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· ICOMOS, Consejo Internacional para los Monu-mentos y Sitios 1964.

· ICOM, Consejo Internacional de los Museos.En Europa, el Consejo de Europa, define en 1954

sus objetivos en el Convenio Cultural Europeo: “plenaacción en el ámbito social, económico, científico,administrativo y cultural”.

Estos órganos que se dedican a la cultura en elámbito internacional son órganos consultivos asesoressin poder o capacidad ejecutiva y sus documentos oconclusiones no son generalmente normativas, aun-que en mayor o menor medida sus tratados o conve-nios vinculan a los Estados que los ratifican y susdirectrices suelen recogerse antes o después en lanormativa jurídica de los Estados.

Son en todo caso el “corpus doctrinal” en materia depatrimonio y cultura.

Clases de Documentos:· Cartas ó textos, directrices de orden técnico no

vinculantes: Carta de Atenas, Carta de Venecia,Cartas del Restauro.

· textos consensuados políticamente (ej.: las reco-mendaciones del comité de Ministros del Consejode Europa).

· Tratados o Convenios, vinculantes para los Estadosque los ratifican e incorporan a su ordenamientojurídico.

Se completan con los Planes de Acción, intervencio-nes para atender situaciones concretas de riesgo parael patrimonio o la cultura.

La preocupación de los Organismos internacionalesfue pactar unas ciertas garantías para la protecciónjurídica del patrimonio, frente a posibles conflictosbélicos y frente al tráfico ilícito de bienes culturalessiempre tan vulnerables.

Destacan así: · Pacto de Roerich (Tratado para la protección de

las instituciones científicas, artísticas y los monu-mentos históricos) 1945.

· En el ámbito europeo, el Convenio de la Haya,para la protección de bienes culturales en caso deconflicto bélico, ratificado en 1999.

1. Instrumentos legales para la proteccióndel patrimonio histórico en el ámbitointernacional

1.1. Antecedentes históricos en la promulgaciónde las Cartas y Documentos internacionales. LosOrganismos internacionales. Clases de Docu-mentos internacionales

Las Cartas y Documentos internacionales encuentransu punto de partida en el pasado siglo XX.

Algunos antecedentes en la época ilustrada, supo-nen algunas normas proteccionistas para las BellasArtes y otras materias como la edificación, las excava-ciones arqueológicas o las colecciones de objetos dearte, germen del posterior concepto del PatrimonioHistórico o Monumento.

En el siglo XIX el papel del Estado (revoluciónindustrial, formación de estados nacionalistas, histori-cismos) será decisivo para la institucionalización delas Academias de Bellas Artes, de los Inventarios,Catálogos, Museos el desarrollo de la primera literatu-ra sobre los Monumentos o sobre restauración.

La Segunda Guerra Mundial supone una gran crisis yuna visión pesimista de la idea de progreso como sinó-nimo de destrucción, pero supuso el impulso de lasdemocracias basadas en los estados de derecho y labúsqueda de estabilidad, paz y derechos humanoscomo clave para afianzar las relaciones internacionales.

En 1921, surge en el seno de la Sociedad de Nacio-nes la Comisión Internacional de la CooperaciónIntelectual que organizó el Congreso de arquitectosque redactarían la “Carta de Atenas para laRestauración de Monumentos Históricos”.

En 1945 se crea la ONU y se funda ese mismo añola UNESCO, desde entonces el primer organismointernacional en materia de patrimonio y cultura.

En el seno de la UNESCO, aparecen diversosOrganismos:

· ICCROM (Centro Internacional de Estudios para laConservación y Restauración de MonumentosRoma, 1957).

Consuelo Fidalgo Martín

Fiscal de la Audiencia Provincial de Córdoba

El sistema judicial y protección delpatrimoniohistórico-artístico

| Sistema judicial y protección del patrimonio histórico-artístico

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La lucha contra el tráfico ilícito de Bienes Culturales

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cados y políticas culturales, opinión pública y éticauniversal, implicaciones políticas en la cultura.

En todo caso el concepto de cultura y patrimonio hasido y es ampliamente debatido y su aplicación a lascircunstancias de cualquier punto del planeta planteamuchas contradicciones.

Se reclama una concepción más amplia para elpatrimonio antropológico.

Los Organismos internacionales, (UNESCO, ICO-MOS) están haciendo verdaderos esfuerzos por reco-ger otras voces, otras visiones…

Los foros de África, el programa de Declaracionesde Tesoros Humanos vivos, son un ejemplo de ello,pero hay que reconocer las dificultades que existenporque partimos de criterios o conceptos teorizadospor el mundo occidental.

Solo será posible esa más amplia concepción delpatrimonio de la cultura cuando cada sociedad seacapaz de evaluar e identificar su patrimonio con suspropios criterios y según los usos que quiera hacerdel mismo.

2. La protección penal del patrimonio cul-tural en el ámbito estatal

2.1. Concepto de patrimonio cultural

El Preámbulo de la C.E. de 1978, proclama la volun-tad de la nación española de promover el progreso dela cultura y la economía para asegurar a todos unadigna calidad de vida, así como la voluntad de prote-ger a todos los españoles y pueblos de España en elejercicio de los derechos humanos, sus culturas, tradi-ciones, lenguas e instituciones, lo que viene a signifi-car que se protejan las aportaciones pasadas, presen-tes y futuras de los españoles a la civilización, que estanto como decir que se proteja su cultura.

En el Titulo Preliminar el artículo 9.2 impone a lospoderes públicos la obligación, entre otras de “facili-tar a los ciudadanos la participación en la vida políti-ca, social y cultural.”

El artículo 44 establece un principio esencial decla-rando que “los poderes públicos promoverán y tute-laran el acceso a la cultura a la que todos tienen dere-cho”.

Pero es el artículo 46, en el ámbito de los principiosrectores y programáticos de la C.E., el que estableceque “los poderes públicos garantizaran la conserva-ción y promoverán el enriquecimiento del patrimoniohistórico, cultural y artístico de los pueblos de Españay de los bienes que lo integran, cualquiera que sea surégimen y su titularidad.

La Ley penal sancionará los atentados contra estepatrimonio”

En definitiva nuestra Constitución convierte en prio-ritaria, a través de las normas que desarrollan el artí-culo 46, la defensa de nuestros valores culturales.

En esa idea la L.P.H.E. 16/1985 de 25 de Junio y elReal Decreto 111/1986 de 10 de enero que la desarro-

Estos son los Documentos de mayor eficacia norma-tiva.

Es importante señalar, como durante los años sesen-ta los Documentos internacionales dan un giro signi-ficativo en varios aspectos:

· La cultura y el concepto de cultura re-formula eltradicional concepto de patrimonio histórico.

· Ello supone la incorporación de nuevas temáticasa los Documentos internacionales.

· El desarrollo del concepto de la “ciudad histórica”.· Nuevos conceptos en materia de restauración.La globalización, la creación de los Organismos

internacionales, es decisiva en la superación del con-cepto de Patrimonio Histórico y su conversión enPatrimonio cultural y Natural.

UNESCO define la cultura en el Informe mundial dela cultura de Florencia, 1999, como “la manera de vivircomo individuos y la manera de vivir en colectividad,de lo que somos, de lo que fuimos, de lo que hemosolvidado y de lo que podemos ser”.

En la Carta de México, en el seno de la ConferenciaMundial sobre las políticas culturales, 1982, se estable-ce que “la cultura forma parte de la médula de cues-tiones como la identidad, el bienestar, el buen gobier-no, el civismo o la creatividad”.

