técnicas de carácter personal, o que afectan directamente a dicha persona, y las que se dirigen a la adaptación del hogar o del trabajo (medios técnicos).

Ayudas técnicas compensadoras: Aumentan la capacidad de realizar gestos, actividades y tareas imposibles, bien porque su realización provoque dolor, bien porque el grado de discapacidad sea tan grande que no puedan efectuarse.

3. Diferentes tipos y ejemplos de ayudas técnicas46 El objeto de este apartado no es ser un catálogo exhaustivo de ayudas técnicas, sino un

mero ejemplo de diferentes tipos de ayudas, siguiendo la siguiente clasificación, diferente de las anteriores: Ayudas para la comunicación; para la cognición; para el cuidado personal; para la movilidad personal; para el mantenimiento; mobiliario y adaptaciones en viviendas y otros lugares y ayudas para las actividades recreativas.

Ayudas para la comunicación

Todos tenemos necesidad de comunicarnos con los demás, y normalmente nos

comunicamos hablando o escribiendo. Sin embargo, gran parte de la comunicación tiene lugar cuando escuchamos, vemos, leemos o usamos lenguaje de signos o mimo. Las personas que han perdido la capacidad de hablar o escribir, pueden valerse de medidas alternativas para compensar esta pérdida:

En el caso de tener poca fuerza en los dedos debido a artritis o reumatismo, puede compensarse esta discapacidad (que afecta a la capacidad de escribir) usando un bolígrafo grueso, un bolígrafo especial o uno corriente envuelto en plastazote cilíndrico. Igualmente, ante un déficit o problema visual, es posible utilizar un papel con líneas trazadas claramente y un bolígrafo grueso.

El ordenador ofrece muchas facilidades para la escritura, que pueden llevarse a cabo sin importar las discapacidades motóricas que se tengan. En el caso de no poder usar un teclado normal, existe una gran variedad de sustitutos, y así, por ejemplo, existen teclados pequeños (miniteclados) para personas con discapacidades motrices, reduciéndose la distancia de alcance, y también existen maxi-teclados para las personas que sólo pueden golpear grandes superficies debido a movimientos amplios e imprecisos. También existen

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Ayudas técnicas y tecnologías de la rehabilitación 87

teclados especiales para las personas que sólo pueden usar una mano, que tienen las manos con deformidades, etc.

En el caso de las personas con poca fuerza en los dedos, les puede ser de gran ayuda el uso de un trackball, para el manejo del ratón con los pulgares. En el caso de no poder controlar las manos lo suficiente como para poder presionar las teclas, puede utilizarse un licornio47 o una varilla bucal, una varilla accionada con al barbilla, o un puntero de mano. Si se trata de personas con discapacidades motóricas graves que no pueden trabajar con un teclado convencional, pueden utilizar un sustituto de éste emulándolo con un control por pulsadores o joystick. Este emulador es una matriz de elementos visible en el monitor, en la que un cursor va barriendo los distintos caracteres disponibles en un teclado: una letra, una figura o una orden (“nueva línea”, “nueva página”, “escribir en mayúsculas”, etc.). Cuando se alcanza la letra o el carácter deseado, éste se selecciona activando el pulsador o el joystick. Los pulsadores pueden accionarse con el pie, la mano, el codo, la mejilla, el cuello, aspirando o soplando, o de cualquier otra forma que se considere adecuada para el usuario.

Para las personas con problemas visuales existen programas de aumento, que muestran el texto grande y claro en la pantalla.

Yendo ahora a las ayudas técnicas que faciliten la lectura, las personas con baja visión pueden hacer uso de una lupa. Si la visión es parcial y no puede usarse lupa, un sistema de circuito cerrado de televisión puede ser una buena opción, pues permite leer o ver un libro, un periódico o cualquier texto o fotografía, colocándolo en una repisa situada debajo de la pantalla, lo que permite que se muestre en ésta el texto o las figuras, claramente visibles.

Los libros y las revistas se pueden apoyar en un atril, y si existen dificultades para pasar las páginas, la solución es un pasapáginas, que no es sino una varilla que tiene un asidero grande y fácil de agarrar en un extremo y una pieza de goma en el otro, que ayuda a pasar la página. Incluso existen pasapáginas eléctricos que funcionan al accionar un pulsador, que puede ser colocado y ajustado para cada persona, de tal forma que se pueda accionar con un dedo, con toda la mano, con el pie, etc.

Para las personas con problemas de audición existe una gran variedad de posibilidades que no están basadas en la amplificación del sonido, ya que rara vez el aumento del volumen resuelve el problema, e incluso puede que sólo sea una molestia para los demás. La forma más común de mejorar la audición es el audífono, existiendo una gran variedad de modelos que pueden colocarse dentro o por detrás de la oreja.

Ayudas para la cognición

A las personas con dificultades para entender, gestionar y prever acontecimientos, o

para recordar y organizar las actividades de la vida diaria o en otra área, le puede resultar de gran utilidad las ayudas técnicas para la cognición. En el ámbito cognitivo los métodos y los productos de la tecnología de la rehabilitación son muy variados y, a menudo, están adaptados específicamente a los problemas de la persona, por lo que los siguientes ejemplos no son en absoluto completos, pero sirven para hacerse una idea de cuáles pueden ser este tipo de ayudas.

En el caso, por ejemplo de personas que olvidan apagar la cocina, pueden utilizar un reloj de encendido/apagado, que apaga la cocina (o cualquier otro aparato eléctrico) a una determinada hora después de haberlo utilizado.

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88 PROTECCIÓN ECONÓMICA, INCENTIVOS Y AYUDAS TÉCNICAS

También pueden usarse libros y periódicos (informes, documentos, etc.) grabados en cinta, en el caso de tener dificultades de lectura.

En el caso de que una persona se pierda (desorientación, etc.), puede usar el teléfono móvil en el que tenga grabado en una tecla los números de las personas que puedan ayudarle en esa situación, pudiendo también señalizar dicha tecla con dibujos o colores.

Ayudas para el cuidado personal

El cuidado personal es una cuestión íntima y muy importante. Para lavarse, bañarse o

ducharse, una posibilidad es tener grifos con termostato que regulen automáticamente la temperatura, evitando así que la gente con reducida sensibilidad se queme. En el baño pueden colocarse barras en la pared, con posibilidad de combinarlas con barras de sujeción fijadas al suelo, y las personas con dificultades para sentarse o levantarse de la bañera pueden resolver este problema utilizando un asiento de bañera con un respaldo de apoyo. También existen sillas giratorias para bañeras, que facilitan el acceso a las mismas. En el caso de aquellas personas que no puedan alcanzar los mandos de la grifería cuando estén sentados en la ducha, existen alcachofas de ducha provistas de un sistema de apertura y cierre colocado justo en la boca de la misma. Igualmente los mandos o palancas pequeñas de los grifos son más fáciles de usar si se utilizan alargadores de palanca.

En el apartado de ayudas técnicas para vestirse y desvestirse, en el caso de personas con dificultades motoras, estas ayudas facilitan enormemente la tarea. Así, por ejemplo, existen abrocha botones, alargadores para vestirse, pinzas para alcanzar, calzadores de mango largo, etc.

Para el uso del baño existen asientos elevables inclinados, tapas con alza, barras de apoyo, pinzas especiales (para limpiarse), fundas lavables, sillas con orinal, etc.

Ayudas para la movilidad personal

Cuando hablamos de ayudas técnicas para la movilidad, nos vienen a la cabeza los

bastones y las sillas de ruedas, pero hay otras muchas más ayudas destinadas a proporcionar movilidad.

Dentro del campo de las sillas de ruedas hay que distinguir entre sillas de ruedas manuales y sillas eléctricas. El avance de la tecnología ha sido importante en este campo, con, entre otros avances, la creación de materiales cada vez más ligeros y la aplicación de nuevos motores con mayor autonomía y potencia.

Hay que tener en cuenta que, dado que la accesibilidad en las calles y en el transporte público es, en general, muy pobre, muchas personas con discapacidad necesitan tener un coche privado para ir al trabajo, de compras, etc. La tecnología puede hacer que personas con deficiencias físicas graves puedan gozar de la autonomía que supone el uso de un vehículo propio: permite la conducción con una sola mano, con manos y brazos débiles, desde la propia silla de ruedas, puede llevar múltiples adaptaciones para el acceso, etc.

Otra ayuda importante para la movilidad son los llamados sube-escaleras, elementos que suelen combinarse con la silla de ruedas.

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Ayudas técnicas y tecnologías de la rehabilitación 89

Ayudas para las actividades domésticas Otras actividades esenciales para la vida independiente son las relativas a la casa

(cocinar, limpiar, etc.). La mayoría de las tareas se realizan en la cocina (eléctrica, gas, vitrocerámica), en el fregadero y en la que podríamos llamar zona de trabajo, que suele estar situada entre los dos primeros. De esta forma, los armarios a una altura adecuada, igual que el fregadero, estanterías de cristal que permitan ver el contenido, utensilios eléctricos (batidoras, robots que pican, pelan, etc.), los dispositivos de apagado automático, avisadores, sujeta-cazuelas tablas especiales para cortas y picar, cuchillos tenedores y cucharas adaptados (mango grande, con determinados ángulos, etc.), abridores de botes, modernos electrodomésticos (encendido y apagado por voz, compra por Internet, etc.), son de gran ayuda para las personas discapacitadas.

Las tareas diarias de limpieza son más fáciles si se llevan a cabo de forma correcta y se dispone de los utensilios adecuados a las necesidades de cada uno. Fregonas, escobas y cubos especiales, aspiradoras, máquinas de lavar la ropa especiales, y un sin fin de artículos más permiten llevar a cabo esta actividad por personas discapacitadas, confiriéndoles una importante autonomía.

Mobiliario y adaptaciones en las viviendas y otros lugares

Un gran problema para muchas personas con discapacidad es la falta de acceso a su

propia vivienda y el propio interior de ésta. Rampas, montaescaleras o grúas pueden ser necesarias para facilitar el desplazamiento. Las luces de seguridad activadas mediante sensores son también habituales y útiles para el desplazamiento y movilidad (encontrar la cerradura, el número de la casa, al entrar en una habitación, etc.). Para el usuario de una silla de ruedas la apertura automática de puertas puede ser una necesidad (igual para personas con poca fuerza en las manos, por ejemplo) y las puertas correderas se demuestran también de gran utilidad al ofrecer la posibilidad de una apertura más amplia y ser más fáciles de manejar.

La casa puede estar totalmente equipada con un sistema que controle la apertura y cierre de puertas y ventanas, luces, la radio, el ordenador y las cortinas, entre otros elementos (especialmente adecuado en el caso de discapacidad motórica grave).

En cuanto al mobiliario, existe un extenso catálogo en el mercado de muebles con características especiales y ajuste a necesidades específicas: sillas, sillones, camas, colchones, estanterías, etc.

Ayudas para actividades recreativas

Es importante para todos participar en la vida social, en actividades culturales y tener

vacaciones. La práctica de deporte, la jardinería, la pintura o el coleccionismo son actividades que, gracias a determinadas ayudas, pueden ser practicadas y disfrutadas por personas con discapacidad.

Es perfectamente posible, en multitud de modos y formas, que las personas con discapacidad puedan practicar deporte: barcos de vela adaptados, esquí, natación, hacer uso de ayudas técnicas para correr, jugar al baloncesto o al tenis, montar en bicicleta o caballo, etc. Existen muchos juegos de mesa con imanes o en tamaños extra grandes, así como

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portacartas, tableros y figuras de ajedrez adaptadas. También es posible la composición de música y la reproducción de la misma mediante la ayuda de dispositivos basados en un ordenador.

B. LA PRODUCCIÓN DE TECNOLOGÍA DE LA REHABILITACIÓN EN ESPAÑA

1. Los productos de tecnología de la rehabilitación en el mercado español De acuerdo con la clasificación ISO 9999, las familias de productos de tecnología de

la rehabilitación con mayor presencia en el mercado español son las ortesis y exoprótesis, las ayudas para la protección y el cuidado personal, las ayudas para la movilidad personal, el mobiliario y las adaptaciones para las viviendas y otros inmuebles, las ayudas para la terapia y el entrenamiento, y las ayudas para las actividades domésticas.48

Existen determinadas carencias como las ayudas para la manipulación de productos, o las ayudas y equipamiento para la mejora del ambiente y de la maquinaria y herramientas, que se encuentran poco presentes en el comercio minorista. El volumen anual de demanda global en el subsector se estima, en torno a los 360,6 millones de euros, situándose la demanda de productos a medida cerca de los 108,18 millones de euros y en 252,42 millones de euros la de producto en serie, componentes y servicios. El crecimiento que ha tenido la demanda en España en los últimos años ha sido constante, situándose en un 7% anual, aunque es necesario destacar la excesiva dependencia del exterior. Los productos de mayor consumo en España son:

• Ortesis: Prefabricados para ortesis, férulas, coderas, muñequeras, rodilleras, tobilleras,

plantillas, etc. • Exoprótesis: Para amputados de miembro/s inferiores y/o superior/es. • Ayudas para la movilidad personal: Bastones, andadores, sillas de ruedas, elevadores,

vehículos eléctricos, etc. • Mobiliario: Mesas, butacas, sillas, camas, etc. • Varios: Asientos para baño, ayudas para el cuidado personal, ayudas para comer y beber,

cojines y colchones antiescaras, etc. 2. La producción española de tecnología de la rehabilitación49 La producción española en este sector presenta una serie de puntos fuertes tales como

la capacidad técnica para asimilar nuevas tecnologías y la mejora de la difusión de conocimientos llevada a cabo por las Asociaciones Profesionales y Empresariales.

Entre los puntos débiles hay que destacar: la atomización de la oferta; el desconocimiento de datos reales sobre el mercado, como los usuarios potenciales, los productos existentes en el mercado o el número de empresas y, por tanto, la ausencia de presupuestos acordes al sector por parte de las Administraciones Públicas; el bajo nivel de implantación de sistemas de gestión de la calidad; los bajos niveles de inversión en tecnología; la escasa formación reglada y continua; la excesiva dependencia de la importación de materia prima, componentes y tecnología; la dificultad en las actividades de promoción y venta por la inexistencia de datos fiables sobre potenciales usuarios.

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Respecto a la presencia en el contexto internacional de las empresas de fabricación de producto en serie y componentes, un 45% realiza alguna actividad de importación y un 40% exporta habitualmente parte de su producción. El origen de las importaciones corresponde, por orden, a EE.UU., Alemania, Francia y Reino Unido, y los destinos de las exportaciones son principalmente América Latina, Italia, Alemania y Portugal. Las empresas españolas de fabricación de producto en serie y componentes se ven obligadas a competir, por una parte, con productos de alta calidad y diseño avanzado, procedentes de países más desarrollados del centro y norte de Europa y, por otra, con productos de baja calidad y bajo coste fabricados en países en vías de desarrollo, principalmente del Sudeste Asiático.

El escaso desarrollo de la tecnología de la rehabilitación en España no sólo es consecuencia de su modesto tejido industrial y de la falta de estímulos para incentivar la I+D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación) en este campo. Para comprender la acumulación de circunstancias que han limitado el desarrollo de la tecnología de la rehabilitación en nuestro país se hace necesario realizar un breve recorrido por la situación de los diferentes agentes sociales y económicos relacionados: usuarios, profesionales, empresas y administración.

Los usuarios de la tecnología de la rehabilitación abarcan un amplio colectivo: Por una parte nos encontramos con un extenso grupo de personas con algún tipo de discapacidad permanente, originada por deficiencias de origen físico, psíquico o sensorial. Cada grupo experimenta una determinada problemática y responde a unas necesidades concretas, si bien determinados problemas son comunes. Por otra parte, existe un importante colectivo, constituido por las personas mayores. Por último, todas las personas son susceptibles de usar productos de tecnología de la rehabilitación en algún momento de su vida debido a una lesión o a una enfermedad no permanente (“discapacidad temporal”).

Las personas con discapacidad permanente se hallan organizadas en Asociaciones de Usuarios, que prestan servicios de información, orientación y asesoramiento a sus asociados, programas de rehabilitación y mantenimiento, acceso a empleo especial, etc. En definitiva, representan un papel activo como informadoras, compradoras y usuarias de productos de tecnología de la rehabilitación.

Las empresas son fabricantes y distribuidoras de productos (en serie o a medida) y prestadoras de servicios. También las empresas se encuentran agrupadas en Asociaciones Empresariales (FENIN, FEDOP, FETOR, etc.).

Los Profesionales más relacionados con la tecnología de la rehabilitación son los fisioterapeutas, los médicos rehabilitadores, los técnicos ortoprotesistas, los terapeutas ocupacionales, los psicólogos, los profesores de educación especial, los trabajadores sociales y otros especialistas médicos como los traumatólogos, neurólogos y pediatras. Estos profesionales se hallan agrupados en las Sociedades Profesionales y Científicas.

La Administración. Por parte de las Administraciones Públicas cabe considerar tanto la de Asuntos Sociales como las de Sanidad y Educación, que actúan como compradoras y reguladoras principalmente.

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Modelo esquemático de las relaciones entre los distintos agentes

EMPRESAS FABRICANTES EXTRANJERAS

EMPRESAS FABRICANTESESPAÑOLAS

EMPRESAS DISTRIBUIDORAS

EMPRESAS ADAPTADORAS Y

DE SERVICIOS

USUARIOS

PROFESIONALES ADMINISTRACIÓNPÚBLICA

3. Las empresas españolas de tecnologías de la rehabilitación En general, la mayor parte de empresas de productos y servicios relacionados con las

tecnologías de la rehabilitación son PYMES (pequeñas y medianas empresas) atendiendo al número de empleados y facturación, con un marcado carácter familiar en su mayoría.

El tiempo medio de presencia en el mercado de las empresas de productos en serie es de 12 años. Existe una cierta falta de estructuración en el mercado que dificulta tanto el aprovisionamiento de materias primas como la consolidación de los canales de distribución (acceso a usuarios potenciales, falta de formación en los canales de distribución, de información de los profesionales, etc.). Aunque la mayoría de empresas de productos en serie son fabricantes, hay que señalar que una parte importante de la producción es subcontratada, ya que el reducido tamaño del mercado impide a las empresas amortizar inversiones en maquinaria y equipos; unas inversiones relativamente elevadas, debido no sólo a la diversidad de modelos, por la gran amplitud de la gama de productos, sino también a la diversidad de procesos de fabricación.

En lo que se refiere a las ortopedias (producción a medida), el 74% de las empresas tienen entre 1 y 5 empleados y presentan un volumen de facturación inferior a los 300.000 euros anuales. El 15% tienen entre 5 y 10 empleados facturando unos 600.000 euros y un 5% se sitúan entre los 20 y los 30 empleados con una facturación de 1,8 millones de euros y el 1% tiene más de 50 empleados presentado facturaciones de más de 3 millones. Este grupo de empresas muestra un tiempo de presencia en el mercado sensiblemente superior al de los fabricantes de producto en serie, situándose en los 25 años de tiempo medio. Eso sí, estas empresas presentan volúmenes de subcontratación similares a las empresas que fabrican producto en serie.

Las principales dificultades a las que se enfrentan las empresas son el bajo volumen de ventas por los precios elevados de ciertos productos y normalmente bajo poder adquisitivo

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Ayudas técnicas y tecnologías de la rehabilitación 93

de los usuarios, la reducción de las partidas presupuestarias de la Administración, la diversidad de la demanda debido a los distintos tipos de usuarios, la competencia de empresas sin cualificación y los problemas financieros por la tardanza en los pagos de sus clientes y por los bajos precios que paga la Administración.

El nivel de innovación tecnológica ha ido en aumento durante los últimos años, aunque todavía resulta escaso en comparación con los países más desarrollados de la UE, debido a la falta de recursos económicos que se destinan a estas actividades. A esto hay que añadir la falta de información, por parte de los usuarios y profesionales, sobre los productos existentes en el mercado. Destacar que la mayoría de empresas no dedica explícitamente una partida presupuestaria a actividades de I+D+I. Las actividades de innovación tecnológica llevadas a cabo por las empresas dedicadas a las ortopedias se centran en la mejora de los sistemas de fabricación, incorporando procesos de producción de mayor contenido tecnológico, así como herramientas de diseño industrial. Por otra parte, las empresas de fabricación en serie presentan procesos de fabricación eminentemente industriales, centrando las innovaciones tecnológicas en la mejora de los procesos de producción con objeto de reducir costes, incorporando nuevos materiales y desarrollando y rediseñando productos más acordes a las necesidades de los usuarios.

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TERCERA PARTE

INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

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Colocación de personas con discapacidad 97

CAPÍTULO VI

COLOCACIÓN DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD

NTES DE estudiar las diferentes modalidades laborales orientadas y desarrolladas por las personas con discapacidad y los datos referidos al empleo de estas personas, es

necesario referirse a la actividad previa al desarrollo de un puesto de trabajo, esto es, a la forma en que las personas con discapacidad buscan empleo. De la misma forma, también será preciso analizar los posibles medios que utilizan las empresas para encontrar aquellos trabajadores discapacitados adecuados para los puestos de trabajo que pretenden cubrir.

El objetivo del presente capítulo es dar una visión general sobre los servicios públicos y privados dedicados a la intermediación laboral, así como otras herramientas útiles para la colocación de personas con discapacidad en puestos de trabajo adecuados a sus características personales.

A. LOS SERVICIOS DE COLOCACIÓN

1. Consideraciones generales

El mercado de trabajo es el lugar donde confluyen la oferta y la demanda de trabajo;

es decir, es el lugar donde se realizan las transacciones entre personas que ofrecen sus servicios y las empresas dispuestas a contratar trabajadores.

La complejidad y particularidades del mercado de trabajo llevan a la necesidad de establecer ciertos mecanismos que, de alguna manera, regulen y complementen este mercado para su buen funcionamiento, ya que su enorme dimensión (tanto cuantitativa como cualitativa) dificulta el flujo de información entre los oferentes y demandantes, obstaculizando así el encuentro entre ambos. Los mecanismos mencionados serán aquellos que consigan solventar las ineficiencias del mercado de trabajo.

Un tipo de estos mecanismos es aquel que consigue reunir la mayor cantidad posible de información de la oferta y la demanda de trabajo y que, mediante el conveniente tratamiento de la misma, pone en contacto a un oferente adecuado para el puesto de trabajo del demandante. Se trata de la actividad de colocación o de mediación.

Esta actividad puede ser llevada a cabo, bien desde la iniciativa estatal, mediante un servicio público de empleo, bien a través de una iniciativa privada, mediante la creación de empresas cuyo objeto principal sea la mediación en el mercado de trabajo, normalmente con finalidad lucrativa. También puede llevarse a cabo a través de otros mecanismos sin aparente ánimo de lucro como pueden ser los servicios sindicales de colocación o las bolsas de trabajo en universidades.

Respecto de la colocación, y normativamente hablando, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene en consideración dos objetivos clave: De un lado la garantía del papel del Estado en el mercado de trabajo, asumiendo sus responsabilidades y desempeñando un papel activo en el mismo; y de otro la protección de los trabajadores frente a los posibles abusos que podrían padecer ante la actuación de intermediarios o mediadores privados con finalidad lucrativa. De esta forma, la OIT impone la creación y mantenimiento de un servicio público de empleo50 y trata de eliminar la mediación lucrativa.51

A

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98 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

2. El Sistema Nacional de Empleo Legalmente, intermediación laboral es el conjunto de acciones que tienen por objeto

poner en contacto las ofertas de trabajo con los demandantes de empleo para su colocación. La intermediación laboral tiene como finalidad proporcionar a los trabajadores un empleo adecuado a sus características y facilitar a los empleadores los trabajadores más apropiados a sus requerimientos y necesidades.

Por la Disposición adicional primera de la Ley de empleo 56/2003, de 16 de diciembre, el INEM pasa a denominarse Servicio Público de Empleo Estatal, conservando su régimen jurídico y económico.

La Ley 56/2003 define el nuevo Sistema Nacional de Empleo como el conjunto de estructuras, medidas y acciones necesarias para promover y desarrollar la política de empleo. Este Sistema Nacional de Empleo está integrado por el Servicio Público de Empleo Estatal y los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas. Los Servicios Públicos de Empleo son los responsables de asumir la ejecución de las políticas activas de empleo, debiendo garantizar la efectiva igualdad de oportunidades y la no discriminación en el acceso al empleo, sin que pueda existir discriminación alguna. Los Servicios Públicos de Empleo asumen la dimensión pública (y gratuita) de la intermediación laboral.

El Servicio Público de Empleo Estatal es el organizador autónomo de la Administración General del Estado que tiene encomendada la ordenación, desarrollo y seguimiento de los programas y medidas de la política de empleo. Los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas ejercen las funciones necesarias para la gestión de la intermediación laboral y de las políticas activas de empleo.

La búsqueda de empleo a través de los servicios públicos debe formalizarse mediante una solicitud de empleo en la Oficina de Empleo correspondiente. Con esta inscripción, el demandante de empleo puede participar y beneficiarse de los servicios ofertados para la inserción laboral. La demanda de empleo debe ser renovada periódicamente52 y para que la solicitud de empleo sea atendida, deben cumplirse una serie de requisitos: tener 16 años cumplidos, ser español o ciudadano de la Unión Europea (o Espacio Económico Europeo) o trabajador no comunitario en posesión de permiso de trabajo y/o residencia en vigor y, por último, no estar imposibilitado para el trabajo. Las personas con discapacidad pueden optar por el registro indistinto bien como demandante de empleo como cualquier otro trabajador, o bien pasar a formar parte del registro de minusválidos, para lo cual es requisito necesario la presentación del certificado oficial de minusvalía.

Los servicios ofertados por los Servicios Públicos de Empleo a que se tiene acceso con la inscripción como demandante son:

Acceso a las ofertas de empleo. Los Servicios Públicos de Empleo facilitan las ofertas

presentadas en las Oficinas de Empleo. A partir de la inscripción (solicitud y entrevista personal) y, según los casos, las pruebas de calificación profesional, el trabajador es incluido en el banco de datos de demandantes de empleo, pudiendo pasar a ser “candidato”, si su perfil profesional se adecua a alguna de las ofertas presentadas. En caso contrario, los Servicios Públicos de Empleo tratarán de apoyar el proceso de inserción laboral, mediante una orientación profesional en la búsqueda de empleo (por cuenta ajena o por cuenta propia).

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Colocación de personas con discapacidad 99

Programa de inserción laboral (PILRAI). A través del cual los demandantes de empleo pueden beneficiarse de dos tipos de acciones:

• Orientación profesional (tutoría individualizada, incorporación a programas de empleo

y/o formación, etc.), para facilitar la inserción laboral. En este caso el demandante tiene que formalizar un compromiso de participación en las acciones previstas.

• Percepción de una renta, a partir de los 3 meses de la fecha de solicitud, llamada Renta Activa de Inserción (RAI), cuya cuantía es del 75% del Salario Mínimo Interprofesional, durante un máximo de 10 meses que dura el programa.

Pueden ser beneficiarios de este programa los trabajadores desempleados de larga

duración que, a la fecha de la solicitud, hayan extinguido una prestación por desempleo del nivel contributivo y/o el subsidio de nivel asistencial53 (salvo cuando la extinción se haya producido por sanción). Además deben reunir los siguientes requisitos: tener 45 años; carecer de rentas, de cualquier naturaleza, superiores en cómputo mensual al 75% del Salario Mínimo Interprofesional, excluida la parte proporcional de dos pagas extraordinarias; no haber cumplido la edad ordinaria que se exija en cada caso para poderse jubilar, salvo que no se tuvieran cotizaciones suficientes para ello; y ser desempleados, sin derecho a subsidio por este motivo, inscritos durante doce o más meses ininterrumpidamente en la Oficina de Empleo.

También podrán ser beneficiarios del Programa los trabajadores desempleados de larga duración, aunque no hayan percibido ninguna prestación o subsidio por desempleo y que reúnan los requisitos citados antes y que no tengan derecho a la protección por desempleo, habiendo estado inscritos ininterrumpidamente como demandantes de empleo durante 24 meses.

Acceso a los servicios de orientación profesional para el empleo. Los servicios de

orientación profesional para el empleo agrupan las distintas actividades que puede llevar a cabo un demandante para facilitar su incorporación al mercado de trabajo, concretándose en una tutoría individualizada, en la que el trabajador dispondrá del apoyo de un técnico orientador y que se lleva a cabo en una serie de entrevistas individuales y actividades grupales.

Este servicio de orientación puede ser desarrollado por los Centros de orientación profesional para el empleo y asistencia al autoempleo (OPEA).54 Los Centros OPEA son entidades que, teniendo personalidad jurídica propia y careciendo de fines lucrativos, colaboraran con el Servicio Público de Empleo en la realización de acciones para facilitar todos aquellos medios, acciones o herramientas que faciliten la búsqueda de empleo por cuenta ajena o por cuenta propia. Las acciones de estos Centros, facilitan la mejora de la posición en el mercado de trabajo del demandante de empleo y la búsqueda de trabajo por cuenta ajena, así como el autoempleo.

Acceso a los servicios de asistencia al autoempleo. Los Servicios Públicos de Empleo

ofrecen información y asesoramiento para el autoempleo (u otro tipo de proyectos empresariales), facilitando información básica sobre la creación y gestión de empresas. Proponen sesiones de información y motivación para el autoempleo, dirigidas a demandantes de empleo que han considerado la posibilidad de emprender una actividad empresarial; así

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100 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

como asesoramiento individualizado de proyectos empresariales, dirigido a demandantes de empleo que tengan una iniciativa empresarial definida, pero no elaborada, mediante la elaboración de un “plan de empresa”, que incluya un análisis de viabilidad.

Desde el punto de vista de la contratación de trabajadores a través de un Servicio

Público de Empleo, es necesario presentar una solicitud de trabajadores. En la correspondiente Oficina de Empleo se informa y se facilita el documento de solicitud de trabajadores, que debe rellenarse indicando las características del puesto, las condiciones de los candidatos, el tipo de contratación y la forma, lugar y fecha de selección de los trabajadores.

