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Memorias de tu Ciudad N0.12 [17 de Noviembre del 2012] Memorias de tu ciudad

Transeúntes 12: Memorias de tu Ciudad

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Para el doceavo número los Transeúntes hacen una auto reflexión y revisan la brigada Memorias de tu Ciudad, la "de casa". Paseamos por los trabajos que hacemos tanto en foto como en video, radio y narración. ¡No se pierdan este número que fue hecho con muchas ganas y celebra los 12 números de Transeúntes!

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Memorias de tu Ciudad

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Foto: Omar Youalli

M e m o r i a s d e t u c i u d a d

INJUVE | Noviembre 2012 INJUVE | Noviembre 2012

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Dirección:Ana Lilia Reyes

Diseño:Tania María E.Guillermina Flores Daniela Sierra

Edición:Eder LopézJorge JaramilloRodrigo González

Fotografías por:EneasDulceYazmin D.Cesar OlmosKharinaHernandezYanirethMarianaItze GarcíaFernando GarcíaLilianaLuzbelLaura Reyes Omar YoualliArturo Alanis

Escrito : Jéssica CamposJesús OmarMyriam MejíaEduardo RiveraJesús OrozcoEugenio ArgüellesBeatriz FuentesJosé Antonio Bax

Video:Memorias Video

Edición: Quincenal NoviembreAño 012, Número 12Comentarios:http://www.facebook.com/Transeúntes

Primer ejemplar impreso

Transeúntes doce presenta: Memorias de tu Ciudad. Es un número muy especial para nosotros, porque Transeúntes fue creado de las entrañas de esta brigada.¿Qué es Memorias de tu Ciudad? Más que explicarlo, a lo largo de estos doce números, hemos mostrado lo que hacemos. Capturando los sonidos, los movimientos, los co-lores y las palabras que dan forma a nuestra ciudad, bus-camos mostrar, crear y transformar nuestra propia historia y afectar de un modo positivo, la historia compartida de todos los habitantes y visitantes de la ciudad de México.Somos cuatro áreas, pero también somos una sola briga-da. A veces trabajamos todos juntos, a veces sólo tres, o sólo dos, o por separado. Lo importante es que cada una de las áreas aporte su labor y su visión, por medio de grabaciones de audio y transmisiones de radio, de video, de fotografías y de textos. Por separado cada una de estas labores tiene su importancia, que no es poca, pero en conjunto son capaces de crear cosas más grandes que la suma de sus partes, como esta revista que ahora tienes en tus manos.Esperamos que la disfrutes.

Memorias de tu ciudad

Editorial

Colaboración especial de esta edición:Ana Elisa Valentina Artigas RoviraYazmín Romero VillegasLuis Ángel Hernández Rubio

Gerente de Logística y Relaciones PúblicasCaminos de la LibertadTel. 1720 1313 ext. 32159Cel. 0445525645854Periférico Sur 4121 Col. Fuentes del Pedregal

Tlalpan C.P. 14141 México, D.F.

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[1]M e m o r i a sd e t u c i u d a d

[2]Demasiadol a r g o e l c a m i n o

[3]H i s t o r i a d e u n m i n u t o

[4]F o t o v í a

[5]R a d i o

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Claudia Ivette Rojo Hernández

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¿Es importante el rescate o recuperación de memorias para nuestra sociedad?¿Qué memorias, cuáles sí, cuáles no, desde qué tiempo?Al hacerme la pregunta de cuál es la relevancia de mantener un acervo acerca de la memoria de nuestra ciudad, surgen todas estas preguntas.Sobre qué memorias sería importante recuperar, se debe tener en cuenta la diversidad cultural, social, generacional, de ideas, de visión del mundo. Esto porque todos, a pesar de vivir en esta peculiar ciudad, somos tan distintos y pensaríamos en recuperar sólo lo que nos es familiar, afín o lo que nosotros consideremos digno de recuperar.La cuestión como muchas otras es subjetiva y por supuesto váli-da. Desde mi perspectiva y desde la definición de cultura: todo acto humano es cultura, por lo tanto todo lo que se haya rea-lizado en esta ciudad por medio de sus ciudadanos tiene la importancia como para que se traiga a la memoria actual en esta población, que vive en un tiempo de acciones acelera-das, donde rápidamente olvida; por eso y más, creo de vital importancia el rescate de una memoria colectiva, de los actos que se han construido a lo largo de los años en este territorio geográfico, hoy la capital de México.Resolviendo estas primeras cuestiones prosigo a describir sobre la vivencia propia, sobre cuál ha sido mi experiencia en la bri-gada de Memorias de tu Ciudad, en la cual por medio de la investigación, entrevistas a los ciudadanos, asistencia a lugares y sobre todo por medio del conocimiento empírico, he logrado tener una riqueza de la basta memoria cultural que se tiene en este lugar.Las viejas cantinas que se resisten a morir, dentro de una ciudad