En igual sentido, en el seno de la UNESCO destacanla carta de Tesalónica o la Declaración Universalsobre la diversidad cultural, 2001.

Se introduce plenamente el término Patrimonio cul-tural (ya usado esporádicamente en la Convención dela Haya o en la Carta de Venecia), por la doctrina ita-liana e impulsado, definitivamente, por la UNESCO enla Convención de Paris (17ª Conferencia Generalsobre la protección del patrimonio mundial, cultural ynatural) que otorga verdadera trascendencia a estasdefiniciones y articula un fondo internacional derecursos económicos para el patrimonio en peligro.

La Convención de Paris, además, define de maneraintegral las actuaciones de los Estados en materia depatrimonio que ya no se reducen a “salvaguardar” o“restaurar” sino que se amplia a conceptos como:identificar, proteger, rehabilitar, revalorizar, transmi-tir…, lo que la doctrina italiana ha definido como“tutela”.

La evolución del concepto de patrimonio y culturase puede seguir en las Cartas y Documentos interna-cionales hasta nuestros días.

Así en 1982, la UNESCO colabora en la ConferenciaMundial sobre las políticas culturales que concluyeproponiendo a la ONU la dedicación de uno de susDecanos Mundiales a la cultura.

En 1999, como síntesis de los trabajos sobre culturaUNESCO publica el Informe Mundial de la cultura conmúltiples y heterogéneos temas:Señalar las tendencias actuales de la cultura y el des-arrollo.

· Examinar los acontecimientos relacionados con laevolución de las culturas del mundo.

· Dirigir prácticas y políticas culturales positivas.· Analizar procesos socioculturales mundiales, mer-

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La propia ley da cabida al patrimonio etnográfico ypor lo tanto admite bienes incorporales como inte-grantes del patrimonio histórico.

En todo caso es claro que no cualquier bien puedeser objeto de protección o integrante de dicho patri-monio cultural, tan solo aquellos que reúnan determi-nados valores que los cualifiquen para ello, lo quealgunos autores determinan o califican como bienesque ofrecen un “interés especifico”.

Valorar si un bien ha de estar o no incluido en elpatrimonio histórico no resulta en todo caso tan sen-cillo. La valoración podrá llevarse a cabo de formadirecta en expediente administrativo incoado para suinclusión en algunos de las categorías de protecciónespecial previstos en la Ley o indirectamente en la tra-mitación de expediente en el que se detecta la exis-tencia de un bien que ofrece “interés específico”.

En todo caso la L.P.H.E. en su artículo 1, disponedistintos niveles de protección ó categorías legales delos bienes integrantes del patrimonio Histórico sinque exija una declaración formal de carácter generalpara la inclusión de los bienes en el mismo sino queestablece una categoría general en la que se integrantodos los bienes que ostenten alguno de los valoresque la norma protege y el que se asocie un nivel deprotección mínimo y otros especiales para los masrelevantes con sistemas específicos y de distinto gradode protección.

Es decir la inclusión de un bien en el régimen espe-cial por ser bien integrante del patrimonio histórico esautomática sin perjuicio de la declaración de Bien deInterés Cultural o inclusión en el Inventario lo quesupondrá otro nivel de protección en cada caso. Estoes el criterio que ha venido manteniendo el T.C. ensentencia 181/1998 de 17 de septiembre que estable-ce que lo que haya de considerarse PatrimonioHistórico Artístico constituye un concepto normativoque es necesario integrar con la Ley 16/1985 de P.H.Ey que los bienes aunque no hayan sido declaradosB.I.C. o estén inventariados pueden integrar el P.H.E.

En todo caso y como se desprende de lo anterior, laexistencia de diversas categorías implica, diversosniveles de protección:· Un nivel mínimo de protección en el que se inte-

gran todos aquellos bienes de valor histórico artís-tico o cultural de “especifico interés” y no inclui-dos en otras categorías especificas (artículo 1L.P.H.E. y 26 1 y 2) S.T.S., sala 3ª 7766/1995.

· Un nivel máximo de protección en el que se inte-gran los Bienes declarados de Interés cultural (artí-culo 9.1 L.P.H.E.) que gozaran de un régimen deespecial protección o tutela y que puede compren-der tanto bienes muebles como inmuebles.

· Un nivel intermedio de protección reservado solopara bienes muebles incluidos en el InventarioGeneral de Bienes Muebles.

La Ley no proporciona un criterio sobre los valoresa considerar en un bien para su inclusión o no en uncatalogo utilizando un concepto bastante indetermi-nado como es el de “singular relevancia”. Por otro

lla, no establece un concepto concreto de patrimoniohistórico, sino que determina los valores que son dig-nos de protección.

En su artículo 1.2, enumera los bienes que integranel Patrimonio Histórico Español: “los inmuebles y ob-jetos muebles de interés artístico, histórico, paleonto-lógico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico.También el patrimonio documental y bibliográfico, losyacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitiosnaturales, jardines y parques que tengan valor históri-co, artístico o antropológico”. En definitiva aquellosbienes que tengan “valor cultural”.

La doctrina insiste en esta idea introduciendo unmatiz más, al señalar que esos bienes, dado su valorcultural, son dignos o susceptibles de protección, loque los cualifica para integrar el patrimonio culturalde nuestra nación.

En términos similares la jurisprudencia acoge unconcepto amplio del patrimonio histórico asimilándo-lo al patrimonio cultural como procede en casi todoslos países de nuestro entorno.

Así la sentencia de la sala 3ª de lo Contencioso-Administrativo de 10 de abril de 1970 sobre monu-mentos y conjuntos históricos-artísticos los configuracomo símbolo de la continuidad de la civilización y“perpetuo testimonio del substratum cultural”.

También la sentencia de la Sala 3ª de 17 de marzode 1980, en relación con el artículo 73 de la Ley delSuelo, establece el nexo entre la ordenación urbanís-tica y el patrimonio cultural y supedita y limita aquél,a la consideración y conservación de los bienes queintegran dicho patrimonio cultural.

2.2. Determinación de los bienes que integran elpatrimonio histórico artístico especial. Niveles deprotección.

La LPHE al determinar los bienes que integran elpatrimonio cultural ha tenido un doble acierto. Por unlado ha venido a unificar en un solo texto legislativotoda la normativa sobre protección de patrimonio his-tórico, que anteriormente se encontraba dispersa, loque generaba confusión. Por otra parte y aunque ladoctrina uno está completamente de acuerdo, haampliado el objeto de cobertura o protección y hasupuesto una extensión en la configuración de losbienes integrantes de este patrimonio.

En un primer análisis de la norma parece que elobjeto de protección son solo bienes muebles einmuebles los que integran el patrimonio histórico ypor tanto susceptibles de protección.

Así se desprende del artículo 1.2 que parece dejarfuera de su ámbito aquellas expresiones culturalesque no tengan un soporte físico, material, pues el pre-cepto habla de bienes muebles e inmuebles.

Pero la propia ley en estos preceptos, también,introduce criterios de valoración que parecen acogeractividades o conocimientos con valor cultural quecarecen de un soporte físico o material, en tanto queson autenticas creaciones culturales.

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diente para su calificación, puede ser constitutivode un delito previsto en el Artículo 2.1.e de la Leyde contrabando, asunto sobre el que luego insis-tiré.

· Artículo 76.1.i L.P.H.E.: la exclusión de bienes delPatrimonio Documental o bibliográfico por autori-dad o funcionario público no autorizado puedeconstituir el delito de infidelidad en la custodia deDocumentos (artículo 413 C Penal).