Los servicios ofertados a los empleadores se concretan en la tramitación de las ofertas de empleo, así como en la facilitación de información sobre: modalidades y formas de contratación, medidas de Fomento de Empleo y su tramitación, trabajadores procedentes de países de la Unión Europea que desean encontrar trabajo en España y proceso de registro de los contratos de trabajo efectuados por la empresa.

3. Agencias de colocación privadas Se entiende por “agencia de colocación” (o de empleo) aquella, independiente de las

autoridades públicas, que presta alguno de los siguientes servicios:55 Servicios destinados a vincular ofertas y demandas de empleo, sin que la agencia de empleo privada pase a ser parte en las relaciones laborales que puedan derivarse; servicios consistentes en emplear trabajadores con el fin de ponerlos a disposición de una tercera persona, física o jurídica; u otros servicios relacionados con la búsqueda de empleo, determinados por la autoridad competente.

En España, el artículo 16.2 del Estatuto de los Trabajadores prohíbe la existencia de agencias de colocación con fines lucrativos. Las agencias sin fines lucrativos (que sí se permiten), están fuertemente reguladas,56 estableciéndose una serie de requisitos para su establecimiento, tales como: garantizar el principio de igualdad de acceso al empleo, estar autorizadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (o Autonómico competente), circunscribir su ámbito territorial o funcional de actuación a lo que se determine en el correspondiente convenio de colaboración, no subcontratar con terceros la realización de los servicios objeto de la autorización concedida y, por supuesto, carecer de fines lucrativos.

Estas agencias de colocación se configuran normativamente como entidades que colaboran con el Servicio Público de Empleo en la intermediación en el mercado de trabajo, con la obligación (entre otras) de remitir a la Oficina de Empleo que corresponda los datos sobre demandas (altas y bajas de los solicitantes de empleo) y ofertas (trabajadores enviados a ofertas, trabajadores que hayan declinado presentarse etc.) de empleo.

El problema a la hora de considerar o no “agencia de colocación” a una organización reside en delimitar lo que se entiende o no por lucrativo y en lo que se defina como actividad de colocación en el mercado de trabajo.

Respecto a la denominación de “no lucrativo”, el artículo 16.2 del Estatuto de los Trabajadores entiende que una agencia de colocación no actúa con finalidad lucrativa “siempre que la remuneración que reciban del empresario o del trabajador se limite exclusivamente a los gastos ocasionados por los servicios prestados”, definición que completa el artículo 2.1 del Real Decreto 735/1995, que considera servicios prestados “la

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Colocación de personas con discapacidad 101

oferta o presentación a los empleadores de los trabajadores solicitados por los mismos, siempre que dichos trabajadores se adecuen al perfil profesional de los puestos de trabajo a cubrir existentes en las empresas”. De esta forma, la Ley no obliga a las agencias a prestar servicios gratuitos de colocación, sino simplemente no lucrativos. El precio del servicio no debe suponer un beneficio empresarial para la agencia (lo que no impide que la agencia obtenga beneficios empresariales a través de otras actividades relacionadas con el mercado de trabajo: publicidad, selección, etc.).

En cuanto al concepto de “colocación”, el problema no está tanto en su definición, como en su distinción de otras actividades en el mercado de trabajo. Esta diferencia esencial delimita la legalidad o ilegalidad de dichas actividades. El carácter organizado y sistemático de la actividad de colocación, así como el carácter completo de la intermediación (entendiendo esta última como la realización del conjunto de actividades conducentes a poner en contacto oferentes y demandantes de empleo, que abarque todas las fases del proceso de colocación), son las claves para considerar una actividad como “colocación” .57

Por último, a partir de la firma de un Convenio con el Servicio Público de Empleo, las agencias de colocación reciben una autorización inicial de 1 año, pudiendo solicitar una prórroga (por escrito y con una antelación mínima de 2 meses y máxima de 3 meses antes de finalizar la autorización inicial). Esta prórroga también tiene un año de duración. Al término del segundo año la autorización se convierte en indefinida.

B. EL MÉTODO DE VALORACIÓN ESTRELLA

Ante la necesidad de conocer la situación de empleo de las personas con discapacidad,

así como el potencial de sus capacidades, el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO) elaboró, en el año 1995, el Método de Valoración Profesional “ESTRELLA”, teniendo como marco la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalía de 1980 (CIDDM-1980).58

Se elaboró una metodología para la valoración de personas con discapacidad en edad laboral, de cara a su orientación profesional e integración laboral, y se recogió en un programa informático. Este programa fue desarrollado para cubrir las necesidades técnicas derivadas de los procesos de valoración, orientación, asesoramiento profesional e inserción laboral de personas con discapacidad, y puede ser utilizado por cualquier organismo.

Según estableció el propio IMSERSO, los objetivos básicos del Método ESTRELLA son:

• Establecer un lenguaje común en los aspectos relacionados con la formación y el

empleo, entre los profesionales de la valoración, basado en la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF).

• Proporcionar una base científica para el conocimiento del perfil de las personas y del puesto de trabajo.

• Aportar un sistema fácil y sistematizado de codificación y registro.

Esta aplicación informática fue desarrollada como herramienta Microsoft Access 97, con lenguaje Visual Basic para aplicaciones. Si el usuario tiene instalado el programa informático Microsoft Access (97 o superior), tendrá grandes posibilidades de uso de la aplicación informática ESTRELLA. Podría generar sus propias pantallas de actualización,

Page 107: Trabajo y discapacidad

102 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

realizar de consultas, elaborar estadísticas e informes, etc. Además, existe la posibilidad de integrar los datos almacenados por la aplicación en numerosos programas o aplicaciones ofimáticas que sean capaces de trabajar directamente con los datos de Microsoft Access.

La aplicación se suministra en un soporte CD-ROM,59 o bien puede descargarse gratuitamente en la página web del Servicio de Información sobre Discapacidad,60 en la que también puede conseguirse el manual de usuario.61

1. Tablas de datos de la aplicación informática La aplicación contiene dos grandes grupos de tablas: a) Tablas principales: En las que se almacenan los datos que se introducen en la

aplicación: Registro de personas (valoración de personas con discapacidad); registro de ofertas y empresas (análisis y evaluación de puestos de trabajo); formación ocupacional (gestión de cursos); recursos (para servir de ayuda de cara a dar la orientación o información al usuario) y legislación.

b) Tablas auxiliares: Posibilitan un tratamiento estadístico de la información almacenada y a las que se tiene acceso a través de la opción de mantenimiento de la aplicación o mediante un desplegable del campo al que se encuentren vinculadas.

2. Recogida de datos y utilidad A través de diferentes pantallas, el usuario puede ir rellenando diversos campos, bien

directamente (teclado), bien mediante la selección de alguno de los valores preestablecidos en menús desplegables.

El Registro de Datos de las Personas con Discapacidad se crea introduciendo información sobre: la identificación (datos personales, incluyendo el reconocimiento de grado de minusvalía); sobre el perfil (deficiencias, discapacidades, situaciones de desventaja, etc.); datos formativos (formación reglada, idiomas, etc.); sobre datos laborales (situación laboral, experiencia, ayudas técnicas y/o adaptaciones, etc.); datos sociolaborales (intereses profesionales, datos socioeconómicos, etc.) y sobre orientación profesional (medidas de inserción laboral, etc.).

Mediante la sucesiva recogida de esta información de cada persona discapacitada, se va creando una base de datos, que puede ser utilizada de diversas formas: tablas estadísticas, selección, etc.

En cuanto a las empresas u ofertas de empleo, se recoge información sobre la propia empresa: identificación, domicilio, sector económico, actividad, etc.; sobre las ofertas: puesto de trabajo, contrato, jornada, etc., y sobre el perfil buscado: deficiencia, capacidad, formación, experiencia, etc.

Cuando se cuente con una oferta de trabajo, y hayan sido introducidas tanto la valoración funcional del trabajador demandado, como los demás datos de la oferta de trabajo, se puede buscar a aquellos trabajadores con discapacidad (dados de alta en la base de datos), que reúnan el perfil o requisitos específicos de la oferta de empleo.

La aplicación informática ESTRELLA también ofrece la posibilidad de introducir datos relativos a formación ocupacional (gestión de cursos), en forma de propuesta, pudiendo mantenerlos o modificarlos a conveniencia. La aplicación está especialmente diseñada para la gestión de cursos del Fondo Social Europeo.

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Colocación de personas con discapacidad 103

C. BÚSQUEDA Y OFERTA DE TRABAJO EN INTERNET

Aparte de los medios de colocación mencionados anteriormente, otra forma de

búsqueda de trabajo (y de trabajadores) se encuentra en Internet. Varias son las empresas, fundaciones y asociaciones que ofrecen, a través de páginas web, servicios que pueden considerarse de colocación. Como ejemplos, se han escogido únicamente algunas que se dedican, de manera exclusiva o como parte de su actividad, a poner en contacto ofertas y demandas de trabajo y trabajadores discapacitados; es decir, se hace mención exclusiva a algunas páginas web de referencia directa al empleo de discapacitados (lo que no obvia la existencia de gran cantidad de páginas dedicadas a la búsqueda de empleo que, aunque no estén orientadas específicamente a las personas con discapacidad, sí pueden constituir una buena forma de búsqueda de empleo).

Disc@pnet

Según el Grupo Fundosa, (del que forma parte), Disc@pnet es, a la vez, un servicio de

información para las organizaciones y las personas con discapacidad y una plataforma para la prestación de servicios interactivos dirigidos a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, su autonomía personal, económica y funcional y su participación en la vida económica, social y cultural. Disc@pnet (“http://www.discapnet.es”), es una iniciativa promovida por la Fundación ONCE, que cuenta con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

La bolsa de empleo de Disc@pnet62 ofrece servicios tanto para los trabajadores como para las empresas. Ofrece la posibilidad de inscribirse como demandante de empleo, para lo que debe rellenarse un formulario con los datos básicos del demandante. Igualmente ofrece a las empresas la posibilidad de inscribirse como oferentes de empleo, para lo que deben facilitar el CIF, pudiendo así anunciar sus ofertas y recibir información sobre los candidatos idóneos para las mismas.

Ofrece un listado (directo) de las ofertas de trabajo,63 entre las que se puede buscar la más adecuada al perfil del demandante y enviar una solicitud individualizada a dicha oferta.

Fundación Adecco

La Fundación Adecco forma parte del Grupo Adecco. En sus propias palabras, la

Fundación Adecco (http://www.fundacionadecco.es) tiene entre sus objetivos la sensibilización del mundo empresarial hacia la integración laboral de discapacitados, mayores de 45 años, parados de larga duración y mujeres con cargas familiares: “A través de diversas actividades transmitimos las ventajas y valores que aporta la contratación de estas personas con especiales dificultades que no impiden su plena capacitación en el puesto de trabajo”.

La Fundación Adecco cuenta con un servicio de integración laboral sin ánimo de lucro, consistente en llevar a cabo el reclutamiento y selección de candidatos y la intermediación entre oferta y demanda del mercado laboral. Realiza una labor de sensibilización sobre el colectivo de personas discapacitadas para que se cubran las ofertas de trabajo (tanto a través de las delegaciones del Grupo Adecco, como directamente a través

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104 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

de las empresas que realicen una oferta de empleo), si dicha oferta es efectivamente susceptible de ser ocupada por un discapacitado.

La bolsa de trabajo de la "Fundación Adecco para la Integración Laboral"64 ofrece la posibilidad de registrar los datos personales y profesionales en el sistema de selección de la Fundación Adecco, con la finalidad de hacer posible el establecimiento de una relación laboral y el envío de información comercial del Grupo Adecco. También ofrece la posibilidad de inscripción como demandante de empleo, mediante el envío de datos a través de un completísimo formulario que incluye, entre otros campos, el tipo y descripción de la discapacidad, las posibilidades para desplazarse, postura laboral (sentado, de pie, etc.), factores ambientales (temperatura, humedad, etc.) o el tratamiento (dependencia y necesidad de atención).

Las empresas oferentes de empleo65 deben rellenar un formulario detallado en el que deben indicar, aparte de los datos básicos de la empresa, aquellos relacionados expresamente con la oferta de trabajo: la denominación del puesto, una descripción de tareas, el número de personas a contratar, el salario bruto anual, o el tipo de contrato, tiempo y duración, etc.

Merc@dis

El proyecto Merc@dis (http://www.mercadis.com) nació por iniciativa de la

Fundación Telefónica, con el apoyo técnico de la Asociación Telefónica de Ayuda a Minusválidos (ATAM). Tiene como principal objetivo poner en marcha un sistema informático, soportado en Internet, para el intercambio de información relacionada con el trabajo y la discapacidad. Como su propio nombre indica, el objetivo es crear un mercado laboral para las personas con discapacidad en el que confluyan ofertas y demandas de empleo y sea posible una respuesta inmediata.

Para poder acceder a las ofertas de empleo es necesario registrar el currículum vitae en el apartado correspondiente,66 introduciendo los datos personales. Aparte de estar en posesión o no de un certificado del grado de minusvalía, no hay ninguna pregunta sobre la discapacidad o discapacidades que padezca el solicitante. Una vez registrado el currículum, puede accederse a las ofertas reflejadas en la bolsa de empleo,67 introduciendo unos criterios de búsqueda (titulación, idioma, provincia, etc.).

Respecto a las empresas demandantes de empleo, deben registrarse para poder ofertar puestos de trabajo y acceder a las demandas de los trabajadores. Pueden realizar esta inscripción en el apartado “registro de entidades”,68 rellenando un formulario al uso con los datos básicos de la empresa (incluido el CIF y una persona de contacto). Una vez registrada la empresa, podrá acceder al apartado de “registro de ofertas”69 y al de “búsqueda de demandas” (demandantes de empleo), con la posibilidad de establecer determinados criterios de búsqueda.

Page 110: Trabajo y discapacidad

El empleo de las personas con discapacidad 105

CAPÍTULO VII

EL EMPLEO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

N ESTE séptimo capítulo se desarrollan las características de diversas modalidades laborales de las personas con discapacidad. Se estudian los Centros Especiales de

Empleo, los Enclaves Laborales, el empleo con apoyo, el teletrabajo y el autoempleo. Por último, se analiza el papel de las nuevas tecnologías en el empleo de personas con discapacidad, haciendo referencia expresa a los llamados “Nuevos Yacimientos de Empleo”.

A. CENTROS ESPECIALES DE EMPLEO

1. Origen y definición

La inserción social y laboral de los discapacitados en España está regulada por la

LISMI. En su artículo 37 establece que la finalidad primordial de las políticas de empleo para trabajadores minusválidos ha de ser la integración de los mismos en el sistema ordinario de trabajo o, en su defecto, su incorporación al sistema productivo mediante una fórmula especial de trabajo protegido: los Centros Especiales de Empleo. Los Centros Especiales de Empleo son empresas normalizadas que actúan en el mercado, cuyo objetivo principal es proporcionar a los trabajadores con discapacidad un puesto de trabajo (remunerado) adecuado a sus características personales.

La LISMI define los Centros Especiales de Empleo como: “aquellos cuyo objetivo principal sea el realizar un trabajo productivo, participando regularmente en las operaciones de mercado, y teniendo como finalidad el asegurar un empleo remunerado y la prestación de servicios de ajuste personal y social que requieran sus trabajadores minusválidos, a la vez que sea un medio de integración del mayor número de minusválidos al régimen de trabajo normal” (art.42).

Los Centros Especiales de Empleo persiguen dos objetivos básicos: de una parte tienen una finalidad empresarial, y de otra una función asistencial para con sus empleados. Persiguen la creación de riqueza y la permanencia de puestos de trabajo, a la vez de ser un puente hacia el empleo ordinario de sus trabajadores con discapacidad.70

2. Características esenciales

Los Centros Especiales de Empleo pueden ser de titularidad pública o privada; pueden

ser creados por las Administraciones Públicas (bien directamente, o en colaboración con otro tipo de organismos), o por personas físicas, jurídicas o comunidades de bienes. A día de hoy la mayoría de los Centros Especiales de Empleo son de iniciativa privada. Atendiendo a la aplicación de sus beneficios, los Centros podrán carecer o no de ánimo de lucro.

Los Centros Especiales (para ser considerados como tales) deben contar con un porcentaje mínimo del 70% de personal discapacitado en su plantilla, considerándose trabajadores discapacitados aquellos que tengan reconocida una minusvalía en grado igual o superior al 33% y, como consecuencia de ello, una disminución de su capacidad de trabajo al menos igual o superior a dicho porcentaje.71

E

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106 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

La prestación de servicios de las personas con discapacidad en los Centros Especiales de Empleo es una relación laboral de carácter especial recogida en el artículo 2.1.g) del Estatuto de los Trabajadores, por lo que tiene una regulación específica de desarrollo, concretamente el Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio. En cuanto a la modalidad de los contratos formalizados en este tipo de centro, podrán ajustarse a cualquiera de las modalidades previstas en el Estatuto de los Trabajadores; es decir, podrán ser indefinidos o temporales, a tiempo completo o parcial, de formación, etc.72 Así también, con objeto de facilitar la adaptación profesional del trabajador minusválido al puesto a desarrollar, o para completar su formación, se podrá establecer un “periodo de adaptación al trabajo”, con carácter de periodo de prueba.

3. Calificación y registro

La creación de Centros Especiales de Empleo exige su calificación e inscripción en el

Registro de Centros de la Comunidad Autónoma correspondiente, debiendo cumplirse una serie de requisitos tales como: Acreditación de la personalidad del titular, justificación económica de las posibilidades de viabilidad y subsistencia del Centro, previsión de tener en plantilla al personal técnico y de apoyo en posesión de la titulación profesional adecuada que la actividad del Centro precise, y la constatación de la constitución de la plantilla por trabajadores minusválidos conforme a lo dispuesto en la ley.

4. Ayudas a los Centros Especiales de Empleo Como ya se mencionó en el Capítulo IV, dedicado a la protección e incentivos al

empleo, estos Centros pueden recibir dos tipos de ayudas: • Ayudas de financiación parcial de proyectos generadores de empleo. • Ayudas al mantenimiento de puestos de trabajo.

Es necesario tener en cuenta que la mayoría de las Comunidades Autónomas tienen transferidas competencias de servicios sociales, lo que supone que, mientras los Centros Especiales de Empleo de algunas Comunidades reciben ayudas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, otras reciben subvenciones del departamento correspondiente de la respectiva Comunidad Autónoma.

5. Régimen jurídico

• Real Decreto 2273/85, de 4 de diciembre,73 por el que se aprueba el Reglamento de los

Centros Especiales de Empleo. • Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio,74 por el que se regula la relación laboral de

carácter especial de los minusválidos que trabajen en los Centros Especiales de Empleo. • Real Decreto 427/1999, de 12 de marzo,75 por el que se modifica el anterior Real

Decreto. • Orden Ministerial de 16 de octubre de 199876 (concesión de ayudas).

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El empleo de las personas con discapacidad 107

6. Datos básicos de los Centros Especiales de Empleo

La evolución de los Centros Especiales de Empleo muestra un claro crecimiento a lo largo de los años. Tomando datos estadísticos del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales,77 referentes a centros y servicios de atención a personas con discapacidad, en el año de 1995 apenas existían en España 137 Centros Especiales de Empleo. En el año 1995 sólo ocho Comunidades Autónomas contaban con este tipo de centros.

Estos datos han sido superados ampliamente en nuestros días. Según datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en 2001 existían un total de 1.125 Centros Especiales, que ocupaban a una plantilla de 30.833 personas, 26.300 de las cuales presentaban algún tipo de discapacidad.

En el año 2001, 18 Comunidades Autónomas recogían un total de 16.920 contratos, lo que hace ver la proliferación y obvia existencia de este tipo de centros en todo el territorio nacional (a excepción de Melilla, donde no se registró ningún contrato en ese año). El País Vasco es el que refleja un mayor número de contratos, seguido de Cataluña, Andalucía y Madrid. Entre las cuatro Comunidades Autónomas se registran casi el 60% del total de contrataciones (9.977).

Distinguiendo por sexo, la contratación de hombres es superior a la de las mujeres. El número de contratos formalizados por mujeres supone el 67% del total de los formalizados por hombres. Las menores diferencias se observan en Asturias (89%) y Comunidad Valenciana (87%), dándose las mayores diferencias en Baleares (49%), Canarias (51%) y La Rioja (54%).

Cuadro 7.1: Contratos de minusválidos en Centros Especiales de Empleo según sexo y edad en 2001

HOMBRES %Total

Hombres de menos de 25 años 1.709 16,92 Hombres de 25 a 44 años 6.231 61,68 Hombres de más de 45 años 2.162 21,40 Total 10.102 59,70

MUJERES % Total Mujeres de menos de 25 años 1.162 17,04 Mujeres de 25 a 44 años 4.217 61,85 Mujeres de más de 45 años 1.439 21,11 Total 6.818 40,30 TOTAL 16.920

Fuente: Elaboración propia con datos del Servicio de Información sobre Discapacidad (SID). Contratos registrados por el INEM (acumulados).

Page 113: Trabajo y discapacidad

108 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Gráfico 7.1: Contratos de minusválidos en Centros Especiales de Empleo según sexo y Comunidad Autónoma en 2001

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Servicio de Información sobre Discapacidad (SID). Contratos registrados por el INEM (acumulados).

En el 2002 un total de 382 contratos a minusválidos realizados en Centros Especiales de Empleo fueron convertidos en indefinidos. De entre éstos, el 60% correspondían a contratos realizados a hombres. Andalucía, País Vasco y Aragón fueron las Comunidades Autónomas en las que se formalizaron un mayor número de contratos de trabajo convertidos en indefinidos.

1.417

484

442

141

144

196

406

637

1.476

28

735

171

285

1.066

0

186

188

2.016

84

0

45

1.226

123

119

833

166

104

638

19

1.069

370

242

133

74

69

395

319

874

0 250 500 750 1.000 1.250 1.500 1.750 2.000 2.250

Andalucía

Aragón

Asturias

Baleares

Canarias

Cantabria

Castilla La-Mancha

Castilla León

Cataluña

Ceuta

Com. Valenciana

Extremadura

Galicia

Madrid

Melilla

Murcia

Navarra

País Vasco

La Rioja

CONTRATOS

Hombres Mujeres

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El empleo de las personas con discapacidad 109

En cuanto a las ayudas concedidas a los Centros Especiales de Empleo, en el año 2001 se destinaron un total de 26.004.288,76 euros a proyectos generadores de empleo, y otros 92.356.902,74 euros al mantenimiento de puestos de trabajo. En total se concedieron 49.605 ayudas, por un importe de 119.519.091 euros. Por Comunidades Autónomas, fue Cataluña la que más dinero obtuvo, casi 33 millones de euros, seguida de lejos por el País Vasco, con 17,04 millones y Madrid con 14,129 millones.

La mayor parte de las ayudas (78% del gasto total) se destinan al mantenimiento de puestos de trabajo. En números absolutos, del total de 49.605 ayudas, el 95% fueron ayudas para el mantenimiento de puestos de trabajo.

Cuadro 7.2: Ayudas concedidas para la integración laboral de minusválidos por Comunidad Autónoma (2001)

CENTROS ESPECIALES DE EMPLEO

TOTAL PROGRAMA INSERCIÓN 2001 Proyectos generadores de

empleo Mantenimiento de puestos

de trabajo COMUNIDAD AUTÓNOMA

AyudasImporte (miles

de euros)

% Total(gasto) Ayudas

Importe (miles

de euros)

%Total(gasto) Ayudas

Importe (miles

de euros)

%Total(gasto)

TOTAL 49.269 118.361 100,0 2.131 26.004 22,0 47.138 92.357 78,0 Andalucía 1.871 6.303 5,3 294 0 0,0 1.577 6.303 100,0 Aragón 1.459 3.881 3,3 72 628 16,2 1.387 3.252 83,8 Asturias 1.244 3.065 2,6 50 568 18,5 1.194 2.497 81,5 Baleares 4.000 1.130 1,0 ... 300 26,5 4.000 830 73,5 Canarias ... … … ... … … ... … … Cantabria 1 2.084 1,8 1 81 3,9 … 2.003 96,1 Castilla-La Mancha ... … … ... … … ... … … Castilla y León 1.795 6.123 5,2 68 1.291 21,1 1.727 4.832 78,9 Cataluña 8.227 32.932 27,8 382 4.141 12,6 7.845 28.790 87,4 Com. Valenciana 254 10.057 8,5 254 3.080 30,6 ... 6.977 69,4 Extremadura 621 1.760 1,5 21 228 13,0 600 1.532 87,0 Galicia 1.316 4.843 4,1 190 1.912 39,5 1.126 2.931 60,5 Madrid 284 13.970 11,8 284 3.497 25,0 ... 10.473 75,0 Murcia 530 1.578 1,3 61 548 34,7 469 1.030 65,3 Navarra 18.538 8.773 7,4 126 2.385 27,2 18.412 6.387 72,8 País Vasco 5.072 16.996 14,4 300 3.562 21,0 4.772 13.434 79,0 Rioja (La) 3.921 959 0,8 22 168 17,5 3.899 791 82,5 Ceuta 86 238 0,2 6 62 26,1 80 176 73,9

Melilla 50 119 0,1 ... … … 50 119 100,0

Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales 2001. MTAS, 2002.

Page 115: Trabajo y discapacidad

110 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

B. ENCLAVES LABORALES 1. Definición Según el Real Decreto 290/2004, de 20 de febrero, se entiende por Enclave Laboral el

contrato entre una empresa del mercado ordinario de trabajo, llamada empresa colaboradora, y un centro especial de empleo para la realización de obras o servicios que guarden relación directa con la actividad normal de aquélla y para cuya realización un grupo de trabajadores con discapacidad del centro especial de empleo se desplaza temporalmente al centro de trabajo de la empresa colaboradora.

Los Enclaves Laborales surgen a partir de una relación comercial entre una empresa del “mercado abierto” y un Centro Especial de Empleo. Consisten en el desarrollo de una actividad productiva por parte de un grupo de trabajadores de un Centro Especial de Empleo en las propias instalaciones de la empresa.

Son una unidad dependiente del Centro Especial de Empleo establecida en el seno de una empresa ordinaria. El Centro Especial de Empleo acuerda una prestación de servicios o desarrollo de sus tareas productivas con la empresa contratante en los centros de trabajo de dicha empresa. Se trata de una especie de arrendamiento de servicios de una empresa a un Centro Especial de Empleo, con la particularidad de que la prestación se realiza en las propias instalaciones de la empresa contratante.

Los Enclaves constituyen otro instrumento más para la creación de empleo para las personas con discapacidad, y una nueva herramienta para la posible incorporación al mercado de trabajo ordinario.

2. Objetivos de los Enclaves Laborales

a) Favorecer el tránsito de las personas con discapacidad desde el empleo en los Centros Especiales de Empleo al empleo en empresas del mercado ordinario de trabajo.

b) Permitir a los trabajadores con discapacidad de un Centro Especial de Empleo desarrollar su actividad laboral en una empresa del mercado ordinario de trabajo, completando su experiencia profesional.

c) Conseguir que la empresa del mercado ordinario de trabajo en la que se realiza el Enclave Laboral tenga un mejor conocimiento de las capacidades y aptitudes reales de los trabajadores con discapacidad.

d) Posibilitar el crecimiento de la actividad desarrollada por los Centros Especiales de empleo y, por tanto, la contratación por éstos de nuevos trabajadores con discapacidad, favoreciendo la creación de empleo estable.

e) Facilitar a las empresas el cumplimiento de la obligación de la cuota de reserva legal del 2% establecida en la LISMI. 3. Normativa El Plan de Empleo 2003 contemplaba una revisión de la normativa relativa a los

Centros Especiales de Empleo, determinándose los mecanismos necesarios para establecer Enclaves Laborales, como fórmula para facilitar el tránsito del empleo protegido al empleo ordinario. El día 20 de febrero de 2004 el Consejo de Ministros aprobó el antes mencionado

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El empleo de las personas con discapacidad 111

Real Decreto 290/2004, por el que se regulan los Enclaves Laborales como medida de fomento del empleo de las personas con discapacidad (BOE 21-2-2004).

Requisitos de los Centros Especiales de Empleo y empresas colaboradoras

Pueden realizar Enclaves Laborales los Centros Especiales de Empleo calificados e

inscritos como tales de acuerdo a la normativa, cuya antigüedad (desde la inscripción en el Registro) sea superior o igual a seis meses y que hayan desarrollado su actividad de forma continuada en los seis meses anteriores a la concertación del Enclave Laboral. Además, el Centro Especial de Empleo no puede tener como actividad exclusiva la derivada de uno o más Enclaves Laborales, sino que debe mantener una actividad propia.

Respecto a la empresa colaboradora, puede actuar como tal cualquier empresa del mercado ordinario de trabajo.

El Centro Especial de Empleo y la empresa colaboradora deben formalizar por escrito el contrato, determinando de forma precisa la obra o servicio objeto del contrato, la duración del mismo, el número de trabajadores con discapacidad que trabajarán en el Enclave y el precio convenido.

La duración mínima del Enclave será de tres meses y la duración máxima de tres años, pudiéndose prorrogar por periodos no inferiores a tres meses hasta alcanzar la duración máxima.

El Enclave deberá estar formado al menos pos cinco trabajadores si la plantilla de la empresa colaboradora es de 50 o más trabajadores, o al menos tres trabajadores si la plantilla es inferior.

Requisitos de los trabajadores

El 60%, como mínimo, de los trabajadores del Enclave deberá presentar especiales

dificultades para el acceso al mercado de trabajo ordinario, entendiendo como tales: a) Las personas con parálisis cerebral, las personas con enfermedad mental o las personas

con discapacidad intelectual, con un grado de minusvalía reconocido igual o superior al 33%.

b) Las personas con discapacidad física o sensorial con un grado de minusvalía reconocido igual o superior al 65%.

c) Las mujeres con discapacidad no incluidas en los párrafos anteriores, con un grado de minusvalía reconocido igual o superior al 33%. Este grupo podrá alcanzar hasta un 50% del porcentaje mínimo del 60%. Los demás trabajadores del Enclave deberán ser trabajadores con discapacidad con un

grado de minusvalía reconocido igual o superior al 33%. Los trabajadores con discapacidad ocupados en el Enclave Laboral mantienen su

relación laboral de carácter especial con el Centro Especial de Empleo durante la vigencia del Enclave.