donde se ha perdido la tradición de asistir a comer una bo-tana con unos buenos tequilas de compañía, dentro de ellas hay gente que recuerda tiempos pasados, donde el auge de ellas tenía una magnitud sin igual, pero que ahora poco a poco queda rezagada por las nuevas generaciones. También están los viejos barrios de la delegación Coyoacán que, al contrario de las cantinas, siguen más vivos que nunca, son de los lugares más visitados por turistas, por jóvenes y adultos. Historias de vida como las de las personas mayores que asisten a las “escuelitas” para aprender, más valiendo tarde que nunca, a escribir y a leer, quienes brindan sin decoro algún relato sobre su vida, siendo para ellas una memoria que al contarla vuelve a tener la misma intensidad que tuvo en su momento. Los talleres de bicis –yo no conocía ninguno hasta el día que fui a hacer mi entrevista–, los cuales lamentablemente son muy pocos y tienden a ser cada vez menos; la historia de uno de ellos en el centro de Iztapalapa dice como en antiguos años contaba con una gran cantidad de clientes, pues en esos tiempos la bicicleta era el vehículo por excelencia, pero estos fueron desplazados poco a poco por el mayor uso del automóvil y ahora por el uso de las moto-cicletas, todo ello ha sido causa del deterioro y olvido de los lugares que daban mantenimiento al transporte de los ciclistas. Y, finalmente, memorias recientes como las de las manifestaciones juveniles, conciertos como los del Deportivo Chavos Banda, en donde el arte grafitero se hizo presente, así como la energía de los chavos en los slam de Ska. Todas estas memorias, conjunto de las historias de un colectivo, que van desde la señora de 70 años que se emociona al lo-grar escribir su nombre; el cantinero que ha trabajado en medio de ¡salud!, risas y lágrimas de clientes que se rehúsan a dejar el lugar; reparadores de la bicis que se negaban a ser fierro viejo; chavos banda y de toda clase que asisten por curiosidad, por distracción o por desmadre a los eventos que se organizan en la ciudad. Todos tienen algo que contar y que construir, memo-rias remotas e inmediatas que forman la cultura de la ciudad y de la sociedad.

UN RECUENTODE LAS MEMORIAS DE NUESTRA SOCIEDAD

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MEMORIAS DE TU CIUDAD:

VIDEO

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La ciudad tiene movimientos, movimientos diversos que incluyen lo artístico, lo cultural, lo social, la vida en sí. Estos movimientos tienen ojos que van captando mo-mentos y construyendo historias a través de la lente de una cámara de video, generando memorias. Al llevar esas memorias a un ordenador podemos transformarlas en historias de vida, en memorias visuales y auditivas, en emociones que surgen de nuestros videógrafos y se dirigen hacia la sociedad en general. Así resumiríamos Memorias Video.

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MEMORIAS DE TU CIUDAD:

NARRACIÓN

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Trabajamos con la información de la realidad. Las palabras nos ayudan a entender esa información y a recrearla, a transformarla. Todo lo que perci-bimos en el mundo tiene la característica compar-tida de tener una etiqueta para referirnos a ello, esa etiqueta puede ser una o palabra o una idea representada en palabras. Por ejemplo: “casca-da” o “caída de agua”. En Memorias Narración buscamos acercarnos a los conceptos que con-forman nuestra realidad social, analizarlos para comprenderlos, y generar propuestas de transfor-mación cuando algo no marcha bien.

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MEMORIAS DE TU CIUDAD:

FOTO

La cámara fotográfi ca es una herramienta para mostrar nuestra percepción de la ciu-dad. A través de la cámara registramos los aconteceres, hacemos que las otras perso-nas logren percibir la cotidianidad de la ciudad y la experimenten de una forma dis-tinta, la fotografía permite integrar las dife-rentes percepciones en un todo que no es homogéneo, pero tampoco es una realidad fragmentada. Hacer fotografía no es plasmar la realidad, no es capturarla; es un ejercicio subjetivo en donde el fotógrafo da su punto de vista sobre a realidad. En Memorias Foto recorremos las calles y espacios públicos, en busca de las experiencias de los jóvenes que viven la ciudad.