En todo caso y pese al principio de intervenciónmínima del derecho penal el Artículo, 76 de la L.P.H.E.parece otorgar preferencia a la sanción penal.

No obstante el derecho penal aparece limitado porel principio de legalidad.

Por otro lado la sanción administrativa resulta enocasiones mas eficaz, más rápida, las multas a impo-ner suelen ser más elevadas y en el ámbito adminis-trativo se amplían considerablemente los plazos deprescripción.

El Código penal de 1995, consagra un capítuloespecífico, el capítulo II de su Título XVI a la regula-ción de los “delitos contra el patrimonio histórico”.

Como señala Antonio Roma Valdés, existían en eltrámite parlamentario otros proyectos legislativos queno dedicaban un capitulo concreto a tal regulaciónpero finalmente prosperó esta configuración fusio-nando dos grupos de preceptos: unos que formabanparte de los delitos de daños y que constituyen losactuales delitos 323 y 324 y otros que estaban confi-gurados como delitos urbanísticos, los actuales 321 y322.

Mientras que los delitos de daños son delitos cerra-dos, los referidos a los artículos 321 y 322 son verda-deros tipos penales abiertos dado que el objeto quese define este previamente configurado por actosadministrativos y normas de distinta índole.

El resto de los artículos en los que se mencionanbienes del Patrimonio cultural se encuentran disemi-nados a la largo del código Penal entre diversos deli-tos:

· Contra el patrimonio y el orden socio-económico:hurto, apropiación indebida, sustracción de cosapropia a su utilidad cultural.

· Contra la ordenación del territorio: artículo 319,construcción en suelo de valor cultural.

· Contra el medio ambiente: artículo 330, daños enespacio natural protegido, jardín o sitio histórico.

· Contra la flora y la fauna: artículo 338, cuando lasactividades se realicen en espacio natural protegi-do.

El tratamiento que recibe en estos bienes en elCódigo parece influido algunas veces por la funciónsocial de la propiedad, de ahí la rúbrica “delitos con-tra el patrimonio histórico”, y en otros casos por elvalor económico del bien de ahí la rúbrica “delitoscontra el patrimonio y el orden socioeconómico”.

La principal dificultad que presentan las normaspenales para su aplicación es la identificación concre-ta del interés cultural del bien que es la cualidad quesupone la agravación de la pena. El legislador no

lado en un país como el nuestro, con tan amplísimopatrimonio, la necesidad de inventariar para protegerno está exenta de serios problemas.

2.3. Ámbito legislativo y jurisprudencial en elanálisis de la protección penal del patrimonio

La obligación de tutelar penalmente el Patrimonio cul-tural Español dimana como he señalado, del artículo46 de la C.E. que prevé que la “Ley penal sancionarálos atentados contra los bienes que integran el patri-monio cultural de los pueblos de España”.

El mandato constitucional ha supuesto la incrimina-ción penal de las conductas mas graves contra elpatrimonio cultural tipificándolos como delito en elCódigo Penal de 1995 y en la Ley de Contrabando,12/1998 de 12 de diciembre.

Algunas conductas infractoras pueden constituirinfracción penal y también infracción administrativa.Ello no supone que se deban incriminar doblemente.

El principio “non bis, in idem”, impide la doble san-ción cuando hay identidad de sujeto de hecho y defundamento. En caso de coincidencia prevalecerá lasanción penal, el procedimiento penal suspenderá elprocedimiento administrativo y solo en el caso de queaquel concluya por archivo o sentencia absolutoria sereanudara el expediente administrativo. STC 2/1981de 30 de enero, STC 77/1983 de 30 de octubre y artí-culos 133 y 137.2 de la ley 30/92 de 26 de noviembresobre régimen jurídico de las administraciones y delprocedimiento administrativo común.

El Artículo 76.1 de la L.P.H.E. dice: “salvo que seanconstitutivos de delito, los hechos que a continuaciónse mencionan constituyen infracciones administrativasque serán sancionadas conforme a lo dispuesto eneste artículo. Algunos de estas conductas podrán serencuadradas en un tipo penal. Por ejemplo:

· Artículo 76.1.b L.P.H.E.: la retención o depósitoindebido de Documentos por quienes en el ejer-cicio de su función los hiciere a su cargo no entre-gándolos a quienes los sustituyan. Esta conductapuede constituir delito de infidelidad en la custo-dia de Documentos, por funcionario público(Artículo 413 CP) o por particulares (artículo 415CP).

· Artículo 76.1.c L.P.H.E.: la concesión de licenciaspara la realización de obras en inmuebles protegi-dos sin la autorización de la Administración com-petente puede ser constitutiva del delito de preva-ricación previsto en el Artículo 322 del C. Penal.

· Artículo 76.1.g L.P.H.E.: el derribo o grave altera-ción de edificios singularmente protegidos puedeser constitutivos del delito tipificado en el Artículo321 del C.P.

· Artículo 76.1h L.P.H.E.: la exportación ilegal debienes de interés cultural (B.I.C.) y de los declara-dos inexportables (Bienes que pertenecen alPatrimonio documental y bibliográfico de titulari-dad pública y otros bienes sometidos cautelar-mente a esta medida mientras se tramiten el expe-

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Cuando se trata de comercio interior de bienes cul-turales la transmisión está permitida, pero ha de serinscrita en el Registro general para que laAdministración sepa en cada momento quién es eltitular de dichos bienes.

Si se trata de un BIC (artículo 13 LPHE) cuando latransmisión lleva aparejada la exportación no podráefectuarse (artículo 5.3 LPHE).

Si se trata de bienes incluidos en el Inventario latransmisión inter vivos o mortis causa deberá sercomunicada a la Administración competente y anotar-se en el Inventario General.

En un caso y otro la Administración tendrá derechode adquisición preferente (artículo 38 L.P.H.E.).

Respecto al resto de los bienes que no se encuen-tran en ninguna de las categorías anteriores y gozande un mínimo nivel de protección, habrá que comu-nicar dicha transmisión a la Administración en los tér-minos previstos en el artículo 26.4 de la ley.

Si no se cumplen tales obligaciones, los hechos ysalvo que sean constitutivos de delito como he seña-lado, podrán constituir infracción administrativa con-forme al artículo 76 de la ley.

No está previsto en la ley nada respecto a la nulidadde la transmisión ilegal, a diferencia de lo que sucedeen otros países de nuestro entorno como en Italia.

Si se trata de comercio exterior la L.P.H.E. lo permi-te en algunos supuestos pero establece el cumpli-miento de una serie de requisitos:

En primer lugar la incoación de un procedimientopara obtener la pertinente autorización administrativa.

El expediente, previsto en los artículos 46 a 49 delReglamento que desarrolla la ley, exige que el solici-tante tenga título jurídico que acredite disponibilidadsobre el bien así como la concreta identificación delbien.

Si la autorización es denegada se requerirá a la res-pectiva Comunidad Autónoma en que se encuentre elbien para que lo incluya en alguna de las especificascategorías de protección especial previstas en la ley.

De esto se deriva una consecuencia lógica, la inex-portabilidad de los bienes incluidos en alguna de esascategorías.

3.2. Exportación ilegal. Directiva 93/7/CEE

La exportación ilegal de bienes de nuestro patrimoniocultural suele ir unida a un acto delictivo previo,hurto, robo o apropiación indebida, y es un fenóme-no grave y frecuente.