Page 117: Trabajo y discapacidad

112 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

C. EMPLEO CON APOYO 1. ¿Qué es el empleo con apoyo? Se denomina “empleo con apoyo” aquel que se encuentra integrado dentro de

empresas normalizadas mediante la provisión de los apoyos necesarios (tanto dentro como fuera del lugar de trabajo), y en condiciones de empleo lo más similares posibles en trabajo y sueldo a las de otro trabajador sin discapacidad en un puesto equiparable dentro de la misma empresa. En otras palabras, es el "empleo integrado en la comunidad dentro de empresas normalizadas, para personas con discapacidad que tradicionalmente no han tenido posibilidad de acceso al mercado laboral, mediante la provisión de los apoyos necesarios dentro y fuera del lugar de trabajo, a lo largo de su vida laboral, y en condiciones de empleo lo más similares posible en trabajo y sueldo a las de otro trabajador sin discapacidad en un puesto equiparable dentro de la misma empresa".78

Con carácter general el empleo con apoyo está dirigido a las personas con discapacidad o en riesgo de exclusión que nunca han tenido acceso al mercado laboral o no han sido capaces de mantener un empleo.

Según la Asociación Española de Empleo con Apoyo79 (AEEA o AESE), el empleo con apoyo se basa en varios puntos fundamentales: • Trabajo integrado en empresas normalizadas en condiciones lo más similares posibles a

las de los compañeros de trabajo sin discapacidad que desempeñan puestos equiparables; entrenamiento dentro del puesto de trabajo, de manera que primero se ubica a la persona en un puesto y allí mismo se le proporciona la formación necesaria para desempeñarlo.

• Remuneración desde el primer momento como a cualquier otro trabajador. • Apoyos a lo largo de la vida laboral de la persona para posibilitar el mantenimiento del

puesto y del rendimiento requerido, este apoyo fluctúa a lo largo del tiempo en función de la situación de la persona.

2. Datos básicos del empleo con apoyo en España

Según algunos autores80 Cataluña ha sido tradicionalmente uno de los focos

principales de desarrollo de esta modalidad de inserción laboral desde los inicios de la misma en España. Otro de los focos principales de desarrollo del empleo con apoyo se encuentra en las Islas Baleares, y más concretamente en Mallorca, donde la iniciativa promovida por el Consell Insular puede considerarse como una de las más antiguas de España.

Dentro del estudio citado en la nota anterior puede encontrarse un cuadro que muestra los diferentes porcentajes con relación al tipo de discapacidad principal que presentan los trabajadores en el empleo con apoyo. Por un lado están las personas que en algún momento han recibido los servicios proporcionados por los diferentes programas y han conseguido un puesto de trabajo en 1999, independientemente de que lo mantuvieran en ese momento y, por otro lado, las personas que a finales de 1999 lo seguían manteniendo, continuaban disfrutando de un puesto de trabajo gracias al empleo con apoyo. La diferencia porcentual entre ambos datos se puede definir como el “porcentaje de pérdidas” de los puestos de trabajo en cada tipo de discapacidad. Pues bien, sobre un total de 3.514 personas que

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El empleo de las personas con discapacidad 113

consiguieron un trabajo mediante la modalidad de empleo con apoyo en el año 1999, 2.417 lo mantenían a finales del mismo año.

Dentro del colectivo de personas con discapacidad física, trabajaron, en algún momento, un total de 658 personas (18,7% del total), manteniendo su puesto de trabajo 509 a final de año (21% del total); lo que supone un porcentaje de pérdidas del 22,6%.

En algún momento trabajaron 1.925 personas con discapacidad intelectual (un 54,7% del total), manteniendo su puesto de trabajo 1.300 a final de año (53,7%), lo que supone un porcentaje de pérdida del 32,4%. Así también, 775 personas con discapacidad sensorial trabajaron alguna vez durante 1999 (22% sobre el total), manteniendo su puesto de trabajo 517 al final de dicho año (21,3% del total), lo que representa un porcentaje de pérdida del 33,2%.

Entre las personas con discapacidad psiquiátrica, trabajaron alguna vez 156 (4,4% del total), y 91 mantenían su puesto de trabajo a final de año (3,7% sobre el total) estimándose un porcentaje de pérdida del 41,6%. Por último, el colectivo de personas con discapacidad física es el que parece mostrar menos problemas a la hora de mantener el puesto de trabajo, mientras que, por el contrario, el colectivo de personas con discapacidad psiquiátrica es el que tiene mayores dificultades.

D. TELETRABAJO81

1. ¿Qué es el teletrabajo?

El teletrabajo es una forma de organización de trabajo que permite la realización del

mismo gracias a la aplicación de tecnologías de información y comunicaciones. Estas tecnologías permiten el desarrollo de un puesto de trabajo parcial o totalmente fuera de los centros de trabajo habituales de la empresa o persona para la que se realiza el trabajo. En resumen, el teletrabajador no va al trabajo sino que hace que el trabajo vaya a él, a su propio domicilio o a un centro específico de teletrabajo.

El desarrollo tecnológico permite a las personas con discapacidad el acceso a determinados sectores de actividad que en otro tiempo era impensable. Gracias al teletrabajo se han abierto grandes posibilidades de empleo para, en general, aquellos sectores sociales con especial dificultad de inserción laboral. El hecho de que el trabajo pueda desarrollarse en lugares diferentes al centro de trabajo, incluido el propio domicilio, proporciona a las personas con movilidad reducida ventajas muy importantes, ya que no precisan de la utilización diaria de un medio de transporte adaptado, ni la ayuda de terceras personas para desplazarse.

La modalidad de trabajo en casa permite al trabajador con discapacidad compatibilizar el trabajo con procesos de recuperación o rehabilitación, ajustando su horario a otras exigencias relacionadas con su salud. También, mejora la calidad de vida del entorno familiar y permite reducir algunos gastos inherentes al trabajo (transporte y comida), que resultan muy costosos para unos salarios que, en general, no son elevados.

La progresiva implantación de la tecnología a todos los ámbitos permitirá que esta modalidad laboral pueda ser desarrollada en todos los sectores o actividades económicas. La mayor parte de las actividades laborales pueden ser desarrolladas mediante teletrabajo por personas con cualquier tipo de discapacidad física o sensorial, sin más requisito que la incorporación en los equipos informáticos de aquellas adaptaciones precisas que necesiten.

Page 119: Trabajo y discapacidad

114 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Muchas son las actividades susceptibles de ser realizadas mediante teletrabajo, y así, se pueden considerar varios ejemplos: En el área de artes gráficas y diseño: maquetación de libros y revistas, diseño de folletos publicitarios, diseño y producción de carteles, diseño de publicidad en medios impresos, publicidad en medios electrónicos, diseño y producción de CD, etc. En el área de Internet: confección y diseño de páginas web, análisis del sector y/o estudio de la competencia, comercio electrónico, servicios de traducción, etc. En el área de la administración: telesecretaría, gestión de canales de distribución, contabilidad, gestoría, archivo, organización de viajes o conferencias, elaboración de documentos, etc.

2. ¿Qué requisitos ha de reunir una persona con discapacidad para tener éxito en el teletrabajo? En cuanto a capacidades físicas, el teletrabajador debe ser un trabajador que pueda,

por si solo o con la ayuda técnica adecuada, utilizar un teclado de ordenador, leer información de una pantalla, escribir o dictar y usar adecuadamente un teléfono.

En cuanto a los rasgos de su personalidad, debe ser una persona equilibrada, capaz de comprometerse, que no precise de estímulos externos para realizar el trabajo, autosuficiente para organizarse y con capacidad para superar los problemas del aislamiento que pueden derivarse del hecho de trabajar en el propio domicilio.

Finalmente, respecto de las capacidades profesionales, serán aquellas que las exigencias específicas de la actividad demanden; que normalmente serán las mismas que serían necesarias para desarrollar la misma actividad en el centro de trabajo de la empresa.

La mayor parte de las personas con discapacidad pueden encajar perfectamente en las exigencias requeridas respecto de las capacidades físicas exigibles. Los rasgos de personalidad y las capacidades profesionales son, más que las capacidades físicas, las variables determinantes para tener éxito como teletrabajador.

3. Ventajas e inconvenientes

Entre las ventajas evidentes que el teletrabajo ofrece al trabajador están: la mayor

flexibilidad de horario, la mayor autonomía en la organización del propio trabajo, el ahorro de tiempo y dinero en los desplazamientos, la posibilidad de pasar más tiempo con la familia, el mejor acceso a la formación (por medio de la teleformación), con la ventaja añadida de que se aprende a través del medio con que se va a trabajar, y la oportunidad de trabajar de forma autónoma con una inversión pequeña, en comparación con otros tipos de actividades empresariales. Desde el punto de vista de otros beneficios que aporta a los trabajadores y empresas en general y a las personas con discapacidad en particular:

a) Beneficios generales para el trabajador: • Posibilidad de acceder a trabajos fuera de la localidad de residencia, pero sin necesidad

de desplazamiento. • El reducido coste del equipamiento informático favorece el desarrollo de iniciativas de

autoempleo en una gran variedad de actividades profesionales. • Oportunidades de desarrollo personal, educativo y profesional. • Reducción de costes del trabajador por desplazamientos. • Compatibilidad del trabajo con tareas domésticas y cuidado de los hijos.

Page 120: Trabajo y discapacidad

El empleo de las personas con discapacidad 115

• Mejor aprovechamiento del tiempo al eliminar los desplazamientos. • Flexibilidad en el horario de trabajo.

b) Beneficios para la empresa: • Reducción de los costes empresariales. Se eliminan gastos relacionados con la

infraestructura del edificio, comedores, etc. • Permite desarrollar nuevas iniciativas sin una gran inversión, pudiendo acceder a otras

áreas geográficas, sin necesidad de abrir un centro de trabajo en ellas.

c) Beneficios específicos para personas con discapacidad: • El teletrabajo soslaya las características personales del trabajador, por lo que las

reticencias o prejuicios en, por ejemplo, atención al cliente, ya no importan. • Se mide al trabajador por los resultados de su trabajo, es decir, por su rendimiento y su

calidad. • Adaptación del entorno de trabajo por estar éste en el propio domicilio del usuario. La

flexibilidad adicional que tiene el teletrabajador, a la hora de realizar reacomodaciones del puesto de trabajo por distintas necesidades, es una ventaja importante.

• Eliminación de desplazamientos; eliminado también las barreras arquitectónicas y las de los transportes públicos.

Entre los inconvenientes se encuentran el aislamiento social, el temor al fracaso o

sobre la calidad del trabajo, la adicción al trabajo, el estrés, la inseguridad y el peligro de que, como ocurrió con el tradicional trabajo a domicilio, la fórmula se convierta en una bolsa de subempleo, marginalidad y economía sumergida. En el caso de los teletrabajadores que trabajan en su domicilio, la difícil separación entre trabajo y vida privada o familiar puede producir conflictos, especialmente cuando los espacios disponibles en el domicilio familiar son reducidos y no existe la posibilidad de crear espacios diferenciados para el teletrabajo.

Junto a las oportunidades que el teletrabajo brinda a las personas discapacitadas, no deben obviarse tampoco una serie de riesgos. Las personas con discapacidad deben adaptarse de la mejor forma posible al continuo desarrollo tecnológico. La formación es imprescindible. La incorporación de las personas con discapacidad al teletrabajo exige formación, tanto en técnicas y habilidades propias de su profesión o actividad, como en las técnicas informáticas y de comunicación.

El diseño de las herramientas de teletrabajo también puede presentar problemas, pues debe contar con el colectivo de discapacitados y no diseñarse pensando sólo en un tipo de personas (normalizado). El diseño debe estar abierto a todos, evitando que los avances tecnológicos, que deben servir para evitar desigualdades, se conviertan en nuevos factores de exclusión de las personas con discapacidad.

Existe otro riesgo respecto de la insuficiencia de recursos económicos. La tecnología no es en absoluto barata y precisa de sustanciosas inversiones. Las llamadas autopistas de la información, que permiten la transmisión de datos y multimedia con gran velocidad y que son esenciales para el teletrabajo, requieren inversiones que no siempre son rentables en según qué territorios. Por ello es imprescindible que el sector público tome conciencia de este hecho, puesto que si es el mercado el que desarrolla este campo, seguramente mucha gente quedará fuera.

Page 121: Trabajo y discapacidad

116 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

E. AUTOEMPLEO

1. ¿Qué es el autoempleo? El trabajo por cuenta propia es una modalidad laboral interesante para el colectivo de

personas con discapacidad, dada su elevada tasa de desempleo y las dificultades para su integración en el mercado de trabajo ordinario. Crear un negocio propio es otra posibilidad laboral, fomentada por el Estado y los Gobiernos de las Comunidades Autónomas con diversas ayudas. Ya como trabajador autónomo, ya con la creación de una empresa propia, el autoempleo puede ofrecer al desempleado con discapacidad la oportunidad laboral que no ha podido encontrar por cuenta ajena. No obstante, en general, el autoempleo es una salida que la mayoría de demandantes de empleo ni siquiera se plantean, quizá por la idea de que se necesita un gran capital, o tal vez por pensar que implica un proceso complicado lleno de trámites administrativos. Pero el autoempleo no sólo se basa en la creación de una empresa, sino que existen formas más sencillas de abordarlo.

La creación de empresas y el desarrollo de una actividad profesional autónoma individual no son nuevas modalidades de trabajo en el mercado laboral, pero parece que, hasta ahora, estas alternativas de empleo estaban reservadas sólo a profesionales de prestigio y a emprendedores de vocación o a personas con una holgada solvencia monetaria. Las posibilidades que ofrece el mercado de trabajo demuestran que es una idea nada generalizable ni sostenible y que las posibilidades de autoempleo se producen en todos los sectores de actividad y para un elevado grupo de personas, incluidas, por supuesto, aquellas que presenten algún tipo de discapacidad. Para trabajar para uno mismo es necesario superar el enfoque tradicional del trabajo como asalariado, esto es, por cuenta ajena. Una vez conseguido ese cambio de mentalidad es fácil que muchas personas se decidan por esta alternativa laboral, eligiendo entre la forma de autoempleo que más convenga, desde el ejercicio de una profesión individual bajo la modalidad de trabajador autónomo, hasta la creación de complejas estructuras empresariales.

Finalmente, señalar que el desarrollo de las nuevas tecnologías, el avance de las telecomunicaciones y las nuevas actividades laborales han generado dos nuevas formas de autoempleo con muy buenas perspectivas: el teletrabajo y el sistema de franquicia. Tanto las modalidades clásicas de autoempleo como las más novedosas son importantes salidas al desempleo de las personas con discapacidad.

2. Ventajas e inconvenientes del autoempleo

a) Ventajas del autoempleo • Con el autoempleo no se depende de nadie y el jefe es uno mismo. • Otra ventaja es la libertad de horarios, puesto que lo normal es que no exista un horario

fijo. Esta ausencia de horario fijo ofrece una flexibilidad en ocasiones muy necesaria para las personas con discapacidad, ya sea para acudir a sesiones de rehabilitación, a consultas médicas, etc.

• Puede encontrarse otra ventaja respecto al salario. Si el negocio va bien y los beneficios son elevados, los ingresos pueden ser bastante más altos que trabajando como asalariado.

• Finalmente, el autoempleo puede desarrollarse en el propio hogar, con todas las comodidades que esto implica.

Page 122: Trabajo y discapacidad

El empleo de las personas con discapacidad 117

b) Inconvenientes del autoempleo • En muchas situaciones será necesaria una inversión inicial para el comienzo de la

actividad; una inversión que puede no estar al alcance de cualquiera, incluso acogiéndose a las ayudas que los organismos públicos ofrecen.

• También puede darse una pérdida del tiempo de ocio; y es que, en este caso, cuando más se trabaja, más se gana, lo que lleva incluso a trabajar los fines de semana, a no tener vacaciones, etc.

• Otro inconveniente importante son los problemas de salud, puesto que durante el tiempo en que, por cualquier circunstancia, no se pueda trabajar, no se recibirán ingresos.

• También respecto de los ingresos, en ocasiones, los clientes no pagan los trabajos que se les han realizado con la solvencia y rapidez deseada, lo que puede ocasionar problemas de liquidez y endeudamientos con entidades financieras.

• Finalmente, al igual que pasaba con el teletrabajo, puede darse un deterioro de las relaciones sociales al trabajar solos, sin ningún compañero de trabajo.

F. NUEVAS TECNOLOGÍAS Y MERCADO DE TRABAJO

1. Nuevas tecnologías y empleo de las personas con discapacidad La tecnología verdaderamente está cambiando nuestras vidas. Las posibilidades que

ofrece el llamado progreso tecnológico son cada vez mayores, tanto en su aplicación a la vida familiar o personal, como en el ámbito laboral. Es en este último en el que vamos a detenernos, y más concretamente en las amplias posibilidades que las nuevas tecnologías pueden ofrecer a los colectivos verdaderamente desfavorecidos dentro del mercado laboral.

La teleformación, el teletrabajo y las ayudas técnicas que facilitan la autonomía personal no son sino algunos de los ejemplos de lo que aportan con su aplicación las nuevas tecnologías, así como de las posibilidades de futuro que ofrecen para el colectivo de personas con discapacidad o minusvalía. La aplicación de las nuevas tecnologías favorece tanto la mejora en la calidad de vida de este colectivo, como su integración social. Respecto de esta integración, nadie pondrá en duda que, para que sea plena, uno de los requisitos que pueden estimarse como indispensable es el trabajo, la ocupación laboral. El mero hecho de trabajar supone un aporte de ingresos que por si mismo dota (en la medida que sea) de mayor independencia, lo que mejora la calidad de vida; así también, el recibir un salario por el trabajo realizado, por el esfuerzo realizado, y el sentirse valorado, son una fuente importante de autoestima.

Las nuevas tecnologías impulsan cada vez más mecanismos de adaptación para aquellas personas discapacitadas, acercándolos más hacia igualdad de condiciones (situación ideal de integración en un empleo normalizado) o mera posibilidad de desempeño de un puesto de trabajo. Pueden nombrarse como ejemplo los programas de software que transforman textos en voz (y viceversa) para que los invidentes puedan trabajar con ellos, los mecanismos sustitutivos del ratón para personas con dificultades de destreza manual, la teleformación, que procura facilidades para la capacitación de aquellas personas con imposibilidad o dificultad para desplazarse, nuevas posibilidades en ergonomía y adaptación física al centro de trabajo, etc.

Page 123: Trabajo y discapacidad

118 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

La cada día más patente hegemonía del sector terciario de la economía (y aparición y desarrollo de los que se han dado en llamar cuarto y quinto sectores de la economía), los denominados Nuevos Yacimientos de Empleo (medio ambiente, desarrollo turístico local y rural, desarrollo de Internet, etc.) unidos al creciente desarrollo tecnológico, pueden crear un gran campo de posibilidades para las personas con discapacidad. De igual manera, el mercado de trabajo muestra una constante modificación de las profesiones conocidas hasta hoy, así como la aparición de nuevas profesiones surgidas de la innovación tecnológica, lo que supone una gran oportunidad de puestos de trabajo que pueden ser cubiertos por personas con discapacidad. Este constante progreso crea nuevas demandas de capacitación y adecuación que, caso de no cumplirse, pueden ser generadoras de inadaptación y de riesgo de exclusión. Además, las nuevas tecnologías, necesitan de una gran inversión en su proceso de implantación; necesitan de la acción de los poderes públicos, tanto para la creación de la infraestructura necesaria, como para asegurar la adaptación de la sociedad a dicha tecnología, así como para asegurar la universalidad en el acceso a la misma. Así pues, cabrá preguntarse: ¿las nuevas tecnologías son accesibles para todo el mundo en general y para los discapacitados en particular?; ¿contamos con la infraestructura necesaria para sacar el mayor partido posible a dichas tecnologías?, ¿el costo de dicha tecnología es asumible por la mayoría de la población?.

2. La sociedad de la información y empleo Las industrias de la “Sociedad de la Información” están presentes en todos los

aspectos de la vida empresarial, laboral y de ocio, cambiando nuestros estilos de vida y trabajo.

El Consejo Europeo sobre el Empleo celebrado en noviembre de 1997 en Luxemburgo pidió a la Comisión que evaluara las consecuencias de esta transformación para el empleo y la formación. El Informe dirigido al Consejo Europeo: “Oportunidades de empleo en la sociedad de la información” (1998)82 respondió a ese encargo, examinando las repercusiones de la Sociedad de la Información, concluyendo que:

• Las industrias de la Sociedad de la Información se han convertido en uno de los sectores

más importantes y de más rápido crecimiento en la economía de la Unión Europea. Están creando nuevos empleos, nuevas oportunidades, nuevos productos y servicios, impulsando el crecimiento económico y mejorando la competitividad.

• La revolución de la información acaba de comenzar. Las industrias de la Sociedad de la Información continuarán creciendo en importancia y el ritmo del cambio se acelerará aún más.

• La Unión Europea está en condiciones de explotar las oportunidades. Con el mercado único más amplio del mundo, la moneda única y la liberalización de los mercados de telecomunicaciones, una voz potente en el escenario mundial y una reserva de talentos diversificada, creativa e innovadora, la UE tiene todos los ingredientes para un éxito continuado.

La Sociedad de la Información supone grandes oportunidades, pero también graves

peligros para las personas con discapacidad. La Sociedad de la Información puede proporcionar más independencia y oportunidades personales y laborales a algunas personas

Page 124: Trabajo y discapacidad

El empleo de las personas con discapacidad 119

con discapacidad, mientras que otras pueden quedar aún más excluidas del acceso a la información y a la participación en la sociedad; nadie debe quedar excluido por padecer una discapacidad.

Si la tecnología no se adapta a las necesidades y las capacidades individuales o no se normaliza según las necesidades de accesibilidad de las personas con discapacidad y de otros consumidores o si la información mayoritaria se procesa de forma que algunos grupos de usuarios queden excluidos, la Sociedad de la Información puede constituir una seria amenaza para las personas con discapacidad. Es por ello que deben adoptarse medidas para garantizar que este nuevo entorno no presente barreras para las personas con discapacidad. Este objetivo de una Sociedad de la Información abierta requiere la actualización de infraestructuras, la adecuación del marco legal, el compromiso de los sectores público y privado y la sensibilización de la opinión pública sobre las oportunidades que se despliegan con la implantación de la Sociedad de la Información para todos.

En este sentido, y en nuestro país, cabe destacar el Acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el Comité Español de Representantes de Minusválidos (CERMI) junto con la Fundación ONCE para la Cooperación e Integración Social de Personas con Minusvalía, para el desarrollo de una Sociedad de la Información donde estén integradas las personas con discapacidad.83 Este acuerdo propone una serie de medidas a adoptar para la consecución de una “Sociedad de Información para todos” que pueden servir como ejemplo: Apoyar el desarrollo de productos y servicios de tecnologías de la información y las comunicaciones, que respondan al concepto de diseño para todos, así como el desarrollo de tecnologías para adaptar los productos y servicios ya existentes, preferentemente mediante accesorios estándares y de tecnologías de asistencia que compensen la pérdida de función. También insiste en la promoción e implementación de programas de formación específicos adaptados a las necesidades del mundo de la discapacidad, así como iniciativas para definir normas y estándares en materia de accesibilidad a los productos y servicios propios de la Sociedad de la Información que aseguren desde el origen su utilización universal por todos los usuarios. De la misma forma, cobra importancia la promoción de la accesibilidad de los servicios públicos prestados a través de la Red, así como de los terminales de acceso: televis, mediante acciones normativas y la adopción de las directrices Web Accesibility Iniciative (WAI) en lo sitios web públicos.

3. Los nuevos yacimientos de empleo El concepto de "nuevos yacimientos de empleo" (NYE) aparecía ya en el Libro Blanco

Crecimiento, Competitividad y Empleo. Retos y pistas para entrar en el Siglo XXI (1993) presentado al Consejo Europeo de Bruselas por el entonces Presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, para referirse a un fenómeno relevante y digno de atención y estudio. Los NYE se pueden definir como los ámbitos de la actividad económica que vienen a satisfacer las nuevas (o relativamente nuevas) necesidades que plantean demandas sociales relevantes, explotando de manera activa y positiva el filón económico y de empleo que se esconde en esos cambios sociales, aprovechando las oportunidades de crecimiento y de empleo que puedan venir a satisfacer las necesidades que surgen de esas transformaciones sociales.84

Los NYE se relacionan directamente con áreas o actividades laborales que, o bien eran inexistentes, o bien estaban muy poco desarrollados. El Libro Blanco mencionado arriba

Page 125: Trabajo y discapacidad

120 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

(Informe Delors) pone de manifiesto que “en las sociedades europeas son muchas las necesidades que actualmente siguen insatisfechas. Son necesidades que corresponden a la evolución de las formas de vivir, a la transformación de las estructuras y de las relaciones familiares, al aumento de la actividad de las mujeres, a las nuevas aspiraciones de una población anciana e incluso muy anciana. Nacen igualmente de la necesidad de reparar los daños ocasionados al medio y de rehabilitación de barrios urbanos más desfavorecidos”.

En el informe “Iniciativas locales de desarrollo y empleo” elaborado por la Comisión Europea en 1995 se hizo un ejercicio de concreción definiendo las distintas actividades que constituyen los nuevos yacimientos de empleo y agrupándolos en cuatro grandes grupos según el tipo de servicio:

Los servicios de la vida diaria

• Los servicios a domicilio: producción de tareas domesticas, reparto a domicilio, atención

a personas mayores, atención a enfermos, servicios sociales, etc. • El cuidado de niños; escuelas infantiles, guarderías de empresa y de centros comerciales,

centros de animación infantil (cumpleaños, fiestas infantiles, etc.), atención a niños con problemas de socialización, colonias (escolares, granjas escuela, centros de educación medioambiental, etc.), ludotecas, organización de actividades extraescolares etc.

• Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación: comercio electrónico, formación, ocio, teletrabajo, servicios a empresas, servicios de información pública, creación y administración de páginas Web, digitalización y tratamiento de imágenes por ordenador, elaboración de CD y DVD, etc.

• La ayuda a los jóvenes en dificultad y su inserción: que abarcan desde la inserción laboral de personas con discapacidad hasta la organización de centros de formación para la integración y Escuelas Taller y Casas de Oficio.

Los servicios de mejora del marco de vida

• Mejora de la vivienda: rehabilitación de viviendas, mantenimiento de inmuebles, etc. • Seguridad Ciudadana: protección de lugares públicos, empresas y comercios, etc. • Transportes colectivos: transporte especializado, acompañamiento, el transporte de

personas con discapacidad, etc. • Revalorización de los espacios públicos urbanos. • Comercio de proximidad.

Los servicios culturales y de ocio

• Turismo: turismo rural, de aventuras, de salud, el turismo relacionado con la tercera

edad, etc. • Sector audiovisual: producción y distribución de películas, producción de televisión,

vídeo, etc. • Valoración del patrimonio cultural: restauración y conservación de edificios histórico-

artísticos, la creación y rehabilitación de centros culturales, etc.

Page 126: Trabajo y discapacidad

El empleo de las personas con discapacidad 121

• Desarrollo cultural local: celebración de todo tipo de actos culturales (representaciones teatrales, coloquios, festivales, etc.), reforzamiento del arte, la cultura y la creación artística, etc.

• Deporte.

Los servicios de medio ambiente • Gestión de residuos. • Gestión del agua. • Protección de la naturaleza: protección de parques naturales, programas de reforestación,

estudios medioambientales, etc. • Regulación y control de la contaminación: investigación en tecnologías no

contaminantes, control de la contaminación, sensibilización pública sobre problemas de la contaminación, etc.

• Gestión de la energía y energías alternativas: desarrollo de tecnologías para el ahorro energético, eficiencia energética, uso de energías alternativas, uso de energías renovables, etc.

• Agricultura ecológica. Además, se entiende que en la aplicación práctica de los NYE en cada uno de los

territorios, éstos deberán adaptarse a las peculiaridades de cada lugar, es decir, a las necesidades por satisfacer realmente en cada territorio.

Respecto al autoempleo, el área de Autoempleo de la Fundación ONCE ha realizado un estudio, que ha tenido como principal objetivo discutir las oportunidades que los NYE ofrecen al autoempleo de personas con discapacidad, y entre las conclusiones de dicho estudio se constata que los ámbitos de los llamados nuevos yacimientos de empleo que mayor potencial presentan para el autoempleo de personas con discapacidad son las siguientes:

a) Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación: servicios a empresas (gestión de la información, gestión de bases de datos, encuestas, etc.), servicios telemáticos a los hogares (formación a distancia, telemedicina, vigilancia de domicilios), teletrabajo, otros servicios a los hogares (servicios administrativos, etc.).

b) Los transportes colectivos locales: servicios de transporte colectivo local y transporte adaptado y actividades derivadas y complementarias. La revalorización de los espacios públicos urbanos: actividades relacionadas con la renovación de cascos urbanos y el acondicionamiento y mantenimiento de espacios públicos y zonas verdes. Los comercios de proximidad: comercios en el medio rural, comercio ambulante en zonas rurales y urbanas periféricas y comercios de proximidad en las ciudades.

c) La protección y el mantenimiento de las zonas naturales: servicios de mantenimiento (limpieza de bosques y reforestación) y actividades derivadas (producción de bienes agrícolas, servicios de ocio en zonas naturales).

Page 127: Trabajo y discapacidad

122 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

CAPÍTULO VIII

DATOS BÁSICOS DEL EMPLEO DE LAS PERSONAS CON

DISCAPACIDAD

N ESTE capítulo se reflejan y analizan los datos del empleo de personas con discapacidad, recogidos por tres de las cuatro estadísticas más relevantes en esta

materia: la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999, el módulo sobre discapacidad de la Encuesta sobre la población activa del 2º trimestre de 2002 y el Anuario de estadísticas laborales y de asuntos sociales. La cuarta fuente es el Panel de Hogares de la Unión Europea, cuyos datos están reflejados en el Capítulo IX, en el que se realiza el estudio comparativo de la situación sociolaboral de las personas con discapacidad en varios países.