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MEMORIAS DE TU CIUDAD:

RADIO

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La radio es un medio de comunicación que lleva tanto tiempo con nosotros que se ha vuelto una pre-sencia invisible y constante. Pero es notable que la idea general que tenemos de la radio es la de un medio de entretenimiento (radio musical o de chis-mes) o de noticias (política, deporte, espectáculos). Pero pocas veces nos damos el tiempo o la oportu-nidad de escuchar algo diferente. Memorias Radio tiene como fundamento la transmisión de programas de contenido temático que vaya más lejos que el comentar grupos y poner canciones.

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DEMASIADO LARGO EL CAMINO

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CAMINOCAMINO

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El cine es catalogado dentro de las discipli-nas artísticas como el séptimo, teniendo como cualquier tipo de arte el objetivo de comu-nicar a través de la sensibilidad, sin embar-go muchas veces esto se deja de lado para asumir un papel meramente industrial, el cual va ofertando y creando demanda para pro-ducir ganancias.Cualquiera de estos dos tipos de cine, el que llama a un saber a través de la sensibilidad o aquel que busca el mero entretenimiento para genera ganancias, se encaminan a mos-trar al público una serie de imágenes que buscan trascender mas allá de la pantalla e interferir de alguna forma en el observador.Debido a que existe un sinfín de percepciones y gustos se pueden encontrar un sinfín de gé-neros cinematográfi cos, los cuales responden a diferentes tipos de público y temporadas de exhibición, esto hace que el cine sea un medio en el cual podemos encontrar gran

variedad de propuestas con las cuales podemos deleitarnos y enriquecernos visualmente.Otra peculiaridad del cine es que se puede disfrutar en difer-entes espacios, como el cine de marca “Hollywood” que se exhibe en salas comérciales o el cine de culto, independi-ente o artístico que se exhibe en lugares alternativos, también se realizan presentaciones en clubs donde se acompaña la película de una buena charla o debate con café, snacks o cerveza y qué decir de aquellas proyecciones al aire libre que nos relajan y nos dan experiencias nuevas.Con tanto genero, propuesta y variedad que nos ofrece el cine, regálate un tiempo y ve al cine. En la ciudad de México hay muchos.

El Cine en Corto

Por: Chavarría Cárcamo Isaac

Foto: MelissaLucero

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Punto de encuentro para chilangos y no chilangos, en cualquier estación del metro tiene que haber un reloj; ya sea descompuesto o con minutos ad-elantados en él.¿A quién no le ha pasado? Al llegar a la estación acordada de la cita ha visto a un número considerable de personas, mirando relojes o che-cando la hora en su teléfono celular.Unos tienen la fortuna de que la per-sona citada sólo se ha retrasado por que el tren en el que viajaba se quedó “parado” en el túnel, pero hay personas que llevan más tiempo esperando y cuando uno está a punto de partir de ahí… ¡aún siguen

Debajo Del reloj

Por: Adriana Hernández Nieto

Foto: Mariana

Foto: Gerardo Sinencio

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esperando!Algunos impacientes tratan de marcar al celular del susodicho, pero sólo tienen respuesta del buzón de mensajes. “Posi-blemente ya venga en este tren” se con-suelan los pobres en sus mentes, para aguantar, tal vez, unos 5 minutos más.Inteligentes personas, sabiendo que su amigo es un poco tardado prefieren ir a sus anchas y esperar a que el vagón venga un poco vacío para llegar a la es-tación acordada; tal vez irse a comprar un helado, pizza o torta en los locales ubicados dentro de la estación; la mayo-ría de esos puestos son encontrados en las estaciones de metro con más concur-rencia; o mejor dicho, las estaciones que tuvieron por fortuna ser correspondencia de otras líneas.Aun así, estos listos humanos llegan debajo del reloj tal vez unos 10 minutos después de la hora acordada y si el susodicho aún no ha llegado, esperarán, podría ser unos 20 minutos; finalmente el amigo saldrá de los vagones, lo saludará, se disculpará, y estarán listos los dos para partir a un nuevo punto, mientras otros más, espe-raran o se quedaran plantados en este peculiar sitio.