Los bienes exportados ilegalmente difícilmente sonrecuperados y aunque se han adoptado medidas lega-les tendentes a la recuperación en el ámbito interna-cional, en participar en el ámbito de la Unión euro-pea, en la práctica existen numerosos obstáculos paradevolver los bienes al Estado de procedencia.

La LPHE establece en su artículo 29.1 que pertene-cen al Estado español los bienes muebles integrantesdel Patrimonio Histórico Español que sean exportadossin la autorización que requiere el artículo 5 de la Ley.

parece haber tenido en cuenta que diez años antes sehabía promulgado la L.P.H.E., desarrollada reglamen-tariamente y diversas leyes de PatrimonioAutonómicas que establecían clasificaciones de bien-es culturales con diferentes grados de proteccióncomo la señalada anteriormente.

El legislador no ha optado por un sistema unitariopara castigar los atentados contra los bienes cultura-les determinando una causa de agravación genérica oespecífica de aplicación general a determinados capí-tulos del Código o incluyendo un tipo agravado cuan-do lo hubiese considerado necesario.

Será en todo caso inevitable acudir a los conceptoso categorías administrativas para llenar de contenidolos conceptos jurídicos indeterminados que caracteri-zan la regulación.

No pretendo realizar un análisis sistemático yexhaustivo de todas las infracciones penales perorecogiendo el sentir mayoritario de la doctrina, GarcíaCalderón, Roma Valdés y otros autores si que estimanque la regulación actual es deficiente y susceptible demodificaciones. Dichas modificaciones consistiríanbásicamente en las siguientes:

· necesidad de concentrar todos los ataques contrael Patrimonio Histórico en un solo capítulo quedebería intitularse Patrimonio cultural como apun-taba previamente.

· tipificación penal como delito de los ataques alpatrimonio con independencia de su cuantía ovalor, no solo por la difícil valoración, en ocasio-nes de los mismos, sino porque la exigencia devaloración es reminiscencia de esa función econó-mica de la propiedad.

· agravaciones especificas según la categoría de losbienes, es decir trasladar el sistema de la L.P.H.E.al C. Penal en cuanto a diferentes categorías ydiferentes niveles de protección en los bienes cul-turales.

· ampliar el catalogo concreto de medidas cautela-res y de medida tendentes a reparar el daño y res-tauración o reposición a cargo del autor.

Y por ultimo se hace precisa una modificación alactual sistema de daños. La actual regulación previstaen los artículos 321 y 323 del Código Penal provocaincongruencias como que el derribo de monumentosde la talla de la Mezquita de Córdoba se encuentramas levemente penado que los daños causados enuna parte del edificio catedralicio.

3. Tráfico ilícito de bienes culturales. As-pectos penales

3.1. Comercio interior y comercio exterior

La LPHE parte del principio de libertad de enajenaciónde los bienes culturales, no porque lo establezca expre-samente sino porque no restringe la facultad inherenteal derecho de propiedad, sin perjuicio de que establez-ca límites o excepciones en función del bien.

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La lucha contra el tráfico ilícito de Bienes Culturales

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conocimiento de los datos del lugar donde esté elbien y de su poseedor, treinta años desde que el biensale ilegalmente del Estado requirente y la absolutaimprescriptibilidad respecto a bienes pertenecientes acolecciones públicas o bienes eclesiásticos especial-mente protegidos.

La restitución se articulará en sentencia en la que seordenará la devolución material del bien y en la queestá prevista una indemnización equitativa para elposeedor de buena fe. Ello difiere con lo previsto enla LPHE que establece una indemnización por el pre-cio de adquisición del bien, lo que resulta mas justo yadecuado porque el valor de adquisición puede haberresultado desorbitado.

Contra la precitada sentencia no cabe recurso ordi-nario alguno, con lo cual la resolución dictada ponefin al procedimiento.

La acción de restitución es perfectamente compati-ble con cuantas acciones civiles o penales o de otranaturaleza reconozcan las legislaciones de los Estadosde la Unión Europea firmantes (artículo 6.2 de laDirectiva). Ello reviste una gran importancia porquesimultáneamente al ejercicio de una demanda civil oa un procedimiento penal en curso, el Estado requi-rente, sin tener que atender al estado de las actuacio-nes y con independencia de que las mismas prospe-ren o no, podrá poner en marcha los mecanismosnecesarios para el ejercicio de la acción de restitución.Las restantes acciones jurisdiccionales, sobre todo enel ámbito penal donde rigen principios como el delegalidad, el principio de presunción de inocencia, elprincipio “in dubio pro reo” y donde es preciso con-cretar la imputación penal a una persona física enconcreto, encontramos enormes dificultades para quela acción penal prospere y como consecuencia de lamisma lograr la recuperación del bien.

Esto ha sucedido recientemente en nuestro país conla exportación ilegal de varias vigas de la Mezquita-Catedral de Córdoba. La inicial línea de investigaciónfracasó por falta de pruebas y las medidas cautelaressolicitadas en el ámbito de dicha investigación resul-taron infructuosas porque no se obtuvo la colabora-ción necesaria para la inmediata recuperación de lasmismas.

Tras la recuperación del bien, la propiedad delmismo pasará a regirse por la legislación del Estadorequirente.

En nuestro país los bienes adquiridos pasan a serpropiedad de la Administración que deberá cederlosa un Centro Público previo informe del Consejo dePatrimonio Histórico.

La Ley nada dice, pero en los casos en los que elEstado tenga que indemnizar al poseedor de buenafe, podrá repercutir contra el exportador ilegal sinperjuicio de otras responsabilidades penales en quepueda incurrir.

Si el anterior propietario extravió el bien o le fuesustraído podrá solicitar a la Administración la cesióndel bien pero quedará obligado a pagar los gastos derecuperación.

Dichos bienes son inalienables e imprescriptibles.Es decir, el propietario de los bienes y en su caso si

no coincide el exportador ilegal, perderá la propiedado posesión del bien ilegalmente exportado.

La declaración de inalienabilidad e imprescriptibili-dad tienen por objeto evitar que los bienes puedanadquirirse por usucapión por quien los posea en elEstado al que han sido exportados.

La Administración del Estado asume la obligación dellevar a cabo todos los actos necesarios para procurarla recuperación de los bienes ilegalmente exportados.

En el entorno de los países de la Unión europeaesta tarea se ha facilitado a través de la promulgaciónde la Directiva 93/7/CEE del Consejo de Europa, de15 de marzo de 1993, relativa a la restitución de losbienes culturales que hayan salido de manera ilegalde alguno de los Estados miembros y que ha sidoincorporada a nuestro ordenamiento jurídico españolpor la Ley 36 /94 de 23 de Diciembre.

La Directiva establece la obligación de restituir losbienes que hayan salido ilegalmente del territorio dealgún Estado miembro .Esta obligación recae sobre elposeedor o tenedor del bien e implica la correlativaobligación de cooperación del Estado miembro encuyo territorio se encuentre el bien.

Para el supuesto de que se incumpla la obligaciónde restitución se otorga al Estado requirente, de cuyoterritorio salió el bien de forma ilegal, una acción derestitución que se ejercitará ante los Tribunales com-petentes del Estado requerido en el que se encuentreel bien, y al contenido y la forma de esta acción dedi-ca la Ley 36/94 su articulado, completando la regula-ción que sobre exportación ilegal contiene la L.P.H.E.

Si la recuperación tiene lugar de forma voluntaria,en cumplimiento de la obligación de restitución, seaplicará lo dispuesto en la L.P.H.E. que entre otrascosas prevé el reembolso al adquirente de buena fedel precio que este hubiera pagado por el bien.