A. ENCUESTA SOBRE DISCAPACIDADES, DEFICIENCIAS Y ESTADO DE SALUD DE 199985

1. Dos de cada tres personas con discapacidad en edad de trabajar son inactivas Según datos de la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de

1999, la tasa de actividad de los discapacitados es de un 32,3%, registrando un total de 431.841 personas activas sobre un total de 1.337.708 personas discapacitadas en edad de trabajar (16 a 64 años). El porcentaje complementario al de la tasa de actividad, esto es, el 67,7%, corresponde a personas inactivas (dos de cada tres).

Por sexo, la tasa de actividad asciende a un 40,6% para los hombres y a un 23,7% para las mujeres. Es evidente la diferencia entre la inserción en el mercado laboral entre hombres y mujeres con discapacidad (17 puntos porcentuales).

Por edades, la distribución de las tasas de actividad de los discapacitados sigue el mismo perfil que la de la población total. De media, las tasas de los discapacitados son aproximadamente la mitad de las de la población total.86 Los grupos de edad en los que se observan menores diferencias son, por un lado, el grupo de entre 16 y 19 años, con una diferencia de 4 puntos porcentuales y, por otro lado, el grupo de 20 a 24 años con 14 puntos. Esto puede ser indicativo de una mayor integración laboral entre las generaciones más jóvenes de personas con discapacidad.

Causas aducidas para no buscar empleo

El reducido acceso al mercado de trabajo deberá tener sus motivos: ¿desánimo?,

¿desincentivación debida a la percepción de prestaciones económicas?, ¿dificultades y barreras?, ¿el grado de minusvalía es tal que no permite el desarrollo de un puesto de trabajo?, etc. En la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999 se incluyeron una serie de preguntas dirigidas al colectivo de “inactivos” por las que se pretendía identificar las razones por las que se encontraban fuera del mercado laboral; esto es, por qué no buscaban empleo.

E

Page 128: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 123

De esta manera, la Encuesta de 1999 recogía 16 posibles causas en el cuestionario, frecuentemente redundantes, que pueden reducirse a 6 para evitar confusiones:87

1) No pueden trabajar: Se identificaron un total de 553.000 personas que reconocieron no

poder trabajar. Fue la causa más aducida para no buscar un empleo (58,7%). No debe interpretarse exclusivamente como que estas personas no pueden realizar ningún tipo de tarea remunerada debido a sus discapacidades, sino que también deben incluirse otro tipo de circunstancias por las que no pueden acceder a un empleo: Son pensionistas o jubilados, se dedican a las tareas del hogar a tiempo completo o son estudiantes.

2) Se han desanimado a buscar un empleo. De las 215.000 personas (22,8%) que adujeron esta causa, la mayoría consideraba que “debido a su discapacidad sería muy difícil encontrar empleo”. Otros se habían desanimado después de haber buscado sin éxito o simplemente por no saber dónde buscar un empleo adecuado a sus características personales.

3) No necesitan trabajar: El 7,1% de las personas con discapacidad inactivas (unas 67.000) decían no buscar trabajo por no necesitarlo. La mayoría eran amas de casa con más de cincuenta años y cuyos ingresos familiares, provenientes de su pareja u otros miembros del hogar, eran suficientes para el mantenimiento de dicha familia.

4) Razones personales o familiares: 63.000 personas señalaron esta causa (6,7%) para no buscar empleo. Al igual que en el caso anterior, la mayoría eran mujeres ocupadas en tareas del hogar, pero principalmente de entre 30 y 49 años, una edad asociada normalmente al cuidado de los hijos.

5) Son estudiantes: El 3,8% (36.000) de las personas con discapacidad inactivas no buscaban un empleo por encontrarse cursando estudios o recibiendo formación.

6) Esperan encontrar empleo más adelante: El 0,85% (8.000 personas) esperaba a que llegase un momento de mayor actividad económica para buscar un empleo, o bien se encontraban a la espera de respuesta a una solicitud ya realizada o pensaban volver a realizar una actividad por cuenta propia en el futuro.

Page 129: Trabajo y discapacidad

124 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Cuadro 8.1: Personas con alguna discapacidad, por sexo, grupo de discapacidad y relación con la actividad económica (activos), según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

AMBOS SEXOS

TOTAL

(1)

Total ACTIVOS

(2)

OCUPADOS

(3)

PARADOS

(buscan 1erempleo)

(4)

PARADOS(trabajado

antes)

(5)

TASA DEACTIVIDAD

(2) / (1)

TASA DE OCUPACIÓN

(3) / (1)

TASA

DE PARO (busca 1er

empleo) (4) / (2)

TASA

DE PARO (trabajado

antes) (5) / (2)

Total 1.337.708 431.841 319.185 18.205 94.452 32,28 23,86 4,22 21,87 Ver 291.193 115.360 89.193 4.449 21.717 39,62 30,63 3,86 18,83 Oír 283.055 128.550 103.150 4.398 21.002 45,42 36,44 3,42 16,34 Comunicarse 213.706 32.909 22.674 2.604 7.631 15,40 10,61 7,91 23,19 Aprender, aplicar conocim. y desarr. tareas 211.361 30.814 18.678 3.339 8.797 14,58 8,84 10,84 28,55 Desplazarse 402.042 97.434 64.239 2.959 30.236 24,23 15,98 3,04 31,03 Utilizar brazos y manos 431.486 97.193 69.742 3.283 24.167 22,53 16,16 3,38 24,86 Desplazarse fuera del hogar 708.443 160.398 110.415 8.942 41.040 22,64 15,59 5,57 25,59 Cuidar de sí mismo 194.444 21.489 16.900 1.016 3.574 11,05 8,69 4,73 16,63 Realizar las tareas del hogar 491.609 77.821 50.630 5.721 21.470 15,83 10,30 7,35 27,59 Relacionarse con otras personas 208.036 32.215 18.277 4.017 9.922 15,49 8,79 12,47 30,80

- Total nacional. Población de 16 a 64 años. - Una misma persona puede estar en más de una categoría de discapacidad. Fuente: INE.

Page 130: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 125

Cuadro 8.2: Personas con alguna discapacidad, por grupo de discapacidad y relación con la actividad económica (inactivos), según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

Incapacitadopara

Trabajar

Percibiendopensión

contributivade invalidez

Percibiendopensión no contributivade invalidez

Jubilado por edad o

percibiendo pensión

contributiva de jubilación

Cursando algún

estudio

Dedicado a labores del hogar

Otra situación AMBOS SEXOS Total

INACTIVOS

Tasa Tasa Tasa Tasa Tasa Tasa Tasa

Total 905.866 189.792 21,0 325.126 35,9 199.044 22,0 58.527 6,5 62.565 6,9 360.420 39,8 108.188 11,9

Ver 175.833 31.529 17,9 63.575 36,2 32.934 18,7 14.471 8,2 13.078 7,4 81.292 46,2 18.218 10,4

Oír 154.505 17.550 11,4 42.353 27,4 19.432 12,6 20.072 13,0 14.440 9,3 84.248 54,5 19.623 12,7

Comunicarse 180.797 57.980 32,1 42.997 23,8 84.836 46,9 4.521 2,5 18.583 10,3 18.474 10,2 30.446 16,8

Aprender, aplicar conocim. y desarr. tareas 180.547 56.981 31,6 38.573 21,4 83.105 46,0 4.978 2,8 17.322 9,6 23.536 13,0 33.009 18,3

Desplazarse 304.609 74.678 24,5 136.483 44,8 60.088 19,7 15.211 5,0 7.833 2,6 121.557 39,9 32.555 10,7

Utilizar brazos y manos 334.293 76.312 22,8 145.007 43,4 69.582 20,8 14.743 4,4 14.140 4,2 119.559 35,8 37.707 11,3

Desplazarse fuera del hogar 548.044 141.070 25,7 199.302 36,4 160.490 29,3 24.536 4,5 31.205 5,7 162.206 29,6 71.245 13,0

Cuidar de sí mismo 172.955 59.090 34,2 62.205 36,0 63.613 36,8 4.236 2,4 8.154 4,7 24.613 14,2 23.376 13,5

Realizar las tareas del hogar 413.788 114.454 27,7 126.442 30,6 138.082 33,4 13.865 3,4 23.138 5,6 125.728 30,4 55.449 13,4

Relacionarse con otras personas 175.820 58.058 33,0 42.975 24,4 75.708 43,1 5.425 3,1 13.507 7,7 23.636 13,4 29.753 16,9

- Total nacional. Población de 16 a 64 años. - Una misma persona puede estar en más de una categoría de discapacidad. Fuente: INE.

Page 131: Trabajo y discapacidad

126 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Cuadro 8.3: Tasas de actividad por grupo de edad y sexo en la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

DISCAPACITADOS

POBLACIÓN TOTAL

Grupo edad

Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres 16 a 19 19,4 21,5 15,6 24,3 27,6 20,7 20 a 24 42,7 48,2 34,0 59,2 63,4 54,9 25 a 29 45,9 45,9 45,9 81,2 87,9 74,3 30 a 34 48,1 50,6 44,3 81,8 95,6 67,7 35 a 39 49,4 57,7 40,4 79,6 95,3 63,7 40 a 44 43,9 51,8 34,9 76,9 94,7 59,2 45 a 49 35,7 43,6 28,0 71,4 92,7 50,4 50 a 54 31,3 47,2 18,9 63,2 88,4 38,7 55 a 59 27,5 39,2 17,6 50,4 74,4 27,4 60 a 64 14,3 20,1 9,2 26,8 39,6 15,2 TOTAL 32,3 40,6 23,7 64,4 78,3 50,5

- Nota: De aquí en adelante, los datos referidos a la población total han sido sacados de la Encuesta sobre población activa del 2º trimestre de 1999, referidos sólo a personas de 16 a 64 años. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud de 1999. Resultados detallados (INE, 2002) y de la Encuesta de Población Activa, 2º trimestre de 1999 (INE).

2. Una de cada cuatro personas con discapacidad en edad de trabajar se encuentra parada

Nos centramos ahora en las tasas de paro de la población de discapacitados

(proporción de personas activas que se encuentran sin trabajo y buscan empleo). Según reflejan los datos, la tasa de paro de la población total discapacitada es de un 26,1%. Por sexo, es de un 22,1% para los hombres y un 33,1% para las mujeres. De nuevo, existe una amplia diferencia entre hombres y mujeres con discapacidad. En cuanto a los datos sobre el desempleo de la población total, según la EPA del 2º trimestre de 1999 para las personas de 16 a 64 años, son de un 10,8% para los hombres y 23% para las mujeres. En ambos casos (hombres y mujeres) las tasas de paro se encuentran alrededor de 10 puntos porcentuales por encima de las tasas de la población total, aunque hay que tener en cuenta que la EPA (de la que se obtienen los datos para la población total) es más exigente que la Encuesta de 1999 a la hora de considerar parada a una persona.

Por grupos de edad y comparando los resultados con las tasas de paro de la población total, se aprecia que las mayores diferencias surgen en los grupos de edades centrales (de 25 a 55 años). En cambio, la diferencia entre personas con discapacidad y no discapacitados es menor en los grupos de 20-24 y 55-64 años.

Page 132: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 127

3. Las discapacidades visuales y auditivas presentan los mayores niveles de inserción laboral

En este caso, dividimos a la población de discapacitados según tipo de discapacidad.

Aunque posteriormente segmentaremos a la población según el sexo para realizar un análisis más detallado, nos centraremos primero en las características de la población total. En cuanto a tasas de actividad, los discapacitados que presentan dificultades para oír (45,4%) y para ver (39,6%) son los que ostentan la mayor actividad de toda la población de discapacitados. Los que menos son aquellos que tienen problemas para cuidar de sí mismos (11,1%) y para aprender, aplicar conocimientos y desarrollar tareas (14,6%). Además de constituir los grupos con mayores tasas de actividad, son también los que presentan menores tasas de paro (alrededor de un 20%). La mayor tasa de paro (39,4%) recae en los discapacitados con dificultades para aprender, aplicar conocimientos y desarrollar tareas.

El esquema es similar si se distingue entre hombres y mujeres. En ambos grupos, son los discapacitados visuales y auditivos los que presentan mayores tasas de actividad y menores tasas de empleo. Sin embargo, como es habitual, mientras que dichas tasas de actividad ascienden a un 50% en el caso de los hombres, tan sólo alcanzan un 30% para las mujeres.

Gráfico 8.1: Tasas de actividad y paro según tipo de discapacidad en la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

Fuente: Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999. Resultados detallados. INE, 2002.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

TASA DE ACTIVIDAD TASA DE PARO

TASA DE ACTIVIDAD 15,4% 42,5% 45,7% 28,3% 30,0% 16,2% 16,5% 23,8% 34,1% 32,3%

TASA DE PARO 44,9% 22,0% 19,4% 19,5% 30,1% 34,6% 30,1% 16,1% 33,4% 26,1%

Def iciencias ment ales

Def iciencias visuales

Def iciencias del oí do

Def iciencias del lenguaje, habla y voz

Def iciencias ost eoart icula

res

Def iciencias del sist ema

nervioso

Def iciencias viscerales

Ot ras def iciencias

No const aTot al

personas con discapacidad

Page 133: Trabajo y discapacidad

128 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

4. Las personas con discapacidad tienen un bajo nivel de estudios La Encuesta de 1999 refleja el bajo nivel de estudios de las personas con discapacidad.

Según un estudio sobre la inserción laboral de las personas con discapacidad basado en esta encuesta,88 el porcentaje de analfabetismo de las personas con discapacidad en edad laboral es ocho veces superior al de la población general española (10,8% frente a 1,3%) y el nivel de titulados superiores es más de tres veces menor (un 5,2% frente a un 17%). Por grupos de edad las diferencias son importantes. Sólo el 15% de las personas con discapacidad de entre 50 y 64 años poseían un nivel de estudios superior a la Primaria. En cambio, el 40% de los menores de 50 años superaron ese nivel. Las diferencias de nivel educativo entre los grupos de 16 a 29 años y 30 a 49 años son algo más favorables a este último, seguramente por la mayor prevalecía de deficiencias psíquicas en el grupo más joven.

Las diferencias por sexo son poco relevantes. Los datos son algo más favorables para los hombres, algo que ocurre igualmente en la población general. La situación se invierte en el grupo de 16 a 29 años, en el que las mujeres alcanzan una cualificación superior a la de los hombres.

En cuanto a las deficiencias padecidas, los mayores niveles académicos corresponden a las personas con discapacidades sensoriales, seguidas de las que presentan limitaciones físicas. En el lado contrario se sitúan las personas con deficiencias psíquicas, ya que el 57% de las mismas no había llegado a terminar la Educación Primaria (analfabetos o sin estudios).

Cuadro 8.4: Personas de 10 a 64 años con alguna discapacidad, por sexo y nivel de estudios

terminados según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999

NIVEL DE ESTUDIOS TERMINADOS AMBOS

SEXOS %

vert. HOMBRES % vert. MUJERES %

vert.TOTAL 148.503 100,0 69.498 100,0 79.005 100,0Analfabetos 333.749 10,8 159.992 9,9 173.757 11,7Sin estudios 514.164 24,3 257.296 22,9 256.868 25,7Estudios primarios o equivalentes 185.683 37,4 104.164 36,8 81.519 37,9Enseñanza general secundaria. 1er ciclo 75.950 13,5 42.681 14,9 33.269 12,0Enseñanza general secundaria. 2º ciclo 47.014 5,5 26.057 6,1 20.957 4,9Enseñanza profesional de 2º grado. 2º ciclo 21.746 3,4 14.964 3,7 6.782 3,1Enseñanzas profesionales superiores 49.401 1,6 24.423 2,1 24.978 1,0Estudios universitarios o equivalentes 148.503 3,6 69.498 3,5 79.005 3,7

Fuente: Elaboración propia con datos del INE.

5. La situación laboral en las diferentes Comunidades Autónomas muestra características similares

Las mayores tasas de actividad se dan en Cantabria, Navarra y Cataluña. Los mayores

índices de empleo se registran en Baleares, Castilla y León, Canarias, La Rioja, Aragón y Cantabria, con tasas de paro inferiores al 17%, mientras que Extremadura, Andalucía, el País Vasco y Navarra presentan tasas de paro muy por encima de la media.

Page 134: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 129

En cuanto a la población de hombres discapacitados, su inserción en el mercado de trabajo es mayor en Cantabria, Aragón, Valencia y Castilla-León, y es inferior a la media en La Rioja y Canarias. Las tasas de paro de los hombres son muy altas en Extremadura y País Vasco.

La situación de las mujeres es mejor en las Comunidades Autónomas de Madrid, Cataluña, Cantabria y Baleares. Sin embargo, su integración laboral es escasa en La Rioja, Ceuta y Melilla, Aragón y Castilla-La Mancha. Las mayores tasas de paro se observan en Asturias, Andalucía, Madrid y Navarra y las menores en La Rioja, Baleares y Cantabria.

Cuadro 8.5: Tasas de actividad y paro por Comunidad Autónoma en la Encuesta sobre

discapacidades, deficiencias y estado de salud 1999

TASA DE ACTIVIDAD

TASA DE PARO

Andalucía 29.9 36.9 Aragón 34.6 16.2 Asturias 25.9 26.0 Baleares 33.0 8.7 Canarias 22.1 16.0 Cantabria 41.4 16.3 Castilla y León 35.6 15.8 Castilla-La Mancha 26.4 19.0 Cataluña 37.2 23.5 Comunidad Valenciana 35.8 21.1 Extremadura 27.4 42.3 Galicia 29.8 21.0 Madrid 34.5 29.6 Murcia 33.3 22.7 Navarra 37.2 31.9 País Vasco 30.9 33.3 Rioja (La) 16.0 16.0 Ceuta y Melilla 25.2 17.8 TOTAL 32.3 26.1

Fuente: Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999. Resultados detallados. INE, 2002.

6. El sector servicios y el agrario recogen cuatro de cada cinco empleos de las personas con discapacidad La distribución sectorial de las personas con discapacidad con empleo era muy similar

a la media de la población española. Casi cuatro de cada cinco trabajadores con discapacidad trabajaban en el sector servicios (62,3%) y en la industria (17,5%). El sector agrario (11,1%) y la construcción (9,1%) tenían un menor peso sobre el total de empleos.

Page 135: Trabajo y discapacidad

130 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Los hombres tenían mayor presencia en la agricultura, la industria y la construcción, y las mujeres en el sector servicios. Cuatro de cada cinco mujeres ocupadas trabajaban en el sector servicios (80,9 %), frente al 53,2% del total de hombres. Trabajaba en la agricultura el 13,2% de los hombres y el 6,9% de las mujeres, mientras que en la construcción estos porcentajes eran del 13,4% y 0,4%, respectivamente. Por último, el 20,2% de los hombres con discapacidad trabajaba en la industria, frente al 11,8% de las mujeres.

7. Cuatro de cada cinco trabajadores discapacitados son asalariados Según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999, la

mayoría de trabajadores con discapacidad eran asalariados, esto es, realizaban un trabajo por cuanta ajena (79,7%). De entre los trabajadores por cuenta propia, los más frecuentes fueron los autónomos (15,5% del total de trabajadores). Los empresarios o empleadores representaban el 3,3% de los ocupados y los “ayudas familiares” el 1,5%.

Resalta el hecho de que, a pesar del mayor porcentaje de reserva de puestos de trabajo en la Administración pública para personas con discapacidad, la proporción de asalariados en el sector privado era mayor entre las personas con discapacidad que entre la población española en general (65,1% frente al 62%).

Por sexos, el número de mujeres empleadoras es la mitad que el de hombres, aunque es mayor respecto a los autónomos y “ayudas familiares”. Respecto al trabajo por cuenta ajena, una de cada cuatro mujeres asalariadas trabajaba en el sector público, por el 16% de los hombres.

B. MÓDULO DE LA ENCUESTA SOBRE POBLACIÓN ACTIVA DEL 2º TRIMESTRE DE 200289

1. Dos de cada tres personas con discapacidad son inactivas Según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trimestre de 2002, más de un

millón y medio de las personas con discapacidad se encontraban inactivas, lo que supone un 66% del total.

Por sexos, en términos absolutos, se observa que el número total de personas inactivas se reparte de forma equitativa entre hombres y mujeres (el 40,5% son hombres y el 50,5% mujeres). En términos relativos, el 73% de las mujeres con discapacidad estaban inactivas, frente al 60,7% de los hombres.

Cuadro 8.6: Personas con discapacidad por sexo y relación con la actividad, según el módulo

sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 (en miles)

TOTAL OCUPADOS PARADOS INACTIVOS

Valor absoluto

% vert.

% horiz.

Valor absoluto

% vert.

% horiz.

Valor absoluto

% vert.

% horiz.

Valor absoluto

% vert.

% horiz.

Ambos sexos 2.339,2 100,0 100,0 666,9 100,0 28,5 120,90 100,0 5,2 1.551,4 100,0 66,3

Varones 1.265,8 54,1 100,0 433,7 65,0 34,3 63,60 52,6 5,0 768,5 49,5 60,7

Mujeres 1.073,4 45,9 100,0 233,2 35,0 21,7 57,30 47,4 5,3 782,9 50,5 72,9

Fuente: INE.

Page 136: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 131

Cuadro 8.7: Personas con discapacidad, por tipo de discapacidad y relación con la actividad, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 (en miles)

TOTAL

OCUPADOS PARADOS INACTIVOS AMBOS SEXOS

Valor abs.

% vert.

Valor abs.

% vert.

% horiz.

Valor abs.

% vert.

% horiz.

Valor abs.

% vert.

% horiz.

TOTAL 2.339,2 100,0 666,9 100,0 28,5 120,9 100,0 5,2 1.551,4 100,0 66,3 Problemas en brazos o manos 145,6 6,2 47,7 7,2 32,8 8,7 7,2 6,0 89,1 5,7 61,2 Problemas en piernas o pies 311,8 13,3 95,6 14,3 30,7 14,6 12,1 4,7 201,6 13,0 64,7 Problemas en espalda o cuello 457,3 19,5 142,3 21,3 31,1 32,8 27,1 7,2 282,2 18,2 61,7 Problemas de visión 82,0 3,5 33,7 5,1 41,1 3,7 3,1 4,5 44,5 2,9 54,3 Problemas de oído 40,0 1,7 19,8 3,0 49,5 2,4 2,0 6,0 17,8 1,1 44,5 Impedimentos para el habla 11,6 0,5 4,3 0,6 37,1 … … 0,0 7,4 0,5 63,8 Problemas piel, incluidos desfiguraciones y alergias 23,0 1,0 10,4 1,6 45,2 1,2 1,0 5,2 11,4 0,7 49,6 Problemas respiratorios asmas, bronq. y alergias 143,4 6,1 55,0 8,2 38,4 8,1 6,7 5,6 80,3 5,2 56,0 Problemas de corazón, circulatorios o tensión 257,1 11,0 65,2 9,8 25,4 8,1 6,7 3,2 183,7 11,8 71,5 Problemas de riñón, estóm., hígado o digestivos 112,6 4,8 36,1 5,4 32,1 6,7 5,5 6,0 69,7 4,5 61,9 Diabetes 84,3 3,6 34,0 5,1 40,3 4,5 3,7 5,3 45,8 3,0 54,3 Epilepsia 26,2 1,1 6,4 1,0 24,4 2,1 1,7 8,0 17,7 1,1 67,6 Problemas mentales, nerviosos o emocionales 356,9 15,3 52,0 7,8 14,6 16,1 13,3 4,5 288,7 18,6 80,9 Otras enfermedades graves (otros cánceres) 113,3 4,8 20,3 3,0 17,9 2,3 1,9 2,0 90,8 5,9 80,1 Otros 174,3 7,5 44,0 6,6 25,2 9,5 7,9 5,5 120,7 7,8 69,2

Fuente: INE.

Page 137: Trabajo y discapacidad

132 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

2. Sólo una de cada tres personas con discapacidad son activas y el 15% no tiene empleo Del total de 2.339.200 personas con discapacidad contabilizadas por la EPA (de 16 a

64 años), tan sólo una de cada tres son activas (33,7%). De entre esta población activa, 120.900 personas con discapacidad se encuentran desempleadas, lo que supone una tasa de paro del 15,3%. Comparando estas cifras con las de la población total recogidas en la EPA del 2º trimestre de 2002, puede verse cómo la tasa de actividad es sensiblemente inferior en el caso de las personas con discapacidad, en nada menos que 20 puntos porcentuales (53,83% para la población total). En el caso de la tasa de paro, la situación de las personas con discapacidad también es desfavorable respecto a la población general. La tasa de paro de la población general es inferior en algo más de cuatro puntos (11,09%).

La tasa de paro del colectivo de mujeres con discapacidad es superior a la de los hombres, situándose muy cerca del 20% (12,8% para los hombres). También es superior la tasa de actividad de los hombres, con un 39%, frente al 27% de las mujeres. Respecto a la población general, estas cifras son peores en términos absolutos, pero en términos relativos la diferencia entre las tasas de paro de hombres y mujeres es más pequeña. En el 2º trimestre de 2002 las mujeres españolas ostentaban una tasa de paro del 16,26%, frente al 7,67% de los hombres.

Gráfico 8.2: Tasas de actividad y paro de las personas con discapacidad, por sexo, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002

33,7%

39,3%

27,1%

19,7%

12,8%15,3%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

Ambos sexos Varones Mujeres

Tasa

TASA DE ACTIVIDADTASA DE PARO

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.

3. Uno de cada cinco discapacitados trabaja por cuenta propia, y de los asalariados, el 70% tiene un contrato indefinido Según muestra el cuadro siguiente, del total de 16.008.200 personas ocupadas que

había en nuestro país en el segundo trimestre de 2002, 666.900 declaraban sufrir algún problema de salud o discapacidad. De entre ellas, un 21,6% trabajaban por cuenta propia, y el 78,4% restante lo hacían como asalariados.

Page 138: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 133

De los 523.100 discapacitados asalariados, tenían un contrato indefinido el 68,6%, más de la mitad del total de personas con discapacidad empleadas (53,8%). De esta manera, menos de uno de cada tres contratos a personas con discapacidad son temporales.

Cabe destacar que el porcentaje de personas con discapacidad que trabajan por cuenta propia sobre el total de ocupados de este colectivo es 2,6 puntos porcentuales superior al de personas que no presentan ningún tipo de problema, y 2,5 puntos superior al del total general de ocupados.

Cuadro 8.8: Ocupados según sufran o no alguna discapacidad o problema de salud, por tipo

de contrato, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002

ASALARIADOS

TOTAL NO

ASALARIADOS INDEFINIDOS TEMPORALES

Total (miles)

% Vert

% horiz

Total (miles)

% vert

% horiz

Total (miles)

% vert

% horiz

Total (miles)

% vert

% horiz

Total de ocupados

16.008,2 100,0 100,0 3.063,4 100,0 19,1 8.896,7 100,0 55,6 4.048,1 100,0 25,3

No sufre ningún problema de salud o discap.

15.341,2 95,8 100,0 2.919,6 95,3 19,0 8.537,6 96,0 55,7 3.884,0 95,9 25,3

Sufre algún problema de salud o discap.

666,9 4,2 100,0 143,8 4,7 21,6 359,0 4,0 53,8 164,1 4,1 24,6

Fuente: INE.

4. Dos de cada tres personas con discapacidad manifestaban tener limitaciones en el número de horas de trabajo Un total de 1.356.200 personas con discapacidad (tres de cada cuatro) manifestaron

tener algún tipo de limitación en el número de horas trabajadas, de entre las cuales el 70% sentía bastantes limitaciones.

Cuadro 8.9: Personas con discapacidad, por sexo y limitaciones en el nº de horas trabajadas,

según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 (en miles)

TOTAL SÍ, BASTANTE SÍ, EN ALGUNA MEDIDA NO NO SABE

Valor absoluto

% horiz

Valor absoluto

% horiz

Valor absoluto

% horiz

Valor absoluto

% horiz

Valor absoluto

% horiz

Ambos sexos 2.339,2 100,0 1.133,0 48,4 414,4 17,7 593,5 25,4 198,3 8,5

Varones 1.265,8 100,0 651,9 51,5 187,8 14,8 337,2 26,6 88,9 7,0

Mujeres 1.073,4 100,0 481,1 44,8 226,6 21,1 256,3 23,9 109,4 10,2

Fuente: INE.

Page 139: Trabajo y discapacidad

134 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

5. Las personas con problemas de oído son las que mantienen una mayor inserción laboral y ocho de cada diez personas con problemas mentales, nerviosos o emocionales se encuentran inactivas El 49,5% de las personas con problemas de oído se encuentran ocupadas,. Este

colectivo es el que presenta el mayor porcentaje de inserción, así como el menor respecto de la inactividad (44,5%, situándose la media en el 66,3%). En el lado contrario se encuentran las personas con problemas mentales, nerviosos o emocionales, ya que, del total de 356.900 personas con este tipo de problemas, tan sólo se encuentran ocupadas el 14,6% (52.000 personas), con un descomunal 80,9% de personas inactivas.

Las personas con problemas de espalda o cuello representan más del 20% del total de personas con discapacidad ocupadas. A su vez, es el colectivo más numeroso (457.300 personas). Así también, este colectivo se impone respecto del porcentaje sobre el total de personas paradas, con el 27% del total, teniendo un 7% de parados respecto del total de personas con este tipo de problemas.

Los varones con diabetes tienen el mayor porcentaje de ocupados de entre todos los colectivos (58,7%), seguidos muy de cerca por los que tienen problemas de oído (57,5%). Con el 81% del total del colectivo, los varones con problemas mentales, nerviosos o emocionales son los que presentan una mayor incidencia de inactividad.

Respecto de las mujeres, el colectivo con mayor inactividad (84,2%) es el clasificado bajo el epígrafe de “otras enfermedades graves (otros cánceres)”, seguido del de las mujeres con problemas mentales, nerviosos o emocionales (con un 81%, al igual que los hombres).