Foto: Mariana

Foto: Yanireth

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El Callejón Del Diablo

Existen muchísimas leyendas, mitos e historias urbanas las cuales se van transmitiendo de una generación a la siguiente. Una de estas leyendas es la que te pienso relatar a continuación. Espero no asustarte demasiado.En nuestra Ciudad de México existen dos callejones con el mismo nombre: ”El Callejón del Diablo”, y del que yo te contaré es un callejón muy largo y extenso que se encuentra ubicado en la zona de Mixcoac, entre la Universidad y el Colegio Simón Bolívar, y que va desde la calle de Campana hasta la Av. Río Mixcoac. La historia relata que hace muchos años el callejón no era más que un pasadizo sombrío y rodeado de árboles que pocos se atrevían a cruzar. No lo hacían porque decían que ahí se aparecía el mismísimo Satanás.Un día, cuentan varias versiones de la leyenda, un hombre que aseguraba no temerle a nada decidió pasar

De lo que tengo miedo es de tu miedo

William Shakespeare

Por: Karen Desireé C.V.

Foto: Gerardo Sinencio

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por el lugar a altas horas de la noche, su sorpresa fue que a mitad del camino empezó a ver una sombra que se recargaba en uno de los enormes árboles.Se exaltó, pero recuperó el aliento y decidió enfren-tarse a lo que fuera que se escondía entre las ramas. Cuando estaba a unos metros de distancia del sujeto, se presentó ante él un ser que reía de manera siniestra y con un aura terriblemente negativa, así que con todo el miedo que lo inundaba decidió poner pies de plo-mo para no desmayarse y sólo así logró evadir una segura desgracia, ya que sentía que la tierra donde pisaba se estaba hundiendo.La noticia de que el diablo se aparecía en ese lugar se corrió por toda la ciudad, desde entonces pocos

son los que se atreven a cruzar cuando cae la noche. Además están los relatos que cuentan los residentes de esa zona y algunos compañeros de la Universidad que aseguran se han quedado hasta tarde y deben pasar a un costado del callejón; estos relatos dicen que se siente algo negativo, algo que te produce un miedo y unos escalofríos terribles, y la sensación de que alguien te vigila o te sigue.Los únicos que tienen el valor de pasar por este calle-jón extremadamente largo, son los que cuentan con automóvil. ¿Tú te atreverías a pasar por ahí? Tal vez no creas en estas cosas ni tengas miedo, pero te quiero recordar un dicho muy famoso: “Él que busca, encuen-tra”.

Foto: Fernando García

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MISTICISMO

EN LA CASA

COLORADAAl hacer nuestro paseo por esta colonia descu-brimos un lugar místico: el parque de la Conchita, que alberga una famosa capilla. Este recinto está dedicado a la Purísima Concepción de María, que le ha dado el nombre al barrio donde se ubica (Concha o Conchita es como se les dice de cariño a las mujeres de nombre Concepción).La capilla de la Concepción es una edificación de estilo barroco, construida en el siglo XVIII en la plaza arbolada del mismo nombre, ubicada en una de las zonas más antiguas de Coyoacán donde los conquistadores se establecieron en el siglo XVI.Además de la capilla, en la zona de la plaza se

Por: Angélica Cortés

Foto: Fernando García

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halla la casa de Hernán Cortés, ubicada en la es-quina de la calle principal que da a esta plazuela.Se dice que Hernán Cortés vivió por 5 años en la Villa de Coyoacán; y aunque por desagracia la casa fue desapareciendo poco a poco bajo los proyectos de urbanización de la zona, aún queda una parte: la hermosa casona con su fachada roja como la sangre. Cuentan que Hernán Cortés asesinó con sus pro-pias manos a su esposa española, Doña Catalina Suárez, la estranguló y procedió a enterrarla en los jardines que ahora ocupa la Conchita; el motivo, los celos terribles que sentía Doña Catalina por aquel-la legendaria mujer llamada Malintzin, la Malinche; este asesinato llevó a juicio a Hernán Cortés, pero de alguna forma logró demostrar que su mujer había muerto de manera natural.Sin embargo, las personas comentan que no han dejado de escuchar lamentos; hasta nuestros días, aseguran que al pasar por el jardín de la Conchita y desde el portón de la iglesia de la Concepción, si se observa hacia el poniente podrán descubrir la casa Colorada, donde una hermosa mujer vestida de blanco flota hacia la iglesia buscando a gritos a su amado Hernán, para que repose a su lado como lo había prometido en aquella lejana época en que enamorados recorrían la villa de Coyoacán.