Si es preciso el ejercicio de la acción de restituciónpor no devolución voluntaria se aplicará por contrariolo previsto en la Ley 36/94, es decir lo dispuesto en laDirectiva.

La legitimación activa para ejercitar la acción de res-titución la ostentan en definitiva los Estados miembrosde la Unión europea de cuyo territorio haya salido ile-galmente el bien cultural y pasivamente estarán legi-timados quienes tuvieran la posesión o tenencia delbien, aunque lo hayan adquirido legalmente confor-me a las normas jurídicas que rijan en el Estado miem-bro en que se encuentre.

El procedimiento es jurisdiccional y se rige por laley del Estado en que el bien se encuentre al quereclamará el Estado requirente.

La Directiva y las leyes que la trasponen en los dife-rentes Estados parte, no contemplan, sin embargo elsupuesto de transmisiones a un tercer o sucesivosEstados miembros, lo cuál se realiza de manera fre-cuente para evitar la restitución y el éxito de la misma.

La Directiva establece plazos para el ejercicio de laacción de restitución, un año desde que se tenga

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lo que supone consecuentemente la falta de dolo y decualquier conocimiento de la ilicitud de la conducta.

Por su importancia y escasez las reproduzco resumi-damente:

· Jurisdicción: Penal· Recurso de Apelación núm. 92/2002.

Contrabando: Exportar obras u objetos de interéshistórico o artístico: existencia: de obras de arte pesea conocer una Resolución administrativa acordando laadquisición por el Estado de las pinturas, el precio aabonar y depósito para su inclusión en el inventariodel patrimonio español; inexistencia: gestionar unpresupuesto para el transporte de las obras de arte ytenerlas depositadas en su despacho profesionalembaladas: aplicación del principio «in dubio pro reo».

El Juzgado de lo Penal núm. 19 de Madrid condenóa los acusados. como autores de un delito de contra-bando, a la pena de prisión de un año.

Contra la anterior Resolución los condenados inter-pusieron recurso de apelación.

La Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Madridestima el recurso interpuesto por uno de los acusa-dos. y revoca la Sentencia en el sentido de absolver aese condenado del delito del que venía siendo acusa-do, confirmando íntegramente el resto de los pronun-ciamientos.

Los hechos que se declararon probados consistieronen:

«I. Que uno de los acusados, con fecha de 8 deseptiembre de 1999, presentó, ante la DirecciónGeneral de Bellas Artes y Bienes Culturales-Subdirección General del Patrimonio HistóricoArtístico del Ministerio de Educación y Cultura,solicitud de exportación temporal con posibili-dad de venta, para dos bienes muebles, en con-creto dos pinturas al óleo sobre lienzo del sigloXVIII, estilo barroco mexicano, autor MiguelCabrera, tituladas una de ellas “Desposorios dela Virgen” y la otra “Tránsito de la Virgen”, delas que era propietario valoradas en 10.000.000de ptas., solicitud que fue denegada por elMinisterio de Cultura, en resolución de 15 deoctubre de 1999 en la que se acuerda, además,proponer a dicho Ministerio en virtud de loestablecido en el artículo 33 de la Ley 16/1985(RCL 1985, 1547, 2916; ApNDL 10714) la acep-tación expresa de la oferta de venta irrevocablede la declaración del valor de las obras de artea que se refiere la solicitud, resolución que lefue notificada al acusado el día 21 de octubrede 1999.II. Posteriormente, con fecha de 18 de noviem-bre de 1999 se dispone la adquisición de lascitadas obras de arte por la Administración delEstado y que se depositen inmediatamente enel Museo de América de titularidad estatal parasu inclusión en el inventario del PatrimonioHistórico Artístico Español que allí se custodia,notificando dicha resolución al acusado el día

La carga de la prueba recae sobre quién alegue elextravío o sustracción, estableciendo la Ley una pre-sunción “iuris tantum”.

En todo caso, la pérdida o sustracción se presume“iures et de iure“ si el anterior titular es una entidadde derecho público.

Como apuntaba previamente, la ilícita exportacióncasi siempre va acompañada de un acto previo desustracción, de un hurto, un robo, una apropiaciónindebida. Esto supone generalmente un concurso realde delitos. El delito contra la propiedad propiamentedicho, el cual se verá agravado normalmente por lanaturaleza del bien, y el delito de contrabando oinfracción administrativa de contrabando.

El artículo 75 de la L.P.H.E. declara que la exporta-ción ilícita de bienes muebles integrantes delPatrimonio Histórico constituirá delito o infracción decontrabando.

La determinación del acto ilícito previo no estáexenta de dificultades unas veces probatoria otras deencuadre legal.

La calificación penal concreta del delito previo, delacto concreto de sustracción, es relevante. De elladependerá por ejemplo el plazo de prescripción. Noes igual, por ejemplo, el plazo de prescripción de unhurto que el de una apropiación indebida, delito cuyapena se ve enormemente agravada por la especialcualificación del bien.

El artículo 75 de la L.P.H.E. antes citado, ha de com-pletarse con lo que dispone el artículo 2.1.e de la Leyde Represión del Contrabando de

Que establece que cometen delito de contrabando,siempre que el valor de los bienes, mercancías, géne-ros o efectos sea igual o superior a 3.000.000 de pese-tas quienes:

…saquen del territorio español bienes que inte-gren el Patrimonio Histórico Español sin laautorización de la Administración del Estadocuando ésta sea necesaria.

Se trata de una norma penal en blanco, que ha deser completada con las normas previstas y ya analiza-das de la propia L.P.H.E. para determinar qué bienesforman parte del Patrimonio Histórico Español a quécategoría pertenecen, de qué nivel de protección sonsusceptibles, qué tipo de autorización requieren y sison o no exportables.

Nuestra jurisprudencia en la materia es escasa. Tansólo he encontrado dos resoluciones judiciales denuestras Audiencias relativas a delito de contrabandode bienes culturales.

La primera de las resoluciones admite parcialmen-te el recurso interpuesto y aunque mantiene el pro-nunciamiento condenatorio respecto a uno de losacusados, absuelve al otro autor de los hechos.

La segunda de las sentencias dictadas mantiene elpronunciamiento absolutorio del Juzgado de lo Penal.

En ambas el fundamento del fallo es casi coinciden-te, la existencia de error de tipo, dado el desconoci-miento del valor cultural de los bienes y su determi-nación como bienes del Patrimonio Histórico Español,

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La lucha contra el tráfico ilícito de Bienes Culturales

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60 La situación general de la protección del patrimonio en España | Sistema judicial y protección del patrimonio histórico-artístico

El Juzgado de lo Penal núm. 1 de Girona con fecha07-06-2000 dicta sentencia por la que absuelve a losimputados del delito de contrabando de que veníansiendo acusados. Contra la anterior resolución elMinisterio de Cultura y Patrimonio Histórico interpusoun recurso de apelación. La sección 3ª de la AudienciaProvincial de Girona desestima el recurso interpuesto.

En la expresada sentencia se estimaron como pro-bados los siguientes hechos: “Probado y así de decla-ra que los acusados, cuando viajaban en el vehículollevando en el interior de sus maletas, junto a susropas y demás efectos personales, un total de 874medallas de proclamación y conmemorativas, dediversos tamaños, épocas y materiales, distribuidas envarios envoltorios, de las cuales 856 tenían más decien años de antigüedad, tasadas pericialmente en25.545.000 ptas. desconociendo que formaban parteintegrante del Patrimonio Histórico Español, piezasque los acusados recogieron en Madrid y sacaron deEspaña por el puesto fronterizo de La Jonquera, condestino a Basilea (Suiza), para ser valoradas y tasadaspor un experto, sin que para ello hubieran solicitadola preceptiva autorización a las autoridades españolas.