6. Una breve comparación con la Encuesta de 1999 La primera diferencia sustancial entre estas dos fuentes estadísticas la encontramos en

el número de personas con discapacidad. Para el mismo grupo de edad (16 a 64 años), el número de personas con discapacidad es muy superior en la EPA. Igualmente difieren las cifras absolutas de personas activas e inactivas. La EPA recoge un total de 787.800 personas activas y 1.551.400 personas inactivas, mientras que la encuesta de 1999 contabilizó 431.841 personas con discapacidad activas y 905.866 inactivas. La metodología empleada por cada una de las encuestas tiene la culpa de estas diferencias, tanto en la consideración de “discapacitado”, como de activo o inactivo.

En términos relativos, las diferencias no son tan grandes. No existen grandes diferencias respecto de la tasa de actividad. Por el 33,7% que refleja la EPA, la Encuesta de 1999 constató un 32,3%, lo que supone una diferencia de 1,4 puntos porcentuales para dos años de referencia distintos (2002 y 1999). Esta pequeña diferencia para el resultado general de la tasa de actividad no implica la inexistencia de considerables diferencias respecto de “categorías” o grupos. Nos referimos a la distinción por sexo, donde entre los hombres casi no se aprecia desigualdad entre las estadísticas (tasa de actividad del 40,6% en la Encuesta de 1999 y 39,3% en la EPA del 2º trimestre de 2002), pero en el colectivo de mujeres las diferencias se elevan a 3,4 puntos porcentuales a favor de la EPA.

En cambio, respecto a la tasa de paro, la diferencia con la Encuesta de 1999 es sustancial. Mientras aquélla cifraba esta tasa en el 26,1%, la EPA “sólo” refleja un 15,3%, lo que supone una diferencia de nada menos que 10,8 puntos porcentuales. La razón de esta diferencia reside principalmente en las diferencias metodológicas a la hora de considerar o no parada a una persona con discapacidad (la EPA es más “exigente”).

Page 140: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 135

C. REGISTRO DE CONTRATOS DE TRABAJO

A la hora de analizar los datos recogidos en el Anuario de Estadísticas Laborales y de

Asuntos Sociales (en su edición de los años 1997, 1998, 1999, 2000 y 2001), hay que tener muy en cuenta que tan sólo recoge datos de contratos a minusválidos registrados; es decir, contratos de modalidad específica por y para minusválidos. No recoge aquellas contrataciones realizadas a personas con discapacidad bajo otras modalidades contractuales.

Según datos del INEM, en el año 2001 se registraron un total de 14.056.484 contratos de trabajo, de los cuales 1.304.087 eran indefinidos y 12.752.397 de duración determinada. Distinguiendo por sexo puede verse cómo la diferencia es ostensible a favor de los varones, con una diferencia cercana a los dos millones de contratos.

Respecto del colectivo de las personas con discapacidad, en el 2001 se registraron 35.069 contratos, 15.659 de los cuales eran indefinidos y 19.410 temporales. La contratación de los varones fue bastante mayor que la de las mujeres, más del doble (23.490 contratos a varones frente a 11.579 contratos a mujeres).

Si observamos la evolución de la contratación a minusválidos registrada entre los años 1997 y 2001, puede verse cómo, en términos absolutos, el número de contratos registrados ha ido aumentando progresivamente entre los 17.541 contratos registrados en 1997 y los 35.069 de 2001, lo que supone un aumento del 50%. No obstante, el porcentaje de crecimiento se ha ido reduciendo progresivamente a lo largo de estos años. En el año 1998 era del 30% respecto al registro del año anterior, en el 1999 del 20%, en el 2000 del 10%, y en el 2001 apenas es del 0,02%.

El número de contratos temporales tuvo un pequeño descenso entre los años 1999 y 2000, aumentando de nuevo, ligeramente, en 2001. En cambio, el registro de contratos indefinidos a minusválidos ha ido aumentando a lo largo de los años y, precisamente de manera muy acusada entre el 1999 y 2000, donde se contabilizó un aumento de algo más del 50% entre ambos años.

El número absoluto de contrataciones a mujeres con discapacidad está muy lejos del registrado para los hombres, y así, en el año 1997 el número de contratos de hombres con discapacidad era más del doble que el de las mujeres, una situación que se mantiene a lo largo de estos años. En términos relativos, la contratación registrada de mujeres minusválidas ha aumentado en una proporción algo superior a la de los hombres (un 53%, frente a un 48% para los hombres).

Puede verse cómo tanto la contratación indefinida de mujeres como la de hombres ha ido en aumento a lo largo de los años, con la mínima excepción de la contratación de mujeres registrada en 2001, que se ve disminuida en 109 contratos respecto a la contratación registrada en el año anterior.

En cuanto al número de contratos temporales a minusválidos, aumentó entre los años 1997 y 1999, experimentando un descenso en el año 2000 del 8% respecto al registro del año anterior y volvió a aumentar en el año 2001.

Page 141: Trabajo y discapacidad

136 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Cuadro 8.10: Total de contratos registrados en 2001

TOTAL VARONES MUJERES

%

Total %

Total %

TotalTOTAL 14.056.484 100,00 8.012.485 57,0 6.043.999 43,0DURACIÓN INDEFINIDA 1.304.087 9,28 730.745 56,0 573.342 44,0Ordinario 318.478 2,27 227.932 71,6 90.546 28,4Fomento de la contratación indefinida 742.091 5,28 410.568 55,3 331.523 44,7 Contrato inicial 269.491 1,92 129.593 48,1 139.898 51,9 A jóvenes menores de 30 años 139.234 0,99 55.407 39,8 83.827 60,2 A parados de larga duración 11.778 0,08 6.433 54,6 5.345 45,4 A parados mayores de 45 años 65.712 0,47 47.741 72,7 17.971 27,3 A minusválidos 15.659 0,11 11.133 71,1 4.526 28,9 A mujeres subrepresent. y reincorporadas 2.901 0,02 … … … … A trabajadores en riesgo de exclusión social 264 0,00 182 68,9 82 31,1 A otros 33.943 0,24 8.697 25,6 25.246 74,4 Conversión en indefinidos 472.600 3,36 280.975 59,5 191.625 40,5 De contratos formativos 43.642 0,31 24.799 56,8 18.843 43,2 De obra o servicio 70.679 0,50 49.011 69,3 21.668 30,7 De eventual por circunstancias producción 262.963 1,87 172.060 65,4 90.903 34,6 De tiempo parcial 85.928 0,61 29.988 34,9 55.940 65,1 De otros contratos temporales 9.388 0,07 5.117 54,5 4.271 45,5Tiempo parcial 243.518 1,73 92.245 37,9 151.273 62,1DURACIÓN TEMPORAL 12.752.397 90,72 7.281.740 57,1 5.470.657 42,9Obra o servicio 4.075.495 28,99 3.014.492 74,0 1.061.003 26,0Eventuales por circunst. de la producción 4.836.729 34,41 2.791.533 57,7 2.045.196 42,3Interinidad 734.561 5,23 247.443 33,7 487.118 66,3Prácticas 75.762 0,54 38.735 51,1 37.027 48,9Formación 121.207 0,86 75.476 62,3 45.731 37,7Minusválidos 19.410 0,14 12.357 63,7 7.053 36,3Sustitución por jubilación a los 64 años 2.194 0,02 1.599 72,9 595 27,1Tiempo parcial 2.421.766 17,23 865.194 35,7 1.556.572 64,3Trabajadores en riesgo de exclusión social 1.302 0,01 897 68,9 405 31,1Otros 463.971 3,30 234.014 50,4 229.957 49,6

- Nota: En los contratos temporales a minusválidos, se incluyen los contratos de minusválidos en Centros Especiales de Empleo. Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y de Asuntos Sociales 2001. INEM, 2002.

Page 142: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 137

Cuadro 8.11: Contratos a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001

TOTAL DURACIÓN INDEFINIDA

DURACIÓN TEMPORAL

AÑO SEXO %TotalContratoinicial aminusv.

%Totalhoriz. Minusv. %Total

horiz.

1.997 Mujeres 5.401 30,8 1.327 24,6 4.074 75,4 Varones 12.140 69,2 4.516 37,2 7.624 62,8 TOTAL 17.541 100,0 5.843 33,3 11.698 66,71.998 Mujeres 7.237 30,6 1.546 21,4 5.691 78,6 Varones 16.452 69,4 5.482 33,3 10.970 66,7 TOTAL 23.689 100,0 7.028 29,7 16.661 70,31.999 Mujeres 9.791 31,8 2.355 24,1 7.436 75,9 Varones 20.978 68,2 7.679 36,6 13.299 63,4 TOTAL 30.769 100,0 10.034 32,6 20.735 67,42.000 Mujeres 11.458 33,2 4.635 40,5 6.823 59,5 Varones 23.029 66,8 10.681 46,4 12.348 53,6 TOTAL 34.487 100,0 15.316 44,4 19.171 55,62.001 Mujeres 11.579 33,0 4.526 39,1 7.053 60,9 Varones 23.490 67,0 11.133 47,4 12.357 52,6 TOTAL 35.069 100,0 15.659 44,7 19.410 55,3

- Nota 1: En los contratos iniciales a minusválidos se incluyen, hasta mayo de 1997, los contratos indefinidos para trabajadores minusválidos y, a partir de dicha fecha, también los contratos de fomento de la contratación indefinida de minusválidos. - Nota 2: En los contratos temporales a minusválidos, se incluyen los contratos de minusválidos en Centros Especiales de Empleo. Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales de 1998, 1999, 2000 y 2001. INEM.

Gráfico 8.3: Contratos a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001, por duración

0

10

20

30

40

1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Con

trato

s (m

iles)

DURACIÓN INDEFINIDA Contrato inicial a MinusválidosDURACIÓN TEMPORAL MinusválidosTOTAL

Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales de 1998, 1999, 2000 y 2001. INEM.

Page 143: Trabajo y discapacidad

138 INSERCIÓN LABORAL Y EMPLEO

Gráfico 8.4: Contratos indefinidos a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001, por sexo

0

3

6

9

12

15

18

1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Con

trato

s (m

iles)

Mujeres Hombres TOTAL

Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales de 1998, 1999, 2000 y 2001. INEM.

Gráfico 8.5: Total de contratos indefinidos registrados entre los años 1997 y 2001

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Con

trato

s in

defin

idos

a m

inus

válid

os (m

iles)

0

200

400

600

800

1.000

1.200

1.400 Contratos indefinidos (m

iles)

Contratos indefinidos a minusválidos TOTAL Contratos indefinidos

Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales de 1998, 1999, 2000 y 2001. INEM.

Page 144: Trabajo y discapacidad

Datos básicos del empleo de las personas con discapacidad 139

Gráfico 8.6: Contratos temporales a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001, por sexo

0

5

10

15

20

25

1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Con

trato

s (m

iles) Mujeres Hombres TOTAL

Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales de 1998, 1999, 2000 y 2001. INEM.

Gráfico 8.7: Total de contratos temporales registrados entre los años 1997 y 2001

0

5

10

15

20

25

1.997 1.998 1.999 2.000 2.001

Con

tr. te

mpo

rale

s a

min

usvá

lidos

(mile

s)

0

2.000

4.000

6.000

8.000

10.000

12.000

14.000 Contratos tem

porales (miles)

Contratos temporales a minusválidos TOTAL Contratos temporales

Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales de 1998, 1999, 2000 y 2001. INEM.

Page 145: Trabajo y discapacidad
Page 146: Trabajo y discapacidad

CUARTA PARTE

EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Page 147: Trabajo y discapacidad
Page 148: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 143

CAPÍTULO IX

DISCAPACIDAD Y EMPLEO EN LOS PAÍSES DE LA OCDE90

A CUARTA parte de este libro está dedicada a la situación sociolaboral de las personas con discapacidad en el contexto internacional y a las políticas sociolaborales elaboradas

e implementadas en diversos países. En este noveno capítulo se da una visión estadística general sobre la situación social y

laboral de las personas con discapacidad (en edad de trabajar) en 19 países integrantes de la OCDE. Se recogen datos estadísticos sobre el número de personas con discapacidad, su nivel educativo, sus fuentes de ingresos, tasas de actividad y paro, etc.

Los datos sobre España (y la mayoría de países de la UE) proceden del Panel de Hogares de la Unión Europea, una fuente estadística que viene a completar la información sobre población discapacitada del Capítulo I y sobre empleo ofrecida en el Capítulo VIII, permitiendo la comparación con otros países.

A. POBLACIÓN DISCAPACITADA EN EDAD DE TRABAJAR

Según refleja el informe de la OCDE Transforming disability into ability: Policies to

promote work and income security for disabled people (OCDE, 2003), basado en encuestas generales de población y refiriéndose a personas que subjetivamente se identifican como discapacitados (sin reparar en que estén oficialmente reconocidos como tales), el 14% de las personas en edad de trabajar se clasifica a sí mismo dentro de dicho colectivo. Este porcentaje se ve aumentado en cerca de un punto porcentual en los países de la Unión Europea. En los países del norte de Europa (incluidos Holanda, Alemania y Francia) y Portugal, algo más de una de cada seis personas con edades comprendidas entre los 20 y los 64 años dice ser discapacitada. Respecto de la media de la OCDE, los porcentajes de personas con discapacidad sobre el total de población son menores en EE.UU. y España, y significativamente menores en Italia y México.

Según datos de la OCDE, uno de cada tres discapacitados presenta un grado severo de discapacidad. Esta proporción es algo menor en Austria y Dinamarca, y mayor en Francia y particularmente en Suecia, donde no está muy lejos de representar la mitad de la población total de discapacitados.

La incidencia de discapacidad se incrementa gradualmente con la edad. Como puede verse en el Cuadro 9.1, el porcentaje de discapacitados con edad comprendida entre los 50 y los 64 años se acerca al 25%, mientras que apenas representa el 10% entre la población total de 20 a 49 años. Parte de este incremento se explica por el hecho de que gran parte de las condiciones de discapacidad tienen carácter permanente.

La incidencia de la edad es particularmente fuerte en Austria, Alemania, Polonia y Portugal, siendo menor en Bélgica, Corea y Suiza. En España la diferencia es sustancial y, mientras el porcentaje de discapacidad entre las personas de 20 a 49 años es del 6,7%, en el colectivo de edad comprendida entre los 50 y los 64 este porcentaje se eleva hasta el 24,3%.

L

Page 149: Trabajo y discapacidad

144 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Gráfico 9.1: Porcentaje de discapacitados entre la población de 20 a 64 años (a finales de los 90)

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

20,6

19,0

18,8

18,6

18,2

18,1

16,7

16,1

15,8

14,6

14,5

13,0

12,3

11,3

10,9

10,7

7,1

7,0

3,0

14,0

15,6

11,9

0,0 5,0 10,0 15,0 20,0 25,0

Suecia

Portugal

Holanda

Dinamarca

Reino Unido

Alemania

Noruega

Canadá

Francia

Suiza

Polonia

Austria

Australia

España

Bélgica

EE.UU.

Italia

México

Corea

OCDE (19)

UE (11)

No-UE (8)

Porcentaje

Page 150: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 145

Cuadro 9.1: Porcentaje de discapacitados entre la población de 20 a 64 años (a finales de los 90)91

20-64

años 20-49 años

50-64 años

Alemania 18,1 11,4 31,6 Australia 12,3 9,0 24,4 Austria 13,0 7,8 27,0 Bélgica 10,9 8,4 17,5 Canadá 16,1 13,4 24,2 Corea 3,0 2,2 5,8 Dinamarca 18,6 15,2 27,4 EE.UU. 10,7 8,2 18,8 España 11,3 6,7 24,3 Francia 15,8 11,5 28,1 Holanda 18,8 14,8 29,9 Italia 7,1 4,1 14,2 México 7,0 5,1 15,8 Noruega 16,7 13,3 26,4 Polonia 14,5 7,5 31,1 Portugal 19,0 12,8 34,9 Reino Unido 18,2 13,7 29,3 Suecia 20,6 15,5 34,1 Suiza 14,6 12,1 21,3 OCDE (19) 14,0 10,1 24,5 UE (11) 15,6 11,1 27,1 No-UE (8) 11,9 8,9 21,0

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

Como señala el informe, respecto a la edad, debe tenerse muy en cuenta el efecto que

el progresivo envejecimiento de la población de los países desarrollados tiene en este sentido. Si a mayor edad, mayor incidencia de discapacidades, con el progresivo cambio en la estructura de edad de la sociedad de un país hacia un mayor número de personas en los intervalos superiores de edad, el porcentaje que estamos analizando tenderá a aumentar.

Distinguiendo por sexo, las mujeres observan un mayor índice de discapacidad en la mayoría de los países (sobre todo en Holanda y países escandinavos), pero las diferencias entre hombres y mujeres son normalmente pequeñas. A este respecto es preciso tener en cuenta que la esperanza de vida de las mujeres es superior a la de los hombres en la mayoría de los países, lo que significa un mayor número relativo de mujeres en el intervalo de edad superior.

Page 151: Trabajo y discapacidad

146 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Cuadro 9.2: Porcentaje de discapacitados entre la población de 20 a 64 años por sexo y nivel educativo (a finales de los 90)

SEXO

NIVEL EDUCACIÓN

Hombres Mujeres Bajo Alto Alemania 18,9 17,2 20,9 16,9 Australia 12,9 12,7 16,9 7,4 Austria 13,8 12,2 18,1 11,3 Bélgica 9,8 12,0 12,2 9,1 Canadá 15,4 16,8 18,5 14,9 Corea 4,2 1,9 3,6 1,0 Dinamarca 16,5 20,9 25,9 15,8 EE.UU. 10,4 10,8 22,2 8,9 España 11,1 11,6 16,0 4,0 Francia 15,5 16,3 19,9 12,5 Holanda 15,9 21,6 23,2 16,8 Italia 6,8 7,4 9,4 3,9 México 7,8 6,2 … … Noruega 13,6 19,8 22,6 13,9 Polonia … … … … Portugal 17,1 20,8 22,5 6,6 Reino Unido 17 19,3 22,8 14,9 Suecia 18,4 22,9 31,8 17,9 Suiza 13,6 15,5 20,6 13,3

OCDE (19) 13,3 14,8 19,2 11,1 UE (11) 14,6 16,6 20,2 11,8

No-UE (8) 11,1 12,0 17,4 9,9

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

En España, la diferencia entre hombres y mujeres es insignificante, de apenas 0,5

puntos porcentuales a favor de estas últimas (11,1% para los hombres y 11,6% para las mujeres).

Respecto al nivel de educación o nivel cultural, juega un papel importante. Los porcentajes de discapacidad son significativamente superiores en grupos con menores logros en los estudios (bajo nivel educativo). Teniendo en cuenta que este grupo suele estar empleado en aquellas profesiones que implican un mayor esfuerzo físico (empleo de la fuerza física), así como una mayor peligrosidad y una menor remuneración, presentan mayores problemas de salud.

En España, la diferencia entre los porcentajes de discapacitados distinguiendo por nivel educativo es cuatro veces mayor entre las personas con un nivel educativo bajo (16%) que entre las personas con un nivel alto (4%).

Page 152: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 147

B. SEGURIDAD EN LOS INGRESOS

La seguridad de las rentas de los discapacitados en edad de trabajar es, según el

informe de la OCDE, razonablemente alta en muchos países. Las estadísticas analizadas muestran cómo en países como Austria, Dinamarca, Alemania, Holanda, Suecia y Suiza, la equivalencia entre la renta de los hogares con personas con discapacidad ronda el 95% de la renta de los hogares que no tienen entre sus integrantes personas minusválidas. Esta situación es algo menos favorable en otros países donde la equivalencia se sitúa entre el 85 y el 90% (Bélgica, Canadá, Francia, Italia, Noruega y Polonia).

En Portugal, España, Reino Unido y los Estados Unidos, los discapacitados se encuentran en peor situación respecto a sus ingresos que en el resto de los países citados en el párrafo anterior. En estos países la renta de las familias con miembros discapacitados está entre el 70 y el 80% de la renta de las familias que no cuentan con ningún miembro discapacitado. Las diferencias en la estructura de los planes de ayuda a discapacitados pueden explicar en gran medida estas divergencias. En España, el motivo de esta diferencia está inevitablemente aparejado a la alta tasa de desempleo que sufre este colectivo, y al inferior nivel educativo.

Respecto al grado de severidad, los datos referentes a las rentas personales de los discapacitados (accesibles en 13 países) muestran que las personas que presentan grados severos de minusvalía obtienen unas rentas un 15% inferiores a las percibidas por aquellos que presentan un grado de minusvalía moderado. Esta diferencia es todavía mayor en España, Portugal y los Estados Unidos, así como en Austria y Bélgica. Los únicos países donde los minusválidos severos no se encuentran en peor situación que los que presentan un grado moderado de minusvalía son Suecia y Reino Unido.

Los ingresos de las personas discapacitadas en edad de trabajar provienen de diferentes fuentes. La fuente de ingresos más importante en todos los países es la remuneración salarial (ingresos provenientes del trabajo). Las otras dos fuentes más relevantes de ingresos son las relacionadas con ayudas a los discapacitados y, en menor medida, las pensiones por jubilación regular o anticipada. Hay diferencias considerables entre países en cuanto a la relevancia de estas ayudas a los discapacitados con respecto al total de fuentes de ingresos. Las ayudas relacionadas con la discapacidad representan porcentajes entre el 10% en Francia y Suecia y el 35% en España, situándose la media en el 20%. Las pensiones representan en torno al 10%. Sólo en Italia y Suecia este porcentaje se eleva a más del 20%, y representan una fuente de ingresos más importante que los beneficios relacionados con la discapacidad. En algunos países los subsidios de desempleo son otra fuente importante de ingresos que puede llegar al 10% del total de la renta personal.

Comparando los salarios (o ingresos procedentes del trabajo), se observa un hecho importante. Según los datos recogidos por la OCDE, las personas discapacitadas que trabajan ganan aproximadamente lo mismo que los no discapacitados. En la mayoría de los países la diferencia se sitúa tan sólo entre un 5 y un 15% a favor de los no discapacitados, y en Suecia y Austria prácticamente no existen diferencias en los ingresos salariales por el hecho de ser discapacitado. Tan sólo en tres países (Suecia, EE.UU. y Portugal) los ingresos salariales son un 30% más bajos.

Existe una gran diferencia en la estructura de la renta entre las personas que presentan alguna minusvalía que trabajan y las que no lo hacen. La composición de la renta de las

Page 153: Trabajo y discapacidad

148 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

personas con discapacidad que no trabajan normalmente está dominada por las prestaciones por discapacidad, cuyo porcentaje sobre el total supone el 40% de media en los nueve países de la Unión Europea incluidos en este estudio, entre los que las pensiones, como media, representan cerca del 30%.

Cuadro 9.3: Principales fuentes de ingresos de los discapacitados, según su situación laboral. Porcentajes de suma 100 (a finales de los 90)

Trabajo

Privadas Discap. Desempl. Asist. Soc. Pensión Otros

Alemania Trabaja 86,3 3,6 ... 1,7 0,3 2,3 5,4 No Trabaja 0,0 7,3 ... 13,7 2,0 52,8 24,2

Austria Trabaja 88,9 2,2 2,6 1,0 0,0 1,6 3,7 No Trabaja 0,0 4,4 38,5 7,1 0,1 36,2 13,7

Bélgica Trabaja 72,9 7,9 11,9 3,3 0,2 0,3 3,5 No Trabaja 0,0 11,3 43,4 12,3 0,9 20,6 11,6

Dinamarca Trabaja 83,4 1,6 4,4 4,1 1,0 0,8 4,8 No Trabaja 0,0 1,7 57,8 13,8 3,7 11,1 11,9

España Trabaja 85,7 5,0 4,3 3,2 0,1 0,5 1,3 No Trabaja 0,0 5,6 67,0 4,0 0,2 15,7 7,5 Francia Trabaja 86,9 3,6 3,5 1,4 0,2 1,0 3,4 No Trabaja 0,0 6,1 28,5 8,4 2,7 38,5 15,9

Holanda Trabaja 85,1 1,6 5,8 2,0 0,4 0,5 4,7 No Trabaja 0,0 7,8 56,9 7,2 10,0 8,9 9,3

Italia Trabaja 90,1 2,2 2,1 0,3 0,0 3,3 2,0 No Trabaja 0,0 4,1 31,9 0,8 0,4 54,1 8,9

Portugal Trabaja 89,4 1,2 3,6 0,9 0,1 2,0 2,7 No Trabaja 0,0 5,6 30,8 8,6 0,1 42,1 12,8

Reino Unido Trabaja 87,2 4,7 1,6 0,3 ... 1,4 4,8 No Trabaja 0,0 3,7 34,6 5,1 ... 18,1 38,6

Suecia Trabaja 59,4 2,0 9,1 8,2 0,7 13,7 6,9 No Trabaja 0,0 2,4 9,0 14,5 6,8 52,7 14,6

UE Trabaja 82,4 3,1 5,2 2,7 0,3 2,6 3,7 No Trabaja 0,0 5,4 40,4 8,5 2,8 31,1 11,8

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

En España, la estructura de los ingresos de las personas con discapacidad que trabajan

está formada por un 85,7% de ingresos salariales, un 5% de renta privada, un 4,3% referidas a la situación de discapacidad, un 3,2% proveniente de prestaciones por desempleo, un 0,1% de la asistencia social, un 0,5% provenientes de pensiones y el 1,3% restante proviene de otros ingresos. En cuanto a los discapacitados que no trabajan, el 67% de los ingresos están

Page 154: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 149

relacionados con ayudas por discapacidad, un 15% de pensiones, un 5,6% son rentas privadas, un 4% de prestaciones por desempleo, 0,2 % de la asistencia social y un 7,5% proviene de otras fuentes de ingresos.

Respecto a la cuantía de los ingresos, la situación de las personas con discapacidad que no trabajan es bastante peor que la de los que sí lo hacen. La renta personal de los discapacitados que no trabajan representa, como media, sólo la mitad de que la de los discapacitados que trabajan; aunque se observan claras diferencias entre los distintos países hacia los extremos: en Dinamarca, Holanda y Suecia, la renta personal de los discapacitados sin trabajo está por encima de las dos terceras partes de la de aquellos que sí trabajan, mientras que los discapacitados sin trabajo están en una posición claramente más desfavorable en los Estados Unidos (donde su renta apenas representa un tercio con respecto a los discapacitados empleados) y particularmente en México. La OCDE apunta que la renta personal relativamente más baja de los discapacitados que no trabajan explica, en cierta medida, las relativamente bajas rentas de aquellos que presentan un mayor grado de minusvalía que, generalmente, tienen tasas de empleo más bajas.

C. INTEGRACIÓN LABORAL

1. Actividad Como se apuntaba en el apartado anterior, las diferencias en ingresos entre la

población discapacitada y no discapacitada son en gran medida un resultado de las diferencias en tasas de empleo. Para la OCDE, la integración de los discapacitados en el mercado de trabajo, en general, no puede calificarse como satisfactoria. Independientemente de los grupos de edad y países, las tasas de actividad de las personas con grado severo de minusvalía apenas representan un tercio de las de la población no discapacitada, y en el caso de grado moderado de minusvalía, la proporción es de poco más de dos tercios. No obstante, algunos países consiguen disminuir estas diferencias considerablemente (Francia, Noruega, Suiza, Canadá y Suecia), aunque siguen siendo grandes. Francia es el único país donde la tasa de actividad de las personas con alto grado de minusvalía es comparativamente alto, cercano al 55%.

España, especialmente para personas con discapacidad moderada, y Polonia, tienen unas tasas de actividad verdaderamente bajas. En España la tasa de actividad se sitúa en el 26,5% y es aún menor para las personas con mayor grado de discapacidad (15,1%). Esta diferencia en las tasas es bastante menor que la de la media de los países analizados, pero es debida a la baja tasa de empleo del grupo de discapacidad moderada.

Las diferencias en las tasas de actividad entre países son mayores en términos absolutos que en términos relativos (diferencia discapacidad moderada/severa). En Noruega y Suiza seis de cada diez discapacitados en edad de trabajar tienen empleo, mientras que en España y Polonia tan sólo son dos de cada diez. En la mitad de los países estudiados por la OCDE la tasa de actividad está en torno al 45%.

Page 155: Trabajo y discapacidad

150 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Cuadro 9.4: Tasa de actividad de discapacitados de 20 a 64 años, por grado de discapacidad (a finales de los 90)

DISCAPACITADOS

TODOS Todos Severa Moderada

NO DISCAP.

Alemania 64,8 46,1 27,0 52,9 69,0 Australia 72,1 41,9 31,4 46,9 76,6 Austria 68,1 43,4 23,9 50,2 71,8 Bélgica 58,7 33,5 21,1 40,0 61,7 Canadá 74,9 56,3 ... ... 78,4 Corea 61,2 45,9 13,4 51,5 61,7 Dinamarca 73,6 48,2 23,3 55,1 79,4 EE.UU. 80,2 48,6 26,4 58,8 83,9 España 50,5 22,1 15,1 26,5 54,2 Francia 63,6 47,9 36,4 55,5 66,6 Holanda 61,9 39,9 26,5 46,4 67,0 Italia 52,2 32,1 19,4 37,9 53,8 México 60,1 47,2 … … 61,1 Noruega 81,4 61,7 … … 85,8 Polonia 63,9 20,8 … … 71,2 Portugal 68,2 43,9 27,6 55,3 74,0 Reino Unido 68,6 38,9 19,3 46,8 73,9 Suecia 73,7 52,6 33,8 69,0 75,8 Suiza 76,6 62,2 … … 79,1

OCDE (19) 67,1 43,9 … … 70,8 OCDE (14 con datos) 65,5 41,3 24,5 48,8 68,1 UE 64,0 40,8 24,9 48,7 67,9

No-UE (3 con datos) 71,2 45,5 23,7 52,4 74,1

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

Diferenciando por grupos de edad, nos encontramos un cuadro más diferenciado y

revelador. En muchos países europeos, las tasas de actividad de las personas discapacitadas en los primeros periodos laborales (entendiendo como tales aquellos comprendidos por personas con menos de 50 años), son muy altas; tan altas que incluso rondan el 85% en Austria, Francia, Alemania, Italia y Suiza, y son cercanas al 80% en Noruega y Suecia.