Foto: Fernando García

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Un gatoFuera, llovía La ciudad antigua no sólo era un emplazamiento donde se levantaron edificaciones y jardines Era un ser vivo Una diosa amable y protectora Y fue asesinada Somos habit-antes de una ciudad fantasma Tomó al gato con ambas manos y lo arrojó por la ventana. Odiaba el olor que despedía, odiaba el pelo que llenaba los muebles, la comida, su garganta. Odiaba que ella amara más al gato que a él, o que aparentara que así era. Como ocurría esa misma noche. Llegó triste a casa, se sentó

Por: Jorge Jaramillo Villarruel

en el colchón destartalado sintiendo ganas de llorar, sintiendo cómo la vista se empañaba, observando en-cerrado en su silencio el silencio de ella mientras se mecía en su silla, con el gato en brazos como si fuera un bebé La pobre loca Ella, después de unos minutos autistas, se encerró en su habitación. La podía escuchar, respiraba traba-josamente. Para no sufrir con el sufrimiento de ella, puso un disco de Witold Lutoslawski Música de cuerdas para un funeral Es la música que escuchará cuando ella ya no esté, por eso la escucha cada noche, para hacerse a la idea; pero ya ha pasado tanto tiempo, tantos años, tantos siglos, y ella sigue ahí, encerrándose a murmurar y a toser y a pensar en lo que sea excepto en él, y sólo el gato lo acompaña, ese gato odioso que ahora salta sobre el tocadiscos, herencia que su padre le dejó, el tocadiscos cae al suelo, incapaz de sopor-tar el peso inevitable de la bestia. El viejo Witold se estrelló contra el suelo de cemento y se descompuso en tres partes relativamente iguales. Seguramente, el músico jamás previó un destino funesto bajo las garras de un felino. Su cabeza se llenó de ideas fúnebres, nocturnas, y ni los trece pisos que separaban al gato del suelo

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lo hicieron sentirse bien. Sólo cuando lo único que al-canzó a percibir fue una mancha más oscura que la oscuridad de la calle, regresó a sentarse. Ni siquiera intentó levantar el aparato Todos los imperios terminan en ruinas Qué puede importar el regalo de un padre que ni siquiera recuerdas Recordó su primer disco. La novena de Bee-thoven. Y su primer libro. La isla del tesoro. Se abandonó al pasado. Antes de la rutina, de los sollozos y la indiferencia. Antes de tanto cansan-cio. Cuando su vida le pertenecía aún, una época de viajes y lecturas. Recordaba con añoranza aquellos libros de Haggard y Salgari, las noches en que no lle-gaba a casa y vagaba por la ciudad La puta ciudad donde siempre había vivido, las mujeres de colores y las fiestas amorosas. Ahora sólo tiene una mujer gris de cabello gris y sueños grises. Se asomó a la ventana y miró la mancha de gato y se arrojó. Trece pisos, tres segundos, un golpe, un ruido enorme en el interior lejano de su cabeza. Abrió los ojos y vio al gato Miserable Diablo sentado sobre su pe-cho, devolviéndole la mirada, orgulloso. Intentó mov-erse. Fue inútil. El gato maulló como un disco rayado y desapareció ¿Atravesó la pared? En su mente sonaban unos cellos atonales, rasgados. La lluvia cesó.

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Foto: Laura Reyes

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HISTORIA DE UN MINUTO “Recorren las calles para conocerlas y vivirlas, atrapando vivencias de esos lugares para mos-trarlas a través del bello arte de la fotografía y el video. LLegando a los oídos y los ojos a través de la radio y las letras de sus textos. Diseñando y difundiendo la pasión por lo que hacen en exposiciones y concursos. Esto es lo que viven y aman los jóvenes de la brigada Memorias de tu Ciudad. Conoce su trabajo y esfuerzo”

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Escenas congeladasUna imagen que estimula a la memoria evocando una serie de recuerdos, reviviendo sensaciones, emociones, sonidos y olores de aquel instante congelado. Una forma de ir más allá de lo que se ve, explorando una y otra vez para llegar a la esencia del momento, esa interpretación, visión o punto de vista único. Colores, formas y repeticiones rítmicas que con un atmosfera hacen momentos únicos e irrepetibles, que serán evocadas

una y otra ves.

G u i l l e r m i n a Flores Mateos

FOTOVÍA

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