El mismo día 14 de febrero de 1994, otras dos acu-sadas fueron interceptadas en el puesto fronterizofranco-suizo Geneve-Cornavin cuando viajaban abordo del tren Talgo que hacía el trayecto Barcelona-Ginebra llevando en su equipaje un total de 819medallas conmemorativas y proclamación de diferen-tes tamaños, épocas y metales, así como algunasmonedas y jetones, de las cuales 751 tenían más decien años de antigüedad, pericialmente valoradas en31.601.000 ptas., desconociendo que formaran partedel Patrimonio Histórico Español y sin que para ellohubieran solicitado de las autoridades administrativasespañolas la pertinente autorización.

El total de las 1607 piezas con antigüedad superior acien años, tasadas pericialmente en 57.146.000 ptas.forman parte de una colección privada más amplia quepertenece a los cuatro acusados y dos hermanos másen virtud de herencia de sus fallecidos progenitores,colección que inició su abuelo y continuo su padre.”

El recurso se interpuso por el Ministerio de Cultura-Patrimonio Histórico, contra la Sentencia de fecha7/06/2000.

La Sala desestimó el recurso alegando error de tipo,recogido en los párrafos primero y segundo del artí-culo 6 bis a) CP el cual, viene referido al conocimien-to equivocado o deformado sobre un elemento esen-cial del tipo, o sobre un elemento accidental queopere como factor agravatorio, bien reportando laconfiguración de un subtipo cualificado, bien actuan-do como circunstancia genérica agravante.

El conocimiento de dolo debe comprender los ele-mentos integrantes del tipo básico o fundamental deldelito de que se trate, así como los elementos objeti-vos de las circunstancias agravantes que suponen unamayor gravedad de lo injusto.

El error de tipo importa una representación falsa dela realidad, actuando de forma que el agente no

29 de noviembre de 1999, y también al propie-tario de las obras.III. Al conocer el acusado que el Ministerio deEducación y Cultura estaba iniciando las gestio-nes pertinentes para la posible adquisición delas obras a la vista de la solicitud presentada,inicia el traslado de las obras desde la galeríade arte en que se encontraban .a su domicilioy, poco más tarde, de acuerdo con el otro acu-sado, fueron retirados del domicilio del primeracusado y depositadas en otra empresa hasta eldía 16 de diciembre del mismo año cuandofueron retiradas para su traslado a Francia ,siendo intervenidas la mismas por la GuardiaCivil, antes de que consiguieran sacarlas delterritorio español, el día 17 de diciembre de1999 en Irún (Guipúzcoa), depositándoseseguidamente en el Museo de América».El Juzgado de lo Penal condenó a los acusadoscomo autores responsables de un delito decontrabando, de los artículos 2.1 apartado e) y5 de la Ley de Represión del Contrabando de1995 (RCL 1995, 3328) y de los artículos 5, 75de la Ley de Patrimonio Histórico ArtísticoEspañol de 1985 y 45 del RD 111/1986, de 10de enero (RCL 1986, 275, 661), a la pena de pri-sión de un año, accesoria de inhabilitaciónespecial para el derecho de sufragio pasivodurante el tiempo de la condena, veinte millo-nes de pesetas de multa (20.000.000) con arres-to sustitutorio de cinco meses; el comiso de lasobras de arte y las costas del juicio».

Notificada la sentencia los condenados, interpusie-ron contra ella sendos recursos de apelación que fue-ron admitidos en ambos efectos y tramitados deacuerdo con lo dispuesto en el vigente artículo 795LECrim -trámite en el que el Ministerio Fiscal solicitóla confirmación de la sentencia apelada- elevándoselas actuaciones a esta Audiencia Provincial.

La Sala admitió el recurso y revocó la sentencia res-pecto de uno de los acusados apreciando error detipo del artículo 6.2 del Código Penal y ausencia dedolo en su conducta al desconocer la entidad y valorcultural de las obras así como la inexportabilidad delas mismas y la negativa expresa de la Administraciónpara su exportación.

Confirma sin embargo la sentencia respecto al otroacusado, propietario de las obras y al que laAdministración había expresamente comunicado ynotificado la inexportabilidad de los cuadros y laOrden de que fueran depositadas en el Museo deAmérica, orden que el acusado trató claramente deeludir.

· Jurisdicción: PenalRecurso de Apelación núm. 802/2000.

Error: De tipo: concepto; Vencible: existencia: delitode contrabando: desconocimiento por los acusadosde pertenecer al Patrimonio Nacional Español unacolección de medallas que sacaron de España.

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zos de prescripción. El Convenio establece un plazode tres años a partir de que el demandante hayaconocido el lugar en que se encuentre el bien y seconozca la identidad de su poseedor y un plazo decincuenta años desde el momento en que se produje-ra el robo o desde la fecha de la exportación. Estosplazos limitan en gran medida el éxito de la restitu-ción. En ocasiones será difícilmente demostrablecuándo se haya producido la sustracción o se hayaexportado el bien.

Por otra parte se echa de menos en el Tratado queno se haga referencia a otros tipos penales como elhurto o la apropiación indebida para poder ejercitaracciones para la restitución del bien.

En cuanto a la exportación ilícita resulta tambiéncriticable la exigencia de acreditación de un daño irre-parable para demandar la devolución del bien. Ellocomplica la labor del Estado requirente, al que nobastará con acreditar lo ilícito de la exportación sinoque además habrá de acreditar ese perjuicio.

Se establecen, con gran acierto, medidas provisiona-les o preventivas para asegurar el bien, propias delEstado Contratante en que se encuentre el bien aun-que la demanda se haya presentado en otro EstadoContratante.

En todo caso algunas de las normas contenidas enel Tratado son abiertamente contrarias a lo que dispo-ne la L.P.H.E. sobre todo en lo relativo a los plazos deprescripción, recordemos que la L.P.H.E. estableceque los bienes culturales son imprescriptibles e inalie-nables (artículo 29).

3.4. El Convenio de asistencia judicial en materiapenal, Bruselas 29 de mayo de 2000

En el marco de cooperación judicial en materia penalque establece el Tratado de la Unión Europea y conel propósito de mejorar la cooperación judicial enmateria penal entre los Estados miembros de laUnión, surgió el Convenio de Asistencia Judicial enMateria Penal entre los Estados miembros de la UniónEuropea, hecho en Bruselas, el 29 de mayo de 2000,siendo éste el primer instrumento de cooperacióninternacional en materia penal adoptado tras la entra-da en vigor del Tratado de la Unión Europea y ratifi-cado por España el 15 de octubre de 2003.

Este convenio establece pautas de cooperación judi-cial que no tienen naturaleza autónoma, pues comoya comienza señalando el preámbulo del mismo, lafinalidad perseguida con su elaboración no era otraque la de complementar el Convenio Europeo deAsistencia Judicial en Materia Penal de 20 de abril de1959, así como otros convenios igualmente vigentesen este ámbito, reconociendo ya expresamente desdeun principio el mantenimiento de la vigencia de lasdisposiciones contenidas en dichos convenios paratodas aquellas cuestiones que no se contemplan en elmismo.