Los discapacitados mayores de 50 años se encuentran en una situación bastante peor. Las tasas de actividad de los discapacitados caen más rápido con la edad que en el caso de los no discapacitados. De media, las tasas de actividad de los discapacitados apenas superan la mitad de las presentadas por los no discapacitados. Estas bajas tasas de actividad de los discapacitados mayores de 50 años sugieren una clara superposición entre la discapacidad y las condiciones generales de los trabajadores de mayor edad.

Page 156: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 151

Cuadro 9.5: Razón entre las tasas de actividad de discapacitados y las de no discapacitados, por grupo de edad, sexo y nivel educativo

TODOS GRUPOS DE

EDAD SEXO NIVEL EDUCATIVO

20-64 años 20-49 50-64 Hombres Mujeres Bajo Alto

Alemania 0,61 0,74 0,42 0,61 0,62 0,44 0,73 Australia 0,55 0,66 0,45 0,54 0,56 … … Austria 0,60 0,85 0,55 0,60 0,59 0,49 0,67 Bélgica 0,54 0,73 0,30 0,59 0,52 0,48 0,64 Canadá 0,72 0,80 0,62 0,71 0,73 0,64 0,77 Corea 0,74 0,52 0,66 0,66 0,69 0,73 0,89 Dinamarca 0,61 0,74 0,42 0,61 0,62 0,44 0,73 EE.UU. 0,58 0,66 0,48 0,55 0,61 0,40 0,66 España 0,41 0,53 0,36 0,43 0,37 0,41 0,57 Francia 0,72 0,83 0,67 0,75 0,69 0,71 0,83 Holanda 0,60 0,70 0,52 0,61 0,64 0,55 0,63 Italia 0,60 0,84 0,52 0,59 0,63 0,48 1,02 México 0,77 … … … … … … Noruega 0,72 0,81 0,62 … … … … Polonia 0,29 0,32 0,35 … … … … Portugal 0,59 0,70 0,56 0,59 0,62 0,58 0,85 Reino Unido 0,53 0,64 0,42 0,51 0,56 0,41 0,65 Suecia 0,69 0,78 0,56 0,77 0,64 0,64 0,72 Suiza 0,79 0,87 0,68 0,84 0,75 … …

OCDE (19) 0,62 … … … … … … OCDE (14 con datos) 0,61 0,75 0,52 0,62 0,61 0,54 0,74

UE 0,60 0,74 0,50 0,61 0,59 0,52 0,73 Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003. Mientras las tasas relativas de actividad disminuyen con la edad, las diferencias de

género son casi insignificantes. Sin embargo, la combinación de discapacidad y bajo nivel educativo plantea a los discapacitados desventajas importantes y específicas. De media, las tasas relativas de actividad de las personas discapacitadas con un menor nivel educativo son tan bajas como las que presentas los discapacitados mayores de 50 años. Al mismo tiempo las tasas de actividad de los discapacitados con mayor nivel educativo son un reflejo de las presentadas por el grupo principal de personas en edad de trabajar. Holanda y Suecia son los países que presentan la relación más baja entre nivel educativo y tasas de actividad.

2. Ocupación Como indica el informe de la OCDE, las bajas tasas de actividad pueden ser

consecuencia de dos factores: De las altas tasas de inactividad y de las altas tasas de desempleo de las personas discapacitadas. Las tasas de desempleo (media de los países

Page 157: Trabajo y discapacidad

152 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

donde este dato está disponible) son cerca de un 80% mayores que las de los no discapacitados. En Austria, Alemania y Holanda, el desempleo de los discapacitados (en términos relativos) es especialmente alto, aproximándose a un 170% mayor que el de la población en su conjunto.

El grado de severidad de la discapacidad marca una gran diferencia. Entre las personas con mayor grado de minusvalía, las tasas de paro, como media, son un 180% mayores que las de los no discapacitados, y un 70% superiores a las presentadas por aquellas personas que presentan grados moderados de minusvalía.

Cuadro 9.6: Tasa de desempleo 20 a 64 años, por grado de minusvalía

DISCAPACITADOS

TODOS Todos Severa Moderada

NO DISCAP.

Alemania 9,3 20,5 35,6 16,9 7,4 Australia 7,1 10,2 10,1 11,8 6,8 Austria 5,6 13,0 22,0 11,2 4,9 Bélgica 14,4 22,8 35,9 18,2 13,9 Corea 14,9 47,4 84,0 41,5 13,7 Dinamarca 9,4 15,7 29,3 13,7 8,5 EE.UU. 3,7 5,3 5,7 5,2 3,6 España 20,4 27,0 31,1 25,4 20,2 Francia 13,2 17,5 20,8 16,0 12,6 Holanda 12,5 26,8 39,6 22,3 10,1 Italia 13,2 14,5 23,1 12,2 13,1 México 3,6 1,8 … … 3,7 Polonia 13,6 19,7 … … 13,2 Portugal 8,8 12,7 17,9 10,8 8,2 Reino Unido 6,9 12,1 18,9 10,9 6,3 Suecia 10,2 18,0 21,4 16,4 11,9 Suiza 3,7 6,8 … … 3,3

OCDE (17) 10,0 17,2 … … 9,5 OCDE (14 con datos) 10,7 18,8 28,2 16,6 10,1 UE (11) 11,3 18,2 26,9 15,8 10,6 No-UE (3 con datos) 8,6 21,0 33,3 19,5 8,0

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

En España, a finales de los años 90, la tasa de paro de las personas con alto grado de

minusvalía era del 31,1%, mientras que la de las personas minusválidas, en total, era del 27%. Este último porcentaje se erige como el segundo mayor de los reflejados por el informe de la OCDE, sólo superado por el de Corea. Por supuesto, es el mayor del de los países de la Unión Europea incluidos en el estudio. España, en aquellos años, presentaba la mayor tasa general de desempleo de los países considerados por el estudio.

Page 158: Trabajo y discapacidad

Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 153

La diferencia entre los distintos países respecto a las tasas de desempleo por grado de minusvalía es difícil de explicar. Algunos de los países con pequeñas diferencias en este aspecto, como los del sur de Europa, son países con tasas de inactividad de los discapacitados particularmente altas (con cuotas de entre el 60 y el 70% de personas fuera del mercado de trabajo, cuando la media de la OCDE es del 48% para todo el conjunto de personas minusválidas).

Esta situación hace pensar en la fuerte desmotivación existente en los mencionados países, en los que las personas discapacitadas no siempre intentan entrar en el mercado de trabajo. En este sentido, las comparativamente bajas tasas de desempleo pueden ser signo, contrariamente a lo que pueda parecer, de mayores desventajas en el mercado de trabajo para las personas discapacitadas, que hacen que éstos presenten un mayor grado de desmotivación y no busquen empleo, habida cuenta de que les parece muy difícil encontrarlo.

D. POLÍTICAS PÚBLICAS, ACTIVIDAD E INGRESOS

1. Discapacidad y subsidios Las estadísticas muestran que un número considerable de discapacitados reciben

ingresos tanto de su trabajo como de distintos subsidios públicos. Este hecho es particularmente importante en Suecia, donde uno de cada tres discapacitados reciben ingresos por esta doble vía, seguida de Dinamarca, donde esta proporción es de uno de cada cinco. En la mayoría de los demás países entre el 5 y el 15% de los discapacitados en edad de trabajar reciben ingresos de su trabajo y de subsidios públicos (normalmente relacionados con la discapacidad, desempleo o pensiones).

El mayor desafío para los sistemas de ayudas por discapacidad es encontrar un equilibrio entre “errores de exclusión” (por ejemplo rechazar ayudas a personas que realmente lo necesitan) y “errores de inclusión” (por ejemplo garantizar ayudas a personas que no lo necesitan).

Respecto de los beneficiarios de ayudas relacionadas con la discapacidad, de media, cerca de uno de cada tres tiene, además, un empleo. En Suecia, México y Corea más de uno de cada dos beneficiarios de ayudas relacionadas con la discapacidad dicen tener un empleo. En cambio, en otros tres países, entre los que se encuentra España (junto a Australia y Austria), en los que no existen ayudas por discapacidad parcial, sólo uno de cada nueve discapacitados trabajadores reciben, además, ayudas estatales.

La proporción sobre el total de personas discapacitadas en edad de trabajar que no reciben ingresos procedentes de un empleo ni ningún tipo de ayuda estatal, en algunos casos es alarmante. En España (e Italia), este grupo crítico supone casi el 30% del total de discapacitados en edad de trabajar. En México y Corea la proporción de discapacitados que ni trabajan ni reciben ayuda se acerca al 50%, en parte porque las políticas de ayudas a discapacitados han sido implantadas recientemente. En muchos de los demás países, la proporción de este grupo vulnerable es de entre el 10 y el 20%. Sólo en el Reino Unido, Dinamarca y especialmente en Suecia, menos del 10% del total de discapacitados no tienen ingresos laborales ni ayudas.

En muchos países la ausencia de trabajo y ayudas está fuertemente relacionada con la edad, afectando en menor medida a los discapacitados mayores de 50 años, muchos de los cuales se ven beneficiados por pensiones por jubilación anticipada. Este hecho es

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154 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

especialmente relevante en Europa del sur y en Austria, donde más del 40% del total de discapacitados por debajo de 50 años se encuentran en el grupo vulnerable (en comparación con el 30% y sólo el 20% reflejados en ambos, respectivamente, para el grupo de mayores de 50 años).

Incluso teniendo en cuenta posibles problemas metodológicos (estadísticos), la diferencia entre ser discapacitado y recibir beneficios relacionados con el hecho de serlo es sustancial. Aparte de Corea y México, la proporción es menor en Suiza (18,5%) y más alta en España, Bélgica y los Estados Unidos (39-40%).

En la mayoría de los países, incluso entre aquellas personas que se identificaban como discapacitados severos, entre el 50 y el 70% decían no recibir ningún tipo de subsidio o ingreso relacionado con la discapacidad, aunque puede que recibieran otro tipo de beneficios monetarios.

Cuadro 9.7: Porcentaje de no-empleados sin ingresos por subsidios

20-64 años

20-49 años

50-64 años

Alemania 22,1 23,3 21,8 Australia 27,0 … … Austria 25,0 40,9 19,6 Bélgica 24,4 31,0 19,8 Corea 91,7 … … Dinamarca 12,2 16,2 9,0 EE.UU. 36,6 … … España 35,9 42,6 31,7 Francia 22,5 23,2 21,8 Holanda 32,4 38,7 26,8 Italia 42,4 60,8 34,4 México 99,2 … … Noruega 31,9 … … Portugal 37,3 48,4 30,1 Reino Unido 14,9 13,4 16,0 Suecia 2,3 1,4 3,4 Suiza 37,9 … …

OCDE (17) 35,0 … … UE (11) 24,7 30,9 21,3

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

2. Los programas especiales de empleo Las altas tasas de actividad que presentan las personas con discapacidad en algunos

países pueden ser consecuencia de una mejor integración en el mercado de trabajo regular y de un fuerte impulso de programas especiales de empleo para personas con discapacidad. Respecto a estos últimos, existen considerables diferencias entre las políticas de los países.

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Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 155

En algunos países, los programas especiales de empleo prácticamente no existen. En contraste, en algunos países del oeste y norte de Europa, algo más del 1% de la población discapacitada en edad de trabajar (en Suecia incluso más del 1,5%) se encuentra en este tipo de programas.

No obstante la correlación estadística entre este porcentaje y el resultado, en términos de tasas de actividad de los discapacitados, es débil. Con la excepción de Polonia, no hay ningún país con un importante enfoque en programas de empleo para discapacitados que tenga bajas estadísticas de tasas de empleo. Hay otros países sin un claro enfoque hacia políticas de empleo, que consiguen resultados de empleo relativamente altos. Especialmente notable es el caso de los Estados Unidos.

Otra manera de enfocar este aspecto es comparando el número de personas que se encuentran en programas especiales de empleo (según datos administrativos) con el número de personas discapacitadas con empleo (según datos de encuestas). El resultado es claro. En la mayoría de los países, los discapacitados empleados gracias a programas especiales de empleo no representan una parte muy significativa de los empleados totales (con una ratio por debajo de 0.15 -sobre 1-, y en muchos casos incluso por debajo de 0.07). Polonia es el único país en el que los programas especiales de empleo representan una parte importantísima del empleo total de las personas discapacitadas.

Parte de este hecho se explica porque los programas especiales de empleo normalmente no están destinados al grupo que encabeza el total de los que se identifican como discapacitados en la encuesta, sino en grupos de población diferentes y más pequeños.

3. Los subsidios por discapacidad Se puede pensar que las bajas tasas de actividad de las personas con discapacidad

están asociadas a altas tasas de beneficiarios de subsidios. La tasa de beneficiarios de subsidios por discapacidad, que representa el número de beneficiarios de subsidios públicos por minusvalía por cada 1.000 personas en edad de trabajar, muestra variaciones considerables entre países, pero no parece estar fuertemente correlacionada con las diferencias en tasas de desempleo entre discapacitados y no discapacitados. Polonia, el país con la menor tasa de actividad relativa de personas con discapacidad, aparece, de largo, como la nación con mayor tasa de beneficiarios de subsidio. De igual manera, Corea y México, con menores tasas de beneficiarios de subsidios que los demás, observan tasas de actividad relativamente altas. Sin embargo, entre los países restantes, no existe evidencia de una clara correlación entre tasas de actividad y tasas de beneficiarios de subsidios.

Las políticas públicas de subsidios pueden contribuir de manera importante a la buena situación económica de los discapacitados. Polonia es el país con mayor tasa de beneficiarios de subsidios de la OCDE, y puede que del mundo entero (en 1999 más del 12% de los discapacitados en edad de trabajar habían sido perceptores de subsidios públicos). En cuatro países (los tres países escandinavos incluidos en el estudio y Holanda), la tasa de beneficiarios de subsidios se sitúa entre el 8 y el 9% de la población en edad de trabajar. En doce de los veinte países (en orden descendente: Reino Unido, Portugal, Bélgica, Italia, Suiza, Australia, España, Estados Unidos, Francia Austria, Alemania y Canadá), sus respectivas tasas se encuentran entre el 6,5 y el 4%. En Corea, México y Turquía, países con estados de bienestar en “proceso de maduración”, las tasas de beneficiarios de subsidios se sitúan por debajo del 1%. La mitad de los países tienen un sistema público de ayudas dual:

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156 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Subsidios contributivos (relacionados con los ingresos) procedentes de seguros por discapacidad; y no contributivos, para aquellos con una percepción del seguro insuficiente. En España, como en Holanda, Polonia, Portugal, Bélgica y Francia, los subsidios contributivos son los más extendidos, pero en otros (más de la mitad), prima la modalidad no contributiva.

4. Otras ayudas públicas Las ayudas por discapacidad no son la única modalidad de transferencias de las

personas que se consideran discapacitadas. De media, sólo uno de cada dos discapacitados sin empleo que reciben ayudas públicas dicen estar percibiendo ayudas por discapacidad (aunque en España la proporción se eleva a más del 70%).

En muchos países, las pensiones por jubilación (anticipada) son tan importantes como las ayudas por discapacidad de las personas en edad de trabajar. En Austria y Portugal, por ejemplo, uno de cada tres discapacitados no trabajadores reciben pensiones por jubilación (normal y anticipada), y en Italia y Suecia, la importancia de las pensiones por jubilación es más pronunciada. Estos altos porcentajes, se explican en gran medida por la mayor facilidad en el acceso a las pensiones por jubilación anticipada.

Cuadro 9.8: Discapacitados sin empleo. Tipo de ayuda sobre el 100% (a finales de los 90)

DISCAPACIDAD EMPLEO

ASISTENCIA

SOCIAL

JUBILACIÓN OTROS

Australia 60,8 … … … 39,2 Austria 44,2 11,3 1,9 32,5 10,1 Bélgica 61,2 16,5 0,4 17,9 4,0 Dinamarca 63,3 18,7 0,0 9,2 8,8 España 73,3 8,6 2,0 10,2 5,8 Francia 38,9 11,6 10,6 25,2 13,6 Holanda 59,6 8,4 17,2 5,4 9,4 Italia 47,4 0,8 0,8 46,7 4,3 México 25,0 … … … 75,0 Noruega 88,7 8,4 … 2,9 … Portugal 45,0 9,1 1,4 33,6 10,8 Reino Unido 58,5 2,7 … 10,4 28,5 Suecia 34,2 13,9 5,0 38,3 8,7 Suiza 54,1 … … … 45,9

OCDE (14) 53,9 … … … … UE (10) 52,6 10,2 4,4 22,9 10,4

Fuente: Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security for disabled people. OCDE, 2003.

En España, el mayor peso sobre el total de ingresos de los discapacitados “no

empleados” por ayudas o transferencias, lo soportan las ayudas o subsidios públicos

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Discapacidad y empleo en los países de la OCDE 157

relacionados con la discapacidad. En segunda instancia, son las pensiones por jubilación, con un 10,2% del total, las que representan un mayor porcentaje, muy lejos de las ayudas anteriores (73,3%) y seguidas de cerca por los subsidios por desempleo (8,6%). Las “otras ayudas” objeto de este epígrafe, apenas representan un 5,8% del total, cifra que, no obstante, es superior a la reflejada por las ayudas de la asistencia social (2,0%).

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158 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

CAPÍTULO X

POLÍTICAS SOCIOLABORALES A FAVOR DE DISCAPACITADOS. UNA PERSPECTIVA INTERNACIONAL

L PRIMER apartado de este último capítulo está dedicado a las políticas de integración laboral desde una perspectiva internacional. Como ejemplo referencial y comparativo de

estas políticas, se ha optado por analizar las políticas destinadas a mejorar la integración de las personas con discapacidad en cuatro países: los Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia. En un segundo apartado se abordan una serie de conclusiones y recomendaciones sobre políticas para las personas con discapacidad en edad de trabajar.

A. LAS POLÍTICAS DE INTEGRACIÓN LABORAL EN EE.UU., ALEMANIA, FRANCIA E ITALIA

1. Marco general para la igualdad de oportunidades

Estados Unidos En Estados Unidos, la primera ley específica para minusválidos fue la Ley de

Rehabilitación de 1973, que formaba la base legal de la oferta de servicios destinados a los discapacitados y definía sus derechos legales. Además de esta ley, existe una multitud de artículos en la normativa de diversos ámbitos referidos a la prohibición de la discriminación por causas de discapacidad.

En la Ley Americana para Discapacitados de 1990 (Americans with Disabilities Act, o ADA) el concepto de discapacidad está definido como una desventaja mental o física que limita sustancialmente una o más actividades de la vida del individuo. En cambio, la forma más utilizada para delimitar al grupo de personas con discapacidad, está construida en base a una metodología en la que se distingue tres componentes de discapacidad. El primero de ellos consiste en la presencia de una patología. Este hecho está unido con el segundo componente: la desventaja, definida como pérdida de funcionalidad o anormalidad psicológica, anatómica o mental que limita la capacidad de la persona. El componente final de la discapacidad está definido como una incapacidad para llevar a cabo el papel esperado por la sociedad para el individuo concreto. En conclusión, aquellos que no son capaces de desarrollar su trabajo o que están limitados en su habilidad para trabajar son considerados discapacitados.

El primer objetivo de la Ley Americana para Discapacitados es mejorar las condiciones económicas de los discapacitados.

Tradicionalmente, Estados Unidos ha dejado en manos del sector privado servicios sociales que otros países han regulado siempre a través de la actuación del sector público. Este es el motivo por el cual no dispone de programas de seguros válidos para todos los trabajadores que sufren, por ejemplo, discapacidades temporales o accidentes laborales. En comparación con muchos países europeos, EE.UU. dispone de un sistema de bienestar social considerablemente inferior.

La descentralización del sistema americano se ha traducido en el desarrollo de diferentes políticas de compensación para los trabajadores en cada uno de los Estados

E

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Políticas sociolaborales a favor de discapacitados. Una perspectiva internacional 159

miembros. Los programas de transferencias más importantes son el Social Security Disability Insurance (SSDI) y el Supplemental Security Income (SSI). Tanto en el caso del SSDI como del SSI, el proceso por el cual se conceden las ayudas es bastante complejo. Los individuos que las solicitan, deben hacerlo en una oficina de la Social Security Administration (SSA) y, una vez entregada toda la información necesaria, el caso es estudiado por una agencia estatal para determinar la discapacidad (tipología y grado). Aunque la definición de discapacidad es la misma para todo el país, el proceso de determinación de la discapacidad varía según el Estado.

Alemania La Constitución de la República Federal garantiza a todas las personas,

independientemente de la causa o naturaleza de la discapacidad, el derecho a la libertad de desarrollo personal y la igualdad de trato por parte de las autoridades públicas.

En noviembre de 1994, el principio general de igualdad de trato consagrado en la Constitución (artículo 3, apartado 1), fue complementado por medio de una disposición de referencia específica a las personas con discapacidad, añadiéndose una frase en la que se estipula que nadie podría recibir un trato desfavorable por motivo de discapacidad. Aunque la Constitución ya protegía a las personas con discapacidad contra cualquier tipo de discriminación por parte de los poderes públicos, la enmienda en cuestión consolidó la posición de este grupo de la población, imponiendo al Estado la obligación de adoptar las medidas necesarias para garantizar la participación de las personas con discapacidad en la vida social en igualdad de condiciones con los demás ciudadanos.

Francia El Representante Interministerial para las Personas con Discapacidad es el responsable

de la coordinación de las medidas adoptadas por los diferentes ministerios a favor de la promoción de la integración social y profesional de las personas con discapacidad, especialmente respecto a la educación, accesibilidad, empleo y formación profesional.

Los derechos de las personas con discapacidad se establecen en dos normas jurídicas fundamentales: la Ley de 30 de junio de 1975 por la que se establecen las directrices generales para con las personas con discapacidad, y la Ley de 10 de junio de 1987, relativa a la promoción del empleo de las personas con discapacidad. El principio que inspira la legislación francesa en vigor consiste en dar prioridad a la integración en un entorno ordinario.

Italia En Italia, el marco político y estratégico en materia de discapacidad lo constituye la

Ley 104/92, “Marco legal para la asistencia, la integración social y los derechos de las personas con discapacidad”, que aborda cuestiones relativas a la prevención y diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, asistencia personal y a domicilio y el derecho a la educación, así como la integración en los ámbitos educativo, profesional y social. También incluye medidas a favor de la plena integración en el mercado de trabajo, así como en materia de accesibilidad.

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160 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

El objetivo fundamental de la Ley 104/92 es la supresión de obstáculos, la mejora de la accesibilidad y permitir, de forma general, que las personas con discapacidad puedan disfrutar de los servicios e instalaciones ordinarios de que disponen los demás ciudadanos.

En virtud de lo dispuesto en este Marco Legal, la coordinación y promoción de la asistencia a las personas con discapacidad, así como el asesoramiento y supervisión de la aplicación de la legislación, es competencia del Ministerio de Asuntos Sociales.

2. Mercado laboral para discapacitados

Estados Unidos Al igual que en España, en EE.UU. también existe una cuota de reserva de puestos de

trabajo. Este sistema de cuotas está establecido por la Ley de Americanos con Discapacidades (ADA) de 1990, que estipula una serie de normas aplicables a todas las empresas con 15 o más empleados. Deben realizarse todas aquellas adaptaciones consideradas razonables según cada caso, y los trabajadores discapacitados deben ser capaces de desarrollar el trabajo requerido. Las empresas pueden recibir ayudas tales como deducciones fiscales y créditos para adaptar sus instalaciones a estos individuos. También existen incentivos de la Seguridad Social para las personas con discapacidad.

Muchas organizaciones públicas o sin ánimo de lucro americanas ofrecen trabajo protegido a personas con capacidad laboral reducida. También se proporcionan préstamos a través de la Organización de Pequeñas Empresas de los EE.UU. para aquellas personas con discapacidad que quieran crear su propio negocio.

Alemania En Alemania los departamentos u organismos encargados de la prestación de servicios

relacionados con el empleo son el Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos sociales, el Ministerio Federal de Sanidad (para el ámbito de la asistencia social y empleo protegido) y los Ministerios correspondientes de los Estados federados.

Los derechos laborales de los discapacitados en Alemania están recogidos dentro del marco establecido por la Ley sobre Personas con Minusvalías Graves. Esta ley obliga a las empresas a adaptar sus puestos de trabajo y los trabajadores discapacitados obtienen derechos especiales en cuanto a posibles despidos y bajas remuneradas.

En Alemania también existe un sistema de reserva de puestos de trabajo, aplicable en empresas de 16 o más trabajadores, en las que, al menos, el 6% de los puestos de trabajo deben ser ocupados por personas con minusvalías graves. Esta cuota de reserva es aplicable tanto en empresas públicas como privadas. La Oficina Federal es el órgano administrativo encargado del cumplimiento de la cuota de reserva, habilitado para imponer sanciones en caso de incumplimiento. En la misma línea que las medidas alternativas a la cuota de reserva existentes en España, en Alemania es posible realizar pagos compensatorios como alternativa a la contratación de discapacitados. La empresa paga una cierta cantidad por cada discapacitado no contratado hasta llegar al 6%.

En Alemania existen subvenciones a las empresas que contraten personas con un grado severo de minusvalía. Estas subvenciones pueden llegar a ser de hasta un 80% del salario y hasta de un 100% de los gastos de formación del trabajador discapacitado. Además

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Políticas sociolaborales a favor de discapacitados. Una perspectiva internacional 161

de estas subvenciones a nivel federal, existen ayudas suministradas por las administraciones locales. También existen ayudas para la promoción del autoempleo de los discapacitados.

Respecto a la rehabilitación profesional, todas las personas aquejadas de una discapacidad física, mental o psicológica, o que corran riesgo de padecerla, tienen derecho, independientemente de la causa de la misma, a la asistencia necesaria para prevenir, curar o paliar la discapacidad, prevenir su agravamiento, o bien mitigar sus consecuencias y ocupar un lugar en la sociedad, en particular en la vida laboral, que sea adecuado a sus preferencias y capacidades.

Por lo general se reconoce que el derecho a la rehabilitación profesional constituye no sólo un principio jurídico para la elaboración y aplicación de la normativa social, sino también un principio rector de la política de tratamiento y rehabilitación de la discapacidad. Para alcanzar este objetivo, Alemania cuenta con un sistema de prestaciones sociales general y diferenciado que abarca de forma específica a las personas con discapacidad. Se considera que la coordinación, eficacia y buen funcionamiento del sistema son los objetivos fundamentales que deben abordarse para garantizar una rehabilitación con niveles razonables de gasto.

Francia En el caso francés, los organismos responsables del empleo son el Ministerio de

Empleo y Solidaridad, el Fondo para la Integración Profesional de las Personas con Discapacidad (AGEFIPH) y las Agencias de Empleo nacionales o locales.

La Ley para el Empleo de los Minusválidos de 1987 establece los derechos de las personas con discapacidad, con la finalidad de “promover el acceso al empleo de las personas con discapacidad, tomando en consideración las condiciones económicas de los empresarios y estimulando su participación en la estrategia propuesta”. El principio básico de esta Ley reconoce que las obligaciones de las empresas en este ámbito deben centrarse más en los resultados que en los medios.

La Ley para el Empleo establece un sistema de cuotas de reserva de puestos de trabajo, que deben cumplir las empresas públicas y privadas con más de 20 empleados. El porcentaje debe ser del 6% de los empleados de la plantilla, ya sean trabajadores a tiempo parcial o a tiempo completo. Las empresas cuentan con alternativas a la contratación de discapacitados tales como aportaciones al AGEFIPH o acuerdos con el sector de empleo protegido.

En cuanto a las subvenciones, el gobierno francés las utiliza para incentivar a las empresas para la contratación de personas pertenecientes a grupos desfavorecidos de la sociedad. También se ofrecen, al igual que en España, reducciones en las contribuciones al sistema de la Seguridad Social, ayudas locales, ayudas para adaptar los edificios y ayudas para el autoempleo.

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162 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Italia En Italia, a diferencia de lo que podríamos decir del resto de los países anteriormente

analizados, los trabajadores discapacitados tienen iguales derechos, contratos y responsabilidades que el resto de los trabajadores.

El Ministerio de Trabajo y Protección Social y las Administraciones regionales son los organismos encargados de la prestación de servicios de empleo.

El sistema italiano de cuotas no ha funcionado bien a lo largo de su existencia. Se aplica en empresas con más de 35 trabajadores, debiendo contratar al menos al 15% de los puestos de la plantilla. Éstos trabajadores se solicitan a través de las oficinas regionales de empleo, eligiendo las más convenientes para los puestos vacantes.

Existen compensaciones económicas e incentivos para las empresas que contratan a discapacitados. No existen, sin embargo, ayudas al autoempleo.

3. Servicios de apoyo al empleo

Estados Unidos En Estados Unidos, los servicios estatales y federales de empleo prestan especial

atención a las personas con discapacidad. En cada una de las oficinas locales hay al menos una persona dedicada a ello. En cuanto a la rehabilitación profesional, existen dos tipos de agencias: Agencias públicas y agencias privadas. Los servicios de empleo estatales están coordinados con las agencias estatales de rehabilitación profesional para mejorar su efectividad a la hora de la búsqueda de empleo para la persona con discapacidad.

Existen además servicios especiales específicos para invidentes, nómadas e indios americanos, personas con discapacidad grave, jóvenes, empleados del gobierno federal, etc. En este último caso, la Oficina de Gestión de Personal ha creado un Programa de Colocación Selectiva para colocar a los empleados del gobierno federal que han sufrido algún tipo de enfermedad o accidente; este programa también se dedica a la contratación de empleados discapacitados en los servicios federales.

Alemania Hasta 1996, en Alemania todos los minusválidos tenían derecho a recibir ayudas

destinadas a la rehabilitación profesional y a la búsqueda y conservación del empleo. En 1997 se aprobó la Ley de Expansión y Empleo, mediante la cual se estableció el requisito de estar reconocido oficialmente como minusválido para obtener estas ayudas.