Así pues, la situación creada con el nuevo conveniono supone en ningún caso una ruptura con el marco

puede saber que su acción da vida al tipo de un deli-to o a aquella norma prohibitiva.

En el supuesto enjuiciado, la Juzgadora “a quo” llegóa la conclusión de que los elementos normativos delartículo 2.1 e) de la Ley 12/1995 de 12-XII (RCL 1995,3328) no eran conocidos por los acusados; dicho deotra manera, no quedó acreditado que conociesen lanaturaleza Histórico Artística de las medallas extraídasde España y que formaban parte de una colección ini-ciada por su abuelo y continuada por su padre.

No siendo cuestionado por la Abogacía del Estadorecurrente el conocimiento equivocado por los acusa-dos de la pertenencia al Patrimonio Nacional españolde las medallas exportadas, tal ausencia de conoci-miento afecta al dolo, pues éste supone conocimien-to y voluntad de todos los elementos objetivos deltipo, y en el error de tipo se excluye el dolo y sin ésteno hay culpabilidad (artículo 10 CP), ni en consecuen-cia punibilidad (artículo 5 CP) al no estar expresa-mente castigado el tipo imprudente (artículo 12 CP)

En ambas sentencias se destaca algo que ya apun-taba anteriormente y que provoca dificultades paracondenar: el delito de contrabando es un delito for-mal, tipificado en leyes especiales y cuya represiónsegún criterios de los juzgadores responde a criteriosde oportunidad.

3.3. Convenio Unidroit. Roma 24 de junio de 1995

Una referencia específica dada su importancia mere-ce el Convenio Unidroit sobre Bienes Culturales roba-dos o exportados ilícitamente, firmado en Roma el 24de Junio de 1995.

El Convenio pretendió ser un paso más en la pro-tección a nivel internacional del tráfico ilícito deBienes Culturales.

En su preámbulo parte de la generalizada importan-cia en la defensa y protección del Patrimonio Históricoy de la profunda preocupación por el tráfico ilícito delos bienes culturales cuyas consecuencias suponendaños irreparables tanto en los propios bienes comoen el patrimonio cultural de las comunidades naciona-les y el patrimonio común de todos los pueblos.

El Convenio pretende ser un “corpus jurídico” míni-mo de normas encaminadas a asegurar la restitucióny devolución de los bienes culturales robados o ilíci-tamente exportados. Para facilitar ese objetivo reguladiversos mecanismos como la indemnización y prevéalgunas medidas cautelares que resultan novedosas.

El Convenio distingue en diferentes capítulos lossupuestos de robo y de exportación ilícita de bienesculturales denominando a las acciones correspon-dientes de “restitución” en el primer caso y de “devo-lución” en el segundo. Sin embargo la regulación demuchos aspectos como la indemnización, los plazosde prescripción, etc. se reproduce en muchos aspec-tos por lo que hubiera sido preferible una sistemáticamenos reiterativa.

Una de los aspectos en los que difiere el Conveniocon la Directiva 93/7/CEE es en el relativo a los pla-

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nuevo Convenio, no constituye complemento de laregulación existente, sino que viene a sustituirla, con-forme a la previsión contenida en su artículo 2.2, enel que deroga expresamente el apartado a) del artícu-lo 49 del Convenio de aplicación de Schengen.

La regulación contenida en el artículo 49.a delAcuerdo de Schengen primero, y en el artículo 3 delConvenio de 2000 ahora, suponía ya una superaciónde las previsiones contenidas en el Convenio de 1959,pues permitía la asistencia judicial no sólo ya en pro-cedimientos de naturaleza penal, sino también enaquellos otros que se siguieran como consecuenciade conductas que pudieran dar lugar a sancionesadministrativas, aunque es preciso recordar que la cir-cunstancia que concede relevancia al procedimientoadministrativo sancionador a los efectos previstos enel artículo 3 del Convenio, es la posibilidad de que laresolución administrativa pueda ser recurrida ante unórgano jurisdiccional competente, en particular enmateria penal.

Se observa además una particular diferencia entre lainicial redacción del artículo 49.a del Acuerdo deSchengen y la contenida ahora en el artículo 3.1 delConvenio de 2000, estriba en la naturaleza de lanorma infringida que da lugar a la punición de la con-ducta, refiriéndose el artículo 49.a a las «infraccionesde los reglamentos perseguidas por autoridades admi-nistrativas» mientras que el nuevo artículo 3.1 habla de«infracciones de disposiciones legales». Será precisoque la disposición infringida tenga rango de ley y node simple reglamento, para que pueda recabarse lacooperación judicial necesaria en la tramitación delcorrespondiente expediente sancionador.

Por último, el artículo 3 del Convenio contiene laimportante previsión de incluir entre los supuestos deprestación de asistencia judicial aquellos procedi-mientos que se dirijan contra personas jurídicas, loque puede llegar a suscitar algún problema en aque-llos Estados como España, que consideran irresponsa-bles penalmente a las personas jurídicas.

En cuanto a los trámites y procedimientos para laejecución de las solicitudes de asistencia judicial seproduce una de las mayores novedades del Conveniode 2000, ya que efectivamente, el apartado 1º del artí-culo 4 establece que:

«En los casos en los que se conceda la asisten-cia judicial, el Estado miembro requeridoobservará los trámites y procedimientos indica-dos expresamente por el Estado miembrorequirente, salvo disposición contraria del pre-sente Convenio y siempre que dichos trámitesy procedimientos no sean contrarios a los prin-cipios fundamentales del Derecho del Estadomiembro requerido.»

La exigencia de que la asistencia judicial deba cum-plimentarse conforme a la legislación del Estado requi-rente, supone una toma de posición completamenteopuesta a la que se postulaba en el Convenio de 1959.

La finalidad de garantizar la eficacia probatoria de ladiligencia cuya práctica se interesa, conforme a la

europeo existente en materia de cooperación, sinoque al nacer ya con el exclusivo propósito de comple-tar la normativa existente, extiende únicamente suregulación al desarrollo de determinados extremos yaregulados en otros instrumentos jurídicos, así como ala previsión de nuevas formas de cooperación, si bienrecordando en todo caso la vigencia de los principiosdel Convenio de 20 de abril de 1959, cuyas normasseguirán siendo directamente aplicables en todo loque no se opongan a la nueva regulación.

Expresamente el artículo 1º del nuevo convenio seencarga de precisar las relaciones del mismo con otrosinstrumentos de asistencia judicial, señalando expresa-mente como objeto de la nueva regulación la finalidadde completar y facilitar la aplicación, en concreto, delConvenio Europeo de Asistencia Judicial en MateriaPenal de 20 de abril de 1959, del Protocolo adicionalal Convenio Europeo de Asistencia Judicial, de 17 demarzo de 1978, así como de las disposiciones sobreasistencia judicial en materia penal del Convenio de19 de junio de 1990, de aplicación del Acuerdo deSchengen de 14 de junio de 1985 relativo a la supre-sión gradual de los controles en las fronteras comu-nes, proclamando a continuación expresamente lavigencia de aquellas disposiciones más favorablesincluidas en acuerdos bilaterales o multilaterales quepudieran existir entre los Estados miembros, así comode aquellas disposiciones convenidas sobre la base deuna legislación uniforme o de un régimen especialque establezca la aplicación recíproca de medidas deasistencia judicial en sus respectivos territorios.

No pretendo realizar un análisis exhaustivo delConvenio, lo que podría constituir por sí solo objetode otra ponencia, pero sí hacer algunas precisionesrespecto a los procedimientos que se aplican, asícomo a algunos trámites esenciales en la ejecución delas solicitudes de asistencia, para concluir con algunasnotas relativas a lo previsto en el Convenio sobre res-titución de objetos o bienes obtenidos por medios ilí-citos.