La agencia alemana más importante de rehabilitación profesional es el Servicio Federal de Empleo. La Ley de Fomento del Empleo establece que la Oficina Federal de Empleo es el órgano responsable del asesoramiento profesional especializado, por lo que se han creado centros especiales dentro de estas oficinas de empleo. En estos centros, los asesores intentan buscar el empleo más adecuado en base a las aptitudes y preferencias de los discapacitados.

Para mejorar la colocación de los trabajadores minusválidos, en la última década, se han propuesto programas especiales a nivel local. Además, se han creado nuevos servicios intensivos de colocación para facilitar el paso de los alumnos desde los talleres de

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Políticas sociolaborales a favor de discapacitados. Una perspectiva internacional 163

readaptación o desde el desempleo hasta el mercado laboral. La búsqueda de empleo es más individualizada y ha mejorado la información que reciben las empresas a la hora de contratar a personas de este colectivo. Otro nuevo enfoque es la adaptación del modelo START, tomado de una agencia de trabajo temporal holandesa. El objetivo de estas agencias es crear contratos regulares o indefinidos.

Francia En Francia, la Agencia Nacional de Empleo (ANPE) tiene un asesor especial de

empleo (CSTH) dedicado casi exclusivamente a la integración de los discapacitados en el mercado de trabajo. Este asesor trabaja en cooperación con empresas y organizaciones relacionadas con los discapacitados, especialmente con la Comisión Técnica de Orientación y Reclasificación (COTOREP). Las agencias asesoran a los trabajadores con discapacidad sobre las vacantes, e informan a las empresas sobre sus obligaciones y beneficios de colocar a personas con discapacidad en su plantilla. En 1994 se creó el Organismo de Inserción y de Colocación (OIP), dedicado a la colocación.

Las asociaciones de voluntarios juegan un papel muy importante en Francia. Mediante acuerdos con la Agencia Nacional de Empleo, ayudan a los trabajadores discapacitados en la búsqueda de trabajo. Estas agencias financian programas de formación, sistemas para reeducar e incrementar la conciencia de las empresas.

En Francia, el esfuerzo se está realizando a través de la coordinación entre las actividades de los distintos organismos mediante planes de integración a nivel estatal.

Italia En el caso italiano, las personas con discapacidad pueden inscribirse en unas listas

especiales en las agencias de empleo locales, pero con las mismas condiciones que el resto de personas en cuanto a los requisitos administrativos para la colocación. Debido a los problemas de desempleo y los recortes presupuestarios, se han creado cooperativas que proporcionan formación y colocación, que mejoran las cualificaciones profesionales e intentan conseguir el empleo permanente de los minusválidos.

El proyecto más destacable en cuanto a empleo protegido es el de Génova, en el cual trabaja un equipo que analiza, forma y apoya el empleo de los discapacitados. Se selecciona rigurosamente a cada persona para realizar prácticas en empresas, y el proceso suele finalizar con la contratación indefinida de los participantes. En este proyecto participan agencias públicas, sindicatos, patronales y familias de los discapacitados.

B. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DE LA OCDE SOBRE POLÍTICAS PARA LAS

PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EDAD DE TRABAJAR 1. Políticas para las personas con discapacidad en la OCDE Según reflejó Berglind Ásgeirsdóttir, delegado de la Secretaría General de la OCDE,

en su discurso de apertura de la conferencia “Transforming disability into ability: políticas para fomentar el trabajo y la seguridad en los ingresos de las personas con discapacidad” (Viena 6 y 7 de marzo de 2003), las tasas de prestaciones económicas por discapacidad se

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164 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

han incrementado en casi todos los países de la OCDE durante las pasadas décadas. A pesar de que los presupuestos de los programas relacionados con la discapacidad representan, como media, más del 10% del gasto social total, y en algunos países llega incluso a representar el 20% (Noruega, Países Bajos y Polonia), no ha disminuido el importante gasto en prestaciones económicas para los discapacitados.

En opinión de la OCDE, los sistemas de prestaciones por discapacidad y su normativa influyen enormemente en el número de personas con discapacidad beneficiarias; es decir, las políticas hacen que no exista una “tasa natural” de discapacidad, sino que depende de cómo defina y entienda cada país el término “discapacidad”, de cómo asignen el derecho (y titularidad del mismo) a las prestaciones, de cómo concedan esas prestaciones y, sobre todo, de la cuantía de dichas prestaciones. Igualmente, la disponibilidad de otros beneficios sociales también influye en las tasas de beneficiarios de prestaciones por discapacidad; y es que, si existen fuertes restricciones al acceso a esos beneficios (desempleo, jubilación anticipad, etc.), las personas intentarán acceder a otras ayudas, entre las que las prestaciones por discapacidad son una opción.

Las cuantías y condiciones de acceso a las prestaciones económicas por discapacidad hacen que, una vez que una persona accede a estas prestaciones, sea más que probable que nunca vuelva a trabajar, lo que verdaderamente supone un fracaso de este tipo de políticas. Este resultado se da incluso en los países que realizan mayores esfuerzos para la reintegración de las personas con discapacidad.92 Desgraciadamente el resultado siempre suele ser el mismo: muy pocas personas con derecho a prestaciones por discapacidad intentan encontrar un trabajo, lo que en parte explica las altas tasas de inactividad que presenta el colectivo de discapacitados.

Particularmente las personas con discapacidad severa tienen pocas posibilidades de encontrar trabajo y es por ello por lo que sólo uno de cada cuatro intenta encontrar un empleo. Otros colectivos vulnerables en este sentido son los discapacitados mayores de 50 años y los que cuentan con menores niveles de educación. Muchos países ofrecen programas especiales de empleo para personas con discapacidad, especialmente importantes para las personas con discapacidad severa, pero no tienen un impacto a gran escala sobre la tasa total de empleo de los discapacitados.

Sorprende que en todos los países de la OCDE los programas de integración en el mercado de trabajo discriminen a las personas de mayor edad. Los programas de formación y rehabilitación profesionales se ofrecen exclusivamente a las personas menores de 45 años. Las personas de mayor edad no son consideradas en muchos de los programas, reduciendo sus vías y posibilidades de acceso al mercado de trabajo. Los programas de empleo se destinan sólo a los jóvenes y personas con discapacidad severa, y la formación y rehabilitación profesionales son raramente ofrecidas al colectivo de mayor edad, e incluso a veces comienzan demasiado tarde. Otro problema es que las empresas no están suficientemente implicadas en el proceso.

La mayoría de las personas con discapacidad desea participar activamente en la sociedad (para lo que trabajar puede considerarse esencial), y son perfectamente capaces de ello; lo que falla son las oportunidades que tienen, así como la necesaria formación y ayuda.

Generalmente, la discapacidad se identifica con severas minusvalías como la invidencia, la sordera, mudez, o paraplejia, asociadas indefectiblemente con una sustancial necesidad de ayudas y ajustes en el puesto de trabajo que hacen muy difícil que la persona afectada consiga tener (y mantener) un empleo. No obstante, sólo una de cada tres personas

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Políticas sociolaborales a favor de discapacitados. Una perspectiva internacional 165

con discapacidad en edad de trabajar está afectada por una discapacidad severa. La mayoría sufre problemas relacionados con el estrés, problemas musculares y afecciones cardiovasculares.

Muchas personas con discapacidad están preparadas para su reincorporación al mundo laboral después de una adecuada rehabilitación y/o formación profesional, y el que no puedan hacerlo es consecuencia más de errores y decisiones políticas que por decisión personal. Muchas sociedades se equivocan apartando a determinados colectivos de discapacitados del camino de la inserción laboral con generosas prestaciones, en vez de hacer un esfuerzo real por potenciar sus posibilidades, sus capacidades.

Además, este tipo de políticas de integración basadas en transferencias económicas no son en absoluto suficientes para las personas con discapacidad y resultan muy caras. La media del coste per cápita en formación y rehabilitación profesionales es bastante menor que la media del gasto en prestaciones económicas por discapacidad. En última instancia, estas políticas tampoco son buenas para la economía en general ni para los contribuyentes en particular. Siendo conscientes del progresivo envejecimiento de la población, no podemos permitirnos el lujo de ver cómo un porcentaje cada vez mayor de la población en edad de trabajar se encuentra atrapado en la inactividad porque reciben prestaciones por discapacidad.

2. Propuestas sobre las políticas de discapacidad Normalmente al final de un estudio comparativo de la OCDE suele incluirse un

apartado de recomendaciones y “mejores prácticas”, basadas en las que se identificaron como experiencias acertadas. Pero en este caso, entre los 20 países objeto de estudio, se encontraron gran cantidad de ejemplos de lo que pueden considerarse como fracasos de políticas, lo que hace muy difícil el señalar a un país con una satisfactoria política para las personas con discapacidad en edad de trabajar.

Aun así, muchos países están realizando interesantes propuestas y medidas que muestran un nuevo camino a seguir, a lo que hay que unir las nuevas propuestas políticas que enfatizan la necesidad de integración social y económica de las personas con discapacidad. Estas nuevas propuestas tienen cinco premisas:

Reconocimiento de la discapacidad

Para que una política sea efectiva, las sociedades necesitan cambiar su manera de

pensar respecto de la discapacidad. Para mucha gente el término “discapacitado” es sinónimo de “no puede trabajar”. Esto debe cambiar. La discapacidad debe reconocerse como una condición para acceder a las prestaciones, pero no debe significar, automáticamente, que una persona deba pasar a ser un pensionista por padecer una discapacidad, puesto que ello significaría un obstáculo directo para con su inserción laboral.

El acceso a cualquier servicio relacionado con la discapacidad debe basarse en esa discapacidad, y no en el hecho de percibir o no una prestación económica. Así también, las políticas actuales intentan poner a los discapacitados en diferentes categorías, de tal modo que aquellos que necesiten de ayudas económicas las reciban, pero sólo aquellos que no puedan conseguir ingresos por sí mismos, aquellos que no puedan trabajar, en definitiva; lo

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166 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

que hace que mucha gente se encuentre atada a dichas ayudas económicas, puesto que si trabajan deben prescindir de unos ingresos que verdaderamente necesitan.

Con esta asignación basada en la “discapacidad” y no en los requisitos necesarios para el acceso a una prestación económica se conseguirá que aquellas personas con discapacidad que se encuentren preparadas para trabajar puedan intentar encontrar un empleo, guardándose la opción y el derecho a volver a percibir una prestación en el caso de que pierdan su puesto de trabajo o que les resulte demasiado duro el desarrollo de la actividad elegida. De alguna forma, lo que se pretende es que no se “penalice” el hecho de asumir el “riesgo” de reincorporarse a la vida laboral o, simplemente, se pretenda conseguir un empleo.

Potenciar la actividad

Esta segunda propuesta se basa en una fuerte motivación hacia la vida laboral activa.

Cada persona discapacitada debe contar con un paquete personalizado de medidas o actividades para conseguir su participación en el mercado laboral. Este paquete debe incluir tanto acciones de rehabilitación y empleo, como beneficios económicos y otro tipo de facilidades.

La rapidez es crucial en las medidas de activación. Cuanto más tiempo pasa una persona con discapacidad sin un empleo, más difícil resulta conseguir que vuelva a trabajar. La situación ideal sería aquella en la que se comenzasen, a la mayor brevedad posible y al más mínimo problema de salud, la formación y rehabilitación profesionales.

Por supuesto, esta propuesta no resulta en absoluto barata. La asistencia individualizada precisa de unos recursos mayores respecto de los que actualmente se invierten en programas de integración, pero, a largo plazo, conseguir una mayor integración laboral de las personas con discapacidad no sólo ayudará a estas personas a tener una vida más plena (e integración social), sino que también supondrá un ahorro sustancial en los sistemas de prestaciones.

Reestructuración de los sistemas de prestaciones

La mayoría de las propuestas actuales se centran en prestaciones de reposición de

ingresos y condicionan el derecho a cualquier otro tipo de servicio a la condición de percibir esas ayudas monetarias. Este enfoque no hace sino desalentar a las personas con discapacidad a la hora de reincorporarse (o incorporarse) al mundo laboral. La OCDE propone desmantelar este tipo de sistemas, cambiándolos por otros en los que las prestaciones económicas y los servicios puedan ser recibidos de manera independiente, no condicionada. Además, propone que las prestaciones económicas puedan percibirse con tal flexibilidad que puedan adaptarse a cada una de las diferentes situaciones de posibilidad de reincorporación al trabajo, así como a la posibilidad de cambio en el reconocimiento de la discapacidad a lo largo del tiempo.

Trabajar puede necesitar una motivación mayor. Las prestaciones ofrecidas a los discapacitados que trabajen deben completar los ingresos percibidos por dicha actividad laboral, compensando las menores ganancias por la reducción de horas de trabajo debida a la discapacidad padecida. En cualquier caso, los ingresos (después de impuestos), incluidas

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Políticas sociolaborales a favor de discapacitados. Una perspectiva internacional 167

todas las transferencias recibidas, deben ser mayores para las personas con discapacidad que trabajen que para aquellas que se encuentren fuera del mercado de trabajo.

Introducir obligaciones mutuas

Esta recomendación constituye una novedad en las políticas sobre discapacidad. La

mayoría de las sociedades reconocen la obligación de realizar todos aquellos esfuerzos que se crean necesarios para la integración y soporte de las personas con discapacidad, pero el esperar que las personas con discapacidad contribuyan igualmente en el proceso es menos común.

Si cambiase el foco principal de la política de reposición de ingresos por la provisión de asistencia individualizada (a medida) para la integración efectiva en el mercado de trabajo, la relación entre la sociedad y las personas con discapacidad también cambiaría. Las personas con discapacidad recibirían un soporte de ingresos, pero si la sociedad realiza un esfuerzo sincero y apropiado para ayudarles en su integración en la sociedad en general y en el mercado de trabajo en particular, lo propio y correcto es que éstos pongan todo su empeño en aprovechar las oportunidades que se les ofrecen.

Implicar a las empresas

La implicación de las empresas (empleadores) es esencial para una satisfactoria

incorporación al mercado laboral. La relación empleador-empleado debe “cuidarse” tanto como sea posible, con medidas como leyes antidiscriminatorias, cuotas de reserva de empleo o incluso un verdadero cambio de mentalidad respecto del trato a las personas con discapacidad.

Indudablemente la efectividad de estas medidas depende de la predisposición de los empleadores para ayudar a los discapacitados a encontrar (o mantener) un trabajo. No obstante, los políticos han de asumir el importante rol de minimizar las posibilidades de esquivar la legislación por parte de los empleadores o simplemente pagar multas por su incumplimiento. Eso sí, el endurecimiento de las medidas impositivas sobre los empleadores puede ser contraproducente. Los empresarios pueden verse motivados a discriminar entre las personas con discapacidad que busquen empleo. Las políticas deben reconocer que las empresas necesitan ayuda para comportarse o situarse en la línea que se pretende respecto del tratamiento de la discapacidad. La adaptación del centro de trabajo, así como del puesto, generalmente requieren unas inversiones financieras relativamente pequeñas, pero aun así, las empresas que realicen un esfuerzo para emplear a personas con discapacidad no deben ser financieramente penalizadas comparativamente igual que otras que no realicen dicho esfuerzo.

Estos son los principios generales que la OCDE ve más adecuados respecto a las políticas para las personas con discapacidad en edad de trabajar. Por supuesto no se obvia la existencia de problemas políticos a la hora de poder llevar a la práctica estas recomendaciones, como la preocupación de los Ministerios de Economía por los costes a corto plazo de la provisión de mayores y mejores ayudas individualizadas para la superación de barreras laborales; así como el hecho de hablar de “obligaciones mutuas”, que puede hacer que mucha gente piense en programas para “hacer trabajar” (con tinte obligativo),

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168 EL CONTEXTO INTERNACIONAL

dirigiéndose exclusivamente a penalizar a uno de los grupos más desfavorecidos de la sociedad.

En conclusión, las políticas sobre discapacidad deben basarse en programas de activación laboral, antes que en programas de prestaciones económicas pasivas. Muchos países se están moviendo en esta dirección, pero queda mucho por hacer, y el mayor desafío es trasladar las propuestas de la OCDE a la práctica.

Page 174: Trabajo y discapacidad

RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES 169

RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES

iscapacidad es toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un

ser humano. En España, se considera minusválida (legalmente) aquella persona cuyas posibilidades de integración educativa, laboral o social se encuentren disminuidas como consecuencia de una deficiencia, previsiblemente permanente, en sus capacidades físicas, psíquicas o sociales.

La acreditación legal de la condición de minusválido se formaliza mediante un certificado del grado de minusvalía. Este certificado es un requisito indispensable para tener derecho a determinados beneficios sociales y económicos. En el reconocimiento del grado de minusvalía (expresado en porcentaje) son objeto de valoración tanto las discapacidades que presente la persona, como los factores sociales que dificulten su integración en la sociedad.

Según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999, en ese año había en España más de tres millones y medio de personas con discapacidad. El 58% de las mismas eran mujeres y más de dos millones tenían 65 o más años. La causa (origen) más frecuente de las discapacidades fueron las deficiencias osteoarticulares, seguidas de las deficiencias visuales y las auditivas. Más de la mitad de las personas discapacitadas con edades comprendidas entre los 6 y los 64 años observaba alguna dificultad importante para desplazarse fuera del hogar. En general, las discapacidades más frecuentes son las relacionadas con la motricidad y la realización de las tareas del hogar.

La necesidad de que existan políticas sociolaborales específicas a favor de las personas discapacitadas es del todo incuestionable. La falta de oportunidades laborales, la existencia de prejuicios sociales contra los discapacitados, las deficiencias en materia de formación y la ineficacia de las instituciones privadas en la inserción sociolaboral son sólo algunos ejemplos de hechos evidentes que justifican la necesidad de estas políticas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Las políticas sociolaborales pueden clasificarse en tres grandes grupos: 1) Medidas incentivadoras de empleo, que buscan la integración plena de los discapacitados en el mercado de trabajo en empresas ordinarias o bajo la fórmula de empleo protegido en Centros Especiales de Empleo; 2) medidas formativas, que persiguen la formación, readaptación o reeducación profesional; y 3) medidas recuperadoras, cuya finalidad es la recuperación, rehabilitación o superación de las deficiencias, discapacidades o minusvalías, ya sea mediante tratamientos sanitarios adecuados, mediante la aplicación de tecnologías de la rehabilitación, o incluso mediante orientación profesional y readaptación del puesto de trabajo.

Protección económica, incentivos y ayudas técnicas En España existen diversos subsidios, ayudas, pensiones y prestaciones para la

protección económica de las personas con discapacidad. Dentro de las pensiones y prestaciones para la atención de necesidades de las personas con discapacidad, existe una clara preeminencia, tanto en número de beneficiarios, como en gasto, de las referidas al nivel contributivo, esto es, de las que precisan para su disfrute un periodo previo de cotización a la

D

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170 RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES

Seguridad Social (u organismo equivalente). En el año 2001 se contabilizaron un total de 1.367.412 pensiones, con un gasto asociado a las mismas de 8.859 millones de euros.

En cuanto al fomento del empleo de las personas con discapacidad, existe una multitud de incentivos a la contratación de trabajadores minusválidos, asociados directamente a las modalidades de contratación. En la mayoría de los casos, estos incentivos consisten en reducciones en las cuotas empresariales de la Seguridad Social.

Otro tipo de ayudas para el empleo son las subvenciones parciales del tipo de interés, las subvenciones para inversión de capital fijo y las bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social para aquellos trabajadores que, en vez de buscar un trabajo por cuenta ajena, prefieran establecerse como autónomos o empresarios. También pueden mencionarse las ayudas a los Centros Especiales de Empleo, tales como la financiación de proyectos generadores de empleo y ayudas al mantenimiento de puestos de trabajo; así como las subvenciones y bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social para las empresas que contraten trabajadores discapacitados de un Enclave Laboral. Por último, como otras medidas de fomento del empleo, mencionar la cuota de reserva de puestos de trabajo en empresas de más de cincuenta trabajadores (prevista en la LISMI) y las medidas alternativas al cumplimiento de la misma.

Aparte de los subsidios y prestaciones económicas que aseguran unos ingresos suficientes para las personas con discapacidad y de los incentivos propuestos por el Gobierno para fomentar el empleo, existen otro tipo de ayudas, completamente diferentes, para la integración social y laboral de los discapacitados. Nos referimos a las ayudas técnicas y a las tecnologías de la rehabilitación, orientadas a la compensación y superación de las discapacidades, así como a su prevención.

Las ayudas técnicas son los medios para adecuar el entorno a las necesidades del usuario discapacitado. Gracias a estas herramientas es posible realizar acciones que de otra forma sería imposible o extremadamente difícil. Atendiendo a su utilidad u objetivo puede distinguirse entre ayudas técnicas preventivas, facilitadoras y compensadoras.

Las llamadas tecnologías de la rehabilitación son todo producto, instrumento, estrategia, servicio y práctica utilizados por personas con discapacidad y personas mayores para prevenir, aliviar o neutralizar la deficiencia, la discapacidad o la minusvalía, y mejorar la autonomía y calidad de vida de las personas.

Las familias de productos de tecnología de la rehabilitación con mayor presencia en el mercado español son las ortesis y exoprótesis, las ayudas para la protección y el cuidado personal, las ayudas para la movilidad personal, el mobiliario y las adaptaciones para las viviendas y otros inmuebles, las ayudas para la terapia y el entrenamiento, y las ayudas para las actividades domésticas. Se observan determinadas carencias en tecnologías de la rehabilitación, como las ayudas para la manipulación de productos, o las ayudas y equipamiento para la mejora del ambiente y de la maquinaria y herramientas.

En cuanto a la producción de tecnologías de la rehabilitación en España, la mayor parte de empresas de productos y servicios relacionados con estas tecnologías son PYMES (pequeñas y medianas empresas), con un marcado carácter familiar en su mayoría.

El nivel de innovación tecnológica en nuestro país en este tipo de productos y servicios ha ido en aumento durante los últimos años, aunque todavía resulta escaso en comparación con los países más desarrollados de la UE, debido a la falta de recursos económicos que se destinan a estas actividades, a lo que hay que añadir la falta de información sobre los productos existentes en el mercado.

Page 176: Trabajo y discapacidad

RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES 171

Inserción laboral y empleo La complejidad y particularidades del mercado de trabajo llevan a la necesidad de

establecer ciertos mecanismos que, de alguna manera, lo regulen y complementen para su buen funcionamiento.

Legalmente, se entiende por “intermediación laboral” el conjunto de acciones que tienen por objeto poner en contacto las ofertas de trabajo con los demandantes de empleo, para su colocación. La intermediación laboral tiene como finalidad proporcionar a los trabajadores un empleo adecuado a sus características y facilitar a los empleadores los trabajadores más apropiados a sus requerimientos y necesidades. Esta actividad puede ser llevada a cabo, bien desde la iniciativa estatal, mediante un servicio público de empleo, bien a través de una iniciativa privada, mediante la creación de empresas cuyo objeto principal sea la mediación en el mercado de trabajo. También puede llevarse a cabo a través de otros mecanismos como los servicios sindicales de colocación o las bolsas de trabajo en universidades. En España, el Estatuto de los Trabajadores prohíbe la existencia de agencias de colocación con fines lucrativos.

El Servicio Público de Empleo Estatal es un órgano autónomo de la Administración General del Estado que tiene encomendada la ordenación, desarrollo y seguimiento de los programas y medidas de la política de empleo. Los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas ejercen las funciones necesarias para la gestión de la intermediación laboral y de las políticas activas de empleo. La finalidad primordial de las políticas de empleo para trabajadores minusválidos ha de ser la integración de los mismos en el sistema ordinario de trabajo o, en su defecto, su incorporación al sistema productivo mediante una fórmula especial de trabajo protegido.

Existen múltiples posibilidades de empleo para las personas con discapacidad como, por ejemplo, los Centros Especiales de Empleo. El objetivo principal de estos Centros es la realización de un trabajo productivo, participando regularmente en las operaciones de mercado. Tienen como finalidad asegurar un empleo remunerado y la prestación de servicios de ajuste personal y social que requieran sus trabajadores minusválidos, a la vez que son un medio de integración de trabajadores minusválidos al mercado laboral normalizado. Otra posibilidad de empleo son los Enclaves Laborales, que surgen a partir de una relación comercial entre una empresa del “mercado abierto” y un Centro Especial de Empleo. Consisten en el desarrollo de una actividad productiva por parte de un grupo de trabajadores de éste en las propias instalaciones de aquélla.

Las personas con discapacidad también pueden recurrir al Empleo con Apoyo, por el que se encuentran integradas dentro de empresas normalizadas mediante la provisión de los apoyos necesarios (tanto dentro como fuera del lugar de trabajo), y en condiciones de empleo lo más similares posibles en trabajo y sueldo a las de otros trabajadores sin discapacidad en puestos equiparables dentro de la misma empresa.

Otra modalidad laboral es el teletrabajo. El teletrabajo es una forma de organización de trabajo que permite la realización del mismo gracias a la aplicación de tecnologías de información y comunicaciones. Estas tecnologías permiten el desarrollo de un puesto de trabajo parcial o totalmente fuera de los centros de trabajo habituales de la empresa o persona para la que se realiza el trabajo. A este respecto, debe tenerse en cuenta que las “nuevas tecnologías” y la “sociedad de la información” suponen grandes oportunidades, pero también algunos riesgos para las personas con discapacidad. Pueden proporcionar más

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172 RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES

independencia y oportunidades personales y laborales a algunas personas con discapacidad, mientras que otras pueden quedar aún más excluidas del acceso a la información y a la participación en la sociedad. Nadie debe quedar excluido por padecer una discapacidad.

Por último, el trabajo autónomo es una importante fuente de empleo para las personas con discapacidad. El trabajo autónomo se define como la actividad productiva de bienes o servicios no ligada a un contrato de trabajo y realizada por el propio empresario que asume los riesgos.

Respecto a los cifras sobre empleo de las personas con discapacidad en España, los datos más relevantes de la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999 reflejan que dos de cada tres personas con discapacidad en edad de trabajar eran inactivas y una de cada cuatro se encontraba parada. Las discapacidades visuales y auditivas son las que presentan los mayores niveles de inserción laboral.

Otra fuente estadística relevante sobre empleo de personas con discapacidad es el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trimestre de 2002. Según esta encuesta, sólo una de cada tres personas con discapacidad eran activas y el 15% no tenía empleo. Uno de cada cinco discapacitados trabajaba por cuenta propia y, de entre los asalariados, el 70% tenía un contrato indefinido. Por discapacidades, las personas con problemas de oído son las que mantenían una mayor inserción laboral y ocho de cada diez personas con problemas mentales, nerviosos o emocionales se encontraban inactivas.

Finalmente, el Anuario de estadísticas laborales refleja que, en términos absolutos, el número de contratos registrados a minusválidos ha aumentado un 50% entre 1997 y 2001 (en términos absolutos). No obstante, el porcentaje de crecimiento se ha ido reduciendo progresivamente a lo largo de estos años. En el 2001 se registraron 35.069 contratos, 15.659 de los cuales eran indefinidos y 19.410 temporales. La contratación de los varones es más del doble que la de las mujeres.

El contexto internacional

Según un informe de la OCDE, basado en encuestas generales de población y referido a personas que subjetivamente se identifican como discapacitados, el 14% de las personas en edad de trabajar se clasifica a sí mismo dentro de dicho colectivo. Las mujeres observan un mayor índice de discapacidad en la mayoría de los países, pero las diferencias entre hombres y mujeres son normalmente pequeñas.

La seguridad de las rentas o ingresos de los discapacitados en edad de trabajar es, según el informe de la OCDE, razonablemente alta en muchos países. En todos los países de la OCDE la fuente de ingresos más importante es la remuneración salarial. Las otras dos fuentes relevantes de ingresos son las relacionadas con ayudas a los discapacitados y, en menor medida, las pensiones por jubilación regular o anticipada. Comparando los salarios, o ingresos procedentes del trabajo, se observa un hecho importante: las personas discapacitadas que trabajan ganan aproximadamente lo mismo que las no discapacitadas.

Para la OCDE la integración de los discapacitados en el mercado de trabajo, en general, no puede calificarse como satisfactoria. Las bajas tasas de actividad pueden ser consecuencia de dos factores: de las altas tasas de inactividad y de las altas tasas de desempleo de las personas discapacitadas. Además, la proporción del total de personas discapacitadas en edad de trabajar que no reciben ni ingresos procedentes de un empleo ni

Page 178: Trabajo y discapacidad

RESUMEN Y CONCLUSIONES GENERALES 173

ningún tipo de ayuda estatal es, en algunos casos, preocupante. En España (e Italia), este grupo crítico supone casi el 30% del total de discapacitados en edad de trabajar.

Resulta difícil señalar a un país con una política satisfactoria para las personas con discapacidad en edad de trabajar.

Hoy día muchos países están realizando interesantes propuestas y medidas que muestran un nuevo camino a seguir, a lo que hay que unir las nuevas propuestas políticas que enfatizan la necesidad de integración social y económica de las personas con discapacidad. Estas nuevas propuestas tienen cinco premisas:

1) Reconocimiento de la discapacidad: La discapacidad debe reconocerse como una condición para acceder a las prestaciones, pero no debe significar, automáticamente, que una persona deba pasar a ser un pensionista por padecer una discapacidad, puesto que ello significaría un obstáculo directo para su inserción laboral.

2) Potenciar la actividad: Cada persona discapacitada debe contar con un paquete personalizado de medidas o actividades para conseguir su participación en el mercado de trabajo.

3) Reestructuración de los sistemas de prestaciones: Reformar los actuales sistemas de prestaciones, cambiándolos por otros en los que las prestaciones económicas y los servicios puedan ser recibidos de manera independiente, no condicionada, y flexible.

4) Introducir obligaciones mutuas: La mayoría de las sociedades reconocen la obligación de realizar todos aquellos esfuerzos que se crean necesarios para la integración y el apoyo de las personas con discapacidad, pero el esperar que las personas con discapacidad contribuyan igualmente en el proceso es menos común.

5) Implicar a las empresas: La implicación de las empresas (empleadores) es esencial para una satisfactoria incorporación al mercado laboral.

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174

ÍNDICE DE CUADROS

Capítulo I

Cuadro 1.1: Personas con discapacidad por grupo de edad. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999.......................................................................................... 14

Cuadro 1.2: Personas con discapacidad por grupo de edad y sexo. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999.......................................................................................... 14

Cuadro 1.3: Población con discapacidades según las deficiencias que las han causado (6 y más años). Encuesta sobre deficiencias, discapacidades y estado de salud de 1999 ............................ 15

Cuadro 1.4: Población total y número de personas con discapacidad por grupos de edad. Comparativa encuestas sobre discapacidad de 1986 y 1999 ......................................................... 16

Cuadro 1.5: Comparación entre las discapacidades originadas por diversas categorías de deficiencias en las encuestas sobre discapacidad de 1986 y 1999 (6 y más años) ........................ 16

Cuadro 1.6: Personas de 6 a 64 años con discapacidades para las actividades de la vida diaria según el grado de severidad. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999.......................................................................................................................................... 18

Cuadro 1.7: Personas de 65 y más años con discapacidades para las actividades de la vida diaria según el grado de severidad. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999.......................................................................................................................................... 19

Cuadro 1.8: Distribución de minusválidos y población total, por grupo de edad. Base de datos estatal de personas con discapacidad............................................................................................. 20

Cuadro 1.9: Minusválidos inscritos en la Base de datos estatal de personas con discapacidad ............. 21 Cuadro 1.10: Minusválidos por grado de minusvalía y sexo. Base de datos estatal de personas con

discapacidad .................................................................................................................................. 23 Cuadro 1.11: Distribución de personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con

discapacidad, por grado de minusvalía.......................................................................................... 23 Cuadro 1.12: Discapacitados por Comunidades Autónomas y sexo. Base de datos estatal de

personas con discapacidad ............................................................................................................ 24 Cuadro 1.13: Personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con discapacidad con el

33% o más de grado de minusvalía, por tipo de deficiencia ......................................................... 25 Cuadro 1.14: Personas de 16 a 64 años con y sin discapacidad por grupo de edad (en miles). EPA

2º trimestre 2002 ........................................................................................................................... 28 Cuadro 1.15: Personas de 16 a 64 años con discapacidad, por tipo de discapacidad y sexo (en

miles). EPA 2º trimestre 2002....................................................................................................... 28 Cuadro 1.16: Personas de 16 a 64 años con discapacidad, según la causa de la discapacidad, por

grupo de edad (en miles). EPA 2º trimestre 2002 ......................................................................... 29

Capítulo III

Cuadro 3.1: Pensiones de incapacidad en el Estado Español: Evolución del número de pensiones y gasto .............................................................................................................................................. 73

Capítulo VII

Cuadro 7.1: Contratos de minusválidos en Centros Especiales de Empleo según sexo y edad en

2001............................................................................................................................................. 107 Cuadro 7.2: Ayudas concedidas para la integración laboral de minusválidos por Comunidad

Autónoma (2001) ........................................................................................................................ 109

Page 180: Trabajo y discapacidad

175

Capítulo VIII

Cuadro 8.1: Personas con alguna discapacidad, por sexo, grupo de discapacidad y relación con la actividad económica (activos), según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999 ..........................................................................................................................124

Cuadro 8.2: Personas con alguna discapacidad, por grupo de discapacidad y relación con la actividad económica (inactivos), según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999 ...............................................................................................................125

Cuadro 8.3: Tasas de actividad por grupo de edad y sexo en la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999 ........................................................................................126

Cuadro 8.4: Personas de 10 a 64 años con alguna discapacidad, por sexo y nivel de estudios terminados según la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999.....128

Cuadro 8.5: Tasas de actividad y paro por Comunidad Autónoma en la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud 1999 ...................................................................129

Cuadro 8.6: Personas con discapacidad por sexo y relación con la actividad, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 .....................................................................130

Cuadro 8.7: Personas con discapacidad, por tipo de discapacidad y relación con la actividad, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 (en miles) ...................................131

Cuadro 8.8: Ocupados según sufran o no alguna discapacidad o problema de salud, por tipo de contrato, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 ...........................133

Cuadro 8.9: Personas con discapacidad, por sexo y limitaciones en el nº de horas trabajadas, según el módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 ....................................................133

Cuadro 8.10: Total de contratos registrados en 2001 ...........................................................................136 Cuadro 8.11: Contratos a minusválidos registrados .............................................................................137

Capítulo IX

Cuadro 9.1: Porcentaje de discapacitados entre la población de 20 a 64 años (a finales de los 90) .....145 Cuadro 9.2: Porcentaje de discapacitados entre la población de 20 a 64 años por sexo y nivel

educativo (a finales de los 90) .....................................................................................................146 Cuadro 9.3: Principales fuentes de ingresos de los discapacitados, según su situación laboral.

Porcentajes de suma 100 (a finales de los 90) .............................................................................148 Cuadro 9.4: Tasa de actividad de discapacitados de 20 a 64 años, por grado de discapacidad (a

finales de los 90)..........................................................................................................................149 Cuadro 9.5: Razón entre las tasas de actividad de discapacitados y las de no discapacitados, por

grupo de edad, sexo y nivel educativo.........................................................................................151 Cuadro 9.6: Tasa de desempleo 20 a 64 años, por grado de minusvalía ..............................................152 Cuadro 9.7: Porcentaje de no-empleados sin ingresos por subsidios ...................................................154 Cuadro 9.8: Discapacitados sin empleo. Tipo de ayuda sobre el 100% (a finales de los 90) ...............156

Page 181: Trabajo y discapacidad

176

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Capítulo I

Gráfico 1.1: Personas de 6 a 64 años con discapacidades. Porcentaje de cada grupo de discapacidad sobre el total de discapacidades. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999................................................................................................................. 18

Gráfico 1.2: Personas de 65 y más años con discapacidades. Porcentaje de cada grupo de discapacidad sobre el total de discapacidades. Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999................................................................................................................. 19

Gráfico 1.3: Personas inscritas en la Base de datos estatal de personas con discapacidad. Distribución por sexo y grupo de edad.......................................................................................... 22

Gráfico 1.4: Valoración del 33% o más de grado de minusvalía. Tipo de deficiencia. Base de datos estatal de personas con discapacidad............................................................................................. 26

Gráfico 1.5: Distribución porcentual de la causa de la discapacidad en cada grupo de edad. EPA 2º trimestre 2002 ............................................................................................................................... 30

Capítulo III

Gráfico 3.1: Porcentaje de cada prestación sobre el gasto total en prestaciones económicas para la

atención de necesidades esenciales en el año 2001 ....................................................................... 47 Gráfico 3.2: Evolución del número de beneficiarios y gasto en Pensiones contributivas de

incapacidad de la Seguridad Social (PCSS) .................................................................................. 52 Gráfico 3.3: Pensiones contributivas de incapacidad del Sistema de la Seguridad Social (PCSS),

por grado de discapacidad ............................................................................................................. 53 Gráfico 3.4: Evolución del número de beneficiarios y gasto en Pensiones contributivas de

incapacidad del Estado.................................................................................................................. 55 Gráfico 3.5: Causantes en vigor (diciembre) e importe de las nóminas por ejercicio de la

Prestación familiar por hijo a cargo minusválido (contributiva) ................................................... 57 Gráfico 3.6: Evolución del número de pensionistas y gasto de la Pensión no contributiva de

invalidez de la Seguridad Social ................................................................................................... 59 Gráfico 3.7: Evolución del número de pensionistas y gasto de la Pensión Asistencial por

Enfermedad ................................................................................................................................... 60 Gráfico 3.8: Evolución del número de beneficiarios y gasto del Subsidio de Garantía de Ingresos

Mínimos ........................................................................................................................................ 60 Gráfico 3.9: Causantes en vigor (diciembre) e importe de las nóminas por ejercicio de la

Prestación familiar por hijo a cargo minusválido (No contributiva) ............................................. 61 Gráfico 3.10: Porcentaje de cada prestación sobre el gasto total en prestaciones económicas para la

atención de necesidades específicas en el año 2001...................................................................... 62 Gráfico 3.11: Evolución del número de subsidios y gasto del Subsidio por Ayuda de Tercera

Persona .......................................................................................................................................... 63 Gráfico 3.12: Evolución del número de subsidiarios y gasto del Subsidio de Movilidad y

Compensación de Gastos de Transporte ....................................................................................... 64 Gráfico 3.13: Evolución del gasto en Formación en cursos FSE-FPO .................................................. 65 Gráfico 3.14: Evolución del gasto del Régimen de Ayudas Públicas a personas con minusvalía ......... 66 Gráfico 3.15: Pensiones de incapacidad en el Estado Español: Número de pensiones .......................... 73 Gráfico 3.16: Evolución del Gasto en Pensiones de incapacidad en el Estado Español. ....................... 74

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177

Capítulo VII

Gráfico 7.1: Contratos de minusválidos en Centros Especiales de Empleo según sexo y Comunidad Autónoma en 2001...................................................................................................108

Capítulo VIII

Gráfico 8.1: Tasas de actividad y paro según tipo de discapacidad en la Encuesta sobre

discapacidades, deficiencias y estado de salud de 1999 ..............................................................127 Gráfico 8.2: Tasas de actividad y paro de las personas con discapacidad, por sexo, según el

módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trim. de 2002 ........................................................132 Gráfico 8.3: Contratos a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001, por duración .............137 Gráfico 8.4: Contratos indefinidos a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001, por sexo.138 Gráfico 8.5: Total de contratos indefinidos registrados entre los años 1997 y 2001............................138 Gráfico 8.6: Contratos temporales a minusválidos registrados entre los años 1997 y 2001, por sexo .139 Gráfico 8.7: Total de contratos temporales registrados entre los años 1997 y 2001 ............................139

Capítulo IX

Gráfico 9.1: Porcentaje de discapacitados entre la población de 20 a 64 años (a finales de los 90) ....144

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178

NOTAS

Capítulo I

1 Otra fuente importante sobre discapacidad es el Panel de Hogares de la Unión Europea, cuyos datos se recogen en el Capítulo IX. 2 Para más información sobre esta Encuesta puede consultarse la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE) en la dirección: http://www.ine.es/discapa/discapamenu.htm 3 La Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud sólo considera o contabiliza aquéllas discapacidades que lleven padeciéndose por un tiempo mínimo de un año. 4 Por Ley 56/2003, de 16 de diciembre, el INEM pasa a denominarse Servicio Público de Empleo Estatal, conservando su régimen jurídico y económico. 5 Art. 39.2 de la Ley 13/82 de 7 de abril (LISMI): “A los efectos de aplicación de beneficios que la presente Ley y sus normas de desarrollo reconozcan, tanto a los trabajadores minusválidos como a las Empresas que los empleen, se confeccionará por parte de las Oficinas de Empleo, un registro de trabajadores minusválidos demandantes de empleo, incluidos en el censo general de parados”. 6 A efectos de la gestión de la Seguridad Social claves: 130, 139, 230, 239, 330, 430 y 530. 7 Los resultados del módulo sobre discapacidad de la EPA del 2º trimestre de 2002 pueden consultarse (en formato pdf) en la web del INE: http://www.ine.es/daco/daco42/sociales/discapa_empleo.pdf 8 La edad mínima para acceder al trabajo es de 16 años y 65 años es la edad normal de jubilación. 9 Para más información sobre la Base estatal de personas con discapacidad puede consultarse la web del Servicio de Información sobre Discapacidad (SID): http://sid.usal.es/estadisticas/bdestatal.doc o bien la Web del IMSERSO: http://www.seg-social.es/imserso/discapacidad/docs/i0_disdest1be.html 10 Los resultados comentados pueden consultarse (en formato pdf) en la web del INE: http://www.ine.es/daco/daco42/sociales/discapa_empleo.pdf,

Capítulo II 11 Puede consultarse el texto íntegro de la Carta de las Naciones Unidas en la dirección: http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/ch-cont_sp.htm 12 Puede consultarse el texto íntegro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la dirección: http://www.unhchr.ch/udhr/lang/spn.htm 13 El texto íntegro de esta Declaración de los Derechos del Retrasado Mental puede consultarse en la dirección: http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/m_mental_sp.htm 14 El texto completo de la Declaración de los Derechos de los Impedidos puede consultarse, en su texto completo en al dirección: http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/72_sp.htm 15 El redactado íntegro de estas Normas puede consultarse en la dirección: http://www.un.org/esa/socdev/enable/dissres0.htm 16 Organización especializada del sistema de las Naciones Unidas y comúnmente conocida por las siglas O.I.T. 17 Comunicación de la Comisión sobre la igualdad de oportunidades de las personas con minusvalía que puede consultarse en la dirección: http://www.discapnet.es/documentos/tecnica/0161.HTML 18 El Comité Español de Representantes de Minusválidos (CERMI) es la plataforma de representación y defensa de los discapacitados españoles, de la que forman parte todas las organizaciones nacionales de discapacitados representativas de cada tipo genérico de minusvalía, integradas a su vez por más de 2.500 asociaciones, federaciones, organizaciones y entidades de discapacitados, que representan en su conjunto a más de 3,5 millones de ciudadanos españoles. 19 El IMSERSO ofrece una versión en formato Word en la dirección: http://www.seg-social.es/imserso/discapacidad/docs/acuerdoMTASCERMIempleo2002.doc 20 Cuota obligada por la LISMI.

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21 El Plan de Acción para el Empleo del Reino de España 2002 puede consultarse en su texto completo en la web del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en formato pdf, en la dirección: http://www.inem.es/inicial/plan2002.pdf 22 El II Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social del Reino de España 2003-2005 está disponible en formato electrónico en la web del CERMI: http://www.cermi.es/Graficos/especiales/IINPAIN03052003.asp 23 La Ley 51/2003, de 2 de diciembre, está recogida, en formato pdf en la web del Servicio de Información sobre Discapacidad (SID): http://sid.usal.es/idocs/F3/LYN5979/3-5979.pdf 24 El texto íntegro de esta Declaración (en formato pdf) puede consultarse en la web del IMSERSO: http://www.seg-social.es/imserso/europa/docs/DecisionConsejoaepcd2003.pdf 25 La Declaración de Madrid puede consultarse íntegramente en la web del CERMI: http://www.cermi.es/Graficos/declaracion-madrid.asp 26 El Programa de actividades en España del Año Europeo de las Personas con Discapacidad puede consultarse en la Web del IMSERSO: http://www.seg-social.es/imserso/europa/docs/i0_aepcd2003ProgramaEstatal.html

Capítulo III 27 Para obtener una información más completa sobre estas pensiones se remite a la web de la Seguridad Social: http://www.seg-social.es/inicio/ 28 Artículo 136.1 del Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social. 29 La prestación económica por incapacidad temporal trata de cubrir la falta de ingresos que se produce cuando el trabajador, debido a una enfermedad o accidente, está imposibilitado temporalmente para trabajar y precisa asistencia sanitaria de la Seguridad Social. 30 Como norma general esta base reguladora es el resultado de dividir el importe de la base de cotización del trabajador en el mes anterior al de la fecha de iniciación de la incapacidad por el número de días a que dicha cotización se refiere (este divisor será concretamente: 30, si el trabajador tiene salario mensual; 30, 31 ó 28, 29 si tiene salario diario). 31 Varía en función de que la incapacidad deriva de enfermedad común, de accidente no laboral o de accidente de trabajo o enfermedad profesional. Si se desea más información al respecto, puede consultarse la web de la Seguridad Social, en su apartado de prestaciones: http://www.seg-social.es/inicio/ 32 En este caso la base reguladora varía según si la incapacidad deriva de enfermedad común, en situación de alta o asimilada, de un accidente no laboral en situación de alta o asimilada, de un accidente de trabajo o enfermedad profesional o de una enfermedad común o de accidente no laboral, en situación de "no alta". Véase la web de la Seguridad Social, en su apartado de prestaciones: http://www.seg-social.es/inicio/ 33 La base reguladora es idéntica a la de la Pensión por incapacidad permanente absoluta. 34 Artículo 136.2 del Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social. 35 La pensión asistencial (PAS) por enfermedad fue establecida por Ley de 21 de julio de 1960 y regulada por Real Decreto 2620/1981 de 24 de julio. 36 Respecto a los datos recogidos en el gráfico es preciso señalar que, para el año 1990 no se contaba con datos del País Vasco, al igual que para el periodo 1991-1996, en el que tampoco se contaba con datos de la Comunidad Foral de Navarra. 37 Ver “Certificado del grado de minusvalía”, Capítulo I. 38 Cuando el contrato se concierte a tiempo parcial dicho importe se reducirá proporcionalmente a la jornada pactada. 39 Para el cálculo del incremento del promedio de plantilla se computarán exclusivamente los trabajadores minusválidos/año con contrato indefinido que desarrollen jornada completa.

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40 Véase los incentivos a la contratación indefinida. 41 Ver el apartado 1 del Capítulo VII dedicado al empleo de las personas con discapacidad. 42 Ver el apartado dedicado a los Enclaves Laborales en el Capítulo VII.

Capítulo V 43 Según un informe de la OCDE, las personas de más de 65 años consumen un gasto sanitario medio cuatro veces superior al del resto de la población. 44 El proyecto HEART (Horizontal European Activities in Rehabilitation Technology) fue un proyecto europeo cuyo objetivo era mejorar la situación de vida de las personas con discapacidad y de las personas mayores, efectuando cambios en el campo de la tecnología de la rehabilitación de Europa. 45 Puede consultarse íntegramente en la dirección web: http://www.accesible.org/entorno/ayuda-clasifica.htm 46 Este apartado ha sido elaborado a partir de ¡A por ello! un manual para usuarios de tecnología de la rehabilitación del consorcio EUSTAT (Empowering Users Through Assistive Technology), disponible para su descarga en formato PDF en la web del Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) en la dirección: http://www.ceapat.org/centro_doc/docs/fichDoc33.pdf 47 El licornio es un casco que lleva una varilla metálica incorporada, a la cual se puede fijar en su extremo un pequeño puntero o un lápiz. 48 Según un artículo del Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) que explica la situación de partida, los objetivos y la metodología a utilizar en el proyecto de un “Libro blanco de la I+D+I al servicio de las personas con discapacidad y de las personas mayores” promovido por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y el Ministerio de Ciencia y Tecnología en colaboración con el Instituto de Biomecánica de Valencia. Para consultar el artículo del CEAPAT, véase: http://www.ceapat.org/centro_doc/docs/fichDoc28.pdf 49 Apartado desarrollado siguiendo el Libro blanco de la I+D+I al servicio de las personas con discapacidad y de las personas mayores del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Capítulo VI 50 Mandato previsto ya en el Convenio Nº 2 sobre desempleo, de 1919, y desarrollado posteriormente por el Convenio nº 88, relativo a la organización del servicio de empleo, de 1948. 51 La recomendación Nº 1 sobre desempleo, de 1919, instaba a los Estados a prohibir las denominadas “agencias retribuidas de colocación”; cuya ratificación más importante corresponde al Convenio nº 96 de 1949 y la revisión de éste en el Convenio nº 181 de 1997. 52 Para más información consúltese: http://www.inem.es/ciudadano/empleo/busqueda/sepes.html. 53 Establecidos en el Título III de la Ley General de la Seguridad Social (Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio). 54 Los requisitos y trámites necesarios para actuar como Centro Colaborador, subvenciones etc., se detallan en la Orden Ministerial de 20 de enero de 1998 sobre bases reguladoras para la concesión de subvenciones (BOE de 23 de enero de 1998) y en la Orden Ministerial de 4 de febrero de 2000. Puede consultarse en la dirección web: http://www.inem.es/legis/empleo/om200198.htm). 55 Artículo 1 del Convenio 181 de la OIT (ratificado por España el 15 de Junio de 1999). 56 Mediante el Real Decreto 735/1995 de 5 de mayo. 57 Características propuestas por José Luis Lázaro Sánchez y Miguel Rodríguez-Piñero Royo en sus Apuntes de Derecho del Empleo en España, Universidad de Huelva. 58 Actualmente, el IMSERSO, la Consejería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid y la Confederación Coordinadora Estatal de Minusválidos Físicos de España (COCEMFE) han puesto en

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marcha un grupo de trabajo conjunto para la actualización del método ESTRELLA, y su adaptación a la CIF de 2001. En 1999 ya se realizó una primera actualización. 59 Unidad Responsable: Subdirección General de Planificación, Ordenación y Evaluación del IMSERSO. Conserjería Técnica de Baremos. Avenida de la Ilustración s/n, 28029 Madrid. Teléfono: 91 363 88 16. Correo electrónico: [email protected]. 60Con dirección: http://sid.usal.es/idocs/F5/EVA588/downloads/bajar.asp 61 En la dirección: http://sid.usal.es/idocs/F5/EVA588/Manual.pdf 62 http://www.discapnet.es/Discapnet/Castellano/Empleo/default.htm 63 http://www.discapnet.es/Discapnet/Castellano/Empleo/Bolsa/Buscar%20Empleo/listado 64 http://www.fundacionadecco.es/curriculum.htm 65 http://www.fundacionadecco.es/ficha_candidato.htm 66 http://www.mercadis.com/bolsaempleo/cv.jsp 67 http://www.mercadis.com/bolsaempleo/ofertas.jsp?id=1 68 http://www.mercadis.com/bolsaempleo/grabar_entidad.jsp 69 http://www.mercadis.com/bolsaempleo/registro_ofertas.jsp

Capítulo VII 70En la mayoría de los casos este fin último no se cumple, seguramente por la ausencia de legislación referente a los procesos de transición desde los Centros Especiales de Empleo al mercado laboral ordinario. 71Art. 2 del Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio. 72Artículo 7 del Real Decreto 427/1999, de 12 de marzo. 73 BOE 9 de diciembre de 1985. 74 BOE 8 de agosto de 1985. 75 BOE 26 de marzo de 1999. 76 BOE 21 de noviembre de 1998. 77 Datos que pueden consultarse en la web del IMSERSO: http://www.seg-social.es/imserso/discapacidad/docs/i0_disdes00.html 78 Definición dada por Miguel Ángel Verdugo y Borja Jordán de Urríes en Panorámica del Empleo con Apoyo en España, Real Patronato sobre Discapacidad. Madrid, 2001. 79 La página web oficial de la AESE tiene la dirección: http://www3.usal.es/~inico/Aese 80 Miguel Ángel Verdugo y Borja Jordán de Urríes. Panorámica del Empleo con apoyo en España, Real Patronato sobre Discapacidad. Madrid, 2001. 81 La elaboración de este apartado ha sido posible gracias al material sobre Teletrabajo recogido en Disc@pnet, (http://www.discapnet.es/) en su apartado dedicado al empleo. 82 Puede verse el texto completo en: http://www.europa.eu.int/comm/employment_social/soc-dial/info_soc/jobopps/joboppes.pdf 83 Firmado en Madrid, el día 25 de julio de 2001 y vigente hasta junio de 2004. El texto íntegro puede consultarse en: http://www.cermi.es/Graficos/convenio-mcyt.asp 84 Nuevos yacimientos de empleo en España: potencial de crecimiento y desarrollo futuro Cachón Rodríguez, L.; Collado Curiel, J.C.; Martínez Martín, M.I. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Madrid, 1998.

Capítulo VIII

85 Véase: http://www.ine.es/inebase/cgi/um?M=%2Ft15%2Fp418&O=inebase&N=&L=0 86 Medida mediante la EPA del 2º trimestre de 1999 (Cuadro 8.3). 87 Carlos Pereda, Miguel Ángel de Prada y Walter Actis (Colectivo Ioé). La inserción laboral de las personas con discapacidades. Fundación “laCaixa”. Barcelona, 2003.

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88 Ver nota anterior. 89 Véase: http://www.ine.es/inebase/cgi/um?M=%2Ft22%2Fe308%2Fp05%2F2002repon%2F&O=pcaxis&N=&L=0

Capítulo IX 90 Los países estudiados son: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Corea, Dinamarca, EE.UU., España, Francia, Holanda, Italia, México, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza. 91 Todas las tablas y gráficos proceden de datos del informe de la OCDE Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security (OCDE, 2003). Los datos referentes a España y demás países de la UE proceden de datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (ECHP, UDB-versión de septiembre de 2001) referidos a 1997, excepto Alemania y Reino Unido, que son de 1996. La muestra española corresponde a 10.728 personas. Para más información sobre los datos véase Transforming disability into ability: Policies to promote work and income security, Anexo 1, página 177. OCDE, 2003.

Capítulo X 92 Por ejemplo, los Estados Unidos y Australia ofrecen cuantiosos incentivos monetarios para ayudar a los beneficiarios de prestaciones por discapacidad a salir de la prestación y volver al trabajo remunerado.

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REAL DECRETO 427/1999, de 12 de marzo, por el que se modifica el Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio, por el que se regula la relación laboral de carácter especial de los minusválidos que trabajen en los centros especiales de empleo. (BOE 26-3-1999). REAL DECRETO 1971/1999, de 23 de diciembre, de procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía. (BOE 26-1-2000, corrección de errores BOE 13-3-2000). REAL DECRETO 27/2000, de 14 de enero, por el que se establecen medidas alternativas de carácter excepcional al cumplimiento de la cuota de reserva del 2 por 100 en favor de trabajadores discapacitados en empresas de 50 o más trabajadores. (BOE 26-01-2000). REAL DECRETO 775/2002, de 26 de julio, por el que se crea el Comité Español de Coordinación para el año europeo de las personas con discapacidad. (BOE 28-8-2002). REAL DECRETO 170/2004, de 30 de enero, por el que se modifica el Real Decreto 1451/1983, de 11 de mayo, por el que en cumplimiento de lo previsto en la Ley 13/1982, de 7 de abril, se regula el empleo selectivo y las medidas de fomento del empleo de los trabajadores minusválidos. (BOE 31-1-2004). ORDEN MINISTERIAL de 22 de marzo de 1994, por la que se establecen las bases reguladoras para la concesión de ayudas y subvenciones de los programas de “Promoción del empleo autónomo” y de “Integración laboral de los minusválidos en centros especiales de empleo y trabajo autónomo”, reguladas en la Orden 21-2-1986. (BOE 12-04-1994). ORDEN de 13 de abril de 1994, por la que se establecen las bases reguladoras de la concesión de las subvenciones consistentes en el abono, a los trabajadores que hicieren uso del derecho previsto en el artículo 1º del Real Decreto 1044/1985, de 19 de junio, de cuotas a la Seguridad Social, según lo dispuesto en el artículo 4.2 de dicho Real Decreto, modificado por la Ley 22/1992, de 30 de julio. (BOE 4-05-1994). ORDEN MINISTERIAL de 20 de enero de 1998 por la que se establecen las bases reguladoras para la concesión de subvenciones para la realización de acciones de orientación profesional para el empleo y asistencia para el autoempleo. (BOE 23-1-1998). ORDEN MINISTERIAL de 16 de octubre de 1998 por la que se establecen las bases reguladoras para la concesión de las ayudas y subvenciones públicas destinadas al fomento de la integración laboral de los minusválidos en centros especiales de empleo y trabajo autónomo. (BOE 21-11-1998). ORDEN MINISTERIAL de 24 de julio de 2000 por la que se regula el procedimiento administrativo referente a las medidas alternativas de carácter excepcional al cumplimiento de la cuota de reserva del 2 por 100 en favor de trabajadores discapacitados en empresas de 50 o más trabajadores, reguladas por el Real Decreto 27/2000, de 14 de enero. (BOE 9-08-2000). EN LA WEB: AÑO EUROPEO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: http://www.eypd2003.org BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO: http://www.boe.es/g/es

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CENTRO ESTATAL DE AUTONOMÍA PERSONAL Y AYUDAS TÉCNICAS (CEAPAT): http://www.ceapat.es; o bien http://www.ceapat.org COMITÉ ESPAÑOL DE REPRESENTANTES DE MINUSVÁLIDOS (CERMI): http://www.cermi.es CONFEDERACIÓN COORDINADORA ESTATAL DE MINUSVÁLIDOS FÍSICOS DE ESPAÑA (COCEMFE) http://www.cocemfe.es CONFEDERACIÓN NACIONAL DE SORDOS DE ESPAÑA http://www.cnse.es/ DISC@PNET: http://www.discapnet.es DISWEB2000: http://usuarios.discapnet.es/disweb2000 FUNDACIÓN ADECCO: http://www.fundacionadecco.es FUNDACIÓN ONCE: http://www.fundaciononce.es INSTITUTO DE MIGRACIONES Y SERVICIOS SOCIALES (IMSERSO): http://www.seg-social.es/imserso INSTITUTO NACIONAL DE EMPLEO (INEM): http://www.inem.es INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE): http://www.ine.es MEDIDAS ALTERNATIVAS: http://www.medidasalternativas.com MERC@DIS: http://www.mercadis.com MINISTERIO DE ADMINISTRACIONES PÚBLICAS: http://www.map.es MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE: http://www.mec.es MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES: http://www.mtas.es NACIONES UNIDAS: http://www.un.org/ OFFICE OF THE HIGH COMMISSIONER FOR HUMAN RIGHTS: http://www.unhchr.ch ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO: http://www.ilo.org/ ORGANIZACIÓN NACIONAL DE CIEGOS ESPAÑOLES (ONCE): http://www.once.es/ ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICO: http://www.oecd.org REAL PATRONATO SOBRE DISCAPACIDAD: http://www.rpd.es

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RED IRIS: http://www.rediris.es SEGURIDAD SOCIAL: http://www.seg-social.es/inicio SERVICIO DE INFORMACIÓN SOBRE DISCAPACIDAD (SID): http://sid.usal.es SOLIDARIDAD DIGITAL: http://solidaridaddigital.discapnet.com UNIDAD DE INVESTIGACIÓN ACCESO (UNIVERSIDAD DE VALENCIA): http://acceso.uv.es UNIDAD REGIONAL DE INFORMACIÓN SOBRE DISCAPACIDAD (CASTILLA LA MANCHA): http://www.infodisclm.com UNIÓN EUROPEA: http://europa.eu.int