En cuanto a los procedimientos en los que se pres-tará asistencia judicial el artículo 3 del Convenio de2000, señala que:

1. Se prestará igualmente asistencia judicial en pro-cedimientos incoados por autoridades adminis-trativas por hechos que con arreglo al Derechointerno del Estado miembro requirente o delEstado miembro requerido, o de ambos, seanpunibles como infracciones de disposicioneslegales, cuando la decisión de dichas autoridadespueda ser recurrida ante un órgano jurisdiccionalcompetente, en particular en materia penal.

2. También se prestará asistencia judicial en caso deprocedimientos penales y de los procedimientosa los que se hace referencia en el apartado 1,relativos a hechos o infracciones por los que enel Estado miembro requirente pueda ser conside-rada responsable una persona jurídica.»

Este artículo 3 sin embargo, a diferencia de lo queocurre con la mayor parte de las disposiciones del

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de objetos ya se preveía en el artículo 3 del Conveniode 1959, si bien en este caso, con la finalidad de ser-vir a efectos probatorios a las necesidades del Estadorequirente. Congruente con esta finalidad, el artículo6 del Convenio de 1959 establecía la posibilidad deque el Estado requerido demorase la entrega solicita-da en la medida en que necesitase los objetos para unproceso penal en curso, así como la previsión de quelos objetos entregados fueran devueltos con la mayorceleridad posible, salvo en el supuesto de renunciapor parte del Estado requerido, previsiones éstascarentes de sentido en el supuesto ahora regulado deque la entrega se realice con la finalidad de restituciónal legítimo propietario de los objetos ilícitamenteobtenidos, ya que en este supuesto, la entrega se rea-liza, lógicamente, sin esperar la devolución.

El carácter novedoso que la finalidad de restitucióna su propietario confiere a la regulación contenida enel apartado primero del artículo 8 del Convenio de2000, hace que sigan conservando toda su actualidadlas disposiciones contenidas en los referidos artículos3 y 6 del Convenio de 1959, para los supuestos en losque se solicite por un Estado a otro, la entrega dedeterminados bienes con el fin de realizar actuacionesde instrucción o de transmisión de piezas probatorias,procediendo en este caso la devolución de los mis-mos al Estado requerido, salvo que por éste se hubie-ra renunciado a la misma, introduciendo el nuevoConvenio de 2000 aquí una nueva especialidad, alestablecer el apartado 2º de este artículo 8 que paraestos casos,

«… el Estado miembro requerido podrá renunciar ala devolución de objetos antes o después de entregar-los al Estado miembro requirente, en caso de que ellopueda facilitar su restitución al legítimo propietario.»

La finalidad de restitución de los bienes a su legíti-mo propietario vuelve a condicionar el acto de coo-peración judicial, de tal modo que puede perfecta-mente distinguirse entre aquellos supuestos en losque se solicite la entrega de objetos con finalidadesdistintas a la de su restitución –regulados en los artí-culos 3 y 6 del Convenio de 1959–, de aquellos otrosen los que dicha finalidad se encuentre presente, biencon carácter principal –supuestos del artículo 8.1 delConvenio de 2000–, bien con carácter subsidiario, ocomo destino último de los bienes cuya entrega sesolicita para otros fines, en los casos del artículo 8.2.

El Convenio contiene además diversas disposicionesrelativas a formas de cooperación o asistencia encuanto a traslado de detenidos, envío y notificaciónde Documentos, intercambio de información, modode realizar las comisiones rogatorias, etc. En cuyo aná-lisis como señalaba no entraré dado el contenido yobjeto de la presente ponencia.

4. Conclusiones

· Sensibilización a nivel internacional en la defensay protección del patrimonio cultural.

legislación del Estado requirente, parece apuntarsecomo la causa última que justifica este cambio de cri-terio entre ambos convenios, por ello la más mínimairregularidad formal en el cumplimiento de la asisten-cia solicitada, podrá transformar en ineficaz una dili-gencia cuya eficacia probatoria se quería garantizar.

Deberá ser por lo tanto ahora la parte requirente,conforme al nuevo instrumento de cooperación judi-cial, la que habrá de especificar en su solicitud deasistencia todos los pormenores y particulares quedeberán presidir la práctica de la actuación solicitada.

La imposibilidad de dar cumplimiento a lo solicita-do en los términos indicados deberá ponerse inme-diatamente en conocimiento de las autoridades delEstado miembro requirente, debiendo indicarse ade-más las condiciones en que podría ejecutarse la soli-citud y especificando también el apartado 3º del artí-culo 4 del Convenio que «las autoridades de losEstados miembros requirente y requerido podránacordar posteriormente el curso que se dará a la soli-citud, condicionándolo, en su caso, al cumplimientode las condiciones citadas.»

Como únicas excepciones a la previsión contenidaen este artículo 4, el propio precepto establece laposibilidad del Estado requerido de negarse a obser-var los trámites y procedimientos indicados por elEstado miembro requirente en aquellos supuestos enlos que los mismos resulten contrarios a los principiosfundamentales de su Derecho, o cuando el propioConvenio establezca expresamente que los trámites oprocedimientos que deban observarse sean los delEstado requirente.

De otro lado, el artículo 4 del nuevo convenio, pres-ta también especial atención a la necesidad de que lassolicitudes de asistencia judicial se ejecuten con lamayor celeridad posible, y teniendo en cuenta siem-pre los plazos procedimentales o de otra índole quehubiere señalado el Estado miembro requirente,debiendo el Estado miembro requerido que prevea laimposibilidad de cumplir lo solicitado en el plazoseñalado, y que de ello puedan derivarse consecuen-cias procesales para la parte requirente, poner dichacircunstancia de manifiesto a las autoridades de laparte que solicitó la cooperación judicial.

En todo caso el Convenio prevé que se garantice ladebida observancia del Derecho nacional de dichoEstado miembro, lo que hace que éste pueda aplicarcondiciones, como las relativas a los límites de laspenas y a la doble incriminación

Una especial mención y en relación con el tema quenos ocupa lo constituye el relativo a la restitución deobjetos obtenidos por medios ilícitos.

El artículo 8 del Convenio de 2000, regula la posibi-lidad de que cualquiera de los Estados firmantes delmismo pueda solicitar de algún otro Estado parte laentrega de objetos obtenidos por medios ilícitos conla finalidad de restituírselos a sus legítimos propieta-rios. La novedad que supone esta previsión vienedada precisamente por la especificación de la finali-dad que tiene la entrega, pues realmente, la entrega

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64 La situación general de la protección del patrimonio en España | Sistema judicial y protección del patrimonio histórico-artístico

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· Regulación a nivel estatal encaminada a la protec-ción del patrimonio cultural y a la tipificaciónpenal del tráfico ilícito de bienes culturales.

· Necesidad de incorporación de nuevos países a losúltimos tratados relativos a la restitución de bienesculturales robados o exportados ilícitamente.

· Ineficacia de la regulación existente para lograruna plena cooperación judicial internacional en lalucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales.

· Insuficiencia de las medidas cautelares para la co-laboración en la restitución de bienes culturales.

· Inexistencia de medidas coercitivas eficaces a tra-vés de Tribunales Judiciales internacionales paraasegurar la restitución.

Trafico ilicito:Maquetaci—n 1 09/07/2007 10:24 Página 64